PODER POPULAR

Revista y foro de análisis, crítica e investigación social - Número 2 - Marzo 2009

Artículos de Enrique González Rojo, Hugo van Oordt H., Alfredo Velarde,
Miguel Á. Rodríguez, Gonzalo Martré, Mario Ramírez,
Arq. Gerardo David Rodríguez, José Tlatelpas
 PODER POPULAR
1

EDITORIAL
Como resultado de los esfuerzos sociales, políticos y culturales de la convergencia de la
izquierda mexicana, la revista Poder Popular ofrece un foro creado para compartir
análisis y discusión entre las diferentes corrientes de pensamiento en las áreas de eco-
nomía, política, desarrollo sustentable, democracia, cultura, etc. Por lo tanto, la revista
presenta variados puntos de vista y documenta los análisis inéditos de distintos inves-
tigadores, académicos y corrientes sociales en México y el mundo.

En este número destacamos la colaboración del poeta, filósofo y pensador Enrique Gon-
zález Rojo, con una disertación teórica sobre su propuesta de socialismo autogestionario.
Hugo Van Oordt hace un análisis de la trascendencia de José Carlos Mariátegui para
latinoamérica y el mundo, su caracterización del fascismo y las aportaciones del pen-
sador peruano acerca del problema de los indios en Latinomérica. El académico Alfredo
Velarde nos presenta un análisis y crítica acerca de la crisis económica mundial. Miguel
Angel Rodríguez propone que ante la recesión económica mundial debemos encontrar
soluciones como la construcción del poder popular. El escritor Gonzalo Martré, director
de la redvista electrónica La Rana Roja, nos ofrece, a través de una aguda sátira, la
“autopsia tardía” de La Región más transparente del aire de Carlos Fuentes, y nos
la presenta como el gran fraude de un México que sólo existe en las páginas de esa no-
vela. Mario Ramirez nos ofrece otra variante de la aplicación del contrapoder, distinta
a la de poderes fácticos como los del narco o el del duopolio Televisa-TvAzteca, en la
que su carácter fundamental es la construcción progresiva del socialismo en México y
la construcción del poder popular rumbo a una Revolución Cultural. Publicamos la
convocatoria del 1er Taller Continental del Poder Popular y una investigación del Arq.
Gerardo David Rodríguez con datos acerca de la pobreza en México, mostrando cómo
en México se ha dimensionado la pobreza de forma geométrica, aumentándola y con-
centrando la riqueza en cada vez menos manos.

Con motivo del “Día Internacional de la Mujer”, hacemos un homenaje a tres cantantes
ejemplares de la izquierda internacional: Judith Reyes, Miriam Makeba y Martha Jean-
Claude. Esperamos que sea grato y nutritivo este caldo de ideas, propuestas y cultura.
 PODER POPULAR
2

DIRECTORIO ÍNDICE
Fundación

Consejo Directivo
Alberto Anaya Gutiérrez
Alejandro González Yañez
Ricardo Cantú Garza
Rubén Aguilar Jiménez

Comité Ejecutivo Editorial .............................................................................. 1

Presidente
Arturo López Cándido Índice / Directorio ............................................................ 2

Secretario Revolución y reforma

Javier Arroyo Cuevas Enrique González Rojo...................................................... 3

Zenaida Ortega Cortéz José Carlos Mariátegui, marxista convicto y confeso

Efraín Aguilar Sánchez Hugo van Oordt H. ........................................................... 9
José Luis López López
Genaro Cervantes Vega La crisis capitalista mundial
Ernesto Villareal Cantú Alfredo Velarde ............................................................... 13
Silvia Martínez Alfaro
Ante la crisis capitalista el poder popular
Miguel. A. Rodríguez ..................................................... 23

Dirección Autopsia tardía de La Región más transparente

José Tlatelpas Gonzalo Martré ............................................................... 25

Director de Producción Contrapoder, poder popular y elecciones

Mario Ramírez Mario Ramirez ................................................................. 33

Corrección de Estilo 1er Taller continental de la teoría

Hugo van Oordt y práctica del poder popular
Varios ............................................................................... 37
Arte
José Luis Colín La dimensión de la pobreza en México
Arq. Gerardo David Rodríguez................................... . 43
Impresión: Martín Cambrón
Día Internacional de la mujer, homenaje a
Colaboradores en este número: TEXTO: Enrique Gon- Judith Reyes, Myriam Makeba, Martha Jean-Claude
zález Rojo, Hugo van Oordt H., Alfredo Velarde, Miguel José Tlatelpas (contraportadas) ................................... 48
A. Rodríguez, Gonzalo Martré, Mario Ramirez, Gerardo
David Rodríguez, José Tlatelpas.

Portada:
Primera Época, 2009 Dibujo del maestro José Hernández Delgadillo.

ARTE:
poderpopularpt@gmail.com José Hernández Delgadillo, Melecio Galván, Reynaldo
Olivares, José Sabogal, Ocaranza.
PODER POPULAR es una revista trimestral de la
Fundación de Estudios Sociopolíticos, Económicos, Au-
togestión y Poder Popular del Distrito Federal, AC. FOTO:
Arturo López Cándido, Haags Utiburo , Jimmy.
(r) Derechos registrados. Algunos derechos restringidos.
Creative Commons Licence. México DF, marzo del 2009
 PODER POPULAR
3

REVOLUCIÓN Y REFORMA
Enrique González Rojo
En apariencia, vivimos una época histórica en que la es-
peranza, herida y maltrecha, se halla a punto de exhalar
su último suspiro. Al parecer, el fantasma que hoy recorre
el mundo es, ay, el desaliento. Los capitalistas y todos sus
modernos comunicadores, ideólogos y testaferros, dan
por liquidado el ideal socialista y hacen creer al pueblo,
porque no dejan de influir en él, que el anhelo de eman-
cipación y la apasionada lucha por humanizar al hombre,
son propósitos construidos con el material ilusorio de los
sueños, que se han quedado para siempre ubicados en el
pretérito. ¿Esta impresión corresponderá a la realidad?
¿Vivimos en un mundo huérfano de utopías? ¿Se hallará
globalizado el pesimismo?
Hace ciento cincuenta y cuatro años se publicó el Mani-
fiesto del Partido Comunista.
Los autores de este documento histórico, tan decisivo e
influyente, examinan críticamente el sistema capitalista
en ascenso y, aunque no dejan de destacar los elementos
progresivos que lo acompañaron en su proceso de reali-
zación, poniendo de relieve sus limitaciones y el enlistado
negro de atrocidades inherentes a su naturaleza.
El diagnóstico de este capitalismo todavía incipiente, pero
vigoroso y pujante, lleva a sus autores al convencimiento
de que, para sus víctimas –que rápidamente van confor-
mando la mayoría de la sociedad– no existe otra salida
que la revolución, una revolución realizada fundamen-
talmente por los que, con ella, no tienen otra cosa que per-
der sino sus cadenas y a quienes se abre así el promisorio
mundo de la emancipación.
Ha corrido mucha agua, en verdad, desde que salió a la
luz pública el Manifiesto. El capitalismo no sólo no ha
sido eliminado, sino que, con algunas excepciones, está
en todas partes. Este sistema inhumano e irracional, que
nació en Europa, y hace apenas un puñado de siglos, se
ha adueñado del mundo, se ha entronizado en los cinco
continentes, se ha revelado como el sistema con mayor
poder de conquista que registra la historia humana. Pero
en este proceso de expansión, el sistema capitalista está
lejos de haberse sacudido el conjunto de caracteres –como

Colonos en trabajos de autoconstrucción,

foto por Arturo López Cándido
 PODER POPULAR
4
la explotación, el dominio imperial, las guerras, la mise-
ria– que ineludiblemente forman parte de su esencia. Es
un capitalismo corregido y aumentado. Que ha sufrido
cambios, es innegable. Que en algunos aspectos se ha di-
ferenciado de su forma de pensar, sentir y actuar, como
lo hace el viejo con el joven que fue, es un hecho palpable.
Pero sigue siendo el mismo y sus manos continúan man-
chadas de sangre. La salida no puede ser, por consi-
guiente, sino la misma que preconizaba el Manifiesto: la
revolución.
Pero antes de mostrar cómo concebimos esta última, y de
subrayar las diferencias, si es que existen, con la forma en
que la inteligían los socialistas decimonónicos, creemos
conveniente aclarar el título del escrito presente. De la
misma manera que Marx y Engels (en vísperas del con-
junto de revoluciones que, en 1848, estallaron en varias
de las ciudades europeas) decidieron llevar a cabo un exa-
men crítico del régimen sociopolítico imperante, mostrar
sus leyes de tendencia y analizar las posibilidades de su
desaparición –con el surgimiento histórico de su sepul-
turero: el proletariado–, creemos necesario hacer otro
tanto respecto al modo de producción que existe hoy en
día. Necesitamos un Nuevo Manifiestoque analice la ver-
dadera fase superior del capitalismo –que es la globaliza-
ción–, estudie su situación actual y sus leyes de tendencia,
recapacite si el capitalismo en proceso de mundialización
del presente está creando o no su sepulturero y si es po-
sible y conveniente volver a pensar en una revolución que
trascienda la formación capitalista.
Existe la idea muy extendida de que toda revolución tiene
que ser forzosamente violenta. Ante este lugar común,
resulta adecuado hacer una diferencia entre la revolución
en cuanto tal y los medios para acceder a ella. La revolu-
ción es el cambio de sistema, el tránsito de un modo de
producción y de vida a otro, y los medios para alcanzar
ese fin son violentos o pacíficos, hablando desde el punto
de vista de la posibilidad abstracta. Se puede estar de
acuerdo tal vez en la necesidad de que, viviendo en el ca-
pitalismo, surja una revolución que nos conduzca a la otra
orilla: a un mundo donde se inicie el complejo proceso de
la desenajenación. Se puede estar de acuerdo en esto; pero
las diferencias hacen acto de presencia tan pronto nos pre-
guntamos: ¿cuál de las dos vías, la pacífica o la violenta,
es el camino posible para dar con la tierra promisa de la
emancipación? La vía pacífica no puede ser. Los intereses
creados y el cerco inexpugnable que tienden en torno al
poder, se oponen a ello. El régimen republicano dice tener
un dispositivo –el electoral- por medio del cual se expresa
la voluntad popular, y que, si fuera el caso, el deseo po-
pular de trascender el régimen capitalista podría hacer uso
de ese instrumento y dar a luz, en y por los comicios, el
proceso revolucionario de cambio de sistema. Pero en
todo esto hay un cálculo bien definido: quienes acuden a
las urnas están perfectamente adoctrinados por el smog
ideológico predominante para no pedir o exigir nada que
se instale en el más allá de la economía de mercado, la he-
terogestión organizativa y la reproducción del capital. La
ideología hegemónica no puede ser sino la de la clase que
ejerce, con el poder, dicha hegemonía. Quienes escapan
de la regla de la manipulación no son sino excepciones
que confirman el papel predominante de la regla. ¿El trán-
sito pacífico hacia un régimen postcapitalista se hará
echando mano de una educación alternativa? La educa-
ción masiva requiere de recursos económicos que tienen
que provenir del Estado, y este último no puede, simple-
mente no puede, financiar una práctica educativa nacional
contrapuesta – como sería el caso de una educación anti-
capitalista– a los intereses económico- sociales del aparato
político-administrativo dominante.
La vía violenta tampoco resulta viable. Es cierto que la his-
toria demuestra que la mayor parte de los cambios de ré-
gimen significativos, han tenido a la violencia como uno
de sus protagonistas principales.
Pero todos ellos no han implicado, con inclusión de los re-
gímenes llamados socialistas, el tránsito de un modo de
explotación económica y dominación política a otro sin
estas características. Ahora nos planteamos la cuestión en
diferentes términos: ¿la revolución que lleve del sistema
del salariado, la explotación y la dominación al socialismo
libertario –y no de un sistema de explotación a otro– ha
de ser forzosamente violenta? Aunque no hay una expe-
riencia al respecto –porque un socialismo autogestionario
no ha sido creado ni por medio de la vía pacífica ni me-
diante el método violento– podemos señalar nuestra con-
vicción de que el camino de la violencia tampoco nos va
a abrir esa posibilidad porque la mayor parte de la socie-
dad –en prácticamente todas las regiones del mundo– no
quiere oír hablar de una guerra civil que se proponga des-
truir el capitalismo por medio de las armas y porque, en
el caso de que una minoría “consciente” se disponga a
“imponer” la “emancipación” a la sociedad, intuye que
tal intento se torna en su contrario: la aparición de la des-
carnada política de intereses específicos y grupales, como
lo demostraron las revoluciones que, prometiendo la
emancipación del trabajo, gestaron el totalitarismo de la
tecnoburocracia .
 PODER POPULAR
5
Colonos en trabajo comunitario, foto por Arturo López Cándido
La posibilidad de la revolución se diría, pues, imposible,
porque ni la vía pacífica ni la vía violenta parecen abrirnos
el camino a su consecución.Esto, por lo menos, en el corto
y quizás en el mediano plazo. Podemos imaginarnos, sin
embargo, una posible solución al problema. Algunos so-
cialistas la visualizaron en el pasado y tal vez resulte ne-
cesario replantearla y rediscutirla. Tal hipótesis podría
expresarse así: la vía pacífica es preferible a la violenta,
pero es posible si v sólo si se está preparado para esta úl-
tima.
Esta formulación parte del supuesto de que el capital –
hoy internacionalizado– no está dispuesto en ningún caso
a ceder el poder pacíficamente y arranca de la convicción
de que, ante la posibilidad de que el ascenso revolucio-
nario haga peligrar su situación y estabilidad, no se ten-
tará el corazón para emplear la fuerza y actuar de la
manera dictatorial y sanguinaria que dice –pero de dien-
tes afuera– reprobar. Aunque es evidente que el mero im-
pulso ideal, descarnado y quijotesco, carece de puños
contra la estructura material de la dominación, es posible
crear poco a poco y de manera continua un contra poder,
una gran fuerza –no sólo espiritual sino material– que, en
su pugna por la emancipación, no siga los caminos tradi-
cionales de una vía pacífica –carente de la infraestructura
material que le permita imponerse– o, de una vía violenta
–sin el imaginario que la conduzca a la aprobación con-
sensual. Nuestra propuesta es, pues, coadyuvar a la
emergencia del nuevo sujeto en lucha, del contrapoder
que imponga, por obra y gracia de su materialidad, la vía
pacífica.
La revolución tiene que ser diferenciada de la reforma.
Mientras esta última es una modificación, supuestamente
progresiva, dentro de ciertos marcos, la primera entraña
un cambio de esencia. Se ha dicho que la revolución im-
plica una radical transformación de los usos mientras que
la reforma sólo pugna por evitar los abusos. ¿La revolu-
ción de que hablamos excluye la reforma? De ninguna
manera, porque hay dos clases de reforma: la reforma to-
mada como fin y la tomada como medio. La lucha refor-
mista dentro del capitalismo puede tener, en efecto, dos
características opuestas: el reformismo conservador pre-
tende mejorar las cosas dentro del capitalismo, siendo su
resultado, independientemente de la intención con que
se realice, oxigenar el ambiente donde tiene lugar la ex-
plotación del hombre por el hombre; el reformismo re-
volucionario, en cambio, lucha por reformas que, aunque
se lleven a cabo en el capitalismo, se vinculan con o se
abren a la revolución.
 PODER POPULAR
6
La diferenciación que acabamos de hacer entre revolución
y reforma, y entre reforma conservadora y reforma revo-
lucionaria, nos lleva a la necesidad de llevar a cabo otro
distingo: entre revolución en sentido estrictoy revolución
en sentido amplio. La revolución en sentido estricto no es
otra que la revolución en cuanto tal, esto es, la transfor-
mación radical, a partir de cierto momento, del régimen
social. Hasta hace poco tiempo no se hablaba de revolu-
ción sino casi únicamente en este sentido. La revolución
estaba fechada, encarnaba un salto cualitativo, revestía un
carácter cataclísmico y dividía la historia en antes de y
después de2. Nosotros pensamos que puede haber un
proceso revolucionario anticipativo, y no aludimos al ré-
gimen de transición abierto por la revolución en sí.
Es decir, creemos que se puede empezar la revolución
(anticiparla, abrirla, gestarla) antes de la revolución. La
revolución anticipativa está conformada como puede adi-
vinarse, por el conjunto de prácticas emprendidas por el
nuevo sujeto social,llevadas a cabo en el sentido de lo que
Grabado por Reynaldo Olivares
llamamos reformas revolucionarias.
No sólo difieren la revolución en sentido estricto y la re-
volución en sentido amplio, sino que la primera no puede
tener buen éxito y consolidarse sin la segunda. La revo-
lución en sentido amplio se basa en los dos principios dia-
lécticos siguientes: en el seno de lo viejo se genera lo
nuevo y no puede haber salto cualitativo sin la debida
preparación cuantitativa.
F. SOBRE EL ROMANTICISMO ECONÓMICO
Marx hablaba de tres tipos de economía que habían an-
tecedido o eran contemporáneas a su propuesta: la clásica
(Adam Smith y David Ricardo), la vulgar (Say, Bastiat,
Stuart Mill) y la romántica (Sismondi). La clásica, sin dejar
de expresar los intereses de la burguesía ascendente, tenía
la cientificidad necesaria para captar con profundidad
ciertos aspectos de la realidad económica, por ejemplo, el
papel preponderante del trabajo en general, como fuente
del valor, en el sistema capitalista. La vulgar no era otra
 PODER POPULAR
7
cosa que la apología –apenas velada por una fraseología
teórico-científica– del régimen capitalista: tal es caso, ver-
bigracia, del “armonicismo” de Juan Bautista Say –divul-
gador y vulgarizador de Smith– consistente en la visión
optimista de que toda producción crea su consumo y de
que la “mano invisible” de Smith corrige las perturbacio-
nes generadas, en la economía concurrencial, entre la
oferta y la demanda. La romántica, caracterizada por ad-
vertir clara y profundamente las contradicciones inheren-
tes al modo de producción capitalista (y hasta formular
una teoría larvaria de las crisis económicas y sus ciclos);
pero, incapaz de ver el proceso histórico, defensora de la
fantasiosa tesis de que la solución a esos conflictos no
puede hallarse sino en una vuelta al pasado, a una eco-
nomía artesanal, familiar y campesina precapitalista, ide-
alizada y abstraída de su contexto real.
En los días que corren, la economía clásica ha dejado prác-
ticamente de existir. La burguesía ya no se encuentra en
su etapa ascensional y los productos teóricos de sus ide-
ólogos no pueden poseer ya la apertura epistémica que
les permita aprehender, describir y explicar nada que se
salga de la lógica del sistema al que pertenecen. La eco-
nomía neoliberal y capitalista carece de toda objetividad,
de toda maleabilidad científica para conocer la naturaleza
de la fase superior del capitalismo. En la actualidad, no
sólo el capital se halla globalizado, sino que ocurre otro
tanto con la economía vulgar. La teoría económica al uso,
y tendiente a la mundialización, no es en esencia sino un
complejo dispositivo para justificar, extender, apuntalar,
proteger, el sistema de explotación universal que atosiga
y envenena a los pueblos. Si la economía dominante en
los medios capitalistas es la vulgar, ideológica y apologé-
tica, la economía que más frecuentemente hace acto de
presencia en el sujeto histórico –en el viejo y nuevo pro-
letariado, en los humillados y ofendidos del planeta– es
la romántica.
Por economía romántica debemos entender no sólo aque-
lla que cree ver la superación de los conflictos en la vuelta
al pasado (como Sismondi y los populistas rusos) sino
también la que supone que la solución de los mismos se
halla en un futuro surgido al margen del presente. En este
sentido los socialistas utópicos son, asimismo, represen-
tantes del romanticismo económico.
La economía romántica se manifiesta, como la literatura
decimonónica, en dos grandes tendencias: los románticos
del pasado y los románticos del futuro.
¿Qué tienen en común estas tendencias y por qué con-
viene considerarlas como especies del mismo género? El
común denominador de ambas consiste en su intento de
reconformar el sistema productivo y la organización so-
cial al margen de la formación capitalista, creyendo poder
sacarle la vuelta o haciéndolo fantasmagóricamente de
lado.
Los llamados antiglobalizadores (o globalifóbicos) fre-
cuentemente no son otra cosa, en lo que se refiere a sus
opiniones económicas, que una modernización del ro-
manticismo. Están en contra de la globalización. La creen
un disparate, un camino erróneo e injusto, un enorme dis-
late de carácter irracional e inhumano. Son, asimismo,
nostálgicos. Querrían que la historia se hubiera ido por
otros derroteros o que sería bueno volver a tiempos pa-
sados. Creen que hay que detener la globalización para
retomar el buen camino.
En muchos de ellos, el romanticismo económico es el an-
claje teórico de la ideología de la burguesía nacional en
decadencia. Sueñan, por ejemplo, con el restablecimiento
de la soberanía y el nacionalismo antimperialista. Pero la
soberanía política sólo puede existir si hay soberanía eco-
nómica, y en tiempos de la globalización financiera, de la
división del trabajo universalizada y del capital trashu-
mante, el régimen productivo capitalista crece, se ex-
pande y se profundiza inmolando soberanías, cotos
inexpugnables, estructuraciones que responden a fases
anteriores del sistema. Aunque la estrategia de la auto-
gestión consiste más en luchar contra el capitalismo glo-
balizado que dentro del mismo, esto es, más en la línea
de buscar la aniquilación del régimen del salariado, la eco-
nomía mercantil y la anarquía de la producción, que en
la de obtener reformas que “perfeccionen” el sistema, la
táctica de la lucha recomienda no menospreciar aquellos
embates que debiliten al enemigo, fortalezcan a los revo-
lucionarios y coadyuven a sentar progresivamente las
bases para la revolución anticapitalista. El reformismo,
tomado como medio y no como fin, es decir, el refor-
mismo revolucionario no puede ver con desdén las lu-
chas nacionalistas, económicas, culturales, etc., que
conduzcan a agruparse, autogobernarse y abrir la con-
ciencia a la necesidad de pugnar por la desenajenáción
del ser humano.
Algunos globalifóbicos, que se dicen y se creen socialistas,
sueñan con el advenimiento del socialismo –al cual siem-
pre adjuntan hoy el calificativo de democrático– sin pasar
 PODER POPULAR
8
por el capitalismo globalizado o, mejor, sacándole la
vuelta, si esto fuera posible. Como se imaginan, al igual
que tantos otros, que ese capital internacionalizadorepre-
senta el valladar inexpugnable o el impedimento defini-
tivo que prohíbe el paso al sistema socialista, o que, con
su mera presencia y todo lo que implica, no deja siquiera
que se tome en cuenta la posibilidad de una organización
socioeconómica desenajenada, creen que no queda más
camino que actuar como si dicho sistema no existiese: lu-
char contra él, organizarse sin tomarlo en cuenta, dar un
fantasmagórico salto sobre él. Y hasta algunos llegan a
creer que el fortalecimiento de la burguesía nacional –
como si esto fuera posible– es el camino adecuado para
defendernos del imperialismo globalizado y crear las con-
diciones para abrirle el paso al socialismo16.
Lo que no entienden muchos globalifóbicos, empantana-
dos en el romanticismo económico, es que la globaliza-
ción –o la ubicuidad del capitalismo–, no es, desde hace
tiempo, una mera posibilidad, sino una realidad evidente,
consolidada y tan irreversible como lo es el tiempo. Lo di-
remos de éste modo: el socialismo no puede crearse al
margen de la globalización, sino en y por ella o, para afir-
marlo sin dar lugar a equívocos, sino en y por ella y contra
ella.
16
No nos cabe la menor duda: solamente la base de la so-
ciedad civil –el proletariado en su sentido amplio y los
humillados y ofendidos– tiene la fuerza social necesaria
para defender la soberanía y la nación frente al embate
imperialista. En ese sentido puede ser nacionalista.
Nacionalismo que se contrapone al imperio, pero no lo
hace, desde luego, con el internacionalismo del Contra-
poder.
La afirmación del carácter irreversible de la globalización
capitalista, no significa darle la razón a los globalifílicos.
Estos son capitalistas sin más. Con multitud de matices,
intereses comunes y en veces contrapuestos, pero enemi-
gos de los trabajadores y amigos de la economía de mer-
cado. Los globalifílicos no sólo piensan que el capitalismo
globalizado es irreversible, sino que es –como diría el Pan-
gloss de Moliere– el mejor de los mundos posibles, ima-
ginándolo, además, como perpetuo y por lo tanto como
la expresión de la naturaleza humana. Pueden hablar y
hablan de modificaciones o leyes de tendencia a corto y
mediano plazo de este modo de producción, pero lo que
no cabe en sus cabezas ni en su corazón es que la mun-
dialización del capital puede ser, es necesario que sea, hay
que luchar para que devenga, la premisa de la globaliza-
ción del Contrapoder.
La única coincidencia que podemos tener con los globa-
lifílicos, es la certidumbre de la irreversibilidad de la glo-
balización. Pero, para nosotros, esta globalización no sólo
no es el mejor de los mundos posibles o la expresión de
la naturaleza humana, sino la expansión, hasta llegar a lí-
mites universales, de un sistema explotador, sanguinario,
guerrerista y depredador.
El capitalismo globalizado, y las múltiples expresiones de
poder que lo acompañan, no sólo está creando el prole-
tariado universal, y los millones de humillados y ofendi-
dos, sino, en alguna medida, las razones por las cuales los
individuos, los grupos y las clases expoliadas deben or-
ganizarse para luchar contra el sistema opresor. A cada
injusticia, a cada atropello, a cada arbitrariedad, en prác-
ticamente todas las regiones del mundo, se puede, se
debe o se tiene que responder o reaccionar organizán-
dose, o, lo que tanto vale, convirtiendo en tarea o tareas a
realizar el combate contra esos manotazos, para decirlo
con un eufemismo, del capital, y creando, por ende, la o
las cesinpas adecuadas para hacerlo.
Más adelante examinaremos con detalle de dónde habrá
de emanar la oposición organizada y universal al capita-
lismo. Una de las fuentes esenciales de ésta radica en el
hecho de que el capital no tiene más remedio que generar,
y lo seguirá haciendo, un proletariado que abarca todos
los continentes y un número incontable de individuos
que directa o indirectamente encuéntranse sometidos a
la acción triturante de su maquinaria. La oposición anti-
capitalista mundial no podría realizarse sin esta gestación
de las víctimas del capital. Pero este factor, si bien es ne-
cesario, resulta insuficiente porque se trata de algo pura-
mente cuantitativo. El surgimiento del Contrapoder
implicará no sólo este aspecto, sino el cualitativo repre-
sentado por la conciencia de lucha, la organización, la cla-
ridad estratégica, etc. No se puede hablar sólo de lo
cuantitativo porque, si así se hiciera, daría la impresión
de que el capitalismo, al dar a luz al proletariado, crearía
sin más ni más su propia destrucción. Lo cual es notoria-
mente falso. Pero tampoco se puede desdeñar lo cuanti-
tativo, en nombre de lo “cualitativo”, como lo hacen
muchos globalifóbicos, porque el proletariado (viejo y
nuevo) y los humillados y ofendidos son el sustentáculo
cuantitativo del sujeto histórico cualitativo17.
17
La política de “desviar” o “detener” el desarrollo capi-
talista tiene sentido cuando genera en los luchadores, no
la ilusión de humanizar el capitalismo, sino la convicción
de la necesidad, en el momento oportuno de destruirlo.
 PODER POPULAR
9

