Sie sind auf Seite 1von 13

LOS VICIOS DE LA EXPRESIÓN

Barbarismo

Barbarismo, según el Diccionario de la Real Academia Española


(RAE), es una incorrección que consiste en pronunciar o escribir mal
las palabras, o en emplear vocablos impropios.

También, y en el área de la lingüística es un extranjerismo no


incorporado totalmente al idioma. Se trata de un caso particular de
barbarismo en su primera acepción.

Los barbarismos pueden ser prosódicos, morfológicos y sintácticos,


según afecten a la prosodia, morfología o sintaxis.

Los barbarismos acaban a veces siendo aceptados ya que su uso se


generaliza por personas cultas e incluso por escritores de renombre;
v.g. «control», hoy aceptado y antiguamente barbarismo. Ejemplos de
barbarismo son: «narizón», que en realidad es «narigón», etc.

Listado de barbarismos más comunes

• aereopuerto por aeropuerto • humadera por humareda


• ambos dos por ambos • interperie por intemperie
• americano por • los 60's,los 70's,los 80's,
estadounidense los 90's por los 60, los 70,
• ampoa por ampolla los 80 y los 90,
• antecedentes previos, o respectivamente
peor aún antecedentes • línia por línea
posteriores, por • lluviendo, lluvió por
antecedentes lloviendo, llovió
• bayonesa por mayonesa • millar por millón
• custión por cuestión • pior por peor
• chocrut por chucrut • prerrequisito, pre-
• comisería por comisaría requisito o peor aún
• decimoprimero por prerequisito por requisito
undécimo • rampla por rampa
• decimosegundo por • rebundancia por
duodécimo redundancia
• delicuente por delincuente • refalarse por resbalarse
• dentrar por entrar • remarcar por destacar
• diabetis por diabetes • sindrome (pronunciado
• dijistes por dijiste [sindróme]) por síndrome
• dividible por divisible • suiter por suéter
• doldría por dolería • tamién por también
• extrictamente por • trompezarse por
estrictamente tropezarse
• escuendo, escuendes, • tuataje por tatuaje
escuende,escuenden por • madrasta por madrastra
escondo, escondes, esconde y • nadien, nadies, o peor
esconden aún naiden, por nadie
• estijera ó tireja por tijera • nieblina por neblina
• fustración por frustración • toballa o tualla por toalla
• haguemos por hagamos • trasvesti por travesti
• usteden ó astedes por
• haiga por haya ustedes

• vianesa por vienesa.

REDUNDANCIA:

La redundancia es tan común en la conversación cotidiana, que


expresiones como subir para arriba, bajar para abajo, entrar
para adentro o salir para afuera nos parecen perfectamente
normales. Podemos ser redundantes ocasionalmente para
enfatizar un punto ("perfectamente normales" en la oración
anterior), pero las palabras redundantes usualmente ocupan
espacio sin añadirle valor a la comunicación. Considera estos
ejemplos:

o En el bosque habitan dos especies diferentes de Zamia.


Diferentes es redundante porque dos especies no pueden
ser iguales. Correcto: En el bosque habitan dos especies
de Zamia.
o Hasta el presente se conocen las características físicas de
dos maderas nativas. Hasta el presente es redundante
porque no puede ser hasta el pasado ni hasta el futuro.
Correcto: Se conocen las características físicas de dos
maderas nativas.
o Los resultados son estadísticamente significativos.
Estadísticamente es redundante porque significativo
implica que se hizo un análisis estadístico. Correcto: Los
resultados son significativos.
o Los experimentos que se llevaron a cabo produjeron
estos resultados. Que se llevaron a cabo es redundante
porque sólo los experimentos que se hacen pueden
producir resultados. Correcto: Los experimentos
produjeron estos resultados.
o Los resultados obtenidos en las áreas estudiadas
demuestran que los hongos son más abundantes.
Obtenidos en las áreas estudiadas es redundante porque
no podemos considerar resultados que no hemos
obtenido y tampoco podemos obtenerlos en áreas no
estudiadas. Correcto: Los resultados demuestran que los
hongos son más abundantes.
o Cada mosca adulta ovipositó cien huevos. Adultas es
redundante porque sólo las moscas adultas ovipositan, y
ovipositó es redundante porque huevos es lo único que
puede ovipositarse. Correcto: Cada mosca depositó cien
huevos

