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La Mujer Solitaria
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La Mujer Solitaria

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About this ebook

Rebecca tiene 36 años, ya tiene la mitad de una eternidad soltera y está buscando el compañero adecuado. Ella se ha dado cuenta de que su reloj biológico está funcionando de manera acelerada y que no tiene mucho tiempo para formar una familia. Para llevar a cabo su sueño, recurre a todos los medios disponibles, para conocer a todos los candidatos posibles y poder encontrar al hombre de sus sueños. Cada cita representa nuevos desafíos, que a menudo revelan los famosos malentenidos entre un hombre y una mujer. 

LanguageEspañol
PublisherBadPress
Release dateNov 7, 2020
ISBN9781547525447
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    There are interesting kind of men described in this book.

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La Mujer Solitaria - Melanie B. Frank

Ⅰ.

––––––––

C

ómo pesca Usted a un hombre? El artículo en la nueva revista sonaba prometedor, pero al final estaba igualmente confundida. Las diferentes formas de cómo actuar, para encontrar a una pareja ya las había experimentado antes, sin ningún éxito.

¿Porque entonces estoy aún soltera? ¿Quizás debería telefonear a Tina? Ella  seguramente  tiene una explicación, ya que definitivamente ella se regocija del hombre perfecto. Con Tina todo camina a la perfección, gracias a su fiel esposo y su adorable hija.

También sueño con una familia feliz. No, no siento envidia por Tina, de hecho, se lo deseo de todo corazón. Como siempre digo: La vida de soltera tiene sus ventajas, en efecto, son suficientes 5 años de soledad, mi estado civil finalmente debería cambiar. Según recomendación de mi ginecólogo debo apresurarme, si deseo tener un bebé. Con 36 años el tiempo se agota, para encontrar al hombre correcto. Un pronto cambio de mi Estado civil de soltera, deseo ocurra en el evento de citas rápidas de mañana en Hamburgo. Casi me olvido de la fecha límite de inscripción.

El tan esperado día llegó, con mi pequeña maleta azul estoy en la estación de tren en Fráncfort,  (esto me hace sentir como una importante mujer de negocios) y estoy lista, para ponerme de humor y prepararme para una emocionante noche en Hamburgo. Absorta en mis pensamientos, me sobresalto cuando oigo el anuncio de que mi ICE tiene media hora de retraso. Usualmente, me disgusta el retraso tanto como los viajeros que se quejan a mi lado, después de todo es fin de semana y no tengo prisa. Cuando el tren llega tarde, se bajan muchos pasajeros que me sorprendo, si realmente alguno aún conduce automóvil. Si el público en general cambiara al uso de transporte público, como suele exigirse en los medios por razones ecológicas, entonces el tráfico local en Alemania, pronto se aproximaría a las condiciones japonesas.

Luego de entrar, cruzo varios compartimientos totalmente ocupados, hasta que descubro dos puestos

libres. Antes de sentarme en uno de los dos asientos, coloco mi maleta en el compartimiento superior, ya que no hay ningún hombre dispuesto a ayudar a una mujer a levantar su maleta, la especie „Caballero" está en proceso de extinción. Enseguida me pregunta una joven dama por el puesto libre a mi lado, el cual le ofrezco. El tren se pone en marcha lentamente y está casi completamente en silencio, aunque el compartimiento está totalmente lleno. Luego de un rato, mi compañera de asiento me pregunta sobre el destino de mi viaje.

Me presento con un apretón de mano:

„Hola Martina, soy Rebecca y voy camino a Hamburgo."

Lentamente entablamos conversación y me alegra, de que ella haya roto el hielo. Resulta que ambas vivimos en Fráncfort a. M., que casualidad, aunque no parece en absoluto extraño, ya que ambas abordamos el tren en Fráncfort. Martina tiene 24 años de edad y estudia Farmacia en la Universidad-Goethe. Muy inquieta se desliza de un lado a otro en su asiento, debe estar muy emocionada, ya que va camino a visitar a su novio. Para continuar con la conversación le pregunto:

„¿Seguro te alegras de verlo pronto?

