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SANGRE Y LUJURIA

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DONDE LOS GRITOS Y LAS RISAS SUENAN
AL UNÍSONO, DONDE LA CARNE HUMANA
SOLO ES CARNE. ¡SEAN, BIEN VENIDOS AL
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INFIERNO! ¡PASEN Y LEAN!

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[Seleccionar fecha]

José Cadaveria

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EDICIONES GOREIGOTH EN COLABORACIÓN CON EL
TEMPLO LA NOVENA PUERTA TIENEN EL
GUSTO DE PRESENTARLES:
SANGRE Y LUJURIA

Por José Cadaveria con


la colaboración de algunos amigos

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SANGRE Y LUJURIA:
LUJURIA Cuentos de horror y poemas en prosa de
mismo genero by José Cadaveria, PRIMERA EDICIÓN 2009-06-30
Depósito legal: s-999666

Reservados todos los derechos. Este libro puede ser reproducido en


cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico,
incluyendo fotocopias, pero no siendo así por casetes, páginas web,
disquetes, etc. Con la única condición de no agregar ni quitar nada,
respetando el derecho del autor de propagar su obra. Queda
prohibido, tanto el desmontaje, como el plagio de dicha obra,
cualquier alteración para mejoramiento del presente libro , o para
reproducción de dicha obra por otro medio como cine,
cortometrajes, comics ,prensa, música , etc, debe ser consentido por
escrito por el titular del derecho, el autor.
Reconocimiento del autor a algunas personas y medios que han
apoyado la difusión de este libro electrónico: Agradezco a mi amiga y
gran escritora de cuentos eróticos Maru Repetto por su apoyo
incondicional. También quiero agradecer las criticas a veces
insoportables de mi viejo amigo Juan Antonio “el Lagares”-tu me
demostraste que siempre una patada en los huevos , no duele tanto-
A la periodista Noemí, por mostrarme la otra cara de la moneda y
por sus pocos consejos literarios. A mi amiga Eva ¡loca responsable!
Al gran Gerardo Bloomerfield por hacerme olvidar la censura .Les
agradezco también a la valiente y joven editorial Goreigotih por
apostar por este loco cuentista y a las Web VÍA NOCTURNA ,MI
QUERIDA OSCURIDAD y a la RED SATANICA por dejarme escribir lo
que quiero, sin ataduras. También mi eterno agradecimiento Al
TEMPLO LA NOVENA PUERTA por su entusiasmo y su apoyo a
noveles escritores. Por último y no menos importante un aplauso y
una sonrisa a mis detractores, a la Iglesia Católica, a los cristianos, a
los extremistas, a los mal tratadores, a los políticos y jueces corruptos
, en fin, a todos ellos, ¡muchas gracias! sin ustedes esto no sería lo
mismo.
Diseño de portada: por el propio autor José cadaveria
Correo electrónico: josecadaveria@hotmail.es

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Si el presente libro te agrada, coméntalo y difúndelo. Colabora por
una cultura libre en España y América Latina

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SANGRE Y LUJURIA

DONDE LOS GRITOS Y LAS RISAS SUENAN AL UNÍSONO, DONDE


LA CARNE HUMANA SOLO ES CARNE.
¡SEAN, BIEN VENIDOS AL INFIERNO!
¡PASEN Y LEAN!

Por :José Cadaveria y sus amigos

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Con Todo mi agradecimiento a “LA OVEA PUERTA”
La Iglesia Satánica de Andalucía, os deseo que “así brille la luz”
Y a EDICIONES GOREIGOTH por la presente edición.

Un abrazo a los compañeros: ¡Sean siempre fieles, con ustedes


mismos!. Y para aquellos que nos critican, que nos persiguen que
nos tachan de locos (sin pararse a preguntar ,si los locos no serán
ellos)
Solo les digo: por SATA, por LUCIFER , por BELIAR,
por LEVIATÁ
¡¡FUERA DE AQUÍ!!

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INTRODUCCIÓN
Amigo lector tiene en sus manos (o en la pantalla de su ordenador)
una colección de relatos, los cuales , seguramente le provocaran más
de una nausea y quizás a más de uno, una sádica sonrisa.

Para que sea más amena e interesante la lectura, de este libro he


pedido la colaboración de algunos amigos, el resultado ha sido
sorprendente. No esperaba menos de ellos.

Debes de ser valiente amigo mío para pasar estas páginas , pues todas
ellas, tienen como protagonista, al más cruel de los monstruos que
haya caminado, por la faz de la tierra, me refiero, claro está : Al
HOMBRE.

En estos cuentos como niños perversos, jugaremos con el sexo,


comeremos carne humana , servida en los mejores platos y beberemos
sangre de idéntica procedencia, y tú, ¿aún te atreves a seguir leyendo?

Pero amigo , no mires con ese recelo todo lo que acontece en estas
páginas sólo es ficción , la realidad es mas terrorífica que cualquier
libro o película de terror , solo hay que ver los informativos, o leer la
prensa. Siempre he dicho que los mejores cuentistas de terror, son
periodistas de sucesos.

Anda atrévete y pasa esta página ¿ a qué tienes miedo? Aquí te


sumergirás en un mundo , donde la sangre corre como el agua, donde
la carne humana está en rebajas, donde tus miedos tomaran forma
pasen y lean.

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PRÓLOGO

Bien venidos queridos lectores al sector de mi gran amigo José


Cadaveria .
Cadaveria es un gran tipo, ya sea como persona así como por
escritor y es para mí muy querido.

En estos relatos vais a encontrar fantasía y realidad , verdad y


mentira , colores y minimalismo al blanco y negro y sobre todo, la
personalidad ambigua y un poco mística-profética del fascinante
Cadaveria.

Satanista como yo, es un profundo humanista, aunque a veces


exprese poca fe en el ser humano, explorando su lado más
oscuro y siniestro, incluso tal vez, recreándose en él.

Sin más preámbulos , zambullámonos en su universo personal y


disfrutemos de sus inquietantes relatos que no dejará a nadie
indiferente.

PROLOGO ESCRITO POR LA ESCRITORA DE RELATOS


EROTICOS: MARU REPETTO

FIRMA ORIGIAL DE COSETIMIETO POR AMBAS


PARTES:

José Cadaveria Maru Repetto

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FASCIMIL DEL PROLOGO

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ITETO DE ITIMIDAR

¡Hola amigo lector! Es a ti quien escribo.


Pero antes limpiaré mis lascivos labios y lavaré mis manos para
no mancharos, las páginas . (Así entenderéis y tendréis mucho
más interés en las cosas que os digo)
Pues como dije antes, amigo lector, es a ti a quien va dirigido. Es
hora para que mi mano, te acaricie suavemente allá en la cara
interna , de tu precioso muslo, y perdiéndose más adentro , sin
importar lo que en sus profundidades pudiera hallar.
Mis labios besan de forma impúdica tus labios y se van a tu
hermoso cuello el cual lame, y chupa esa piel cálida y apetitosa
dorada por los cálidos dones del Dios sol. Mi abrazo es fuerte y
quiere fundirse con tu cuerpo. ¡YA SABES LO QUE ES AMAR!
Es ahora cuando estás preparado para seguir con mis susurros
escritos.

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EL AMANTE POSTUMO

Don Ernesto Salvado era un hombre de gustos….


digamos….”Posmorten.”

Cada vez que sus ganas, las circunstancias y la buena


providencia se lo permitía, Iba al cementerio pala en mano,
en busca de una nueva “conquista”que lo complaciera. Su
ultimo arrebato lo tuvo con una señorita, 40 años mayor
que él, cuyo nombre (así rezaba su lapida) era Leonora
Gallardo, muerta hará ya, unos 6 meses.

Pero a pesar de lo poco atractiva que nos pudiera resulta al


más común de los mortales, nuestro hombre era un ser
excepcional, con la extraña capacidad de ver la belleza, en
la más repugnante corrupción.

Por ello dominado por el deseo, cuando la tuvo al fin


liberada de su prisión de tierra y madera, se lanzo sobre
ella poseído por la más feroz lujuria.

Solo puedo deciros, (pues mi propio pudor me lo impide)


que Don Ernesto le llegó a hacer el amor con tal pasión y
con tanta fuerza, que logro que los huesos se
desprendieran, de la carne putrefacta, de la pobre Leonora,
y que los gusanos que tan tranquilamente habían habitado
en sus despojos saltaran en todas las direcciones, al ritmo
de las apasionadas embestidas que Ernesto le daba a su”
amada”.

Aun así Don Ernesto le dio el mayor homenaje, que el


antes hubiera dado a mujer alguna, y es que como dijo
después reunido en la taberna con los viejos amigos,
alzando su copa de vino en aptitud de brindis:

- ¡Amigos! De verdad os digo que, ¡mereció la pena cavar!

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EL FRIGORIFICO AVERIADO

-! Joder que calor ¡que calor!- Era este el único suspiro que en ese caluroso día
de agosto, no paraba de salir cual letanía patética, de los carnosos labios de Elisa.

Elisa en su pequeño apartamento de treinta metros cuadrados se moría de calor,


pues abrir las ventanas era inútil, y corría peligro de muerte si lo hacia, pues
afuera (como decía su madre) “caía fuego.”El sudor empapaba su blanco y joven
cuerpo, tan solo cubierto por estúpido pudor (pues vivía sola) por unas braguitas
de seda semitransparentes.