Pleonasmo

En Lingüística el pleonasmo es una figura de construcción en la que


existe redundancia entre términos contiguos de un mismo enunciado.
Por ejemplo: lo vi con mis propios ojos, métete adentro, sal afuera.

En algunos casos el pleonasmo tiene valor expresivo y se utiliza como


recurso estilístico, como sucede en este romance tradicional:

Allí arriba en aquel cerro


hay un lindo naranjel
que lo cría un pobre ciego,
pobre ciego que no ve.

Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, el uso de un pleonasmo


denota poca habilidad lingüística para expresar una idea:

"Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible."

Cuando el pleonasmo se produce por reiteración de términos


sinónimos se denomina datismo.

El pleonasmo puede considerarse el fenómeno contrario al oxímoron:


en ambos casos, se añade una información que no resulta pertinente,
por ser idéntica a la ya dada (pleonasmo: subir arriba) o
contradictoria con ésta (oxímoron: subir abajo).

EL LAISMO

El laísmo es el uso de los pronombres personales "la" y "las" en


función de objeto indirecto en lugar de las formas estándar "le" y
"les" pues a "la" y "las" no les corresponde su uso como complemento
indirecto.

La lengua castellana mantiene la antigua declinación latina y uso de


los casos latinos en los pronombres personales y la evolución de la
lengua castellana tiende a la eliminación total de los casos latinos,
reflejo que tenemos en la tendencia a suprimir la diferencia de
funciones entre el complemento directo y complemento indirecto por
medio del género.

Esto se traduce en el uso de "la" y "las" en función de complemento


(objeto) indirecto; cuando el referente es femenino en vez de "le" y
"les".

Cuando un "laísta" dice: La pegué, un no "laísta" entiende que "la


cosa" referida fue pegada (con un adhesivo) y no "golpeada", que es
lo que el "laísta" quería decir.

El "le" indirecto es ambiguo; para quitar la ambigüedad utilizamos un


segundo pronombre con preposición: Dale un beso, a ella (a él).

La Real Academia de la Lengua Española condenó el laísmo en 1796.

Leísmo

El leísmo es la sustitución del pronombre personal lo/la por le en la


posición de complemento directo y en los verbos que
tradicionalmente rigen el caso acusativo (también llamados verbos
transitivos) en español:

Forma leísta
A mi hermano "le" ve el médico.
Forma estándar
A mi hermano "lo" ve el médico.

Leísmo y estándar lingüístico

El leísmo es un rasgo característico del dialecto castellano


septentrional y de algunas otras formas dialectales (español en las
sierras de Ecuador, Perú, Bolivia, etc.), a las que la Real Academia
Española considera actualmente vulgares, aunque esta falta, la
cometen de hecho gran número de hispanohablantes sin importar su
procedencia al dudar del uso del CD (Complemento Directo) o CI
(Complemento Indirecto) y muchas personas que aprenden español
como segunda lengua. El dictamen académico se ha morigerado
recientemente, y se considera aceptable la forma leísta
exclusivamente cuando el complemento directo de la acción es una
persona de sexo masculino. Por tanto, así le vi [a Juan] se tolera,
mientras que *le vi [a Inés] o *le vi [al buque] no. En el caso de ser el
complemento directo masculino y plural, referido a personas, la
Academia hace notar que aunque el uso de les "no carece de
ejemplos literarios", es "desaconsejable en el habla culta"; por tanto,
decir *les vi llegar (a ellos) es desaconsejable y, por supuesto, *les vi
llegar (a los buques) ya es incorrecto sin paliativos.1