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI:

MARXISTA CONVICTO Y CONFESO
Hugo van Oordt H.

UNA INTRODUCCIÓN NECESARIA González Prada (1848-1918) hace su aparición en

Para poder entender cabalmente la trascendencia
de José Carlos Mariátegui, considerado como el
más grande pensador peruano y latinoamericano
que haya producido el siglo XX, tendríamos que
mencionar algunos antecedentes sobre el desarro-
llo de las ideas políticas en el Perú.
En el contexto de la estructura de la República —
como resultado de la estructura económica del
Perú a inicios del siglo XX— surgen las figuras más
notables del pensamiento nacional: Manuel Gon-
zález Prada y José Carlos Mariátegui, quienes
desde distintas posiciones ideológicas han propor-
cionado las bases teóricas de lo que podríamos de-
nominar como la peruanidad.
la política peruana, emergiendo de las ruinas del
holocausto de 1879 —conflagelación bélica entre
Chile y Perú— para levantarse como la conciencia
más lúcida y cuya prédica anarquista lo eleva a la
calidad de “Maestro de la Juventud”. Fustigando
duramente el orden social existente y poniendo en
alto su ideal anarquista afirma que la sociedad pe-
ruana es similar a un cadáver insepulto en el que
“donde se aplica el dedo brota el pus.” 1
Un programa revolucionario nítidamente anar-
quista en que “Se queda a la postre con la rebeldía con-
cebida como oposición como movimiento de presión de
los trabajadores contra el orden establecido, es un revo-
lucionario idealista que no define su metodología con-
creta. Insta a los obreros a no participar en la vida

