Sie sind auf Seite 1von 411

TEORIA DE LA CONSTITUCION

ENRIQUE QUIROZ ACOSTA


PROFESOR POR OPOSICION DE DERECHO CONSTITUCIONAL I Y TEORIA DE LA CONSTITUCION DE
LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM. PROFESOR DE TEORIA GENERAL DEL ESTADO,
PROFESOR DE INTRODUCCION AL ESTUDIO DEL DERECHO DE LA MISMA FACULTAD. SECRETARIO
GENERAL DEL COLEGIO DE PROFESIONES DE TEORIA DEL ESTADO DE LA FACULTAD DE DERECHO
DE LA UNAM. PRESIDENTE DE LA ACADEMIA DE DERECHO PÚBLICO DE LA SOCIEDAD MEXICANA
DE GEOGRAFIA Y ESTADISTICA. SECRETARIO DEL ESTERIOR DE LA LEGION DE HONOR NACIONAL
DE MEXICO

TEORIA DE LA
CONSTITUCION
PORTICO

LUIS MALDONADO VENEGAS

Cuarta edición

corregida y adicionada

EDITORIAL PORRUA

AV. REPUBLICA ARGENTINA 15

MEXICO, 2010
Primera edición 1999

Copyright 2010 por:

ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Calle Cerro del Vigilante No 209,

Col Romero de Terreros, del Coyoacan,

C.P 04310

Esta edición y sus características son propiedad de EDITORIAL PORRUA SA de CV 8

Av. República de Argentina 15 altos col Centro,

06020 México, DF

www.porrua.com

Queda hecho el deposito que marca la ley

Derechos reservados

ISBN 970-07-5389-I

IMPRESO EN MEXICO

PRINTED IN MEXICO
A mis padres Francisco Quiroz Acuña

y Teresita de la Luz Acosta de Quiroz

con mi agradecimiento y cariño

A Maricarmen

con inconmensurable amor

A Luis Enrique y María José

con elevado amor paternal


PORTICO

LUIS MALDONADO VENEGAS*

Desde sus orígenes, el constitucionalismo mexicano ha sintetizado la dimensión


de nuestras luchas históricas y de nuestro proyecto como nación libre y soberana.

El Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado


por el Congreso

De Apatzingàn en 1814, representa la primera aproximación de las bases o


principios constitucionales en los que debería sustentarse el nuevo orden jurídico
inspirado en los siguientes principios:

“El Congreso mexicano, deseoso de llenar las heroicas miras de la nación,


elevadas nada menos que al sublime objeto de sustraerse para siempre de la
dominación extranjera, y sustituir el despotismo de la monarquía española un
sistema de administración que reintegrando a la nación misma en el goce de sus
augustos imprescriptibles derechos, la conduzca a la gloria de la independencia y
afiance sólidamente la prosperidad de los ciudadanos, decreta la siguiente forma
de gobierno, sancionando ante todas las cosas los principios tan sencillos como
luminosos en que puede solamente cimentarse una constitución justa y
saludable…”

Si bien estos conceptos precursores no adquirieron la categoría de norma


positiva, en el pensamiento de José María Morelos, Andrés Quintana Roo , Carlos
María de Bustamante e Ignacio López Rayón, entre otros se expresa ya esta
doble filiación: la histórica la prospectiva, que han sido refrendados
subsecuentemente en los textos constitucionales que han regido a México
durante distintas épocas, contextos y circunstancias.

En efecto, nuestro país, ha inspirado a la definición de una estructura


constitucional que condense activamente su identidad histórica y su vocación de
futuro. Así en la Constitución General de la República vigente, es posible percibir
el sentimiento de las causas que han motivado el afán de recrearnos como
nación; ahí se reconoce el sustento originario de la soberanía nacional y la
legitimidad de sus mandatos; el ejercicio de las libertades individuales y de las
garantías sociales; el valor de nuestras instituciones republicas democráticas y
representativas; la pertinencia de nuestro sistema federal y la convicción de que
solo perdurará y prosperará lo que se construye sobre el cimiento de la justicia.
Este es el valor evolutivo de nuestro sistema jurídico y, por ende, el valor
progresivo que ha caracterizado a México a través de sus constituciones, porque
el derecho se expresa en la ley, pero esta debe trascender con justicia y
certidumbre, al nivel efectivo de su aplicación, al orden social, que a su vez se
retroalimenta y enriquece con nuevas posibilidades y desafíos.

Cuando se olvida que la sociedad es el origen y el destino de la ley y se prefiere el


formalismo al fondo de la justicia; cuando se privilegia el procedimiento con
desprecio de la verdad intrínseca de la causa; cuando se interpreta la letra de la
ley y se vicia su espíritu; cuando se elude el mandato de la norma, imponiendo el
soborno al recto dictado de los ordenamientos jurídicos, la ley pierde eficacia,
autoridad y debilita su función rectora de la vida social.

Con ello, la inobservancia social de la norma invalida a la ley, al hacerla


inoperante, pero también la aplicación arbitraria intermitente o inequitativa de ésta
destruye su credibilidad.

Consecuentemente, el afán por la justicia debe infundir en el derecho una función


prospectiva , pues si la ley no mantiene vigencia, anticipándose o acompasando la
evolución de la sociedad, si no se adelanta, proyectándose hacia el futuro y
catalizando acciones entonces se petrifica, se convierte en obstáculo que ahoga
las iniciativas, contradice a la realidad y limita el horizonte de progreso; en tanto,
la seguridad jurídica ha de conferirle certidumbre, permanencia y estabilidad,
fijando limites al poder del Estado, mediante el control de ejercicio y definiéndose
el alcance de los derechos sus medios de protección y de defensa.

Las normas constitucionales que han dado rumbo y cohesión, estructura y


definición a nuestro Estado de Derecho, se han se han ajustado siempre a los
desafíos en cada momento van forjando la constancia de la nación.

A los constituyentes de 1824 les correspondió fundar las bases de un Estado


federal libre y soberano; al movimiento liberal de 1857, consolidar las estructuras
republicanas y proclamar las libertades individuales. A los promotores e ideólogos
de la carta fundamental de 1917 proclamar los derechos sociales.

Esas normas e instituciones jurídicas han sido en su momento reconocidas y


acreditadas como instrumentos idóneos para impulsar y promover el cambio
histórico, confiriéndole sustento y continuidad. Esta es la capacidad de adaptación
de la ley, que corresponde a la ley de adaptación, que también es la ley de la vida
y es también la vida de la ley.

El dilema que se ante pone al Estado, a la sociedad y al Derecho, estriba


precisamente en resolver qué debe cambiar para asegurar la permanencia de sus
fines sustantivos y qué debe permanecer para dar viabilidad y consistencia al
cambio.

Ahora bien, en un contexto mundial de mayor interdependencia y competitividad,


frente a procesos acelerados de integración regional y globalización y ante un
orden interno que ha exigido dinamizar nuestra economía, consolidar nuestra
democracia y colmar los anhelos de justicia social, han ocurrido, en los últimos
años, intensos y profundos cambios que buscan actualizar las estructuras del
Estado mexicano, con objeto de responder a estas nuevas realidades.

Tanto en el marco constitucional, como en las leyes que de ella emanan, se han
construido reformas sustanciales, destacando aquellas que solo confieren amplia
garantía a nuestro sistema de competencia electoral, a una efectiva división de
poderes que promueven una mejor impartición de justicia y un papel más activo
de los órganos legislativos. Asimismo, se han promovido reformas que fortalecen
nuestro sistema federal, así como una más efectiva protección de los derechos
humanos.

Por ello es especialmente oportuno y conveniente la publicación de la obra del


licenciado Enrique Quiroz Acosta, en la que, más allá de un compendio
escrupuloso de antecedentes , corrientes doctrinales y fundamentos teóricos del
derecho constitucional, nos aporta una visión actualizada, bajo el enfoque
renovado y renovador que solo una jurista de fin de siglo, podría formular acerca
del nuevo encuadre constitucional.

Esta visión del autor se ve nutrida por una gran experiencia práctica como
profesional del derecho que es; por su desempeño académico, por su talento
demostrado en el ámbito docente, y sus destacadas incursiones en la
Administración Pública (tanto en el Poder Ejecutivo, como en el Poder Judicial),
fiel intérprete de la Constitución General de la República, que habrá de
trascender del segundo al tercer milenio.

El Licenciado Quiroz Acosta, nos ofrece un ejemplo de entrega absoluta a su


vocación de estudio e investigación en su obra Lecciones de Derecho
Constitucional 1, que profundiza en el legado de los juristas y constituyentes, así
como en las generaciones de mexicanos anónimos, que comprometieron su
convicción en la consecución de los textos que hoy rigen por mandato supremo al
destino de México.

Mayor desafío el que emprende el joven y distinguido abogado, al proponerse


producir los complejos e intrincados caminos de la doctrina constitucional al
lenguaje asequible y dúctil del estudiante de derecho, con una concepción
integral, ya que incorpora una visión retrospectiva, que mira hacia aquel derecho
del que surgió el vigente, por evolución o por revolución y con una visión presente,
que acerca al conocimiento pertinente, y una visión futura, que se apoya en los
ideales de un renovado orden jurídico para un México mejor.

Merced a la generosidad y sencillez del autor, tengo el privilegio, de dedicarle


estas reflexiones como pórtico de su obra; cumplo agradecido con esta honrosa
encomienda, no sin antes ratificar al lector que en ella encontrará reflejado el
aprecio, el respeto y la dedicación que él ha consagrado sin reservas al estudio
del derecho constitucional, a sus valores perdurables, y a las instituciones que de
este han emanado y que son el cimiento del México contemporáneo.

Febrero de 1999.
PORTICO DE LA SEGUNDA EDICION

En esta segunda edición Enrique Quiroz deja constancia de que México es un país
cuya preeminencia en el plano mundial se encuentra igualmente determinada por
circunstancias cambiantes, pero dispuesto a seguir en este camino a través de la
modernidad jurídica y democrática. Como destacado estudioso del Derecho, el
autor da a esta nueva edición un matiz de eminente modernidad y a la vez, de
fuertes cargas de valor histórico, en donde enlaza elementos de nuestro pasado
reciente con los últimos acontecimientos electorales de nuestro país, los cuales,
serán objeto obligado de estudio.

Primeramente, trata de manera muy concreta la supremacía constitucional sobre


los tratados internacionales, de acuerdo con la Convención de Viena y el principio
de la tesis monista o nacionalista, en la que, como se debe recordar, el principio
de inviolabilidad constitucional no extraña la “insustituibilidad” de la misma. La
inviolabilidad de la Constitución, tal como lo menciona el maestro Burgoa
Orihuela, denota un concepto estrecho vinculado a los del Poder Constituyente,
supremacía, fundamentalidad y legitimidad de este ordenamiento jurídico-político.

Es por ello que refiere atinadamente que la validez de una ley constitucional
prevalecerá respecto de un tratado internacional, cuando la ley general de que se
trate desarrolla el sentido de la Constitución porque así lo ordena expresamente
el texto constitucional y no lo hará cuando no exista el mandato específico dentro
del cuerpo de nuestra Carta Magna para que exista una ley que lo desarrolle.

Durante los últimos 150 años, los estudiosos de los procesos democráticos han
supuesto que la igualdad social y económica conducían de manera natural hacia
la igualdad política; que las instituciones y las conductas democráticas florecen
con mayor facilidad en las sociedades que son igualitarias en otros aspectos
también.

Sin embargo, al analizar las nuevas democracias de finales del siglo XX y


principios del siglo XXI, estas posiciones son difícilmente sostenibles ante una
realidad sumamente dinámica y cambiante. Y los resultados electorales del 2 de
julio de 2000, son el ejemplo mexicano de ello, por lo que fue necesario agregar
algunas nociones históricas de las nuevas circunstancias políticas que envuelven
a nuestro país. Tomó como base el origen y destino de cada uno de los institutos y
actores políticos y de manera clara define su desarrollo a lo largo del tiempo hasta
hoy. Los nuevos tiempos de la política mexicana.
Igualmente así como la modernidad cambió las formas de hacer política en los
partidos, también intervino en los sistemas electorales, los cuales la última década
sufrieron profundos cambios y redefinieron su nueva relación con el gobierno, con
los partidos y con la sociedad. Si en alguna forma el órgano encargado de
nuestras elecciones en nuestro país requirió de la centralización política, de hoy,
está obligado a responder a las necesidades de una sociedad dinámica que
demanda mayor información y transparencia en los procesos electorales.

Es por ellos que las nuevas anotaciones a esta segunda edición de Lecciones de
Derecho Constitucional Primer Curso, aportan de manera oportuna elementos de
trascendencia y actualidad en la vida de nuestro país. Al igual que en la primera
edición, auguro que esta obra será de referencia obligada para los estudiosos de
nuestros principios constitucionales, ya que profundiza en aspectos doctrinales y
fundamentos teóricos del derecho positivo mexicano.

LUIS MALDONADO VENEGAS

Presidente de la Legación de Honor Nacional de México y de la Academia


Metropolitana.
PORTICO A LA TERCERA EDICION

LUIS MALDONADO VENEGAS

Durante los últimos años incluyendo, desde luego, cuando vieron la luz primera y
segunda ediciones de esta obra, la dinámica del país en la actividad pública en
ámbitos relacionados con el derecho constitucional ha sido vasta e interesante.
Vivimos un México con instituciones y mecanismos de participación cada vez más
dinámicos y con una evidente necesidad de adecuar las formas de convivencia y
de actuación de los protagonistas de la vida nacional, y en un lugar preponderante
la participación de la ciudadanía. Las decisiones de Estado deben ser y son ahora
el resultado de una serie de circunstancias y razonamientos basados en una
sociedad plural, altamente participativa demandante.

En el seno del Congreso de la Unión es muy claro observar, en cada una de sus
cámaras, el reflejo de las grandes preocupaciones y de los grandes problemas
nacionales, pero también de las posturas y estrategias de solución. Las fuerzas
políticas nacionales participan en la configuración de las grandes políticas públicas
con base y sustento en el derecho constitucional en vigor. Desde luego que
siempre es una necesidad de los actores políticos de la vida nacional el
comprender y saber aplicar nuestro derecho constitucional, pero hoy más que
nunca es indispensable entenderlo y aplicarlo debido precisamente a la necesidad
de incursionar en instituciones y mecanismos que antes eran inutilizados o bien
simplemente intrascendentes en la realidad política nacional.

Por cierto, a propósito de la configuración actual de nuestro Congreso, no dejamos


de comentar por su especial importancia los resultados de las elecciones que
tuvieron verificativo durante el año 2003, las que amén de los que muestran la
integración de las fuerzas políticas nacionales del Congreso de la Unión, también
nos otorgan una imagen de la configuración política del país en el ámbito nacional;
siendo por ello indispensable la búsqueda de los consensos en la Cámara de
Diputados para la toma de decisiones parlamentarias, dado que ninguna fuerza
política por si misma estaría e aptitud de tener la posibilidad de decidir. Pero
además es interesante observar que, en rigor, en la realidad mexicana y en un
análisis integral ya no existen partidos con peso curul ario que pueda válidamente
calificarse necesariamente de “Partido Chico”, dado que amén de la evidente
calidad de muchos de sus integrantes y por lo tanto de su peso moral y político,
precisamente estos partidos pueden ser la diferencia en la toma de decisiones,
máxime que necesariamente los integrantes de diversos Partidos Políticos con
mayor números de escaños varían en mayor o menor medida en su punto de
vista respecto a la toma de decisión de temas trascendentes para la vida nacional.

Por lo anterior afirmamos que la sociedad misma ante el acontecer político del
país requiere de mayor conocimiento no sólo en las situaciones políticas si no de
los instrumentos políticos y jurídicos que son básicos en cada uno de los temas
de discusión. Debido a ello, el derecho constitucional implica políticas y técnicas
necesarias para todo aquel interesado en la vida pública con una visión de mayor
rigor.

Por lo que se refiere a los estudiantes y a los estudiosos del Derecho


Constitucional, es menester que cuenten con obras jurídicas actualizadas dada la
propia dinámica de la materia y del acontecer nacional. De ahí la gran valía de
que el profesor Enrique Quiroz Acosta proceda a presentar ante la sociedad
mexicana y particularmente a laos estudiantes de Derecho, la 3 ra edición de su
obra ahora intitulada Teoría de la constitución. Con ello los estudiantes respectivos
cuentan con un instrumento actualizado que permite el estudio de la manera más
eficiente en la materia. También destaca de que a casi dos años de que vio la luz
la segunda edición de dicha obra, ésta haya tenido una aceptación tan amplia que
se encuentra prácticamente agotada y sea por ello indispensable la tercera
edición, lo cual muestra la evidente aceptación de la obra y la necesidad de que
en las diversas materias se cuenten con obras que cumplan en importante medida
con los planes y programas de estudio de las universidades donde se imparte la
materia.

En virtud de que resulta evidente el merito de la presente publicación, sólo nos


restaría agregar que el autor se preocupo por esta tercera edición en hacer
algunas precisiones respecto de la segunda. Amén de las actualizaciones
correspondientes.

Finalmente debemos mencionar que estamos ciertos de que seguirá siendo la


prologada , una obra importante para todo aquel que desee conocer la estructura y
funcionamiento constitucional el estado, y entender el origen motivos y
racionalidad histórica de las diferentes instituciones constitucionales, sin que
dejemos de lado la importante aportación que implica que el autor nos obsequie
también una serie de alusiones respecto de regímenes constitucionales de otras
latitudes, que enriquecen el conocimiento de los estudiantes y estudiosos del
derecho mexicano.
PROLOGO DE LA SEGUNDA EDICION.

El cambio es signo de los tiempos. Cuando vio la luz la primera edición de esta
obra en 1999 nuestra nación y sus protagonistas se preparaban para las
elecciones del 2000. También en 1999 la Suprema Corte de Justicia de la Nación
emitió una selección que emitió una resolución que formo jurisprudencia en
materia del lugar que ocupa los tratados internacionales en la jerarquía normativa.

En el 2000 por primera vez en la historia desde la existencia del PRI, resulta
ganador en la contienda electoral presidencial un miembro de entonces oposición.

Estos acontecimientos en si mismo serian suficientes para explicar la necesidad


de actualizar la obra, y por lo tanto motivo de segunda edición.

En efecto, las Lecciones de Derecho Constitucional Primer Curso que nos ocupa
tienen por objeto proporcionar al alumno que cursa por primera vez la materia, la
información básica que le permita penetrar en los diversos aspectos de la doctrina,
teoría, historia y normatividad constitucional, teniendo como base el programa de
la materia Derecho Constitucional I. Refirámonos pues a los aspectos dignos de
revisión 1999 al 2001, que impactan en el desarrollo de las clases y la obra.

Una de las unidades de mayor importancia – si fuese correcto hacer este tipo de
afirmaciones- es la siete, dedicada a la “Supremacía Constitucional”.

En el desarrollo de las clases les explicamos a los alumnos que se trata de un


tema que tiene fuerte y evidente vinculación con todo el sistema jurídico en su
conjunto y que además se requiere de una asimilación muy adecuada para evitar
confusiones.

Además, el tema tiene aspectos “espinosos” y altamente discutidos por los


especialistas y los propios aplicadores de las normas.

Este fue el caso de la resolución del 11 de mayo de 1999 del Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. Se trata de una controversia que impacta en
materia de la jerarquía normativa y la ubicación en la misma de las Leyes
Constitucionales y los Tratados Internacionales, en el marco de nuestro Régimen
Constitucional Federal respecto al caso concreto de la aplicación y validez del
artículo 68 de la Ley Federal de Trabajadores del Servicio del Estado.
La resolución que forma jurisprudencia se relaciona directamente con la Suprema
Constitucional porque alude a un tratado internacional, y su ligar en el sistema
jurídico mexicano.

Un aspecto llama particularmente nuestra atención en el tema y en la


circunstancia de que en el desarrollo de la tesis se alude a la teoría que nosotros
compartimos en el sentido de que en nuestro régimen legal existen leyes
constitucionales y al igual que los tratados internacionales integran en la
Constitución, la ley suprema de la unión al desarrollar el sentido de la propia
Constitución o actualizar determinados asuntos en estricto respecto de la misma.

Se trata de una postura interesante, útil e inteligente, pero a pesar de su mención


en los considerandos, de la resolución, la propia resolución no se define respecto
a si es de aceptarse o no dicha tesis. Empero, queda muy claro el lugar y el papel
de los tratados internacionales por debajo y subordinados a nuestra Constitución.

Como resultado de la revisión a dicha unidad también nos encontramos con


postura que resultan de interés para la materia, el curso y la resolución practica de
situaciones jurídicas.

Es el caso de la opinión del ciudadano licenciado Humberto Suárez Camacho,


Juez de distrito en materia administrativa del juzgado 10 en el Distrito Federal,
quien alude inteligentemente a la teoría que compartimos en cuanto a la teoría de
leyes constitucionales, pero su señoría no se conforma con la enunciación de la
tesis, sino que el escudriñar en ella y aludir a las posibles formulas de resolución
de contradicciones entre las leyes constitucionales y que merece una mención
concreta en la obra.

Por lo que se refiere a la unidad 12 dirigida a las formas de gobierno y


particularmente los sistemas de representación política, era indispensable
consignar hechos y resultados de la elección presidencial de 2000 y algunos otros
datos relacionados.

También era menester consignar y actualizar algunos elementos del Partido de la


Revolución Democrática, otros del Partido Acción Nacional y el Partido
Revolucionario Institucional.

En los trazos ideológicos y los personajes también consideramos importante


formular algunos comentarios y precisiones que nos dibujan en algunos aspectos
al México de nuestros días del constitucionalismo actuante.
Los ojos de diversos especialistas en Derecho Constitucional y Politología en
general están sobre México debido a los cambios que enfrentan nuestra vida
política. Pareciera que nuestros métodos, modelos y formas de actuar deben
actualizarse deben adaptare a nuestra realidad. Arduo y delicado trabajo para los
protagonistas de primer orden de nuestra vida pública. Pero también los
académicos en nuestra respectiva trinchera y con los instrumentos y
responsabilidades que nos corresponden debemos luchar para poner al tanto a
nuestros alumnos y a quienes se introducen en nuestra materia, de los aspectos
que deben conocer para estar al dia en la mayor medida posible.

Tan solo para mencionar un aspecto de nuestra materia en sentido amplio que es
motivo de revisión por los autores clásicos, permítaseme destacar que Giovanni
Sartori en su visita a México durante el mes de noviembre de 2001 anuncio que
añadió un postfacio dedicado analizar expresamente la transición de México en su
“Ingeniaría constitucional comparada”. Siguiendo al periodista y analista Ignacio
Rodríguez Reyna, nos permitimos rescatar la propuesta de Sartori, contenida en la
nueva edición del libro de referencia del admirado profesor emérito de Filosofía de
la Universidad de Florencia y de la Universidad Columbia en Nueva York. La
propuesta parte de las siguientes premisas:

1. Luego de la caída del PRI, y casi de la noche de la noche a la mañana, el


“hiperpresidente” que gozaba de poderes de facto por encima de la
Constitución fue sustituido por “hipopresidente”, con la debilidad estructural
frente al Congreso.

2. El sistema electoral mexicano esta premiando la fragmentación al posibilitar


que partidos minoritarios se constituyan como los que determinan hacia
donde se inclina la balanza. Aún más, les da un poder de chantaje
inadmisible. Eso hace que el sistema no funcione adecuadamente y se
distorsionen los valores democráticos.

3. Ningún Congreso puede funcionar con eficiencia si los diputados y


senadores son personas que básicamente están buscando un trabajo
temporal y tienen tres o seis años para encontrar otra anta la incapacidad
de reelegirse.

Por ello, Sartori propone cuatro grandes reformas que en México causarán sin
duda polémica: adoptar nuevamente la Constitución de 1917, para eliminar todas
las inconsistencias y distorsiones; reformar el sistema electoral, creando una
segunda vuelta y cerrándole el paso a los partidos “bonsai”; permitir la reelección
de los diputados, y limitar, pero también reforzar, los poderes de la Presidencia,
dándole al Ejecutivo el poder de veto sobre el Congreso.

Por nuestra parte, en otro trabajo “El presidencialismo en transición”, fijamos


nuestra postura y propusimos la necesidad de ubicar acuerdos concretos entre los
poderes Legislativo y Ejecutivo, entre otros aspectos.

Si bien, la alusión de Satori es más propia para el segundo curso de nuestra


materia, nos ayuda a corroborar lo dinámico de la misma y la necesidad de
actualización para que cumpla sus objetivos.

Debemos esforzarnos en la medida que nos sea posible para que nuestros
alumnos y lectores en general cuenten con información directa sencilla y los más
actualizada posible. En este esfuerzo en la ciencia jurídica, debo mencionar el
papel tan destacado que realizan afortunadamente diversa instituciones como son
los casos del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional
Autónoma de México a cuyo frente se encuentra el doctor Diego Valadés y de la
Facultad de Derecho de la propia Universidad dirigida por el doctor Fernando
Serrano Migallón. Me consta, por mis actividades académicas y profesionales, de
la categoría y sensibilidad de ambas autoridades universitarias.

En el mismo sentido no puedo dejar de mencionar la encomiable labor que


realizan los profesores de derecho Constitucional por permanecer actualizados y
contar con los instrumentos adecuados para sus alumnos, particularmente enfatizo
respecto de los profesores de nuestra materia en la Facultad de Derecho, de
muchos de los cuales he observado criterio, conocimiento y estimulo, lo cual hizo
posible la segunda edición.

Nuevamente enfatizo que ojalá que este humilde trabajo, que contó como siempre
con la comprensión y apoyo de mis hijos Luis Enrique y María José, sea para bien
de los alumnos respectivos, la Universidad y el país que tanto amamos.

EL AUTOR
PROLOGO A LA CUARTA EDICION

El estudio del derecho constitucional es fundamental en el Estado contemporáneo.


Rige el poder institucionalizado, lo distribuye, le pone límites y a la vez encauza a
las autoridades, todo ello, en función de los valores individuales y colectivos de la
sociedad.

El Derecho Constitucional es el deber ser político de una nación, implica las


aspiraciones de libertad e igualdad de todo ser humano en su entorno.

La Teoría de la Constitución implica el estudio de los diversos temas y doctrinas


que sustentan, explican, inspiran e impulsan los principios y reglas de la ley
fundamental.

La Teoría de la Constitución también es historia, porque el derecho político no


nace de generación espontanea ni es el resultado de especulaciones absurdas ni
mucho menos ocurrencias sin explicación o intención política. El régimen
constitucional es producto y explicación de la historia porque es el resultado de
fenómeno e ideas políticas que se elevan a rango jurídico.

Toda amén de doctrina, historia y técnica constitucional también es derecho


positivo constitucional porque todo estudio académico es esta materia, es para
entender y servirá la realidad actuante del mundo político.

La cuarta edición de la obra Teoría de Constitución del profesor Enrique Quiroz


Acosta nos permite revisar los temas tratados en las anteriores ediciones,
incorporando los aspectos ocurridos en los últimos cuatro años y que inciden
precisamente en tópicos ya examinados, se trata pues de una actualización tanto
de acontecimientos políticos vistos desde el estudio constitucional como los
criterios interpretativos.

En efecto, dos aspectos destacados con incorporados en esta edición, los


resultados electorales federales del 2009 y la resolución del mismo año de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en materia de jerarquía del as normas.

En cuanto al resultado de las elecciones, se hace una descripción del “mapa” de


la actual integración de la Cámara de Diputados en función a cada partido
político.

La configuración e integración actual de las cámaras que componen el Congreso


de la Unión ponen en una posición difícil e interesante al Presidente de la
República. Entre otros aspectos, el profesor Quiroz nos invita a reflexionar en
cuanto a que, en la actual legislatura, por si mismo, Acción Nacional no podría
lograr que el veto del presidente de la República sea efectivo, tan solo por citar
algunos de los aspectos del sistema presidencial en vigor y el entorno institucional.
Una conclusión interesante es en el sentido de que en esta ocasión, con la
conformación de la Cámara de Diputados, como resultado de la elección federal
del 5 de julio del 2009, se pone a prueba no solo la capacidad de convocatoria y
negociación del presidente de la república sino la funcionalidad del sistema de
gobierno mexicano.

El profesor Quiroz Acosta, siguiendo el análisis de los investigadores Cristian Uriel


García Reyes y Guadalupe Valdez Castro, muestra una serie de resultantes, en
cuanto a las fuerzas políticas y los procesos legislativos en virtud de la elección
federal del 2009. Entre otros aspectos, se plasma la conclusión en el sentido que
“…resultará indispensable colocar sobre la mesa de discusión la construcción de
esquemas que permitan al Ejecutivo Federal hacer prosperar sus iniciativas en el
Legislativo. Se trata pues, de un cambio de ingeniería constitucional que propicia
la expansión de los márgenes de gobernabilidad sin trastocar los niveles de
pluralidad existentes, producto de la transición de México a la democracia”.

Por lo que hace la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación


120/2002 del 1 de febrero del 2009, en materia de jerarquía de las normas,
resulta muy interesante para todo estudioso de la ciencia jurídica, dado que
impacta en todo modelo jurídico.

Aquí, es importante hacer una precisión: la postura y tesis que ha sostenido el


profesor Quiroz Acosta desde hace mas de una década, es decir en la primera
edición de esta obra, se ubica en el criterio del 2009 de nuestro máximo tribunal.

Lo anterior se explica en el tenor de que en materia de la supremacía


constitucional el tema referente a la ubicación de los tratados y de las leyes que
son competencia del Congreso de la Unión fue explicado desde 1999 por Enrique
Quiroz con una visión integral y, si bien es cierto que, se basa en el orden de las
ideas de Mario de la Cueva y Jorge Carpizo, el autor completa la teoría y la lleva a
conclusiones más concretas y explícitas.

Ahora, la Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver que existen leyes


generales—que impactan a tres esferas; federación, estados y municipios—y que
desarrollan por mandato constitucional a la propia norma constitucional, distingue
entre estas leyes y las federales, además, se debe tener presente que la
Constitución, dichas leyes generales y los tratados internacionales, firmados por
el presidente y ratificados por el senado son la “Ley Suprema de la Unión”, es
decir, por encima de las leyes federales y locales, se ubican las leyes generales y
los tratados internacionales. En efecto, nuestro máximo órgano jurisdiccional
resolvió el asunto en la misma línea del pensamiento que propuso nuestro autor
una década antes.

Pero aún mas, nuestro autor con pleno reconocimiento de lo “espinoso “del tema,
nos refiere que dicha resolución fue votada 6 a favor y 5 en contra. Destaca el
profesor Quiroz el voto particular de la ministra Margarita Beatriz Luna Ramos.
Hace un reconocimiento a tan brillante exposición y refiere algunos aspectos de la
postura de tan destacada jurista.

Sirvan esta líneas para esbozar algunos aspectos interesantes del contenido que
agrega Enrique Quiroz en esta nueva edición, la cual estamos ciertos, tendrá
extraordinaria acogida como las tres anteriores.

Mi reconocimiento al jurista Enrique Quiroz Acosta por este avance y aportación


al estudio de la Teoría de la Constitución.

SENADOR LUIS MALDONADO VENEGAS

Presidente de la Academia Nacional de Historia.


NOTA DEL AUTOR A LA TERCERA EDICION

Es muy grato para quienes participamos en la vida académica universitaria estar


en posibilidad no solo de presentar a los interesados en general y particularmente
a los estudiantes de derecho, instrumentos de estudio que permitan tener una
visión actualizada en la mayor medida posibles de aquellas lecciones
fundamentales en la impartición de los cursos en las universidades de nuestro
país.

En el caso del primer curso de Derecho Constitucional, el que ahora suscribe ha


tenido la oportunidad y la fortuna de presentar ahora su tercera edición, revisada y
actualizada a la luz del nuevo plan de Estudios de la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional Autónoma de México. En el caso del segundo curso de
Derecho Constitucional hace casi dos años se publicó la primera edición de la
obra y se trabaja en la segunda edición de la misma.

Con gusto y satisfacción se nos informó formalmente qué la segunda edición de la


obra titulada primer curso de derecho constitucional se ha agotado y que por lo
tanto es menester proceder a publicar la tercera edición. Ahora pues, nos
permitimos presentar la tercera edición de primer curso de nuestras “L lecciones
de derecho constitucional “ , obra que ahora se intitula Teoría de la constitución
con motivo de la inserción en los contenidos del nuevo plan de estudios de la
Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. El nuevo
plan de estudios de aprobado por el Consejo Técnico de la facultad de Derecho el
4 de abril del 2004 y por el Consejo Universitario el 7 de julio del 2004 prevé en su
diseño que el primer curso de derecho constitucional se trasforme en Teoría de la
Constitución, lo que nos parece apropiado ya que dicha denominación es más
adecuada a los contenidos de el curso que se ha venido impartiendo en la Faculta
de Derecho bajo el anterior plan de estudios.

L a adecuación significativa quizá lo es el que la materia de Teoría de la


Constitución se imparte ahora en el segundo semestre en lugar del tercer
semestre en el que impartía su antecesor primer curso de derecho constitucional.

La nueva edición es resultado de una revisión del texto de la segunda edición para
mejorar en alguna medida aspectos de redacción y de contenido , pero además , y
quizá se debe destacar con igual o más importancia, que se actualizaron ciertos
puntos , como resultado de la dinámica constitucional de nuestro país y de la
evolución de las ideas políticas y de la doctrina constitucional de nuestro país y de
la evolución de las ideas políticas y de la doctrina constitucional, en el marco de la
referida actualización del nuevo Plan de Estudios de la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
Ojala que la presente edición cuente con el apoyo y el respaldo de los profesores
de la materia y los alumnos respectivos y que con ello contribuya en alguna
medida a la formación profesional de los estudiantes de derecho de las diferentes
universidades de nuestro país, y que el autor siga contando con los muy valiosos
puntos de vista que ha recibido de muy brillantes especialistas y público en
general que han manifestado su interés y preocupación en los temas de que
ocupase la obra.

Para finalizar, nuevamente deseo agradecer también a todos aquellos que


apoyaron las labores de propias de esta tercera edición particularmente en la
revisión de los textos, compilación de documentación, ordenación de diferentes
documentos, así como la trascripción de diferentes segmentos, especialmente
deseo expresar mi agradecimiento profesional y personal a Sara Salazar Sotelo,
Eduardo Noriega Hurtado, Sergio Rivera Sánchez, María Guadalupe Vargas León,
Silvana Yáñez Kraulles, dada su dedicación, disciplina, solidaridad, que implico
parte importante de su tiempo personal y de esparcimiento.

También deseo enfatizar mi agradecimiento a mis hijos Luis Enrique y María José
Quiroz González, desde luego por el tiempo que en merma del que ellos ocupó su
padre para los trabajos propios de esta obra, pero sobre todo por su cariño,
solidaridad, aliento cotidiano y la más agradable de las compañías y estimulo;
ojala que este esfuerzo de todos nosotros sea para el bien de los estudiantes, los
estudiosos de la materia, pero sobre todo, en alguna medida, en apoyo a la
sociedad mexicana.

EL AUTOR
NOTA A LA CUARTA EDICION

Diversos acontecimientos que han tenido verificativo en los últimos años han
impactad en diversos tópicos que se tratan en la presente obra motivo por el cual
fue necesario actualizarla.

Uno de los temas torales de la presente obra y de cualquier teoría de la


constitución se refiere a la supremacía constitucional y, en general, a la jerarquía
de las normas. En este tema, tuvo verificativo una resolución trascendental del
pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la 120/2002 del 01 de febrero
de 2009.

En dicha resolución se aborda lo relativo a la existencia de leyes generales que


desarrollan el sentido de la constitución y que son distintas leyes federales. En
particular, se formula el análisis que ubica a la constitución, a las leyes que de ella
emanan (leyes generales) y a los tratados internacionales, que firma el presidente
de la República y ratifica el Senado,--siempre que estén acordes con la propia
Constitución---, con el carácter de Ley Suprema de la Unión.

Por nuestra parte, desde la primera edición de esta obra en 1999 ya señalábamos,
siguiendo el orden de ideas de Mario Cueva y Jorge Carpizo, que en nuestra
opinión, en efecto, las leyes federales y leyes locales se encuentran por debajo de
la denominada Ley Suprema de la Unión y formulamos una explicación en la
unida 7 que incluye elementos para dilucidar y resolver la posible contradicción
entre leyes constitucionales y tratados internacionales.la resolución citada de
nuestro máximo tribunal corrobora nuestro punto de vista y nos da luces para
resolver una diversidad de cuestiones prácticas.

Un aspecto muy importante que hemos sostenido por más de una década, cuyo
criterio se fortalece con dicha tesis en el sentido de que cuando la propia
constitución señala expresamente que en una determinada materia una ley deberá
establecer el ámbito de participación de la federación, los estados y los
municipios, dicha ley general se encuentra por encima de las leyes federales y
estatales.

Pero un elemento importante que nosotros agregamos es en el tenor de que estas


leyes generales, cuya existencia obedece a un mandato expreso de la
constitución, deben prevalecer respecto de los tratados internacionales, en caso
de conflicto.
Lo señalado con antelación no contraviene la teoría general de distribución de
competencias que rige nuestro orden constitucional.

En efecto, la regla de distribución de competencias de nuestro régimen federal


siempre hemos señalado que es la siguiente: lo que no esté expresamente
conferido por la constitución a la federación o a los municipios y que no se
encuentra prohibido para los estados será materia de éstos, amén de las
facultades concurrentes, coincidentes, coexistentes y de auxilio.

En virtud precisamente de que la resolución de la corte antes aludida se refiere, a


un tema ampliamente abordado en la unidad 7, en la presente edición se alude a
ella. Pero también se menciona el voto particular que emitió la Ministra Margarita
Luna Ramos, dado que sus razonamiento son dignos de toda consideración, y aun
cuando el autor de la presente obra no comparte todos sus aspectos, si considera
que es digna de destacar, incluso diversas conclusiones sirven para resolver
conflictos en la materia. Singularmente, desde este momento destaco la
coincidencia en el sentido de que el primer criterio para dilucidar una controversia
de control de constitucionalidad es aquél que nos indica que debe prevalecer el
mandato que mejor y más claramente se apegue a la Constitución, en nuestra
opinión cuando se trate de un conflicto entre una ley general y un tratado
internacional. Además, el intérprete debe tratar de encontrar la
complementariedad entre la ley general y el tratado internacional, antes que ubicar
la contrariedad, salvo que la contradicción resulte clara y evidente.

También en esta cuarta edición se alude, en lo que refiere al sistema de


representación política, al resultado de la elecciones federales del 2009, toda vez
que tienen un impacto directo en el funcionamiento de las instituciones públicas y
en lo que se refiere a las eventuales reformas constitucionales y la aprobación de
las leyes en el Congreso de la Unión.

Por lo que hace a las reformas constitucionales, tema que se aborda en la unidad
8, nuestro texto constitucional no establece en forma expresa algún procedimiento
de control respecto de aquellas reformas a la constitución que pudieran vulnerar
los principios y valores establecidos en la propia Carta Magna, pero estamos
ciertos debido a las múltiples reflexiones en el ámbito académico y político que
han traído consigo la reforma electoral del 2007, que próximamente habrá de tener
lugar un pronunciamiento de nuestro máximo tribunal en cuanto a la eventual
posibilidad de que se anule aquella reforma constitucional que, en efecto, vulnere
los principios o valores de la propia Ley Suprema. Por lo tanto, se han presentado
ante el Poder Judicial de la Federación diversas acciones sobre el particular, y una
vez que tenga verificativo un pronunciamiento de fondo de nuestro máximo
tribunal se hará referencia y los comentarios respectivos, por lo pronto, hasta la
presente edición simplemente nos apegamos al programa de la materia “Teoría de
la Constitución”, que se imparte en la Facultad de Derecho de UNAM, por lo que
corresponde a la unidad 8, dentro de la cual entre otras cuestiones simplemente
se mencionan las principales tesis que, por otra parte, sostienen que toda reforma
a la Constitución tienen límites y, por la otra, las corrientes que sostienen la
reformabilidad ilimitada de la Constitución. Amén de una aparente tesis intermedia.

No podemos dejar de mencionar que resulta por lo menos inquietante que no haya
una redacción expresa en nuestro texto constitucional que indique que si es el
caso , cuáles son los limites que tiene el denominado, por algunos autores, poder
reformador o poder constituyente permanente.

La experiencia en el Derecho Constitucional comparado nos invita a pensar en la


necesidad de que se establezca expresamente en nuestro texto constitucional
cuáles serían los principios o, incluso, temas para su modificación para que tenga
verificativo un referéndum, como ocurre en otras naciones. Entre tanto, existe una
carga muy importante en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la cual tarde
o temprano deberá de pronunciarse, ya bajo el ambiente político y cultural del siglo
XXI.

El autor no puede dejar de mencionar que diversas de las reflexiones que se


incluyen en esta nueva edición son el resultado en alguna medida de platicas y
liberaciones con algunos juristas y elevados profesionales, dentro de los cuales se
debe destacar a Esteban Moctezuma Barragán, Jorge Carpizo, Luis María Aguilar
Morales, Eduardo Andrade Sánchez, Fabián Aguinaco, José de Jesús Orozco
Henríquez, Pedro Ojeda Paullada, Fernando Solís Cámara, Armando Soto Flores,
Guadalupe Margarita Ortiz Blanco y José Luis Martínez Sánchez.

Finalmente, deseo destacar la participación y apoyo incondicional que siempre


tuve en la elaboración de la presente edición y los trabajos previos y laterales de
los extraordinarios profesionales José Israel Heres Becerril y Josefina Vázquez
Carreón.

Asimismo, en el plano personal deseo expresar mi infinito y cariñoso


agradecimiento a Maricarmen Arias Osoyo, Luis Enrique Quiroz, María José
Quiroz y Emilio Lugo Arias. Son parte importante del tiempo y la inspiración del
autor.
INTRODUCCION

El conocimiento del Derecho Constitucional es importante para la vida cívica y sin


duda fundamental para conocer la institucionalización política de la sociedad.

Todo profesional dedicado a la vida pública, desde sus diversos ángulos,


requiere, en mayor o menor medida, del conocimiento del Derecho Constitucional.
Pero además, desde una perspectiva más amplia, todo individuo que se aprecie
de ser digno, debe contar con el conocimiento mínimo indispensable de los
principios políticos que rigen al ser humano en sociedad.

Hace ya algunos años apareció el libro de Federico Reyes Heroles intitulado


Conocer y decidir .en la alusión que se hace a dicha obra en la sección
denominada Bucareli 8 del periódico. El Universal, apareció el domingo 13 de
diciembre de 1998, señala Reyes Heroles que en los próximos años, por
razones demográficas vamos a ver una creciente politización. La mayoría de los
países de América Latina se encuentran en un proceso de urbanización muy
acelerado y esto provoca la politización, la gente entra en nuevas relaciones de
convivencia obligada, no es que quieran militar en un partido o que pretendan ser
representantes populares; “Se politizan porque quieren ver que el profesor llegue a
tiempo e imparta bien sus cursos, en este tipo de politización nos vamos a ver
obligados a tener ciertos referentes políticos bien anclados “.

La anterior reflexión nos permite reiterar la importancia del conocimiento de las


instituciones políticas y, nosotros agregaríamos, de los sistemas y regímenes
políticos y estructurados en el orden jurídico.

Desde una óptica más específica, para los profesionales de disciplinas sociales, a
casi nadie escapa la necesidad del conocimiento respecto de las instituciones
jurídico-políticas de la sociedad. Es decir, los sociólogos, internacionalistas,
politólogos, economistas, administradores públicos y demás profesionales de
ciencias similares, afines u otras disciplinas sociales, requieren entender
fenómenos históricos de naturaleza político-estructural, así como los documentos
constitucionales más importantes.

El Estado de Derecho es un sistema y, por tanto, es integra, de ahí que resulte


obvio que, en cuanto a los abogados, sin excepción alguna. Requieren conocer,
por lo menos, un mínimo indispensable del derecho constitucional. Los litigantes
de cualquier rama, los investigadores, los profesores, los corporativistas, los
abogados dedicados a la administración pública, a la política y de cualquier
cuestión empresarial o social, en tanto tengan cualquier contacto con el mundo
jurídico requieren de herramientas y conocimientos que incumben al Derecho
Constitucional.
Sin duda alguna, en la medida en que la actividad profesional del abogado se
acerque al Estado y en general a la política, la necesidad de conocer al Derecho
Constitucional es más evidente al punto de ser indispensable.

Pero el conocimiento del Derecho Constitucional parte de diversos medios, en


gran medida, claro, académicos. Afortunadamente, como resulta natural, cada día
contamos con más obras de diverso orden, finalidad y dimensión en distintos
tópicos de nuestra materia.

Lo anterior coloca a los estudiosos de nuestra disciplina, ante diversas opciones


para su análisis y preparación, dependiendo su consulta, de la finalidad y
profundidad de estudio.

Una preocupación importante para quienes impartimos una materia en el nivel


licenciatura, es contar con una obra que mas allá de la profundidad y rigor en las
múltiples técnicas y consultas en la investigación, ofrezca a los alumnos parte
importante elemental material de estudio para el desarrollo del programa de la
materia.

En efecto, la exposición en una obra de los puntos relativos al programa de la


materia, a nuestro parecer, implica diversas bondades.

Cabe destacar que una obra—aun cuando sea elemental—que se ocupe de


exponer cada numeral del programa, sirve de guía para los alumnos y, en cierto
sentido, de punto de partida para adentrarse a la materia, sin que desde el origen
de los estudios en nuestra disciplina, la falta o exceso de información diseminada
lo desaliente o desespere.

Compartimos la opinión en cuanto a que debemos generar en el alumnado ánimo


y disciplina de investigación, pero siempre que en cierta medida garanticemos
poner en sus manos el material mínimo para conocer el desenvolvimiento de la
clase.

En el caso del Derecho Constitucional que se imparte en las facultades y


escuelas de nuestro país a nivel licenciatura, destaca la heterogeneidad, desde
diversos puntos de vista; por los temas a abordar, ordenación, contenido y
secuencia de los mismos, así como la duración y la seriación de la o las
asignaturas correspondientes al Derecho Constitucional.

Visto lo anterior, se tiene claridad de la complejidad que implicaría pretender


realizar un texto de carácter didáctico que sirva de manera integral a todos los
cursos de nuestra materia que actualmente se imparten.
Sin embargo, algunos de los profesores que impartimos esta matera debemos
esforzarnos en proporcionar a nuestros alumnos el material que incluya cada
punto o aspecto del programa de la asignatura que impartimos.

En el caso de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de


México, tuvo verificativo la puesta en vigor del nuevo Plan de estudios con la
aprobación del Consejo Técnico de la Facultad de Derecho el 4 de abril del 2004
y con la del Consejo Universitario el 7 de julio del 2004.

En los términos del nuevo plan para nuestra Facultad, se establece la asignatura
de Teoría de Constitución correspondiente al segundo semestre. El nuevo plan de
estudios prevé en su diseño que el primer curso de derecho constitucional se
transforme en Teoría de la Constitución, lo que nos parece apropiado ya que dicha
denominación es más adecuada a los contenidos del curso que se ha venido
impartiendo en la Facultad de Derecho bajo el anterior plan de estudios.

Con el nuevo plan de estudios es factible profundizar y conocer en mayor medida


el Derecho Constitucional por parte de nuestros alumnos, pero a nuestro parecer,
se dificulta en demasía para quienes apenas se inician en estos estudios, dada la
necesidad de la localización <%-2> oportuna del material correspondiente, mas
allá de los apuntes de clases.

De tal manera que el objeto primario de la obra que presentamos es,


precisamente, proporcionar un material académico que sin ofrecer aparentemente
información y análisis muy profundos y elaborados, contenga información más a
adecuada y completa que la estrictamente elemental de los apuntes, además de
un desenvolvimiento coherente y didáctico.

Asimismo, se abunda o precisa en determinados temas, así como en fuentes


legales e históricas que se consideran de trascendencia.

En alguna medida en el curso de Teoría de la Constitución se pretende


básicamente ubicar al alumno respecto del contenido de la materia y en el mundo
de las ciencias sociales, pero principalmente en el mundo del derecho.

En la Unidad 1, “Sociedad, Estado y Derecho”, se explica la relación entre los


individuos de la sociedad por medio de la actualización del Estado y del marco
normativo que este expida, para facilitar entre ellos el entendimiento, la paz y la
seguridad.

Sin duda, en la Unidad 1 estamos ubicándonos en un escenario muy genérico


respecto del Derecho Constitucional pero necesario para entenderlo en el mundo
de lo social, del poder institucionalizado y de su contenido normativo.
Lo anterior explica por qué si bien es importante la Unidad 1, es sólo de carácter
introductorio y no debe ocupar de manera central la atención de nuestro curso, sin
dejar de ubicar aspectos importantes que se mencionan en el desarrollo de la
propia unidad,

La Unidad 2, “Concepto y ubicación del Derecho Constitucional”, es muy


importante desde el punto de vista teórico, pero también debemos destacar desde
una perspectiva práctica que al conceptualizar en esta unidad al Derecho
Constitucional entendemos con mayor claridad su papel en la vida del Estado y su
utilidad, al conocer sus herramientas y el lugar que ocupa en el concierto de las
ciencias del derecho y de la vida política.

La Unidad 3, “Concepto de Constitución”, atiende un aspecto mucho más concreto


y de amplios alcances para entender el fenómeno constitucional. En el repaso,
precisamente, conceptual por diversos autores, no solo recogemos diferentes
ángulos, ópticas y perspectivas, ya que de por si, son altamente valiosos sino que
además observamos diferentes circunstancias históricas, formaciones y diferentes
culturas, lo cual nos ubica en aspectos técnicos de nuestra materia, pero también
en cierto sentido, en lo humanístico.

En la Unidad 4 relativa a la “Clasificación de las Constituciones” nos indica el plan


de estudios que se identificará y explicará las diversas clasificaciones de las
constituciones y las características particulares de cada una.

Se trata de un tema específico aparentemente elemental pero de gran importancia


que nos asoma no solo a los diversos criterios de clasificación sino también a las
diferentes mentalidades y nosotros diríamos hasta ideologías.

En cierto sentido, al clasificar las constituciones conocemos también sistemas y


formas de gobierno, así como la evolución de las ideas políticas, pero no solo
ideas como tales, sino también los regímenes.

En la Unidad 5, “Vertientes Ideológicas del Derecho Constitucional”, se analizan


y exponen los orígenes del constitucionalismo moderno y la aportación del
constitucionalismo social de México,

En un primer impacto pareciera “un salto” histórico y temático dentro de la propia


Unidad; sin embargo, se trata de un recorrido histórico del constitucionalismo que
nos muestra la evolución y los diversos fenómenos sociales y políticos a los que
responde. En nuestro concepto desde luego que se trata de vertientes ideológicas,
pero también del progreso y de la adecuación del constitucionalismo a las
necesidades políticas de los Estados, asimismo, y tal vez fundamentalmente, del
progreso de las sociedades.
No podemos dejar de destacar que en esta unidad se marcan hitos del
constitucionalismo y que, evidentemente, así como el Reino Unido y Francia, a
partir de su revolución impactaron al mundo occidental con auténticas tendencias
de gran solidez y amalgama ideológica, no podemos decir menos y con orgullo de
nuestra patria, producto de nuestro constitucionalismo social.

La Unidad 6 trata al “Poder constituyente”, tema que enlaza a nuestra disciplina


con otras, como es el caso de la Teoría del Estado y la Sociología. Basta
mencionar para dimensionar la importancia del tema, su íntima relación con la
Soberanía y, nosotros diríamos, con su ejercicio. Con cuidado se deben conocer
los instrumentos de la Asamblea Constituyente y del órgano legislativo ordinario.

La Unidad 7 se refiere a uno de los temas de carácter técnico de mayor


importancia no sólo para nuestra disciplina sino para el Estado de Derecho; se
trata de la “Supremacía Constitucional”.

De importancia capital es entender dicha supremacía, no solo desde la óptica


política estructural, sino también para entender el sistema legal de que se trate, la
validez de las normas y actos jurídicos en general.

En el desarrollo de esta unidad se abordan temas de especial importancia para


nuestro orden jurídico como son los tratados internacionales y las leyes
constitucionales, así como la forma en que opera la jerarquía de las normas en un
sistema federal. Claro que existen aspectos que pudieran resultar altamente
polémicos que, desde nuestro punto de vista, resuelven, desde luego, con
conocimientos de teoría constitucional pero también con una visión integral de la
técnica constitucional. Particular mención nos merece al artículo 133 constitucional
y su ensamble lógico en todo el sistema jurídico, es decir, en nuestro orden
constitucional.

Las ideas en torno de la jerarquía de las normas en nuestro país y en nuestro


concepto, han sido objeto de agraciada evolución en virtud de las aportaciones de
diversos autores como son los casos de Gabino Fraga, Mario de la Cueva y Jorge
Carpizo. Nosotros tratamos de seguir el orden de ideas que marcaron con
sabiduría dichos autores para explicar la interpretación que consideramos
completa y coherente.

La Unidad 8 se refiere a la “Reforma de la Constitución”. Es muy claro el programa


cuando indica que en esta unidad se analiza y explica la importancia de la
reformabilidad de la Constitución, las tesis que limitan o que sostienen su total
procedencia; así como los diversos sistemas de reformabilidad constitucionalidad,
destacando el de la Constitución mexicana.
El Poder Revisor de la Constitución y sus alcances ---atreves del análisis de las
tesis que limitan la reformabilidad y aquellos que sostienen la reformabilidad
ilimitada---implica disertaciones apasionadas que conducen, al fin y al cabo, a
diversos sistemas de reformabilidad constitucional.

No escapa a esta unidad, debido a su naturaleza y la importancia del derecho


comparado, la revisión de algunos sistemas de reforma constitucional como son
los casos de los Estados Unidos de América, Cuba, China, Francia y España; pero
con especial énfasis en el caso mexicano.

Se destaca también en el estudio el papel que juega el referéndum como fórmula


de participación ciudadana en algunas latitudes, circunscrito, claro, tratándose de
reformas constitucionales.

En cuanto se refiere a la Unidad 9, consistente en “Los Derechos del Hombre”, se


analiza y describe el concepto, naturaleza y proceso histórico de los derechos del
hombre, así como su reconocimiento, clasificación y protección de la Constitución
mexicana.

Desde nuestro punto de vista, no es posible entender el constitucionalismo sin


los derechos humanos. En efecto, en diversos sentidos los derechos humanos
están en razón misma del constitucionalismo que implica un sistema de vida
política de, por y para la libertad.

En esta unidad se parte de un análisis histórico de los principales documentos en


materia de derechos humanos que han difundido e incluso trascendido con
carácter universal. También se aborda lo relativo a las garantías sociales en la
constitución, así como un tema de especifica actualidad y visión prospectiva como
es el caso de los derechos difusos, precisamente, como tendencia constitucional
contemporánea.

Desde luego, se aborda la clasificación de los derechos del hombre pero además
alude a un tema siempre delicado no solo en su concepción y tratamiento teórico
sino que también por su importancia práctica, nos estamos refiriendo a la
suspensión de garantías, estado de sitio y estado de emergencia.

Otro aspecto de notable actualidad y que sin duda “llegó para quedarse”, es lo
correspondiente a la protección administrativa de los derechos humanos. En este
tenor se formula el análisis correspondiente partiendo de nuestro sistema jurídico y
su evolución.

En cuanto a la protección jurisdiccional de los derechos del hombre, no cabe duda


el destacadísimo papel de nuestra patria.
Cabe mencionar, desde luego, el pensamiento de Mariano Otero y la consagración
del amparo en la Constitución de 1857.

La Unidad 10 contiene el estudio genérico de la “Formas de Estado”, Se parte de


concepción de estados unitarios o centralistas y más delante de lo propio respecto
de los Estados compuestos, sin dejar en lo específico de aludir a las uniones
reales y personales, así como a las confederaciones.

En el estudio de las instituciones mencionadas, observamos como las formas de


Estado responden a necesidades históricas que se van configurando en el devenir
de las naciones para responder a sus realidades. No podemos sustraernos al
debate acerca de lo que significa y cuáles son las especies de las formas del
Estado, pero para los efectos del curso, lo más importante está en entender las
principales posturas teóricas, pero, sobre todo, como se fueron dando en la vida
misma de las naciones.

Desde luego, merece en lugar especial de análisis la federación ---o nosotros


diríamos--- el “Federalismo como forma de Estado”, cuestión que se desarrolla en
la Unidad 11.

En esta unidad se examina y explica la formación del federalismo en los Estados


Unidos de América; su adopción y características distintivas en México, así como
la distribución de facultades entre la Federación y los Estados, destacando la
naturaleza jurídica de éstos.

Es interesante para comprender la importancia del tema, el repaso de diversas


teorías que explican el federalismo, así como el surgimiento del federalismo en
Estados Unidos de América.

Un aspecto de específica importancia para nosotros es la adopción y


características del federalismo en México. Nosotros creemos que indudablemente
nuestro federalismo tiene fuertes influencias y, de manera destacada, diversos
aspectos del federalismo de los Estados Unidos de América, pero, sin duda,
estamos convencidos de que nuestro federalismos tiene su propia razón de ser,
naturaleza y aspectos específicos cuyos distintivos procedemos a explicar en la
propia unidad.

Uno de los asuntos más importantes en todo federalismo es lo correspondiente al


sistema de distribución de competencias entre la Federación y los Estados.
Nosotros diríamos que aquí, en este tema, está la clave del federalismo de que se
trate. En este punto se alude y explica nuestro régimen competencial que tiene
características propias derivadas de diversas disposiciones constitucionales como
con los artículos 124 en relación con el 73, 115, 116,117, entre otros.
También se alude a los sistemas de distribución de facultades entre la federación
y los estados en Canadá y en Estados Unidos de América.

Un aspecto muy interesante y también “muy fino” en el análisis es lo relativo a la


excepción de la regla general de distribución de competencias entre la Federación
y los estados de nuestro país, y el estudio respectivo que nos lleva a la tesis de
que nuestro federalismo es de coordinación, cooperación y concurrencia.

En nuestras páginas se incluye el estudio de la naturaleza jurídica de los estados


miembros de la Unión, pero también de la naturaleza jurídica, origen y finalidad del
Distrito Federal, lo cual es muy particular del régimen federal, pero además de
específico interés en nuestro país, por diversos factores jurídicos, políticos,
económicos y sociales. Fundamentalmente, destaca que se incorpora lo
correspondiente a la nueva estructura gubernamental o del poder público en el
Distrito Federal, en el que “conviven” en un escenario jurídico muy interesante el
Congreso de la Unión, el Presidente de la República, la Asamblea Legislativa y el
jefe de Gobierno de Distrito Federal, amén de otras autoridades y órganos también
destacados en términos de la materia.

También se incluye el asunto relativo a la garantía federal. Se expone su origen,


naturaleza y consecuencias jurídicas, así como su polémico papel en el sistema
jurídico mexicano.

En la Unidad 12 correspondiente a “Las Formas de Gobierno”, conforme al


programa, se analiza la monarquía, tanto la absoluta como la constitucional, así
como la República. Específica mención merece el tema relativo a la democracia
como elemento fundamental del estado moderno y el análisis de sus modalidades.

Se destaca también el desarrollo de la propia democracia en el constitucionalismo


mexicano, dentro de lo cual se incluye a la elección y sus propias modalidades.

Desde luego, se reconoce en estos aspectos y en lo que corresponde a los


sistemas de representación política, el apoyo importante que se tuvo respecto de
la obra de Eduardo Andrade Sánchez, particularmente, en este caso, por lo que
hace a su “Introducción a la Ciencia Política”.

En cuanto a la forma de gobierno y la democracia de la Constitución de 1917,


destaca el análisis de algunas disposiciones constitucionales que desemboca
también en aspectos electorales.

Debemos señalar que se incluye también en esta unidad, lo relativa a la evolución


de nuestro sistema electoral, asunto de específica importancia que merece un
desarrollo más puntual en otras disciplinas, pero que su alusión, aun somera, no
podíamos dejar de lado.
En la Unidad 13 que se denomina “Evolución del derecho constitucional
mexicano”, se desarrolla un aspecto que es muy interesante, el acercamiento
concreto al derecho constitucional mexicano a través de su desarrollo histórico.
Evidentemente, es un lugar común afirmar que para el conocimiento de nuestra
materia, es menester la historia política de las naciones. A todos, o por lo menos
para muchos, es conocido también que la historia política mexicana está llena de
diversos acontecimientos de un gran impacto y también de diversa referencias
constitucionales que se fueron dando durante el desarrollo histórico de nuestra
patria.

Iniciamos en esta última unida nuestro análisis a partir de los primeros


acontecimientos que llevaron a México a la vida independiente y las referencias
constitucionales respectivas. En este sentido, se comentan y en cierta medida
también se analizan algunos de los primeros documentos que , por otra parte,
trataron de enmarcar el pensamiento ideológico de nuestra independencia y, por
otra parte, también los primeros documentos que trataron de aludir, aun cuando de
manera muy somera a los primeros aspectos estructurales y del estado de nuestra
nación que es ese momento estaba naciendo.

También mención concreta merece nuestra alusión a la Constitución de


Apatzingán y los acontecimientos previos que nos llevaron a la concepción de la
misma. Es interesante el análisis de esta Constitución, porque si bien, no tiene una
construcción estrictamente técnica, si contiene una serie de elementos
doctrinados y políticos y nosotros diríamos que hasta filosofía política, que van a
servir de base y en cierto sentido de fundamento político y filosófico a la nación
mexicana en posteriores documentos constitucionales de gran importancia.

Es interesante el desarrollo de la unidad, también por lo que hace a la


conceptualización de nuestro constitucionalismo durante 1824 y los aspectos
previos que los suscitaron.

En efecto, después de que rápidamente nos percatamos los mexicanos de que la


monarquía no era el vínculo adecuado, en virtud del cual México podría transitar
como vida independiente, uno de los principales aspectos a resolver fue lo relativo
a la propia unidad nacional. Se destaca en la obra que México requería resolver el
problema en el sentido de mantener la unión. No olvidemos que algunas
provincias tenían severas tentaciones en el sentido de la autonomía radical e
incluso la independencia. Lo anterior explica precisamente la concreción del Acta
Constitutiva de 1824, con lo que por primera vez México acude al expediente del
federalismo para lograr sus propósitos en materia estructural del Estado.
En ese mismo año, se relata y describe la primera Constitución que fue
denominada Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos.

Es una Constitución que sin duda en cierto sentido adopta muy diversos
elementos del constitucionalismo de los Estados Unidos de América, pero también
tiene otras influencias que se destacan.

También se hace una reflexión somera de por qué el Federalismo mexicano, como
ya se había afirmado en otra unidad, tiene su propio origen y su propia naturaleza
a pesar de la fuerte influencia norteamericana. En este sentido, destaca la
Constitución de Cádiz y el reconocimiento que se hace en ella de las diputaciones
provinciales, así como los acontecimientos relativos al impulso de autonomía que
se mostraba en algunas partes de la nación mexicana.

Por otra parte, se debe tener presente la conformación de los primeros partidos o
grandes grupos o incluso bandos ideológicos que tuvieron verificativo durante el
siglo XIX en nuestro país. Al conocer la existencia de la tendencia liberal y, por
otra parte, la del grupo, bando o partido de los conservadores, nos explicamos los
siguientes acontecimientos políticos de nuestra patria durante el siglo XXI, y
también nos explicamos los documentos constitucionales que sobrevendrían.

Llama específicamente la atención y por eso se alude con alguna suficiencia a la


Constitución de 1836, que de alguna manera, marca enfáticamente el
constitucionalismo bajo la óptica de los conservadores en México. Es una
Constitución que no tuvo fortuna para la nación mexicana en su aplicación y que
de alguna manera también tiene rasgos muy peculiares, como es el caso del
Supremo Poder Conservador, amén de otras cuestiones que generaron un gran
desconcierto en la nación mexicana.

Más tarde, también se alude a otros documentos constitucionales de gran


importancia. Tal es el caso de la Bases de Organización Política de la República
Mexicana de 1843, mismas que inauguran la etapa de “despotismo constitucional”,
y en cuya vigencia se manifestó un periodo turbulento de la historia de México. Sin
duda, aquí debemos destacar el estudio que se refiere a la Constitución de 1857.

Pero no sólo se debe aludir a este enfáticamente al documento constitucional, sino


también a los aspectos históricos previos que tuvieron verificativo y que
desembocaron en dicha Constitución. También de manera expresa se destaca lo
relativo al Congreso Constituyente que desembocó en dicho documento
constitucional, es decir, al Constituyente de 1856-1857. Evidentemente, la
Constitución de 1857 tuvo fundamental importancia; se trata de una Constitución
de corte liberal. Es cierto que al sobrevenir la República triunfante, fue una
bandera de los liberales, más que un documento estrictamente de derecho
positivo.

Más adelante se alude a los acontecimientos históricos que nos llevaron


precisamente al Constituyente de 1916-1917.

Sin duda alguna, no podíamos dejar de mencionar al porfiriato y, se desarrollan


por otra parte, de manera importante, los aspectos de modificación sustancial en
la estructura política, en el entendido de que, desde luego, el cambio más
importante que se propone desde el proyecto que presenta don Venustiano
Carranza, es el fortalecimiento del Poder Ejecutivo. Aquí se destaca la fuerte
influencia que tuvo precisamente don Emilio O. Rabasa. Dicho autor por cierto, no
fue expresamente citado por el Constituyente, por sus fuertes lazos personales e
institucionales que sostuvo con el General Porfirio Díaz.

Por lo que se refiere a los principales aspectos que trajo consigo el Constituyente
de 1916-1917, sin duda alguna, destaca lo relativo a la introducción de aspectos
sociales en nuestra Carta Magna. Debemos tener siempre presente que la
Constitución Mexicana de 1917 fue la primera constitución político-social del
mundo, como nos lo enfatiza el maestro Trueba Urbina.

Se alude a los principales debates en materia de educación, trabajo y en materia


de la tierra o reforma agraria, amén de lo relativo a la supremacía del Estado
respecto de la iglesia. Con dichos temas, su contenido y su resultante nos queda
claro que México dio un paso firme e importante en la construcción del
constitucionalismo social.

Pues bien, en los párrafos anteriores hemos descrito de manera muy somera cuál
es el contenido de esta obra. Se puede observar que es un panorama referente a
algunos de los principales aspectos del Derecho Constitucional que deben
conocer nuestros alumnos de licenciatura, porque, insistimos, desarrolla el
Programa de la materia de Derecho Constitucional I que se imparte en la Facultad
de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Una vez repasando algunos aspectos que se contienen en las trece unidades del
programa y, por lo tanto, de esta obra, es importante mencionar que se consideró
útil agregar también el texto de los siguientes documentos constitucionales.

1. Constitución de los Estados Unidos de América del 17 de septiembre de


1787.

2. Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano del 26 de agosto


de 1789;
3. Decreto Constitucional para la Libertad de América Mexicana, sancionado
en Apatzingán, el 22 de Octubre de 1814; y

4. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos del 5 de febrero de


1917.

Los documentos originales de trascendencia universal o modelos en diversos


aspectos, son a nuestro parecer de consulta obligatoria aun para los estudiantes
del nivel de licenciatura de las escuelas y facultades de derecho. Sin embargo,
diversos profesores hemos constatado que nuestros alumnos no tienen acceso
inmediato y permanente a los documentos clásicos.

Por lo que hace a la Constitución Política de los Estados Unidos de América, es,
en cierto sentido, la primera Constitución moderna y sin duda también un tipo de
federalismo de indiscutible influencia en diversos ámbitos, incluyendo, desde
luego, nuestro federalismo.

No se debe olvidar que dicha Carta a la fecha de su suscripción no contenía


derechos del hombre y carecía de algunos aspectos de suma importancia, como
es el caso de la regla específica de distribución competencial. Dichos asuntos
fueron objeto de las primeras enmiendas, las cuales se agregan.

En cuanto a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, pocos


documentos son tan mencionados en el mundo occidental y trascendentales;
prácticamente, se trata por lo menos en forma simbólica del parte aguas con el
cual da inicio el constitucionalismo en el mundo contemporáneo.

Su lectura es, a nuestro entender, mas ilustrativa para comprender los principios
fundamentales del Estado y explicarlos cómo iluminó a la humanidad en términos
de libertad, igualdad, fraternidad e incluso dignidad.

En cuanto al constitucionalismo mexicano, la Constitución de Apatzingán, a pesar


de que jamás estuvo en vigor, sin duda recoge ---en más de un sentido---

Los Sentimientos de la Nación, en génesis y ello, en sí mismo, tienen un valor


específico dado que su lectura nos permite identificar la concepción cultural que
inspiró nuestra independencia y las primeras pinceladas de los principios políticos
que orientaron en alguna medida a nuestra nación. Se agrega a la obra este
documento constitucional, con el ánimo de que nuestros alumnos entiendan
algunos rasgos del enfoque que tenían nuestros próceres en cuanto al a
concepción de la nación.

Por lo que hace a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de


1917, sin duda su consulta es obligada y, por cierto, su texto original pocas veces
referido. La versión original que se ofrece también como anexo es muy interesante
por diversos motivos.

Debemos destacar que es el texto de la primera Constitución Política –social del


mundo, también que es el producto de una revolución que marcó una nueva etapa
para la nación y le dio un rostro de carácter humano ante el orbe,
fundamentalmente por lo que implico desde entonces el constitucionalismo social.
Incluso, nuestra Carta Magna de 1917 es también un programa, es un proyecto
es una esperanza y una voluntad popular triunfante y exigente.

Por todo lo expuesto destaca el papel pedagógico tanto desde la óptica


estrictamente legal como cívica que tiene la lectura del texto original de la
Constitución mexicana de 1917.

Se agrega también la bibliografía utilizada en la realización de la obra.

Sirvan también estas líneas introductorias para destacar que el trabajo que aquí se
ofrece se debe nutrir por otras investigaciones respecto a sus diversos temas y
aun mayores análisis. En este sentido y otros de carácter académico, estará muy
pendiente el autor de los comentarios que se enderecen en pos de nuestros
alumnos.

Deseo hacer un reconocimiento expreso a quienes han sido mis profesores en los
diversos aspectos y disciplinas que conforman el Derecho Público. Dentro de ese
grupo, desde luego, destaco a quienes me enseñaron en las aulas de la
licenciatura y del posgrado de la Facultad de Derecho de la UNAM, en las del
ITAM y del Instituto de Capacitación de la procuraduría General de Justicia.

También debo reconocer que diversos alumnos tanto de la UNAM como del ITAM
y del Instituto Nacional de Administración Pública, me han ilustrado con sus
preguntas y reflexiones e información de diversa índole.

No puedo dejar de reconocer también el aporte que en conocimientos de nuestra


materia he recibido por parte de mis compañeros profesores de diversas materias,
particularmente, en la Facultad de Derecho de la UNAM.

En el mismo sentido, debo hacer un reconocimiento específico a los profesores


que imparten la materia de Derecho Constitucional I en nuestra querida Facultad
y, particularmente, al señor director del Seminario de Derecho Constitucional Y
amparo, Licenciado Edmundo Elías Musi, al señor Doctor Horacio Castellanos
Coutiño, Presidente del Colegio de Profesores de Derecho Constitucional de la
Facultad de Derecho y al señor Director de la propia Facultad, Doctor Fernando
Serrano Migallón.
Tampoco sería correcto dejar de destacar la importante influencia que en mis
estudios y reflexiones del Derecho Constitucional he recibido de brillantes
profesionales, dentro de los cuales destaco con agradecimiento a don José
Vicente Aguinaco Alemán, a Esteban Moctezuma Barragán, Germán Fernández
Aguirre, Luis Maldonado Venegas, Fernando Solís Cámara, Mario Melgar Adalid y
Eduardo Andrade Sánchez. Sus apuntes, comentarios y actuación pública.

Desembocaron, en alguna medida, en el conocimiento de algunos aspectos y


temas que se mencionan en esta obra.

Claro que la influencia familiar es importante y en ese sentido no puedo dejar de


aludir a mis padres: Francisco Quiroz Acuña, profesor por tres décadas en la
Facultad del Derecho y Teresita de la Luz Acosta de Quiroz, y a mis hermanos
tanto los abogados como los actores y productores.

De todos aquellos tengo específica influencia formativa en experiencia e


intercambio de opiniones que impactaron directa o indirectamente en la obra.

Debo agradecer también el apoyo que recibí en la compilación de información,


revisión de apuntes y transcripción de algunos aspectos de mis clases, por parte
de mis amigos, brillantes profesionales, Humberto Ríos Ruíz, Francisco Javier
Carmona Villagómez, así como de Jorge Armando Mora Beltrán y mi secretaria
María Guadalupe Vargas León. Destaco que sus aportaciones las realizaron en
sus tiempos libres, con toda responsabilidad y en merma del espacio para sus
actividades personales y familiares.

Finalmente, pero en primer lugar, deseo enfatizar el papel fundamental que en la


realización de esta obra tuvieron mis hijos Luis Enrique y María José, dado que
gran parte del tiempo empleado para la investigación, ordenación, desarrollo y
corrección fue en perjuicio del tiempo de ellos; pero siempre tuve su apoyo y
agradecimiento incondicional.

Los llevo siempre presentes y les estoy enteramente agradecido. Ojala este
esfuerzo de todos sea para bien de los estudiantes correspondientes, de nuestras
clases, de la Universidad y del país que tanto amamos.
TEORIA DE LA CONSTITUCION
UNIDAD 1

SOCIEDAD, ESTADO Y DERECHO

1.1. SOCIEDAD

Luego del amplio bagaje de conocimientos adquiridos por los estudiantes, tanto
en sus estudios de bachillerato, como en las diversas materias relacionadas con la
historia y la sociología, y sobre todo, aquellos que han sido asimilados al iniciar
sus estudios sobre la teoría jurídica; con todo ello, ahora contamos con los
cimientos necesarios para analizar algunos conceptos fundamentales, tal es el
caso de: Sociedad, Estado y Derecho.

Primeramente, desde una óptica en rigor formal jurídica, la Sociedad es el caso


típico de una persona jurídica, la cual es considerada como persona, porque el
orden jurídico le confiere derechos y obligaciones relativos a todos los miembros
que integran esta persona colectiva.1

Sin embargo, para hacer alusión a ese concepto, es necesario señalar de manera
más genérica que para que exista como tal, una Sociedad requiere de la identidad
entre los individuos de un grupo. Hablar de sociedad, nos motiva también a
reflexionar de que no únicamente es necesario que haya un conjunto de seres
humanos en un territorio determinado, sino que habría que ir un poco más allá; es
decir, se requiere señalar los rasgos comunes entre las personas que integran ese
conjunto humano para que allá sociedad, tal es el caso, de una serie de relaciones
de carácter social, económicas, culturales y comunitarias.

Por su parte, aludir a comunidad implica, primero la existencia de una sociedad,


pero una sociedad en la que hay conocimientos que son compartidos y asimilados
por las personas que la integran, tal es el caso del idioma, las tradiciones o la
religión; lo cual implica que existan nexos culturales sólidos.

1 Kelsen, Hans Teoría General del Derecho y del Estado Ed. UNAM México, 1988 p 113
Es entonces, frente a la presencia de nexos culturales cuando una sociedad se
convierte en comunidad.

Se puede pensar también que para el estudio del Estado y del Derecho
Constitucional, la sociedad es una comunidad teleológica, en cuanto que se forma
y nace con vista a un fin determinado. Como dice Maritain, en una comunidad “el
objeto es un hecho que precede a las determinaciones de la inteligencia y
voluntad humanas y que actúa independientemente de ellas para crear una
psiquis común inconsistente, sentimientos y estados psicológicos comunes y
costumbres comunes. Pero en una sociedad el objeto es una tarea a realizar o un
fin que alcanzar, el cual depende de las determinaciones de la inteligencia y
voluntad humanas, estando precedido por la actividad- sea decisión o al menos
consentimiento- de la razón de los individuos; así, en el caso de la sociedad el
objeto y el elemento racional en la vida social emerge explícitamente y asume su
función directriz”.2

Pero lo que se debe tener muy claro es que para el tema de Sociedad, Estado
Derecho, tenemos que partir de que la Sociedad no solo se encuentra unida solo
por elementos físicos y económicos, sino sobre todo, por elementos culturales,
que son elementos sólidos de enlace, porque sin estos elementos difícilmente nos
podríamos explicar cómo la sociedad se relaciona con el Estado y a su vez, con el
Derecho. En este contexto, las Constituciones de los países deben cuadrar y
enlazar adecuadamente los temas relativos a esta triada: Sociedad, Estado y
Derecho, para resolver las relaciones de carácter social y de seguridad jurídica de
los individuos, así como las aspiraciones de la nación.

Debemos insistir que en términos genéricos hablar de sociedad implica que una
serie de individuos tienen una proximidad física, en el sentido de que se ubican en
el mismo territorio, que comparten elementos de subsistencia y de convivencia.
Pero la sociedad que le interesa al tema de Sociedad, Estado y Derecho, será una
sociedad que comparta además de otros elementos que son de carácter cultural,
tales como las tradiciones y costumbres. Cuando una sociedad tiene fuertes lazos
culturales y políticos; estos deben reflejarse en el Estado y su orden jurídico.

2 Citado por Burgoa Orihuela, Ignacio. Derecho Constitucional Mexicano, Ed Porrúa, México 1991 p 39
Al analizar a autores de Derecho Constitucional de la primera mitad del siglo XX 3-
muchos de los cuales tuvieron fuerte influencia en nuestro país- nos debemos
percatar de lo primero que se debe tener presente en cuanto al tema de la
sociedad en nuestra disciplina, el es elemento determinado por la población, que
es un elemento estrictamente cuantitativo, para después “aterrizar” en la
concepción del término pueblo, que implica un concepto más cualitativo
equiparable al concepto de sociedad, por referirse también, a aquellas personas
que tienen una fuerte vinculación entre si por medio de elementos culturales y
jurídicos comunes.

Algunos autores han analizado también el concepto de nación, el cual se conforma


con el concepto genérico de sociedad, entrelazado no solo por fuertes lazos de
integración, sino por fuertes lazos de carácter espiritual que implican un pasado
común y un sentido de pertenencia que los vincula. Pero aun, el concepto de
nación es un concepto sociológico y no, en rigor, jurídico.

La nación suele identificarse con el concepto de pueblo y frecuentemente se


utilizan por modo indistinto ambos conceptos. Esta equivalencia es correcta si es
considerada al pueblo en su implicación sociológica, pero también se le otorga un
significado político, porque la nación es un grupo social con forma dosis política.
En su aceptación política, el pueblo no es grupo comunitario, sino societario y
como tal, solo tiene significación dentro de un régimen democrático, aunque bajo
su aspecto sociológico la tenga en cualquiera de los otros regímenes.

Cuando los documentos jurídicos contemporáneos aluden a la nación, en realidad


en dichos documentos constitucionales se expresase expresa por razones
históricas y de coyuntura política el concepto de la nación, pero en el fondo lo que
contiene dicho documento es el concepto de Estado, porque en una Constitución
cuando se habla de la nación, se habla de una estructura jurídico-política. Titular,
por ende, de derechos y obligaciones, y no solo un simple consejo sociológico.

Los conceptos de población, pueblo y nación son fundamentales para entender el


ámbito del derecho constitucional, debemos tener mucho cuidado cuando nos
referimos al término nación, para comprender.
3.- Entre los autores de la primera mitad del siglo xx que tuvieron influencia en nuestro país, podemos citar a Georges
Burdeau, Carl Friedrich, André Hauriou, herman Heller, George Jellinek, hans kelsen, Karl Loeweinstein y Rudolff Stammler
entre otros.4.- El concepto de nación es eminentemente sociológico y corresponde al ser comunitario dentro del que las
individualidades que lo componen están permanentemente vinculadas por diferentes factores de carácter material, cultural y
sentimental, o como afirma Hauriou, es un grupo de población fijado en el suelo, unido por un lazo de parentesco espiritual
que desenvuelve el pensamiento de la unidad del grupo mismo. Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 41.5 Id. Burgoa Orihuela,
Ignacio, p. 40
el tema de sociedad, Estado y Derecho; ya que para algunos autores
constitucionalistas ----insistimos ---- como hemos enunciado el termino nación
tiene una connotación sociológica y no jurídica .

En síntesis, la sociedad se convierte en comunidad cuando se dan fuertes lazos


culturales, y la comunidad en nación, cuando hay una conciencia de pertenencia a
la misma comunidad, a través de un pasado común, un proyecto de futuro que
también se comparte además de otros elementos de identidad. Por ello, cada
nación, de acuerdo a su propio desarrollo histórico, tendrá sus propios elementos
culturales que la definan como tal.

Al abordar el tema del desarrollo de la sociedad en el derecho constitucional,


sabemos que en esta serie de reflexiones habremos de desembocar en el estado
y el derecho incluso desde sus orígenes.

1. 2. ESTADO

1.2.1 Origen

1.2.2 Normatividad

Las normas de conducta existen en sociedad para su propia sobrevivencia ; es


decir, cuando el ser humano se percata que es gregario por necesidad,
también se da cuenta que esa necesidad que tiene el hombre requiere de
reglas, y estas reglas de conducto son necesarias para la vida de los
individuos. Esas reglas les van a permitir no solo vivir en comunidad, sino
también revisar sus fines espirituales, materiales y societarios., primero a partir
de ciertas normas de carácter general desarrollados en los clanes o en las
hordas, para después desarrollar conceptos jurídicos más completos en las
tribus y finalmente en estructuras estatales mas acabadas.

La creación del orden jurídico-político supone necesariamente el ejercicio de


un poder cuyo elemento generador es la comunidad y cuya causa eficiente es
el grupo humano que en su nombre o en su representación elabora. Ese poder
es el medio a través del cual se consigue la organización o estructuración
jurídico-política que la nación pretende darse (autodeterminación) o que la
nación acepta mediante su acatamiento (legitimación).6

Evidentemente las normas se han venido desarrollando en la medida que las


personas han tenido la necesidad de desarrollar sociedades humanas más
complejas, y así llegar a codificaciones que regularan sus conductas.
6 Id Burgoa Origuela Ignacio P 43
El sistema legal en la historia de la humanidad tiene muchos años de, por
ejemplo el Código de Hamurabi en Babilonia, en el cual, no solo incluía regalas
de convivencia, además preveía las sanciones para aquellos que no las
contemplaban. Eso quiere decir que el ser humano tenía la necesidad de
normar la convivencia, de establecer reglas de conducta que fueran
comúnmente aceptadas.

Pese a ello, todavía ase hace 2000 años a. C. no se podía hablar de un estado
plenamente configurado, según lo dispuesto en un estado de derecho. Un
estado es, comparándolo con el concepto de sociedad, una estructura jurídico
– política. Por eso en aquel entonces al carecer de estructuras jurídico -
políticas consolidadas, se desconocían las instituciones estatales, sin embargo,
ya existían reglas de conducta que se imponían en la sociedad para permitir
una sana convivencia. Por lo tanto, de manera incipiente el derecho.

Por eso desde esa óptica el derecho surge antes que el Estado. 7

El derecho como tal es un sistema racional que norma la conducta de las


personas pero que es declarado obligatorio por la autoridad. Son reglas de
conducta de observación obligatoria. 8 En ese contexto, las normas jurídicas
implican un sistema racional de normas sociales que son declaradas
obligatorias por la sociedad, por considerarlas justas. Esta definición nos
plantea la existencia de un sistema de normas con carácter evolutivo cuyas
funciones han tenido su propia evolución.

Todo ello nos lleva a preguntarnos; ¿de donde surgen estas normas de
carácter jurídico? ¿Surgen desde el origen de la humanidad o van apareciendo
con el desarrollo de la propia sociedad? Por eso comparto la opinión de
quienes consideran que primero surge el derecho y después el Estado, porque
el Estado es producto de la soberanía de la propia sociedad; a través del
propio derecho surge el Estado
7 Cuando una estructura jurídico- política comprende a toda una nación o varias comunidades que forman la
población total asentada en un cierto territorio, se origina un fenómeno que consiste en la formación de una persona
moral que se llama Estado y el cual es la culminación todo proceso evolutivo en la que se encadenan sucesivamente
diversos factores mismos que se convierten en elementos constitutivos de la entidad estatal que los sintetiza en su ser
y los comprende en su concepto de ello se colige que el Estado no produce el Derecho, sino que el derecho crea al
Estado como sujeto mismo Id. Burgoa Orichuela, Ignacio, p.43.

8 el carácter obligatorio del Derecho es complejo. lo que parece con más evidencia es el hecho de que los preceptos
jurídicos son o pueden ser sancionados por la coerción del Estado (multas, encarcelamientos, empleos de fuerza
pública), y esta posibilidad es una coerción exterior es lo que distingue de manera más evidente el Derecho de la
Moral y de la religión. Hauriou, André; Derecho Constitucional e Instituciones Políticas. Ed. Ariel. Madrid 1980.p 170.
Aun cuando en las sociedades primitivas no podamos tener definidas las
características que hoy implica un sistema racional de normas sociales de la
conducta, que declara obligatoria la autoridad para solucionar los conflictos
sociales, sus rasgos se observan en todo hecho jurídico, pero se van
desarrollando poco apoco, del sistema más pequeño al más evolucionado hasta
llegar a la estructura estatal, en la cual si bien el derecho originó al Estado,
también se convierte el derecho en instrumento del Estado.

Así tenemos que tanto la sociedad como el Estado se relacionan mutuamente.9 Si


al Estado le damos la connotación de que es el producto acabado de la sociedad,
pero que sus alcances son definidos y establecidos por un orden jurídico, por un
poder público constituido en un territorio que tiende a la realización de los valores
sociales, individuales culturales y materiales de los propios individuos que
conviven en sociedad. Si estamos ante esa definición de lo que puede entenderse
como Estado, evidentemente, se demostrará que tan necesario es el derecho para
la consolidación del mismo Estado.

De esa manera, en virtud de la sociedad nació el orden jurídico, y a partir del


orden jurídico, ante una sociedad cada vez más compleja se requirió de una
estructura jurídico-política, la cual fue instrumentada a partir del surgimiento del
Estado. Entonces, el Estado visto desde esa óptica, también es producto de la
sociedad, pero de la sociedad permanentemente establecida bajo un orden
jurídico; es decir, una estructura jurídico-política, en un territorio donde persisten
los valores sociales y culturales, de una comunidad. Así estamos en presencia de
la Sociedad, el Estado y el Derecho.

1.2. DERECHO Y SU RELACIÓN CON EL ESTADO Y LA SOCIEDAD

Llegamos pues al punto de contestar concretamente, ¿Qué papel jugará el


derecho en la sociedad y en el Estado? . En primer lugar, hemos sostenido, que el
derecho será una limitante para el mismo Estado, es decir desde la óptica de la
sociedad, el derecho será un instrumento de la sociedad para que el Estado se
encuentre acotado.

La sociedad crea al derecho, y atreves del poder soberano crea también al


Estado, de esta manera, la sociedad detenta o acota al Estado en función de una
serie de reglas.
9 El estado mantiene con el Derecho intimas y complejas relaciones que implican la acción recíproca de ambos sistemas. El
Estado ejerce un Influencia poderosa en la formación y en la aplicación de normas jurídicas. A su vez, el derecho limita la
actividad del Estado. Id Hauriou. André.p.171.
Pero necesariamente el derecho será también será el instrumento en virtud del
cual opere el Estado; así tenemos que la sociedad a través de un poder soberano
será quien creé un orden jurídico y al mismo tiempo quien configure al Estado,
porque posee el poder soberano para crear al orden jurídico, lo que se identificara
como poder Constituyente.

En efecto, través del Poder Constituyente, se configura la carta fundamental; es


decir, la Constitución, que norma a la sociedad a partir de un orden jurídico, el cual
se sustenta en un orden estatal. Ambos—orden jurídico y orden estatal--- son del
poder producto soberano, al crearse las estructuras estatales, le otorga el Estado
también un órgano potestad en virtud de la cual va a estar en posibilidad de
actuar, y ese será el poder público que es la organización estatal por excelencia,
la cual concreta la actividad estatal al ser un producto del poder soberano de la
sociedad, y por lo tanto, se insiste tendrá que ser acotado para evitar sus
excesos. En virtud de que el poder público es el resultado del ejercicio de ese
pode soberano, y en virtud de que el derecho será el instrumento del Estado para
frenar sus acciones, debe estar claro que el poder público tendrá limites que
serán impuestas por medio de la Constitución y en ejercicio del poder sobreaño de
la misma sociedad.

Hay autores que tuvieron un notable éxito en el análisis de estos temas, uno de
ellos, tiene una poderosa influencia en el mundo jurídico. Me refiero al profesor de
la Escuela de Viena Hans Kelsen, quien identifica al orden jurídico con el Estado,
a partir de una tesis en virtud del la cual en Estado es el centro de la concreción
de mandatos jurídicos. Esta corriente del pensamiento fue muy útil para entender
algunos fenómenos en la lógica jurídica positivista, de hecho Kelsen logra llevar el
positivismo al mundo jurídico con una gran concreción.

Esto no quiere decir, que antes algún autor perteneciente a la corriente positivista
no haya intentado lo mismo, pero Kelsen fue el representante del iuspositivismo
que identificó al estado con el orden jurídico, lo cual resulta una estrategia muy
interesante, que nos permite otorgarle una lógica jurídica muy concreta a todo el
accionar del Estado pero también implica darle algunos elementos para darle
funcionalidad a la sociedad.

Empero, al identificar al Estado de Derecho, estamos colocando al Estado sin


fines, incluso estamos confundiendo las funciones del Estado de Derecho, y por lo
tanto, parecería que es lo mismo; el Derecho y el Estado no contienen la definición
de los valores sociales, espirituales y culturales de los individuos que componen la
sociedad. Por eso, a pesar de la utilidad de que bajo esta óptica veamos al Estado
y al Derecho según la tesis kelsiana, también es muy importante que
identifiquemos que pese a la vinculación tan estrecha entre el Estado y el
Derecho, ambos poseen una independencia donde al Derecho es el sistema
jurídico, y como tal es el instrumento del estado que genera la sociedad para la
realización de los valores sociales, individuales, espirituales y materiales del
individuo. Si nos quedáramos con la estricta lógica kelsiana , reduciríamos al
estado únicamente al orden jurídico, y entonces parecería que el estado seria
únicamente una serie de reglas cuya facultad de coerción se mediría en razón de
la eficacia del orden jurídico.

Esta teoría –la kelseniana—ha sido fuertemente criticad porque reduce a tal punto
el estado, que pareciera que éste solo fuera un fenómeno jurídico sin mayor
transcendencia al propio orden jurídico.
UNIDAD 2

CONCEPTO Y UBICACIÒN DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

2.1. CONCEPTO Y ELEMENTOS DEL DERECHO OBJETIVO.

El Derecho es un sentido objetivo es un conjunto de normas que implica


preceptos impero atributivos. Es decir, son reglas que además de imponer
deberes conceden facultades. El derecho vigente, también denominado derecho
positivo, es un derecho legislado y emitido conforme los cánones constitucionales
de un Estado. Al hablar de derecho objetivo.—conjunto de normas---debemos
tener presente la definición relativa al derecho subjetivo. El derecho subjetivo es la
norma que permite o prohíbe es el permiso derivado de la norma.

Diversos autores han tratado de explicar la forma en que se relaciona el derecho


subjetivo y el derecho objetivo, siendo que entre estas acepciones, existe una
obvia relación que nosotros catalogamos como simbiótica, ya que no se concibe
el primero fuera del segundo. Uno de esos autores es el profesor Eduardo García
Maynes,1 quien al explicar el papel que tiene el derecho subjetivo respecto del
objetivo señala que siendo la posibilidad de hacer ( o de omitir)lícitamente algo,
supone lógicamente la existencia de la norma que imprime a la conducta
facultada el sello positivo de la licitud y concluye considerando la existencia de un
problema mal planteado entre ambos conceptos, a los cuales no cabe aplicarles
las categorías

1 el derecho subjetivo, se apoya en el objetivo pero sería erróneo que el primero es solo un aspecto o faceta del segundo.
Así como Kelsen lo afirma se ha discutido largamente si el derecho objetivo precede al subjetivo, o viceversa. Dejándose
llevar por consideraciones de orden psicológico algunos autores declaran que el subjetivo es anterior ya que el hombre
adquiere en primer término, la noción del derecho como facultad y solo posteriormente, con ayuda de la reflexión, se eleva
a la del derecho como norma. Otros sostienen que el subjetivo es una creación del objetivo y que la prioridad corresponde a
éste. Los primeros confunden la prioridad psicológica con la de orden lógico. Los segundos interpretan una simple
correlación como sucesión de carácter temporal. García Maynes, Eduardo.i introducción al estado del derecho ED. Porrúa,
México, 1996, p.37.
de temporalidad, porque ambos conceptos se implican recíprocamente, por ello,
es claro que no hay derecho objetivo que no posea facultades y derecho subjetivo
que dependa de una norma.

De ahí entonces que la acepción del vocablo derecho objetivo. Se utiliza para
designar un conjunto de normas, pudiendo así hacer, alusión a la existencia de
derecho civil, administrativo, del trabajo o constitucional entre otros siendo este
último la disciplina que abordaremos para tratar de dar su concepto y
características.

2.2. CONCEPTO Y CARACTERES DEL DERECHO CONSTITUCIONAL.

Para adentrarnos en el concepto y la característica del Derecho Constitucional,


debemos ubicar dicho término en un sentido amplio. En tal sentido, el Derecho
Constitucional es la parte del derecho que regula las instituciones políticas del
Estado, por lo tanto, su objeto será el estudio de las instituciones políticas desde
una óptica jurídica, o bien, el derecho que regula las instituciones políticas del
Estado.

Cuando hablamos del Derecho Constitucional, encontramos que se trata de los


principios jurídicos de mayor trascendencia estatal, y la base fundamental del
derecho. Por esta razón, el Derecho Constitucional no es únicamente una rama
del derecho, es mucho mas, es la rama fundamental, incluso no sólo para el
derecho público sino para las demás ramas del derecho, como tal, el Derecho
Constitucional tiene características que lo distinguen de las ramas y lo coloca por
encima de ellas,

Al analizar el devenir de las instituciones jurídicas en el transcurso de la historia


como cuerpo doctrinado, como estudio teórico en sí mismo, nos percatamos que
el Derecho Constitucional aparece mucho después que las demás ramas de
derecho. Por ello, es muy claro que ---según los estudiosos del derecho--- primero
nace el derecho civil que norma las relaciones privadas de las personas, así como
las instituciones de carácter penal, y ambas aparecen antes que cualquier cuerpo
sistematizado de carácter doctrinario e institucional que norme al Estado en su
conjunto, y como tal sea materia de derecho constitucional.

Si bien, los primeros estudios de Derecho Constitucional aparecen desde finales


del siglo XIX y a principios del siglo XX eso no quiere decir que antes no hubiera
existido.2 hemos dicho que para
2Esta rama del derecho no tuvo nombre hasta el siglo XIX, una vez que se estableció la costumbre de reunir las normas
jurídicas concernientes a las instituciones políticas en un texto especial, de carácter solemne, llamado Constitución. pero
aun en los países sin constitución
Efecto de una concepción más amplia. El Derecho Constitucional existe desde el
momento en que hay una reglamentación jurídica respecto de instituciones
Políticas, por lo tanto, debemos admitir que desde muchos siglos atrás ya existía
el Derecho Constitucional. No obstante, su estudio doctrinario y sistematizado se
genera después.

Debemos tener presente que la doctrina constitucional se crea bajo una óptica
ideológica que esta íntimamente vinculada a la concepción del Estado de
Derecho.3 Hoy en día , para diversos tratadistas ,hablar de un estado de derecho
no significa únicamente hablar de un sistema normativo ,sino que, el estado de
derecho implica concebir un sistema normativo con características especificas ,
entre las cuales señalamos ; a) que limite la autoridad para que los individuos
cuenten con garantías frente al poder; b) que ese sistema normativo organice al
estado; y, en complemento e, incluso, derivación de ambos, c)que haya en ese
estado un régimen de libertades y un régimen de seguridad jurídica.

Desde su aparición, el Estado de Derecho se concibe a partir del Estado liberal y


a partir de entonces, se van definiendo los alcances del estudio del Derecho
Constitucional. De esta manera se puede decir que el Derecho Constitucional. De
esta manera, se puede decir que el derecho constitucional está vinculado
directamente con la evolución del Estado Libertad.

En el siglo xII, luego de conflicto suscitado con Inglaterra entre el monarca Juan
sin Tierra y los terratenientes, se suscribe un documento jurídico – la carta magna
– que le concede a grandes propietarios derechos frente al monarca, y con ello, se
limita el poder de la corona. Según los británicos en dicha carta se inscribe el
origen de su documento constitucional. Es cierto que dicho documento sirvió de
sustento para la conformación de ese poderoso estado y, por lo tanto, de un
estado que bajo una concepción liberal apunta a conferir derechos a los
ciudadanos y facultades y límites a las autoridades. Aun cuando la Carta Magna
no puede ser catalogada como un documento constitucional con todas las
características que hoy conocemos, lo cierto es que, de cierta forma, ahí se
prescribe un ante--------
Aun en los países sin Constitución existe un derecho constitucional, en la medida en que las instituciones políticas
constituyen el objeto de una regulación jurídica. Duverger, Mauricio; instituciones políticas y Derecho Constitucional. Ed.
Barcelona España, 1998, p.4.

3 Según Mario de la Cueva, la idea de Estado de Derecho consiste en la subordinación de la actividad estatal al derecho y
la norma que señala el límite supremo de esa actividad, mas allá del cual todo acto del Estado es nulo o inexistente. De la
Cueva, Mario; Teoría de la Constitución, Ed. Porrúa, México, 1982, p.31.
cedente respecto a los mecanismos normativos para acotar el ejercicio del poder.

Por otra parte, la regulación jurídica de las instituciones políticas aparece desde la
antigüedad con el surgimiento de las Ciudades- Estatales.4 Tiempo después, en el
mundo occidental estas Ciudades. Estatales sufrieron una decadencia. 5 No fue
hasta del renacimiento Europeo, cuando nuevamente se vuelven a desarrollar las
instituciones políticas con carácter estatal, en las cuales ya se empieza a percibir
la conformación de algunos mecanismos jurídicos que regulan las instituciones
políticas de la época. En ese contexto, el Estado Moderno nace monárquico,
soberano y territorial, y fundamentalmente, nace el Estado nacional.

Tiempo después, se presentaron dos acontecimientos en el siglo XVIII que van a


ser determinantes para la evolución del constitucionalismo. Por otra parte, la
independencia de los Estados Unidos –su declaración de independencia y su
documento constitucional--- y por otra parte, la Revolución francesa, la cual trae
consigo la suscripción de otro documento importante que es la Declaración
Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Los documentos y declaraciones que se firman en los Estados Unidos de América,


(no solamente la constitución promulgada en Filadelfia, sino las constituciones que
previamente habían suscritos los Estados de ese país independiente) sirvieron de
modelo para otros países de América y Europa. Al fenómeno del
constitucionalismo americano le continúo años después la revolución francesa de
1789, la cual genera un nuevo movimiento constitucionalista a partir de la
declaración de los derechos del pueblo y del ciudadano.

Así pues, a partir de la independencia de los Estados Unidos y la Revolución


Francesa, se va gestando un fenómeno interesante, en virtud del cual, los
detentadores del poder someten a los destinatarios del mismo, para poder cumplir
con lo expresado en un documento legal denominado Constitución.

Estos dos acontecimientos representan una evolución constitucional. Desde aquel


momento nos encontramos frente a la concepción, en mayor o menor medida, el
Estado democrático. Cabe recordar que el Estado, por lo menos para muchos de
los teóricos del mismo, sentó sus reales muchos años antes en diversos lugares.
4 En Grecia y Roma, por ejemplo, la polis y las chivitas, constituían una muestra de cómo las instituciones políticas tenían
una regulación jurídica propia.

