Fragmento de Rquiem para las hormigas de Raydel Araoz Lunes

En la clnica el oficio de mayor riesgo es el de partero, al cual slo se puede acceder mediante un sorteo que se realiza en la noche de luna llena inmediatamente posterior al primer equinoccio de cada ao bisiesto. Ese da los internos se renen en el patio y escriben su nombre sobre los muros, en el asfalto. Luego, cuando el patio est cubierto de nombres, los internos se sientan y esperan a que la luna decida. El primer nombre iluminado por la luna ser el elegido. Cuando una mujer queda embarazada, el partero debe comenzar un riguroso entrenamiento fsico que incluye una dieta reforzada en protenas, as como el estudio minucioso de las tcnicas para atrapar un beb. Llegado el momento, el partero de turno es vestido con un quimono japons y llevado a donde lo espera acostada la parturienta. Al llegar, el partero da tres toques sobre el pubis de la embarazada y espera a que el beb responda. Luego trata de convencerlo para que salga. Pero esto casi nunca ocurre, a la mayora hay que seducirlos con algn platico de dulce o mostrndoles otro objeto que despierte su inters. Entonces se espera que el beb saque la mano o alguna parte del cuerpo, en ese momento el partero se lanza y agarra al nio. Sus movimientos tienen que ser exactos, nadie conoce el poder de la inocencia y se corre el peligro de ser arrastrado por el feto hacia el interior de la vagina. Cuando esto ocurre, el partero es abortado a los tres das. Por lo general en su cada arrastra al beb. De vuelta al mundo exterior el partero comienza a vagar por los rincones, ya nada le satisface, su cuerpo se va consumiendo hasta parecer una rama seca. Cuando el partero se detiene es una rama seca donde las palomas se posan a tomar el sol. La tcnica ms usada por los parteros es apoyar el pie en la mesa en cuanto se agarra al nio y arquearse hacia atrs arrastrndolo consigo. Entonces el asistente del partero corta el cordn umbilical y observa cmo el partero alza al

beb por los pies en forma de trofeo. La sala se llena de olores, el partero ha ganado, el llanto del recin nacido es el reconocimiento de su derrota.