Ya no podía soportarlo más, había dormido toda la mañana tan vestida como lo
estaba ahora, sobre el piso de mármol del dormitorio, pero ni aún así, había
conseguido refrescarse. El ventilador llevaba todo el día funcionando, y solo
conseguía inútilmente mover el aire caliente de un lado a otro, en el sofocante
apartamento. Y no, tampoco poseía aire acondicionado, ¿y por que? porque no
ganaba para tanto, ese era un lujo que su bolsillo no podía permitirse, lo comento
por si alguno de los lectores ya estaba pensado en esa bendita opción.

En lo que llevaba de día, y solo eran las tres de la tarde, ya se había duchado
con agua fría unas tres veces. De lo único que al menos podía alegrarse era el de
haberse deshecho de su larga, exuberante, y morena cabellera por un corte más
fresquito aunque un tanto atrevido, era algo así como el de Mia Farrow en el
filme “La semilla del diablo.” Pero esto tampoco conseguía refrescarle lo
suficiente.

Decididamente, su bello cuerpo no estaba preparado para aguantar semejante


calvario.
Para colmo, y esto era con diferencia lo peor, el “frigo” no funcionaba, y la
única bebida que podía tomar, no solo no le quitaba la sed, sino que además, le
provocaba nauseas. ¡Odiaba la bebida a temperatura ambiente! (sobre, todo,
cuando este estaba a 35grados). Por suerte Elisa ayer mismo había llamado al
técnico para que lo reparara y este le contesto que se pasaría hoy a eso de las
cuatro de la tarde.

Elisa mirándose como estaba otra vez, pegajosa y chorreando sudor, decidió
darse la cuarta ducha del día. Cuando salió del baño casi sin secarse se puso otras
braguitas limpias.

-De buenas ganas recibiría al técnico así, pero estos estúpidos… ¡Hombres!
¿Por qué serán tan primitivos? ……. mejor me pondré algo, no tengo ninguna
gana que un estúpido de esos, se me quede mirando, con los ojos como platos y la
boca tan abierta, que un túnel parecería estrecho.-
Al pensar en esa cara de asombro que se le pondría al técnico, al verla únicamente
con sus braguitas rosa de encaje, sonrió. Así que cogió la batita mas fina y ligera

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que tenía y se dispuso a recibirlo, así de fresquita pero” tapadita.” veinte minutos
mas tarde sonaba el telefonillo en el apartamento:
¡¡”RING, ring,ring,riinng!!.
Elisa se dirigió al telefonillo, extrañada por la puntualidad, lo descolgó y
preguntó:
-¿Si?-
-Soy el técnico-
-¡Ah! ¡Suba!- contestó Elisa dándole al interruptor del portero automático.
En pocos minutos llamaban a su puerta:
-Pase, ¡buenas tardes!-
-Buenas, tardes hay calor ¿eh?-
-Y que lo diga, mire como estoy, empapadita en sudor- Le dijo Elisa al técnico,
mientras le enseñaba su ya perlado escote, de gotitas transparentes que resbalaban
acariciando sus blancos pechos.
-Bueno…veamos… ¿Qué problema tiene el frigo? -Le pregunto el técnico
sonrojándose al mirarla un poco” cortado”.
-¿Problema? pues sencillamente que no cumple con la función para la que ha sido
creado. Sin ir mas lejos hoy he tenido que tirar a la basura un montón de carne y
bebida que ya empezaba a oler mal.-
- ¡Claro…con estos calores! , ¡veamos!, esperemos que no sea nada grave, pero
por lo que me dice, puede que se halla quemado el motor.-
El profesional retiró el aparato de la pared, abrió su caja de herramientas y se puso
manos a la obra. Pero no sin dirigirle alguna que otra furtiva mirada recreándose
en las formas sugerentes y tentadoras, que le inspiraba el lindo y provocativo
cuerpo de nuestra joven Elisa.

Y era natural que lo hiciera, y Dios sabe, como conseguía concentrarse en la


labor que tenía entre manos. La escena que se ofrecía solo para los ojos del joven
técnico, seduciría a cualquiera que no fuera de piedra, y se sintiera atraído por los
miembros del sexo opuesto. Por ello seria justo decir que fue un chico muy
fuerte, o muy tímido, para soportar semejante bombardeo erótico. Elisa estaba
sentada sobre la lavadora, justo, enfrente del muchacho, con sus largas y blancas
piernas colgando, y apenas tapados sus hermosos muslos por la sutil prenda.
Aunque muy blanca de piel, esta era una blancura hermosa que resaltaba su
suavidad casi divina, y arrebatadoramente sensual Elisa lucía su batita de seda
roja, de un estilo que recordaba a lo oriental, lo que lograba que más de una vez se
perdiesen los ojos del técnico hasta lo que permitía la censura de la seda. O dicho
de otra manera, para que sepáis de qué guisa se presentaba a los ojos de cualquier
afortunado espectador que hubiese estado presente. La batita que muy poquito
cubría, estaba muy desabrochada y suelta tan solo atada a su estrecha cintura por
un lazo negro que muy parecido sospechosamente a una corbata. Quizás una
prenda de recuerdo, que fuera regalada o hurtada, y que ahora llevaba como si
fuese un presente o trofeo, del ultimo amante que hubiese pasado por su cama.
Todo esto sin contar con la imaginación, de aquel que la observaba, contribuía,
que ella sin querer o queriendo (con las mujeres nunca se sabe) mostrara encantos
que en una señorita, no eran muy decentes de mostrar.

Por otra parte, nuestro técnico era un chico joven de veinti y pocos moreno
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atlético y bastante guapo. Elisa no paraba de mirarlo, podría decirse sin duda que
si pudiera, lo devoraría con los ojos.

El técnico por fin se incorporó y limpiándose las manos con un trapo viejo y
mugriento se dirigió a la clienta sin dejar de apartar la vista de sus manos,
intentando disimular su notable erección de forma inútil con ese “juego de manos
y trapo.”

-¡Bien ya está! dentro de unos veinte minutos mas o menos esto estará mas frío
que “el morro de un oso polar”-.
-¡Oh estupendo! mientras tanto ¿le apetece un café, mientras esperamos?...-
-Es usted muy amable señorita…-
-¡Elisa! , llámame Elisa y por favor tutéeme, casi tenemos la misma edad, y
encuentro algo chocante, que dos personas tan jóvenes se traten de usted lo veo
como algo muy antiguo, y ya desfasado. A propósito ¿cual es tu nombre?-
Le interrumpió Elisa, al poco, el sorprendido técnico, retomó la palabra.
–Esto… me llamo Manuel, señorita…esto, Elisa lo que le decía…Estoo…te decía
que agradezco el café como si me lo hubiera tomado, pero con este calor… -
-¡Si verdad!, ¡que tonta! perdona Manuel, y no tengo nada fresquito que ofrecerte,
el frigo…ya sabes….a ver que podríamos hacer para pasar el rato…-
Mientras hablaba, se había ido acercando a nuestro muchachote, hasta que sus
manos de forma suave pero decidida, hacían presa de la abultada entrepierna del
pobre chico, y antes de que él se repusiera del sorprendente ataque, como por arte
de magia la lengua de Elisa estaba invadiendo su boca.

* * *

Media hora después Elisa, se levantaba desnuda del suelo de la cocina, dejando
a su exhausto amante contemplándola todavía asombrado yaciendo sobre el
suelo de la cocina, medio desnudo y con una sonrisa bobalicona, dibujada en su
rostro. Desde su situación Manuel contemplaba como la esbelta y sensual figura
de la joven, se dirigía al frigorífico, lo abrió, y al comprobar con entusiasmo que
enfriaba, se fue hacia el muchacho que abrazándolo y dándole de besos le dijo:
-Eres mi héroe , ¡me has salvado, la vida! y sabes ¿Por qué…? Porque además de
arreglarme el “frigo,” me proporcionaras bebida y comida para pasar, el resto del
mes.-
Al oírlo, el chico abrazado a Elisa, le sonrió, con una expresión llena de
extrañeza, pero de inmediato su extrañeza cambió, su cara, ahora solo reflejaba
miedo y dolor, quería gritar pero el mismo pánico, lo enmudeció. Los ojos de
Elisa se tornaron ambarinos, y sus pupilas verticales, como la de los gatos. Esos
terribles ojos lo miraban, con esa siniestra y salvaje, codicia, la misma que
podríamos ver en los de un león u otro depredador, justo antes de devorar a su
presa. El chico sintió como las manos que le abrazaban la cintura se volvían cada
vez, más y más fuertes, y las uñas se clavaban en su carne como cuchillas
cruelmente afiladas. La fantasmal cara de Elisa se le acercó al rostro y comenzó a
besarlo dulcemente en los labios, en la mejilla detrás de la oreja, en el cuello, en
el hombro, y es allí donde se detuvo, al poco comenzó a chupar en la zona
elegida, preparándola, para el mordisco.
Muy a su pesar el pobre chico, estaba, como en trance y aquello que le estaba
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haciendo, había logrado que sintiera un extraño placer. Era algo así como un
orgasmo largo y continuo, pero que iba más allá de lo meramente sexual, ese
placer lo envolvía todo: su cuerpo, su mente y hasta su alma. Manuel no se daba
cuenta de lo que pasaba, y disfrutó el momento, hasta que dejó de sentir y su
mundo, se volvió un manto, de oscuridad y silencio.