5 Antes del renacimiento, el poder político se encontraba fragmentado y las instituciones políticas regionalizadas; para el
análisis de dichas instituciones se sugiere el libro del Doctor Andrade Sánchez, Eduardo; Teoría General del Estado, Ed.
Harla México. 1995.
En el mapa europeo desde que culmina la Edad Media con el Renacimiento, ya se
empiezan a definir las características de un Estado nacional emergente; un
Estado donde se reconoce soberano, pero en aquel entonces aún un Estado
soberano sin características democráticas.

Más tarde, con los movimientos revolucionarios del siglo XVIII a que hemos
aludido, al concebirse las instituciones constitucionales; es decir, instituciones
políticas con una regulación jurídica concreta, la Constitución se va a ubicar en la
cúspide de los sistemas jurídicos de los países liberales del occidente, los cuales
van a desarrollar de manera paralela una doctrina, una teoría constitucional
propia.

Para el Derecho Constitucional es importante la existencia de un documento legal


supremo, estructurador de los elementos del Estado, al que denominaremos
Constitución Política. Sin embargo en algunos países ese documento no se
encuentra codificado de manera univoca, sino de manera dispersa, dado la
naturaleza política de esos países le permiten tener esa característica. El caso
típico de una Constitución dispersa – o no escrita—es el Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte , no obstante que la codificación constitucional es
mucho más común entre los países del mundo occidental.

Pues bien, el elemento fundamental de nuestro estudio será el documento legal


supremo denominado Constitución Política, el cual no es nuestro único objeto de
estudio, aunque si el más importante, porque precisamente en él se establecen las
instituciones políticas fundamentales de un Estado.

En efecto, para muchos autores como Karl Schmitt, en cierto sentido, hablar de la
Constitución es hablar de decisiones políticas fundamentales de un Estado, debido
a que es conveniente que estas decisiones estatales se ubiquen en ese
documento legal supremo. No obstante, veremos que en el devenir del
constitucionalismo esto no ocurre con frecuencia, porque la constitución además
contiene otras decisiones y normas que también son importantes, pero no
necesariamente son decisiones políticas fundamentales, como es el caso de
decisiones de naturaleza no política o bien, políticas pero el contenido
reglamentario. De tal manera que nos encontramos con que ese documento
supremo tiene un contenido variante, pero evidentemente su característica
preponderante es la inclusión de decisiones políticas fundamentales.

Ahora bien, para analizar el origen y el sentido del Derecho Constitucional, primero
tenemos que observar que todas las ramas del derecho público tienen su
fundamento en el Derecho Constitucional6
También debemos definir la naturaleza del Derecho Constitucional y de sus
instituciones.

Un aspecto que debe llamar nuestra atención para comprender la naturaleza del
Derecho Constitucional, es el sometimiento de los gobernantes respecto de los
gobernados por medio de instituciones jurídicas, lo que se traduce en organizar al
Estado en pos de la libertad y la realización social e individual de los propios
integrantes de la sociedad.

Como hemos señalado, la evolución del Derecho Constitucional esta concatenada


con la propia evolución del Estado liberal. El concepto de Derecho Constitucional
está vinculado a un concepto que en politología y en Teoría del Estado es
importante, que es el concepto de contrato social, concepto refrendado por varios
filósofos a partir del siglo XVIII y cuyo autor más importante es Juan Jacobo
Rousseau.

El concepto mismo de Constitución tiene una estrecha vinculación en el


constitucionalismo con la idea de pacto o contrato social. 7 Esta última idea es
importante, porque una sociedad es gobernada por la voluntad de los hombres
quienes acuerdan en un pacto social normar sus relaciones sociales. El pacto
social es visto como la base del Estado, en cierto como fundamento o legitimidad
de ese estado.

El pacto social resuelve un problema fundamental que consiste en dar solución a


la contradicción que hay en el Estado liberal, en el cual, si bien tenemos claro que
los hombres nacemos libres e iguales, también necesitamos que el poder político
asegure la convivencia entre las personas que viven en sociedad. Esa
contradicción se resuelve a través del régimen constitucional que nace del pacto
social, donde los seres humanos cedemos parte de nuestra libertad con objeto de
asegurar una convivencia pacífica.
6 El derecho se desarrollo primero en forma de derecho privado y de derecho penal. Sus normas regulaban principalmente
las relaciones entre los miembros del grupo (relaciones de familia y de alianza, relaciones de cambio y de propiedad, y
relaciones resultantes de un daño causado). Las relaciones entre los gobernantes y los gobernados se referían
esencialmente a la represión penal, la regulación fiscal y el servicio militar. El desarrollo del derecho público es en general
más reciente. El derecho administrativo supone ya a un Estado fuertemente constituido, que tiene que una organización
más o menos burocrática en lugar de estar basada en la fidelidad de la persona. el Derecho Constitucional supone que los
gobernantes son considerados hombres ordinarios sometidos al derecho como ciudadanos. Id, Duverger, Maurice,p.6.

7 el concepto de Constitución va más o menos unido al de “pacto” o contrato social”. En lugar de una sociedad basada en la
historia y las tradiciones, se extiende a la idea de una sociedad fundada por voluntad de los hombres, que deciden
establecer entre ellos una colectividad y definen los principios fundamentales para el funcionamiento de la misma Id,
Duverger, Maurice, p 7.
Si bien, reconocemos que las formas de solución para normar la vida social
pueden ser muy ambiguas, cuando hablamos del contrato social estamos
haciendo referencia a una concepción filosófica para una situación de hecho,
estamos tratando de encontrar la naturaleza del Estado y al mismo tiempo
justificando la existencia del Estado; por ello estamos ante una noción muy
importante, con una gran carga ideológica que cumple una de las funciones más
importantes que consisten en justificar no solamente la existencia del Estado, sino
también la existencia del Derecho Constitucional, a partir de su vertiente liberal, y
para justificar la existencia de rémiges democráticos, sin los cuales no se puede
comprende al Derecho Constitucional como se le concibe actualmente.

Por lo tanto, desde la óptica descrita, al hablar de una Constitución, nos referimos
a una forma de pacto social; estamos aludiendo a una idea que influye en los
acontecimientos a los que hemos hecho referencia, tales como, la Declaración de
independencia de los Estados Unidos y la Declaración de los Derechos del
hombre y del Ciudadano en Francia, cuyos documentos entrelazan la concepción
de contrato social con los de Estado Liberal. Estado de Derecho y
Constitucionalismo.

El contenido del pacto social al que nos referimos es en gran medida la


organización de los poderes públicos. El pacto social es la estructura fundamental
del Estado señala tanto los límites de los poderes constituidos, como los derechos
que tienen los individuos respecto de esos poderes. Es como lo diría el maestro
Felipe Tena Ramirez8,, el contenido mínimo del Derecho Constitucional.

Colocándose en una posición doctrinaria, desde el origen de los movimientos


sociales que hemos enumerado---las declaraciones de independencia y de
derechos del pueblo ciudadano---veremos que en el fondo hay un reconocimiento
de los derechos naturales del individuo, también una especie de justificación
política que convergen en ambos documentos.

Pese al paso del tiempo, esa idea de contrato social se mantiene en la mayoría
de las constituciones no obstante la complejidad de

8 en el caso de Felipe Tena Ramírez nos ofrece una aportación a la doctrina mexicana en cuanto a la concepción del
Derecho Constitucional que desde mediados de nuestro siglo ha tenido una fuerte influencia entre constitucionalistas.
Según este autor son tres los ejes para comprender del concepto de Derecho Constitucional a) un derecho de la libertan y
fruto de la libertad; b) un derecho fruto de la historia de cada nación y producto histórico de fines dl siglo XVIII; c) el
producto de la doctrina individual y específica de determinado régimen de Estado. En síntesis Felipe Tena remata de la
siguiente forma “podemos decir que el Derecho Constitucional es el derecho del estado, cuando el estado es derecho” Tena
Ramírez Felipe Derecho Constitucional Mexicano. Ed. Porrúa México, 1995. P 21.
Las sociedades de los sistema políticos. Sin embargo esas estructuras complejas
motivan también la depuración de las estructuras del Derecho Constitucional y del
propio constitucionalismo.

El contrato social inmerso en el constitucionalismo posee a nuestro parecer las


siguientes características: es permanente, porque perdura y se mantiene en forma
continua a través del tiempo es institucional porque tiene una estructura básica
adecuada y reconocida que se establece por métodos formales; es de carácter
jurídico porque es impero atributivo, coercitivo y está vinculado con el propio
carácter institucional que tiene ese pacto. Al definirlo con el carácter jurídico, le
vamos a dar una connotación teórica y técnica superior.

Esa connotación ubica a este documento supremo en la cúspide del sistema


jurídico del Estado, frente al cual todas las leyes y actos jurídicos están sometidos
a esa ley fundamental. Es decir, en torno de la constitución habrá un sistema
jurídico, el cual contiene según la óptica racional y positivista de Hans Kelsen, dos
características esenciales: unidad y jerarquía.

Si nos constriñéramos al aspecto ideológico del concepto de Derecho


Constitucional, como ocurre en algunos Estados autoritarios, evidentemente el
alcance de la constitución sería más limitado de los que ocurre en los Estados
liberales. Hay autores que en el siglo XX han analizado el fenómeno de los
Estados autoritarios, sus contradicciones y por lo tanto, lo que diría Maurice
Duverger: “un proyecto simulado”, que en realidad no contempla instituciones
políticas reales, y por lo tanto, es relativa la existencia del Derecho Constitucional.

La alusión anterior es muy interesante porque aun existiendo instituciones


políticas, si éstas no están contenidas den un marco que limite en términos
efectivos su poder, ni encuadre al poder público y respete los derechos de los
ciudadanos; entonces en esos casos, desde la óptica del Derecho
Constitucional, no existe en ese Estado un autentico Derecho Constitucional,
porque éste solo existe si hay instituciones políticas reguladas jurídicamente, ya
que solo así se alcanzan los objetivos del Estado de Derecho. Por eso, no puede
haber Derecho Constitucional en aquellos países donde no hay sometimiento a la
norma para quienes detenten el poder público. Esto es muy importante para ubicar
actualmente al Derecho Constitucional. Se requiere, independientemente de
quienes sean los destinatarios del poder, que ellos cuenten con recursos contra
los abusos sometidos en el poder gubernamental.

André Hauriou, por su parte, señala que el Derecho Constitucional tiene como
objetivo la organización del estado nacional para una coexistencia pacífica entre el
ejercicio del poder y el ejercicio de las libertades de la población. Según Hauriou el
significado más profundo y mínimo del Derecho Constitucional es organizar en el
marco del Estado Nacional la coexistencia entre el poder y la libertad lo cual
consideramos que implica que una estructura jurídica en la que coexiste un
territorio, poder público y el pueblo, con la finalidad de convivir pacíficamente se
debe acotar el ejercicio del poder y simultáneamente evitar el libertinaje.

En esta definición de André Hauriou se reconoce la necesidad de la existencia del


poder pero en “cohabitación” con la libertad. Evidentemente, podemos sostener
que si se sobrepone la libertad y no hay poder efectivo en el Estado Nacional, se
cae en el libertinaje, que traducido en términos jurídicos genera anarquía, y se
sobrepone al poder público a la libertad hay una deformación también en el propio
Estado, y entonces se cae en un Estado autoritario. Ni en el Estado autoritario, ni
en la anarquía existe el Derecho Constitucional. Esta última, la anarquía, al fin y al
cabo conlleva a la supresión de las libertades públicas por parte de los
detentadores del poder. Reiteramos que el Derecho Constitucional existe la
convivencia de libertad y poder; en esa estructuración jurídica de un Estado
Nacional, donde coexisten libertad y poder, estamos en presencia del Derecho
Constitucional.

Por su parte. Paolo Biscaretti di Ruffia califica de sustancial a la Constitución,


porque se refiere al conjunto de normas jurídicas fundamentales, escrita o no
escritas, que establecen la estructura formal del estado. Desde el punto de vista
formal, el autor italiano clasifica a los tipos de constitución, en rígida (Constitución
escrita con un procedimiento riguroso de re formalidad) y flexible (modificada en
un procedimiento legislativo ordinario).9

Luego de aludir a diversos aspectos que motivan esta reflexión, estamos en


posibilidad de entender lo que Daniel Moreno---profesor mexicano—nos dice, al
plantearnos que el Derecho Constitucional es un conjunto de normas que tienen
por objeto la organización del Estado y el funcionamiento de sus poderes. 10 Para
este autor, hablar de Derecho Constitucional, es hablar de un conjunto de normas
que tienen por objeto organizar y favorecer el funcionamiento de los poderes.

9 Biscaretti de Ruffia, Paolo; Introducción al derecho constitucional comparado. Ed. Fondo de Cultura Económica, México
1996, p. 499.

10 el Derecho Constitucional es una disciplina que estudia la estructura del Estado, y fundamentalmente, su constitución,
aunque ésta, que es la ley fundamental, no contenga de un modo forzoso todos los preceptos básicos, sino que hay un
vasto complejo de normas que, aunque tienen como base la Constitución, no forman parte de esta Moreno. Daniel.
Derecho Constitucional. Ed. Pax. México 1990, p. 3
Hay algún aspecto que debemos destacar en la definición del Derecho
Constitucional que nos ofrece Daniel Moreno, y es en el sentido de precisar que el
Derecho Constitucional es una rama del derecho que se encuentra por encima de
las demás ramas del derecho público. El contenido del Derecho Constitucional es
extraordinariamente rico y tiene mayor jerarquía que los demás, incluso, tiene un
carácter estructurador de las demás ramas del derecho público.

Por ello, ante esa supremacía del Derecho Constitucional, el Profesor Mario de la
Cueva, nos dice que son los constitucionales los principales fundamentales del
derecho público, y en consecuencia---apunta De la Cueva--- el Derecho
Constitucional comprende los principios de que se componen las normas básicas
del derecho público. Sin embargo, el elemento constitucionales un limites a los
restantes elementos jurídicos.

Para Mario de la Cueva el Derecho Constitucional contiene los principios


fundamentales de derecho público y comprende los principios básicos de las otras
ramas del derecho público. Por ello, existen dos aspectos importantes que habrá
que destacar: a) que el contenido, origen y fundamentos de las demás ramas del
derecho público siempre serán jurídicos; y, b) tendrán en cierta medida su
definición o coto en la Constitución del Estado.

En efecto, el fundamento de los ordenamientos de derecho administrativo, fiscal,


etc. Serán fundamentos de carácter jurídico; en cambio el Derecho
11
Constitucional es un derecho originario, entonces sus límites serán meta
jurídicos. Para de la Cueva no solo en el Derecho Constitucional hay principios
fundamentales de derecho público, si no que a su vez, comprende los principios
básicos de todas las ramas del derecho público, y además contiene los limites
para realizar actos jurídicos.

La idea del Derecho Constitucional, desde sus orígenes esta vinculado con la
realidad social y la conciencia nacional. Evidentemente todas las ramas del
derecho contemplan presupuestos lógicos,
11 el Derecho Constitucional tiene autonomía plena derivado de las siguientes dos consideraciones: el Derecho
Constitucional comprende las normas generales de la estructura y actividad del Estado y las normas que fijan los derechos
fundamentales de los hombres. Seria errónea la postura que creyera que el derecho administrativo, el derecho procesal o
derecho penal, por ejemplo carecieran de autonomía. El Derecho Constitucional proporciona únicamente las bases
generales y los límites de las ramas particularmente del derecho público. El desenvolvimiento de estas ramas del derecho
es tan grande que forzosamente, reclaman principios propios y una técnica especial, adecuada a sus necesidades y
finalidades: la teoría del acto administrativo, la doctrina de los servicios públicos, el problema de las formas de la actividad
administrativa, la organización del patrimonio del estado.etc. Id De la Cueva Mario, p.32.
Tienen en cuenta incluso los aspectos culturales, la historia y tratan de regular la
realidad social, pero sus principios básicos están constreñidos a la Constitución.

Es importante enfatizar que el Derecho Constitucional, tiene sus límites mas allá
de lo jurídico, están en la propia realidad social, son meta constitucionales. Es
decir, el Poder Constituyente, el creador de las leyes fundamentales, no tienen
límites en el marco jurídico, debido a que este es el origen y el que determina el
sistema constitucional que se está creando. Al crear el marco constitucional,
define los marcos del Estado, por o tanto, no tiene límites jurídicos, sus límites son
meta jurídicos, son la conciencia nacional, son la realidad social.

Muchos constitucionalistas del siglo XX plantean que la Constitución antes que


nada es una ley; pero existen naciones en que sus constituciones no tienen
sentido estrictamente jurídico, sino que son documentos que contienen solo la
expresión de un programa político de gobierno. La distinción es importante, ya que
la cabalidad solo existe una constitución cuando establece todo un régimen
jurídico es decir, un régimen no solo de los principios políticos sino de derechos,
obligaciones y sanciones. Diría Maurice Duverger que en estos Estados existen
constituciones –ley, a diferencia de otros países en los que simplemente
establecen constituciones-programa, las cuales únicamente tienen un contenido
ideológico, pero carecen de realización en la vida del Estado por carecer de la
efectividad normativa.

Cabe señalar, que Estado de Derecho, estado liberal y Derecho Constitucional


“van de la mano”, son conceptos incluyentes que se interrelacionan para conjugar
desde la óptica occidental los mejores valores humanos. Por el contrario en los
Estados autoritarios no existe regulación auténticamente jurídica de las
instituciones políticas, debido a que su regulación coloca al individuo en un marco
de debilidad frente a la autoridad. Precisamente. André Hauriou señala que la
misión del Derecho Constitucional es organizar el marco fundamental en el Estado
Nacional garantiza la coexistencia pacífica del poder y la libertad.

Una aproximación al concepto de Derecho Constitucional, indica que es el


conjunto de normas que tiene por objeto organizar al estado y el funcionamiento
de sus poderes. Evidentemente, esta concepción es genérica, pero nos ayuda a
tener una primera idea, ya que nos deja en claro el carácter del Derecho
Constitucional, al decirnos que tiene por objeto organizar al Estado y con ello,
destacar su carácter supremo, porque organiza el todo Estatal.
También le da un carácter dinámico al aludir al funcionamiento de los poderes
públicos.

Nosotros agregaríamos a esta concepción que nos da el maestro Daniel Moreno,


que en efecto, es un conjunto de normas jurídicas que tiene por objeto la
organización del estado y de sus poderes, pero esto ocurre para salvaguardar los
valores jurídico-políticos de la sociedad, limitando, por una parte, el poder público,
pero estableciendo cuales son los derechos de los destinatarios de ese poder.

Empero, tenemos que tener claro que en la medida que evolucionan los Estados,
las ideologías y los sistemas económicos y sociales, en esa medida también, se
van a transformarlos valores de las sociedades políticas y el Derecho
Constitucional.

Actualmente, el Derecho Constitucional es un derecho que define a la estructura


del Estado y su funcionamiento, con el objeto de salvaguardar la libertad de los
seres humanos en una convivencia pacífica; y para ello, establece los derechos
mínimos de los destinatarios del poder público y establece un régimen acotado de
competencias para los detentadores del poder. De esa manera. El Derecho
Constitucional al organizar el funcionamiento del Estado, define dos de sus
funciones principales: a) Organiza y define el funcionamiento del poder público y,
por lo tanto, el régimen competencial de sus agentes; y, b) Los derechos de los
destinatarios frente al poder público. Ambas funciones implican el ejercicio mínimo
de un Estado de Derecho.

2.3. RELACIONES DEL DERECHO CONSTITUCIONAL CON OTRAS


DISCIPLINAS

JURIDICAS Y SOCIALES

Comencemos por enfatizar con el maestro Mario de la Cueva que en el Derecho


Constitucional coinciden los principios básicos que componen a las otras materias
que son propias del derecho público, 12 y en ese sentido, el Derecho
Constitucional es el limite a los demás estatutos jurídicos públicos. En ese
contexto. El Derecho Constitucional será a diferencia de las demás ramas de
Derecho Público, un derecho originario, por lo que sus principios son meta jurídica;
en él están los principios de todo el régimen jurídico, y ello implica, que el Derecho
Constitucional están los límites al Derecho Administrativo
12 el Derecho Público es una rama del derecho, en la cual la actuación del Estado, atreves de los órganos, se desarrolla en
una relación de supra a subordinación, una de mando o imperio. Siempre que veamos al Estado actuar en uso de su
competencia, estaremos en presencia del derecho público.
Administrativo, penal, procesal etc. Sin embargo, eso no implica, por ejemplo, que
el derecho administrativo no tenga sus propios principios, su doctrina, su propia
legislación y su propia técnica jurídica, partiendo de su propia especialidad.

Así, el Derecho Administrativo,13 tiene por objeto regular la actividad da la


administración pública, encargada de de satisfacer las necesidades de la
colectividad, debe desarrollarse respetando los principios del Derecho
Constitucional relativos a la administración pública, y así desarrollar sus propias
teorías e instituciones jurídico administrativas, tales como la teoría del servicio
público, la teoría de la concesión, etc.

En el caso del derecho fiscal,14 es un conjunto de normas jurídicas que


sistematizan los ingresos y los gastos públicos, normalmente previstos en el
presupuesto y, que tiene por objeto regular las funciones financieras del Estado.
De una parte tenemos a un Estado que tiene una atribución impositiva, también
leyes que establecen obligaciones contributivas y el estado que capta recursos en
virtud de ellos; sin embargo, el Estado está sometido a principios constitucionales
y legales muy específicos para poder captar esos recursos, 15.

El Derecho Fiscal encuentra en los artículos 31, fracción IV, en diversas


fracciones del artículo 73, y en los artículos 117, 118, y 131 constitucionales, una
serie de principios para materia fiscal.16
13 Nava Negrete Alfonso; Derecho Administrativo Diccionario jurídico mexicano, Ed. Porrúa- Instituto de Investigaciones
Jurídicas, UNAM, México 1991, p. 933.

14 Gil Valdivia Gerardo; Derecho Fiscal, Diccionario Jurídico mexicano Ed. Porrúa Instituto de Investigaciones Jurídicas,
UNAM, México 1991, p. 992.

15 En el marco constitucional existe muy diversos principios en materia impositiva o materia fiscal. Artículo 31, fracción IV
de la Constitución establece la obligación para el estado de que los impuestos que se establezcan sean proporcionales y
equitativos dicho principio constitucional tiene que ser observado por toda la legislación en materia fiscal. En materia
procesal fiscal por ejemplo, para poder realizar las asesorías correspondientes, ya que toda auditoria implica actos de
molestia la autoridad debe de estar sometida a una serie de formalidades esenciales en el procedimiento y esas
formalidades en el procedimiento las exige el marco constitucional.

16 la fracción IV del artículo 31 constitucional dispone de que es deber del mexicano contribuir para el gasto público que
demande el cumplimiento de las funciones encomendadas al estado. Esta facultad del estado debe ser ejercida en manera
proporcional y equitativa, y este es el criterio para juzgar la constitucionalidad de las leyes tributarias. Ernesto Flores Zavala,
sostiene que cuando se trata de juzgar la calificación proporcional y equitativa una ley les decir sobre su justicia se deben
de distinguir 2 situaciones. La justicia consideraba desde el punto de vista de todo sistema tributario en relación con la
necesidad de cubrir el presupuesto de egresos, y la justicia considerada con referencia a un impuesto individual y aislado.
Ernesto Flores Zavala, Elementos de finanzas públicas mexicanas Ed. Porrúa, México 1979p. 208
Por su parte, el Derecho procesal 172 es el conjunto de disposiciones que regulan
la sucesión con cate nada de los actos jurídicos realizados por el juez las partes
y otros sujetos procesales, con el objeto de resolver las controversias que se
susciten con la aplicación de las normas de derecho sustantivo. Evidentemente la
existencia de la autoridad jurisdiccional de la sucesión con cate nada de actos
jurídicos y en sometimiento de las partes a la autoridad, tiene que ser conforme a
los cánones establecidos den la constitución. Esos cánones son fundamentales ya
que significan garantías de los gobernados frente al gobernante. Algunos de los
más importantes son “piedra de toque” del funcionamiento del sistema judicial
mexicano (artículos 14,16,17,20 de nuestra carta magna)18 2 E l el caso de
derecho penal 192, que es el conjunto de normas jurídicas del estado que versan
sobre el delito y las consecuencias que este acarrea, ello es, la pena y las
medidas de seguridad también quedan contenidas algunas garantías que son
consignadas en nuestra Constitución; aquí cabria destacar que los tres principales
temas de derecho penal son la teoría del delito, la teoría de la pena y las medidas
de seguridad, y debemos tener presente algunas de las principales garantías que
se tienen el proceso penal. Con algunos ejemplos queda perfectamente claro que
tanto el derecho administrativo como el derecho fiscal, el derecho procesal, y el
derecho penal que son ramas del derecho público, todas ellas están sometidas a
los principios constitucionales.

Para algunos autores que pertenecen a la corriente que ha prevalecido en el


derecho, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, hay otra rama del derecho
que tiene su relación importante con el Derecho Constitucional, como es el caso
denominado derecho social, que está constituido por el Derecho del Trabajo y el
Derecho Agrario, amén de derivaciones y otras especialidades fruto de la
evolución y las necesidades que debe enfrentar el Estado y el Derecho.

El Derecho del Trabajo y el Derecho Agrario,20 son ramas del


17 Fix Zamudio, Héctor; Derecho Procesal. Diccionario Jurídico Mexicano. ed. Porrúa- Instituto de Investigaciones Jurídicas,
UNAM, México 1991,p,1034.

18 algunos de los principios procesales que prevé nuestra constitución son el principio del debido proceso legal; la garantía
de audiencia (la posibilidad de defenderse antes de ser sancionado); el principio de que nadie puede hacerse justicia por sí
mismo, el principio de que nadie puede ser privado de sus derechos sino mediante un juicio ante autoridad competente en
las que cumpla las debidas formalidades del procedimiento.

19 Bunster, Álvaro Derecho Penal. Diccionario Jurídico Mexicano. ed. Porrúa- Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
México 1991,p,1021.

20. el Derecho del Trabajo regula las relaciones obrero-patronales y trata de rodear al trabajador de todas las garantías en
el desempeño de sus actividades mientras que
Derecho que parten del reconocimiento de que en la sociedad y en el Estado
existen personas que están desprotegidas o marginadas, y en virtud de ello, el
Estado de Derecho las tutela para contrarrestar las diferencias de carácter
económico. En el Derecho del Trabajo y agrario se establecen tutelas concretas
donde el Estado juega un papel activo.

Desde luego que no debemos perder de vista que una Constitución antes que
nada es una Constitución Política que tiene un contenido mínimo, en el que se
encuentran los mecanismos relativos al proceso de creación de las normas
jurídicas del Estado; que implica a su vez, la estructura y funcionamiento del
propio Estado; la organización, las funciones y actividades de los principales
órganos del Estado; y la relación del Estado – con la sociedad. Todo ello se
considera como el contenido mínimo de una Constitución, pero con el paso del
tiempo algunos principios fundamentales de carácter social se han ido
incorporando a dicho documento legal supremo.

Precisamente, a la Constitución mexicana se le concibe como la primera


Constitución social, ya que es la primera en incorporar los principios en materia
laboral y agraria en un texto constitucional. En aquel entonces, por los años 1916-
1917, era no solamente escandaloso que se pretendiese incorporar principios de
derecho del trabajo y agrario en la Constitución, y en efecto, se rompía, con esa
concepción tradicional del Derecho Constitucional.

Al respecto el Maestro Alberto Trueba Urbina, 21 en su obra, denomina a nuestra


Constitución de 1917 como “la primera Constitución político social del mundo”.
Más tarde en 1919 viene la Constitución Weimar en Alemania, donde también
incluían principios de carácter social.

Así en nuestro artículo 123 de la constitución, nuestro régimen constitucional


incluye diversos principios pioneros en materia constitucional del trabajo, tales
como la igualdad de trabajo, la jornada mínima de trabajo, el derecho a la huelga
para equilibrar los factores de producción y el reparto de utilidades que por cierto

El derecho agrario, regula la equitativa distribución de la tierra y, su explotación en beneficio del mayor numero de
campesinos y a la sociedad por el volumen y costo de la producción agrícola y ganadera.Gaxiola Moraila. Federico,
Derecho Social, Diccionario Jurídico Mexicano. ed. Porrúa- Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México
1991,p,1041.

21 Truena Urbina Alberto .La Primera Constitución Político -Social del Mundo Ed Porrúa México, 1971 p 427
Fue incorporado con posterioridad, entre otros. En nuestro régimen constitucional
se contienen pues, diversos principios laborales que son después desarrollados
por la ley de la materia.

Una rama distinta que en ocasiones es considerada como complementaria del


Derecho del Trabajo, es el Derecho de la Seguridad Social, que es una disciplina
que tiene también un carácter eminentemente compensatorio de las
desigualdades que existen en la sociedad que impactan básicamente a los
desprotegidos y marginados, que al igual que en otras ramas del derecho social, el
Estado de derecho trata de equilibrar la situación económica, a través de las
prestaciones sociales.

El papel protagónico del estado y el Estado Social de Derecho seguirá existiendo


mientras cuente el régimen jurídico con instrumentos que generen subsidiaridad y
cierta participación del Estado para equilibrar los factores de la producción y otros
elementos equilibradores en pos de la justicia social; por ejemplo en México
mientras El estado cuente con un papel protagónico y activo en el sistema
educativo básico, de alguna manera cumplirá con este fin. Igualmente, en materia
de seguridad social, concretamente el régimen del seguro social y del ISSSTE o la
atención de salud o población abierta que lleva acabo la Secretaria de Salud. En
todos estos casos hay un papel activo del Estado que no es ajeno a una relación
estrecha con el Derecho Constitucional debido a tres motivos fundamentales:a)
encuadra en la concepción ideológica de nuestro régimen constitucional; b) el
propio marco constitucional establece las bases y los fundamentos para la
participación del Estado en la vida económica; c) el régimen jurídico de que se
trate prevé instrumentos concretos derivados de la propia Constitución para
atender esas necesidades.

Como hemos visto, nuestro Derecho Constitucional implica un conjunto de normas


jurídicas que estructuran y regulan el funcionamiento y los derechos mínimos de
los individuos frente al Estado, lo cual implica un acotamiento competencial. Ese
principio propio del Estado Liberal, se transformó, e históricamente dio paso al
Estado Social de Derecho, el cual se concedía la posibilidad de hacer al Estado en
materia económica. Esta concesión fue resultado del carácter programático de las
normas, lo cual a su vez es el resultado de una serie de ideales que se establece
en la Constitución para hacer frente a la realidad social, concediendo para los
funcionamientos del Estado. Un mínimo de derechos fundamentales de carácter
precisamente social.

Existen otras especialidades en el derecho público como el Derecho a la


Educación o a la Salud, las cuales son de un gran impacto dentro del Derecho
Constitucional, porque sus principios derivan de
Un concepto que ha cobrado gran importancia en la segunda mitad del siglo XX,
que es la búsqueda de la sociedad del bienestar22.

Durante la segunda mitad del siglo XX empezó a gestarse la idea del Estado
Social de Derecho, el cual tiene una vinculación con el derecho social y el derecho
de seguridad, pero sobre todo, implica una destacada participación del Estado a
fin de equilibrar los diversos factores de la producción, procurando atender y
reducir en lo posible las amplias desigualdades sociales.

También en conveniente mencionar, que existen algunas disciplinas nuevas


dentro del derecho público que antes no existían como especie digna de mención,
pero que ahora han adquirido relevancia para la complejidad de la vida en la
sociedad, como es el caso del Derecho Ecológico al Medio Ambiente, que si bien,
es una disciplina derivada del derecho Administrativo, tiene sus particularidades.

Algo similar ocurre con materia agraria, que como hemos dicho, es otra de las
ramas del Derecho Social. La materia agraria evidentemente tiene un elevado
contenido ideológico, al grado tal que modifica la concepción del Estado Liberal al
reconocer en el régimen de propiedad y de tenencia de la tierra, las diversas
modalidades que rompen con la idea liberal burguesa de la propiedad privada
absoluta e ilimitada. Se rompe con esa concepción, al reconocer un régimen que
aplica diversas modalidades donde se reconocen y protegen derechos de diversa
índole, con el objeto de que en el ámbito agrícola y rural se observe la justicia
social.

En efecto, el Estado mexicano reconoce diversas modalidades a la propiedad,


entre ellas a la pequeña propiedad, a la propiedad ejidal y a la propiedad
comunitaria, amén de diversas modalidades urbanas con fines de ordenación. En
ese contexto, el Estado juega un papel protagónico en el ámbito agrario, bajo esa
tesis, tenemos un nuestro artículo 27 constitucional una serie de principios que
consagró
22 si bien debemos admitir que durante los años 80`s y 90`s. El término Estado Social de Derecho ha sustituido en algunos
países por modelos económicos que buscan minimizar la participación directa del Estado en la Economía, al grado tal de
modificar y flexibilizar los sistemas legales y constitucionales para la consecución de estos fines, en estos regímenes
constitucional deben perdurar instrumentos rectoría que hagan factible dar trato desigual a los desiguales, con el objeto de
que los menesterosos y las amplias mayorías superen esa situación, a través de un mínimo de bienestar . la reforma del
Estado en el mundo occidental, ha colocado al estado –para algunos y en algunas naciones—en una situación casi
contemplativa, con incidencia en la reglamentación pero con la participación menos activa en algunos renglones de la vida
económica, y por ese motivo, sin un papel protagónico, tal vez por ello y por el autentico “adelgazamiento del Estado” ha
quedado hasta cierto punto en desuso el término estado de bienestar.
Consagró el constituyente de 1917, en virtud de los cuales se reconocen diversas
modalidades a la propiedad, atreves de un régimen tutelar que pretende eliminar
la concentración de la tierra, eliminar formulas que propicien la inequidad y la
injusticia.

Debemos mencionar que si no estuvieran incorporados los principios que dan


cause al Derecho del Trabajo y Agrario en la Constitución, pero si existieran en
leyes de carácter agrario y laboral, tendrían menos fuerza jurídica, política y social
entre los órganos que los tutelan y las leyes que los rigen, además se colocarían,
obviamente estos principios, en un nivel jerárquico inferior al mandato
constitucional.

Además del Derecho Social, no podemos dejar de mencionar, otra rama del
derecho público importante, que es un derecho internacional público. La
percepción que debemos tener del derecho internacional público, parte de que se
trata de un conjunto de normas jurídicas, que regulan las relaciones entre Estados
y organizaciones internacionales, por lo que el derecho interestatal.
Evidentemente va más allá de las fronteras, por lo menos vincula a dos o más
estados, o a organismos supranacionales.

Por otro lado, en cada Estado existen principios en virtud de los cuales deben
desarrollarse las relaciones entre los Estados. Estos principios internacionales
tienen un impacto directo en las políticas que asume el estado, así también como
en su propio funcionamiento amén de que estos principio también impactan en el
propio régimen jurídico del Estado, por lo tanto el Derecho Internacional Público es
un aspecto fundamental del Estado de Derecho y, en consecuencia, tiene un
contenido de carácter constitucional porque influye en el funcionamiento y
actuación del Estado y en su propio régimen jurídico.

Así los principios de Derecho Internacional se ubican en nuestra carta magna,


tales como, por ejemplo, el principio de no intervención en asuntos internos de
otros países. México ha sido, por cierto, uno de los promotores del principio de
autodeterminación de los pueblos, y al respecto se han desarrolladas doctrinas
mexicanas muy importantes, que son contenido constitucional en México y han
sido reconocidas en el ámbito del Derecho Internacional.

Para entender el Derecho Internacional se debe conocer sus principios


fundamentales y también sus instrumentos jurídicos. Los tratados internacionales
por ejemplo, son instrumentos jurídicos fundamentales para comprender y operar
el Derecho Internacional Público. La regulación de estos y sus principios tienen un
alto contenido constitucional, ya que no deben contrariar a la constitución.

Cuando se trata de entender la relación que existe entre


Derecho Internacional y el Derecho Constitucional, es muy importante tener en
cuenta que pese a que el Derecho Internacional Público evoluciona; aún este
derecho no tiene la fuerza coercitiva que debe tener un sistema jurídico, y en
general, no existe la solidez que se necesita en las relaciones de la comunidad
internacional para que tenga una coercibilidad plena.

Desde el punto de vista doctrinario, algunos países contemplan en sus regímenes


jurídicos algunos compromisos internacionales, pero estos deben circunscribirse a
los principios contenidos en sus propias constituciones. A dicha corriente del
pensamiento se le denomina “Monista Internista”, en la solamente se reconoce los
compromisos internacionales que se celebran con base en los documentos y
formalidades que establece la Constitución de México pertenece a esa corriente, y
contempla a este principio en el Articulo 133 de nuestra Carta Magna. En ese
artículo se establecen tres requisitos en virtud de los cuales es factible que se
celebren tratados internacionales para que se reconozcan por nuestro régimen
jurídico: a)que los celebre el presidente de la República; b) que sea ratificado por
el senado; y, c)que sea acorde con la Constitución.23

Debemos enfatizar que nuestro constitucionalismo en primer lugar contiene los


principios del Derecho Internacional Público y, en segundo lugar, es “Monista
Internista”, o sea, solamente reconoce como válidos los compromisos que son
acordes con la Constitución –carácter genérico y omnicomprensivo que consiste
en que todo compromiso internacional debe ser acorde con la Constitución--.

La integración, ubicación y jerarquía de los tratados internacionales den nuestro


sistema jurídico es un tema muy importe. Veamos con algún detalle. Si se cumple
con los tres requisitos de los tratados internacionales, estos se convierten en parte
de la ley fundamental del país .esto que al parecer de algunos sólo tiene un
contenido semántico, tiene un elevado contenido jurídico. Hemos dicho que la
materia de Derecho Internacional Público los compromisos internacionales que
están suscritos por el Presidente de la Republica son ratificados por el Senado y
están acordes con la Constitución, se convierte en parte de la ley fundamental, por
lo tanto, no solamente integran el régimen jurídico del Estado, sino que son

23 Art 133 constitucional—“esta constitución, las leyes del congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados
que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que celebren por el Presidente de la Republica, con aprobación el
Senado, serán Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada estado se arreglaran a dicha Constitución, leyes y
tratados a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las constituciones o leyes de los estados”.
Parte de la ley fundamental; luego entonces, si hay un conflicto entre una ley
ordinaria y un tratado internacional, conforme a este principio. Prevalece el tratado
porque ya es parte de la ley fundamental.24

Abordaremos otro aspecto; evidentemente, una cuestión que tendremos que


resolver, es la relación que existe entre el Derecho Privado y el Derecho
Constitucional. Pocos autores se ocupan de ello, pese a que es importante
tratarlo. No podemos entender el Derecho Constitucional a plenitud si no
entendemos esa relación. Para efectos técnicos es importante distinguir entre el
Derecho Público y el Derecho Privado, ya que explicábamos que en el Derecho
Público el estado opera mediante relaciones de supra a subordinación y, por lo
tanto, con base en el imperium del estado, mientras que el Derecho Privado no
hay esa relación de imperium. Las ramas del Derecho Privado implican relaciones
de particulares en las cuales también participa en ocasiones el Estado, pero por
medio de la relaciones de coordinación. No obstante, es muy claro que el sistema
jurídico mexicano es único y, por ejemplo, el Derecho Mercantil, aún siendo
derecho privado, no puede oponerse a la Constitución, algo similar ocurre con el
derecho civil pese a regular relaciones entre particulares. Además, el Derecho
Civil y Mercantil deben regulados y legislados, y lo legisla un poder constituido
cuya estructura y funcionamiento son regulados por el Derecho Constitucional. Los
derechos privados en el Estado de Derecho actual no son absolutos. Existen
incluso reglas de sociabilización25 en el Derecho Civil y en el Derecho Mercantil.

Cuando se observa la relación que existe entre el derecho privado y el Derecho


Constitucional, lo tenemos que hacer desde dos ángulos;a) toda norma de
derecho privado para que tenga validez debe ser expedita por un órgano del
Estado (legislativo); y b) estas normas de Derecho Privado deben observar lo
dispuesto en la Constitución tanto por lo que re refiere a la competencia de los
órganos que la regulan como por el contenido mismo de las normas. Así tenemos
que la materia civil es legislada en nuestro país por las en-
24 Existe una diversidad de criterios encontrados en este punto, pero a nuestro parecer Cueva y Jorge Carpizo, en Teoría
de la constitución y Estudios Constitucionales, respectivamente, pero para algunos autores, hay que tener cuidado con esta
afirmación, porque no es verdad absoluta, pero si es un principio que hay que respetar considerando la garantía de las
normas. Es un principio fundamental del derecho internacional.

25 la concepción de derecho privado que existe en el mundo contemporáneo evidentemente parte de tesis en las cuales se
ha socializado mucho el derecho civil y todas las ramas del derecho privado y las tendencias ideológicas de esa
socialización se encuentran en nuestro régimen constitucional.
tidades federativas, porque existen reglas de distribución de competencia en
nuestra Constitución, y el artículo 124 constitucional ordena que lo que no esté
expresamente reservado por la Constitución a la federación, será materia de las
entidades federativas. Por ello, en materia civil, como esta materia no está
reservada para la federación, la pueden regular las legislaturas de los estados.

Con todo lo anterior, debemos recordar que el constitucionalismo implica un


conjunto de normas jurídicas que regulan la estructura y el funcionamiento del
Estado, las relaciones del Estado con la sociedad y también las relaciones de los
diferentes órganos del propio estado, así como el mínimo de derechos que tienen
los individuo frente a los detentadores del poder. Todo ello implica un
constitucionalismo político. Pero no olvidemos que conforme han ido evolucionado
los sistemas constitucionales, se han reconocido la existencia de un
constitucionalismo social fruto de la necesidad de participación del Estado, como
promotor y responsable directo de políticas compensatorias.

Hoy por hoy, pero sobre todo a partir de la segunda mitad de los años ochenta,
una ola de liberalismo mundial ha transformado la mentalidad de los actores
políticos, y con ello, se ha cuestionado la intervención del estado como actor
directo de la economía, lo cual es razonable; pero mientras exista pobreza
extrema y marginalización, el estado debe actuar con responsabilidad directa en y
por la sociedad, y con esto se verá reflejado en nuestro constitucionalismo que no
puede renunciar a ser social.

2.3.1. RELACION DEL DERECHO CONSTITUCIONAL CON DISCIPLINAS NO


JURIDICAS

Existen otras disciplinas relacionadas con el mundo constitucional, pero son


disciplinas no jurídicas que tiene relación con en Derecho Constitucional. Tal es el
caso de la sociología que es una disciplina social que evidentemente tiene relación
con el derecho y con el poder social, por lo tanto, con el Derecho Constitucional.

Para el análisis específico de la relación que tiene la Sociología con el Derecho


Constitucional bastaría apuntar algunas consideraciones muy concretas. Una
Constitución bastaría apuntar algunas consideraciones muy concretas. Una
Constitución es el resultado de diversos factores y fenómenos que se representan
en la sociedad. Así una constitución es el resultado tanto de las ideologías que
confluyan en ella, como el resultado de la actividad de los hombres en sociedad.

En México, no podemos explicarnos la Constitución mexicana de 1917, si no


aludimos a la Revolución Mexicana. No podemos explicar la evolución de las
reformas constitucionales del siglo XX
Sin explicar los hechos que han acontecido en México. El constitucionalismo en
toda nación tiene relación directa con los fenómenos sociales. En cierta medida es
producto de los hechos sociales y la ciencia que estudia estos hechos sociales es
la Sociología. Claro, desde otra perspectiva es evidente el papel del estudio de la
Historia.

Otra disciplina que tiene una relación directa con el Derecho Constitucional es la
Teoría del Estado, lo cual es obvio por que el Derecho Constitucional estudia las
normas que lo estructuran y le dan funcionamiento al propio estado. Igualmente
ocurre con la Ciencia Política que es el Estudio de estado, pero también de los
fenómenos políticos de diversa índole que se dan en las sociedades humanas, al
respecto, debemos tener presente que el Estado es un fenómeno político que está
estructurado jurídicamente.

No olvidemos que el Estado es un órgano político, y que la ciencia política estudia


al Estado como fenómeno del poder. Precisamente, Fernando Lasalle define a una
Constitución como la regulación de los factores reales del poder en una sociedad;
la ciencia que estudia los factores reales del poder de una sociedad; es la Ciencia
Política; las normas de carácter constitucional son el resultado del acomodo
legitimo de las diversas fuerzas políticas en una sociedad. Y cuando esos
fenómenos políticos se estudian en presencia del Estado desde la óptica jurídica
es Derecho Constitucional. Existen otras disciplinas respecto a las cuales no
aludiremos, dado que no es objeto de este estudio.

2.4. ELEMENTOS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

En el análisis científico se ha asegurado que cuando se habla de elementos, si


falta alguno de ellos ya no existe el concepto específico que queramos definir,
entonces cuando hablemos de elementos para el estudio del Derecho
Constitucional, tenemos que involucrar aquellas cuestiones sin las cuales no se
puede estudiar el Derecho Constitucional.

Abundaremos en nuestra opinión, el primer elemento es la teoría y las doctrinas


constitucionales, que consisten en el análisis especulativo y abstracto de las
principales instituciones de carácter constitucional que nos permitirán explicarnos
los fenómenos políticos del Estado. El segundo, es la historia constitucional. Los
principales fenómenos constitucionales se dan a partir de los acontecimientos
políticos de la vida del Estado; es decir, existe una historia de instituciones político
jurídicas en cada país con lo cual se nutre la Historia Constitucional.

Un tercer elemento es el estudio del texto y las interpretaciones


Constitucionales que implica el análisis de los documentos legales supremos que
dan estructura a la vida del estado; reconociendo claro, que en muchas ocasiones
son resultado tanto de las teorías como de las doctrinas en la materia. Otro
elemento es la legislación constitucional, que son las leyes que desarrollan el
sentido de las instituciones políticas previstas en la Constitución, es decir, son las
leyes que se refieren a la estructura y funcionamiento del Estado.

Algo que debemos mencionar, es que una cuestión son los elementos para el
estudio del Derecho Constitucional, y otra, muy diferente, son los elementos de
una constitución. En efecto veámoslo con claridad empezando por las partes de la
Constitución. En realidad se ha generalizado la idea que toda Constitución tiene
una parte dogmatica y una parte orgánica. Los derechos de los individuos frente
al Estado y las garantías individuales son la parte dogmatica de una constitución, y
la estructura y funcionamiento del estado son la parte orgánica. Ambas partes
integran los elementos de una Constitución.

Actualmente, si tratáramos de estudiar los elementos que componen una


Constitución, sería mucho más complejo, debido a que los derechos del hombre,
si bien son las garantías individuales su concepción es más amplia que lo que
entendemos por derechos de los individuos frente al estado. Asimismo, también
hay garantías sociales en una constitución moderna que quizás rebasarían al
concepto de parte dogmática de la Constitución.

Observando la parte orgánica de una Constitución, vemos en primer lugar que se


refiere al análisis de la estructura y funcionamiento del estado—la forma en que se
organiza el Estado—pero también existe en toda la Constitución una “súper
estructura”, que consiste en aquellos principios que son distintos a la organización
del Estado y a los derechos del hombre pero que definen y direccionan al Estado;
por ejemplo, en este apartado están las grandes definiciones de soberanía de una
Constitución contenidos en los artículos 39,40 y 41 de la Constitución.

En efecto, el Maestro Felipe Tena Ramírez señala que en una constitución no solo
hay una parte orgánica y otra dogmatica, también existe una “superestructura
constitucional” , que implica cuatro contenidos fundamentales para toda
Constitución: soberanía popular, forma de gobierno, supremacía constitucional e
inviolabilidad constitucional. En nuestra opinión habría que agregar control
constitucional.

Entonces, además de la parte dogmática y de la parte orgánica que son los dos
contenidos, digamos tradicionales de toda constitución, tenemos una
superestructura constitucional. Por soberanía
Popular entendemos que es el poder supremo de autodeterminación y
autolimitación, que radica en el pueblo (artículo 39,40 y 41).26

A pesar de que el término soberanía nacional es un término conservador, en el


fondo a lo que se alude en nuestra Constitución es a un concepto eminente
democrático—una concepción rousiana—donde la soberanía nacional reside
originalmente en el pueblo.

Asimismo, cuando nuestra Constitución establece que nos constituimos en una


federación hablamos de forma de Estado, pero cuando dice que somos una forma
representativa y democrática, estamos hablando de forma de gobierno, y también
cuando alude a que somos una Republica, habla de su forma de gobierno, y el
documento idóneo que constituye los principios políticos fundamentales es la
Constitución.

En lo que respecta a la Supremacía de la Constitución, nuestro articulo 133, prevé


una jerarquía especial para la Carta Magna, colocándola en la cúspide de todo
sistema jurídico, pero también plantea la unidad, para darle el sistema jurídico
coherencia y sistematización, por lo tanto es un todo. Si unimos ambos
elementos—jerarquía y unidad—ambos conjugan el principio de supremacía
constitucional, en la cúspide de todo sistema jurídico de un estado.

En efecto, el principio de Supremacía Constitucional significa dos cosas: jerarquía


que se traduce en que la norma suprema es la Constitución, y todas las normas y
todos los actos jurídicos en ese régimen deben ser acordes con ella; es decir, todo
régimen jurídico es un sistema coherente y armónico, y cuando por excepción hay
normas que se contradigan, el propio régimen jurídico debe tener formulas de
solución.

El principio de inviolabilidad Constitucional27 (artículo 136) significa la imposibilidad


de trastocar el régimen jurídico establecido y garantizar las libertades y la
seguridad jurídica del régimen. Son los principios y las medidas que adopta un
régimen. Por medio de un texto del orden jurídico supremo, para impedir que se
elimine el propio régimen legal; que se violenten los principios que el mismo
26. dice el artículo 39 de nuestra Carta Fundamental; “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo.
Todo poder público emana del pueblo y se instituye para el beneficio de éste”.

27 Artículo 13 constitucional- Esta constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando alguna rebelión se interrumpa su
observancia. En caso de que por cualquier trastorno público se establezca un gobierno contrario a los principios que ella
sanciono, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se establecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes
que en su virtud se hubieran expedido serán juzgados así como que hubieren figurado en el gobierno emanado de la
rebelión como los que hubieren cooperado a ésta.
Establece sin embargo, la inviolabilidad constitucional no significa inmovilismo
constitucional, una Constitución puede modificarse, enmendarse, reformarse o
modificarse, mediante reglas que prevé esta misma, o habrá quien sostenga, el
“derecho” inalienable a la Revolución, el cual no es de carácter jurídico ya que
sería una contradicción del propio régimen jurídico.

Precisamente una de las garantías de inviolabilidad es el establecimiento de


reglas para que se pueda modificar por vehículos previamente establecidos
nuestro régimen constitucional.28

El control constitucional consiste en que existen los mecanismos para la


resolución de conflictos para obtener la respetabilidad de la Constitución, en
nuestro régimen es muy importante el juicio de amparo, la acción de
inconstitucionalidad y la resolución de conflicto entre poderes e instancias
federales.

2.5 OBJETO Y FIN DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

Siguiendo a André Hauriou podemos decir que el objeto del Derecho


Constitucional es el encuadramiento jurídico de los fenómenos políticos.

Lo primero que debemos tener clara, es saber que el fenómeno políticos y que su
delimitación jurídica. Un fenómeno político es el acontecer en una sociedad que
impacta en el poder que impera sobre los seres humanos que componen un grupo
social. En la Vida de un estado esos acontecimientos que impactan en el poder,
crean e inciden también en las transformaciones de las instituciones del Estado.
Estas instituciones se regulan en un Estado por el orden jurídico, y entonces
podemos tener claro que esos acontecimientos políticos, del poder
institucionalizado que es el Estado de Derecho tiene una regulación en el derecho,
y por lo tanto, eso será entonces el objeto del Derecho Constitucional.

Por su parte, el fin es la meta a la cual aspira el Derecho Constitucional, es el


ideario en la vida de un Estado, es aludir también al ideario de los seres humanos
de la nación. Son los ideales a los cuales aspira el Derecho Constitucional, es el
espacio mínimo de igualdad y libertad de los seres humanos, es la sociedad con
bienestar.
28 Artículo 135 constitución.- la presente Constitución puede ser adicionada o reformada. Para que las adiciones o reformas
lleguen a ser parte de la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por voto de las dos terceras partes de los
individuos presentes, acuerde las reformas o adiciones y que estas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas de
los estados. El Congreso de la Unión o la Comisión Permanente en su caso harán el cómputo de los votos de las
legislaturas y la declaración de haber sido aprobadas las adiciones o reformas.
2.6. EL CONSTITUCIONALISMO COMO METODO PARA LIMITAR EL PODER

El maestro Felipe Tena Ramírez nos dice, “tenemos que observar al


constitucionalismo como una fórmula para limitar el poder del Estado, pero
limitarlo para que sirva a la realización de la sociedad”.

Podemos decir que el constitucionalismo es un método para limitar el poder. Es


decir desde la óptica liberal el Estado se estructura para poder vivir en sociedad.
Pero para poder vivir en sociedad en el mundo contemporáneo se requieren de
normas que al estructurar y organizar al poder público, lo limitan por medio del
Derecho Constitucional. Por lo tanto, el Derecho Constitucional es un método para
limitar el poder, delimitando sus competencias, creando sistemas de coordinación
y de cooperación entre los distintos órganos del poder, creando e integrando
mecanismos que fomenten la división de los poderes, estableciendo mínimos de
libertades de los individuos frente al Estado, etc.

En nuestro concepto, los medios de control constitucional también son métodos


para limitar el poder, porque limitan a sus agentes, los acotan y los someten a un
ámbito. Es decir, para que se respete el mandato constitucional distributivo de
competencias, la Constitución establece mecanismos, algunos de los cuales,
dirimen controversias entre los propios entes de poder que prevé el sistema
constitucional. Pero el resultado y el fin son acordes y congruentes con la máxima
constitucional de limitar a las autoridades, no solo para guardar un equilibrio ente
las instancias constitucionales, sino que además, y en complemento, porque al
controlar y someter al Estado de Derecho a la autoridad de que se trate, se está
salvaguardando el espíritu mismo del régimen constitucional.

Por ello, resoluciones, por ejemplo, en materia de juicio de amparo, o bien de


acción de inconstitucionalidad o conflicto entre poderes, son materia de nuestro
sistema jurídico que ubican a las autoridades en beneficio del orden, del equilibrio,
de la estabilidad de nuestro régimen legal pero también y en el fondo, en el pleno
ejercicio del constitucionalismo como método para limitar el poder.29

29 Consultar artículos 105 y 106 constitucionales


35 UNIDAD 3

EL CONCEPTO DE CONSTITUCION

3.1. CONCEPTO MATERIAL Y FORMAL DE CONSTITUCION

Según Kelsey la Constitución puede ser contemplada en dos sentidos: en un


sentido materia y en un sentido formal.

En su sentido material está constituida por los preceptos que regulan la creación
de normas jurídicas generales y, especialmente, la creación de leyes. Además la
regulación de la norma que crea otras normas jurídicas, así como los
procedimientos de creación del orden jurídico; también desde el punto de vista
material, la Constitución contempla a los órganos superiores del Estado y sus
competencias. Otro elemento que contiene dicho concepto material, son las
relaciones de los hombres con el propio poder estatal y los derechos
fundamentales del hombre.1 la Constitución en sentido material implica, pues, el
contenido de una Constitución.

La constitución en sentido formal –dice Kelsey—es cierto documento solemne, un


conjunto de normas jurídicas que solo pueden ser modificadas mediante la
observancia de prescripciones especiales, cuyo objeto es dificultar la modificación
de tales normas. La Constitución en sentido formal es el documento legal
supremo.

3.2 EL CONCEPTO DE CONSTITUCION DE FERNANDO LASSALLE

Fernando Lasalle se propuso encontrar la esencia de la Constitución, a partir del


análisis realista. De fine a la Constitución como el
1 desde el punto de vista material, las constituciones del mundo occidental, inspiradas en la norteamericana y en las
francesas, han organizado el poder público con la mira de impedir el abuso del poder. De aquí la estructura de la nuestra
Constitución, se sustente en dos principios capitales: a)la libertad del estado para restringir la es limitada en principio)como
complemento indispensable del postulado anterior es preciso que el poder del estado se circunscriba y se encierre en un
sistema de competencias Tena Ramírez ; Derecho Constitucional mexicano, Ed. Porrúa, México , 1995,p.21
Resultado de la suma de los factores reales de poder. Así, lo que debe plasmarse
en un régimen constitucional son las aspiraciones de las fuerzas sociales y
políticas de un estado.

Para Fernando Lasalle una Constitución no sería tal, si no refleja la realidad


política de un Estado, con ello, nos quiere señalar que una Constitución refleja la
realidad. Por ejemplo, vamos s suponer un absurdo para comprender mejor el
pensamiento de Lasalle, imagínese que el día de mañana, el Congreso de la
Unión y la mayoría de las legislaturas de los estados decide que dejamos de s ser
una federación y nos convertimos en un Estado unitario. Asimismo también
decide que en lugar de presidente va a existir un monarca. Si eso sucediera
mañana, carecería de valor porque no reflejaría las aspiraciones de los factores
reales de poder en el México de hoy.

Todo régimen posee una serie de hojas de papel en el que se inscriben los
principios fundamentales que rigen el funcionamiento del Estado, en torno a los
cuales se une su población; ese documento legal supremo que estructura y
señala el funcionamiento de la vida del estado, solo sería una hoja de papel, si no
corresponde con la realidad.

Ante ello, Lasalle dice que hay dos tipos de Constitución: la Constitución real y la
formal. La primera es efectiva porque corresponde a la expresión de los factores
reales del poder, y la otra, únicamente es una hoja de papel. Si bien, no existe una
Constitución que en rigor sea perfectamente real, lo ideal es que mantengan
vigencia sus principios esenciales. Actualmente en México, dada la conformación
de fuerzas al interior del Congreso, se ha pretendido que nuestra Constitución se
identifique cada día mas con las transformaciones que experimenta nuestra
sociedad.

Para Fernando Lasalle2 los problemas constitucionales no son problemas


jurídicos, si no problemas del poder, y por lo tanto, son problemas políticos. No
debemos confundir las palabras de Lasalle con la justificación en una Constitución
de todo tipo de fuerzas políticas; es decir, la tesis de Fernando Lasalle no quiere
decir que si hay intereses de grupos o personas autoritarias, con una serie de
vicios e intereses contrarios a la sociedad, tengan precisamente que prevalecer
dentro de los parámetros constitucionales. Por el contrario, dentro de la tesis de
Fernando Lasalle está que los factores
2 para Lasalle, el derecho debería prevalecer sobre el poder, pero ocurre todo lo contrario hasta que le derecho acumula la
cantidad suficiente de poder para vencer al poder del desafuero y la arbitrariedad, pero como el amaba la libertad, escribió
que solo en la democracia está el derecho en todo su esplendor y que de pronto en ella estaría en poder. Carpizo, Jorge.
Estudios Constitucionales, Ed. Porrúa – UNAM, México 1994.p.41
Reales de poder coincidan con la esencia misma del ser humano que convive en
la sociedad, y esta convivencia debe sustentarse en los valores que promuevan la
evolución del ser humano y su sociedad. Lasalle plantea que “el día en que la
sociedad tenga el poder, ese día resplandecerán los propios principios
constitucionales”.

Ahora bien, habrá que preguntarnos porque en algunos países como en Inglaterra
hay monarquía parlamentaria, y no en otros como en Estados Unidos donde
prevalece una República presidencial. Básicamente se debe a cada nación, en el
desarrollo histórico de sus instituciones políticas y culturales, ha definido su
manera de estructural el poder. Es decir, sus factores de poder han trazado su
propia forma de organización política. Así en cada país, existe una idiosincrasia
que refleja sus valores particulares en su régimen constitucional, en virtud de la
forma en que la sociedad y los grupos políticos contemplan el ejercicio del poder.

3.3. CONCEPTOS DE CONSTITUCIONS DE CARL SCHMITT

Car Schmitt en uno de los principales teóricos de la Constitución y es miembro de


la escuela prusiana, su pensamiento lo analizaremos a partir de la presentación
extraordinaria que realiza Jorge Carpizo y en la cual nos dice que para Schmitt
existen cuatro conceptos de constitución: el absoluto, el relativo, el positivo y el
ideal.

· La constitución en el sentido absoluto se puede examinar cómo ser y como debe


ser. Desde el punto de vista del ser, Schmitt nos plantea que “una Constitución es
el conjunto de relaciones que se desarrollan en una sociedad”. Visto de esa
manera, Schmitt nos dice que al tener una concepción absoluta del ser de una
Constitución podemos subdividirla es tres acepciones: 1) como unidad, 11) como
forma de gobierno; y, 111) como fuerza y energía.

i. Cuando Schmitt se refiere a la Constitución como unidad, la concibe


como la convergencia del orden social. No solo se trata de un sistema
de normas o relaciones –el ser mismo de la comunidad—es algo así
como la existencia política de la comunidad, pero sin referirse todavía a
un sistema jurídico, sino simplemente a una comunidad.

ii. Al aludir a la Constitución como forma de gobierno. Schmitt tampoco se


refiere a un sistema de preceptos jurídicos, sino a la manera de ser de la
comunidad (monarquía, república, aristocracia, democracia, etc.) desde
ese punto de vista, el Estado es una Constitución, sea democrática,
monárquica, o republicana.
iii. Como fuerza y energía, la Constitución cobra una dinámica especia,
sustentada en la actividad y la lucha. Es el resultado de intereses
contrapuestos.

La concepción absoluta de Schmitt, nos dice que la Constitución es una unidad,


es una forma de gobierno, es fuerza y energía, pero desde el punto de vista del
ser vedemos insistir en que no se expresan todas estas concepciones como un
sistema jurídico. En cambio, como deber ser, la Constitución en sentido absoluto,
es la norma de normas, o sea, es la normación total de la vida del Estado.
Cualquier acto jurídico tiene como referente un sistema que culmina en la
Constitución.

· La Constitución en sentido relativo significa simplemente el criterio formal de la


Constitución, como código o documento supremo.

·El concepto positivo de Constitución, es la “Piedra de Toque” de su teoría.


Schmitt dice que la Constitución es la decisión política del titular del poder
constituyente. Es decir, las decisiones políticas fundamentales implican, desde su
sentido positivo, que en todo Estado hay decisiones que son la base de un
sistema jurídico y de la organización del todo estatal.3

Si tomamos la Constitución veremos que existen varias disposiciones políticas


fundamentales: división de poderes, soberanía popular, forma de gobierno,
sistema federal. Etc. El concepto de decisiones políticas fundamentales, es el
punto más fino de la teoría de Schmitt. Bajo la tesis del sentido positivo, una
Constitución es un conjunto de decisiones políticas fundamentales y sus leyes
constitucionales son las normas que desarrollan esas decisiones políticas
fundamentales.

·En sentido ideal, la constitución varía en razón de la clase de ideales que


convergen en ella, dependiendo el desarrollo histórico de la nación, los factores
sociales, sociológicos o económicos. Esos idearios son el sentido ideal de una
Constitución, los cuales son trazados por las fuerzas políticas del Estado que se
trate.

Por ejemplo, en la constitución Weimar de 1919, se plasmaban decisiones


políticas y sociales características de la Alemania de
3 En sentido positivo la Constitución significa “decisión política titular del poder constituyente”, decisiones que afectan al
mismo ser social. La base de ese sentido positivo estriba en la distinción entre Constitución y Ley Constitucional, ya que la
constitución solo se integra por las decisiones fundamentales, por esos principios esenciales, y todas las demás normas
contenidas en el folleto denominado Código Supremo son leyes constitucionales pero no constitución, que es el corazón y el
alma de todo orden jurídico, Carpizo Jorge Estudios Constitucionales, Ed. Porrúa – UNAM, México 1994.p.34
Principios del siglo XX4. En la Constitución mexicana se plasmaron decisiones
políticas fundamentales sustentadas en el ideario de la Revolución, las cuales
implicaban decisiones sociales muy importantes. Así la constitución en sentido
ideal, no es sino la concepción de los idearios y principios políticos que se
plasman en una Constitución.

3.4. EL CONCEPTO DE CONSTITUCION DE HANS KELSEN

Hans Kelsen es el más grande e importante ius-positivista. El profesor de la


escuela de Viena, es uno de los autores más influyentes del mundo jurídico.
Actualmente sus conceptos son útiles, y los principales se ubican en su “Teoría
Pura del Derecho y del Estado”. Para Kelsen el vocablo “constitución” tiene dos
sentidos, un sentido lógico- jurídico y un sentido jurídico-positivo.

Quizás el concepto lógico- jurídico de “constitución”, es uno de los que menos se


conoce del profesor Kelsen, pese a que sin su conocimiento, no se pueda
comprender de manera cabal su teoría de la Constitución, debido a que dicha
acepción es un cimiento básico. Para Kelsen la Constitución en su sentido lógico-
jurídico, es la norma fundamental o hipótesis básica; la cual no es creada
conforme a un procedimiento jurídico y, por lo tanto, no es una norma positiva,
debido a que nadie la ha regulado y a que no es producto de una estructura
jurídica, solo es un supuesto básico. Precisamente, a partir de esa hipótesis, se va
a conformar el orden jurídico, cuyo contenido está subordinado a la norma
fundamental, sobres la cual radica validez de las normas que constituyen el
sistema jurídico.

En la formulación que hace Kelsen sobre la Constitución, es indispensable desde


el punto de vista teórico el vocablo lógico-jurídico que responde a una necesidad
teórica. Si observamos que en la teoría Kelseniana se requiere la existencia de un
supuesto unitario para pode fundamentar las características del orden jurídico,

4 la Constitución de Weimar, del 11 d agosto de 1919, antecesora de la Bonnn, fue la primera en tratar de resolver las
dificultades metodológicas entre el antiguo imperio alemán y centralista y la república federal. Arnaiz Amigo, Aurora,
Derecho Constitucional Mexicano. ED. Trillas México, p.181.
Todo orden jurídico para que sea tal; debe tener unidad y jerarquía, y con ello, los
actos y las relaciones jurídicas tendrán coherencia.5

En el concepto jurídico –positivo, la Constitución ya no es un supuesto, es una


concepción de otra naturaleza, es una norma puesta, no supuesta.la Constitución
en ese sentido nace como un grado inmediatamente inferior al de la Constitución
en su sentido lógico-jurídico puede ser contemplada en dos sentidos, en un
sentido material y formal.

Recapitulando, la Constitución en su sentido material tiene tres contenidos: el


proceso de creación de las normas jurídicas generales, las normas referentes a
los órganos del estado y sus competencias, y las relaciones de los hombres en el
poder estatal. En tanto que en su sentido formal,6 hay una distinción entre las
leyes ordinarias y las leyes constitucionales; es decir, existen normas para su
creación y modificación mediante un procedimiento especial, que se agota a
través de uno o más órganos especiales, distintos a los abocados para reformar
las leyes ordinarias o leyes secundarias.

El Contenido de los artículos 72 y 72 de nuestra Carta Magna contiene el


proceso legislativo de carácter federal, el cual consiste en un procedimiento
ordinario para la creación, modificación o adición de una ley. En este
procedimiento hay una cámara originaria y otra revisora, además de un
mecanismo que describe el propio articulo 72 , que nos permite llevar a cabo una
serie de acuerdos con miras a generar leyes condensadas entre todas las fuerzas
políticas.

En cuanto al desarrollo del procedimiento, intervienen la cámara de origen, que el


ocasiones es la Cámara de Diputados, pero no siempre. Incluso, solo en tres
supuestos es obligatorio que se a la Cámara de Diputados: en materia de
impuestos o contribuciones; en declaración de guerra; y, empréstitos o créditos
internacionales.

Si se tratara de una reforma constitucional, entonces tendríamos que irnos como


dice el artículo 135 de nuestra carta magna, el cual establece un procedimiento
más complejo que el previsto en el artículo 72, porque además de la aprobación
de ambas cámaras, se requiere que haya ratificación de la mayoría de las
legislaturas de los estados. Por lo tanto, de la lectura de los artículos 71, 72 y 135
Constitucional vemos con claridad el concepto de Constitución de Hans Kelsen
con un carácter de Constitución formal.

3.5. EL CONCEPTO DE CONSTITUCIONJ DE HERMAN HELLER

Si tratamos de conceptualizar quien ha sido Herman Heller en el mundo del


estudio del derecho y del Estado, después de analizar a Kelsen, Heller sería algo
así como “una vuelta a la vida” en el estudio de la política. Una vez analizado
Kelsen , que en rigor es un formalista, el más notable ius-positivista, Heller es el
gran sociólogo, su análisis es mucho más cercano a las vivencias sociales, y por
supuesto, esta óptica la refleja en su concepto de Constitución. Heller distingue
tres matices en su concepto de Constitución: a) constitución como ciencia de la
realidad; b) Constitución jurídica destacada; y, c) Constitución escrita.

La primera concepción es la más importante en la tesis helleriana, pareciera que al


aludir a este concepto se refiere a la vida misma de la comunidad al a
Constitución como una suerte de efectividad a la conducta de los hombres en
sociedad. Desde esa óptica hay una normalidad normada que organiza a la
sociedad.

En ese contexto “normalidad normada” significa la regulación jurídica de la


conducta se los seres humanos. Para entender la Constitución en el sentido de la
ciencia de la realidad a que alude Heller, observamos que la normalidad se ajusta
a la expresión jurídica que se sustenta en la realidad social. En síntesis, el ser
debe corresponder al deber ser, eso significa Constitución en el sentido de ciencia
de la realidad.

La concepción de normatividad de Heller consiste en el establecimiento de una


serie de reglas aceptadas por la sociedad a las cuales se somete. Para Herman
Heller no debe separarse la normalidad de la normatividad. Diría Heller, cuando
corresponde el ser al deber ser en la vida de una sociedad, nos encontramos en
presencia de una Constitución politica7, porque solo puede concebirse bajo esta
óptica cuando las normas se ajustan a la realidad. Esta normalidad tiene
fortalecida y completada por la normatividad, tiene que haber una serie de
elementos de valoración jurídica formal que expliquen esa vida de la normalidad.

Esta Constitución normada, ya no solo son reglas jurídicas autorizadas

7 en el concepto de Constitución no podemos separar completamente de la normatividad, el ser y el deber ser, en esta
forma una Constitución política solo puede concebirse como un ser al que dan forma las normas. Id. Carpizo Jorge. P. 38.
Por el Estado, como considera Kelsen; además tienen que haber elementos
propios de la interacción social, elementos culturales y humanos, y una serie de
elementos normados que implican la vida societaria bajo la óptica de una
Constitución normada jurídicamente. Esto es, no solo reglas jurídicas autorizadas,
por el Estado, sino complementadas por elementos constitucionales no normados
o sin carácter jurídico.8

El siguiente matiz es el de una Constitución jurídica destacada. Cuando Herman


Heller se refiere a este matiz, esta aludiendo a un deber ser. Heller pretende lograr
la continuidad histórica y sistemática de la Constitución real, una especie de
conexión entre una estructura conformada por normas y la emancipación de una
serie de valores vinculados a la realidad social. Parte de la existencia de fiesta en
la cooperación entre los hombres para conformar un plan normativo.

Esta concepción tan abstracta, nos permite entender que el deber ser es resultado
de la continuidad histórica de un plan normativo, que de manera sistemática se
formaliza en una Constitución real, por lo tanto, es un plan normativo que
trasciende de generación en generación y que se refleja de manera sistemática en
la Constitución como un “deber ser” de la sociedad, el cual es respetado por ser
un producto depurado a través de las generaciones.

El tercer matiz de la Constitución Herman Heller es más sencillo, se refiere al


concepto de Constitución escrita o documento codificado, legal y supremo, que
contiene diversas disposiciones que regulan la vida política de las sociedades.9

3.6. EL CONCEPTO DE CONSTITUCION DE MANUEL GARCIA PELAYO

García Pelayo trata de hacer una sistematización distinta de la Constitución. Para


él existen tres conceptos de Constitución, el concepto racional-normativo, el
concepto histórico tradicional y el concepto sociológico.
Si tratáramos de sintetizar su pensamiento diríamos que la concepción que le da a
la Constitución racional se base en la idea del Estado liberal burgués, mientras
que la concepción histórica se basa en la idea de legitimidad y la concepción
sociológica en la idea de vigencia. El Dr. Jorge Carpizo nos dice que la tipología
de García Pelayo obedece a que cada uno de estos tipos descansa sobre una de
las principales corrientes políticas y sociales de su época, y que somete su
análisis constitucional precisamente a esas corrientes del pensamiento del siglo
XIX y XX.

El concepto racional –normativo10 es el concepto más cercano a la óptica


tradicional de la teoría del Estado. En este concepto coloca al sistema jurídico
constitucional en consonancia con el concepto de Estado liberal burgués. Dicho
concepto parte de la tesis de que debe existir en la vida del Estado un sistema
jurídico que resuelva casuísticamente los eventuales conflictos ente los
particulares, de tal manera que atreves de ese sistema racional, se resuelvas las
incidencias de la vida del estado. Es decir, la Constitución crea la ficción de que el
estado es indispensable para la vida en sociedad. La Constitución se convierte
bajo esa óptica, en un mandamiento racional que sistematiza las posibilidades de
la vida política del estado y que además, al despersonalizar la noción de
soberanía, declara a la Constitución como soberana, porque tiene el poder
supremo de autodeterminación y autolimitación de la vida en sociedad. Va a
racionalizar la vida en sociedad, para solucionar los problemas y vicisitudes que
se presente.

La Constitución en ese contexto se coloca en una posición suprema para la vida


social, porque toda la vida estatal se hará con arreglo a las normas
constitucionales que son pre determinadoras de la vida social. Se concibe así la
Constitución como un ente abstracto. Bajo esa concepción la Constitución es un
documento a través del cual el sistema normativo otorga viabilidad a la vida
estatal; en un concepto mediante el cual hay una ordenación total del estado que
resuelve los casos particulares de la vida en sociedad; también, a través de la
Constitución prevalece la razón estatal que permite el orden, la seguridad y la
estabilidad política del país.

Ningún otro poder más que el de la Constitución de un Estado es supremo. No se


puede actuar más allá de las normas jurídicas que establece la Constitución, o que
derivan de ella. Empero, la propia
Constitución va cambiando conforme a la propia realidad social, pero aunque
cambie, existen principios que son inmutables. Por ello, es menester que la
Constitución sea escrita en obsequio de la seguridad pública del estado.

Hay un poder constituyente (soberano) y un poder constituido (representativo), al


cual diferencia el concepto racional normativo y bajo esta óptica, las normas
constitucionales lo son por su contenido, pero también porque están en un
documento legal supremo.

Por otra parte, el concepto histórico tradicional, nace como una reacción al
concepto racional normativo que está vinculado al Estado liberal burgués. A
diferencia de la concepción racional normativa cuyo postulado es estrictamente la
razón, el concepto histórico tradicional es una consecuencia del devenir histórico
de cada nación. Por eso, la concepción histórica tradicional es una visión
conservadora cuyos alcances son resultado de las transformaciones históricas.

Desde esta óptica la Constitución se va creando en el devenir histórico, por usos y


costumbres, no tienen nada que ver con la planificación y la razón humana. Una
postura menos radical al respecto, es precisamente el devenir histórico coincide
con la razón y, por lo tanto, existen algunos aspectos del constitucionalismo de
una nación que pueden ser planificados, producto precisamente de la visión
prospectiva de una sociedad.

En la concepción histórica tradicional, a diferencia de la primera que analizamos,


no es indispensable que haya una Constitución escrita, porque el propio devenir
histórico va conformando el ser constitucional. Las costumbres y los usos
conforman ese ser tradicional, ese ser histórico que denominamos Constitución.

Por su parte la concepción sociológica es totalmente distinta a las anteriores. Esta


concepción nos señala García Pelayo ,11 es el origen de las constituciones de
carácter social. Concibe que tanto el derecho, la cultura y la política se deben de
analizar científicamente. Bajo la concepción sociológica se relativiza la política, el
derecho y la cultura en situaciones de carácter social, incluso, se relativizan a las
situaciones sociales.

En este caso, la Constitución no es un deber ser sino un ser bajo esta concepción.
En contrapartida a la concepción histórica tradicional, la Constitución es un
producto del presente y no del devenir ni el pasado histórico, es una situación
social que esta activa, que
11 se entiende por sicologismo “una concepción científica y una actitud mental que de manera más o menos intensa y
relativiza la política, el derecho y la cultura a situaciones sociales”. Id. Jorge Carpizo, p.40.
Se vive momento a momento, es el resultado de los factores sociales y
económicos del presente.

En síntesis, García Pelayo plantea tres concepciones, la primera, expresión del


Estado liberal burgués, en la segunda una concepción de la Constitución bajo la
óptica tradicional, y en la tercera la Constitución bajo la óptica sociológica. La
primera nos dio la idea de validez, la segunda la idea de legitimidad y la tercera la
idea de vigencia.

Otro de los aspectos que nos enseña con toda claridad García Pelayo es que
existe una gran ideológica en el concepto de Constitución. Está claro que en la
ciencia del Derecho Constitucional tiene una gran importancia el concepto racional
normativo y los liberales defenderán a capa y espada este concepto. El concepto
histórico –tradicional tiene un contenido que será defendido por los conservadores
que existen en toda sociedad, y el concepto sociológico será defendido por los
grandes revolucionarios y, particularmente, los socialistas quienes buscarán una
sociedad más justa y, más humana que responda a las necesidades del cambio
de la sociedad actual.

Sin embargo, no perdamos de vista la primera concepción, la racional normativa,


fue aquella que en alguna medida contribuyo a los primeros elementos de
teorización de nuestro Derecho Constitucional.

3.7. EL CONCEPTO DE CONSTITUCION PARA OTROS AUTORES

Aristóteles.12—El gran pensador Estagirita, no solamente tuvo impacto en la


filosofía y en la metodología de la lógica y d la ética, sino también en la
conformación de la ciencia política y en la primera concepción que tuvo de muchas
definiciones políticas; evidentemente, en su obra encontramos una tipología de la
Constitución.

Aristóteles aludió técnicamente a una tipología de la Constitución, pero nunca


formulo una teoría sistematizada acerca de ella, nunca tuvo la intención de
codificar de manera científica un estudio consistente sobre la Constitución.

Sin embargo, podemos decir que Aristóteles tuvo una visión de la Constitución en
los siguientes aspectos: a) se puede estudiar a la Constitución como una realidad,
lo que estamos diciendo es que
Una Constitución desde esta óptica, es el acontecer de la vida de la comunidad,
es la vida misma de la sociedad y el Estado, la existencia de una comunidad
armonizada u organizada políticamente; b) también el pensamiento de Aristóteles
se puede distinguir a la Constitución como una organización, en ese sentido se
refiere a la forma de organizar las maneras políticas de la realidad; c) Diría
Aristóteles que se puede estudiar a la Constitución como lege ferenda, es decir,
todo gobernante tiene que analizar cuál es la ,mejor Constitución para un Estado,
las mejores formas, en virtud de las cuales, se organiza mejor el Estado para la
realización de sus fines, para realizar los fines de la comunidad.

Cuando Aristóteles hace el análisis de las tipologías políticas, llega a una


conclusión muy interesante: ni la monarquía, ni las oligarquías, ni las democracias
son idóneas sino que las mejores constituciones son aquellas que son mixtas, o
sea aquellas que tuenen combinados elementos aristocráticos, monárquicos y
democráticos.

Karl Loeweintein.-es un autor que se debe tener muy presente en la actualidad


debido a que es de los grandes constitucionalistas, no solamente por su
concepción acerca de a la materia sino por su claridad de expresión y
pensamiento. Loeweinstein es uno de los grandes realistas del estudio del
Derecho Constitucional en la época contemporáneo.

Plantea que en toda la sociedad existe una Constitución real u ontológica. Una
Constitución ontológica es el ser de cada sociedad, es la cultura social real, son
las formas de conducta reconocidas, son los principios políticos en los que se
basa toda comunidad, y que se formaliza en una Constitución escrita.

Georges Burdeau.- Para este autor, una Constitución es el estatus del poder
político convertido en instituciones estatales. La Constitución es la
institucionalización del poder.

Maurice Hauriou.- Dice que la Constitución es un conjunto de reglas con materia


de gobierno y de la vida de la comunidad. La Constitución de un Estado, es un
conjunto de reglas que son relativas al gobierno y a la vida de la comunidad
estatal.

Esas reglas se refieren a la existencia fundamental de la comunidad. Entonces


bajo la óptica de este autor, el poder político no únicamente se refleja en reglas
jurídicas, sino que el poder político debe reflejarse en reglas especiales que son
las que conforman la Constitución, reglas especiales que se refieren a normas
fundamentales porque lo que regulan es la existencia fundamental del estado.
Es el ser político fundamental, no cualquier regla jurídica si no aquellas que se
refieren a la vida fundamental de la comunidad.

Entre los autores mexicanos encontramos algunos destacados en la segunda


mitad del siglo XX: Felipe Tena Ramírez Mario de la Cueva, Ignacio Burgoa, y qué
decir de Jorque Carpizo.

Mario de la Cueva, es citado en el Derecho Constitucional por su concepción de


Constitución, la cual está muy completa. Afirma que hay una Constitución dirigida
o creada, y que esa Constitución es la fuente formal del derecho. Afirma de la
Cueva, que la Constitución como fuente primaria, está colocada por encima del
Estado, del Estado de Derecho.

Para este autor mexicano, la Constitución contiene la esencia jurídica de una


comunidad, y así, con ese carácter de fuente primaria, de ella emanan todas las
normas de la conducta de los hombres y no solamente de ella van a emanar, la
fuente de todas las normas de conducta de los hombres, sino que también va a
determinar la estructura y funcionamiento del estado.

La Constitución vivida o creada es la fuente formal del derecho.

De la Cueva se refiere con ello, a que es la única fuente que posee el carácter de
primaria; o sea, colocada por encima del Estado, por lo tanto contiene la esencia
del orden político y jurídico. Por ser la fuente primaria, de ella van a emanar todas
las normas de la conducta de los hombres, pero no solamente eso, sino también
la estructura y el funcionamiento o la actividad del propio Estado la idea que tiene
de la Cueva sobre la Constitución, es una idea que tiene también elementos
materiales y estructurales muy importantes, es una concepción muy completa.

Jorge Carpizo.- este autor en sus “estudios constitucionales”, nos obsequia una
clara descripción de la Constitución, de las teorías, posturas y corrientes que ha
habido en torno a ella. Además de esta gran contribución, también analiza el
concepto desde diversos ángulos nos dice que la palabra Constitución, como tal,
es una palabra que tiene diversos significados, es una palabra multívoca.

Así, cuando existe cierto orden que permite que se efectúen hechos entre
gobernantes y gobernados hay una Constitución. Nos describe Carpizo que se
puede contemplar a la Constitución desde diversos ángulos, desde el Angulo
económico, sociológico, político, histórico, y jurídico, y desde el punto de vista
jurídico, vemos la vida normada de un país, que el Derecho Constitucional será la
estructura del funcionamiento del Estado.

Carpizo también nos dice que una Constitución es un juego dialéctico entre el ser
y el deber ser, la Constitución de un país es dinámica, es un duelo permanente
entre el ser y el deber ser, un duelo permanente entre la norma y la realidad 13. La
norma puede ir más allá de la realidad, forzar a ésta para lograr lo que se adecue
a ella, pero con un límite: que no trate de violentar esa realidad en nada que
infrinja la dignidad, la libertad y la igualdad humana.

Para finalizar Carpizo nos dice que la Constitución puede ser contemplada desde
dos ángulos como una Constitución material o como una Constitución formal. La
Constitución material será el contenido de derechos que tenemos los hombres
frente al Estado, esa organización, atribuciones y competencias están en la
Constitución. Desde el punto de vista formal, es el documento donde están esas
normas constitucionales, las cuales solamente se pueden modificar por un
procedimiento especial.

Remata Carpizo “todo estado tiene una Constitución material, contiene una serie
de normas relativas a cómo se organiza el propio Estado, qué relación tiene con
los hombres de ese Estado etc. Pero no todo Estado tienen documento legal
supremo.”

El planteamiento de Jorge Carpizo sobre la concepción de la Constitución es todo


un estudio que hace una suerte síntesis entre los grandes pensadores acerca del
concepto de Constitución.

Es una de las grandes aportaciones que hace el Doctor Jorge Carpizo.

13 la realidad—el ser –determina la norma en cuanto realmente acontece algo que puede estar o no de acuerdo con la
norma, pero esta a su vez influye y determina a la realidad en cuanto a varios preceptos suyos que van imponiendo sobre
ese ser y van alcanzando vigencia preceptos que solo eran ideales. Id. Jorge Carpizo.p.43
UNIDAD 4

CLASIFICACION DE LAS CONSTITUCIONES

4.1 SEGÚN SU FORMULACION JURIDICA

Diversa han sido las clasificaciones de las constituciones en el Derecho


Constitucional. En este apartado conoceremos a un tipo de clasificación tradicional
de las constituciones que se han dado en el mundo occidental, para comprender
de esa manera, con mayor claridad los primeros esfuerzos serios en el desarrollo
del tema.

En efecto, existe una clasificación que ha sido clásica en virtud del la cual se
conoce a las constituciones como escritas y no escritas. el maestro Daniel Moreno
denomina a esa clasificación según su “forma jurídica” se entiende como
constitución escrita al documento en el que se plasman los principios
fundamentales sobre los que descansa la organización , los límites y las
facultades del estado, así como deberes y derechos de los individuos; es el texto
específico que contiene la totalidad o casi la totalidad de las normas básicas; es
tanto que en la Constitución no escrita con consuetudinaria, no existe un texto
especifico que contenga la totalidad o casi la totalidad de las normas básicas.

Es una clasificación clásica, por que ha sido abordada por diversos autores en el
mundo durante muchas décadas e incluso, desde las primeras nociones que se
elaboraron en esta materia. Es una clasificación que además de su espíritu
pedagógico también contempla otras ventajas que citaremos a continuación.

Respecto de esta clasificación considera ESMEIN que es preferible una


Constitución escrita a otra que no es escrita o consuetudinaria, debido a que una
constitución escrita permite una mayor certidumbre jurídica y concede ventajas de
técnica jurídica. En efecto otorga mayor certidumbre jurídica porque se conoce con
mayor precisión que normas son constitucionales y cuáles no lo son
1. Moreno, Daniel; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Pax. México 1990, p.15.
y otorga mayores ventajas, debido a que es más sencillo ubicar la jerarquía y la
unidad del sistema jurídico en un régimen de Constitución escrita, debido a que
automáticamente se coloca en la cúspide de ese régimen jurídico el documento
constitucional y, a partir de este, emanaran las demás instituciones de carácter
legal.

Al analizar el pensamiento de Esmein, se concluyen tres ventajas de las


constituciones escritas: a) la superioridad de la ley escrita sobre la costumbre, lo
cual se había reconocido desde finales del siglo XVIII, ya que desde entonces
existía la necesidad de llevar a un rango superior las reglas constitucionales; b)
también desde el siglo XVIII es importante el reconocimiento del pacto social que
implica una Constitución dictada por la soberanía nacional, lo cual es interesante
desde la óptica de la legitimación de los principios jurídicos que emanan de la
soberanía nacional; c) en una constitución escrita hay mayor claridad y precisión
en cuanto al contenido constitucional y esto desde luego, elimina confusiones, y
por lo tanto, evidentemente a contrario sensu en una Constitución no escrita, es
más fácil la ambigüedad respecto de cuales normas deben considerarse de
carácter constitucional.

Cuando corresponde cursar esta materia es posible que los alumnos conozcan,
cuales son las constituciones no escritas y que prácticamente, hoy por hoy se dan
por exclusión; pero evidentemente la Constitución más conocida y ejemplificada
del mundo, es sin duda la Constitución del Reino Unido. La Constitución de los
Estados Unidos de América, amén de muchas otras como la Francesa, son
ejemplos típicos de Constitución escrita.

4.2 SEGÚN SU REFORMABILIDAD.

Según su reformabilidad las constituciones se clasifican en rígidas y flexibles. Las


constituciones rígidas son aquellas que requieren de un procedimiento espacial y
complejo para su reformabilidad; es decir, los procedimientos para la creación,
reforma o adición de las leyes constitucionales es distinta y más compleja que los
procedimientos de las leyes ordinarias.

Para efectos de nuestro curso, el primer caso que debemos citar en la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que señala en su artículo
135 un procedimiento más complejo que el procedimiento ordinario de creación y
reformabilidad legal. Para el debido análisis se debe observar lo dispuesto en los
artículos 71 y 72 de la Constitución, respecto de las leyes ordinarias, y compara el
mecanismo que se dispone con lo relativo a las reformas constitucionales, para las
cuales habrá que adoptar el artículo 135, en el cual se establece un procedimiento
más complicado que el artículo 72, porque en el caso del artículo 135, no basta
con el procedimiento de cámara revisora y cámara de origen que establece el
artículo 72, ahí no se agota el procedimiento, sino que una vez llevado a cabo el
procedimiento a través de estas dos cámaras, el procedimiento del 135 ordena
que además de ello y con votación de dos terceras partes de los individuos
presentes en cada cámara, se obtenga después la aprobación de la mayoría de
las legislaturas de los individuos presentes en cada cámara, se obtenga después
la aprobación de la mayoría de las legislaturas de los Estados y, con esto, está
claro que el procedimiento es más complejo.

Esta clasificación nos enseña cuestiones interesantes y apuntaremos algunas de


ellas: en la práctica las constituciones escritas son también constituciones rígidas;
es decir, cuando en un Estado encontramos que existe Constitución escrita,
descubrimos que esta tiene un procedimiento más complejo de reforma o adición
que el procedimiento para la creación, reforma o adición de una ley ordinaria.

No obstante una crítica interesante a esta clasificación es en el sentido de que, de


acuerdo con la dinámica política de cada país, el hecho de que exista en un
régimen jurídico mayor complejidad para que se forme o adicione la Constitución,
no significa necesariamente que sea un autentico coto a los extremos de
reformabilidad de una Constitución.

En efecto, parecería que el hecho de que exista en las constituciones escritas un


procedimiento más complejo para su reformabilidad, implica, en principio que al
haber mayor dificultad no sea tan sencillo que se hagan reformas constitucionales,
porque estas tienen un cariz especial y de mayor jerarquía; sin embargo, en la
realidad nos encontramos, que no necesariamente el hecho de que exista una
constitución rígida, implica que haya gran dificultad para su reformabilidad. Por
ejemplo, en el caso mexicano, se han presentado un sin número de reformas de la
Constitución de 1917 pese a ser una Constitución rígida.

Pero el tema debe analizarse con mayor cuidado, el procedimiento rígido, no nada
más implica que haya un procedimiento más complejo, sino que también implica
que haya mayor participación de las instalaciones del poder y de los órganos
estatales de una nación. Debemos anotar que en el caso mexicano,. Debido a la
evolución de su sistema jurídico y dad a la naturaleza constitucional y política que
experimenta con motivo de la evolución democrática, es mucho más complejo que
haya una reforma constitucional que lo que ocurría apenas hace unos años, donde
no había en el Congreso una integración más equilibrada entre las fuerzas
políticas representativas del país.
¿A qué se debe esto?, reiteramos con precisión: se debe a que es necesaria una
votación especial, de acuerdo con el artículo 135 en ambas cámaras; se requiere
de mayoría absoluta de dos terceras partes de los miembros de cada cámara para
poder reformar la Carta Magna, y eso, debido a la pluralidad con la que se expresa
el México de hoy, requiere de una labor más honda de concertación y acuerdo
político, debido a que ningún partido político tiene la mayoría necesaria por si
mismo que le permitiese esa reformabilidad constitucional.

Asimismo, existe la posibilidad de que ese fenómeno se reproduzca en la mayoría


de los Congresos de los Estados, en los que también se tendría que hacer de
amplio ejercicio de concertación y arduo trabajo político que favorezca la
búsqueda de acuerdos y consensos legítimos en un país cada vez más
democrático y participativo.

Este tema de la reformabilidad constitucional es un tema interesante que


abordaremos a detalle más adelante; sólo apuntaremos aquí que el Poder
Constituyente Permanente o poder reformador, es aquel poder que reforma y
adiciona la Constitución y, que como tal, está por encima de los poderes
constituidos. Ese poder constituyente permanente lo componen las instancias que
se deben acotar para reformar y adicionar el texto constitucional, con los límites y
formalidades que la propia Constitución señale. Ese poder constituyente se ubica
en el artículo 135 constitucional, y es un caso distinto al poder constituyente
originario, que es, quien precisamente, crea la Constitución.

Por otra parte, es interesante apuntar a si analizamos la Constitución de los


Estados Unidos de América, observaremos dos procedimientos de reforma o
adición a su Constitución; uno de ellos es relativamente similar al nuestro, pero no
debemos abundar en ello en este espacio, pero si destacar que si se suman las
reformas que a la fecha ha tenido la Constitución americana, encontramos que se
trata de 27 enmiendas y derogada la vigésima octava.

En efecto, solamente ha habido 27 reformas o adiciones denominadas enmiendas,


de las cuales, en realidad, 10 fueron complementos a la propia Constitución y
fueron integradas a ese documento, tan solo pocos años después de su
expedición. Aparentemente, prevalecería en aquel país la tesis en el sentido de
que ha sido efectivo el método rígido de la reformabilidad de su Constitución; sin
embargo, si analizamos las interpretaciones de la Suprema Corte de Justicia - que
ampara su propia Constitución – es factible una amplia reformabilidad. Esto trae
consigo, una alta politización del Poder Judicial de los Estados Unidos de América
y particularmente de la Suprema Corte de Justicia.
El tema de la interpretación constitucional es fundamental para entender una serie
de temas de esta naturaleza.

4.3 SEGÚN SU ORIGEN

4.3.1. Otorgadas.

4.3.2. Impuestas

4.3.3. Pactadas

4.3.4. Por voluntad de soberanía popular

El mismo Bryce señala que según su origen, las Constituciones pueden ser
otorgadas, impuestas, pactadas o por voluntad de soberanía popular.

Las constituciones otorgadas, se dice que corresponden tradicionalmente a un


Estado monárquico, donde el propio soberano es quien precisamente las otorga;
es decir, son aquellas en las cuales el monarca, en su carácter de titular de la
soberanía, las otorga al pueblo. En este caso, se parte de las siguientes premisas:
a) desde la perspectiva del monarca, es él quien la otorga por ser el depositario de
la soberanía; b) es una relación entre el titular de la soberanía – monarca- y el
pueblo, quien simplemente es receptor de lo que indique el monarca; c) se trata de
una Constitución en la cual se reconocen derechos para sus súbditos. Se dice que
un ejemplo típico de lo anterior es la Constitución francesa de 1814, en ésta, Luis
XVIII otorga una Constitución y derechos a los súbditos franceses.

Por su parte, en las Constituciones impuestas, el Parlamento la impone al


monarca y cuando en este caso hablamos de Parlamento, hablamos en sentido
amplio con lo que aludimos a la representación de las fuerzas políticas de la
sociedad de un Estado, de los grupos reales de poder en un Estado que se
configuran en un órgano denominado Parlamento. En este tipo de Constitución, es
la representación de la sociedad la que le impone una serie de notas,
determinaciones o de cartas políticas al rey, y éste las tiene las aceptar. Por lo
tanto, existe en el caso de las constituciones impuestas, una participación activa
de la representación de la sociedad en las decisiones políticas fundamentales. Un
ejemplo de este tipo de Constitución de Cádiz de 1812.

Mientras que en las constituciones pactadas, la primera idea que tenemos es el


consenso. Nadie la otorga en forma unilateral, ni tampoco las impone debido a que
si son impuestas y no se pactan carecerían de un marco de legitimidad. Estas
constituciones son multilaterales, ya que todo lo que se pacte implica la voluntad
de dos o más agente, por lo tanto son contractuales y se dice que parten de la
teoría del pacto social. Así, se puede pactar entre comarcas, entre provincias o
bien entre un monarca y el pueblo, entre partidos políticos, entre fracciones
revolucionarias, etcétera.

Está muy claro que las constituciones pactadas o contractuales implican: primero,
una mayor evolución política que en aquellas que son impuestas u otorgadas,
segundo en las pactadas hay una fuerte influencia de la teoría del pacto social,
tercero en aquéllas que son pactadas este pacto o consenso se puede dar entre
diversos agentes políticos- todos aquellos grupos de poder real que estén
reconocidos por el Estado- Así, aun tratándose de una monarquía, cuando se
pacta los gobernados dejan de ser súbditos.

Cuando el origen del documento constitucional es directamente la sociedad se


trata de una Constitución que según su origen es voluntad de la soberanía
popular, la cual por lo general se manifiesta a través de una asamblea. Por lo
tanto, no es que la sociedad pacte con los detentadores del poder público, sino
que la propia Constitución surge de la fuerza social.

Hay quienes sostienen que existen constituciones que son ratificadas, como es el
caso de la Constitución de los Estados Unidos, ya que después de ser expedida
por el Congreso de Filadelfia a partir de 1789 fue sujeta a votación de los nuevos
estados8 .

4.4 CLASIFICACION QUE HACE KARL LOEWEINSTEIN

Tiene una gran ventaja analizar las clasificaciones que hace Karl Loeweinstein,
debido a que nos permite un repaso de las diversas clasificaciones y además nos
da su clasificación vinculando la Constitución con la realidad social.

Inicialmente Karl Loeweinstein hace una fuerte critica a los métodos con que se
han clasificado las constituciones, si bien dice que han tenido cierta utilidad, los
considera a alguno de ellos anticuados, por ejemplo, cita la clasificación de
constituciones escritas y no escritas.

De hecho Loeweinstein señala que si existiera un registro de todas las


constituciones que hay, veríamos que son demasiados Estados que han tenido en
su historia diversas constituciones escritas9
8 Los estado ratificaron la constitución solo bajo ciertas condiciones. Habían dado su aprobación con el argumento de que
las enmiendas deberían de aclarar las clausulas excesivamente imprecisas del texto, sobre todo para definir las fronteras
entre los derechos del Estado Federal , y de los derechos federados y para especificar el derecho a la sucesión si el
gobierno federal abusaba de los poderes que le habían sido delegados por los estados. después de debates en ambas
cámaras los federalistas propusieron 10 enmiendas y el derecho de Virginia fue el undécimo estado en ratificarlas el 15 de
diciembre de 1971. Massachusetts, no obstante haber iniciado el movimiento federalista, olvido ratificar formalmente la
Constitución hasta 1941., durante todo ese lapso la Constitución ha sido ratificada por cada uno de los estados que se
fueron uniendo a los Estados Unidos..Id Toinet, Marie France.p.55.

9 Iberoamérica detenta el record con el numero de constituciones, por ejemplo la Republica Dominicana ha tenido 25, Haití
22, y Bolivia 15 en el medio siglo anterior al año 1952. Desde entonces el número de constituciones ha aumentado. En
Europa, Francia y Grecia este dudoso honor, la primera puede vanagloriarse, desde la Revolución, de haber tenido 15, si
se tienen en cuenta determinados lois organiques, la segunda cuenta desde 1821 con 10. Una mirada a este mar de
constituciones escritas basta para mostrar que sus instituciones funcionales siguen siempre coincidiendo con el modelo
que surgió con la aparición de las primeras constituciones al final del siglo XVIII,por ejemplo todas dividen las funciones
estatales en legislación , ejecución y judicial, asignándolas a diferentes órganos estatales o detentadores del poder. Todos
los documentos constitucionales de , los últimos años proclaman la idea de la soberanía del pueblo y esto aun en aquellos
regímenes cuyo proceso del poder no es ostensiblemente, democrático,., etc. Loeweinstein , Karl, Teoria de la Constitucion
Ed Siglo XXI, Buenos Aires, 1975.p. 31.

Por lo que al pensar en la primera clasificación que hemos analizado, por ejemplo,
la que distingue a las constituciones escritas como aquellas que están contenidas
en un documento formal y aquellas que no lo están 10 hoy por hoy nos
percataríamos que prácticamente todos los Estados salvo algunas excepciones,
tiene Constitución escrita, entonces, si esto es asi, por que considerarla como una
clasificación importante.

