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PULIR EL ALMA

Se dice y con mucha razn, que la mejor escuela en donde aprendemos a vivir, es la escuela de la vida diaria y la actividad diaria. Yo creo que esto es verdad: la vida y las distintas condiciones, hace que el paso de la vida es la mejor escuela. Sobre este particular yo recuerdo una palabra y tema familiar, el tema de esas mujeres santas que tienen todos los pueblos. Esa mujer era del Japn, y que sin duda en una misin de paz, lleg a la Amrica y tambin lleg al Ecuador; ella se llamaba Ogamisama y tena esta palabra que me pareci muy apropiada para descubrir que la vida nuestra es para que cada da seamos mejores que hoy y maana. Ella deca: hay que pulir el alma Si, sta es la palabra apropiada: hay que ir puliendo el alma y la conciencia, puliendo todo nuestro ser, slo as concluiremos la misin que tenemos que cumplir aqu en esta tierra. Nuestra vida es semejante a aquella estatua que va cada da puliendo el artista, hasta que sea una estatua muy hermosa. Pero cuando nosotros mis queridos estudiantes, descuidamos esos maquillajes que van perfeccionando esta estatua, que somos cada uno de nosotros, entonces esta estatua no puede quedar a la perfeccin que quiere el artista dejar. Por eso es preciso que vayamos cada da reconociendo esta verdad: puliendo el alma y la conciencia. Pero, cmo? con los acontecimientos que nos presenta la vida, con los distintos sucesos que vivimos, tratando de vivir -esos acontecimientos y sucesos- de acuerdo con las leyes establecidas por Dios. Este es el secreto de toda nuestra felicidad! De hecho, nos encontramos en una grave circunstancia y que se pone a prueba: si hay esto o no ya en nosotros, si hemos progresado o no, si estamos estancados o si estamos retrocediendo. La vida de cada uno de nosotros, es una gran prueba. Para mejorar, estamos mis queridos estudiantes, en esta gira de observacin y de estudio: de lo que vemos, de lo que escuchamos, de lo que nos entra por los ojos, de lo que queda grabado profundamente en nuestra conciencia. Nosotros tenemos que tener, no solamente ojos y odos para ver y or, sino sobre todo debemos tener abierta nuestra conciencia para percibir en lo ms ntimo lo que nos ensean estos sucesos, por los cuales vamos atravesando; as podemos hacer provechosa sta, nuestra ausencia de nuestra Patria. Padre CSAR A. DVILA G.
Gua Espiritual y Fundador de la Asociacin Escuela de Auto-Realizacin Bangkok, 25 septiembre 1982

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