Trinity College de la Universidad de Cambridge desde 1890 hasta 1894. Tras graduarse este último año, viajó a Francia, Alemania y Estados Unidos. Al tiempo que desde su juventud mostró un acusado sentido de conciencia social, se especializó en cuestiones de lógica y matemáticas, áreas sobre las que dio conferencias en muchas instituciones de todo el mundo. Alcanzó un notable éxito con su primera gran obra, Los principios de la matemática (1903), en la que intentó trasladar la matemática al área de la lógica filosófica para dotar a ésta de un marco científico preciso. Es socilista y pacifista. Russel fue el fundador de la filosofía analítica, él es el fundador, o al menos, el principal promotor de sus mayores ramas y temas, incluyendo varias versiones de la filosofía del lenguaje, análisis lógico formal, y la filosofía de la ciencia. Según él la realidad está constituida por una pluralidad de entidades independientes e indivisibles a las que denominó particulares, a los cuales corresponden los nombres propios en el lenguaje. Los principios de la matemática (1903). Los problemas de la filosofía (1912). Introducción a la filosofía matemática (1919) Teoría y práctica del bolchevismo (1920) Nuestro conocimiento del mundo externo (1926). Matrimonio y moral (1929). Investigación sobre el significado y la verdad (1962). El ABC de la relatividad (1925). Educación y orden social (1932). Historia de la filosofía occidental (1947). El impacto de la ciencia sobre la sociedad (1951). Russell criticaba fuertemente al régimen de Stalin, y las prácticas de los estados que proclamaban al marxismo y comunismo en general. Siempre fue un entusiasta consistente de la democracia y el gobierno mundial, y abogaba por el establecimiento de un gobierno internacional democrático en algunos de los ensayos reunidos en In Praise of Idleness (1935), y también en Has Man a Future? (1961). Quien cree como yo, que el intelecto libre es la principal máquina del progreso humano, no puede sino oponerse fundamentalmente al Bolchevismo tanto como a la Iglesia de Roma. Las esperanzas que inspiran al comunismo son, en lo principal, tan admirables como aquellas inculcadas por el Sermón del Monte, pero ellas se sostienen fanáticamente y son igual de probables de hacer tanto daño como ellas. Bertrand Russell - La Práctica y Teoría del Bolchevismo, 1920.