Es mas dice Loeweinstein, el contenido de las constituciones escritas en muchos


sentidos es muy similar. Pareciera que desde el punto de vista de sus
constituciones, los diferentes sistemas gubernamentales y el funcionamiento del
Estado tuvieran similitudes. Sin embargo en términos reales, y desde un análisis
objetivo, esta afirmación carece de un sustento real, debido a que en la práctica
los regímenes constitucionales de los Estados son muy distintos unos de los otros
y no es aceptable que con fundamento en la certidumbre que confiere la letra
impresa sobre una Constitución, hagamos clasificaciones realistas de las
constituciones. En fin, es mas propio agruparlas por su forma de gobierno, más
que en escritas o no escritas. Esta es una de las interesantes críticas que hace
Loeweistein.

No obstante, Loeweistein también nos advierte que tengamos cuidado en clasificar


a las constituciones por sus formas de Estado y de gobierno; es decir, por las
decisiones políticas fundamentales. Según él, habrá que tener cuidado en
clasificar a las constituciones en función de sus decisiones políticas
fundamentales, principalmente desde el punto de vista dogmatico, porque
podemos caer en una serie de contradicciones que serian muy riesgosas, ya que
ubicaríamos a las constituciones en situaciones que no coinciden con la realidad;
por ello. También se resiste esta jurista a la clasificación de las constituciones en
función de sus decisiones políticas fundamentales.
El mismo autor alude a otras clasificaciones como, por ejemplo, la que se refiere a
la mecánica de los procedimientos de enmienda – constituciones rígidas y
flexibles- y dice que los cambios constitucionales dependen más de la cultura
constitucional y de todo el sistema constitucional en su conjunto, que de las reglas
de reformabilidad.

Señala que las reglas de reformabilidad de una Constitución desde luego son
importantes, pero no tanto para efectos clasificatorios, porque casi todas las
constituciones del mundo tienen un procedimiento especial para su reforma o
adición, pero en la realidad una Constitución varía de otra en función de una serie
de elementos vinculados mas al sistema constitucional que a sus reglas de
reformas o adiciones; caso típico- que hemos citado- es el de los Estados Unidos
de América, del cual conocemos más la dinámica constitucional de su régimen
jurídico, a través de la omnicomprensión de sus métodos de interpretación
constitucional, que en función de su mecánica para reformar o adicionar su
Constitución.

Aunque las constituciones rígidas tengan un procedimiento más complejo para su


reformabilidad, en ocasiones esa rigidez de un documento constitucional
dependerá más de factores políticos o de la estructura del Estado, que del hecho
de que tenga un procedimiento más complejo de reformabilidad. Una Constitución
puede tener un mecanismo rígido para su reforma, pero simultáneamente tener un
sistema de interpretación flexible, en virtud del cual, por ser flexible, es sencillo
modificar el sentido de la misma.

La critica a esta clasificación, es en el sentido de que si tratamos de distinguir a las


rígidas porque tienen un procedimiento complejo de reformabilidad, eso, en sí
mismo, no implicara que es Constitución se reforme menos que aquellas que
tienen un procedimiento más flexible, porque en algunos casos la reformabilidad
no se da por el procedimiento que en rigor establece la Constitución, sino por otros
factores propios del sistema jurídico del que se desarrolla; por ejemplo, si se tiene
un sistema de interpretación constitucional que permite criterios flexibles
interpretativos, se puede modificar el texto constitucional sin necesidad de acudir
al procedimiento de reforma o adición, tal es el caso de los Estados Unidos de
América.

Por lo tanto, la clasificación de constituciones rígidas y flexibles, si bien pudiera ser


importante en un Estado, Loeweinstein prefiere que las tratemos de clasificar por
sus formas de gobierno, pero como hemos dicho, aun con este método nos
encontraríamos que en el papel, en el documento, no se diferencian de fondo en
cuanto a su forma de organización política, sin embargo, en su concepción política
real son totalmente distintas. Por ejemplo, se parece mucho más la forma de hacer
política en Estados Unidos de América y la Gran Bretaña y, no obstante, sus
constituciones son totalmente distintas y, formalmente según esta clasificación
sería posible que se colocara en una misma categoría a Gran Bretaña o a Suecia
que a Nepal y Arabia Saudita, por considerar las clasificaciones tradicionales pese
a que visiblemente estos países poseen una distinta tradición constitucional.

Además, existen muy diversos Estados que se dicen República aunque en el


fondo sus “sistemas republicanos”, son totalmente distintos en su propia realidad
constitucional, y más aun en su idiosincrasia. Por lo tanto, insiste el mismo Karl
Loeweinstein, que no es del todo práctico clasificar a las constituciones por sus
tipos de gobierno, por lo tanto, el ejemplo clásico tendrá que implicar dividir a los
Estados en Republicas y Monarquías no nos seria del todo útil, dado que no refleja
la verdad constitucional.

Otra clasificación a la que también se ha recurrido, y sobre la cual, también hace


alusión nuestro autor, es la relativa a las constituciones originarias y derivadas.
Las constituciones originarias son aquellas que tienen un principio político- jurídico
que no se conocía con antelación en el mundo constitucional; en estos casos hay
una institución constitucional nueva, la cual, según la terminología del profesor
Loeweinstein es un nuevo principio funcional. Hay un nuevo principio de
funcionabilidad en el Estado, cuando hay una originalidad en el mundo
constitucional.

A contrario sensu, cuando hablamos de constituciones derivadas, se designa,


precisamente, al tipo de Constitución que ha seguido principios, tipos y modelos
de constituciones previamente establecidos.

Justicia, ha definido una orientación más amplia y actualizada a los contenidos de la propia Constitución, aunque persiste el
riesgo de que dicha interpretación constitucional genere en ocasiones cierto margen de inseguridad jurídica. No obstante,
tiene la ventaja de que la interpretación es progresiva y permite ir actualizando, a través del criterio del jurista el texto
constitucional y, con ello, adquiere también un papel político más relevante para el Poder Jurídico.

Le expresión de Constitución deriva designa un tipo de Constitución que sigue fundamentalmente los modelos
constitucionales extranjeros, llevando a cabo tan solo una adaptación a las necesidades nacionales.
El primer comentario importante que tenemos que destacar, es que, en rigor,
pocas constituciones del mundo tienen elementos ideológicos, técnicos,
estructurales, organizacionales, funcionales y hasta prácticos de otros modelos
constitucionales. Loeweinstein dice que a lo largo de los años ha habido poco
espíritu inventivo en la creación constitucional. Lo cual hasta cierto punto es cierto
dado el carácter conservador del hombre político, que es, por lo tanto, adverso a
rupturas violentas con el pasado; además en muchas ocasiones, los países
comparten elementos culturales o bien, dada la necesidad que tienen los seres
humanos de integrarse, comparten algunas de sus instituciones.

Si bien es interesante este análisis para efectos prácticos, lo más importante es a


qué tipo de conclusiones nos remite una clasificación de esta naturaleza. Desde el
punto de vista optimista, es importante esta clasificación porque nos permite
conocer las grandes corrientes constitucionales. Nos permite conocer cuáles son
los principales factores que han influido en el constitucionalismo; cuales han sido
las naciones que más impacto han tenido en la cultura constitucional internacional
también nos permite ubicar la época y las naciones que han sido las grandes
influencias constitucionales. Sin embargo, por tener la gran mayoría de las
constituciones una fuerte influencia por parte de las muy diversas corrientes del
pensamiento, no será una clasificación definitiva, ni la más importante que se
pueda hacer.

Asimismo, el profesor Loeweinstein hace otro análisis, el relativo a la clasificación


de las constituciones en su parte ideologico-programatica y, de por otra parte, las
constituciones utilitarias. Las constituciones ideologico-programaticas, tienen como
finalidad que las ideas políticas que predominan en una nación sean objeto de la
Constitución. Esto significa que las principales corrientes del pensamiento político
en un Estado sean el motivo de alusión directa en la ley suprema. Desde esa
perspectiva, los detentadores del poder son los que llevan sus ideas al documento
constitucional, así las constituciones ideologico-programaticas son resultado de la
ideología triunfante de un Estado.

Nuestro constitucionalismo, como lo hemos señalado, nace a finales del siglo XVIII
y principios del siglo XIX, surge con un mercado asentado liberal por ser la
ideología predominante de aquellos días. La finalidad de los Estados liberales era
garantizar, a través de la Constitución, el funcionamiento de Estado, las
principales reglas e instituciones jurídicas de un Estado liberal e inclusive, la
técnica constitucional misma, la cual fue resultado de los aspectos ideológicos
fundamentales del Estado liberal.
60 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

La gran mayoría de las constituciones actuales tienen un carácter ideológico-


programático. Cuando alude a este tema Loeweinstein, hace una mención
especial de algunas constituciones, en particular la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y nos dice que la nuestra, fue una Constitución
condicionada ideológicamente por la Revolución mexicana de 1917, con una
expresa orientación de tipo social.
A la luz de esta clasificación, las constituciones utilitarias, serán aquellas que a
diferencia de las ideológico-programáticas, sólo son un catálogo de las normas
que regulan la organización y funcionamiento del Estado. Los detentadores del
poder podrán colocar cualquier ideología al Estado, sin generar grandes trastornos
sobre el orden legal de un país, puesto que la Constitución simplemente será un
catálogo de reglas que pueden ser modificadas o adaptadas a! orden político en
turno. Un ejemplo de documentos constitucionales que tienen esta naturaleza fue
la Constitución Confederal de Bismark de 1871, que no es más que el
establecimiento de estatutos que regulan la gestión de los asuntos
gubernamentales.
No obstante, una de las criticas que Loeweinstein hace a esta clasificación, estriba
en que, pese a que hemos afirmado que la gran mayoría de las constituciones en
el mundo tienen una serie de principios, que por lo menos, desde el punto de vista
dogmático y teórico general, son universalmente aceptados en el mundo
occidental; estos principios, como el de democracia, división de poderes y otros,
tienen un carácter ideológico, que prácticamente es universalmente reconocido
por el constitucionalismo.

Es aquí donde Loeweinstein hace un análisis profundo, al concluir que pese a que
la mayoría de las constituciones hayan coincidido en sus principios y expresiones,
no están exentas de ciertas perversiones, en el sentido de que en la práctica
constitucional actúan en contra o más allá del sentido de la letra constitucional. La
mayoría de los sistemas totalitarios o las autocracias modernas, afirma
Loeweinstein, suelen tener una mascara que refrenda los principios del
constitucionalismo moderno; dichos principios los establecen en su propio
documento legal supremo, pese a que en la realidad cotidiana no les importe
violentarlos o contradecirlos.13

En ocasiones, la Constitución escrita no es más que un cómodo disfraz para la


instalación de una concentración del poder en manos de un detentador o grupo
único. Así, bajo la óptica de nuestro autor, la Constitución ha quedado privada de
su intrínseco telos: institucionalizar la distribución del ejercicio del poder político.14
13Los grandes autoritarismos contemporáneos no señalan en su texto constitucional que son autoritarios, sino que plasman
por apariencias en sus constituciones los mismos principios que los países democráticos.

Loeweinstein sin ser profundamente categórico, hace una propuesta de


clasificación ontológica de las constituciones. Esta clasificación parte de la
necesidad de hacer un estudio que vincule a la Constitución escrita con la realidad
socio-política. Para ello, nos invita a que revisemos la concordancia de la norma
constitucional con la realidad.15
Para entender esta clasificación que hace Loeweinstein, tenemos que tener
presente que una Constitución no funciona en si misma, sino que una Constitución
para que sea tal, es necesario que se inspeccione sobre los detentadores y los
destinatarios del poder.16 Para su estudio, es menester que una Constitución sea
analizada no solamente como el documento escrito, sino concordando a ese
documento con la realidad. De esa forma, el Derecho Constitucional debe
estudiarse analizando no únicamente sus elementos jurídicos, sino también los
socio-políticos.
De acuerdo con las clasificación ontológica que hace el profesor Loeweinstein, se
establecen tres tipos de constituciones:!a normativa, la nominal y la semántica.
La Constitución tiene un carácter normativo cuando existe un documento
constitucional que establece una serie de principios que reproducen la esencia de
la sociedad de un Estado y que son resultado de la voluntad de los destinatarios
del poder, cuando se establecen o se tipifican esos principios estamos en
presencia de una Constitución normativa. Se puede pensar siguiendo las palabras
de Loeweinstein, que una Constitución normativa es la
14 Tras la experiencia de !a Revolución francesa, ningún gobierno podía pretender ser legitimo si su poder no provenía de
la voluntad del pueblo soberano. La invención técnica que el autoritarismo necesitaba para tener éxito en una sociedad era
el partido Vínico o partido estatal; esto dio la posibilidad de mantener, aparentemente, los diferentes detentadores del poder,
pero sometiéndolos al mismo tiempo al único detentador del poder real, independientemente de que éste sea una persona
individual, una junta, un comité, una asamblea o un partido Una vez que la competencia entre las fuerzas socio-políticas
rivales ha sido excluida por un círculo cerrado del poder, la Constitución pierde su significado quedando reducida a un
cuadro funcional para que los detentadores del poder controlados por el partido administren la empresa gubernamental. Id
Loeweinstein, Karl, p. 37.

15 El criterio de análisis ontológico radica en la concordancia de las normas constitucionales con la realidad del proceso del
poder. Su punto de partida es la tesis de que una Constitución escrita no funciona por si misma una vez que haya sido
adoptada por el pueblo, sino que una Constitución es lo que los detentadores y destinatarios del poder hacen de ella en la
práctica. Id. Loeweinstein, Karl, p. 38.

16 Cuando se implanta, sin una previa educación política, una democracia constitucional plenamente articulada en un
Estado, recién liberado de la autocracia tradicional o de la tutela colonial, es casi un milagro si toma raíces inmediatamente
Para que una Constitución se viva, debe ser, por lo tanto, efectivamente vivida por destinatarios y detentadores del poder,
necesitando un ambiente nacional favorable para su realización. Id. Loeweinstein, Karl, p. 38.
Constitución reconocida por la comunidad. Esto significa que tanto las normas que
estructuran el poder del Estado como el proceso político, se sometan a las normas
constitucionales.
El segundo tipo de Constitución ontológica es el que se refiere a la Constitución
nominal, que es una Constitución que en principio tiene validez jurídica, por estar
creada conforme al proceso establecido en el derecho positivo.
Lo que ocurre con la nominal, a diferencia de la normativa, es que las normas de
la Constitución nominal no corresponden a la dinámica del proceso político que se
vive en la sociedad. No se adapta la Constitución a la época, sólo se establece
para algunas circunstancias de manera coyuntural. Una Constitución de esta
naturaleza sirve en menor medida que una Constitución normativa.
Veámoslo detalladamente. En una Constitución nominal, el proceso político no
coincide con su letra, hay una discordancia con la realidad social y, por lo tanto,
carece de legitimidad y de funcionalidad. No olvidemos que las constituciones
nominales pese a que no concuerdan con la realidad, tienen por lo menos una
ventaja, la ventaja de la educación política,17 que consiste en que tanto los
destinatarios como los detentadores del poder, a través de una suerte de prácticas
y principios se tratan de adaptar al texto constitucional; por eso, en una
Constitución de esa naturaleza, se pretende que los principios del Estado y de la
sociedad se incorporen en el texto constitucional, pero teniendo presente que es
menester, que en un futuro lo más próximo posible, se acomode la realidad social
al texto constitucional.
En las constituciones nominales, pues, no hay duda de hacia donde debe dirigirse
la sociedad, no hay grandes discusiones respecto a cuáles son los principios que
deben regir. No tenemos que discutir, por ejemplo en Honduras, si los hondureños
desean una Monarquía o una República; en Argentina, Paraguay, Brasil, Bolivia,
Colombia o Venezuela, no se discute si se desea un régimen republicano o una
monarquía, todos o casi todos sus habitantes quieren que haya una república. Sin
embargo, la realidad en ocasiones nos lleva a que la técnica constitucional y las
principales reglas y principios constitucionales no se acomoden con la realidad, o
bien, al revés,

17 La función primaria de la Constitución nominal es educativa; su objetivo es, en un futuro, convertirse en una Constitución
normativa y determinar realmente la dinámica del proceso del poder en lugar de estar sometida a ella. Id.Loeweinstein, Karl,
p 39
63 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
la realidad no se acomoda con estos ideales constitucionales. En ambos casos es
una Constitución de una naturaleza nominal.
En la Constitución nominal, no es un problema el que se haya establecido
principios inadecuados para la realización de los valores de la saciedad de un
Estado, los principios políticos de esa sociedad ya están inmersos en el marco
escrito de su régimen constitucional, pero la realidad aún no se acomoda a dicho
marco. Entonces, la dinámica del proceso político se debe ir acomodando al texto
constitucional y, justamente, cuando se va dando ese proceso histórico, se va
transitando de una Constitución nominal a una normativa.
Evidentemente, algunos países latinoamericanos han sido objeto de esta clase de
Constitución, precisamente, de ese carácter nominal. No obstante, debemos
reconocer que ha habido una evolución cada vez más importante en esas
sociedades, las cuales cada día se acercan más a una Constitución de carácter
normativo.
Las leves normativas que se reconocen como tales, están contenidas en las
constituciones de los países que tienen una gran evolución y una gran tradición
constitucional, incluso, naciones que tienen varios siglos de conformación;
asimismo, en las constituciones que son nominales, sus estados poseen un
desarrollo político consolidado y maduro.

El tercer tipo es el relativo a la Constitución semántica. En esta Constitución no


hay un problema de inadaptabilídad de la realidad a la norma constitucional, no
hay un problema de aplicabilidad. Si bien su texto constitucional es plenamente
aplicable, su realidad última, su realidad ontològica del texto constitucional se
aplica en beneficio exclusivo de los detentadores del poder de facto en ese
Estado.18

Aquellos que poseen el aparato coactivo del Estado se benefician de las normas y
prerrogativas contenidas en el texto constitucional, que los coloca en una posición
autoritaria respecto de la sociedad. La propia Constitución propicia el
establecimiento de la dominación fáctica del poder político.

En este tipo de Constitución semántica, tenemos que recordar, que si bien la tarea
original de las constituciones escritas era limitar el poder, poner un coto al poder
en pos de la libertad política y de un orden racional que haga valer precisamente
los principios del ser humano, en este tipo de Constitución solo
18 Hay casos, en los cuales, si bien la Constitución es plenamente aplicada, su realidad no es sino la formalizado ti de la
existente situación del poder político en beneficio exclusivo de los detentadores del poder táctico que disponen del aparato
coactivo del Estado. Mientras la tarea original de la Constitución escrita fue limitar la concentración del poder, dando
posibilidad a un libre juego de las fuerzas sociales de la comunidad dentro del cuadro constitucional, la dinámica social, bajo
el tipo constitucional aquí analizado, tendrá restringida su libertad de acción y será encauzada en la forma deseada por los
que poseen el poder", id. Loeweinstein, Karl, p. 40.

existen los instrumentos para coartar la libertad de acción, además existen los
instrumentos jurídicos para que los detentadores del poder logren sus propósitos
subjetivos con un disfraz de supuesta legalidad.19
Una vez vistos los tres tipos de la clasificación de Loeweinstein, no hay que olvidar
que dicha clasificación es útil y nos permite acercarnos a la realidad política del
Estado, nos permite vivificar el Derecho Constitucional. Así, cuando se habla de
constituciones de carácter normativo, vamos a hablar, como una regla general, de
países occidentales con una gran tradición política y, cuando se hable de las
constituciones nominales, se referirán a ella como parte del proceso político que
han ido asimilando algunas de las democracias occidentales que están en proceso
de maduración política y que, evidentemente, hay todo un periodo de aprendizaje
constitucional bajo dicha constitución nominal, como paso previo a la constitución
normativa.20 Finalmente, cuando se habla de las constituciones semánticas, no
hay que olvidar que bajo una estratagema legal pueden esconderse ambiciones
personales o de grupo que logran establecer un régimen en beneficio de algunos y
en perjuicio de la gran mayoría.21

Por ello, como nos dice el Doctor Jorge Carpizo, la doctrina constitucional es una
doctrina de la libertad, ya que procura que a través de ella, transitemos
pacíficamente de una Constitución nominal a una Constitución normativa.

19 "En lugar de servir a la limitación del poder, la Constitución es aquí el instrumento para estabilizar y eternizar la
intervención de los dominadores fácticos do la localización del poder político", Id. Loeweinstein, Karl, p. 40.

20 La Constitución nominal encuentra su terreno natural en aquellos Estados en el que el constitucionalismo democrático
occidental se ha implantado, sin una previa incubación espiritual o madurez política. Aquí juega un papel importante la
ausencia de una clase media consciente intelectualmente de sí misma y con independencia económica. Por otra parte, la
eliminación del analfabetismo sigue siendo un requisito indispensable para el funcionamiento con éxito de una Constitución
normativa. Id. Loeweinstein, Karl, p. 41.

21 "En las Constituciones semánticas, se dan síntomas que permiten reconocer su carácter ontológico: cuando el
Presidente del Estado puede permanecer sin limitación temporal en su cargo; cuando está autorizado a poner su veto a las
decisiones de la asamblea legislativa, sin que, en último término, se recurra a la decisión del electorado, cuando la
confirmación de las decisiones políticas fundamentales está reservada a plebiscitos manipulados, en lugar de un
parlamento libremente elegido; cuando en las elecciones real o formalmente está permitido solamente un partido, el cual
siempre triunfa sin oposiciones de peso". Id. Loeweinstein, Karl, p. 41.
UNIDAD 5

VERTIENTES IDEOLÓGICAS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

5.1. ORÍGENES DEL CONSTITUCIONALISMO MODERNO


Es importante que se tenga el panorama acerca de los orígenes del
constitucionalismo, ya que, de otra manera, nos seria difícil comprender el
desenvolvimiento de las instituciones constitucionales.

Para nosotros, el constitucionalismo moderno tiene como origen tres grandes


movimientos que se suscitan entre los siglos XVII y XVIII a) la Revolución inglesa
(segunda mitad del siglo XVII); b) la Revolución francesa (inicia en 1789); y, c) la
independencia de los Estados Unidos de América (1776). Estos movimientos se
caracterizan por ser libertarios, y en tal sentido van a impactar en las estructuras
estatales del mundo occidental.
Cabe destacar que la Revolución francesa está reconocida como el movimiento
político y social que tuvo mayor impacto cultural en el mundo occidental 1 y,
particularmente, en el Derecho Constitucional. No obstante, no podemos dejar de
conferir en su justa dimensión la trascendencia de los otros dos movimientos, al
grado tal que, por ejemplo, la primera Constitución moderna del mundo fue la de
los Estados Unidos de América, expedida en 1787.

Con ello afirmamos que dichos movimientos tienen una gran significación para
nuestro estudio porque: a) existe una gran vinculación del estudio del Derecho
Constitucional con la historia; b) el impacto de los movimiento libertarios son
piedra de toque para el constitucionalismo moderno; c) el constitucionalismo se
gesta conforme van evolucionando las instituciones políticas del mundo
1Debemos señalar que la Revolución francesa tuvo una importante influencia de las ideas de la Ilustración, las cuales
sirvieron de génesis para este movimiento.

Una de las aportaciones de ese movimiento fue derrotar a las ideas monárquicas, anquilosadas y autocráticas que habían
imperado. No solamente la Revolución influyó a derribar diversos tronos, sino que, cuando en Francia se restauró la
monarquía de los Borbones, se hizo con la fórmula de una monarquía constitucional. Sin embargo, la estabilidad del Estado
con fórmulas constitucionales, no se logró sino hasta avanzado el siglo xix. Moreno, Daniel; Derecho Constitucional
Mexicano, Ed. Pax, México, 1990.p 9
66 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Aunque el constitucionalismo principalmente empezó a cobrar relevancia por la
difusión que tuvo la Revolución Francesa a principios del siglo XVIII, debemos
reiterar que el Derecho Constitucional como tal, como estudio dogmático,
comienza a florecer universalmente hasta finales del siglo XIX y durante el siglo
XX.
En tal sentido, coincidimos con García Pelayo,2 en que la gran época de
florecimiento del estudio del Derecho Constitucional se inicia desde finales del
siglo XIX basta nuestros días, pero debemos tener claro que el fenómeno
constitucional se va gestando desde mucho antes como parte del devenir histórico
de Occidente, es decir, se va forjando con la evolución de las instituciones
políticas.

Una afirmación importante para destacar la influencia tanto del constitucionalismo


francés como del movimiento político revolucionario de aquél país es,
precisamente, la asimilación que tuvo ese proceso en Iberoamérica. La ideología
libertaria que difundió Francia, tuvo un fuerte impacto, por ejemplo, en el
pensamiento de nuestros próceres de la patria, como es el caso de Miguel Hidalgo
y Costilla y José María Morelos y Pavón. Por eso, al referirnos a un profundo
estudio del Derecho Constitucional, estamos también aludiendo a un ángulo muy
importante de la historia de los países. Reafirmamos pues, que la historia política
tiene una importancia capital para el estudio del Derecho Constitucional.
5.1.1. La nobleza británica. Juan sin Tierra y la Carta Magna
Si bien, los tres grandes movimientos revolucionarios que enunciamos en el
anterior apartado son trascendentes para el estudio del constitucionalismo, esto no
quiere decir que antes no haya existido documentos legales de importancia para
nuestro estudio. En tal sentido, se puede decir que la Carta Magna de 1215 es el
primer antecedente del Derecho Constitucional.
Aunque la Carta Magna es un documento medieval, tiene importancia por el
contexto en el que se crea. En la Edad Medía, luego de la desintegración del
Imperio Romano de Occidente (476, d.C.), se desarrollan tres formas de
organización del poder económico y político; estas son: la monarquía, el
feudalismo y los burgos. Se desarrollan paulatinamente y en mayor o menor
medida, dependiendo de la región europea durante el largo período denominado,
precisamente, Edad Media.

2 Citado por Id. Moreno, Daniel, p. 10.


67 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN

El sistema feudal era una fórmula en virtud de la cual existían "Señores feudales"
que tenían una gran influencia en determinada región y esa fuerza se reflejaba en
la potestad de ser propietarios de tierras y, en cierto sentido, también de personas
que en calidad de siervos trabajaban sus tierras y estaban al servicio de los
propios señores feudales. También, el feudalismo fue un sistema económico local,
en el cual a cambio de protección del "Señor Feudal", los artesanos, burgueses y
personas libres se concentraban en centros urbanos o burgos en los que pagaban
un tributo a cambio de su libertad y resguardo.
En aquel entonces se justificaba la existencia de un sistema escalonado de
castas, que se sustentaba en torno a la extensión de las propiedades y todo un
esquema de compromisos frente al "Señor Feudal" o al monarca. Existía un
esquema económico y político en torno al "Señor Feudal", quien llegaba a ser tan
poderoso que en ocasiones por influir en bastas regiones, sus intereses se
entremezclaban incluso con los del monarca.

Durante varios siglos en Europa se vivió este sistema que impidió el surgimiento
de las grandes naciones que se desarrollarían siglos después. Así las cosas, la
Carta Magna no se gesta con la aparición del Estado moderno, por el contrario,
tiene verificativo años antes del Renacimiento en Europa, cuando comienzan los
primeros vestigios del humanismo {siglo XIII). Por todo ello, no podemos dejar de
tener presente que la Carta Magna es un documento medieval, que alude
justamente al carácter feudal.
Si bien, en el siglo XIII, en una buena parte de Europa se practicaba aún el
sistema feudal con un gran poderío, en Inglaterra ya había una monarquía
consolidada, cuyo monarca Juan sin Tierra era un rey poderoso, el cual
desafortunadamente emprendió varias guerras con Francia y con otros barones y
príncipes europeos que lo derrotaron.
El reinado de Juan sin Tierra se caracterizó por muchos abusos y atropellos hacía
la población, y por un gran desfalco económico con motivo de las guerras
emprendidas. La Carta Magna otorgada por Juan sin Tierra es una de las
restricciones de mayor importancia que se aplicaron al poder de la Corona. 3 Juan
sin Tierra tenia la pretensión de incrementar las obligaciones feudales, también
disminuir los derechos y los privilegios de los barones y comprometer a ambos en
el financiamiento de los ejércitos

3 Sebastián Ríos, Ángel Miguel; Introducción al Estudio de los Derechos Humanos (Coordinador), Ed. Centro de
Investigación, Consultoría y Docencia en Guerrero, A.C., Comisión de la Defensa de los Derechos Humanos del estado de
Guerrero, Chilpancingo, Guerrero, 1996, p. 35.
68 ENRIQUE QUIROZ AGOSTA
Con el propósito de limitar al monarca, la Carta Magna concedió derechos de
carácter libertario a los barones, al otorgarles ciertos privilegios respecto de la
monarquía.4
Evidentemente, coincidimos con Rodolfo Lara Ponte, en cuanto a que, bajo la
óptica actual no podríamos considerar a la Carta Magna como una Constitución, 5
sólo es un importante antecedente que implica un reconocimiento oficial de
determinados derechos a una casta fuerte e importante de la sociedad de aquel
entonces, de los barones frente al rey.

También en la Carta Magna se contemplan diversos principios constitucionales


que posteriormente van a tener una fuerte influencia en Occidente. Pero debemos
tener presente las siguientes características de la Carta Magna: a) es un
documento con fuertes dosis medievales; b) no se trata de una Constitución, pero
contiene elementos que van a servir de antecedente para el constitucionalismo; c)
es un documento en respuesta a los abusos del rey Juan sin Tierra y,
particularmente, frente a los excesos que se reflejan en el incremento de
obligaciones fiscales y la disminución de derechos y privilegios de los barones; y,
d) es un documento que tiende a limitar el poder arbitrario del rey al reconocer los
derechos de los barones respecto del monarca.

La Carta Magna, es decir, el pacto celebrado entre el rey y los barones es un


reconocimiento de los derechos que el rey había violado. En este documento
podemos desentrañar los siguientes contenidos de influencia constitucional: a) un
antecedente de la garantía de audiencia, ya que señalaba que ningún hombre
debe ser puesto en prisión, detenido o desposeído de sus bienes sin

4 El problema de los Barones con el Rey fue tributario, es decir, económico, negándose a pagarlos sin antes no discutirlos y
aprobarlos en Asamblea, lisa primera Asamblea será el germen del parlamentarismo que ya con Guillermo de Orange, ron
el Bill of Rights en 1689, segunda ley constitucional, será representativa no de una parte selecta, sino de todo el pueblo
inglés. La asamblea empero, se dividió por razones sociales en dos cámaras, la baja representativa de las clases
mayoritarias y, la alta de las minorías privilegiadas. Martínez de la Serna, ,Juan Antonio; Derecho Constitucional Mexicano,
Ed. Porrúa, México, 1983, p. 59.

5 Sobre el particular, en su obra de Derechos Humanos nos dice: "Resulta complicado ubicar a la Carta Magna dentro de
una categoría particular en el derecho moderno, pues no se trata de una Constitución, tal y como la entendemos en la
actualidad, toda vez, que no presentaba a sus órganos de gobierno y no definía sus poderes; no fue un tratado, puesto que
no se llegó a un convenio entre dos poderes soberanos; tampoco se le puede considerar como un acto legislativo ordinario.
La descripción más acertada posiblemente sea la de un pacto celebrado entre el rey y los barones, cuya finalidad era el
reconocimiento de ciertos derechos muy específicos que el rey había violado" Lara Ponte, Rodolfo; Los Derechos Humanos
en el Constitucionalismo Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1997, p. 27.
TEORIA DE LA CONSTITUCION 69
sin previo juicio; y, b) el principio de interés santísimo —cláusula que fue
impactando cada vez con mayor fuerza en el constitucionalismo inglés— consiste
en reconocer que todo hombre debe ser juzgado por sus iguales. Además prevé
un poco más de sesenta disposiciones que están "empapadas" de un ambiente
feudal.
Debemos tener claro que la Carta Magna es importante porque: a) es un
precedente trascendente para lo que será posteriormente el Estado moderno; b) le
confiere a Inglaterra presencia y evolución política como nación; c) la cultura
política de Inglaterra tiene un antecedente importante en este documento; y, d)
pese a que el pensamiento inglés se caracteriza por su conservadurismo, la Carta
Magna es "piedra de toque" en su historia, para reconocer que el ser humano
tiene una fuerte tendencia hacia la libertad de los hombres.
La Carta Magna se fue enriqueciendo durante varios siglos con otros documentos
constitucionales ingleses de una gran importancia.6 En 1628, se debe enunciar
como un documento importante, la 'Petición de Derechos", se gesta en respuesta
al autoritarismo del Monarca Carlos I.7 Posteriormente, en 1679, la Ley de Habeas
Corpus, y en 1689, producto de un movimiento revolucionario, se incorporó otra
ley constitucional llamada 'The Bill of Right".
5.1.2. Prolegómenos, hechos y ¡ogros de la Revolución francesa
Las inquietudes de carácter económico, político, social y filosófico que prevalecen
en todo el siglo XVIII provocaron cambios radicales en la manera de vivir, pensar y
organizarse de los hombres en Europa y América; de aquí que surgiera una nueva
etapa de la humanidad a la cual se le ha dado el nombre de Edad
Contemporánea. Se sitúa su comienzo en la Revolución francesa (1789),
acontecimiento de extraordinaria resonancia no sólo en Francia sino en el mundo
entero pues con el se afirman las ideas de libertad fraternidad e igualdad 8

6 La Petición of Rights" y el "Act of Establishment", son la tercera y cuarta leyes constitucionales, que si bien por razones
cronológicas es imposible que estén codificadas en un solo documento, no obstante son leyes escritas, se dice que
Inglaterra vive una Constitución no escrita como sinónimo de no codificación y porque ellos de la experiencia sin
encasillarse en textos jurídicos con buena fe y civismo, resuelven sus conflictos. Id. Martínez de la Serna, Juan Antonio,
p.62.

7 Representa la "Petición of Rights" la lucha del Parlamento contra el monarca Carlos 1 y el motivo también el dinero,
impuestos, derechos de aduana que siempre habían tenido los monarcas, y que el Parlamento los niega a Carlos 1. La
aportación de Inglaterra al Derecho Constitucional es sin duda el parlamentarismo. Id. Martínez de la Sema, Juan Antonio,
p. 62.
70 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
No se puede entender la Revolución francesa si no se comprende el movimiento
cultural que le da origen. Ese movimiento cultural es la Ilustración que tiene su
aportación más importante con la Enciclopedia, publicada entre 1751 y 1765.9

La Ilustración tiene como característica el cambio en el dogma cultural del mundo


europeo; particularmente, Francia con este cambio de mentalidad, coloca a la
razón en el centro de las creencias del ser humano y, con esto, se le da un gran
relieve a las ideas de dignidad del ser humano y a las libertades de los hombres.
Asimismo, los autores de este movimiento muestran un rechazo al absolutismo
real y censuran la concentración del poder.
El enciclopedismo es un movimiento cultural que tiene la finalidad de recopilar las
grandes obras libertarias y los conocimientos de aquel entonces en un compendio
denominado precisamente "La Enciclopedia". Diderot y D'Alembert son los
grandes compiladores de esta vasta obra. En la Ilustración tenemos muy diversos
autores de gran trascendencia para el pensamiento universal, uno de ellos es
Volteire, pero para fines de nuestro estudio destacaremos a dos: El Barón de
Montesquieu y a Juan Jacobo Rousseau.

La obra principal de Montesquieu es "El Espíritu de las Leyes", en la cual


establece el principio de que para que prevalezca la libertad, es menester que el
ejercicio del poder se divida. Dicho principio tiene una fuerte influencia de John
Locke. Montesquieu hace clásico el concepto de la división de poderes10 y se
difunde por el mundo bajo la concepción de tres poderes: legislativo, ejecutivo y
judicial; en tanto que Locke sólo mencionaba al poder parlamentario o legislativo y
al poder ejecutivo dentro del cual ubicaba al poder judicial, amén de que alude a la
existencia de un poder que atendía atribuciones en materia internacional. Por su
parte, Rousseau en su obra "El Contrato Social" establece el dogma de que la
soberanía de los Estados debe ser popular.

La ideología de la Ilustración tuvo influencia en el movimiento


8 Zavala, Silvio; Historia Universal Moderna y Contemporánea, Ed. Porrúa, México, 1986, p. 249.

9 Los grandes enciclopedistas Denis Diderot y D' Alembert, con su monumental obra, la Enciclopedia, prepararon la
conciencia francesa para rendirle culto a la razón y al individuo, cuyo valor más grande es la libertad. En esc sentido, la
enciclopedia es el saber humano interpretado desde el punto de vista racional. Id. Martínez de la Serna, Juan Antonio, p.
63.

10 La división de poderes es interpretada como la división o ruptura del absolutismo monárquico. Id. Martínez de la Serna,
Juan Antonio, p. 63. TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 71
de independencia de los Estados Unidos. Por su parte, en Francia, la Revolución
se debió a una serie de problemas de carácter económico y, sobre todo, a la gran
desigualdad social que imperaba en aquel entonces en la misma nación. Además,
se había agudizado el despotismo desde el reinado absoluto de Luis XIV. 11
En efecto, a la muerte de Luis XV, su nieto Luis XVI hereda el trono a los 20 años
de edad. El novel monarca se distinguía por ser débil, tímido y no necesariamente
el más inteligente e ilustrado. Estaba casado con María Antonieta —hija de María
Teresa de Austria— mujer déspota que era odiada por el pueblo por su origen
austríaco y que, para desgracia de Francia, tenia una gran influencia sobre su
esposo.

Luis XVI, al percatarse de la grave situación económica de Francia, designa al


economista Turgot como ministro de Hacienda, para que atendiera la crisis y
obtuviera recursos suficientes para hacer frente a las deudas adquiridas con las
potencias extranjeras, asi como también, con los cada vez mayores gastos de la
realeza. Turgot aplica severas medidas económicas que afectaron los intereses de
los terratenientes, burgueses y pequeños propietarios. Turgot suprimió el
financiamiento a algunos gastos de la nobleza y simplificó la administración
burocrática, permitió la libertad de trabajo y de comercio.
Las reformas económicas de Turgot promovieron la industria, y de alguna forma
favorecieron a los obreros, pero se generó la enemistad de la Corte y la nobleza,
particularmente de María Antonieta, quien le exigió a Luis XVI que lo destituyera. A
su salida, le continúo otro gran economista de origen suizo llamado Jacobo
Necker, quien intentó enderezar la economía a través de medidas restrictivas y
subsidios a la producción; pero al intentar desconcentrar el poder para favorecer
una administración más libre a cargo de la burguesía, no se lo permitieron y tuvo
que dimitir al cargo.
Necker gozó de una gran simpatía popular, porque era un hombre que tenía la
sensibilidad y conocía la situación económica; sin embargo, la intolerancia de las
personas que rodeaban al rey lo obligaron a dimitir.

Al poco tiempo el ambiente económico se complicó, había una gran miseria no


solamente en París, sino también en la provincia francesa.

11 En el Estado moderno nace la encarnación de la soberanía en el Monarca: El soberano, el absoluto, que cobra perfiles
excesivos en Francia hasta hacerse llamar el Rey Sol, Luis XV, L'Etat c'est moi. Pero fue Francia también la que preparó el
antídoto fracturante del absolutismo: el liberalismo individualista, la libertad del individuo como supremo valor humano
contra toda forma despótica de gobierno. Id. Martínez de la Serna, Juan Antonio, p. 63.
72 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
En una situación francamente insalvable, se prepara la reunión de los Estados
Generales, pero los acontecimientos se precipitaron y la burguesía optó por no
pagar impuestos y no apoyar más a la monarquía. Al estar vacías las arcas
nacionales, sobrevino la irrupción violenta de la población por hambre y ya no
pudo hacerse nada al interior de los Estados Generales, los cuales eran la reunión
de los tres grandes sectores en que se integraba la sociedad francesa. No se
habían reunido sus representantes desde principios del siglo XVII. 12
El primer Estado estaba compuesto por el clero, el segundo por la nobleza y el
tercero por el Estado llano, en el que incidían todas las demás fuerzas de la
sociedad. El tercer Estado fue liderado por la burguesía, 13 la cual jugaba un papel
social muy importante, debido a que con el paso del tiempo, habían adquirido un
control casi absoluto sobre la industria, los servicios, las finanzas y el comercio del
país y, además, poseían una formación intelectual de primer orden.
Por su parte, el clero y la nobleza, 14 si bien poseían grandes propiedades, sus
deudas eran altísimas y su autoridad moral frente a la sociedad iba en declive por
los excesos y la haraganería en que vivían.

El problema de fondo era que a pesar de la preeminencia de la burguesía, el clero


y la nobleza seguían conservando enormes privilegios. La iglesia era beneficiaría
de muchas canonjías económicas y sociales, tales como el control sobre la
enseñanza, el registro de bautismo, el casamiento, el cuidado de las armas,
excepciones a! pago de impuestos, sus propios tribunales para juzgar a sus
miembros y fueros muy elevados. Pero al igual que muchos otros sectores de la
sociedad, había una marcada distinción entre el alto y bajo clero; este último, por
cierto, estaba má9 inclinando en favor de los intereses del tercer Estado.

12 La monarquía poco a poco empezó a dejar de escuchar a los representantes de los grupos de poder. Desde 1614 no se
habían vuelto a reunir los Estados Generales, e inclusive, si no hubiese sido por una situación caótica como la que se
presentó, tampoco se les hubiera convocado.

13 La burguesía estaba integrada por vanos grupos Los intelectuales, que constituían el grupo de profesionales y
magistrados, los banqueros y comerciantes, ávidos de lujo, de títulos de nobleza, descontentos con las diferencias sociales
que privaban en Francia, deseosos de eludir los impuestos y gabelas; los burgueses pobres, profesionales y comerciantes
que no habían podido enriquecerse, periodistas, abogados, escritores, defensores del derecho natural del hombre,
propagandistas entusiastas y apasionados de la Ilustración francesa. Id. Zavala, Silvio, p. 251.

14 Los nobles, en su mayoría, no se entregaban directamente a los trabajos agrícolas en sus fincas; tampoco se ocupaban
de política ni de burocracia, pues las funciones judiciales y administrativas estaban casi totalmente en manos de los
burgueses mejor preparados. Su labor se limitaba a la corte y sus placeres
73 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN

Los Estados Generales se integraban por 1196 miembros, de los cuales 600
pertenecían al Tercer Estado. Todos estaban de acuerdo en que hubiese una
nueva Constitución, pero el clero y la nobleza querían conservar sus privilegios y
el tercer Estado quería una profunda reforma de gobierno.
Aunque los tres Estados coincidían en que hubiese libertad individual y de
pensamiento, cuando se abre la sesión de la Asamblea de los Estados Generales,
el 5 de mayo de 1789 en Versalles, el Rey inaugura la sesión y comete un grave
error de sensibilidad, cuando en su discurso inaugural menciona que deben haber
grandes reformas de carácter económico, pero nunca menciona precisamente
aquello que el pueblo buscaba, que era una apertura política y una diferente forma
y estructura de gobierno. Hubo una gran desilusión, las esperanzas del pueblo se
habían desvanecido de golpe, las peticiones que a través de asambleas locales se
habían formulado para que hubiese apertura política se ignoraron.
Por lo insostenible de la situación y la sobre representación del clero y la nobleza,
el Estado llano protesta y se retira de la Asamblea de los Estados Generales. 15
Sus representantes se van a sesionar a un frontón y en dicho lugar aceptan la
representatividad de otros grupos sociales16 marginados por su pobreza, pero que
en número engrosaron la representación del pueblo y, desde ahí, comienzan a
hacer pronunciamientos contra Luis XVI y la nobleza.
Ante ello, el Rey los conmina a la mesura y les pide que regresen a la Asamblea
de los Estados Generales. Ellos advirtieron que no regresarían hasta que no fuera
paritaria la representación en proporción al número de habitantes en Francia,
aspecto al que se negaron los nobles y el clero, pues sólo representaban el 4% de
la población francesa. Ante tal negativa, el tercer Estado con el apoyo de algunos
clérigos del Primer Estado constituyen el 17 de junio la Asamblea Nacional que se
caracterizó por ser eminentemente popular

15 El 6 de mayo de 1789, antes de iniciar sus labores, la Asamblea entabló debate acerca de la manera de votar lo que los
diputados sometiesen a la consideración de sus compañeros. El Primero y Segundo Estados pretendían que se votase por
Estados: ambos se apoyaban mutuamente y tenían la seguridad de triunfar si se procedía en esta forma. Los
representantes del Tercer Estado pidieron que se votase por cabeza. Eran 600 y contaban con amigos decididos entre los
nobles y los sacerdotes; de proceder en esta forma para la votación su triunfo estaba asegurado Id Zavala, Silvio, p. 252.

16 Tiempo atrás, en las provincias de Francia, la población había manifestado su inquietud, incluso desde los primeros
meses de 1789 había clubes políticos en muchas regiones del país, entre los que destacó el Club Bretón dirigido por
Mirabeau y Robespierre. Este club junto con otros, realizaban sus reuniones en el antiguo convento de los Jacobinos, por lo
que se les denominó Jacobinos. Id. Zavala, Silvio, p. 253.
74 ENRIQUE QUIROZ AGOSTA
desencadenando con su rebeldía una serie de acontecimientos romo la toma de la
Bastilla.
En efecto, el 14 de julio ocurre el acontecimiento que marca un hito en la historia
de la humanidad y también marca el inicio de la Revolución Francesa. La toma del
lugar donde se encontraban los presos políticos tiene un valor histórico importante.
La Bastilla simbolizaba las arbitrariedades judiciales dentro del absolutismo real y,
por ello, el pueblo exige la cabeza tanto del gobernador de la cárcel como del
alcalde de París. Los revolucionarios asienten y se ganan el respeto y la simpatía
de la muchedumbre.
Más tarde, como expresión del movimiento intelectual que había dado cauce a
este movimiento libertario, se suscribe 'la Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano" el 26 de agosto de 1789 17 y se vota la Constitución con la
anuencia del clero y la nobleza.
Dice el Maestro Jesús Reyes Heroles18 que la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano, es un documento que ha impact.ado en la cultura
occidental, particularmente en cultura jurídica y también, en general en la ideología
de los siglos XIX y XX, sin embargo, se conoce muy poco de su contenido. La
Declaración es un documento que consta de un preámbulo y de 17 artículos. Este
preámbulo y sus respectivos artículos sirven de base para el constitucionalismo
contemporáneo.

Cuando leemos el contenido de esta Declaración, lo primero que nos viene a la


mente son las ideas europeas del siglo XVIII. Ideas europeas que fueron
asimiladas por los colonos de América del Norte en sus declaraciones y
documentos constitucionales y que, más tarde, esas mismas ideas regresan a
Francia para constituir un documento más completo. Los principales contenidos de
la Declaración son: a) soberanía del pueblo; b) derecho de todo ciudadano a
desempeñar cargos públicos, sin distinción de nacimiento o religión; c) libertad de
culto; d) libertad de imprenta; e) libertad de trabajo; J) igualdad ante la ley; g) pago
equitativo de los impuestos; h) responsabilidad de los funcionarios del Estado; i)
derecho de propiedad; j) garantías personales en caso de arresto y enjuiciamiento;
y

17 El legado cultural de la Revolución francesa fue la exaltación racional al individuo y a su libertad, reflejándose en el
Derecho Constitucional en un resurgimiento de la división de poderes, pero la aportación extraordinaria de Francia fue la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Id. Martínez de la Serna, Juan Antonio, p. 64.

18 Reyes Heroles, Jesús; Obras Completas, Política, Tomo 1, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1995, p. 439.
TEORÍA DE LA CONSTITUCION 75
k) principio de división de poderes para evitar la concentración del poder en una
sola persona.
Mas adelante, la Constitución del 14 de septiembre de 1791 tiene singular
importancia. En ella el rey promulga una monarquía hereditaria, pero sustentada
en un gobierno dividido en tres poderes. El Rey poseía el derecho de veto pero
bajo reglas limitativas. También se prevé un sistema administrativo
descentralizado por medio del reconocimiento de los departamentos en que se
dividió Francia.

Entonces, Francia comenzaba su vida constitucional dividida en tres poderes: el


rey representa el Poder Ejecutivo, la Cámara de Diputados al Poder Legislativo y
los magistrados al Poder Judicial. Es hasta el 21 de septiembre de 1792, cuando
se proclama la República Francesa y se instala la Convención.19

5.2. CONTENIDO LIBERAL


5.2.1. El constitucionalismo liberal derivado de la Constitución francesa
El impacto de la Constitución francesa en el constitucionalismo liberal es obvio.
Después de la Revolución francesa, como hemos apuntado, sobreviene el inicio
de la historia contemporánea, con lo cual, el mundo vive una importante etapa de
transformaciones.
En algunos países europeos, como es el caso de los Países Bajos, Bélgica y
Suecia, ya se tenía arraigada una cultura política, donde las instituciones
libertarias habían sustituido a muchos instrumentos del régimen feudal. También,
con algunos matices, había desaparecido el régimen feudal en algunos
principados de Italia, aunque como tal, ese país no estaba integrado. En todos
esos países existían sociedades mercantiles y una burguesía tan desarrollada
como en Francia; eran naciones con una fuerte industrialización y, además, las
teorías francesas habían sido asimiladas, por lo que el constitucionalismo francés
fue recibido con interés en esos países.
Asimismo, en aquel entonces se inicia la emancipación de las colonias españolas
y portuguesas. En las colonias hay una gran difusión tanto de las ideas francesas
como de las instituciones políticas norteamericanas, por lo que germino el
constitucionalismo liberal en las incipientes repúblicas de América Latina.
19 La Convención contó con tres partidos: los girondinos, los montañeses y los del centro. Los girondinos, que se sentaban
a la derecha del Presidente, pretendían obrar legalmente evitando todo exceso; los montañeses, es decir, los antiguos
jacobinos y cordeleros, se sentaban a la izquierda y afirmaban que todos los medios eran lícitos si llevaban al triunfo y
aseguraban la salvación pública. Tres revolucionarios destacados dirigían a los montañeses: Danton, Robespierre y Marat.
Id Zavala, Silvio, p. 255.
76 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Pese a ello, en América Latina tenemos que reconocer que, no obstante los
movimientos libertarios, la estructura social de las Colonias en ciertos aspectos no
cambia rápidamente, porque son países que conservaron su organización colonial
en la que por muchos años imperaron sus oligarquías locales, los terratenientes y
el clero, instancias que en diversas ocasiones hacían y deshacían a los gobiernos.
Igualmente, en Europa durante el siglo XIX volvieron a surgir nuevos movimientos
revolucionarios. Otra vez, el principal de ellos se gestó en Francia en 1848, el cual
tuvo gran resonancia en la conciencia popular europea, a grado tal que influyó en
los respectivos movimientos de Alemania e Italia, así como Rumania, Bulgaria,
Grecia y Serbia.
Han tenido más influencia los movimientos revolucionarios franceses que los
anglosajones, sin duda en lo que se refiere a América Latina, ya que si repasamos
los principios constitucionales que se van implantando en el constitucionalismo de
la propia América Latina, nos percataremos que, en efecto, la más notable
influencia proviene de los principios de la Revolución Francesa, y en cuanto a la
técnica constitucional un modelo interesante fue la Constitución Norteamericana.
Cuando aludimos a las consecuencias del liberalismo francés, estamos hablando
de una nueva cultura política que parte de principios tales como la democracia
como la forma ideal de gobierno; de los derechos humanos; la división de poderes;
el mando popular; la codificación de diversas ramas del derecho; en fin, estamos
hablando de conceptos fundamentales del constitucionalismo.

El hombre ilustrado ve en el constitucionalismo la formula jurídico-política para


garantizar la estabilidad de un país. Por eso, la Revolución Francesa es un
"parteaguas" que impactó al mundo. También la Revolución Francesa tuvo
detractores principalmente entre los conservadores, entre cuyos exponentes
destaca el pensador irlandés Edmund Burke, teórico cuyas reflexiones sobre la
Revolución Francesa dan motivo a la creación de la llamada contra-reforma, que
tiene una visión providencial de la historia.
Para Burke20 cobra una gran importancia la sociedad respecto del individuo.

20 Como se observa, no es que esta postura contuviera principios diametralmente contrarios a Rousseau o que se opusiera
radicalmente al cambio, sino que en cierto sentido variaba los puntos de vista o solamente los matizaba. Burke no adoptó el
jusnaturalismo, en cualquiera de sus formas: tradicional o racionalista, lo que otros
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 77
Para este exponente la convivencia política proviene precisamente de la propia
convivencia más que de un contrato; por ello, le concede una gran importancia a la
autoridad y a las tradiciones, fundamentalmente, a las tradiciones religiosas.
Tradición y autoridad son los principios básicos del conservadurismo. Sin
embargo, cree en la moderación de las reformas políticas y sociales; no se opone
a todo cambio, sino al cambio radical.

5.3. LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, SU INDEPENDENCIA


Y SUS DOCUMENTOS JURÍDICOS BÁSICOS

A mediados del siglo XVIII, las poblaciones coloniales anglosajonas padecían


problemas de carácter económico y también existía un enfrentamiento de carácter
idiosincrásico con la corona Inglesa.21 La política fiscal era una de las cuestiones
principales que rechazaban los colonos. Otro aspecto de suma importancia eran
las restricciones comerciales.

Precisamente para protestar contra esas medidas económicas, en 1774 tiene


verificativo el Primer Congreso Continental en las Colonias Británicas. 22 En ese
Congreso demandan al Parlamento inglés el reconocimiento para los colonos de
los mismos derechos que disfrutaban los británicos. Recordemos que en 1689, el
Parlamento británico había dictado principios constitucionales favorables para la
población en el 'The Bill of Rights" y, por lo tanto, los colonos deseaban que se les
concedieran esos derechos.
conservadores si aceptaron, pues él no tiene esa confianza absoluta en la razón humana. Esto último lo vamos a ver en su
concepción de los derechos humanos, los cuales son contemplados no como resultado de un contrato social
evidentemente, ni como algo inherente al ser humano, sino como una necesidad de la convivencia La influencia de Burke
en el pensamiento conservador mexicano la relata el maestro Alfonso Noriega Cantú en uno de sus textos. Soberanes
Fernández, José Luis; Historio del Derecho Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1996, p. 104.

21 Los colonos habían tratado, sobre todo en el centro y en el norte del país, de abolir los privilegios políticos y sociales
Habían constituido sus asambleas electivas de tipo democrático para votar los impuestos y leyes locales aunque éstas
debían ser aprobadas por la corona inglesa. Dos colonias Connecticut y Rhode lsland, habían obtenido el privilegio de elegir
ellas mismas su propio gobernador mientras que las otras conservaban un gobernador y un consejo impuesto por Inglaterra.
Id. Zavala, Silvio, p. 229.

22 El Congreso Continental fue integrado por delegados de las 12 Colonias, sólo Georgia se abstuvo de enviarlos. Entre los
delegados figuraban Jorge Washington y Samuel Adams. Los delegados no manifestaron ningún propósito de separarse de
la Metrópoli; pero hicieron hincapié en la dignidad humana, en los derechos del hombre y crearon un comité de vigilancia en
cada ciudad que debía impedir que se importaran mercancías inglesas a las colonias inglesas. Id. Zavala, Silvio, p. 231.
78 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Años más tarde tiene verificativo el Segundo Congreso Continental, pero no fue
sino hasta 1776, al año siguiente, cuando se aprueba la Declaración de
Independencia de las Trece Colonias. Con este movimiento de independencia,
cada colonia se convierte en una unidad política independiente con su propia
Constitución.
En aras de consolidarse como nación, las Trece Colonias se unen en 1781 a
través de una Confederación.23 Pero es hasta 1787, en la Convención de Filadelfia
cuando aprueban una Constitución Federal, la cual, como hemos aludido con
antelación, salvo algunas enmiendas, aún se encuentra en vigor. Precisamente,
en el contenido de las 10 primeras enmiendas, adicionadas en 1791 se establecen
los derechos fundamentales del gobernado, también conocidos como 'The Bills of
Rights", y en éstas se incluyen también los derechos fundamentales del hombre.
Si repasamos el fenómeno de los Estados Unidos de América, nos percataremos
que el principal propósito de la Constitución de 1787 fue organizar una unión
sólida entre los nuevos Estados, pero respetando rangos importantes de
autonomía de cada uno de ellos, por eso crean un sistema federal, que es su
principal innovación estatal. Este federalismo consiste en adoptar un gobierno
central con poderes limitados, con cierta autoridad sobre los individuos, pero sobre
todo, con autoridad sobre las entidades federativas.24
Humberto Zárate25 nos recuerda que cuando los Estados Unidos de América
crean su documento constitucional, se enfrenta con el problema de la carencia de
un cuerpo coherente y suficiente de documentos jurídicos, porque no había
precedentes judiciales nativos, y esto obliga a un acelerado desarrollo del derecho
estadounidense.
Hemos señalado que uno de los principios fundamentales que establece su
Constitución es, precisamente, la interpretación de los derechos constitucionales,
la cual es realizada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con la cual
cobra gran fuerza esta institución.
23 Jorge Washington, Alejandro Hamilton y Benjamín Franklin desplegaron una enorme actividad para reunir en una sola
nación a las trece colonias antagónicas entre sí. Siete años habían bastado para demostrar los inconvenientes de una
Confederación que era la representante limitada de una simple asociación de estados independientes desde el punto de
vista jurídico y político, debido a que cada Estado tenía un gobierno autónomo, con sus leyes locales y su propia moneda.
Id. davala, Silvio, p. 232.

24 Se creó un Gobierno federal para constituir, a las 13 Colonias en nación única con respecto a las naciones extranjeras.
Las mismas leyes dadas por el gobierno federal, regirán en materia de guerra, paz, ejército, marina, moneda, comercio,
pesas y medidas, correos y aduanas. Id. Zavala, Silvio, p. 233.

25 Zárate, Humberto et al, Sistemas jurídicos contemporáneos, Ed. Me Graw Hill, México, 1996, p. 45.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 79
Debemos abundar en que e! constitucionalismo de los Estados Unidos tuvo un
fuerte impacto en la técnica constitucional de las colonias del continente
americano. Esto no significa que la carta constitucional de los Estados Unidos
haya sido objeto extra lógico de imitación, pero si de modelo para las diversas
naciones que tras su independencia se estaban formando como tales.
Evidentemente, la lucha de independencia de Norteamérica tiene aspectos
importantes que se reflejan en el Derecho Constitucional, por ello destacaremos el
contenido de un documento importantísimo que es la Declaración de la
Independencia de los Estados Unidos.
El 4 de julio 1776, Thomas Jefferson concluye la redacción de la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos con el apoyo de hombres cultos y hábiles
políticos. En la Declaración hay tres principios capitales que debemos tener
presentes: a) la igualdad de los hombres que confiere a los individuos derechos
inalienables, entre ellos, el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad; b) el reconocimiento de la soberanía popular y la capacidad de elegir a
sus gobernantes; y, c.) la posibilidad de que el gobierno por voluntad de los
individuos pueda ser revocado o desplazado cuando éste no respete los derechos
naturales.
Por su parte, la Constitución de 1787 contempla: a) la creación de un Estado
Federal, el cual tiene atribuciones y competencias en materia de gobierno federal,
guerra, ejército, marina, comercio, pesas y medidas, correos y aduanas; b) el
establecimiento de tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial; c) una
relación de respeto al gobierno local de cada estado por parte del Estado Federal,
así como los mecanismos que deben mediar en la relación entre ellos. 26

También señala, a grandes rasgos, como se integra cada uno de los tres poderes
federales, indicando que el Poder Ejecutivo está representado por un Presidente
que es designado por voto indirecto de cada uno de los electores de cada estado,
que permanece en el poder 4 años, que puede ser reelecto y que tiene facultades
para nombrar a sus ministros. Además, establece los casos de su renuncia y
sustitución para los supuestos de muerte o destitución. Para estos últimos casos
se crea la figura de la Vicepresidencia.

26, Los partidarios de la Constitución se llamaron 'los federalistas" y sus enemigos "antifederalistas" Los primeros contaban
con los más distinguidos del mundo político: Washington, Franklin, Madison, Hamilton, John Hay, John Marshall Los
antifederalistas eran de origen popular, pequeños agricultores. Amaban la libertad y querían influir en el gobierno: Henry,
Masón, Gerry y Samuel Adams. Finalmente con gran habilidad se ratificó la Constitución. Seria Rojas, Andrés; Ciencia
Política, Ed Porrúa, México, 1980, p. 234.
80 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Tratándose del Poder Legislativo señala que se integra por dos Cámaras, la
Cámara de Senadores, compuesta por miembros de cada Estado de la Unión y
que ocupan sus curules por seis años. La Cámara de Diputados electos en
proporción al número de habitantes. Ambas cámaras integran el Congreso y la
Constitución señala todas las atribuciones del Congreso y que con ello serán
materia federal.
Alude al Poder Judicial, integrado por la Suprema Corte y las cortes secundarias
que el Congreso crea. Los tres poderes son independientes y se coordinan.
Las enmiendas son importantes ya que a través de ellas se adapta la propia
Constitución. Los miembros de la Asamblea Constitucional comprendieron que era
necesario dar cierta forma elástica a la Constitución para que se adaptase a las
necesidades de los tiempos futuros. Además, permite añadir, suprimir y modificar
las leyes cuando el Congreso, representante de la soberana voluntad del pueblo,
lo crea necesario.27
5.4. CONSTITUCIONALISMO SOCIAL. APORTACIÓN DE MÉXICO
Un documento constitucional, dentro de la teoría clásica, contiene de manera
limitada algunas cuestiones de naturaleza jurídica. Es decir, cubre aspectos que
atienden a los derechos del hombre frente al Estado, así como la estructura y el
funcionamiento del Estado mismo y su relación con la sociedad.
Cuando aludíamos a los conceptos del Derecho Constitucional, comentamos que
la tesis clásica fue superada durante el constitucionalismo contemporáneo, al
grado tal que actualmente también se acepta la concepción de constitucionalismo
social, en la cual, México fue pionero.
En efecto, a finales del siglo XIX se decía por los expertos que el contenido de una
Constitución se limitaba únicamente a la parte orgánica y dogmática. Sin embargo,
el liberalismo individualista que privaba en el mundo occidental a finales del siglo,
era un capitalismo que traía consigo grandes desigualdades sociales. Había un
profundo estado de injusticia producto de la miseria y la marginación en que
subsistía gran parte de la población.

Paralelo al crecimiento de la industria y el comercio, el mundo capitalista había


generado una situación de desprotección y riesgo para la clase trabajadora y
campesina. El efecto de esa situación re

27 Id Zavala, Silvio, p. 233.


TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 81
corrió el mundo europeo durante el siglo XIX y en muchos países comenzaron a
surgir corrientes socialistas, desde los utópicos hasta los marxistas, pasando por
una serie de modalidades, autores y corrientes que pretendían recuperar para los
trabajadores conquistas sociales que mejoraran su calidad de vida, pero la
situación era tan aguda, que sus planteamientos no fueron estrictamente sociales
o fórmulas meramente económicas, sino que, incluso, llegaban a planteamientos
de naturaleza política que cuestionaban todo el sistema estatal en su conjunto.

En el caso mexicano, a finales del siglo XIX y principios del XX, México vivió un
periodo que Don José C. Valadés denomina como "el Porfiriato", en el cual, a
través de métodos autoritarios, se lograba establecer el orden y, con ello, se
mostraba a México frente al mundo como un país moderno, estable y con sólidas
bases en materia económica. En "el Porfiriato" había progreso material, pero el
método con el que se actuaba, implicaba la concentración de la riqueza en pocas
manos y, por lo tanto, un problema delicado en términos de distribución del
ingreso.

La diferenciación era tal entre quienes tenían riqueza, propiedades y poder político
y social y quienes se encontraban en una situación paupérrima que, como nos
relata Jorge Carpizo, tan sólo en materia de concentración de la propiedad de la
tierra había datos muy ilustrativos: Hasta 1877 sólo habían 5,879 haciendas y,
para 1910 eran 8,431 haciendas que se concentraban en un reducido número de
familias, con lo que nos damos una idea de la concentración de la riqueza.
Simplemente, las propiedades de Luis Terrazas sumaban 2’671,980 hectáreas y la
familia Martínez del Rio poseía 1'328,423 hectáreas.28
Había otras instituciones, como las llamadas 'Tiendas de Raya", donde los
trabajadores pese a sus limitados salarios, debían acudir para intercambiar por
productos de mala calidad un simbólico salario como paga por su trabajo. Muy
pocos trabajadores recibían algún tipo de moneda, y siempre debían comprar al
propio patrón o hacendado los bienes para satisfacer sus limitadas necesidades.
La elite del país se constituía por grandes hacendados, políticos, comerciantes y
banqueros, mientras las grandes mayorías vivían marginadas y en una pobreza
humillante. De ahí que fuera lógica la reacción ante la injusticia social. Es decir,
ese profundo estado de injusticia tenía que acarrear una reacción, la cual se
presentó fundamentalmente —-según algunos autores—• en dos direcciones: los
socialismos y la doctrina social cristiana.

28 Carpizo, Jorge; La Constitución Mexicana 1917, Ed. Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM, p. 25.
82 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Si bien esto pudo haber sucedido en otras latitudes, José Luis Soberanes sostiene
que la reacción que hubo en México, en torno a la justicia social, no tiene un
sustento en la doctrina social cristiana, porque no hay elementos históricos que
sostengan ello, ya que la iglesia católica en aquel entonces apoyó al Porfiriato;
además gran parte de la reforma social que hubo en México debido a la
Revolución, separó toda injerencia de la Iglesia en las labores del Estado. 29
Evidentemente, convergen en nuestro constitucionalismo diversas corrientes, en
virtud de que no fue una corriente en particular la que motivó la Revolución
Mexicana y sus consecuencias jurídicas políticas. Estaban los demócratas, que
querían que los ciudadanos a través de elecciones libres eligieran a sus
gobernantes; además existía una corriente liberal; otra federalista, la partidaria de
la separación de la Iglesia y el Estado y, quienes eran partidarios de la libertad de
conciencia y de pensamiento. También había quienes participaban en el
socialismo agrario y aspiraban que la tierra estuviera en manos de quienes la
pudieran trabajar, para lo que proponían desterrar el latifundismo, sustituyéndolo
por ejidos y propiedades comunales. Por otra parte, estaban los líderes de
sindicatos30 incipientes en la industria del papel, azucarera, textil, que refrendaban
la lucha de clases y el anarquismo social.
Es muy claro que tanto en el movimiento revolucionario como la Constitución
mexicana de 1917 confluyen diversas ideologías, pero todas se caracterizaron por
un hondo sentimiento nacionalista.31 Nuestra Constitución fue pues, toda una
amalgama, que si bien conservaba los elementos clásicos, va a contar además
con elementos ideológicos como resultado de la suma de aspiraciones de los
mexicanos de aquella época.32

29 Soberanes Fernández, José Luis; ¡listona del Derecho Mexicano, Ed Por rúa, México, 1906, p. 120.

30 Las huelgas de Cananea y Rio Blanco demostraron que la reprimida asociación sindical tenia móviles de lucha y podía
pelear por reivindicaciones Reyes Heroles, Jesús; Discursos Políticos, Ed. CEN del PRI, México, 1972, p.540.

31 Carranza y los revolucionarios tuvieron el tino de convertir una revolución política en social, al tomar la bandera de las
reivindicaciones de las clases menesterosas y del nacionalismo, consagrándolas en la ley fundamental que supieron
impulsar con un sentido de justicia social. Soberanes Fernández, José Luis; Historia del Derecho Mexicano, Ed. Porrúa,
México, 1996, p. 120.

32 Una Revolución sufre su prueba de fuego cuando pretende constituir jurídicamente a un país. El derecho tiende, por su
propia naturaleza, a ser estable, a dar certidumbre a quienes a su amparo viven. De aquí que el jurista que no trasciende su
profesión, pueda ser imbuido por el concepto de inmovilidad de la ley. Sin ignorar las lagunas de la Ley, defiende su fijeza,
su estabilidad y tiende a guiarse por la
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 83
El derecho social constitucional o el constitucionalismo social mexicano se inició a
partir de los debates del Congreso Constitucionalista de 1916 y 1917 en
Querétaro. Dicho concepto empieza a considerarse en los debates y en el
proyecto de reformas a la Constitución de 1857. La fuerza con la que contaba el
movimiento social mexicano influyó en el propio constituyente para que se
incluyeran aspectos más allá de las teorías clásicas de una Constitución, aspectos
que aludieran no solamente a la estructura del Estado y a los derechos
individuales.
En los debates, particularmente cuando se trató la situación del trabajo, se
incluyeron una serie de concepciones progresistas imbuidas del pensamiento de
Heriberto Jara, Francisco J. Múgica y Manjarrez, entre otros. Argumentos, que
pese a que no eran conocidos por la teoría clásica de la Constitución, fueron lo
suficientemente convincentes para que fueran incorporadas en nuestro
constitucionalismo cuestiones sociales y, particularmente, laborales. De tal
manera, que —apunta Manjarrez— obedeciendo la voluntad de! pueblo, había que
experimentar un tipo original de Constitución al incorporar las conquistas
sociales.33
Es evidente entonces que la nota característica de nuestra ley-fundamental es
haber agregado, por primera vez un contenido social, al incluir principios como la
libertad de trabajo; el establecimiento de una jornada máxima de trabajo de 8
horas; la prohibición del trabajo industrial para mujeres y niños; y crear un capítulo
especial en materia agraria.34
tradición, por fórmulas que han probado su eficacia durante mucho tiempo. El jurista sabe que detrás de un precepto, puede
haber una lenta evolución que el profano de la ciencia del derecho desconoce. El revolucionario quiere el cambio, la
transformación es, en esencia, un innovador; cuando legisla busca, más que nada, la acción transformadora del derecho,
prescinde de los afanes de precisión del jurista y lanza por la borda los precedentes, rechaza cualquier asomo de
neutralidad en la acción de legislar. Por eso cuando se convoca al Congreso Constituyente es ineludible el choque con los
juristas. Id. Reyes Heroles, p. 542.

33 Aunque los aspectos agrarios y laborales eran una nueva concepción jurídica política; ello, no dejó de generar fuertes
reacciones de algunos diputados conservadores, quienes sólo pretendían hacer adaptaciones formales considerando
únicamente los principios clásicos de una Constitución. Es curioso señalar que los aspectos laborales generaron más
acalorados debates que los agrarios.

Entre las reacciones en contra de nuestra Constitución Política de 1917, citamos los argumentos del constitucionalista Jorge
Vera Estañol que había sido Secretario de Educación con Porfirio Díaz y que era uno de los juristas más reconocidos en
aquel entonces. Asimismo, hay que recordar que la Constitución de 1917 tuvo como origen un constituyente de
conformación distinta a la que creó la Constitución del 1857

34 Se pensaba que las cuestiones agraria y del trabajo corresponderían a la legislación constitucional u ordinaria, federal en
algunos casos, local en otros. Id. Reyes Heroles, Jesús, p. 545.
84 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Más tarde habría constituciones que incorporarían los derechos sociales,
siguiendo la experiencia mexicana del constituyente de 1917. La Constitución de
Weimar de 1919,35 también incorpora derechos sociales.
Respecto de los aspectos agrarios hay que destacar que se estableció que la
propiedad originaria correspondía a la nación, tanto en tierras y aguas, y que el
Estado puede imponer modalidades que dicte el interés público. Por ello, se
dispuso tanto la dotación de tierras y aguas a los pueblos, como el
fraccionamiento de grandes propiedades y la expropiación por causa de utilidad
pública.
El Doctor Jorge Carpizo36 aclara que nuestra concepción de Constitución político-
social no es contraria a las garantías individuales, ya que las garantías sociales37
no menoscaban las garantías individuales, sino al contrario, con su inclusión, se
complementa a las garantías individuales, se armonizan ambas para hacer
realidad la igualdad y la libertad del ser humano. De tal forma que haber
incorporado aspectos sociales en la Constitución, no limita las libertades
individuales para proteger a campesinos y obreros, sino que además establece
preceptos específicos de protección a los desprotegidos y marginados y crea un
derecho social positivo, porque incorpora normas de índole política y social que
están contenidas en los artículos 3o, 5o, 27, 28 y 123. Nuestro marco
constitucional se traduce con ello en un Estado Social de Derecho.38

35 La Constitución mexicana de 1917 fue la primera en el mundo que consignó derechos sociales agrarios, económicos y
de trabajo, propiciando la transformación estructural progresista del Estado contemporáneo al encomendarle funciones
sociales independientemente de sus funciones públicas. Id. Trueba Urbina, Alberto; Derecho Social Mexicano, Ed. Porrúa,
México, 1978, p 252.

36 Carpizo, Jorge; Estudios Constitucionales, Ed. Porrúa-Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 1998, p.
440.

37 Las garantías sociales consignan los derechos del hombre social; es decir, los derechos del hombre vinculado
colectivamente y de los grupos débiles. Frente al régimen de garantías individuales se ha levantado el régimen de garantías
sociales, con objetivos distintos. Las garantías individuales protegen al individuo contra el Estado; las garantías sociales
tutelan a los económicamente débiles frente a los poderosos, frente al hombre insaciable de riqueza y de poder, y tienen por
objeto librar al hombre de las garras de la explotación y de la miseria. Id. Trueba Urbiña. p. 226.

38 El resultado fue un texto con salvaguardas a las libertades espirituales y politicas del hombre, que custodia los derechas
del hombre, intenta que el poder detenga al poder, para evitar su abuso, y mediante la supremacía del orden jurídico,
destierra el poder sin derecho; un texto que se orienta en la idea del autogobierno, que, por malo que sea, es mejor que el
mejor gobierno ajeno al pueblo; fija el dominio de la nación sobre sus recursos naturales y da normas que nos conduzcan a
la justicia social; un texto que, valiéndose del federalismo, integrando la nacionalidad, mantenga los derechos de todas las
colectividades que la forman. Con la no reelección se establece la movilidad política, se evita el entronizamiento vitalicio en
el poder de un hombre o de un grupo. Id. Reyes Heroles, Jesús, p. 547
UNIDAD 6 85

PODER CONSTITUYENTE

6.1. CONCEPTO E IMPORTANCIA DEL PODER CONSTITUYENTE


El poder en si mismo es una actividad, una fuerza, una energía. Cuando definimos
al Poder Constituyente aludimos a una potencia que establece un nuevo orden
constitucional. El objeto de ese poder es crear la Constitución, que como
ordenamiento fundamental, estructure normativamente a un pueblo bajo la tónica
de diferentes y variables ideologías de carácter político, económico o social. Poder
Constituyente implica la fuerza en virtud de la cual se incide en la creación o
modificación de la estructura jurídica de un Estado.1

6.2. LA SOBERANÍA COMO FUNDAMENTO DEL PODER CONSTITUYENTE


El concepto de Poder Constituyente se encuentra fuertemente vinculado al
concepto de soberanía, porque para poder estructurar políticamente a un Estado
se requiere del poder supremo en el Estado. Sin ese poder no se estaría en
aptitud de estructurar al Estado. De ahí que sea entendible que el Poder
Constituyente sea un poder soberano en si mismo que requiere de la soberanía
para existir como tal, al punto que diversos autores sostienen que el Poder
Constituyente es la soberanía misma.

El poder Constituyente debe ser un poder supremo que sea efectivo, que por sí
mismo pueda actuar y hacer valer sus resoluciones, que pueda imponer y, al
mismo tiempo, tener fuerza respecto de los otros poderes políticos, por lo tanto es
un poder coercitivo que puede hacer valer sus resoluciones.

1 Para que el Poder Constituyente logre su objetivo consistente en imple mentar el derecho fundamental y supremo que se
expresa y se sistematiza normativamente en una Constitución, se requiere indispensablemente que ese poder tenga la
hegemonía suficiente para imponerse a todas las voluntades que dentro de un conglomerado humano suelen actuar Id.
Burgoa Orihuela, Ignacio; Derecho Constitucional Mexicano, p 246
86 ENRIQUE QUÍROZ ACOSTA

Evidentemente es un poder que no puede atender a una voluntad ajena a la


soberanía, no puede tener otra fuerza ajena a la que le otorgó su propia fuerza; es
decir, aquellas fuerzas que componen la soberanía nacional, no pueden atender a
otras fuerzas que no sean la del pueblo o de la nación. El Poder Constituyente,
nos enseña Burgoa, tiene tres características: es un poder supremo, coercitivo e
independiente.2
La importancia del Poder Constituyente incide en la legitimidad de los documentos
constitucionales. Estamos hablando de un poder supremo, independiente,
coercitivo que confiere legitimidad al régimen jurídico de que se trate. Es tan
importante la vinculación que existe entre la soberanía y el Poder Constituyente,
que sostenemos que la soberanía es el sustento e, incluso, la legitimidad misma
del Poder Constituyente. Dicho de otra manera, la legitimidad del Poder
Constituyente se sustenta en el poder soberano.
Además, el Poder constituyente es ilimitado, indivisible e inalienable. Pero, desde
luego, no puede quedarse en algo etéreo, sino que requiere para efectos prácticos
una organización, ya sea una asamblea o un congreso representativo. En alguna
organización tiene que depositar este ejercicio soberano para poder actuar, como
lo veremos más adelante.
Carl Schmith3 define al poder constituyente, como la voluntad política cuya fuerza
o autoridad es capaz de adoptar la decisión del conjunto, sobre el modo y la forma
de la propia existencia política, determinando así la existencia de la unidad política
como un todo. Hay pocas definiciones que se han dado sobre el Poder
Constituyente. La de Schmitt tiene en realidad un problema de redacción.
Pareciera que fuera algo muy complicado, pero al analizar esa definición, lo que
nos está diciendo, es que se trata de una fuerza que tiene impacto en el conjunto
de toda la comunidad política y que decide la propia existencia de esa unidad
política.
Para este autor, la Constitución no tiene su fundamento de validez de una norma,
sino que en una decisión política que toma un ser político respecto del todo de la
vida política del Estado.
2 Su supremacía se traduce en que debe actuar sobre todos los otros poderes que se desarrollan individual o
colectivamente dentro de una comunidad humana; su coercitividad se manifiesta en la capacidad de someter a tales
poderes; y, su independencia consiste en no estar subordinado a fuerzas exteriores o ajenas al pueblo o a la nación para
los que el citado poder establezca su estructura jurídica básica, Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 246.

3 Para el autor alemán, la Constitución no tiene su fundamento de validez en una norma, sino en la decisión política que
toma un ser político sobre el modo y la forma del propio ser. Carpizo, Jorge; Estudios Constitucionales, Ed Porrúa, México,
1994, p. 568
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 87
De ahí que podamos señalar que el Poder Constituyente no pertenece al mundo
del deber ser, sino que pertenece al mundo del ser. Jorge Carpizo dice que es
parte viva de la existencia de la propia comunidad.
Evidentemente si el Poder Constituyente no pertenece al mundo del deber ser,
entonces, siguiendo el pensamiento de Cari Schmitt, el poder constituyente actúa
sin estar vinculado a procesos jurídicos predeterminados, ya que si estuviese
determinado a estos procesos no pertenecería al mundo del ser, sino al del deber
ser. El Poder Constituyente está en el mundo del ser y es el creador del orden
jurídico de un Estado. Como creador del imperium está fuera del orden jurídico,
está en la propia comunidad.

Sí observáramos lo que nos dice Kelsen, diríamos que el Poder Constituyente se


ubica en la norma hipotética fundamental, que es la que fundamenta el propio
orden jurídico. El Poder Constituyente es el creador de la Constitución. Está en el
mundo del ser; por lo tanto, bajo la tesis kelseniana, es la norma hipotética
fundamental, es una fuerza y una voluntad que crea todo el sistema jurídico, es el
orden jurídico de un Estado.

Partiendo de estas tesis, tenemos muy claro algunos elementos de la concepción


del Poder Constituyente y a partir de su análisis, llegamos fácilmente a identificarlo
con la soberanía. Debemos recordar que hemos sostenido que la soberanía es el
poder supremo de autodeterminación y autolimitación en un Estado.

Precisamente, el Poder Constituyente puede identificarse o no con el concepto de


soberanía. Sin polemizar acerca de esa confusión, se debe señalar que es
indiscutible que el Poder Constituyente: debe ser soberano. No se entiende a este
Poder si no se le ubica con los atributos propios de la soberanía; es decir, no es
factible suponer que exista una fuerza o una voluntad para crear un sistema
jurídico, si no existen las garantías para identificar a la soberanía y al Poder
Constituyente; por lo menos, existe una simbiosis del Poder Constituyente con la
soberanía.

En nuestro concepto, es importante el concepto de Poder Constituyente: a) por


tratarse del creador del orden jurídico; b) por ser un puente de contacto del
derecho constitucional con otras disciplinas; y, c) porque nos permite entender la
naturaleza misma del Derecho Constitucional. Además, con el análisis del Poder
Constituyente conocemos aspectos importantes para entender teóricamente el
propio concepto de Constitución.
88 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

6.2.1. Tesis de Rousseau y Sieyés


Reiteramos que autores como Ignacio Burgoa sostienen que el Poder
Constituyente es la soberanía misma, en cuanto a que estructura al Estado con
fundamento en las decisiones del pueblo. Debe quedar claro que el origen mismo
de la Soberanía, del Poder Constituyente o de la Teoría del Poder Constituyente,
se encuentra fuertemente influido por los grandes autores que aluden al concepto
de soberanía popular, como es el caso Rousseau, quien establece el concepto de
voluntad general.
El concepto fundamental para entender el concepto de soberanía popular de Juan
Jacobo Rousseau es la 'Voluntad general". La voluntad general es la única e
inalienable potestad para dirigir las fuerzas del Estado de acuerdo a los fines del
bien común. Por pertenecer al pueblo no se le puede corromper. Al vincular el
concepto de voluntad general al concepto de Soberanía Popular, concluimos que
con base en esa soberanía el pueblo puede darse, a través del Poder
Constituyente, la Constitución que desea. Por su parte, José María Sieyés dice
que la soberanía popular recae en la nación, y ésta es superior, incluso, a la
Constitución. Por lo tanto, se traduce el término soberanía en una cuestión que
traslada el poder popular a la Constitución.
Según Sieyés, el Poder Constituyente es el poder del pueblo para darse su
Constitución.4 A través de ésta, el pueblo se confiere sus poderes constituidos,
que son producto de la soberanía de la nación y, por lo tanto, tienen legitimidad. El
Poder Constituyente, no es otra cosa que el ejercicio de la soberanía popular que
crea la Constitución, en la cual están los poderes constituidos, que son la
representación del pueblo.5
El único titular del Poder Constituyente bajo la teoría de Sieyés es la nación,
porque es el titular de la soberanía y de los poderes constituidos. El Poder
Constituyente es supremo porque emana de la soberanía, la cual radica en la
nación y es ejercida a través de! poder constituyente que crea poderes
constituidos.

4 Mediante el ejercicio de su poder soberano, el pueblo puede romper violenta o revolucionariamente, como de hecho ha
sucedido, un régimen jurídico, político o socioeconómico que no se adecúe a sus aspiraciones o que sea obstáculo para su
progreso en los más importantes aspectos de su vida. Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 248.

5 El Poder Constituyente reviste las siguientes características: a) Es una especie de Poder Legislativo; b) Pertenece a la
nación, aunque ésta lo ejerce a través de sus representantes; y, c) Los representantes que ejercitan el poder constituyente
actúan más bien como representantes de la nación, en tanto que los legisladores lo hacen como representantes del Estado;
o sea que el poder constituyente está más próximo a la nación y el Poder Legislativo está más próximo al Estado Id.
Carpizo, Jorge, p 569.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 89

En la tesis de Rousseau y Sieyés, el origen y legitimidad de los poderes


constituidos se sustenta en la Soberanía Popular, por lo tanto, esos poderes serán
la representación del pueblo. Así, voluntad general se traducirá en Soberanía
Popular; ésta se traduce en poder constituyente y, éste a su vez, es el que crea la
Constitución, en la cual, se establecen los poderes constituidos. En este orden
lógico, la legitimidad de los poderes constituidos es su Constitución, y quien crea
la Constitución es el Poder Constituyente que tiene su sustento en la Soberanía
Popular.
No debemos olvidar que hemos sostenido, siguiendo al Maestro Ignacio Burgoa
que, en efecto, el Poder Constituyente participa de las características de la
soberanía. Es decir, es supremo, y la supremacía se traduce en que actúa sobre
los otros poderes que se desarrollan en la sociedad; es coercitivo, porque tiene la
posibilidad de someter a los poderes constituidos; es independiente, porque no
está subordinado a fuerzas externas o ajenas, distintas a las fuerzas de la
soberanía.
Si tomamos la tesis de Rousseau acerca de la voluntad general, podemos
identificar a la soberanía con el pueblo. Este es el origen teórico de la soberanía
popular y, por lo tanto, en el Derecho Constitucional contemporáneo, en los
términos que señala el propio Carpizo, solamente se admitiría un Derecho
Constitucional para la libertad, en aquel Poder Constituyente cuyo origen sea,
precisamente, el pueblo y, por lo tanto, el Poder Constituyente contendría en si
mismo a la voluntad general y que se trataría pues, de la Soberanía Popular.
No olvidemos que José María Sieyés —representante del Tercer Estado en la
Asamblea de los Estados Generales— escribe una obra denominada: "El Tercer
Estado", en la que plantea concepciones interesantes acerca del Poder
Constituyente y los poderes constituidos. Precisamente para Sieyés el poder
constituyente es el poder del pueblo para darse su Constitución y, a partir de ella,
se van a dar los poderes constituidos.6
Para Sieyés la Soberanía radica en la nación misma, y va a estar por encima de la
propia Constitución, ya que es creación del Poder Constituyente, el cual, no tiene
límites, es indivisible e inalienable. Asimismo, identifica al pueblo con la nación.
Siempre que alude a la nación se está refiriendo a la sociedad misma del Estado.
La nación es la que decide la Constitución, por lo tanto, en su obra puntualiza que
por encima de la nación no hay nada, antes del nación tampoco hay nada solo
existe el derecho natural.

6 La superlegalidad constitucional según Sieyés debe reunir dos condiciones: a) Un poder constituyente que se encuentra
por encima de los constituidos, y un procedimiento especial de revisión que le da a la Constitución su carácter rígido; y, b)
La organización de un control jurisdiccional de la constitucionalidad de las leyes ordinarias. Id. Carpizo, Jorge, p. 569.
90 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
La nación vista bajo la óptica de Sieyés como Poder Constituyente, crea
precisamente la Constitución, para que haya control respecto de los gobernantes,
para que pueda darse en efecto la soberanía popular, para que el mandato de la
sociedad se cumplimente con los actos de gobierno.
Carpizo cita en su obra de "Estudios Constitucionales" un formidable párrafo de la
obra de Sieyés, en el que alude precisamente a lo que implica la nación y a la
imposibilidad de que los poderes constituidos puedan modificar lo que dijo la
nación. Sieyés señala: 'los Estados Generales aún en la Asamblea son
incompetentes para decidir nada sobre la Constitución, este derecho no pertenece
más que a la nación". Este derecho de la nación es independiente de todas las
normas, hay un Poder Soberano, identifica sin duda a la nación con el poder
constituyente, el cual va a incidir sobre la Constitución.
Debemos recalcar que Sieyés y Rousseau fueron los primeros que se refirieron al
Poder Constituyente, y que a raíz de ellos, se desarrolló toda una teoría. Sin
embargo, también debemos tener presente que también existen otros autores que
aluden a la soberanía y al Poder Constituyente. Aludiremos a algunos muy
importantes.
6.2.2. La Soberanía vista como Poder Constituyente, en opinión de otros autores
Para Hermán Heller, tanto la soberanía como el Poder Constituyente son dos
conceptos equiparables, pero el derecho es creación del Poder Constituyente.

Por su parte, Kelsen subraya que el Poder Constituyente está establecido en la


norma fundamental hipotética, porque la función de esta norma precisamente es
fundamentar jurídicamente al Poder Constituyente.
Sánchez Agesta opina que el Poder Constituyente implica una legitimidad
trascendente del derecho positivo. El Poder Constituyente se apoya únicamente
en valores que son superiores, incluso, al derecho positivo, o bien, se apoya en las
necesidades históricas de una sociedad.7 Para Linares Quintana el Poder
Constituyente es la facultad soberana del pueblo.

7 En la teoría democrática el titular del Poder Constituyente sólo debe y puede ser el pueblo, puesto que dicho poder
'"pertenece originaria y esencialmente al pueblo y que no se puede ejercer de un modo satisfactorio sin su directa
intervención". Ahora bien: hasta las más sangrientas tiranías buscan la legitimidad de su orden jurídico, atribuyendo el poder
constituyente al pueblo o buscando su participación. Citado por Id. Carpizo, Jorge, p. 571.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 91
Quiroga Lavié afirma que el Poder Constituyente se ubica en la sociología política
y lo define como la relación social de mando y obediencia, a través de la cual, se
establece la distribución y el fondo del ejercicio de la fuerza. Para poder ubicar el
Poder Constituyente no lo ubica dentro del Derecho Constitucional por no ser
derecho positivo, traslada el concepto al terreno puro de la sociología política.
Para Bidart Campos, el Poder Constituyente es la competencia, capacidad o
energía para constituir y lograr las cuestiones del Estado; es decir, para organizar
al propio Estado y establecer una estructura jurídico-política.
Jorge Carpizo afirma que el Poder Constituyente consiste en la capacidad de
decisión sobre la organización jurídico política de la comunidad. En otras palabras
es la atribución de estructurar libremente una Constitución. Asimismo, para Mario
de la Cueva el Poder Constituyente se ejerce en función de la soberanía, la cual
reside en el pueblo. Para este autor la soberanía es al pueblo, lo que la libertad al
hombre.

6.3. INTEGRACIÓN, FUNCIONES Y LÍMITES


DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA
Hemos sostenido que la nación o el pueblo como unidad, no pueden, por si
mismos, ejercer el Poder Constituyente. En términos prácticos es imposible que el
conjunto de seres humanos —todos en su conjunto— se sienten, elaboren y voten
todos juntos una Constitución. Se requiere de la acción de otras instituciones
constitucionales. Para crear una Constitución, es indispensable que se deposite el
ejercicio del poder soberano del pueblo en un cuerpo de representantes populares
que se denomina Congreso o Asamblea Constituyente. Este cuerpo va a tener una
única misión que consiste en elaborar una Constitución a nombre del pueblo.
Este cuerpo legislativo es distinto al Poder Constituyente. Las Asamblea
Constituyente es el órgano a quien el Poder Constituyente le confiere la posibilidad
de crear la Constitución. Sin embargo, se requiere para efectos prácticos, que en
la Asamblea se presenten auténticos representantes, quienes en estricto rigor
representen la voluntad de la nación, a fin de que al momento de elaborar la
Constitución posean la legitimidad necesaria.
Esta Asamblea, al elaborar un producto constitucional, tiene un mandato amplio.
Es decir, tan amplio como sea necesario para acordar la voluntad de la nación, de
ahí que se diga, que gozan los representantes de, una amplia libertad para debatir
en esa Asamblea.8
92 ENRIQUE QUIR0Z ACOSTA

El principio fundamental que debe imperar en esta Asamblea o Congreso


Constituyente, es precisamente, el de la soberanía o voluntad popular. Ese
mandato que ejerce la Asamblea o Congreso Constituyente no puede ser
modificado por los Poderes Constituidos.

Pese a ello, una vez creados los Poderes Constituidos —podemos preguntarnos—
cómo se modifica la Constitución. Sobre este asunto, han habido grandes
discusiones a cargo de diversos autores. Además del Poder Constituyente,
también existe otro poder que está dentro de la obra constitucional, que es el
Poder Revisor o Poder Constituyente Permanente, como dice Tena Ramírez.

Ese poder reformador adecúa o modifica la Constitución. Pero cuáles son los
límites de ese Poder Revisor, pareciera que el común denominador para los
grandes autores de esta materia es, justa y precisamente, coincidir en que el
Poder Revisor, al no ser depositario de la soberanía, en si mismo no puede
modificar las decisiones políticas fundamentales que ordenó el pueblo —el Poder
Constituyente originario—. De no ser así, el día de mañana se le podría ocurrir al
Poder Revisor que en lugar de sistema presidencial haya un sistema
parlamentario, y como se ha dicho, solamente el pueblo puede modificar las
decisiones políticas fundamentales. Sin embargo, en la letra de nuestro artículo
133 constitucional, no se aclara este límite, pero hay autores quienes afirman que
si los hay. Estos aspectos los analizamos con precisión en la Unidad 8 de esta
obra.

8 El Poder Constituyente no tiene limites jurídicos internos, puesto que se encuentra ante la nada jurídica; como afirma
Tena Ramírez, "el autor de la Constitución carece en su tarea de limitaciones jurídicas"; sin embargo, jurídicamente, el
derecho internacional puede ser un límite, pues el orden jurídico que crea; a) Tendrá que restringirse al territorio de ese
Estado, internacionalmente aceptado; b) No podrá, a menos que incurra en responsabilidad internacional, desconocer los
tratados que haya firmado el régimen anterior o desconocer el derecho internacional; y, c) Difícilmente podrá desconocer las
facultades que el derecho internacional señala a los extranjeros.

Más allá del derecho, el Poder Constituyente se encuentra con limitaciones meta-jurídicas, entre las cuales se puede
señalar: a) De finalidad, ya que persiga el objetivo de establecer un orden jurídico y no la anarquía; b) De índole histórica y
sociológica, dado que no se puede desconocer la evolución histórica-politica de la nación, y tendrán influencia en él la
propia ubicación geográfica y el poder de los países vecinos, asi como factores que derivan de la estructura económica; y,
c) De índole política, lo que Lassalle señaló como los factores reales de poder en la comunidad. De esta manera, el poder
constituyente no tiene limites jurídicos de carácter interno, pero si tiene los externos contenidos en el derecho internacional.
Además, como se ha tratado de señalar, tiene límites de carácter extra o meta constitucional que son importantes en el
momento en el cual se va a ejercer la función constituyente. Id. Carpizo, Jorge, p. 501.
93 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
6.4. ÓRGANOS O PODERES CONSTITUIDOS Y SUS DIFERENCIAS
Vamos a aludir a los órganos de los Poderes Constituidos y sus diferencias con el
Poder Constituyente. La primera nota distintiva es que los poderes constituidos
tienen límites y éstos están en la propia Constitución. 9 En el caso de! Poder
Constituyente, explicamos que una nota característica es que es ilimitado. El
Poder Constituyente lo puede todo en materia constitucional. De ninguna manera
está sometido, porque en el Poder Constituyente la nación es la que ejerce el
poder.
Otra característica es que un Poder Constituyente es de origen; es un poder que
se encuentra en sí. En cambio los Poderes Constituidos derivan de la
Constitución. Esto se observa si nos percatamos que el Poder Constituyente es un
orden creador de todo el orden jurídico y los poderes constituidos son creados por
el Poder Constituyente. De ahí que no puedan actuar más que en su propia
competencia.
Además, el Poder Constituyente, solamente existe para una solución en cuestión,
para un solo asunto, para una sola función, que es crear la Constitución, mientras
que los poderes constituidos tienen diversas funciones; es decir, cada órgano
según su competencia tiene diversas funciones, las que determinó el Poder
Constituyente. No obstante, debe quedar claro que el Poder Constituyente no
gobierna, en cambio los poderes constituidos fueron creados precisamente para
gobernar.
Se ha afirmado también que en este tema tenemos que tener claro que la
supremacía de la Constitución presupone dos condiciones: a) que el Poder
Constituyente es distinto a los poderes constituidos porque el autor de la
Constitución debe ser distinto y estar por encima de las demás voluntades
particulares; es decir, es indispensable, hay una necesidad de que haya un poder
más alto que mande a los demás poderes constituidos; y, b) hay otra diferencia de
orden cronológico, en el que el Poder Constituyente precede a los poderes
constituidos porque es el autor de la obra constitucional.
El Poder Constituyente es un poder originario, soberano e ilimitado; también es un
poder transitorio; pero además, en el sentido de que únicamente será por tiempo
determinado, es un poder anterior a los poderes constituidos, debido a que es un
poder supremo y los poderes constituidos son derivados de la Constitución, son
creados por el constituyente y están completamente limitados, ya que a diferencia
del Poder Constituyente fueron creados precisamente para gobernar.

9 La supremacía de la Constitución presupone dos condiciones: a) que el Poder Constituyente sea distinto de los poderes
constituidos; y, b) que la Constitución sea rígida y escrita. Id Tena Ramírez, Felipe, p. 173.
94 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

6.4.1. Asamblea Constituyente y órgano legislativo ordinario


La Asamblea Constituyente es un órgano que se crea por el Poder Constituyente,
ya que a través de dicha Asamblea opera el propio Poder Constituyente. La
Asamblea Constituyente es un órgano en virtud del cual se hace valer la soberanía
popular.10

Cuando actúa la Asamblea Constituyente lo hace para crear la Constitución, la


cual debe prever la existencia de los poderes constituidos. Uno de los poderes
constituidos que va a ser objeto, contenido, descripción y limitación de la
Constitución, va a ser el órgano legislativo ordinario. Desde otro ángulo, la
Asamblea Constituyente al crear la Constitución, también prevé la existencia de un
órgano que actualice la ley y, es precisamente, uno de los Poderes Constituidos,
que es el poder legislativo o asamblea legislativa ordinaria.
De ahí que podamos afirmar que la Asamblea Constituyente es depositaria de los
atributos que le otorga el Poder Constituyente, mientras que el órgano legislativo
ordinario, sea en una o dos Cámaras, es un poder constituido. La Asamblea
Constituyente tiene un mandato; se trata de un mandato amplio y no
específicamente determinado, en cuanto a los elementos mínimos de su actuación
o creación; es decir, el Poder Constituyente delega en la Asamblea Constituyente
las atribuciones para crear una Constitución y su única limitación consiste en no
faltar al mandato popular, pero no le instruye directa, específica y concretamente
la manera en que va a diseñar cada Poder Constituido.
En cambio, el órgano legislativo ordinario tiene un mandato específico, acotado y
determinado por la Constitución y conforme a ese mandato se debe organizar. En
el mismo sentido, mientras que la Asamblea Constituyente tiene funciones
concretas: crear una constitución, el órgano legislativo ordinario tiene diversas
funciones y materias, que son aquellas funciones que la propia Constitución le
haya señalado.
Asimismo, mientras que la Asamblea Constituyente no tiene un fundamento
jurídico, sino se fundamenta en cuestiones que están en el espíritu de la sociedad
—el sentir del pueblo— y la soberanía popular, por su parte, el mandato y el
fundamento en el que actúa el órgano legislativo ordinario es un mandato de
carácter jurídico, plasmado en un documento jurídico como es la Constitución, el
cual determina la organización y operación del órgano legislativo ordinario.