Martina responde luego de vacilar un poco:

„Si, me alegra pero a la vez no. Llevamos hace varios años esta relación de fines de semana y eso me tiene totalmente agotada. Me gustaría verle más a menudo. Además, tengo stress de los exámenes y realmente no me puedo dar el lujo, de visitarle todos los fines de semana. Durante la semana estoy en conferencias, en las noches debo trabajar, por eso preferiría estudiar los fines de semana, en vez de estar con él. Por eso me pregunto: ¿Qué es más importante, mi grado o mi relación?"

No se me ocurre nada en ese momento, excepto intentar calmarla:

Bueno, entonces no lo visites cada sábado,  quizás así resulten ambas cosas.

„Probablemente tengas razón, lo intentaré. Solo espero que la relación de fin de Semana no sea eterna. Si tenemos mala suerte, después de graduarnos solo encontraremos trabajos en diferentes ciudades: no, realmente no tengo deseos de tener una relación eterna a distancia.

„Martina, eso lo puedo entender, pero seguro que ambos lo lograrán. Les desearé mucha suerte".

Antes de que el tren se detenga, intercambiamos rápidamente nuestros números telefónicos. Martina se baja y es saludada efusivamente por su novio,  la levanta y le da un beso hasta que se hunde en sus brazos. Ambos hacen una linda pareja. Con suerte ambos permanecerán juntos por largo tiempo.

En la próxima parada finaliza también mi viaje, llegué a Hamburgo. Inmediatamente voy a mi hotel, me cambio y me dirijo al local donde se llevará a cabo la cita rápida. Lentamente comienza mi pulso a acelerarse. ¿Qué me esperará allí‘? Esto me pone en una situación completamente nueva y ya no estoy realmente segura de mi causa. A pesar de mis dudas, no debería dejar pasar esta oportunidad de conocer a un hombre maravilloso. Ya que podría escoger al mejor, me lo recomendó mi amiga. Entonces echaré un vistazo más de cerca a los hombres esta noche!

Aunque fue fácil encontrar aquel lugar, me quedo paralizada y dudo en dar el último paso y entrar al local, porque en ese momento una extraña sensación se apodera de mí nuevamente. En ese momento, me abandona mi coraje, de llevar a cabo mi plan. Como si estuviera enraizada en el lugar, estoy parada allí y, mientras tanto, un hombre atractivo entra al local. Bueno, como ya he recorrido todo el camino hasta el lugar del evento, participaré sin vacilaciones en las citas rápidas y veré cómo se desarrollan.

Justo cuando entro, mi mirada se posa sobre el reloj grande y moderno de la esquina y noto, que estoy a un minuto exacto de que comience el evento. La organizadora toma la palabra, saluda a todos los presentes y explica brevemente las reglas: A cada señal los caballeros cambian de lugar, las damas permanecen sentadas en sus asientos. Les desea a todos que se diviertan. Exactamente, por eso estoy aquí, para divertirme y no para avergonzarme de tener la necesidad de participar en una Velada como esta. Así que dejo de lado mis preocupaciones y me sumerjo en la aventura.

Cuando suena la señal, se acerca el hombre con el número 1 en su botón a mi mesa, enseguida sentí el olor a cigarrillos en su vestimenta, además de que sus dientes amarillos y yemas de los dedos no pasan desapercibidos. Exactamente así se ve un fumador obstinado, que jamás lo abandonará. Lo sé por mi última relación y definitivamente nunca más besaré a un cenicero.

El hombre número 2 da una buena impresión, aunque parece inseguro. Él tiene un tono de voz muy alto y mueve nervioso sus manos cuando habla. Conclusión: Puedo prescindir de un afeminado.