La posición oficial de la Academia ha variado con las épocas; durante


el siglo XVIII la tendencia a la unificación de los casos era dominante,
y de hecho en 1796 la Real Academia dictaminó que el pronombre
átono debería usarse para el acusativo masculino con exclusión de lo.
No sería hasta 1854 en que la doctrina se revertiría; atendiendo a una
propuesta de Vicente Salvá, se reintrodujo la distinción entre el lo
usado para el acusativo y el le dativo. En una primera instancia se
reconoció simplemente la legitimidad de la distinción entre
pronombres y luego prescribiéndola explícitamente. Para fines de
siglo, el dictamen de 1796 se había invertido por completo, y el uso
de le se consideró incorrecto, aunque con la salvedad de aceptar el
leísmo para el pronombre masculino singular, diciendo que

...nunca o rarísima vez convendría el "le" acusativo a pronombre de


cosa.

El criterio para las rarísimas veces se explicitó poco y mal.


Posiblemente a causa de ello, la decisión académica alteró
paulatinamente el uso escrito en las regiones no distinguidoras, que
por fuerza fueron adecuándose a las normas de la RAE.

EL LOISMO

El loísmo consiste en la sustitución del pronombre personal "le" (que


representa generalmente al objeto indirecto) por "lo" (que se reserva,
en dialectos no loístas, para el objeto directo). La Real Academia
Española condenó el loísmo en 1874 y lo reconoce como un
vulgarismo.

A veces, cambia el significado de las frases: Cuando un "loísta" dice


"Lo pegué", quien no lo es entiende que "la cosa" referida fue pegada
(con un adhesivo) y no "golpeada" que es lo que el "loísta" quería
decir. Para saber si un complemento, antecedido por la preposición
"a", es indirecto se debe reemplazar por "para"; entonces, si el
sentido de la oración sigue siendo el mismo, el Complemento es
Indirecto. En un caso contrario, es Complemento Directo.

La lengua castellana mantiene la antigua declinación latina y uso de


los casos latinos en los pronombres personales y la evolución de la
lengua castellana tiende a la eliminación total de los casos latinos,
reflejo que tienen algunas personas en la tendencia a suprimir la
diferencia de funciones entre el complemento directo y complemento
indirecto por medio del género.

Esto se traduce en el uso de "lo" y "los" en función de complemento


(objeto) indirecto; cuando el referente es del género masculino en vez
de "le" y "les". Se produce por paralelismo con el laísmo: "la" y "las"
para el género femenino; "lo" y "los" para el género masculino. El
"loísmo" es un fenómeno paralelo al laísmo y al leísmo pero mucho
menos habitual, puesto que las entidades a las que según la norma
laísta/leísta refiere el pronombre "lo" raramente toman el papel
semántico habitualmente asignado al objeto indirecto. Un ejemplo
sería "a lo que dijiste "lo" pude haber dado más relevancia, pero no lo
hice".

El "le" indirecto es ambiguo; para quitar la ambigüedad se utiliza un


segundo pronombre con preposición: "Dale un beso, a ella (a él)".

“Queísmo
Se llama ‘queísmo’ al fenómeno consistente en la supresión indebida
de la preposición de cuando precede al que introductor de una
oración sustantiva. Los siguientes ejemplos, que tomamos de Gómez
Torrego (1993: 317), constituyen enunciados anómalos porque
contienen ‘queísmos’: «*Me alegro que hayas aprobado», «*No se dio
cuenta que lo perseguían», «*El profesor se enteró que yo no había
ido a clase». En todos los casos se ha omitido la preposición de ante
la oración sustantiva, cuando lo correcto hubiera sido incluirla: «Me
alegro de que hayas aprobado», «No se dio cuenta de que lo
perseguían», «El profesor se enteró de que yo no había ido a clase».”
[Alcaraz Varó, Enrique / Martínez Linares, María Antonia: Diccionario
de lingüística moderna. Barcelona: Editorial Ariel, 1997, p. 477]

