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2012

Literatura 301 Tercer semestre Prof. Wilber A. Ruiz Espinoza

[LA SILLA, QUETA Y MON]


Ricardo ngeles Mendoza

Eran esos das locos de Febrero, en esos das donde puedes ver el sol brillar como las ventanas del alma de una bella dama o cuando puedes notar la tristeza del sol que se refleja en las nubes grises que se ven a simple vista mientras ellas lloran, era uno esos das en los que ella se encontraba sentada en la banca que usaba cuando el sol no brillaba, en esa banca de la cual por el clima no se despegaba, pero de repente un da de esos que se sali del ser un cualquiera tocaron su puerta , por su edad Enriqueta sali lentamente, cuando alargo su brazo empez a pensar en quien seria, si algn ambulante, familiar o testigo de Jehov, al girar la perilla ni parpadeo, al abrir la puerta completamente lo vio, era el seor de la tienda de la esquina, quien era soltero y no haba platicado nada con el que pasara de un tema acerca del precio de los huevos o cosas as, Enriqueta se quedo viendo fijamente a don Simn, quien quedo mudo por varios segundo al ver la expresin de Enriqueta, Simn comenz la platica as: -mmmm Hola Queta! -Hola don Mon que milagro que vienes, respondi queta quien rpidamente pregunto, pero, por qu vienes? -Es que no te devolv el cambio del ltimo kilo de huevos que compraste, recuerdas? Queta record que el ltimo cono de huevos que compro fue hace 8 aos, antes de que le pronosticaran colesterol, entonces regreso queta de sus lagunas mentales y respondi, -s, claro que me acuerdo pero no es para tanto, fue hace poco (resaltando el sarcasmo) -pe, per, perd, perdn, no saba que se mo, mol molestara, contesta con una cara triste y nerviosa -Es que Mon tiene aos de ese suceso, dice Queta rpidamente, mientras reflexiona al recordar que Mon siempre haba sido un viejo tacao, que no devuelve el cambio -Perdn Queta me voy, dice Mon tratando de desaparecer en ese momento Queta al verlo esfumarse dice en voz baja -De nuevo se fue sin decrmelo, llevamos siendo vecinos 40 aos y sigue ocupando esos pretextos. Queta entro de nuevo a su casa se sent en esa banca, donde se vea el panorama de la tienda de don Mon, se sentaba ah cada que el da estaba triste y verlo le causaba un motivo ms de vivir, y as continuo su historia de amor, donde los dos se amaban pero ninguno deca nada .

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