Retrato de Mariátegui por José Sabogal

 PODER POPULAR
10
política, a separarse de los partidos, a boicotear todas las
manifestaciones de la sociedad oficial.” 2
El mensaje revolucionario de González Prada es re-
tomado por Mariátegui dejando de lado el enfoque
libertario, anarquista y utópico, para imprimirle
una proyección marxista, cabalmente científica. Las
limitaciones teóricas del celebre “panfletario e icono-
clasta acusador del pasado vergonzante que preconiza en
el presente nauseabundo” 3 constituye la premisa te-
órica de la cual emerge José Carlos Mariátegui
como el más destacado pensador del siglo pasado,
cuya capacidad, integridad y responsabilidad per-
miten establecer las bases teóricas y las institucio-
nes del socialismo en el Perú.
EL AMAUTA4
De origen humilde, José Carlos ve la luz en el de-
partamento de Moquegua (en la costa Sur del Perú)
en 1895 y desde muy tierna edad, obligado por in-
discutibles presiones económicas se liga al perio-
dismo, comenzando a trabajar en el diario “La
Prensa” como ayudante de linotipista. “Aunque soy
un escritor muy poco autobiográfico, le daré yo mismo
algunos datos sumarios. Nací el 95. A los 14 años entré
de alcanza-rejones en periódico. Hasta 1919 trabajé en
el diarismo, primero en “La Prensa”, luego en “El
Tiempo”, finalmente en “La Razón”. En este último dia-
rio patrocinamos la reforma universitaria.
El joven José Carlos comienza a colaborar periodís-
ticamente en el diario en que trabaja con buen éxito
ya que le comienzan a pedir colaboraciones en
otros órganos periodísticos, llegando a fundar La
Razón desde donde patrocina la reforma universi-
taria.
Poco se conoce de su llamada “Edad de Piedra” –
así la llamó él mismo— en que como joven perio-
dista escribió sobre temas superficiales. El joven
Mariátegui escribía crónicas hípicas, críticas de te-
atro, notas sociales, cuentos, poemas románticos.
Lo mismo se puede encontrar en su producción un
artículo sobre el triunfo del caballo Rudyard Ring
que una crónica sobre el Señor de los Milagros, o
un texto sobre las gitanas.
Las crónicas del joven Mariátegui pueden parecer
frívolas, pero en muchas de ellas ya mostraba pre-
ocupación por los desposeídos. En esta etapa se
vincula con Valdelomar, y el Grupo Colónida, y el
mundo intelectual, lo cual acaba siendo muy im-
portante en su formación.
A raíz de la defensa de la jornada de 8 horas para
los obreros peruanos, que desde las páginas de La
Razón impulsara vehementemente, es expulsado
del país por el dictador Augusto B. Leguía, viaja a
Europa y se exilia en Italia. Allí es observador de
primera mano del surgimiento del fenómeno fas-
cista al que caracteriza magistralmente en colabo-
raciones periodísticas para varias publicaciones
latinoamericanas.
Mariátegui tipifica al fascismo —en contra de la
apreciación simplista de utilizar el término como
sinónimo de represión— como un fenómeno esen-
cialmente político, como una combinación de la de-
magogia y de la represión, que en una primera
etapa es más demagógico que represivo para pasar
a una segunda etapa en que los papeles se invier-
ten, constituyéndose en un movimiento fundamen-
talmente represivo sin dejar de ser demagógico.
Era asimismo la ideología de la pequeña burguesía,
con una rúbrica marcadamente antiproletaria.
El fascismo, según su percepción, es un movi-
miento eminentemente anti-democrático, que com-
bina el corporativismo, el intento de conciliar las
clases y la movilización reaccionaria que se imple-
menta desde la cúspide del poder.
Posteriormente a su retorno al Perú, luego de
“haber esposado una mujer y unas ideas” —según sus
propias palabras— José Carlos Mariátegui aplica a
la realidad peruana (y latinoamericana) los princi-
pios generales del marxismo-leninismo y asumió
su defensa, enfrentando a corrientes pequeño-bur-
guesas que negaban la necesidad del partido del
proletariado.
La Primera Guerra Mundial y la triunfante Revo-
lución de Octubre en 1917 crearon las condiciones
tanto objetivas como subjetivas para el surgimiento
de movimientos obreros que devendrían en la fun-
dación de varios partidos comunistas en América
Latina.
El primer gran impacto de la guerra 1914-1918 se
sintió en el descenso de las importaciones y la in-
versión de capitales, la escasez de bienes de con-
sumo propició en América Latina cierto desarrollo
de la industria ligera (especialmente textil) que
contribuyó a un proceso limitado de industrializa-
ción y por ende de concentración obrera, consoli-
dando el surgimiento de una clase que se venía
produciendo desde las últimas décadas del siglo
anterior: el proletariado.
Este crecimiento de la industria ligera originó lógi-
camente que la producción artesanal en pequeña
 PODER POPULAR
escala fuera sustituida por la gran producción, ge-
nerando la concentración de trabajadores en gran
escala, motivando la pérdida de terreno de las co-
rrientes anarcosindicalistas que hasta entonces
mantenían la hegemonía en el movimiento obrero.
La Primera Guerra Mundial originó asimismo, el
fenómeno de la sustitución de la inversión europea
por la norteamericana; un imperialismo viejo y
cansado era desbancado por otro imperialismo
joven y agresivo. La inversión de capitales de pro-
cedencia norteamericana había sido realmente es-
casa a nivel continental A excepción de México y
otros países de Centro América, el capital nortea-
mericano era realmente desconocido.
Esta sustitución de inversio-
nes y la aplicación de nuevos
métodos de dominación im-
perialista por parte de Esta-
dos Unidos de Norteamérica,
estimula el surgimiento de
sentimientos nacionalistas y
una poderosa corriente an-
tiimperialista a nivel conti-
nental.
Es particularmente impor-
tante analizar el surgimiento
del llamado Movimiento
Aprista, fundado en la ciu-
dad de México por Víctor
Raúl Haya de la Torre (1895-
1979) exiliado en aquel país
por su participación en el Arturo López Cándido en un congreso en La Habana La participación de Mariá-
movimiento estudiantil pe-
ruano, y es importante, porque la polémica entre
ellos, marca el deslinde entre la posición proletaria la Universidad Popular González Prada, así como
y la posición del nacionalismo pequeño burgués.
La concepción primigenia de la Alianza Popular
Revolucionaria Americana (APRA), proponía para
oponerse a la constitución de un partido obrero, la
formación de un partido pluriclasista, un llamado
“Frente de Trabajadores Manuales e Intelectuales”
en el cual no se definía cuál de las clases que lo con-
formaban, ejercía el papel dirigente y que recha-
zaba frontalmente el principio de la lucha de clases.
La APRA actual, dirigida por Alán García Pérez —
desde la presidencia— se ha entregado con armas
11
y bagajes al neoliberalismo pro-norteamericano.
Haya insistía en la necesidad de un partido férrea-
mente disciplinado, que actuara bajo una dirección
y control centralizados. Él mismo era un líder de
temperamento marcadamente autocrático e intran-
sigente; características que se ajustan a los partidos
y líderes fascistas europeos.
Los más remotos antecedentes apristas se podrían
situar en el movimiento estudiantil que luchó por
la abolición del sistema de enseñanza feudal, exi-
giendo la “Reforma Universitaria”, contagiados sin
duda, por los vientos reformistas que soplaban
desde Córdova, Argentina.
La realización del Congreso
Nacional de Estudiantes re-
alizado en la ciudad del
Cuzco en 1920, pone sobre
el tapete las reivindicacio-
nes de la pequeña burgue-
sía intelectualizada.
Mariátegui constata que lo
único trascendente de este
evento, es el acuerdo de im-
pulsar las “Universidades
Populares” destinadas a
vincular a los estudiantes
universitarios con el prole-
tariado y dar un vasto al-
cance a la agitación
estudiantil.
tegui a través de una serie
de conferencias sobre la crisis mundial dictadas en
la inclusión de personalidades apristas entre los co-
laboradores de la Revista Amauta no ligan en nin-
gún momento a Mariátegui con esta tendencia,
como han tratado de insinuar los propios apristas.
La polémica que sostuviera con el Grupo de Mé-
xico, que elevaron “su antiimperialismo” a la ca-
tegoría de programa, de una actitud política que se
basta a sí misma y que conduce espontáneamente
no sabemos en virtud de qué proceso, al socia-
lismo, a la revolución social. Mariátegui expresa
sus puntos de vista con claridad meridiana: “Cual-
quiera que sea el sesgo de la política nacional y en parti-
 PODER POPULAR
12
cular de los elementos con quienes hasta ayer habíamos
colaborado, identificados en apariencia (hemos descu-
bierto ahora que sólo era en apariencia), los intelectuales
que nos hemos entregado al socialismo, tenemos la obli-
gación de revindicar el derecho de la clase obrera a orga-
nizarse en un partido autónomo. Por parte de Haya y
sus amigos de México hay una desviación evidente. Ne-
garse a admitirla por motivos solamente sentimentales,
no sólo sería indigno de una inteligencia crítica sino de
una elemental honradez. Haya sufre demasiado el demo-
nio del caudillismo, del personalismo”.
Este “antiimperialismo aprista” perdió fuerza con-
siderable cuando en la década de los treinta Fran-
klin D. Roosvelt proclamó la política “del buen
vecino”, pasando a partir de la década de los cin-
cuenta a convertirse en un aliado y propagandista
del imperialismo norteamericano, implementando
un anticomunismo hepático y visceral, que incul-
cado a su militancia los empujaba a combatir cual-
quier forma de protesta popular.
Sus puntos de vista sobre el problema del indio, el
problema de la tierra en su trascendental obra
“Siete ensayos de interpretación de la realidad pe-
ruana” vigente hasta la fecha, su defensa del mar-
xismo y la aplicación de este a la realidad concreta
del Perú. Esta obra intelectual fue realizada mayo-
ritariamente en el lapso de siete años, entre 1923 y
1930, en condiciones físicas sumamente difíciles ya
que en 1902 “Después de una prolongada enfermedad
queda lisiado de la pierna izquierda”, y casi al cumplir
los 30 años en 1924“, otra vez hace crisis la antigua
dolencia y tienen que amputarle la pierna derecha, apa-
rentemente en buen estado” 5
La praxis política de Mariátegui no sólo abarcó el
quehacer intelectual, como una luminaria latinoa-
mericana del socialismo, sino que dedicó los últi-
mos siete años de su vida al trabajo del
organizador, el impulsor de los instrumentos de la
revolución, a la centralización organizativa de la
alianza obrero campesina —La Federación de Ya-
naconas y Comunidades, La Confederación Gene-
ral de Trabajadores— y fundamentalmente la
fundación del Partido del Proletariado en el Perú.
Mariátegui considera que la constitución del Par-
tido del proletariado tiene que obedecer al desarro-
llo de la lucha de clases y no a la voluntad de los
hombres, por lo que rechaza una exigencia de la
Tercera Internacional que lo insta a acelerar la fun-
dación del partido, hecho que crea una discrepan-
cia y es acusado posteriormente de “Populista”
—por la defensa del campesinado indio— a raíz de
su posición en una ponencia enviada por él, a un
Congreso Internacional realizado en Montevideo,
Uruguay.
Esta labor revolucionaria —frecuentemente false-
ada por tirios y troyanos— ha tratado de pintar un
Mariátegui “humanista” “librepensador” “liberta-
rio” o “demócrata”, con el fin de destruir su legado
y convertirlo en un icono reverenciado pero en úl-
tima instancia inservible. “Mariátegui no es un sim-
ple repetidor, no es un simple conocedor de cuatro o
cinco fórmulas, sino que tiene algo más, algo más pro-
fundo, algo más marxista, toma el marxismo leninismo
y lo introduce y lo funde en nuestra realidad, lo mete en
nuestra patria, lo encarna en nuestro suelo, y al encar-
narlo, introducirlo, al penetrarlo en nuestra patria con
el marxismo nos alumbra con un pensamiento que aún
sigue vigente” 6
La obra de Mariátegui intelectual y política des-
arrollada durante un lapso muy breve de tiempo
es en sí portentosa y se vio complementada con sus
impulsos de editor mismas que se concretan en la
constitución de la Editorial Amauta en 1925 y en la
dirección de la Revista Amauta dirigida a la intelec-
tualidad y el combativo periódico Labor, un órgano
especifico para los trabajadores.
1
González Prada M. Páginas Libres, Edic. Peisa,
Lima s/f. pág. 154
2
Mariátegui J.C. 7 Ensayos de la interpretación de la
Realidad Peruana. Edit. Amauta, 1958, pág. 224
3
Salazar Bondy A. Historia de las Ideas en el Perú
Contemporáneo. Tomo I, Moncloa Edit., 2da. Edic.,
1967
4
Vocablo quechua que significa: “El sabio, el
maestro”, en el Tahuantinsuyo.
5
Rouillon G. Biografía de José Carlos Mariátegui.
U.N.M.S.M Lima 1963 págs. 9-12
6
Abimael Guzmán Reynoso Para entender a Mariá-
tegui, conferencia dictada en la Universidad San
Cristóbal de Huamanga Ayacucho, Perú, 1968. El
Pensamiento Gonzalo. Bruxelles, junio 1989. pág. 45
 PODER POPULAR
13
LA CRISIS CAPITALISTA MUNDIAL:
CRÍTICA Y ALTERNATIVAS
Alfredo Velarde*
¿Cómo la crisis financiera devino crisis general?
“Donde más patente y más sensible se le revela al burgués
práctico el movimiento lleno de contradicciones de la sociedad
capitalista es en las alternativas del ciclo periódico recorrido
por la industria moderna y en su punto culminante:
el de la crisis general”
Karl Marx1
“El marxismo bien podría definirse como una
ciencia de la crisis y de la subversión”
Antonio Negri2
I) Introducción: de la crisis inmobiliaria
a la financiera y general capitalista
Si una crisis económica puede ser inicialmente de-
finida como la verificación de condiciones que de-
terminan una perturbación o —en su caso— como
la parálisis temporal en las condiciones de regula-
ridad del proceso productivo y reproductivo de valor
valorizándose, puede decirse que una primera tipi-
ficación clasificatoria de las crisis económicas (pues
las hay de diversa naturaleza, densidad y hon-
dura), se deriva de que éste fenómeno inevitable y
recurrentemente cíclico en la dinámica del movi-
miento inmanente al capitalismo, quepuede ex-
presarse afectando al conjunto del cuerpo
económico-social, o bien, por el contrario, manifes-
tarse acotado y circunscrito a un sector particular
del mismo.3 Para lo que nos ocupará en la pre-
sente sede, está fuera de toda duda que la actual
crisis inicialmente del sector financiero norteameri-
cano, que ha golpeado con una fuerza telúrica im-
placable prácticamente a todos los mercados
financieros del mundo, es ya una crisis general del
sistema capitalista internacional de claros alcances glo-
bales, por los resortes que la impulsan e impelen.
De manera que su análisis y caracterización precisa,
así como su crítica consistente y la ubicación de las
alternativas frente a la crisis misma, obligan a razo-
narla a la luz de sus implicaciones económico-mun-
diales, pues ya no es sólo comprensible desde un
esquema teórico puramente circunscrito y aco-
tado a la economía norteamericana, donde la crisis
se gestó, para difundirse al mundo entero con la
onda expansiva misma de su deflagración am-
pliada.
Esta definición que ofrecemos, nos interesa, en la
medida de que una comprensión cabal de la ac-
tual crisis financiera del capitalismo norteamericano
y que más pronto que tarde devino en crisis finan-
ciera general del globalizado e interdependiente capi-
talismo internacional, ha tenido como punto de
irrupción inicial la crisis del sector inmobiliario es-
tadounidense, como un efecto e implicación deri-
vada de la política económica de francos tintes
especulativos, irresponsablemente alentados por la
propia Reserva Federal (FED) yanqui, tras los aten-
tados del 11 de Septiembre. Si se recuerda, fue el
año de 2001 cuando la FED redujo en una propor-
ción más allá de lo prudente su tasa de interés, de
un 6.5%, entonces estimado como una tasa muy
alta y que se valoraba como causal contraccionista
de la actividad económica a la baja, a apenas un 1%,
que alentaría —teóricamente hablando— su reac-
tivación dinámica. El propósito de tal medida, se
decía, consistía en aceitar la política crediticia en-
tonces estancada, estimulada por una medida lu-
bricante —“necesaria”— a fin de colocar dinero
líquido en las manos de los consumidores, cosa
que habría de conducir a una clara reactivación
económica. Y en efecto, así fue, pero tan sólo co-
yunturalmente. La reactivación económica le posi-
bilitó a los EUA disipar los primeros nubarrones
grises que desde entonces ya amenazaban con la
recesión (ahora emplazada globalmente), pero no
disiparon sus factores causales de fondo.
Para los poderosos de nuevo brilló el Sol, pero el
problema fue que la reactivación de la economía
norteamericana quedó soportada con los alfileres
de una economía ficción y el uso irresponsable que
los crematistas financieros norteamericanos hicie-
ron del capital ficticio,4 singularizado por la ex-
traordinaria laxitud con que estos manejaron su
errática política crediticia. Ocurrió entonces que,
durante esa coyuntura, el sector de la economía
estadounidense que más creció fue, precisa-
mente, el sector inmobiliario.5 Su temporal creci-
 PODER POPULAR
14
miento fue exponencial, pero cual burbuja de
jabón, terminó estallando cuando menos se lo
imaginaban quienes suponían que el espejismo vi-
vido representaba una etapa de prosperidad real
como no se había visto desde los ya lejanos años
del auge de la segunda posguerra mundial, abrupta-
mente interrumpido durante la década de los
años 70 del siglo XX que se fue, cuando fue pre-
ciso, ante el escenario de aquella crisis fiscal de los
estados keynesianos del tiempo tecnológico fordista
de entonces (que hoy se olvida), para modificar
todo el patrón de acumulación de capital estatista in-
terventor y que, con el arribo en los tempranos
años ochenta de Ronald Reagan a la presidencia
de los EUA y sus reaganomics que (antecedido
por el tatcherismo en la Gran Bretaña), abriría un
período económico caracterizado por el abierto
culto irresponsable por la economía de mercado y las
políticas librecambiastas de fe neoliberal que hoy se
tambalean y entonces emplazadas a rajatabla
como sacrosantas verdades urbi et orbi.
En este sentido, a donde la crisis financiera capi-
talista mundial del presente nos ha hecho de
modo ubicuo asistir, es a atestiguar el principio
del fin de la propuesta gestionaria neoliberal, que al-
Arturo López Cándido en una reunión internacional, en el presidium,
Fidel Castro Ruz, en La Habana, Cuba
gunos apresuradamente han identificado, con apo-
calíptica premura y apolítica ingenuidad, como el “final
del capitalismo”. Sobre esto, aún deseando que tales
afirmaciones fueran ciertas, no podemos dejar de
reconocer las sabias palabras proferidas por Franz
Mehring, alusivas a las cíclicas y recurrentes ocasio-
nes de irrupción de crisis como la de 1929-33 y la
Gran Depresión que trajo aparejada consigo, cuando
visionariamente sostuvo:
“Pero un gran período histórico nunca muere
tan rápidamente como acostumbran a esperar
sus herederos, ni tampoco, quizá, como necesa-
riamente han de esperarlo para poder arremeter
contra él con el empuje requerido”.6
II) La naturaleza del fenómeno capitalista
en la crisis que presenciamos
Muchos de los bancos y el conjunto de entidades finan-
cieras de diversa índole que ahora quebraron estrepito-
samente, repartieron en forma por demás insana, crédito
a raudales. El estímulo para la compra de bienes in-
muebles estaba dado y, como creció la demanda, mu-
chos que en otras ocasiones nunca hubiesen
accedido a un crédito inmobiliario, se volcaron a com-
 PODER POPULAR
15
prar, fenómeno que trajo como corolario suyo la
elevación en los precios de los inmuebles. Había que-
dado abierta la ocasión propicia para especular. Al-
guien se endeudaba para comprar una casa,
esperaba a que su precio en el mercado subiera y
entonces la vendía. Con ese dinero pagaba la
deuda y se endeudaba nuevamente con un crédito
mayor para comprar otro inmueble, y así sucesi-
vamente, hasta que el mercado ya no aguantó más.
Esta operación, repetida con un sentido de opor-
tunidad soportado en la liquidez por algunas de-
cenas de miles de veces, hizo creer a otros muchos
que tal proceder era seguro y ofrecía una oportu-
nidad vitalicia de reproducir con celeridad la me-
dida muchas veces. Así se fue configurando el
escenario de donde surgió la burbuja inmobiliaria
que, si bien hizo ricos a una pequeña proporción
de los solicitantes de crédito laxo en el momento
oportuno, empero terminó sobre endeudando a la
inmensa mayoría que compró tarde y después que-
bró imposibilitada para pagar los créditos previa-
mente contraídos, los cuales, de la noche a la
mañana, se fueron a las nubes. De manera que
para rastrear comprensivamente los orígenes de la cri-
sis, se debiera ubicar que una de las formas priori-
tarias que alentó la irresponsable política crediticia
del capital financiero antes referidas y tolerada con
una lucrativa estupidez cómplice por el gobierno
yanqui, fue el de las hipotecas subprime, conferidas
a gente de ingresos medios a bajos (¡la enorme ma-
yoría de los contribuyentes!), muchos de los cuales
en cualquier otro momento ni siquiera hubieran
sido considerados como sujetos dignos de crédito
por los mismos organismos que ahora lo confe-
rían, no sin irresponsabilidad.
Al respecto, vale la oportuna pregunta ¿medidas
populistas en el corazón del arrogante e imperialista es-
tado-nación angloparlante que apenas la víspera ponti-
ficaba con un maniqueísmo extremo, la conveniencia del
“Consenso de Washington” (en realidad un gran di-
senso), abiertamente proclive a una política económica
de “finanzas sanas y responsables” que prescribía man-
comunadamente a las naciones en “vías de desarrollo”
como la nuestra, de la mano de los grandes organismos
multilaterales del tipo FMI y BM? En principio, pa-
reciera que sí, porque efectivamente tal política
crediticia ocurría en la nación con la deuda interna
más grande del orbe; pero sobre todo y fundamen-
talmente por encima de todo no, porque el modus
operandi que la clase política estadounidense con-
cibió para tramitar el grave quebranto financiero
(que llevará años resarcir), fue pensado no sin ma-
quiavelismo para inducir a posteriori un rescate de
los muy irresponsables causantes financieros de
la crisis misma, a las costillas del erario público:
los contribuyentes en general y, sobre todo, los tra-
bajadores asalariados. Así, lejos de todo populismo,
la receta gubernamental aplicó sin ambajes una es-
trategia cleptocrática de despojo brutal que no tengo
empacho en definir como “la estrategia Hood
Robin” (de Robin Hood al revés) ideada con saña
reaccionaria por el inefable Secretario del Tesoro es-
tadounidense, Henry Paulson, con un nítido interés
central: rescatar a los más grandes consorcios es-
peculadores financieros, responsables de la crisis,
a costa de la multitudinaria mayoría empobrecida
de los norteamericanos y que, en el colmo del
pragmatismo de la clase política estadounidense,
fue suscrita mancomunadamente hasta por los
candidatos presidenciales John McCain (republi-
cano de la reacción ultramontana de quien no de-
bería sorprendernos nada) y el ahora presidente
electo Barack Obama (disipando con ello cualquier
estimación sobre la presunta visión “progresista”
del candidato demócrata norteamericano). Hasta
el frecuentemente confuso y moderado Guillermo
Almeyra lo ve bien cuando sostiene que:
“Se les ha dado dinero a los bancos, pero no se
les ha devuelto su casa a quienes la perdieron,
y los bancos podrán quizás ofrecer nuevamente
créditos, pero los industriales y los comercian-
tes no pensarán en aumentar su actividad si
ven que sus ventas disminuyen”.7
Y así será a todo lo largo y ancho de la recesión glo-
bal una vez instalada. Para los irresponsables fi-
nancieros yanquis que administraron la política
crediticia como una suerte de Casino (o como si de
un juego crematístico piramidal se tratara para en-
gañar a los imbéciles), al principio el fatuo juego les
resultó rentable. Pero los dados estaban cargados.
Unos cuantos años de bajos intereses preferencia-
 PODER POPULAR
16
les que, a la subida de las tasas, dificultaron osten-
siblemente el cubrimiento de los créditos contraí-
dos. Se había supuesto, con fundamento en
evidencias por demás endebles, que los precios de
los bienes inmobiliarios proseguirían a la alza.
Pero estos cayeron de manera vertical, como si de
una ley de la física se tratara. La borrachera había pa-
sado y había que pagar sus consecuencias con la resaca
de la bacanal conclusiva en un amargo despertar. A
partir de 2004, la FED revirtió su política en mate-
ria de interés. Había caído en cuenta de que había
detonado —ex post facto— una espiral inflacionaria.
Entonces, el acceso al crédito se hizo infranqueable,
pero el mal estaba hecho. La demanda de vivienda,
tan dinámica como lo había sido hasta ese mo-
mento, se frenó del todo. Los precios de los inmue-
bles experimentaron
una caída sostenida
a gran velocidad que
ya nadie fue capaz
de detener. Los pri-
meros en padecer la
inversión de los tér-
minos, fueron los es-
peculadores, es cierto,
pero más tarde, los
deudores subprime, y,
al final, todo el com-
plejo andamiaje de
una economía crediti-
cia ficción.
Al final, la crisis está Dibujo en papel del pintor Ocaranza
condenando a todos,
pero principalmente a los pobres. Mientras tanto, los
más ricos entre los ricos resurgen como el ave fénix
de entre las cenizas, más cubiertos y poderosos
que nunca antes. El intervalo marcado por el paso
de 2005 a 2006, una vez disipada la burbuja inmobi-
liaria, que del golpeo a los especuladores, se transfi-
rió a la gente de bajos ingresos y sobre endeudada, tenía
que llegar a sus responsables primigenios: las gran-
des corporaciones financieras. Éstas, imposibilitadas
de cobrar sus créditos hipotecarios y que veían como
se imposibilitaba también el cobro de sus propios
préstamos, eran los mudos testigos de que, a la par
que ellas, el quebranto financiero arrasaba con em-
