La Guerra Espiritual. Un Conflicto Invisible, Pero Real

Agradecimientos

Le agradezco a nuestro Padre Celestial, quien nos dio a Su Hijo Jesucristo, el regalo más hermoso de la vida. Quien también derramó Su Santo Espíritu sobre todos los que Él salvó, a través del sacrificio de Su Hijo. Espíritu que nos guía a toda verdad. Y nos bendijo con Su Palabra, Palabra que, además de haber sido preservada en papel, ha quedado grabada en los corazones de todos aquellos que Le aman. Palabra de vida, que nos acerca más a Él y nos enseña a conocerlo mejor y amarlo de verdad, y en verdad.

Le agradezco también a mi amada esposa Rebeca, por su amor, su cariño y abnegación. Y a dos de mis fans número uno, mis hijos, Suzzette y Jonathan, quienes, a pesar de mis defectos, me admiran, y halagan lo que hago.

Mis agradecimientos lo incluye a usted también, mi estimado lector, por tomar de su valioso y tan ocupado tiempo para leer este libro.

A todos, Gracias

Pablo Collazo

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Prefacio

Se han escrito muchos libros acerca de la guerra espiritual. La presente obra es diferente a todos ellos. El autor —con la ayuda del Señor, naturalmente— no solo se ha dedicado a explorar, escribir y disertar sobre el tema de manera exegética, pero, además, lo ha elaborado en un formato sencillo, simple de leer y entender; brindándolo como una herramienta fácil de usar por todo aquel obrero que se ocupa en la enseñanza y en la predicación de la Palabra de Dios.

La Guerra Espiritual puede servir de ayuda a predicadores, pastores y maestros que, por causa del tiempo que el ministerio y las ocupaciones cotidianas consumen, no disponen del tiempo necesario que se requiere para elaborar un trabajo tan eficiente y tan amplio como éste.

Este libro, no obstante haberse elaborado en forma de estudio bíblico (formato que escasea en los medios publicitarios cristianos), puede emplearse de diferentes maneras. Se puede usar en un todo, como lo que es, un estudio bíblico acerca de la guerra espiritual. Pero también puede emplearse solo partes del mismo para enseñar o predicar sobre los distintos temas que se encuentran entretejidos entre sí.

Por ejemplo: el tópico de La Armadura de Dios puede separarse y ser usado como un tema completamente independiente del contenido total o del tema central del libro. Máxime, si se va a predicar o enseñar acerca de Efesios 6: 10-18. Si surge la necesidad de disertar acerca de la oración, este tema se encuentra en este libro, y está muy bien explicado (por supuesto, dentro del contexto del capítulo seis de Efesios, ya que otras partes de la Biblia también hablan de la oración con sus correspondientes aplicaciones). Y así por el estilo.

Las distintas cosas de las que en este libro se habla, y que forman, en conjunto, el todo en esta obra, pueden usarse independientemente de su tema central o principal —algo que otros libros no ofrecen.

La guerra espiritual es el dilema más grande que todo verdadero cristiano enfrenta día a día. Mi anhelo es que este estudio bíblico sirva como un manual o guía de orientación espiritual que nos pueda ayudar a enfrentarnos a semejante batalla de la manera más sabia e inteligente. Le pido al Señor que tanto la lectura como el uso o aplicación que se le de a este libro, sea de gran bendición para quienes dediquen el tiempo a explorar sus enseñanzas.

Dios les bendiga.

Pablo Collazo

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La Guerra Espiritual

Parte Uno: Estamos En Guerra

Pasaje Bíblico: Nahum 2:1: Subió destruidor contra ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza mucho tu poder.

Tema: Una cosa que debemos saber y cuatro cosas que debemos hacer en tiempo de guerra.

Introducción

Introducción del Libro de Nahum

Nunca se debe estudiar un texto fuera de su contexto. Hay un viejo refrán que dice: Un texto sin el contexto es un pretexto. ¿Un pretexto para qué? Para creer y decir lo que queramos, y no lo que tenemos que creer y lo que debemos decir.

Usar un texto fuera de su contexto nos puede conducir a caer en error de interpretación. En cambio, cuando estudiamos el texto dentro de su contexto, podemos obtener una comprensión correcta de lo que se dice, que nos puede llevar, a la vez, a una adecuada aplicación de lo que se enseña y de lo que se requiere que hagamos.

En el caso de nuestro texto tema, Nahum 2:1, su contexto lo conforman el libro entero de Nahum y el libro de Jonás.