10 En México, las Constituciones de 1824, 1857 y 1917 fueron expedidas por Asambleas Constituyentes. Id Carpizo, Jorge,
p 573.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 95

En tanto que la Asamblea Constituyente, por razones de naturaleza e incluso de


tiempo, está por encima del orden jurídico, el órgano legislativo ordinario deviene
del propio orden jurídico, debido a que es resultado y parte del propio orden
jurídico. Con motivo de ello, el formato en virtud del cual actúa la Asamblea
Constituyente es un formato amplio para realizar su función de crear la
Constitución, mientras que el formato del órgano legislativo ordinario es un formato
regulado, es un formato acotado por la propia Constitución, precisamente, en
virtud de que la Asamblea Constituyente no procede de un documento jurídico,
mientras que el órgano legislativo ordinario procede del documento jurídico
fundamental.
También encontramos que en la Asamblea Constituyente subyace otra
característica fundamental. La Asamblea Constituyente no se crea con objeto de
que permanezca por tiempo indeterminado. Por el contrario, en virtud de que su
función única es crear a la Constitución, una vez creada, la asamblea
Constituyente ya no tiene razón de existir; por lo tanto, la no permanencia es otra
característica de la propia Asamblea Constituyente y, por el contrario, tratándose
del órgano legislativo ordinario, en virtud de su naturaleza de Poder
Constituido, desarrolla sus funciones y permanece su organización por tiempo
indeterminado y, por lo tanto, permanente conforme a su propia naturaleza.
Así podríamos continuar haciendo una suerte de diferenciaciones entre la
Asamblea Constituyente y el órgano legislativo ordinario, pero a nuestro saber y
entender, bastan estas características que denotan la propia naturaleza de un
órgano y del otro, para que tengamos perfecta claridad respecto de estas
instituciones.
96

UNIDAD 7 97

SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL

7.1. SUPREMACIA CONSTITUCIONAL Y EL ORDEN JURIDICO ESTATAL


Ahora nos corresponde examinar y describir una de las características más
importantes de la Constitución que es su supremacía y las implicaciones que tiene
ésta sobre los diversos ordenamientos de un sistema jurídico. Supremacía
significa lo que está por encima, lo que se encuentra en la cúspide de todo un
sistema. En un sistema jurídico, la supremacía constitucional significa que la
Constitución es la norma que denominamos fundamental, que está en la cúspide o
por encima de las demás normas jurídicas.
Es pues la Constitución el documento legal supremo, el que se ubica en la
cúspide. Y esta característica de supremacía va a tener consecuencias
importantes para nuestro sistema jurídico. Para el Estado de Derecho, aludir a la
supremacía, es aludir a que esta norma es la norma primaria, que va ser el primer
elemento de referencia en todo ordenamiento jurídico del Estado de que se trate,
va a ser el primer punto de referencia de todo ordenamiento existente. Va a ser la
fuente de creación de todo el sistema jurídico y también, según lo expresa el
profesor Ignacio Burgoa1 esta primariedad va a implicar que nuestra norma
fundamental va a ser la fuente creativa de los órganos primarios del Estado, la
demarcación de la competencia de esos órganos primarios, va a ser también la
normación básica de su integración humana y esto a su vez, nos revela que las
decisiones fundamentales del Estado, van a estar precisamente en esa ley
fundamental, van estar en la Constitución
1 El principio de supremacía constitucional descansa en sólidas consideraciones lógico-jurídicas. En efecto, atendiendo a
que la Constitución es la expresión normativa de las decisiones fundamentales de carácter político, social, económico,
cultural y religioso, así como la base misma de la estructura jurídica del Estado que sobre ésta se organiza, debe auto
preservarse frente a la actuación toda de los órganos estatales que ella misma crea —órganos primarios— o de los órganos
derivados. Dicha auto preservación reside primordialmente en el mencionado principio, según el cual se adjetiva el
ordenamiento constitucional como ley suprema o lex legum es decir, ley de leyes. Burgoa Orihuela, Ignacio; Derecho
Constitucional Mexicano, Ed Porrúa, México, 1988, p 245.
98 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Para Kelsen la Constitución significa la fuente de validez formal de todas las


normas secundarias que componen el derecho positivo. En términos técnico-
jurídicos y bajo el lenguaje kelseniano, la fundamentalidad de la Constitución
significa también que es la fuente de validez formal de todas las normas
secundarias que componen el derecho positivo.
Entonces por ser fundamental, es la ley suprema del Estado y esto supone que
todo ordenamiento jurídico se encuentra condicionado por esa ley fundamental.
Ninguna autoridad tendrá más poderes que los que reconozca la Constitución,
porque de ella pende el sistema jurídico del Estado de que se trate.
Es la norma fundatoria de la estructura jurídica de ese Estado. No se puede
concebir un orden jurídico estatal, hoy por hoy, si no se observa a ese orden
jurídico estatal como un sistema y en la cima de este sistema, está la Constitución
o visto desde otra óptica, es el pilar fundamental respecto del cual se estructura
todo el sistema jurídico del Estado.
Entonces nos queda claro que la Constitución es fundamental en tanto que de ella
deviene el orden jurídico, y es suprema en tanto que las disposiciones jurídicas del
Estado dependen, justa y precisamente, de su congruencia con la propia
Constitución. Burgoa dice que estas dos cualidades, de fundamentalidad y de
supremacía, son cualidades concurrentes en toda Constitución jurídico-positiva.
Ahora tenemos claro porque nuestra Constitución es el índice de validez formal de
todas las leyes secundarias u ordenamientos del sistema jurídico estatal y porqué,
en consecuencia, aquella disposición o acto jurídico que se aparte de la
Constitución es nula, invalida, inoperante e ineficaz. Esta supremacía
constitucional es tan importante que prácticamente es un aspecto en el que no hay
disparidad en cuanto a su aceptación en el mundo de la doctrina jurídica y,
particularmente, en la doctrina constitucional.

El principio de supremacía constitucional desde el origen del propio


constitucionalismo moderno es aceptado, sustentado, reseñado y ampliado.
Desde las primeras interpretaciones, incluso, las que se realizaron en torno a la
Constitución de los Estados Unidos de América, se sostenía la supremacía
constitucional. Siempre que se trata el tema de supremacía constitucional, hay una
resolución que se cita de manera reiterada, y es una resolución que se le conoce
como el fallo del caso Marbury vs Madison. El principio que deviene de esta
resolución es muy importe y sencillo, y consiste en que “ningún acto legislativo
contrario a la Constitución es vàlido”.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 99

"En el caso a que nos referimos, William Marbury había sido designado Juez de
Paz para el Distrito de Columbia por el Presidente Adams y el secretario de
Estado de su sucesor, o sea de Jefferson, que fue Madison, se negó a entregar el
nombramiento respectivo. Marbury, basándose en la Ley Orgánica de los
Tribunales Federales que expidió el Congreso de los Estados Unidos, otorgando
competencia originaria a la Suprema Corte para liberar "mandamus", ejerció este
recurso ante dicho alto tribunal. La Corte consideró que tal ley era contraria a la
Constitución Federal, porque conforme a ésta, y en los casos de "mandamus", no
tenía jurisdicción originaria, sino apelada. Por esta causa, la Corte denegó la
petición de Marbury, proclamando en la sentencia correspondiente el principio de
supremacía constitucional, incluso, frente a las leyes federales, después de haber
estimado incongruentemente con dicha denegación, que el promotor del recurso
desechado sí había sido legítimamente designado y que tenía derecho a ocupar el
cargo para el que fue nombrado".2
La resolución que acabamos de relatar marcó un hito en la historia, en la técnica y
en la doctrina constitucional, al proclamar el sentido de la supremacía
constitucional. Después de conocer el relato, tenemos claro la importancia de la
supremacía constitucional; sin embargo, hay autores que sostienen que la
supremacía constitucional en ocasiones ha tenido variaciones, pero desde nuestro
punto de vista, en todo caso, ha tenido modalidades pero no variación.
La supremacía constitucional desde nuestra óptica se haya incuestionable, lo que
ocurre en algunas naciones, 3 es que han tenido que ser complementadas las
instituciones de la relativas a la supremacía con sistemas de control constitucional,
y en tal sentido, debemos citar como ejemplo a Francia, donde,

2 Burgoa Orihuela, Ignacio; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1988, p. 246.

3 El principio de supremacía constitucional, por otra parte, ha asumido algunas variantes en el régimen jurídico de la
Francia contemporánea que le han restado su rigidez original y quizás su respetabilidad en aras de las exigencias
legislativas que Impone la siempre cambiante realidad sociopolitica y económica. Estas variantes o temperamentos, se
registraron en la Constitución de la postguerra expedida en octubre de 1946 y se reiteraron en la de 1958, que fue adoptada
en el referéndum del 28 de septiembre de ese último año. En la primera se establece un sistema muy curioso de
preservación o control constitucional. Si una ley votada por la Asamblea Nacional puede considerarse contraria a la
Constitución, y si a juicio del Comité Constitucional, compuesto por el Presidente de la República, el Presidente de la
Asamblea Nacional, el Presidente del Consejo de la República y por miembros de dicha Asamblea, aquélla amerita la
revisión del pacto fundamental, tal ley secundaria no entra en vigor hasta en tanto no se hubiere reformado la Constitución
en el precepto o preceptos contravenidos, si el caso lo requiere. Como se ve, la Constitución aludida de Francia hace
nugatorio el principio de supremacía, al admitir la posibilidad de que se ajuste una disposición de índole constitucional a una
ley secundaria, mediante la reforma de la primera. Id. Burgoa, Orihuela, Ignacio, p 246.
100 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

justamente, cuando se considera que una Ley pudiera ser inconstitucional por una
serie de instancias jurídico-políticas, se le somete a un procedimiento para
conocer si era congruente o no con la Constitución. Como resultado de ello,
incluso, el procedimiento podría llegar hasta una reforma constitucional.

Para aquellos que sostienen que esto es una variación a la idea de la supremacía
constitucional, nosotros diríamos que por el contrarío, esto fortalece el propio
principio de supremacía constitucional, porque antes de violentar a la Constitución,
se prefiere revisar la Ley para que no se emita, o se prefiere reformar la propia
Constitución antes de violentarla; luego entonces, desde nuestra óptica, en esos
sistemas jurídicos se fortalece el principio de supremacía constitucional.

7.2. PIRÁMIDE KELSENIANA DE JERARQUÍA NORMATIVA


Para entender la tesis de supremacía constitucional bajo la óptica de Kelsen,
tenemos que indicar que todo tema jurídico, bajo la tesis kelseniana parte de dos
características: jerarquía y unidad.4

Para el profesor Hans Kelsen, habrá un sistema jurídico cuando se comparten


estas dos características. En virtud de éstas se eslabona con congruencia el
Estado de Derecho. En la cúspide del sistema jurídico se localiza la Constitución,
seguida en el peldaño inmediato inferior de las leyes ordinarias; después, cuando
es el caso, las disposiciones reglamentarias y, en el siguiente peldaño inferior, los
actos jurídicos concretos.
Estamos aludiendo a una jerarquización, pero además, estamos refiriéndonos a un
sistema que está concatenado en una unidad. Un acto jurídico bajo esta lógica
tendrá su fundamento en una norma reglamentaria; ésta, a su vez, tendrá su
fundamento en una ley y esta ley a su vez, tiene su fundamento en la Constitución.
Luego entonces, hay una congruencia, existe una relación de dependencia en un
sistema de unidad y jerarquía que es el sistema jurídico.

4 El orden jurídico, especialmente aquel cuya personificación constituye el Estado, no es por tanto, un sistema de normas
coordinadas entre si, que se hallasen por así decirlo, una a lado de otra, en un mismo nivel, sino que se trata de una
verdadera jerarquía de diferentes niveles. La unidad de esas normas hallase constituida por el hecho de que la creación de
la de grado más bajo se encuentra determinada por otra de grado superior, cuya creación es determinada a su vez por otra
todavía más alta. Kelsen, Hans; Teoría General del Derecho y del Estado, Ed. UNAM, México, 1988, p. 149.
TEORIA DE LA CONSTITUCION 101
Para que una norma sea válida, debe tener su sustento en la norma inmediata
superior en virtud de la cual fue creada, debido a que a través de ella tiene razón
de validez. En su obra: Teoría General del Derecho y del Estado Kelsen nos dice
que una norma jurídica es válida por haber sido creada conforme a otra superior
en la forma establecida. La última constituye la razón de validez de la primera.
Kelsen al hablar de una norma superior y otra inferior abunda que en la relación
que hay entre la norma que regula la creación de otra y esa misma norma se
presenta un vínculo de supra a subordinación, siendo superior en estas figuras, la
norma que determina la creación de otra. Con ello, el profesor Kelsen revela el
carácter dinámico del sistema normativo, a partir del carácter de las normas, su
dependencia, unidad y jerarquía.
No olvidemos que hemos mencionado en la Unidad 3 de esta obra que para
Kelsen hablar de la Constitución es aludir a dos sentidos, su sentido material y su
sentido formal. El primer sentido, no es sino el contenido de una Constitución y,
por lo tanto, para Kelsen la Constitución en el sentido material está constituida por
lo preceptos que regulan la creación de normas jurídicas generales y
especialmente, las normas que regulan la creación de leyes.
Es decir, para Kelsen, la Constitución en sentido material determina las normas,
que a su vez determinan los órganos y el proceso de legislación. Ese es,
precisamente, el elemento esencial de todo orden jurídico. Las normas que
regulan la creación de preceptos generales y las normas que regulan la
determinación de los órganos y el proceso de legislación.
En sentido formal una Constitución implica aquellas normas que tienen un proceso
de creación especial y complejo, distintas respecto de las leyes ordinarias. Son las
normas fundamentales o constitucionales, son los preceptos cuya modificación es
más difícil. Desde luego este concepto solamente cabe en las constituciones
escritas.
Entonces, la Constitución en sentido material puede determinar no solamente los
órganos del proceso legislativo, sino también, el contenido de las leyes futuras, ya
que desde esta óptica, no existe objeción en que la propia Constitución puede
determinar parte de ese contenido.5

5 La Constitución, en sentido material, puede determinar no solamente los órganos del proceso legislativo, sino también,
hasta cierto grado, el contenido de leyes futuras. La Constitución puede determinar negativamente que las leyes no deben
tener cierto contenido, por ejemplo, establecer que el Parlamento no podrá aprobar ningún estatuto que restrinja la libertad
religiosa. Id. Kelsen, Hans, p. 151.
102 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

La Constitución, bajo la tesis kelseniana, es el fundamento de todas las normas y


todos los actos jurídicos. Las normas generales, representan un nivel inferior a la
Constitución en el orden jerárquico. Estas normas generales, evidentemente,
tienen que ser aplicadas por los órganos competentes.
Podemos fácilmente desentrañar que la legislación o el derecho legislado tiene
sustento en la Constitución. En las leyes debe definirse cuáles son los órganos
encargados de aplicar el derecho, el procedimiento al que deben sujetarse y la
naturaleza de los actos judiciales y administrativos.
Según Kelsen, la creación de normas generales tiene varias etapas, debido a que
ciertas constituciones otorgan a determinadas autoridades administrativas una
función materialmente legislativa, que consiste en la expedición de normas
generales, pero no por el órgano legislativo, sino por el jefe de Estado, o algún
miembro de su gabinete. Esas normas legislativas se desarrollan con un sentido
de Ley, porque son normas generales que estando de acuerdo con una
Ley, desarrollan su sentido. Estas normas generales no son creadas por el
legislador, sino por otro órgano, sobre la base, precisamente, de lo que dijo el
legislador. Son normas generales que nos van a permitir la aplicación inmediata,
concreta y más adecuada de la Ley. Se trata precisamente de los reglamentos.
Si bien, las normas generales o leyes, son las que determinan quiénes son los
órganos encargados de aplicar el derecho, y cuál es el procedimiento al que
deben someterse, una segunda función consistirá en determinar los actos jurídicos
y administrativos de tales órganos. Por medio de sus actos se crean las normas
individualizadas para los casos concretos y llegábamos, precisamente, al siguiente
nivel, en el que se pretende dar un sentido específico a las leyes y normas
generales para reglamentar los aspectos constitucionales.
Para Kelsen la importancia de los reglamentos radica en que cubren aspectos que
a detalle no cubre la ley, porque, precisamente, desarrolla el sentido de la ley. 6
Pues bien, con todo lo indicado, tenemos como evidente que en el tercer peldaño
se encuentran los reglamentos. No son indispensables en todos los casos; es
decir, no siempre hay reglamentos. Su existencia se explica debido a que,
precisamente, como hemos dicho algunas veces la creación de las leyes

6 La distinción entre leyes y reglamentos sólo tiene importancia jurídica cuando la creación de normas generales se
encuentra, en principio, reservada a un órgano legislativo especial, distinto del Jefe del Estado o de los miembros del
gabinete. La distinción es significativa cuando hay un Parlamento electo por el pueblo, y el poder Legislativo se halla, en
principio, separado de los poderes Judicial y Ejecutivo, Id. Kelsen, Hans, p. 154.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 103

o normas generales se dividen en dos o más etapas, ciertas constituciones


otorgan a determinadas autoridades administrativas, por ejemplo, al Jefe de
Estado o a los miembros de su gabinete el poder de expedir normas generales, de
acuerdo con las cuales, se elaboran determinadas prescripciones de la Ley y
estas normas generales, que no son creadas por el legislador, sino por órganos
que se sustentan en las normas generales que expide el legislador, se llaman
reglamentos.
Los reglamentos entonces, especifican diversas cuestiones relativas al contenido
de las leyes, por lo tanto, materialmente también son leyes. Son normas generales
pero de nivel inferior al de las leyes, deben ser acordes con las propias leyes y,
formalmente, son expedidas por autoridades administrativas.
El cuarto peldaño son las normas individuales creadas bajo las bases de normas
generales. Existen dos tipos de actos individuales. Ambos implican la aplicación
específica de normas jurídicas. Por una parte el acto judicial y por otra parte, el
acto administrativo en sentido amplio.
El acto jurídico —como norma individual— considera en primer término a la
decisión judicial; es decir, a la función desempeñada por los tribunales para la
aplicación del derecho. Es decir, cuando se dirimen o se resuelven litigios y
controversias entre dos personas jurídicas, el resultado implica el establecimiento
de una determinada sanción; con ello, lo que hace el tribunal que resuelve, es
aplicar la norma general a un caso concreto, pero al mismo tiempo, ocurre otra
cuestión en ese mismo acto, no solamente se trata de la aplicación de la norma
general, sino que también se crea una norma individual que establece,
precisamente, determinada sanción.

Por eso, Kelsen nos dice que las normas individualizadas, de la misma forma que
aplican normas generales, también implican la creación de una norma específica.
Esa es la naturaleza del acto individualizado: creación y aplicación
simultáneamente de instituciones jurídicas. De esa manera, el Doctor Kelsen
concluye que tanto la función judicial como la legislativa constituyen en cierto
sentido lo mismo.7

7 Como aplicación del derecho, la doctrina tradicional considera en primer término a la decisión judicial, es decir, la función
desempeñada por los tribunales Al resolver una controversia entre dos particulares o considerar a un acusado a sufrir
determinado castigo, el tribunal aplica, es verdad, una norma general de derecho consuetudinario o legislado. Pero, al
mismo tiempo, crea una norma individual que establece determinada sanción que habrá de imponerse a cierto individuo.
Esta norma individual puede ser referida a normas generales en la misma forma en que la ley es referida a la Constitución.
Así pues, la función judicial, lo mismo que la legislativa,
104 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

JERARQUÍA KELSENIANA

CONSTITUCION

NORMA GENERAL O LEY

REGLAMENTO

NORMA INDIVIDUALIZADA

Así, tenemos que la Constitución está en un primer nivel, en el siguiente tenemos


las normas generales o leyes, después a los reglamentos y, finalmente, los actos
individualizados o disposiciones especificas que pueden ser judiciales o de otro
tipo. Todo esto implica que hay unidad y jerarquía.8

Cuando Kelsen desarrolla su tesis sobre la función judicial, es muy importante


tener en claro que la aplicación de normas jurídicas, implica llevar la norma en
abstracto a un caso particular, lo cual se explica de la siguiente manera: la norma
general sobre ciertos supuestos abstractos, enlaza ciertas consecuencias
determinadas también de manera abstracta, tiene que ser individualizada y
concretada a fin de quedar en contacto con la vida social y de aplicarse a la
realidad. Para este efecto, es necesario determinar, en cada caso, si las
condiciones señaladas en abstracto por la norma
es, al propio tiempo, creación y aplicación del derecho La función judicial se encuentra ordinariamente determinada por
normas generales, tanto en lo que respecta al procedimiento como en lo que atañe al contenido de la norma que debe
crearse, mientras que la legislación usualmente sólo se halla determinada por la Constitución en el primero de los dos
aspectos. Esta diferencia, sin embargo, es sólo de grado, id. Kelsen, Hans, p. 160.

5 Desde un punto de vista dinámico, la norma individual creada por la decisión judicial es una etapa de un proceso que
principia con el establecimiento de la primera Constitución, continúa con la legislación y la costumbre, y culmina en las
decisiones judiciales. Tal proceso se completa mediante la ejecución de la sanción individual. Las leyes y las normas
consuetudinarias son únicamente, por así decirlo, productos semi-elaborados, cuya conclusión depende de la decisión
judicial y de la ejecución de ésta. Id. Kelsen, Hans, p. 160.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 105
general, se encuentran presentes en la realidad a fin de que sea sancionada
abstractamente por la norma general y pueda ser ordenada y ejecutada en
concreto.
El acto judicial en su carácter de norma individualizada es creador de una
situación jurídica en concreto, y aplicadora a un caso de una norma general
abstracta.9 Lo que está diciendo Kelsen, es que tenemos ciertos supuestos
normativos, que como tales, se dan en la vida jurídica del deber ser, se dan en
abstracto y, lo que hace el acto judicial, es ubicar la norma en abstracto a un caso
concreto de la vida real, del mundo del ser.
Lo anterior significa que en los actos individualizados ocurren dos fenómenos: de
una parte está la aplicación de la norma general al caso concreto —lo abstracto a
lo concreto— y, de otra parte, la creación y aplicación de la situación jurídica, que
es la ley aplicable al caso concreto. Esos son los elementos esenciales de la
función judicial para Kelsen.
La decisión judicial también tiene un carácter constitutivo, porque crea un régimen
jurídico concreto que establece consecuencias de derecho. Cuando en la vida real
se da el supuesto jurídico, analizamos el caso concreto y vemos a qué supuesto
obedece, para qué le aplicamos las consecuencias jurídicas respectivas y, con
ello, estamos aplicando el derecho, pero creando a la vez el derecho.
Remata Kelsen diciendo que tanto al establecer la presencia de los supuestos
como al estipular la sanción, la decisión judicial tiene un carácter constitutivo. Es
cierto que en la decisión se aplica una norma general preexistente que enlaza las
consecuencias a ciertas condiciones, pero la existencia de las condiciones
concretas es primeramente establecida en cada caso por la resolución del tribunal.
Lo que Kelsen dice es que la decisión judicial es constitutiva de una situación
jurídica concreta, en cuanto ordena que una situación concreta sea ejecutada
contra un infractor considerado individualmente. Con ello, este autor nos está
diciendo que en todo este enjambre que se tiene en el mundo jurídico, hay una
serie de elementos de unidad y jerarquía que se van a enlazar con la realidad,
justamente en normas individualizadas en el mundo del ser, que se va a ubicar en
el mundo del deber ser, que es el mundo jurídico. Una vez que se ubica en la
situación del ser, va a ocurrir un fenómeno que va hacer la norma individualizada,
que va a consistir en aplicar el supuesto normativo que se encontró en la situación
jurídica concreta, para aplicarse las consecuencias de derecho respectivas.
9 La decisión judicial es claramente constitutiva en cuanto ordena que una sanción concreta sea ejecutada contra un
infractor individualmente determinado. Pero tiene carácter constitutivo en cuanto comprueba los hechos condicionantes de
la sanción. En el mundo del derecho no hay hechos en si mismos, o absolutos; Sólo hay hechos cuya existencia ha sido
declarada por un órgano competente dentro de un procedimiento prescrito por la ley. Id. Kelsen, Hans, p. 161.
106 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

7.3. LA SUPREMACIA CONSTITUCIONAL EN EL ESTADO FEDERAL


Ubicar la supremacía constitucional en un Estado Federal tiene una importancia
especial desde el punto de vista técnico-jurídico para la ciencia del derecho, pero
también, particularmente, para nosotros los mexicanos que tenemos,
precisamente, un Estado Federal.
Empecemos por saber, qué es el Estado Federal. Para efectos de esta unidad,
debemos entender como Estado Federal aquella forma jurídico-política del Estado,
en la cual existen dos jurisdicciones; de una parte la jurisdicción federal y, por otra,
la jurisdicción local (amén desde luego del ámbito municipal). Ambas
jurisdicciones son coextensas, coexistentes y de igual jerarquía.
Así, habrá tantas jurisdicciones locales como entidades federativas haya en el
Estado Federal. Ambas jurisdicciones, la estatal y la federal, se aplicarán
directamente a los individuos. Ambas participarán de la reformabilidad
constitucional y sus jurisdicciones estarán sometidas a la Constitución Federal de
manera directa. Estas notas características nos van a ser útiles para entender lo
que implica el mandato federal.
Una vez teniendo claro con el numeral anterior de esta Unidad lo que implica la
supremacía constitucional y sus consecuencias, que nos explica el profesor
Kelsen, enlacemos ahora los temas. Dijimos que en un Estado Federal hay dos
jurisdicciones, la federal que se aplica para toda la nación y la estatal que se
aplica solamente a la localidad; por lo tanto, en las locales serán distintas sus
legislaciones, o podrán ser distintas en cada una de las entidades federativas.
En el Estado mexicano, por ejemplo, la legislación de Chihuahua es distinta a la
de Guanajuato, pero ambas jurisdicciones, la Estatal y la Federal, están
supeditadas directamente a la Constitución, los contenidos de ambas
jurisdicciones se aplican directamente a los individuos de ambos estados y tanto la
Federación como las entidades federativas participan de la reforma constitucional.
En cuanto a la primera característica que hemos anotado, es decir, en la
existencia de dos jurisdicciones, hemos destacado que ambas son coextensas; es
decir, tienen la misma fuerza; son coexistentes, lo que implica que se aplican al
mismo tiempo y son de igual jerarquía.
Si son de igual jerarquía, entonces tenemos: la Constitución Federal y luego, en el
siguiente peldaño, dos tipos de legislaciones, una legislación local y otra federal,
pero ambas —local y federal—
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 107
supeditadas a la Constitución General de la República.10 Además, por cada
entidad federativa vamos a tener una Constitución y en materia federal todas
aquellas atribuciones conferidas para el Congreso Federal, pero no habrá
jerarquía entre la legislación local y la federal, serán del mismo nivel, y ambas
estarán supeditadas directamente a la Constitución. Está claro pues, en qué
consiste que serán coextensas, coexistentes y de igual jerarquía.
Estamos aplicando la tesis kelseniana al caso concreto del Estado Federal, por lo
que en el siguiente nivel vendrán los reglamentos en ambos casos (federales y
estatales) y más tarde las decisiones individualizadas en la legislación local y
federal.
Esto que acabamos de afirmar nos lleva a una tesis que es muy importante. En un
Estado Federal, cuando aludimos a que algo es materia de la entidad federativa, o
que algo es materia federal, no estamos hablando de jerarquía, sino que estamos
hablando de competencia. Por lo menos, en lo que se refiere al Estado Federal
mexicano es muy clara esta aseveración, pero desde nuestro punto de vista, la
misma aseveración puede ser aplicada a otros sistemas federales, con las
modalidades correspondientes, como se comprobará más adelante.

JERARQUÍA KELSENIANA EN EL SISTEMA FEDERAL

10 Coincidimos con Javier Moctezuma Barragán, en cuanto a que para explicar la supremacía constitucional, se niega que
la soberanía se deba a un pacto de alianza entre estados preexistentes, lo cual haría del Congreso una reunión de
plenipotenciarios en lugar de una asamblea de representantes con una misma nacionalidad. Moctezuma Barragán, Javier;
Cuestiones Constitucionales, José María Iglesias, Ed UNAM, México, 1996, p. 12.
108 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

De acuerdo con lo explicado, la primera conclusión que se debe tener respecto de


la supremacía constitucional, tratándose de un Estado Federal, es la siguiente: en
un Estado Federal hay dos grandes órbitas dependientes directamente de la
Constitución General de la República, una órbita que implica al ámbito federal y
otra, al ámbito de las entidades federativas. Este segundo ámbito será distinto en
cada una de las entidades federativas, la división competencial en el sentido de
que algunas materias son federales y que otras son locales, es un asunto que será
resuelto por la Constitución Federal y, ambas jurisdicciones —local y federal— o
ambas competencias para ser más precisos, estarán supeditadas directamente a
la Constitución Federal.11
Asimismo, como consecuencia de lo anterior, podemos tener claro lo que hemos
afirmado en cuanto a que, distinguir si algo es materia federal o materia de una
entidad federativa, no será un problema de jerarquía, sino un problema de
competencia. Tendremos que observar entonces, conforme a la Constitución
General cuáles aspectos son federales y qué materias son locales.
Posteriormente, como hemos señalado, observaremos que de las leyes locales
derivaran reglamentos locales, y de estos reglamentos derivarán también actos
individualizados y lo mismo ocurrirá en la legislación federal: reglamentos
federales y después actos individualizados federales.
Mucho se ha dicho entorno de la supremacía constitucional en el Estado Federal
mexicano. La jerarquía normativa en nuestro orden jurídico tiene como disposición
más importante el artículo 133 constitucional. En este dispositivo se consagra,
precisamente, lo relativo a la jerarquía de las normas en el Estado mexicano. El
artículo 133 constitucional correspondió originariamente al artículo 126 de nuestra
anterior Constitución de 1857.12

11 Felipe Tena nos dice que la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene establecida jurisprudencia en el sentido de
que: "Las constituciones particulares y las leyes de los Estados no podrán nunca contravenir las prescripciones de la
Constitución Federal, esta es, por consecuencia, la que debe determinar el límite de acción de los poderes federales, como
en efecto lo determina, y las facultades expresamente reservadas a ellos no pueden ser mermadas o desconocidas por las
que pretende arrogarse los Estados". Tena Ramírez, Felipe; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1983, p.
13.

12 La primera parte del artículo 133 otorga el carácter de supremacía no sólo a la Constitución, sino también a las leyes
dadas por el Congreso Federal que emanen de ella y a los tratados internacionales que celebre el Presidente de la
República con aprobación del Senado. No obstante, a pesar de esta declaración, la supremacía se reserva al ordenamiento
constitucional, pues dichas leyes como los mencionados tratados, en cuanto a su carácter supremo, están sujetos a la
condición de que no sean contrarios a la Constitución, condición que omitió el artículo 126 del Código Fundamental de
185?. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 12.
109 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN

Este artículo es una disposición que fue asimilada de la Constitución de los


Estados Unidos de América.13 Esta primera afirmación nos puede llevar a una
conclusión —estamos de acuerdo con el Doctor Jorge Carpizo— que sería por
cierto una conclusión errónea, en el sentido de afirmar que tendrían la misma
naturaleza y alcance, nuestro artículo 13314 Constitucional y el artículo equivalente
de la Constitución de Estados Unidos,
Con base en la Constitución de los Estados Unidos, se sostiene que existe una
jerarquía entre las leyes federales y las leyes locales, una jerarquía que implica,
que por encima de las leyes locales se encuentran las leyes federales y, para
explicar porqué ocurre eso en la Constitución Norteamericana y no en nuestra
Constitución, Carpizo nos remite al contenido del artículo 124 de la Constitución,15
donde hay una palabra clave para entender la diferencia del sistema federal
mexicano con el norteamericano. El término: "expresamente", que relativo al tema
de la supremacía constitucional, tenemos que interpretarlo conjuntamente a los
artículos 133 y 124. El principio que consagra el artículo 124 nos dice: para saber
que algo es materia federal, tenemos que tomar nuestra Constitución y, aquello
que no esté "expresamente" conferido por nuestra Constitución a la Federación,
por exclusión será materia de las entidades federativas.
Ese principio que consagra el artículo 124, habrá que completarlo con otra
pequeña parte para quedar como sigue: "aquello que expresamente no esté
conferido por la Constitución a la Federación, ni a los Municipios, será materia de
las entidades federativas", porque habrá que interpretarlo también, en conjunción
con el artículo 115 constitucional.16 Sin embargo, también debemos completarlo

13 Por lo que concierne a la segunda parte del articulo 133, cuyo sentido irreflexiva e inconstitucionalmente fue tomado por
los constituyentes de 1856-57 de la Constitución Federal norteamericana y reproducido por el Congreso de Querétaro de
1917, apunta lo que en la doctrina se llama "control difuso" o "autocontrol constitucional" por parte de las autoridades
judiciales. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 12

14 Articulo 133 constitucional.—"... Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados a pesar
de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados"

15 Artículo 124 constitucional.—"Las facultades que no están expresamente concedidas por la Constitución a los
funcionarios federales se entienden reservadas a los Estados". Id El artículo 115 constitucional enlista las materias que son
objeto del nivel municipal, en la parte respectiva el texto es el siguiente: "f. III. Los municipios, con el concurso de los
Estados, cuando así fuere necesario y lo determinen las leyes, tendrán a su cargo los siguientes servicios públicos: agua
potable y alcantarillado, alumbrado público; limpia; mercados y centrales de abasto; panteones; calles, parques y jardines;
seguridad pública y tránsito; y, las demás que las legislaturas locales determinen según las condiciones territoriales y
socioeconómicas de los municipios, así como su capacidad administrativa y financiera..."; "f. IV. Los municipios
110 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

aún más si nos remitimos a los artículos 117 y 118 de la Constitución y, entonces
diríamos: "aquello que no esté expresamente conferido por nuestra Constitución, a
la federación, ni a los municipios, m prohibido a los entidades federativas será
materia de los estados".
Tenemos que tener claro entonces lo siguiente: cuando dice la Constitución,
aquello que no esté expresamente conferido a la federación será materia de las
entidades federativas, la palabra "expresamente" es una nota distintiva del
federalismo mexicano respecto del federalismo de los Estados Unidos.
En el federalismo mexicano, al establecer el término "expresamente", nuestra
Constitución está impidiendo, que por vía interpretativa algunas materias no
conferidas expresamente a la Federación, se vayan incluyendo en favor de la
Federación. En el sistema federal mexicano, no existen las facultades implícitas en
el sentido genérico que sí se establecen en los Estados Unidos a las autoridades
federales, quienes pueden irse allegando de otras materias que no están
expresamente conferidas por su Constitución, a base de una serie de
interpretaciones que hacen que las materias implícitas, se hagan explícitamente
federales.
En el caso mexicano las únicas materias implícitas que tiene la Federación, son
aquellas que sirven para desarrollar las explícitas. Si analizamos al artículo 73
constitucional, fracción última, 17 nos percataremos que las únicas facultades que
puede tomar la Federación con carácter implícito, son aquellas que sirven para
desarrollar el sentido de las facultades explícitas.
Esta es la nota fundamental que distingue al Sistema Federal mexicano del de los
Estados Unidos. En este último país, es factible concebir su federalismo en el
sentido de que existe jerarquía de la Federación respecto de las entidades
federativas, porque la Federación atrae una serie de asuntos para sí misma
respecto de las entidades federativas. Sin embargo, en el caso mexicano esto no
ocurre, por lo que no está “expresamente” conferido en la Federación por la
administrarán libremente su hacienda, la cual se formará de los rendimientos de los bienes que les pertenezcan, así como
de las contribuciones y otros ingresos que las legislaturas establezcan a su favor..."; "f. V. Los municipios, en los términos
de las leyes federales y estatales relativas, estarán facultados para formular, aprobar y administrar la zonificación y planes
de desarrollo urbano municipal; participar en la creación y administración de sus reservas territoriales; intervenir en la
regulación de la tenencia de la tierra urbana; otorgar licencias y permisos para construcciones; y, participar en la creación y
administración de las reservas ecológicas...".

17 Artículo 73 constitucional.—"El Congreso tiene facultad: fracción XXX. Para expedir todas las leyes que sean necesarias,
a objeto de hacer efectivas las facultades anteriores y todas las otras concedidas por esta Constitución a los Poderes de la
Unión".
111 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
Constitución, es materia de las entidades federativas. Por eso queremos reiterar
que en el caso mexicano no es un problema de jerarquía, que alguna materia sea
federal o local dado que es un problema de competencia que dicta el propio
principio de supremacía constitucional.
7.4. POSIBLE CONTRADICCIÓN ENTRE LEYES CONSTITUCIONALES
Y TRATADOS INTERNACIONALES
Desde el punto de vista teórico y técnico, es posible que haya una contradicción
entre un tratado internacional y una ley constitucional. Entre un tratado
internacional y la Constitución no puede haber tal contradicción. Tampoco puede
darse una ley constitucional contraria a la Constitución, y si así lo fuera, según el
caso, se debiera restablecer la situación por vía de amparo o por los otros
métodos de control constitucional que establece la propia Constitución.
Nuestro constitucionalismo nos plantea en el artículo 133 18 de nuestra Ley
Fundamental, que la ley suprema de la Unión, se integra además de la
Constitución por dos elementos más: a) por las leyes que emanen de ella o leyes
constitucionales; y, b) los tratados que celebre el Presidente de la República, con
la aprobación del Senado y que estén acordes con la propia Constitución.
Durante mucho tiempo, algunos autores pensaron que cuando se aludía al término
"leyes que emanan de la Constitución", se estaban refiriendo simplemente a las
leyes federales, lo que los llevó a considerar que las leyes federales estaban por
encima de las leyes locales, porque si las leyes federales eran parte de la ley
suprema de la unión, por esa razón estaban por encima de las leyes locales. Esta
afirmación que hacen algunos autores, hemos comprobado en el numeral anterior
que no es real en nuestro sistema jurídico, debido a que no es un asunto de
jerarquía, sino de competencia entre las leyes federales y locales.
El concepto: "las leyes que emanan de ella" es analizado por el Doctor Mario de la
Cueva, y es interpretado magistralmente por el Doctor Jorge Carpizo. Nos
enseñan que el punto cardinal en este tema: "las leyes que emanen de la
Constitución", no son necesariamente leyes federales, sino son leyes que emite un
órgano federal que es el Congreso de la Unión, pero en su carácter nacional y
son leyes que desarrollan el sentido de la Constitución son leyes constitucionales.
18 Articulo 133 constitucional.—"Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los
tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con
aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión ..".
112 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Por su parte, Mario de la Cueva define a las leyes que emanan de la Constitución,
como aquellas que desarrollan un principio constitucional, ya sea que desarrollan
los mecanismos de funcionamiento de un poder constituido, o porque reglamentan
un principio político-constitucional o social.

Y si emanan de la Constitución, estarán por encima de las leyes locales expedidas


por los Congresos, pero no solamente de éstas, también de las leyes federales.
Esto significa que no serán leyes federales en sentido estricto, a pesar de que
comparten una de las características de las leyes federales, que es ser expedidas
por el Congreso de la Unión, pero a diferencia de aquellas, son leyes que
desarrollan el sentido de la Constitución Federal.

Las Leyes constitucionales desde el punto de vista material son parte de la propia
Constitución, no desde el punto de vista formal, porque desde ese punto de vista
son leyes que emanan del Congreso de la Unión, pero, insistimos, materialmente
desarrollan el sentido de la Constitución, son leyes que se refieren al
funcionamiento del Estado mexicano, reglamentan algún aspecto político o
desarrollar un principio social de nuestra Constitución.

Los tratados internacionales19 para efecto de la jerarquía de las normas en el


sistema jurídico mexicano deben estar de acuerdo con la misma Constitución, ser
celebrados por el Presidente de la República y tener la aprobación del Senado. Si
cumplen con estos tres requisitos, serán parte de la ley suprema de la Unión.
Entonces esos tratados se colocan por encima de las leyes federales y de las
leyes locales.

12 Los Tratados Internacionales constituyen un escalafón inferior a la Constitución, lo que quiere decir que en caso de
contradicción prevalece el texto de ésta. La solución quedó expresamente confirmada en la reforma al artículo 133
constitucional del 18 de enero de 1934; en esa ocasión, después de la palabra tratado, se agregó la frase: "que estén de
acuerdo con la misma. Esta fórmula es suficientemente connotativa, creemos sin embargo que convine hacer algunas
aclaraciones: los tratados deben respetar todos los principios constitucionales, lo mismo los de naturaleza material o
sustancial, que los orgánicos. Por lo tanto, el tratado que contraríe el principio de soberanía del pueblo o la idea de los
derechos del hombre, no podrá aplicarse Y lo mismo ocurrirá con los que estén en oposición con las normas que rigen la
forma del Estado y la estructura y actividad de sus poderes; el tratado que no satisfaga esos requisitos será inconstitucional,
y por ser un acto de autoridad, podrá recurrirse en la vía de amparo. De la Cueva, Mario; Teoría de la Constitución, Ed.
Porrúa, México,
1982, p 121.
113 TEORIA DE LA CONSTITUCION

Un tratado internacional, también es parte de la ley suprema de la Unión, como es


la Constitución y como son las leyes constitucionales. Entre los tratados
internacionales y la Constitución no puede haber discordancia; más bien los
tratados se convierten en una suerte de desarrollo de la Constitución para algunos
temas específicamente determinados. Si hubiere contradicción, se debe nulificar el
punto del tratado de que se trate.

Entre los tratados y las leyes constitucionales, es decir, aquellas normas que
emanan de la Constitución, no hay diferencia de jerarquía, ambas son parte de la
ley fundamental. Entre los tratados y las leyes locales y federales, si existen
jerarquía, por encima de dichas leyes están los tratados.

Recapitulando, debemos tener claro que tanto las leyes constitucionales como los
tratados internacionales, se encuentran en el mismo nivel jerárquico y que ambas
se consideran conforme a los dispuesto por el primer párrafo del artículo 133
constitucional parte de la ley suprema de la nación. Con ello podemos afirmar que
sin duda alguna, ante un conflicto que pudiera suscitarse entre una ley
constitucional y una ley federal debe prevalecer lo dispuesto en una ley
constitucional, y en el mismo sentido, si se presenta un conflicto entre una ley local
y una ley constitucional, debe prevalecer lo dispuesto en una ley constitucional. De
otra parte, ante un conflicto que pudiera tener verificativo entre un tratado
internacional y una ley federal debe prevalecer lo dispuesto en
114 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

el tratado internacional, por su parte, al presentarse un conflicto entre una ley local
y el tratado debe prevalecer lo dispuesto en el tratado internacional.

Ahora bien, ¿Qué pasa cuando existe una contradicción entre lo dispuesto en una
ley constitucional y un tratado internacional? De entrada debemos reiterar que
entre una ley constitucional y el propio texto constitucional, de haber discordia, sin
duda alguna, prevalece lo contenido en la Constitución, y para ello, se establece la
vía de amparo, para hacerlo prevalecer, amén de otras fórmulas de nuestro
régimen de control constitucional, que precisamente están para hacer prevalecer
la Constitución. Y también debemos dejar en claro, que ante alguna problemática
que sobreviniera con motivo de un conflicto entre un tratado internacional y el texto
constitucional, evidentemente, en principio, no debe haber tal conflicto porque para
que sea parte de la ley suprema de la nación un tratado internacional, uno de los
tres requisitos que hemos mencionado, es que su texto debe ser acorde con la
Constitución, y esto nos lleva a la deducción simple y directa, de que en caso de
que se presentara un conflicto prevalece el texto constitucional.

Así, nos podemos preguntar si es posible que se presente un conflicto entre una
ley constitucional y un tratado internacional; es decir, desde el punto de vista no
solamente fáctico, sino desde el punto de vista de la técnica jurídica, y desde el
punto de vista de la teoría constitucional, ¿es factible que haya un conflicto entre
una ley constitucional y un tratado internacional?

Primeramente, debemos afirmar que sí es posible que se dé una contradicción,


porque es probable que en determinada materia el legislador para una ley
constitucional, que es el Congreso de la Unión, desarrolle una cuestión orgánica,
estructural o un principio social del Estado mexicano de determinada forma, y un
tratado internacional pudiera contemplar el mismo principio, estructura o función
de manera distinta, con lo que se presentaría un conflicto, entre una ley
constitucional y un tratado internacional.

Ahora bien, ¿cuál de los dos prevalecería si se presentara ese conflicto entre
ambas normas que están al mismo nivel? Si analizamos como referencia al
derecho comparado, en los casos en que se presenta la contradicción entre leyes
nacionales —para englobarlas de manera genérica— y tratados internacionales,
existen diversas fórmulas para resolver el problema, por ejemplo, en el caso de la
legislación de los Estados Unidos, la jurisprudencia norteamericana ha convenido
la igualdad de rango entre las leyes y los tratados, y en parte esta tesis sostiene
que unos y otros pueden derogarse. Es decir, un tratado puede derogar una ley
expedida por el Congreso, y una ley de esta naturaleza puede derogar a un
tratado.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 115

Dependerá, según la doctrina y la jurisprudencia norteamericana, que pueda


derogar una a la otra, de la fecha de expedición del documento legal; es decir, un
tratado posterior puede derogar una ley anterior y, a su vez, una ley posterior
puede derogar lo dispuesto en el tratado internacional.
Esta fórmula de resolución es totalmente distinta a la que hay en otras latitudes,
por ejemplo, tratándose del sistema constitucional alemán, se declara la
supremacía de los tratados internacionales sobre las leyes. En el caso mexicano
no hemos encontrado en la doctrina, ni claramente tampoco en la jurisprudencia,
una fórmula que resuelva esta situación.

El problema de fondo para resolver esa cuestión, han sostenido diversos autores
que es espinoso, que no se puede tratar de manera lineal, ya que cada asunto en
sí mismo, tiene su peculiaridad. Pero vamos a repasar cuáles son los aspectos
fundamentales. Un tratado internacional no solamente obliga interiormente, sino
que también obliga exteriormente, obliga a la nación que lo suscribe, y por lo tanto,
si adoptáramos el expediente sencillo de señalar que la ley expedida por el
Congreso de carácter constitucional debe prevalecer por encima de los tratados,
de entrada nos enfrentaríamos ante un problema de responsabilidad internacional.
Esa resolución, sería altamente cuestionable en cuanto al papel y personalidad
jurídico-político internación l de nuestra nación ante el mundo, porque estaríamos
desconociendo un compromiso que adquirió la nación mexicana.

En los Estados Unidos, este punto ha sido uno de los argumentos que se han
esgrimido para tratar de echar abajo la tesis que hemos señalado, en el sentido de
que la norma posterior deroga a la anterior, tratándose de contradicción entre
tratados internacionales y leyes constitucionales. Sin embargo, cuando se ha
planteado el principio de la derogación para resolver este tipo de problemas, no ha
prosperado del todo.

Hay un precedente interesante sobre este tipo de asuntos, el cual tuvo verificativo
a partir de un acontecimiento en los Estados Unidos, que fue la ejecutoría que se
resolvió el 13 de mayo de 1889.En esta fecha la Corte Suprema de Justicia dictó
una ejecutoria denominada la "Chinesse Exclusión Case",20 la cual es famosa,
porque

20 En el año de 1868, los Estados Unidos y el Imperio Chino firmaron un tratado, que reprodujeron en 1880, en el que se
estipuló que los ciudadanos chinos inmigrantes en los Estados Unidos podrían ir a su país y regresar libremente, y de la
misma manera, los norteamericanos inmigrantes en China, podrían ir a su patria y regresar a China. Chae Chan Ping salió
de la ciudad de California al iniciar el año de 1888; pocos meses después, el Congreso estadounidense prohibió el ingreso
de los ciudadanos chinos. Al regresar Chae Chan Ping fue detenido por la policía y obligado a permanecer en el barco.
116 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
a raíz de ésta se declaró el principio de que la ley posterior deroga a la anterior,
cuando hay una contradicción entre un tratado y una ley expedida por el
Congreso.

Así, la doctrina norteamericana postula dos tesis que han ejercido gran influencia
en la vida de aquel país. La primera plantea que los tratados se convierten en
derecho nacional una vez que han sido aprobados, lo que implica que los hombres
pueden reclamar su aplicación ante el Poder Judicial como si se tratara de una
Ley del Congreso; y la segunda tesis, claramente expuesta en las ejecutorias de
aquel país, establece que una ley del Congreso puede modificar o derogar un
tratado y viceversa.

Más tarde evidentemente se percató el gobierno norteamericano que una


resolución de esta naturaleza podía generar cierta problemática, porque a nivel
internacional, ya los Estados Unidos habían adquirido un compromiso con un
tratado, y sería ilógico suponer que simple y sencillamente lo podrían desconocer
y así fue como con el tiempo, el profesor Weaver "ataca" este asunto expresando
que una ley del Congreso puede derogar un tratado anterior y un tratado posterior
puede derogar una ley anterior del Congreso; es decir, lo que dice el profesor
Weaver, es que lo que es posterior en tiempo, sea ley o tratado, es lo que
prevalecerá. Pero remata diciendo, que en las leyes del Congreso deben procurar
no entrar en conflicto con los tratados anteriores, en la medida que esto sea
razonable.
El problema ya estaba sobre la mesa, era evidente que ya no había fórmula de
solución con la regla de que lo posterior deroga a lo anterior, porque no resolvía
todo el problema. Y entonces viene el profesor Mathews, 21 quien introduce una
distinción respecto al

El 13 de mayo de 1889, la Corte Suprema de Justicia dictó la ejecutoria Chinesse Exclusión Case, que establece: "Debe
concederse que la ley de 1880 está en condiciones con manifestaciones expresas de! tratado de 1868, pero no debe ser
considera por este motivo inválida o restringida en su ejecución. Los tratados nunca fueron de mayor obligación legal que
las leyes del Congreso. Las leyes en virtud de la Constitución y los tratados celebrados bajo !a autoridad de los Estados
Unidos son la ley suprema de la tierra, y ninguna supremacía se otorga a uno sobre la otra. Ciertamente un tratado es, por
su naturaleza, un contrato entre naciones, y frecuentemente es sólo promisorio en su carácter, por lo que se requiere una
legislación adecuada para poner sus estipulaciones en ejecución. Pero si un tratado es ejecutivo por sí mismo y se refiere a
una materia que entre dentro de los poderes del Congreso, tiene que ser considerado desde este punto de vista como
equivalente a un acto legislativo que puede ser derogado o modificado por el Congreso", id. De la Cueva, Mario, p. 123.

21 El Profesor Mathews introdujo una distinción interesante, que vale la pena conocer; los Tratados pueden ser modificados
o derogados por una ley, pero la modificación afecta únicamente la vigencia de sus disposiciones como derecho nacional,
no asi su validez internacional ni ¡as obligaciones que de ella derivan. Id. De la Cueva, Mario, p. 122.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 117
principio que hemos analizado, en el que señala que la modificación hecha por
una ley, afecta únicamente la vigencia en sus disposiciones de derecho nacional
en los Estados Unidos. Bajo esta tesis, una ley si puede, en efecto modificar un
tratado, pero esta modificación solamente tendría efectos de derecho nacional y
así, continúa la validez internacional de los tratados.

Esto, sin embargo no soluciona el conflicto, tan es así, que, como hemos afirmado,
otras naciones no siguieron el mismo sendero pragmático de Estados Unidos. La
Constitución de la V República Francesa, por ejemplo, en su articulo 55, de
manera tajante decreta la supremacía de los tratados respecto de las leyes; lo
mismo ocurre en la legislación alemana y en otras muchas latitudes.
No podemos admitir que la legislación norteamericana, en este particular, haya
dado una solución ante el mundo que pueda ser motivo de precedente, porque no
resuelve el problema internacional. Si tomamos todo ello, y lo tratamos de ubicar
en el derecho constitucional mexicano, lo primero que tenemos que señalar, es
que no podemos admitir que una ley del Congreso derogue las normas contenidas
en un tratado.

Sobre el particular nos señala el profesor Mario de la Cueva, que del análisis de
nuestra Carta Magna, particularmente nos percatamos que ni de los artículos 8922
y 76 de nuestra Constitución, ni nuestro artículo 133, se autoriza que una ley
pueda estar por encima de un tratado, solamente argumentando que la ley se
expidió con posterioridad al tratado. Es decir, nos ilustra el Doctor de la Cueva,
que la ley suprema de la Unión no autoriza al Congreso para desconocer las
obligaciones contraídas legítimamente por el Estado mexicano, porque nuestro
Estado solamente puede actuar por procedimientos jurídicos y en ejercicio de
atribuciones que le confiere la Constitución. Así, una ley del Congreso se
encuentra imposibilitada jurídicamente para romper con las obligaciones que
contrae el Estado mexicano, siempre y cuando, esas obligaciones estén al tenor
de la Constitución. Reconoce el jurista Mario de la Cueva que el problema es
complicado, porque de manera primaria al admitir !o contrario a un tratado
internacional, puede de suyo violentar una ley constitucional.

22 Articulo 89 constitucional.—"Las facultades y obligaciones del Presidente son las siguientes: ... X. Dirigir la política
exterior y celebrar tratados internacionales, sometiéndolos a la aprobación del Senado. En la conducción de tal política, el
titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la
solución pacifica de las controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales;
la igualdad jurídica de los estados; la cooperación internacional para el desarrollo; y la lucha por la paz y la seguridad
internacionales...
118 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

El problema es espinoso —dice De la Cueva— porque el artículo 72, inciso f),23 de


nuestra Constitución, señala que en la derogación de las leyes se observarán los
mismos trámites establecidos para su formación. Lo anterior significa que de
entrada no se puede sostener que un tratado internacional derogue una ley del
Congreso. Desde nuestro punto de vista, el asunto se debe resolver con técnica
jurídica, por lo que vamos a dar algunas reglas que consideramos pueden ser
adecuadas. En nuestra opinión, la primera regla a la que debemos acudir cuando
encontremos una contradicción entre un tratado internacional y una ley
constitucional, es analizar, si ambos están acordes con la Constitución, y una vez
corroborado, se debe buscar cuál de los dos se apega con mayor nitidez al
espíritu que irradia en los principios constitucionales mexicanos.

Para ello, se debe concatenar no solamente el texto de ambos instrumentos


legales, la ley constitucional y los tratados, sino también su sentido intimo; en el
caso de las leyes del Congreso, se debe analizar la exposición de motivos y los
debates, a fin de verificar cuál postura de esos debates fue la que prevaleció con
el texto constitucional y, en el caso de los tratados internaciones, verificar cuál fue
la voluntad de las partes para saber qué motivó al Estado mexicano a celebrar ese
tratado. Una vez obtenido el espíritu de ambos instrumentos, habrá que verificar
cuál de los dos es más acorde con los principios y sentidos constitucionales,
reiteramos, no solamente con la letra.

Por ejemplo, en materia de población, sabemos que existe la disposición


constitucional que establece el libre tránsito, en la cual, se establecen
determinadas limitaciones a esa libertad. La Ley General de Población contempla
una serie de reglamentaciones sobre este aspecto constitucional. México puede
establecer un tratado internacional, en el cual se establezcan mayores libertades
que las existentes en la legislación nacional y si éstos son acordes con los
principios de la Constitución, deben de prevalecer aquellas disposiciones que sean
acordes con el principio constitucional.

Asimismo, en materia de Derecho del Trabajo, es probable que a la luz de la


Organización Internacional del Trabajo, México celebre un tratado internacional,
en el cual se reconozcan mayores derechos para los trabajadores que los que
probablemente existen en la propia Ley Federal del Trabajo, por lo que al
ratificarse este tratado, se tendrá que verificar si es acorde con el espíritu que
irradia del artículo 123 constitucional.

23 Articulo 72, inciso f) de la Constitución: "En la interpretación, reforma o derogación de las leyes o decretos se observaran
los mismos trámites establecidos para su formación".
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 119

Es necesario, pues, saber ubicar esta regla, en el sentido de que al analizar el


tratado internacional y la ley constitucional, podamos resolver una eventual
contradicción, para lo cual tenemos que ver cuál de ambas es más acorde con el
espíritu de la Constitución. Si aplicamos esta primera regla y acudimos, por lo que
se refiere a una ley, a los debates y a la exposición de motivos, así como a las
fuentes históricas y materiales de los tratados y no podemos desentrañar cuál de
las disposiciones se apega más a la Constitución, aplicaremos una segunda regla
de carácter técnico-jurídico y así podríamos aplicar la regla que nos indica que, en
efecto, la norma posterior deroga a la norma anterior, siempre y cuando, esta
norma posterior no genere conflictos internacionales al Estado mexicano.

Llegado este punto, en caso de que prevalezca la ley constitucional, el Estado


mexicano no podrá dejar de reconocer el propio tratado, si es que éste se apegó a
nuestra Constitución; es decir, no podría dejar de reconocerlo en el contexto de la
comunidad internacional.

Si esta fórmula no resuelve el problema, acudiríamos al texto y, entonces, sí


diremos que el texto posterior deroga al anterior en la parte en que haya
contradicción. En principio diríamos, que si no se resuelve por la primera fórmula,
tendríamos que acudir a la segunda, pero en este caso, tendríamos que
reflexionar si el Congreso de la Unión legisló con posterioridad a la expedición de
un tratado, algo que contraviene a ese tratado. Es menester reflexionar que un
tratado internacional no puede ir en contra de una ley constitucional que es fruto
de ambas cámaras, ya que en su proceso se involucró a todo el Congreso de la
Unión y el Estado mexicano debe promover la adecuación del tratado internacional
para que sea acorde con la Constitución, pero si esto no ocurre, México debe
reconocer el tratado internacional y a su vez, aplicar la ley del Congreso para
efectos internos con los inconvenientes que esto pudiera generar.

En caso de que ésta no pueda ser una fórmula de resolución adecuada, porque
implicaría inconvenientes de naturaleza jurídico política, aplicaríamos una tercera
regla que consiste en que la norma específica prevalezca sobre la norma más
genérica; es decir, en una materia particular, cuando un tratado y una ley
Constitución cuyo origen es el Congreso, para una determinada situación prevén
diferentes consecuencias de derecho, debe aplicarse aquel derecho o aquella
norma que se establezca con mayor precisión al caso concreto, respecto de la otra
que lo prevé de manera más general y, en el mismo sentido, en caso de que
aplicando esta tesis prevalezca la legislación nacional respecto del tratado
internacional, México no puede dejar de reconocer el compromiso internacional,
aunque para efectos internos tendría que aplicar la ley nacional.

Cabe destacar finalmente que con fecha 11 de mayo de 1999 el


120 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con motivo del amparo en


revisión que interpuso el Sindicato Nacional de Consoladores de Tránsito Aéreo,
en relación con la negativa que en su momento hicieran las autoridades
respectivas, resolvió que debe prevalecer el convenio 87 de la Organización
Internacional del Trabajo suscrito por nuestro país en 1950, respecto de la Ley
Federal de Trabajadores al Servicio del Estado, de donde se colige atinadamente
que por encima de las leyes federales y locales se ubican los tratados
internacionales y que nuestro régimen constitucional acorde con la Convención de
Viena acepta el principio de la tesis monista internista o nacionalista que prevé
que todo tratado internacional debe respetar disposiciones de importancia
fundamental como es el caso de las normas constitucionales.

Empero, resulta interesante apuntar que en los considerandos de manera atinada


también se refiere a la teoría en virtud de la cual, amén de las leyes federales y
locales que se ubican en el mismo nivel, por encima de ellas se encuentran las
leyes constitucionales y los tratados internacionales. No obstante, dicha alusión
atinada, se debe destacar que no se concluye concretamente si en la resolución
se adoptó dicha tesis y como consecuencia de ello, cuál es el carácter de la Ley
Federal de Trabajadores al Servicio del Estado. Es decir, desde nuestro punto de
vista, hubiera sido muy valioso que nuestro máximo tribunal se pronunciara
respecto de la validez concreta y específica de las leyes constituciones de nuestro
régimen jurídico y también respecto del carácter de la ley, que fue objeto de la
resolución en tal sentido.

No obstante lo anterior, es indudable el tino de la resolución en el sentido de que


por encima de la Ley Federal de Trabajadores al Servicio del Estado, se encuentra
el tratado internacional de referencia.

Con independencia de lo anterior y a manera de complemento en el aspecto


concreto relativo a la resolución de conflictos entre leyes constitucionales y
tratados internacionales, se debe destacar la tesis sostenida por el jurista
Humberto Suárez Camacho, en el sentido de que para la resolución de un
conflicto en el que hay aparente contradicción entre los instrumentos jurídicos
antes señalados habrá que observar el carácter y naturaleza de la ley
constitucional respecto del texto de la propia Constitución.

Con base en dicho análisis, habría que definir que debe tener preferencia una ley
constitucional respecto de un tratado internacional cuando la ley general de que se
trate desarrolla el sentido de la Constitución porque así lo ordena expresamente el
propio texto constitucional; es decir, cuando la Constitución mandate que una ley
desarrolle, bien un aspecto específico de una decisión política fundamental o
desarrolle la propia decisión política fundamental, en
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 121
ese entonces debe tener prevalecencia la ley constitucional respecto del tratado
internacional.

Contrario sensu, cuando se trate de una ley constitucional, que desarrolla algún
aspecto de nuestra Carta Magna pero sin que la propia ley fundamental marídate
que una ley lo desarrolle sin perder su naturaleza de ley constitucional, no podría
tener preferencia respecto de los tratados internacionales, de acuerdo con la
postura del citado jurista.

Dichos aspectos complementan nuestro análisis y como se puede observar no


contrarían la resolución de nuestro máximo tribunal porque simplemente, la
sentencia a pesar de mencionar las leyes constitucionales no se pronuncia
respecto de la naturaleza ni el alcance de las mismas, ni tampoco respecto si la
Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado tiene o no dicho carácter.

La posición que hemos sostenido en esta obra desde la primera edición en 1999,
ha sido plenamente advertida y conformada por el pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en el amparo en revisión 120/2002 del 13 de febrero de 2007
por mayoría de 6 votos y bajo la ponencia de Sergio Salvador Aguirre Anguiano.

En efecto, nuestro máximo tribunal es claro al advertir que las leyes generales son
aquellas que integran la "Ley Suprema de la Unión", ya que pueden incidir
válidamente en todos los órdenes jurídicos parciales que integran al Estado
mexicano. Declara nuestro máximo tribunal que la ley suprema de la unión está
conformada por un orden jurídico superior, de carácter nacional, en el cual la
constitución se ubica en la cúspide y por debajo de ella los tratados
internacionales y las leyes generales.

Un aspecto altamente interesante es que la propia resolución está catalogando


como leyes generales aquellas que explícitamente la constitución las prevé para el
ámbito de aplicación de los tres órdenes internos: federación, estados y
municipios, pero de la lectura del texto del Semanario Judicial de la Federación no
se desprende qué ocurre en caso de conflicto por contradicción entre una ley
general y un tratado internacional. En todo caso, estamos de acuerdo que se debe
buscar la aplicación coherente de ambos y de no ser posible, nosotros
consideramos, tal como lo hemos venido sosteniendo en ediciones anteriores, que
debe prevalecer la ley general respecto al tratado internacional, siempre que tenga
tal carácter de ley general porque desarrolla un aspecto de la constitución por
mandato de ella misma.

No obstante lo expuesto con antelación, no podemos dejar de mencionar el voto


particular que formuló la Sra. Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos en el AR-
120/2002.

La Ministra Luna recalca que los conflictos suscitados entre tra


122 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
tados, leyes generales, federales o locales no entrañan un problema de
constitucionalidad sino de legalidad.

La Ministra Luna realiza una serie de argumentaciones altamente interesantes,


dentro de las cuales debemos destacar el señalamiento en el tenor de que "si la
ley no deriva del tratado sino que reglamenta algún artículo constitucional no
existen jerarquías entre ley y tratado, sino un conflicto de aplicación de normas".

La Ministra Luna reconoce que los tratados deben ser acordes con la constitución
para tener validez, pero discrepa en cuanto exista jerarquía entre las leyes y los
tratados. "Así, los posibles conflictos entre leyes y tratados, para la brillante
Ministra, no son un problema de primacía, sino de oposición de normas internas".

La Ministra Luna Ramos acepta que no resulta fácil emitir reglas generales de una
norma internacional o de una norma interna, por lo que es necesario el análisis del
caso concreto. (Para el conocimiento de la explicación contenida en el voto
particular de la Ministra Luna Ramos se sugiere consultar la dirección:
htt5p://www2.scjn.gob.mx/ius2006/UnaEj.asp?nEjecutoria=401466&Tpo=3).

Por nuestra parte, reiteramos que nos parece aceptable el criterio sostenido por la
mayoría en la resolución 120/2002 del 13 de febrero de 2007, en cuanto a que por
encima de la leyes federales y locales se ubica la ley suprema de la unión, que se
integra por las leyes generales, o también denominadas por la doctrina, leyes
constitucionales, es decir, leyes que desarrollan la propia constitución y los
tratados internacionales.

Finalmente, debemos señalar que el aspecto más complejo es dilucidar el conflicto


que pudiera haber entre una ley general o ley constitucional y un tratado
internacional. Nosotros insistimos que cuando se trata de una ley general que la
propia constitución menciona expresamente para regular determinada materia en
los tres órdenes de gobierno —federación, estados y municipios— debe
prevalecer la ley general, pero en el entendido de que siempre se debe interpretar
buscando cuál de los ordenamientos se apega al sentido, valores y principios de la
constitución.

7.5. INVIOLABILIDAD CONSTITUCIONAL


Lo primero que tenemos que afirmar es que toda Constitución debe prever su
autodefensa; 24 es decir, prever sistemas de control para
24 Este principio no implica que la Constitución no pueda nunca contravenirse. Toda Constitución es susceptible de
infringirse por multitud de actos del poder públi
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 123

que se respete el régimen constitucional. En tal sentido, debe contar con una serie
de instrumentos jurídicos para que sea respetado el mandato constitucional, de tal
manera que la Constitución tenga respetabilidad, porque en gran medida la
respetabilidad de la Constitución permite la existencia adecuada del Estado de
Derecho.

Desde una óptica general, debemos tener claro que la Constitución de un Estado,
en teoría, no debe ser desconocida, hecha a un lado, quebrantada o reemplazada
mediante el ejercicio del poder.
Esto significa que en virtud de que la Constitución lo que hace es encuadrar al
Estado en su estructura y funcionamiento, establece las normas básicas del
Estado para que la propia Constitución ubique al poder del Estado legítimamente.
Por lo tanto, todo régimen constitucional debe impedir que otro poder, o que un
poder interno o, incluso, un poder extremo quebrante esa organización del poder,
que es la Constitución.

Toda Constitución implica, entre otras cuestiones, la existencia de un sistema de


control que impide el quebrantamiento del propio orden constitucional; esto lleva a
la tesis de que siendo la Constitución fruto del pueblo, del poder constituyente, no
existe la posibilidad jurídica de que la Constitución sea quebrantada, cambiada,
destruida y desconocida por fuerzas distintas al propio pueblo o poder
constituyente y esto es lo que significa la inviolabilidad.26 Este es el contenido
básico de la inviolabilidad constitucional que encontramos en la obra del Doctor
Ignacio Burgoa.

Lo anterior da la pauta para que en el constitucionalismo se pueda considerar


como válido que se admitan en los regímenes jurídico- constitucionales los
movimientos sociales, pero no es legítimo aceptar que una Constitución prevea su
aniquilamiento. Desde nuestro punto de vista, un movimiento social puede y debe
existir en el Estado contemporáneo, y todo régimen constitucional está obligado a
que se respeten los movimientos sociales, al tenor de las garantías individuales de
un Estado, pero ningún régimen constitucional puede, en aras de buscar la
respetabilidad de los movimientos sociales, quebrantar al propio orden
constitucional.

con, posibilidad que ella misma prevé. Tan es asi que establece los medios jurídicos para impedir o remediar las
contravenciones que las autoridades del Estado suelen cometer cotidianamente a sus mandamientos. En otras palabras,
toda Constitución provee a su autodefensa instituyendo sistemas de control que en México se ejercen prímordialmente a
través del juicio de amparo. Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 244.
25 La inviolabilidad de la Constitución denota un concepto que se vincula estrechamente a los de poder constituyente,
supremacía, fundamentalidad y legitimidad de tal ordenamiento jurídico\_politieo. Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 244.
124 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Aquí es donde debemos preguntarnos: ¿Existe el derecho a la revolución? y ¿Qué


es una revolución? Si entendemos por revolución un cambio radical en la
estructuras sociales, económicas y del poder, que traigan a su vez consigo un
cambio de régimen jurídico, entonces no podemos admitir que desde el punto de
vista jurídico, un Estado acepte el derecho a la revolución .26 El que los individuos
pretendan por cánones no jurídicos un cambio total en las estructuras de un
Estado, no puede ser reconocido por el propio orden jurídico, ya que todo cambio
a la estructura estatal debe ser a través de los cauces constitucionales. 27

Todo movimiento social puede traer consigo cambios que pudieran ser parciales o
totales. Un movimiento que tenga reclamos sociales, puede pretender cambios en
las estructuras del poder y, estos cambios, no sólo serán de los detentadores del
poder público, sino transformaciones sociales que conviertan a la rebelión en un
movimiento revolucionario.

El artículo 13628 nos dice que no es válido que por métodos de fuerza se elimine a
los poderes constituidos y se pongan otros, porque en el momento mismo que
esto ocurra, estaremos fuera del marco constitucional y, por lo tanto, cuando se
recobren los propios principios constitucionales y el pueblo haga valer su
soberanía, volverá a entrar en vigor con toda su fuerza y vigor nuestra
Constitución.

Los términos que utiliza nuestra Constitución al aludir a este tipo de movimientos
son la rebelión, los trastornos públicos, la instauración de gobiernos contrarios a lo
establecido en la Constitución, pero nunca se habla de Revolución, porque bajo la
óptica del artículo 136 constitucional no cabe hablar de ese concepto, ya que ésta
implica un cambio total de la estructura económico y social y, ese cambio total,
traería consigo otra Constitución.

26 El principio de inviolabilidad constitucional no está reñido con el que proclama el "derecho a la revolución" que
corresponde al pueblo como potestad natural de su misma implicación dinámica, pues no debe olvidarse que "inviolabilidad"
no entraña "insustituibilidad" de la Constitución. Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 244. 27 La Constitución es "inviolable"
frente a cualquiera movimientos que, sin ser auténticamente revolucionarios, la desconozcan, suspendan, o reemplacen por
un "status" político diferente, ¡d. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 245.
28 Artículo 136.—"Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su
observancia. En caso de que por cualquier trastorno publico se establezca un gobierno contrario a los principios que ella
sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes
que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados asi los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión,
como los que hubieren cooperado a ésta".
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 125

Además de que este artículo obedece a una necesidad y a una técnica


constitucional, también posee un importante aspecto ideológico, ya que al decir:
"cuando el pueblo recobre su libertad", nos lleva a recordar que esta Constitución
es fruto de una Asamblea Constituyente, que a su vez recibió un mandato del
Poder Constituyente soberano, al que el pueblo otorgó su voluntad y, por lo tanto,
el único que puede llegar a desconocer ese mandato es el propio pueblo. De ahí
que no se mencione el término "Revolución" en este artículo, porque reiteramos, si
hubiese una revolución, implicaría una modificación total de la estructura por
voluntad del pueblo.29 Y llegado el momento, ya no tendría que recuperar el
pueblo su libertad, porque esta nueva Constitución estaría de acuerdo con lo que
quiere, precisamente, el pueblo.

Ha habido una gran discusión entre los autores sobre este tema, por ejemplo, el
Doctor Ignacio Burgoa30 no reconoce que una revolución implique un cambio total
de las estructuras económicas, políticas y sociales. Para él, bastan cuatro
elementos para que haya una revolución: a) tendencia a romper o sustituir un
estado de cosas jurídico o fáctico imperante por medios no autorizados o
reprobados por éste; b) que tal tendencia se manifieste en el designio fundamental
de lograr el mejoramiento de las mayorías populares en los aspectos sociales,
políticos, culturales o económicos de su vida; c) que las ideas o principios sobre
los que dicho designio se sustente cristalicen en una normación jurídica
fundamental (Constitución); o se reimplanten mediante el restablecimiento del
orden constitucional quebrantado o subvertido que los consagre; y, d) que el
movimiento de que se trate, una vez que haya triunfado sobre sus adversarios u
opositores o conseguido la dominación de la situación anormal y violenta por él
provocada, sea respetado por una mayoría popular o al menos aceptado expresa
o tácitamente por ella.

El Doctor Burgoa opina que no debe confundirse una revolución con la


transformación social y económica que opera en un país sin alterar el orden
constitucional.

29 El pueblo tiene siempre la potestad de desconocer la normación constitucional que le sea incompatible, rebelándose
contra el poder gubernamental que la sostenga, a efecto de organizarse jurídicamente conforme a sus designios mediante
una nueva Constitución. Sin embargo, es muy difícil determinar cuándo una rebelión contra un orden constitucional
establecido entraña una auténtica revolución respaldada por las mayorías populares, o signifique un mero levantamiento
minoritario auspiciado por ambiciones personalistas o sectarias que traduzcan la reacción de las clases sociales
privilegiadas contra los principios de justicia social consignados constitucionalmente. Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 245.

30 Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 246.


126 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Por el contrario, el Doctor Jorge Carpizo dice que para que haya un movimiento
revolucionario, se requiere un cambio en las estructuras económicas y sociales, o
sea, la modificación de un sistema de vida. Para el Doctor Carpizo 31 una
revolución es tajante y clasifica a los movimientos según su finalidad y según
quien los realiza. Según su finalidad, el movimiento puede ser de índole política o
social. El movimiento político puede perseguir un cambio de personas, principios
políticos, sistemas, o lograr la independencia.

Un cambio en la persona puede perseguir la destitución de un gobernante


constitucional, un gobierno de facto, un usurpador y un dictador. El cambio de
principios puede perseguir la adición o supresión de ciertas normas
fundamentales: a) si se refiere a una norma fundamental del orden jurídico; b) a
normas primarias, si la norma es de índole constitucional; y, c) secundarias, si es
una norma no constitucional- El cambio de sistema es la renovación de la forma
de gobierno, la cual determina una modificación profunda en el orden jurídico,
como sucede con el paso de la monarquía a una república, o del sistema unitario
al federal.

El movimiento de finalidad social persigue que el hombre pueda vivir mejor,


acabando con las injusticias sociales. Desde el punto de vista de quien realice el
movimiento, éste puede ser efectuado por el pueblo, una clase social, uno o más
de los poderes públicos, el ejército o parte de él y una minoría ágil.

Con todo, lo que no es admisible es que una Constitución prevea su


aniquilamiento por vía de los hechos y si el movimiento destruye el orden jurídico
imperante se establecerá otro distinto y con vertientes y fundamentos también
distintos al actual.

31 Id. Carpizo, Jorge, p. 48.


127

UNIDAD 8
REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN
8.1. PODER REVISOR DE LA CONSTITUCION

Debemos comentar primeramente que otro atributo de la soberanía es el Poder


Revisor de la Constitución. Es decir, asi como el Poder Constituyente es un
atributo de la soberanía, de acuerdo con el Doctor De la Cueva, 1 el que sigue a
dicho Poder Constituyente, es precisamente el Poder Reformador, o sea, el poder
medíante el cual se puede adecuar la Constitución.

Entonces, el Poder Reformador es una institución jurídico-polítíca, que se traduce


en un mecanismo en virtud del cual se reforma y se adiciona la Constitución. Si es
un atributo de la soberanía, entonces el Poder Reformador es un poder inherente
al pueblo, aun cuando es un atributo diferente al Poder Constituyente. También es
un poder que está por encima de los poderes del Estado, es un poder
supraestatal, precisamente para poder modificar la Constitución.

También tenemos que destacar que el creador del Poder Revisor es el Poder
Constituyente, ya que el Poder Reformador ocupa un lugar en la Constitución. Con
lo anterior, tenemos una primera idea de lo que es el Poder Reformador.

Entre las características más importantes del Poder Reformador es que es un


poder supraestatal; es decir, está por encima de los poderes constituidos. Otra
característica es que es un poder que posee una sola función, que consiste en
adicionar y modificar la Constitución; también es un poder de revisión de todas
aquellas reformas

1 El Poder Reformador de la Constitución es otro de los atributos de la soberanía, es el que sigue en orden al Poder
Constituyente, por lo que podría definirse paralelamente diciendo es un poder inherente al pueblo o nación, un poder
supraestatal, de naturaleza político-jurídica, hacedor de reformas a la Constitución creada por el Poder Constituyente, bien
entendido que dentro del vocablo reformas quedan incluidos los conceptos de adición y supresión de principios o normas.
De la Cueva, Mario: Teoría de la Constitución, Ed. Porrúa, México, 1982, p. 143.
128 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
y adiciones que contenga la Constitución; además, no es un poder permanente,
porque únicamente opera cuando va a realizar su función reformadora.

Una primera diferenciación entre el Poder Reformador y el Poder Constituido es


como dijimos, que el Poder Reformador es un poder supraestatal y los Poderes
Constituidos son poderes estatales. Segunda, es un poder que tiene como única
función la de reformar la Constitución y los poderes constituidos tienen diversas
funciones, las funciones necesarias que implica gobernar.

Decíamos también que el Poder Reformador es un poder de decisión, las


decisiones serán las modificaciones o adiciones correspondientes a la
Constitución. En cambio, en los Poderes Constituidos hay decisión y ejecución.
Asimismo, apuntamos que el Reformador no es un poder permanente, solamente
aparece y actúa cuando va a reformar un artículo constitucional, mientras que los
poderes constituidos son poderes permanentes

Además, podemos decir que el Poder Reformador es un poder multiinstancial; es


decir, participan dos o más instancias en su actuación y conformación.

El Doctor de la Cueva nos enseña también, que debemos tener presente que al
Poder Revisor no se le puede asimilar al Poder Constituyente, por lo que nos
marca algunas de las principales diferencias entre ambos.

Primero, el Poder Constituyente es un poder político y, como tal, es suprajuridico;


está más allá del derecho positivo, porque, precisamente, su función consiste en
crear al derecho positivo y, por el contrario, el Poder Reformador está integrado en
el derecho positivo, presupone la existencia de la Constitución, ya que está
previsto en la propia Constitución.

Una segunda diferenciación es que el Poder Constituyente es previo al Poder


Revisor, lo cual es evidente, dado que no se puede revisar algo que aún no ha
sido creado. Otra característica que los diferencia, es que mientras el Poder
Constituyente es un poder inicial y creador, el Poder Revisor es un poder creado.

Otra característica que diferencia al Poder Constituyente del Poder Reformador,


es en el sentido de que el Poder Constituyente crea sus propios órganos de
actuación, mientras que el Poder Revisor está sometido a las instancias de
actuación que prevé !a Constitución.

Lo anterior nos lleva a que se enfatice la característica del Poder Revisor, en el


sentido de que además de ser un poder jurídico
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 129

político,2 el Poder Revisor se mueve en el campo y en el marco del Derecho


Constitucional vigente, mientras que el Poder Constituyente crea Derecho
Constitucional.

En síntesis —nos enseña el profesor De la Cueva— si analizamos todas estas


características del Poder Revisor en función del Poder Constituyente y en función
de los Poderes Constituidos, llegamos a la siguiente aseveración: el Poder
Reformador es distinto de los poderes estatales, su posición es intermedia entre
éstos; es decir, entre los poderes estatales y el Poder Constituyente.

Mario de la Cueva admite que esta tesis es importante para entender el fenómeno
del poder reformador, y ha sido compartido por algunos autores como Georges
Bordeau, Jellinek y otros, 3 y desde la óptica pedagógica es ilustrativa.

Si partimos de las consideraciones que hemos abordado, ya tenemos claro lo que


implica el Poder Constituyente y también tenemos idea de los Poderes
Constituidos, por lo que ahora puntualizaremos las características del Poder
Reformador:4
• El Poder Reformador a la vez que es un atributo indeclinable del pueblo, actúa
conforme a las normas prescritas o previstas en la Constitución;
2 El significado del término poder jurídico-político que empleamos en la definición del Poder Constituyenje es un poder
político, porque esa es la naturaleza de la actividad creadora, plenamente libre, de los principios y normas fundamentales
del orden jurídico; en cambio, el poder reformador se mueve dentro de un orden jurídico ya existente y tiene que hacerlo, de
conformidad con las normas que decretó el poder constituyente para seguir su estructura y actividad. Por lo tanto, es un
poder jurídico- politico, lo primero, porque va a completar, reformar y perfeccionar el orden jurídico, y lo segundo, porque lo
hace en armonía con el derecho constitucional vigente y siguiendo procedimientos jurídicos. Id. De la Cueva, Mario, p. 144.

3 Georges Burdeau, cuyas ideas en esta materia nos parecen inspiradas por la teoría del órgano de Jorge Jellinek y de
Carré de Malberg, sostiene que cualquiera que sea la organización del poder reformador, resulta siempre un órgano del
Estado, incluido el caso en que el pueblo figure con la facultad decisoria e impositiva, conclusión que nos parece
contradictoria con su pensamiento general, el maestro francés, en cuya idea del Poder Constituyente afirma que dicho
poder se sitúa fuera del Estado, porque pertenece al pueblo soberano, pero explica que en el poder reformador —al que
denomina poder constituyente instituido— se reúne la doble cualidad de poder constituyente y de órgano del Estado, lo que
no es compatible con la idea de que el Poder Constituyente se sitúa fuera del Estado. Id. De la Cueva, Mario, p. 145.

4 El Poder Reformador es un poder supraestatal, si bien en un grado inferior al constituyente. Tampoco podemos aceptar la
tesis que distingue la naturaleza del poder reformador según que sea un órgano al que el pueblo confía la decisión e
imposición de las reformas, o bien el pueblo mismo que se reservó la consumación del acto final del proceso reformatorio,
porque para juzgar la naturaleza de un poder no puede atenerse a sus caracteres formales, sino a sus notas intrínsecas, a
la función que desempeña y a su relación con el pueblo y con los poderes estatales. Id De la Cueva, Mario, p. 146.
130 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

• Es un Poder Constituido, pero es Constituyente respecto de los Poderes


Estatales;
• Es un Poder Representativo, porque es el representante de la nación soberana
para el ejercicio de una función, no el representante soberano de la nación;
• Es un poder de una sola función que es reformar y adicionar la Constitución; y,
• Al igual que el Poder Constituyente es un poder de decisión y no de ejecución.

Existe una aseveración del Doctor Mario de la Cueva que es muy importante en
virtud de una gran polémica que vamos a dilucidar, en ella, De la Cueva reseña lo
que implica el Poder Revisor, diciéndonos que la función reformadora consiste en
adaptar la Constitución a la realidad, introduciendo en ella los principios e
instituciones necesarios para su perfeccionamiento.

Si lo analizamos, es válido admitir que lo primero que se desprende —según


observación de Diego Valadés— es que la Constitución se reforma, porque se
cree en ella, porque se presume que agotando casuísticamente las incidencias de
la vida del Estado, se correrá por los causes legales; es decir, la vida jurídico-
politíca de una nación debe continuar, y más vale que vayamos adaptando la
Constitución a la realidad. De otra manera, cuando no adaptamos la Constitución
a la vida política, podemos cometer el grave error de no suprimir lo que ya está
superado y entonces generaríamos un problema de inobservancia de la
Constitución. "La sociedad requiere también de normas versátiles, dispuestas
unas veces para captar cambios y otras para inducirlas. Es la Constitución como
instrumento de la sociedad política, y no la sociedad política aherrojada por
normas inmutables".5

Por otra parte, Mario de la Cueva establece las similitudes entre el Poder
Reformador y el Poder Constituyente
• Ambos —el Poder Constituyente y el Poder Reformador— son supraestatales, o
sea, su función es supraestatal;
• Su función en ambos casos es suprema respecto de las funciones estatales;
• Ambos tienen una función de naturaleza política; • La función de ambos es una
función materialmente legislativa; y,
• Ambos contemplan una función innovadora.

5 Valadés Diego; Constitución y Política, Ed. Instituto de Investigaciones Juridicas-UNAM, México, 1994, p 778.
131 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN

Asimismo, si tratáramos de diferenciar al Poder Reformador del Poder


Constituyente, podemos, también en términos sintéticos, decir:
• El Poder Reformador no es poder originario, como si lo es el Poder
Constituyente;
• El Poder Reformador no es un poder supra jurídico, como si loes el Poder
Constituyente;
• El Poder Reformador no es un poder originario, sino que es secundario y creado
por la propia Constitución, mientras que el Poder Constituyente es el creador de la
Constitución.

8.2. ALCANCE DE LA REVISIÓN CONSTITUCIONAL


Uno de los temas del Derecho Constitucional que han sido motivo de fuertes
polémicas es el tema referente a la determinación de los alcances del Poder
Reformador. Si analizamos gramaticalmente nuestro articulo 135 constitucional,
pareciera que el Poder Revisor todo lo puede, generando con ello una confusión
aparente entre el Poder Revisor y el Poder Constituyente. De ahí, que estamos
nuevamente con un tema espinoso que requiere de un análisis profundo.

En cualquier caso, debemos reflexionar en el sentido de que cuando algo se


revisa para cambiar, cuando hablamos de una modificación, no hablamos de
destrucción y, por lo tanto, el Poder Revisor no puede, ni debe modificar la
Constitución totalmente porque sobrepasaría su naturaleza, se convertiría en
Poder Constituyente.

José Antonio Martínez de la Serna6 coincide con esta afirmación, al analizar los
textos de los artículos 39 y 40 de nuestra Constitución. El artículo 39 que consagra
el principio de la soberanía popular, nos dice al final de su texto, que el pueblo
tiene derecho a modificar las formas de gobierno. Sin embargo, lo que es
importante en este punto, es tener claro la diferencia entre el Poder Constituyente
y el Poder Revisor, a pesar de que reiteramos que la Constitución de 1917, en su
artículo 135 no prevé la existencia tajante de una limitación, desde el punto de
vista gramatical, del Poder Revisor.

6 Si el artículo 39 de la Constitución proclama la soberanía popular, el poder reformatorio no podrá proclamar la soberanía
en el Presidente de la República, o en las Cámaras Colegisladoras, o bien en los ministros y magistrados. Igualmente el
Poder Constituyente Permanente tampoco tendrá alcances para borrar del artículo 40, las cuatro grandes determinaciones
que foijan nuestro Estado mexicano, y que son la República representativa, democrática y federal, para sustituirlas por una
Monarquía absoluta y por lo tanto no representativa ni democrática, sino plenamente central. Martínez de la Serna, José
Antonio; Derecho Constitucional Mexicano, Porrüa, México, 1983, p 45.
132 ENRIQUE QUIROZ AGOSTA

En efecto, sí observamos el texto del articulo 135, encontramos que el Poder


Revisor puede reformar y adicionar nuestra Constitución sin aparente limitación
alguna derivada del texto. Reiteramos que este punto es precisamente uno de los
aspectos que más se ha debatido por la doctrina en torno al Poder Revisor. 7

El articulo 135 constitucional dice: "La presente Constitución puede ser adicionada
o reformada; Para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma,
se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de
los individuos presentes, acuerde las reformas o adiciones, y que éstas sean
aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los Estados. El Congreso de la
Unión o la Comisión Permanente en su caso harán el cómputo de los votos de las
legislaturas y la declaración de haber sido aprobadas las adiciones o reformas".

¿Derivado del texto del artículo 135 constitucional, existe alguna limitación?,
¿habrá algunas materias que no pueda revisar?, ¿Podría el poder revisor, aprobar
algún día la existencia, por ejemplo absurdo, suprimir el artículo 39 de la
Constitución, o borrar el articulo 2° referente a la esclavitud?

Si tratáramos —hemos sostenido— en atención a una interpretación gramatical,


obtener una solución a las preguntas indicadas en el párrafo anterior, difícilmente
nos contestaríamos, porqué el texto del artículo 135 constitucional cuando dice:
"reformar o adicionar", no establece un límite a dicha reforma o adición, pero una
interpretación pudiera ser, en el sentido de que reformar significa modificar
parcialmente, nunca totalmente y adicionar simplemente significa agregar algo a lo
ya establecido. Luego entonces, desde el punto de vista gramatical, también se
puede sostener que no puede haber un cambio o modificación total.

Otra interpretación pudiera ser todo lo contrario, según nos lo señala —sin
admitirlo— Martínez de la Serna, aplicando el principio universal de que "donde la
ley no distingue no cabe distinguir". Como el artículo 135 no distingue, no cabe
distinguir si se pueden o no reformar, por ejemplo, los artículos 39 y 2°. Si
seguimos esta regla, el Poder Revisor todo lo puede y, con ello, sobre un mismo
texto tendríamos dos interpretaciones distintas.

En efecto, podemos abundar respecto de esta óptica en el senti-

7 "Nuestra práctica es proclive, y frecuente, tal vez demasiado frecuente en alterar con adiciones o supresiones a nuestra
ley fundamental, rompiendo asi el sistema rígido en cuanto a su finalidad de dificultar la reformabilidad constitucional", ¡d.
Martínez de la Serna, José Antonio, p. 46.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 133

do de que, si el artículo 135 dice qué se puede reformar o adicionar, y la norma no


distingue qué se puede y que no puede reformar o adicionar, donde la norma no
distingue no cabe distinguir, por lo tanto, puede reformarse o adicionarse todo.
Esto colocaría al Poder Revisor en una posición que no tiene límites y destruiría,
reiteramos, la tesis que diferencia al Poder Constituyente del Poder Revisor.

Es más, el propio Martínez de la Serna nos señala que el punto de partida de las
doctrinas que diferencian al Poder Reformador del Poder Constituyente parten del
pensamiento de Sieyés.8 Este autor francés nos deja claro que el pueblo es el que
tiene la calidad del Poder Constituyente y solamente el pueblo puede darse o
abrogarse una Constitución y, por lo tanto, los poderes constituidos tienen su
campo de acción sobre la base de la Constitución y, con ello, el pueblo es quien
define los alcances del Poder Revisor y del Poder Constituyente.

Es la doctrina de Sieyés la que acoge nuestro articulo 39 constitucional, y la que


sirve de punto de partida para que gran parte de la doctrina mexicana no acepte la
identificación del Poder Constituyente con el Poder Reformador y, por lo tanto, no
admita que el Poder Reformador lo pueda todo.9

8.2.1. Tesis que limitan la Reformabilidad de la Constitución

Ahora vamos a analizar la corriente limitacionista a la que alude el Doctor Mario de


la Cueva. Esta corriente nos dice que el Poder Revisor no lo puede todo, porque
no es soberano. Por lo que se refiere a la doctrina extranjera acerca de la corriente
limitacionista, encontramos a un grupo muy amplio que comparte esta tesis.

El primer autor que citaremos es Maurice Hauriou.10 Este autor

8 "Según Sieyés, los representantes, en su calidad de mandatarios limitados, están impedidos de cambiar la Constitución;
ellos deben actuar sobre la Constitución, creación de quien nombra a los representantes o sea, la mayoría popular". Id
Martínez de la Serna, José Antonio, p. 46.
9 Nuestro Poder Reformador se coloca en una situación comprometedora para la tesis de Sieyés. En efecto, los
componentes del legislativo federal y local, o sea los diputados y senadores al Congreso de la Unión con el voto de las dos
terceras partes de los presentes, y los diputados de los congresos estatales, logrando una mayoría absoluta —diecisiete
legislaturas—, siendo todos ellos titulares de poderes constituidos, al reformar la Constitución interfieren en el campo del
poder constituyente único para Sieyés, legitimado desde la base para tocar la Constitución. Id. Martínez de la Serna, José
Antonio, p. 49.
10 Hauriou es uno de los últimos defensores del constitucionalismo individualista, al que se propuso convertir en un orden
intangible. De este propósito fluye su idea central, según la cual, por encima de la Constitución, aun de la escrita y rígida, se
eleva una especie de superlegahdad constitucional, que no es precisamente lo que está escrito en la Constitución, "sino los
principios fundamentales del régimen, es decir,
134 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

nos dice que por encima de la Constitución escrita y rígida, se eleva una especie
de superlegalidad constitucional. No es precisamente nada más lo que está
escrito, sino que son los principios fundamentales del régimen; es decir, en toda
Constitución, en su espiritu, existen principios fundamentales de todo régimen
politico; estos principios fundamentales no deben modificarse, son principios del
orden individualista que están en la base del Estado mismo, son los principios de
libertades individuales, son declaraciones de derechos fruto de una revolución.
Estos principios fundamentales, que implican una especie de superlegalidad
constitucional, no deben modificarse por el Poder Revisor.

Un segundo autor importante en este tema es Cari Schmitt. El autor de la 'Teoría


de la Constitución" nos dice que las decisiones politico-juridicas fundamentales
solamente son fruto de la soberanía, sólo pueden ser emitidas por el Poder
Constituyente, por lo tanto, el Poder Reformador no puede trastocar esos
principios que implican el orden jurídico de una nación y las formas de vida de la
comunidad.

Para explicar la tesis de Schmitt11 debemos tener presente lo siguiente: Para dicho
autor, en un documento constitucional deben estar las decisiones políticas
fundamentales, los principios y dogmas que implican la vida de la comunidad, pero
además, se incorporan al documento las leyes constitucionales; o sea, los
elementos de la Constitución que desarrollan estos principios o decisiones
políticas fundamentales. Ambos, en muchas ocasiones, son el contenido de una
Constitución, tanto las decisiones políticas fundamentales, como las leyes
constitucionales, pero el Poder Revisor únicamente puede modificar las leyes
constitucionales, no los prin

todos los principios del orden individualista que están en ia base del Estado y los principios de las libertades individuales
contenidas en las declaraciones de derechos". La tesis del maestro de Touíousse reposa sobre la idea de los derechos
individuales del hombre y del ciudadano y de su reconocimiento por el pueblo que los declara e impone al Estado. De la
Cueva, Mario; Teoría de la Constitución, Ed Porrúa, México, 1982, p. 145.
11 La Constitución positiva de un pueblo es la suma de las decisiones políticas y jurídicas fundamentales, positivizadas por
el Poder Constituyente, determinadoras del orden jurídico y de la forma de vida de la comunidad. Como las decisiones
adoptadas no integran en si mismas una organización concreta de las libertades y de los poderes públicos, sobre ellas se
levantan las leyes constitucionales, que son las que desenvuelven o reglamentan las decisiones. Las decisiones sólo
pueden ser emitidas por el Poder Constituyente, en tanto las leyes constitucionales pueden ser expedidas por dicho poder o
por un órgano creado por él, por lo que no tienen ni la fuerza vinculatoria ni el rango de las decisiones. El Poder reformador,
creado por el constituyente tiene como fin la adecuación de las leyes constitucionales a los cambios de la vida. Id. De la
Cueva, Mario, p. 145.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 135

cípios de la vida de la comunidad, ya que estos principios del orden jurídico y de la


vida en comunidad son las decisiones políticas fundamentales, que solamente
pueden ser trastocadas por la propia soberanía que reside en el pueblo, y el Poder
Revisor —se reitera— sólo puede adecuar las leyes constitucionales que están
contenidas en esa Constitución.

Esta es la tesis del Cari Schmitt, 12 tesis que ha servido de base para diversos
temas en esta materia, como es la jerarquía de las normas que hemos abordado,
en la Unidad 7 de esta obra.

Otro autor importante dentro de la corriente limitacionista es Georges Burdeau,


aunque nos dice Mario de la Cueva que en sus obras pareciera que hay dos tesis
contradictorias, pero para los efectos de nuestro estudio, debemos analizar su
tesis que diferencia al Poder Constituyente del Poder Reformador. Esta tesis esta
en su tratado de ciencia política, en ella, el profesor Burdeau hace una diferencia
entre el Poder Constituyente y del Poder Reformador o Poder Instituido —como él
le llama— el que por esencia es un poder limitado, en cuanto a la forma de
actuación y en cuanto al fondo.

Sobre el particular abunda Burdeau, quien nos dice que el Poder Reformador
destruiría el fundamento de su competencia si fuese más allá de atribuirse una
nueva competencia; es decir, seria como si se instituyera un poder que no le ha
sido otorgado, que no le ha sido delegado. Hace una serie de argumentaciones
sobre el particular que no serán objeto de la obra.

Otra corriente importante dentro de las tesis limitacionistas se ubica en el


pensamiento norteamericano. En ese pensamiento, debido a que no se discuten
cuestiones teóricas por ser una mentalidad práctica para resolver sus problemas,
se trasladan los aspectos constitucionales al pragmatismo y no entran al terreno
especulativo,
12 " Ios argumentos expuestos por Schmitt en apoyo de su tesis son varios: primeramente, el Poder Constituyente es el
titular de la soberanía, y su función consiste en pronunciar las decisiones, actividad intransferible por razones que es inútil
repetir; sin duda, puede delegarse el ejercicio, pero no la potestad misma, por lo tanto, la asamblea representativa quiere y
habla por el titular del poder constituyente. En segundo lugar, el poder reformador, como poder constituido, tiene su
competencia determinada por su creador en la Constitución, la que necesariamente es limitada; y no puede ser absoluta
porque ello equivaldría a una delegación de la facultad, que pertenece al soberano y sólo a él, de determinar las
competencias. En tercer lugar, reformar la Constitución no puede ser una facultad equivalente a destruir para sustituirla por
otra, porque después de la destrucción, el poder reformador desaparece, ya no tiene la categoría de Poder Constituyente;
así, a manera de ejemplo, constitucionalmente no se puede pasar de una democracia a una monarquía como forma de
Estado, porque el plebiscito que la decretara sería la prueba indubitable de que la nueva monarquía descansa sobre el
Poder Constituyente del pueblo". Citado por Id. De la Cueva, Mario, p. 146.
136 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

sino que prefieren usar los datos y elementos que sirvieron en su Constitución
para hacer un análisis constitucional y dentro de esta perspectiva y con motivo de
algunas enmiendas hechas a la Constitución por el Poder Reformador, el profesor
William Marbury escribió un articulo en 1919, en el que propugna por las
limitaciones a la función reformatoria.

En síntesis, para Marbury el Poder Reformador no tiene un poder de destrucción


y, por lo tanto, el pueblo norteamericano no quiso ni pudo querer que un poder
reformador pudiera destruir el poder mismo de quienes crearon la Constitución.
Indicó claramente lo que significa enmendar, o sea, modificar y reformar y, nos
dice: "enmendar significa las adiciones o cambios dentro de los lineamientos del
instrumento original, que tengan por efecto superar o mejorar lo expresado, para
llevar a cabo el propósito para el cual fue construido". Mario de la Cueva dice que
esta doctrina se ha generalizado, aunque las resoluciones de la Suprema Corte de
Justicia no aceptaron parte importante de las ideas de Marbury que hemos
pronunciado.

En efecto, la Suprema Corte de Estados Unidos ha ido realizando una serie de


enmiendas que en ocasiones, incluso, han colocado en términos muy poderosos a
la propia Federación.13 La tesis que actualmente sostiene la Suprema Corte nos
dice que las enmiendas sirven para superar el sistema republicano y, la limitación
que establece, es que deben ser acordes con los fines constitucionales. Esta es la
limitación que sostendría la tesis americana: todas las enmiendas deben ser
acordes con los fines constitucionales de los Estados Unidos.

Por su parte, la tesis italiana nos dice que la diferencia entre el Poder
Constituyente y el Poder Reformador no es de esencia, sino de cantidad. Para
Paolo Barile una limitación que debe ser considerada en todo Poder Revisor, es la
relativa a las normas que establecen el órgano, ya que el procedimiento de
reformas nunca puede ser reformado por el propio Poder Reformador; es decir, al
poder reformador no le compete injerencia alguna en determinar su propia
competencia. Asimismo, Constantino Mortati, 14 constitucionalista italiano,

13 Marbury insistió en la idea de que el pueblo norteamericano no quiso ni pudo querer un poder reformador que pudiera
destruir a alguno de los Estados, y con apoyo en esa interpretación, se opuso a cualquier enmienda que tuviera por objeto
reducir las facultades de las legislaturas para legislar en los asuntos internos de los estados. Id. De la Cueva, Mario, p. 146.
14 El Maestro de la Universidad de Florencia también se pronunció por una cuestión apasionante: "el control de
constitucionalidad de que disfruta la Corte constitucional se extiende a las normas emanadas del poder reformador. Citado
por Id. De la Cueva, Mario, p. 146.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 137

dice que es imposible que el poder reformador pueda o deba proponerse un fin
inmerso distinto a aquel para el cual fueron establecidos los principios
constitucionales; por lo tanto, la función del poder reformador es perfeccionar y
adaptar a la vida la esencia de la Constitución.

También dentro de la doctrina mexicana existe una corriente limitacionista. En el


siglo XIX, destaca José María del Castillo Velasco, un brillante constitucionalista
mexicano que defendió esta corriente; también Emilio O. Rabasa, apoyó esa
posición que sostiene las restricciones del Poder Reformador. Finalmente,
Guilebaldo Murillo15 y Luis Felipe Canudas Oreza en los años cuarenta y
cincuenta, ya del siglo XX, aludieron a esta doctrina.

En síntesis, lo que propone Del Castillo Velazco, es que el Poder Reformador no


puede limitar, ir en contra o destruir los derechos del hombre, ni los derechos de la
sociedad, ni la soberanía del pueblo, debido a que son derechos naturales que
están presentes en la naturaleza del hombre, son condiciones indispensables de
la vida del hombre para su desarrollo. Para él, la libertad y el derecho no son
concesiones de la ley. Por el contrario, la ley debe respetar siempre estos
principios.

