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Sobre el tema del Lavatorio (Ablucin) de las manos

Como un gesto de nuestro deseo de ofrecernos enteramente a Dios, los fieles


en un tiempo traan a la Santa Eucarista los frutos de su trabajo cotidiano y
los ofrecan a Dios.
El Panadero traa el pan, el agricultor los productos de la tierra, el minero su
carbn de las entraas de la tierra. Lo que es menester para el Sacrificio era
puesto a un lado sobre el altar, lo dems era distribuido entre los pobres o
usado para los gastos de la casa parroquial.
El sacerdote, despus de haber aceptado de las manos de los fieles todos
estos dones, se encontraba en la necesidad de limpiar de sus manos la tierra
buena y el polvo.
Entonces, lo que una vez era una necesidad prctica se ha quedado en la
Misa como un gesto simblico. Lavamos las manos como un gesto exterior
que expresa un deseo interior de que nuestra alma est sin mancha alguna.
Mientras tanto, el sacerdote pueda rezar del salmo 25: Yo Lavar mis manos
en la inocencia.
He aqu una Antigua Oracin de Ablucin de las manos del Sacerdote segn
el Ordinario de la Misa Romana:
Lavar mis manos entre los inocentes, y estar cerca de tu altar, Seor.
Para escuchar el cntico de alabanza y publicar tus maravillas. Seor, he
amado la hermosura de tu casa, y el lugar donde reside tu gloria. No dejes,
Dios mo, que se pierda mi alma con los mpios, ni mi vida con los hombres
sanguinarios. En cuyas manos estn las iniquidades, cuya diestra est
cargada de sobornos. Pero yo procedo segn mi inocencia: Lbrame y ten
misericordia de m. Mi pie ha permanecido firme en el camino recto; yo te
bendecir, Seor, en las reuniones de los fieles, Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amn.

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