* * *

Una hora después:

El chico yacía muerto, a los pies de Elisa y ella con la solemnidad de un ritual
terminó de desnudarlo. Luego abrió el cajón de un mueble de la cocina sacó un
catéter con una larga aguja arterial, se dirigió a Manuel, que cada vez estaba más
pálido, y con toda la calma, y la profesionalidad de una enfermera con años de
experiencia, tomo la aguja, y se la clavó en la carótida. Si el corazón de Manuel,
todavía hubiera seguido latiendo no habría sido necesario, pero como este no era
caso empleó también una bomba succionadora. Comenzó a extraerle la sangre,
llenando con ella, dos botellas de dos litros cada una.

-¡cuatro litros! no está mal, nada mal. –Pensó entusiasmada. Acto seguido,
metió el cuerpo como pudo en el frigorífico y la sangre embotellada en el lugar
reservado para ellas.

-¡Joder menos mal!, con este calor me resulta muy agotador salir de caza,
espero que este me aguante, (¡si no se jode, otra vez el maldito cacharro!) hasta
septiembre.¡ Joder, que asco de calor!, ¡como odio, el verano!, el año que viene yo
emigro a un lugar más fresquito ¡Hmmm….! la verdad que es muy buena pieza,
por fin algo refrescante que llevarme a la boca, ¡joder que duro es ser vampiro, y
sobre todo en verano.- Pensó Elisa al cerrar “EL FRIGO”.

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PERDOAR QUE ITERRUMPA AHORA VUESTRA SORDIDA
LECTURA. PERO SERÁ SOLO POR U MOMETO . AHORA LES
DEJO DE LA MAO DE UA AMIGA ICREIBLE Y UA GRA
ESCRITORA MARU REPETTO ESPERO QUE DISFRUTEIS CO SU:

CLAVETEADO

No soy un hombre común. Mi introversión , enfermiza timidez, la soledad con


que suelo envolverme, mi ansiedad crónica y mi cruel escepticismo hacen de mí
una persona muy especial.

Mi vida sentimental, no había marchado todo lo bien que yo hubiera deseado.

Soy muy romántico. Tiendo a idealizar tanto al amor en sí como a la persona


amada y me han roto varias veces el corazón.

Últimamente, me encontraba bastante esquivo con el sexo femenino, y solo


ocasionalmente tenía historias con mujeres.

La mente se me inundaba de recuerdos de hembras a las que había amado y mi


pecho aceleraba se al compás de desamores, amores, historias efímeras o
encuentros fugaces.

Con estos pensamientos, ella entro en mi vida.

En el momento más inesperado, cuando yo ya casi podía asegurar que nunca me


volvería a enamorar.

Ella era una chica joven, atractiva, morena, con ojos brillantes y luminosos. En
definitiva, alguien que gustaría a cualquier hombre.

Antes de que me diera cuenta, era mi novia.

Casi en seguida, mi prometida. Un sueño hecho realidad.

Era recalcitrante el sentimiento de quitarle a besos la pintura roja corazón de su


boquita pintada, esparciéndosela por el rostro, dándole un morboso colorido en
forma de manchurrón, como si fuera una niña que se ha dado un atracón de fresas.

Hacerle apasionadamente el amor de pie, notando como le tiemblan las piernas,


perdiendo el equilibrio abandonándose a mis brazos. Y yo, agarrándola fuerte,
cual padre protector. Oírla gemir mientras la masturbaba metiéndole mis dedos en
el esfínter, derretidos en esa cavidad maravillosa como si fuera mantequilla en una
sartén.

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Mi vida sexual era plena.

O eso creía yo.

Pronto me daría cuenta que ella tenía otros planes y una visión más extensa del
sexo de lo que yo pudiera tenerla jamás.

Una hermosa mañana, antes de irme a trabajar, la vi inquieta.

Cerré la puerta con la sensación certera de que quería comunicarme algo.

Al volver a casa, ella me esperaba con aire solemne en la habitación amarilla, la


que tenemos como sala de estar.

Movía nerviosa la pierna.

Tragué saliva. Me esperaba lo peor.

Quizás ella habría dejado de amarme, la pasión se hubiese consumido y los


sentimientos se hallaban diluidos cómo sal en el agua.

-Tenemos que hablar. . . . -Su voz era firme.

-Quiero que seas mío por completo.

No me dio tiempo a pensar.

También me esperaba otra frase, como “hemos terminado” ,o “lo nuestro no


funciona” ,estas u otras, no me hubieran sorprendido tanto.

Pero lo que me dijo me dejo sin habla.

Luego, razoné.

Esbocé una estúpida sonrisa mientras le decía:

-Bueno. . .yo soy tuyo por completo ya. Estoy muy enamorado de ti, ya lo
sabes.

Ella se atusó el pelo.

- Quiero decir , físicamente.

-¿Físicamente?

-Así es. Poseerte físicamente.

Me quedé atónito. Sin capacidad de respuesta.


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-¿Qué quieres decir?. . . –Logré balbucir torpemente.

-Quiero hacerte el amor con una prótesis.

-¿Quéeeeeee?- Mis gritos llegaban al cielo.

-¡ESTÁS LOCA!

¿Cómo se te ocurre semejante cosa?

¡PARTIRME EL CULO! ¡YO NO SOY MARICÓN!.

Mis gritos resonaban en todo el edificio. Monté en cólera.

No podía creerlo. Mi dulce “esposa”, mi débil costilla, la mujer a la que había


protegido y amado más que a nadie, me soltaba como si tal cosa que quería
romperme el culo cual chulo a su puta de turno.

-No es de maricones-.Decía ella, con voz seca, sin inmutarse, como si se


hubiera esperado mi explosiva reacción.

Abrí la boca. Se me secó al instante.

Por lo visto ella estaba muy puesta en el tema. Nunca lo hubiera creído.
¡Y yo que la tenía por poco menos que virginal!. . .

Se me cruzaron por la mente pensamientos negativos. Varios, cientos de miles


de hombres a los que ella habría desvirgado por detrás, siendo yo uno más en su
abultada lista.
Que ciego había estado.

-¡¡PUTA!!

Sentí arcadas. El sabor amargo del vomito inundaba mi boca.

-¡¡ARCHIZORRA!!

-¿Cómo te atreves a proponerme algo así?. . .¡Degenerada!

-¿A cuántos tíos le has hecho esa asquerosidad? ¡Guarra!

Estaba tan aturdido que no noté que mi esposa se había ido hasta que no oí
cerrarse la puerta de entrada de casa.
Me quedé envuelto en mis pensamientos.

Pronto, la nebulosa mental que me invadía, se me fue evaporando.


18
¡Quería poseerme. . .! Vaya. . .

Desde luego, el sentimiento que te invade cuando realizas esta práctica sexual se
basa, sobre todo, en instintos de posesión y sentirte más suyo que nunca, como
pude comprobar más tarde.

Yo estoy orgulloso de que me folle mi mujer.

Y, eso, realmente, no lo puede decir todo el mundo.

Esto de cambiar los roles, al principio, me pareció brutal e, incluso, se me pasó


por la cabeza algunos pensamientos oscuros y dubitativos acerca de mi tendencia
sexual.
Pero, ella me inundó de su ilusión de hacerme suyo. . .

Además, a mí, me encanta. . .

¿PASA ALGO?

19
UTOPÍA

Por la mañana:

Me agaché y metí la cabeza en el wáter , de inmediato vomité un


torrente de sangre (un agrio recuerdo de mí noche dantesca)
Me miré ante el espejo, y limpié de mis labios los restos de baba
sanguinolenta. Esa mañana tenía una extraña mirada, entre
melancólica y fiera.

Una semana después:

Mis verdes ojos estaban sombreados, por negras ojeras testigas mudas
pero indiscutibles , de mis noches de insomnio.

Un mes más tarde:

Hice un desayuno rápido el de siempre; un vaso de whisky


solo y una magdalena. Susana seguía en la cama aunque
decían que hacía un mes, que me había abandonado.
Pero ella aun esta conmigo, ella está aquí, su cuerpo desnudo
sobre las sabanas blancas, de nuestra cama incitando a mi
miembro, a que la poseyera de nuevo.
Seguí con mis rituales cotidianos, subí el frío del aire
acondicionado, -el frío, se hace necesario-, perfumé el cuarto
y el pasillo , de mi pequeño piso de soltero, con el fresco olor
a menta, del ambientador en espray.
Le di unas friegas, a Susana con su aceite corporal favorito, y
me duché. Salí de la ducha con la toalla en mi cintura. A ella
le gustaba mirarme. Pero últimamente se había convertido en
una dormilona, me acerqué a ella y le di un tierno beso, en
sus labios, fríos y tan blandos, que parecían poder deshacerse,
al contacto con los míos.

-Hasta luego mi niña- le dije apagué la luz y me fui como


cada mañana, a la fabrica.

20
Iba contento silbando como siempre, era un hecho, había
llegado al paraíso, y esto era la felicidad.
¿Por qué tanto contento? Me preguntas, pues porque al fin
habíamos logrado el equilibrio perfecto, Susana y yo al fin
teníamos, lo que anhelábamos:
Susana “se fue” pero yo me quede con su hermoso cuerpo,
para disfrutar de él, cuanto quisiera.
¡Suegro!..digamé ¿no era todo aquello, la más perfecta de
las utopías?