"QUEÍSMO. Consiste en la supresión indebida de una preposición
(generalmente de) delante de la conjunción que, cuando la
preposición viene exigida por alguna palabra del enunciado.
1. No debe suprimirse la preposición en los casos siguientes:
a) Con verbos pronominales que se construyen con un complemento
de régimen: acordarse [DE algo], alegrarse [DE algo], arrepentirse
[DE algo], fijarse [EN algo], olvidarse [DE algo], preocuparse [DE o
POR algo], etc.: Me alegro DE QUE hayáis venido (no: *Me alegro
QUE hayáis venido); Me olvidé DE QUE tenía que llamarte (no: *Me
olvidé QUE tenía que llamarte); Te preocupaste DE o POR QUE no
pasáramos calamidades (no: *Te preocupaste QUE no pasáramos
calamidades); Se acordaba DE QUE en esa casa había vivido un
amigo suyo (no: *Se acordaba QUE en esa casa había vivido un
amigo suyo); Me fijé EN QUE tenía manchas en la cara (no: *Me fijé
QUE tenía manchas en la cara); No me acordé DE QUE era tu
cumpleaños (no: *No me acordé QUE era tu cumpleaños). Algunos
de estos verbos, cuando se usan en forma no pronominal, se
construyen sin preposición, pues, en ese caso, la oración
subordinada ejerce de sujeto o de complemento directo: Me alegró
QUE vinieras (no: *Me alegró DE QUE vinieras); Le preocupa QUE se
retrasen (no: * Le preocupa DE QUE se retrasen); Olvidé QUE tenía
que ir al dentista (no: *Olvidé DE QUE tenía que ir al dentista). (Los
pronombres me, le, etc. que aparecen en estas últimas oraciones no
son meros pronombres asociados al verbo, como ocurre en el caso
de los verbos pronominales, sino que ejercen la función de
complemento indirecto).
b) Con verbos no pronominales que se construyen con un
complemento de régimen: convencer [DE algo], insistir [EN algo],
tratar [DE algo] (en el sentido de ‘procurar[lo], intentar[lo]’), etc.: Lo
convencí DE QUE escribiera el artículo (no: *Lo convencí QUE
escribiera el artículo); Insistió EN QUE nos quedáramos a cenar (no:
*Insistió QUE nos quedáramos a cenar); Trato DE QUE estéis a gusto
(no: *Trato QUE estéis a gusto).
c) Con sustantivos que llevan complementos preposicionales: Iré
con la condición DE QUE vayáis a recogerme (no: *Iré con la
condición QUE vayáis a recogerme); Tengo ganas DE QUE llueva (no:
*Tengo ganas QUE llueva); Ardo en deseos DE QUE vengas a verme
(no: *Ardo en deseos QUE vengas a verme); El hecho DE QUE grites
no te da la razón (no: *El hecho QUE grites no te da la razón).
d) Con adjetivos que llevan complementos preposicionales: Estamos
seguros DE QUE acertaremos (no: *Estamos seguros QUE
acertaremos); Estoy convencido DE QUE llegarás lejos (no: *Estoy
convencido QUE llegarás lejos).
e) En las locuciones a pesar DE QUE (no: *a pesar QUE), a fin DE
QUE (no: *a fin QUE), a condición DE QUE (no: *a condición QUE).
f) En la construcción hasta el punto DE QUE (no: *hasta el punto
QUE).
g) En las locuciones verbales no caber duda [DE algo], no haber
duda [DE algo], caer en la cuenta [DE algo], darse cuenta [DE algo]:
No cabe duda DE QUE es un gran escritor (no: *No cabe duda QUE
es un gran escritor); No hay duda DE QUE es un gran escritor (no:
*No hay duda QUE es un gran escritor); Pronto cayó en la cuenta DE
QUE estaba solo (no: *Pronto cayó en la cuenta QUE estaba solo);
Nos dimos cuenta DE QUE era tarde (no: *Nos dimos cuenta QUE era
tarde). No deben confundirse las locuciones caer en la cuenta, darse
cuenta, que exigen de, con tener en cuenta, que no exige la
preposición: No tiene en cuenta QUE nos esforzamos (no: *No tiene
en cuenta DE QUE nos esforzamos).
2. Los verbos dudar, informar, advertir, avisar y cuidar presentan
dos regímenes en español, esto es, pueden construirse con
complemento directo (sin preposición) o con complemento de
régimen (con preposición): advertir [algo a alguien] y advertir [DE
algo a alguien]; avisar [algo a alguien] y avisar [DE algo a alguien];
cuidar [algo] y cuidar [DE algo]; dudar [algo] y dudar [DE algo];
informar [algo] (en América) e informar [DE algo] (en España). Por lo
tanto, con estos verbos, la presencia de la preposición de delante de
la conjunción subordinante que no es obligatoria  advertir, avisar,
cuidar, dudar, informar).
3. Un procedimiento que puede servir en muchos de estos casos
para determinar si debe emplearse la secuencia de «preposición +
que», o simplemente que, consiste en transformar el enunciado
dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la
preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si
la pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse esta en la
modalidad enunciativa: ¿DE qué se preocupa? (Se preocupa DE
que...); ¿Qué le preocupa? (Le preocupa que...); ¿DE qué está
seguro? (Está seguro DE que...); ¿Qué opina? (Opina que...); ¿EN qué
insistió el instructor? (Insistió EN que...); ¿Qué dudó o DE qué dudó
el testigo? (Dudó que... o dudó DE que...); ¿Qué informó [Am.] o DE
qué informó [Esp.] el comité? (Informó que... o informó DE que...).
4. Para las expresiones formadas por el verbo dar seguido de
algunos sustantivos abstractos que designan un sentimiento como
vergüenza, miedo, pena, rabia, etc.,  dar, 2.
5. Antes (de) que, después (de) que, con tal (de) que, 
antes, después, tal."