Por su parte, Emilio O. Rabasa nos dice que el Poder Revisor o el Poder
Reformador, en efecto, puede realizar adiciones y reformas al texto constitucional,
pero no puede y no está facultado para realizar la destrucción de la propia
Constitución.

Hay una corriente intermedia; es decir, una línea de pensamiento que no


necesariamente sostiene de manera clara y tajante que todo Poder Reformador
tiene limitaciones, ni tampoco sostiene de manera amplia y abundante la
identificación del Poder Constituyente con el Poder Reformador, sino que adopta
una posición, a la que Mario De la Cueva denomina como la corriente intermedia.

En esta corriente el Doctor Mario de la Cueva ubica a Don Felipe Tena Ramírez,
quien denomina al Poder Revisor como el Poder Constituyente Permanente. Este
autor hace a un lado las discusiones teóricas sobre el particular para ubicar su
análisis del articulo
15 En el mes de diciembre de 1934, el Poder Reformador cambió el texto del artículo 3o Constitucional, introduciendo lo
que se llamó la educación socialista y la concepción racional y exacta del universo. Con ese motivo, Guilebaldo Murillo,
entre otros juristas, sostuvieron la inconstitucionalidad de la reforma, estimando que rompía la idea de los derechos del
hombre; su argumentación se refiere principalmente a la contradicción entre la reforma y la idea de la libertad, pero no
analiza con profundidad suficiente e! problema de las limitaciones del Poder Reformador, a diferencia de Canudas que se
coloca dentro de la doctrina de Carl Schmitt. Id. De la Cueva, Maño, p. 148.
138 ENRIQUE QUIROZ AC0STA

135 de la Constitución y concluye que el Poder Reformador o Poder Constituyente


Permanente, no tiene facultad para derogar totalmente la Constitución, pero sí
para reformarla o adicionarla.

En efecto, el Profesor Tena Ramírez nos dice, que el Poder Constituyente


Permanente todo lo puede porque no tiene limitación en el propio texto
constitucional. Nuestro texto no limita al Poder Reformador a que no toque o
trastoque las decisiones políticas fundamentales. Ante ello, el propio Mario De la
Cueva nos dice que al hacer Tena Ramírez esta afirmación, incurre en una
aparente contradicción, al decir en sus conclusiones: "Por vía de reforma o de
adición nada escapa a su competencia —o sea a la competencia del Poder
Reformador— con tal de que subsista el régimen constitucional, que aparece
integrado por aquellos principios que la conciencia histórica del país y de la época
considera esenciales para que exista una Constitución".

Entonces, después de decir que nada escapa a la posibilidad de reforma, Tena


también nos dice que con tal de que subsista el régimen constitucional, deben
subsistir los principios que son todos aquellos que la conciencia histórica del país
y de la época consideren esenciales; o sea, que esos principios no son objeto de
reforma, por eso es una posición intermedia.

8.2.2. Tesis que sostiene la reformabilidad ilimitada de la Constitución

Existen numerosos constitucionalistas en Francia que sostienen la identidad de


atribuciones del Poder Constituyente y del Poder Reformador. Son teóricos del
constitucionalismo que parten de la tesis de la subordinación de la vida política al
derecho. Si partimos de esta postura, es lógico sostener que por la vía de la
reforma constitucional se debe ir transformando la vida política, porque bajo esa
óptica los cambios en las constituciones pueden efectuarse por procedimientos
jurídicos y si todos los cambios de la Constitución se realizan o tienen verificativo
por procedimientos jurídicos, se evitará la ruptura de los sistemas jurídicos 3' las
revoluciones.

En esta corriente del pensamiento se inscribe Adhemar Esmein. Su tesis central


es en el sentido de que si la soberanía no puede prescribirse a sí misma sus
formas futuras de actuación, la soberanía no puede limitarse a sí misma;
entonces, nada le impide establecer un poder aprobado que modifique lo
establecido por la propia soberanía.

Otro autor importante es León Duguit, quien dice que la forma republicana de
gobierno no puede ser objeto de revisión, porque la esencia misma de la
Constitución es la forma republicana.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 139

Hoy por hoy existen diversas constituciones que permiten la posibilidad ilimitada
de la reformabilidad de su Constitución.

8 . 3 . DIVERSOS SISTEMAS DE REFORMABILIDAD CONSTITUCIONAL


8.3.1. Procedimiento de Reforma Constitucional en los Estados
Unidos de América
Ahora analizaremos lo relativo a los diversos sistemas de reformabilidad
constitucional. El primero que vamos a analizar es el sistema norteamericano.

El artículo quinto de la Constitución de los Estados Unidos de América, contiene


un dispositivo legal que se refiere a las enmiendas.

El texto dice lo siguiente: "El Congreso podrá proponer enmiendas a esta


Constitución, siempre que las dos terceras partes de ambas Cámaras lo juzguen
necesario; o, a petición de las Legislaturas, las dos terceras partes de los Estados,
convocarán a una Convención para proponer enmiendas, las cuales, en cualquiera
de los dos casos, serán válidas para todos los fines propuestos, como parte de
esta Constitución, cuando la ratifiquen las Legislaturas de las tres cuartas partes
de todos los Estados, o por Convenciones celebradas en las tres cuartas partes de
los mismos, pues el Congreso podrá proponer, ya sea en uno u otro modo su
ratificación".
Evidentemente, este texto plantea una situación compleja, pero es compleja
porque en realidad está planteando dos alternativas. Además, es complejo porque
está aludiendo a diversas instancias para los dos mecanismos.

La primera alternativa implica la participación del Congreso —para estos efectos


las dos terceras partes de cada una de las Cámaras—. Asi una vez presentada
una iniciativa, ésta debe cumplir con el quorum mínimo de una votación de dos
terceras partes de los miembros presentes; si se cumple esa hipótesis, habrá dos
alternativas: o bien convocar para ratificación a tres cuartas partes de las
legislaturas o, tres cuartas partes de Convenciones en cada estado. Esto último es
importante; se toma a los 50 estados y se realizan convenciones en cada uno de
ellos; si tres cuartas partes de ellas votan a favor de la iniciativa que presenta el
Congreso, hay reforma a la Constitución. Mientras que en el primer supuesto,
basta con que el mismo número de legislaturas apoye la iniciativa del Congreso
para que haya reforma a la Constitución.

En el segundo procedimiento, la facultad de iniciativa se ubica en las tres cuartas


partes de las legislaturas de los estados, en ese supuesto el Congreso convoca a
una Asamblea Nacional. En este procedimiento como las legislaturas fueron las
que presentaron la
140 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

iniciativa, interviene el Congreso para convocar a una Asamblea Nacional, si en


esa Asamblea Nacional se aprueba la iniciativa de enmienda, entonces ya se
agota alguno de los dos procedimientos. Este último procedimiento es más
complejo. Curiosamente es de los procedimientos originarios, previsto en la
primera Constitución del mundo moderno y, sin embargo, parece muy complicado,
aunque en la realidad no lo es tanto.

Observemos como el procedimiento puede originarse, por una parte, en el


Congreso Federal; por otra, puede iniciarse en las legislaturas de los estados. La
propuesta presentada por el Congreso necesita, por lo menos, la participación del
quorum de dos terceras partes de la asistencia de sus miembros en ambas
Cámaras. El mecanismo de reforma en los Estados Unidos se caracteriza por lo
siguiente:
• Es un sistema alternativo, tiene dos opciones: ante el Congreso o por
Convenciones;
• Es un sistema que involucra a instancia de los Poderes Constituidos;
• Involucra tanto instancias federales como a instancias locales o de las entidades
federativas; y,
• Prevé la posibilidad de que se convoque a órganos que no tienen una vida
permanente, sino que sean órganos ex profeso, como es el caso de la Asamblea
Nacional y de las convenciones estatales.

Para sintetizar este proceso, el Doctor Mario de la Cueva, dice que en el caso de
las reformas constitucionales de los Estados Unidos interviene el Congreso
General como iniciador y las legislaturas estatales o las convenciones estatales
como órganos decisorios. También puede presentarse el caso en que las
legislaturas de los estados son los órganos iniciadores, el Congreso Federal es el
cuerpo convocante y las mismas legislaturas o las convenciones estatales son las
autoridades decisorias. De tal manera, que —reiteradamente— siempre es
necesaria la participación de los órganos nacionales o federales y de los órganos
locales

Nos aclara el maestro Mario de la Cueva,16 que para algunos autores


norteamericanos, como el profesor Corwin, en realidad las ins-

16 Corwin escribió que la Corte ha sostenido que al pronunciarse sobre enmiendas propuestas por el Congreso, las
legislaturas estatales —e individualmente debe decirse otro tanto de las convenciones reunidas en los estados— no actúan
como representantes de los estados o de sus poblaciones, sino en cumplimiento de una función federal que este artículo de
la Constitución les impone". Id. De la Cueva, Mario, p. 129.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 141

tancias locales intervienen en una función federal, pero lo importante a destacar es


que las legislaturas de los estados intervienen en el proceso, como una condición
establecida por el pacto federal y dicho mecanismo parte de una de las
características propias del pacto federal.

No olvidemos que ha habido muy pocas enmiendas a la Constitución de los


Estados Unidos de América; sólo ha habido 27, de las cuales, 10 fueron unos
años después de entrada en vigor la Constitución. Pero la Suprema Corte de
Justicia de los Estados Unidos, a través de su facultad interpretativa o de libre
interpretación, realiza en los hechos, una gran cantidad de reformas,
precisamente, al interpretar la Constitución.

8.3.2. Procedimiento de Reforma Constitucional en Cuba y China

Evidentemente se trata de dos naciones cuyos modelos políticos, económicos y


sociales son totalmente distintos a los paises que han asumido el modelo más
común en el orbe occidental, pero en técnica constitucional, las diferencias no son
tan tajantes. En sus aspectos más genéricos, se rigen por reglas que en cierto
sentido tiene similitud con las aplicadas en el mundo occidental.
142 ENRIQUE QUÌROZ ACOSTA

8.3.2.1. República de Cuba

La actual Constitución de la República de Cuba se publicó en la Gaceta Oficial de


aquel país, el sábado 1 de agosto de 1992. En su capítulo XV se prevé lo relativo
a la reforma constitucional. Se debe tener presente lo siguiente:

La Asamblea Nacional del Poder Popular conforme al artículo 69 de la


Constitución, es el órgano supremo del poder del Estado Cubano, y en virtud de
que la propia Constitución expresa que dicha Asamblea Nacional es el órgano que
representa y expresa la voluntad soberana del pueblo cubano, dicha Asamblea es
el único órgano con potestad constituyente y legislativa.

Un aspecto interesante es que, precisamente, la Asamblea Nacional del poder


popular elige, de entre sus diputados, al propio Consejo del Estado Cubano, cuyo
Consejo está integrado por un Presidente, un primer Vicepresidente, cinco
Vicepresidentes, un Secretario y tres miembros más. El Presidente de! Consejo
del Estado cubano es el jefe de Estado y jefe de Gobierno. Es importante tener
presente ésto para que quede claro el papel que juega la Asamblea Nacional del
Poder Popular, desde el punto de vista teórico-técnico constitucional. Una vez
teniendo ésto presente, podemos aludir propiamente a la reforma constitucional.

El artículo 137 de la Constitución cubana, señala expresamente que ésta sólo


puede ser reformada total o parcialmente por la Asamblea Nacional a que hemos
aludido. Aclara que dicha votación será de carácter nominal y con una mayoría no
inferior a las dos terceras partes del número total de sus integrantes. En esta
primera parte del dispositivo 137 nos queda claro una cuestión muy interesante,
que prevé expresamente la posibilidad de que se reforme totalmente la
Constitución cubana por la Asamblea Nacional. Y esto es por la identificación que
hace el artículo 69 de esa Constitución entre la Asamblea Nacional y la voluntad
popular.

A continuación, el propio artículo 137 que hemos señalado, nos indica que si la
reforma es total o se refiere a la integración y facultades de la Asamblea Nacional
del Poder Popular, o su Consejo de Estado, o a derechos y deberes consagrados
en la Constitución, se requiere además, de la ratificación por el voto favorable de
la mayoría de los ciudadanos con derecho electoral en referéndum, convocado al
efecto por la propia Asamblea.

Entonces, derivado de esta segunda parte del artículo 137 Constitucional, nos
queda claro que si bien se puede reformar totalmente la Constitución cubana,
cuando se reforman algunas decisiones políticas fundamentales, tales como las
facultades de la propia Asam
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 143

blea Nacional, o las facultades de su Consejo de Estado, o los deberes y derechos


que consagra esa Constitución, entonces se requiere la ratificación de la mayoría
de los ciudadanos; es decir, se requiere un refrendo que se convoque para tal
efecto por la Asamblea.

8.3.2.2. República Popular China


La Constitución de la República Popular China, adoptada el 4 de diciembre de
1982,17 en la Quinta Sesión de la Quinta Asamblea Nacional Popular China,
establece a través de su artículo 57, que la Asamblea Popular Nacional es el
órgano supremo del poder del Estado. También este dispositivo señala que su
órgano permanente es el Comité Permanente de la Asamblea Popular. El artículo
58, por su parte, señala que la Asamblea Popular Nacional y su Comité
Permanente ejercen el Poder Legislativo del Estado.18

Asimismo, el artículo 62 alude a las atribuciones o funciones de la Asamblea


Popular Nacional y la primera función a la que se dice ese artículo es,
precisamente, reformar la Constitución. El texto del artículo 64 nos indica que el
procedimiento de reforma a la Constitución debe hacerse a propuesta del Comité
Permanente de la Asamblea Popular Nacional, o a propuesta de más de una
quinta parte de los diputados de la Asamblea Popular Nacional y, además, se
debe contar con la aprobación de las dos terceras partes de los diputados de la
Asamblea Popular Nacional.

En el caso de la República Popular China, la facultad de iniciativa la tienen dos


instancias: por una parte, el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional
y, por la otra parte la quinta parte de los Diputados a la Asamblea Popular
Nacional y lo aprueba la Asamblea Popular Nacional con un quórum de votación
de dos terceras partes. El Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional
está integrado por el Presidente, los Vicepresidentes y el Secretario General.
17 En materia constitucional es necesario recordar que el pueblo chino se ha otorgado cinco constituciones, a saber: la del
Io de octubre de 1949; la del 15 de septiembre de 1936; la del 17 de enero de 1975; la del 5 de marzo de 1978; y finalmente
la ley fundamental del 4 de diciembre de 1982 con la que se inicia la etapa denominada "posmaoísta", en la actual se
contiene el predominio actual de la tendencia de Deng Xiao Ping sobre la concepción maoísta del socialismo. Zárate, José
Humberto; Sistemas Jurídicos Contemporáneos, Ed. Me Graw Hill, México, 1997, p. 169.

18 El régimen estatal de la República Popular de China no observa el principio de la separación de poderes, sino que ha
adoptado "la armonización de poderes". Esta armonización acepta, sin embargo, la separación de las funciones. En efecto,
la Asamblea Popular legisla, el gobierno ejecuta las leyes y los tribunales emiten sentencia entre cada uno de éstos
órganos, es decir, resultan ligados entre si y sometidos, por otra parte, a la dirección del Partido. Id. Zárate, José Humberto,
p. 170.
144 ENRIQUE QUÍROZ AGOSTA

8.3.3. La Reforma constitucional en México

En la Unidad 6 hemos analizado el texto del artículo 135 constitucional. Dicho


artículo y su predecesor en la Constitución de 1857, están inspirados —según nos
lo aclara el Profesor De la Cueva— en el sistema Norteamericano; sin embargo, el
propio Mario de la Cueva nos dice que el Constituyente del 57 suprimió varias
disposiciones relativas de la Constitución de los Estados Unidos que hemos
también analizado.

El Doctor De la Cueva señala varias características de nuestro Poder Reformador,


indicaremos las más importantes de manera sintética:

• El Poder Reformador está integrado por el Congreso Federal y por las


legislaturas locales; es un órgano complejo;
• El procedimiento se inicia en el Congreso Federal (aquí hay una evidente
distinción con el sistema americano);
• No existe disposición especial reguladora de la potestad de iniciativa, con lo que
debe remitirse a la regla general del artículo 71 de nuestra Constitución, el cual
establece que la iniciativa corresponde al Presidente de la República, a los
Diputados y Senadores ante el Congreso de la Unión y a las legislaturas de los
estados.

En este punto debemos hacer un paréntesis para señalar que el artículo 71 se


refiere a la facultad de iniciativa federal; es decir, para las leyes federales. Existen
posiciones que válidamente pudieran cuestionar la aplicación del articulo 71, por lo
que se refiere a la reforma constitucional. Uno de los juristas que de manera seria
ha cuestionado dicha facultad de iniciativa que tiene el Presidente de la República
es el Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Don José Vicente
Aguinaco Alemán, quien cuando fue abogado postulante, especialista en materia
constitucional y de amparo, argumentó la tesis de que no existe en nuestra
Constitución elementos suficientes que sostengan que las facultades de iniciativa
para la reforma constitucional provienen del artículo 71.

Es una tesis muy interesante, porque no olvidemos que De la Cueva acepta que el
dispositivo del artículo 135 está inspirado en la Constitución de los Estados
Unidos, y en dicha nación, el Presidente de los Estados Unidos no tiene facultad
de iniciativa, ni tampoco tienen individualmente las legislaturas de los estados,
sino una mayoría calificada y no la tienen los diputados, ni senadores del
Congreso como representantes, sino la mayoría calificada. Esto significa que es
digna de toda atención la tesis que postula el Ministro mexicano.
• La proposición reformatoria debe ser estudiada y votada primeramente en cada
una de las Cámaras: en la de Diputados
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 145

y en la de Senadores que integran el Poder Legislativo Federal. Esto significa que


para los efectos de reforma constitucional, no estamos en alguno de los supuestos
en virtud de los cuales procede que se reúna el Congreso de la Unión en
Congreso General; es decir, cuando se trata de reforma constitucional se reúnen
por separado la cámara de diputados y la cámara de senadores y la votación es
también por separado;
• Para que se tenga por aprobada la reforma o adición, se exige una mayoría de
dos terceras partes de los individuos presentes en cada Cámara;
• Una vez concluido el paso anterior, el proyecto se somete a cada una de las
legislaturas de los estados;
• Es indispensable el voto afirmativo de la mayoría de las legislaturas, y
• El Congreso Federal o la Comisión Permanente, si aquel no está en funciones,
hace el cómputo de los votos de las legislaturas y comprobada la mayoría se hace
la declaración correspondiente.

El Doctor De la Cueva aclara que el Presidente de la República no dispone de la


facultad de veto, sino sólo en el caso del procedimiento legislativo en materia
federal. Esta es opinión incluso de Del Castillo Velazco desde el siglo pasado. Y el
argumento que nos señala el Doctor De la Cueva es que no tiene facultad de veto
el Presidente de la República en materia de reforma constitucional, porque esta es
una facultad que está prevista para el Presidente de la República para un proceso
de carácter federal y no está previsto para un procedimiento de carácter
constitucional como es la reforma constitucional; no se le puede otorgar al
Presidente por ningún método jurídico razonable, ni por mayoría de razón, ni por
analogía, toda vez que la facultad de veto que tiene, la tiene a favor pero en
procedimiento inferior, que es el legislativo ordinario.

En nuestra opinión, se encuentra otro elemento que es digno de análisis. Sí como


lo sostiene Del Castillo Velazco y De la Cueva, el Presidente de la República no
tiene facultad de veto respecto de una reforma constitucional, entonces, ¿Por qué
el presidente tiene facultad de iniciativa? ¿No parecería esto un contrasentido? Si
aceptamos que el Presidente no tiene la facultad de veto, entonces, tampoco tiene
la facultad de iniciativa.

Por otra parte, el Doctor De la Cueva señala con toda razón, que el artículo 135
constitucional es la regla general para la reformabilidad de nuestra ley suprema,
pero existen otros procedimientos excepcionales que no corresponden al propio
artículo 135 Constitucional, y son los siguientes casos:
146 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

• Cuando se trata de admitir nuevos estados o territorios a la nación, se aplica el


procedimiento establecido en la fracción I del artículo 73 constitucional, el cual
otorga la facultad al Congreso. Se trata de una reforma constitucional en la que
únicamente se exige la aprobación del Congreso; es decir, el procedimiento es
más sencillo que en la regla general del artículo 135. El único ejemplo que
conocemos de esta naturaleza, es la anexión del estado de Chiapas a la
Federación que tuvo verificativo el 14 de septiembre de 1824;
• Otro dispositivo excepcional al del artículo 135, es el relativo al previsto en el
articulo 73, fracción II, que alude a la facultad de tiene el Congreso para erigir los
territorios en estados. Hoy por hoy, ya no hay territorios, pero pudiera haberlos si
hubiera la anexión de un territorio a México, en cuyo caso, para que ese territorio
se conviertiera en estado, se requeriría exclusivamente de la aprobación del
Congreso, sin intervención de los estados; por lo tanto, habría una reforma
constitucional sin aplicar el principio de reforma constitucional;
• La fracción III del propio artículo 73 señala otra excepción que es la relativa a la
formación de nuevos estados dentro de los límites ya existentes. Este caso es
totalmente distinto a los dos primeramente enunciados, y es distinto porque, en
este caso, en la fracción III del artículo 73, el procedimiento de reforma
constitucional es incluso más complejo que el previsto en el artículo 135
constitucional, dado que el dispositivo señala que en este supuesto se requiere la
aprobación, además del Congreso, de una mayoría especial en las legislaturas de
los estados; y,
• Una cuarta hipótesis se haya ubicada en la fracción V, de este mismo artículo,
que se refiere a que el Congreso puede cambiar la residencia de los Supremos
Poderes de la Federación.19

8.3.4. La Reforma Constitucional en otros países


• Francia
La Constitución en vigor fue adoptada en el referéndum del 28 de septiembre de
1958 y promulgada el 4 de octubre del mismo año.

19 Se trata de un acto que compete al Poder Reformador, pues el Distrito Federal actual pasaría a ser, de conformidad con
el articulo 44, "el Estado del Valle de México, con los limites y extensión que le asigne el Congreso General", disposición
que permite aumentar o disminuir su extensión territorial; por otra parte, la nueva residencia de los poderes federales se
convertiría, a su vez, en el Distrito Federal nuevo, lo que traería como consecuencia la transformación del todo o de una
parte de la entidad federativa seleccionada. Id. De la Cueva, Mario, p. 141.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 147

Es interesante conocer la Constitución francesa, porque en Francia, no solamente


existe una gran evolución cultural y constitucional, sino por su gran Revolución,
por su experiencia política y porque ahí se ubican los grandes teóricos en esta
materia.

El artículo 89 de la Constitución de Francia nos indica que la iniciativa de reforma


de la Constitución corresponde, concurrentemente, al Presidente de la República,
a propuesta del Primer Ministro y a los miembros del Parlamento galo.

También señala, más adelante, que la iniciativa o el proyecto de reforma debe ser
votado en ambas cámaras, en ambas asambleas, en idénticos términos y, con
posterioridad, ser aprobada en referéndum.20

En relación al referéndum, la Constitución francesa establece una excepción. Nos


dice que no obstante dicha institución, el proyecto de reforma no será sometido al
referéndum cuando el Presidente de la República decida someterlo al Parlamento,
convocando para tal efecto al Congreso, pero en este caso, el proyecto de reforma
será aprobado solamente si obtiene una mayoría de las tres quintas partes de los
votos emitidos.

Es decir, cuando la reforma la proponen los miembros del Parlamento, es


ineludible que haya referéndum. Cuando la iniciativa de reforma a la Constitución
corresponde concurrentemente al Presidente de la República, a propuesta del
Primer Ministro, amén del Parlamento tiene que haber referéndum. Pero pudiera
no haber referéndum, si se obtiene la votación de tres quintas partes en ambas
cámaras. Es un procedimiento aparentemente complejo pero en la práctica no lo
es tanto.

Los dos últimos párrafos del artículo 89 que prevé la reforma de la Constitución
establecen:
• Que no puede iniciarse, ni proseguirse ningún procedimiento de enmienda que
implique el menoscabo de la integridad del territorio francés; y,
• El último párrafo del artículo 89 de la Constitución establece que la forma
republicana de gobierno no puede ser objeto de reforma.

20 En posición diversa a los sistemas norteamericano y francés, las constituciones suizas del siglo XIX procuraron crear
aún más la idea de la representación y el principio de soberanía del pueblo, a cuyo efecto, introdujeron las instituciones que
ya conocemos de la iniciativa popular y del referéndum decisorio, lo que dio como resultado que su llamado Poder
Reformador sea un cuerpo político-técnico meramente proyectista, y que la decisión sobre las reformas corresponda
siempre al pueblo, id De la Cueva. Mano, p. 148.
148 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

En síntesis debemos destacar los siguientes aspectos de la Constitución francesa:


• Establece referéndum;
• Señala una limitación tajante a las reformas en dos aspectos: la integridad
nacional y, la segunda una decisión política fundamental, que es la forma
republicana de gobierno.

8.3.5. Reforma Constitucional y Referéndum

El referéndum es una fórmula democrática en virtud de la cual los ciudadanos


participan en el procedimiento legislativo y normativo en general, o de una materia
en particular, para su aprobación y posterior entrada en vigor. Es decir, los
ciudadanos, a través del referéndum, pueden también intervenir en una decisión
tomada o preparada por los representantes populares. Generalmente, cuando hay
referéndum, los órganos representativos parlamentarios preparan el texto respecto
del cual son llamados a pronunciarse los ciudadanos y, si aceptan el texto, el
motivo del referéndum se convierte en ley y, si lo rechazan, el texto no se aplica.

Evidentemente, dependiendo de la materia, del nivel y, sobre todo, de la nación y


el sistema político de que se trate, existen opciones en cuanto al método de
referéndum. En el caso de las reformas constitucionales, el referéndum tiene
especial importancia. Sobre el particular, es importante tener presente que cada
día es más común el establecimiento del referéndum para decisiones políticas de
alto nivel, como es el caso de la reforma constitucional.

En el ambiente europeo es prácticamente ya una cuestión natural que se


establezca el referéndum en las reformas constitucionales, por ejemplo, el caso de
la Constitución española. Esta Constitución es fruto de la República a la caída de
Franco; la Constitución actual fue aprobada por las Cortes en sesiones plenarias
del Congreso en octubre de 1978 y fue ratificada precisamente en referéndum.

Hay que recordar que las Cortes Generales son los órganos parlamentarios
españoles, y por lo tanto representan al pueblo español y se componen por un
Congreso de diputados y el Senado. En el titulo X, a partir del articulo 166 de la
Constitución española,21 se prevé lo relativo a la reforma constitucional.
21 Articulo 166 de la Constitución española: "La iniciativa de reforma constitucional se ejercerá en los términos previstos en
los apartados 1 y 2 del articulo 87". Por su parte el articulo 87 establece: "1. La iniciativa legislativa corresponde al
Gobierno, al Congreso y al Senado, de acuerdo con la Constitución y los Reglamentos de las Cámaras: 2. Las Asambleas
de la Comunidades Autónomas podrán solicitar del Gobierno la adopción de un proyecto de ley o permitir a la Mesa del
Congreso una proposición de ley, delegando ante dicha Cámara un máximo de tres miembros de la Asamblea encargados
de su defensa..."
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 149

Dentro de ese procedimiento se establece, que se debe someter a referéndum


precisamente el proyecto de reformas y adiciones. El texto es el siguiente:

"Los proyectos de reforma deberán ser aprobados por una mayoría de tres quintas
partes de cada una de las Cámaras, si no hubiese quorum, será a través de la
creación de una Comisión paritaria de diputados y senadores, quienes
presentarán un texto que será votado por el Congreso. De no lograrse la
aprobación mediante el procedimiento del apartado anterior y, siempre que se
haya obtenido el voto favorable de la mayoría absoluta en el Senado, el Congreso
por mayoría de dos terceras partes podrá aprobar la reforma. Aprobada la reforma
por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación, cuando
así lo soliciten dentro de 15 días de aprobación una décima parte de los miembros
que hayan votado"

El articulo 168 establece que cuando se propusiese una revisión total de la


Constitución, o parcial, pero afectando determinados artículos, de interés especial
se concede la aprobación por el principio de mayoría de dos terceras partes de las
cámaras y pasa a la disolución inmediata de las Cortes. Las cámaras elegidas
deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo orden constitucional,
que deberá ser aprobada por mayoría de dos terceras partes de las Cámaras.
Aprobada la reforma por las Cortes Generales se someterá a referéndum para su
aprobación.

Cuando se trata de materias que se consideran fundamentales en la Constitución


española, de todas maneras debe haber referéndum y hay una mayoría calificada
especial para este tipo de reforma constitucional.

Felipe Tena Ramírez cuando alude a las reformas constitucionales y al


referéndum, considera que el establecimiento del referéndum popular implica una
gran evolución política para los actos relativos al procedimiento de reformabilidad
constitucional. Evidentemente, para que haya referéndum se requiere, como
medio eficaz, una realización adecuada.

Desde el punto de vista social y político, se requiere de una gran evolución de


conciencia y, ello a su vez, implica una gran educación en la ciudadanía. Todo ello
hace pensar que el referéndum tarde o temprano llegará a la gran mayoría de las
naciones. En el caso mexicano tarde o temprano será una institución de nuestra
vida democrática.

También hace pensar que no será sencillo establecerlo sin la evolución que
requiere esta fórmula de participación semidirecta de la población. Es decir, si bien
es cierto que para el establecimiento de instituciones de esta naturaleza se
requiere de una elevada con-
150 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

ciencia política, de una elevada educación del pueblo, también es cierto, que el
propio referéndum coadyuva, a su vez, a una mayor evolución y a una mayor
participación política y, desde luego, a una mayor democracia.22

22 La institución del referéndum popular traería consigo indiscutibles ventajas para la vida de nuestro país, pues además de
reafirmar y complementar el régimen democrático en que éste se organiza, evitaría los peligros de una dictadura legislativa
o presidencial, poniendo a salvo de la posible y nunca descartable conducta antipopular de los órganos estatales
encargados de reformar y adicionar la Constitución, los principios políticos, sociales y económicos fundamentales, bajo los
que nuestro pueblo ha querido vivir en una tendencia permanente de superación desde que surgió como nación
independiente estructurada en Estado. Tena Ramírez, Felipe; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1982,
p. 86
UNIDAD 9

LOS DERECHOS DEL HOMBRE

9.1. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA


DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE

Desde sus orígenes, una de las notas que distingue al constitucionalismo


contemporáneo son los derechos del hombre. Pero, ¿en qué consisten los
derechos del hombre? Evidentemente, es un tema no sólo de naturaleza jurídica,
sino también de naturaleza cultural y social.

Los derechos del hombre son analizados por diversas corrientes del pensamiento
y, por lo tanto, por diversas ideologías. No obstante, podemos afirmar que ha
prevalecido la tesis que alude a que los derechos del hombre o derechos
humanos, se refieren a aquellos principios que se ubican en la esfera jurídica del
ser humano y que tienen que ser respetados por las autoridades del Estado.

Dado que existen los derechos humanos en cada persona por el simple hecho de
su existencia, para diversas corrientes del pensamiento, es fácil aceptar que los
derechos humanos sean connaturales a la existencia del derecho humano y, de
ahí, que sea aceptado —por diversos autores— que los derechos humanos
corresponden al derecho natural. Derecho natural que el constitucionalismo debe
reconocer, plasmar y hacer positivo.

¿Cuáles son los principios que implican a todos los seres humanos y que deben
ser respetados por toda autoridad y por el Estado? Nos dice Jorge Carpizo que
son los principios de libertad, dignidad e igualdad, porque han sido objeto de lucha
por los seres humanos, e históricamente han sido conquistados y son parte del
acervo cultural humano; es decir, son principios universales, porque la historia de
los pueblos coincide en su lucha para hacerlos objetivos.

Por ser universales, el orden jurídico debe sustentarlos y colocarlos en la cúspide


y, también, debe establecer sus vehículos de

151
152 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

observancia y defensa. Precisamente, para su observancia, la gran mayoría de las


constituciones contemporáneas prevén límites a la autoridad respecto de los seres
humanos, a fin de sujetar la acción de los gobiernos al libre ejercicio de los
derechos de las personas.

No obstante, la concepción de los derechos humanos se ha ampliado. Ya no


involucra únicamente los derechos individuales que tenemos frente al Estado, sino
que, además de las denominadas garantías individuales, las constituciones
contemporáneas contienen también las declaraciones de garantías sociales; de
ahí que, amén de contener las garantías que se refieren a las facultades que la ley
fundamental reconoce al ser humano en cuanto ser individual, reconozcan una
serie de garantías que se denominan sociales, que tienen como propósito proteger
a los grupos más desprotegidos y marginados.

En cuanto al énfasis relativo a la naturaleza de los derechos humanos, tenemos


que recordar que en nuestro constitucionalismo liberal, a partir de 1857, existe la
declaración de derechos humanos pero con diversa denominación. En cuanto a su
naturaleza, tenemos quienes sostienen que el establecimiento de esos derechos
en la Constitución de 1857 obedecía a una tesis de naturaleza iusnaturalista,
mientras que en la Constitución mexicana de 1917, obedece a una tesis
positivista, como se pudiera desprender del análisis a la redacción de los artículos
1º de la Constitución de 1857 y también 1° de la Constitución de 1917. 1

Lo anterior, vamos a analizarlo con la mayor claridad posible, para percatarnos si


existe alguna diferencia en cuanto a la naturaleza de los derechos del hombre en
la Constitución de 1857 respecto de la de 1917. El artículo 1º de la Constitución de
1857 dice lo siguiente: "El pueblo mexicano reconoce", la palabra clave es
reconoce, "que los derechos del hombre son la base y el objeto de las
instituciones sociales". En consecuencia, declara que todas las leyes y todas las
autoridades del país deben respetar y sostener las garantías que otorga la
presente Constitución.

La tesis de aquellos que sostienen que hay una posición iusna-


1 El artículo 1° de la Constitución de 1857 expresaba que: "El pueblo mexicano reconoce, que los derechos del hombre son
la base y el objeto de las instituciones sociales. En consecuencia declara, que todas las leyes y todas las autoridades del
país, deben respetar y sostener las garantías que otorga la presente Constitución". En tanto que, el actual articulo 1° dice
que: "En los Estados Unidos Mexicanos todo individúo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no
podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece".
TEORÍA DE LA CONSTITUCION 153

turalista, es fácilmente deducible en virtud de que el artículo Io reconoce los


derechos humanos; ello significa que en virtud de que solamente se reconoce algo
que ya existe, los derechos humanos ya existen y nuestro régimen jurídico los
reconoce. Por lo tanto, es fácilmente aceptable que hay una posición
iusnaturalista.

Por otra parte, el artículo 1º de la Constitución mexicana de 1917, señala que en


"los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga"
la palabra clave es otorga, "esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni
suspenderse sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece".
Insistimos la clave es "otorga".

Ahora vamos a enfatizar en el análisis comparativo. Aquellos que sostienen que la


Constitución de 1917 dio un giro respecto de la de 1857, para enfatizar el carácter
positivista de los derechos humanos, sostienen que el articulo Io de nuestra
Constitución, al establecer el siguiente párrafo: "otorga al individuo las garantías",
significa que antes las garantías no existían; es decir, la Constitución es quien las
otorga. Lo anterior significa que entre la utilización del término "reconoce" del
Constituyente del 57 y "otorga" de 1917, existe una diferencia conceptual; luego
entonces, se concluye que en la Constitución de 1917 existe una corriente
positivista en materia de derechos humanos, mientras que en la de 1857 es una
postura iusnaturalista.

Esta forma de observar las cosas no es del todo reconocida en la doctrina


mexicana. El Doctor Carpizo nos da una solución que parece adecuada. Nos dice
aludiendo a la diferencia entre los textos de la Constitución de 1857 respecto de la
de 1917 que la actual Constitución simplemente ya no expresa la fuente de las
garantías individuales, que es la idea de los derechos del hombre, pero sostiene
Carpizo, la idea sigue siendo la misma que la establecida en el Constituyente del
57 y, para sostener esta tesis, Jorge Carpizo considera que debe observarse la
similitud que existe en los contenidos de las dos declaraciones de derechos
humanos, y en las ideas expresadas en los debates de los artículos de una y otra
ley fundamental.

Nuestra Constitución en vigor no habla de derechos humanos, habla de garantías


individuales, pero nos aclara el propio Carpizo, respecto a la naturaleza de los
derechos humanos, que la garantía individual es la medida en que la Constitución
protege el derecho humano; es decir, la Constitución mexicana quiso precisar que
154 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

mientras el derecho humano es una idea general y abstracta, la garantía —dice


Carpizo— es una idea individualizada y concreta.2

9.2. APORTE DE INGLATERRA EN LA CARTA MAGNA

Con antelación, en la Unidad 5, habíamos descrito el ambiente que tuvo


verificativo durante la expedición de la Carta Magna. Se trata pues, de la Inglaterra
medieval bajo la fuerte presencia del feudalismo europeo.

La Carta Magna se emite en 1215 y contiene una serie de limitaciones a la


autoridad a través del reconocimiento de ciertos derechos a determinados
propietarios que poseían fuerza económica. La Carta Magna no tuvo la pretensión
de hacer una declaración de carácter universal, sólo estableció compromisos que
el Rey Juan sin Tierra debía cumplir con respecto a determinados intereses de los
terratenientes. Sin embargo, esos derechos y reconocimientos operaban nada
más a favor de los terratenientes, de ahí de que —reiteramos— no se tratara de
un documento de carácter general, que reconociera a la persona humana por el
hecho de existir.

No obstante, los derechos que establece la Carta Magna son un precedente


fundamental en materia de derechos humanos, sobre todo, para el
establecimiento, de algunas garantías individuales que son objeto del contenido de
muy diversas constituciones. De ahí que el constitucionalismo y su evolución
tengan un gran compromiso con la Carta Magna; por ello, debemos aludir a
algunas disposiciones de este documento.

El artículo 48 de la Carta Magna señala lo siguiente: "Nadie puede ser arrestado,


apresado, ni desposeído de sus bienes, costumbres y libertades, sino en virtud de
juicio de sus pares, de acuerdo con las leyes del país".

Cabe resaltar los principios que establece el enunciado anterior, sobre todo,
ubicándolos en su tiempo y contexto. Primero, se elimina el monopolio del rey en
materia jurisdiccional, lo cual significa que el rey ya no será el único que podrá
juzgar a todas las personas, en atención a que los juicios son entre pares;
segundo, las normas de conducta de los individuos no son juzgadas
arbitrariamente y, por lo tanto, las personas no son juzgadas bajo la voluntad
caprichosa del titular del poder público, sino que las personas de-

2 Nuestra Constitución no habla de derechos humanos sino de garantías individuales.


La garantía individual es la medida en que la Constitución protege el derecho humano. Carpizo, Jorge; Estudios
Constitucionales, Ed. Porrúa, México, 1998, p.485.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 155

ben ser juzgadas con sujeción a las leyes del país, ya que si no se cumple con
esas normas, no se puede afectar la esfera jurídica de las personas.

Cuando aludimos a la esfera jurídica de las personas, refiriéndonos a esta


disposición, estamos hablando de que no pueden ser arrestados, porque se
atentaría contra la esfera jurídica, por lo que si se arresta a alguien sin que medie
juicio entre pares y con sujeción a la leyes del país, se viola la garantía individual
de esa persona. Nadie puede ser arrestado, nadie puede ser apresado sin esas
formalidades, nadie puede ser desposeído de sus bienes, ni privado de su libertad,
ni de sus costumbres, si no es mediante juicio ante pares y con sujeción a las
leyes del país. El rey ya no tiene el monopolio de la jurisdicción.

Así, se puede observar cómo a través del artículo 48 de la Carta Magna,


encontramos ya el reconocimiento de un importante principio del Estado de
Derecho, claramente identificado en materia de derechos humanos.

Por su parte, el artículo 29 de la Carta Magna contempla que ningún hombre libre
deberá ser puesto en prisión, detenido o desposeído de sus bienes sin previo
juicio. Esta disposición nos dice que primero el juicio, después la privación. Con
ello se pretende también terminar con la arbitrariedad de la autoridad y representa
un antecedente importante de la garantía de audiencia en reunión del propio
artículo 48 que ya hemos comentado.

Hay quien afirma —como es el caso del especialista en materia del estudio de los
derechos humanos Rodolfo Lara Ponte— que ninguna cláusula de la Carta Magna
ha tenido tanta significación en el proceso histórico de la evolución de los
derechos humanos, como es la disposición del artículo 29, la cual seria retomada
por posteriores documentos ingleses, a los cuales también ya hemos aludido, y
que repercutirían posteriormente en la declaración de los colonos ingleses de
Norteamérica.

Nosotros también creemos que el artículo 29 debe ser analizado en relación con el
artículo 48, ya que tanta trascendencia tiene el 29 como el 48, porque ambos
reconocen la respetabilidad de la esfera jurídica de los seres humanos y también
reconocen una serie de principios que tuvieron repercusión universal, para
eliminar el monopolio de la autoridad en el ejercicio de la facultad jurisdiccional,
así como, el principio de la sujeción de los juicios a las leyes del país. Otra
disposición importante que contiene la Carta Magna es lo establecido en el artículo
40, el cual dispone que a nadie se le deberá negar o retrasar su derecho a la
justicia. Desde luego es una disposición que influyó en el constitucionalismo de
manera significativa,
156 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

aunque---- tengamos presente---- solo se contempla en favor de los terratenientes,


sin embargo esta redacción, es un antecedente importante.

Hay desde luego otras disposiciones de la Carta Magna que tuvieron un gran
impacto en el constitucionalismo contemporáneo, por ejemplo en la clausula 13
hay un precedente de la libertad de tránsito, pero solamente se ha visto como un
precedente y el artículo 40 de la Carta Magna debe ser visto también como un
precedente relativo a la libertad de los mercaderes para entrar y salir de
Inglaterra.3

9.3 ANALISIS DE LA DECLARACION DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL


CIUDADANO

Hemos sostenido que pocos acontecimientos modernos en la historia de la


humanidad han tenido tanto impacto desde el punto de vista histórico, cultural y
desde luego jurídico , como lo fue la Ilustración y Revolución Francesa y en cuanto
a documentos, de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789.

Nos recuerda el Doctor Carpizo que le 9 de julio de 1789 nació en Francia la idea
de redactar una Constitución y precisamente la idea era que tendría como
preámbulo una Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano.

El Doctor Carpizo menciona que había mas de 15 proyectos para establecer los
alcances de la Declaración, entre ellos los proyectos se Sieyés y Oliere 4 También
es indiscutible, que la declaración en sí misma, se inspiro en las declaraciones
norteamericanas.
3 El resto de las disposiciones de la Carta Magna –sus 63 artículos---- se refiere al sistema feudal. Sin embargo,
encontramos algunas disposiciones de gran interés, por ejemplo, la clausula 40, complemento de la disposición 39,
establece el principio de “a nadie se le venderá, negará, o retrasará su derecho a la justicia”, sin embargo por lo expuesto
anteriormente, dichas disposiciones iban dirigidas únicamente a ciertos estamentos de privilegios, por lo cual no tenían una
observancia general. Así mismo encontramos consagrado un de lo que en la actualidad se denomina libertad de tránsito, al
disponer la clausula 13 lo siguiente “La ciudad de Londres deberá de tener sus libertades ancestrales y costumbres libres,
ya sea por tierra o por agua, además concederemos a todas las ciudades, cercanías y villas todas sus libertades y
costumbres libres, “Lara , Ponte Rodolfo, Los Derechos Humanos en el Constitucionalismo Mexicano, Ed Porrúa, México,
1997, p 28.

4 Los proyectos para la mencionada declaración fueron numerosas y en ellas participaron Lafayette, Sieyés, Mounier,
Target, Servan , Creniere, Thouret, Desmeuniers, Rabaud de Saint Etienne, Camus, y Boislandry, entro otros Carpizo,
Jorge La Constitución Mexicana de 1917, Ed UNAM, México 1997 p.25.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 157

ya que la Declaración no fue producto de la generación espontánea, sino fue un


producto de la Ilustración y del Enciclopedismo y, por lo tanto, tiene una fuerte
influencia de Rousseau, sobre todo en aquello de que el hombre por naturaleza es
bueno.

Existe una parte en la exposición de motivos de la Declaración Francesa que nos


muestra el gran idealismo que se marca en la propia declaración. Se cita sobre el
particular lo siguiente: "Considerando que la ignorancia, el olvido, el menosprecio
de los derechos humanos son las únicas causas de los males públicos y de la
corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una declaración solemne de
los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre".

Nótese como se trata en primer lugar de una posición íusnaturalista para hacer un
reclamo a la justicia y reconocer como el papel negativo, que en muchos casos
han seguido los gobiernos, afectan los derechos humanos de los hombres, con lo
que se resalta la inspiración que se tiene en la Ilustración, particularmente en
Rousseau.

La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano se compone de 17


artículos. En 1963, el profesor Jesús Reyes Heroles mencionaba que esta
Declaración era uno de los documentos más mencionados y citados y sin
embargo, menos conocidos, por lo que ahora vamos a mencionar algunas de sus
principales disposiciones para su análisis:5

Primero, la afirmación de que "los hombres nacen y viven libres e iguales en


derechos", evidentemente es una expresión que implica libertad e igualdad. La
gran mayoría de las constituciones prevén estos principios. Son declaraciones
dogmáticas prácticamente universales.

Otro aspecto, es que "los derechos naturales del hombre son la libertad, la
propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión". Con ello, se agregan
aspectos fundamentales tales como: a) el reconocimiento del derecho humano de
la propiedad (evidentemente estamos inmersos en un gran liberalismo cuando se
hace esta declaración); b) se agrega el elemento de la seguridad en los seres
humanos, lo cual es fundamental, porque con este reconocimiento se parte
también de la tesis de que para que seamos libres e iguales, requerimos un
ámbito de seguridad y de alguna manera, esto da pie a la exigencia de los seres
humanos para que el Estado proporcione esa seguridad; c) además se incluye lo
relativo a la resistencia frente a la opresión, y cuando se habla de esa resistencia,
se alude a un

5 Reyes Heroles, Jesús; Obras completas: Política, Tomo I, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1995, pp. 439-444.
158 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Impedimento para quienes gozan de autoridad, a fin de que eviten oprimir a los
seres humanos.

De acuerdo con la última disposición, los seres humanos tienen derecho a


resistirse frente a la opresión. Aquí la resistencia a la opresión es contra actos
arbitrarios; es decir, frente a actos no fundados en un régimen de derecho.

Un tercer elemento que contiene la Declaración, es que la “soberanía reside


esencialmente en la nación “ Nuevamente hay una fuerte influencia de Rousseau,
debido a que este autor refiere que la soberanía recae en el pueblo. Asimismo
Sieyés utilizaba el término nación como origen de todo poder público, por primera
vez en Francia existe un reconocimiento expreso y explicito sobre el particular.

También otro de los principios importantes que se enuncia consiste en “el límite de
la libertad individual es la libertad de los demás miembros de la sociedad”.
Derivado de este principio se da un especial avance a la conceptualización del
Estado de Derecho en el mundo contemporáneo.

Con ellos, se no está diciendo que a toda persona se le garantiza su ámbito de


libertades, en la medida que no vulnera la libertad del prójimo. Cabe advertir esta
connotación por ejemplo en el ámbito de las personalidad jurídica y en la
concepción de la esfera jurídica de cada individuo.

Otro principio también importante es que “se puede hacer todo lo que no esta
prohibido en la ley”. Esta enunciación se hace respecto de los individuos, no de
los funcionarios públicos. Vamos a entenderla en su y nuestro contexto, hoy por
hoy tenemos claro que, de acuerdo con nuestro régimen constitucional, una
garantía para todo gobernado es que el gobernante solamente haga aquello que
ordene la ley, y en cambio, los particulares podemos hacer todo aquello que la ley
no nos prohíba.

Otro principio es que “ la ley debe ser la misma para todos” , con lo cual es claro
que no es válida la existencia de las leyes privativas, es decir, todos tenemos que
ser tratados con la misma medida jurídica; no es válida una equiparación
extralógica de las personas, ya que las normas deben de ser generales,
obligatorias y abstractas.

También se establece que “Los hombres solo podrán ser detenidos o procesados
en los casos y con las formalidades que la ley establece”. Esto significa que en
las detenciones no puede haber actor arbitrarios, ni subjetivos. También significa
que se debe agotar un debido proceso para detener a alguien, lo cual implica que
el procedimiento debe de estar establecido por la ley, no por la autoridad ejecutora
del acto.
Con todo ello, lo que se pretende es evitar la arbitrariedad en las detenciones,
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 159

evitar el abuso de la potestad de la autoridad para detener a las personas y


cuando dice "en los casos" se refiere a una eventual tipicidad; o sea, no por
cualquier acto ilícito o contrario ala ley se pude detener a una persona, sino
solamente en los casos que la propia ley establece. Con ello, queda referida una
garantía de seguridad jurídica que tienen los seres humanos frente al Estado.

Asimismo, se estableció el principio de que "no se puede imponer ninguna pena si


no existe una ley anteriormente establecida", este principio también de seguridad
jurídica tiene como finalidad evitar la arbitrariedad, porque con antelación se debe
de indicar no solamente que es un delito, sino los elementos propios del delito y,
quien se ajuste a esa hipótesis, lo habrá cometido y esa hipótesis, tendrá que
estar prevista en la ley, con lo cual se debe reiterar que se le otorga,
precisamente, seguridad jurídica a los ciudadanos.

Se concibió también "la libertad de expresión, de escritura y de imprenta". Estos


tres principios que están íntimamente relacionados, permiten a los ciudadanos,
como entes de la sociedad, participar y expresar con dignidad y con libertad sus
opiniones y, además, les permite generar la fuerza de opinión de la sociedad
respecto del poder público, a través de su expresión. No se puede concebir un
movimiento social, si no existe la creación de una fuerza para tal efecto que tenga
como sustento la libertad de expresión, de ahí la gran trascendencia e importancia
del establecimiento de este principio.

También, se señaló el principio de que "todo hombre debe ser considerado


inocente hasta que se le declare culpable", con lo cual se establece el antecedente
del principio según el cual las personas en materia penal pueden y deben ser
juzgados conforme a cada sistema jurídico, partiendo de elementos que reúnan el
cuerpo del delito y se defina la probable responsabilidad. Pero no son culpables
hasta que no sean probados sus delitos, mediante juicio.

Este principio es fundamental. Una persona que está siendo procesada es


inocente hasta que no es sentenciada con el carácter de culpable. Esto tiene
destacada importancia en nuestro mundo jurídico contemporáneo; por ejemplo,
para que no se eliminen una serie de derechos de naturaleza política, para que no
se vea afectada la esfera de una persona por el hecho de ser procesado, aunque
debemos reconocer que este principio debe ser reglamentado de manera mucho
más amplia en los regímenes jurídicos de nuestros días.

Actualmente, basta con que una persona sea procesada para que, en términos no
jurídico—formales, pero si en términos político— sociales, algunas personas lo
cataloguen como una persona que
160 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

infringió la ley. Es decir, debemos reconocer que en ocasiones las personas son
catalogadas como culpables por el hecho de ser procesadas; son reos, aún no son
declarados como culpables, pero socialmente en ocasiones son "culpables" por el
hecho de ser procesados.

Finalmente, hay una declaración importante que sugiere que "toda sociedad en la
cual la garantía de los derechos no esté asegurada, ni determinada por la
separación de poderes carece de Constitución". En este punto en particular, Jorge
Carpizo nos dice, que se elevó a rango de precepto constitucional la separación
de poderes, al señalar que prácticamente, sin separación de poderes, no puede
haber Constitución.6

9.4. LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS DE 1948

Pasamos ahora a un aspecto mucho más reciente como lo es la


internacionalización 'formal" de los derechos humanos. Una vez concluida la
Primera Guerra Mundial se crea la Sociedad de las Naciones. La tesis principal de
la Sociedad de las Naciones era el establecimiento de una paz durable, pero
también el establecimiento de una serie de reconocimientos tanto para los
Estados, como para los seres humanos. Sin embargo, esas nobles intenciones
fracasaron estrepitosamente con la irrupción del nazismo, con lo que se echó por
debajo toda posibilidad del establecimiento de la paz.

Después de la Segunda Guerra Mundial se crea Naciones Unidas en 1945 y,


nace, precisamente, por la búsqueda de la internacionalización de los derechos
humanos. Ya para entonces, había más de 70 naciones con sus respectivas
jurisdicciones internas que, de una manera quizás incipiente, protegían los
derechos humanos.

Es, entonces, a través de la creación de Naciones Unidas, como se


internacionaliza la protección de los derechos humanos. Se toma mayor
conciencia de que las violaciones a estos derechos humanitarios trascienden —
como dice Silverio Tapia Hernández—7 las fronteras nacionales. Dicho de otra
manera, se observó que era indispensable la injerencia de la comunidad
internacional y la colabo-

6 Id. Carpizo, Jorge, p. 96.


7 Con la Constitución de la ONU, nace el principio de la internacionalización de los Derechos Humanos, esto es, que su
protección ya no seria, exclusivamente, de la jurisdicción interna de los Estados, sino que ahora la comunidad internacional,
al tomar mayor conciencia de que las violaciones a los derechos fundamentales trascendían las fronteras nacionales,
consideró que se requería de una colaboración interestatal para enfrentar eficazmente su protección. Tapia Hernández,
Silverio; Reflexiones en. tomo a la Declaración Universal de Derechos Humanos, Ed. Comisión Nacional de Derechos
Humanos, México, 1998, p. 7.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 161

ración entre las naciones para enfrentar, en términos sobre todo eficaces, la
protección de los derechos humanos.

Si analizamos con cuidado la Declaración que se establece en la Carta de la


Organización de Naciones Unidas, la verdad es que ésta no contenía una
declaración de derechos propiamente. No había un listado, un catálogo relativo, o
por lo menos, de manera completa una enumeración de los derechos humanos.
Tampoco se estableció una promoción y una defensa a ultranza como se habia
previsto, pero si se establecen una serie de principios que van a traer consigo una
declaración de esta naturaleza.

Incluso, hay quien sostiene que fue una omisión de la Carta de la Organización de
las Naciones Unidas, el que se carezca de un catálogo de esa naturaleza. Para
subsanar esa falta, la organización mundial, a través del Consejo Económico y
Social,8 con fundamento en el artículo 62 de la carta, crea en 1946 la Comisión de
Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Esta Comisión estuvo integrada por 18 miembros y su misión consistió en redactar


una carta internacional de los derechos humanos. 9 Años más tarde, en 1948 se
crea un proyecto que contiene la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Después ese proyecto es sometido a la consideración de la Asamblea General de
la ONU, el 10 de diciembre de 1948 y, dato interesante es que, de 58 votos,
obtuvo 48 a favor y abstenciones de países como la U.R.S.S., Africa del Sur (por
el Apartheid), Arabia Saudita, Checoslovaquia, Polonia, Rumania y Yugoslavia. 10

Consideramos al igual que Jorge Madrazo Cuéllar que la era moderna de los
derechos humanos principia precisamente con el reconocimiento de los derechos
del hombre y del ciudadano, pero que prosigue con una serie de reconocimientos
que van encaminados al reconocimiento internacional de los derechos humanos,
lo cual ocurre posteriormente al término de la Segunda Guerra Mundial.

La Carta de las Naciones Unidas proclama el propósito de lograr la cooperación


internacional para la solución de los problemas
8 El Consejo Económico y Social, órgano especializado de las Naciones Unidas, según lo prevé el articulo 62 de la Carta,
"podrá hacer recomendaciones con el objeto de promover el respeto a los Derechos Humanos y a las libertades ", y en el
articulo 68 del mismo ordenamiento reitera que este órgano "establecerá comisiones de orden económico y social y para
promover los Derechos Humanos...". Id. Tapia, Hernández, Silverio, p. 11
9 La misión primordial de esta Comisión era redactar un proyecto de Carta Internacional de los Derechos Humanos,
concebida en tres partes: una Declaración, un Pacto y Medidas de Aplicación. Id. Tapia Hernández, Silverio, p. 15.
10 Madrazo Cuéllar, Jorge: El Ombudsman y su relación con tos Derechos Humanos, Ed. Comisión Nacional de Derechos
Humanos, México, 1996, p. 13.
162 ENRIQUE QU1R0Z ACOSTA

internacionales de carácter económico, social, cultural y humanitario y, fomenta y


alienta el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales de
todos, sin distinciones de raza, de idioma y de religión.

Alfred Verdross, un notable internacionalista con una gran influencia en muchos


autores, nos señala la manera en cómo se puede dividir en varios grupos a la
Declaración Universal de Derechos Humanos. Vamos a observar al analizar la
clasificación de Verdross, que hay un grupo muy amplio que está constituido por
las libertades, o que alude al gran principio de la libertad; después veremos un
segundo grupo que implica la acción positiva del Estado, el accionar de las
instancias públicas y dentro de ese segundo grupo, hay dos subgrupos, que son
los derechos procesales y políticos y los derechos sociales; un tercer grupo son
los deberes de las personas respecto de la comunidad; un cuarto grupo son las
limitaciones a las libertades de las personas.

La primera cuestión que tenemos que señalar, de esa rápida enunciación, es que
no se trata de garantías individuales únicamente y no se trata nada más de una
declaración tradicional, sino que involucra otro tipo de cuestiones, muchas de ellas
de carácter social. Implica no solamente deberes de respeto entre los Estados,
sino también acciones concretas que conciernen a la actuación de los Estados,
pero también implican deberes para los propios seres humanos. Implican también
una serie de lineamientos que permiten mayor igualdad en la humanidad, desde el
punto de vista no solamente distributivo, sino también conmutativo. Implica el
respeto de cada ser humano, de la humanidad, a principios cívicos y también el
reconocimiento de que las libertades de las personas tienen limitaciones, cuando
está de por medio la humanidad.11

Por lo que se refiere a los derechos de libertad, la Declaración Universal de los


Derechos Humanos señala los siguientes: prohibición a la esclavitud; a la
servidumbre; al trato con esclavos; a la tortura; a las penas por contratos crueles,
inhumanos y degradantes; e incluso, prohibiciones a las detenciones o destierros
arbitrarios; el

11 El Doctor Luis Ricaséns Siches comenta que la importancia del Preámbulo dela Declaración radica en que "contiene
implícitamente la distinción entre los derechos fundamentales", refiriéndose a los principios e ideales que llevan a la
proclamación de éstos, por una parte, y, por la otra, el régimen de derecho positivo vigente, en el cual tales derechos se
hallan reconocidos y protegidos. Tan patente es esta diferenciación que se considera que, cuando el derecho positivo no
protege tales derechos fundamentales del hombre, el poder público se convierte en tiránico y opresor, y que los hombres,
entonces, pueden sentirse en la necesidad de apelar al supremo recurso de la rebelión. Citado por, Tapia Hernández,
Silverio; Reflexiones en tomo a la Declaración Universal de Derechos Humanos, Ed. Comisión Nacional de Derechos
Humanos, México, 1998, p. 16.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 163

establecimiento de la prohibición de leyes penales con efecto retroactivo (lo cual


se debe de interpretar que dicha prohibición tiene verificativo cuando es en
perjuicio de las personas y no cuando es en su beneficio).

Hay un apartado en donde se refiere a las restricciones de las libertades de


movimiento y al regreso de una persona a su país de origen. También se alude a
la privación arbitraria de la nacionalidad a nadie se le puede prohibir
arbitrariamente que tenga tal o cual nacionalidad; y, también se prohíbe la
privación arbitraria de la propiedad.

Asimismo, se incluyen la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión; la


libertad de opinión y de expresión; la libertad de información; la libertad de reunión
y de asociación pacifica y se establece que nadie puede ser obligado a pertenecer
a una asociación en particular.

Junto a estos derechos de libertad, que implican prácticamente una abstención de


parte del Estado, también hay otros que implican una acción por parte del Estado,
ya se trate de derechos procesales o políticos o bien, derechos sociales. Entre los
primeros están la igualdad ante la ley; la protección de la ley contra la
discriminación; el derecho a tener recursos ante autoridades y tribunales
nacionales competentes —en esto, México fue un pionero con el juicio de
amparo—; el derecho a ser oído en condiciones iguales; a ser juzgado
públicamente por un tribunal independiente e imparcial para el examen de
cualquier acusación en materia penal; el derecho a presumir la inocencia de toda
persona acusada mientras no se demuestre su culpabilidad; también el derecho
de que nadie sea objeto de injerencia arbitraría en su vida privada, en su familia,
en su domicilio o correspondencia; nadie puede ser atacado en su honra o
reputación, el derecho al sufragio universal, a la participación de cada persona en
la conformación de su gobierno y las garantías democráticas.

Ahora bien, parte de la evolución de los derechos humanos en el siglo XX consiste


en la incorporación de los derechos sociales. Es interesante la manera en que
desde finales de los años cuarenta, ya se habla a nivel internacional del derecho a
la seguridad social, a la satisfacción de los derechos económicos, sociales y
culturales que son indispensables para la dignidad, el honor y la libertad para el
desarrollo de las personas. Se establece el derecho al trabajo; la igualdad de
salario ante trabajo igual; el derecho a una remuneración equitativa por el trabajo
que se realiza.

La igualdad en cuestión de trabajo implica un reconocimiento a la dignidad de las


personas, es el deseo de que se le permita a la gente vivir bien con su familia; que
pueda tener una vivienda digna;
164 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

que pueda tener recreación; que estén garantizados sus intereses sindicales; que
tengan derecho al descanso.

Además, a partir de entonces se puede hablar del derecho a la asistencia médica,


también se establece el derecho a la salud en general y muy diversos servicios
sociales tales como el derecho al vestido; los derechos de los niños fuera del
matrimonio; el derecho a la educación, que también implica el derecho a un
desarrollo de la personalidad humana integral; se establece desde entonces la
educación elemental como gratuita y obligatoria y se menciona a la educación
superior como un derecho.

Hay una cuestión que es muy importante recalcar. El artículo 29, apartado 1 de la
Declaración se refiere a algo que es novedoso en un documento de tal
envergadura. Se establecen los deberes de la persona respecto de la comunidad.
Con ello se parte del principio de que para que un ser humano pueda desarrollar
libre y plenamente su personalidad, también tiene que tener deberes respecto de
la comunidad.12

9.5. TERMINOLOGÍA Y ADOPCIÓN EN LAS CONSTITUCIONES DE MÉXICO

El cura Miguel Hidalgo cuando se dio el brote de rebelión con motivo de la


independencia, no se preocupó por que se estableciera una declaración relativa a
los derechos humanos; Rayón redactó un proyecto de Constitución. En este
proyecto no aparece tampoco un catálogo en materia de derechos humanos, pero
—nos recuerda Carpizo— se diseminan en el documento diversas cuestiones
relacionadas con los derechos humanos; por ejemplo, la abolición de la esclavitud,
el establecimiento de la libertad de prensa y llama la atención que se establecía la
ley inglesa del "Habeas Corpus" o de la libertad personal. Sin duda, ese proyecto
influyó en el Decreto Constitucional de Apatzingán del 22 de octubre de 1814.

En la Constitución de Apatzingán se enarbolan una serie de garantías individuales


que se agrupan en todo el capítulo V, pero de los artículos 24 al 40 se señalan
derechos del hombre, los cuales se establecen bajo el titulo de la igualdad,
seguridad, propiedad y libertad de los ciudadanos.13

12 Dentro de los deberes de la persona respecto a la comunidad, se ubican las limitaciones a las libertades de la persona,
incluyendo, entre ellas, a las que derivan de las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar en general,
en una sociedad democrática. Id. Tapia Hernández, Silverio, p. 20.
13 El articulo 24 dice: "La felicidad del pueblo y de cada uno de los ciudadanos, consiste en el goce de la igualdad,
segundad, propiedad y libertad. La íntegra conservación de estos derechos es el objeto de la institución de los gobiernos y
el único fin de las asociaciones políticas". Id. Carpizo, Jorge, p. 123.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 165

También, se establecen derechos y garantías de seguridad jurídica en materia


individual. Destacan la garantía de audiencia, la libertad física y la garantía de
legalidad. Jorge Carpizo dice que la Constitución de Apatzingán es documento
importante en materia de derechos humanos e, inclusive, es muy avanzado para
su época. En éste se establecen una serie de fundamentos que son clásicos del
constitucionalismo liberal.

Alfonso Noriega Cantú destacó que el "Decreto Constitucional para la Libertad de


la América Mexicana" de 1814, fue el documento que organizó al Estado mexicano
con un catálogo de derechos del hombre, aunque debemos recordar que no
estuvo en vigor.

En el Acta Constitutiva de 1824, que se suscribió en la iglesia de San Pedro y San


Pablo en la Ciudad de México, se hayan diversos principios en materia de
derechos humanos, tales como la libertad de imprenta, la garantía de justicia
expedita y otros de seguridad jurídica, como la prohibición de la ley retroactiva y el
establecimiento de leyes y tribunales anteriores a la acción o a la omisión
tipificada. Por lo que se refiere a la Constitución de 1824, tenemos que reconocer
que no contuvo una declaración de los derechos del hombre.14

Por su parte, la Primera Ley Constitucional de 1836, declaró en su artículo


segundo de 'los derechos del mexicano", una exposición completa sobre derechos
humanos. En ella se consignó el principio relativo a que sólo mediante orden
judicial se puede apresar a un hombre; que la autoridad administrativa no puede
tener preso a nadie por más de tres días, sin ponerlo a disposición de la autoridad
judicial; el derecho a la propiedad; el derecho a un procedimiento para la
expropiación; la prohibición de catear las casas y papeles salvo los casos
expresamente indicados por la ley; el principio de la legalidad; el principio de libre
tránsito; la libertad de imprenta y el derecho al voto, entre otros.

En 1842, ya existía una gran evolución en materia de derechos humanos y se


consignan verdaderas y completas declaraciones en esta materia, tanto en el
Proyecto de Constitución de la mayoría como también en el texto de la minoría
política.15

14 En el Acta Constitutiva de 1824 se hallan asentados varios principios: libertad de imprenta, justicia expedita, prohibición
de la ley retroactiva, y leyes y tribunales anteriores a la acción o la omisión tipificada, el artículo 30 del Acta estableció: "la
nación está obligada a proteger por leyes sabias y justas los derechos del hombre y del ciudadano". Id. Carpizo, Jorge, p.
124.
15 En el proyecto de la mayoría los derechos del hombre se intitularon "Garantías Individuales", y estaban consignadas en
el articulo séptimo que contó con 15 fracciones. El proyecto de la minoría en la parte respectiva, se denominó: "De los
derechos individuales", y fue sumamente explícito, Id. Carpizo, Jorge, p. 125.
166 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Más tarde, "Las Bases Orgánicas de la República Mexicana de1843", también


contienen un catálogo de derechos humanos. Por su parte, el "Acta Constitutiva de
Reformas" del 18 de mayo de 1847,no incluyo una declaración de derechos
humanos, debido a que —según nos explica Jorge Carpizo— el Acta Constitutiva
sólo fue un acta de reformas a la Constitución de 1824. Sin embargo, es curioso—
dice Carpizo— que a pesar de ello, esta declaración estipuló en su artículo Quinto,
que la Declaración de los Derechos Humanos estaría en una ley secundaria.

En 1856, cuando se expide el "Estatuto Orgánico Provisional”, nuevamente se


vuelve establecer una completa declaración de derechos humanos.

En la Constitución de 1857, fruto de uno de los Congresos Constituyentes más


brillantes, se incorporaron los derechos del hombre, basados en el pensamiento
francés del siglo XVIII. El Doctor De la Cueva citado también por Carpizo16 hace
una clasificación de los derechos humanos en esta Constitución y habla de
derechos de igualdad, libertad personal, de seguridad personal, libertades de los
grupos sociales, libertades políticas y seguridad jurídica. Es muy interesante
observar que esta clasificación reconoce como garantías individuales aplicables
para todos los hombres, no sólo para los mexicanos, sino para todos aquellos que
sean objeto de la Constitución.

La Constitución mexicana de 1917 le llama a este apartado: garantías


individuales;17 con ello, cambia la nomenclatura. La declaración de derechos
humanos que contiene nuestra Constitución es amplia, abarca muy diversos
principios —Carpizo señala que son más de 80—. Este autor indica que no existe
ningún derecho que no tenga correlativamente una obligación, e involucra tanto a
las garantías individuales como a las sociales.

9.6. GARANTÍAS SOCIALES EN LA CONSTITUCIÓN

El Doctor Jorge Carpizo señala que las garantías sociales vienen a

16 Id. Carpizo, Jorge, p 126.


17 La idea de intitular "garantías individuales" a ese capitulo no fue una innovación de Carranza. En 1842, el proyecto de la
mayoría, en el lugar respectivo, llevaba por titulo el de las garantías individuales, o sea, se hizo una declaración genérica,
amplia, de la Norma Fundamental, reconocía la existencia de los derechos del hombre, pero como la simple declaración
genérica se prestaría a dudas de cuáles son los derechos del hombre reconocidos, la Constitución hizo la enumeración de
esos derechos y dio la medida de ellos. Y esa medida es lo que son las garantías individuales. Así, podemos concluir que
mientras los derechos del hombre son ideas generales y abstractas, las garantías, que son su medida, son ideas
individualizadas y concretas. Id. Carpizo, Jorge, p. 127.
167 TEORIA DE LA CONSTITUCION

complementar a las garantías individuales.18 Las garantías sociales se conciben a


partir de la idea de la igualdad de oportunidades, a través de las cuales, a cada
quien se le otorgue lo que le corresponde de acuerdo a sus posibilidades y a sus
necesidades. Este es el espíritu que irradia a las garantías sociales: que cada
hombre cuente con los factores económicos y culturales mínimos para llevar
realmente una vida humana digna.

Ahora, vamos a repasar algunas garantías sociales que nuestra Constitución


contempla: a) al régimen educativo, que se establece en el artículo 3o
constitucional; b) el régimen patrimonial y agrario que posee un alto contenido
social, y que se regula en los artículos 27 y 28 constitucional; y, c) el régimen
laboral, que es regulado por el artículo 123 y, que se complementa con otras
disposiciones, tales como el artículo 5o de nuestra propia Constitución.

Por lo que se refiere a las garantías del régimen patrimonial y agrario que hemos
mencionado, debemos destacar algunos aspectos; por ejemplo, lo dispuesto en el
artículo 27 Constitucional, en el sentido de que la propiedad originaría de las
tierras y las aguas comprendidas en nuestro territorio nacional corresponden a la
nación, la cual tiene el derecho de constituir la propiedad privada.

Este principio es necesario destacar, porque se aparta del liberalismo tradicional y


le otorga un gran contenido social.

Esta garantía social viene a ser complementada por el mismo artículo.27, en el


sentido de que la nación, en cualquier momento, puede imponer a la propiedad
privada las modalidades que dicte el interés público y social, lo cual se concibe
para hacer una mayor justicia en la distribución de la riqueza. También, para lograr
el equilibrio en el desarrollo del país y, en general, para mejorar las condiciones de
vida tanto urbanas como rurales, se establece el régimen de expropiaciones por
causa de utilidad pública mediante indemnización, el cual tiene un alto contenido
social, precisamente, por la utilidad pública respectiva, ya que sin utilidad pública,
no hay expropiación. La expropiación implica sobreponer los intereses nacionales,
o públicos, ante intereses individuales.

Las disposiciones relativas a la distribución de tierras y aguas entre núcleos de


población, es una disposición eminentemente socialista, así la catalogan algunos
autores que analizan la cuestión agraria en México, como es el caso de Norberto
Bobbio, cuando alude a esta garantía social. La prohibición del latifundio, es otra
clara

18 Carpizo, Jorge; Estudios Constitucionales, Ed. Ponrúa, México, 1998, p. 487.


168 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

muestra de nuestro régimen de garantías sociales. Asi, en nuestro sistema jurídico


de explotación de la tierra, se establecen los regímenes comunal, ejidal y de la
pequeña propiedad.

También en materia del artículo 28 constitucional, es importante aludir a algunos


aspectos de interés social, porque implican formas y modalidades para la
salvaguarda del interés de la nación. Las prohibiciones de monopolios, por
ejemplo, para propiciar la libre concurrencia, con las excepciones que establece la
propia Constitución y la legislación respectiva que reglamenta esta cuestión.

En cuanto al artículo 123 constitucional, éste contiene dos apartados muy


importantes en materia de derechos sociales. Hay quien sostiene que las
garantías sociales en el constitucionalismo mexicano son contradictorias con otras
disposiciones constitucionales que son de carácter individual; según otros autores,
lo que sucede es que se complementan las garantías sociales con las garantías
individuales; es más, desde nuestro punto de vista, para que puedan convivir
garantías individuales y garantías sociales, es requisito que haya perfecta
congruencia y complementariedad.

En efecto, el Estado de Derecho mexicano es liberal y, al mismo tiempo, es social;


tiene garantías individuales y garantías sociales, porque es fruto del pensamiento
identificado con el liberalismo social y si bien es cierto que también es fruto de la
participación de diversas corrientes ideológicas, todas confluyen en un todo
coherente. 19

Además, si existiesen contradicciones por las reglas que establece la Constitución,


conforme al propio espíritu de la Constitución, estas deben ser resueltas, ya que
no es admisible suponer que existe un Estado de Derecho pleno si éste no es
congruente, si no se decanta en unidad y jerarquía como nos menciona Hans
Kelsen. En ese tenor, las garantías sociales son derechos de los individuos, pero
no sólo ante el Estado, sino también ante la sociedad y las garantías individuales
tienen como limite el derecho de los demás. Por lo tanto, hay una plena
congruencia entre garantías individuales y garantías sociales. La medida para "mis
garantías individuales" es el respeto a la esfera jurídica de los demás, y dentro de
la esfera juri-
19 Las garantías sociales son aquellas que protegen al hombre como integrante de un grupo social; en cambio las
garantías individuales protegen a todo hombre Sí protege a los grupos sociales más débiles, a los que históricamente han
vivido oprimidos. Quiere que el trabajador y el campesino lleven una vida digna. La i ea es asegurar mínimos jurídicos para
que basados en ellos, estos grupos sociales logren nuevas conquistas. Id. Carpizo Jorge; La Constitución Mexicana de
1917, p. 129.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 169

dica de los demás está la genérica de la sociedad. Luego entonces, insistimos,


existe perfecta congruencia.

9.7. LOS DERECHOS DIFUSOS COMO TENDENCIA CONSTITUCIONAL


CONTEMPORÁNEA

El Estado liberal plantea una separación tajante entre Estado y Sociedad Civil,
pero el mundo moderno es testigo de una apertura progresiva —como nos dice
José Luis Villegas Moreno— de la administración pública hacia la sociedad,
producto de la exigencia de mayores espacios de participación de la sociedad. 20

Desde nuestro punto de vista, esto conlleva a que haya cada vez una mayor
interrelación en las actividades del Estado con la sociedad y también, a una
relación más directa de las actividades de la sociedad con el Estado. A esto
llamaremos solidaridad de interactuación.

Todo ello, trae consigo que el propio Estado de Derecho tenga una transformación
o una adecuación que lo lleva a ser, de un simple y llano Estado liberal a un
Estado Social Democrático de Derecho.21 Es decir, gracias a una mayor
interacción entre el Estado y la sociedad, se da una suerte de simbiosis, con la
cual, la sociedad participa en mayor medida de los poderes del Estado; esto, a su
vez, se da aparejado con otro fenómeno muy relacionado, que es el fenó
20 Uno de los postulados fundamentales del Estado Liberal es el de la separación entre Estado y Sociedad Civil y, en
consecuencia, la dícotomia entre individuo u hombre social—hombre político o ciudadano. Esta concepción jurídica asi
manifestada implicaba una distinción clara y tajante de los intereses jurídicamente relevantes en interés público e intereses
privados, consecuencia de la separación entre Estado y Sociedad
Sin embargo, el mundo moderno es testigo de una apertura progresiva de la administración hacia la sociedad y de una
sintonía cada vez mayor de ésta a las exigencias sociales. La solidaridad e interrelación social, especialmente intensa en la
época actual, que se refleja en la concepción del Estado como social y democrático de derecho, impone nuevas realidades.
Villegas Moreno, José Luis; "La tutela jurisdiccional de los intereses difusos y colectivos. Una aproximación", en Revista
Tachirense de la Universidad Católica de Tachira, Venezuela, 1994, No. 5, p 100.
21 Uno de los campos donde se han operado más cambios en los últimos años por el propio desarrollo democrático y
pluralista de las sociedades contemporáneas, en el marco del Estado Social de Derecho, es en el interés general. Éste ya
no es sólo el que como interés público asume y gestiona la administración como única y legítima representante del mismo, y
frente al cual se exige el derecho subjetivo o el interés personal legitimo y directo de los administrados, únicos que
encontraban protección.

Pues no, la realidad social nos va mostrando progresivamente la aparición de intereses difusos y colectivos, que también
forman parte del interés general pero no del monopolio que de él tenia la administración, y que comienzan a ser objeto de
reconocimiento y protección, a pesar de la resistencia. Id. Villegas Moreno, José Luis, p. 101
170 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

meno consistente en que la realidad social nos va mostrando progresivamente la


aparición de intereses que ya no sólo son individuales o del Estado, sino
colectivos y difusos.22

El término de derechos difusos nos ayuda a comprender que no se concreta a un


individuo en lo específico. Es más, ni siquiera se concretan a un grupo humano
específico y determinado con una personalidad y un interés jurídico concreto e
individualizado. Por eso es difuso, porque no se individualiza en una persona con
interés jurídico concreto. Este interés difuso, desde luego, forma parte del interés
general, pero es un interés cuya facultad de acción, de actuación y de ejercicio, no
es exclusivo del Estado, sino que lo pueden hacer valer también los integrantes de
la sociedad, pero para beneficio no nada más de ellos sino de la propia sociedad,
por eso son difusos.

El tema de intereses difusos, implica una evolución importante del Estado de


Derecho,23 pero también implica una evolución de manera simultánea en la propia
técnica juridica, al punto tal, que la existencia de intereses difusos viene a
revolucionar no solamente al derecho público sustantivo, sino también el adjetivo o
derecho procesal. 24

Vamos a citar un ejemplo importante. Cuando se parte de una tesis estrictamente


del Estado liberal, el interés jurídico tiene una connotación concreta y, por lo tanto,
una persona jurídica que fue

22 Los intereses difusos, que bien pueden llamarse intereses de "pertenencia difusa", porque pertenecen a muchos en
común, integrando todos ellos un conjunto difuso, con lo que 'lo difuso" es el grupo humano que coparticipa en el interés, y
no tanto el interés mismo, que se puede percibir como concreto. Fernández Segado, Francisco; "La dinamización de los
mecanismos de garantía", en el Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Año XXVII!, Número 83, Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 1995. p. 582.

23 Ias constituciones de la segunda postguerra, y de modo muy acentuado las de los últimos veinte años, han hecho eco
con mayor o menor detenimiento de los derechos o intereses difusos: derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado,
derecho a la salud, a la utilización racional de los recursos naturales, derecho a la seguridad y salud de consumidores y
usuarios, derecho al respeto del patrimonio histórico, arquitectónico y cultural, derecho a la paz, etc. Por el contrario, los
códigos constitucionales anteriores han sido remisos en sentar reglas que propicien la protección real de esos intereses
cuya tutela reclaman. Id. Fernández Segado, Francisco, p. 583.

24 Los intereses jurídicos se han venido estudiando desde la óptica de la legitimación procesal fundamentalmente. En este
sentido dentro del esquema del Estado Liberal de Derecho, tan sólo un tipo de interés social adquiría relevancia jurídica:
aquel que consistía precisamente en la defensa del propio circulo individualizado de actuación personal. Es decir, la pieza
fundamental de esa concepción liberal es el interés directo, individual y concreto. Excepcionalmente se ha reconocido como
un mecanismo corrector de las insuficiencias de la protección individualista la denominada Acción Popular. Id. Villegas
Moreno, José Luis, p. 101.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 171

agraviada en su derecho individualmente considerado, hace valer una acción ante


un proceso, y esa persona tendrá un interés jurídico que pretenderá resolver ante
un tribunal. Y ¿cuál será el requisito para poder actuar ante ese tribunal? El
requisito será que esa persona haya sido objeto de un agravio en su esfera
jurídica. Esa será la concepción tradicional, pero cuando hay derechos difusos, no
es mérito indispensable que el agravio haya sido en "mí persona" y únicamente en
"mi esfera jurídica" y, solamente, por lo tanto, en mi patrimonio o en mi esfera de
derechos, sino que la vulnerabilidad del Estado de Derecho será en materia, en
conceptos o en elementos que involucren a la comunidad; tal es el caso del medio
ambiente y la ecología, que son materias típicas de intereses difusos.

Así, podemos sintetizar que el interés difuso según José Luis Villegas Moreno25
implica la necesidad de proteger una serie de intereses supraindividuales que no
encuentran ubicación en la teoría liberal o iuspublicista clásica. Entonces podemos
entender por interés difuso, un interés jurídicamente reconocido, pero que
corresponde, precisamente, a una pluralidad indeterminada o indeterminable de
sujetos.
Esta es su nota característica, la indeterminabilidad de los sujetos. El orden
jurídico reconoce explícita e implícitamente una serie de derechos que son
difusos; es decir, que abarca a todos los sujetos integrantes de la comunidad. El
carácter de interés difuso puede aplicarse a una serie de garantías sociales, según
haya evolucionado el Estado Social de Derecho.

Algunos autores diferencian al interés difuso del interés colectivo, y parten de la


idea de que jurídicamente tienen características y consecuencias distintas. Estos
autores dicen que lo que distingue al interés difuso genérico, del interés colectivo,
es que este último es una especie, simplemente, del interés difuso. En este
sentido, el interés colectivo es un interés difuso para colectividades concretas.

Evidentemente uno de los aspectos más importantes de los derechos difusos


como garantía social, desde nuestro punto de vista, está en que los regímenes
jurídicos contemplen o tutelen medios concretos de defensa de esos intereses; es
decir, que en materia de medio ambiente o para la preservación del medio
ambiente, en materia del derecho a la salud, en el derecho de los consumidores y
usuarios y, en materia de respeto al patrimonio cultural y artístico, en fin, en una
serie de cuestiones de naturaleza difusa, no solamente deben existir
declaraciones programáticas respecto de los derechos,

25 Id. Villegas Moreno, José Luis, p. 102.


172 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

sino que también, que el régimen jurídico lo haga positivo y efectivo y contemple
los medios de defensa indispensables para tal efecto. Hay ya una serie de
mecanismos jurídicos que han pretendido hacer positivos los derechos difusos en
México. Es más, hoy por hoy, en el juicio de amparo ya se han sentado una serie
de tesis en esa materia, las cuales han aceptado la protección de derechos
colectivos. 26
En este sentido, tenemos instrumentos de defensa en nuestro régimen jurídico;
por ejemplo, la protección de los derechos del consumidor, para lo cual, se creo
una ley en esa materia y una procuraduría para su tutela. Aunque, hay quienes
sostienen que dicho sistema no se ha perfeccionado con el rigor que es menester;
empero la evolución y tendencia es indiscutible.

9 . 8 . CLASIFICACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE

Desde luego que en el análisis de los derechos humanos, han tenido verificativo
diversas clasificaciones, pero nosotros pensamos que lo importante de tal o cual
clasificación es ubicar aquella que nos sirva para explicar una realidad y para
contar con una comprensión lógica del tema.

En materia de derechos humanos, evidentemente, las clasificaciones cada dia son


precisas y también más completas. Hoy por hoy, en muy diversos casos, ya se
incluyen dentro de las clasificaciones de derechos del hombre a los derechos
humanos como integrante de un grupo social.

En virtud de que la clasificación que hace el Doctor Jorge Carpizo, desde nuestro
punto de vista cumple con el requisito de claridad y también el requisito de
veracidad, nos vamos a permitir transcribirla de manera integra para su cabal
comprensión a continuación:

26 El interés difuso ha comenzado a penetrar el ámbito del Derecho Administrativo por la vía de la legitimación Procesal,
particularmente en el área contencioso— administrativa. La tutela de este interés pudiera realizarse principalmente a través
de dos formas; a nivel individual o a nivel colectivo Si es individual, o sea, si se atribuye la acción a cualquier ciudadano
portador de un interés difuso se corre el riesgo de confundirlo con la acción popular. Aunque el interés difuso supone cierta
especialización por razón del bien jurídico protegido, aunque en muchos casos (medio ambiente, sanidad) no sirve para
individualizar un conjunto de personas especialmente interesadas Con la admisión de los intereses difusos se haría posible
que cada uno de nosotros pueda solicitar por la vía judicial la nulidad de ciertas medidas o la adopción de otras que nos
afectan no individualmente, sino como miembros de una colectividad. Id. Villegas Moreno, José Luis, p. 104.
173

174
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 175

9.9. SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS

Ya tenemos claro que en todo régimen jurídico en el mundo occidental


contemporáneo, se requiere no sólo de un planteamiento dogmático, sino también
de medidas de defensa para que se salvaguarden las garantías individuales.

Pero en todo Estado de Derecho existe la posibilidad de que se presenten


circunstancias o situaciones que requieren del auxilio y de la participación de las
autoridades en condiciones extraordinarias y, cuando decimos en condiciones
excepcionales, nos referimos a que el propio régimen jurídico debe prever la
posibilidad de que se suspenda alguna de las garantías de los individuos, con
objeto de cubrir y atender una situación excepcional que se haya presentado.
Es decir, habiendo un régimen jurídico con garantías individuales, con derechos
del hombre, el propio régimen jurídico debe proveer circunstancias o situaciones
de excepción respecto de esas garantías.27

Así se ha reconocido de manera genérica. Se ha hecho incluso doctrina respecto


de ello, toda vez que las Constituciones prevén regímenes excepcionales; es
decir, regímenes, en los términos a que se refiere José Aguilar y Maya, de
restricción a algunos de los derechos individuales públicos.

Desde épocas remotas se conoce el establecimiento de reglas de excepción al


Estado de Derecho; por ejemplo, desde la legislación romana se estableció un
decreto del Senado romano que usualmente precedía al nombramiento de una
magistratura de la autoridad cuando la República estaba en peligro. Era llamado el
Senado consulto; sin embargo, también debe reconocerse que el régimen de
suspensión pertenece al Estado moderno. Debemos tenerlo muy claro, es una
peculiaridad reciente y, por lo tanto, insistimos, corresponde al Estado moderno.

Empero, desde la Constitución francesa del 24 de junio de 1793, se instituye la


suspensión de la Constitución para todos los sitios en que se amenace la
seguridad del Estado, o donde haya sublevaciones a mano armada.

La suspensión de garantías implica una razón de Estado. Es un régimen de


excepción que establece nuestra Constitución, en virtud de la cual, bajo ciertas
condiciones se suspende el régimen de garantías individuales de que gozamos,
con objeto de atender una cir-

27 Debe reflexionarse en que no es posible hablar de suspensión, sino sólo de restricción a algunos de los derechos
individuales públicos, siendo este el sentido preciso que ha servido de pauta a la teoría constitucional mexicana, como se
advierte de la homogénea relación de los artículos 1° y 29 de la Ley Fundamental de 1917. Aguilar y Maya, José; la
Suspensión de Garantías, estudio doctrinario y de Derecho Comparado de los artículos 29 y 49 de la Constitución de 1917,
México, 1945, p 15
176 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

cunstancia excepcional que exige una serie de actuaciones estatales y sociales.

Como podemos observar, es necesario su establecimiento en un régimen


constitucional de excepción, pero también es indispensable que nunca pierda su
naturaleza excepcional. El día que la suspensión de garantías carezca de su
naturaleza de excepcional, deja de ser un Estado de Derecho; por ello, es
importante la forma en que está regulada la suspensión de garantías, porque,
como lo dice Bielsa, es un Estado de emergencia, o un Estado de necesidad.

La suspensión de garantías es la atención de una situación "suigeneris" que debe


establecer todo régimen jurídico. Es el reconocimiento de que en una situación
normal se pueden generar anormalidades, que motiven, justamente, reglas o
figuras jurídicas que permitan atender ese Estado de anormalidad.28

Sobre la suspensión de garantías, coincidimos con Ignacio Burgoa, cuando dice


que implica la cesación de la vigencia de determinadas normas constitucionales,
porque en virtud de esa suspensión, tanto los derechos públicos subjetivos, como
las obligaciones estatales que se derivan, o que emanan de la relación jurídica
que las garantías entrañan, dejan de tener eficacia, ejercitabilidad y exigibilidad
jurídica y, se requiere, por lo tanto, de una reglamentación para atender esas
situaciones de emergencia.

A través de esas situaciones de emergencia se despoja de su imperio normativo a


determinadas garantías, siempre y cuando no dejen de tener un carácter
transitorio; es decir, mientras prevalezca la emergencia prevalece la suspensión
de garantías. La suspensión de garantías tiene a su vez causas especificas,
autoridades que intervienen o participan y también modalidades jurídicas.

En nuestra nación, el artículo 29 constitucional29 es el dispositivo

28 La corriente de lo anormal, de la necesidad, es la que ha motivado, justamente, la creación de diversas figuras jurídicas:
suspensión de garantías, estado de sitio —de origen francés— estados de guerra, de prevención, de alarma Id Aguilar y
Maya, José, p. 16
29 Articulo 29 constitucional.— "En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que
ponga a la sociedad en grave peligra o conflicto, solamente el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, de acuerdo con
los titulares de las Secretarías de Estado, los Departamentos Administrativos y la Procuraduría General de la República y
con aprobación del Congreso de la Unión, y, en los recesos de éste, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo
el país o en un lugar determinado las garantías que fuesen obstáculos para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación;
pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión se contraiga a
determinado individuo. Si la suspensión tuviese lugar hallándose el Congreso reunido, éste concederá la autorizaciones que
estime necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación, pero si se verificase en tiempo de receso, se convocará
sin demora al Congreso para que las acuerde".
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 177

que prevé la suspensión de garantías y, en cuanto a las causas, lo primero que


tenemos que mencionar, es que nuestro régimen establece causas especificas: a)
ante la invasión o la penetración de fuerzas extranjeras, se puede invocar la
suspensión de garantías; b) por la perturbación grave de la paz pública; y, c) por
cualquier otro caso que ponga a la sociedad en grave peligro de conflicto.

Como no se trata de una clasificación limitativa sino enunciativa la que hace


nuestro artículo 29, se deja precisamente a la discreción, al arbitrio de las
autoridades, la estimación de la causal, su índole y su gravedad para que se
ubique la hipótesis de la suspensión de las garantías.

En cuanto a las autoridades constitucionalmente competentes para decretar la


suspensión, lo primero que debemos tener presente, es que la suspensión es un
sistema interorgánico —nos dice Burgoa—. Existe una colaboración funcional
entre los diversos órganos estatales que tienen tal incumbencia.

El Presidente de la República es el único que puede solicitarla, ya que tiene la


facultad de iniciativa del régimen de suspensión de garantías, pero requiere del
acuerdo de los titulares de las Secretarías de Estado, de los Departamentos
Administrativos y de la Procuraduría General de la República. Posteriormente, la
aprobación del Congreso de la Unión y, en los casos de recesos de este órgano,
de la Comisión Permanente.

Como hemos visto, intervienen dos poderes, el Poder Ejecutivo y el Poder


Legislativo. El Ejecutivo interviene con una fórmula similar a como ocurre en los
regímenes parlamentarios; es decir, previo acuerdo con los Secretarios de Estado,
de los Departamentos Administrativos y del Procurador General de la República y,
en el Congreso, a través de las dos Cámaras.

También, señalábamos la existencia de modalidades jurídicas a la suspensión. Tal


vez la más importante, que destaca Burgoa,30 es el establecimiento de
prevenciones generales, ya que la suspensión no se contrae a un solo individuo,
para lo cual, es menester que la suspensión establezca su régimen de excepción,
que va a estar reglamentado y delimitado por las prevenciones generales que
dicta la Constitución. Las prevenciones generales son las reglas excepcionales
que se aplicarán en el orden jurídico bajo el régimen de suspensión de garantías.

Por otra parte, otra modalidad interesante del régimen de sus-

30 Burgoa Orihuela, Ignacio, Las Garantías Individuales, Ed. Porrúa, México, 1968, p. 207.
178 ENRIQUE QUIROZ AGOSTA

pensión, es que la suspensión debe indicar a qué ámbito o espacio territorial se


refiere: puede ser nacional, estatal, o puede ser a una determinada región.
También debe de anotarse el carácter y el límite transitorio; o sea, que la
suspensión de las garantías, únicamente, puede ser por el tiempo que dure la
emergencia para la cual fue convocada. Asimismo, también deben indicarse las
demás prevenciones generales y las leyes que se establezcan en virtud de la
suspensión.

Actualmente, la suspensión de garantías no tiene límite en cuanto a su naturaleza,


siendo que sí se establecían en la Constitución de 1857, en la que no se podían
suspender las garantías que aseguraban la vida del hombre.31

En opinión de Jorge Carpizo, 32 la suspensión de garantías obliga por igual a las


autoridades federales, estatales y municipales, porque, precisamente, es una
institución constitucional que tiene ese rango y, tanto las prevenciones generales,
como las leyes de emergencia, se aplican para los tres órdenes de gobierno en
todo aquello que les corresponda; en aquello que involucre a la suspensión, ni
más ni menos.

9.10. PROTECCIÓN ADMINISTRATIVA DE LOS


DERECHOS HUMANOS

En principio, el término protección administrativa de los Derechos Humanos es


muy genérico. Tan genérico desde nuestro punto de vista, que involucra o debe
involucrar todos aquellos medios de protección de los derechos humanos que no
tengan el carácter de jurisdiccionales. En tal sentido, nosotros creemos, como lo
señala atinadamente José de Jesús Orozco Henríquez, que de entre los medios
no jurisdiccionales de protección, destacan en gran medida las funciones
desempeñadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y los organismos
equivalentes en las entidades federativas. 33

31 La última vez que México suspendi.0 las garantías individuales fue en 1942, como consecuencia de que nuestro país
había declarado la guerra a las potencias del eje. Id. Carpizo, Jorge, p. 487
32 De acuerdo con la naturaleza de la emergencia, se pueden suspender en todo el país o en un lugar determinado. Así, un
terremoto en el Estado de Jalisco no tiene porque afectar —de decretarse— al Estado de Sonora. Carpizo, Jorge; Estudios
Constitucionales, p. 486.
33 Orozco Henríquez, Jesús; Perpectwas de la Defensa de los Derechos Humanos, en la Gaceta de la Comisión Nacional
de Derechos Humanos, Año 6, Número 74, México, 1996, p. 12.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 179

La Comisión Nacional de Derechos Humanos34 y las comisiones de derechos


humanos en las entidades federativas en su conjunto, constituyen en nuestro país,
el sistema de ombudsman más grande del mundo, según nos refiere el propio
Orozco Henríquez.35

El ombudsman es una institución de origen escandinavo y, por lo tanto, no


pertenece a la tradición romano—germánica. Desde su origen, podemos decir,
que es una suerte de protector del pueblo que juega un papel de verificador de los
actos que pudieran vulnerar los derechos humanos de los miembros de la
sociedad por parte de las autoridades; una vez investigados, exhiben
públicamente a las autoridades; es decir, muestran ante la sociedad las
irregularidades cometidas por las autoridades respectivas.

Al hacer públicos los informes, se generan una serie de consecuencias no


necesariamente vinculatorias desde el punto de vista jurídico, pero si de gran
presión política, social y moral que pueden desembocar no sólo en el desprestigio
sino, incluso, en otro tipo de consecuencias, como es el caso de la destitución o la
renuncia.

Evidentemente, el ombudsman tiene en cada nación diversas modalidades. El


ombudsman que se estableció en México, es una institución que tiene sus propias
peculiaridades respecto de otras instituciones similares en distintas naciones del
orbe. Pero también destaca Orozco Henríquez, 36 que las comisiones nacionales
de derechos humanos no son las únicas protectoras de los derechos humanos,
desde la óptica limitativa o desde la óptica no jurisdiccional, él menciona algunas
otras instituciones, algunas de ellas, por cierto, creadas en México con antelación,
incluso, a las comisiones nacionales de los derechos humanos.

Otras instituciones que protegen de manera importante los derechos humanos,


pero en las áreas de su especialidad son la Comisión Nacional de Arbitraje
Médico, la Procuraduría Federal de Protección del Medio Ambiente, la
Procuraduría Agraria, la Procuraduría Federal del Consumidor, la Procuraduría de
la Defensa del menor y la familia y las diversas Procuradurías Laborales.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos nació en 1990, por decreto


presidencial. En sus orígenes fue motivo de algunas críticas.

34 Se dictó el Decreto de creación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el día 5 de junio de 1990, publicado al
día siguiente en el Diario Oficial de la Federación. Se trata de un decreto gubernativo, expedido al auspicio de las facultades
tradicionales otorgadas por la ley al Ejecutivo Federal: Articulo 89 fracción primera de la Constitución y los artículos 17 y 27
de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
35 Id. Orozco Henríquez, Jesús, p. 12
36 Ídem.
180 ENRIQUE QU1KOZ ACOSTA

entre ellas la de José Barragán Barragán, quien nos dice que al principio era muy
modesto el ámbito de actuación de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos y eso, al parecer de dicho autor, trajo consigo diversos problemas de
carácter legal.37

Es importante destacar que en 1992 tuvo verificativo una reforma Constitucional,


la cual, precisamente, prevé a nivel Constitucional, amén de la posibilidad de
creación de aquellos organismos de jurisdicción federal, la creación de ciertos
organismos homólogos en las entidades federativas con lo establecido en el
apartado B del articulo 102 de la Constitución.38

Este articulo es importante porque aclara muchas cuestiones: a) la naturaleza de


las comisiones de derechos humanos, sus resoluciones no serán vinculatorias; es
decir, no tienen fuerza para modificar la esfera jurídica en sentido alguno; b)
formula recomendaciones; c) sus resoluciones al ser públicas pudieran derivar en
presión política, moral y social; d) conocen de quejas de naturaleza administrativa;
o sea, no jurisdiccionales, ni tampoco, por actividad legislativa.

Debemos destacar que es interesante que se establece, que los organismos son
creados por ley del Congreso de la Unión y además, habrá comisiones en cada
uno de los estados. Con ello, se reconoce nuestro federalismo de cooperación,
coordinación y concurrencia que caracteriza al sistema jurídico mexicano. De esta
manera, cuando hay inconformidades respecto de las resoluciones de los
organismos en las entidades federativas, bajo determinadas condiciones puede
conocer la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

9.11. PROTECCIÓN JURISDICCIONAL DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE

No hay duda que debe ser comúnmente aceptado entre los juristas,

37 Barragán Barragán, José; Los Derechos Humanos en México, Ed. Universidad de Guadalajara-Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 1994, p. 256.
38 Artículo 102, Apartado B constitucional. El Congreso de la Unión y las Legislaturas de los estados en eí ámbito de sus
respectivas competencias, establecerán organismos de protección de los Derechos Humanos que otorga el orden jurídico
mexicano, los que conocerán de que] as en contra de actos u omisiones de naturaleza administrativa provenientes de
cualquier autoridad o servidor público, con excepción de los del Poder Judicial de la Federación, que violen estos derechos.
Formularán recomendaciones públicas autónomas, no vinculatorias y denuncias y quejas ante las autoridades respectivas.
Estos organismos no serán competentes tratándose de asuntos electorales, laborales y jurisdiccionales. El organismo que
establezca el Congreso de la Unión conoce rá de las inconformidades que se presenten en relación con las
recomendaciones, acuerdos u omisiones de los organismos equivalentes de los Estados
181

Que el principal instrumento para la protección jurisdiccional de los derechos


humanos en Mexica es el juicio de Amparo

El Juicio de Amparo procede contra leyes, contra actos de autoridad que violen las
garantías individuales, contra leyes o actos de autoridad federal que vulneren o
restrinjan la soberanía de los estados y contra leyes o actos de estos que vulneren
a la esfera federal39.

El Juicio de Amparo ha tenido una gran evolución, al grado de que se ha admitido


que su ámbito de protección cubra a muchos aspectos de legalidad del sistema
jurídico mexicano 40. Su procedencia ha sido ampliada de manera muy notoria y
tiene diversas características que son interesantes mencionar:

 Es una institución jurídica de carácter jurisdiccional.

