La Heredera en Kent: Crónicas de Kopp, #5

POR GREGORY KOPP

KOPP CHRONICLES

AN IMMIGRANT AMERICAN (Edición en Inglés)

A TRACE OF ROYALTY (Edición en Inglés

THE JOURNEY TO DELPHOS (Edición en Inglés)

A CHILD’S BREATH (Edición en Inglés)

CRÓNICAS DE KOPP

UN INMIGRANTE AMERICANO (Edición en Español)

UN RASTRO DE LA REALEZA (Edición en Español)

EL VIAJE A DELPHOS (Edición en Español)

EL ALIENTO DE UN NIÑO (Edición en Español)

KOPP CHRONIKEN

EIN IMMIGRANT AMERIKANER (Edición Alemana)

EINE SPUR VON KÖNIGSHAUS (Edición Alemana)

DIE REISE NACH DELPHOS (Edición Alemana)

EIN ATEM DES KINDES (Edición Alemana)

CHRONIQUES DE KOPP

UN IMMIGRANT AMÉRICAIN (Edición Francesa)

UNE TRACE DE LA ROYAUTÉ (Edición Francesa)

LE VOYAGE À DELPHOS (Edición Francesa)

LE SOUFFLE D'UN ENFANT (Edición Francesa)

Este libro está dedicado a mis sobrinas y sobrinos.

Imágenes cortesía de la cubierta https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Toulmouche,_Auguste-_La_Robe_bleue.jpg

UN INMIGRANTE AMERICANO

UN RASTRO DE LA REALEZA

EL VIAJE A DELPHOS

EL ALIENTO DE UN NIÑO

LA HEREDERA EN KENT

Tabla de contenidos

Capítulo Uno

Capitulo Dos

Capítulo Tres

Capítulo Cuatro

Capítulo Cinco

Capítulo Seis

Capítulo Siete

Capítulo Ocho

Capítulo Nueve

Capítulo Diez

Capítulo Once

Capítulo Doce

Capítulo Trece

Capítulo Catorce

Capítulo Quince

Capítulo Dieciséis

Capítulo Diecisiete

Capítulo Dieciocho

Capítulo Diecinueve,

Epílogo

Apéndice Uno – Príncipe Edward, Duque de Kent y Strathearn

Apéndice Dos – Pánico de 1857

Apéndice Tres – La policía Metropolitana y Detectives del ferrocarril

Apéndice Cuatro – Lincoln ’s Septiembre 1859 Discurso en Cincinnati

Capítulo Uno

1859 septiembre de Lima, Ohio

¡Vendido! El sheriff del condado de Allen gritó a la multitud de espera mientras golpeaba la culata de su revólver sobre el pequeño escritorio de madera en frente de él. La multitud se quedó sin aliento y se volvió hacia el señor y la señora Bauer de pie debajo de un árbol de roble en el borde de las escaleras del juzgado.

La señora Bauer comenzó a llorar y Carolina se acercó y trató de consolarla. El esposo de la señora Bauer comenzó a maldecir ya jurar en voz alta al sheriff. El sheriff no prestó atención a él y procedió a describir la siguiente pieza de propiedad que está siendo subastado ese día.

Sr. Bauer se hizo más fuerte y más activo en sus quejas contra el sheriff, por lo que el sheriff hizo una seña a uno de sus adjuntos con un ligero movimiento de cabeza. El diputado pasó junto a la multitud y se agarró el Sr. Bauer por el brazo, tirando de él lejos del edificio. Sr. Bauer, con olor a alcohol, protestó y maldijo en el adjunto.

Su mujer se alarmó al tratamiento de su marido por el diputado y se separó de los brazos de Karolina y corrió hacia él. Ella protestó ante el adjunto a dejar a su marido solo, pero él no le hizo caso.

Sr. Bauer se esforzó libre, agarrando el revólver de la funda del diputado y apuntó a él. De repente, la multitud quedó en silencio y el sheriff se congeló justo cuando estaba listo para gavel por la venta de otra propiedad adjudicada. Reunió rápidamente su ingenio y se bajó del podio y se precipitó hacia el diputado y su prisionero.

Ahora John, cálmate, habló suavemente mientras John Bauer dio la vuelta y apuntó con el revólver al sheriff ya que se acercó a él. Usted no quiere hacer nada que se va a lamentar, el sheriff le dijo al hombre borracho canoso. No es más que una granja, y tiene toda su vida delante de usted.

John Bauer se limitó a reír una risa cacareando. Perdí a mi hija, y mi esposa me está dejando demasiado. Construí esa cabina con mis propias manos desnudas y cultivadas la tierra por mí mismo. Demonios, si estoy dejando un poco de nuevo sheriff de Lima quita mi propiedad. Y continuó apuntando el arma hacia el sheriff y ladeó el gatillo.

En ese momento, un hombre larguirucho de mediana edad de altura se lanzó hacia él entre la multitud y cogió la mano de Bauer en su fuerte agarre. Un disparo sonó en el aire. El hombre trató de quitarle el arma a Bauer antes de que pudiera disparar un segundo tiro. El diputado también se lanzó sobre él. El sheriff gritó el diputado, agarrarlo y agarrar el arma. John Bauer gritó de dolor como el vicepresidente y el alto desconocido forzó su mano hacia atrás. Forzaron la pistola de su mano antes de que pudiera disparar de nuevo. El diputado inmovilizó los brazos de Bauer a la espalda y lo arrastró a sus pies. El sheriff sacó un par de esposas del bolsillo del abrigo y les dio una palmada en la muñeca de John Bauer.

Mientras tanto, la señora Bauer comenzó a llorar más fuerte y gritó: No le hagas daño. No iba a disparar a nadie. El sheriff agarró el brazo de John Bauer y lo dirigió hacia las escaleras del juzgado.

¡Detener! un joven gritó desde la multitud. Era un hombre vestido finamente acompañado por una hermosa señora y un niño pequeño. Surgieron de la parte posterior de la multitud y se dirigió rápidamente hasta las escaleras del juzgado.

¡Así como de repente, una mujer de edad en la multitud gritó, Peter! Dios mío, ¿es usted? Y ella se abrió paso entre la multitud hacia el lado del joven, se apoderó de él y lo abrazó.

La abrazó de vuelta, sonrió y dijo: Madre, pensé que te encontraría aquí.

El sheriff habló, ¿Quién diablos es usted me dice que pare? Miró al joven. En ese momento,