presas inmobiliarias y constructoras por igual. Ya en
2006, el preludio de la crisis financiera estaba dado, al
grado tal que más de medio centenar de presti-
giadas corporaciones financieras se declaraban en
bancarrota, con algo así como un millón 200 mil
embargos sin que objetivamente todos pudieran
ser ejecutados. El costo político para el capita-
lismo estadounidense de la ejecución de todos los
embargos, hubiera sido inmenso (no obstante la
ejecución de muchos de ellos) y todavía peor, si
el ejercicio restitutivo de sus pérdidas, se hubiera
efectuado con todas las viviendas de interés social
que, para entonces, ya no valían nada para las
propias corporaciones quebradas. Y además,
éstas de antemano sabían que, a posteriori, en un
descarado lobby de truhanes que traficaba con sus
influencias, serían rescatados con el polémico pa-
quete que tramitaría expedito el Secretario del Te-
soro, Henry Paulson, al
que se alinearon
desde el republicano y
ultra reaccionario hal-
cón, John McCain,
hasta el demócrata –
un poco menos con-
servador que su
contendiente– Barack
Obama8 y que ahora,
ya electo, conocere-
mos realmente.
III) De la crisis inmo-
biliaria a la crisis
financiera en IUSA y
mundial
La crisis inmobiliaria de
las hipotecas estaba llamada a impactarse, de lleno,
en las corredurías bolsísticas de Wall Street. Múlti-
ples fueron las razones de que el destino final de
la crisis del sector inmobiliario, terminaría fun-
cionando como una mecha que, una vez encen-
dida por la insolvencia hipotecaria, terminaría por
detonar como una crisis financiera de pronóstico
reservado para el conjunto de la economía norte-
americana. Una primera modalidad en que la cri-
sis inmobiliaria interesó, influyendo
contundentemente a su conversión en crisis finan-
ciera (primeramente norteamericana y después glo-
bal), estribó en el hecho de que las compañías
quebradas se declararon insolventes para pagar
sus deudas contraídas con los grandes bancos. En
 PODER POPULAR
17
cualquier caso, el contagio —como si de una enfer-
medad venérea se tratase— ocurrió sobre todo a tra-
vés del inconmensurable tráfico perpetrado, desde Wall
Street mismo, con bonos de alto riesgo inversionista.9
Durante los años del aparente “boom hipotecario”,
los ambiciosos operadores de Wall Street, advirtie-
ron que las firmas financieras podían emitir tales
bonos de riesgo que, en la mayoría de los casos que-
daban respaldados por las hipotecas subprime, cosa
que se leía como sumamente atractiva, en virtud a
que sus intereses eran de los más altos del mer-
cado. La crónica de un desplome anunciado se prefi-
guraba contumaz desde el momento mismo en que
la gente dejó de pagar, cosa que determinó que el pro-
pio valor de los bonos chatarra se desplomara sin po-
sibilidad ulterior de repunte alguno, cancelado de
antemano por la insolvencia galopante de los deudores.
Ya para el último trimestre del 2007, hasta el más
grande banco comercial de los EUA, el Citigroup,
había sufrido un quebranto en el orden de los 9, 800
millones de dólares, a causa precisamente de tener
colocados títulos en esos bonos de valor ficción com-
prometidos con las hipotecas subprime. En abril de
2008, cuando ya los nubarrones que presagiaban la
crisis eran negros, Bear Stearms, nada menos que el
quinto banco de inversión de toda Norteamérica,
reconoció un adeudo de 48 mil millones de dólares,
cifra multimillonaria que estaba, también, en bonos
Grabado de Reynaldo Olivares
subprime. No pasaría ni un mes, cuando Bear Ste-
arms fue comprado por el JP Morgan antes de que
éste mismo consorcio declarara su propia banca-
rrota.
Pero los anteriores botones de muestra, son tan
sólo eso. Los conglomerados financieros más gol-
peados, fueron algunos de los más conspicuos y
emblemáticos corporativos de inversión especula-
dora de Wall Street, del tipo de Lehman Brothers y
Merril Lynch vendidos a manera de rescate al Bank
of America que, muy pronto y siguiendo el mismo
destino común, se declararía también en banca-
rrota. Antes que ellos y de igual manera, los gigan-
tes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac debieron
ser salvados por el propio gobierno en un rescate
interventor un tanto extravagante para quienes ape-
nas la víspera pontificaban con radicalidad el libre-
cambismo extremo. Y esto lo hizo la administración
de Baby Bush, dado que la inminente quiebra hu-
biera podido afectar a más del 50% de las viviendas
de todos los EUA. Y ello nos está perfilando, hacia
el señalamiento, según el cual, el derrumbe de Wall
Street no se debe tan sólo a la codicia y al ahora tan
socorrido reclamo por la regulación estatal, medida
hasta hace muy poco tiempo considerada como
“pecaminosa”, por los neoliberales, para un sector
sumamente activo de la economía. Tal derrumbe,
resulta explicable, sobre todo y también, contra lo
que podrían creer las explicaciones neoclásicas de la
crisis, como una crisis meramente especulativa, por
la crisis de sobreproducción que ha venido, desde los
setenta del siglo XX que se fue, complicando y mi-
nando sistemáticamente los fundamentos mismos
de la lógica de reproducción de un capitalismo que,
apenas hace poco tiempo conquistó una genuina
medida sistémica auténticamente mundial, y que,
con su violenta irrupción contemporánea, está
marcando el principio del fin de toda una época de
capitalismo sin remedio, por el que no sentimos
nostalgia alguna, ni tampoco ganas por emprender
ni el más tímido de los esfuerzos de salvamento
suyo que pueda refuncionalizarlo, para persistir
explotando y lucrando a las costillas de la clase tra-
bajadora internacional. Sobre la naturaleza general
de la actual crisis capitalista mundial, le asiste la
razón a Arturo Guillén, cuando sostiene que:“La cri-
sis es global tanto por su dimensión espacial al abarcar
a la mayoría de los países, como por el hecho de que afecta
 PODER POPULAR
18
a toda la estructura financiera. Lo que comenzó como
una crisis en las hipotecas subprime, se convirtió rápi-
damente en una crisis de los mercados de crédito, es
decir, de toda la pirámide financiera construida con la
desregulación y globalización financiera y con fuertes
repercusiones en la economía real. Existen problemas de
pago en deudores hipotecarios, consumidores, sociedades
hipotecarias, empresas constructoras, bancos de inver-
sión, bancos comerciales, fondos de cobertura y otros in-
termediarios”.10
Pero Guillén detiene su reflexión no obstante la na-
turaleza esclarecedora de muchos de sus asertos,
justamente en la explicación conectiva de la crisis
financiera general, con el abarcamiento de la crisis
misma, de los aspectos económico-productivos y po-
lítico-organizativos que de su propio análisis debie-
ran colegirse. Y ello es así —no sólo en su caso—
porque frecuentemente se olvida que las crisis eco-
nómicas son, en general y también, un instrumento a
través del cual, en el modo capitalista de producción se
restablece el equilibrio entre el capital empleado y el be-
neficio conseguido a través de la masiva destrucción de
las fuerzas productivas (y en éste caso circulatorias
como lo son en última instancia las corporaciones
financiero-bursátiles colapsadas) que le resultan ex-
cesivas después de la superproducción y del propio pro-
blema que plantea como desafío sistémico la existencia
de la propia superpoblación relativa, que ha devenido con
su paro estructural en un rasgo inconfundible del capi-
talismo maduro11 y su deprimida capacidad para dina-
mizar la demanda que expresa una crisis de realización
de muchos bienes estratégicos sobre-producidos por tal
motivo.
Para lo que nos interesa enfatizar aquí, las crisis,
aun estando ligadas a esta contradicción funda-
mental entre el carácter social de la producción y
la propiedad privada de los principales medios de
producción y cambio, han asumido, en la larga ex-
periencia acumulada sobre todo en el siglo XX que
concluyó, características muy distintas respecto de
las “crisis decenales de sobreproducción” de los mil
ochocientos, después del desarrollo del capitalismo
monopolista y del imperialismo, y han detentado,
como “factores desencadenantes” también causales fi-
nancieras (como ocurre ahora mismo). Empero,
según la crítica de la economía política marxista, po-
demos afirmar que en el capitalismo contemporá-
neo se mantienen las mismas motivaciones de
fondo y los mismos fenómenos especulativos —
ahora agravados—, de competencia despiadada y re-
alización de superbeneficios, que fueron
inmediatamente evidentes en las crisis periódicas
de 1800. Sólo que ahora la escala y dimensiones de
las crisis crecieron exponencialmente.
IV) A recuperar la crítica marxista de
las crisis capitalistas
De manera que para no sostener la obnubilada e in-
correcta visión circulacionista que de la crisis misma
nos ofrecen muchos analistas (aún los sedicentes
“de izquierda”), acotándola a los circuitos financieros,
como si al ámbito productivo aquella crisis le pasara
desapercibida o no lo influyera, como por la vía de los
hechos ya está ocurriendo mundialmente, hemos
de volver a una necesaria recuperación de la crítica
marxista para muchos hoy tan olvidada, pero tan
vigentemente penetrante y certera. Como lo seña-
lara en forma inmejorable, en un libro comprensivo
toral para su tiempo, el agudo economista crítico
alemán Paul Mattick dijo:“Esta distinción entre ‘in-
dustria’ y ‘finanzas’, entre capital ‘productivo’ y ‘pará-
sito’, es tan vieja como el capitalismo mismo y dio origen
a una seudo lucha contra la ‘esclavitud del interés’ y los
especuladores irresponsables. Este asunto estrictamente
intercapitalista ahora es cosa totalmente del pasado,
puesto que la función de la industria y las finanzas es
tan completa que excluye cualquier distinción ‘moral’
entre ellas. Pero incluso anteriormente, no sólo los fi-
nancieros sino todos los capitalistas veían en la produc-
ción ‘simplemente un mal necesario para poder hacer
dinero’. Y aunque los beneficios se obtienen por medio
del proceso de producción, siempre se han hecho intentos
para ‘hacer dinero sin utilizar como medio el proceso de
producción’.12 Particularmente durante periodos de
capital ‘ociosos’ y una decreciente tasa de inversiones,
los capitalistas aumentaban sus esfuerzos por hacer di-
nero a expensas de otros poseedores de dinero y títulos
mediante manipulaciones financieras y actividades en la
bolsa de valores”.13
Mattick daba en el clavo y devolvía desde su
tiempo histórico la naturaleza del debate real su-
mamente útil entre los economistas del presente y
los revolucionarios anticapitalistas de hoy, al sitio
o al lugar pertinente que nunca debió de abando-
narse. Para él, así como las crisis financieras son crisis
de la producción, las crisis de la producción son, también
 PODER POPULAR
y asimismo, crisis financieras, si se sabe comprender con
objetividad la totalidad interdependiente del proceso eco-
nómico productivo y circulatorio para la valorización del
valor. La necesidad de fondos líquidos y el intento
por evitar pérdidas, invariablemente intensifica la
caída de los valores y de los precios de las mercan-
cías. Y esto es así, sin duda, porque la competencia
configura una expresión despiadada de la lucha in-
terburguesa. En algunos negocios, los precios bajan
forzosamente hasta un nivel de ruina. Los valores
de capital se deprecian rápidamente, se pierden
fortunas y las utilidades desaparecen. La demanda
social crece progresivamente en la medida que se
incrementa el número de los desempleados: el ex-
ceso de mercancías es controlado solamente por el
descenso cada vez más rápido de la producción. La
crisis se extiende a todas las esferas y ramas de la
producción y la circulación misma. La forma gene-
ral de la crisis, así, no hace sino mostrarse con una
elocuente evidencia, la interdependencia social del
modo capitalista de
producción entre
todos sus intersti-
cios, explicada, ade-
más, por la
naturaleza de las re-
laciones de propie-
dad privada que lo
controlan y sus con-
tradicciones inma-
nentes.14
Y toda esta reflexión
que emprendemos,
resulta útil justo
cuando una de las
cuestiones más de-
batidas reciente- Grabado de Reynaldo Olivares
mente en todo el
mundo, como una resultado de la caída general de
las bolsas de valores prácticamente en todas partes,
tras el impacto demoledor que la crisis del sector
inmobiliario norteamericano tuvo en Wall Street,
para de ahí difundirse — como un efecto dominó —
al conjunto de la economía internacional, es si el
enorme quebranto financiero global detenta la con-
notación de confrontar al capitalismo – o no - con
el agotamiento de la expresión gestionaria del pa-
trón de acumulación de fe neoliberal ya fuerte-
19
mente cuestionado por doquier. Para muchos,
como el reputado columnista catalán de Le Monde
Diplomatique, Ignacio Ramonet, los terremotos finan-
cieros del septiembre negro bolsístico, han termi-
nado por precipitar “el fin de una era del capitalismo”.
Tras afirmar que “regresa el Estado”, los señalamien-
tos de Ramonet, editorializaban un comentario
suyo que se pronunciaba alrededor del señala-
miento que el ex premio Nobel de Economía, Paul
Samuelson, había externado en el sentido de que,
para él: “Esta debacle es para el capitalismo lo que la
caída de la URSS fue para el comunismo. Se termina el
periodo abierto en 1981 con la fórmula de Ronald Rea-
gan ‘El Estado no es la solución, es el problema’. Du-
rante treinta años, los fundamentalistas del mercado
repitieron que éste siempre tenía razón, que la globali-
zación era sinónimos de felicidad, y que el capitalismo
financiero edificaba el paraíso terrenal para todos. Se
equivocaron”.15
Al respecto, debe-
mos decir que Ra-
monet tiene razón,
aunque no com-
partamos la prisa
de muchos, a la
luz de la coyun-
tura, para convo-
car el regreso
regulador e inter-
vencionista del
Estado de clase.
Pero no le asiste la
razón y se equi-
voca rotunda-
mente Samuelson,
en sus juicios de
valor emitidos y
citados aquí. En
efecto, la afirmación de Ramonet acierta, cuando
postula que la caída internacional de las bolsas con-
frontan al capitalismo contemporáneo con la nota-
ble obsolescencia que ya acusa el desmesurado
énfasis especulador y circulacionista que había su-
puesto el llamado “modelo neoliberal”, con ignorancia
supina, referida a la presunta certeza ahora de-
rruida, en el sentido de que ése peculiar mercado pa-
ralelo, soportado en lo que Marx denominó con su
acostumbrada puntería teórica, como propio del
 PODER POPULAR
20
Grabado de Reynaldo Olivares, miembro del Taller de la Gráfica Popular
“capital ficticio” (que eso y no otra cosa son los mer-
cados accionarios en la esfera bursátil), podía sopor-
tarse intemporalmente, como una “fuente
inagotable” o adicional de ganancia crematística sin
límites. Tarde o temprano, la mascarada de una eco-
nomía ficción concebida como un Casino (lo que
unos ganan, otros lo pierden, de modo que en ésa
esfera paralela no se genera valor alguno extraído
explotadoramente a los trabajadores), estaba con-
denada a precipitarse, tal y como efectivamente
ocurrió. El propio desfondamiento de las bolsas, por
eso, evidenció que una economía que no regresa y
se soporta en sus fundamentos productivos reales, está
condenada a caerse cuando se sustenta precaria-
mente en la siempre inestable economía ficción fi-
nancierizada y bursátil. Pero no tiene razón
Samuelson, al equiparar peras con manzanas. Es-
tablecer una equivalencia entre la caída de la URSS
(que marcó el derrumbe del modelo de economía es-
tatal centralmente planificado pero en ningún sentido
de “comunismo” realizado alguno) y la caída de las
bolsas (que no suponen, todavía e infortunada-
mente, que el capitalismo se haya derrumbado, sino
tan sólo una perspectiva gestionaria de él), exhibe
la galopante superficialidad del ex premio Nobel.
Al caerse el Muro de Berlín (1989) y al desintegrarse
la URSS (1991), lo que en realidad periclitó fue
aquello que Rudolf Bahro en su célebre La alterna-
tiva,16 con meridiana puntería teórica había defi-
nido – antes de que tales fenómenos ocurrieran de-
trás de la “cortina de hierro” - como “la vía no capita-
lista hacia la sociedad industrial”. La miopía de
Samuelson, en realidad, sólo exhibe su anticomu-
nismo militante, sino su vano intento por mante-
nerse en una línea de que defiende al capitalismo que
imagina funcional (¿para quién que no sea la clase
capitalista?), a las costillas de su expresión neoliberal
que no tiene empacho en desechar, como está ocu-
rriendo e el nuevo deporte de moda y si ello coad-
yuva a recatar al modo de producción que
persiguen los conservadores.
Pero el debate sigue en pie. La experiencia histórica
del capitalismo acumulada, ha mostrado y demos-
trado a plenitud, que el siempre problemático vín-
culo en la compleja relación Estado-mercado se ha
movido animada por una dialéctica de oscilante
movimiento pendular dentro del ciclo económico. Esto
significa que, cuando la fase del ciclo económico re-
vela su auge, algunos suponen con ligereza desme-
dida que el mercado se autorregula adelgazando al
Estado “convenientemente”, con el inequívoco
efecto de revelar la fuerte concentración de la ri-
queza que acarrea (¿dónde está entonces lo conve-
niente de esa visión?). Sin embargo, cuando con el
paso del tiempo los excesos se acumulan – como
aconteció con la enorme burbuja especulativa fi-
nanciera soportadas en los bonos de riesgo chatarra
 PODER POPULAR
21
y las hipotecas subprime cotizando en Wall Street -,
la rotunda evidencia de haber ingresado de lleno
en una fase de clara caída del ciclo económico,
como en el entorno recesivo actual, está llevando a
los economistas keynesianos a reproponer el nece-
sario protagonismo regulador del Estado, a fin de
“poner orden” al caótico ¡sálvese quien pueda! (¿de
qué orden nos habla pues el neo keynesianismo re-
divivo?).
En efecto, la lógica del movimiento cíclico de la
economía, históricamente ponderada, ha sido pen-
dular. Pero reconocer las supuestas “facultades au-
torreguladoras del mercado”, defendiéndolo frente a
las inoportunas pretensiones intervencionistas de Es-
tado (durante el auge); como demandar la “ingeren-
cia supervisora del Estado” cuando el desorden se
instala como resultado de la ambición especula-
dora que el mercado propicia (durante la caída del
ciclo), revela una vocación “villa melona” de los eco-
nomistas burgueses de moda, que son neoliberales
durante el auge del ciclo y keynesianos durante su
fase declinante. Estamos pues, ante la cara y la con-
tra cara de la real y plena inviabilidad capitalista –no
sólo de uno de sus “modelos”- que debe hacerse es-
tallar en mil pedazos, como la única alterativa po-
sible, con fundamento y a favor de una inédita
revolución socialista internacional profundamente resig-
nificada. Hablo pues, a favor de una revolución anti-
capitalista y contra sistémica, de naturaleza socialista
y revolucionaria, democrática radical y autogestionaria,
e inspirada en una visión del necesario cambio su-
perador al actual estado de cosas, sustentada en los
nuevos movimientos de la izquierda autonomista y
confederal que ya están larvados en el mundo fre-
nético que vivimos. Lo otro, supone combatir con as-
pirinas al cáncer progresivo que todo capitalismo
supone.
(
El autor es profesor de Economía Política en la Fa-
cultad de Economía de la UNAM, miembro del Taller
de Construcción del Socialismo (TACOSO) y adhe-
rente a La otra campaña.)
1
Capital, Londres, Lawrence & Wishart, 1983, vol.
I., p.29 (ed. En español cit., vol. I, p. XXIV. Ver tam-
bién Theories of Surplus Value. Londres, Laurence &
Wishart, 1972, vol. III, p. 518: “Hasta que la crisis
viene a poner fin a esta aparente sustantividad de los
distintos elementos (del proceso económico)”. Hay tra-
ducción al español en: Historia Crítica de la Teoría de
la Plusvalía, México, FCE, 1945, 3 vols., vol. III, p.
418. Negritas mías.
2
Antonio Negri. Crisis de la política. “Marx sobre el
ciclo y la crisis”. Ediciones El Cielo Por Asalto, Bue-
nos Aires 2002, pág. 58. Negritas también mías.
3
La larga experiencia histórica acumulada por el
capitalismo internacional, a raíz de sus recurrentes
crisis cíclicas, ha demostrado que la capacidad ges-
tionaria burguesa, ha aprendido a demorar e incluso
paliar los efectos de las crisis económicas. Infortuna-
damente para su visión ideológica de la economía,
lo que las expresiones oligárquicas de clase capita-
lista internacional no han aprendido, en parte por-
que esto es imposible, es a evitar las crisis, pues éstas
forman parte de la dialéctica cíclica de su movi-
miento interior.
4
Se denomina “capital ficticio”, como sabemos, a
aquel tipo sui generis de capital que, adoptando la
forma de títulos de valor, proporcionan un ingreso a
quien los posee. Estos títulos de valor –acciones,
obligaciones de las empresas capitalistas y de los
empréstitos del Estado, cédulas de imposición de
los bancos hipotecarios- carecen de todo valor intrín-
seco. Pero esos títulos, constituyen un testimonio de
que se ha concedido dinero en préstamo o para
crear una empresa capitalista. Por este motivo, con-
fieren a su poseedor el derecho de percibir regular-
mente plusvalía, creada en el proceso de la
producción y redistribuida después a todas las
otras esferas de la economía. El poseedor de accio-
nes recibe por ellas, anualmente, un ingreso en
forma de dividendo, y el poseedor de obligaciones
lo recibe en forma de intereses. El movimiento de
tales títulos de valor se efectúa en la Bolsa de Valo-
res. A diferencia del capital real invertido en las di-
ferentes ramas de la economía, el capital ficticio no
constituye una riqueza real, y, por este motivo, no
desempeña función alguna en el proceso real de la
reproducción capitalista, aunque pueda bajo deter-
minadas condiciones –a veces- impactarla (y en
ocasiones, ¡de qué modo!). El carácter ilusorio del
capital ficticio, se descubre con singular nitidez
durante quiebras bursátiles como las recientemente
vividas en el septiembre negro de 2008, cuando las
acciones y las obligaciones se desvalorizan con ce-
leridad en muchos miles de millones de unidades
monetarias (y pese a que, con ello, en ocasiones
también, la riqueza social efectiva pueda no dismi-
nuir en lo más mínimo).
 PODER POPULAR
22
5
Entre 1997 y 2006, los precios de los bienes raíces bles, un escenario en el cual, antes de finales del
en los EUA se dispararon hasta en un ¡93%! Sor- próximo año 2009, desparecerán aproximadamente
prende la cifra pues, en un siglo previo, los precios ¡20 millones de empleos más en el turbulento en-
de los bienes raíces oscilaron entre un 10 y 20% torno económico global! Ver en la Sección de Econo-
(hacia arriba o hacia abajo), dependiendo de las mía del diario La Jornada del 21 de octubre de 2008,
condiciones de la acumulación de capital. Así lo denotando que la industria de la construcción, in-
consignó Nouriel Roubini en 2007, en su artículo mobiliarias, servicios financieros y automotores,
“Worse than LTCM: Not Just a Liquidity Crisis; Rather habrán de revelarse como los más vulnerables.
12
a Credit Crisis and Crunch”. Karl Marx, El capital. Editorial FCE, México 1964,
6
Tomada la cita que, usada a modo de epígrafe, en- Tomo II, Capítulo I, pág. 52.
13
cabeza el principio del formidable e iluminador Paul Mattick. Marx y Keynes. Los límites de la eco-
libro de Paul Mattick e intitulado Crisis y teoría de nomía mixta. Editorial Era, México 1981, pág. 31.
la crisis. Editorial Península, Barcelona 1977, pág. 7. Cursivas mías.
14
7
Guillermo Almeyra. “Un poco de realismo no hace Una de ellas, evidentemente, que dimana del
mal”. En La Jornada, del Domingo 19 de Octubre, problema consistente en tratar de exprimir valor del
pág. 18. valor ya creado, dejando de soslayo que, una cosa es
8
El Congreso estadounidense, merced a un prefa- que se puedan crear beneficios para algunos (a las
bricado y artificial consenso de conveniencia deci- costillas de otros); pero otra, muy distinta, suponer
dió aprobar los cambios a la rimbombantemente que se pueda crear nuevo valor de la órbita espe-
bautizada como Ley de Estabilización Económica de culativo-circulatoria como por arte de magia sin
Emergencias de 2008, presentada por esa ruina quebrantos como los que hemos venido atesti-
moral que se llama Georges Bush. Respetando las guando.
15
convenencieras propuestas oligárquicas de Henry Ignacio Ramonet. Le monde Diplomatique, del 7 de
Paulson, los legisladores aprobaron iniciativas para octubre de 2008.
16
“fortalecer el apoyo” (¡vaya eufemismo!) a los contri- Rudolf Bahro. La alternativa. Contribución a la crí-
buyentes que pagarán el costo de un rescate a los finan- tica del socialismo realmente- existente. Editorial Ma-
cieros desfalcadores, inicialmente estimado en más de700 teriales, Barcelona 1988.
mil millones de dólares, el mayor rescate de la historia
moderna del capitalismo.
9
¿Cómo se puede definir un bono de riesgo inversio-
nista? Fundamentalmente, como el título que acre-
dita a su poseedor, como el portador de una deuda
que emite una empresa a cambio de dinero en efec-
tivo. La empresa contratante del bono, se compro-
mete a que, al cabo de un plazo de terminado
tiempo, devuelve a los inversionistas su capital
más los intereses devengados.
10
Vid. Arturo Guillén. En “Origen y causas de la cri-
sis inmobiliaria. En la Revista Coyuntura, Órgano de
Análisis y debate de la Revolución Democrática”.
Núm. 145-146, Quinta Época, de Mayo-Agosto de
2008. Pág. 52.
11
Al respecto, resulta sintomático y elocuente-
mente descriptivo el hecho de que la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), emitió un estreme-
cedor comunicado desde su sede en Ginebra, el pa-
sado 20 de octubre, en el sentido de que una crisis,
primero norteamericana y financiera, que muy
pronto ya se hizo mundial y también productiva,
arrojará como una de sus saldos más desfavora- Represores, dibujo de Melecio Galván
 PODER POPULAR
23