EL DEQUEISMO:

El dequeísmo es la utilización de la partícula "de" (preposición) junto


a la partícula "que" (conjunción) en proposiciones completivas o
subordinadas sustantivas de objeto directo. Ejemplos de esta
ultracorrección son:

• Me ha dicho de que vendrá mañana por la tarde (incorrecto) —


Me ha dicho que vendrá mañana por la tarde (correcto).
• Pensó de que la tierra era redonda (incorrecto) — Pensó que la
tierra era redonda (correcto).
• Opinaban de que las elecciones estaban amañadas (incorrecto)
— Opinaban que las elecciones estaban amañadas (correcto)

El dequeísmo suele ser una característica corriente entre los


hablantes bilingües de idioma catalán; en castellano es un anacoluto
que deriva del cruce de dos estructuras sintácticas, la de
complemento directo y la de complemento de régimen o, en la
terminología de Emilio Alarcos Llorach, suplemento:

• Pensó (de eso) que no era lo correcto = Pensó de que no era lo


correcto.

Mientras que el dequeísmo es siempre una ultracorrección, el


fenómeno contrario es una manera habitual (aunque errónea) de
hablar para una mayoría de hablantes: la supresión de un de en la
construcción de un complemento de régimen o suplemento
(antidequeísmo, queísmo). Por otra parte, algunos verbos vacilan en
su construcción con "que" o con "de que", en ocasiones con sutiles
diferencias de significado: "Le advierto que/le advierto de que".
¿Cómo saber si se debe utilizar la preposición de o no? Sustituyendo
la oración subordinada (desde el "que" en adelante) por un
pronombre como "algo" o un sustantivo "este suceso". Ej:

Le informo de que el plazo finalizará en 3 días -> Le informo de este


suceso, le informo de algo -> Se debe utilizar "de que"

Le comunico que el plazo finalizará en 3 días -> Le comunico este


suceso, le comunico algo -> No se debe utilizar "de", sólo el "que"

EL SOLECISMO:

EL SOLECISMO.