21
EL ATROPOFAGO Y EL HAMBRE
UTOPÍA II

Aquella noche fue fascinante antes de dormir me mire en el


espejo solo era huesos y pellejos.
Aun así me arranqué el ojo izquierdo pues tenía hambre y
algo debía de comer.
De Susana solo quedaba mondos huesos blancos,
estupendos para un buen caldo. Con mi ojo, las tibias
troceadas y algún trozo de pan, del que mi suegro me
arrojaba, una vez ,a la semana por aquella pequeña trampilla
¡hummm! Esto solo el pensarlo me hacía babear.
Tanta hambre tenía, y pensar que yo nunca había sido un
hombre que me alimentara bien. Aun recuerdo cuando de
niño mi madre siempre me decía:
-¡Niño come!, ¡come niño! Estas tan endeble que no se
cómo puedes mantenerte en pié.-
Si me viera ahora, ¡Oh mama sí supieras cuanto echo de
menos tus guisos! Pero en fin, el pasado, pasado está de nada
sirve mirar para atrás.
Yo a mi puchero menos mal que tengo agua, una gran lata, y
un camping gas, cortesía de mi suegro y es que el hombre no
es tan malo, aunque no pudiera entender, mi relación con su
hija. Pero a pesar de todo aunque encerrado en este húmedo y
oscuro sótano <<!hasta que te pudras¡>>( Fueron las últimas
palabras de mi suegro antes de arrojarme cual saco a este
lugar), sigo con mi Susana y todavía puedo “aprovecharla”.
Por lo pronto hoy voy a cenar como un marajá. Mañana, ya
no tiene importancia, Dios proveerá.

22
EXTRACTOS DEL EL LIBRO: ANTROPOFAGOS Y GOURMETS ESCRITO
POR EL MARQUES DONATIEL DE LEZAZA

CAPITULO 12. LOS PLACERES EOATOS:


-Espero que les guste, son muslos de feto cocidos al vino tinto con una buena
guarnición de espárragos trigueros, y un toque de trufa negra, bon petít- Dijo
sonriendo el caníbal mientras el mismo nos servía, generosas raciones, de aquel
(como pude comprobar) suculento manjar.
Pg109

CAPITULO 15.LA ESQUISITEZ DE LA PUVERTAD FEMEIA:


-Señores y señoras como habrán comprobado, en esta mesa servimos de lo bueno
lo mejor y este plato, es una exquisitez que no hay que cuestionar. Pues seguro
que no me negaran que este ultimo plato que hemos degustado es un manjar de
dioses, solo mi cocinera es capaz de preparar la vagina de chica virgen rellena de
fresas y horneada en horno de leña con un sabor una textura y gusto en la
presentación del plato verdaderamente exquisitos. O acaso ¿me lo van a negar?-
Dijo lleno de orgullo el Conde Fedrello antes de llevarse el ultimo bocado a sus
sensuales labios.
Pg206.

CAPITULO 21.LA PERDICIO DE LAS DELICIAS:


-Señor conde me tiene intrigada, ¿en qué consiste esta delicia?, pues carne tan
jugosa y tan tierna nunca he tenido el placer de saborear- Preguntó excitada la
señorita Elvira.
- Querida mía…-contestó nuestro amable anfitrión – este plato que tanto le agrada
no es más que el miembro viril de un quinceañero estofado con nuez al caramelo
y cebollas del Caribe. Me alegra mucho que le guste.
Y alzando con el tenedor una porción de tan delicioso manjar exclamó:
¡DELICIOSO!.
Pg 254

23
NUNCA NADIE SUPO NADA

Juan despertó de aquel profundo sueño, en el que le había sumido su repentino


ataque de catalepsia. Al abrir los ojos observó si se le puede llamar observar que
todo era, la más absoluta oscuridad. No tenía ni idea de donde estaba, solo que
descansaba, sobre una superficie estrecha y acorchada.

Todavía no podía moverse las sensaciones acudían a él, lentas pero


interrumpidamente, la conciencia de estar vivo cada vez mas fuerte, en su pecho
palpitaba.

Pasados unos minutos notó como sus fuerzas hacían por fin, apto de presencia, y
todavía con la esperanza aferrada a su corazón, que como un caballo desbocado
latía como queriendo escapar de su pecho, su razón no se callaba en tan terribles
momentos y a su alma susurraba que ya estaba muerto. Levantó lleno de temor
sus temblorosas manos, que pronto chocaron, contra una superficie mullida, que
palpando por todas las direcciones, lo que la estrechez del habitáculo le
permitía, pudo comprobar que sus miedos tenían forma y la más terrible de
todas.

Fue entonces que comenzó a gritar. A gritar con aquella voz casi animal que nos
otorga la desesperación. Araño aquella superficie que lo retenía, pero solo
consiguió con ello desgarrar el satén, y encontrar la dura madera donde dejo
clavada, con caliente dolor, cinco de sus sangrantes uñas.

En estos momentos -¿Os imagináis querido lector?- con que terror, con que
locura, topó Juan al saberse en esta horrible situación, ¿Qué pasaría por la
cabeza de este pobre desdichado, al imaginar tan macabro desenlace?
La desesperanza, se aferró a su corazón con la crueldad más atroz, mordiendo
su alma como un parásito que por dentro lo devoraba.

Su mente fue presa de su miedo del pavor en las más siniestras de sus formas: LA
REALIDAD, desencadenando con ello la nulidad de toda razón, y pariendo la
locura, la rabia y no el miedo sino el terror, más abominable que mente humana
halla sufrido jamás.

24
Comenzó a llorar como nunca antes había llorado al verse tan cruelmente solo y
desolado, araño con furia las paredes de su encierro no haciendo caso al agudo
dolor de las astillas penetrando entre sus uñas, y con ello haciéndolas saltar.
Pronto su respiración debido a ese esfuerzo inútil, se convirtieron en jadeos, el
oxigeno comenzaba a escasear.

Aun así sus sentidos se despertaron de forma asombrosa y para más horror. Olía
la humedad de la tierra y el hedor a podredumbre de sus “vecinos”, esto le
provocó las más violentas convulsiones a causa de las nauseas. Pudo escuchar
como por encima de él a 2 ó 3 metros, sobre la verde hierva, como los grillos
tocaban su nocturna melodía, como en la lejanía se oía el ladrar de los perros, y
el inconfundible maullido de algún gato en celo.

Y él desde su soledad maldijo a todos ellos, sintió incluso celos de los gusanos
triunfantes, que lo debían de devorar.
Todo lo que cabía en su mente era la desesperanza, el saberse vivo, pero muerto
para el mundo, destrozaba la razón de cualquiera. Sintió de nuevo una oleada de
fuertes nauseas, que esta vez lo hicieron vomitar de forma convulsiva. Fue
entonces con aquellos vómitos, que lo asfixiaban cuando su cuerpo al saberse
muerto relajó todos sus esfínteres, inundando aquel estrecho y reducido
habitáculo con los más repugnantes hedores.
Por suerte para Juan, -pues a la muerte se le puede llamar suerte y bendita,
cuando la agonía es tan extrema- sus propios vómitos terminaron asfixiándolo y
acabando con el pobre Juan y con su terrible y solitaria tragedia.

Y lo peor de todo querido lector: es que nunca nadie supo nada, y si te paras a
pensar esto podría ser, una historia real.

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COSAS DE CRIOS

-¡¡Javier, Javier!!

Los gritos de su madre eran escuchados por su


hijo en el más absoluto silencio. Los ojos de
Javier estaban rojos, como de haber llorado su
cara colorada, y su respiración era muy agitada.
Temblaba de pies a cabeza y todavía sostenía
fuertemente el azadón de su padre. A sus pies
yacía su hermanito Enrique, el cual se movía de
forma extraña, era algo así como si de vez en
cuando le dieran calambrazos.
Enrique en su manita aun sujetaba contra su
pechito fuertemente aferrado el camioncito rojo
de bomberos de su hermanito Javier. La sangre
salía de su cabeza antes muy bonita y ahora
quebrada como un grotesco huevo del que no
paraba de manar un liquido espeso y rosáceo,
también de su boquita asomaba ese rojo

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brillante que le pintaba los labios, como si
fueran los de un triste payaso. Había mucha
sangre todo era rojo, y a lo lejos pero no tan
lejos se escuchaban los gritos de su madre.

-¡¡Javier!! ¡¡Enrique!! , ¡¡A merendar!!

Javier se agacho, arranco el camioncito rojo de


las manitas de su hermanito Enrique, que ya no
se movía y dijo para sí muy quedo:

-¡Es mío…! , ¡¡Mama ya voy!!- contesto con un


grito Javier a su madre.

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Para que no os aburráis de mí. De nuevo os dejo con otro viejo amigo Don
Juan (El Lagares) el cual me ha sorprendido, con su casi inmediata
colaboración. Sorpresa porque es un chico que prefiere por norma la critica
a la creación literaria, aquí les dejo como “exclusiva” su primer cuento, pero
antes les dejo “E POCAS PALABRAS” Personalmente a mi me ha
encantado espero que a ustedes también les gusté:

E POCAS PALABRAS
(un 2º pequeño prologo para este libro)

Espero que con estas pocas palabras pueda describir este libro; Pues está lleno de
erotismo, sadismo, crueldad y ese algo macabro que cayendo en el absurdo, lo
hace enfermízamente lógico.
No siendo el típico libro de demonios ni demonología; aunque de algún modo les
hace un guiño cómplice a los hijos de la oscuridad – Mis respetos a brujas y
demonios -.
Con su rápida y fácil lectura esperemos, que no os haga caer en las garras del
hastío.
Los escritos de Cadaveria como verán, pretenden hacernos participes de historias
que solo existen en nuestras más oscuras fantasías ¿o no? Dejo eso ahí ; este es
un mundo muy grande y hay de todo, como nuestro amigo escritor, que no siendo
demonio, ni brujo nos hechiza con sus escritos.

En fin, lector, yo te doy mi opinión; ahora quiero saber la tuya. Espero que les
agrade el presente libro, para lo bueno o que lo detestes por lo malo. Si no te gusta
al menos habremos conseguido que pierdas el tiempo en leerlo.

