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Introducción
Dado que el desarrollo es un proceso integral que supone cambios económicos, así como
sociales y ambientales, en este trabajo se adopta un enfoque interdisciplinario. En él se intenta
describir y explicar las complejas relaciones existentes entre diversos aspectos del desarrollo,
como el crecimiento demográfico, el crecimiento económico, las mejoras de la educación y
salud, entre otros temas.Hemos basado el trabajo en una idea fundamental: el desarrollo debe
ser un instrumento para mejorar la vida de toda la gente.En la primera parte expondremos las
diferentes teorías que, desde la economía, han intentado explicar los fenómenos de
crecimiento y desarrollo a lo largo de la historia.En la segunda parte, nos abocamos al análisis
de los conceptos que hacen a ambos fenómenos, los diferentes aspectos que involucran y
finalmente tratamos de establecer una conexión entre ambos a fin de determinar como un
fenómeno nos lleva al otro.En la tercera parte, nos abocamos al estudio de dos casos
concretos: Los países del Este Asiático, por un lado, y Argentina, por el otro. Los primeros por
el éxito de sus economías pese a la limitación de sus recursos, y el segundo por las dificultades
a las que se encuentra en pos de lograr un crecimiento sostenido y un verdadero desarrollo.
Primera Parte
Existen grandes discrepancias sobre la mejor manera de alcanzar el objetivo del crecimiento
económico. Algunos economistas subrayan la necesidad de aumentar la inversión de capital.
Otros la de fomentar la investigación y el desarrollo y el cambio tecnológico. Existe un tercer
grupo que pone énfasis en el papel que desempeña la mejora del nivel de estudios de la mano
de obra.
intereses del capital. La producción se expande con la población, por lo que los salarios reales
por trabajador permanecen constantes a lo largo del tiempo. (Figura 1)
Figura 1 :
Pero esta edad de oro no puede durar infinitamente. Finalmente, a medida que la población
continua creciendo, se ocupa toda la tierra. Cuando ya no queda tierra libre, ya no es posible
que crezcan de un modo equilibrado la tierra, el trabajo y la producción. Aparecen nuevos
trabajadores que inundan las tierras ya trabajadas. Estas comienzan a escasear y se cobra una
renta para racionarlas entre los diferentes usos.La población continúa creciendo, y lo mismo
ocurre con el producto nacional. Pero ahora éste debe crecer más despacio que la población
porque al añadir nuevos trabajadores a una cantidad fija de tierra, ahora cada trabajador tiene
menos tierra con la que trabajar, lo que, naturalmente, hace que entre en funcionamiento la ley
de rendimientos decrecientes. La relación creciente entre el trabajo y la tierra reduce el
producto marginal del trabajo y, por lo tanto, los salarios reales y las rentas per cápita. Al
mismo tiempo, al ser más escasa la tierra, aumenta la renta por acre de tierra. Los
terratenientes ganan a expensas del trabajo.El pesimista Malthus, por su parte, pensaba que
las presiones de la población llevarían a la economía a un punto en el que los trabajadores se
encontrarían en el nivel mínimo de subsistencia (ver Figura 2).El razonamiento de Malthus era
el siguiente: siempre que los salarios fueran superiores al nivel de subsistencia, la población
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proceso por el que la cantidad de capital por trabajador aumenta con el paso del tiempo. Por
ejemplo el sistema de regadío en la agricultura que al incrementar la cantidad de capital por
trabajador se produce un crecimiento importante en la producción agropecuaria.Por otra parte,
el salario pagado a los trabajadores tiende a aumentar conforme se intensifica el capital, esto
es así debido a que cada trabajador tiene más capital con el que trabajar, por lo tanto aumenta
su producto marginal.La influencia de la intensificación del capital en el modelo neoclásico de
crecimiento puede resumirse de la siguiente manera:
El capital se intensifica cuando su stock crece más deprisa que la población trabajadora. En
ausencia de cambio tecnológico, la intensificación del capital eleva la producción por
trabajador, el producto marginal por trabajador y los salarios; también hace que el capital
muestre rendimientos decrecientes y que, como consecuencia, disminuya la tasa de
rendimiento del capital.
