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“Las aguas y las horas”, por Saúl Ariza.


©2008 Saúl Ariza
Prólogo por Maritza Núñez

Todos los derechos reservados.


Editado digitalmente por Groenlandia con permiso del autor.

Directora: Ana Patricia Moya Rodríguez


Diseño: Bárbara López Mosqueda \ Ana Patricia Moya Rodríguez
Depósito legal: CO-1728-2008

Córdoba, 2009
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PRÓLOGO

Las aguas y las horas, primer poemario que publica


Saúl Ariza, es una reflexión sobre el carácter etéreo y
fugaz de nuestra existencia. El tiempo es el escenario
donde transcurre una sucesión de poemas divididos en
tres partes: La espera, El miedo y El río, y un Epílogo.

Uno de los componentes del título, las aguas, es decir,


el río cómplice, se convierte en refugio para el poeta y en
fundamento de su identidad: “Soy agua de río...”, “Soy
agua de mar...”, “Al río / acudo / a morir.” Por su parte,
las horas nos recuerdan el tiempo que no se detiene, el
tiempo que señala el camino a la propia muerte.

Temas esenciales en este libro son el tiempo, la vida,


la muerte, el vacío, la ausencia, el amor y el
desencuentro. En el poema El mirador la mirada del
poeta es la de un observador que, en otro espacio y
tiempo, contempla el discurrir de la vida: “Las horas /
transcurren aquí en otro tiempo.”

La vida se nos presenta como una especie de


espejismo donde es difícil deslindar entre la verdad y la
mentira, la realidad y la ilusión “¿Qué es mentira / y qué
verdad?”. Por otro lado, la vida es reiniciar el rito
eterno: “Al río acudo / a morir [...] y hundo en sus aguas
/ la tristeza [...] para emerger / de nuevo a la vida.” La

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muerte es, a su vez, una prolongación del miedo.
Morimos muchas veces para renacer a través del amor o
la ausencia.

No es casual que en el poemario figuren dos epígrafes


con citas de Carmen Luz Bejarano y Marguerite Duras,
pues en ellos se encuentran tres pilares importantes de
este poemario: los sueños, la tristeza y la muerte.

Una atmósfera de añoranza, tristeza y soledad emana


de los poemas. Una soledad tan grande que hace desear
la muerte. Sin embargo, el cuerpo busca su nuevo
nacimiento al igual que el alma: “En los estertores de un
tiempo que creí hueco / mi cuerpo se prepara para
llenarse de nuevo.”

El amor se descubre como la eterna ausencia o el


desencuentro: “Te vas / antes de haber venido”. Mas, el
desencuent ro ocurre también con uno mismo: “es la
distancia / que cada día crece / entre yo y mis sueños / y
la sensación / de haber perdido mi vida en alguna
equivocación.”

El ser humano está hecho de sueños, pero los sueños


están amenazados por el tiempo y la muerte. “Pierdo lo
que sueño / y sueño lo que pierdo.” Y esto es congruente
con la idea de que el poeta es un ser errante, en exilio
permanente: “¿cómo suena el exilio del alma?” El

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sentimiento de inconformismo, la imposibilidad de
adaptarse a un entorno hace n decir al yo poético:
“Profundos abismos / me habitan / desde el principio /
del tiempo.”

Finalmente se impone la tenacidad de la existencia:


“Soy / lo que / soy / el que / no soy / Y soy / lo que / no
puedo / dejar de ser.” Y esta identidad aparece como
símbolo de libertad. “Sólo soy Liberto / cuando el miedo
me liberta”, declara el poeta en una reinvención de sí
mismo. ‘Liberto’ es el puerto al que hay que llegar para
ser uno mismo.

Las aguas y las horas es un hermoso poemario en el que


confluyen imágenes depuradas que van desde el susurro
más íntimo hasta el grito desgarrado. Saúl Ariza nos
descubre un mundo poético personal, profundo y
sugerente.

