Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

Un espacio en tu corazón
Un espacio en tu corazón
Un espacio en tu corazón
Ebook148 pages1 hour

Un espacio en tu corazón

Rating: 4 out of 5 stars

4/5

()

Read preview

About this ebook

Este libro reúne pequeñas y hermosas historias para vivir mejor, por medio de las cuales podrás reflexionar sobre tu papel en la vida, tus metas, tu familia, qué profesión o cuáles son los logros que quisieras obtuvieran tus hijos.

LanguageEspañol
Release dateJan 16, 2014
ISBN9781943387625
Un espacio en tu corazón

Read more from Enrique Villarreal

Related to Un espacio en tu corazón

Related ebooks

General Fiction For You

View More

Related articles

Reviews for Un espacio en tu corazón

Rating: 4 out of 5 stars
4/5

2 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    Un espacio en tu corazón - Enrique Villarreal

    Ha reflexionado ¿cuál es su papel en la vida, cuáles son sus metas, qué es lo que aspira con su familia, qué profesión o cuáles son los logros que quisiera obtuvieran sus hijos?¿Está desempeñando eficazmente su trabajo?¿Le gusta su trabajo o lo hace por necesidad? ¿Ha pensado en despertar aún más a ese gigante que lleva en su interior? Recuerde, son tiempos de superación, el siglo xxi el de la espiritualidad, el de los valores. Lo invita a que se rebele contra usted mismo y siga edificando la calidad total en cada uno los roles que juega en la vida.

    El hombre para ser una persona integra, completa, feliz, necesita escribir en forma extraordinaria los cuatro capítulos más trascendentes en su existencia, toda su fuerza, toda su magia, todo su orgullo, todo su amor, toda su comprensión, tienen que estar plasmados en estos importantísimos capítulos.

    El primer capítulo es nuestra familia, la cual debe estar integrada, unida, dejar familia feliz es legar un mundo mejor a la humanidad.

    ¿Qué espera para dedicarle tiempo a sus hijos y manifestarles todo su cariño? ¿Qué esperas para decirle a tus padres cuanto los quieres?

    ¿Qué destino queremos en nuestra familia? ¿Éste es el momento para decirles a nuestros padres, hijos o seres queridos cuanto los amamos o estamos esperando para cuando ya sea demasiado tarde?

    El segundo capítulo somos nosotros mismos. Si no nos queremos a nosotros, jamás podremos querer a los demás, y querernos a nosotros es respetar a nuestros semejantes; no envidiar lo que no tenemos es sacar la visa de la humildad, este valor que es el gran secreto del milagro nipón: la humildad por aprender, por reconocer los éxitos de otros; sin embargo, la soberbia nos ciega, creemos que todos son culpables menos nosotros, todos son culpables de nuestros fracasos cuando los únicos que hemos originado el fracaso somos nosotros mismos, llevamos en nuestra mente el no se puede: no puedo ser un buen estudiante, no se puede ser un gran profesionista.

    Si quiere tener éxito, estudie, ame su profesión y el dinero vendrá por añadidura. ¿Quieres tener amigos? Interésate por ellos, para que ellos se interesen por ti. ¿Quieres que tus padres te comprendan? Compréndelos a ellos y ese día mejorará su relación. ¿Por qué siempre pedimos antes de dar? El día que demos antes de pedir, cambiará nuestra vida; recuerden que en las manos de todo individuo está depositado el maravilloso poder de realizar todo lo que ha soñado.

    El tercer capítulo es el trabajo, es aquel lugar donde el hombre puede expresar todas sus potencialidades y alcanzar la realización.

    ¿Sabemos lo que queremos en nuestro trabajo? ¿Realmente nos satisface? ¿Por qué no buscamos alguna alternativa dentro del mismo que nos satisfaga? Recuerden que quien no sabe a donde va termina en cualquier parte.

    Hay que encontrarle el sentido a nuestros estudios, oficio o profesión, cual es mi misión como estudiante, directivo o empleado, eso es algo que usted debe decidir; sin embargo, nunca se permita que la calidad no distinga sus labores

    Debemos prepararnos para ser más eficientes y eficaces en nuestro trabajo.

    El cuarto capítulo es Dios, el Dios de cada uno de nosotros; el que nos dota de amor, comprensión; el que nos invita a perdonar y a pedir disculpas; el que nos enseña lo hermoso y los valores de la vida: la paz, la armonía, la honestidad. El lograr vivir en congruencia con estos valores nos permite convertirnos en seres trascendentes.

    Pues bien estos cuatro capítulos componen la obra más preciosa, la obra magistral de la humanidad una sinfonía hermosa y perfecta, que fue hecha con amor, con pasión, con alegría, con esperanza; esa hermosa sinfonía se llama hombre. Son ustedes señores. Y son los 4 capítulos que componen mi libro y el de ustedes, Un espacio en tu corazón, donde por medio de hermosas parábolas los haremos reflexionar sobre estos vitales capítulos en nuestro existir.

    Enrique Villarreal Aguilar

    La familia

    Los buenos hábitos son los pequeños grandes detalles que junto con el ejemplo, constituyen el mejor legado que podemos dejar a nuestra familia.

    Enrique Villarreal Aguilar

    Necesito un ángel

    Un bebé desde el vientre materno decía: Necesito un ángel que me quiera, que me arrulle, que me mime y que todas las noches me cante o me cuente alguna historia hermosa que me haga dormir tranquilo.

    Necesito un ángel que me tenga nueve meses dentro de su hermoso vientre, que me cuide y proteja hasta nuestro reencuentro.

    Necesito un ángel que me compre juguetes y me deje hacer travesuras con ellos, aunque con un pequeño grito fingido me diga: ¿qué haces mi amor, dónde estás?, cuando ya sabe de antemano dónde estoy y lo que hago.