1. CRECIMIENTO ECONÓMICO
1.1. Concepto:
eliminación gradual de la brecha económica entre países ricos y países pobres. El crecimiento
demográfico, que es más rápido en la mayoría de los países en desarrollo, está neutralizando
el aumento comparativamente mayor del PBI, por lo cual las tasas de crecimiento del PBI per
cápita de estos países son bajas y, en algunos casos, negativas. (ver Figura 4)
Actualmente sólo unos 10 países en desarrollo —aquellos cuya tasa de crecimiento del PBN
per cápita supera en 1 punto porcentual el promedio correspondiente a los países
desarrollados— tienen posibilidades de ponerse a la altura de éstos en los próximos cien años;
únicamente podrán lograrlo si mantienen sus elevadas tasas de crecimiento, lo cual es todo un
desafío. Efectivamente, cuanto más pobre es un país, más difícil le resulta retener el alto nivel
de inversión que necesita para crecer.
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Figura 5
En general, los economistas suponen que el deseo de la gente de ahorrar para consumir en el
futuro aumenta con los ingresos. Cuanto más pobre es una persona, menos recursos tiene
para planificar su futuro y ahorrar. La misma lógica se aplica a las empresas y los gobiernos.
Por ello, en los países pobres, donde la mayor parte del ingreso se debe gastar en satisfacer
las necesidades del momento —en muchos casos, acuciantes— escasea el ahorro La escasez
de ahorro constituye una traba para la crucial inversión interna tanto en capital físico como en
capital humano. Sin inversiones nuevas, la productividad de la economía no puede mejorar y
no pueden aumentar los ingresos. De este modo, se cierra el círculo vicioso de la pobreza
(Figura 9) Entonces, ¿están los países pobres condenados a seguir siendo pobres?
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Figura 9
Los últimos datos sobre inversión interna bruta en Asia oriental parecen indicar que no es así.
A pesar de que, en la región, el PBN per cápita inicial era bajo, el ahorro interno bruto y la
inversión interna bruta eran elevados e iban en aumento hasta la crisis financiera de 1998
(Figura 10). Los especialistas siguen tratando de explicar este fenómeno. En términos
generales, sin embargo, muchos de los factores que alientan a la gente a ahorrar e invertir son
bien conocidos; entre ellos se cuentan la estabilidad política y económica, un sistema bancario
confiable y una política oficial favorable.
Figura 10
Además de la inversión interna, la inversión extranjera puede ayudar a los países en desarrollo
a romper el círculo vicioso de la pobreza, en especial si va acompañada de transferencias de
tecnología de vanguardia de los países desarrollados. La oportunidad de beneficiarse de la
inversión y la tecnología extranjeras muchas veces se menciona como "la ventaja del atraso",
que debería, al menos en teoría, permitir a los países pobres desarrollarse más rápidamente de
lo que, en su momento, progresaron los países industriales de la actualidad. Sin embargo,
muchas de las condiciones necesarias para atraer inversión extranjera a un país son las
mismas que se requieren para estimular la inversión interna. Un clima propicio para las
inversiones se compone de muchos factores que hacen que sea más redituable y menos
riesgoso invertir en un país que en otro. La estabilidad política es uno de los más importantes.
Tanto los inversionistas nacionales como los extranjeros desisten ante el peligro de una
conmoción política y ante la perspectiva de que un nuevo régimen pueda exigir impuestos
punitivos o expropiar bienes de capital. Como consecuencia, el país donde se produjera esa
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situación podría caer en otro círculo vicioso, como hemos visto históricamente en algunos
países latinoamericanos (Figura 11). La inestabilidad política ahuyenta las inversiones nuevas;
ello impide que la economía crezca rápidamente y que la situación económica de la población
mejore, lo cual genera más descontento con el régimen político imperante y aumenta la
inestabilidad política. Este círculo vicioso de inestabilidad política puede convertirse en un serio
obstáculo para la reactivación del desarrollo económico y la reducción de la pobreza.