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Un ángel para cada mujer
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Un ángel para cada mujer

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Desde cómo superar un desamor hasta cómo conseguir un trabajo a través de los ángeles
Los ángeles son seres que hacen más corta la distancia entre Dios y nosotros, los humanos. Este libro contiene la clave para aproximarse al ángel indicado por las razones acertadas. Si, por ejemplo, tienes problemas para comunicarte de forma asertiva con alguien, el arcángel indicado para pedir ayuda es san Gabriel.
El autor ha plasmado su conocimiento para que sepas exactamente cuál es tu ángel según tu nombre, el día que naciste y hasta describe con precisión qué tipo de madre eres. Indaga más en el mundo de los ángeles y mejora tu vida.
LanguageEspañol
Release dateJan 1, 2017
ISBN9789587572834
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    Excelente libro ! He seguido al autor en entrevistas y es muy acertado y coherente en su escritura y oratoria !

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Un ángel para cada mujer - Julián Vallejo

Introducción

Todos los grandes retos de la humanidad están siendo cubiertos por  la tecnología y la ciencia; sin embargo, a medida que incrementamos nuestro poder sobre la naturaleza, los seres humanos hemos ido olvidando nuestra esencia espiritual en pos de una física o material. El ser humano integral está compuesto por tres cuerpos: el cuerpo físico que contempla todo lo que nos rodea, lo que vemos y podemos tocar; lo tangible y palpable. Todos los recursos que el planeta dispone para que podamos cubrir nuestras necesidades de alimentación, abrigo y supervivencia se encuentran en este estado. Un segundo cuerpo es el mental, que rige todos los procesos del cerebro y que podemos expresar posteriormente a través de los sentidos. Este cuerpo abarca todo lo que nace en la mente, nuestras capacidades intelectuales, los métodos de aprendizaje que implementamos para sumar conocimientos y poder planificar cada uno de nuestros actos. En tercer y último lugar está el cuerpo espiritual, que se relaciona con lo subconsciente, nuestra alma y el lazo que nos une con la divinidad, llámese Dios, Alá, Buda, Krishna, Zeus o Apolo.

La tarea más compleja es intentar reconocer que somos seres provenientes de un gran espíritu, cuando solo contamos con nuestra fe para probarlo. Al no poder medir este tipo de experiencias, es muy usual que seamos blanco de seres racionalistas dispuestos siempre a menospreciar nuestras creencias en defensa del método científico y todo lo que ello implica. Sin embargo, la comunidad científica no tiene todas las respuestas. Desde la imposibilidad de entender cabalmente porqué un hombre puede sobrevivir sin la mitad de su cerebro, hasta el hecho de no tener los argumentos para explicar algunos fenómenos paranormales como los casos de gurús en India que se alimentan solamente de luz solar sin necesidad de probar alimento y la lucha contra la ley de probabilidades en casos de curaciones espontáneas de pacientes ya desahuciados por la medicina.

El reconocimiento del alma o del espíritu es una tarea compleja que requiere claridad. El ser humano, además de inteligencia, posee características sutiles que ninguna maquina podría equiparar; los sentimientos, la generosidad, la capacidad de alegrarse por sucesos maravillosos o de entregar su vida por los seres que ama. Estos son dones que no provienen ni del cuerpo físico ni del mental. ¿Por qué entonces insisten algunos en medir lo que no tiene forma de cuantificarse? ¿Acaso en algún momento será deseable conocer el porcentaje exacto de amabilidad o cariño que nos tienen nuestros padres a partir de estudios y resultados de laboratorio? Personalmente creo que en vez de renegar de lo mágico y de lo espiritual tan solo porque no se ha logrado medir, la comunidad científica debería recordar en ocasiones que la madre de la química actual fue la alquimia, que la de la astronomía fue la astrología y que algunos conceptos de la física están más emparentados con la radiestesia de lo que desearían. Lo que hoy llamamos magia, en el futuro será posiblemente parte de la ciencia también y si el tema es de medidas o comprobaciones el arte, la filosofía, la psicología o incluso la física cuántica serán empujadas a un agujero negro bastante abrumador. ¿No sería acaso más responsable ser respetuosos y tratar de comprender el conocimiento milenario para el provecho de todos? ¿No sería prudente asumir de vez en cuando una posición que tenga en cuenta el misticismo y la sabiduría ancestral como lo hacía Jung, en vez de optar permanentemente por el racionalismo de Freud?