El tercero es atractivo, pulcro y elegantemente vestido. Primero me mira a los ojos por largo tiempo,  mientras me sonríe, inclina la cabeza un poco a un lado y pregunta entonces sin rodeos:

"¿Puede ser que eres BI?

„¿Por qué?" Le respondo totalmente perpleja.

„Bueno, quizás lo eres y no lo sabes aún. En realidad, ya tengo  una novia y buscamos a otra mujer para hacer un trio. Si eres abierta para una nueva experiencia...

„Aja", es todo lo que puedo decir al respecto, antes de que suene la señal y el turno para el próximo hombre".

El cuarto cuenta con entusiasmo hasta el último detalle de sus talentos de actuación, de su último taller para actores amateurs y de su verdadera profesión. No me deja articular palabra, ni siquiera para hacerle una pregunta. Inmediatamente pasa el tiempo y él se marcha.

Ya estoy entusiasmada con el número 5, cuando comienza a presentarse. Simplemente me encanta ese hombre y la química entre nosotros parece ser la correcta. Incluso tenemos pasatiempos comunes. Tan pronto como busqué el talón de Aquiles, lo encontré, sabía que había sido demasiado bueno para ser verdad. ¡Él tiene nueve gatos! ¿Quién debería cuidarlos? Por supuesto, su novia. ¡No me haré cargo de este trabajo! Los animales en mi apartamento también son un absoluto no-go para mí.

El sexto es un cerebro de la computadora. Se le notó de inmediato: su cabello ligeramente despeinado: Ni siquiera me mira a los ojos y nunca responde directamente mis preguntas. ¿Realmente me está escuchando o  se zambulló totalmente en su mundo? Debido a eso, le pregunto de manera insinuante si a él mismo se le ocurrió la idea de participar en la cita. No tendría que hacer esto para ganar una apuesta con sus colegas. Bueno, algo así me lo había pensado. Este caso también se finiquitó.

El hombre número 7 es muy lindo. Me pregunto porque aún sigue soltero, o quizás no, y acaba de inscribirse para divertirse. Pero también ese secreto se revela pronto. Rápidamente me pone al tanto de todo lo que realmente me interesa escuchar. Resulta que vive en el Hotel de mamá. Eso realmente no es tan malo, pero a medida que elogia las actividades domésticas de su madre con los tonos más elevados, me queda claro que ninguna mujer la superará. Ninguna cocinará tan bien y cuidará de él como lo hace su madre. Eso no me lo haré,  ser comparada toda la vida con una súper Mamá.

Así que espero que sea el número 8. Con su camisera ajustada muestra su musculosa y fuertemente tatuada parte superior del cuerpo y luce seguro de sí mismo. Así que no me sorprende, que casi todo el tiempo solo esté hablando de su entrenamiento en el gimnasio. Con sus expresiones faciales y lenguaje corporal me da señales claras de por qué participa en este evento. Entonces le insinúo lo que quiere escuchar: Las apariciones de una noche no me interesan.

El me griña un ojo y responde con una gran sonrisa: Oye, pequeña, conmigo nunca se ha quedado en una sola noche! Las mujeres quieren estar conmigo por largo tiempo, si sabes a qué me refiero. Entonces, si cambias de opinión, siempre estoy dispuesto.

Hombre, ¿cuánto tiempo más voy a soportar esto? Ya se sienta también el número 9 a mi mesa. Antes de comenzar yo a hablar, él me dice qué criterios debe cumplir una mujer. Especialmente importante es que la mujer esté siempre disponible para él y para todos los niños y él iría a trabajar. Así que aparte del hecho de que no gana mucho dinero, le pregunto, cómo haría cuando se quede sin empleo. Bueno, no llegaría tan lejos. En cuanto a su opinión, mi trabajo en la agencia de viajes me gusta mucho y no lo dejaría tan rápido por un hombre.