¿ESPERIECIAS REALES?

Me han pedido que les cuente algo para incluirlo en este libro. No
sé cómo empezar, ni que contaros, hay historias de la vida real que
parecen pura fantasía como me ocurrió cierto día:

Conocí a una mujer de unos 29 años yo contaba por aquel entonces


con algo menos de 22 añitos. Ese día estaba en unas saunas mixtas
(no se que hacía yo ahí, pero vamos a lo que vamos) comenzamos a
tontear que si las típicas sonrisas , que si las chorradas de siempre, los
cumplidos que solo buscan sexo, y en seguida los besos y caricias por
encima y debajo de la toalla.
Todo iba bien , no había nadie a la vista, y sabíamos cómo iba a
acabar todo esto: en la cama, en la silla , o en el sofá, pero nada de
eso, nos decidimos por el jacuzzi.
Las burbujas hacían que los exuberantes pechos de mi chica se
movieran con un intenso movimiento hipnótico, empecé a

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mordisquearle sus hermosos pezones que se endurecían cada vez más
dentro de mi boca. Ella mientras acariciaba mis cabellos jalando
fuertemente, cuando sentía que mis dientes apretaban demasiado tan
delicada zona , pero para mí su dolor me deleitaba, con su placer
suculento.
Ella me aparto de sus pechos, sus deliciosos pechos, y comenzó a
dedicarme un sabroso sobado con la lengua más húmeda y caliente
que jamás allá encontrado , ni encontraré. La muy “traviesa” se
entretenía lamiendo y chupando mis pezones, para ir poco a poco
bajando con su lengua juguetona y sus dientes excitantes, llegando a
mi ombligo y luego mordiendo el vello y tirando de él dulcemente,
llegando a mi pene que ni decir tiene ya estaba erguido, cual soldado
para cruenta batalla. Lo tenía tan duro y palpitante que pensé que me
iba a reventar, ella puso su hermosa cabeza entre mis muslos, y
descubría y abrigaba mí glande con su cálida y acogedora boca,
mientras su lengua serpenteaba lubrificando el resto del falo. Así
estuvo casi media hora teniéndome en el infierno y en el cielo en un
mismo tiempo; mientras yo jugaba con sus pechos y exploraba con
mis dedos su cueva del amor. Cambiamos de postura e hicimos un
larguísimo 69 hasta llegar el punto de no saber donde empezaba ella y
donde yo terminaba. Después de un buen rato ella me apartó y me tiró
hacia atrás con tal violencia que creí que me ahogaba. Cuando salí del
jacuzzi ella me sonreía con una expresión diabólica, que me
atemorizó yo estaba sentado al borde del jacuzzi, y ella se arrastraba
fuera del agua cual serpiente y colocándose sobre mí como una
amazona comenzó a cabalgarme. Primero fue muy dulce, lenta y
suavemente me cabalgaba con tal delicadeza que parecía que el
tiempo se detenía, pero sin previo aviso comenzó a moverse
ferozmente y de forma desenfrenada , saltando encima de mi verga sin
piedad ninguna, incluso me pareció ver salir humo de aquel coito
infernalmente acelerado. Al principio ella se agarraba muy suave a mí
pero de pronto me clavaba sus uñas, a mi espalda y pecho
produciéndome heridas que manaban en un rojo río de sangre hasta el
jacuzzi. Fue entonces cuando me pareció que su cara se transfiguraba
en otra, perdiendo toda belleza que me enamoró de ella, le aparecieron
unos pequeños cuernos en la frente, su rostro mostraba ahora los
rasgos clásicos de una demonio que morbosamente me excitaba y
aterrorizaba a un mismo tiempo. En un instante , sus pechos
desaparecieron ante mis asombrados ojos. A cualquier tío se le habría
bajado la libido en semejante situación, pero yo era un machote
ibérico en celo y no podía parar, aunque hubiera estado follando con
el mismísimo Belcebú. Por eso ella me había escogido.
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Después de no sé cuantas horas follando , se corrió encima de mí
inundándome en un líquido viscoso y a la vez espumoso que parecía
quemar con su contacto toda mi piel , pues todo mi cuerpo estaba
cubierto de esa sustancia.
Se retiró ella de encima de mí dejándome ver como estaba mi cuerpo
después de tanto trajín, mi polla la ardiente guerrera había sufrido
una importante mutilación pues la hija de la gran ,me había hecho la
fimosis con sus salvajes embestidas, sin apenas enterarme aunque me
había despellejado más de medio miembro.
El dolor de mi miembro despellejado comenzó a cobrar vida , me
llevé las manos a mis partes y antes de que me diera cuenta ella se
abalanzó sobre mí clavándome dos afilados garfios en la espalda y en
el cuello dejándome paralizado y sin poder hacer nada me arrastró
hacia una puerta metalizada , la abrió y me metió dentro. Fue cuando
me di cuenta donde estaba, era una nevera como las que usan en las
carnicerías y restaurantes. A mi alrededor colgaban varios cuerpos
bocabajo , con garfios atravesados en sus tobillos pendiendo de una
barra de metal. Así que ese era mi final –pensé- mientras ella
comenzaba a clavarme aquel afilado garfio en mis tobillos comencé a
gritar de dolor y desesperación. Entonces era verdad , yo pensé que
solo había sido un cuento de aquel maldito Cadaveria, como se
llamaba “El Frigorífico Averiado” ¡¡esto no podía ser cierto!! , no,
todo esto tiene que ser mentira. Ella comenzó a subirme con ayuda de
una polea y cuando me tubo justo como quería , bocabajo diciéndome
un “buenas noches” con una navaja de barbero rápida como el rayo,
me rajó la yugular, para que muriera desangrado. Pero antes
nublándoseme la vista pude ver como todavía había sitio para uno
más, sonreí, al menos yo no sería el ultimo tonto. Las fuerzas
definitivamente me abandonaban y me fui sumergiendo en la negrura
de la muerte. Al menos , no todo había estado tan mal del todo ¿acaso
no había echado, el mejor polvo de mi vida?

Como seguramente os habréis dado cuenta yo sigo vivo, todo fue


una pesadilla o más bien un delicioso sueño, con el cual acabé
inundando la cama con mi esperma y sangre de mi miembro
descapullado , todo estaba ensangrentado, pero lo que de verdad me
aterró fue comprobar las heridas que tenía en el cuello , la columna y
en los tobillos. Estas heridas han tardado 13 años de mi vida en
cicatrizar. Pero hoy en día un nuevo deseo morboso es el que me
consume , me gusta hacerme daño he intento con ello emular ese
sueño que tuve hace tanto tiempo. Hoy he quedado con una chica que
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se parece a la chica de mi sueño, no sé como acabará esta historia ,
¿quién sabe? a lo mejor…

Bueno espero que les allá gustado, el escrito de Don Juan , que
conforme con los cambios en su escrito aquí les dejo como prueba
de su conformidad nuestras firmas :

José Cadaveria Don Juan (Lagares)

Y les dejo como comprobante el facsímil de parte del escrito original:

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LA VENGANZA DE UN EFEBO

Nunca pensé que el cruel acto, del asesinato pudiera por si solo,
provocarme tanto deleite.

Verán: Yo tenía por aquel entonces unos 17 años si mal, no recuerdo


, en esos tiempos las familias no eran tan permisivas como hoy en día
sucede, y la homosexualidad estaba muy mal vista. Si te tocaba ese
número en el sorteo de la vida, lo tenias amigo mío realmente mal,
por ello y otras razones que ahora no vienen al caso, mi padre sin
ninguna contemplación me hechó de casa, y de nada sirvieron las
lagrimas de mi madre, ni las suplicas de mis hermanas, ni se apiado
de mi llanto, ni de los días que llevaba si comer , al darme cuenta de
lo que yo significaba para mi casa…en fin esa fue una etapa de mi
vida , de la que es mejor, no hablar.

El caso es que, tuve que huir, y no solo de mi casa sino del pueblo, -
no me pareció decente quedarme a vivir en un pueblo, donde todos
sabían que me habían echado de la casa por marica-
Fui a la estación y tomé con el poco dinero que pudo darme mi
madre, el próximo tren a la ciudad.

Allí , me acomode, en una” pensión de mala muerte”en donde las


ratas, moscas y cucarachas hace tiempo que habían ganado la batalla
al hombre .Una vez instalado le conté a la casera mis problemas de
dinero, y le pregunté si conocía a alguien que ofreciera trabajo, la
buena mujer casi salta de alegría , <<mi hermano Ramón es ya muy
viejo , es carpintero y tiene una carpintería aquí al lado, ayer mismo,
me dijo que tenía demasiado trabajo, y le urgía un aprendiz
>>cuando me dijo esto, salí corriendo al taller de carpintería.
Cuando llegue a este el viejo se me quedó mirando de forma extraña.
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Le dije que su hermana me había dicho que necesitaba un aprendiz,
y le conté (¡torpe de mí!) que necesitaba trabajar, que estaba en las
ultimas, que sino me aceptaba, me vería obligado a mendigar por las
calles y pasar hambre, le dije que no se arrepentiría, que le ayudaría
en todo, haciéndole el trabajo mas llevadero. El viejo me sonrió con
una sonrisa, que me pareció compasiva.

-Pareces un chico sano y fuerte ¿Qué edad tienes?- me preguntó el


viejo carpintero.

- Acabo de cumplir 17, señor – le dije con apenas un susurro.

