su historia por cada enemigo derrotado otro cobraba fuerzas y amenazaba la supervivencia de los habitantes. Liberado el cielo de cndores hubo que enfrentar el crecimiento de las serpientes; el exterminio de las araas permiti multiplicarse y negrear las moscas; la victoria sobre las termitas entreg la ciudad al poder de la carcoma. Una por una las especies inconciliables con la ciudad tuvieron que sucumbir y se extinguieron. A fuerza de destrozar escamas y caparazones, de arrancar litros y plumas, los hombres dieron a Teodora la exclusiva imagen de ciudad humana que todava la distingue Pero antes, durante largos aos, no se supo si la victoria final no sera de la ltima especie que quedara para disputar a los hombres la posesin de la ciudad: los ratones. De cada generacin de roedores que los hombres conseguan exterminar, los pocos sobrevivientes daban a luz una progenie ms aguerrida, invulnerable a las trampas y refractaria a todo veneno. Al cabo de pocas semanas, los subterrneos de Teodora volvan a poblarse de hordas de ratas prolficas. Finalmente, en una postrera hecatombe, el ingenio mortfero y verstil de los hombres logr la victoria sobre las desbordantes actitudes vitales de los enemigos. La ciudad, gran cementerio del reino animal, volvi a cerrarse asptica sobre las ltimas carroas enterradas con las ltimas pulgas y los ltimos microbios El hombre haba restablecido finalmente el orden del mundo perturbado por l mismo: no exista ninguna otra especie viviente que volviera a ponerlo en peligro. En recuerdo de lo que haba sido la fauna, la biblioteca de Teodora custodiara en sus anaqueles los tomos de Buffon y de Linneo. As crean por lo menos los habitantes de Teodora, lejos de suponer que una fauna obligada se estaba despertando del letargo. Relegada durante largas eras a escondrijos apartados, desde que fuera desposeda del sistema por especies ahora extinguidas, la otra fauna volva a la luz desde los stanos de la biblioteca donde se conservan los incunables, daba saltos desde los capiteles y las canaletas, se instalaba a la cabecera de los durmientes. Las esfinges, los grifos, las quimeras, los dragones, los hircocervos, las arpas, las hidras, los unicornios, los basiliscos volvan a tomar posesin de su ciudad.