a.

Missa In Cna Domini HOMILIA

pulos que permanecieran en es P II D

or:

( f 15 9) 8 2004

f n, la Iglesia, convocada en la esperanza y en la fe, proclama hoy a f a y en el sacramento del Orden Sagrado. Son dos modos maravillosos de su presencia los que contemplamos hoy en esta memoria solemne de P P I f n, le propone f f a. s fue dispuesta con la acostumbrada solemnidad de los hijos de Israel. P D de su pueblo amado. f : n

f I surgir de verdad cuando sea Comunidad de Comunidades, formadas en la fe y convocadas en la caridad.

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125 f a de ser el sacerdote del nuevo y definitivo sacrificio al presentarnos al mismo J f P el que se recoge la sangre del nuevo Cordero. P a se une D ( f P f I

s, pronunciando sobre la humilde ofrenda del Pueblo Santo culo. pulos para dar su nombre y su sentido a la Iglesia. Por ello esta tarde es distinta, nueva, maravillosa. Hoy nos viene a nosotros aquella misma gracia de la primera cena de la Nueva Alianza. Hoy reviv f que nace en la Cena del Cordero, a la que hoy I f gil nave el encrespado mar de la historia humana. P ntesis, los Padres del Concilio Vaticano Segundo nos dijeron que: D n de hombre.
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f s, a la

a, ( P c f n Gaudium et Spes 22). stico que

n. Pidamos para que no falten Ministros de este misterio de amor y roguemos para que nuestro Seminario sea escuela de verdaderos celebrantes del misterio del amor, formados a imagen de Cristo, pastor y sacerdote que se ha dado todo por nosotros. P or que aleje de nuestras comunidades toda sombra de odio, de v

B n. I s viva en nosotros y

con nosotros s f f como agradable perfume hasta la gloria del cielo. Hoy es el eterno Jueves en el que Dios se hizo pan y nos hizo comensales de su banquete de amor. Amen.