Con esto estaríamos en el número 10, la última oportunidad de la noche. Estos parecen ser los minutos más largos de mi vida. Él no es comunicativo en absoluto. Para ser honesta, solo responde con un si o un no, ahora estoy muriendo de aburrimiento. Tampoco puedo pensar en muchas preguntas. Si debo dirigir todo el tiempo la conversación, me pregunto, si realmente eso se puede llamar conversación, es muy agotador. En algún momento no digo nada más y finalmente suena la señal, ahora por última vez.

De ninguno de estos hombres, a quienes acabo de conocer, acepté el número telefónico ofrecido. Decepcionada, salgo de restaurante y regreso a mi hotel. ¿Por qué me involucré en esto? Estaba claro que saldría nuevamente con las manos vacías. Con amargura llamó por teléfono a Tina, como lo hago siempre en tales casos. Después de que le describí en detalle el desarrollo del proceso, Tina se ríe por teléfono:

Si juzgas a los hombres tan superficialmente, entonces no debes sorprenderte, querida Rebecca. Los colocas demasiado rápido en cierta gaveta. Quizás alguno de ellos merece una oportunidad. Pero alégrate de haberlo hecho. Me hubiera gustado intentarlo también, ciertamente fue interesante. No te mortifiques, tal vez salgas con Thorsten, estoy segura de que te parecerá agradable.

Naturalmente, tenía Tina razón de nuevo. Demasiado rápido juzgo a extraños, pero entendible  en el corto tiempo de la cita-rápida.  Valió la pena la experiencia, sin ese evento probablemente nunca me hubiera encontrado con personajes tan diferentes.

Es domingo por la mañana y después de un desayuno prolongado en el hotel, estoy de nuevo sentada en el tren a casa. Esta vez reservé un asiento hasta Fráncfort y estoy sentada al lado de un hombre mayor. Pienso en Martina, a quien conocí ayer en el tren, y ahora lamento que las personas se comuniquen tan poco entre sí. A veces parece tan frio que nadie se interese en el otro. Así que me arriesgo y le hablo al hombre mayor que está a mi lado. Completamente con la fluidez del discurso, él me describe entonces, que va a visitar a sus nietos, a quienes poco ve, porque su hijo cambia a menudo su lugar de residencia por razones profesionales. Cuando le cuento sobre mi trabajo, regresan a él muchos recuerdos de sus anteriores viajes. Como yo, ha viajado mucho al extranjero, pero su consejo es convincente. Con entusiasmo describe la gran Duna que separa los planos de fango del Mar del Norte, como un espectáculo natural y real. El ilustra un sendero de marisma, como un paseo sobre algodón con sus nietos, que caminan descalzos por las marismas, con arena bajo sus pies, tan suave como ligeramente fresca, pero muy agradable. Juntos habían desenterrado gusanos viendo el atardecer  acostados en la playa. Y luego él canta: Quiero volver a Westerland".

A través de la conversación, ha pasado el tiempo rápidamente, el tren se detiene en la estación central de Fráncfort, terminando aquí mi viaje de fin de semana.

Ⅱ.

E

s martes por la mañana en la agencia de viajes y ya están los primeros clientes, una pareja casada desde hace 40 años; sentada en mi escritorio reflexiono sobre la rareza de esta constelación en el mundo de hoy. La pareja planea un crucero con motivo a su próximo aniversario de bodas, ya que después de tantos años desean obsequiarse algo especial. Cuando hago definitivamente la reservación para el crucero, luego de una hora de consulta, se retiran de la oficina. Así que quedamos solamente mi colega Jessica y yo en la oficina, a quien de inmediato se le ocurre, que quiere ir de compras conmigo, cuando finalice la jornada de trabajo.

Es realmente divertido comprar ropa con ella, inmediatamente descubre las cosas que están a la moda, además ella sabe exactamente qué colores me quedan bien. Es por ello, que no me sorprende cuando se para frente a mí, me

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