ANTE LA CRISIS CAPITALISTA

EL PODER POPULAR
Miguel A. Rodríguez

ñías inmobiliarias y bancos que se declaraban

Sólo cuando fue innegable, gobiernos de paí-
ses poderosos y organismos internacionales a
su servicio (como el Fondo Monetario Interna-
cional) aceptaron que se encontraban en crisis
económica, a pesar de que líderes y organiza-
ciones de izquierda lo habían pronosticado
desde finales de los noventas.
El sector inmobiliario entró abiertamente en
crisis y su inminente rescate del gobierno de
EEUU obligó a hacer público el “inicio de una
prolongada recesión” y que por lo mientras
había que aportar dinero público (700, 000 mi-
llones de dólares) para rescatar a las compa-
en quiebra.
Esta misma situación la vivieron Inglaterra,
Italia, Alemania y en cadena los países mas
poderosos con la caída estrepitosa de las bol-
sas de valores del mundo arrastrando a una
cantidad importante de países del mundo in-
cluyendo al nuestro.
Analicemos brevemente como se llegó a esta
situación tan grave, de economía internacio-
nal. Analistas principalmente de izquierda, ya
habían considerado la crisis a partir de la ten-
dencia de la política económica neoliberal,

Arturo López Cándido hablando en La Habana, Cuba

 PODER POPULAR
24
rapaz y depredadora que se empezó a instru-
mentar a finales de los 70´s, aplicada a través
de los organismos internacionales, que obli-
gaba a los países y/o gobiernos a adelgazar
las funciones del Estado al máximo, privatizar
las empresas y los servicios públicos (como la
industria eléctrica, siderurgia, comunicación,
química básica (para fármacos, fertilizantes
etc.) de servicios como transporte, (ferrovia-
rio, autobuses, metros, marítimo, aéreo, etc.)
educativo, de salud, agua, entre otros.
Al ser exentadas de impuestos, estas empre-
sas (principalmente trasnacionales con firma
extranjera) gozaron del apoyo legal y político
para poder operar impunemente y hoy a pesar
que dicen que se equivocaron promovieron la
desregulación de los mercados.
La derrota más significativa del neolibera-
lismo fue la argentina, cuando la movilización
popular interrumpió abruptamente la venta
de las empresas estatales, recuperó las empre-
sas públicas y privadas en quiebra dirigiéndo-
las hoy los trabajadores; interrumpió el pago
de la deuda externa hasta el mejoramiento de
su economía, removieron al presidente y su
gabinete para exigir la participación popular
en temas importantes para su país, entre otras
medidas.
La crisis argentina fue local —aunque des-
pertó simpatías regionales— pero la actual
crisis es mundial, de proporciones inmensas,
incubándose en los países más poderosos.
Esta es una crisis de sobreproducción, o sea
que se manufacturaron muchas mercancías
sin control alguno, se dieron créditos —mu-
chos de ellos a quienes no lo necesitaban— y
como no sabían que hacer con ese exceso, al
haber menos demanda de esas mercancías
producidas, provocó despidos, cierre de em-
presas e incremento de precios.
Es tal la magnitud de la crisis que se pronos-
tica otros 3 años de crisis profunda y de 8 a 10
años de recuperación.
Por lo pronto, la gran burguesía, a través de
sus instrumentos mundiales, plantea nueva-
mente regular el mercado, darle más partici-
pación al gobierno del estado y rescatar a las
aseguradoras, bancos y empresas monopolis-
tas en quiebra con dinero público (en una es-
pecie de FOBAPROA, hoy IPAB, macro,
inmenso) así de fácil se las gastan estos cíni-
cos, porque quienes los salvan son los traba-
jadores, los consumidores, la gente común y
corriente, y a cambio son empujados a la mi-
seria.
Lo primero que tenemos que hacer es evitar
que en México se rescate con dinero público a
bancos y empresas privadas, denunciando lo
desastroso que ha sido para nuestro pueblo el
FOBAPROA, también esta crisis ofrece la
oportunidad de comprender, de entender el
verdadero carácter de los gobiernos del es-
tado burgués que no son otra cosa que la de-
fensa de los intereses capitalistas a ultranza,
pero también de construir nuestras propias al-
ternativas de Poder Popular, tales como la
economía solidaria, cooperativas, ejidos, y
cualquier forma de propiedad colectiva.
Hay que mejorar las formas de elección y re-
presentación, mediante la democracia repre-
sentativa con participación popular en el
diagnóstico, elaboración, diseño, instrumen-
tación y supervisión de programas y políticas
públicas.
Pero más urgente es cambiar la “cultura” de
la corrupción tan impregnada en nuestro país,
castigándola severamente, promover y mejo-
rar los servicios públicos como educación,
salud, comunicación transporte, etc.
Todas las alternativas pasan por la unidad de
todos los interesados en estos cambios en un
gran frente nacional de masas, en la unidad
de las izquierdas, la unidad de los revolucio-
narios. Todas estas instancias es posible cons-
truirlas simultáneamente orientadas a
fortalecer o crear el Poder Popular.
 PODER POPULAR
25

AUTOPSIA TARDÍA DE
LA REGIÓN MÁS TRANSPARENTE
Gonzalo Martré

Existen dos métodos para escribir una novela ur- parecidos, pero de ninguna manera afectados de
bana representativa y totalizadora de una gran ciu- sinonimia.
dad. El primero consiste en conocer sus entrañas a
fondo, en haberla vivido y en amarla hasta el coxis; Afirmar ante la “inteligencia” mexicana que la R+T
luego, a teclear. El segundo, no necesariamente re- de CF es fantasía demente es como decirle a los ju-
quiere su conocimiento, mucho menos el haberla díos que su Talmud es charlatanería, a los árabes
vivido y tampoco amarla, simplemente echar a que su Corán sólo sirve para limpiarse el culo y a
vuelo una los católicos
buena dosis que su Bi-
de fantasía blia es un
hollywoo- tratado de
dense…y a inmoralida-
teclear. El des. Pocos,
resultado rarísimos
del primero son los me-
es, por xicanos que
ejemplo, se atreven a
Lima la ho- encontrarle
rrible (1964), defectos a
de Sebas- esta tan ca-
tián Salazar careada no-
Bondy o vela de
Adán Bue- Fuentes.
nosayres C o me n c e -
(1948) de mos la deli-
Leopoldo ciosa tarea
Ma r ec h a l . de hacer la
Como pro- autopsia al
totipo del cadáver ex-
segundo quisito de
método está LR+T: lo
Campesino chiapaneco, foto por Arturo López Cándido
La región abrimos en
más transpa- canal y ha-
rente (LR+T), de Carlos Fuentes. llamos el hígado cirrótico: un personaje curioso que
Por los resultados de una relectura de esta novela al menos exhibe unas cuatro personalidades opues-
citada de Fuentes, el título más adecuado para ella tas entre sí y al cual bautiza con un nombre nove-
sería La región más desconocida, por el autor, se lesco (Ixca Cienfuegos) quien a su vez presenta al
comprende, y por los incautos lectores que, guia- personaje que CF considera marco y fondo, ángulo
dos desde hace 50 años por reseñistas “orientado- y vértice, el todo y sus partes: la ciudad de México.
res” la tienen por la “gran” novela urbana Así comienza lo que CF y sus corifeos consideran
mexicana del siglo XX. Aquí debemos diferenciar la primera novela urbana que describe con proso-
entre los calificativos “gran” y “grandota”, muy popeya rimbombante todos los círculos infernales
 PODER POPULAR
26
y celestiales de la CdeM de los años 50 y cuya pri-
mera edición data de 1958. El autor tenía 30 años y
según presume era un conocedor profundo de
todos los estratos de la ciudad, por eso emprendió
tamaña labor épica (quién sabe cómo le hizo, por-
que la mayor parte de su vida la había pasado en
el extranjero).
Luego hallamos un órgano cardiomicrónico por-
que la malévola y pícara ciudad no cupo en las casi
500 páginas de la primera edición, resultó inabar-
cable para la limitada capacidad narrativa del autor
y más inaprensible aun por los escasos conocimien-
tos que poseía de la misma, enmascarados por un
estilo farragoso aplicado intencionalmente para
meter al lector en un vericueto fantasioso plagado
de galimatías disfrazadas de literatura.
¿Difícil demostrarlo?; para un reseñista literario na-
cido en los 50, quizá; para otro nacido en los alegres
veintes, facilísimo; hallamos un pulmón atrofiado:
La introducción
en boca del perso-
naje llamado Ixca
Cienfuegos es
una parrafada re-
pleta de retórica
verborreica muy
propia del enton-
ces novelista pun-
tero de la mafia
de Fernando Be-
nítez, su golden
boy, su dandy inte-
lectual que al de-
venir de los años
se convirtió en el
Pequeña granja chiapaneca, foto de Arturo López Cándido
famoso ”Dandy
Guerrillero” por las posturas izquierdosas que asu-
mió en adelante y que tan sólo fueron poses para
la mercadotecnia editorial; CF jamás sintió ni vivió
la izquierda, siempre fue un burgués gentilhombre
bien arraigado en la plutocracia.
Salta el páncreas canceroso: el primer cuadro ur-
bano que presenta el autor es desafortunado; CF no
conoció la calle de Guerrero, quizá la recorrió con
rapidez alguna madrugada en su auto último mo-
delo –los vidrios subidos– y obtuvo una impresión
fugaz e inexacta. Nos habla de la fichera Gladys
que trabaja en el Balí-Hai, cabaret –que no antro–
situado en la confluencia de Av. Chapultepec y Av.
Oaxaca, pero en su ignorancia lo sitúa en la calle
Guerrero; fue el Bali Hai un cabaret para clase
media alta, muy lejos de parecerse al Camelia, al
Atzimba, El Olímpico, El Jardín o el 3X antros típi-
cos de la calle Guerrero, para obreros y empleados
burócratas de quinta categoría.
No, CF nunca conoció esos antros. Ni por fuera los
vio, pero los inventó. Gladys hablándole de
“usted” a un cliente que era ruco y se hacía pasar
por alto funcionario burocrático. ¿En serio creyó CF
y nos quiere hacer creer que había putas respetuo-
sas muy sartreanas en los cabaretuchos de las calles
de Guerrero? ¿Es que de repente estamos en Mont-
martre o, por ventura, en el Café de Fiore?
El bisturí nos descubre un estómago ulceroso: sin
solución de continuidad (pp 16) salta al ambiente
que sí conoce bien: el
de las golfas socialités,
de los currutacos, del
destrampe bonito, de
las fiestas en mansio-
nes suntuosas y nos
presenta al ramillete de
personajes de ese
mundo donde el
dandy intelectual fue
rey.
Estos personajes no son
nuevos en la narrativa
mexicana, poco antes
aparecieron muy simi-
lares y perfectamente
satirizados en Casi el
Paraíso de Luis Spota, realmente la primera gran
novela urbana del siglo XX.
Rodillas anquilosadas: continuando con sus fallas
de ubicación, en la pp 13 describe una variedad ca-
baretera. ¿De qué show habla CF?. En los antros de
la Guerrero no había variedad, se iba a bailar y
beber nada más; las variedades podían verse en ca-
barets de más categoría, en el Bremen por ejemplo,
no en los antros de la Guerrero. Ignorancia pura.
 PODER POPULAR
27
¿De modo que la fichera Gladys “llegó al fin a la
Doctores, rendida”? ¿CF nunca se enteró de que
una fichera cuando sale del cabaret aborda un ru-
letero porque ha bailado diez horas sin parar y no
puede ya dar paso?
Manos con artritis: la descripción de su personaje
estelar Ixca está en la pp 31. Es un sujeto de novela
barata, sin ningún rasgo de autenticidad, inven-
tado por un autor ignorante y pedante. Es el sujeto
de una ficción que pretende novelar la city y narra
fantasías hilarantes por lo disparatadas. Este im-
probable personaje de tramoya, va llevando el hilo
del comentario compitiendo con el autor: ambos
dicen las mismas tonterías presuntuosas.
Fractura en la pel-
vis: en la pp 47 CF
exhibe su gran ig-
norancia sobre los
bongoceros: invoca
a Pérez Prado por-
que no sabe que PP
sin trompetas y sin
sax no es PP. Los
bongoseros jamás
tocan mambo, sus
toques son de
rumba o de sante-
ría. Trata de impri-
mir un ambiente
“tropical” a una
fiesta mezclando
Campesionos chiapanecos, foto por Arturo López Cándido
frases de algunos
mambos con algu-
nas rumbas, loca fantasía ajena a lo que ejecuta un
auténtico bongocero-rumbero. Los bongoseros de
aquella época eran famosos y el autor no pudo per-
sonalizarlos porque simplemente no los conocía:
Silvestre Méndez, maestro de bongoseros; Choco-
late, Batamba, Jimmy Monterrey, Manolo Berrio,
Joaquín González, Ángel y Modesto; fiesta con
bongoseros que se respetara contrataba al menos
dos de los citados. Cubanos en su mayoría.
Lengua purulenta: casi toda la primera parte hasta
“Gervasio Pola” está repleta de diálogos cenagosos
entre seudointelectuales y sus amigos. Espejismo;
Pola es su escritor en la novela, hacia el final, un
judío productor de churros lo descubre y lo con-
vierte en guionista de cine y como tal… ¡se hace mi-
llonario! Muy desorientado e ingenuo se observa
al autor, porque en la época del Cine de Oro mexi-
cano ningún guionista se hizo millonario, les paga-
ban mal sus historias y adaptaciones, el ejemplo
incontestable es Mauricio Magdaleno, guionista
del Indio Fernández: muy lejos de hacer una for-
tuna en el cine; otros como Juan de la Cabada y José
Revueltas apenas sí sacaban lo de un par de bote-
llas de tequila. Carreras como las de Pola nunca
ocurrieron, CF jamás se enteró de que la Clasa
Films Mundiales nunca pudo ser la Metro
Goldwyn Mayer de Hollywood y vistió a Pola de
oropeles relumbrantes hechos de celuloide gringo.
En la pp 90 se nos
anuncia que Ixca
es casualmente
un casateniente
acomodado.
¡Cambio de piel!
Venía apare-
ciendo como un
vivales sin oficio
conocido.
Columna verte-
bral desviada:
desde el principio
y hasta la pp 148
CF nos cuenta
por boca de sus
personajes princi-
pales, la historia
de cada uno,
todos de la “alta”. Aquella escena fugaz en la cual
un anciano nostálgico e iracundo le muestra a su
nieto el México porfiriano que se fue y nunca más
volvió, mientras viajan en un autobús Reforma-
Lomas es indicativa de la persistencia de CF en
describir las clases “altas” infatigablemente a tra-
vés de su novela.
Colón obliterado: a la altura de la pp 300 esta no-
vela es la historia de la gente bonita del Defe; los
personajes centrales bien dibujados hasta el mo-
mento son: un banquero transa, muy rico, su her-
mosa mujer, un círculo de parásitos sociales y su
pequeña corte. Alrededor de ellos vuela el moscar-
dón Ixca Cienfuegos. Todos de las Lomas a Re-
 PODER POPULAR
28

forma, sus bares, sus cafés, sus chismes, sus peque- altura de Pedro Infante o de David Silva; ni si-
ñas intrigas, celos y traiciones comunes en esa plu- quiera de Mantequilla.
tocracia. Todos posando para la prensa de sociales;
la seducción de la ricachona Norma por el dandy Peritonitis en el intestino delgado: Pp 444. El autor
Ixca está apestada por un diálogo “intelectual” in- trata de justificar el título de su novela y larga un
fame por lo artificioso. La quiebra del banquero capítulo repleto de reflexiones y nombres ilustres
transa nunca pudo ocurrir en México y mucho que han llenado la historia de la ciudad desde
menos atribuyéndola a chismes de salón. En pri- Tizoc pasando por el Panzón Soto hasta Xavier Vi-
mer lugar, en México llaurrutia, luego, para
los banqueros no que el lector asom-
quiebran porque los brado por su conoci-
protege el sistema. No miento de la ciudad
fue sino hasta 1982 vea que sí la conoce,
cuando el sistema les larga una lista de colo-
faltó al respeto, pero nias y calles sacadas
no quebraron, cobra- de la Guía Roji y para
ron hasta el último terminar, una bonita
centavo de sus acti- selección de frases ex-
vos. Cándidamente, traídas de su mamo-
CF desarrolla en esta treto con una escena
novela situaciones y final de churro fílmico
personajes que sólo se imaginada entre su
dan en E.U., su verda- galán de celuloide al
dera patria. Los casos estilo de Ramón Ar-
del banquero y del es- mengod y su piruja
critor son típicos de la decadente al estilo de
sociedad gringa, no de Leticia Palma. Y el
la nuestra. Entre estos galán peripatético y ri-
extremos y la barriada dículo montado en el
que no conoce, CF va viejo puente de Nono-
dando tumbos litera- alco como en todo
rios sin ton ni son. churro que se respete
le dice una frase hecha
A ratos cree el lector de cartón piedra pe-
estar leyendo el argu- gada con engrudo
mento de un churro acedo; “Aquí nos tocó.
del cine nacional Qué le vamos a
donde alternan gigo- hacer”.
lós que bailan mambo
con señoras que can- No se halló el cerebro:
Grabado de Reynaldo Olivares para considerar seria,
tan en cabarets de lujo
porque poco antes bailaron en antros. Ixca Cienfue- importante y trascen-
gos interpretado por Rodolfo Acosta y Norma La- dente una novela urbana que trata de ser constan-
rragoiti por Ninón Sevilla Víctimas del pecado entre cia histórica arquitectónica, antropológica y social,
Ustedes los ricos. debe contener escenarios que son imprescindibles:
en ésta falta Tepito, realmente barrio bravo desde
Las escenas donde intervienen los pobres también un siglo antes; faltó la Candelaria de los Patos, la
son de churro nacional, inferiores a las aventuras auténtica Corte de los Milagros de la C de M; en la
de Pepe el Toro, no cuentan con un personaje a la época descrita faltaron los salones de baile con sus
 PODER POPULAR
29

falenas y sus caifanes (había al menos unos veinte).
No hallamos las laberintosas vecindades de hasta
7 patios y más de cien viviendas conocidas popu-
larmente con el nombre de “El Palacio Negro” en
Mixcalco y “La Bella Elena” en la Morelos entre
unas diez de tal jaez. El autor creyó que la calle de
Guerrero era el asiento máximo de los bajos fondos
y que sus cabarets eran los antros más sórdidos
cuando
hacía una
década la
colonia
Guerrero
era habi-
tada por
trabajado-
res, no de-
lincuentes;
le faltaron
los caba-
rets de la
Merced (el
Nopal, el
Irma, etc),
le faltó el
siniestro
La Pampa,
enclavado
entre la Familia chiapaneca, foto de Arturo López Cándido
Lagunilla
y Tepito, esquina de Argentina y Rayón, frente al
tenebroso salón de baile La Playa; le faltaron los an-
tros Agua Azul y Molino Rojo en las calles de
Allende, pertenecientes a la zona de la Lagunilla y
en donde las ficheras bailaban descalzas. La ausen-
cia de La Lagunilla es deplorable, apenas sí la men-
ciona cuando en aquella época era una zona
comercial importantísima para la clases media y
pobre. ¿Pero existe la clase media en esta ”región
transparente”?
Para el autor, la CdeM era las Lomas y Barrilaco,
un poco Polanco y algo del Centro como el Hotel
Regis y el Del Prado. Lo demás está desleído, des-
pintado por la lejía de su ignorancia engreída, un
mero telón de fondo para sus escenas ridículas.
Sin proponérselo, 100 años antes logró Manuel
Payno en sus Bandidos de Río Frío una verdadera
novela urbana. Ahí sí está la CdeM de 1850. En la
novela de CF ni siquiera asoma el bosquejo.
¿Cómo una novela tan notoriamente fallida, chata,
coja y manca logró el éxito delirante de la crítica?
Deplorablemente para la mafia de Benítez, ésta no
tenía una carta mejor para jugar. Era necesario im-
pulsar la carrera literaria de su golden boy mediante
el impacto mediático y puso a todo su equipo a ala-
barla. Como por
fortuna para CF
sus impulsores co-
nocían la ciudad
menos que él, no
tuvieron empacho
en declarar la
LR+T una obra
maestra. De hecho,
la única voz fuerte
que se alzó con la
verdad, la de
Elena Garro no fue
oída. Es más, fue
perseguida y vili-
pendiada. A
fuerza de repetir a
través de 5 déca-
das que esa novela
era lo máximo,
llegó a serlo. Al
cumplir ahora 50
años su primera edición, de nuevo las loas se vol-
caron como cataratas del Niágara y de Iguazú jun-
tas. A medida que el tiempo pase, a medida que
vayan desapareciendo quienes sí conocieron las en-
trañas de esta ciudad a mediados del siglo pasado,
la novela se fortalecerá pues ya nadie podrá seña-
lar: ¡esa es una fantasía!
¿Nadie? Nadie, con excepción del autor. En efecto,
muchos años después, consciente de que la ciudad
que aparece en LR+T nada tiene que ver con la
CdeM de mediados del siglo XX, el Dandy Guerri-
llero acepta y repite a la menor provocación, que
esa urbe es una fantasía literaria muy suya y para
su gusto y consumo y que sus lectores deben acep-
tarla así y dejarse de sandeces. Desde esa perspec-
tiva, CF se deslinda de la verdadera CdeM y
construye otra muy distinta, como construyó en su
caso Onetti el Puerto de Santa María, como Verne
 PODER POPULAR
30

recreó el Centro de la Tierra y como otro autor muy gante.

