Biblia y realidad

Dbiles,
pero
fuertes





Diseo:
J. L. Caravias sj
Soy hombre de carne, vendido al pecado.
Bien s que el bien no habita en m.
Puedo querer hacer el bien, pero hacerlo, no.
De hecho no hago el bien que quiero,
sino el mal que detesto.
Rm 7,14-19
Cuando quiero
hacer el bien, el
mal se me
adelanta. Rm 7,21
Infeliz de m!
Quin me
librar de este
cuerpo, o de
esta muerte?
Gracias sean
dadas a Dios,
por Jesucristo,
nuestro Seor!
Rm 7,24s
Desconocemos tu fuerza salvadora, Seor,
y pretendemos hacer valer slo la nuestra.
Rm 10,3
No tenemos ni idea de lo que
puede realizar tu poder Mt 22,29
y por eso apagamos con frecuencia
la energa de tu Espritu 1Tes 5,19
Nuestro brazo no tiene fuerza como el
tuyo Job 40,9
Slo t eres capaz de
realizar todos tus
proyectos.
Job 42,2
Nadie puede ni siquiera exclamar: "Jess es
Seor",
si no es bajo la accin del Espritu Santo.
1Cor 12,3
Nuestra
salvacin es pura
generosidad
tuya. Ef 2,5
Slo t nos
das la
fuerza
necesaria.
1Pe 4,11

Aunque seguimos siendo personas frgiles
2Cor 10,3,
creemos, Jess, que nuestra antigua
condicin pecadora
fue clavada contigo en la cruz,
para que no seamos ms esclavos del
pecado.
Rm 6,6
Nuestro espritu vive
a causa de tu fuerza
salvadora.
Rm 8,10
Nos acercamos
confiadamente a ti.
Heb 4,16
T actas
poderosam
ente
en
nosotros
Col 1,28
Nuestra capacidad proviene slo de ti.
Se apoya en la fuerza de tu Espritu 2Cor 3,5s

Pero se trata de un tesoro
que guardamos en vasos de barro,
a fin de que nadie ponga en duda
que la fuente de este poder extraordinario
est en ti y no en nosotros.
2Cor 4,7
Mi mayor fuerza se
manifiesta en la
debilidad.

Por eso me
alabo de mis
debilidades
para que la
fuerza de
Cristo est
sobre m y
se quede.
Cuando me
siento dbil,
entonces soy
fuerte.
2Cor 12,8-10
Nos vienen pruebas de toda clase, pero no nos
desanimamos;
estamos entre problemas, pero no desesperados;
somos perseguidos, pero no eliminados;
derribados, pero no fuera de combate.
Por todas partes llevamos en nuestra persona
la muerte de Cristo,
para que tambin su vida
se manifieste en nosotros.
2Cor 4,8-10
Nos imaginan tristes, y estamos llenos de alegra;
parecemos pobres, y enriquecemos a muchos;
damos la impresin de no tener nada, y lo tenemos
todo.
2Cor 6,10