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Mucho se ha hablado de “liberar al Tibet”, si, pero ¿qué pasa con Xinjiang?
Xinjiang es una Región Autónoma al noroeste de China que se compone
mayoritariamente de la etnia Uigur, de 8,4 millones, que es de religión musulmana
sunnita y habla una lengua propia. En el proyecto de desarrollo del Partido Comunista
Chino (PCC), y dada la mentalidad milenaria nacionalista de una “Grán China”, no hay
lugar para el multiculturalismo, por lo que ha hecho intentos por avasallar a esta cultura
por distintos medios.
Xinjiang representa la unión entre China y Asia central y cuenta con importantes
recursos naturales y energéticos indispensables para el desarrollo de la nación. Las
reservas estimadas de carbón representan el 37.7% del total nacional, y las reservas
estimadas de petróleo y gas natural suman 30,000 millones de toneladas, lo que supone
más del 25% del total nacional.
De acuerdo con la legislación china, las libertades sociales y el respeto a los derechos
humanos están garantizados. De igual manera, la legislación establece que en China la
libertad religiosa y autonomía étnica son un derecho constitucional. Pero el respeto de
los derechos uigures ha sido más una realidad de iure que de facto. Durante los años 90,
con el auge del Islamismo fundamentalista y con la independencia de las cinco
repúblicas que conformaban la Unión Soviética se produjo una revitalización del
activismo uigur de carácter separatista. El resultado fue una represión conocida como la
"mano dura". Esta campaña del PCC, que comenzó en 1996, marcó el inicio de un
período de hostilidad hacia la cultura uigur sin precedentes, con violaciones flagrantes a
sus libertades y derechos sociales, étnicos, humanos y religiosos.
Una de las maneras en que China quiere homogenizar la cultura Uigur de Xinjiang es
mediante el lenguaje. El “Uigur” es la lengua nativa de 8 a 11 millones de hablantes en
toda China. Todos los Uigures de Xinjiang hablan Uigur. El PCC se ha encargado de
que esta lengua desaparezca progresivamente de las universidades y los sistemas de
educación básica.
La étnia Han constituye el 92% de la población en China. Una estrategia del PCC ha
sido colonizar Xinjiang con población Han, hasta hacer que los Uigur sean minoría en
su propia tierra. El aumento de la población Han en la región ha pasado del 7% en 1949
a casi un 40% en 2003. Sólo en los 90 más de un millón de chinos Han han inmigrado a
Xinjiang. Existe un resentimiento Uigur contra esta étnia porque adquiere los mejores
puestos de trabajo, obtiene mayores beneficios económicos y controla el poder político
y administrativo real. El desarrollo socioeconómico y los proyectos de inversión en
Xinjiang actúan como imán para una inmigración Han permanente.
Ante esta situación, los Uigures se han hecho esfuerzos para que su situación sea
escuchada por la comunidad internacional. Del 24 al 26 de noviembre de 2006 se
celebró en Munich la segunda asamblea general del World Uyghur Congress (WUC),
Rebiya Kadeer ocupa su presidencia. Rebiya Kadeer es una mujer Uigur que desde 2005
aparece anualmente entre los posibles candidatos al Nobel de la Paz. Fue condenada a
ocho años de prisión en China en el 2000 por haber pasado supuesta información
secreta a su marido, exiliado en EEUU. Según organizaciones de derechos humanos, la
información secreta consistía simplemente de recortes de prensa local, a través de lo
cuales era posible llevar un recuento de las ejecuciones de Uigures en Xinjiang. Con su
encarcelamiento, Rebiya Kadeer se fue convirtiendo en el nuevo símbolo de la represión
china sobre los Uigures. En marzo de 2005, China liberó a Kadeer y desde entonces
vive exiliada en Estados Unidos. Su elección como presidenta del WUC refleja su
proyección internacional. En Estados Unidos existe la Uyghur American Association
(UAA), presidida también por Kadeer.