moderno erigió la mítica Ciudad Gótica donde se
pasea Batman. Fantasías literarias y populares muy
legítimas, siempre y cuando el autor no pretenda
dar gato por liebre. Si el lector se resiste a creer que
CF acepta ser autor de una obra fantástica en LR+T,
por favor siga leyendo..
La botica de Juvenal
Como era de esperarse, el suplemento “El Ángel”
del periódico Deforma también se volcó en elogios
Fuentes en “El Ángel” está perfecto, no podía ser
menos que se le rindiera homenaje cabal en perió-
dico tan reaccionario y mendaz. El aristocrático
“Dandy Guerrillero” queda bien para Deforma. Si
uno lee con cuidado el artículo de Volpi, obtiene en
conclusión que, soterradamente, lo minimiza en
vez de magnificarlo. No es la catarata de elogios,
sino un plácido manantial de loas dudosas. Reco-
noce Volpi lo que ninguno –excepto la Rana Roja,
redvista electrónica publicada por Gonzalo Martré–
acepta y sostiene: que La región más transparente no

Marcha por la emancipación de los pueblos, frente a la Torre Latinoamericana

es la primera novela urbana, ni la más importante,

a rajatabla con motivo del homenaje a Carlos Fuen-
sino la más “perturbadora”. Algo es algo. Y luego
tes. Lo más notable fue el ensayo de Jorge Volpi ti-
afirma que CF “se inventó una extraña tierra para
tulado La batalla interminable, como el Chóforo es
que la poblasen sus personajes. La llamó México.”
en este suplemento el director de facto, mandó
En efecto, esa tierra es tan extraña, pero tan ex-
hacer una ilustración que muestra a CF en su papel
traña, que a duras penas los lectores pueden iden-
de “El Dandy Guerrillero”, mote que le puso KK el
tificarla con nuestro país. Siendo que CF pasó su
de Letras Viles hace mucho tiempo, tal y como se
niñez y primera juventud en el extranjero, ¿cómo
describe en la novela El Címbalo de Oro (G. Martré,
se le ocurrió escribir una novela “totalizadora”
2001), así lo muestra cruzado el pecho con cananas
sobre la ciudad de México a los 30 años de edad?
que en vez de balas llevan plumas de escribir, agra-
Porque para este laureado autor, todo el país, in-
ciado el retrato con un cañón que es una pluma gi-
 PODER POPULAR
31
cluyendo su capital era Cuautitlán, y así lo demás,
por el estilo.
Se ha dicho que Volpi es el heredero natural de
Fuentes. La lectura de este artículo enseña que, a
Volpi, maldita la gracia que le hace tal herencia.
¡Vade retro, Satanás!
La página dos está adornada con 36 citas de Fuen-
tes, aparecidas en diversas publicaciones del
mundo, siendo la mayoría del Deforma. Digna de
citarse es la siguiente, aparecida en The Paris Review
interviews, 1981: “Soy un caso peculiar en la literatura
mexicana, ya que crecí lejos de México, y México fue
siempre un espacio imaginario para mí, y agregaría que
nunca ha dejado de serlo. Mi México y mi historia de
México se llevan a cabo en mi mente. Su historia es algo
Dibujo del maestro José Hernández Delgadillo
que yo he soñado, imaginado, y no la historia real del
país.” Vamos, a confesión de parte, relevo de prue-
bas. Al menos, el Dandy Guerrillero no engaña a
nadie, son sus adoradores y los lectores de esos
adoradores los que captan lo que el autor jamás
quiso decir, ni en broma. Autoengañados, pasean
al autor en hombros y lo ovacionan como si hubie-
sen asistido a una corrida de toros en la cual vieron
una faena imaginaria.
En la página 4 vienen 4 artículos. El primero del es-
critor peruano Santiago Roncagliolo quien describe
un almuerzo con Fuentes y su preferencia indiscu-
tible por Aura. Esta novela es lo máximo para el pe-
ruano. Y uno se pregunta, ¿habrá leído Los papeles
de Asper, de Henry James? Y uno se responde: No,
Roncagliolo no ha leído a James, de otro modo, vol-
 PODER POPULAR
32
caría toda su admiración por el inglés, verdadero
autor de Aura. El segundo artículo y más grande
trata de Fuentes en el cine. Esto es, Fuentes como
guionista. Y cita cinco películas mexicanas, en nin-
guna de esas figura como guionista único, siempre
está asociado con guionistas profesionales, como lo
fueron y son: Gavaldón, Ripstein, Juan Ibañez, Wa-
llerstein, Carlos Velo, Manuel Barbachano, Casalz,
Gavilán e Iturriaga. Ellos trabajaron y Fuentes gus-
toso aceptó aparecer en los créditos. En Los Caifanes
intervinieron 4 guionistas, ninguno de los cuales
supo jamás lo que era un caifán. Llamar caifanes a
un trío de matacuaces fue lamentable y patético.
El cuarto artículo lo firma alguien que se llama
Steve Boldy, exégeta de CF en Cambridge. Hay me-
sura en sus elogios, no los escatima pero tampoco
los derrocha como JEP.
En la página 7 la inefable Guadalupe Loaeza recrea
“Las andanzas del joven Carlos” e involuntaria-
mente, apoya al propio Fuentes en su grandioso
desconocimiento de la ciudad de México, al repro-
ducir una declaración que el Dandy Guerrillero
hizo al escritor Julio Ortega: “Yo no soy un escritor
Cocina popular, foto por Arturo López Cándido
realista de la ciudad; yo soy un inventor de la ciu-
dad para mi consumo personal. Siento que la ciu-
dad de México es mi gran invención, se parezca o
no se parezca realmente a lo que yo imagino. Por
eso es un tema central de mi obra, como puede
serlo la sociedad parisiense en la obra de Balzac o
Londres en la obra de Dickens”. Valga la compara-
ción, toda proporción guardada, si los lectores de
Balzac y Dickens en el siglo XXI creen que el París
y el Londres descritos fueron así, lo más probable
es que los lectores del siglo XXII también crean que
el México de Fuentes así era. Lo cual será suma-
mente deplorable.
Para terminar, en un recuadro aparece el programa
oficial del homenaje nacional a Fuentes. La inau-
guración fue en el Castillo de Chapultepec con la
asistencia de Fecal. La visita que le hizo el Dandy
cuando Fecal era candidato rindió sus frutos. El ho-
menaje a Fuentes adquiere dimensiones nunca
antes vistas. Ni Paz tuvo en vida un homenaje así.
Y es natural: ¿cuándo Fuentes ha disentido o se ha
alejado del Príncipe en turno? Ser parte del poder,
aunque sea tras bambalinas, deja.
 PODER POPULAR
33
CONTRAPODER, PODER POPULAR Y ELECCIONES
Movimiento Maíz Rebelde
Por Mario Ramírez
Construcción del Poder Popular
El realizar, como parte de una estrategia y un pro-
grama político, la construcción del Poder Popular,
nos lleva hacia varias cuestiones que hay que dilu-
cidar. Es necesario hacer un análisis concreto de la
lucha de clases tanto a nivel nacional como inter-
nacional, lo que nos permitirá avanzar dentro de
los procesos de liberación de los pueblos y de la
construcción del socialismo en el mundo.
En primer instancia surge la necesidad de definir
la categoría “pueblo” o cuando menos lo concer-
niente a una definición histórica de la categoría de
lo “popular”, así como definir la categoría “poder”
y sus implicaciones estratégicas en la transforma-
ción revolucionaria.
La categoría “pueblo”, debe estar definida en tér-
Festividad campesina chiapaneca, foto por Arturo López Cándido
minos de una estrategia y una táctica que nos lleve
al triunfo mediante una alianza de los distintos re-
ferentes reales de fuerzas en movimiento.
Por lo tanto, el término “pueblo” puede llevarnos
a pensar en varias clases y fracciones de clase, que
podíamos sumar bajo la dirección de la “clase tra-
bajadora”; incluyendo en esta categoría a los obre-
ros, los campesinos y la “pequeña burguesía”,
—vale decir— todo aquel que no tiene capital y
vende su fuerza de trabajo para subsistir. Con esta
alianza amplia, en la que se puede incluir —sólo en
casos específicos y no de forma permanente— a
otros sectores sociales como el llamado “lumpen
proletariado” otras clases sociales como la “bur-
guesía nacional y endógena”, todos bajo un pro-
grama revolucionario de masas de corte popular
proletario.
 PODER POPULAR
34
De otra manera ni será revolucionario, ni será pro-
gresista, ni será histórico, ni tendrá ningún carácter
verdadero de cambio social y muchísimo menos
será socialista, comunista o anticapitalista.
Integrar así, mediante una alianza de clases y de
culturas, con un programa revolucionario de
masas, implica el reconocimiento democrático de
que la mayoría de la población es de la clase traba-
jadora y por lo mismo es un derecho natural que la
mayoría trabajadora de la población construya su
futuro en función de los intereses de clase.
En el mismo sentido, definir lo “popular” implica
aplicar esta misma alianza en un sentido más am-
plio que recupere la concepción estratégica del
“contrapoder” y darle un carácter concreto histó-
rico en la definición de “Poder Popular”.
Concretamente quien debe oponerse al poder esta-
blecido de las clases poseedoras sería el “contrapo-
der”: el Poder Popular, esto por aquello de que
puede haber distintos tipos de “contrapoderes”
que no busquen lograr como meta revolucionaria
el socialismo en México, como es el caso del narco-
tráfico y la delincuencia organizada, que se oponen
a las clases dominantes, para favorecer sus propios
intereses, que en última instancia también están ba-
sados en la explotación y la usura. Con ellos no
debe tenerse ningún tipo de alianza.
Las estrategias pueden ser crear instancias parale-
las de poder del Estado, como la estrategia seguida
por Andrés Manuel López Obrador y su Presiden-
cia Legítima, que junto con su gabinete y el frente
de partidos que lo apoyan, se constituyen en un
“contrapoder” en oposición a la presidencia espu-
ria de Felipe Calderón y el PRIAN.
Cabría pensar lo que sucedería si se logra una
alianza del “contrapoder” del Ejecutivo Nacional
de AMLO, junto con la creación de los “contrapo-
deres” del “Tribunal Popular” de Atenco y el
“Congreso Constituyente” de próxima convocato-
ria, que serían la presión justa para ir sustituyendo
o cuando menos presionando a las instituciones y
poderes espurios del estado mexicano (en sus tres
poderes: ejecutivo, legislativo y judicial), que han
demostrado no estar con el pueblo de México.
Tanto la presidencia legítima de AMLO, como el
“Tribunal Popular” de Atenco y el “Congreso
Constituyente” son expresiones y ejemplos de la
vía de ir construyendo el “Poder Popular” en Mé-
xico.
Estos nuevos poderes e instituciones deben estar
sustentados por un amplio movimiento de masas
que dentro de la categoría de “pueblo”, vayan em-
pujando este programa revolucionario de masas de
corte proletario, hasta constituir el “Poder Popu-
lar” que contraponga una “Constitución Política
Socialista” en la que se defienda a los trabajadores
y sus culturas vivas, en oposición a los poderes na-
cionales e internacionales de la burguesía capita-
lista.
La experiencia revolucionaria en Latinoamérica
El ejemplo de Venezuela y Bolivia son elocuentes,
lo que parecía otro “Lulazo Brasileño”, un candi-
dato que viene de la izquierda e impone un pro-
grama neoliberal que ni los mismos neoliberales se
hubieran atrevido a impulsar, en los países en que
sí se ha seguido una línea política socializante, han
habido cambios importantes que pueden definirse
no como otro “Pinochetazo Chileno” sino en ver-
daderas transformaciones sociales, no sólo desde
del “poder político” sino de gran empuje social
desde el “poder popular” que se ha constituido en
esos países y que ha demostrado tener una gran
raigambre social lo que les da soberanía y legitima-
ción.
Lo que vemos en Venezuela y Bolivia son dos ex-
presiones novedosas de cómo un gran frente de
masas, lo que nosotros llamamos una expresión del
“Poder Popular Latinoamericano”, se da cuenta de
su potencial, toma el poder político por la vía elec-
toral y en conjunto emprenden el siguiente paso
que es la “construcción del socialismo del siglo
XXI” en palabras de Hugo Chávez, Presidente
Constitucional de Venezuela.
En Bolivia vemos de igual manera que su proceso
va de la mano del reconocimiento a las culturas
vivas de origen milenario en la nueva Constitución,
que va empujando para construir un socialismo de
 PODER POPULAR
35
corte latinoamericano y busca la recuperación de
empresas estratégicas por parte de este “poder po-
lítico” como expresión de un “poder popular”, el
cual no solamente se apoya en su expresión presi-
dencial, sino que se sostiene movilizándose para
tomar lo que le pertenece, para que los políticos no
se desvíen en carreras personalistas y traidoras a
su pueblo.
Pero, ¿el valor del “poder popular” es solamente
una medida de regulación y ajuste de los poderes
del Estado? No, es una forma de contrapeso en que
los pueblos garantizan que los poderes del estado
actúen a favor del pueblo, con medidas que son en
sí mismas un poder.
Estas medidas son las que se toman estratégica y
tácticamente para consolidar organizaciones clasis-
tas de los trabajadores, instituciones populares, me-
dios de comunicación de los trabajadores, frente
amplio de masas con programa de corte proletario,
procesos sociales y culturales, organizaciones pro-
ductivas colectivas y movimientos culturales, so-
ciales y políticos socialistas y comunistas.
La forma que va tomando en Latinoamérica el
“Poder Popular” nos muestra perspectivas favora-
bles para nuestro país, pues incluso al reconocer en
la Constitución actual “que la soberanía reside en
Mujeres de Oaxaca en una marcha en apoyo a Andrés Manuel López Obrador
el pueblo”, se le da carta de naturalización a la le-
galidad de construir en nuestro país el “poder po-
pular” desde la soberanía que reside
sustantivamente en el “pueblo”.
Una vez construido el “poder popular”, es natural
que el siguiente paso sea la “construcción del so-
cialismo en México”, como ha sucedido en estos
países de Latinoamérica donde el cambio social se
impone de manera pacífica utilizando la vía elec-
toral como forma de allegarse el “poder político”,
que detentan las burguesías, como un “contrapo-
der anticapitalista”.
Defender las conquistas del Poder Popular y diri-
girlas en la perspectiva hacia la construcción del so-
cialismo es un proceso futuro, pues los vientos
soplan a favor de la democracia popular y el socia-
lismo en el mundo, ante una crisis y recesión eco-
nómica provocada por la voracidad de las
burguesías nacionales e internacionales.
El imperio norteamericano no tendrá los recursos
económicos, militares y sociales para continuar su
guerra contra la humanidad, por lo que las nuevas
conquistas sociales de los trabajadores en México
pueden ser de largo aliento y tener como meta real
y próxima la construcción del socialismo en nues-
tra patria.
 PODER POPULAR
36
El Poder Popular y el proceso electoral
¿Existe el poder del narcotráfico o sólo es una si-
mulación del Estado mexicano? Pregúntenselo a
los miles de muertos que han aparecido en nuestro
país, que no podemos achacárselos solamente a
una simulación o a un tráfico de órganos desmesu-
rado.
Lo que sí existe es el despliegue militar por todo el
país con el pretexto del narcotráfico, y los hechos
muestran también simulación, y lucha entre dos
bandos bien diferenciados en disputa por el poder.
Uno, que tiene el llamado “poder real”, derivado
de una serie de investiduras en cascada, y otro que
algunas facciones maquiavélicas quisieran que no
existiera pero que está ahí presente y es el “poder
económico y militar del narcotráfico” en nuestro
país.
Ese es un ejemplo de “poder fáctico”, constituido
ahora en un “contrapoder” de carácter no socia-
lista pues su estructura de cárteles construidos por
capos, jefes y lacayos los ubica como criminales de
corte semifeudal, mucho más parecidos a la mafia
siciliana o de corte cultural latino, que a proyectos
de liberación social o de cambio histórico en el
modo de producción.
No se ha visto —ni se podrá ver— al “narco” enar-
bolando banderas sociales, porque su carácter de
clase, sus hábitos y sus costumbres son similares a
los de la burguesía explotadora, por más dinero
que repartan o bienes que socialicen para su propia
protección en comunidades donde anidan.
¿A qué viene esta disertación? Pues a demostrar
que sí existen poderes fácticos en nuestro país que
entran en correlación, en contra o a favor, con el
poder económico de la gran burguesía mexicana y
trasnacional.
Entre estos poderes fácticos podemos mencionar el
poder de los medios masivos de comunicación —
considerados como el Cuarto Poder— que han de-
mostrado estar contra el pueblo en los momentos
fundamentales, como son las elecciones y se han
dedicado a enlodar a quienes se oponen a su línea
política burguesa, tipificada concretamente como
entreguista y vende patria.
El primer obstáculo para cualquier dizque “inge-
niero electoral”, es que los medios de divulgación
ni lo oigan; y cuando lo oyen, lo ataquen; y cuando
lo ataquen ni les pueda contestar.
Pero eso es un problema sistémico que un pobre
“ingeniero electoral” de medio pelo, aspirante a
una “mediana asesoría” del futuro señor diputado
en turno, no podrá rebasar, a menos que su dis-
curso sea conciliador con los intereses de la clase
burguesa (o sea socialdemócrata) o de plano de de-
recha.
De ahí que un primer requisito para ser candidato
sea tener dinero, o sea ser un capitalista burgués
dentro de un partido de izquierda que jamás de-
fenderá los intereses de los trabajadores, jamás de-
fenderá un programa de masas de corte proletario,
a menos que forme parte de una gran alianza del
pueblo de México en búsqueda de construir el
“contrapoder del pueblo”, el “contrapoder socia-
lista” o sea el “poder popular”.
Otro escenario dentro de las elecciones presentes,
es utilizar las campañas electorales para enarbolar
un “programa revolucionario de masas de corte
proletario”, o cuando menos posicionar algunas de
las demandas del pueblo de México.
Un primer punto programático podría ser: “Por el
aumento de emergencia al salario mínimo”; otro
podría ser: “Por el blindaje y estímulo a la creación
y mantenimiento de los empleos”; uno más sería:
“Por la Nueva Constitución Socialista”; otro: “Por
la estimulación a procesos productivos artesanales,
industriales y post-industriales que generen em-
pleos”; uno más: “Por la defensa del trabajo, ali-
mentación, vivienda, transporte, cultura,
educación y salud”; uno que es de importancia tác-
tica: “Por la liberación de requisitos para constituir
empresas sociales y cooperativas”; el que recupera
la empresa comercial popular del tianguis: “Libre
circulación de mercancías en tianguis”; y sin dar
por concluido el debate: “Por la libre sindicaliza-
ción de los trabajadores”.
 PODER POPULAR
37
1ER PRIMER TALLER CONTINENTAL DE
LA TEORÍA Y PRÁCTICA DEL PODER POPULAR
29, 30 y 31 de mayo de 2009
Considerando
Que el capitalismo mundial atraviesa por una de
las crisis más profundas de su historia reciente, la
cual se extiende por todo el planeta como un gigan-
tesco “tsunami”, destruyendo todas las economías
que encuentra a su paso, incluyendo las economías
de los llamados países desarrollados, donde sus
gobiernos neoliberales se aprestan a subsidiar las
pérdidas de los grandes capitales con recursos pú-
blicos en detrimento del bienestar social de sus
pueblos.
Que en el Sur de nuestro continente esta emer-
giendo un fuerte movimiento democrático,
patriótico, anti neoliberal y revolucionario, consti-
tuyéndose en una real alternativa al capitalismo,
experimentando nuevas formas de gobierno, eco-
nomía y participación popular, encabezados por
Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
Colonia popular en la ciudad de México, por Arturo López Cándido
Que la perspectiva socialista que empieza a edifi-
carse en el Sur del continente, tiene como base y
fundamento la construcción del poder popular,
propuesta de construcción estratégica que se ha ve-
nido extendiendo no sólo en los países con gobier-
nos democráticos y progresistas, sino con
gobiernos plenamente neoliberales.
Que esta diversidad de esfuerzos por construir el
poder popular en realidades distintas, con formas,
tiempos y ritmos tan variados, ofrece una riqueza
teórica y práctica invaluable para el conjunto del
proceso revolucionario del continente.
Que desafortunadamente no había sido posible re-
alizar un intercambio de experiencias de las mane-
ras y formas en que las organizaciones populares
y revolucionarias del continente venimos constru-
yendo el poder popular, lo que sin lugar a dudas,
ha contribuido a dificultar este complejo proceso
de construcción de una alternativa revolucionaria
nueva, cometiendo errores que han sido superados
 PODER POPULAR
38
en otras latitudes, o no retomar lo que en otras ex-
periencias ha demostrado su viabilidad.
Por las consideraciones anteriores:
Las organizaciones sociales de la República Mexi-
cana que estamos construyendo el Poder Popular
y como acuerdo del “Primer Taller Nacional de la
Teoría y Práctica del Poder Popular”
CONVOCAMOS
A los pueblos del continente.
A las organizaciones sociales, populares y revolu-
cionarias que reivindican el Poder Popular.
A participar en el “Primer Taller Continental de la
Teoría y Práctica del Poder Popular” a celebrarse
en la ciudad de México, los días 29, 30 y 31 de mayo
de 2009, con el siguiente:
TEMARIO
1. La situación económica y política en América La-
tina en el marco de la crisis capitalista mundial.
2. La concepción del Poder Popular.
3. Experiencias de construcción del Poder Popular.
4. Formas de coordinación continental del poder
popular.
Bajo las siguientes:
BASES
1. La inauguración del Taller se realizara el 28 de
mayo a las 16:00 hora local.
2. La llegada e instalación de los participantes de
otros países y del interior de la República Mexi-
cana, será durante los días 27 y 28 de mayo.
3. Podrán participar en el evento todos aquellos in-
dividuos, grupos y organizaciones sociales que
estén construyendo y teorizando el Poder Popular.
4. Se podrán presentar ponencias sobre cada uno
de los Temas, procurando que no excedan de 5
cuartillas.
5. Todos los asistentes y ponencias deberán inscri-
birse previamente, precisando el número de parti-
cipantes por país. Los correos donde podrán
inscribirse son: tallercontipp@gmail.com
6. Los participantes podrán presentar sus experien-
cias de construcción de Poder Popular en video o
Power Point, sin que tengan una duración mayor
de 20 minutos, con el fin de posibilitar la participa-
ción de todos los asistentes.
7. Para garantizar los recursos técnicos que los po-
nentes requieran, deberán de solicitarlos en su re-
gistro de inscripción
8. Los gastos de transportación serán sufragados
por los asistentes.
9. Las organizaciones convocantes nos haremos
responsables del alojamiento y la alimentación.
10. Todos los aspectos no contemplados en la pre-
sente Convocatoria serán resueltos por la Comisión
Organizadora del Taller.
Mayores informes:
tallercontipp@gmail.com
Teléfonos:
5534049252; 5517800827; 5527078446; 5527369801.
Fraternalmente
Organizaciones mexicanas
Organizaciones participantes en el 1er. Taller na-
cional de la Teoría y Práctica del Poder Popular
1. Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata
(UPREZ)
2. Movimiento Urbano Popular - Convención Na-
cional Democrática (MUP-CND)
3. Organización Nacional del Poder Popular
(ONPP)
4. Izquierda Social (IS)
5. Frente Amplio Popular - Michoacán (FAP)
6. BARZON
7. Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo
(CODEP-APPO)
8. Alianza Internacional de Habitantes (VERA-
CRUZ)
9. Central Unitaria de Trabajadores CUT - MUP -
CND
10. Asamblea de Barrios (AB)
11. Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo
(CODEP - M33 Morelos)
12. Asamblea Popular de los Pueblos de México
(APPM)
13. FOCYC
14. FCUI-MUP-CND
15. Mov. Socialismo Nuevo (MSN)
16. Bloque de Organizaciones Sociales (BOS)
17. Mujeres Solidarias (MS)
18. Fuerza Popular Javier Acuña (FPJA)
 PODER POPULAR
39