Maritza Núñez

Helsinki, enero de 2009

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LAS AGUAS Y LAS HORAS

P
P oo rr SS aa ú
ú ll A
A rr ii zz aa

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LA ESPERA

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Se nos van los sueños
en la nave sombría
de las horas.

( C A R M E N L U Z B E JA R A N O )

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Una mañana gris
suena al sonido de un piano

Pero, ¿cómo suena


el vacío de los cuerpos?

Una mañana gris


suena al sonido de un piano

Pero, ¿cómo suena


el exilio del alma?

Quizás a una mañana gris

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Quisiera no ser ojos
para ser mirada
quisiera no ser boca
para ser voz
quisiera no ser cuerpo
para ser alma

Yo quiero ser
mirada
voz
alma

Pero tú ves
mis ojos
mi boca
mi cuerpo

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¿Cómo la piel puede ser
a veces un muro tan grueso?

¿Cómo puede haber

distancia tan grande

entre dos pieles que se tocan?

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Amor

Al fin sé
tu nombre

Después de saber
tus ojos
después de saber
tu boca
después de saberte
dueño de mis deseos
ahora sé
tu nombre

Necesito
más que nunca
saberte entero

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Recorro los kilómetros
que me separan de tu ausencia

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Llego
y siento tu presencia
llenando la ciudad

Siento
tu ausencia en mí

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Quedo inerme
ante la mirada interrogante
de quien busca mi ausencia

Se borró mi lenguaje
No encuentro palabras
que nombren lo que me tiene
(lo que me deja insensible)

No hay palabras
que nombren
esta indolencia dolorosa

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Quiero que acabe este día,
que pase fugaz ante mí.
Leo poemas que no entiendo,
leo poemas que no quiero,
y no sé si espero tu venida
o si espero que la pena se consuma.
No sé si es pena de no verte
o pena mía sin razones.
Esa pena que me personifica.
La pena que me posee, infinita.

Quiero que esta pena se vaya.

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Un disparo se oyó
en el monte
y los ecos
bajaron hasta los valles.
Un disparo se oyó
en el valle
y los ecos
subieron hasta los montes.
Más disparos y sus ecos
poblaron el aire
y yo sentí que mi vida
se iba con ellos.

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Desgajo

Soy el desgajado.
Transcurro entre lugares, personas y deseos,
buscando otros lugares, personas y deseos,
encontrando siempre el abismo oscuro
que pone límites a mi esperanza.

Soy el desgajado,
que deja en cada lugar
una parte del alma,
y en ningún lugar,
parte alguna de esperanza.

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Destierro

Aire siento que me falta.


Este encierro entre paredes negras
que me doblega el alma.
Negro el aire, negra luz,
negras calles, negra el alma.
Encerrada en un tiempo que no avanza.

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Desarraigo

Ventanas, balcones, antenas


y cortinas
¿qué hay tras las paredes
de las que me despido?
¿qué vida hay tras la muerte
de la que yo huyo?
ventanas, balcones, antenas
y cortinas
sin vida, como mi sangre
que la derramó por los muros
del desarraigo

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Desgarro

Para mi amiga Maritza, la Poeta.

De nuevo llega la despedida.

Vuelvo prometiendo volver.


Parto sabiendo que volveré a partir.
Y siento ahora un desgarro
que se lleva parte del alma y del cuerpo,
que se desparrama por la ciudad
y se queda pegada a la tierra.
La vida siempre continúa.
Pasiones sin pronunciar,
afectos sin terminar,
promesas de renuncia al olvido.

Parto de nuevo y de nuevo


se me desgarra la vida.

Quedaron tantas cosas por ver,


vi otras tantas demasiadas.
Volví a recorrer paisajes nuevos,
cuerpos nuevos, misterios nuevos.

Tú entraste en mi alma,
Poeta, para vernos la vida.

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Dejo allí mi encierro
y me pena
y vuelvo con la esperanza
puesta en sus ojos.

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El tiempo hueco

El tiempo ha pasado
pero ha quedado el vacío
ha dejado un hueco
y lo único que queda
es la nostalgia.