-¿tu no eres de aquí, verdad chico?-

- No señor, soy de xxx-.

- ¿Estas muy lejos de tu casa muchacho? ¿Cómo te llamas? ¿No te


habrás escapado?-

- Me llamo Ángel, señor y… no me escapado de casa.-.

-¿Te echaron?- Al preguntarme aquello me puse colorado, y agaché


la cabeza mirando al suelo, (como si el suelo tuviera algo importante,
que mostrarme,) la había cagado eso era lo único seguro, al
compórtame de aquella manera… seguro que ya el viejo sospechaba
algo.

- ¡vamos, vamos! , no pasa nada, si no quieres contármelo no me lo


cuentes, ¡toma esto! ve al ultramarinos y cómprate, un mono y unos
zapatos de trabajo, no quiero que se te estropeé esa ropa tan bonita

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que llevas puesta, empiezas a las 3:30 después de almorzar-.

Cuando me dijo esto me alegré mucho, corrí al ultramarinos y me


equipe para la jornada de la tarde. No es que fuera el trabajo de mi
vida pero… ¿Qué podía hacer?, mi plan en ese momento solo
consistía en sobrevivir, mas tarde con lo que pudiera ahorrar en
aquel “curro”, me pagaría una beca de estudios he ingresaría a la
universidad, estudiaría mucho y me convertiría, como me decía mi
madre en “un hombre de provecho” y cuando consiguiera mis
objetivos regresaría a casa, para golpearle a mi padre en la cara con
mis logros. Esos eran mis planes de futuro.

Pasaron unos días hasta que ocurrió lo inevitable, el viejo carpintero


descubrió mi secreto: Fue en un día de feria, conocí un joven
seminarista muy guapo estuvimos toda la noche bailando, riendo,
bebiendo, y hablando de temas intranscendentales de esos que
conlleva a la carcajada y lo que sucede en estos casos, nos dio por
practicar el 69, en el viejo taller de carpintería del cual yo poseía una
copia de las llaves.

Fue justo en ese preciso momento, cuando más concentrado


estábamos en la tarea que teníamos, precisamente entre las manos y
los labios en lo mejor de aquella mutua felación, entro el viejo
gritando como un energúmeno << ¡Maricas de mierda!, ¡Cerdos
degenerados! >> Y otras lindezas de igual o semejante calibre. Mi
seminarista asustado salto de la mesa de trabajo donde ambos
yacíamos, cogió sus cosas tan rápido como pudo y si hacer amago de
despido alguno, salió a la calle en pelotas con la precipitación de un
criminal sorprendido.
El viejo me miro y me lanzó una terrible y sardónica sonrisa, yo

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estaba terriblemente asustado, no sabia ni a donde mirar, -¡tierra
trágame!, ¡Dios si existes, mátam ¡- recuerdo que estúpidamente
pensé, ya era mi fin, el viejo me echaría y en breve el pequeño pueblo
sabría que era maricón, estaba todo acabado.

Pero… muy al contrario no paso nada el viejo cambió su sonrisa,


ahora su mirada era mas amable, se acercó a mi y me dio mis
pantalones y me dio un pequeño discurso, para que no temiera nada:
“mira chico me da igual lo que hagas con tu vida, pero en un futuro
seria mejor que fueras mas discreto y eligieras mejor los sitios donde
te vas a dar un revolcón, ¿me entiendes? sabes, la mesa de trabajo de
la carpintería de tu jefe, además de no ser demasiado cómoda para
echar un polvo, resulta algo peligrosa , a cualquier hora, ya sabes,
que yo podría aparecer para un arreglo o por que se me a olvidado
algo, soy muy despistado además debes de reconocer que unas luces
encendidas a las dos de la madrugada resulta de lo mas sospechoso
¿no te parece?, también he de decirte que aquí no se ven con buenos
ojos a los maricones , es un pueblo muy atrasado de gente sencilla y
religiosa, podría matarte a palos y luego decir que te mate porque
querías chuparme la polla, o que te diera por culo, todos se reirían y
su sentencia seria-que mas da,! un maricón menos en el mundo¡-
¿entendiste?” Cuando el viejo me contó aquello en un principio no lo
pude entender, debido a mi inocencia, pensé que lo que me había
contado lo hacia con buena fe, (que iba a saber yo de los lobos
disfrazados de corderos con lo niño qué era todavía).

Al principio después de dos o tres días me pareció que todo había


sido como una anécdota más, de las que contaría un día y de la que
asta me reiría. Cual lejos de la realidad el viejo no estaba dispuesto a
perdonar, cada día era peor no paraba de insultarme de la manera
más perversa y vil que un viejo ignorante como aquel pudiera

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concebir. Yo estaba desesperado no sabía que podía hacer, me decía a
mi mismo que todo pasaría, pero, no, el viejo se mostraba cada vez
mas cruel conmigo, asta el punto que empezó a abusar de mi bajo
amenazas de que lo contaría todo.

Con ello yo que siempre había sido un chico muy pacífico (casi
tonto) me hice cada vez mas violento y en respuestas de los continuos
abusos de aquel viejo lo que así yo, era defenderme patéticamente,
alzando amenazante mente el martillo de carpintero, la situación era
insostenible, cada vez el viejo se crecía mas, ante la poca defensa que
yo mostraba por mi parte pero, ¿que podía hacer?

Todo era inútil. Hasta que sucedió, ese día llegó demasiado lejos. Me
amenazó con echarme si no le chupaba la polla.- ¿podéis
imaginároslo? aquel cerdo hijo de mil putas me iba a correr si no se
la mamaba, me sentí furioso ¿Cuánto un hombre podía aguantar?
pero… necesitaba aquel jodido trabajo la cosa de curro estaba muy
mala y no quería verme tirado como un perro en la calle-.

No tenía más opción que aquella, así que me arrodillé ante él cual
cristiano ante la imagen de un santo. El asqueroso viejo se bajo los
pantalones junto a sus mugrientos calzoncillos. Casi vomito al verlo,
aquella pequeña polla flácida, negrusca sucia y apestosa. Comencé a
chapársela tragándome las nauseas y de paso mi joven orgullo, todo
ello mientras el viejo se moría de gusto, comencé a llorar ahogando
mi impotente odio por aquella carroña humana.
Y lo peor, no era aquel asqueroso momento sino el pensar, que se
había salido con la suya y que no sería la última vez, pues nuestra
voluntad es como un muro que una vez derribado es muy difícil, por
no decir imposible volver a levantar. Pensar en ello era insoportable,
creo que fue ese el motivo por el que me dio por apretar con furia los

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dientes, seccionándole la polla a mi jefe. Mis labios estaban
chorreantes de sangre, y el viejo no paraba de gritar de dolor, le
escupí a su cara gritona y roja como un tomate, el trazó de verga que
aun apretaban mis dientes, eso parece que lo desato y me llamo de
todo, decididamente aquel viejo era un grosero. Y es que aun con
media polla menos el jodido viejo no paraba con sus improperios
como <<¡¡Maricón de mierda, Cabrón!!>> Y otras lindezas por
aquel estilo. (Pues que otra cosa podía decir un viejo ignorante como
aquel).
Por otra parte visto con mis ojos, los ojos de un chico que a sufrido
los abusos de aquella sabandija que ahora mutilada, no paraba de
gritar y llorar, he de deciros que me pareció una imagen divina y sus
gritos de dolor la mas bella sinfonía. Y no se lo que fue, quizás las
ansias de venganza la idea de convertirme de victima a verdugo, de
hacerlo sufrir en nombre de todas las victimas de los malos tratos,
convertirlo en un chivo expiatorio y hacer que pagara por todos los
que son como él, y que tanto daño a hecho a este jodido mundo. Por
ello viendo al viejo a mi merced en esa estampa, de rodillas con los
pantalones caídos, y con sus manos tapando su sangrante entre
pierna no me pude contener.
-Pronto-le dije- dejaras de llorar, ¿no querías que te la chupara? ,
pues felicidades, jefe, le acaba de tocar el premio gordo, ¡le voy a
follar! no llore hombre se que lo esta deseando.-

Dicho esto y sin pensarlo dos veces cogí mi martillo de carpintero y


con toda la fuerza de mi juventud, le golpeé la calva cabeza, justo al
lado de la coronilla, antes de llegar al cogote. Le di con el lado
puntiagudo de dicho martillo, haciéndole un agujero casi redondo
del tamaño de una moneda de diez duros.
Miré la herida sanguinolenta con los restos del cráneo quebrados
hacia dentro. El viejo ya no gritaba solo era un monigote con

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ridículas convulsiones. Dejé un momento al viejo y fui por unas
tenazas que descansaban olvidadas en la mesa de trabajo. Volví al
viejo y con ayuda de la nueva herramienta con toda calma y
escrupulosamente empecé a arrancar y a retirar los trozos de hueso
quebrado además de agrandar regodear el sangrante boquete.
Haciendo aquello me puse muy cachondo, y mi polla respondió de
forma sorprendente, pues la idea que me rondaba ahora mi macabra
y perversa imaginación me había provocado una erección de
caballo.
Redondeada ya la herida chorreante y despejada la entrada de todo
objeto molesto. Me saque la polla de mi abultada bragueta, me la
sacudí un poco y comencé a introducirle veinte centímetros de carne
joven en el viejo cráneo moribundo. Estaba caliente y pringoso una
especie de papilla rosácea comenzó, a derramarse pringándome los
huevos, los muslos y el pubis.
A golpe de polla contemplaba como los ojos del viejo se ponían en
blanco he intentaban, salirse de sus orbitas, mientras la boca se abría
y cerraba a cada embestida, como haciendo un burdo intento por
lanzar un grito. Mientras el resto del cuerpo continuaba
convulsionándose patéticamente.
No paré hasta correrme dentro de su cráneo inundando, su cerebro
machacado, y hecho papilla a vergazos. En ese momento el viejo dejo
de moverse.
Me sentí terriblemente desilusionado, como un gato que cuando
comienza verdaderamente a divertirse con un pobre ratón descubre
tristemente que ya lo ha matado, y por tanto el juego ha terminado.