19. Civiles en Marcha (CM) 44. Pueblo Digno - MOSE

20. Convención Nacional Democrática (CND) 45. FEJ - MORELIA
21. BARZON - DF 46. BFP
22. Politécnico/Economía 47. CDA YAXKIN
23. CUTAC (Tlaxcala) 48. MSN
24. Círculos de Estudio (CE) 49. FPJA
25. Instituto Politécnico Nacional-Escuela Superior 50. Fraternidad
de Economía (IPN-ESE) 51. Colectivo Emiliano Zapata (CEZ)
26. Brigada en Defensa del Petróleo Poder Popular 52. Coordinadora de Organizaciones Sociales
(BDPPP) (COS)
27. Universidad Autónoma de la Ciudad de Mé- 53. Frente Nacional Democrático de Organizacio-
xico (UACM) nes Sociales y Productivas (FNDOSP)
28. UPREZ - DF
29. Comitán - Chiapas
30. FDF
31. UCISN - VER
32. Grupo Cultural Alternativa - UAEMEX PRIMER TALLER NACIONAL DE LA TEORIA Y
33. Taller de Salud y Naturaleza PRÁCTICA DEL PODER POPULAR
34. ONPP - ZONA NORTE
35. UAEM Los días 18 y 19 de octubre del 2008 se realizó el
36. CEND “Primer Taller de la Teoría y Práctica del Poder Po-
37. Sección XVII de Michoacán pular” en el Auditorio de la UACM del Valle.
38. Comité Lucha Popular (CLP)
39. MLP - MUP Los objetivos del taller fueron los de intercambiar
40. BARZON-Mujeres Solidarias nuestras experiencias concretas de las formas en
41. Espacio de Todos que estamos construyendo el Poder Popular bajo
42. Frente Amplio Juvenil (FAJ) distintas condiciones en México, de tal manera que
43. Mujeres Solidarias - Acapulco podamos enriquecer nuestras propias luchas, así

Casas de cartón, foto por Arturo López Cándido

 PODER POPULAR
40
como el de encontrarnos y reconocernos como una
vertiente históricamente conformada en nuestro
país y actuar en consecuencia.
Se contó con la participación de 256 personas, inte-
grantes de 43 organizaciones de los estados de Oa-
xaca, Chiapas, Michoacán, Guanajuato, Morelos,
Guerrero, Veracruz, Tlaxcala, Querétaro, Estado de
México y Distrito Federal.
PROGRAMA DEL PODER POPULAR.
1 ¿Para qué un programa?
Para que vayamos adquiriendo una identidad ide-
ológica y política, como explotados y oprimidos
para que tengamos bases comunes que nos cohe-
sionen, que nos permitan desenmascarar a nues-
tros enemigos, entender su carácter de clase, su
peligrosidad, enfrentarlos y derrotarlos.
Para que tengamos claridad en nuestros objetivos
y cómo los vamos a conseguir, para que sepamos
como eslabonar los procesos revolucionarios, par-
tiendo de las condiciones actuales; de las coordina-
ciones generales políticas, a la conquista del
gobierno. A la revolución democrática, antineoli-
beral, antiimperialista, internacionalista; hacia un
cambio en la correlación de fuerzas, nuevo consti-
tuyente y nueva Constitución, a la radicalización
de la revolución, a la participación como gobierno
revolucionario en el bloque latinoamericano para
enfrentar en mejores condiciones a los neoliberales,
a los capitalistas, e impulsar internacionalmente la
constitución del socialismo del siglo XXI.
2 ¿En qué condiciones se encuentran los programas
del poder popular en México?
Hablamos de programas, porque cada expresión
política, cada colectivo posee su programa o
cuando menos lineamientos programáticos y se ha
visto insufieciente disposición para conocerlos, dis-
cutirlos e ir identificando afinidades y diferencias.
En este sentido decimos que existe una gran hete-
rogeneidad, no sólo en los contenidos, sino en la
misma concepción, en su misma necesidad, en su
importancia, en para que nos debe servir.
En estas grandes limitaciones y deficiencias, que
dan de manifiesto nuestras notorias indigencias te-
óricas y metodológicas.
Las cuales nos obligan a no postergar o soslayar la
importancia de tan ineludible tema más si obser-
vamos que muchos aspectos programáticos de la
nueva revolución en el país, vienen siendo llenados
o propuestos por posiciones nacionalistas y social-
demócratas, como la caracterización de nuestros
enemigos, los proyectos anticrisis, las formas de ha-
cernos del poder, etc.
3 ¿Requisitos para hacer avanzar el programa del
poder popular?
A) Profundizar en el estudio sistemático de la cien-
cia revolucionaria del proletariado, en el socialismo
científico con el propósito de manejar su método y
poder hacer las críticas, las elaboraciones de las lu-
chas que los movimientos requieren.
B) Conocer, entender, reinterpretar, difundir, las
experiencias revolucionarias más relevantes, como
la Revolución Francesa. De 1789 los movimientos
revolucionarios en Europa en 1848, los cartistas, la
comuna de Paris de 1871, las revoluciones rusas de
1905 y 1917, la revolución china de 1949 los movi-
mientos revolucionarios en Vietnam, en contra de
los japoneses, franceses y yankies, la revolución cu-
bana en 1959, los movimientos del 68, los nuevos
movimientos revolucionarios de fines de los 90, del
siglo pasado a la actualidad, etc.
Con el objetivo de asimilar lo más valioso de estas
experiencias y para no repetir errores los que a la
postre han sido muy dolorosos, como los de las re-
voluciones rusa y china, las que degeneraron y re-
gresaron al redil del capitalismo.
C) Dedicarle más tiempo al estudio, a la formación
política, a las reflexiones, a las teorizaciones para
que estemos mejor capacitados para enfrentar a
nuestros enemigos, y para que vayamos haciendo
avanzar nuestras propuestas políticas, ideológicas,
económicas, las que requieran personal altamente
capacitado, especializado, sobre todo en la consti-
tución del socialismo del siglo XXI.
4. Análisis actual del capitalismo y de la lucha de
clases en el mundo, particularizando en América
latina y en México.
 PODER POPULAR
41

El Presidente cubano Raúl Castro y dirigentes sociales

pensamientos propios, revolucionarios, para poder

Diagnósticos, tendencias, pronósticos.
resolver todo tipo de problemas, que nos presenten
los movimientos y la vida.
A título de ejemplo: consideramos que en México
estamos viviendo una situación, que día con día se
LA COORDINACION DEL PODER POPULAR
agrava, por la crisis económica, por los muertos y
la violencia ocasionados por el narcotráfico, por la
Siendo importante la coordinación del poder po-
crisis del modelo neoliberal, por la crisis de los par-
pular, de las organizaciones y personas que se
tidos.
identifican con él, no debemos perder de vista que
lo que esta a la orden del día es:
A esta descomposición acelerada, en donde pare-
ciera que nada funciona es a lo que caracterizamos
Cómo conquistamos el gobierno, los gobiernos,
como crisis de país, y una de nuestras tareas es im-
cómo le damos otra conducción al país y al mundo,
pulsar al poder popular, a los movimientos, al pue-
cómo desarrollamos e imponemos proyectos alter-
blo para que nos demos a la tarea inaplazable de
nativos al neoliberalismo; con el propósito de se-
construir otra sociedad desde abajo, de refundar al
guir golpeando y derrotando a los globalizadores.
país.
Lo cual implica:
5. La tarea no es de unos cuantos, es de todos, como
– Lograr la unidad de los movimientos, la unidad
puede desprenderse de las notas que hemos es-
de las izquierdas;
crito, la tarea del programa no es nada fácil, ni está
– Incrementar las protestas, la organización y la co-
desligada de otras.
ordinación, incorporar la mayor cantidad posible
Por ahora, por su relación mencionamos la necesi-
de personas a las luchas.
dad de impulsar de promover una revolución cul-
– Irle restando base social a nuestros enemigos, de-
tural de masas, que perseguiría sacudir y
bilitarlos.
transformar las consciencias de la población.
– Ganarles las iniciativas, tomar posición sobre los
problemas más acuciantes que vienen afectando a
Para despojarse de la enajenación, del dominio,
la población: crisis económica, guerras, revolucio-
ideológico de los neoliberales, particularmente de
nes, proyectos alternativos, inseguridad, etc.
las concepciones del american way of life, y poseer
 PODER POPULAR
42

realidad y de alternativas fundamentadas.

Golpearlos, derrotarlos ideológicamente y política- F) La coordinación para desarrollar el proyecto del
mente, estar atentos a las luchas internacionales poder popular para hacerlo presente nacional e in-
para coordinarnos con ellas. ternacional, para presenciarlo.
G) Coordinarnos para influir en las coordinadoras
Es correcto arroparnos, dotarnos de un perfil ideo- existentes buscando acciones conjuntas y la unidad
lógico, político, antineoliberalista, anticapitalista, entre ellas.
identificarnos con lo más avanzado de los movi-
mientos revolucionarios, con el proletariado revo- Plan de acción:
lucionario, de sus aliados, con sus tendencias y
consecuencias tenemos que hacer enormes esfuer- 1.- Avanzar en las elaboraciones de nuestro pro-
zos para superar grama, plataforma de luchas posiciones ante la cri-
nuestras inercias sis y planes
inmediatistas, respectivos.
gremiales, loca- 2.- Impulsar
listas, organisis- las acciones
tas, buscando generales, so-
tomar en cuenta lidarizarnos
todo el pano- con los movi-
rama de las lu- mientos que
chas nacionales e se vienen mul-
internacionales tiplicando,
para poder ir ela- transportistas,
borando, enri- lecheros, pes-
queciendo y cadores, tar-
eslabonando jeta-habientes,
nuestras tácticas campesinos,
y estrategias, migrantes,
como derroteros, huelguistas.
como plomadas Preparar
que nos van a Nuestras casas, foto por Arturo López Cándido paros escalo-
permitir trabajar nados, paros
en objetivos comunes inmediatos, mediatos y a cívicos, nacionales, que culminen en una huelga
largo plazo y cómo conseguirlos. nacional.
3.- Coordinarnos para llevar posiciones consensa-
das a la alianza clasista y a otras coordinaciones.
Algunas coordinaciones: 4.- Impulsar la coordinación, la unidad de las iz-
quierdas.
5.- En las elecciones del 2009, promover y concretar
A) La coordinación para resolver nuestros proble- un referéndum revocatorio a Calderón el 5 de julio
mas apremiantes, inmediatos. del 2009.
B) La necesaria unidad de acción, impulsar las de- 6.- Comprometernos a difundir y asistir al próximo
mandas comunes. taller internacional del poder popular.
C) La coordinación para impulsar las acciones ge- 7.- Mantener la relación con las organizaciones,
nerales y políticas. personas del poder popular, a través de correos
D) Las coordinaciones internacionales con los mo- electrónicos, páginas web, periódicos, revistas, li-
vimientos latinoamericanos. bros y demás publicaciones.
E) La coordinación para las reflexiones colectivas,
para los análisis de problemas fundamentales de la
 PODER POPULAR
43
LA DIMENSION DE LA POBREZA EN MEXICO
ENSAYO FINAL
Arq. Gerardo David Rodríguez
INTRODUCCIÓN:
EL MÁS GRAVE PROBLEMA MUNDIAL.
“... el problema más grave que el mundo enfrenta en la
actualidad es la pobreza y la desigualdad. Paradójica-
mente, al mismo tiempo que se observa la mayor pobreza,
el mundo también es testigo de una prosperidad nunca
antes vista que sólo beneficia a algunos cuantos”.
Lo anterior no lo dijo algún representante o perso-
nalidad de la izquierda mexicana o de cualquier
otro país. Lo ha dicho en diferentes ocasiones el Di-
rector de las Metas del Milenio de la ONU (adop-
tadas en septiembre del 2000), Salil Shetty.
En este sentido ha subrayado que:
Las mil personas más ricas del mundo tienen una
riqueza personal mayor a la de 600 millones de per-
sonas que viven en los llamados “países menos
desarrollados”.
Por cada dólar que recibe el 5% de la población mas
pobre, recibe 114 dólares el 5% de la población más
rica.
Una de cada seis personas en el mundo, que son
casi mil millones de personas, padece hambre al
día.
Se estima la muerte de 30 mil personas al día a
causa de la pobreza, muchas de ellas son niños.
Y que menos de 500 mil madres mueren cada año
al dar a luz por problemas relacionados con la mal-
nutrición.
En América Latina 1 millón 500 mil defunciones
anuales obedecen a causas ligadas a la pobreza. En
particular, 2000 niños perecen al día por estas cau-
sas.
Salil Shetty ha hecho llamados reiterados a impul-
sar el cumplimiento de las metas del milenio, entre
cuyos objetos destacan: erradicar la pobreza ex-
trema y el hambre, alcanzar un sistema de educa-
ción primaria universal, promover la igualdad
entre sexos, reducir la mortalidad de los menores
de cinco años, combatir el sida y el paludismo, ga-
rantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fo-
mentar una asociación mundial para el desarrollo.
Lo cierto es que mientras el sistema capitalista y la
globalización neoliberal sigan dominando al
mundo, estas metas no se alcanzarán y los proble-
mas señalados irán en aumento. Esto se debe a que
en las sociedades modernas y contemporáneas la
pobreza se deriva de la propia forma de funciona-
miento del capitalismo, en especial de su modali-
dad neoliberal (en el que predomina el libre
mercado, o sea la ley del más fuerte o ley de la
selva), como ha ocurrido en México en los últimos
25 años.
DEFINICIÓN Y MEDICIÓN:
La pobreza es la situación en la que se encuentran
las personas que carecen de lo necesario para el
sustento de sus vidas, es decir, que no pueden sa-
tisfacer sus necesidades básicas. Se trata de un pro-
blema multidimensional, pues tiene que ver con
aspectos económicos pero también con aspectos no
materiales y ambientales. Implica no tener la opor-
tunidad de vivir una larga vida, sana, creativa y
disfrutar de libertad, dignidad, respeto por si
mismo y de los demás.
Se han propuesto distintas metodologías para
medir la pobreza de los habitantes del planeta. El
programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) presentó el informe mundial de 1997 un
Índice de la Pobreza Humana (IPH), cuyo objeto
fue incluir las diferentes características de priva-
ción de la calidad de vida. Este índice toma en
cuenta las siguientes variables:
Porcentaje de la población con esperanza de vida
menor a 40 años.
Porcentaje de adultos analfabetos.
Porcentaje de las personas sin acceso a servicios de
salud y agua potable.
Porcentaje de niños menores de cinco años victi-
mas de malnutrición.
 PODER POPULAR
44

