¿QUIÉN FUE JUDAS? EL APÓSTOL MALDITO
La historia es archiconocida. En el siglo I un personaje llamado Jesús de Nazaret será identificado como el Mesías enviado por Dios para liberar al pueblo de Israel. Nada se sabe de su vida hasta que, cumplidos los treinta comienza a predicar en la zona de Galilea, al norte de Israel. Allí conoce a una docena de pescadores que se convertirán en sus discípulos. Uno de ellos, conocido como Judas Iscariote, le “traicionará” a cambio de treinta monedas de plata, después de identificarle con un beso ante las autoridades que lo apresarán mientras reza en el huerto de Getsemaní en Jerusalén.
Tras un juicio sumarísimo, Jesús es entregado al prefecto romano Poncio Pilato, quien, prefiriendo no mediar contra el clamor del pueblo judío que lo considera culpable por blasfemia, lo condena a ser crucificado. Para los creyentes, esta ejecución es interpretada como un designio divino, en la que Jesús, como Hijo de Dios, habría sido sacrificado en una misión redentora para la Humanidad. Sin embargo, si el calvario de Jesús respondía a un “plan preestablecido”, ¿por qué Judas, el discípulo que lo entregó, es considerado un traidor? O ¿acaso fue Judas un discípulo iniciado, depositario de las enseñanzas secretas que le fueron reveladas por Jesús?
UN PELIRROJO LLAMADO JUDAS
Pocos son los datos que se desprenden de los Evangelios Canónicos acerca de la personalidad de Judas Iscariote. El nombre de Judas –en hebreo , que significa –que la Iglesia ha convertido en patrón de las causas difíciles y que cuenta con una gran devoción en países como México–, e incluso uno de los hermanos del propio Jesús es identificado por el nombre de Judas (Mateo, 13, 55). Por el evangelio de Juan (12, 4) –que es el que más arremete contra su persona– sabemos que su padre se llamaba , mientras que el sobrenombre de Iscariote nos indica su lugar de origen Kerioth o Cariote, una ciudad de la provincia de Judea (al sur de Israel) –fronteriza con la región de Edom–, y que parece ser mencionada en la Biblia como Queriyyot (Josué, 15, 25). De ser cierta esta hipótesis, Judas sería el único de los discípulos que no era originario de Galilea (al norte de Israel), lo que marcaría un rasgo identificativo no sólo en su acento, sino también en su personalidad.