 Es el poder judicial de la Federación encargado de tener conocimiento y


resolver lo que corresponda en el juicio de amparo.

 Se sigue a instancia de parte agraviada. Cuando decimos que es de parte


agraviada, significa que de oficio ninguna autoridad puede actuar en
materia de amparo, solamente la parte agraviada, es decir, aquella persona
que tiene interés jurídico por que resulto lesionada en su ámbito legal.

 La sentencia tiene efectos relativos. La resolución de amparo solamente


protege respecto de aquel que lo demando. La sentencia no tiene efecto
erga omnes, es decir, la sentencia de Amparo no se aplica como si fuera
ley, si no solamente a aquel que lo demando.

39 en la actualidad la Suprema Corte de Justicia no reconoce competencia para el control de la constitucionalidad de los
códigos políticos fundamentales de los estados, es decir, que el juicio de amparo no procede contra violaciones que afecten
la Constitución de un estado, divorciando así el régimen constitucional local federal. Seguramente un desarrollo mayor de la
tesis de incompetencia de origen hubiera afinado esta integración constitucional, ya que su separación ha propiciado la
indefensión de muchos aspectos básicos en el territorio de los estados. Moctezuma Barragán, Javier, José María Iglesias y
la Justicia Electoral Ed UNAM, México, 1994 p 236.

40 El juicio de amparo a través de una bella evolución basada en los artículos 14 y 16 constitucionales ha ampliado su
procedencia a casi todos los preceptos de la Constitución y a las disposiciones de todo el orden jurídico mexicano, ya que
uno de los diversos aspectos que comprende en el examen de la legalidad de leyes y actos de autoridad tanto federal como
local Carpizo, Jorge Estudios Constitucionales P 490.
182 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

a quien se atribuye ser uno de los principales autores del Juicio de Amparo. El
profesor Fernando Serrano Migallón41 dice que corresponde a Mariano Otero el
mérito de haber luchado contra los obstáculos que impedían el desarrollo formal
de la República en aquel entonces. En su obra nos relata acerca de los graves
problemas que aquejan a México en el siglo XIX, habla de la iglesia, del ejército y
de la aristocracia feudal de los hacendados.

Otero tuvo la visión de resolver algunos de los grandes problemas nacionales con
el establecimiento de un régimen jurídico que fuera garante de las libertades
individuales y de la igualdad ciudadana. De ahí que lograra la inclusión del Juicio
de Amparo en la Constitución. Su pensamiento quedó plasmado, precisamente, en
su voto particular en el Acta de Reforma de 1847. Para Mariano Otero —nos
aclara Serrano Migallón— la clave estaba en el ejercicio de los derechos de los
ciudadanos. Por ello, era necesario consolidar una sociedad civil
significativamente fuerte, sólo así se puede sustentar una democracia
representativa.

La protección del individuo frente al poder público era importante para Mariano
Otero, esa protección debía darse a través del régimen de garantías individuales.

La paternidad del Juicio de Amparo ha sido un tema ampliamente discutido.


Evidentemente, en su génesis, tiene una fuerte dosis de mérito Crescencio Rejón,
quien incorporó una figura jurídica similar en la Constitución yucateca; pero,
también el Juicio de Amparo tiene como gran promotor y defensor a Mariano
Otero. El le da forma y hace del Amparo una institución más acabada.42

En la obra de Otero, las autoridades se manejan dentro de su ámbito


competencial, federal o local y se da para los individuos un régimen de libertad y
seguridad jurídica frente a los actos del Estado. Para la concepción de Otero —
respecto del Amparo— era muy

41 Los mecanismos de acción de su pensamiento podían ser claramente identificados: la imposición de un sistema
democrático fundamentado en la burguesía y la clase media de pequeños propietarios, la expansión del pensamiento liberal
laico mediante la educación a cargo del Estado y el establecimiento del régimen jurídico garante de las libertades
individuales y de la igualdad ciudadana, cuya manifestación más acabada es, sin duda, la inclusión del Juicio de Amparo en
las normas constitucionales. Serrano Migallón, Femando; "Mariano Otero, las ideas y su tiempo" en Actualidad de la
Defensa de la Constitución, Suprema Corte de Justicia de la Nación-Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México,
1997, p 339.

42 Otero había concebido —conjuntamente con los pensadores liberales, como Rejón en Yucatán— un Estado de Derecho
liberal para México. Donde el Estado pudiera cumplir sus funciones publicas de forma idónea, al contar con las atribuciones
necesarias para llevar a cabo su cometido, pero al mismo tiempo, donde el régimen de libertades individuales pudiera
ampliarse y ser perennemente respetado. Id. Serrano Migallón, Femando, p. 340.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 183

importante delimitar las competencias de las autoridades; es decir, que no hubiera


invasiones en los ámbitos competenciales. Por eso Serrano Migallón afirma que el
Amparo desde la óptica de Otero, es un garante del régimen federalista. 43

Felipe Tena Ramírez44 sintetiza las ideas capitales que formula Otero y que
impactan en la Constitución de 1857:
• El Juicio de Amparo se sigue a petición de la parte agraviada por el acto
inconstitucional;
• La parte agraviada tiene que ser un individuo particular; y,
• La sentencia se limitará a resolver el caso concreto, sin hacer declaraciones
generales respecto de la ley o el acto que motivara la queja.

Es importante destacar que antes de la Constitución del 1857, en términos


prácticos, cuando concluyó la guerra en 1848 con los Estados Unidos, el Juicio de
Amparo no había alcanzado su desarrollo e, incluso, los intentos de
reglamentación que se habían hecho, no habían fructificado adecuadamente.

Más tarde sobreviene el movimiento de Ayutla. En éste participaron, con una


visión renovadora los liberales revolucionarios y, evidentemente, el Juicio de
Amparo vino a ser uno de los aspectos más importantes que incorporaran en la
Constitución de 1857.

Cabe recordar que con la Constitución de 1857, la protección del amparo se


concreta al establecerse expresamente las garantías individuales. Otra cuestión
importante que debemos destacar es la incorporación de la denominada 'fórmula
Otero", que establece la relatividad de las sentencias en materia de Amparo, y de
acuerdo con el texto de la Constitución de 1857, el Juicio de Amparo puede
promoverse aún en contra de las autoridades judiciales.

Asimismo, en la Constitución de 1857 desaparece cualquier control de tipo


político, por lo tanto, el control de la constitucionalidad será simple y sencillamente
el Juicio de Amparo. Por su importancia se enfatiza que si tomamos las ideas de
Otero y las analizamos en la Constitución de 1857, se puede precisar lo
siguiente:45
• Hay una protección jurídica de las garantías individuales por la vía jurisdiccional,
• La importancia de fortalecer por vía jurídica el federalismo, a

43 Ídem, p. 343.
44 Tena Ramírez, Felipe; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1981, p. 506.
45 Tena Ramírez, Felipe; El Amparo mexicano, medio de protección de los Derechos Humanos, Ed. Suprema Corte de
Justicia de la Nación, México, 1961, p. 41,
184 ENRIQUE QU1ROZ AGOSTA

través de un régimen que permita la respetabilidad de las competencias federales


y locales.
• La despolitización del Juicio de Amparo como medio de defensa de la
Constitución.

Empero, debemos reconocer que la Constitución de 1857 careció de aplicación


práctica durante los primeros 10 años de vigencia y se aplicó hasta el triunfo de la
República en 1867.

9.11.2. En la Constitución de 1917

Si tomamos la obra: "El Juicio de Amparo" de Burgoa nos percataremos de que el


autor parte de la tesis de que la Constitución vigente dada en 1917, se aparta de
la doctrina individualista, pues a diferencia de la Constitución de 1857, refuta que
la protección se limite a un conjunto de garantías individuales que el Estado
concede u otorga a los habitantes de su territorio. Por ello, dice que nuestra
Constitución, lejos de partir de una tesis individualista, se inclina hacia la teoría
Roussoniana.

Algunos de los principios en materia de amparo que contiene nuestra Constitución


de 1917 —citaremos algunas de las aportaciones de Mariano Otero— son:46

• El principio de la iniciativa o instancia de parte.—Consiste en que un Juicio de


Amparo jamás inicia de manera oficiosa; es decir, se requiere que haya un
interesado legitimo que provoque la actuación jurisdiccional; se requiere pues, de
una instancia de parte para que se mueva la maquinaria jurisdiccional de
protección de los derechos del hombre. De tal forma que siempre tiene que haber
un gobernado que accione la maquinaria jurisdiccional y es, precisamente, el
afectado o el agraviado el único al que le incumbe el ejercicio de la acción de
amparo, justamente, cuando ve lesionados sus derechos en los casos previstos
por el artículo 103 constitucional. Este principio que se ubica en la fracción I del
artículo 107 constitucional, tiene su antecedente inmediato en el artículo 102 de la
Constitución de 1857 y lo consagraba en términos muy semejantes a los actuales.

• La existencia del agravio personal y directo.—Tal vez uno de los aspectos más
importantes en el Juicio de Amparo es la existencia del agravio personal y directo,
que implica, primero, que debe haber un daño; tiene que infringirse la esfera ju

46 Burgoa Orihuela, Ignacio; El Juicio de Amparo, Ed. Porrúa, México, 1998, pp. 276-277
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 185

rídica de alguien; ese alguien que ve vulnerada su esfera jurídica es el que tiene
derecho a accionar mediante el juicio de amparo. Insistimos, tiene que causarse
un daño; es decir, un daño patrimonial o no —dice Burgoa—o de un perjuicio,
considerado como la privación de una garantía licita; sin embargo,
la concepción de agravio en el Juicio de Amparo es más amplia que en materia
civil. Por ello, cualquier violación cometida a la persona en su esfera jurídica, es
recusable en materia de amparo. Este principio se encuentra establecido
en la fracción II del artículo 107 Constitucional.

• La persecución judicial de Amparo.—Este principio establecido en la fracción III


del artículo 107, significa que el Amparo tiene que seguirse a través de los
procedimientos y las formas que determine el orden jurídico; o sea, a través de un
verdadero proceso judicial que observe las formas jurídicas procesales. Tiene que
haber un auténtico litigio, una auténtica litis y con las formalidades para resolver la
propia litis. Todo ello implica que tiene que haber una demanda, se tiene que
contestar, tiene que haber audiencia de pruebas, alegatos y sentencia. Es decir,
en el Amparo tenemos que estar en presencia de una verdadera controversia, de
un verdadero litigio.

• Relatividad de las sentencias en materia de amparo.—A este principio se le ha


denominado la "fórmula Otero". En su exposición, nos indica Carpizo, que este es
uno de los principios más importantes y más característico del Juicio de Amparo.
Significa que las sentencias de amparo deben tener efectos relativos; o sea, que la
sentencia de Amparo solamente se debe de ocupar de los individuos particulares
que se quejaron. Debe limitarse a amparar y proteger, cuando sea el caso
procedente, sólo a aquellos respecto de los que versa la queja; es decir, no se
debe hacer una declaración general respecto de la ley o el acto que motivo el
amparo. Desde 1857 hasta la fecha se ha respetado este principio.

186 EN BLANCO
UNIDAD 10

FORMAS DE ESTADO

10. I. CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LAS FORMAS DE ESTADO

Coincidimos con el Doctor Andrés Serra Rojas,1 en cuanto a que, cuando


aludimos a las formas de Estado, nos referimos a la estructura de la organización
política, lo cual significa que cuando hablamos de formas de Estado, estamos
viendo al Estado como un todo con los diversos elementos que lo integran; en
cambio, las formas de Gobierno hacen referencia a los modos como están
constituidos los órganos del Estado, lo cual significa, que tratándose de las formas
de Gobierno, sólo son una visión parcial de la organización estatal.

Es muy importante tener presente la distinción entre formas de Estado y formas de


Gobierno, para que así podamos entender a qué aspectos vamos a aludir. Pero
empecemos pues por distinguir específicamente entre Estado y Gobierno. Cuando
hablamos de Estado, aludimos a una sociedad permanentemente establecida con
un orden jurídico, con un territorio, con un gobierno que tiende a la realización de
los valores sociales, individuales, intelectuales y materiales de los individuos que
la componen. De lo anterior, queda claro que estamos hablando del 'Todo Estatal",
estamos hablando acerca de la organización política suprema de esa sociedad y,
en cambio, cuando aludimos al Gobierno, nos estamos refiriendo únicamente al
poder público.

Ocurre que en ocasiones confundimos los términos de Estado y

1 La forma de un Estado se puede definir en la Ciencia Política moderna, atendiendo al sistema social que domina la vida
pública de una nación. Así se habla del Estado libera! de los Estados Unidos, el Estado comunista en la Ex-U R.S.S.; de un
Estado socialista como Cuba; de Estados mixtos como Francia e Italia; de Estados conservadores como el Reino Unido o
de Estados intervencionistas o semiintervencionistas como los Estados latinoamericanos. Serra Rojas, Andrés; Ciencia
Política, Ed Porrúa, México, 1980, p 617. 187
188 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

de Gobierno,2 esto sucede porque, precisamente, en ocasiones identificamos la


fuerza del Estado con el Gobierno, y porque a través del poder público actúa el
Estado en determinadas competencias que la propia Constitución le atribuye, pero
reiteramos que es muy importante no confundir al Estado con el Gobierno. Para
ello, tenemos que enfatizar que el Estado aparece como la totalidad del orden
jurídico sobre un territorio determinado y en esa unidad, es el titular de la
soberanía. El Gobierno, por su parte, es la encarnación personal del Estado, que
se manifiesta por la acción de los titulares de los órganos. Así, el gobierno puede
cambiar de persona, titulares, de configuración, incluso, de estructura y seguir
siendo el mismo Estado.

Pese a ello, existe una confusión entre formas de Estado y formas de Gobierno,
aun para algunos autores contemporáneos de muy elevadas luces como el
tratadista Reinhold Zipellius, para quien las formas de Gobierno son equiparables
a las formas de Estado. En tanto que para Carlos Garza García, la formas de
Estado atañen a la organización del poder público, con referencia al territorio o las
demarcaciones territoriales por las que se compone un país mientras que las
formas de Gobierno, conciernen a la manera de organizar el Gobierno para el
ejercicio de las funciones públicas.3

Luis Pizarro es un autor citado por Serra Rojas, que a nuestro entender distingue
con claridad las diferencias entre las formas de Gobierno y las formas de Estado,
ya que nos dice que se llaman formas de Estado a las distintas formas que una
nación puede adoptar, no por la estructura y engranaje de los órganos soberanos,
sino por la división o desplazamiento de sus competencias. Entonces, las formas
de Estado hacen referencia a la estructura general de la organización total del
país; en cambio las formas de Gobierno implican la estructura que pueden adoptar
en un país los órganos encargados de ejercer las funciones soberanas al
relacionarse entre si. Son los órganos encargados de la dirección estatal.

Reiteramos, cuando definimos al Gobierno, en realidad estamos aludiendo al


poder público y su relación con la sociedad y cuando

2 La expresión política de formas de Gobierno, alude a las diversas maneras de organización de un Estado o al ejercicio del
poder. Históricamente se confundieron Estado y Gobierno, revistiendo formas diversas como la autocracia, la monarquía, la
república, la democracia y la dictadura. Serra Rojas, Andrés; Teoría del Estado, Ed. Porrúa, México, 1990, 453.
3 En el mismo tenor, Elsa Roqué Fourcade en su texto, nos dice que Estado y Gobierno son realidades distintas, el Estado
es la unidad de pueblo y gobierno y, el Gobierno es el conjunto de órganos que permiten al Estado realizar sus funciones,
es una parte del Estado. Roqué Fourcade, Elsa; Derecho Constitucional y Derecho administrativo, Ed. Porrúa, México,
1996, p 21.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 189

aludimos a las formas de Estado estamos hablando del 'Todo Estatal", de los
órdenes jurídicos y de los planteamientos competenciales, pero sobre todo,
estamos aludiendo al pueblo, al territorio y a la soberanía.

Las formas del Estado se pueden clasificar en dos grandes grupos: a) El Estado
simple o unitario, de una sola soberanía, una sola población, un solo territorio; y,
b) El Estado compuesto o complejo. Según Xifra Heras, 4 el primero se caracteriza
porque sus instituciones de gobierno constituyen un solo centro de imputación
política; esto significa que en el Estado unitario, todos los ciudadanos están
sujetos a una sola institución de autoridad, a una autoridad única, a una sola
jurisdicción nacional, a un solo régimen competencial constitucional y a un orden
jurídico común para todos. Por lo que se refiere al Estado compuesto o complejo
federal, es aquel que está formado por un conjunto de estados; es decir, es un
Estado que a su vez esta formado por otros estados menores y, por lo tanto,
corresponde al Estado federal una suerte de "estado de estados".

Dice Groppali —autor italiano— que en el Estado unitario, lo que resulta evidente,
es que el Poder Legislativo, Judicial y Ejecutivo o administrativo, pertenecen a una
sola instancia, a un solo titular que es el Estado. En cambio, en el Estado federal,
el poder público tiene una triple manifestación por cada estado menor y además,
hay un Estado federal nacional con sus respectivos tres poderes.

Debemos tener claro que en un Estado federal existe un orden jurídico integral,
que está diferenciado en dos jurisdicciones: la federal y la jurisdicción de cada una
de las entidades federativas, pero ambas jurisdicciones están supeditadas a la
norma general que es la Constitución, quien a su vez, es la gran distribuidora de
las competencias. Asi, tanto instancias federales como estatales participan en la
reformabilidad de la Constitución en el Estado federal y, las normas tanto de
jurisdicción federal, como de jurisdicción local, se aplican directamente a los
individuos.

Aunque en nuestro concepto únicamente existen dos formas de Estado, la forma


de estado unitario y la forma de estado federal, hay autores como es el caso de
Andrés Hauriou que sostienen que es menester incluir para el análisis de las
formas del Estado, a algunas concepciones que ellos le llaman de Estados
complejos, como son las uniones reales, uniones personales o uniones de estados
e, incluso, a las confederaciones.

4 Xifra Heras, Jorge; Curso de Derecho Constitucional, Ed. Bosch, Tomo II, Barcelona,
España, 1962, p. 445.
190 ENRIQUE QU1ROZ ACOSTA

10.2. ESTADOS UNITARIOS O CENTRALISTAS

10.2.1. Concepto y características

La primera connotación, que es la más genérica de Estado unitario, es aquella en


virtud de la cual, lo identificamos con una forma centralizada del ejercicio del
poder público. Siguiendo al Doctor Andrés Serra Rojas podemos afirmar, que el
Estado unitario está dominado por una soberanía genérica y órganos centrales del
proyecto nacional; por lo tanto, el Estado unitario es aquel al que le corresponde
una forma centralizada, que se da tanto en lo juridico-politico como en lo
administrativo.

En el Estado unitario habrá un poder central. De ese poder central emanarán las
decisiones políticas del Estado y, por lo tanto, habrá una sola esfera competencial
en todo el Estado.5

El maestro Ignacio Burgoa señala que en el Estado unitario existe lo que en


doctrina constitucional se le llama homogeneidad del poder; 6 esto significa que,
tanto en las instituciones legislativas como en las administrativas, no existen
órganos distintos. En el Estado unitario no existe la dualidad de ámbitos
competenciales, existe unidad legal.

Un aspecto en el cual se debe tener cuidado cuando se analiza al Estado unitario,


es no confundir la descentralización y la desconcentración estrictamente
administrativa,7 con la forma de Estado

5 En el Estado unitario se forma un poder central, sin autonomía para las partes o regiones que lo componen, y es el único
que regula toda la organización y acción de un poder único, que unifica y coordina a todas las demás entidades públicas y
privadas. Id. Serra Rojas, Andrés; Ciencia Política, p. 618.

6 En el Estado unitario existe lo que en doctrina constitucional se llama "homogeneidad del poder". "Este elemento implica,
que, en cuanto a las funciones legislativa y administrativa, no existen órganos distintos que automáticamente las
desempeñen. Asi, en dicho tipo de Estado existe un solo órgano que dicta las leyes sobre cualesquiera de las materias con
vigencia espacial en todo el territorio, siendo sus destinatarios, a guisa de obligados, todos los individuos y grupos de
diferente índole que en él existan y actúen. En otras palabras, en un Estado unitario no existe la dualidad de ámbitos
competenciales en lo que función legislativa concierne, sino una unidad legal en los términos que acabamos de expresar.
Por cuanto a la función administrativa los gobernantes de las divisiones político-territoriales en que se organiza el Estado
unitario, dependen del Ejecutivo central, sin que aquéllos deriven su investidura de ninguna elección popular directa o
indirecta". Burgoa Orihuela, Ignacio; Derecho constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1979, p. 370.
7 La desconcentración y la descentralización presentan algunos rasgos comunes, pero, por lo demás, se diferencian. En los
dos casos existe una tendencia centrifuga que aproxima la Administración al administrado; en otras palabras, el poder no se
ejerce desde la capital sino sobre el terreno, y a través de una delegación de poder administrativo —no político—
consentida por el Estado. La desconcentración es una modalidad de la centralización, una técnica de autoridad; en cierto
modo, es la centrali
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 191

unitario y esto es importante, ya que puede existir, tanto en la doctrina, como en


las leyes y en la práctica del Derecho Constitucional, que los Estados unitarios
cuenten hacia su interior con una descentralización de carácter administrativa,
únicamente, en el sentido de que algunas funciones de este carácter
administrativo, si bien, se deciden políticamente en una sola entidad del poder
público centralizado, se ejecutan descentralizadamente; es decir, puede haber
división administrativa regional para la ejecución de determinadas funciones
públicas y así en las constituciones de los Estados unitarios puede haber, en cada
región, un parlamento, cuyo mando corresponda al único poder nacional, al único
gobierno que existe, pero la ejecución administrativa de sus instituciones
corresponda; a las divisiones administrativas internas del propio Estado,8

Cuando tratamos de caracterizar al Estado unitario lo primero que debemos tener


en mente es lo siguiente:
• El Estado unitario posee centralización política;
• En el Estado unitario existe homogeneidad del poder;
• En el Estado unitario los órganos regionales o parciales, distintos territorialmente,
pueden tener cierta autonomía funcional pero nunca autonomía política real, de
manera amplia.

Para Hans Kelsen, en realidad, entre un Estado unitario y un Estado federal no


existe una diferencia esencial, sino en el grado de descentralización. A mayor
centralización mayor proximidad al Estado unitario; es decir, en el estado unitario
—según Kelsen— existe más acentuada la centralización

zación por personas interpuestas. Consiste en una transferencia de determinadas atribuciones administrativas del poder
central al plano local en beneficio de un agente del Estado. En Francia, el prefecto departamental o regional encarna esta
política. Por su parte, la descentralización, significa literalmente auto-administración. Hauriou, André; Derecho
Constitucional e Instituciones Políticas; Ed. Ariel, Madrid, España, 1980, p. 193.

8 En el Estado unitario opera el fenómeno de la descentralización funcional en lo que atañe a la actividad administrativa y
jurisdiccional. Dicho de otra manera, un Estado unitario no es monolítico, ya que por la presión de necesidades de diferente
naturaleza su territorio suele dividirse política y administrativamente en circunscripciones que se denominan
"departamentos" o "provincias", y cuyo gobierno se encomienda, en lo que respecta a la primera de las funciones citadas, a
órganos subordinados al órgano central, y por lo que toca a la segunda de dichas funciones, la impartición de justicia se
confía a autoridades judiciales dentro de un sistema de competencia territorial. La descentralización funcional que
acabamos de hablar no llega al grado de autonomía en lo que a las tres funciones estatales concierne. Este último
elemento, según veremos es lo que distingue al Estado unitario del Estado federal. Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 373.
192 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

10.3. ESTADOS COMPUESTOS

10.3.1. Concepto e Importancia

Iniciemos por reiterar que para algunos autores, como André Hariou,9 es probable
integrar en la clasificación de Estados compuestos, no únicamente al Estado
federal, sino también a las uniones reales, personales, uniones de estados e,
incluso, confederaciones. Pero la posición más generalizada y comúnmente
aceptada, es que el Estado compuesto se identifica con el Estado federal.

Cuando alude André Hariou al Estado compuesto, nos dice que es una
colectividad divisible en partes internas, merecedoras cada una de ellas de
denominarse, a su vez, Estado y estas comunidades internas, en el Estado
compuesto, se encuentran unidas por un lazo de comunidad.

Siguiendo esta clasificación de Hauriou, vemos como él encuentra dos formas de


Estado compuesto principales y tal vez una gran variabilidad intermedia, pero,
insistimos, dos principales: en un extremo a las confederaciones y en el otro al
Estado federal. También si analizamos lo que nos indica Hauriou, veremos como
en cada una de las divisiones internas hay cierta acción y autonomía y el lazo de
unión va a ser la federación o la instancia federal.

Serra Rojas10 de plano identifica al Estado compuesto o complejo con el Estado


federal y dice que el Estado complejo federal, es aquel que está formado por otros
estados; es decir, que comprende dentro de sus elementos constitutivos a estados
menores. En el estado complejo o federa! diría Serra Rojas, lo que hay es un
"estado de estados".
El Doctor Serra cita en este punto a Bordeau, por lo que se refiere a su Tratado de
Ciencia Política, cuando dicho autor nos señala que el Estado federal presenta, en
efecto, un carácter complejo, no sólo porque coexisten dos jurisdicciones; o sea, el
poder federal y los poderes de las entidades federativas, sino esencialmente,
también nos dice Bordeau, porque el poder federal en sí mismo es complejo.11

En síntesis, los estados complejos identificados con el Estado federal, se


caracterizarían por tener un orden jurídico integral que regula, a la vez, una
jurisdicción federal y otra jurisdicción que es la local, y que es distinta en cada uno
de los estados o que puede ser distinta. Por tener a la vez una jurisdicción federal
y una local en

9 Id. Hauriou, André, p. 187.


10 Id. Serra Rojas, Andrés; Ciencia Política, p. 618.
11 Idem, p. 618.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 193

cada uno de los estados, pero ambas supeditadas a la Constitución federal, son
un pacto federal, con autonomía interna en cada una de las partes integrantes de
la federación, lo cual significa que las entidades federativas pueden adoptar,
incluso, su propio régimen interior y su propia organización interna política y
administrativa.

10.3.2. Uniones reales y personales

Las uniones personales y las uniones reales son formas arcaicas de los Estados
compuestos. Ambas obedecen a un fenómeno histórico monárquico y, por lo tanto,
están ligadas al fenómeno dinástico existente en Europa. Cuando se alude a las
uniones personales —nos enseña de manera muy precisa André Hauriou—12
estamos aludiendo a dos monarquías que tienen un mismo monarca, pero se
mantienen los dos gobiernos el uno del otro, pero se rigen bajo un pacto de
unificación en cuanto al ejercicio del poder. Sin embargo, no debe haber una
confusión tal que implique la unificación soberana de dos estados. Cita Hauriou
diversos ejemplos que se dieron a través de la historia; por ejemplo, la unión que
hubo entre Inglaterra y el Reino de Hanover hasta 1714; el caso de la unión entre
los Países Bajos y el Gran Ducado de Luxemburgo; también se puede citar el caso
del Reino de Bélgica y el Estado Libre del Congo en 1885.

Por otro lado, las uniones reales son aquellas en virtud de las cuales, las
monarquías están unidas en la persona de un mismo monarca, pero no solamente
en ello, sino también en un mismo gobierno; es decir, la unión, amén de compartir
al monarca, también une el ejercicio del poder.13

En las uniones reales, en alguna rama del ejercicio del gobierno hay una unión,
como es el caso de las relaciones exteriores, de la defensa nacional y las
finanzas, pero a pesar de ello, en las uniones reales la unión no es total, hay
aspectos de independencia en algunas ramas gubernamentales y, especialmente,
en la parte legislativa.

Debe quedar claro que en las uniones personales están claramente diferenciados
los órganos jurídico-políticos de cada estado a pesar de la unión y en el caso de la
unión real, si existe cierta uni-
12 /d. Hauriou, André, p. 188.

13 Hay dos ejemplos de unión real: entre Suecia y Noruega a partir de 1815, en virtud del Tratado de Paz de Tost, por el
cual Noruega, vencida, es obligada a aceptar las condiciones suecas y la soberanía de la dinastía de este país, hasta el 26
de octubre de 1905, fecha en la que el Tratado de Estocolmo, después de una insurrección, devolvió la libertad a Noruega.
Otro ejemplo, es entre Austria y Hungría, que se mantuvo unida hasta los acontecimientos de 1918, fecha en que se
disolvió la doble monarquía. Id. Hauriou, André, p. 188.
194 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

ficación en algunos aspectos jurídicos. Incluso, en las uniones personales, desde


su origen, precisamente, la unión se da por cuestiones ligadas a aspectos
consanguíneos y, en el caso de las uniones reales, hay un fundamento jurídico. 14

Hemos sostenido que tanto las uniones personales, como las uniones reales,
pertenecen a un proceso histórico que ya está superado, o bien, a una etapa
evolutiva como dice el maestro Daniel Moreno. Si bien es cierto que en el siglo xx
presenciamos el fenómeno italiano, y de los nuevos estados africanos, en realidad
pertenecen a procesos históricos acentuados en siglos pasados.

10.3.3. Confederación

La Confederación de Estados15 —en nuestra opinión— no es una forma de


Estado, ya que estamos en presencia de varios Estados que nunca han sido
totalmente unidos, pero tienen ciertos vínculos de carácter permanente y orgánico,
sin que desaparezcan los Estados miembros, sin que formen una entidad superior
a los propios Estados que en virtud de un pacto conforman la Confederación.

La Confederación en cierto sentido, precede al Estado federal, por lo menos


históricamente ha ocurrido así en diversos casos. La Confederación tiene como
base un pacto interestatal o un pacto internacional; es decir, la Confederación
nace de un pacto entre los Estados que se asocian para cooperar en determinado
tipo de actividades o de materias, pero conservando su soberanía.

Según André Hauriou, debemos tener presente que si bien nunca se crea una
entidad superior por voluntad de los Estados, si se crea cierta organización
compuesta por ese pacto entre Estados. En el caso de la Confederación estamos
ante un acuerdo de voluntades estatales para realizar un fin que les puede ser
común, sin que se pierda la individualidad, ni mucho menos la soberanía de los
Estados.

Un aspecto que distingue al Estado federal de las confederació-


14 Las coronas de dos reinos coincidían en la persona de un mismo titular, pero se conservan ambas comunidades
estatales independientes y distintas. Normalmente la unión personal se produce de manera casual, es decir, por aplicación
automática de leyes sucesorias de Coronas distintas, y no por un acto intencional, se trata, por tanto, de una communio
incidens. Este fenómeno ha tenido influencia en la formación de los Estados modernos; y se ponen como ejemplos los
casos de Castilla y Aragón, núcleo de la formación de España, e Inglaterra y Escocia. Moreno, Daniel; Derecho
Constitucional Mexicano, Ed. Pax, México, 1981, p. 355.
15 En una Confederación, estamos en presencia de vanos Estados que han decidido formar, en forma permanente y
orgánica, una Unión pero sin que desaparezcan como Estados, ni formar una entidad superior a ellos, pero a la cual
delegan ciertos y delimitados poderes. Id. Serra Rojas, Andrés, Ciencia Política, p. 619
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 195

nes, es que en el caso de la Confederación, sus normas no se aplican


directamente a los individuos, sino que las normas se aplican a los estados y los
únicos que aplican las normas directamente a los individuos son cada uno de los
estados integrantes de la Confederación. Todo lo contrario acontece en el Estado
federal.

En el Estado federal, una de sus características está, precisamente, en que ambas


jurisdicciones se aplican directamente a los individuos. Reiteramos, en la
Confederación las normas de la organización confederada se aplican a los
estados más no a los individuos.

Hay quien sostiene que la Confederación y el Estado federal no son especies de


un mismo género, sino que tienen naturaleza jurídico política distinta porque se
diferencian en sus elementos constitutivos, incluso, están frecuentemente
contrapuestos, por lo tanto, obviamente son distintos. Para entender con mayor
claridad lo que implica una Confederación y un Estado federal, podemos citar
diversos ejemplos de la historia. Para algunos simplemente la Confederación
precede a la Federación y así ha ocurrido en importantes ocasiones.

El nacimiento de los Estados Unidos de América, precisamente, implica que


primero hubo una Confederación y está precedió al Estado Federal. En el caso de
Suiza hasta mediados de este siglo, en 1948 era una Confederación y luego se
convirtió en un Estado. Y, remontándonos a la historia antigua, en la Liga Aquea,
en la antigua Grecia, hay quien sostiene que dicha liga se aproximaba mucho a un
tipo de organización federal; asimismo, la Confederación del Rhin en Europa, la
Liga Hanseática en el Sacro Imperio Romano, los cantones suizos, la provincia de
Holanda, formaron durante mucho tiempo una Confederación como lo cita el
Doctor Andrés Serra Rojas.

También André Hauriou cuando habla de confederaciones clásicas, alude al


Commonwealth Británico,16 que es una asociación de 29 miembros unidos por una
solidaridad histórica y por el uso del idioma inglés. Incluso, en la actualidad, el
Commonwealth Británico realiza una serie de reuniones con cierto perfil informal,
pero dice Hauriou que se trata de una Confederación moderna. Hoy en día, más
que citar estos casos, tal vez convendría citar los nuevos tipos o probables
modalidades de Confederaciones, aunque no se denominen de esa manera. Tal
vez debiéramos hablar de

16 Actualmente, la Confederación clásica, con base territorial, se encarna en la Commonwealth británica, asociación de 29
países unidos por una solidaridad histórica y por el uso de la lengua inglesa. Id. Hauriou, André, p. 189.
196 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

comunidades económicas que tienen algunas características distintas, pero


similares en lo general y, tal vez, de mayor impacto en la vida de los Estados
contemporáneos. Al respecto cabe recordar que actualmente, el mundo se maneja
a través de bloques económicos y, también, a través de organismos
interestatales.17

Al hablar de comunidades económicas, una típica es la unión europea, ya que es


una realidad regida por pactos de carácter internacional, que respeta cada uno de
los Estados y que impacta en la vida individual de los seres humanos de estas
naciones. No solamente influye en los aspectos colectivos, sino que las
comunidades económicas llegan a aplicar, en ocasiones, elementos de unificación
formal como es el caso de la moneda.

Por otra parte, cuando los autores mexicanos contemporáneos aluden a la


confederación, nos destacan diversos elementos. En cuanto a la naturaleza
jurídica de las Confederaciones, tenemos muy claro que su origen es un pacto
internacional; también una segunda característica, es que generalmente se trata
en la confederación de un Estado transitorio para arribar a una federación; y otra
característica muy importante de la confederación es que no se menoscaba la
soberanía de los estados confederados.

17 La Confederación es una asociación de estados en el sentado del Derecho Internacional; en otras palabras, una
asociación igualitaria entre Estados, en cuyo seno éstos aceptan cooperar en un determinado número de materias o
actividades, conservando, a titulo principal, su soberanía. Sus caracteres principales son: a) La Confederación de Estados
es una alianza reforzada, porque tiene una organización compuesta por una Dieta o Asamblea de Estados, que se reúne
periódicamente para tratar de los asuntos comunes previstos en el pacto; y, b) Pero no es un Estado Federal, porque esta
organización no tiende a crear una voluntad estatal superior, ni una personalidad internacional, sino solamente un medio de
ejercer en común la voluntad propia de cada uno de los Estados confederados; el Consejo de ministros, no es el órgano de
un super-Estado, sino una especie de conferencia internacional en la que las decisiones importantes se adoptan
únicamente con la unanimidad de votos de los
Estados, incluso, a veces, por medio del referéndum. Idem, p. 189.
UNIDAD 11

FEDERALISMO COMO FORMA DE ESTADO

l l . l . TESIS EXPLICATIVAS DEL FEDERALISMO

Cuando analizamos las tesis que explican al federalismo estamos aludiendo a su


naturaleza. Desde su origen, el federalismo implica una unión, pero las tesis que
explican esa unión pueden variar mucho, por ejemplo, con Tocqueville —uno de
los grandes especialistas— el federalismo implica la unión de estados soberanos.1

Por su parte, Calhoun2 y Seydel afirman que una federación implica una nueva
entidad que engloba a los estados que la conforman. Al unirse diversas entidades
en una Federación, están creando una nueva entidad, se está generando una
nueva persona jurídico-politica y esto ocurre según los autores, porque se cede
parte de la soberanía de cada uno de los estados que integran la nueva persona.
Se cede parte de la soberanía, porque se trata de un poder soberano ceñido en un
nuevo Estado.

1 Tocqueville afirmó que en Norteamérica existían dos gobiernos completamente separados y casi independientes. Uno de
estos gobiernos era el que correspondía a las 24 pequeñas naciones soberanas que en su conjunto integraban la
federación —"el gran cuerpo de la Unión"—, la que a su vez era soberana. Las explicaciones anteriores son el motivo por el
cual a esta teoría se le llama co-soberanía, ya que tanto la federación como las entidades federativas son soberanas dentro
de su competencia; es decir, poseen una parte de la soberanía. Citado por Carpizo, Jorge; La Constitución Mexicana de
1917, Ed. UNAM, México, 1994, p. 276.
2 La teoría de Calhoun persiguió una finalidad concreta: justificar la separación de los Estados del sur de Norteamérica; y la
teoría de Seydel tuvo, también, una meta: defender a Baviera contra el Reich. Tanto Calhoun como Seydel creyeron que el
Estado federal y la confederación descansaban sobre un tratado, el cual era concertado por los Estados particulares. Esa
falsa creencia los hizo afirmar, equivocadamente, que todos los Estados federales son simples confederaciones de Estados.
Esta aseveración les permitió concluir que las competencias federales no son más que competencias delegadas por
Estados particulares y ejercidas por ellos, de lo cual se derivan dos consecuencias: el derecho de anulación y el derecho de
segregación. Id. Carpizo, Jorge, p. 277.
198 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

En este sentido —apunta Ignacio Burgoa—3 en ambas tesis, se trata de un


movimiento centrípeta; es decir, existen estados que se unen: a) para Tocqueville,
la unión se gesta por medio de un fenómeno de co-soberanía; b) para Calhoun, es
un fenómeno en virtud del cual, se crea una nueva persona jurídico-colectiva,
porque se cede parte de la soberanía de los estados.

A pesar de ello, en efecto, como dice el constitucionalista mexicano, en ambas


teorías hay un movimiento ascendente y centrípeta. En ambos casos, una vez que
se crea el Estado federal, para efectos técnico-jurídicos y prácticos, tiene poca
importancia la existencia de los estados que integran la federación, porque lo
trascendente cuando se engloban los estados en el Estado federal, es la
existencia de estados autónomos —pero ya no soberanos— y la existencia de una
jurisdicción nacional que representa a toda la Federación y también, que ambas
jurisdicciones —la de cada estado y la de la Federación— están sometidas al
pacto federal.

Debemos destacar que al explicar el fenómeno federal, aun y cuando se


establezca literalmente que las entidades federativas son soberanas, en realidad,
en rigor técnico-jurídico, estas entidades federativas en el Estado federal no
pueden ser estrictamente soberanas. Una nota distintiva muy importante del
Estado federal consiste, precisamente, en que las entidades federativas no son
soberanas, porque no tienen la capacidad suprema de autodeterminación y de
autolimitación; tan no la tienen que están sometidos al pacto federal, y están
obligados a cooperar con el gobierno federal de acuerdo con la Constitución.

En cambio, las entidades federativas sí tienen autonomía debido a la naturaleza


jurídica del Estado federal o de la Federación. Esta situación implica el
reconocimiento de que las entidades federativas poseen una autonomía política
que se refiere a su autogobierno, a través de cual, el pueblo del Estado de que se
trate puede elegir libremente a sus autoridades; que los estados no tengan la
obligación genérica de rendir cuentas de sus propios fondos a la federación sino a
sus propios órganos; y que también tengan sus propias competencias
gubernamentales, entre otros aspectos.

3 Se ha llegado a sostener que dentro de un régimen estatal federal existen dos soberanías: la de las entidades federativas
y la del Estado federal propiamente dicho.
Esta tesis, que se llama de la co-soberania, afirma que los Estados, al unirse en una federación, crean una entidad distinta
de ellos con personalidad juridico-politica propia, dotada de órganos de gobierno, cediendo parte de su soberanía en
aquellas materias sobre las cuales hayan renunciado a ejercerla, para depositar "el Poder Soberano cedido" en un nuevo
Estado. Burgoa Orihuela, Ignacio; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1979, p. 375.
TEORÍA DE LA CONSTITUCION 199

De ahí que coincidamos con Ignacio Burgoa y otros autores, en que la teoría de la
co-soberanía es insostenible en la actualidad.4 Pero, abundando en la naturaleza
jurídico-política del federalismo, existen otras teorías.

Al respecto, debemos destacar la posición de Hans Kelsen, en cuanto a que para


el autor de la Universidad de Viena, nacido en Praga, hablar de federalismo, es
aludir a una descentralización acentuada a diferencia del Estado unitario. Esto es,
para Kelsen el fenómeno del Estado federal nos lo debemos explicar como un
fenómeno de descentralización, pero al admitir ello, tendríamos que afirmar que,
en efecto, se trata de una descentralización pero no nada más administrativa, sino
jurídico-política y diríamos que por eso, también habrían en el federalismo
diversas consecuencias de índole financiero, administrativo y técnico, pero no
olvidemos que se trata de una descentralización política.

En efecto, para explicarnos el fenómeno de la existencia del Estado federal, se


puede acudir a la tesis de la descentralización de Hans Kelsen, pero si admitimos
esa tesis, tendríamos que sostener que se trata —como hemos explicado— de
una descentralización política, porque la descentralización administrativa también
ocurre en los regímenes unitarios.

Otros autores como García Pelayo, al igual que Hans Kelsen, no creen que exista
realmente una diferencia de fondo entre un Estado unitario y un Estado federal,
sino que es un problema de grados o gradualidad de autonomía. Hay pues, un
mayor grado de autonomía en un Estado federal que en un Estado unitario.

García Pelayo dice que si tratamos de peculiarizar al Estado federal para entender
su naturaleza, tendríamos que decir que únicamente hay Estado federal, cuando
en las entidades federales hay autonomía constitucional, respecto de la
designación de los titulares de sus poderes y en cuanto a su ejercicio.

De igual forma, otros autores como Jellinek, que plantean el problema de la


distinción y la naturaleza del Estado federal, nos señalan que en el Estado federal,
la nación es la única soberana y que

4 La teoría de co-soberanía en un terreno puramente jurídico no puede justificarse. La soberanía es una e indivisible y se
traduce en el poder que tiene el pueblo de un Estado para autodeterminarse sin restricciones heterónomas de ninguna
índole. En otros términos, se dice que un Estado es "soberano" porque su pueblo, sin sujetarse a ninguna norma que él no
haya creado o aceptado voluntariamente, tiene la capacidad de establecer su propio modo de ser político, jurídico,
económico o social (autodeterminación) y de fijar los cauces limitativos a su poder (autolimitación). Id. Burgoa Orihuela,
Ignacio, p. 376.
200 ENRIQUE QUIROZ AC0STA

por ello los estados miembros tienen ciertos límites a su libertad de acción.

Cabe recordar que Jellinek, a finales del siglo pasado, planteó una teoría acerca
del Estado federal que justificó en 1870 la creación del Estado Alemán, una vez
que Napoleón III fue derrotado. En aquel entonces, surge la inquietud entre los
principales príncipes que existían en Alemania, de unirse y, ante ello, Jellinek
elabora una teoría que busca encontrar una serie de respuestas respecto a las
diferencias que hay entre los estados soberanos y estados que no son soberanos
y dice que la soberanía es la esencia de un Estado y que esta soberanía se
deposita en todo el Estado federal, no en los estados en particular, 5 También
puntualiza que lo que existe en estos estados asociados, es precisamente,
competencia en determinadas materias.

Derivado de lo anterior resulta claro que Jellinek define al Estado federal como un
estado soberano; dicho Estado federal, está formado por una gran variedad de
estados, los cuales carecen de soberanía, pero poseen una competencia
concreta. Es decir, son Estados miembros, pero no son Estados soberanos; sin
embargo, sí son Estados, porque poseen derechos de dominación pero con
ciertos fines. En síntesis, para Jellinek, el único Estado soberano es el Estado
federal y los estados tienen características propias de los estados miembros del
propio Estado federal.

Hay fuertes críticas a la teoría de Jellinek. El Doctor Mario de la Cueva dice que en
esencia, si analizamos con profundidad esta teoría, de alguna manera coincide
con la teoría de la co-soberanía de Tocqueville, porque implica en el fondo una
noción parcial de la soberanía.

Otra teoría interesante que se desarrolló a finales del siglo pasado fue la de
Wilson. Tengamos presente que Wilson llegó a ser Presidente de los Estados
Unidos de América; su obra: "El Estado" fue ampliamente difundida. En ella,
Wilson explica la conformación del Estado federal; para él, cuando se creó el
Estado federal, se pensó en que éste fuera integrado, no por entidades federativas
débiles, sino por estados fuertes. Wilson señaló que nunca se pretendió sacrificar
la autonomía de los estados particulares, sino por lo contra-

5 Para Jellinek hay Estados soberanos y no-soberanos, luego para él, soberanía
no es la nota esencial del Estado, pero si lo son las relaciones de dominación.
Pero un Estado no-soberano sólo puede existir asociado a otro que es soberano.
Id. Carpizo, Jorge, p. 277.
TEORÍA DE LA CONSTITUCION 201

rio, había que consolidar a la nación norteamericana con la existencia de estados


fuertes.

Wilson6 analiza la conformación del Estado federal en los Estados Unidos a partir
de diversos acontecimientos históricos que explican el fenómeno federal; por
ejemplo, señala cómo se han ido gestando las comunicaciones en Estados Unidos
y para ello alude que los ferrocarriles fueron un factor que no sólo propició el
intercambio de productos, sino que propició que se integraran cada una de las
entidades federativas. A partir de este hecho, opina Wilson, existe ya una nación,
pero esta nación se integra por varios estados y nos dice que aunque en el Estado
federal hay un solo gobierno, éste posee una doble competencia; es decir, la
naturaleza del Estado federal es de un gobierno doble.

En su planteamiento, Wilson no considera al Estado federal como dos estados


distintos, ni en rigor como dos gobiernos; en realidad, considera al Estado federal,
como una sola unidad, formada por dos partes distintas pero no separadas. Afirma
que el Estado federal implica una unidad de Estado, pero el gobierno esta
delimitado en competencias: una competencia federal y una competencia para las
entidades federativas. Con ello, Wilson pretende resolver el problema de la
existencia de un Estado-nación integrado por diversas entidades federativas.

También, hemos dicho que —además de Kelsen— hay otros autores que explican
al Estado federal como una forma de descentralización. Para Jean Dabin, la
descentralización aligera a la federación una serie de tareas de interés público que
son importantes, ya que a través de ese mecanismo el gobierno local puede
efectuar muchas de esas tareas

Este autor de origen belga, le otorga, en efecto, un papel elevado al sistema de


descentralización, y considera que al asociarse los grupos para realizar diversas
tareas, se debe respetar a aquella instancia de gobierno que mejor desarrolle las
tareas. Para este autor, la descentralización es un sistema en el cual se haya la
fórmula para la resolución de problemas, combinando dos soluciones enlazadas

6 Wilson afirma que al crearse la Constitución federal se quería una unión débil, no se deseaba sacrificar la autonomía de
los Estados particulares. Pero durante el siglo XIX diversos acontecimientos perfilaron la nacionalidad norteamericana y ello
trajo consigo un cambio en la manera de ser de los hombres. La idea de la importancia de los Estados miembros fue
sustituida por el concepto de nación, y esta idea triunfó cuando los Estados del norte vencieron a los del sur, creándose la
convicción de que era imposible la segregación de un miembro de la unión. Así, la idea de nación como unidad fue lo que
permitió formar un vínculo de solidaridad entre hombres de pensamientos, costumbres, religiones, lenguas y razas, tan
diferentes. Id. Carpizo, Jorge, p. 279.
202 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

con dos aspectos diferentes de la teoría del poder; por una parte, existe un ámbito
del poder descentralizado en beneficio de la colectividad, en beneficio de los
componentes y, por otra parte, esa misma colectividad participa en un gran Estado
que es el Estado federal; es decir, considera que los estados miembros de una
federación participan con independencia, pero al mismo tiempo, estos estados
participan en un gobierno central, que es una especie de integración de poderes
de la federación.7

Evidentemente, para este autor, las entidades federativas tienen diversos poderes
gubernamentales y administrativos, porque tienen funciones del poder público.
Además, para este autor, dentro de las competencias de las entidades federativas
hay gobiernos que actúan de manera autónoma, sin vigilancia permanente de la
federación, que son los de las entidades federativas. Para Dabin, los estados
miembros conservan la facultad de organizarse a sí mismos y de regularse por su
propia Constitución.

También, hemos mencionado de manera reiterada y debemos destacar dentro de


la corriente de autores que consideran al federalismo como un proceso de
descentralización al profesor Hans Kelsen, quien distingue a un Estado federal con
tres elementos: en la cúspide está la Constitución, en la cual se establece la
unidad del orden total del Estado federal, y a través de la norma suprema —
que es válida en todo el territorio— existe la unidad del Estado. En el Estado
federal, existe la personificación de la propia Constitución. Además, este autor
dice que le están subordinados al primer orden, el orden jurídico federal y el orden
jurídico de las entidades federativas; entonces la Constitución divide la
competencia entre la federación y las entidades federativas y estas esferas son
ordenes —dice Kelsen— parciales e indelegables.

Entonces, para Kelsen, hay un proceso de descentralización, en virtud del cual,


entre más atribuciones se dan a las entidades federativas, más importantes van a
ser y en ellos el poder estará más descentralizado. Por ello, para Kelsen, el
Estado federal es similar al unitario. Evidentemente, nos permite Kelsen entender,
que unos y otros, el Estado federal y las entidades federativas, coexisten y tienen
una igual categoría de poder, ya que cada una tiene su propia competencia.

7 Para Dabin el poder está descentralizado cuando se admite que grupos más o menos naturales que existen dentro del
Estado poseen en propiedad determinados atributos del poder público, que ejercen por órganos que estos mismos escogen,
o sea, que el rasgo esencial de la descentralización es participación o colaboración dentro de una señalada esfera con el
poder político del Estado. Pero la descentralización nace cuando ese grupo se eleva al nivel de órgano de derecho público y
coopera con el Estado a la realización del bien público. Id. Carpizo, Jorge, 280.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 203

11.2. SURGIMIENTO DEL FEDERALISMO EN ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Lo primero que debemos de tener presente cuando analizamos el surgimiento del


federalismo en los Estados Unidos de América es, precisamente, que en aquella
región de América se ubicaron 12 colonias inglesas, cada una de ellas, desde sus
orígenes gozaba de una autonomía muy amplia porque se organizaba de acuerdo
con sus circunstancias.

Una característica importante que distingue a las colonias de América de manera


muy particular, es que a pesar de que estaban subordinadas al soberano inglés,
tenían un rango propio de autonomía o gobierno propio; es decir, tenían una
organización política interna muy evolucionada. Precisamente, hay
acontecimientos históricos que nos muestran que ya existe un rango de autonomía
muy importe en las colonias, por ejemplo, en el caso de Virginia, siempre hubo un
sentido de representación política muy elevado, una gran politización y,
evidentemente, esto generó que tuviese una gran participación juridico-politica de
los habitantes de cada estado.8

Tenemos muy claro que por una parte estaba la independencia de las colonias y,
por otra, existía como lo señala Felipe Tena Ramírez, una dependencia con la
corona inglesa. Era muy importante en aquel entonces, la tesis de un fenómeno de
esta naturaleza, debido a que se trataba de un proceso en virtud del cual, en la
medida en que se pudiera limitar la dependencia con Inglaterra, en esa medida
también, era factible que se fortaleciera la unidad entre las colonias.

Este fenómeno no estaba muy articulado, pero cada vez se fue ubicando con
mayor fortaleza; es decir, los colonos observaron que tenía ventajas ser cada vez
más independientes respecto de la corona inglesa; pero, para ello, era necesario
unirse y, de esa manera, al fortalecerse su unión, tener un frente común ante
Inglaterra.9

Evidentemente, algunos de los aspectos que marcaron discrepancias y motivaron


la separación de las colonias respecto de la corona británica, fueron razones
económicas, fundamentalmente fiscales y de administración de los fondos
públicos. Si bien el proce-

8 Las colonias, independientes entre si, estaban subordinadas al soberano inglés; pero esta subordinación no excluyó la
participación de los colonos en el gobierno propio, pues a partir de 1619, en que la Compañía de Londres autorizó a los
colonos de Virginia para hacerse representar en el gobierno, las cartas de concesión estipularon explícitamente que la
legislación se dictaría con el consentimiento de los hombres libres. Tena Ramírez, Felipe; Derecho Constitucional Mexicano,
Ed. Porrúa, México, 1995, p. 102.
9 La unificación de las colonias no era una finalidad en si, sino un medio de desunirse de Inglaterra; de allí que prevaleciera
el regionalismo.
204 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

so de unificación entre las colonias inglesas no fue sencillo, porque de origen, no


existía el propósito de la unificación de las colonias, esta unificación se dio como
una necesidad. Fue —como dice Felipe Tena Ramírez— un medio para oponerse
a Inglaterra, de ahí que en muchos sentidos, con frecuencia, en los Estados
Unidos prevalezca la postura regionalista, porque es propio de la naturaleza de los
habitantes de las colonias. Ellos eran autónomos y se sentían autónomos.

La unificación para algunos parecía difícil y para otros era artificial, al grado tal que
se llegó a pensar que iba a ser una unificación transitoria, pero no fue así.

La guerra de independencia de los Estados Unidos que arranca en 1776 y culmina


en 1783, tuvo aspectos importantes para entender el fenómeno federalista,
aunque hay quien afirma que previamente existían algunos antecedentes
importantes, tales como las deliberaciones en los Congresos de representantes en
las asambleas de ciertas colonias, como es el caso de la que tuvo verificativo en
1754 en Albany. Precisamente en este lugar se adoptó el famoso Plan de Unión
de Albany, cuyo autor fue Benjamín Franklin.

Franklin diseñó un programa de gobierno federal el cual fue el punto de partida


para planes posteriores en materia de gobierno federal. A través de ese plan, se
encargaban a las colonias asuntos que eran comunes a la autoridad central; se
decía en aquel entonces, que el poder central debería tener un Presidente, que
sería designado por la corona y tendría un Gran Consejo electo por los colonos;
además se estableció que los asuntos de carácter local corresponderían a las
colonias.

Este plan no fue aceptado por razones económicas y fiscales. La fijación de


impuestos y tarifas, le daba mucha fuerza a la federación en materia impositiva y
la implementación de nuevas medidas sólo impulsaron un intento de coordinación
federal; sin embargo, el problema impositivo se fue incrementando con motivo de
la expedición de diversas leyes, que generaron una serie de conflictos que
desembocaron en la independencia de los Estados Unidos.

Cabe recordar que la expedición de la Ley del Timbre, entre otras leyes por parte
del Parlamento inglés, que gravaron el comercio colonial, crearon una fuerte
oposición por parte de los colonos, quienes argumentaban que por pagar una gran
cantidad de impuestos, deberían tener una representación en la corona o en el
parlamento inglés.

Argumentaban que no era justo, que pese a ser contribuyentes de la corona no


tenían acceso a la representación dentro de la Cámara de los Comunes del
Parlamento inglés. Se presentaron una serie de enfrentamientos de índole político,
que desembocaron en el año de 1765, en el Primer Congreso Inter
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 205

continental, que censuró fuertemente la Ley del Timbre. Desde entonces, se


perfila un fuerte brote de nacionalismo. Se habla ya de defender los derechos de
las colonias con el carácter de derechos comunes. Se pedía reivindicar la
existencia de derechos naturales en favor de los colonos y ya no se hablaba de la
existencia de ciudadanos de un Estado o de otro, sino que por primera vez, se
habla de los americanos, porque los propios colonos, se decían a sí mismos, a
partir de entonces, americanos.10

Desde aquel Congreso había una unión entre las colonias y fueron ellas las que
defendieron a Massachusetts, cuando las fuerzas inglesas quisieron reprimir un
brote de rebeldía.

Así es como el 5 de septiembre de 1774 se reúnen en Filadelfia los delegados de


las doce colonias, para formar el Congreso Continental, con lo que existe ya la
pretensión de fundar un nuevo país. Ahí, se planteó la necesidad de que existiera
una Constitución que estuviere por encima, precisamente, de todas las colonias,
pero simultáneamente, que no tuviese ninguna relación con el Parlamento inglés.
Se habla también de establecer una Constitución para estas colonias unidas. 11 Se
pensó que dicha Constitución debería ser rígida, la cual se concebiría bajo el
principio de supremacía constitucional.

Este Congreso en lo relativo al federalismo no llegó a nada concreto, ya que el


proyecto federalista no fue admitido para ser discutido en la Asamblea. Más tarde,
en los trabajos legislativos del Segundo Congreso Continental que se reunió en
Filadelfia el 10 de mayo de 1775, se formula la Declaración de Independencia del
4 de julio de 1776, y se llevó a cabo la guerra con Inglaterra. En cuanto a su
aportación al sistema federal, cabe señalar la orientación que dio a las colonias
para convertirse en estados independientes y la alianza en confederación que
logró de las mismas.

El Consejo del Congreso pretendía que las colonias se constituyeran en Estados;


sobre todo, en aquellas colonias donde operaban auténticas asambleas
constituyentes y que comenzaban a realizar los trabajos para que se fueran
creando las constituciones estatales.12

10 Id. Tena Ramírez Felipe, p. 103.


11 Las arbitrariedades que las colonias atribuían al Parlamento inglés y que escapaban a todo control constitucional, puesto
que la Constitución flexible estaba a merced del Parlamento, hicieron pensar en la necesidad de una Constitución fija, que
colocada por encima de todos los poderes, inclusive del legislativo, los limitara a todos. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 103.
12 El Consejo del Congreso para que las colonias formaran nuevos gobiernos, pronto fue seguido por todas, redactando
nuevas Constituciones. En Massachusetts y New Hampshire la transformación se operó a través de Asambleas
Constituyentes elegidas especialmente para expedir la Constitución, la cual fue sometida a referéndum
206 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

No olvidemos que paralelo al movimiento de independencia de los Estados


Unidos, en Europa se estaba gestando la Ilustración, que tuvo gran influencia en el
pensamiento de aquellos días. Además, las propias prácticas inglesas, permitían
que la gente se desarrollara como ente independiente y, en suma, toda esa cultura
política propició que se desarrollara la Asamblea Constituyente. Evidentemente, la
integración por separado de las organizaciones estatales que fueron propiciadas
por este Congreso, implicaron en un principio, más bien el resultado de un proceso
que les permitiera separarse de la Corona inglesa para vivir independientes y
unidos.
Dicho proceso se da inicialmente a partir de una confederación.
Incluso, desde julio de 1776, se presenta en el Congreso Continental un proyecto
de confederación que buscaba la unión perpetua. Esta primera confederación
implicó una gran discusión, porque aunque los estados conservaban su soberanía,
un buen número de sus atribuciones (relaciones exteriores, sostenimiento de
fuerzas armadas, regulación de moneda, pesas y medidas, correos, etc.) se
otorgaban al Congreso, en el que cada Estado gozaba de un solo voto.
La verdad es que para que tuviera éxito la Confederación se requería de
elementos que en aquel entonces no se daban. Incluso, hubo intentos para
unificar a las colonias, a través de la implantación de una monarquía, 13 lo cual
tuvo rotundo rechazo dada la tradición democrática de las colonias; pero era
evidente que había que dar un giro a la situación para tratar de fortalecer a la
Unión y, por ello, en mayo del 1787, se reunieron en el Palacio del Estado de
Filadelfia, los representantes de las colonias para enmendar "los artículos de la
Confederación", a fin de darse una genuina Constitución federal.
Esta Convención fue presidida por George Washington e incluía, entre los
representantes, a gente culta, con gran solidez política y sentido común. En esa
Convención había dos grandes tendencias: por una parte estaba la de los estados
grandes y, por otra, la de los estados pequeños. Los primeros presentaron el "Plan
de Virginia", que proponía la existencia de un poder nacional con las tres
divisiones clásicas: la legislativa, la ejecutiva y la judicial.

popular; este método se consideró el típico en la elaboración de constituciones. La experiencia colonial, las prácticas
inglesas y la doctrina de Montesquieu sirvieron de guías a las Asambleas Constituyentes. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 104.

13 Ante el fracaso de la Confederación, se llegó a pensar en la implantación de la Monarquía y el Presidente del Congreso
trató de que el príncipe Enrique de Prusia aceptara el trono de Norteamérica. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 104.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 207

Este plan general le dio una gran fuerza al gobierno federal en relación con los
estados y esto no le gusto a los estados que eran pequeños. Por eso, ellos
presentaron otro plan, el "Plan de New Jersey". En éste se concebía una
federación más débil; incluso, el Poder Legislativo tenía únicamente una cámara y
se reconocía la posibilidad para la federación de coacción por parte de los
estados.
El "Plan de Virginia" no era aceptado por los estados pequeños, precisamente,
porque la representación proporcional al número de habitantes daría a los estados
grandes mayor número de votos.
Finalmente, se da una posición ecléctica o intermedia, en un tercer plan a través
de un grupo de personas que integraban una Comisión y se hizo coincidir
elementos comunes de ambos planes, en lo que se llamó el Plan de Transacción
de Connecticut. Por lo que se refiere al Plan de Virginia, recoge el punto de la
representación proporcional al número de habitantes, pero sólo para la Cámara de
Representantes y del otro plan, conserva el principio de voto igual para los
estados, que sería aplicable sólo para la Cámara de Senadores. Es así como nace
el bicamarismo, que es propio del sistema federal, a través del cual, una cámara
representa al pueblo y la otra generalmente, a las entidades federativas. Además,
este Plan incluye la modalidad de la revisión de la Constitución, en la que
participarán, no solamente el Congreso, sino también las entidades federativas.
La gran novedad de este sistema es la creación de un gobierno federal, pero al
mismo tiempo, le otorgaba un gobierno propio a cada entidad federativa. Así, de
esta manera, nació el sistema federal que ha sido tomado como ejemplo por
muchas naciones. En efecto, el federalismo norteamericano tuvo una gran difusión
en el mundo.
Hemos repasado lo anterior porque, para conocer las bases del federalismo, es
necesario conocer la historia de los Estados Unidos. Los grandes autores —como
lo señala Daniel Moreno— entre ellos Bryce, le atribuyen a la fórmula federal la
existencia de los Estados Unidos de América. García Pelayo, afirma incluso, que
el sistema federal hace la entrada en la historia con la Constitución Americana de
1887.14
Debemos reconocer en los autores clásicos del federalismo americano como lo
son James Madison, John Jay y Alejandro Hamilton una obra que no se cierra a
una postura ortodoxa, sino en la cual se crea un nuevo sistema. Justamente en la
obra de estos autores: "El federalista", se observa el acomodo conceptual que
realizan. Evi-
14 Citado por Moreno, Daniel; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Pax, México, 1981, p. 359.

208 ENRIQUE QUIROZ AGOSTA


dentemente, poco después iban a suscitarse controversias, porque había quienes
querían mayor centralización o quienes querían un poder federal más fuerte, lo
cual operaba en perjuicio de los estados. Pero, con el paso de los años, se ha ido
adaptando el sistema americano, el cual insistimos ha tenido una fuerte influencia
en diversas naciones del mundo.
1 1.3. ADOPCIÓN Y CARACTERISTICAS DEL FEDERALISMO EN MÉXICO
Lo primero que debemos demostrar es que nuestro federalismo es, precisamente,
un federalismo mexicano, no es una imitación extralógica de otros sistemas como
el americano; aunque hay quienes lo sostienen vamos a demostrar que es errónea
dicha afirmación. Si bien, técnicamente, es cierto que muchas cuestiones de
nuestra vida constitucional tuvieron su origen inspiradas en diversos elementos de
la Constitución de los Estados Unidos, ese hecho no significa que nuestro
federalismo no tenga sus propias raíces, que no tenga su propia razón de ser y no
significa que no tenga su propia naturaleza.15

Afortunadamente, algunos de los más importantes autores constitucionalistas


contemporáneos de nuestro país admiten precisamente que nuestro federalismo
no es una imitación, sino que tiene elementos que le son propios. Además,
nuestro federalismo se explica a través de nuestro desarrollo histórico y el
federalismo americano, por su parte, obedece también a su propio desarrollo, por
lo que se puede agregar que ambos desarrollos son distintos ya que sus procesos
de federalización fueron diversos.

Un primer aspecto que conociendo la historia de ambas naciones pareciera obvio,


y que nos ayuda a reforzar nuestra tesis de desarrollo político distinto entre los
Estados Unidos y México, es el que nos lleva a observar que en los Estados
Unidos existe un federalismo

15 La definición política de nuestro federalismo es acorde con su concepción jurídica, derivada de nuestra Constitución; un
federalismo de coordinación y colaboración recíproca entre la federación, estados y municipios, y entre los propios estados
y los municipios. Para comprender y dimensionar nuestro federalismo en el ámbito de la descentralización en el texto de la
Constitución, se debe aludir a cinco aspectos básicos: a) Disposiciones que se refieren concretamente al establecimiento de
convenios o mecanismos de coordinación; b) Disposiciones que se refieren a facultades concurrentes o coincidentes; c)
Disposiciones de auxilio de los estados respecto de la federación; d) Disposiciones que no especifican jurisdicción federal o
local pero aluden a que habrá ley reglamentaria; y, e) Disposiciones que aluden al Estado pero sin establecer elementos

que vinculen la facultad sólo con el gobierno federal. Enrique Quiroz Acosta, Conferencia dictada en San Luis Potosí, en el
Encuentro Nacional en materia Municipal, 1995.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 209

en virtud del cual existían ya estados con antelación a la existencia de la unión; no


se podía unir lo que no existía y ya existían estados con una vida independiente,
de tal forma que el proceso en los Estados Unidos fue un proceso centrípeto; o
sea, de los polos hacia el centro; en cambio, el federalismo mexicano, es un
proceso justamente contrario —aunque existieran provincias con fuertes ánimos y
actitudes independentistas—, es centrífugo y se comprueba con la historia de la
nación.
En efecto, lo anterior no significa que en México no hayamos tenido órganos,
hasta entidades regionales con cierta autonomía, que se desarrollaron, incluso,
con antelación a nuestra independencia. Ya existían en nuestro territorio
gérmenes importantes de desarrollo regional autónomo, al grado tal de que a
pesar de que en la época de la Colonia existía un sistema centralista, en el cual
había una plena identificación de los sectores más conservadores, hay quienes
participaban desde entonces en un proceso a contracorriente al centralismo, que
nos sirve de antecedente para nuestro federalismo.16
Tan existían antecedentes federalistas en nuestra patria que a finales de la
Colonia, gracias a la Constitución de Cádiz de 1812, se crearon las diputaciones
provinciales en México, o en los territorios ultramarinos como decían en el viejo
continente y, en efecto, en México, gracias a las diputaciones provinciales, se
descubrió cierto tipo de génesis formal de nuestro federalismo.
Admitimos, sin embargo, que cuando se da nuestra Independencia, en los
primeros días de nuestra vida independiente, no hay un proceso que empate al
poder público con la idea federalista, pero ya existían, desde antes del movimiento
de Independencia, brotes que apuntaban hacia la idea federalista. Sin embargo, la
Constitución de Cádiz tuvo una vigencia muy corta e intermitente en nuestro
continente, pero fue de importancia capital para que se organizaran algunas
provincias.17
También tuvieron fuerte influencia en el federalismo mexicano, los documentos
constitucionales de aquel entonces. Baste mencionar algunos ejemplos, como los
de Ignacio López Rayón (1811), don-
16 La idea federalista nace en la breve etapa histórica de nuestro país comprendida entre 1812 y la Constitución de 1824.
En México, aunque la consagración jurídica de la idea o tendencia federalista no se encauzó por los senderos naturales de
la formación federativa, no por ello debe considerársele extraña a la evolución política de nuestro país. Id Burgoa Orihuela,
Ignacio; Derecho Constitucional Mexicano, p. 386.

17 La Constitución española de Cádiz, promulgada el 19 de marzo de 1812, se juró en la Nueva España el 30 de


septiembre del mismo año. A pesar de que jurídicamente estuvo en vigor, el virrey Venegas suspendió su observancia y al
año siguiente, 1813, reanudó su imperio el virrey Calleja. Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 389.
210 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

de ya se menciona que las diputaciones provinciales serian las garantes de la


representación nacional, y se alude también a la participación de los
ayuntamientos respectivos.
En la Constitución de Apatzingán, se reconoció —como lo indica Burgoa— el
derecho de las provincias para elegir a los diputados que integran el Supremo
Congreso. Se menciona en ella a las provincias que van a integrar a la nación, las
cuales, se convertirían más tarde en estados, pero además, lo interesante es que
en estos documentos constitucionales se reconoce la participación de las
provincias en el gobierno nacional.
Evidentemente, el reconocimiento de las provincias y de las diputaciones
provinciales no estuvo exento de problemas, pero la Constitución de Cádiz contó
con una gran aceptación, a la cual se integró el diputado Miguel Ramos Arizpe,
quien defendió la existencia de las diputaciones provinciales y, logró, en el seno
constituyente, que hubiese en la Nueva España estas diputaciones.
Las diputaciones provinciales eran cuerpos colegiados que tenían como funciones
primordiales las inherentes al gobierno interior de las provincias. Su conformación
era a través de una forma democrática indirecta, pero sus integrantes, al ser
originarios o nativos de la propia provincia —aunque reconoce Burgoa que había
en México cierta autarquía en la determinación de las jurisdicciones—,18 era obvio
que representaban con cierta autonomía a su provincia.
Recapitulando, nuestro constitucionalismo tuvo su germen formal en la
Constitución española de 1812, a partir de las diputaciones provinciales. Estas
diputaciones lucharon muchos años teniendo como bandera su reconocimiento en
la propia Constitución de Cádiz, para que se reconociese su existencia en
ultramar, la cual fue intermitente.
Evidentemente, el federalismo tiene un gran arraigo en nuestro país y, más tarde,
va a ser una directriz en la definición del Estado mexicano en cuanto a su
estructura y en cuanto a su posición ideológica. Va a representar un elemento de
definición en la lucha que sostuvieron, durante gran parte del siglo XIX, los
liberales y los conservadores. Los liberales identificados con la fórmula federalista
y los conservadores identificados con la fórmula centralista.
Desde los primeros años de nuestra vida independiente se gestó
18 El territorio vastísimo de la Nueva España estaba dividido en reinos y gobernaciones y éstas, a su vez, se subdividían en
provincias. Así, el llamado "Reino de México" comprendía las de México, Tlaxcala, Puebla, Antequera (Oaxaca) y
Michoacán; el de Nueva Galicia (Jalisco, Zacatecas y Colima); la Gobernación de Nueva Vizcaya (Durango y Chihuahua); la
de Yucatán, Tabasco y Campeche. Además, el Nuevo Reino de León y las provincias de Nuevo Santander o Tamaulipas,
Tejas. Coahuila o Nueva Extremadura, el Nuevo reino de Toledo (Sinaloa y Nayarit), Vieja California, Nueva California y
Nuevo México, ¡d. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 388.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 211
la lucha por diversas definiciones estructurales e ideológicas. Primero hubo un
imperio efímero, fuera de la naturaleza de nuestro país y, más tarde, se va a dar la
formación del Estado Federal mexicano, no de manera muy sólida, en un principio,
pero si con ideales primordiales que dieron a México un carácter muy especial en
la lucha por el poder y la libertad.
Desde sus orígenes, el Plan de Casa Mata de 1822 desarrolla el tema
federalista.19 Al conocerse este Plan, muchas de las provincias se entusiasmaron
con la Independencia de México y se incorporaron al propio Plan. Incluso, se
generó una gran conciencia que tenían ya las provincias de su propia autonomía y
la autonomía de las provincias es un presupuesto político e ideológico de todo
régimen federalista.
El federalismo, en el caso de México, sirvió para unir lo que se estaba desunido—
20 como diría Carpizo—. Ya existía un sentimiento federalista desde que surgió la

nación mexicana. Al gestarse la Independencia de México, al tener verificativo el


Congreso General del 5 de noviembre de 1823 y al expedirse el Acta Federativa al
siguiente año, existía una fuerte presión en favor de la idea federalista.
Existe una consideración importante que realiza Jesús Reyes Heroles, quien
asegura que los liberales de aquel entonces, estaban obligados a obedecer el
mandato, en el sentido de que en México hubiera un sistema federal, a pesar de
que todavía el centralismo no era una definición de antiliberalismo, pero si era
indispensable, que sin dilación hubiere una resolución federalista.21 Si esa reso-

19 La creación de la Junta Nacional Instituyente y el Reglamento Provisional del Imperio Mexicano fueron causas
determinantes de la sublevación de Santa Anna en Veracruz, que desconoció a Iturbide como emperador y proclamó la
República. Las tropas que se destacaron para sofocar ese levantamiento, a su vez, expidieron el llamado "Han de Casa
Mata", en el que propugnaron la reinstalación del Congreso disuelto por Iturbide, quien no tuvo otra disyuntiva que acceder
a esta coactiva petición en marzo de 1823. Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 340.

20 Algunas provincias, entre ellas las de Guadalajara, se pronunciaron por el sistema federal, proclamando su plena
autonomía en lo que a su régimen interior se refiere. Desde entonces, la provincia de Guadalajara adoptó el nombre de
"Estado Libre de Jalisco" en su plan gubernativo provisional de 16 de junio de 1823. La actitud asumida por la antigua
provincia de Guadalajara y preconizando la instalación de su Congreso local constituyente, fue emulada por algunas otras
provincias antes de que se expidiese el "Acta Constitutiva de la Federación Mexicana", el 31 de enero de 1824. Dichas
provincias, autodeclaradas "Estados", fueron Oaxaca, Yucatán, Jalisco, Zacatecas, Querétaro y México. Id. Burgoa
Orihuela, Ignacio, p. 341.

21 Las ideas políticas que casi unánimemente se abrigaron en pro de la adopción del régimen federal y los acontecimientos
que las tradujeron en la realidad, al proclamarse varias provincias como "Estados libres y soberanos", marcaron un
derrotero invariable al Congreso General que, reunido el 5 de noviembre de 1823, debía organizar a México, por eso, la
expedición del Acta Federativa era un fenómeno que fácilmente podía vaticinarse, Id. Burgoa, Orihuela, Ignacio, p. 341.
212 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
lución no se hubiera asumido, se hubiera desatado un fenómeno de desunión, que
hubiese dado al país una configuración distinta, en detrimento, no solamente
territorial sino de su propia gobernabilidad.
Con lo anterior, nos queda claro que el origen de nuestro federalismo —que de
manera normal se instituye en 1824— tiene una naturaleza propia, que se expresó
con vigencia a partir de los documentos constitucionales que tuvieron verificativo
en 1824. En cualquier caso, debemos tener presente que en el siglo XIX,
federalistas y centralistas, o dicho de otra manera, liberales y conservadores se
disputaban el poder y ello, repercutió en la vigencia de nuestro federalismo.
En efecto, después de 1824, impusieron los centralistas diversos documentos. 22
No es sino hasta 1847 cuando se restablece el federalismo, se revive la tesis de la
Constitución de 182423 y, más tarde, en la Constitución de 1857, se establece un
federalismo técnicamente mucho más acabado; por ejemplo, se señala una regla
más clara de distribución de atribuciones entre la federación y las propias
entidades federativas, que más tarde retomará la Constitución de 1917, a través
del artículo 124.24

22 A pesar de que la Constitución de 1824 hizo inmodificable la forma de Gobierno, es decir, de que pretendió asentar
sobre bases inconmovibles el régimen federal por ella establecido (Art. 171), en 1836 se sustituyó éste por el régimen
central. El Congreso expidió un documento en octubre de 1835 que se conoce con el nombre de Bases para la nueva
Constitución, y posteriormente, en diciembre del propio año, las Siete Leyes Constitucionales, que se denominarían
comúnmente la Constitución de 1836 En la Constitución de 1836, no se utilizó el concepto de "República central". En
cambio de la "forma de Gobierno", que en puridad jurídica equivalió al cambio de la "forma de Estado", se deduce, dentro de
su articulado mismo y prescindiendo de las ideas que lo inspiraron, de la supresión de la palabra "federal" y de la
conversión de los 'Estados libres, soberanos e independientes" en "departamentos" (Arts. 2 y 8 de las Bases y Io de la Ley
Sexta de la Constitución). Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p 142.

23 El cambio de la forma de Estado que se operó en virtud de la Constitución centralista de 1836 no puso fin al
padecimiento endémico de nuestra vida pública: los pronunciamientos, "cuartelazos" y levantamientos militares. Contra el
gobierno de Bustamante, emanado de dicha Constitución, se suceden los famosos "planes", que no era, en la mayoría de
los casos, sino la careta con que se disfrazaba las ambiciones personalistas frente a un pueblo carente de opinión. La
implantación del régimen central fue la causa, o al menos el pretexto, para que Tejas exigiera su independencia. Por su
parte, Yucatán, molesto porque el centralismo lo degradó al convertirlo en un simple departamento, optó por separarse de la
República Mexicana. Estos hechos, que revelaban el peligro de un paulatino desmembramiento de nuestro país,
provocaron la reacción de los partidarios del federalismo para restaurar el imperio de la Constitución de 1824. Idem.

24 En México, la noción de sistema federal como idea ya se ha ganado. Urge que triunfe plenamente en nuestra realidad
política. Carpizo, Jorge; La Constitución mexicana de 1917, Ed. UNAM, México, 1994, p 297
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 213

La expresión general de nuestra forma de Estado federal, así como de nuestra


forma de gobierno, se ubica en el artículo 40 constitucional. En este dispositivo,
que señala que es voluntad del pueblo de México constituirse en una república,
representativa, democrática y federal, indicando, compuesta de estados libres y
soberanos en todo lo que concierne a su régimen interior, pero unidos en una
federación establecida según los principios de esta ley fundamental.
Desde luego que la idea federalista del artículo 40 se complementa con el artículo
41 de la propia Carta Magna que señala, precisamente, que el pueblo ejerce su
soberanía por medio de los poderes de la unión, en los casos de la competencia
de éstos y por los de los estados en lo que toca sus regímenes interiores, en los
términos respectivamente establecidos por la presente Constitución federal y las
particulares de los estados, las que en ningún caso podrán contravenir las
estipulaciones del pacto federal. Este artículo hace otra serie de precisiones que
desde luego impactan en el Estado federal pero que tienen otras connotaciones.
Para conocer las características de nuestro federalismo, debemos destacar los
siguientes aspectos:
Cuando el artículo 4025 menciona lo federal, como lo compuesto de estados libres
y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, está diciendo que el
sistema federal se integra por entidades federativas.

Las entidades federativas son las que componen la federación, pero estas
entidades son libres y soberanas. Aquí el punto importante a destacar, es el
término "soberanía". Si lo analizamos con todo rigor técnico y constitucional,
veremos que estrictamente no se refiere a la soberanía sino a la autonomía; es
decir, las entidades federativas no tienen una potestad suprema de
autodeterminación y autodenominación, sino que tienen un régimen tal que les
permite autogobernarse, pero autogobernarse en lo concerniente a su régimen
interior; precisamente, tan no es soberanía, que la ley los constriñe a su régimen
interior; luego entonces, debe entenderse como autonomía. 26

25 Artículo 40 constitucional.—"Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república representativa, democrática,
federal, compuesta de estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una
Federación establecida según los principios de esta ley fundamental".

26 Se ha discutido el adjetivo soberano, que menciona el artículo 40, sosteniendo que no puede haber compatibilidad entre
la soberanía del Estado federal y la de tos estados federados. Error en el que ha influido la idea del concepto absoluto de la
soberanía; ésta sólo en sentido jurídico es un concepto absoluto, pero en su dimensión
214 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Tan es autonomía y no soberanía, que esta disposición constitucional


complementa, en el sentido expreso de que deberán la entidades federativas
permanecer unidas a la federación, según los principios que establezca la ley
fundamental; es decir, no solamente son autónomos en lo que concierne a su
régimen interior, sino que además deben permanecer unidos a la federación.
La federación en sí misma, obviamente tiene su fuerza competencial, la cual al
igual que las entidades federativas está sometida a los principios de la ley
fundamental, lo cual se traduce en que tanto la federación como las entidades
federativas están sometidas a la Constitución.
Tan es autonomía la que ejercen y gozan las entidades federativas y no soberanía
—en el sentido que hemos enunciado de autodeterminación y autolimitación
suprema— que el primer párrafo del artículo 41,27 enuncia que el pueblo ejerce su
soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos que determine la
competencia de éstos; y, por lo que a los estados toca en sus regímenes
interiores. Con esta disposición, no solamente se recalca el carácter autónomo de
las entidades federativas, sino que también se precisa que entre la competencia
de los poderes de la Unión y los de las entidades federativas, precisamente, hay
una cuestión de competencia y no de jerarquía, esta competencia se determina en
los términos establecidos por la Constitución federal, que es la ley suprema y en
las particulares de los estados que también serán congruentes a la propia
Constitución federal.
Recapitulando, con el repaso del artículo 40 y del primer párrafo del artículo 41,
nos quedan claras diversas características del Estado federal, que debemos
puntualizar: a) existe una jerarquía, que

política siempre, desde su origen, ha sido relativo, y tiene que ver con el mayor o menor poder que ejercen quienes
pretenden llevar a cabo sus objetivos de supremacía en una determinada entidad territorial. Históricamente, en México ha
quedado demostrada la naturaleza soberana de las decisiones estatales respecto de la Federación. En cuanto a la
extensión del concepto de soberanía aplicada a los estados de la Federación, éste se manifiesta a través de dos
capacidades decisorias que corresponden al pueblo de cada uno de ellos: la de darse sus propias leyes en las materias
sobre las que no se legisla la Federación, y elegir a sus gobernantes. Andrade Sánchez, Eduardo; "Articulo 40", en
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Comentada, Tomo 1, Ed. Poder Judicial de la Federación -Consejo
de la Judicatura Federal- Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 1997, p. 470-472.

27 Articulo 41 constitucional. —"El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la
competencia de éstos, y por los de los estados, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente
establecidos por la presente Constitución federal y las particulares de los estados, las que en ningún caso podrán
contravenir las estipulaciones del Pacto Federal".
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 215

implica sometimiento tanto de las entidades federativas como de la federación a la


Constitución federal; b) lo que caracteriza a las entidades federativas es su
autonomía; y, c) el ámbito de actuación de la federación y de las entidades
federativas deviene de la Constitución e implica una distribución de competencia y
no una situación de jerarquía entre la federación y las entidades federativas.
Por otra parte, para entender la naturaleza de nuestro federalismo, es evidente
que también tendríamos que agregar al análisis de los artículos 40 y 41
constitucionales, algunos otros artículos de nuestra Carta Magna, entre los que
destacan los siguientes;
El artículo 124, que establece la distribución de competencias en nuestro régimen
federal. En virtud de este dispositivo constitucional, todo lo que no está
expresamente conferido a la federación, es materia de las entidades federativas. 28
Asimismo, para el entendimiento de nuestro sistema federal, debemos agregar en
nuestro análisis, el contenido del artículo 73 constitucional, el cual señala las
atribuciones de que goza y debe ejercer el Congreso de la Unión.
Para conocer las materias federales, hay que analizar, de acuerdo con la regla
prevista en el artículo 124 Constitucional, cuales están atribuidas a la federación
expresamente a través del artículo 73 constitucional, pero también debemos
complementar este análisis del régimen competencial del multicitado artículo 124,
con el estudio de los artículos 115, 116 y 117 constitucionales, de tal forma que
complementemos nuestra regla de distribución de competencias para quedar
como sigue:
Aquello que no esté expresamente conferido por la Constitución a la federación, ni
otorgado a los municipios, ni tampoco prohibido a las entidades federativas, será
competencia de éstas, amén de las facultades concurrentes o coincidentes que
analizaremos más adelante.

28 La explicación lógica del principio contenido en el artículo 124 se apoya en el proceso, también lógico, de la formación
federativa. Si se supone que la federación es un pacto entre Estados "libres y soberanos" pre-existentes en el que se crea
un nuevo Estado que los engloba y que a este nuevo Estado, el federal, se le debe dotar de órganos o autoridades para que
cumpla con los fines que motiven su fundación, se debe concluir que la competencia de tales órganos o autoridades debe
integrarse únicamente con las facultades que las entidades pactantes quieran darles, reservándose éstas, para sí, las que
siempre hayan tenido. De este modo la órbita competencial de las autoridades u órganos del Estado federal resulta de una
"transmisión" que en su favor efectúan los Estados miembros respecto de ciertas atribuciones al formar la federación,
conservando las que como entidades 'libres y soberanas" tengan y que no hayan decidido transferir. Id. Burgoa Orihuela,
Ignacio, p. 421.
216 ENRIQUE QUÍROZ ACOSTA
Como nos podemos percatar, nuestro sistema legal tiene una caracterología muy
interesante, en la que podemos comprender, en una primera aproximación a
nuestro sistema federal mexicano, a través de cuatro puntos que ya hemos
mencionado pero que debemos reiterar como características específicas de
nuestro citado federalismo:
La existencia de dos jurisdicciones, la federal y la de las entidades federativas,
coextensas, coexistentes y de igual jerarquía; la aplicación de normas tanto
federales como locales directamente a los individuos; la participación tanto de
instancias federales como de instancias locales en las reformas constitucionales;
y, la supeditación tanto de las legislaturas locales como de la federal a la
Constitución. Estas son pues las cuatro características que nos permiten abordar
la naturaleza del federalismo mexicano.29
11.4. LA DISTRIBUCIÓN DE FACULTADES ENTRE LAFEDERACIÓN Y LOS
ESTADOS
11.4.1. Sistema Canadiense y de los Estados Unidos de América

La distribución de competencias es uno de los aspectos primordiales de todo


sistema federal, porque solamente conociendo dicha distribución competencial
entendemos la fuerza de la federación, el ámbito de su actuación y, en buena
medida, la fuerza que tienen las entidades federativas a través de su ámbito de
actuación.
Así, para un análisis de sistemas comparados, lo primero que tenemos que
apuntar es que el reparto competencial en todo federalismo deviene de la
Constitución. En segundo lugar es importante conocer el origen histórico para
comprender el respectivo sistema de distribución de competencias.
El sistema norteamericano y el sistema canadiense, representan dos modelos de
distribución competencial, que responden cada uno de ellos, al origen de su propio
federalismo.30

29 El sistema federal en este país es un elemento entre dos tendencias: centralización y descentralización políticas, cómo
lograr que florezca, crezca y se fortalezca el principio de descentralización política constituye para los próximos años el más
grande desafío para el régimen federal en México. Carpizo, Jorge; Estudios Constitucionales, Ed. Porrúa, México, 1998, p.
152.

30 Cualquiera que sea el origen histórico de una federación, ya lo tenga en un pacto de Estados preexistentes o en la
adopción de la forma federal por un Estado primitivamente centralizado, de todas maneras corresponde a la Constitución
hacer el reparto de jurisdicciones. Pero mientras en el primer caso los Estados contratantes transmiten al poder federal
determinadas facultades y se reservan las restantes, en el segundo suele suceder que sea a los Estados a quienes se
confieren las facultades
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 217
En el caso de los Estados Unidos de América, previo al pacto federal, ya existían
entes independientes plenamente constituidos, los cuales decidieron convenir la
trasferencia de una serie de materias y atribuciones a una organización que es
precisamente la federación, instancia que crean a partir del pacto de unión o pacto
federal; es decir, la federación se formó en el caso de los Estados Unidos de
América, con aquellos Estados que cedieron, parte de su ámbito competencial y lo
otorgaron a la federación. En el caso de los Estados Unidos de América, el poder
central se formó en virtud de aquello que tuvieron a bien otorgar los estados. En
los Estados Unidos de América los estados se reservaron atribuciones.
Por su parte, en el caso de Canadá, el poder central a diferencia del americano, es
el que concede una serie de facultades a los estados, reservándose para el poder
federal algunas facultades.
Luego de analizar a ambos sistemas, en el sistema norteamericano, los estados
se reservan un ámbito de actuación mucho más amplio de lo que conceden a la
federación; es decir, los estados miembros son los que a través del pacto de la
unión, transfieren determinadas atribuciones a la federación y, con ello, nos lleva a
la conclusión de que las entidades federativas gozarán de facultades implícitas.
El resultante de la distribución competencial en un sistema y en otro, es el
siguiente: en el sistema americano, su origen fue que aquello que los estados
cedieron a la federación y, por lo tanto, su sistema de distribución de
competencias implica que la federación tendrá todas aquellas facultades que
enumere la Constitución; y, en el sistema canadiense, a la inversa, las entidades
federativas tendrán aquellas facultades que le otorgue la Constitución y las
restantes serán atribuciones de la federación.31
Repasemos de manera sintética lo que hemos señalado: en los Estados Unidos
de América, la distribución competencial es tal, que

enumeradas, reservándose para el Poder Federal todas las demás. La Constitución de Estados Unidos adoptó el primer
sistema, la del Canadá el segundo. Tena Ramírez, Felipe; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1981, p.
112.

31 En Canadá, la Federación dio vida a los Estados Unidos, por tanto aquélla tiene el mayor numero de facultades, y éstos,
el menor, todo lo cual es inherente al sistema federal, llevando conforme a los principios que le dieron vida en Estados
Unidos. México al ser un país centralista de facto también concentra en favor de la Federación la casi totalidad de
facultades permaneciendo sólo unas cuantas a favor de los Estados. Canadá y México, son el misino caso, sólo que allá se
vive el sistema de jure y de facto, y aquí sólo de jure y no de facto. Martínez de la Serna, Juan Antonio, Derecho
Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1983, p. 107.
218 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
lo que el pacto federal le haya otorgado a la federación será el ámbito
competencial de ésta y las entidades federativas tendrán todas las demás
atribuciones; con lo que el sistema federal americano de manera centrifuga,
delega atribuciones a la autoridad central, que es creación del Pacto de la Unión,
en virtud del cual, la federación tendrá las facultades que le señala la Constitución
y, todas las demás, serán de las entidades federativas.
Entre un sistema competencial y otro, las diferencias obedecen a su origen; con lo
cual, en el sistema federal de los Estados Unidos de América, la zona
competencial no definida, pertenece a los Estados, con lo que se da la apariencia
de que los estados serán más fuertes que la federación. Mientras que en el
sistema canadiense, la zona competencial no definida pertenece a la federación,
con lo que su fuerza será mucho más amplia que la de los estados.
En los Estados Unidos de América, sin embargo, se ha demostrado que la
federación se ha ido tomando diversas atribuciones, a través de métodos
interpretativos de la Suprema Corte de Justicia, gracias al texto ambiguo e
interpretación de la enmienda décima, 32 que establece la fórmula de distribución
competencial. Con ello, pues, la federación —en los Estados Unidos— se ha ido
fortaleciendo con una serie de atribuciones, conferidas a través de su método
interpretativo.
Si bien nuestro sistema de distribución competencial se inspiró en la citada
Enmienda Décima de la Constitución americana, existe una diferencia sustancial
que hemos mencionado y que deriva del texto de nuestro artículo 124
constitucional, con el término "expresamente".
En efecto, en el sistema federal mexicano, la regla de distribución competencial
dice que: la federación o las autoridades federales, tendrán las atribuciones que
expresamente le sean prescritas por la Constitución y las restantes pertenecen a
los estados. Vemos que hay una diferencia sustancial respecto del modelo jurídico
norteamericano.
11.4.2. Las facultades explícitas e implícitas

Lo estudiado con antelación nos deja claro que la regla general de distribuciones
competenciales es tal que, en principio, para saber que alguna materia es federal
o que, por el contrario, es materia de las entidades federativas, se debe consultar
a nuestra Constitución y ob-

32 El texto de la Enmienda X de la Constitución de los Estados Unidos de América es: "Los poderes que la Constitución no
delega a los Estados Unidos ni prohíbe a los estados, quedan reservados a los estados respectivamente o al pueblo"
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 219
servar, si realmente es una atribución de la federación. Si no la otorgó a la
federación, entonces es materia de las entidades federativas.
Esto que parece simple puede ser complejo por diversas cuestiones, tales como la
existencia de facultades coincidentes. Pero también, es complejo porque tenemos
que verificar si existe la posibilidad jurídica de que existan materias que son del
orden federal, no porque expresamente estén señaladas en la Constitución, sino
porque devienen de facultades implícitas otorgadas a la federación.
Entonces, en el análisis de nuestro sistema federal, debemos tener presente la
posibilidad de la existencia o procedencia de las facultades implícitas. Las
facultades explícitas son aquellas que de manera directa y específica enumera la
Constitución. Basta el señalamiento de la materia para inferir de manera concreta
que es una materia federal, por ejemplo, la materia de defensa nacional.
Pero derivado de las facultades explícitas, hay otras que son atribuciones que
implícitamente pueden estar atribuidas a la federación. En ese tenor, lo primero
que tenemos que decir es que mientras que las facultades explícitas son las
conferidas por la Constitución a los poderes federales, de manera concreta y
determinada, las facultades implícitas son las que el poder legislativo puede
concederse a sí mismo, como medio necesario para ejercer alguna de las
facultades explícitas.
En nuestro sistema jurídico, a diferencia del norteamericano, lo implícito deviene
de la necesidad de su existencia para poder ejercer una facultad explícita.
Entonces, la existencia de una facultad implícita depende de la existencia de una
explícita. No es implícita una supuesta facultad que no tiene como origen la
existencia de una facultad explícita.
Felipe Tena Ramírez señala que el otorgamiento de una facultad implícita, en
nuestro país, sólo puede justificarse cuando se reúnen los requisitos derivados de
la fracción XXX del artículo 73 constitucional, como son. a) la existencia de una
facultad explícita que por sí sola no pueda ejercerse; b) la relación entre la facultad
implícita y el ejercicio de la facultad explícita, ya que sin la primera no puede
realizarse el uso de la segunda; y, c) el reconocimiento por el Congreso de la
Unión a la necesidad de una facultad implícita y, el otorgamiento, por el mismo
Congreso, del poder que ella necesita.
Tena Ramírez33 nos enseña que evidentemente las facultades

33 Las facultades explícitas son las conferidas por la Constitución a cualquiera de los Poderes federales, concreta y
determinadamente en alguna materia, las facultades implícitas son las que el Poder Legislativo puede concederse a sí
mismo o a cualquiera de los otros poderes federales como medio necesario para ejercer alguna de las facultades explícitas.
Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 116.
220 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
implícitas no son autónomas, ya que dependen de una facultad principal; es decir,
existe una subordinación evidente de una facultad implícita a una explícita (sin la
explícita no existiría la implícita). También nos enseña que para que exista una
facultad implícita debe existir una necesidad, amén de la existencia de la facultad
explícita para poder operar, ya que la propia facultad explícita, si no requiere de la
implícita, esta última no existe.
En México, no es válido aceptar que el Poder Ejecutivo o el Judicial pueden
atribuirse facultades implícitas por medios interpretativos; es solamente el
Congreso el que lo puede realizar, el que puede establecer facultades implícitas,
ya que, insistimos, el fundamento de éstas deviene de la fracción XXX del artículo
7334 y, precisamente, este artículo es el que faculta al Congreso de la Unión.
Debemos reiterar, para concluir, que en un régimen federal como el nuestro, en el
que la federación únicamente tiene aquellas atribuciones que expresamente le
otorga la Constitución, ni la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ni el Ejecutivo
Federal pudieran aducir la existencia de facultades implícitas para ampliar el
marco de actuación de la propia federación; empero, existe un tipo de facultades
implícitas y son aquellas que a través de leyes puede expedir el Congreso de la
Unión a efecto de servir a las facultades explícitas.
Estas facultades implícitas son un medio para desarrollar las explícitas y, por lo
tanto, su razón de existencia se debe, precisamente, a las facultades explícitas. Lo
anterior significa que, mientras las facultades explícitas no requieran para
desarrollar totalmente su atribución de implícitas, éstas no pueden existir en
nuestro régimen constitucional. Precisamente, la base para sostener la explicación
anterior se ubica en el texto de la fracción XXX del artículo 73 constitucional que
señala las facultades del Congreso de la Unión.

11.4.3. Las facultades concurrentes y coincidentes

Hemos señalado que las reglas que establece el artículo 124 constitucional en
materia de distribución de competencias entre la federación y los estados, es
como tal, una regla general y, precisamente, al decir que se trata de una regla
general, derivamos que existen excepciones.

En la doctrina y en la técnica constitucional de los sistemas federales se alude a


un tipo de excepción a la regla general de distri-

34 Articulo 73. —"El Congreso tiene facultad: fracción XXX. —Para expedir todas las leyes que sean necesarias, a objeto de
hacer efectivas las facultades anteriores y todas las otras concedidas por esta Constitución a los Poderes de la Unión".
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 221
bución de competencias que implican las facultades denominadas concurrentes,
de una parte y facultades coincidentes por otra. Si analizamos el término de
facultades concurrentes en el sistema jurídico de los Estados Unidos de América,
encontraremos que se denomina facultades concurrentes a aquellas que están
atribuidas a la federación para legislar en una materia determinada, pero que la
federación no ha ejercido, y en tanto no la ejerza, es aceptable jurídicamente que
legislen y apliquen las entidades federativas en su respectivo territorio, en el
entendido de que cuando sea legislado por la federación, quedarán derogadas las
normas locales respectivas.35
Las facultades concurrentes a que hemos aludido, existen también en algunas
otras latitudes y derivan de una serie de elementos de carácter teórico—jurídico.36
Esta regla a la que estamos aludiendo, no existe en el papel; es decir, no aparece
en el texto de la Constitución de los Estados Unidos, se deriva de una facultad
interpretativa de la Suprema Corte de aquél país, la cual, parte de la tesis de que
en los Estados Unidos no existe un sistema rígido como el que se establece en
México en el artículo 124 constitucional; además, las facultades concurrentes
implican que en los Estados Unidos las entidades federativas tienen una gran
fortaleza, de otra manera no podrían legislar y aplicar materias que en principio
son federales.
La existencia de las facultades concurrentes en los Estados Unidos, también tiene
relación directa con el origen del propio federalismo de este país. No olvidemos
que el federalismo de los Estados Unidos parte de la existencia previa de estados
que originalmente fueron colonias; entonces, la tesis de las facultades
concurrentes, parte de que las entidades federativas cedieron determinadas
atribuciones a la federación, a través del pacto federal, pero si esa fede-

35 Por ejemplo, la facultad de legislar en materia de quiebras pudieron ejercerla los Estados, y de hecho la ejercieron, entre
tanto no la ejerció la Unión; cuando ésta la utilizó, expidiendo la ley relativa, quedaron automáticamente derogadas las leyes
sobre quiebras expedidas por los Estados y extinguida la facultad de éstos para legislar sobre la materia Id. Tena Ramírez,
Felipe, p. 121.