Abrir nuestra mente…¡y abrir nuestro corazón!

En múltiples ocasiones, después de los ejercicios de meditación con ángeles, he sido testigo de casos incomprensibles que solo se pueden explicar con una palabra: milagro, una palabra que hemos ido dejando atrás a medida que sumamos conocimientos y gadgets. Se trata de hechos ciertos para millones de personas quienes se asombran al recibirlos. Y es aún más asombroso que sigan ocurriendo aun sin esperarlos. Y es que aunque el término ángel provenga de áng ĕ lus, que a su vez proviene de ἄ γγελος (ángelos), que significa mensajero; abbir, poderoso, y םיהלא , que significa dioses, una persona que intervenga para auxiliar o

ayudar a otra en situación de necesidad también puede ser designado con

este término.

Por su parte, la Real Academia Española define la palabra milagro de la siguiente manera:

«1. m. Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino».

A su vez, señala que su origen etimológico es la voz latina miraculum, que significa mirar. Y es que son muchos los eventos que se han visibilizado a través de la invocación de los seres llamados ángeles, quienes ofrecen una intervención que seguimos necesitando en este mundo convulsionado, un mundo que en ocasiones parece más un campo de batalla que un hogar. Lo único que requerimos, pues, para que se den estos milagros es tener la certeza absoluta de que contamos con seres dispuestos a ayudarnos. Disponiendo de esto, solo hace falta permitirlo, pues así como un amigo de infancia, los ángeles nunca intervendrán en nuestras vidas si no los llamamos.

Este libro tiene como objetivo reconocer a nuestros amigos celestiales dejando de verlos como representaciones barrocas de santos, con grandes espadas, lirios o escudos, como estatuas de artistas clásicos, hermosas pero estáticas. Pretende también plantear nuevos canales para compartir con los ángeles nuestras experiencias diarias en la oficina, nuestras diferencias con vecinos, las preocupaciones por hacer rendir nuestro dinero o mantener un trabajo, cómo conseguir una pareja que nos haga sentir mariposas en el estómago, o cómo sentir su apoyo y su hombro (o sus alas) para sobrellevar un desamor.

¿Por qué un título enfocado a las mujeres? porque definitivamente la energía femenina es la más sutil y por ende siempre está mucho más abierta a conectarse con energías superiores o multidimensionales. Este libro es en parte una muestra de agradecimiento a todas aquellas mujeres que he consultado durante los últimos quince años, pues a través de este tiempo he aprendido a conocerlas más y a percibir su maravillosa misión en la creación de Dios.

El libro también será una guía para conocer más acerca de nuestra naturaleza humana, la cual no es perfecta pero siempre está dispuesta a evolucionar. Espero disfruten de esta experiencia recordando que al decir cada quién tiene lo que merece en realidad podemos asumir que cada quién logra lo que su mente le permita soñar, un abrazo amoroso, ¡con buena energía!

Agradecimientos

Agradezco a todas y cada una de las personas que he consultado  durante estos años, pues de cada uno de ellos aprendí que incluso en las situaciones más extremas, siempre hay espacio para ser testigo de un milagro.

A Dios todopoderoso, por hacerme un discípulo eterno y mantener mi mente y corazón siempre dispuestos a enfrentar el día a día con optimismo.

A Gabriel arcángel por toda su inspiración y a mi ángel de la guarda por su constante compañía y sus sabios mensajes. A todos los seres de luz que me he encontrado en este grandioso camino llamado Vida. ¡Gracias!

