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La pelea duro un buen rato hasta que Ian sali victorioso, en ese momento se le acerc su padre: Vaya Ian!. Kazal, creo que te falta ms prctica dijo. Ja jajaja, gracias padre, creo que con lo todo que he practicado estoy listo para ser un gran guerrero, como el legendario dijo Ian. En ese momento su padre no pudo evitar recordar, que fue prcticamente lo mismo que le respondi al suyo cuando era joven. Era un da de tormentosa lluvia trada por el invierno de Urg. El abuelo de Ian mir al cielo y exclamo: Por qu los jvenes siempre creen que todo lo saben y no necesitan aprender ms. Mir a su hijo Ian, y dej hablar a travs de l a su abuelo: Nuestro pueblo tiene una frase que va en nuestras venas: Para restaurar la paz, hay que mirar ms all de donde ven nuestros ojos.
Meses ms tarde, cuando el imperador disfrutaba de la noticia de la muerte de los habitantes del pueblo de Ian, de su hermano, sus padres y del voraz incendio que provocaron los desalmados soldados del reino. Ian, nico sobreviviente, desde lo alto de la cima de un monte que limitaba su comarca con lo lejano, no pudo evitar de mirar hacia atrs, hacia su infancia, a las palabras sabias de sus ancestros. De golpe, como una sentencia que llevara en su sangre, dio la vuelta hacia lo lejano y camin erguido y seguro a buscar su destino.