36 Las facultades concurrentes no están consagradas por la Constitución norteamericana, sino por la jurisprudencia y por la
doctrina. Funcionan como facultades para ¡os Estados, porque se requiere que a pesar de ser cedidas a la Federación, que
no estén expresamente prohibidas a los Estados, y sólo hasta que el Congreso se sobreponga a los Estados serán
expresas facultades de la Federación, es decir, son facultades expresas que la Federación no ha ejercido; pudiéramos decir
que se trata de una contradelegación de hecho de la Federación a los Estados, cuya extinción opera en el momento mismo
en que la Federación determina ejercerlas. Id. Martínez de la Serna, Juan Antonio, p 120.
222 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

racion no las aplica, existe cierta facultad originaria de los estados para aplicarlas.
Las facultades concurrentes en Estados Unidos implican una cuestión muy distinta
a lo que nosotros interpretaremos por este tipo de facultades, tanto desde el punto
de vista gramatical 37 como desde el punto de vista constitucional. En nuestro
idioma concurrencia implica que dos o más cuestiones se desarrollan al mismo
tiempo.
Si partimos de esta acción temporal, el fenómeno que hemos descrito y que ocurre
en los Estados Unidos no es concurrencia, por que partiendo de lo que se
entiende por concurrencia en aquel país nunca va a coincidir con la letra
gramatical castellana, debido a que en ese sistema, una facultad de la federación
y una facultad de una entidad federativa, novan a aplicar al mismo tiempo.
Si comparamos las facultades concurrentes en México linealmente con los
Estados Unidos, lo primero que tenemos que afirmar respecto a nuestro sistema
jurídico, es que en México no existen las facultades concurrentes del tipo que
hemos comentado que existen en Estados Unidos. Lo que en México existe son
las facultades coincidentes. Algunos textos y algunos autores en ocasiones las
confunden o simplemente las denominan facultades concurrentes 38
Las facultades coincidentes son aquellas que en forma simultánea ejerce la
federación y las entidades federativas. Como podemos observar, sin duda alguna,
al igual que las facultades concurrentes de los Estados Unidos, nuestras
facultades coincidentes son una excepción a la regla del artículo 124
constitucional, o que constituyen excepciones a la regla de distribución de
competencias del mismo artículo.
Nuestro sistema de facultades coincidentes, en rigor, prevé cierta prevalencia de
la federación respecto de las entidades federativas, el Congreso de la Unión
define hacia el interior de la materia, el am-

37 las facultades concurrentes en el sentido castizo de la palabra que propiamente debieran llamarse coincidentes, son las
que se ejercen simultáneamente por la Federación y por los Estados. Tales facultades no existen ni en la Constitución ni en
la Jurisprudencia de los Estados Unidos. En el sentido gramatical, como en el precepto jurídico, el verbo concurrir significa
contribuir a un fin, prestar influjo o ayuda a dos fuerzas hacia igual finalidad. Id Tena Ramírez Felipe, p 123.

38 El argumento que justifica las facultades concurrentes consiste en argüir que las entidades federativas no pueden estar
esperando a que la federación intervenga para satisfacer necesidades. Para Tena Ramírez, en México estas facultades no
se han desarrollado por la debilidad de las entidades federativas. En tanto que para Mario de la Cueva, las facultades
coincidentes no son facultades supletorias como las concurrentes y en ellas la legislación federal no quiebra a la local. Id
Carpizo, Jorge La Constitución Mexicana de 1917.p.299.
223
bito de la federación y de las entidades federativas. Luego dado que el Congreso
de la Unión también es el legislador federal, podemos obtener que en el sistema
constitucional mexicano, por lo que se refiere a las facultades coincidentes, se
pudiera llegar a sostener, que se da cierta prevalencia de la federación respecto
de las entidades federativas, dado, precisamente, que una ley creada, expedida,
por el Congreso, a la vez es la legisladora federal, en materias coincidentes
distribuye las competencias entre la federación y los Estados 39
Nosotros sostenemos que la existencia de este método de distribución de
atribuciones concretas en materia coincidentes, nos desquebraja el sistema
constitucional mexicano, porque le da al Congreso de la Unión facultades para
distribuir competencia entre la federación con respecto de las entidades
federativas.
Recordemos que en materia de jerarquía de las norma, derivado de nuestro
artículo 113 constitucional,, las normas fundamentales se integran por la
Constitución, las leyes expedidas por el Congreso se desarrollan el sentido de la
Constitución y que denominados leyes constitucionales y los tratados
internacionales. Debajo de estos tres elementos que integran las leyes
fundamentales de la unión, están las leyes federales, las leyes locales y en el
siguiente peldaño las disposiciones especificas. Asi resulta que la leyes generales
que distribuyen para la federación y las entidades de la federación, desarrollan
una facultad coincidente entre la federación o entre entidades federativas y son,
en rigor técnico, leyes constitucionales que, precisamente, integran la ley suprema
de toda la Unión.
Esta explicación del artículo 133 constitucional es lo que nos lleva a entender la
existencia de leyes generales que, como tales, distribuyen facultades concretas
entre la federación y los estados.
Las materias de asentamiento humano o de salud, son ejemplos de facultades
coincidentes. Hoy por hoy en materia de seguridad pública, también se alude a la
existencia de facultades concurrentes

39 para realizar la transferencia de atribuciones es menester no solo que se trate de una materia concurrente o coincidente
sino que además una ley que emane de la Constitución y que expida el Congreso de la Unión señale la congruencia de la
atribución a favor de las entidades federativas y municipios. El dispositivo de la ley de la materia, a que nos referimos con
antelación no sería estrictamente indispensable si la transferencia únicamente incluye facultades de auxilio (artículo 12
constitucional) y no de autoridad, aun cuando tenga envolvente que incluya recursos financieros, humanos y materiales, los
cuales se regirán por la legislación administrativa correspondiente y no de la materia sustantiva de la transferencia. Enrique
Quiroz Acosta , Conferencia Dictada en San Luis Potosí en el encuentro Nacional en materia municipal, 1995.
224
toda vez que en materia de seguridad pública, la federación debe coordinarse con
las entidades federativas, sin embargo, hay quien sostiene que la materia de
seguridad publica en realidad no es una facultad coincidente, toda vez que
mientras una ley general no señala atribuciones concretas a la federación, en
rigor, no pudiera realizar actos de autoridad, y por lo tanto , es dudosa la
naturaleza coincidente de esta atribución, pero nosotros pensamos que si
constituye, en efecto, una facultad coincidente, pero es muy claro que la ley de la
materia no podrá variar las atribuciones de la federación, de las entidades
federativas y de los municipios señalados en la Constitución, dado el texto de los
dos últimos párrafos del articulo 21 constituciona.40
En ocasiones al referirse a coincidencia de facultades, la Constitución alude al
termino “concurrente” por ejemplo en materia de salud 41Ante esta situación existe
la concurrencia entre la federación y los estados, y la clave es que la Constitución
lo indique y que una ley general lo desarrolle.
Debemos recordad que cuando aludimos a las facultades coincidentes,
empezamos diciendo que se trataba de una excepción a la regla general de
distribución de competencias y, lo que sucede , es que el sistema de distribución
de las facultades de una Constitución es una cuestión que aparentemente es muy
sencilla cuando vemos la regla general, pero cuando vemos las especificidades,
nos percatamos de que la cuestión simple y sencillamente es mucho más
compleja de lo que parece, y entonces decimos que para distribuir competencias,
partimos de nuestra regla general que es el 124 constitucional y , lo
complementamos con el 115,116,y,117,constitucional.
Mientras la regla general nos dice que lo que no este expresamente atribuido a la
federación corresponde a las entidades federativa, nos encontramos una serie de
excepciones que hacen que el
40 artículo 21 constitucional “La seguridad pública es una función a cargo de al federación, el distrito federal, los estados y
los municipios, en las respectivas competencias que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones policiacas
se regirá por los principios de legalidad, eficiencia, profesionalismo, y honradez.

La federación , el distrito federal, los estados y los municipios se coordinaran en los términos que la ley señale, para
establecer un sistema nacional de seguridad pública”

41Articulo 4 constitucional “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y las
modalidades para e acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades
federativas en materia de salubridad general, conforme lo que dispone la fracción XVI del articulo 73 de esta
Constitución”

Articulo 73 constitucional “El congreso tiene facultad fracción XVI – para dictar leyes sobre salubridad general de la
Republica”
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 225

sistema sea muy complicado, porque otra variante es entonces que las facultades
que expresamente tienen atribuidas las entidades federativas, Esta excepción
complica la otra regla, porque hay facultades que están expresamente atribuidas a
las entidades federativas y otras facultades que están prohibidas a las entidades
federativas, asi como de otras atribuciones que están otorgadas coinciden temente
a la federación y a las entidades federativas. Hasta aquí llevamos cuatro reglas
para el sistema de distribución de competencias en nuestro régimen jurídico; pero
además, también hay facultades de auxilio de las entidades federativas respecto
de la federación.
Hay un jurista citado en este punto frecuentemente por Jorge Carpizo, llamado
Bryce. Este autor, agrupa las fórmulas de distribución de competencias de la
siguiente manera: a) las facultades que están atribuidas a las entidades
federativas; b) facultades expresamente atribuidas a la federación; c) las
facultades concurrentes; d) los actos prohibidos a la federación; y, e) los actos
prohibidos a las entidades federativas.
Jorge Carpizo desarrolla en su obra, la forma en que estas reglas se pueden ir
aplicando a nuestro sistema jurídico. Además, dice que no solamente existen las
que enumera Bryce, en nuestro sistema jurídico, sino que también existen las
facultades coexistentes, las facultades de auxilio y las facultades que emanan de
la jurisprudencia.42
En materia de facultades coexistentes, Carpizo cita a las facultades que en
materia de comunicaciones tienen la federación y los estados. Las vías generales
de comunicación son materia federal y todo lo que no son vías generales, es
materia de las entidades federativas.
Debemos reconocer lo útil de esta clasificación expuesta por el Doctor Carpizo y
señalar también que, en nuestra opinión, en un sentido más amplio, en las
facultades coexistentes también se trataría de facultades coincidentes.
En materia de facultades de auxilio, hay una facultad genérica que marca nuestra
Constitución en el artículo 120 que dice: "los gobernadores de los estados están
obligados a publicar y hacer cumplir las leyes federales", lo cual constituye una
facultad de auxilio muy amplia. Asimismo, en materia de persecución de delitos
federales, hay una serie de atribuciones que son de auxilio por parte de las
entidades federativas respecto de la federación.
Otras facultades coincidentes son las materias de educación,

42 Id Carpizo, Jorge; Estudios Constitucionales, p. 93


226 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
desarrollo urbano, asentamientos humanos, salud y; la que establece el artículo
130 constitucional en lo relativo a la relación del Estado con la iglesia. Sobre este
ultimo asunto, debemos apuntar que este tema constituye uno de los asuntos mas
delicados en el devenir histórico de nuestro país.
En efecto, en 1991 hubo una modificación al artículo 130 constitucional, en virtud
de la cual, se estableció un nuevo status jurídico a la relación entre el Estado y la
iglesia. Se reconoce la personalidad jurídica de las iglesias; se señala que
corresponderá exclusivamente al Congreso de la Unión legislar en esta materia; y
establece la Constitución que las autoridades federales, de los estados y de los
municipios, tendrán en materia de relación Estado e Iglesia, las facultades y
responsabilidades que determine la ley.43
La anterior es una facultad coincidente, porque en las facultades coincidentes
participan simultáneamente dos o más instancias de nuestro federalismo, con la
distribución específica que ordene la Constitución general y la ley general derivada
de la propia Constitución.
11.5. NATURALEZA JURIDICA DE LOS ESTADOS MIEMBROS DE LA
UNIÓN
La naturaleza jurídica de los estados miembros de la Unión se determina con la
interpretación de algunas disposiciones de nuestra Carta Magna, particularmente,
lo dispuesto en los artículos 40, 41, 116 y 117 constitucionales. Debemos tener
presente que del análisis de esas disposiciones, amen de que se realicen otras de
manera complementaria a esos textos, podemos sostener la tesis de que nuestras
entidades federativas son instancias autónomas en nuestro régimen jurídico. 44
Aunque el artículo 4045 de nuestra Constitución alude al termi-
43 Artículo 130 Segundo párrafo.- “Corresponde exclusivamente al Congreso de la Unión legislar en materia de culto
público y de iglesias agrupaciones religiosas. La ley reglamentaria respectiva, que será de orden público, desarrollará y
concretará las disposiciones…”

44 Las entidades federativas, como hemos asentado, de acuerdo con el artículo 40 de la Constitución, son autónomas,
principio que implica la facultad de otorgarse y reformar su propia ley fundamental, la que según el artículo 41, no puede
contravenir a la Carta Magna de carácter general. La propia Constitución federal señala una serie de principios, en el
artículo 115, que los estados miembros deben respetar, porque enmarcan los principios de organización de las entidades
federativas y, éstas por ningún motivo deben ser violadas, porque si lo hacen, destruyen su propio orden jurídico. Id.
Carpizo, Jorge; Estudios constitucionales, pp.123-124.

45 Artículo 40 constitucional.-“Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una república representativa, democrática,
federal, compuesta de estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una
Federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.
227 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
no “soberanas” cuando se refiere a las entidades federativas, tenemos que
entender este término en su contexto. El artículo 40 dispone que serán soberanas
en todo lo que concierne a su régimen interior. Por ello, son autónomas – no
soberanas – en el sentido de que no tienen la potestad suprema de
autodeterminación y de autolimitación, que implica el sentido estricto de la
soberanía.
Por otra parte, son autónomas, porque se rigen a sí mismas, pero siempre estarán
sometidas a los principios que establece el propio pacto federal. Dado que como
dice el artículo 41, primer párrafo, última parte,46 “en ningún caso los Estados
pueden contravenir las estipulaciones del pacto federal”. 47
A pesar de ello, la autonomía es un atributo muy amplio en cuanto al ámbito de
acción y se manifiesta, entre otros aspectos, en que el pueblo de cada estado
elige a sus propias autoridades; Pero las elige sometiéndose a los principios y
lineamientos que sobre el particular señala la Constitución. En ese tenor, también
las entidades federativas, al ser autónomas pero no soberanas, no pueden
modificar su forma de gobierno y no pueden modificar tampoco la división de
poderes que les mandata el artículo 116 constitucional.
Por otra parte, el propio pacto federal establece limitaciones que obedecen a la
naturaleza autonómica, más no soberana de las entidades federativas. Basta
observar las prohibiciones expresas que establece el artículo 117 constitucional,
pero que en todo caso, no son limitaciones más allá de la propia naturaleza del
pacto federal; es decir, son limitaciones que obedecen al desarrollo que debe
tener la federación, son limitaciones con el animo de incurrir en la vida interior de
los estados, dado que es obvio que los estados, por su naturaleza, no celebren
alianzas, tratados o coaliciones con otro estado, ni con potencias extranjeras. Si
fuese valido que lo hiciesen, no estaríamos hablando de entidades federativas.
También es evidente, que las entidades federativas no pueden ni deben acuñar
moneda, ni emitir papel moneda, por que si lo hiciesen, vulnerarían el pacto
federal. Algo similar ocurre con la prohibición de gravar la circulación y el consumo
de productos nacionales o extranjeros.

46 Artículo 41, primer párrafo. – “El pueblo ejerce su soberanía por medio de los poderes de la Unión, en los casos de la
competencia de éstos, y por los de los estados, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente
establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de los estados, las que en ningún caso podrán
contravenir las estipulaciones del Pacto Federal…”

47 Como lo señala Herrera y Lasso, la Constitución federal, impone a las entidades federativas ciertas obligaciones, y si no
se cumplen con ellas, los poderes del estado miembro incurren en “violaciones a la Constitución y leyes deferales” ya sea
por acción o por inacción. Id, Citado por Carpizo, Jorge, p.126
228 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
El artículo 118 constitucional abunda en otras limitaciones, amén de las
contenidas en el artículo 117, pero en el caso del 118, se trata de limitaciones
relativas para su ejercicio que pueden ser autorizadas por el Congreso, como es el
establecimiento de derechos de tonelaje en algunos puertos, o lo relativo a las
tropas y buques de guerra.
Con lo señalado, nos queda clara la naturaleza jurídica de los estados miembros
de la Unión: a) se trata de instancias autónomas, donde el pueblo de las entidades
elige a sus autoridades; b) tienen su propia competencia y su propio sistema
interno de administración pública; c) su propio régimen de coordinación y
cooperación entre poderes de cada entidad federativa; d) sus propios sistemas
contables y financieros internos; e) la aplicación de su régimen de
responsabilidades de servidores públicos, pero sometidos a lo dispuesto por los
artículos 109 y 110 constitucionales; y, f) su propio régimen de captación de
ingresos de naturaleza fiscal —si bien sometidos al régimen de coordinación
fiscal—. Las anteriores características derivan de la naturaleza propia de la
autonomía de las entidades federativas, claro que dentro de la naturaleza jurídica
de las entidades federativas está, por otra parte, el que no tengan derecho a la
secesión; es decir, que una entidad federativa, como tal, no tiene derecho a
separarse de la Unión.
Un aspecto importante de la naturaleza jurídica de los estados miembros de la
Unión es el carácter que tienen, precisamente, como partes integrantes de la
federación, porque el territorio nacional comprende, de conformidad con el artículo
43 constitucional, a todas las partes integrantes de la federación y conservan,
conforme al artículo 45 constitucional,48 la extensión y límites que tenían hasta el 5
de febrero de 1917, que es cuando se expidió la Constitución.
Otro aspecto importante relativo al ámbito territorial, es la naturaleza de las
relaciones de los estados entre si. Conforme al artículo 46 constitucional,49 los
estados pueden arreglar, a través de convenios amistosos sus propios límites,
pero solamente se puede llegar a ese arreglo con la aprobación del Congreso de
la Unión, porque, precisamente, las entidades federativas son partes integrantes
de la federación. Luego, son autónomas pero no soberanas. Por otra parte, se
manifiesta la autonomía de las entidades federativas también

48 Artículo 45 constitucional.—"Los estados de la Federación conservan la extensión y límites que hasta hoy han tenido".

40 Articulo 46 constitucional.—"Los estados pueden arreglar entre si, por convenios amistosos, sus respectivos límites; pero
no llevarán a efecto esos arreglos sin !a aprobación del Congreso de la Unión".
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 229
porque participan en los procedimientos de reforma constitucional; es decir,
participan como partes integrantes de la federación, en las adiciones o reformas
del propio pacto federal.
Mencionamos también y debemos destacar que otra manifestación de su
autonomía es su régimen de responsabilidades de los servidores públicos. Este
régimen está sometido a los artículos 109 y 110 constitucionales. Algo similar
ocurre con la injerencia que tiene la federación en algunos procedimientos o
procesos, como es el caso de la desaparición de poderes de los estados, en el
cual, la autoridad es el Congreso de la Unión, que es, desde luego, una instancia
de carácter federal.
Debemos tener presente que el Senado juega un papel, en cierto sentido, como
cámara de íntima relación con las entidades federativas, dado que en teoría
constitucional, se podría sostener que el Senado representa al pueblo de cada uno
de los estados aunque no debemos olvidar que en realidad representan a la
nación.50
Finalmente, un aspecto adicional que corresponde a la naturaleza autónoma de
los estados, es lo dispuesto en el artículo 120 constitucional, 51 en cuanto a que
las entidades están obligadas a prestar auxilio a la federación. Es decir, como
integrantes del pacto federal, deben coadyuvar con la federación, que es creación
de las propias entidades. Los problemas de la federación son de la nación y, por lo
tanto, también de cada uno de sus miembros.
1.1.6. NATURALEZA JURÍDICA, ORIGEN Y FINALIDAD DEL DISTRITO
FEDERAL
El Distrito Federal es uno de los aspectos propios de todo sistema federal.
Evidentemente corresponde a un concepto jurídico y en ese sentido, debemos
señalar, que es un espacio físico, en el cual, residen los poderes de la Unión y, por
lo tanto, en este espacio físico no tienen jurisdicción, ni injerencia propia o
competencial las entidades federativas. Nos dice el maestro Daniel Moreno, 52 que
el Distrito
50 Tradicionalmente se ha creído que la existencia del Senado es esencial en un sistema federal y que los senadores
representan a las entidades federativas con lo que se logra el principio de igualdad entre ellas, principio contrario en la
Cámara baja, donde cada estado miembro está representado según su número de habitantes. El punto anterior no nos
parece certero —apunta Carpizo— pues consideramos que los senadores, así como los diputados —según el artículo 51—
son representantes de la nación y no de las entidades federativas. Id. Carpizo, Jorge, p. 128.

51 Articulo 120 constitucional.—"Los gobernadores de los estados están obligados a publicar y hacer cumplir las leyes
federales".

52 Distrito Federal es un concepto jurídico que define el área donde se asientan los poderes de la Unión de estados libres y
soberanos, a fin de que dichos poderes tengan una jurisdicción libre de presiones inmediatas de los estados federados. Es
230 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Federal es una invención que hace posible la residencia de un poder general que
es la federación, en relación con los poderes de los Estados.
Es claro que en un sistema federal, en todo el territorio nacional, la federación
ejerce sus atribuciones y en cada entidad federativa, amén de esa jurisdicción
federal, existe la jurisdicción local. Entonces, por ejemplo en Nayarit, la federación
interviene en materia de comercio y la entidad federativa interviene en materia civil
de manera coextensa y coexistente con la federación. Esto que ocurre en cada
una de las entidades federativas, sigue una suerte interesante en lo relativo al
Distrito Federal.
Hemos dicho que el Distrito Federal es un espacio físico, sede de los poderes
federales; por lo tanto, ahí se ubican físicamente los poderes federales y, por ello,
no tiene injerencia directa algún estado, simplemente no hay ninguna entidad
federativa, debido, precisamente, a que es la sede de los poderes federales.
La razón de ser del Distrito Federal cobra relevancia porque existe la posibilidad
teórica y, pudiéramos sostener hasta técnica, de que no exista el Distrito Federal.
Lo anterior significa que en técnica jurídica, un estado podría, por ejemplo,
"rentarle" oficinas públicas a las autoridades federales y las autoridades federales
ejercerían —como lo hacen— su poder en todo el país en lo que hace a su
competencia; es decir, ejercerían su competencia, ahí donde están y en todo el
territorio nacional, sin ningún problema. Luego, parecería que técnicamente puede
no existir el Distrito Federal. Entonces, se atribuye la existencia del Distrito Federal
a una necesidad, pero no a una necesidad de técnica-jurídica; es decir, desde
luego, que tiene una naturaleza jurídica propia el Distrito Federal y, desde luego,
también tiene una propia técnica jurídica la existencia del Distrito Federal, pero es
una necesidad política, no una necesidad jurídica. Es decir, a una necesidad
política se le da una solución jurídica.
En cuanto a su naturaleza jurídica, podemos decir, que es una entidad federativa
sui generis, porque en sus materias que no son federales (conforme al artículo 124
constitucional), sino locales, participan y concurren o coinciden la federación y las
autoridades propias del Distrito Federal.

pues, una "invención" que hace posible la residencia de un poder general en relación con otros poderes, los de los estados,
a los que debe coordinar, y sobre los que tendrá ciertas prerrogativas, pero sin interferir en su esfera política y territorial. Id
Moreno, Daniel; Derecho Constitucional Mexicano, p. 340.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 231

En el estudio del Distrito Federal existen elementos históricos importantes.


Evidentemente, el primer Distrito Federal fue, como nos dice Miguel Acosta
Romero, el que apareció en los Estados Unidos de América con el denominado
Distrito de Columbia; pero también coincidimos en que su origen fue muy distinto
al del Distrito Federal en México. Recordemos que durante los primeros quince
años de la vida independiente de los Estados Unidos, el Congreso continental se
reunió en diversas ciudades, en Filadelfia, Baltimore, Lancaster y Nueva York; es
decir, era itinerante la sede de ese Congreso. Además, las primeras cinco
reuniones —celebradas prácticamente durante la guerra de independencia— se
fueron realizando los cambios, a veces por cuestiones también estratégicas.
Lo cierto es que la Constitución de los Estados Unidos en su proyecto de 1787,
especificó en su artículo I, Sección octava, Cláusula 17, que el Congreso tendría
facultad exclusiva para legislar sobre un Distrito, que no excedería de 10 millas
cuadradas. Ese Distrito sería cedido en particular por un Estado de la Unión con la
aceptación del Congreso y ese sería el asiento del gobierno de los Estados
Unidos.53 La federación necesitaba un Distrito Federal para que ninguno de los
estados irrumpiera o debilitara los propios actos de la Unión, a través de actos
físicos, o a través de impedimentos en el desarrollo de la vida cotidiana de las
autoridades federales.
La ubicación de la Ciudad de Washington fue estratégica, si observamos el centro
histórico, es como una área de defensa, incluyendo el Río Potomac, en virtud de
su forma, que casi está tratando como de envestir a quien trate de meterse a la
zona donde se instaló el Distrito de Columbia,
La tesis en cuanto al Distrito, era que en éste residieran oficinas públicas
federales, al grado tal, que muchos de sus funcionarios, desde el principio, vivían
fuera del Distrito, lo cual no era, en rigor, la idea original, ya que ese espacio se
había creado para que vivieran ahí los funcionarios federales sin ser bloqueados
por los otros estados.
Hoy en día el fenómeno es totalmente distinto. La actual ciudad de Washington es
mucho más grande que el Distrito de Columbia originalmente proyectado (claro
que el Distrito como tal sigue con

53 Los días del 7 al 17 de octubre de 1793 se aprobó la posibilidad de establecer la sede de los poderes federales en las
riberas del Rio Ptomac o Georgetown, Los terrenos fueron cedidos por los estados de Maryland y Virginia, se construyeron
los primeros edificios que albergaron a las oficinas públicas a partir de 1800. La ubicación exacta del Distrito de Columbia
fue seleccionada personalmente por Washington y la primera piedra se colocó el 15 de abril de 1791. Acosta Romero,
Miguel; Teoría General del Derecho Administrativo, Ed. Porrúa, México, 1995, p. 303.
232 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
las mismas dimensiones). Ahora posee suburbios muy amplios. Reiteramos,
evidentemente, ésta fue la primera capital en un sistema federal, cuya razón de
ser, fue más de naturaleza política que estrictamente jurídica.
En el caso mexicano, el Distrito Federal en muchos aspectos es el punto más
importante de la nación mexicana. Evidentemente, es la parte más poblada de
todas las porciones territoriales del país; es la más industrializada; es el centro
financiero del país; y, desde luego, es el asiento de los poderes federales. Sin
duda también, es el centro poli tico del país, sobre todo, porque históricamente ha
habido un gran centralismo, pero también ha habido una suerte simultánea, que
nos indica que el Distrito Federal es un centro cultural formidable, como lo dice
Carpizo.
Desde la Gran Tenochtitlán,54 fue enorme la expresión que tuvieron los españoles
al ver una ciudad de monumentos con colores en tonalidades pastel, que se
ubicaba alrededor de un lago enorme en el que se reflejaba el cielo, altamente
poblada y con grandes mercados. Bemal Díaz del Castillo nos apunta en su obra:
"La Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España", "entre nosotros (el
ejército de Cortés) hubo soldados que habían estado en muchas partes del
mundo, en Constantinopla, en todo Italia y Roma, y dijeron que plaza tan bien
proporcionada y con tanto concierto y tamaño, llena de tanta gente no la habían
visto".
Simplemente, en el aspecto físico y en el aspecto arquitectónico y de distribución,
eran muy evolucionados los Aztecas. Sin embargo, hay misterios que no es fácil
explicar, tales como el hecho de que en América no se utilizaba la rueda, pese a
tener otras técnicas e instrumentos depurados.
Desde luego, al independizarse México, se reconoció como algo natural —dice
Carpizo— que la capital del país fuera el Distrito Federal, así constó en la primera
Constitución de 1824 y entre las facultades del Congreso, precisamente, se
señalaba la de elegir un lugar que sirviera de residencia a los supremos poderes
de la federación, para ejercer, en su Distrito, su autoridad sin injerencia de alguna
Entidad Federativa.
Desde sus orígenes, el Distrito Federal dependía jurídicamente

54 La antigua capital mexicana, la más importante metrópoli de América al iniciarse la conquista europea. Fue la hermosa
ciudad de Tenochtitlán (nombre otorgado en honor del caudillo-sacerdote Tonoch). Fundada, según las investigaciones del
doctor Ángel Ma. Garibay, a fines del siglo XII. La ciudad destruida por las tropas españolas, después de la heroica defensa
realizada por Cuauhtémoc y las huestes tenochcas y tecpanecas, se edificó precisamente sobre los escombros de la gran
capital india. Moreno, Daniel; Derecho Constitucional Mexicano, p. 339.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 233

de los poderes federales y, por ello, el gobierno federal nombraba un gobernador


para la administración del mismo. Al instaurarse el régimen centralista,
desaparece como tal el Distrito Federal; sin embargo, la última Constitución
centralista de México, siguió refiriéndose a la Ciudad de México.55 Por su parte, la
Constitución de 1857 enumeró las partes integrantes de la federación. En ella,
nombra al Valle de México y no enumera al Distrito Federal, pero si prevé que tal
estado incluiría la sede de los poderes federales.
En efecto, en la Constitución de 1857, en su artículo 72, fracción VI, se le otorga,
precisamente, al Congreso la facultad para el arreglo interior del Distrito Federal,
para que se legisle en materia del Distrito Federal y territorios federales, lo cual es
muy interesante, porque también se señalaba en esa fracción, la posibilidad de
que los ciudadanos eligieran popularmente a las autoridades políticas, municipales
y judiciales. Recordemos que la Constitución del 57 fue unicameral, pero cuando
regresa el Senado —nos dice Carpizo— se le otorgan a la ciudad de México, dos
representantes en dicha Cámara, lo cual, no le agradó a algunos autores como
Herrera y Laso.
Durante la vigencia de la Constitución de 1857, desde luego, se expidieron varias
leyes respecto del Distrito Federal, pero llama la atención la de 1901, porque es
una ley que reglamenta de manera precisa el Gobierno del Distrito Federal.
En cuanto al Constituyente de 1916-1917, el proyecto de Carranza, proponía
suprimir el sistema municipal del Distrito Federal y lo sustituye por un régimen de
comisionados nombrados y removidos por el Ejecutivo Federal; pero al
enumerarse las partes integrantes de la federación, desaparece la mención del
Valle de México y aparece el nombre del Distrito Federal.
Sin embargo, el Congreso Constituyente de 1916-1917 rechaza el proyecto de
Carranza en lo relativo a los municipios y, por lo tanto, hubo municipios en la
capital de la República; pero en 1928,56 a través de una reforma constitucional, se
suprime el régimen muni-

55 La última Constitución centralista de México siguió refiriéndose al Distrito Federal hasta el 16 de febrero de 1854 en que
se denominó distrito de México, comprendiendo dentro de sus límites a San Cristóbal Ecatepec, Tlanepantla, Los
Remedios. San Bartolo, Santa Fe, Huixquilucan, Mixcoac, San Angel, Coyoacán, Tlalpan, Tepepan, Xochimilco e Iztapalapa
y la medianía de las aguas del lago de Texcoco. Id. Carpizo, Jorge; Estudios Constitucionales, p. 137.

56 La reforma de 1928 fue en contra de la historia constitucional de México, de la que se desprende que los habitantes de la
Ciudad de México, habían siempre tenido el derecho de nombrar a sus gobernantes. El sistema municipal había tenido una
amplia trayectoria en la capital mexicana hasta que fue suprimido en 1928. Id. Carpizo, Jorge, p. 139.
234 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

cipal en el Distrito Federal. Mucha gente se pregunta por qué se suprimieron los
municipios en el Distrito Federal. Se trató de conflictos políticos.
Vamos ahora a analizar al Distrito Federa! de la actualidad. No olvidemos que con
antelación a la reforma, el Congreso de la Unión era el legislador del Distrito
Federal, el Presidente de la República era el gobernador del Distrito Federal y era
quien designaba a un Jefe de Departamento, regente o cualquiera otra
denominación y el Poder Judicial tenia, ya desde entonces, su propio Tribunal
Superior de Justicia, pero también ahí las designaciones correspondían a las
autoridades federales. Se decía que en el Distrito Federal habia tres poderes, lo
cual resultaba cierto, pero eran poderes cuyo imperio ejercía la federación en
forma exclusiva. El propio Tribunal Superior de Justicia, por ejemplo, insistimos, se
sustentaba en leyes locales, pero la designación de sus funcionarios correspondía
a instancias federales.
Pero vamos a analizar la estructura actual del Distrito Federal. Se trata de una
exposición sucinta.
Con motivo de la reforma en materia del Distrito Federal, a partir de 1996, se dan
una serie de adecuaciones que le permiten una evolución jurídico-politica de
especial envergadura y trascendencia para la historia del país. Se logra, entre
otras cuestiones, que el órgano legislativo del Distrito Federal tenga facultades
plenas de carácter legislativo y sus integrantes, desde luego, son electos por los
propios ciudadanos.
Debemos señalar, con respecto a ese Poder Legislativo, que con antelación a las
reformas de 1996, los órganos parlamentarios del Distrito Federal tenían menos
atribuciones que ahora. Es decir, es cierto que a partir de 1993, ya era un
Congreso Local en muchos sentidos, pero desde 1996 se le denomina Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, y se redondea su régimen de atribuciones. 57
Por lo que se refiere al Poder Ejecutivo, el titular de ese poder en el Distrito
Federal, es el Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Por otra parte, además de la
existencia de un Tribuna) Superior de Justicia, coexisten tribunales autónomos
que ya antes eran contemplados, como es el caso del Tribunal de lo Contencioso
Administrativo y de otros organismos específicos importantes, como son las
autoridades electorales locales.
Pero para entender la estructura de Gobierno del Distrito Fede-

57 Ver artículos Transitorios de los Decretos publicados, en el Diario Oficia! de la Federación, el 25 de octubre de 1993 y 22
de agosto de 1996.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 235

ral, tenemos que analizar el siguiente aspecto: el Distrito Federal sigue siendo la
sede de los Poderes Federales; es decir, la naturaleza jurídica del Distrito Federal
no ha variado conforme a las reformas de 1993 y 1996; en rigor, con las reformas,
el artículo 44 Constitucional no se ha modificado, ya que la Ciudad de México es el
Distrito Federal, sede de los poderes de la unión y capital de los Estados Unidos
Mexicanos, la cual, se compone del territorio actual. Se contempla, además, la
hipótesis de que si se trasladaran lo poderes a otro lugar, se erigirá el Estado del
Valle de México, con los limites y extensiones que le asigne el Congreso General.
Entonces, vale la reiteración, lo primero que tenemos que tener presente para
entender la naturaleza y la estructura actual del Distrito Federal, es que conforme
a las reformas que tuvieron verificativo a partir del 1993, no se modificó la
naturaleza del Distrito Federal, en el sentido de que sigue siendo la sede de los
Poderes de la Unión, pero ahora, en el Distrito Federal participan de manera
concurrente —en el sentido gramatical— y coincidente —en el sentido
estrictamente jurídico— en nuestro sistema, tanto la federación como las
autoridades locales y las propias del Distrito Federal.
Por lo que se refiere a las autoridades federales, participa en este gobierno el
Congreso de la Unión y el propio Presidente de la República y, como hemos
apuntado, por lo que se refiere a las autoridades locales, el Jefe de Gobierno, la
Asamblea Legislativa y el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
Ahora vamos a señalar los principales aspectos de cada una de esas
participaciones:
El artículo 122 de nuestra Carta Magna es la disposición que nos indica la
concurrencia o coincidencia entre los poderes federales y los órganos ejecutivo,
legislativo y judicial de carácter local en el Distrito Federal. El segundo párrafo de
este dispositivo constitucional nos señala que son autoridades locales en el
Distrito Federal, la Asamblea Legislativa, el Jefe de Gobierno y el Tribunal
Superior de Justicia; más adelante nos indica cómo se integra la Asamblea
Legislativa y también nos indica que el Jefe de Gobierno es el que tiene a su cargo
el Ejecutivo y la propia administración pública de la entidad y que el Jefe de
Gobierno es una persona que es electa por votación universal, libre, directa y
secreta; asimismo, nos menciona que hay un Tribunal Superior de Justicia y un
Consejo de la Judicatura del Distrito Federal.

Sobre esto último, cabe advertir que se agrega, en el caso del Poder Judicial, una
instancia que es el Consejo de la Judicatura,
236 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

que es el órgano de gobierno y administración del Poder Judicial del Distrito


Federal, conforme al esquema nacional de Reforma al Poder Judicial de 1994. 58

El aspecto que para efectos de esta unidad vamos a destacar, es el relativo a la


distribución de competencias entre los Poderes de la Unión y las autoridades
locales del Distrito Federal, porque precisamente, como hemos afirmado, se trata
de un régimen de coincidencia. Por lo que se refiere al Congreso de la Unión es
muy interesante y tal vez en cierto sentido curiosa, la forma en que se establece
su competencia respecto del Distrito Federal. La clave está en que tienen que
coincidir y concurrir, sin interferencia, el Congreso de la Unión y la Asamblea
Legislativa.

Para que se dé esta coincidencia, sin interferencia, el dispositivo constitucional


respectivo se ubica en el articulo 122 apartado A, el cual nos señala que
corresponde al Congreso de la Unión legislar en lo relativo al Distrito Federal, pero
con excepción de las materias expresamente conferidas a la Asamblea
Legislativa. Y aquí podríamos hacer un parangón con el nivel federal, y decir que
será materia en que puede legislar la Asamblea Legislativa todo aquello que le
esté expresamente conferido y, de manera residual, podrá legislar el Congreso de
la Unión en aquello que no le esté conferido expresamente a la Asamblea
Legislativa, amén de las otras cuestiones, que en materia del Distrito Federal le
otorga la propia Constitución al Congreso de la Unión, como es le caso de expedir
el Estatuto de Gobierno, legislar en materia de deuda pública del Distrito Federal y
dictar disposiciones generales sobre el debido y eficaz funcionamiento de los
poderes de la Unión.

Cuando se dice que corresponde al Congreso de la Unión legislar en todo lo


relativo, con excepción de lo que se establezca expresamente para la Asamblea,
en realidad hay una preeminencia en lo que va a legislar la Asamblea Legislativa
—lo cual consideramos válido— con lo que se le confiere un gran peso legislativo
para el Distrito Federal a la Asamblea Legislativa; sin embargo, las materias que la
propia Constitución asigna al Congreso son de vital importancia para el Gobierno
del Distrito Federal. Basta enfatizar las que hemos señalado; por ejemplo, la
expedición del Estatuto de Gobierno y legislar en materia de deuda pública, lo cual
es un aspecto importante, ya que es vital el endeudamiento público para el
desarrollo de una entidad.

58 Artículos 76 y 83 del Estatuto de Gobierno del Distrito Federal, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de
julio de 1994.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 237

Se debe señalar el aspecto financiero, como uno de los puntos medulares en que
participan de manera coincidente el Congreso de la Unión y la Asamblea, ya que
hay un sistema interorgánico entre el Congreso de la Unión, la Asamblea
Legislativa, e incluso, el Jefe de Gobierno.

En efecto, en este sistema interorgánico participan el Congreso de la Unión, la


Asamblea Legislativa, el Jefe de Gobierno, pero también el Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos. Basta observar para corroborar esta afirmación, que
en materia de deuda pública legisla el Congreso de la Unión; el Presidente de la
República le envía la propuesta de montos de endeudamiento necesarios para el
financiamiento del Presupuesto de Egresos del Distrito Federal y, por su parte, el
Jefe de Gobierno del Distrito Federal somete a la consideración del Presidente de
la República la propuesta correspondiente. Además, la Asamblea Legislativa
examina, discute y aprueba anualmente el Presupuesto de Egresos y la Ley de
Ingresos del Distrito Federal, aprobando primero, desde luego, las contribuciones
necesarias, para que haya presupuesto.

La facultad de iniciativa de la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos


corresponde al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, mientras que la cuenta
pública del año anterior, es revisada por la Asamblea Legislativa, por conducto de
la Contaduría Mayor de Hacienda y corresponde a la propia Asamblea Legislativa,
expedir las disposiciones legales para organizar la Hacienda Pública, la
Contaduría Mayor, el presupuesto, la contabilidad y el gasto público del Distrito
Federal y también, legislar en materia de administración pública local, su régimen
interno y los procedimientos administrativos.

En materia de gobierno, también se manifiesta este sistema de coordinación y,


básicamente, de coincidencia. Al observar lo dispuesto en la fracción segunda de
la letra A, del articulo 122, destaca que el órgano que legisla en cuanto al Estatuto
de Gobierno, es el Congreso de la Unión. Se debe tener presente que el Estatuto
de Gobierno implica, con toda proporción guardada, la ley constitucional del
Distrito Federal, el documento jurídico político derivado de la Constitución más
importante para el Distrito Federal y reiteramos, corresponde al Congreso de la
Unión su expedición; pero cabe advertir, que la expedición del Estatuto por parte
del Congreso de la Unión, no es una participación arbitraria del Congreso, ya que
para el ejercicio de esa facultad, debe sujetarse a las propias bases que establece
el 122 constitucional en su apartado C.

Por lo que se refiere al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, en materia


de Gobierno del Distrito Federal, cuando es removí
238 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
do el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, el titular del Ejecutivo Federal, propone
al Senado quien debe sustituirlo. Al respecto, debemos tener cuidado en no
confundir las cuestiones, ya que solamente puede proponer al Senado quien debe
sustituir al Jefe de Gobierno, en caso de remoción, por las causales y las
instancias respectivas y, por su parte, a la Asamblea Legislativa le corresponde en
materia de gobierno, nombrar a quien deba sustituirlo en caso de falta absoluta del
Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Lo anterior significa que son supuestos distintos de ausencia del Jefe de Gobierno.
En el caso de ausencia por destitución, el Senado designa a quien deba sustituir,
a propuesta del Presidente de la República y en el caso de falta absoluta,
corresponde a la Asamblea Legislativa designar al Jefe de Gobierno del Distrito
Federal.
En materia administrativa del Distrito Federal, existe una técnica relativa a la
concurrencia muy interesante referente a la facultad reglamentaria y a la
aplicación de las normas por parte del Ejecutivo del Distrito Federal; es decir, el
Jefe de Gobierno del propio Distrito Federal.
Por lo que se refiere a las normas generales que expide la Asamblea Legislativa,
el Jefe de Gobierno tiene tres atribuciones: a) la aplicación de dichas normas en
su ámbito competencial; b) realizarlas publicaciones respectivas; y, c) el ejercicio
de la facultad reglamentaria.
Por lo que hace a las normas expedidas por el Congreso de la Unión para el
Distrito Federal, el Jefe de Gobierno tiene la atribución de aplicar dichas normas
en su carácter de titular del Ejecutivo del Distrito Federal y, desde luego, debe
cumplir dicha normatividad; pero carece de la facultad reglamentaria y, también,
de la facultad de publicación de dichas normas.
En cuanto al Tribunal Superior de Justicia, es la instancia jurisdiccional en la cual
se ventilan las controversias de carácter civil y penal, respectivamente, en el
Distrito Federal; y, hemos dicho, también existe un Tribunal de lo Contencioso
Administrativo, que es independiente. Por su parte, el Ministerio Público está
presidido por un Procurador General de Justicia, que es nombrado en los términos
que señala el Estatuto de Gobierno.59
Es importante mencionar en este sentido que el Estatuto de Gobierno señala que
el Procurador lo nombra y lo remueve el Jefe de
59 El artículo 10 del Estatuto de Gobierno del Distrito Federal, índica.—"El Ministerio Público del Distrito Federal será
presidido por un Procurador General de Justicia, nombrado y removido por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, con la
aprobación del Presidente de la República..."
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 239
Gobierno con aprobación del Presidente de la República y de similar forma se
efectúa respecto del titular de la Secretaría de Seguridad Pública. Estos
mecanismos se utilizan por ser materias muy delicadas para la autoridad local, ya
que debe haber coordinación en las políticas de seguridad pública y el uso de la
fuerza pública, amén de evitar posible interferencia ilegítima de las autoridades de
seguridad local en autoridades federales.

11.7. LA GARANTÍA FEDERAL


Debemos entender por garantía federal, la protección que debe otorgar la
federación a las entidades federativas. Al respecto, como lo señala el profesor
Carpizo se trata de dos hipótesis básicas: a) los poderes de la unión tienen la
obligación de proteger a las entidades federativas contra toda invasión o violencia
exterior; y, b) la federación otorga su protección en los casos de sublevación o
conflicto interior, si la ayuda le es solicitada por la legislatura local o por ejecutivo
estatal cuando el Congreso del estado no se encuentre reunido.
En efecto, es muy claro que se trata de dos hipótesis, ambas contempladas en el
primer párrafo del artículo 1 19 constitucional. En cuanto a su concepción no hay
duda. Es una garantía de protección que la federación debe otorgar a las
entidades federativas, para intervenir en defensa de éstas ante toda invasión o
violencia exterior y en los casos de sublevación o conflicto interior.
Similar disposición se encuentra contenida en la Constitución de los Estados
Unidos de América, en la sección IV del artículo cuarto, la cual menciona que los
Estados Unidos garantizarán a cada Estado de la Unión una forma republicana de
gobierno60 y protegerán a cada uno de ellos contra invasión, a petición de la
legislatura o del ejecutivo, cuando la legislatura no pueda ser convocada ante la
inminencia de un conflicto que genere violencia doméstica.
Como se puede observar, a pesar de que nuestro dispositivo se inspiró en el de
los Estados Unidos, hay una hipótesis que no se contempla en México y es la
garantía del régimen republicano. Al res

60 Según la estructura del Estado federal norteamericano, la garantía de la forma republicana es esencial al sistema; y lo
mismo podría pensarse en el caso de México, ya que de acuerdo con los artículos 40 y 115 existe identidad de decisiones
fundamentales entre la federación y las entidades federativas, y una de éstas es precisamente la forma republicana de
gobierno. Sin embargo, no se encuentra en nuestra Constitución expresamente la mencionada garantía. Carpizo, Jorge;
Estudios Constitucionales, p. 113.
240 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
pecto, hay que señalar que la Constitución de 1857 suprimió tal alusión nosotros
creemos— debido a que la forma republicana como tal, está garantizada por
nuestro régimen jurídico, pero a través de otros instrumentos legales. Además, si
observamos lo dispuesto en la fracción II del artículo 105 constitucional, veremos
que en nuestro régimen se establece una institución denominada "las acciones de
inconstitucionalidad", y a través de ella se puede impugnar una posible
contradicción entre una norma de carácter general y la Constitución general de la
república. Así, una Constitución de un estado es una norma general, y si
contraviene a la Constitución se puede plantear ese asunto ante la Suprema Corte
de Justicia de la Nación. De ahí que si modifican una Constitución local y, con ello,
se vulnera la forma republicana en la entidad federativa, se podrá plantear el
asunto por vía de la fracción II del artículo 105.
Habrá quien sostenga que cuando se trata de la vulneración de la forma
republicana se puede acudir también a otros medios, como sería, precisamente, la
fracción I del propio 105 constitucional, en virtud de que al vulnerarse el régimen
republicano, se pudiese presentar un conflicto entre los poderes del propio estado,
aunque esta posibilidad seria más remota. Hay otra forma de combatir la
posibilidad de que se contravenga o se modifique la forma republicana y seria
precisamente, acudiendo a lo dispuesto en la fracción VI del artículo 76 de la
Constitución,61 que nos señala que corresponde al Congreso de la Unión resolver
las cuestiones políticas que surjan entre los poderes de un estado, cuando alguno
de ellos concurra con ese fin al Senado, o cuando con motivo de sus cuestiones,
se haya interrumpido el orden constitucional mediante un conflicto de armas; en
este caso, el Senado dictará su resolución, sujetándose a la Constitución General
de la República y a la de los estados, determinando la ley el ejercicio de dicha
facultad.
Coincidimos con Tena Ramírez62 cuando señala que esta hipótesis del 76,
fracción VI, es una hipótesis que no tiene relación directa con el artículo 119
constitucional, porque esa hipótesis de la fracción VI se refiere a la existencia de
una cuestión de carácter político que surge entre los poderes de un estado, y
realmente pueden presentarse dos posibilidades.

61 Articulo 76.—"Son facultados exclusivas del Senado Fracción VI.- Resolver cuestiones políticas que surjan entre los
poderes de un estado cuando alguno de ellos ocurra con ese fin al Senado, o cuando, con motivo de dichas cuestiones, se
haya interrumpido el orden constitucional mediante un conflicto de armas. En este caso el Senado dictará su resolución,
sujetándose a la Constitución General de la República y a la del Estado".

62 Citado por Id. Carpizo, Jorge, p. 114.


TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 241
En efecto, la Constitución se refiere a cuestiones políticas y no solamente a
conflictos entre los poderes de un estado. Una hipótesis es la existencia de
problemas políticos y, otra la existencia de un conflicto entre poderes de un estado
aunque pudieran coincidir, la existencia de un conflicto entre los poderes de un
estado y la existencia de problemas políticos.
En síntesis, en nuestro régimen no se requiere que el artículo 119 prevea la
defensa de la forma de gobierno republicano; y creemos que en nuestro sistema
no hace falta una disposición de esa naturaleza, porque nosotros pensamos que
existen otros instrumentos jurídicos para defender la forma republicana de
gobierno en las entidades federativas, como pudiera ser la fracción II del 105 y la
fracción VI del artículo 76 constitucional, disposiciones a las que hemos aludido.

Para González Flores, no es necesario el texto del artículo 119 constitucional


porque de todas formas le compete al Presidente de la República disponer de las
fuerzas armadas para la seguridad interior y la defensa externa de México. Un
aspecto muy interesante que nos recalca Jorge Carpizo respecto de la garantía
federal, es que en el caso de la invasión o violencia exterior, el Presidente de la
República tendría que actuar de oficio, es decir, basta con que se presente la
hipótesis para que actúe el Presidente de la República; por lo tanto, no se lo tiene
que solicitar la instancia respectiva de la entidad federativa; a diferencia de la
segunda hipótesis, en que es menester que la solicite la legislatura local o el
Ejecutivo, si no está reunido el Congreso del Estado.
Estamos de acuerdo con Carpizo, cuando dice que, en cierto sentido, perdió
importancia la segunda hipótesis, mencionada en la fracción VI del artículo 76;
pero Don Emilio Rabasa —citado por el propio Carpizo— nos aclara que en el
caso de la hipótesis que prevé el 119 constitucional, deben estar de acuerdo los
poderes legislativo y ejecutivo en solicitar ayuda a la federación.
La segunda hipótesis del 119 constitucional es peculiar, porque si existe una
sublevación, es un asunto que requiere de la fuerza pública. No obstante, la
legislatura local es la primera instancia que debe solicitar esa ayuda, algo que
resulta interesante, porque pareciera que quien debe contar con la facultad, por su
naturaleza, es el Gobernador por atender las cuestiones relativas a la fuerza
pública; sin embargo, quien tiene que pedir el auxilio —si está reunido— es el
Congreso y, solamente, cuando no está reunido el Congreso, le corresponde al
Gobernador.
Hemos sostenido que si tratáramos de ubicar su lógica, parecie
242 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

ra que lo que se busca es que exista una coherencia o coordinación entre la


legislatura local y el gobernador; sin embargo, pensemos en una hipótesis en la
cual la legislatura tenga una mayoría distinta a la del partido a la cual pertenece el
Gobernador; ante ello, pudiera complicarse la situación si tiene verificativo una
sublevación.63

En este caso, el Gobernador se puede dirigir al Presidente de la República para


que éste, en ejercicio de las facultades que le confiere

la fracción VI del artículo 89, actúe por ser un asunto relativo a la seguridad interior
de la nación. Sin embargo, en realidad es un aspecto que pudiera resultar
discutible, debido a que toda sublevación o conflicto interior, debe verse siempre
con todo cuidado. Empero, no olvidamos que el Presidente, comandante supremo
de las fuerzas armadas, no requiere de solicitud alguna para disponer de la
totalidad del ejército, marina y fuerza aérea, para la seguridad interior o defensa
exterior de la federación.

Es muy interesante observar cómo ninguno de los autores citados en este tema
abordan un aspecto muy importante, que se refiere al límite de la intervención de
los poderes de la unión: ni el límite material, ni el límite temporal.

Los límites de la intervención de los poderes federales, son precisamente las


garantías individuales; es decir, la garantía federal no puede violentar las
garantías individuales, porque para limitar garantías individuales tenemos otros
instrumentos jurídicos, como es la suspensión de garantías.

La participación de las fuerzas armadas para repeler una agresión, es el ejercicio


de una atribución del Estado; cuando debe someter por esta vía, pero apegado al
Estado de Derecho. Evidentemente, ante una sublevación, en la cual, por su
naturaleza, hay armas al momento de repeler, ante la flagrancia, evidentemente,
por parte del Estado hay una justificación jurídica para actuar también con armas,
aun cuando, insistimos, los límites son las garantías individuales.

Cabe destacar que en nuestro constitucionalismo privó, en cierto sentido la


garantía federal desde los orígenes del propio federalismo mexicano. En el Acta
Constitutiva de 1824, (articulo 34) nos recuerda Carpizo que se expresó que la
propia Constitución garantizaría a las entidades federativas, la forma de gobierno
que esta-
63 En México, uno de los últimos casos que conocemos de aplicación de la segunda hipótesis del articulo 122, se dio en
Chihuahua, en los últimos meses del año de 1965, al solicitar las autoridades locales la ayuda federal, después que un
grupo guerrillero atacó un cuartel en el poblado de Madera. Id. Carpizo, Jorge, p. 116.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 243

blezca la propia Acta, quedando los estados comprometidos a sostener al Estado


federal.

En el periodo de 1869 a 1874, en siete ocasiones se acudió a esa disposición por


parte de las entidades federativas, quienes solicitaron la intervención de los
poderes federales. Sin embargo, nos dice Carpizo, que en verdad, más bien eran
conflictos domésticos entre la legislatura local y el ejecutivo local. Cuando se
restableció el Senado no se acudió más a la disposición del 119 que nos ocupa.

Otro aspecto interesante es en el sentido de que aunque la primera parte del


articulo 119 habla en plural, cuando dice "los Poderes de la Unión tienen la
obligación de proteger a las entidades federativas", nosotros pensamos que si
recogemos el pensamiento al que alude el propio Carpizo de la jurisprudencia de
los Estados Unidos, nos sirve de modelo para sostener que el Poder Judicial de la
Federación solamente actúa a través de procedimientos jurisdiccionales y no
directamente en los conflictos de armas, ni tampoco en los conflictos relativos a la
pacificación por vías administrativas; es decir, en virtud de la naturaleza de la
actividad jurisdiccional, el Poder Judicial de la Federación, en nuestra opinión no
debe intervenir sino es por vía de acción, precisamente, de carácter jurisdiccional;
es decir, en nuestro caso no debe de intervenir directamente ante una invasión o
violencia exterior, ni ante una sublevación o conflicto interior, sino a través de un
cause legal en el marco de su naturaleza constitucional y legal.

De acuerdo con lo anterior, queda claro que el Poder Judicial de la Federación, no


debe de intervenir en materia de lo dispuesto en el primer párrafo del artículo 119
constitucional, si no es por causas de carácter jurisdiccional; en este sentido,
decíamos, se pronunció la jurisprudencia para el caso de los Estados Unidos, la
cual, ha excluido al Poder Judicial de la Federación para el conocimiento de este
tipo de problemas.64

64 La jurisprudencia norteamericana, con sano criterio, ha excluido al Poder Judicial del conocimiento de este tipo de
problemas. En el caso de Luther vs Borden, la Suprema Corte opinó que el Congreso debe señalar: "los medios adecuados
que deben adoptarse para cumplir con esta garantía". Una ley de 1975 autorizó al Presidente para usar las fuerzas armadas
"en caso de insurrección en cualquier estado". Esta ley atribuyó al Presidente la facultad de decidir si se interviene en el
conflicto interno o no. Anteriormente, el Presidente Eisenhower ordenó la intervención de las tropas federales en el
problema presentado en Little Rock, Arkansas, en 1957. Kennedy en 1962, en Oxford, Mississippi, sin embargo, tanto
Eisenhower como Kennedy ordenaron la intervención de tropas federales bajo su propia responsabilidad y sin que ninguna
autoridad local lo hubiera solicitado. Id. Carpizo, Jorge, p. 116.
244 EN BLANCO

245 UNIDAD 12

FORMAS DE GOBIERNO

12.1. EL CONCEPTO DE FORMA DE GOBIERNO

El tema nos es común en el desarrollo de estas lecciones. Debemos tener


presente, cuando hablamos de formas de Estado y formas de Gobierno, que el
término "forma" implica el nexo interno y la organización e interacción de los
elementos y procesos del fenómeno, tanto entre si, como con las condiciones
externas. De tal manera, que cuando aludimos a la "forma", estamos refiriéndonos
a la manifestación y a la exteriorización de aquello que es objeto de nuestro tema;
en nuestro caso se trata, desde luego, de formas políticas, por lo tanto, de un
proceso y una estructura social relativa al poder, particularmente, formas relativas
al poder social bajo una configuración jurídica.

En tal sentido, debemos reiterar la definición de Gobierno que analizamos en la


Unidad 10. Si bien, el término tiene diversas acepciones, también para los efectos
de la Unidad que nos ocupa, por Gobierno designaremos al conjunto de los
poderes públicos y, por lo tanto, se trata de un elemento del Estado; es decir, las
diversas instituciones del poder público.

Recordemos que en ocasiones, cuando hablamos de Gobierno, lo identificamos


con el Estado, y en otra acepción, cuando hablamos de Gobierno lo identificamos
con la actividad propia del Poder Ejecutivo, pero insistimos que para efectos de
una comprensión objetiva y más clara de nuestro Derecho Constitucional, cuando
aludimos a Gobierno debemos referirnos al Poder Público en general; es decir, a
los órganos en virtud de los cuales el Estado realiza una función soberana .1

1 La expresión "Gobierno" es susceptible de dos acepciones: en el sentido amplio designa la realización de la soberanía en
el Estado. En un sentido estrecho, Gobierno, es sinónimo de Poder Ejecutivo, o para hablar, como Juan Jacobo Rousseau
de Suprema Administración, cuyo arte consiste en "reducir la ley a actos particulares". Serra Rojas, Andrés; Teoría del

Estado, Ed. Porrúa, México, 1990, p. 453.


246 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

No olvidemos que, como nos lo señala el Doctor Serra Rojas, el Gobierno es la


encarnación personal del Estado y, por lo tanto, el Estado se manifiesta por la
acción de los titulares del Gobierno. Evidentemente, debemos distinguir también
entre Gobierno y las formas de Gobierno. El Gobierno es la estructura, son las
instituciones, es el conjunto de órganos estatales; mientras que las formas de
Gobierno, son las manifestaciones en virtud de las cuales, se organiza y se integra
el poder público; es decir, en el caso de la forma de Gobierno, se trata de la
formación de los órganos del Estado, de sus poderes y relaciones.

El Gobierno2 es simplemente, el conjunto de los poderes públicos o de las


instituciones públicas; por lo tanto, los órganos públicos; es decir, los gobiernos
pueden modificarse y cambiar; sin embargo, las formas de Gobierno pueden
seguir siendo las mismas; por ejemplo, puede ocurrir que un partido político
determinado llega al poder, modifica la estructura orgánica del Poder Ejecutivo,
ante lo cual, es probable que también se modifique con ello los titulares e, incluso,
la organización interna de ese gobierno, la ideología y las instancias
competenciales sean objeto de reformas legales; sin embargo, la forma de
Gobierno sigue siendo la misma: democrática y representativa. De ahí que es
clara la distinción entre Gobierno y formas de Gobierno.

Ya en ocasión anterior, hemos distinguido lo relativo a formas de Estado y a


formas de Gobierno. Por eso, en ello no abundaremos. Solo debemos reiterar, que
las formas de Gobierno consideran los modos de formación de los órganos
esenciales del Estado, sus poderes y sus relaciones. Evidentemente, esta
definición de Groppali3 nos muestra que se distingue perfectamente la forma de
Gobierno, de la forma de Estado, aunque mantiene estrechas vinculaciones.

Cuando analizamos las formas de Gobierno, lo que estamos haciendo es estudiar


cómo se ejerce el poder público, y en quién se deposita su ejercicio. En este
sentido, Ignacio Burgoa, nos dice que
2 El Gobierno es la encarnación personal del Estado, que se manifiesta por la acción de los titulares de los órganos. En
general el Gobierno se refiere al funcionamiento general del Estado o conjunto de titulares de todos los poderes. En
particular se concreta en los individuos y órganos que asumen la acción del Estado, ya sea el Jefe del Ejecutivo o sus
órganos auxiliares. Id. Serra Rojas, Andrés, p. 454.

3 El profesor Groppali nos dice: 'las formas de gobierno, por consiguiente, consideran los modos de formación de los
órganos esenciales del Estado, sus poderes y sus relaciones, mientras que las formas de Estado son dadas por la
estructura de estos y se refieren a las relaciones que se establecen entre pueblo, territorio y soberanía, según que se
concentren y funden en un orden estatal único o estén descentralizadas en los varios órdenes estatales de que resultan
constituidas". Id. Citado por Serra Rojas, Andrés, p. 456.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 247

para comprender a las formas de Gobierno,4 se pueden clasificar éstas desde el


punto de vista orgánico: en república y monarquía y desde el punto de vista
funcional: en democracia, aristocracia y autocracia.

No debemos olvidar que desde la antigüedad se mencionan diversas formas de


Gobierno como la democracia, la aristocracia v la autocracia. Debemos recordar
que tanto Herodoto como Platón y Aristóteles se referían a ellas. También
debemos enfatizar que Aristóteles tiene una clasificación que pudiéramos
considerar universal, consistente en las formas puras e impuras de gobierno. Al
tenor, recordemos que Aristóteles alude como forma pura a la democracia, como
el gobierno de muchos o de la mayoría para beneficio de la comunidad y, en forma
lateral, con el carácter de impura, a la demagogia que es el gobierno de muchos
pero en su perjuicio; y nos dice que cuando el gobierno o el poder público está
depositado en una persona es monárquico, y es una forma pura, porque parte del
presupuesto básico de que el gobierno sirve a la colectividad y cuando se trata de
un gobierno de uno, y éste no beneficia a la comunidad, se trata de la tiranía que
es una forma impura.

También, nos habla Aristóteles de la aristocracia como forma pura y alude a la


oligarquía como forma impura Respecto de la aristocracia es el gobierno de unos
pocos, pero como forma pura, en beneficio de la colectividad; en cambio, la
oligarquía es también el gobierno de pocos pero en perjuicio de la colectividad, por
lo tanto, es una forma impura, es una deformación.

En el transcurrir de la historia, hay quienes han sostenido que son adecuadas


todas las formas de gobierno puras, pero que deben de aplicarse a un gobierno de
manera mixta. Así lo pensaba Cicerón y decía que debe haber órganos
representativos de la aristocracia, otros órganos que representen a la democracia
y otros a la monarquía; de tal forma que, creando un gobierno mixto de las formas
puras se logra una representación adecuada en el Estado.

Con antelación al propio Cicerón, hubo grandes manifestaciones en torno a las


formas de gobierno, algunas más acabadas que otras.
4Por Gobierno se entiende, en efecto, tanto el conjunto de órganos del Estado, como las funciones en que se desarrolla el
poder público. Consiguientemente, por "formas de Gobierno" se entiende la estructuración de dichos órganos y la manera
interdependiente y sistematizada de realización de tales funciones. Las formas de Gobierno tienen, pues, un doble
contenido: los órganos y las funciones del listado que éstos desempeñan y su clasificación en diferentes tipos puede
abarcar a uno o a otro de tales contenidos. Puede afirmarse, por ende, que hay formas de gobierno orgánicas y formas de
gobierno funcionales, pudiendo combinarse unas y otras dentro del régimen jurídico fundamental de un Estado. Burgoa
Orihuela, Ignacio; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1979, p. 427.
248 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Antes que Aristóteles, por ejemplo, Platón en su obra "La República", en su texto
acerca de la política, hace análisis extraordinarios. Platón analiza al poder y llega
a la conclusión de que la mejor forma de gobierno es la aristocrática, partiendo de
la tesis de que la aristocracia se refiere a los filósofos, a un grupo selecto de gente
con atributos intelectuales elevados, con una preparación y una conciencia social
superior, lo cual los lleva a mandar sobre el resto de la población.

Con el transcurrir de la historia de las ideas políticas y con la conformación del


Derecho Constitucional, así como en las diversas variaciones que existen en los
Estados contemporáneos, las formas de Gobierno se van a diversificar y a tomar
diversas modalidades, ya que no podemos considerar a las formas de Gobierno
de manera monolítica, sino de una forma dinámica, partiendo de la base de que
entre más compleja sea la organización social, irán apareciendo nuevas
modalidades a las formas de Gobierno y también nuevas formas de Gobierno.

12.2. LA MONARQUÍA

12.2.1. Absoluta

12.2.2. Constitucional

Para un mejor entendimiento vamos a ver de manera conjunta estos subtemas, ya


que sólo podremos aludir a la monarquía constitucional, una vez que definimos a
la monarquía absoluta.

Entendemos a la monarquía en el contexto histórico europeo de la Edad Media y


en la configuración del poder y de las sociedades al finalizar ésta con el inicio de la
Edad Moderna. Recordemos que en aquel entonces, la deidad jugaba un papel
fundamental en la idiosincrasia en la mentalidad de la sociedad y en el poder.
Había un predominio muy importante de la iglesia católica, su religión y lo que ella
involucra. De tal manera, que nos queda claro, que para entender la monarquía
debemos comprender, como nos dice Ignacio Burgoa,5 que esta forma de
Gobierno se funde en el carácter de la persona que encarna al órgano supremo de
un Estado y se distingue porque esta persona puede ser rey o emperador,
permanece en el puesto de manera vitalicia y lo transmite por muerte o
abdicación, mediante sucesión dinástica, al miembro de la familia a quien
corresponde según la ley o la costumbre.
5 Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 429.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 249

Conforme a lo anterior, los elementos de la monarquía son: a) el poder se ubica en


un individuo derivado de una dinastía o tradición; b) en cuanto a su temporalidad
es de carácter vitalicio; es decir, desde que accede al trono y hasta su muerte o
abdicación; c) la sucesión es dinástica, deriva de la propia familia conforme a los
"lazos reales"; d) tiene una gran fuerza la costumbre y la tradición.6
En cuanto a las dos especies de monarquías: absoluta y constitucional, nos
encontramos ante la subdivisión más importante que se conoce de la monarquía;
es decir, esa subclasificación ya no toma en cuenta a la persona o Jefe de Estado,
sino que toma en consideración la manera como se ejerce el poder estatal.
El propio Burgoa dice que en la monarquía absoluta, lo primero que tenemos que
tener presente, es que se trata de una autocracia, en la cual el gobierno está
sujeto a la voluntad y al arbitrio del monarca —ya sea el rey o el emperador—; es
decir, el gobierno, al estar sujeto al arbitrio del rey o del monarca, no está
supeditado a un orden jurídico preestablecido, el cual se pueda modificar o
remplazar. Por eso, en la monarquía absoluta, el poder se concentra en el
monarca, sin coto, ni limitaciones y sin medidas que la propia tradición le
restrinjan. Por ello, resulta lógico que los tres poderes se ubiquen en el monarca,
aunque, el monarca, a su vez, tenga su propia burocracia, la cual en el nombre del
monarca ejercerá algunas funciones.
En cuanto al aspecto de legitimidad, recordemos que la monarquía absoluta parte
de la tesis de que su designio proviene de Dios, de tal forma que tiene una gran
fuerza histórica y derivada de la tradición y, por lo tanto, la racionalidad de la
monarquía se ubica más en procesos históricos, en la conformación de las
naciones y en sus tradiciones, que es una lógica de diferente naturaleza a
fórmulas modernas de corte republicano.
Ahora pasemos a analizar a la monarquía limitada o constitucional. 7 Lo primero
que debemos tener presente es que existe un proceso histórico en virtud del cual,
por la evolución en el mundo occidental, se va pasando de la monarquía absoluta
a la monarquía
6 La monarquía es hereditaria, tradicional, conservadora, de clases privilegiadas que comparten con el monarca sus
privilegios y consideraciones. Tradicionalmente las monarquías se apoyan en la divinidad para justificarse y asegurar su
estabilidad o permanencia. Las monarquías del mundo moderno parecen buscar un consenso o apoyo popular. Entonces la
monarquía aparece como principio unificador, como la unidad de una monarquía o imperio. Id. Serra Rojas, Andrés, p. 461.

7 Las monarquías constitucionales son el resultado de las luchas populares para subordinar la acción del monarca o un
orden jurídico determinado. La Constitución es la norma suprema y en contra de ella no puede prevalecer ninguna voluntad
real. Id. Serra Rojas, Andrés, p. 461.
250 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

constitucional y, nosotros diríamos, que se trata de un proceso democrático,


porque implica mayores límites al monarca y, una mayor participación de la
sociedad, o por lo menos, de diversos estratos sociales, en las cuestiones
públicas; en efecto, en la monarquía limitada o constitucional, la actuación pública
del rey o del monarca está sometida, precisamente, o se encuentra enmarcada —
dice Burgoa— por un orden jurídico fundamental.
Este orden jurídico no proviene ya de manera exclusiva del monarca, sino que
proviene del Poder Constituyente del pueblo, que esta representado en una
asamblea; entonces, al monarca se le encomienda la función de ser Jefe de
Estado y, por lo tanto, ejerce el Poder Ejecutivo, pero se depositan las funciones
legislativa y judicial en órganos distintos del Estado; es decir, en órganos que no
están sometidos al Rey o al Emperador, precisamente, porque bajo la monarquía
constitucional persiste el principio de la división o separación de los poderes, o de
las funciones estatales.
Un aspecto muy importante que debemos tener presente es que, conforme
evolucionan las monarquías constitucionales, la monarquía atiende más a
aspectos simbólicos e importantes para la integración nacional (fenómenos
históricos), que a fenómenos de naturaleza práctica, por lo que el gobierno, aun
tratándose de cuestiones de naturaleza ejecutiva, casi siempre, a pesar de que el
monarca es el titular o es el Jefe de Estado, tendrá un jefe de gobierno distinto al
monarca.
Por ejemplo, en el Reino Unido hay una reina que es el Jefe de Estado, pero
existe una monarquía constitucional que tiene un sistema de gobierno
parlamentario;8 es decir, mientras que la forma de Gobierno es una monarquía
constitucional, su sistema de gobierno es parlamentario, aspectos que son
plenamente compatibles, incluso, con la idea de democracia. Porque con ese
sistema, por una parte, la tradición conserva a la Casa Real, símbolo de la unidad
nacional, que como Jefe de Estado deriva de una dinastía y, en la otra parte,
tenemos un Parlamento que tiene la fuerza real política y de la cual surge quien va
a ser el Jefe de Gobierno o Primer Ministro y va a integrar su Gabinete justamente
con el Parlamento. Asimismo, este sistema posee un poder judicial independiente.
Las leyes constitucionales de aquella nación, van a someter, enmarcar y
constreñir al monarca y al gobierno ubicándolos en sus
8 En la Monarquía Parlamentaria el ejercicio del poder corresponde a) Parlamento en un sistema de responsabilidad
ministerial, en el que el monarca se convierte en un símbolo de unión, sin el ejercicio efectivo del poder. Id. Serra Rojas,
Andrés, p. 461.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 251

respectivas esferas. El Reino Unido es un modelo típico de monarquía


constitucional con un sistema parlamentario.
Cada nación, según su tradición y su evolución histórica, cuando es el caso de
que exista una monarquía constitucional, enmarcará instituciones que permitan la
representación nacional. Por ello, la monarquía constitucional, hoy por hoy, no es,
ni puede ser opositora, ni de la República, ni particularmente de la democracia.
Pueden perfectamente complementarse y no olvidemos que en los aspectos
específicos, debemos tener muy claro que cuando aparece la monarquía,
precisamente, aparece con el gobierno de un solo individuo, pero que con el
tiempo va teniendo diversas modalidades; es decir, no podemos entender a todas
las monarquías de la misma manera y ubicarlas en el mismo plan histórico y
racional, sino debemos entenderla cada una según su tradición y según la nación
de que se trate.
No olvidemos también que si bien, el origen de las monarquías se funda en la
aceptación de la superioridad de alguna dinastía en función de aspectos
teológicos,9 conforme fue evolucionando, dio paso a las monarquías
constitucionales, que amén de limitar el poder del monarca configuran toda una
estructura cuya legitimidad, si bien deviene de la tradición, en parte muy
importante ya incide la participación de la sociedad, de ahí que la supeditación del
monarca y de todos los órganos de gobierno competentes, sea respecto a un
orden jurídico, que tiene como última instancia la legitimidad que le otorga la
sociedad.
Asimismo, tengamos también presente que hay quienes sostienen, que en
muchos sentidos, en una monarquía constitucional el monarca es simplemente un
símbolo nacional.
Por lo que se refiere a México, no podemos dejar de mencionar que hubo dos
ensayos monárquicos importantes,10 uno de ellos acaecido justamente en los
primeros años de independencia, que nunca tuvo ni la fuerza interna suficiente, ni
tampoco la inteligencia necesaria para sostenerlo; y el otro fue el llamado Imperio
de
9 El monarca "por gracia de Dios", tiene un carácter sagrado que refuerza la obediencia. El poder se apoya en ese origen
divino para satisfacer la necesidad histórica de establecer un poder superior e independiente. Id. Serra Rojas, Andrés, p.
462.

10 Lograda la Independencia, Agustín de Iturbide se proclama emperador el 19 de mayo de 1822. Las bases
constitucionales aceptadas por el segundo congreso mexicano al instalarse el 24 de febrero de 1822, adoptan como su
gobierno la monarquía moderada constitucional con la denominación de imperio mexicano. Posteriormente, los
conservadores logran que Maximiliano de Habsburgo acepte la corona de México el 10 de abril de 1864. El 10 de abril de
1865 se expide el "Estatuto Provisional del Imperio mexicano" a fin de preparar la organización definitiva del imperio. Id.
Serra Rojas, Andrés, p. 463.
252 ENRIQUE QU1R0Z ACOSTA

Maximiliano, que trató de imponerse gracias al apoyo de Napoleón III de Francia y


del Papa, así como de los conservadores mexicanos, pero que nunca fructificó por
muchos motivos, todos ellos relativos a la naturaleza del pueblo de México, a la
idiosincrasia de nuestra nación, a la fuerte influencia de las ideas liberales
europeas, a los Estados Unidos de América y a la dignidad y el valor de nuestros
próceres.

Es muy interesante destacar, respecto de las monarquías, que si bien se acepta


para efectos didácticos esta división, entre monarquía absoluta y monarquía
constitucional que hemos venido señalando, existen autores como Reinhold
Zippelius, quien distingue también, desde luego, la monarquía absoluta y la
monarquía constitucional; sin embargo, establece modalidades muy interesantes.

Zippelius nos dice, en primer lugar, que la monarquía absoluta, implica un sistema
monocrático de dominación, pero también nos dice que debemos distinguir,
precisamente, por esta nota la monarquía absoluta respecto de la monarquía
estamental. Cuando él hace referencia a la monarquía estamental se está
refiriendo a la monarquía previa a la absoluta, la cual es una monarquía —según
Zippelius— en la que todavía el poder no se concentraba de manera monolítica o
de manera homogénea en el monarca, sino que los diversos estamentos y,
particularmente, los señores feudales, compartían parte importante del poder.

Zippelius11 dice que la monarquía absoluta tiene como modelo más representativo
el reinado de Luis XIV. También nos dice que no es posible comparar a la
monarquía absoluta con las dictaduras autocráticas modernas, porque en la
monarquía absoluta, la sucesión era dinástica y el rey tenía un poder absoluto en
su respectiva región y estaba ligado a sus tradiciones cristianas.

Asimismo, nos enseña que con el tiempo, la propia monarquía absoluta se va


haciendo una monarquía moderada, propia del absolutismo ilustrado. Nos dice
Zippelius que con el absolutismo ilustrado, el poder del gobernante se va
atemperando también con compromisos de naturaleza ética, porque bajo la
concepción del absolutismo ilustrado, el que gobierna es el primer servidor del
Estado; es decir, lo ilustrado del absolutismo funciona como freno que atempera,
digamos, al propio poder para no hacerlo arbitrario.12
11 Zippelius, Reinhold; Teoría General del Estado, Ed. Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 1985, p. 168.

12 En el absolutismo ilustrado, cuyos prototipos serian los Estados de Federico el Grande, María Teresa o José II, la idea
del deber y de que el gobernante es el primer servidor del Estado, actuó en cierto modo como correctivo del poder. Id.
Zippelius, Reinhold, p. 168.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 253

En una monarquía constitucional, Zippelius nos plantea, que hay un compromiso


del monarca con las pretensiones de libertad de los ciudadanos; aquí ya
mencionamos el término ciudadano; sin embargo, el autor distingue a la
monarquía constitucional de la monarquía parlamentaria, porque según él, en la
monarquía constitucional a diferencia del gobierno parlamentario, existe una
autolimitación del gobernante. En la monarquía constitucional el gobernante se
autolimita a determinadas reglas que el mismo acepta.

Zippelius13 hace algunas alusiones históricas y nos enseña como en 1818, se


establece una monarquía constitucional, en la que el rey es la cabeza suprema del
Estado, porque reúne en sí todos los derechos del poder estatal, pero lo ejerce
conforme a las disposiciones dadas por él y aceptadas en un documento
constitucional y, dice Zippelius, que en la monarquía constitucional, el monarca
tiene límites. Los principales límites son la colaboración de las asambleas
estamentales que participan en la creación de leyes, pues participan en la
creación de leyes relativas a la libertad de las personas, a la propiedad privada, al
establecimiento de impuestos y a la garantía de jurisdicción.

Según Zippelius, hay un límite pues en la monarquía constitucional, pero no la


equipara a la monarquía parlamentaria. Los diferencia, en que si bien tiene límites
el monarca en esta monarquía constitucional, el que cede en estas limitaciones es
el propio monarca; en cambio, en la monarquía parlamentaria el rey está sometido
por el parlamento, ya que en la monarquía parlamentaria quien gobierna es el
parlamento y quien reina es el rey. No es que el rey se autolimite, es que en la
monarquía parlamentaria el rey se encuentra sometido al parlamento; no por un
acto de cesión del rey, sino por el contrario, por un acto de limitación de la
voluntad soberana.

13 La Constitución modelo de la monarquía constitucional no fue la francesa del 3 de septiembre de 1791, que se
sustentaba en la idea de la soberanía del pueblo y que fue promulgada por decreto de la Asamblea Nacional; sino la
Constitución del 4 de junio del814, que el rey francés otorgó a sus súbditos después de la restauración de la monarquía. A
través de ella, se buscó un compromiso entre el principio monárquico, y las irreversibles pretensiones de libertad de la
ciudadanía. Otras constituciones europeas siguieron ese modelo; entre ellas, las constituciones de los Länder alemanes,
promulgadas en el siglo XIX . Asi, por ejemplo, el titulo II, párrafo I, inciso I del documento constitucional del Reino de
Baviera, del 26 de mayo de 1818 que da en cierto modo, una definición de la monarquía constitucional en cuanto establece:
"El rey es la cabeza suprema del Estado, reúne en si todos los derechos del poder estatal y los ejerce conforme a las
disposiciones por él dadas y asentadas en ese documento constitucional". Id, Zippelius, Reinhold, p. 169.
254 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

12.3. LA REPÚBLICA

El termino República14 en sí mismo ha tenido una evolución de carácter histórico


muy interesante, siempre ha estado vinculado a la historia de las naciones y
también a la historia de las ideas políticas.
Etimológicamente, República significa la cosa pública —res pública— lo que es del
interés público, lo que es del interés de la comunidad y el primer significado que se
le ha atribuido a la forma de Gobierno republicana para diferenciarla técnicamente
de la monarquía, es en el sentido de que mientras la monarquía implica el poder
vitalicio, es decir, el poder de por vida del monarca, en el caso de la República, se
trata de que quien ostenta el poder, lo ostenta de manera limitada en cuanto al
tiempo; es decir, el titular o los titulares del poder, ostentan el mismo
temporalmente, o sea por periodos específicos.
Así, desde un punto de vista conceptual, hay una distinción evidente entre
Monarquía y República. Pero la República, vista desde esa óptica, pudiera ser una
República Aristocrática, si es un grupo el que detenta el poder, o bien pudiera ser
una República Democrática, si quienes ostentan el poder provienen de una
elección popular.
Hemos señalado que con el evolucionar de las monarquías en constitucionales y
después en monarquías constitucionales con un sistema de gobierno
parlamentario, las monarquías, aunque parezca contradictorio, pueden ser
republicanas, en la medida en que los órganos de representación y de titularidad
del gobierno se renuevan periódicamente.
Otro fenómeno interesante que ha ocurrido, es que en la concepción
contemporánea ya no basta con aludir a la República como aquella forma de
gobierno en la cual periódicamente se renuevan los titulares del mismo, sino que
tiene un agregado democrático el concepto de República y es en el sentido de
que, amén de la renovación periódica, en la República se requiere que esa
renovación periódica de los titulares del poder se realice a partir de una consulta a
la sociedad, a través de procedimientos cuya legitimidad resida en la propia
sociedad.
14 La República es una forma de Gobierno popular cuyo titular o jefe del Ejecutivo no es hereditario, sino elegible por el
pueblo o por sus representantes. La República es una forma de Gobierno genuinamente popular porque directa o
indirectamente, permite la participación del cuerpo electoral en la Constitución, legitimidad y permanencia de sus órganos
directivos. Es pues, una forma de Gobierno en la que la sociedad misma, permaneciendo soberana, ejerce las funciones
supremas por medio de órganos delegados suyos, responsables ante ella y designados temporalmente. Id. Serra Rojas,
Andrés, p. 460.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 255

Siempre resulta importante el estudio que sobre el particular realizan los autores
clásicos. Para Hans Kelsen, el concepto de República es un concepto negativo y
es negativo en el sentido de que la República, implica no monarquía. Considera
que la distinción entre monarquía y república radica en el órgano del Estado que
produce la legislación y en el elemento en quien reside el poder soberano .
Cuando el poder soberano de una comunidad pertenece a un individuo será una
forma de Gobierno monárquico y cuando el poder pertenece a varios individuos,
estaremos hablando de una forma de Gobierno republicana. Claro está que bajo
este orden de ideas, habrá varios tipos de República: aristocrática, democrática,
etcétera.
De esa manera, el propio Kelsen clasifica a la república en aristocracia y
democracia, según el poder soberano pertenezca a una minoría o a una mayoría
del pueblo.
Jellinek nos dice que en el caso de la República, la voluntad del Estado se forma
por un proceso jurídico plurivolitivo (en el que participan muchas voluntades),
mientras que en la monarquía, el proceso se externa psicológicamente por una
persona en la que se supone que radica precisamente la soberanía .
El término de República que se utiliza en nuestro Derecho Constitucional, es un
concepto que distingue a la República de la Monarquía. Coincidimos con el Doctor
Burgoa,15 cuando menciona que se utiliza en nuestro régimen constitucional el
término de República, porque si repasamos la historia de nuestra patria, nos
percataremos de que la lucha que se fraguó entre liberales y conservadores, en el
siglo pasado, redundó finalmente entre monárquicos y republicanos; es decir,
entre conservadores que deseaban un régimen monárquico y liberales que
pugnaban por un régimen republicano. Luego entonces, al analizar los aspectos
constitucionales, nos percataremos que nuestro régimen constitucional establece
que nuestra forma de Gobierno es republicana, para, precisamente, oponerse a
una forma de Gobierno monárquica.
En tal sentido no olvidemos que el primero que utilizó el término de República en
oposición a la Monarquía, fue Maquiavelo, quien al hablar de la República, la
concibe como una forma de Gobierno, en virtud de la cual, el titular del poder lo
ejerce de manera temporal; es decir, no lo ejerce de manera vitalicia como sucede
en la monarquía. Y, en la monarquía —complementa Maquiavelo— no existe el
derecho de quitar el poder tras de cumplir su encargo, por lo menos, no por propia
decisión.

15 Id. Burgoa Orihuela, Ignacio, p. 452.


256 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Hemos mencionado, sin embargo, que puede existir una República que no sea
democrática. Aunque suene paradójico, se puede establecer, por ejemplo, una
aristocracia, siempre que sea temporal, de tal manera, que se puede hablar de
repúblicas con diversas modalidades en cuanto a su forma de Gobierno:
reiteramos, habrá repúblicas aristocráticas y repúblicas democráticas; éstas
últimas, cuando el poder soberano se encuentra en el pueblo.
En la República democrática lo que ocurre es que, amén de que el titular de los
órganos primarios del Estado ejerce el cargo e investidura correspondiente de
manera temporal, su encargo le deviene en virtud de la voluntad mayoritaria del
pueblo; es decir, no hay una distinción de elite para ejercer el cargo, ya que esta
deviene de la sociedad en su conjunto, la cual está imponiendo su voluntad a
través de la mayoría de los mismos.
Por su parte, las aristocracias tienen a su vez diversos tipos, dependiendo de la
forma en que se confiere el poder a quien gobierna, si el gobernante representa
sólo a un grupo y lo que lo caracteriza, es su capacidad económica, entonces
estaremos hablando de una plutocracia.16
12.3.1. En el pensamiento de Bodin
Vamos a referirnos al pensamiento de Bodin, en cuanto a la monarquía y a la
República. Lo primero que debemos de tener presente, es que Bodin es uno de
los grandes doctrinarios de la teoría del Estado, y también en forma vinculada, uno
de los grandes aportadores a la Ciencia Política y al Derecho Constitucional.
La principal aportación de Bodin a estas ciencias del poder social, es el concepto
de Soberanía. El concepto de Soberanía que sirvió, precisamente, para el
nacimiento del Estado moderno. Cuando alude a la Soberanía, lo hace
precisamente con una finalidad política y su finalidad política es fortalecer al
monarca y, por lo tanto, a la forma de Gobierno monárquica, ya que consideraba
que al privilegiar al monarca con el carácter de soberano, se estaba fortaleciendo
a la nación.
El pensamiento de Bodin,17 en ocasiones pareciera que es un

16 Una República es aristocrática cuando es ejercida por un grupo reducido de personas y en su propio beneficio. Bien
poco difiere esta forma de las oligarquías, dictaduras y tiranías que registra la patología política, síntoma indiscutible de la
decadencia de una nación. Id. Serra Rojas, Andrés, p. 460.

17 No hay que olvidar que Bodin es francés y admiraba a su rey por haber sido la monarquía la creadora de su Estado, y en
forma sentimental deseaba que el soberano fuera el rey, sin descartar las otras posibilidades; en el siglo XVI, en Europa, el
poder supremo lo poseía el rey, se estaba viviendo un régimen absolutista. Carpizo, Jorge; Estudios Constitucionales, Ed.
Porrúa, México, 1998, p. 496.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 257

tanto contradictorio, pero podemos destacar que cuando Bodin compara a la


República, su objetivo es demostrar, precisamente, la superioridad de la entonces
monarquía francesa y al aludir a la monarquía, trata de probar que es la mejor
forma de Gobierno; alude por ejemplo, a un elemento fundamental de la
monarquía que es la herencia e, incluso, a la Ley Sálica (herencia en el varón y no
en la mujer).

Pensaba Bodin que la herencia tiene una razón de ser e, inclusive, ya


apuntábamos, justificaba la existencia de la Ley Sálica. Además, sostenía que la
herencia está fundada no solamente en la costumbre sino también en la razón. En
el desarrollo de su obra, admite que la soberanía puede residir en una aristocracia
o incluso, en un pueblo.

Este autor pretendía ser práctico y sostenía que aun y cuando la soberanía, en
efecto, puede residir en un pueblo, en la práctica esto lleva a la anarquía y, por lo
tanto, a la ruina de los súbditos y de los propios gobernantes. En el fondo, la tesis
de Bodin se sustenta en la teoría del "bien ordenado" que lo vincula con la
monarquía y, nos dice, que el único Estado que realmente está "bien ordenado",
es aquel en que la Soberanía es indivisa, porque reside en una sola persona.

Nos dice George Sabine18 que esta distinción, entre los estados posibles y el
Estado "bien ordenado", se encuentra en toda la obra de Juan Bodin, pero
también se reconoce que es una las fuentes de la obscuridad de su pensamiento.

Debemos tener muy claro que a la monarquía la eleva Juan Bodino al nivel de un
bien ordenado, porque en la monarquía es posible que se dé la Soberanía
indivisa, que es la auténtica Soberanía. Esta concepción tuvo un gran impacto en
el mundo contemporáneo, ya que la teoría de la Soberanía tuvo una gran
influencia a partir del siglo xvi, de tal forma que influyó en toda Europa.

Jorge Carpizo nos recuerda que el concepto de Soberanía que nos aporta Jean
Bodin, no se concibió de una teoría o doctrina, sino que fue producto de la
realidad. En efecto, el concepto de Soberanía que está fuertemente vinculado al
estado nacional, fue la tesis principal de Jean Bodin que se plasma en su texto
"Los Seis Libros de la República".

La definición de República de Bodin, es el gobierno justo de muchas familias y de


lo que les es común con suprema autoridad. Lo
18 Sabine, George; Historia de la Teoría Política, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1996, p. 323.
258 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

que es interesante en su pensamiento —nos dice Carpizo—19 es que los príncipes


están sujetos a las leyes comunes de los pueblos; es decir, así como el príncipe
tiene el poder de limitar las leyes civiles, nunca tiene el poder de limitar las leyes
divinas, porque a ellas se sujeta. Con ello, Bodin es partidario de una monarquía
que sí tiene límites; es decir, una monarquía limitada por Dios, las leyes naturales
y por el derecho de gentes.

12.4. LA DEMOCRACIA

12.4.1. La Democracia como elemento fundamental del Estado moderno

Pocos conceptos en el mundo contemporáneo son tan comentados, analizados y


discutidos como el concepto de democracia.20

La democracia es un ideal, es un modelo perfecto de vida en comunidad; sin


embargo, no basta que un Estado se declare democrático e, incluso, no basta con
que se establezcan métodos de elección popular para la designación de los
titulares de los poderes públicos, para que en rigor se trate de un Estado
democrático. Hoy por hoy, sin duda, la democracia es un elemento fundamental
del Estado moderno, pero no solamente la democracia desde el punto de vista
electoral, sino también la democracia como una forma de vida, que vincule la
libertad, la igualdad y la justicia en un concepto integral; esa es la democracia que
importa a los estados contemporáneos.

Con el surgimiento del Estado moderno, el pensamiento democrático está


fuertemente enlazado con la ideología liberal; es decir, existe una identificación
entre el Estado liberal o liberalismo político con la democracia. Pero hemos
sostenido que la democracia no solamente implica que el gobierno emane de la
voluntad mayoritaria de los ciudadanos, sino que también es menester que tenga
como finalidad el bienestar colectivo. Si no tiene esa finalidad, a pesar de que el
gobierno emane de la voluntad mayoritaria, no hay democracia. El Estado
democrático es aquel en que todos participan —tanto las fuerzas dominantes
como los dominados— en la integración del poder público; sin embargo,
insistimos, lo anterior se acepta, siem-
19 Para Bodin soberanía es un poder absoluto y perpetuo. La soberanía es la facultad de dar leyes a todos los ciudadanos,
pero nunca recibirlas de éstos. Citado por Id. Carpizo, Jorge, p. 495.

20 Etimológicamente por democracia se entiende "el poder del pueblo" (demos, pueblo y kratos, autoridad. Id. Burgoa
Orihuela, Ignacio, p. 472.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 259

pre y cuando, en la fórmula del Estado de que se trate, implique el bienestar de la


comunidad. A partir del siglo XVIII está fuertemente enraizada la idea de
democracia en el mundo occidental, pero no olvidemos que amén del concepto e
ideología de libertad y liberalismo que entraña la democracia, también dentro de la
misma concepción está la idea de igualdad. El mismo Kelsen nos dice que el
Estado liberal es aquel cuya forma es democrática, porque la voluntad estatal y el
orden jurídico son producidos por los mismos que están sometidos.21

Cuando no se da una forma de conjunción, en la cual quienes van a acatar las


normas son los que las generan, entonces hay una antidemocracia o autocracia,
porque el orden jurídico lo produce una única persona.

Tena Ramírez nos dice que, en efecto, la democracia es producto del liberalismo
político, por cuanto constituye la fórmula conciliatoria entre la libertad individual y
la coacción social. La historia de las ideas políticas y la historia de cada nación,
van marcando muy diversas modalidades en torno de la democracia, se van
configurando diversos moldes o modelos, diversas fórmulas y sistemas políticos.

Karl Loeweinstein hace una clasificación interesante acerca de la democracia, que


si bien no es completa, sin embargo, es útil. Conforme a la misma, existen las
siguientes formas de gobierno democrático: a) la democracia directa; b) el
gobierno de asamblea; c) el parlamentarismo; y, d) el presidencialismo. Desde
nuestro punto de vista, coincidiendo con Carpizo,22 cuando hablamos de
presidencialismo y parlamentarismo, a lo que estamos aludiendo es a un sistema
de Gobierno; es decir, nos estamos refiriendo a que en una nación en el que el
poder se inclina hacia el Poder Legislativo, nos lleva a un régimen parlamentario, y
cuando el eje de la balanza es el Poder Ejecutivo, estaremos hablando del
presidencialismo.

Lo que no nos cabe la menor duda es que a la democracia se le trata de identificar


desde hace más de un siglo, con diversas ideologías. Por ello, hemos sostenido
que la democracia es bandera de di-
21 Mediante la democracia dio respuesta el liberalismo político a la pregunta de Rousseau de cómo encontrar una forma de
sociedad en la que cada uno, aun uniéndose a los demás, se obedezca a sí mismo y mantenga, por consiguiente, la libertad
anterior: Esa forma de sociedad consistió en que el poder de mando del Estado sea exclusivamente determinado por los
individuos sujetos a él. De este modo el poder de mando persigue por objeto en donde ejercitarse el mismo sujeto de donde
se origina. Burgoa Orihuela, Ignacio; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1994, p. 470.

22 Carpizo, Jorge; El Presidencialismo Mexicano, Ed. Siglo XXI, México, 1991.


260 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

versas posiciones políticas y así se dicen democráticos, gobiernos liberales o


capitalistas, como también los gobiernos que han sido o fueron socialistas; en fin,
una serie de naciones que tratan de pontificar a la democracia utilizándola como
un instrumento dogmático, aunque en muchas ocasiones no encarne la realidad.
Hay una frase que utilizó Lincoln en 1863 para referirse a la democracia, nos dice
que "la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". Esa
concepción que aparentemente es simple, desde nuestro punto de vista es
completa. Desde luego, es el poder del pueblo, sin embargo, lo que es importante
tener presente, es que en la actualidad, debemos establecer cuáles serán los
elementos que debe contener un régimen constitucional, para que bajo nuestra
óptica, le denominemos régimen democrático.
Para Ignacio Burgoa la fórmula democrática se debe manifestar en diversa
cuestiones en un régimen constitucional y, entre las más importantes, con el
carácter de elementos concurrentes de la democracia nosotros —partiendo en
alguna medida de Burgoa— señalamos lo siguiente:
a) La declaración dogmática de la Soberanía Popular, lo cual significa que debe
haber una declaración en el documento legal supremo que reconozca como fuente
originaria de todo el régimen jurídico a la nación o al pueblo y no permita que
ninguna otra fuerza señale o modifique las decisiones políticas fundamentales de
la nación;
b) Debe haber división de poderes; está comprobado que la acumulación excesiva
del poder político distorsiona lo que pudiera ser un buen gobierno (requerimos
contar con un régimen que tenga internamente pesos y contrapesos para que el
poder —diría Montesquieu— detenga al poder) y debe relacionarse la idea de
división de poderes con la idea de autoridad competente;
c) Debe establecerse un régimen que cuente con los mecanismos, en virtud de los
cuales, se garantice que la ciudadanía elegirá de manera transparente a los
detentadores del poder público, ya que no basta una mera declaración dogmática
para que una nación sea democrática, sino que se requiere que se establezcan,
de manera formal, los mecanismos en virtud de los cuales, la ciudadanía, de
manera trasparente, elija al gobierno;
d) En el régimen de que se trate, debe prevalecer la libertad de expresión y,
cuando nos referimos a la libertad de expresión, no aludimos únicamente a la
posibilidad que tienen los ciudadanos de expresar sus ideas respecto de algún
asunto público, sino que en el sentido más amplio, expresar sus ideas calificando
la actuación de los detentadores del poder y de los grupos o asociaciones
ideológicas y políticas, siempre y cuando se respete la esfera jurídica de los
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 261

demás gobernados y la integridad sustancial del Estado, entendiendo como


integridad sustancial del Estado a los principios de la vida en comunidad, el
respeto al interés público y social. De tal forma que la libertad no se convierta en
libertinaje y que los excesos de libertad no conduzcan a la anarquía, anarquía que
en sí misma, en un caso extremo, haga nugatoria la propia libertad;
e) Los procesos de designación de los gobernantes deben ser conducidos por
organismos o entes autónomos respecto de los propios detentadores del poder
público, de tal manera que los gobernadores no incidan en los procesos
electorales en forma ilícita;
f) El establecimiento de un régimen de responsabilidades de los servidores
públicos, lo cual significa que los servidores públicos deben contar con un régimen
especial que los someta y sujete a una serie de condiciones que garanticen a la
sociedad la imparcialidad y la honorabilidad de quienes ejercen funciones
públicas;
g) El establecimiento de un régimen de control constitucional; es decir, que en el
régimen jurídico se establezcan mecanismos que protejan al propio régimen
constitucional frente a los abusos de las autoridades. En México un importante
medio de protección constitucional es el juicio de amparo, amén de otros medios
que establece nuestro propio régimen constitucional;
h) El establecimiento de un sistema de legalidad; es decir, que los gobernados
cuenten con unas serie de garantías que obliguen a las autoridades a someterse
al propio régimen constitucional en cada uno de sus actos, lo cual deviene en
seguridad jurídica e imparcialidad; así, destaca que en todo régimen
contemporáneo de derecho de carácter democrático, las autoridades están
limitadas de tal forma que tienen que fundamentar y motivar sus actos, así como
actuar conforme a sus propias competencias; y,
i) La justicia social; es decir, en todo régimen democrático no basta con que se
establezca un régimen de administración de justicia que dirima las diversas
controversias que se pueden suscitar entre los particulares, o entre los particulares
y el Estado, sino que además, en el propio régimen se deben de establecer
elementos que permitan eliminar o atenuar, en la mayor medida posible, las
diferencias económico-sociales que en si mismas constituyen injusticia y limitan la
igualdad de oportunidades.
Finalmente, no debemos olvidar que en nuestro articulo 3º constitucional23 se da
una de las definiciones más importantes y
23 Articulo 3o constitucional.—'"f. II. El criterio que orientará a la educación a) Será democrático, considerando a la
democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el
constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo..."
262 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
avanzadas de la democracia en el constitucionalismo contemporáneo: En nuestra
cantera constitucional encontramos a la democracia no solamente como un
sistema político y como un régimen jurídico, sino también como un sistema de vida
para el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.
12.5. MODALIDADES DE LA DEMOCRACIA
12.5.1. Instituciones de Democracia Directa
12.5.2. Democracia Representativa
12.5.3 Democracia Indirecta o Semidirecta
La Democracia Directa, en su sentido tradicional, implica que los ciudadanos
directamente se gobiernan o participan en las decisiones políticas; es decir, en
rigor, es la fórmula política en virtud de la cual, gobernantes y gobernados se
confunden en las propias decisiones. En la actualidad, aunque es el ideal de toda
democracia, hay pocos ejemplos de instituciones de esa naturaleza.
En la historia de la humanidad se han reconocido algunos procedimientos de
democracia directa. En este sentido, son famosas la asambleas que tuvieron
verificativo en la polis griega, fundamentalmente, fueron famosas las
correspondientes a Atenas y Esparta. Desde luego, las asambleas no eran las
únicas instituciones que privaban en esas ciudades-estado, había otras
instituciones políticas de una gran importancia, pero sin duda éstas fueron una
importante aportación a la humanidad.
En Grecia, en efecto, se aplicó en cierto sentido la Democracia Directa, aunque el
concepto de ciudadano estaba altamente delimitado y además el quórum en las
asambleas era muy flexible ya que acudía muy poca gente, como nos lo recuerda
Eduardo Andrade24 en su texto, cuando alude a las instituciones políticas de la
antigüedad, particularmente, a las atenienses.
La idea roussoniana de democracia, en la que todos participan

24 Si bien, compagina la democracia directa con la idea de la participación total, debemos reiterar que aún en estas
sociedades antiguas con poca población y una gran evolución cultural, como lo eran las sociedades de Atenas y Esparta,
aun en ellas, en realidad era muy selecto el grupo de ciudadanos, por lo tanto, era muy selecto el grupo de participantes.
Además, en el quórum de asistencia y votación, ni siquiera la totalidad de los ciudadanos tenían participación en las
decisiones importantes. Id. Andrade Sánchez, Eduardo; Teoría del Estado, Ed. Haría, México 1996, p. 62.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 263
de la voluntad general o en las decisiones políticas del Estado, 25 es una idea
extraordinaria que nunca ha tenido verificativo en los estados contemporáneos; es
cierto que se cita de manera reiterada por los grandes autores su existencia en
algunos países muy pequeños, en los que los problemas básicos a resolver son
simples para la participación directa del pueblo.
Además, dada la complejidad de los asuntos públicos, se requiere de aparatos
especializados dedicados de manera permanente a la resolución de las cuestiones
públicas; por ello, la Democracia Directa se coloca en el plano de la utopía. No
obstante, se reconoce la existencia de mecanismos de democracia directa en
algunos cantones suizos.26 Como afirma Duverger, en este tipo de comunidades la
Asamblea se reúne sólo una vez al año, y su misión no es gobernar
permanentemente, sino existe para delimitar la acción de los gobernantes; por lo
tanto, desde nuestra óptica, lo que ocurre es más una suerte de referéndum27 que
de Democracia Directa.
Duverger acepta que en realidad ese sistema no es tan democrático como parece.
En fin, en la actualidad se conocen grandes campañas en Suiza para modificar
este sistema, que en realidad, no constituye una Democracia Directa, en el sentido
más riguroso y estricto de la modalidad.
Por otra parte, aludir a la Democracia Semidirecta, implica tanto la colaboración de
los ciudadanos como, simultáneamente, de sus representantes, con objeto de
alcanzar decisiones públicas, en las cuales participan en algunas fases los
representantes públicos y en otras fases los ciudadanos.
Tradicionalmente, se habla de dos tipos de procedimientos de Democracia
Semidirecta: la iniciativa Popular y el Referéndum. En el caso de la Iniciativa
Popular, un conjunto de ciudadanos formula una propuesta de carácter oficial, la
cual incide en los órganos oficiales.
Con la Iniciativa Popular, pudieran ocurrir diversas hipótesis dependiendo del
régimen constitucional de que se trate. Una posibi
25 Rousseau veía en ella la única democracia verdadera porque pensaba que los representantes tienden a situarse en
lugar de los representados y que, por lo tanto, la representación conduce a una alienación de la voluntad popular. Id.
Duverger, Maurice; Instituciones políticas y Derecho Constitucional, Ed. Ariel, Barcelona, España, 1988, p. 81.