    Necesito un ángel que sea mi confidente, mi amiga y mi madre. Juntos compartiremos todos nuestros secretos y fundiremos nuestros seres en una sola alma.

    Necesito un ángel que me enseñe los valores de la vida, que me conduzca por el camino de la ética, la verdad, la equidad y el amor, factores que serán puntal de mi éxito en el transcurso de la vida.

    Necesito un ángel que me enseñe a orar, rezar y el camino a Dios, para que cada noche le diga al Señor: Padre nuestro que estás en los cielos, cuida mucho a papi y mami, dame la dicha de tenerlos siempre a mi lado y no olvides que te quiero mucho.

    Y ahora que recapacito, realmente a mi ángel lo he tenido siempre. Ese ángel eres tú mamá, y el bebé soy yo: ese que llevas en tu vientre.

    Te amo.

    Tu bebé.

    Enrique Villarreal Aguilar

    Reza un hermoso proverbio judío: Dios no podía estar en todas partes, así que creó a las madres. Desde entonces aquel amor pleno de alegría, compasión, ternura, templanza y fe está presente en nuestras vidas para aminorar con su cariño las vicisitudes que te presenta el destino. Bien podrían compararse las madres con las estrellas que, aunque estén lejos de nosotros, van a ser luces inmanentes en nuestra existencia.

    Muchas maravillas hay en el universo; pero la obra maestra de la creación es el corazón materno.

    Bersot

    El corazón de la madre es la escuela del niño.

    Beeche

    En el corazón de la madre se forman los hábitos del niño; en los hábitos del niño se forja el destino del hombre.

    Enrique Villarreal Aguilar

    El niño y la televisión

    Papá, papá! —gritaba un pequeño a su padre que estaba entretenido viendo un programa en la televisión.

    Sin cejar en su empeño y a base de una excesiva insistencia del niño, el papá por fin respondió a su llamado, manifestando:

    —¿Qué quieres hijo?, ¿acaso no te das cuenta de que estoy viendo la televisión?

    El niño respondió realizando un puchero que daba gracia:

    —¡Es que quiero que me ayudes a hacer mi tarea!

    —Vete, no me molestes, estoy viendo el fútbol, juega mi equipo favorito y en pocas ocasiones lo veo —fue su respuesta.

    El niño parte cabizbajo a otro lugar, pero a los cinco minutos regresa con nuevos bríos.

    —¡Papá! Por favor, ayúdame a hacer mi tarea.

    El padre en un tono enérgico le contesta:

    —Te dije que estoy viendo mi partido de fútbol, ¿no he sido claro? Vete de aquí.

    Pasan diez minutos más y el niño vuelve a insistir.

    —Papá, papá, ayúdame por favor a hacer mi tarea.

    —Te lo dije —manifiesta el padre al momento en que envuelto en cólera le da al pequeño una nalgada con todas sus fuerzas.

    El niño pierde esperanzas de que el padre le ayude con su tarea y se va llorando a su cuarto, no sólo con el sentimiento de que no le prestaron auxilio, sino con un golpe proporcionado por su progenitor.

    El padre, arrepentido por su reacción, deja de ver la televisión, camina al cuarto de estudio donde se encuentra el pequeño y le señala:

    —Pequeño, discúlpame por mi reacción, dime: ¿en qué te puedo ayudar?

    —En nada, papá, ya no es necesario.

    —Pero, por favor, pequeño, dime: ¿qué es lo que querías que hiciera por ti?

    —Quería que me ayudaras a hacer mi tarea. Me pidieron que pensara qué profesión deseo tener cuando sea grande.

    —¿Y ya resolviste qué profesión deseas tener cuando seas grande, mi amor?

    —Sí papá, quiero ser una televisión.

    —Una televisión no es una carrera —responde el papá desconcertado— ¿Por qué quieres ser una televisión hijo?

    —Para que los adultos me pongan la misma atención que le ponen a ella.

    Enrique Villarreal Aguilar Inspirada en la parábola Oración de un hijo, autor anónimo.

    La mayoría de los padres nos esforzamos para que nuestros hijos tengan todo; nos preocupan sus amistades, la escuela a la que van, que se alimenten bien, vistan correctamente, tengan excelentes valores; sin embargo, existen algunos desintegradores de la familia que actúan sin que nos percatemos de ello, como la televisión, video juegos, internet, etcétera. No permitamos que estos medios acaben con lo más preciado que tenemos en la existencia: la familia. Utilicemos esta tecnología como un entretenimiento momentáneo, no como una forma de vida.

    No podemos ser justos si no tenemos un corazón bondadoso.

    Vauvenargues

    El secreto de la felicidad es este: que tus intereses sean tan amplios como sea posible, y que tus reacciones hacia las cosas y las personas que te interesen sean lo más amigables que puedas en vez de hostiles.

    Bertrand Rusell

    Es fácil percibir los errores de los demás, pero es difícil percibir los propios; un hombre alude a los errores de su vecino como algo trivial, pero sus propios errores los esconde, al igual que el mentiroso oculta un tiro de dados desafortunado.

    Buda

    Un recuerdo para Heili

    Pequeña princesa:

    No sabes lo feliz que me haría verte correr alegre con tus amiguitos, departir con tus primos y escucharlos planear sus aventuras; cada fin de semana dedicaría un espacio para ti y no perdería el tiempo en ver televisión o algunas otras trivialidades que me apartaran de estar a tu lado.

    Festejaríamos tus travesuras y creo que yo tomaría también un color para rayar juntos el lugar que tú eligieras; cada rayón, cada mancha, cada dibujo,

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1