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La misma escuela, a través de sus leyes y reglamentos legitima la estigmatización y la exclusión, favorece el clima intolerante que puede convertirse en acoso escolar. Por ejemplo, cuando se establece como requisito para la asistencia o presencia en las instalaciones escolares, que el estudiante tendrá que evitar los cortes de cabello o peinados y tintes “extravagantes”; lo mismo que usar cualquier tipo de tatuajes, aretes o pendientes en partes corporales distintas a lo “socialmente aceptado”. Obvio que un sistema pedagógico rígido y simplemente impositivo impedirá prácticas de convivencia conscientemente aceptadas y convenientes para todos.
La misma escuela, a través de sus leyes y reglamentos legitima la estigmatización y la exclusión, favorece el clima intolerante que puede convertirse en acoso escolar. Por ejemplo, cuando se establece como requisito para la asistencia o presencia en las instalaciones escolares, que el estudiante tendrá que evitar los cortes de cabello o peinados y tintes “extravagantes”; lo mismo que usar cualquier tipo de tatuajes, aretes o pendientes en partes corporales distintas a lo “socialmente aceptado”. Obvio que un sistema pedagógico rígido y simplemente impositivo impedirá prácticas de convivencia conscientemente aceptadas y convenientes para todos.
La misma escuela, a través de sus leyes y reglamentos legitima la estigmatización y la exclusión, favorece el clima intolerante que puede convertirse en acoso escolar. Por ejemplo, cuando se establece como requisito para la asistencia o presencia en las instalaciones escolares, que el estudiante tendrá que evitar los cortes de cabello o peinados y tintes “extravagantes”; lo mismo que usar cualquier tipo de tatuajes, aretes o pendientes en partes corporales distintas a lo “socialmente aceptado”. Obvio que un sistema pedagógico rígido y simplemente impositivo impedirá prácticas de convivencia conscientemente aceptadas y convenientes para todos.
La escuela es vista como vctima de situaciones que estn fuera de su control. La escuela se vuelve objeto de actos violentos. Miriam Abramovay. Violencia en las escuelas: un gran desafo. www.rieoei.org/rie38a03.htm
El tema est cada vez ms presente porque preocupa y nos duele a todos, porque sabemos que es apenas el sntoma de algo mucho ms profundo, repetitivo y grave. Cuando Miriam Abramovay se refiere a la escuela, no habla del edificio y de su equipamiento, si no de lo principal, de quienes conviven dentro de ella por varias horas al da, por muchos das de su vida: los nios y jvenes.
Le llamamos bullying o acoso escolar, pero tendemos a generalizar demasiado y el trmino pierde precisin y eso desvanece su significado y la posibilidad de estudiarlo. Nuestros vecinos del norte, con su predominio del lenguaje tcnico y desapasionado lo definen as: El acoso bullying es un comportamiento agresivo y no deseado entre nios en edad escolar que involucra un desequilibrio de poder real o percibido. El comportamiento se repite o tiende a repetirse con el tiempo. Tanto los nios que son acosados como los que acosan pueden padecer problemas graves y duraderos. Para que se lo considere acoso, el comportamiento debe ser agresivo e incluir: Un desequilibrio de poder: los nios que acosan usan su poder (como la fuerza fsica, el acceso a informacin desagradable o la popularidad) para controlar o daar a otros. El desequilibrio de poder puede cambiar con el transcurso del tiempo y en diferentes situaciones, incluso si se involucra a las mismas personas. Repeticin: los comportamientos acosadores suceden ms de una vez, o bien tienen el potencial de producirse ms de una vez. www.stopbullying.gov
Si bien la definicin norteamericana elude hablar del espacio escolar, cuando necesita especificar el cundo y el dnde se vuelve ms explcita: El acoso puede producirse durante el horario escolar o luego de ste. A pesar de que la mayora de las situaciones de acoso que se denunciaron suceden en el edificio escolar, un gran porcentaje tambin transcurre en lugares como el patio o el autobs. Tambin pueden producirse durante el viaje hacia o desde la escuela, en el barrio de los jvenes o bien en Internet. Por su parte, las investigaciones latinoamericanas se refieren con precisin al acoso escolar. La diferencia seguramente proviene de las diferencias sociales, mientras en nuestros pases latinos la escuela es, todava, percibida como un espacio propicio para la socializacin pacfica y con ciertos mrgenes de seguridad para quienes acuden a ellas; en los llamados Estados Unidos de Amrica son un espacio que reproduce, crudamente, la violencia que se vive en las calles y barrios. Por eso mismo, en las consideradas ms conflictivas, tienen como parte de su equipamiento arcos detectores de metales, seguridad privada en casi todas las reas de convivencia, cmaras de vigilancia permanente y un largo etctera que busca contener lo que fuera de ellas no se puede.