El tiempo ha terminado
el tiempo del vacío
el tiempo hueco
y de mí lo que queda
son las migajas.

Otro ha de comenzar
o ha comenzado
de amor
y viajes a mí mismo
campanas que anuncien
el tiempo nuevo
sabiendo que los restos
que de mí quedan
son de mí
sin velos ni mortajas.

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Amor

Los días pasan sin verte


sin ver ese halo que te envuelve
y un terror me asalta a veces
al pensar en ti sin verte.

Te pienso
pero no puedo palpar
el brillo de tus ojos
la bondad de tus gestos
la belleza de tus modos
que el aire
han de llenar
desbordando mi cuerpo
sin espacio alguno
para dudosos pensamientos

Y siento de aire vacío


las horas pasar
y de tanto en tanto
la pregunta del terror
me va asaltando

¿Eres mentira
o verdad?

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La luz se agota en el aire
otras luces surgen y brillan a lo lejos
un fuego
yo sobre las colinas
mi cuerpo flotando en mi alma
y mi voz sumergida en mi cuerpo
incapaz de salir y nombrar
este bello misterio que me libera

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Estertores

El tiempo me esparce por el tiempo


Viajo a través de las fronteras de mí mismo
Recuerdo y borro los recuerdos
Me expando y me encojo el alma
En los estertores de un tiempo que creí hueco
mi cuerpo se prepara para llenarse de nuevo

O de una vez

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Ausencia

Prometí que hoy sería el último día de este tiempo.

El tiempo de la ausencia.
Recorrer las calles en búsqueda.
Llorar por la pérdida de lo nunca ganado.
Sentir la ausencia en las palabras que se dicen.
Sentir la ausencia en las palabras que pronuncio,
en las voces que escucho.
Todo es distinto en la ausencia.
Algo innombrable, alguien innombrable.
Es sólo ausencia,
que deja el tiempo hueco.
De aire dormido en mi boca.
Que puede llenarlo todo
y dejar el tiempo hueco.
Ausencia.
Ausencia
Ausencia.

Hoy es el último día de la ausencia.


Voy en busca de su pérdida.

La pena es que rara vez se cumple lo que uno promete,


o lo que uno desea.

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Cuando el sinsentido pierde el sentido

abrir los ojos

las oportunidades se fueron o quizás nunca estuvieron

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Ya llegas a mi vida.

Los signos lo dicen.


Lo grita el aire.
Tu acercamiento:
algo ha cambiado en tu alma.
Tus ojos, tu sonrisa, tu voz.

Y yo que he tenido una larga espera


donde las horas bullían en mi pecho.

No puedo dejar de
pensar en ti.
Estás
en la materia,
en el color, en el sonido.

Dentro y fuera de mí.

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Que se me rompe
el alma

que se me rompe

Te vas
antes de haber venido

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Tu recuerdo
está en la tierra

Lleno los rincones


con tu imagen

No puedo vivir
sin tu presencia
en la tierra que habito

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¿Qué vuelve a decirme tu mirada?
¿Me buscas?
¿regresas de tus ausencias
para hallarme donde no me hallas?
¿O se trata sólo del vaivén
que nunca acaba?

Yo no estoy lejos
Tan sólo aguardo en un rincón
alejado de las olas

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Pierdo

significados
certezas, recuerdos
pierdo lo que sueño
y sueño lo que pierdo

Vivo

desprendido
despojado
desurdido

o tal vez liberado

¿Qué montaña o qué nube habré


de escalar ahora para simplemente
tratar de estar, tratar de ser?

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Te pienso

En esta noche oscura


solitario paraje
donde los grillos cantan
a la soledad

Lejano y distante
permaneces inmóvil
en mi esperanza

Y la nueva pregunta del terror


me va asaltando

¿Qué es mentira
y qué verdad?