Después de aquello como después de todo buen polvo comencé a


liarme un porrito, para fumármelo en honor de aquel “jodido viejo”.
Y como dije en un principio y lo repito nunca creí que un acto tan

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cruel como el asesinato pudiera producirme tanto deleite, y si no lo
creen así ¿Por qué no lo prueban?

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Les dejo ahora
ahora con otra amiga , Noemí
Noem Victoria espero que os guste su
romántica
rom ntica carta :

TE SIENTO EN MI SANGRE

Anoche volví a soñar contigo, como cada día desde que nos conocimos hace
cuatro meses en Buenos Aires. Un son de tango y una milonga nos unen desde
aquella tarde en la que te encontré, saltando hacia mí como un loco despavorido,
sin preguntar, entraste en mi cabeza, sin volver a salir a pesar de que muchos
han sido mis intentos de eliminarte por completo. Pero no he podido, nos une
una sangre muy especial, esa sangre de viejo gaucho de La Pampa con una
sangre del sur de una bella Al-Ándalus.

No fui capaz de ver cómo entrabas en mi vida. Lo hiciste tan meticulosamente,


que sólo fui capaz de apreciar tu existencia pasadas un par de semanas. Tu amor
por mi muy fue atroz, nunca había sentido que alguien quisiera mi sangre y mi
alma, mi existencia inmune en este mundo...tan gloriosamente como lo haces tú.
Pero no puedo evitar, quererte quitar de mi cabeza. A pesar de que no tengo
nada en contra de tu pasión por mí, creo que ya ha pasado suficiente tiempo
desde que nos conocimos, y tu pasión me está dejando como una crápula en
medio de una noche oscura.

El tango triste de mi cruenta despedida sé que te hará llorar. Pero no sufras


amigo mío...te prometo que jamás olvidaré que estuviste en mi vida..y a pesar de
que no fue mi amor por ti, igual que el mío hacia ti, he de confesar que guardaré
hacia tu persona un gran recuerdo. Compartimos mates, cafés y alguna que otra
empanada en la capital bonaerense...pero tendrás que olvidarme. Una vez en
España...las cosas no deben de continuar.

Te resultaré fría...tal vez hasta algo pesimista..pero....

estoy hasta los cojones de ti PUÑETERO PIOJO!!!

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EL ECROFAGO

Oscurecido del todo, ¡ No te contaré la verdad! “mi


modus operantis”, no tiene nada que ver con los
monstruos de serie “B”.
Los besos de la muerte ya pudren mis labios, y el
delirio del gusano devora mi destino.
Medito entre, las lapidas de este cementerio perdido,
donde la luna, no se quiere ni posar.
Engendros del diablo que baten oscuras alas, a la luz
de mi cuchillo, espíritu de Sade que haces posesión
de mi cuerpo en el frenesí, de mi deleite, cuando me
hago con una víctima con la que puedo disfrutar, en el
silencio de la noche.
Solo mis mordiscos, y el crujido de huesos rompen
con el sacrosanto silencio.

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ABRAZADO, A LOS CANTOS DE MARDOROR

El comisario Fernández, llego como siempre a las siete de la mañana


a comisaria. Todavía mas dormido que despierto se dirigió a la
máquina de café como el zombi de todas la mañanas. Allí estaba
Felipe como siempre sumergido en sus estudios, para comisario,
igual que todas las mañanas tranquilas.
El viejo comisario lo miró lleno de orgullo casi paternal ,y no era
para menos el ahincó que ponía este chico en lo que hacía era de
admirar, y nó, definitivamente nó, se parecían en nada a los vagos de
sus hijos que solo servían, para vivir a su costa.
Sonriéndole le dijo:
- ¡eh, chico! Deja de una vez ,esos libros , que van acabar contigo –
Felipe levanto la mirada del “derecho civil” le devolvió la sonrisa y
siguiendo la broma le pregunto:
-¡Comisario! ¿ acaso ha visto a alguien morir leyendo un libro?- El
viejo comisario se a rascó la barbilla, como recordando algo que
sucedió hace mucho tiempo.
- Sabes es curioso pero si conozco , un caso hace mucho tiempo en mi
época de sargento. ¿no te suena el caso,” del joven abrazado al libro
negro”?-
El joven Felipe negó con la cabeza , cerro el libro de derecho civil y le
rogó a su mentor , que le contara aquel extraño caso. El comisario
carraspeo un poco, como dándose importancia (le encantaba, darse
importancia).
-Claro eres muy joven, es normal que no sepas nada sobre este caso.
Fue algo muy desagradable y la verdad que a muchos veteranos que
estuvieron presentes , no les entusiasma mucho habla de ello. Ni si
quiera a mí, pero … ¡qué demonios! en el fondo ya te he contado
mucho y seria una crueldad dejarte así.
Veras como dije antes eso pasó hace mucho tiempo hará unos 30 o
35 años ya. Por esa época yo era sargento todavía . Todo ocurrió un
23 de noviembre a eso de las 10 de noche nos llamo el guarda del
cementerio, denuncio que había un muchacho desnudo en el
cementerio sentado a los pies de un árbol. Fui con tres compañeros ,
esa noche había sido muy floja y casi vinieron más bien para
distraerse, que para trabajar. Ninguno creíamos que eso fuera posible
el guardia era un borracho y seguro que no era nada, ya había pasado
antes. Pero imagínate cuando llegamos a ese lugar y nada más salir
del coche el viejo guardia nos llevo corriendo hasta el árbol donde
estaba sentado el joven desnudo abrazado a un libro.

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Más tarde supimos que era “LOS CANTOS DE MARDOROR”.
El chico no debía tener más de 18 años, era muy blanco de piel ,sus
ojos ojerosos, tenían una expresión que ese momento no sabía si de
odio, o dolor (aun cuando cierro los ojos pudo ver esa mirada),
temblaba como una hoja. Estaba sentado en las retorcidas raíces de
aquel viejo árbol, en medio del cementerio. Murmuraba palabras,
frases incoherentes , que se trataban sin duda de fragmentos sueltos
de aquel libro negro, el cual apretaba fuertemente, contra su pecho.
Tenía aquel libro completamente pegado a su cuerpo, sus
músculos estaban agarrotados. Intentamos hacerle hablar. Sabíamos
su nombre por la etiqueta verde que llevaba , en aquella camisa celeste
de su uniforme, tirada en la tierra muy cerca del muchacho.
Se llamaba… Sebastián (es curioso como hay cosas que nunca se
olvidan).
Llamamos a una ambulancia, quizás… si hubieran llegado antes… no
sé todo fue tan rápido… pero en fin como te decía:
De Sebastián no obteníamos respuesta alguna , a pesar de la
insistencia de nuestras preguntas. En las proximidades los chicos,
encontraron, una navaja automática manchada de sangre. Esto nos
hiso pensar que aquel chico, había cometido algo espantoso.
Intentamos calmarlo, ya que no paraba de balbucear incoherencias ,
pero Sebastián no respondía a nada ni a nadie.
Sebastián permanecía absorto en su mundo, ajeno a todo lo demás.
Seguía con la vista perdida y los labios pronunciando quedamente, los
pasajes de aquel maldito libro.

Temblaba hacía mucho frio y las lagrimas corrían por su joven


rostro, nos parecío que la manta que le pusimos, momentos antes para
nada era suficiente. Teníamos que sacarlo de allí, tardaba mucho la
ambulancia.
Entre dos de nosotros intentamos levantarlo por las axilas, pero todo
intento era nulo, el se resistía como un poseso. Ni siquiera
lográbamos que levantara sus brazos , y dejara de abrazar al libro que
estaba como pegado a su cuerpo. Se resistía de una forma infernal,
incluso el muy… llego a morderme un dedo con tal fuerza que me,
pareció que me lo arrancaba , todavía tengo de recuerdo esta hermosa
cicatriz ¿ve?. Pero bueno la policía no es tan tonta , por prevención lo
amordazamos, y forcejeamos con él hasta que al fin lo levantamos,
pero al hacerlo dejo de sujetar el libro y se le cayó.
Fue entonces cuando comprendimos… Demasiado tarde lo
comprendimos. Un torrente de sangre brotó de su pecho con tanta
fuerza, como su joven corazón bombeaba, su desertora sangre.
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De inmediato se puso más, y más pálido, blanco como el papel, sus
ojos nos miraba asustados, con la boca abierta sintiendo como la vida
se le escapaba en un rojo e imparable torrente. Los chicos y yo
quedamos paralizados, sucedió todo tan rápido … el muchacho lanzo
un gemido y cayó fulminado en el charco formado de su propia
sangre.
Nos quedamos de piedra no podíamos creerlo, recogimos todas las
pruebas y mandamos al forense el cadáver de aquel pobre muchacho.
Lo más extraño de todo, es que a pesar de todas las pruebas relizadas,
nunca supimos a ciencia cierta si la herida había sido auto infringida o
por el contrario lo habían herido.
Este fue un el caso más extraño que he vivido tan de cerca, se hablo
incluso de brujería, de ritos satánicos, de ajustes de cuenta , el libro
ese dió muchos quebraderos de cabeza, a más de un lumbreras de
homicidios.
Pero contestando a tu pregunta no sé , si la lectura de un libro puede
matarte , pero, quizás el libro como objeto puede ser causa de tu
muerte.

