COSTUMBRES
ESCRIBE DARÍO GALLO *
➜ AMOR GLOBALIZADO
D ónde conoció a
su pareja? ¿Us-
ted está dentro
del 90 por ciento
que la descubrió
en su círculo la-
boral o dentro
del circuito de
amigos? Bueno,
eso se termina. Sus hijos se ena-
morarán vía chat (digámoslo así,
a futuro, para aminorar el impac-
to). Y buena parte de sus amista-
des, más temprano que tarde,
nacerán en la red. Parece exage-
rado, pero si nunca habló con
desconocidos por medio de una
computadora, tiene todo el dere-
cho a dudar. Quedarán exclui-
dos, eso sí, aquellos que entrado
el siglo XXI ni siquiera puedan
acceder al teléfono, pero ésa es
otra historia.
Mientras se multiplican los ba-
rrios cerrados, los cajeros banca-
rios se vuelven automáticos y el
contacto personal se reduce a u-
nos pocos colegas de oficina, In-
ternet permite conocer gente para
todos los gustos. Y, qué curioso,
en el mundo de la entronización
de la imagen (cirugías estéticas y
fitness), los “chateros” se deslum-
bran por ideas y gestos vestidos de
palabras que titilan en la pantalla.
Más tarde querrán conocerse las
voces y, si no cambiaron fotos, se
citarán a ciegas. Muchas historias
terminan en el altar o en variantes
menos formales.
Más curioso aún: la mayoría re-
conoce que si se hubieran cruzado
en la “vida real”, y no por el chat,
jamás hubiesen reparado el uno
en el otro. Es que se conocieron por
el fondo, antes que por las formas.
Por ahora, esta cultura despier-
ta más enemigos que adeptos. Mu-
chos intelectuales la desprecian.
Es natural, no tienen bibliografía
donde abrevar. Ni Freud ni Durk-
heim, ni siquiera Herbert Marcuse
pudieron preverlo.
Es cierto que en el chat uno pue-
de camuflarse, mentir y cambiar
de sexo. Pero es aburridísimo. Por
lo general, se suele concurrir al
mismo salón, con la misma identi-
dad, como si fuese el café del ba-
rrio... Aunque un barrio, mi amor,
sin fronteras.
* PERIODISTA DE NOTICIAS
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LOS CIBERCAFÉS: un refugio que se extinguirá cuando Internet alcance masividad.
personas están en condiciones de cha- vía el varón y es importante respetar el
tear y los que lo hacen insumen, en pro- estricto orden de los mensajes. Tres o
medio, cuatro horas diarias. cuatro no respondidos autorizan al
La comunidad on line tiene claras re- enamorado desairado a terminar la re-
glas de galante urbanidad: después de lación.
chatear un par de veces llega el inter- “Entablar vínculos desde la comodi-
cambio de direcciones de correo elec- dad de tu computadora y sin el com-
trónico, y los más lanzados se presen- promiso que implica poner el cuerpo,
tan con una fotografía. (No hay nada es una tentación demasiado grande”,
más rechazado por las chicas como a- explica Celeste Cugnata (22), quien se
quel que a los dos minutos pregunta: inició por casualidad hace un mes. To-
¿tenés una foto tuya a mano?). dos los días aprovecha la hora del al-
Generalmente, el primer e-mail lo en- muerzo para chatear “sólo con hom-
bres, si son brasileños, mejor”
desde su oficina. Aunque pos-
COMPROMISO. tergó el argumento con funda-
Pasaron del mento étnico en pos de su pri-
diálogo virtual al mera cita. “Me muero por co-
amor. Mariel nocer a ‘Ferchu’ -argentino-
Rovella y
pero siento que él nunca va a
Maximiliano
llegar -se sincera ‘Bahianita’,
Oddone (der.), la
sentada en un cibercafé la
primera pareja
misma tarde del encuentro-.
argentina que se
casó por
No le dije toda la verdad y su-
Internet.
pongo que él también mintió.”
Federico Crespi y El entusiasmo del debut no al-
Lucía Cardini, un canzó para que Celeste se ani-
amor entre mara a mandarle una foto. Pa-
Washington y ra el momento en que la entre-
Buenos Aires. vista terminó, su desalentador
pronóstico se había cumplido.
Él no fue. Según parece, la his-
teria virtual se hace real.
Una vez que un flirt fracasó,
los cibernautas se evitan en los “ro-
oms” de pantalla como lo harían en la
calle. Ni se dirigen el mail.
EL ALTAR Y DESPUÉS. Jump y Maxi -a-
lias digitales de Mariel Rovella (32) y
Maximiliano Oddone (31)- entraron en
la historia como la primera pareja ar-
gentina que se casó vía Internet en a-
bril de 1997. Trasmitieron la ceremo-
nia religiosa on-line a todo el mundo y
constituyeron un atrio virtual para re-
cibir regalos, escritos o dibujados.
Contaban entonces que “durante los
primeros tres meses mantuvimos
nuestra relación en secre-
to”. Sólo cuando estu-
vieron seguros de que
era algo fuerte lo co-
FOTOS: RODRIGO NESPOLO Y ARCHIVO PERFIL.