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EL MIEDO

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Qué inútil es pretender el olvido
cuando es tu existencia
la que me hace estremecer el alma
como colgada a la intemperie
en una noche de tormenta

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Muros

Muros de aire
separan tu presencia de mi vida
y yo espero saber atravesarlos
que el miedo se disipe a prisa
que el destino se atreva a cumplirse

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Oscuridad

Qué oscuridad
más absoluta ésta
tan vacía de todo
y tan llena de nada
¿Saben los que nombran la sensibilidad
que ella significa la soledad absoluta?
La soledad más oscura
La soledad más sola

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Qué dolorosa es la certeza
cuando ya perdida la esperanza
en el resto del mundo
se mantiene
en algo que se aleja

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El miedo
es
la muerte

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Cuando el miedo
se desprende de la carne
la soledad se convierte
en una sombra triste

Las montañas
se convierten en arena
que se esparce

Y el hielo
en agua mansa

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El retorno del miedo

El retorno del miedo


es un ciclo
que me estrella en lo más hondo
Su retorno son mil estacas
que me clavan a la nada
Con él la vida se estrecha
y la no vida se acerca

Sólo soy Liberto


cuando el miedo me liberta

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Cuando el miedo vuelve a envolverme

Soy muerte

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El muro

La vida
es muro
tras muro
derrumbado
sobre uno
Escombros
que golpean
la cabeza
el alma
el corazón
Desolado
quedo
Abandonado
me siento
y siento
que la vida
me abandona

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Todo lo que toco es aire
en lo que creía aire
todo es aire vacío que ni aire tiene
todo es aire
no es miedo lo que me llena las manos
sino un terror enorme que me encoge los sentidos
la soledad se va haciendo contigo
uno siempre acaba quedándose sólo
todo te abandona todos te abandonan
y ahí queda el cuerpo
solo y trémulo
esperando el momento
de que el miedo se vaya

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El miedo

Pensar que puedes


irte
y acabar
con mis sueños

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EL RÍO

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Que hoy esta tristeza, aun reconociendo que se trata de
la misma que siempre he sentido, se me parece tanto que
casi podría darle mi nombre.
[…]
Creo que ya sé decírmelo, tengo vagamente ganas de
morir.

(MARGUERITE DURAS)

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El paseo

Hoy he caminado de ida y vuelta.


La ciudad no era la misma.
A mi regreso, decidí sumergirme
en el paseo a la orilla norte del río.
Creo que nunca he bajado a ese lugar.
Es extraño, hace tiempo que está ahí,
pero siempre parece inhabitado.
En los árboles aún el otoño
permanecía, agónico, en el color
de las pocas hojas que quedaban.
Al pasear, el camino se me hacía vacío,
yo no podía llenarlo solo,
y pensaba siempre en él,
para compartir conmigo aquel lugar,
para compartirme con él en aquel lugar
que acababa de involucrar en mi vida.
Pasaba algún que otro transeúnte,
envuelto en el aura de extrañeza
que lo dominaba todo.
Olor a tierra mojada y hoja madura,
viento frío y humedad silenciosa.
Era realmente hermoso.
Pero yo no pude sentir nada,
aunque estuve a la espera.
Cuando salí de aquel paseo,
y llegué a la entrada del puente,

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lleno de sonidos de automóviles,
supe que era un día especialmente bello.
La luz, el olor, los sonidos y el silencio.
Pero también supe que había
algo en el aire, extraño como todo,
indolente, insensible, que me dejaba
impertérrito ante todo aquello.
Por fin comprendí:
el aire,
como el paseo,
como yo mismo,
estaba vacío,
deshabitado,
a pesar de la luz, el olor o los sonidos,
porque ahora él no está aquí
para llenarlo con su hálito.

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Soy
agua
de río
fluyo
y arrastro
Y soy
guijarro
desgastado
y carcomido

Soy
agua
de mar
profunda
e insondable
Y soy
barco
que naufraga
a la deriva

Soy
lo que
soy
el que
no soy
Y soy
lo que
no puedo
dejar de ser

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Tiempo

El único testigo
de que el tiempo pasó
es este sentimiento
de ridículo y autoengaño,
es la distancia
que cada día crece
entre yo y mis sueños
y la sensación
de haber perdido
mi vida
en alguna equivocación.

