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Lo cierto es que los hombres tienen miedo de ser hombres, y prefieren no la bestialidad que

conmunmente se coloca como mrito entre los conocedores del espanto sino la ms ramplante
vida, la de los llamados leprosos de lo cotidiano, del bochorno, del aburrimiento victoriano de saln
cristiano verdaderamente cristiano, pomposo de collarn. Hierve el alma de los pcaros de odio, y
hacen bien, cuando se enfrentan a esta clase de mediocres. Los hombres que tienen miedo de ser
hombres, son la razn de humanidad de los hombres que se atreven a darle a la pelota en la calle, a
ensuciarse en el barro, y a comer usanos ms nunca estircol. !as, seamos sinceros, y
enncimonos de frente y sin retrica" Los hombres que viven por el amor y la aventura ms tierna
del alma en esta eneracin estn condenadas irremediablemente al fracaso. #$ no%.
La sonrisa de los &uuetes en una lenua de fbrica tailandesa
maquetamos tus zapatos destinados al precio ms alto
y el rendimiento ms laro
que el puto samsara oriental de
maestros zen lesbianos
que ense'an el &udo supersnico de la supervivencia amorosa.
(omos todos los chinos que traba&an da y noche, sin casa
y sin cerebro solo brazos y piernas mutiladas
y uno que otro quemado a lo bonzo
en tu marca
estipulada en la chaqueta.
)uero de vaca que mue en la noche ms
brillante
(omos los vndolos y te odiamos mientras aonizamos en la fbrica
*brica #qu es sino el mundo%
+ue una fbrica de superficie, de terreno aquilatado.
La risa de la &ovencita no es ms que la bulla que queda despus de todas las discotecas que
conoces.
La sonrisa....
He ah el amor. La eneracin
abortada de los traba&adores del silencio"
,l anarquismo ha muerto.
- si muere, mueres con l.
esclavo de tu propio fracaso amoroso.
-a no hacen las mu&eres como en los setentas,
ya no fabrican sbanas para acurrucarnos
y romper sus carteles del miedo
sus pancartas en marchas pro pro pro pros lo que sea.
(omos la sonrisa. s.
- t/ eres la muerte que me desarma
0ayamos entonces,
finalmente al mercado
y subastemos lo /ltimo que nos queda de dinero.
,l amour, la pasta bsica, los postes de piso que nunca paars.
y el /ltimo indio que no vendiste en tu cerebro malastado
1uen da, soy el fracaso.
2dieu, soy lo /nico que perdiste que vala la pena
detrs de todas las cortinas del universo.

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