La palabra proviene del latín soloecismos, que se formó a partir del


griego soloikismós (falta a las reglas del idioma), palabra derivada de
soloikos (que habla en forma incorrecta). Soloikos tomó su nombre de
la colonia ateniense de Soloi, en Cilicia, donde se hablaba un griego
que en Atenas era considerado como ‘corrompido’, probablemente
debido a la presencia de numerosos metecos (habitantes de origen
extranjero, sin derecho a la ciudadanía).
Construcción anómala de la frase que llega a romper la
gramaticalidad normativa de la misma, por lo general por haber
cambiado el que pronuncia o escribe de idea a mitad de su desarrollo.
Caracteriza el estilo de los iletrados o faltos de instrucción, o el de
quienes quieren pasar por tales, como Santa Teresa de Jesús.
El solecismo consiste sólo en un mal uso del lenguaje, que hace
incurrir en impropiedad sintáctica o semántica, y de esa manera, para
atacar el castellano afrancesado de su tiempo,
Tomás de Iriarte hace reprochar a su castiza cotorra por su loro: “Vos
no sois que una purista”:
¿Y su padre de usted no tendré el gusto de verle antes de
marcharme? Jacinto Benavente, La farándula. Balones para niños de
goma (Anuncio en una tienda de juguetes).
Larra se burló en El café del apresuramiento de los periódicos, que
aún hoy incurren en estos defectos de mala gramática:Ç
Podía haber criticado al señor diarista el no pasar la vista por los
anuncios que le dan, para redactarlos de modo que no hagan reír,
como cuando nos dice que se venden “zapatos para muchachos
rusos” “pantalones para hombres lisos”, “escarpines de mujer de
cabra” y “elásticas de hombre de algodón”. Cuando anuncia que el
sombrerero Fulano de Tal, deseando acabar cuanto antes con su
corta existencia, se propone dar sus sombreros más baratos; que
“una señora viuda quisiera entrar en una casa en clase de doncella, y
que sabe todo lo perteneciente a este estado”

Entonces hay varios tipos de solecismo como por ejemplo:

Incorrecto Correcto

Estan medias tristes Estan medio tristes

Uno de ustedes faltaron Uno de ustedes falto

Ten presentes mis avisos Ten presente mis avisos

Se realizo gestiones Se realizaron gestiones

Hubieron bullas Hubo bullas

Tambien tenemos solecismo por el mal empleo u omision de las


preposiciones:

Incorrecto Correcto

Cafe en leche Cafe con leche

Consentir a los caprichos Consentir con los caprichos

Ocuparse de un negocio Ocuparse en un negocio

Llego entre eso de las cuatro Llego hacia las cuatro

Entro al salon Entro en el salon

Y los solecismos por construccion :

Incorrecto Correcto

Entonces fue que lo detuvieron Entonces fue cuando lo detuvieron

Es el mas mejor/peor Es el mejor/peor

Fue alli que lo vieron Fue alli donde lo vieron


La puerta color bronce La puerta de color de bronce

Pagare a diez meses plazo Pagare en el plazo de diez meses.

POBREZA LÉXICA

Uno de los defectos de estilo más frecuentes es el de repetir las


mismas palabras o expresiones, lo que hace suponerun caudal léxico
limitado del autor.

Palabras como “cosa”, “algo” “esto” “eso”.

Los verbos “ser” “estar”, “encontrarse” y “haber”


“tener”, “hacer”, “poner”, “decir”, “ver”, “producir”
siempre pueden sustituirse por otros más precisos.