En memoria de Alexa Uribe, de quién conservo sus enseñanzas, y de Natasha A. hasta el día en que nos volvamos a reunir.

Sabías que...

Alo largo de la historia de la humanidad los ángeles han marcado el pensamiento humano de múltiples formas. Diversos autores, en diferentes épocas, han recreado la imagen de los ángeles de maneras tan originales como curiosas.

Después de crear a los ángeles, Dios creó a los seres humanos y ordenó a los seres alados que se inclinarán ante los hombres, reverenciándolos y protegiéndolos. Según algunos relatos que se encuentran en El libro de Urantia, el ángel de la luz entró en rebeldía ante esta orden y su protesta dio origen a la batalla del cielo y la posterior caída de los ángeles oscuros.

Esta historia sobre ángeles caídos y batallas celestiales se encuentra por lo menos segmentada en el Libro de las revelaciones (más conocido como el Apocalipsis). Es allí donde Miguel arcángel hace su aparición protagónica como el jefe de los ejércitos celestiales. La imagen de Miguel derrotando al dragón es quizás una de las más conocidas en la iconografía cristiana.

Quinientos años después, desde el punto de vista islámico, este hecho se transforma en una conmovedora historia de amor y decepción pues, según el relato persa, Dios creó a los ángeles para adorarle solo a Él. Al crear a la especie humana ordenó a sus ángeles que debían servir a su nueva creación: hombre y mujer. No obstante, Satanás o Iblís, el ángel que más amaba al Señor, se negó; solo se inclinaría ante quien lo había creado.

Hacía el siglo II d.C. prevaleció la idea cristiana según la cual todo hombre, mujer, niño o niña tenía un ángel guardián a su lado. También se creía en la existencia de dos ángeles (uno bueno y otro malvado) que se posaban sobre los hombros de todas las personas y les hablaban al oído intentando seducirlas al mal o aconsejarlas acerca del buen camino.

En la Edad Media surgió la preocupación sobre algunos temas relacionados con el origen de los seres angélicos. ¿En qué momento fueron creados? ¿Acaso fue cuando Dios separó la luz de las tinieblas? ¿O quizá fue cuando separó los océanos de los cielos?, ante este tipo de inquietudes, San Epifanio afirmaba que fueron creados después de la creación del cielo y de la tierra, sin embargo San Agustín afirmó que su creación fue simultánea.

El término discusión bizantina, que se refiere a una discusión ociosa que parece no llegar nunca a una conclusión razonable, tuvo su origen en las interminables reuniones (llevadas a cabo en el Imperio bizantino) en las cuáles se quería establecer el sexo de los ángeles. No habría tenido tanta trascendencia el asunto de no ser porque mientras los eruditos griegos discutían estos asuntos angelicales, los turcos estaban a punto de invadir Constantinopla. Al respecto de los ángeles, en estas discusiones se llegaba incluso a debatir acerca del número exacto de estos seres que cabría en la punta de un alfiler.

En la tradición islámica, los ángeles cayeron después de la creación de los seres humanos, mientras que para los cristianos fueron lanzados del cielo antes de la creación de la raza humana. ¿Cuándo exactamente?

Antes del tiempo, según señala Dante Alighieri en La divina comedia, escrita entre 1300 y 1320 d.C. A su vez, John Milton autor de El paraíso perdido, escrito 350 años más tarde e influido por la concepción renacentista del tiempo y el espacio, argumentaba que la caída se habría producido después de una terrible batalla de tres días que tuvo lugar en el cielo. Según él, esta rebelión habría sido finalmente sofocada.

Los ángeles son innumerables. Se habla de ellos en términos de ejércitos, legiones, y huestes. Grandes teólogos y visionarios consideran que el número total está entre los 100.000 y los 49 millones (esta última cifra pertenece a la cábala judía).