Por lo demás,
todo sigue igual.
Yo sigo pensando en ti
en la más devastadora
monotonía.

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El mirador

La vida transcurre aquí con sorda lentitud,


como en otra esfera, en otra capa vital.
Las barandas que me separan del río, rejas,
no encarcelarán el olor, ni el fulgor del sol,
que se pone en la otra orilla,
cegando el tiempo.

Las horas
transcurren aquí en otra vida.

Los niños pasan en sus bicicletas, novios


pasean de la mano. Yo estoy solo aquí.

Oigo el sonido de las aves, y a lo lejos


las voces. La vieja ciudad al fondo,
dormida.

Las horas
transcurren aquí en otro tiempo.

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Se me rompió el dolor dentro
desamado
inmenso

Y sentí la muerte
la acaricié
me confundí con sus aguas

pero este dolor debía ser


aún
amado

Tuve miedo
y me pregunté

¿Qué viene tras de esto?


.

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Recuerdo

Profundos abismos
me habitan
desde el principio
del tiempo

Algo inamovible
se expande

y el tiempo
teje sus hilos
y yo hilo
las horas

buscando la vida

paso a paso

en el deseo
que no alcanzo

Paso a paso

mis sueños
se alejan

Me alejo

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busco la vida
y siempre hallo

la muerte

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Morir

Al río acudo
a morir

En el abismo
regreso a su orilla
y hundo en sus aguas
la tristeza
más honda que el río mismo
para emerger
de nuevo a la vida

Vuelvo a él
de nuevo en la calma
porque él es
la calma misma
y sus aguas
me devuelven la paz
que les entrega mi alma

En el fondo del río


yacen las tristezas muertas

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De nuevo hoy
la tristeza
que me derrama
que me trae
que me dobla
De nuevo hoy
la tristeza
que me desgaja
que me sabe
que me nombra

La tristeza y yo
de nuevo ahora

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Ay qué dolor

Que se me rompe
el amor

Ay qué dolor
que se me rompe

Que se me clava
a pedazos en las manos
y me desgarra
a pedazos la piel

Ay qué dolor
¿Cómo resistir
tanto amor desolado
tanto dolor?

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Epílogo

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Se nos van los sueños

Poco a poco
o de un zarpazo

se nos van

Y n o s d e j a n d e s v a l i do s
suspendidos

Se nos van los sueños


y nos dejan

Poco a poco
o de un zarpazo

s e no s v a n

M
Máállaaggaa,, ddiicciieem
mbbrree ddee 22000044
C maavveerraa ddee 22000066
Cóórrddoobbaa,, pprriim

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ÍNDICE

PRÓLOGO, por Maritza Núñez 3

LA ESPERA

Una mañana gris 10


Quisiera no ser ojos 11
Cómo la piel puede ser 12
Amor 13
Recorro los kilómetros 14
Llego 15
Quedo inerme 16
Quiero que acabe este día 17
Un disparó se oyó 18
Desgajo 19
Destierro 20
Desarraigo 21
Desgarro 22
El tiempo hueco 24
Amor 25
La luz se agota en el aire 26
Estertores 27
Ausencia 28
Cuando el sinsentido pierde el sentido 29
Ya llegas a mi vida 30
Que se me rompe 31
Tu recuerdo 32
Qué vuelve a decirme tu mirada 33
Pierdo 34
Te pienso 35

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EL MIEDO

Olvido 37
Muros 38
Oscuridad 39
Qué dolorosa es la certeza 40
El miedo 41
Cuando el miedo 42
El retorno del miedo 43
Cuando el miedo vuelve a envolverme 44
El muro 45
Todo lo que toco es aire 46
El miedo 47

EL RÍO

El paseo 50
Soy 52
Tiempo 53
El mirador 54
Se me rompió el dolor dentro 55
Recuerdo 56
Morir 58
De nuevo hoy 59
Ay qué dolor 60

EPÍLOGO

Se nos van los sueños 62

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