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"EL RBOL DE AQUELLA MONTAA" Puede que no siempre sea el rbol que produce constantemente la sombra ms espectacular, pero

siempre, aunque nunca lo pusiste muy bien, siempre haba sido yo aqul rbol que cuidaba de ti, cuando cansada y soolienta te recostabas en mi a descansar. Nunca te preguntaste porque ningn bicho, animal malintencionado, lluvia o dems cosas llegaban siquiera a molestarte mientras dormida en m viajabas dichosa y tranquila por el fantstico mundo de los sueos. Ahora, desde que no has llegado ms a visitar a este rbol, no me he hecho ms viejo ni ms joven, ni he cambiado de color, solo ha cambiado que he perdido la costumbre de limpiar ese lugar que te corresponda cerca de m, al igual, desde tu inesperada partida a nuevos pero tenebrosos, oscuros e inexplorados bosques, he tirado toda hoja de mis ramas que una vez marcaste con tu nombre, lo hice para no recordarte, para no guardar la esperanza de que algn da nuevamente volvers, las he tirado porque te pertenecan, las he tirado todas en el aire para que algn da en tu trayecto las veas y recuerdes, que una vez en una bella y verde montaa dejaste un corazn partido. S que no volvers me lo dijo el viento, pero con el tiempo volver a llenar de aquellas frescas y coloridas hojas mis ramas, aquellas que te deban paz y descanso a ti no ms. S que no siempre he sido el rbol con la sombra ms espectacular, lo nico que se, es que alguien en esta verde montaa algn da nuevamente notar que hay un rbol, en que con seguridad se podr contar con su frondosa lealtad y su fidelidad.

Por LJ Villarreal

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