El Evangelio según San Mateo señala que Cristo podía pedir a su padre más de doce legiones de ángeles. A su vez, en el Antiguo testamento, se cuenta que Daniel tuvo una visión de miles y miles de ángeles que lo atendían y un millón más que apareció ante él.

En su Suma teológica, Santo Tomás de Aquino se pregunta sobre la naturaleza corpórea de los ángeles y sobre si estos son de naturaleza incorruptible o no. Reflexiona al respecto apoyándose en autores como Platón o San Agustín de Hipona.

Los ángeles en el arte

Las representaciones angélicas en el arte han sufrido múltiples variaciones a lo largo del tiempo. Por ejemplo, las representaciones angélicas del antiguo Imperio persa estaban muy relacionadas con las esfinges, figuras monumentales mitad humanas y mitad bestias, en ocasiones con cuerpo de león, alas de águila, cola de dragón y rostro humano.

No hay que olvidar que los ángeles han sido representados a través de la historia no solo como individuos sino también en forma de carruajes o ruedas con la capacidad de transportar por los aires a los profetas de la antigüedad. El profeta Ezequiel, por ejemplo, tuvo un contacto angélico y fue llevado al cielo por seres luminosos que llegaron rodeados por una especie de nube.

En el Antiguo testamento aparecen ángeles similares a humanos, sin alas y con extraños resplandores. El Nuevo testamento, en cambio, los muestra en ocasiones como seres voladores o incluso con apariencia femenina (como aquél ángel que fue encontrado cerca del sepulcro de Jesucristo). Hacia el año 300 fue hallado un ángel pintado en las catacumbas romanas y durante el reinado de Constantino (306 - 337 d.C.) comienzan a aparecer imágenes de ángeles de forma recurrente. Ya hacia finales del siglo IV los ángeles empezaron a ser representados con alas, halos y un nimbo de luz, tal como lo hacemos en la actualidad.

En el Medioevo las virtudes y poderes (jerarquías angélicas) vestían largas vestiduras blancas sostenidas por un cinturón de oro y adornadas con estolas de tonos verdosos. Llevaban además un báculo de oro en la mano derecha y el sello de Dios en la izquierda. Por su parte, el grupo inferior, el de los principados, arcángeles y ángeles, vestía uniformes de soldados con cintos de oro, hachas y jabalinas. En ocasiones eran representados con lirios en sus manos, gallardetes flotantes con la inscripción de sus mensajes o simplemente con las manos unidas en actitud de plegaria.

Tiempo después, los artistas italianos crearon imágenes angélicas con formas de niños bonachones y regordetes, siempre alegres y con alitas muy pequeñas (angelotes).

Actualmente los seres angélicos han tomado formas tan humanas que incluso algunas películas de Hollywood los representan con looks contemporáneos y sin sus características alas.

Dando la bienvenida a tus ángeles

¿Sabes cuáles son los pasos necesarios para iniciar una relación más ¿ directa con tus ángeles protectores?

Muchas veces nos preguntamos qué tipo de vida o qué tipo de personas poseen la habilidad para conectarse con su propio ángel. ¿Será que solo los iluminados pueden verlos? ¿Debo ingresar a un monasterio o viajar al Tíbet para sentir el suave aleteo de estos seres? ¿No sería más práctico que estuvieran en Facebook o en Twitter para poder localizarlos en forma más rápida a través de nuestros teléfonos inteligentes? Estas inquietudes pueden parecer muy vanas, sin embargo, se escuchan casi siempre durante las consultas personales o después de las meditaciones. Eso sin contar con algunas personas que, queriendo parcelar a Dios, se encargan de decir a los cuatro vientos que solo ellos, con sus poderes especiales, pueden ser contactos o canales.

No debemos olvidar que cada uno de nosotros, sin importar la raza, el sexo o la nacionalidad (ni la religión, ya que la figura de los ángeles se encuentra en casi todas) tiene la posibilidad de sentir la presencia de los mensajeros divinos, solo que no

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