Anfibología, también llamada disemia o polisemia, es el empleo


de frases o palabras con más de una interpretación.

Ejemplos:

• Mi padre fue al pueblo de José en su coche. ¿El coche de quién?


• Se vende mantón para señora de Manila. ¿Quién es de Manila?
• El cerdo del niño. ¿El niño es sucio o el cerdo es del niño?

Una anfibología puede sugerir más de una interpretación. Para


evitar esto, es necesario volver a escribir y acomodar las palabras de
manera que las ideas estén lo más claras posibles.

Otros Ejemplos:

• Se bajó del caballo sin que se diera cuenta. ¿Quién no se dio


cuenta?
• Filomena es una vaca. ¿Filomena es el nombre de una vaca o
una chica llamada Filomena parece una vaca?
• Vinieron las 90 familias de algunos de los invitados.
• Cuentos para niños de suspenso.
• Pedro me repetía que él no tomaba alcohol continuamente.

Ambigüedades positivas y negativas en Publicidad: Un famoso


champú anticaspa de Argentina tenía por eslogan “Para la caspa”.
Cuando se lo usaba en televisión, el locutor lo decía de tal modo que
todos se preguntaban si se refería al verbo parar o a la preposición.
Ese es un ejemplo de ambigüedad positiva. La doble interpretación
siempre tendría que remitir a algo bueno para el producto, sin que
quede lugar para las dudas.

El extremo opuesto, una ambigüedad negativa: “Televisores Mega.


Son lo que tú ves.” ¿Qué habrá querido decir el redactor con esta
frase? ¿Que son lo que se ve? ¿Que no son nada más que eso? ¿Que
son los televisores que ve todo el mundo? ¿Dónde los ven? ¿En sus
casas, en los avisos o en las vidrieras?.

El manejo de la ambigüedad es un arte complejo. Si se lo utiliza, es


preciso asegurarse de que la ambigüedad vaya en un solo sentido, se
la tome como se la tome. Si no, es aconsejable volver al seguro
terreno de lo directo y sencillo.

cacofonía.

(Del gr. κακοφωνία, de κακόφωνος, malsonante).

Disonancia que resulta de la inarmónica combinación de los


elementos acústicos de la palabra.

La cacofonía es el efecto sonoro desagradable producido por la


cercanía de sonidos o sílabas que poseen igual pronunciación. Se
emplea a veces como recurso literario.

Recurso literario [editar]

Y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo
(San Juan de la Cruz, Cántico Espiritual, siglo XVI)

Cacografía [editar]

(del griego kako, malo y graphé escritura)

Lala les da las lilas a la niña

Uso [editar]

Se concede el uso adecuado en la enseñanza del español a niños,


mediante "trabalenguas".
Ejemplo:

Erre con erre cigarro, erre con erre barril. rueda que te ruedan las
ruedas del ferrocaril.

Erre con erre guitarra, erre con erre carril. Rápido ruedan las ruedas
por rieles de hierro del ferrocarril.

¿Se te traba la lengua? ¿Se te lengua la traba?

Un trabalenguas es una oración o un texto breve en cualquier idioma


creado para que su articulación sea difícil al leerlo en voz alta.

Los trabalenguas, que también son llamados destrabalenguas, son


útiles para adquirir rapidez de habla, con precisión y sin equivocarse.

A la vez, sirven de juegos y entretenimientos para ver quién


pronuncia mejor y más rápidamente.

Es un juego de palabras que combina fonemas similares. Con


frecuencia se crean con aliteraciones y rimas con dos o tres
secuencias de sonidos.

Un trabalenguas es un ejercicio para adquirir pronunciación ágil y


expedita. Comiéncese a leer con mucha pausa, pronunciando cada
letra con toda corrección, y váyase luego aumentando gradualmente
la velocidad hasta tanto sea posible obtener articulación clara,
distinta, íntegra.

Das könnte Ihnen auch gefallen