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POEMAS E EL CEMETERIO

MUERTE BURLOA.

¡OH, corazón!

Que fría estas, tú cuerpo, sin vida

pues la sangre dejó de fluir,

y tu corazón ya se cansó de seguir.

¡Hay cariño mío!

Que blanca, tú linda piel

los pinceles de la muerte

obraron macabro milagro,

pues a mis enamorados, y locos ojos

mas bella y seductora pareces ser.

Pero…

¿Por qué me sonríes, bello cadáver?

¿Qué cosa divertida, te contaron allá,

en el otro lado?

La luz de la” inteligencia,”

resuelve cruelmente el misterio;

¡HAY! las malas bromas

que a menudo, nos provoca este dios

caprichoso cual niño.

Pues lo que yo jamás pude degustar

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pronto los gusanos lo saborearan.

¡Ríe, ríe querida mía!

Qué risa me da a mí,

Que envidio al gusano

Que devorara, tus labios.

Tan loco estoy; que por tan divina recompensa

Un gusano de sepulcro, quisiera yo ser

Y habitar en tus sagrados despojos

Saboreando por siempre tus restos,

Una y otra vez.

HASTA EL LODO

Hay un oscuro silencio en el lodo,


un terror que nos congoja a todos,
un lobo que acecha en las tinieblas,
entre los bosques de olmos que bostezan.

Hay un hastío voraz, que nos muerde


que nos aterra en un manto de soledad.
Hasta el sonido del trueno, nos hace temblar
pues nos recuerda ,nuestra mortalidad.

Mientras dios baila una danza demencial,


por encima de las nubes el tiempo ve pasar.
El camino te llama a izquierda o a derecha
tus pasos desean andar.

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LOS O ACIDOS

Una canción, quiero recitar

un poema , esbozar

se la cantaré , al bambino

al niño que duerme en su cuna,

mientras los fantasmas del mismo viento ,aúllan

en el sagrado cementerio.

Es allí donde el semen de los padres

se pudre en la humedad

de la tierra

Somos:

Productos de la violación

engendros del coito,

y hoy nos abrimos el pecho,

apuntando con las costillas,

amenazantes como espadas ,

a los ojos , de la vida.

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El ARBOL Y EL CADAVER

La noche era venturosa,

Olía a crimen y azufre

El árbol muerto, parece gritar

¡Grita! Por esa mano que le espanta

Ya putrefacta cual araña

Monstruosamente, deformada

Se alza bandera al homicidio

Que señala, con su dedo acusador

A todo posible espectador.

He aquí una revelación

Una bofetada dada

A nuestra ingenuidad,

A nuestra inocencia desmesurada,

mientras :

Las voces de los muertos

Nos producen terribles pensamientos:

¿Puede que seas tú quien yace,

Bajo estas raíces retorcidas?

¿Puede que sea yo, quien te halla

arrebatado la vida?
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LA SONRISA BAJO LA LLUVIA
Eduardo sonrió, al sentir como la lluvia empapaba su ropa y mojaba
su cuerpo. Su cabello largo y moreno caía sobre su blanca frente. Su
rostro miraba al cielo, tenía los brazos en cruz con las palmas hacia
arriba, como recogiendo aquellas refrescantes gotas.

¿Era posible, tanta felicidad?

Tanta dicha, en aquella noche de agosto bajo una inesperada tormenta.


Refrescante la noche, la acera mojada. Riachuelos por las calles y
Eduardo tan feliz en medio, de todo aquello.

Empezó a recordar de nuevo: Sus ojos verdes, hermosos, grandes y


frescos. . .sus labios rojos, calientes. . .sus manos suaves y tibias.
A Eduardo se le enredaba sus pensamientos, el sabor agradable aún lo
recordaba su boca.

El agua, la lluvia, limpia y refresca, pero eso cualquiera lo sabe.


Eduardo sentía como Dios lo lavaba, como se blanqueaba su ropa al
igual que su alma.

-Tomar y beber, pues esta es mi sangre. . .- Murmuraba Eduardo


muy quedo.
-¡¡Las manos arriba!!- Gritaban las voces, de las luces.

Eduardo sonreía y seguía murmurando su particular misa:

-Tomar y comer pues esta es mi carne. . .-

Eduardo miraba al suelo, ella aun lo miraba y le seguía sonriendo,


desde su sonrisa artificial.

- Las mujeres – pensaba Eduardo- siempre quieren ser más guapas y


por ello les excita el bisturí. Quieren grandes pechos, delgada cintura,
hermoso rostro, y gordos labios, pero, ¿Por qué no sonríen? Solo un
corte, donde se juntan los labios y ¡voilá! La sonrisa.

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Como ahora Elvira , que desde el suelo y bajo la lluvia aun le sonreía
gracias a esa herramienta mágica , culpable de la desnudez de Elvira,
y de que su corazón, antes prisionero de su pecho, sintiera el frescor
de las gotas de lluvia caer sobre él.
Aun latía, y su movimiento lo contemplaba el sonriente Eduardo.

-¡¡No sé, mueva!!- Clamaban la luces.

Eduardo ahora se inclinaba, se colocó en cima del cuerpo del Elvira


(que más le daba si de nuevo, se ensuciaba).

-Tomar y comer … pues este es mi cuerpo . . .- Seguía diciendo


Eduardo, mientras besaba con dulzura la frente, los ojos, y los labios
de Elvira. Bajaba por su cuello besando cada centímetro de piel,
llegando a sus pechos que acariciaba con tal arte, que a Elvira aún
moribunda, se le escapo cierto gemido de placer.

-¡¡Alto o disparo!!- Tronaban las luces.

¿Pero quiénes, eran las luces? Dios estaba contento, de ahí la lluvia
que lo limpiaba y la sonrisa artificial, con la que Elvira aprobaba su
proceder.
¿Cuántas veces Elvira le había ofrecido su corazón?

-Jesusito de mi vida
eres niño, como yo
por eso te quiero tanto
y te doy mi corazón:
Tómalo, tómalo tuyo es y mío no-

Cantaba Eduardo acariciando con sus labios, aquel latiente y caliente


corazón. Abrió la boca y pego sus labios en la punta, de aquel órgano,
justo donde se juntan los ventrículos. Y comenzó excitado, a chupar
y a lamer con lujuria, aquello, como si se tratara de un clítoris o un
miembro.

-¡¡Chupa esto, grandísimo hijo de puta!!! – Gritó una voz furiosa a


su espalda.

Se volvió Eduardo, una sombra no muy alta le obligo a meterse algo


frio y metálico en la boca. Debía de ser el diablo, Eduardo comenzó a
temblar, el mal lo miraba con ojos llenos de odio, eso le hiso llorar , el
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demonio se lo quería llevar , ya no tenía salvación comenzó a rezar , a
pedirle ayuda al buen Dios.

-¡¡CHICO!! ¡¡¡Alto o disparo!!!- Gritaron, aún mas desesperadas las


luces.

-¡¡¡MUERE HIJO DE PUTA!!!- Grito el demonio y al momento una


luz , un estruendo, un trueno y el demonio cayó fulminado en el
pavimento.

-¡Gracias Dios mío, gracias!- Lloraba Eduardo , aun sobre el cuerpo


agonizante de Elvira. Unos pasos se aproximaban , y alguien
colocándole sobre los hombros una manta, y apretándolo firmemente
pero con suavidad, le decía con cálida voz:
-Venga hombre, ya ha pasado ¡vamos!...
Y a Eduardo se lo llevaron las luces de colores.

****

Unos de los agentes se acercó al pequeño cuerpo tirado en medio de


aquella calle, bajo la lluvia encima de aquel charco rojo, de sangre y
agua.

-No lo puedo creer, ¡Dios! ¿Qué hemos hecho?, ¡Solo era, un niño!
Hemos matado a un niño, no debe de tener… más de 12 años.. .¿Por
qué? ¡Ese hijo de puta debía de morir!

-Ese “hijo de puta” es el hijo loco del alcalde. ¿Qué pretendía


agente? ¿Qué matáramos a Eduardo por violar y matar a una puta de
17 años? ¿Qué quería perder su trabajo, por una puta y su hermanito?
Ni una palabra ¿me entiende? Agente Benítez o me veré obligado a
tomar “medidas” ¿Entiende?- Le reprendió el comisario al joven
agente Benítez.

-Si …comisario- Contesto sumisamente Benítez.

-Vamos tenemos que deshacernos de los cuerpos, qué más da dos


niños mas desaparecidos. A ver cómo le arreglan, ha Eduardo la
cara, pobre loco desgraciado. Mira que cortarse los labios, parece, un
puto payaso.

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DESPEDIDA

Como una botella, con un mensaje tirado al mar,


arrojamos este libro a las corrientes de internet.

osotros no te conocemos, amigo lector pero


ustedes desde ahora nos conocen (al menos
nuestros nombres).

Esperamos queridos amigos que hayan


disfrutado de esta lectura, al menos casi tanto,
como nosotros hemos disfrutado, escribiendo.

De ustedes, solo nos quedamos, con la esperanza


de que alguno, nos aprecie tanto, como para
recordarnos ,he incluso guardarnos en un rincón
de sú biblioteca, o en alguna carpeta de
documentos.

Un abrazo y hasta siempre

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