Pero en algo coinciden los dos intentos de definicin, en que uno de los componentes principales del acoso escolar es la desigualdad social. Y es que la escuela est sumergida en un contexto mucho ms amplio, que la rebasa e influye: En resumen, puede decirse que los factores externos (exgenos) se refieren a explicaciones de naturaleza socioeconmica. Entre ellos hay que mencionar la intensificacin de las exclusiones social, racial y de gnero, as como la falta de puntos de referencia entre los propios jvenes. Otros factores externos son el crecimiento de los grupos y de las pandillas, como tambin el trfico de drogas y el colapso de la estructura familiar. La falta o la prdida de espacios para la socializacin se presentan como factores adicionales. Adems de esos factores externos, en que la escuela puede intentar influir mostrando un rechazo explcito a la intolerancia y a favor de la inclusin; existen factores internos que suelen estar desalineados de los objetivos que se dice perseguir y Abramovay tambin los menciona: En trminos de las variables internas (endgenas), la literatura pone nfasis en factores como los sistemas de normas y de reglamentos, as como en los proyectos poltico-pedaggicos Esos factores comprenden tambin el colapso de los acuerdos relativos a la coexistencia interna, y tambin a la falta de respeto por parte de los profesores en relacin con los alumnos, y de estos con aquellos. Otros elementos citados son la baja calidad de la enseanza y la escasez de recursos. Tales variables forman parte de un conjunto de acciones, de dificultades y de tensiones vivenciadas en la rutina cotidiana de la escuela. Es decir, cuando la misma escuela, a travs de sus leyes y reglamentos legitima la estigmatizacin y la exclusin, favorece el clima intolerante que puede convertirse en acoso escolar. Por ejemplo, cuando se establece como requisito para la asistencia o presencia en las instalaciones escolares, que el estudiante tendr que evitar los cortes de cabello o peinados y tintes extravagantes; lo mismo que usar cualquier tipo de tatuajes, aretes o pendientes en partes corporales distintas a lo socialmente aceptado. Obvio que un sistema pedaggico rgido y simplemente impositivo impedir prcticas de convivencia conscientemente aceptadas y convenientes para todos.
De qu tamao es el problema? Difcil decirlo desde definiciones y formas de medicin caprichosas o, por lo menos, muy diferentes. Podemos tomar como referencia la Encuesta sobre violencia en el Distrito Federal porque sabemos cmo se realiz y la confiabilidad de sus datos, aunque sea del 2010: siete de cada 10 alumnos han sido agresores, vctimas o testigos del bullying, cuyas caractersticas son la intencionalidad, repeticin, desequilibrio de fuerzas, la existencia de una vctima, as como la generacin de un crculo de victimizacin, acompaado del silencio del agredido. Cifra muy alta porque considera tambin a los testigos y agrega el crculo de victimizacin y la incapacidad real de quien la sufre para denunciar.
Hay coincidencia, las escuelas estn dejando de ser los espacios seguros y libres de violencia que eran, a pesar de los casos ya existentes de acoso escolar; la convivencia de nuestros nios y jvenes est, cada vez ms, influenciada por las brutales desigualdades sociales y la disfuncionalidad de nuestro modelo tradicional de familia, sin pasar por alto los medios de comunicacin y redes sociales que tienden a promover modelos de comportamiento discriminadores, y como fondo, la violencia, corrupcin e impunidad que impiden la resolucin pacfica de los conflictos.