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El hombre es lo que es (como Dios en el relato de Moiss); pero al ser lo que es, es lo otro: el no ser o el ms-all-del-ser.

En las grandes pruebas del espritu, como las llam Michaux, se produce la superacin del sujeto como trascendencia en acto. Ese estado- de- trascendencia en que acontece algo as como absoluto no es un estado pensado sino vivido como una extrema intensidad sin conciencia: no inconsciente sino transconciente [cf. Escota, pb de la lucidez,memoria,conciencia;distincin frmacos alucinogenos/visionarios + experiencia transpersonal, huxley, escota].Este punto en que se desborda al sujeto y al objeto es lo real: no la realidad emprica, ni lo invisible de lo visible, sino algo que (es) ausencia activa [ presencia a s, temporalidad lineal, metafisica] , prxima al orden de lo luminoso, y ni siquiera eso: a la imposibilidad por exceso de nombre. Slo el que ha vivido esa experiencia que trasciende al sujeto-objeto volvindose piojo, lechuza, pino, o lo que sea, puede entender la mutacin que da acceso al ms- all-del-hombre. Ms ac el hombre s es sujeto y est sujeto a deseos sucesivos e incalmables que fundan el dolor de toda criatura. [cfr. Jnger, Ocaa, nexo drogas y dolor].) Y es aqu, en este negativo, donde debe ubicarse la funcin teraputica de la filosofa de Wittgenstein interpretada como funcin de redencin y salvacin: de un lenguaje, de un mundo y una sociedad que han olvidado su esencia en cuanto seres revelados p 249-250

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