El libro de Nahum describe el poder de Asiria, una nación pagana, tiránica e imperialista; y asegura la victoria final de la justicia y soberanía de Dios. La predicación de Jonás, 862 a. de J.C., hizo volver a la ciudad de Nínive y su rey a Dios. Más de un siglo después, en el tiempo de Nahum, Nínive apostató completamente contra Dios.

Asiria llegó a convertirse en una nación muy poderosa económicamente y militarmente, hasta el punto de dominar los destinos de las naciones aledañas, incluyendo a Judá. Obligó a pagar impuestos e impuso la esclavitud hasta el punto de subyugarla.

Judá intentó protegerse haciendo alianzas con otras naciones, y olvidó que Dios había prometido proteger la nación y a su pueblo.

El mensaje de Nahum era una advertencia de juicio, contrario al de Jonás, que fue una invitación al arrepentimiento. La profecía tenía un doble propósito: predecir la destrucción de Nínive a causa de su pecado, y animar a Judá con la seguridad de que Dios es fiel a su promesa. El tema de la profecía es: La caída de Nínive, y la reivindicación de Judá.

Introducción del Tema

Fíjese que Dios es quien avisa a los asirios del peligro que se aproxima, y también les aconseja sobre lo que deben hacer para protegerse del enemigo. Sin embargo, Asiria fue destruida de todos modos. ¿Por qué? ¿Acaso el consejo de Dios no dio resultado? Es que la fórmula divina no funciona si la Persona divina está excluida. El consejo de Dios no da resultado si se vive alejado o apartado de la presencia de Dios. (Véase Stg. 4:7).

Dios dio este consejo irónicamente; es decir, burlonamente, hasta cierto punto. Por más que Asiria se hubiese preparado (guardara la fortaleza, vigilara el camino, se ciñera los lomos, y reforzara mucho su poder), Si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia (Sal.127:1b).

Aun si Asiria se hubiese tornado a Dios, tal vez hubiese sido atacada por su enemigo de todas maneras. Quizás le hubiese sucedido como a Israel. Cuando el pueblo judío le daba la espalda a Dios, Él levantaba una nación pagana en su contra, con el fin de hacer volver Su pueblo hacia Él. Pero a veces, aun cuando Israel estaba en armonía con Dios, sirviéndole, también se levantaba un enemigo.

En la vida cristiana nos sucede igual. Somos perseguidos por enemigos si andamos alejados de Dios: Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo (He.12:6b). A veces la disciplina de Dios es permitir que alguien nos haga la vida difícil, hasta que volvamos a Él.

Somos también perseguidos por enemigos cuando amamos al Señor y le servimos de corazón. Jesús dijo: Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán (Jn. 15:19-20b).

El aviso de Dios es irónico, pero acertado. Es decir, anuncia la inevitable derrota de Asiria, pero revela lo que se debe hacer para evitar esta derrota.

La destrucción de Nínive se llevó a cabo el año 612 a. de C., por el ejército medo-babilónico, bajo el comando de Ciájares de Media y Nabopolosar (el padre de Nabucodonosor) de Babilonia.

Después de haber analizado el contexto del texto, nos podemos dar cuenta que este versículo no tiene nada que ver con la guerra espiritual. Esto, más bien, narra un hecho histórico, en el cual, Dios, usando una nación igualmente pagana, destruye al enemigo de Judá.

Sin embargo, a pesar de lo susodicho, este versículo nos muestra, metafóricamente, lo que realmente sucede en la lucha espiritual del cristiano: el enemigo se levanta contra nosotros y tenemos que tomar ciertas medidas.

Debemos tener en cuenta que las cuatro medidas sugeridas por Dios eran realmente las medidas que las ciudades fortificadas observaban y reforzaban cuando estaban bajo sitio o eran atacadas. Esto implica que Dios no sugirió algo ficticio, sino verdadero. Algo que hubiese resultado si, primeramente, Nínive se hubiese vuelto a Dios.

Así que, seria buena idea estudiar y analizar estas técnicas bíblicas bélicas, con el fin de adaptarlas y aplicarlas a la guerra espiritual que vivimos en nuestra época.

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Capítulo 1: Una Cosa Que Debemos Saber:

Subió destruidor contra ti.

Carácter Y Obra De Satanás

Lo primero que debemos observar es el nombre con el que Dios se dirige y define al enemigo: ‘destruidor’.

La Biblia, a través de todas sus páginas, enseña que Satanás es el enemigo de Dios y de todos sus fieles. Uno de los nombres que la Santa Escritura emplea para dirigirse a Satanás y revelar su carácter y su obra es, precisamente, ‘destructor’. En el idioma hebreo se usa el nombre de ‘Abadón" por destructor, para referirse a Satanás. Apocalipsis 9:11 lee: "Y tienen por rey sobre ellos al ángel