nes dignas de vida. En cambio, en los países en des-

Los países que se encuentran en los últimos lugares arrollo, existe un predominio de pobres y minoría
de la clasificación según el IPH, ocupan también de ricos.
los últimos lugares de la clasificación según el Ín-
dice de Desarrollo Humano (IDH). El África del En el mundo, la mayoría de los pobres todavía se
Sur del Sahara y Asia Meridional son las áreas en localiza en zonas rurales, pero esta condición está
las que la pobreza humana está más generalizada. cambiando y probablemente en el siglo XXI la
Níger, Sierra Leona y Burkina Faso son los países mayor parte viva en las ciudades, este proceso será
del mundo que presentan los valores más altos, con resultado de la migración a las zonas urbanas, del
más del 55% de la población en condiciones de po- menor acceso a recursos productivos, del desarro-
breza. Los efectos de la comparación internacional, llo insuficiente de la vivienda urbana y la infraes-
se han definido el umbral de pobreza como la línea tructura física, entre otros aspectos.
fijada en un dólar diario por persona, suma consi-
derada suficiente para adquirir los productos ne- CRECIMIENTO DEL PIB Y PER CÁPITA:
cesarios para sobrevivir. Los diferentes modelos capitalistas (estadouni-
dense, europeo occidental, japonés, otros asiáticos,
Sin embargo, el Banco latinoamericanos, etc.) o pa-
Mundial sugiere una línea trones de acumulación de ca-
de pobreza de: pital, entran recursos
distintos. En México en la dé-
2 dlls diarios para América cada de 1930 a nuestros días
Latina. hemos tenido dos modelos: el
4 dlls diarios para Europa modelo de economía mixta de
Oriental y la Ex Unión So- 1935 a 1982 y el neoliberal de
viética. 1983 a la fecha. Sus efectos en
14 dlls diarios para las per- términos de crecimiento y los
sonas de los países indus- ingresos de la población han
trializados sido muy distintos, siendo
particularmente nocivo el se-
Por su parte la Comisión gundo para la mayoría de los
Económica para América mexicanos.
Latina (CEPAL) define
como pobre a quien gana La tasa anual de crecimiento
menos de 120 dlls por mes de PIB real fue de 6.07% del
en las zonas urbanas y 1935 a 1982, es decir, bajo el
menos de 78 dólares por modelo de economía mixta.
mes en las zonas rurales. Durante el período neoliberal
Actualmente, en el mundo el crecimiento ha sido del
en desarrollo 1300 millones 2.2%, de 1982 al 2000 y del
de personas viven con Grabado de Reynaldo Olivares 2.3% entre 2001 y 2006. Se es-
menos de un dólar diario y tima que en el 2007 será del
cerca de 3000 millones, casi la mitad de la pobla- 3% y quizás menos. Lo anterior también se observa
ción mundial, con menos de dos dólares diarios. en la tasa anual de crecimiento del PIB per. Cápita:
de 1935 a 1982 (economía mixta) fue de 3.14% y de
El hecho de que los países industrializados alcan- 1983 a 2006 (neoliberalismo) ha sido de 0.35%, es
cen los porcentajes más bajos de pobreza, no signi- decir, el crecimiento económico Per. Cápita ha sido
fica que en esos países no los tengan, pues el nulo.
problema de la pobreza es mundial, lo que ocurre
es que en esos países, la mayoría de su habitantes Esto explica el hecho de que las actividades infor-
no son pobres y gran parte tiene acceso a condicio- males (ambulantaje, actividades sin registro o sin
 PODER POPULAR
45
local, etc.) han mantenido una tendencia creciente
en las 16 ciudades más importantes en 2003. Sin
embargo, tomando en cuenta toda la economía,
entre 40 y 50% de la fuerza de trabajo está ahora
ocupada en la economía informal con empleos de
bajísima productividad, ingresos precarios y sin
todas las prestaciones de ley. Este crecimiento eco-
nómico diferenciado de los dos modelos explica
también la enorme creciente migración de mexica-
nos hacia los Estados Unidos, la cual pasó de un
promedio anual de 100 mil en los ochenta a más de
550 mil en los años recientes.
LA POBREZA EN MEXICO:
Como se ha indicado anteriormente, la pobreza es
una condicion social derivada de varios factores:
Falta de empleo.
Falta de ingresos, por lo tanto.
Falta de mecanismo de protección social (alimen-
tación, salud, vivienda, etc.).
Falta de políticas económicas concentradoras del
ingreso.
Según los economistas del Instituto Tecnológico
Autónomo de México (ITAM), de 1984 a 2000 la po-
breza (ingresos menores a 2 dólares diarios) au-
mento al pasar de 30 al 33% de la población.
Sin embargo, al inicio del sexenio de Vicente Fox,
la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL)
adoptó un nuevo método para estimar la pobreza
en nuestro país, estableciendo tres tipos básicos:
Pobreza alimentaria: condición de las personas
con ingresos menores a 15.4 y 20.9 pesos diarios en
las áreas rural y urbana, respectivamente, la cual
les impide cubrir sus necesidades básicas de ali-
mentación.
Pobreza de capacidades: condición de las personas
con ingresos menores a 18.9 y 24.7 pesos en las
áreas urbana y rural, respectivamente. Estas perso-
nas no pueden alcanzar los requerimientos de ali-
mentación, más los que no cubren educación y
salud.
Pobreza de patrimonio: condición de las personas
que tienen ingresos menores a 28.1 y 41.8 pesos por
persona en las áreas rural y urbana, respectiva-
mente y no tiene la facilidad de satisfacer las nece-
sidades de alimentación, educación y salud, más
los que no cubren las necesidades de vestido, vi-
vienda y transporte público.
De acuerdo con este método y con base en la En-
cuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hoga-
res INEGI 2005, en pobreza alimentaria se
encuentran 18.6 millones de mexicanos, en pobreza
de capacidades, 25.4 millones; y en pobreza de pa-
trimonio, 47.8 millones.
No obstante, en 2006 la SEDESOL reconoció que
49% de los mexicanos padecen alguno de estos tres
tipos de pobreza, es decir, más de 50 millones de
mexicanos. En contraste con lo anterior, varios es-
pecialistas en el tema estiman que más del 60% de
la población total del conjunto de mexicanos en po-
breza, y más del 30% a los que viven en situación
de pobreza extrema.
El problema es muy grave y tiende a aumentar.
Más aún, con el actual gobierno autoritario, atado
al continuismo del modelo neoliberal, que res-
ponde a los intereses del gran capital nacional y ex-
tranjero, y a una clase política tradicional que no le
interesa el proyecto nacional sino tan sólo satisfacer
sus ambiciones de grupo y personales.
POBREZA, DESARROLLO HUMANO Y DES-
ARROLLO REGIONAL
En concordancia con lo anterior, en 2002, el Índice
de Desarrollo Humano (IDH) mundial (PNUD,
2003) reportó que México ocupaba la posición 54
de todas las naciones (137), por debajo de Trinidad
y Tobago, Bahamas, Barbados, Costa Rica, entre
otros países, solamente un lugar arriba de Cuba,
con todo y bloqueo económico.
El mismo informe destaca que de 1950 a 1980, es
decir en la etapa del intervencionismo estatal de la
economía, es cuando se dan los incrementos impor-
tantes en la esperanza de vida, alfabetización de los
adultos y PIB Per. Cápita. Después de 1980, lo
único que aumentó fue la asistencia escolar de los
niños de primaria, expresión del trabajo realizado
en años anteriores y que dio frutos a partir de 1980.
Por otra parte, el mismo informe del PNUD reporta
que de 1980 a 2002 ha habido una mayor desigual-
dad regional en términos del PIB per capita, la dife-
rencia se ha incrementado 1.08 veces. La
 PODER POPULAR
46

desigualdad regional es enorme: en la clasificación en 4 millones 330 mil habitantes). Las reformas ne-
mundial del IDH de 2002, Chiapas ocupa el lugar oliberales han profundizado las disparidades re-
105 por debajo de El Salvador, mientras que el Dis- gionales, especialmente entre un Norte próspero y
trito Federal, ocupa el lugar 23, al nivel de España cada vez más integrado a la economía de Estados
e Israel. Unidos y un Sur-sureste pobre y atrasado sumido
en el estancamiento agrícola.
Si comparamos los niveles de pobreza entre regio-
nes, se observa que se concentra la mayor pobreza Como la actual estrategia de desarrollo económico
en los estados del sur-sureste: 20.9% de la pobla- (la continuidad del modelo neoliberal) estimula la
ción total de Guerrero, 19.2% en Chiapas y 18.3% explotación de las ventajas comparativas actuales,
en Oaxaca. antes que las
En contraste, potenciales,
en el Norte y la disparidad
Distrito Fede- se irá profun-
ral, se ob- dizando cada
serva un vez más. Con
menor nivel el conti-
de pobreza: nuismo neo-
4.3% de la liberal, sin la
población adopción de
total de un proyecto
Nuevo León, alternativo
i g u a lm en t e de nación, la
4.3% en Coa- desigualdad
huila y 4.0% social y re-
en el Distrito gional llegará
Federal. a constituir
una dramá-
Este contraste tica fractura
también se en estas dos
observa en dimensiones
términos del Colonos en lucha, foto por Arturo López Cándido del país.
Índice de
Desarrollo Humano: Guerrero, Chiapas, Oaxaca CONCLUSIONES Y PROPUESTAS:
ocupan los últimos lugares del país, con niveles si- La persistencia en el incremento de la pobreza ha
milares a los de Túnez, Turkmenistán (formó parte acortado los años de vida efectiva de la población
de la ex URSS); mientras que los anteriormente se- creando vínculos de miseria, destrucción de la fa-
ñalados ocupan lugares similares a los de España milia y degradación de las personas. Es la ausencia
y Corea del Sur. Sin embargo, debe señalarse que del compromiso político y no la falta de recursos
en Nuevo León se ha venido incrementando nota- financieros, la verdadera causa de la enorme exten-
blemente el desempleo abierto en los años recien- sión y profundidad de la pobreza. Enfrentar y su-
tes, pasando del 1.7% de la PEA en diciembre del perar la pobreza, así como promover el desarrollo
2000, alrededor de 6% en los primeros meses del humano requiere de una política económica de cre-
2007. cimiento con distribución equitativa del ingreso,
estrechamente asociada con una amplia y agresiva
Esto ha tenido efectos significativos en los niveles política social.
de pobreza de Nuevo León, llevando a varios es-
pecialistas a estimar en cerca de 1 millón el nú- Son indispensables reformas de fondo para mejo-
mero de habitantes en situación de pobreza, es rar la distribución del ingreso. Es urgente reformar
decir, más del 20% de la población total (estimada las estructuras tributarias a fin de aumentar la
 PODER POPULAR
47
carga sobre los estratos de altos ingresos y patri-
monios. Se deben implementar medidas de política
económica que promuevan la generación de em-
pleo, políticas de salarios que permitan recuperar
el poder adquisitivo perdido y una política fiscal
que impulse una redistribución eficaz y efectiva de
la riqueza.
Si persiste el freno a la actividad productiva así
como las políticas monetarias salariales restrictivas
para seguir manteniendo a toda costa el equilibrio
macroeconómico, difícilmente se va a resolver el
problema de la pobreza y la desigualdad. Es pre-
ciso superar las resistencias y trabajar en la partici-
pación de la comunidad asistida en los programas,
vía que ha demostrado tener enormes potenciales,
así como modernizar el sector social del Estado y
descentralizar los programas sociales, incorpo-
rando el esfuerzo de las ONG`s. La pobreza sólo
podrá ser superada si se aplica en forma prolon-
gada la línea de masas en todos los frentes de
lucha: gubernamental, social, legislativo, finan-
ciero, etc. Todos los gobiernos, en lugar de reducir
los gastos y subsidios sociales para los grupos de
menor ingreso, deben aumentarlos progresiva-
mente. Los programas de desarrollo humano
deben ser los últimos y no los primeros en redu-
cirse en los períodos de dificultades económicas,
después de haber explorado y agotado todas las al-
ternativas.
Se debe hacer una reasignación racional del gasto
público en función de los objetivos de superar la
pobreza, con el objeto de maximizar la eficiencia
social y técnica del mismo. Y esta medida debe ser
complementada con programas especiales orienta-
dos sobre todo a mejorar los niveles de alimenta-
ción, nutrición de grupos vulnerables y brindar
empleos de emergencia. Los recursos utilizados en
el mejoramiento del nivel de vida (alimentación,
educación, salud, etc.) deben ser vistos como una
inversión productiva en capital humano y no como
gasto improductivo. Le corresponde al Estado un
papel activo y firme para implementar estrategias
de erradicación de la pobreza pero, así mismo,
debe saber cuándo intervenir y cuándo mantenerse
al margen.
Los propios pobres también son importantes para
superar la pobreza mediante sus aptitudes y sus
valores culturales. Los proyectos para luchar con-
tra la pobreza deben comprender y respetar la cul-
tura local. Muchas propuestas han fracasado
porque se han querido imponer programas reali-
zados en otros lugares a realidades locales que di-
fieren enormemente. Las comunidades deben
organizarse para la acción colectiva basadas en sus
propios sistemas de valores culturales. La movili-
zación popular hacia la erradicación de la pobreza
puede asumir muchas formas. Entre ellas se pue-
den mencionar:
Asociaciones civiles y organizaciones sociales.
Sindicatos que han desempeñado un papel funda-
mental en la promoción de mejores condiciones de
vida y de trabajo.
Movimientos populares: es importante que surjan
espontáneamente a partir de iniciativas de la pro-
pia población afectada y que ni sean controlados o
manipulados desde el poder.
ONG´s: pueden servir para reforzar y complemen-
tar las actividades gubernamentales por ser más
flexibles y más aptas para llegar a algunas comu-
nidades de manera efectiva.
Llegó la hora de que en materia de superación de
la pobreza y desarrollo social se adopte una política
social de Estado.
Bibliografía:
1.- Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
2.-Antonio Gramsci. Cuadernos de la cárcel (en 4
tomos), t3, Ediciones Era, México D.F. 1984, pp. 59-
60
3.- ídem
4.-Roberto Regalado.- América Latina entre si-
glos, dominación, crisis y lucha social, Ocean
Press 2006.
5.-Carlos Marx.- “La concepción marxista sobre la
Escuela y la Educación”, 1973, Pág. 103).
6.- Mao Tse Tung algunas cuestiones sobre los
métodos de dirección (1 de jun 1943), Obras Esco-
gidas T III
7.- Mao Tse Tung charla a los redactores del Dia-
rio Shansi- Suiyuan (2 de abril de 1943) Obras Es-
cogidas T IV.
8.- Jorge Veraza Urtuzuástegui.- lucha por el agua,
lucha por la autonomía.- una radiografía del neo-
liberismo.- Itaca 2006.
 PODER POPULAR

EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

HOMENAJE A JUDITH REYES,

MYRIAM MAKEBA Y MARTHA JEAN-CLAUDE

Andando en tierras lejanas

ay Dios, escribí un corrido
porque me gustó la historia
de un líder cañero bravo
como pocos lo han sido.
Y sucedió que en Los Mochis
cantando a mitad de plaza
con la banda y la tambora
de Don Porfirio Amarillas
llega un fulano y me abraza.
Óigame usted cantadora
yo desde lejos la vi
y al escuchar su corrido
le juro por la tambora
que entero me estremecí.

Judith Reyes

Judith Reyes, en un grabado del maestro Reynaldo Olivares

 PODER POPULAR

“En cada comunidad, en cada nación, la

gente está haciendo pequeñas y grandes
cosas para ayudar a construir un mundo
mejor. Piensa en lo que se ha logrado
hasta ahora: la exploración espacial; co-
municaciones satelitales; trasplantes de
corazón. Actualmente, nosotros hemos lo-
grado lo que generaciones anteriores
jamás soñaron. Pero, mira, ahora alrede-
dor del mundo hay 820 millones de perso-
nas que no tienen para comer. Y ésto no
tiene que ser así.”
Myriam Makeba

Myriam Makeba, “Mama África”en uno de sus

últimos conciertos, foto de Haags Utiburo.

“El pueblo haitiano no es sólo rico en

canciones. La más grande riqueza de
Haití es su historia. La revolución
haitiana fue la antorcha de la liber-
tad en este continente...”
Martha Jean Claude

Disco con foto de “Mamá Caribe”, Martha Jean-Claude

 PODER POPULAR
José Tlatelpas
“Mujeres de mi país,
ramillete de amor
os saludo.”
Roni Lescuflair, poeta haitiano
Judith Reyes, La Embajadora Libertaria
Nació en Cecilia, Tamaulipas el 22 de marzo de
1924 y murió el 27 de diciembre de 1988. Dio voz,
inspiración y aliento a los más pobres y los más hu-
mildes quienes, ante la violenta respuesta del sis-
tema autoritario a las demandas sociales, se
radicalizaron. Judith se convirtió en la voz y el
canto en pro de la libertad y los derechos del pue-
blo y de los trabajadores democráticos que no po-
dían manifestarse libremente, so pena de sufrir
salvaje represión. Su música se presentó en pelícu-
las de la Época de Oro del cine mexicano y com-
puso canciones para varios artistas famosos, entre
ellos Jorge Negrete.
Con José de Molina, y el grupo de Los Nakos, quie-
nes siguieron su ejemplo, su obra puede ser consi-
derada como la historia musical de la lucha política
del pueblo mexicano en la segunda mitad del Siglo
XX. Su obra musical es un testimonio vivo e indis-
pensable de los sesenta y de los setenta mexicanos.
Los conciertos eran como ella, llanos y claros. Se
asistía a informarse y a solidarizarse con Judith y
con todos. El optimismo que transmitía, nos con-
vencía que un día habría un futuro mejor y posi-
ble.
Recordar a Judith, es recordar a quienes lucharon
por un México distinto, más justo y más fraterno.
Mamá África: Myriam Makeba
Myriam Makeba, Mama África, como la llamara
con afecto y respeto Nelson Mandela, estuvo exi-
liada por el régimen racista de África del Sur por
su participación en la cultura popular y en la iz-
quierda de su país. Una de sus canciones, “Pata
Pata”, fue famosa mundialmente en los años 70. Es-
tuvo casada con Stokely Carmichael, uno de los
fundadores del grupo The Black Panthers. Durante
décadas promovió internacionalmente la lucha
contra el apartheid y por el respeto a los derechos
humanos y políticos en África. Murió en noviem-
bre del 2008, en Italia, a raíz de un paro cardíaco
que le sobrevino después de presentar un concierto
de solidaridad en contra la mafia y por la vigencia
de los derechos humanos.
Martha Jean Claude, el Tesoro de Haiti
Martha Jean Claude, exiliada más de tres décadas
de Haiti durante la sangrienta dictadura de Duva-
lier, fue una de las pocas sobrevientes de los gran-
des artistas haitianos libertarios. Logró el refugio
en tierra cubana desde donde se convierte en la em-
bajadora del Caribe. Antes de la Revolución Cu-
bana grabó discos junto a conocidos artistas de esa
isla, entre ellos La Sonora Matancera y Celia Cruz,
sin embargo, al igual que Benny Moré, Jean-Claude
comprendió que el papel de los grandes artistas
está vinculado al destino de sus pueblos y no sólo
en la fama y el dinero.
Su obra está compuesta de bellísimas canciones po-
pulares y libertarias en creole, francés y castellano.
Para salvaguardar su vida, vivió en Cuba durante
casi toda su vida. Después de su largo exilio, re-
gresó a su tierra natal para besar su suelo apenas
descendió del avión que la llevó de regreso.
Sin lugar a dudas, Martha es el más claro expo-
nente de la canción haitiana, no sólo como can-
tante, sino como una mujer que ha hecho historia.
Dejó de existir en la Habana en marzo del 2002 ante
el llanto generalizado de su pueblo.
Una publicación trimestral de la FESEAPP - DF: Fundación de
Estudios Sociopolíticos, Económicos Autogestión y Poder Popular, AC