26 Prácticamente, hoy la democracia directa sólo funciona en tres cantones suizos de alta montaña: Glaris, los dos
semicantones de Appenzell y de Unterwarld. Id. Duverger, Maurice, p. 81.

27 Se le ha reprochado al referéndum que tiene resultados conservadores. La mayor parte de los referéndums suizos han
conducido al mantenimiento del statu quo y al rechazo de los proyectos de reforma. Id. Duverger, Maurice, p. 82.
264 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
lidad es que simplemente no se acepte la Iniciativa Popular; otra, es someter un
proyecto a votación popular, para que, incluso, los ciudadanos adopten el proyecto
y los gobernantes estén obligados a aplicarlo; en fin, dependiendo de cada
Estado, en su régimen jurídico se conocerá el efecto que en términos
constitucionales y legales se le otorgue a la Iniciativa Popular y, por lo tanto, de su
fuerza real.
Con el Referéndum ocurre a la inversa, ya que se trata de una decisión adoptada
por los representantes con posterioridad. En el Referéndum los ciudadanos
pueden intervenir para aceptar, sancionar, convalidar o para eliminar dicha
decisión que en primera instancia adoptaron los representantes; 28 es decir, los
representantes, ya sea un órgano parlamentario o el ejecutivo, preparan una
decisión, elaboran el documento correspondiente, adoptan el acuerdo y, con
posterioridad, conforme al procedimiento que se establezca, acuden a los
ciudadanos para que ellos señalen si aceptan el texto, para que, si es el caso, se
convierta en ley, y si lo rechazan, el texto no se aplica.
Observamos cómo, desde el punto de vista jurídico, no se trata en rigor de una
ratificación ni de una convalidación, sino de la base indispensable para que tenga
validez; es decir, cuando se establece el procedimiento del Referéndum, la regla
general es que se trata de un texto que elabora el órgano parlamentario o el
gobierno y que es sometido a las instancias populares para que lo acepten o
rechacen. Si lo aceptan, entonces tendrá validez jurídica. Si lo rechazan, no la
tendrá. Luego entonces, no es que se convalide, sino que tiene validez sólo a
partir de que es aceptado.
Evidentemente, el Referéndum recibe diversas críticas. El propio Duverger, por
ejemplo, señala que en Francia se le reprocha que se convierta en Plebiscito. Si
bien el Plebiscito implica una suerte de respaldo que recibe una persona en un
cargo público a través de una consulta al pueblo, dice Duverger que se trata del
voto de confianza personal, mientras que el Referéndum es la aprobación o
rechazo de un texto; sin embargo, el mismo Duverger acepta que en Suiza—a
quien se le atribuye la paternidad del Referéndum— ha sido objeto de confusiones
y también la experiencia francesa ha sido en este sentido ilustrativa.
Cada día son más comunes los medios de participación semidirecta (Plebiscito,
Referéndum e Iniciativa Popular) y, esto es, porque

28 El referéndum también presenta la gran ventaja de permitir al conjunto de los ciudadanos resolver por si mismos los
problemas importantes y evitar que sus representantes acaparen todo el poder político. Id. Duverger, Maurice, p. 82.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 265
cada vez las sociedades exigen mayor participación en las decisiones que les
incumben, y en vista de que los procedimientos de Democracia Directa cada día
son más difíciles de implantar por las complicaciones que enfrentan las grandes
sociedades.
En México hubo una época que en el caso del Distrito Federal, a partir de la
reforma de 1977, se estableció la posibilidad del Referéndum y de la Iniciativa
Popular, pero en realidad nunca se llevó a la práctica; faltó reglamentar esas
instituciones.
Por otra parte, la representación,29 en sentido político y amplio, involucra a todo
gobierno, ya que siempre que hablamos de representación, podemos referirnos en
un sentido amplio a los actos y autoridades, en virtud de los cuales, unas personas
actúan en nombre y representación de otras; evidentemente, la representación
vista como una institución jurídica tuvo su origen en el derecho privado. Los
romanos —nos dice Eduardo Andrade en su introducción a la ciencia política—30
ya regulaban con claridad la figura jurídica de la representación, que permitía
actuar por cuenta y en nombre de quien otorgaba expresamente dicha
representación.
También nos ilustra el propio Andrade, que en Europa durante la Edad Media, se
empieza a desarrollar el concepto de representación colectiva, como idea distinta
a la de representación jurídica individual; es decir, la representación colectiva vista
como interés de la colectividad.
No olvidemos la existencia de las asambleas, sobre todo en la alta Edad Media y
el impacto que tuvieron éstas en el desarrollo político; recordemos a las Cortes
españolas, a los Estados Generales franceses y al Parlamento inglés, como
instituciones de representación colectiva. Ya en estas asambleas se constituía,
precisamente, un principio de representación política y económica ante los
gobiernos de los monarcas. Se acudía a diversas técnicas semielectivas que
generaban una función representativa, aunque aún no tenían una representación
gubernamental.
También recordemos que, en un principio, estas asambleas no eran en rigor
representaciones populares, y mucho menos se repre-

29 Se llama democracia representativa al sistema político en que los gobernantes son elegidos por los ciudadanos y
considerados de esta forma como sus representantes. Se ha dicho que la representación política es la base del modelo
democrático. En la práctica, sin embargo, los regímenes políticos liberales no descansan únicamente en ella. Algunos dejan
cierto lugar a la intervención directa de los ciudadanos en la vida política. En todos, una parte del poder político no arranca
de la elección, sino de una investidura autocrática. Id. Duverger, Maurice, p. 80.

30 Andrade Sánchez, Eduardo; Introducción a la Ciencia Política, Ed. Haría, México, 1996, p. 161.
266 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
sentaba —como diría el Doctor Andrade—31 al pueblo en abstracto, sino como a
una colectividad en la que se representaban intereses específicos de los grupos.
Era una representación de intereses colectivos y no una representación popular.
Debemos tener presente que la representación popular, surge como tal en el siglo
XVIII, con las teorías predominantes de la Ilustración, ya que antes quienes
gobernaban lo hacía por derecho divino y después de ello, cada vez fue más
común la teoría de la Soberanía Popular.
Admite Rousseau el concepto de representación, al señalar que los hombres libres
e iguales podían participar en la elección de sus representantes. A partir de este
concepto —dice Andrade— surge la teoría de la representación fraccionada de
Maurice Duverger.
Así, tenemos claro que el mandato relativo a la representación política va
surgiendo, poco a poco, a través de diversas instituciones representativas. Ya en
la época contemporánea, existen autores que nos enseñan a definir,
precisamente, a la representación política, como una institución subordinada en
forma absoluta al pueblo. El propio Cari Schmitt dice que se debe definir a la
representación como un hacer perceptible y actualizar un ser imperceptible
mediante un ser de presencia pública.
Heller es mucho más claro y nos dice que mediante la representación, existe la
relación de una persona con otra o varias, en virtud de la cual, la voluntad de la
primera se considera como expresión inmediata de la voluntad de la última, de
suerte que jurídicamente aparece como una sola persona.
Por su parte, Carpizo nos muestra que tanto en la privada como en la política, el
representante está ocupando el lugar de otro; de otro ser o de otra voluntad de
aquella persona que representa. Actúa por aquel que representa; de ahí que para
que una representación, desde el punto de vista político, sea auténtica, se
requiere que el órgano representado elija a su representante, generalmente, a
través de la mayoría.
En las ideas de la representación que hay en el Estado contemporáneo, los
representantes lo son de toda la comunidad, pero el representante es
independiente de los representados, de tal forma que, en general, la
representación política no tiene como consecuencia la posibilidad de que los
representados revoquen al representante, ya que ello generaría inestabilidad.
La posibilidad de que los representantes informen a los representados es una
práctica cada día más común y, en ocasiones, políticamente indispensable, pero
jurídicamente no siempre nece-

31 Idem, p. 163.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 267
sanamente es exigible. En diversos casos y en algunos regímenes jurídicos
democráticos contemporáneos, aceptan la representación política de tal forma,
que los representados, una vez que a través de su mayoría deciden quiénes serán
sus representantes, tienen la capacidad jurídica de revocar el mandato público que
otorgaron.32
Por otra parte, debemos tener presente, que en todo Estado democrático desde el
punto de vista genérico, los titulares de los tres poderes poseen una
representación de la sociedad.
En efecto, en un Estado democrático los titulares de los principales cargos en los
tres poderes tienen como origen o punto de partida la representación; pero
fundamentalmente, tratándose de los poderes legislativo y ejecutivo. Ahora bien,
desde un estricto punto de vista, aun cuando en un Estado democrático el titular
del Poder Ejecutivo es electo generalmente de manera directa por el pueblo y, por
lo tanto, en sentido amplio, es un representante del pueblo, en sentido estricto,
quienes representan al pueblo, son los integrantes del órgano parlamentario o del
Poder Legislativo,33 porque son ellos los que representan a la nación.
En este sentido, Mario de la Cueva afirma categóricamente que los poderes
ejecutivo y judicial no son representantes de la nación, y no lo son, porque su
actuación se limita a la aplicación de las leyes. Nosotros creemos que es muy
interesante el punto de vista de Mario de la Cueva e inclusive, lo acepta el propio
Jorge Carpizo, pero nosotros pensamos que todo el poder público en el Estado
democrático representa a la nación en sus diferentes ámbitos de competencia, y
ésta es a grosso modo la explicación que debemos dar de la democracia
representativa, porque, por ejemplo, el titular del Ejecutivo fue electo para aplicar
normas, pero el hecho de que esa sea su función no le quita el mérito de haber
sido elegido y, por lo tanto, de ser representante nacional.

12.6. DEMOCRACIA EN EL CONSTITUCIONALISMO MEXICANO


12.6.1. La elección corno requisito fundamental para la designación de
gobernantes

La elección —nos dice Eduardo Andrade— es un procedimiento que


32 Se ha presentado otra intervención directa del pueblo, a través del recall. Llamado también revocación, el cual permite
la intervención del electorado para revocar un mandato, o sea, para separar de las funciones a un funcionario que dejó de
gozar de la confianza ciudadana. Moreno, Daniel; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Pax, México, 1981, p. 299.

33 Martínez de la Serna, Juan Antonio; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1983, p. 80.
268 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
consiste, en que los miembros de una colectividad determinen, mediante la
expresión libre de su voluntad, quién o quiénes habrán de dirigirlos o
representarlos.
Nos queda claro que en nuestro sistema jurídico se eligió el método de elección
para ser representado; es decir, para contar con sus representantes, o contar con
los titulares de los poderes públicos. El propio Doctor Andrade 34 nos aclara que
hay diferentes técnicas y métodos electivos, para ello retoma la clasificación de
Duverger y nos dice que existe la herencia, la cooptación, el sorteo, la conquista y
la elección. Son diferentes medios, a través de los cuales se establece la
representación.
Para efectos de nuestra obra, tenemos que tener presente que en nuestro sistema
jurídico, la designación de los representantes se hace a través de la elección. A
través de ella, lo primero que se genera es la representación —esa es la finalidad
de la elección política— y con ello, se genera el Gobierno, el cual, por lo general,
está legitimado a través del método electoral.35 La elección permite tanto transmitir
pacíficamente el poder, como ejercer la voluntad general de la ciudadanía.
La elección es hoy un elemento indiscutible en el constitucionalismo mexicano. A
través del sufragio se observa la voluntad de los ciudadanos, se ejerce uno de los
derechos políticos más importantes y a través de la suma de los votos, se revela
en términos de Rousseau, cuál es la voluntad general y, con ello, quiénes deben
mandar en el Estado.
Evidentemente, el derecho político expresado en el sufragio, implica el derecho
activo y también el derecho pasivo; es decir, la posibilidad de votar y la posibilidad
de que se vote por una persona. Emilio O. Rabasa36 sostiene que el derecho de
asociación, también es un derecho activo político.
34 Andrade agrega además a la Fundación, que es la técnica basada en la promoción y formación de un grupo que, por
consenso, reconoce como autoridad al fundador. Esta técnica aparece con frecuencia en el surgimiento de sectas religiosas
o de movimientos sociales. Andrade Sánchez, Eduardo, p. 161.

35 La función electoral, en la que prácticamente todos los ciudadanos pueden participar, aunque no todos lo hagan,
permite a los dirigentes reclamar un título legitimo para su acción. Id. Andrade Sánchez, Eduardo, p. 167.

36 El sufragio es la expresión de la voluntad individual en el ejercicio de los derechos políticos; la suma de votos revela,
unánime o mayoritariamente, la voluntad general. El derecho político, expresado mediante sufragio, es derecho activo.
Entre los derechos activos y los pasivos existen, según Rabasa, las siguientes diferencias:

Los activos (derecho de asociación) requieren en el sujeto capacidad funcional, que es imposible sin la noticia del acto y la
conciencia de la función; los pasivos, sólo exigen capacidad receptiva, sin necesidad del conocimiento del hecho ni el
entendimiento del derecho. Citado por Tena Ramírez, Felipe; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, p. 92.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 269
En nuestro régimen constitucional los ciudadanos mexicanos; es decir, los varones
y mujeres nacionales, son aquellos que podemos elegir a nuestros gobernantes si
cumplimos únicamente con dos condiciones: a) haber cumplido 18 de años; y, b)
tener un modo honesto de vida.
Está claro, lo primero es haber sido nacionales, después tener 18 años y con
posterioridad, es tener un modo honesto de vida. Se exige que sea la nacionalidad
mexicana, para evitar que intervengan los extranjeros en los asuntos nacionales.
La edad de 18 años, es porque se presume que, en esa edad, ya se tiene la
madurez biológica y psíquica para decidir quién los mande desde el punto de vista
político, porque se presume que a la edad de 18 años ya existe plenitud en el
desarrollo de las facultades.
Cada ciudadano debe tener un modo honesto de vida, lo cual es interesante,
porque las propias leyes son las que deben catalogar cuando se pierde la
categoría de "modo honesto de vida".37 Evidentemente, esta categoría va desde la
pérdida de la ciudadanía, hasta la pérdida de determinados derechos políticos, en
virtud de circunstancias especiales; por ejemplo, si una persona no está bien de
sus facultades mentales, o si una persona se encuentra restringido de sus
derechos, por una situación relativa a su conducta individual en la sociedad y que
ha sido sancionada por la ley.
En general, derivado del artículo 34 constitucional,38 conocemos quiénes tienen
capacidad de elegir o de participar en la elección, de quiénes serán nuestros
representantes.
En lo que se refiere al voto pasivo; es decir, a la capacidad que el régimen jurídico
mexicano le otorga a los ciudadanos para que integren un gobierno, para que
sean elegidos para ocupar un cargo público, los requisitos varían de acuerdo con
el cargo, ya sea Diputado, Senador o Presidente de la República.
Evidentemente, cada día se ha "democratizado" más este tema y, por lo tanto, ha
habido mayor flexibilidad en cuanto a los requisitos que se deben exigir para que
una persona acceda a un cargo público de representación. Recordemos que la
posibilidad de participación universal, tanto desde el punto de vista activo, como
pasivo, ha sido objeto de una gran evolución.
37 El modo honesto de vida no lo define la Constitución, pero si el Código Penal, al establecer en su artículo 46 que la pena
de prisión produce la suspensión de los derechos políticos y el Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales al adoptar una base semejante para excluir del voto.

38 Artículo 34 Constitucional.—"Son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de
mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos: Haber cumplido 18 años; y, II. Tener un modo honesto de vivir".
270 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Con antelación, los métodos selectivos eran restrictivos y antes ni siquiera había
métodos selectivos; por lo tanto, hoy podemos hablar de una posibilidad muy
amplia de participación, prácticamente de carácter universal, pero es motivo de las
últimas décadas; por ejemplo, cada vez ha disminuido más la edad, no solamente
para votar, sino también para ser electo a los cargos públicos.
Además hoy las mujeres pueden participar en cualquier cargo de elección popular
y esto es una gran evolución que implica un reconocimiento, que nos parece
obvio, a las mujeres. Recalquemos pues que, hoy por hoy, precisamente, ya es
prácticamente universal la posibilidad de la participación tanto activa como pasiva.
12.6.2. Modalidades de la elección
La historia ha registrado diversos formulas para una elección, precisamente, las
modalidades de la elección tienen relación con la forma en que se ejerce el
derecho a sufragar;39 es decir, en la historia del Estado moderno se han
establecido diversos métodos de sufragio. Eduardo Andrade cita al sufragio
censatario, el sufragio capacitario, el sufragio masculino, etcétera.
En el sufragio censatario, se establecen determinadas condiciones económicas
para poder sufragar; esto es, poseer un mínimo de ingresos o determinadas
propiedades territoriales; a algunos nos parece tan absurda esta fórmula que la
catalogamos como una plutocracia; al punto tal, que sería difícil justificar en la
actualidad un método de esa naturaleza. El propio Doctor Andrade nos aclara que
el argumento con el que se justificaba esta restricción era que, solamente quienes
contribuían en determinada medida al sostenimiento del Estado, tenían el derecho
a participar en la elección de los gobernantes.
El propio Doctor Andrade nos dice, por ejemplo, que hasta 1832 privó este método
en Inglaterra. Sin embargo, también debemos recordar que dicha modalidad
existió en México en el régimen conservador, que se estableció en las Siete Leyes
Constitucionales de 1835-1836.
Por lo que se refiere al sufragio capacitario, es aquel que alude a la exigencia de
una determinada capacidad intelectual para participar en la elección de sus
representantes públicos; dicha capacidad

39 El sufragio es el derecho de participación electoral, es la posibilidad de participar en la decisión que habrá de tomarse
por medio de las elecciones. La mayor o menor extensión de la posibilidad de participación, ha llevado a la distinción
tradicional entre sufragio universal y sufragio restringido. Id Andrade Sánchez, Eduardo, p. 168.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 271
—dice Andrade— se establece por el grado de inclusión. A pesar de que pudiera
resultar un método que genera segregación, en ocasiones, en determinados
países, no ha aparecido como algo absurdo. Por el contrario, en el caso mexicano
existen autores como Emilio O. Rabasa, a quienes les ha parecido digno de
consideración el que se establezcan requisitos que obedezcan a la capacidad de
las personas, para que puedan elegir racionalmente a quienes los gobiernen,
porque se parte de la idea de que los seres humanos que no tienen instrucción y
tampoco conciencia del tipo de sociedad al que se aspira y desconoce los
alcances de los asuntos públicos, difícilmente tendrán la capacidad para elegir a
quienes los deben gobernar.
Hay quienes sostienen que el establecimiento de requisitos de esta naturaleza
resultaría injusto, debido a que sí la gente no esta ilustrada no es culpa de ella,
sino por el contrario, dicho argumento sirve para reprobar a los detentadores del
poder público por no haber logrado un nivel de instrucción adecuado para la
participación política; aunque, si bien, no se justifica que quienes no tengan
conciencia pública, participen en las decisiones de dicha naturaleza, en todo caso,
lo que es muy claro, es que se requiere cierto rango de educación y politización y,
eso trae consigo, el que en algunos estados se haya establecido el sufragio
capacitario.40
Por lo que se refiere al sufragio masculino, éste consiste en que los únicos que
tienen derecho a votar son los varones. Coincidimos con Eduardo Andrade, en
que es un sufragio restringido; sin embargo, como lo hemos señalado, en la
medida en que ha evolucionado la sociedad, también se ha reconocido el derecho
de la mujer a intervenir en las cuestiones públicas y, por lo tanto, en las
elecciones.
No obstante, este derecho de las mujeres ha ido apareciendo de manera gradual
en las sociedades, producto de muchos factores, tales como, la elevación de la
cultura, una mayor conciencia también de las mujeres, una mayor actividad de las
propias mujeres y, desde luego, de la lucha feminista.
El voto femenino se estableció en Estados Unidos en el estado de Wyoming en
1890 y, más tarde se previo en la Gran Bretaña en 1918, Francia en 1944, México
en 1953 y Suiza en 1971. Actualmente, sonaría absurdo no pensar que las
mujeres tienen el derecho a sufragar para elegir a los gobernantes; además, hoy,
en

40 Dicha capacidad se media por el grado de instrucción y sirvió, en algunas parles, para ampliar el régimen del sufragio
censatario, permitiendo a personas que no alcanzaban el nivel económico exigido, pero que gozaban del prestigio
intelectual, que intervinieran en el proceso electoral. En otras partes se ha usado para impedir que voten los analfabetas. Id.
Andrade Sánchez, Eduardo, p. 169.
272 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
términos reales, está comprobado que en diversos aspectos la mayor participación
en la vida comunitaria está a cargo de la mujer, al grado tal, que las mujeres sean
las personas interesadas y participantes en aspectos públicos, sobre todo en
servicios educativos, y algunos servicios municipales, así como en todo lo relativo
a la vida comunitaria, en la que las mujeres tienen una gran sensibilidad para
entender los problemas.
Asi, llegamos al sufragio más importante que es el sufragio universal. El sufragio
universal es el método de elección de los representantes públicos, que tiene un
mínimo de restricciones en la población y esas restricciones se refieren a
características intrínsecas del individuo, y no a la posesión de bienes o
conocimientos. La universalidad democrática es una tendencia general en el
mundo occidental y nuestro régimen constitucional lo desarrolla y reglamenta. 41
Debemos observar en nuestra Constitución lo dispuesto en los artículos 39, 42 40 43
y 41. Tendremos claro —sobre todo en el segundo párrafo del artículo 41-—44 que
la renovación de los poderes legislativo y ejecutivo, se realizan mediante
elecciones libres, auténticas y periódicas. Con la lectura del artículo 41, en
relación con el artículo 34, nos percatamos que el sufragio universal es
precisamente un principio constitucional mexicano, que es parte de la cultura de
nuestra nación y, sin el cual, no podría entenderse el método de designación en
los órdenes federal, estatal o municipal.
Por lo que se refiere a la nacionalidad, a nosotros nos parece que es justificado,
por muchos elementos culturales, y por nuestra historia, que se exija el ser
nacional para poder participar en política. Sobre este punto nos recuerda Eduardo
Andrade, que en algunas naciones europeas, donde hay una gran movilidad
poblacional, se empieza a cuestionar el principio de que sean los nacionales los

41 La universalidad del sufragio es una tendencia general en el mundo moderno; sin embargo, existen algunos criterios
restrictivos: la ciudadanía, la edad, la capacidad, el domicilio, la dignidad y la lealtad. Idem, p. 170.

42 Articulo 39 constitucional.—"La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público
dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o
modificar la forma de su gobierno".

43 Artículo 40 constitucional.—"Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática,
federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior".

44 Artículo 41 constitucional, segundo párrafo.—"La renovación de los poderes Legislativo y Ejecutivo se realizará mediante
elecciones libres, auténticas y periódicas
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 273
únicos que puedan sufragar en un país, lo cual para nosotros no es aplicable a
nuestra realidad social y circunstancias políticas.
Por lo que se refiere al requisito de la edad, ya mencionábamos también que,
básicamente, la edad se marca para establecer un mínimo de evolución biológica
y psíquica que implique madurez; madurez que les permita tener conciencia de la
decisión, lo cual varía en cada nación. En México, a partir de 1971 se estableció la
edad para votar a los 18 años; antes era a los 21 años si eran solteros y a los 18 si
eran casados. La tendencia mundial es disminuir la edad para votar; sin embargo,
generalmente se establece a los 18 años, como es el caso de Italia, Francia e
Inglaterra.
En cuanto a otros requisitos, éstos se encuentran relacionados con los métodos
electorales; si acaso habría que mencionar lo relativo a la dignidad; es decir, en
cada nación se establecen los requisitos o las razones por las cuales no es digno
que una persona intervenga en procesos electorales; por ejemplo, el estar sujeto a
un régimen criminal por la comisión de delitos que merezcan pena corporal. Así
ocurre en el caso mexicano, por estar cumpliendo una pena corporal, estar
prófugo de la justicia, o estar condenado por sentencia ejecutoria que haya
suspendido o declarado la pérdida de derechos políticos.
Evidentemente estos requisitos implican la necesidad de que haya una empatía de
intereses personales con los intereses de la nación.
12.6.3. Sistemas de representación política
La representación política,45 como lo hemos observado, implica un medio, con el
cual, algunas personas actúan por otras y, en última instancia, esas personas
representan a un conjunto de individuos y, en el caso particular de la
representación política, se trata del gran conjunto de individuos que integran la
sociedad, a través de sus mandatarios, participan en la titularidad de algunos de
los principales encargos públicos.
Como se puede observar, a través de la representación política, también se ejerce
una fórmula democrática, que es precisamente la representación democrática.
Debido a que, actualmente, los meca-

45 La teoría de la representación clásica tiene las siguientes notas características: el representante lo es de todo el pueblo,
en su actuación es independiente de sus electores, es pagado por el Estado y no por los votantes, quienes no pueden hacer
renunciar al diputado medíante la concepción de "revocar el mandato", el representante no tiene porque rendir informe o
cuenta a los ciudadanos que lo eligieron y su elección se basa en el principio del voto individual, logrando la curul quien
acumuló la mayoría de votos en un distrito determinado. Carpizo, Jorge; La Constitución Mexicana de 1917, Ed.
Coordinación de Humanidades, UNAM, p. 267.
274 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
nismos de representación tienden a la participación de la sociedad y, por lo tanto,
son de naturaleza democrática, la representación genera gobierno, y en la medida
de que es más adecuado el método de representación, también existe mayor
legitimidad en el poder público.
Para que haya una adecuada representación política, cada nación adopta diversos
sistemas; es decir, dependiendo de la evolución política de cada nación, de su
cultura, de su desarrollo e idiosincrasia, adoptará un método de representación
política. No debemos olvidar en este tema, el papel fundamental que juegan los
partidos políticos.
Los partidos políticos, sin duda, son agentes de los sistemas de representación
política y, lo son, precisamente, porque juegan un papel importante en los
sistemas de representación; es decir, los partidos políticos, por definición, son
agrupaciones que tienen como finalidad acceder al poder público y conservar el
poder político de la sociedad o bien, que sus miembros o participantes tengan
acceso al poder público.
En el caso mexicano, aludiremos al siglo XX. A partir de la Revolución de 1917 se
fue configurando un sistema de representación política en constante evolución,
dado que en los primeros años postrevolucionarios se vivían escenarios de luchas
de facciones y de caudillos que no permitían, a toda cabalidad, métodos de
participación política transparentes, ordenados y regulados. Con el surgimiento del
Partido Nacional Revolucionario, a instancia de Plutarco Elías Calles, en el año de
1929, se pretende que los procesos de acceso al poder público en nuestro país,
tengan verificativo de manera institucionalizada, eliminando luchas regionales y
algunas nacionales estériles dentro de los grupos triunfadores de la Revolución
Mexicana.
De tal manera que con el surgimiento del Partido Nacional Revolucionario, poco a
poco, la lucha entre caudillos se va encauzando, dándole con ello, mayor
participación a la sociedad. Desde luego, este partido se va adecuando a las
nuevas circunstancias según la personalidad de los grupos dirigentes. Ya
aludimos a las diversas corrientes que convergen en el modelo ideológico
resultante de la Revolución mexicana en la unidad 5 "Vertientes Ideológicas del
Derecho Constitucional".46
En la época del General Lázaro Cárdenas pasa a ser el Partido de la Revolución
Mexicana; más tarde en la época de Miguel Alemán se denomina ya como Partido
Revolucionario Institucional, el cual aglutina a diversas fuerzas regionales y
nacionales que son resulta-

46 Constitucionalismo social. Aportación de México, p. 82


TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 275
do de los grupos y pactos que derivaron con posterioridad a la Revolución
Mexicana, y que son resultado también, de la propia Revolución Mexicana.
El resultante ideológico y de participación política de las fuerzas que fueron
protagonistas de la Revolución Mexicana y que configuraron el constitucionalismo
social del siglo XX de nuestro país, se englobaba en gran medida en el Partido
Revolucionario Institucional.
La hegemonía de ese partido trajo consigo una vida política de mayor estabilidad.
Por lo menos en lo general. Pero evidentemente, desde el origen de dicho partido,
en la nación había otras fuerzas políticas, que no se ubicaban dentro del marco
ideológico, ni dentro de la lucha interna de este partido y, por otra parte, la
hegemonía electoral del PRI, no permitía que los grupos exógenos al mismo,
participaran en la representación política nacional, dado que durante muchos años
en nuestro Poder Legislativo, la participación de grupos o partidos opositores era
prácticamente inexistente.
Uno de los partidos más antiguos en el México del siglo XX, es el Partido Acción
Nacional; fue fundado en 1939 por intelectuales y profesionales para oponerse al
Partido Nacional Revolucionario creado 10 años antes. Se le identifica
ideológicamente con el social cristianismo, ideal del bien común. Algunos autores
como Alfonso Noriega Cantú, con interesantes argumentos históricos, desde
alguna posición idealista han intentado en diversas épocas ubicar a Acción
Nacional como una suerte de partido de corte conservador o que en alguna
medida involucra a personajes que se identifican con dicha postura ideológica que
tiene antecedentes importantes en el siglo XIX en el que brillaron personajes como
Lucas Alamán en el terreno teórico y político y Miguel Miramón desde la trinchera
militar y desde luego política. No olvidemos que Miguel Miramón fue el presidente
más joven de nuestra patria, tenia 26 años de edad.
Lo cierto es que por razones de índole práctica, es decir, de efectividad electoral
difícilmente la generalidad de las opiniones en la materia pudieran asegurar
contundentemente que la postura actual del Partido Acción Nacional necesaria y
únicamente implica que todos sus actuales militares son herederos del citado
partido conservador.
A lo largo de su historia ha tenido dos divisiones importantes: en 1978 se separan
Efraín González Morfín; Raúl González Schmall, Julio Sentíes y Francisco
Pedraza; en 1993 salen del partido los miembros del grupo Foro Democrático. 47
Un personaje destacado en la historia contemporánea del PAN es Manuel J.
Clouthier quien en diversos medios se identificó como el símbolo de un
neopanismo, en el cual
47 Quezada Aguayo, Sergio; El almanaque mexicano. Ed. Grijalbo. México 2000, p. 245.
276 ENRIQUE QU1ROZ ACOSTA
se incluyen diversos empresarios de gran arraigo en algunos segmentos y
regiones de la sociedad. Sin duda desde esta óptica y etapa política,
necesariamente el personaje más sobresaliente e importante es el licenciado
Vicente Fox Quesada, quien se inscribe para algunos analistas en esta corriente
de neopanismo. Es difícil sostener que todas las personas que siguen la
trayectoria y figura de Vicente Fox Quesada participan monolíticamente de la
misma ideología conservadora a la que se ha aludido con antelación.
Lo que es indudable es que de poco convendría a la nación y a nuestro régimen
constitucional, el pretender ante las actuales circunstancias que el triunfo o fracaso
de alguna de las actuales fuerzas políticas más importantes, implique revivir una
lucha superada desde hace ya diversas décadas en nuestro país entre liberales y
conservadores. Es más, el Presidente de la República, Licenciado Vicente Fox
Quesada incluso desde su campaña electoral rechazó que se le identifique con
posiciones llanamente conservadoras e incluso se declaró en algún momento,
expresamente de centro-izquierda.
Dicha afirmación que pudiera parecer poco usual en un integrante del Partido
Acción Nacional, pudiera tener elementos interesantes que nos recuerdan ni más
ni menos actitudes y declaraciones del mismísimo Manuel Gómez Morín, alma y
cerebro del Partido Acción Nacional, quien colaboró previamente con los
gobiernos de la Revolución, particularmente con el General Plutarco Elías Calles y
coadyuvó en el diseño de diversas instituciones financieras.
Al propio Gómez Morín se le ubicó poco después como integrante del grupo de los
"desencantados" del proceso revolucionario.
Pero en cuanto al aspecto concretamente ideológico diversas fueron las
reflexiones del Licenciado Gómez Morín que lo ubicaron en la corriente
conservadora e incluso algunos de sus documentos publicados al decir de Alfonso
Noriega Cantú obligan a recordar a Edmundo Burke en sus reflexiones sobre la
Revolución.
Pero resulta más impactante aún la afirmación del propio Don Alfonso Noriega
Cantú en cuanto a que es indudable que el intelectual revolucionario Manuel
Gómez Morín que lo fue en forma activa y en muchas ocasiones confesó su
afiliación socialista, reproduce —o reitera— la actitud romántica de Burke en
presencia de los excesos de la Revolución y muestra su desilusión por el terrible
contraste entre los ideales teóricos, la cruda realidad de los hechos y la frustración
de las realizaciones.48
En cuanto a la evolución de dicha fuerza política en el ámbito
48 Noriega Cantú, Alfonso; El Pensamiento Conservador y el Conservadurismo Mexicano. Instituto de Investigaciones
Jurídicas. UNAM, México, 1972, segundo tomo, p. 504.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 277
electoral, Jorge Carpizo49 nos recuerda que en materia de representación política,
fue en las elecciones de 1955, cuando por primera vez, el PAN obtuvo en la
Cámara de Diputados 6 curules; el Partido Popular Socialista dos curules; y, el
Partido Auténtico de la Revolución Mexicana ninguna. En 1958 el PAN obtuvo 5
curules; el PPS y el PARM una cada uno. En las elecciones de 1961, el PAN
obtuvo 4; el PPS y el PARM ninguna; es decir, en ese lapso de varios años, toda
la oposición en su conjunto, obtuvo un total de 20 curules en la Cámara de
Diputados.
Una situación de esta naturaleza, evidentemente, generaba inquietud en los
actores políticos del país, porque era indispensable que hubiese mayor
participación política. Hasta ese momento, nuestro sistema de representación
política, simplemente señalaba que para la integración de la Cámara de Diputados
tendrían verificativo, cada tres años elecciones directas, en la que habría un
candidato por cada circunscripción, ya que simplemente, se trataba de elecciones
uninominales para la integración de la Cámara de Diputados y, en el caso de la
Cámara de Senadores, también había elecciones uninominales, pero
estableciendo el número de Senadores en función de las entidades federativas.
No había variante que permitiera mayor participación política. Hasta 1963, se crea
en la Cámara de Diputados, lo que se denominó el sistema de diputados de
partido. Con ello, se perseguía que las minorías tuvieran mayor presencia en la
Cámara de Diputados y, en efecto, así ocurrió; en las elecciones de 1964 el PAN
obtuvo 18 curules y, el PPS y el PARM 4 curules; en las elecciones de 1967 el
PAN obtuvo 20 curules, el PPS obtuvo 8 curules y el PARM obtuvo 6 curules. Más
tarde en las elecciones de 1970, el PAN obtuvo 20 curules, el PPS 10 y el PARM
obtuvo 5.
No obstante, se observó que el sistema de diputados de partido no le otorgaba
mayor significación a los partidos minoritarios. Por ese motivo, en 1972 se realiza
una reforma constitucional para reducir el porcentaje de 2.5% a 1.5% de la
elección para que los partidos tuvieran derecho a acreditar diputados de partido.
Jorge Carpizo nos refiere que los resultados de las elecciones con esa nueva
fórmula, en efecto, le dieron mayor participación a los partidos políticos
minoritarios y, esto se vio reflejado en las elecciones de 1973. Pero aún así, la
participación de la oposición o de los partidos minoritarios no era tan amplia: El
PAN había obtenido 22 curules; el PPS 9; y el PARM 7 en las elecciones de 1973,
mien-

49 Carpizo, Jorge; Estudios Constitucionales, p. 455.


278 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
tras que en las elecciones de 1976, el PAN obtuvo 20 curules; el PPS 12; y el
PARM 9 (en esa elecciones cié 1973 el PRI había obtenido 189 curules con un
77.60% de los votos y en 1976 accedió el PRI al 84.85 % de la votación total).
El sistema de representación política no estaba permitiendo una amplia
participación plural de la sociedad, por ello, se modificó el sistema para que
hubiera mayor evolución política de la sociedad mexicana.
Resulta evidente que un sistema de representación política, en un régimen
democrático, debe tener, como premisa, que refleje, en forma auténtica, las
fuerzas políticas de la nación en los órganos representativos; pero además, es
menester que el sistema de representación política, también impulse la mayor
participación política de la sociedad, de ahí que vinieran nuevas transformaciones,
algunas de ellas importantes, como es el caso de la Reforma Política de 1977.50
Esta reforma de 1977, desde nuestro punto de vista, es un parteaguas en la vida
política de la nación; dado que se requería, para entonces, algo más que
diputados de partido, para que participaran los grupos y los partidos de oposición,
se requería que participaran incluso facciones y grupos disidentes que se habían
colocado en la clandestinidad. Pero también se requería que participaran
individuos de nuestra sociedad que no le otorgaban importancia o credibilidad al
sistema de representación política.
Para lograr que se cumplieran los objetivos y se oyera a las minorías en las
grandes decisiones nacionales, se estableció un sistema de representación
política mixto, gracias a las reformas del 6 de diciembre de 1977. El sistema mixto
en la Cámara de Diputados implicaba que, por una parte, hubiese elecciones
uninominales para diputados, pero también, simultáneamente, se incluía la tesis
de la representación proporcional.
A través del sistema de representación proporcional participan en la Cámara de
Diputados las diversas fuerzas e ideologías de la nación. Desde luego, no se
esperaba que a través de esas modificaciones constitucionales, de un día para
otro, hubiese un equilibrio.

50 Los partidos de oposición tradicionales estaban en franca decadencia, con divisiones internas, y grupos no registrados
como partidos actuaban políticamente representando a diversos sectores de la sociedad mexicana. Por este motivo, el 6 de
diciembre de 1977 se reformaron los artículos 51, 52, 53, 54 y 55 constitucionales para modificar la integración de la
Cámara de Diputados. Se consideró que el sistema de diputados de partido, había agotado ya todas sus posibilidades para
impulsar democráticamente a México, y por lo tanto se buscaba una nueva forma de sistema representativo. Id. Carpizo,
Jorge, p. 456.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 279
entre las fuerzas políticas del país, pero sí que las minorías tuvieran una
participación política más significativa y que, en síntesis, decía la exposición de
motivos, el gobierno de mayoría con el concurso de las minorías, tuviera
verificativo en un régimen de libertad, seguridad y justicia.
Este sistema de representación política ha sido muy importante, ha tenido diversas
variaciones y modalidades, las cuales han ocurrido con el concurso de las
diversas fuerzas políticas nacionales y, a través de ellas, las fuerzas de oposición
cada vez tienen una mayor representación y presencia nacional. Asimismo, esto
ha traído consigo que el sistema de representación política de México, no
solamente le dé mayor presencia a diversos partidos, sino que también, ha ido
perfeccionando el propio sistema electoral para darle mayor transparencia y
también mayor independencia respecto del gobierno, con lo cual se ha avanzado
también, en la legitimidad de las propias elecciones.
Otra muestra de la evolución política de nuestro sistema de representación
política, es que no solamente a nivel federal, sino desde luego a nivel estatal y
municipal, se ha ampliado la presencia de otras fuerzas políticas; basta observar,
por ejemplo, las cifras de las elecciones en 1988, para percatarnos que México ha
cambiado.
Si analizamos los fenómenos de los años noventa, veremos que la evolución
electoral y política es muy acelerada. En 1990, por ejemplo, por primera vez en la
historia del país ganó la elección para gobernador de una entidad un partido de
oposición; esto tuvo verificativo en Baja California con el PAN.
Durante esta década derivado de la conjunción o de la concurrencia de diversas
fuerzas de izquierda, así como de un desprendimiento de fuerzas internas del
Partido Revolucionario Institucional se creó y obtuvo su registro el Partido de la
Revolución Democrática (PRD).
Para conocer y entender su origen no debemos olvidar que en 1986 Cuauhtémoc
Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, entre otros, crean dentro del PRI la corriente
democrática, con la finalidad de democratizar los procesos de elección del
candidato presidencial. Fracasan, se separan de su partido y junto con el PPS,
PFCRN y PARM integran el Frente Democrático Nacional. En 1989 se funda el
PRD con el registro del PMS. Se identifica como un partido nacionalista
revolucionario de centro-izquierda.51
Hacia 1994, en relación a la reforma electoral, se ciudadaniza el

51 Id., p. 245.
280
Consejo General del IFE. Los observadores nacionales obtuvieron la facultad de
cubrir todas las etapas del proceso electoral. Se creó la Fiscalía Especial para
Delitos Electorales, aunado a que tuvieron verificativo en México las elecciones
más concurridas en la historia; es decir, se realizaron las elecciones con la
votación más copiosa.
En 1996 la reforma electoral da un avance importante ya que la primera fuerza
electoral puede tener un máximo de 300 diputados. Se incrementa del 1.5 a 2 por
ciento el porcentaje de votación para que un partido político tenga diputados
plurinominales. En la Cámara de Senadores se incorpora el principio de
representación proporcional. Se flexibilizan los requisitos para la obtención del
registro como partido nacional y se fija en 2 por ciento el porcentaje mínimo para
conservar el registro.
Se crea la figura de las agrupaciones políticas nacionales para impulsar la
democracia. Se establece que el financiamiento público sea mayor que otros tipos
de financiamiento, se prohíben aportaciones anónimas y se limita el financiamiento
de simpatizantes. Mejora la fiscalización del manejo de los recursos de partidos y
agrupaciones políticas.
La Asamblea de Representantes del Distrito Federal se convierte en Asamblea
Legislativa y a sus miembros se les denominan diputados. Se dispone que el Jefe
de Gobierno del Distrito Federal sea electo por votación universal, libre, secreta y
directa para un periodo de seis años.52
Si repasamos también las elecciones de 1997, el sistema que se emplea, las
condiciones del mismo, nos percataremos de que la evolución política en México
ha sido importante en términos de representación política. Un dato ilustrativo es
que en 1997 se incorporó también el sistema mixto con la elección uninominal y
representación proporcional en la Cámara de Senadores.
Como se puede observar, existe entonces, un sistema de representación política
tanto uninominal como de representación proporcional en ambas cámaras y, por
otra parte, la elección para Presidente de la República se mantiene como una
elección directa a una sola vuelta.
En las elecciones del 2000, observamos un hecho también histórico en la vida
política y democrática del país, participaron once partidos políticos que manejaron
recursos públicos de acuerdo al porcentaje de votación obtenida con anterioridad
o a una cantidad fija (para los de reciente ingreso), en ellas, por primera vez un
can

52 Id., p. 243.
281
didato de oposición obtuvo su elección como Presidente de la República. Vicente
Fox Quesada, candidato de la Alianza por el Cambio (AC), consiguió el triunfo con
42.5 por ciento de la votación total. Oficialmente, es el primer Presidente que
resulta electo con menos de la mayoría (50 por ciento) de los electores. Propios y
extraños reconocen que sin duda se trata de otra etapa política de México.
En estas votaciones la participación ciudadana fue de 64 por ciento de la lista
nominal. En los estados con mayor afluencia de votos ganó la AC, en los de
menor ganó el PRI. Vicente Fox triunfó en 20 estados de la República; Francisco
Labastida en once y Cuauhtémoc Cárdenas en uno. Regionalmente el PAN triunfó
con claridad en el centro, norte y occidente de la República. De la capital hacia el
sur y sureste se dividió el voto. El apoyo a Fox fue más fuerte en los estados
donde gobierna el PAN, el PRI mantuvo una presencia nacional y el PRD
concentró su fuerza en el Distrito Federal, Estado de México, Michoacán y
Veracruz.53
Las elecciones del 2006 pusieron a prueba el sistema de representación política y
la seguridad jurídica y política del modelo electoral. El triunfo que obtuvo el
candidato presidencial de PAN, Felipe Calderón Hinojosa, fue de un margen tan
cerrado (0.05%) que hubo que poner a prueba la capacidad y legitimidad de las
instancias que intervinieron en la resolución definitiva.
Nunca en la historia se había registrado una situación que generara la necesidad
de que la instancia última decisoria tuviera que acudir al expediente no previsto de
abrir y revisar urnas electorales. Si bien el resultado de la revisión ordenada por la
Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no
modificó el sentido de la elección, colocó sin duda al presidente electo en una
posición en virtud de la cual tenía que actuar y actuó con prestancia y valentía,
pero además fue menester poner a prueba la sensibilidad y madurez de diversos
sectores políticos integrantes de diversas fuerzas, como lo son algunos
legisladores del Partido Revolucionario Institucional.
El camino para Felipe de Jesús Calderón Hinojosa desde el comienzo de su
mandato seria difícil; contó durante los primeros tres años con una cámara de
diputados en la que su partido si bien era la primera fuerza con 206 escaños,
obviamente no contar con la mayoría absoluta lo obligaba a realizar un trabajo
muy profundo de cabildeo y coordinación con los diputados de otros partidos
políticos.

Los comicios del 2009 reconfiguraron la composición de la cáma

53 Id., p. 251.
282
ra de diputados, dado que el PRI obtuvo 237 escaños, el PAN alcanzó 143, el
PRD 71, el PVEM 22 diputados, el PT 13 legisladores, el PANAL 8 diputados y
Convergencia 6 curules.
Con el esquema anterior, el presidente de la República está obligado a realizar
permanentemente de manera directa o a través del Partido de Acción Nacional
determinadas alianzas para lograr reformas que incidan en la estructura y
funcionamiento del Estado mexicano.
Las conclusiones a las que llegan Christian Uriel García Reyes y Reyna
Guadalupe Valdez Castro en el documento denominado "Electoral 2009",
publicado en julio de ese mismo año con el numeral 6, publicado por la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, resultan ilustrativas respecto de la
gobernabilidad que prevalecerá en la segunda mitad del sexenio del presidente
Felipe Calderón:
1. El PRI se convierte en la fuerza de oposición más importante, al ser el único
partido con capacidad de veto en reformas constitucionales; en alianza con el
PVEM, alcanza la mayoría absoluta para realizar o vetar reformas legales.
2. La oposición en su conjunto puede reformar la constitución dado que logra más
de las dos terceras partes de los puntos requeridos para tal efecto; sin embargo,
es indispensable el concurso del PRI para hacerlo.
3. La única forma de que el PAN pueda hacer prosperar reformas constitucionales
es aliándose con el PRI. De manera que la suma de los partidos restantes,
incluyendo al PRD, no podrán ni siquiera vetarlas.
4. Si el PAN logra establecer alianzas, excepto el PRI sólo podrá realizar reformas
ordinarias. No obstante, de mantenerse en la alianza parlamentaria que se ha
hecho pública entre el PRI y PVEM esto no será posible.
5. Los cuatro partidos pequeños suman en conjunto 49 votos con lo que se
convierten en partidos bisagra al ampliar el abanico de posibilidades de alianzas
parlamentarias, para formar mayorías simples que permitan realizar reformas
legales.
Las condiciones bajo las cuales operan las relaciones del ejecutivo y el legislativo
en la LXI Legislatura no son nuevas, pero son quizá las más adversas que ha
enfrentado un partido de gobierno desde la aparición de los partidos divididos en
México en 1997. El resultado de nuestros autores no puede ser más interesante
para nuestra materia ya que "...Resultará indispensables colocar sobre la mesa de
discusión la construcción de esquemas que permitan al ejecutivo federal hacer
prosperar sus iniciativas en el legislativo. Se trata pues de un cambio de ingeniería
constitucional que propicia la expan
283
sión de los márgenes de gobernabilidad sin trastocar los niveles de pluralidad
existente, producto de la ransición de México a la democracia". Vaya prueba de
funcionalidad de nuestros sistemas de representación política.
12.7 . LA FORMA DE GOBIERNO Y LA DEMOCRACIA EN LA CONSTITUCIÓN
DE 1917
La forma de Gobierno y la forma de Estado en nuestra Constitución se encuentran
desarrolladas en el Título Segundo, Capítulo Primero. En dicho Capítulo se
sintetiza, pero también se hace explícito, nuestro sistema político-jurídico y se
define el sentido y el ejercicio de la Soberanía Nacional.
Desde el punto de vista de una declaración dogmática, es muy clara la que se
establece en el artículo 39 de nuestra Constitución y, también, es evidente su
sentido roussoniano, en cuanto a que la Soberanía Nacional reside esencial y
originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye
para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de
alterar o modificar la forma de su Gobierno.
Esta declaración dogmática es "Piedra de Toque" para el desarrollo de nuestro
sistema representativo. El contenido del artículo 40 de nuestra Carta Magna nos
permite observar la estructura básica del Estado mexicano.
Así, cuando el artículo 40 de nuestra Constitución dice que nuestra nación es una
República,54 lo dice desde el punto de vista de que en nuestra nación no se
admiten los métodos, las fórmulas y los medios para acceder al poder que se
establecen en la monarquía; además, implica que quedan suprimidos los títulos
nobiliarios y castas y es periódica la renovación del poder.
Además, se complementa el artículo 40, mencionando que el sistema es
representativo y democrático y aquí es donde enfatizamos que nuestra
democracia es representativa; es decir, la sociedad es la que decide quiénes son
los titulares de los principales cargos de naturaleza política en los poderes
públicos y lo decide, a través del

54 Republicano es el gobierno en el que la jefatura del Estado no es vitalicia, sino de renovación periódica, para la cual se
consulta la voluntad popular. El adversario importante de la República en nuestra época es el régimen totalitario. Tales
regimenes no pueden considerarse republicanos, porque no obstante que en ellos la jefatura de gobierno no se conserva,
en principio, vitaliciamente ni se transmite por herencia, carecen de la nota propia del régimen republicano, que consiste en
la renovación periódica de aquella jefatura mediante la consulta del pueblo. Tena Ramírez, Felipe; Derecho Constitucional
Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1981, p. 90.
284
método representativo y democrático que establece nuestra Constitución, el cual
se desarrolla a partir de lo establecido en el artículo 41 de nuestra Carta Magna.
Nuestro método representativo y democrático, en lo general, contiene las
siguientes características: a) el establecimiento de partidos políticos; b) la
organización de las elecciones por un organismo independiente de los poderes
públicos y, particularmente, independiente del Poder Ejecutivo; c) el
establecimiento de un régimen de financiamiento de las elecciones y de los
partidos políticos, así como, en el ámbito electoral la regulación en materia de
medios de comunicación; y, d) un sistema de medios de impugnación que se
resuelven en un tribunal que integra el Poder Judicial de la Federación.
Estas serían algunas de las principales características, aunque también debemos
aludir a que, derivado de éstas, en México tienen verificativo las elecciones, a
través de un sistema electoral que permite que haya garantías para los
ciudadanos, para que las elecciones se conduzcan con trasparencia; tal es el caso
de un padrón electoral moderno, adecuado y sistematizado, un sistema de
credencial de elector también muy evolucionado y otra serie de medidas muy
importantes.
Como se puede observar, una garantía que establece nuestra democracia es la
participación de la ciudadanía en los procesos electorales. Incluso, se afirma que
el Instituto Federal Electoral esta ciudadanizado, porque los ciudadanos y no los
partidos políticos, participan en los procesos electorales con el carácter de
autoridades electorales en diversos niveles de la organización electoral. Es más, el
Consejo General del IFE, se integra por consejeros ciudadanos y consejeros de
partidos políticos, pero estos últimos ya no tienen voto pero si voz, y también hay
representantes de las Cámaras, tanto la de diputados como la de senadores, pero
quienes tienen voto únicamente son los consejeros ciudadanos. Claro que es
probable la duda en cuanto al desinterés político que en determinado momento y
circunstancias podrán tener algunos consejeros ciudadanos, en favor o en contra
de algún partido político o bien, su excesivo protagonismo político, lo cual, si
excede los extremos constitucionales o legales resultaría altamente nocivo al
Estado de Derecho mexicano.
Es evidente que habrá que perfeccionar el sistema. Hay quienes proponen, por
ejemplo, que se incluyan organismos de diferente naturaleza, y hay otros que
piensan que se debe establecer a nivel constitucional y reglamentar métodos de
Democracia Semidirecta, como es el caso del Plebiscito o el Referéndum.
Pero en fin, hoy por hoy, la democracia mexicana es una democracia moderna en
muchos sentidos, y llama la atención su carácter dinámico y de rápida evolución.
285 UNIDAD 13

EVOLUCIÓN DEL DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO

13.1 . ORGANIZACIÓN DEL MÉXICO INDEPENDIENTE

Para poder aludir al México independiente, debemos tener claro el escenario de


los últimos años de la Colonia. Prácticamente durante el último siglo de ese
periodo, había en la Nueva España un criollismo muy desarrollado; es decir, hijos
o descendientes de españoles que habían generado un profundo sentido de
pertenencia a la América septentrional y, además, un desprecio hacia los
españoles que poseían las riquezas en la Nueva España. Este escenario es muy
importante tenerlo presente y tomarlo en consideración, porque fue una de las
causas que motivó la guerra de independencia.

En el lado de los criollos existía una ideología libertaria y, por lo que se refiere a
los españoles, ellos trataban de hacer valer su predominio, a través de una tesis
de carácter conservador, fuertemente vinculada a las instituciones españolas y,
particularmente, a la corona y a la iglesia católica.

Por lo que se refiere a los criollos, se sentían sometidos e, incluso, vitupereados


por los españoles que deseaban conservar a toda costa el antiguo régimen de la
corona española. Desde el punto de vista cultural e ideológico, en la corriente
criolla de la América septentrional, existía una fuerte influencia de la Ilustración y,
particularmente, del Enciclopedismo. Se conoce que los letrados en la Nueva
España, leían de manera asidua las obras clásicas europeas de manifestación
libertaria.
Todo esto tuvo una fuerte influencia en el movimiento independentista de nuestro
país, aunque también debemos tener presente y destacar que el cura Miguel
Hidalgo y Costilla —hombre que correspondía precisamente a la característica que
enunciamos— era un criollo ilustrado, que tenía fuertes vínculos y lazos con la
población de la Nueva España, incluyendo, a los propios indígenas, lo cual, le
286
confirió cierta legitimidad al encarar el destino con el movimiento insurgente.
A pesar de ello, Don Miguel Hidalgo y Costilla nunca planteó una formalización
estructural para el naciente Estado mexicano. Si repasamos los documentos
ideados por Don Miguel Hidalgo, "Generalísimo de América", nos percataremos
que existe, por una parte, un fuerte tono libertario y una sólida identificación
nacionalista con la América septentrional, pero, en efecto, nunca alude a una
estructura jurídicamente determinada para nuestro país.
Por ejemplo, el Decreto de Hidalgo por el que se ordena la devolución de tierras a
los pueblos indígenas, fechado en el Cuartel General de Guadalajara, el 5 de
diciembre de 1810, en el que actuaba como secretario el Licenciado Ignacio
Rayón, fue un documento en el cual se manda a los jueces y justicias del distrito
estatal, para que procedan inmediatamente a la recaudación de las rentas
vencidas de los arrendatarios de las tierras pertenecientes a las comunidades de
los naturales, para que dichos fondos se depositen en la caja nacional y se
entreguen a los naturales las tierras para su cultivo, sin que sean esas tierras
susceptibles de arrendamiento en lo sucesivo; ya que dice el "Padre de la Patria":
que es voluntad que "los naturales sean sus respectivos dueños de las tierras".
En ese Decreto observamos un alto contenido ideológico libertario. En éste se
hace patente el reconocimiento de justicia social. Nótese lo avanzado del
documento para la época, particularmente en cuanto concebía el principio de la
distribución de las tierras.
También debemos recordar que el 6 de diciembre de 1810 en Guadalajara,
Hidalgo emite otro Decreto contra la esclavitud, las gabelas y el papel sellado, el
cual incluye un proemio muy interesante, donde alude a una serie de ordenanzas
para la nación mexicana, a través de cuatro declaraciones específicas relativas a
la libertad, la esclavitud y el cese al pago de tributos de castas; además, se
declara que todos los negocios judiciales y documentos legales se traduzcan a la
ley común.
Igualmente, al analizar esos documentos observaremos cómo la propia proclama
del cura Hidalgo a la nación americana, tiene una fuerte influencia de naturaleza
independentista y una fuerte identificación con la población.
Esos elementos son muy importantes para que comprendamos la situación que
privaba a raíz del movimiento de Independencia. Recordemos que entre 1810 a
1821, se gesta, precisamente, el periodo de la guerra de Independencia. Durante
esa etapa se expiden una serie de importantes documentos históricos en el viejo
conti
287
nente, particularmente en la península ibérica, que van a influir en el movimiento
de Independencia.
En la segunda parte del movimiento de Independencia se procuró organizar
jurídica y políticamente a lo que con posterioridad sería México.1
Una vez que fallece Miguel Hidalgo y Costilla, el líder natural del movimiento
revolucionario de Independencia es José María Morelos y Pavón, quien concibió y
proyectó importantes documentos de carácter constitucional que sirvieron para la
estructuración política y jurídica de la emancipación de México.
Así, bajo la dirección y participación directa de este antiguo profesor del Colegio
de San Nicolás de Valladolid, hoy Morelia, no solamente continúa la lucha de
Independencia respecto de España, sino que también se fue dando forma a una
ideología independentista en documentos jurídicos constitucionales de gran
importancia.
Cabe recordar que se formó una especie de Asamblea Constituyente denominada
Congreso de Anáhuac. Asamblea que se reunió el 6 de noviembre de 1813 y en la
que se expidió el acta solemne de la declaración de la Independencia de América
septentrional, como se le denominó a la patria en aquel momento. En este
documento se declara la disolución definitiva del vínculo de dependencia del trono
español.
13.2. LA CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ DE 1812 Y SU INFLUENCIA EN LA NUEVA
ESPAÑA
La Constitución de Cádiz es el documento español de carácter liberal que tuvo
mayor influencia en la Nueva España. Recordemos que los ilustrados españoles
tuvieron algunos triunfos en el siglo XVII y, precisamente, la culminación de éstos
fue la expedición de la Constitución de Cádiz del 19 de marzo de 1812.
Cabe tener presente que la Constitución de Cádiz fue el resultado de un proceso
histórico y de una serie de concesiones que tuvieron los liberales españoles frente
a Carlos IV. Además, debe analizarse el ambiente que imperó durante la
expedición de ese documento, el cual fue precedido por una serie de
acontecimientos en la Nueva España. El movimiento de Independencia estaba
avanzando, había una fuerte convicción de los criollos respecto del propio
movimiento

1 Burgoa Orihuela, Ignacio; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México, 1994, p. 77.
288
y un sentimiento de nacionalidad con fuerza e inercia propia, que más tarde
permitió la consumación de la Independencia.2
Además, en aquel entonces, España era invadida por Francia y la abdicación de
Fernando VII, trajo consigo la exaltación al trono por parte de José Bonaparte.
Evidentemente, esto tuvo un impacto directo en la Nueva España, porque generó
para los criollos una coyuntura que podían aprovechar para poderse independizar
del reino español.
Cabe señalar que los propios criollos estaban auspiciados por el virrey Iturrigaray,
quien al percatarse de lo ocurrido en la península Ibérica y al quedar vacante el
trono español producto de la abdicación de Fernando VII, declara que dicha
abdicación es nula y, por lo tanto, desconoce la proclamación de Bonaparte como
Rey, por ello, considera que la Nueva España puede reasumir su soberanía.
Esta apreciación cobra importancia, ya que el virrey Iturrigaray, el 19 de julio de
1808, plantea esta posición, justamente cuando llega a México la noticia de los
sucesos ocurridos en España, particularmente la abdicación de Carlos IV y la
renuncia de Fernando VII a la corona de España, así como la ocupación de José
Bonaparte y esto genera toda una exaltación en la Colonia. Los criollos tienen una
fuerte reacción, sobre todo en el cabildo de la Ciudad de México, donde se
convoca a una junta de grandes personalidades y ellos —con gran predominio
criollo— exigen que se reasuma la soberanía,3 postura a la que los españoles
peninsulares se oponían, debido a que los españoles tradicionales deseaban
seguir manteniendo el poder y sus privilegios.
No olvidemos que ya había una gran rivalidad entre criollos y peninsulares, los
criollos demandaban la soberanía popular y, con ello, la idea de independencia, o
por lo menos, de autonomía. Esta posición alarmó mucho a los peninsulares.
En la reunión de grandes personalidades, destacó de manera sobresaliente la
participación del licenciado Francisco Primo de

2 La Ilustración y sus postulados fueron la gran fuerza exógena que movió nuestra guerra de independencia, pero no
debemos olvidar una fuerza endógena fundamental: la toma de conciencia nacionalista de los criollos novohispanos,
sinergizada por una evidente actitud por parte de las autoridades peninsulares, contraria hacia los criollos en lo relativo a la
provisión de empleos y funciones para las Indias. Soberanes Fernández, José Luis; Historia del Derecho Mexicano, Ed.
Porrúa, México, 1996, p. 79.

3 Curiosamente el virrey Iturrigaray se manifestó en favor de la idea de los criollos, según parece con el oculto interés de
ser proclamado rey de estos dominios, o quizá para salvarse de las graves responsabilidades a que pudiera ser sujeto en
virtud de corruptelas y abusos que le caracterizaron durante su administración. Id. Soberanes Fernández, José Luis, p. 80.
289
Verdad,4 quien afirmó que al haber desaparecido el gobierno legítimo español, el
pueblo sería la fuente y origen de la soberanía, por lo que se debía de recurrir,
precisamente a la propia soberanía y depositarla en un gobierno provisional.
Los españoles estaban realmente molestos, pero el asunto no se quedó ahí,
continuó la exaltación y tuvieron verificativo nuevas reuniones, hasta que más
tarde se formó un Consejo de Regencia en España y este Consejo en 1809
nombró como virrey de la Nueva España al Arzobispo Lizana y Beamount, dado
que el anterior virrey era de carácter definitivamente libertario.
En la Nueva España las diferencias ya estaban muy enraizadas. Destaca de
manera importante que los ilustrados ya habían convocado a un Congreso
Constituyente, con la idea de introducir las sendas del constitucionalismo
moderno. Mientras tanto, en la Península Ibérica había una corriente
modernizadora, otorgándole al Virreinato el 10 de mayo de 1810, la posibilidad de
participar en la elección de diputados a las Cortes constituyentes de España y,
fueron elegidos gente ilustrada, jóvenes eclesiásticos y abogados de profesión,
entre ellos Miguel Ramos Arizpe.
Así es como se promulga la Constitución de Cádiz, la cual se publicó en México en
el Palacio Virreinal el 30 de septiembre de 1812, por las autoridades superiores.
Se trató de poner en vigor esta Constitución e, incluso, el 29 de noviembre de
1812 se llevaron a cabo elecciones —que por cierto tuvieron lugar dentro de un
gran desorden— para integrar el ayuntamiento constitucional de México.5
En dichas elecciones no salió electo ningún español y sí en cambio,
mayoritariamente partidarios de la Independencia. Obviamente, eso trajo
reacciones de los realistas, al grado tal de suspender la libertad de imprenta y,
posteriormente, suspender las elecciones municipales.
No obstante, ya estaba muy avanzado el movimiento de Independencia y también
tuvieron verificativo nuevas elecciones en la

4 Iturrigaray convocó a una Junta General del Reino, en ésta, Francisco Primo de Verdad, afirmó que habiendo
desaparecido el gobierno metropolitano, el pueblo, fuente y origen de la soberanía, debería reasumirla para depositarla en
un gobierno provisional; propuesta que fue rápidamente impugnada por el inquisidor decano, Fernando de Prado y Ovejero,
asegurando que el principio de soberanía popular era una herejía. Id. Soberanes Fernández, José Luis, p. 81.

5 El 30 de septiembre de 1812 se juró solemnemente en el Palacio Virreinal, por las autoridades superiores encabezadas
por el virrey Venegas y el Ayuntamiento de México, la Constitución de Cádiz y se trató de ponerla en vigor a partir de ese
momento; por ello, y según disposiciones de la propia asamblea gaditana, a la Plaza de Armas de México desde entonces
y hasta nuestros días, se le denomina Plaza de la Constitución. Id. Soberanes, José Luis, p. 82.
290
Nueva España para elegir representantes ante las cortes; evidentemente, los
peninsulares de la Nueva España trataron de deslegitimar el proceso, y tuvo
verificativo la elección de los catorce diputados que correspondían a la provincia
de la Nueva España, entre los cuales había nueve abogados y cinco eclesiásticos,
pero en esta ocasión eran oriundos de nuestra tierra.
De 1812 a 1814 estuvo en vigor la Constitución de Cádiz en la Nueva España y
después hasta 1820, nuevamente entró en vigor, cuando se tuvo la noticia de que
Fernando VII la había jurado;6 más tarde, se convocó nuevamente a elecciones de
diputados a las Cortes, y volvieron a ser electas personas afines a la causa de la
Independencia; así se llegó hasta que por fin se consumó la Independencia el 27
de septiembre de 1821.
En cuanto a la propia Constitución española de Cádiz, debemos destacar los
siguientes aspectos que tuvieron un gran impacto en nuestra patria: a) el
establecimiento de elecciones de ayuntamientos, diputados ante las Cortes de
España y para designar representantes a las Juntas Provisionales; y, b) en esta
Constitución se establece la organización de los tribunales que sustituyen a las
ponencias.
Debemos recordar que cuando se restablece en 1820 la Constitución de Cádiz, se
instalan en ultramar los ayuntamientos, así como las seis diputaciones provinciales
que en 1812 se habían autorizado para el territorio de la Nueva España. A pesar
de que la Constitución de Cádiz tuvo una vigencia temporal y parcial en nuestras
tierras, la verdad es que tuvo una fuerte influencia en nuestros documentos
constitucionales, por lo menos en varios de ellos. Además, la Constitución de
Cádiz pretendió una organización constitucional en esta etapa transitoria.

13.3. LA CONSTITUCIÓN DE APATZINGÁN DE 1814 Y SUS DECISIONES


POLITICO-JURIDICAS FUNDAMENTALES
A la muerte del 'Padre de la Patria", el prestigio y el liderazgo que tenía José María
Morelos y Pavón lo convierten en el gran caudillo de toda la insurgencia. Esa
circunstancia hizo que la Suprema Jun-

6 En el mes de marzo de 1820 como consecuencia del levantamiento de Riego, Fernando VII se vio obligado a restablecer
la Constitución de Cádiz. En México, el día 31 de mayo el Virrey Apodaca convocó al Real Acuerdo, en donde se resolvió
que aquel mismo día se procediese a prestar el correspondiente juramento. Id. Tena Ramírez, Felipe; Leyes Fundamentales
de México, 1808-1989, Ed. Porrúa, México, 1989, p. 59.
291
ta Gubernativa que había tenido verificativo en Zitácuaro bajo la Presidencia de
Rayón, tuviese poca relevancia. Fue en esta Junta donde hubo constantes
disputas entre sus miembros, lo cual originó que con el tiempo viniera la
desintegración. Antes de ello, el propio Morelos trato de reconciliar a los miembros
de la Junta Suprema, pero no lo logró, ya que el mismo Rayón se opuso a esa
unidad y eso motivó que Morelos convocara en Chilpancingo a un Congreso.7
Morelos, en su carácter de miembro de la Junta, convoca desde Chilpancingo al
Congreso que se reúne en esa misma ciudad, el 8 de septiembre de 1813, aunque
en realidad tuvo verificativo el día 14. Este Congreso se integraría con diputados
electos en diversas zonas de la América septentrional —únicamente en zonas
controladas por la insurgencia—. Al efecto, Morelos dictó un reglamento para el
propio Congreso y, precisamente, se señaló como misión fundamental de este
Congreso, redactar una Constitución.
En la sesión inaugural, Morelos dio lectura a un documento que él redactó junto
con Andrés Quintana Roo, denominado "Los Sentimientos de la Nación". Ese
documento dictaba los lineamientos básicos que deberían de servir para la
Constitución que más tarde también se redactaría.
En ese documento a nuestro país se le denomina América Mexicana y se
expresan 22 puntos, dentro de los cuales destaca la independencia nacional; la
intolerancia religiosa; la soberanía popular; la división de poderes; el nacionalismo;
la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley; el principio de democracia; la
prohibición de la esclavitud; el reconocimiento del derecho de propiedad; la
inviolabilidad del domicilio; la prohibición de la tortura; y, la racionalidad de los
impuestos. Hay una cuestión de carácter social que llama la atención porque a
través de ella, pareciera que Morelos se adelanta a su tiempo: "La buena ley es
superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que
obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal
suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, aleje la
ignorancia, la rapiña y el hurto".
Como se observa, se trata de un documento que marca líneas

7 Integraron el Congreso de Chilpancingo, por designación de Morelos, los tres miembros de la Junta Suprema (Rayón,
Verduzco y Liceaga, por Guadalajara, Michoacán y Guanajuato, respectivamente), junto con Carlos María Bustamante (por
México), José María Cos (por Veracruz), Andrés Quintana Roo (por Puebla), además de los electos José María Murguía y
Gallardo (por Oaxaca) y José Manuel Herrera (por Tecpan); por supuesto Morelos también tenia calidad de diputado al
Congreso por ser miembro de la Junta Suprema. Como secretario actuaba Juan Rosains. Id. Soberanes, José Luis, p. 88.
292 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
rectoras, tanto ideológicas como estructurales para la elaboración de una
Constitución. Asimismo, la influencia de la Ilustración, el Enciclopedismo y una
visión prospectiva respecto del tema de la justicia social, son característicos de
ésta. Pero destaca la protección al pobre para atenuar las desigualdades
causadas por el abuso respecto de los propios pobres y su ignorancia, por lo que
estos aspectos constituyen una nota muy apreciable.
Lo primero que se propone Morelos es declarar la Independencia nacional. En
1814 el Congreso tiene que abandonar el pueblo de Chilpancingo, porque las
fuerzas realistas estaban acosando su guarnición y se trasladan a otras ciudades.
Rayón abandona el Congreso e, incluso, sugirió la remoción de Morelos como
titular del Ejecutivo, cuestión que aceptó el Congreso, pero dejó a Morelos el
mando militar.8
Así continúan las cosas con un Congreso itinerante; es decir, se van trasladando
de una ciudad en otra, de Uruapan a Huetamo, después a la ciudad de Santa
Efigenia y de ahí a Tiripetio y finalmente a Apatzingán. En esa ciudad se promulga
la primera Constitución propiamente mexicana, el 22 de octubre de 1814 y se le
otorga el título de "Decreto Constitucional para la Libertad de la América
Mexicana". Este documento conocido como Constitución de Apatzingán, 9 es
condenado por el Tribunal de la Inquisición, bajo el argumento de ser ateo y
antirreligioso, lo cual es falso.
Se debe tener presente que ese documento establecía como obligatoria la religión
católica, apostólica y romana, señalándola como la única que se debía profesar en
el Estado. Sin embargo, es interesante constatar como dicho tribunal decretaba la
excomunión a todo aquel que la leyese.
No hay duda que esa Constitución también retoma algunos principios contenidos
en la Constitución de los Estados Unidos de América, amén de la fuerte influencia
de las ideologías europeas imperantes en aquel entonces.10

8 Morelos sugirió ser tomado como soldado si no era considerado apto para general; sin embargo, el Congreso aceptó su
renuncia como jefe del Ejecutivo, poder que asumió la propia asamblea y ratificó a Morelos en el mando militar. Id.
Soberanes, José Luis, p. 89.

9 Firmaron la Constitución de Apatzingán los diputados Liceaga (Presidente) Verduzco, Morelos, Herrera, Cos, Castañeda,
Ortiz de Zárate, Aldrete y Soria, Moctezuma, Ponce de León y Argándar; secretarios Yarza y Bermeo. No la firmaron López
Rayón, Crepo, Quintana Roo, Bustamante y Sesma, id. Soberanes, José Luis, p. 90.

10 Las fuentes de inspiración de los redactores fueron, particularmente Locke, Hume, Paine, Burke, Montesquieu,
Rousseau, Bentham, Jefferson, Feijo, Mariana, Suárez y Martínez Marina. Idem, p. 90.
TEORIA DE LA CONSTITUCIÓN 293
Con el apoyo de lo expresado por José Luis Soberanes señalaremos algunos
aspectos importantes que contempla la Constitución de Apatzingán son los
siguientes:
a) Define la soberanía como la facultad de dictar leyes y establecer la forma de
gobierno que más convenga a la sociedad. Asimismo, señala a la soberanía por
las características de la tesis clásica que señala a esta institución como
imprescriptible, enajenable e indivisible;
b) Indica que el gobierno no se instituye por honra o interés particular de ningún
motivo, de ningún hombre o clase de hombres, sino para la protección y seguridad
general de todos los ciudadanos unidos voluntariamente en sociedad; con esta
declaración se rechaza, desde luego, la posición de una monarquía absoluta;
c) La soberanía reside originalmente en el pueblo y su ejercicio en la
representación nacional;
d) Señala como atributos de la soberanía las siguientes: I) la facultad de dictar
leyes; II) las reservas a ejecutar; III) las dedicadas a casos concretos. Debemos
observar como se trata de una enunciación de las funciones públicas que
corresponden a todo gobierno, partiendo de la definición tripartita del poder. Ahí
estaría depositada la representación nacional;
e) Rechaza cualquier tipo de dependencia de España, ya que enuncia que
ninguna nación tiene derecho para impedir a otra el uso libre de la soberanía y,
que el título de conquista no puede legitimar los actos de la fuerza;
J) Define a la ley como la expresión de la voluntad general, en orden de la
felicidad común y, señala que la propia ley es tradición de la representación
nacional;
g) Señala que la ley debe ser igual para todos; h) Complementa la idea anterior,
indicando la sumisión de los
ciudadanos a la ley para contribuir a la voluntad general;
i) Señala que la ley sólo debe decretar penas necesarias, proporcionales a la
gravedad de los delitos y, cumpliendo los fines de la sociedad;
j) En materia de derechos humanos —nos dice el propio Soberanes— que el texto
de Apatzingán es muy avanzado para su época, ya que alude a que corresponde
a cada ciudadano un régimen, en el cual goce de igualdad, seguridad, propiedad y
libertad y, precisamente, la conservación de estos derechos es el objeto de las
instituciones de gobierno y el único sentido de las asociaciones políticas; y,
294 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
k) Por lo que se refiere al gobierno, señala que será republicano, representativo y
popular, y con los tres poderes clásicos: el Congreso mexicano, el gobierno y el
Tribunal de Justicia. Por cuanto al Congreso, se señalaba que se integraría por un
diputado en cada provincia, electo de manera similar a lo previsto en la
Constitución de Cádiz. Dispone que el Poder Ejecutivo se componga de tres
personas, quienes se rotarían la Presidencia cada cuatro meses, que eran electos
por el Congreso y auxiliados por tres secretarios de despacho: armada, hacienda y
gobierno. Finalmente, el tercer poder, el Supremo Tribunal de Justicia, se
compondría por cinco individuos, también electos por el Congreso y el Tribunal de
residencia, para hacer ejecutivas las responsabilidades de los miembros de los
tres poderes, a través del juicio de residencia.
Es interesante observar que la Constitución de Apatzingán preveía, que tenía que
instalarse el Supremo Congreso para sancionar la Constitución, de tal manera que
tenía un carácter provisional o interino la propia Constitución.
Pese a ello, debemos tener presente que nunca se aplicó la Constitución de
Apatzingán, aun cuando si fue promulgada, pero lo fue en una época en el que el
movimiento independiente no las traía todas consigo, era reducido el territorio que
en aquel entonces controlaban los insurgentes e, incluso, las autoridades tuvieron
que abandonar Apatzingán porque los estaban persiguiendo y acosando
fuertemente los realistas.
El 5 de noviembre de 1815, en Temascala es aprehendido el Generalísimo José
María Morelos y Pavón.11
13.4. PLAN DE IGUALA, LOS TRATADOS DE CÓRDOBA DE 1821 Y sus IDEAS
FUNDAMENTALES
El gran ideólogo y líder nato de nuestro movimiento de Independencia fue
Morelos. A la muerte del generalísimo, era previsible que el movimiento pasara por
un periodo muy difícil.
En ese momento, aparece la figura de Francisco Javier Mina, un joven general
español que había logrado escapar del absolutismo que se había impuesto en
España y que se refugió en México en 1817.

11 El 5 de noviembre de 1815 es aprehendido Morelos en Temascala, en donde había permanecido para cubrir la
retaguardia a las autoridades constitucionales y aunque el Congreso pudo huir, un poco más adelante, cerca de Tehuacán,
uno de los propios jefes insurgentes, Manuel Mier y Terán, lo desconoció y lo disolvió a la fuerza; allí acabó el Congreso de
Anáhuac, el 15 de diciembre de 1815, siete días antes que Morelos fuera fusilado. Id. Soberanes, José Luis, p. 90.
295 TEORÍA DE LA CONSTITUCION
Pese a la brevedad de su lucha, su contribución a la causa fue importante, incluso,
en lo simbólico, al pelear en favor del movimiento de Independencia, aunque
fuera, insistimos, por un periodo muy breve, ya que fue fusilado, volviendo con
ello, a tener el movimiento una etapa difícil, al punto tal, que para José Luis
Soberanes, a partir de entonces se entra en un periodo de guerra de guerrillas.
Un aspecto decisivo y culminante es que hacia 1820,12 quien hubiera sido jefe
realista, Don Agustín de Iturbide, se une a los insurgentes y, con éstos, pacta
diversos acuerdos que le van a dar a nuestra patria la Independencia.13 Negocia
fundamentalmente con Vicente Guerrero y, precisamente, como resultado de ello,
tiene verificativo el Plan de Iguala.
Dicho Plan, expedido el 24 de febrero de 1821, contiene los principios
fundamentales para la Independencia de nuestro país. El documento se integra
por 23 artículos, en los cuales se establecen entre otras cuestiones: a) la
intolerancia religiosa; b) la independencia nacional; c) un gobierno monárquico
constitucional, para lo cual, la corona del imperio se ofrecía a Fernando VII y, en
su defecto, a alguien de su familia; d) se establece la convocatoria a Cortes
Constituyentes; e) se dispone que interinamente gobernaría el país una Junta
Gubernativa, la que podría ser sustituida por una Regencia; f) se creaba el ejército
de las tres garantías para consumar la Independencia; g) se establece el respeto a
la propiedad de los ciudadanos, así como a los fueros y propiedades del clero; y,
h) la permanencia de todas las ramas del Estado y los empleos públicos.
Evidentemente, era un documento que también tenía un carácter no sólo
preparativo para efectos constitutivos de la nación, sino

12 En 1820 habían decaído, hasta casi extinguirse, las actividades bélicas de los insurgentes. Muertos o amnistiados los
principales jefes, sólo Guerrero y Ascencio mantenían la rebelión en el sur del país. Fue entonces cuando se produjo
súbitamente la independencia. El restablecimiento del régimen constitucional en España y sus dominios, había producido en
México reacciones disímiles, pero que de común tenían la certidumbre de que era inevitable la Independencia. El partido
español de la capital, de tendencias generalmente absolutistas, consideró que debería adelantarse a los hechos,
encabezando una emancipación pacífica y parcial, que al mismo tiempo excluyera a la Constitución liberal de 1812 y le
conservara sus dominios a Fernando VII. Asimismo, el alto clero repudiaba a la Constitución liberal y las medidas adversas
a las órdenes religiosas, por eso los mismos españoles efectuaron reuniones en la iglesia de la Profesa, donde elaboraron
un plan de Independencia. Tena Ramírez, Felipe; Leyes Fundamentales de México 1808-1989, Ed. Porrúa, México, 1989, p.
107.

13 Agustín de Iturbide con la unión de los antiguos insurgentes, consumó la Independencia nacional, con su entrada triunfal
al frente del Ejército Trigarante, en la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821. Id. Soberanes Fernández, José Luis,
p. 90.
296 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
también eminentemente político, por ello, el Plan concluía con una exhortación de
Iturbide a la nación, para que apoyara la causa de la Independencia.
No olvidemos que la guerra era contra españoles que vivían en la Nueva España
y, para conservar su estatus, estos españoles poseían una ideología monárquica
absolutista, como bien lo dice Soberanes,14 de ahí que no podían ser partidarios
de la Constitución de Cádiz; sin embargo, hubo un aspecto muy importante que
perfiló —-junto con otros elementos— la Independencia de México, y es el hecho
de que haya sido designado Juan O'Donojú como virrey, y fue precisamente
trascendental, porque O'Donojú tenía una inclinación de carácter liberal 15 y cuando
llega a México, evalúa la situación y se percata, a mediados de 1821, de que el
movimiento independentista se encontraba fuertemente avanzado, y entonces
decidió reconocer la Independencia de la Nueva España, para lo cual, suscribe un
acuerdo con Iturbide, el cual tiene verificativo el 23 de agosto en la Villa de
Córdoba. El documento es denominado, precisamente, "Los Tratados de
Córdoba".
Los Tratados de Córdoba contienen los principios del Plan de Ayala, pero de
manera más específica se trata de reconocer la existencia de la Independencia
mexicana, conviniendo que se estableciera una monarquía moderada. Para ello,
se ofrecía la titularidad del trono a Fernando VII o alguien de su familia, pero
también se establecían cuestiones orgánicas relativas al gobierno de la nación que
estaba surgiendo, por ello, se menciona a la Junta Provisional Gubernativa, 16 a la
Regencia del imperio y, desde luego, a las Cortes Constituyentes.
Es así como a través de los dos documentos que hemos mencionado (el Plan de
Iguala y los Tratados de Córdoba) se perfilan los primeros aspectos
constitucionales de la nación mexicana. Sin duda, en aquel momento no se podía
aluidir aún a la existencia de un franco enfrentamiento entre liberales y
conservadores, pero era

14 Idem, p. 91.

15 Algunos autores, sobre todo del sector conservador, han afirmado que don Juan de O'Donojú, el último de los virreyes
españoles, fue nombrado bajo influencia de la masonería y de los partidarios de la Independencia, entre otros por algunos
diputados mexicanos a las Cortes españolas. Moreno, Daniel; Derecho Constitucional mexicano, Ed. Pax, México, 1981, p.
99.

16 En la integración de dicha Junta se advirtió plenamente que quienes habían triunfado eran los antiguos integrantes del
régimen pasado, en vista de que casi la totalidad pertenecían a la Audiencia virreinal, al ejército, eran comerciantes
acaudalados o ex-funcionarios de la Colonia. De los hombres notables de la insurgencia, fueron pensadores como Quintana
Roo o Bustamante. Mucho menos insurgentes como el propio Vicente Guerrero o Guadalupe Victoria. Idem, p. 100.
297 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
muy evidente la rivalidad de los españoles avecindados en la Nueva España, que
con un carácter conservador apoyaban la instauración de una monarquía
absolutista, frente a los criollos y las fuerzas populares que pretendían instaurar
instituciones republicanas. Lo anterior explica que si bien, no desdeñaban la
posibilidad del establecimiento de una monarquía, propusieron que ésta fuera
moderada.
13.5. LA CONSTITUCIÓN FEDERAL DE 1824 Y LAS IDEAS FUNDAMENTALES
DE LOS CONSTITUYENTES
En los primeros años del México independiente, se observan aspectos históricos
de carácter político y estructural, que aún estaban en pleno proceso de definición,
como es el caso de una adecuada forma de Estado que responda a las
necesidades de aquel entonces partiendo de la realidad y no solamente del deseo
de unos cuantos "notables", ni tampoco de los "iluminados".
Así las cosas, un aspecto que llama la atención y que fue definitivo en los tres
primeros años de nuestra patria, es que en el interior del país se empezaron a dar
movimientos que tendían precisamente a la autonomía de algunas regiones. En el
caso particular de las provincias centroamericanas, éstas definitivamente se
independizaron de México, con excepción de Chiapas. Además, en otros estados
existían inquietudes en favor de adquirir una mayor autonomía, como son los
casos de Yucatán, Jalisco, Querétaro, Guanajuato, Oaxaca, Zacatecas y
Michoacán.
Es decir, un aspecto importante en la discusión política, era precisamente,
establecer la forma de Estado que respondiera a estos fenómenos y, también,
coincidiera con la ideología que tuviese mayor predominio en el Estado naciente.
Evidentemente, la discusión en torno de estas autonomías sobrevino con gran
fuerza y, sin duda, fue la más trascendente, una vez que se logró abandonar la
idea del establecimiento de la monarquía como forma de Gobierno, de tal manera
que la discusión de ahora en adelante se centraba en definir si habría que
constituirse en una República federal o bien en un sistema unitario.
Ante el desmembramiento de diversas provincias que parecía sobrevenir derivado
del exacerbado centralismo, había inquietudes que se manifestaban a través de
algunas personalidades ilustradas que habían recibido influencia de los Estados
Unidos de América, tal es el caso de Lorenzo de Zavala, quien menciona que los
legisladores participantes en la Constitución de 1824 tenían como ejemplo al
modelo norteamericano.
Hemos sostenido en esta obra que no significa que se haya
298 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
adoptado el sistema federal en nuestro país imitando simple y sencillamente el
modelo federal de los Estados Unidos. No podemos aceptar esa tesis, porque
tenemos el antecedente de la Constitución de Cádiz, con la cual se ensayó, en la
Nueva España, el ejercicio autonómico de las diputaciones provinciales, pero
también, precisamente, porque existía un elevado sentimiento regional, mismo que
se reflejaba de manera muy clara en las corrientes autonomistas a las que hemos
aludido con antelación; de ahí que reunido el primer Congreso, el 21 de mayo de
1823, resulta natural que no únicamente se haya señalado que la nación mexicana
adopta para su gobierno la forma republicana, representativa y popular, sino que
también se haya inscrito que se trataba de una República precisamente federal.
Coincidimos con Jorge Carpizo, al señalar que la adopción de nuestro sistema
federal, fue, sin duda, una necesidad y la estrategia para mantener unido aquello
que corría riesgo de desagregarse. Se trataba de mantener unidas a diversas
provincias, sobre todo a aquellas que tenían fuertes inclinaciones a la autonomía.
Desde luego, había que crear una Constitución, pero primeramente había que
garantizar la unidad de la nación y para garantizar esa unidad y preparar algunos
elementos constitutivos del Estado mexicano, se creó una base legal de la unión y,
como resultado de ello, se expidió el "Acta Constitutiva de la Nación Mexicana". 17
En ella participaron diversos letrados de renombre, dentro de los cuales debemos
destacar al diputado Ramos Arizpe, quien tenía la ventaja de contar con
experiencia parlamentaria debido a una participación en el constituyente de
Cádiz.18
La situación no fue sencilla ya que en breve tiempo se requería un documento
constitucional; por fin, el 31 de enero de 1824 se promulgó el Acta Constitutiva
referida. Surgió posteriormente la Constitución.

17 La unidad nacional estaba literalmente "prendida de alfileres" y se requería con urgencia de un texto fundamental que
sirviera de base legal a la unión, así fue como se pensó en expedir un Acta Constitutiva de la Nación Mexicana, para la cual
se formó una Comisión de Constitución en el seno del Congreso para que elaborar a el proyecto de Acta, la cual estuvo
integrada por los diputados Ramos Arizpe, Arguelles, Vargas y Huerta y más adelante se les unieron Cañedo y Rejón. Id.
Soberanes Fernández, José Luis, p. 92.

18 En el Constituyente de 1823-1824, el líder de los diputados federalistas fue Miguel Ramos Arizpe, uno de los
parlamentarios más experimentados que entonces había, pues incluso había sido diputado a las Cortes de Cádiz, mientras
que quien lideraba a los centralistas fue fray Servando Teresa de Mier. Id. Soberanes Fernández, José Luis, p. 94.
299 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN

Es interesante destacar que hubo una oposición destacada, que fue la de José
María Luciano Becerra, quien presentó un voto particular respecto del Acta
Constitutiva, en virtud de que se oponía al federalismo. En cuanto a las líneas
rectoras de dicha acta, es importante reiterar que una de sus finalidades
primordiales era asegurar la unión de todas las partes integrantes de la federación.
El Doctor José Luis Soberanes, al describir dicha Acta, nos señala que se
compone de tres partes: en la primera se establecen los valores fundamentales de
la nación emergente a la vida independiente, como es el caso del señalamiento de
las partes que integraban la Federación, así como los principios respectivos de la
Independencia nacional, tales como la soberanía popular, la intolerancia religiosa
y el establecimiento de la forma de gobierno republicano, representativo, popular y
federal, también las entidades federativas y el principio de la división de poderes;
continúa Soberanes diciéndonos que la segunda parte hablaba de los órganos de
gobierno, los tres poderes federales, su integración, duración, facultades así como
los correspondientes órganos de gobierno de las entidades federativas; y remata
diciéndonos que en las prevenciones generales, se establecían una serie de
cuestiones de carácter operativo respecto de dichos principios.
En dicha Acta no se establece declaración de derechos humanos y pareciese que
esto llama profundamente la atención, aun cuando se trataba apenas de una Acta
Constitutiva.
Se empieza a discutir a partir del primero de abril de 1824 en el seno del Congreso
Constituyente precisamente un proyecto de Constitución. Esta Constitución fue
aprobada el 3 de octubre del mismo año y publicada al día siguiente, con el
nombre de Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos. La
Constitución Mexicana de 1824, es sin duda un avance importante en nuestro
constitucionalismo.
Un aspecto negativo que es destacado por diversos autores mexicanos, es el
hecho de que tanto el Acta, como la Constitución de 1824, no contienen una
declaración de derechos del hombre.
En nuestra primera Constitución, consideramos que, se esclarecen diversos
elementos liberales, ya que amén de aludir a la Independencia de la nación y a
pesar de que se establecía a la religión católica como la religión de la nación, en
cuanto a las formas de Gobierno se señala que ésta será una República
representativa, popular y federal, se establece desde luego, a las entidades
federativas el principio de la división de poderes. Claro, como lo hemos apuntado,
hay quien opina, como es el caso del Doctor José Luis
300 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Soberanes,19 que en este momento todavía no se podía hablar en nuestra nación
de una clara división entre liberales y conservadores; sin embargo, nosotros
pensamos que sí se perfilaba claramente la existencia de dichas tendencias.
Evidentemente nuestra Constitución de 1824 tuvo problemas de observancia, pero
permaneció en vigor hasta 1835, año en el que el Congreso se encontraba
dominado por conservadores y ese grupo de conservadores logró expedir una
nueva Constitución denominada "Leyes Constitucionales", que será motivo de
nuestro análisis en el siguiente numeral de esta unidad.
Continuando con la Constitución de 1824, en cuanto a la estructura del gobierno
federal, debemos señalar los siguientes aspectos: a) por lo que hace al Poder
Legislativo, éste era bicameral; se señalaba su integración, duración y facultades,
así como el procedimiento legislativo; b) por lo que hace al Poder Ejecutivo, se
depositaba en un individuo denominado Presidente y se establecía también un
vicepresidente, se señalaban los requisitos, duración y modo de elección, la cual
por cierto era indirecta.
Aquí está el principal defecto político de esa Constitución, por lo que al Poder
Ejecutivo se refiere, ya que quien quedaba en segundo lugar en las elecciones era
el vicepresidente, lo cual generaba problemas al propio presidente. Además, se
establecen las facultades y prerrogativas del presidente y del vicepresidente.
Por cuanto hace al Poder Judicial de la Federación es muy interesante la
observación que hace Soberanes, en el sentido de que se organizó de manera
muy parecida al de los Estados Unidos, inclusive, hasta en los nombres utilizados,
se establecía lo referente a su integración, duración, facultades y competencias.
Por otra parte, se establecía la conformación de los gobiernos de las entidades
federativas, sus obligaciones y sus limitaciones. Finalmente, hace alusión en el
Titulo Séptimo, a la observancia, interpretación y reforma de la Constitución.
Nuestra Constitución de 1824 fue la primera en vigor y en práctica de nuestra
nación, de la cual resaltamos nuevamente que el gran ausente fue el
establecimiento de derechos humanos.

19 El problema de la disyuntiva federalismo-centralismo se complicó enormemente porque más adelante los federalistas se
convertirían en liberales y los centralistas en conservadores, por lo cual los limites de la discusión rebasaron en mucho una
simple cuestión organizativa en un punto de hondas raíces ideológicas; ya no era únicamente defender un modo
republicano sino ese mismo modo unido indefectiblemente a la discusión ideológica más importante del siglo XIX no sólo en
México sino en el mundo entero, de ahí la complicación de la cuestión. Id. Soberanes, Fernández, p. 93.
301 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
13.6. LEYES CONSTITUCIONALES DE 1836 Y BASES ORGÁNICAS DE 184 3
13.6.1. Postulados y principios
13.6.2. El centralismo y el Supremo Poder Conservador
Para entender el giro que se da con motivo de la expedición de las siete leyes
constitucionales, debemos entender principalmente el contexto en el que se
desarrollaron los acontecimientos de la historia mexicana, fundamentalmente, a
partir de 1832. En efecto, coincidimos con Felipe Tena Ramírez, en el sentido de
que el primer episodio importante de la lucha entre los partidos imperantes —de
una parte el liberal y de otra parte el conservador— se desarrolló de 1832 a 1834.
No olvidemos que la administración del vicepresidente Gómez Farías, que
ocupaba el cargo de presidente en ausencia de Santa Anna, se propuso
emprender diversas reformas eclesiásticas y militares. Evidentemente, hubo una
reacción muy fuerte de los conservadores y, ésto coincidió con un
desmembramiento del partido progresista. Todo ello, trajo consigo que en los
próximos años, los Moderados se coaligaran con los conservadores, lo cual desde
luego, tuvo como consecuencia la paralización de las reformas que estaba
realizando Gómez Farías.
Ante ello, a su regreso de la Hacienda Manga de Clavo, Santa Anna depone a
Gómez Farías y suspende la legislación reformista que habia iniciado en abril de
1833. Dicho bloqueo a la legislación progresista, tuvo verificativo en mayo de
1834. Realizado lo anterior, el Congreso Federal se reunió en 1835 con mayoría
de conservadores, cuestión que, incluso, ocurrió por encima de la voluntad del
propio Santa Anna.
En virtud de ello, era evidente que uno de los principales propósitos del Congreso
sería dar un giro a la forma de Estado de nuestra nación. Para ello, se atribuyeron
facultades de Congreso Constituyente, a través de una fórmula que pudiéramos
calificar de amañada. En efecto, se señaló en el decreto del 2 de mayo de 1835,
que en el Congreso residían, por voluntad de la nación, todas las facultades
extraconstitucionales necesarias para hacer, a la Constitución de 1824,
alteraciones que creyera conveniente; o sea, se estaba proclamando un Congreso
Constituyente.20

20 Asi, en la inauguración del segundo periodo de sesiones del Congreso, el 16 de julio de 1835, el Presidente de la
República en funciones, el General conservador Barragán (el titular Santa Anna tenía licencia), pidió a ese cuerpo colegiado
que tuviera en cuenta la solicitud para la adopción del sistema unitario, dando por terminado el régimen federal. Id.
Soberanes Fernández, José Luis, p. 95.
302 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Es evidente que al elaborar el primer documento; es decir, cuando prepararon la
Ley de Bases para la Nueva Constitución,21 que fue aprobado el 2 de octubre y
publicada al día siguiente, se adoptó el régimen centralista y, a partir de ahí, se
ensayó una nueva técnica constitucional, como bien lo apunta José Luis
Soberanes, que consistía en que en lugar de confeccionar una nueva ley
fundamental, se prefirió expedir leyes constitucionales.
La primera ley fue promulgada el 15 de diciembre de 1835 y establecía quiénes
eran mexicanos, cuáles eran sus derechos y obligaciones, cómo se perdía la
calidad de mexicano, quiénes eran ciudadanos y cómo se perdía la ciudadanía y
finalmente, acerca de los extranjeros, sus derechos y obligaciones.
Es interesante que desde esta primera ley, se hacía una expresión referente a la
declaración de derechos del hombre, cuando alude a libertad personal, de tránsito,
de expresión, el derecho a la propiedad, a la inviolabilidad del domicilio y a las
garantías procesales. Es muy conocida la crítica que se ha vertido a esta ley, en el
sentido de que establece un sistema oligárquico, porque para otorgar la calidad de
ciudadano se tenía que contar con una renta anual mínima de 100 pesos.
Por otra parte, las seis leyes restantes fueron aprobadas el 9 de diciembre de
183622 y dicho documento constitucional fue jurado el 1 de enero de 1837. Tal vez
el aspecto más llamativo de esta Constitución centralista y conservadora, es lo
relativo a la segunda ley; es decir, la ley que establece la existencia de un
Supremo Poder Conservador.23 Este se integraba con cinco miembros y tenía
facultades, ni más ni menos, que para anular los actos de los otros tres poderes,
cuando se estimaba que eran inconstitucionales, también para declarar la
incapacidad física o moral del presidente de la República e, inclusive, para
declarar cuál era la voluntad de la nación y otras más.

21 En el seno del Congreso se designó una comisión para redactar la nueva Constitución. Dicha Comisión estuvo integrada
por Miguel Valentín, José Ignacio de Amezcua, José María Cuevas, Antonio Pacheco Leal y Francisco Sánchez Tagle. De
esta forma, la Comisión de Constitución preparó la Ley de Bases para la Nueva Constitución, la cual, como todos lo
esperaban, innovó la adopción del régimen centralista. Idem, p. 95.

22 Tenemos que indicar que en ese año de 1836 hubo otras noticias trascendentales para México, como fue la separación
de Texas, después de una vergonzosa campaña militar encabezada por el Presidente Antonio López de Santa Anna, así
como el hecho de que España reconociera la Independencia nacional. ídem, p. 96.

23 El 24 de mayo de 1837 abrió sus puertas dicho Supremo Poder; huelga decir el fracaso rotundo que representó y tuvo
que cerrar sus puertas el 30 de septiembre de 1841 al triunfo del Plan de Tacubaya. Idem, p. 96.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 303
Evidentemente, si se tratara de encontrar elementos objetivamente importantes,
inclusive con un carácter positivo, no faltará quien sostenga siguiendo a Alfonso
Noriega que era el primer documento constitucional de nuestro país que
establecía un control constitucional.
En efecto, la segunda ley ha merecido diversos comentarios interesantes. Es
lapidario Don Emilio O. Rabasa, cuando nos dice que "no es fácil encontrar una
Constitución más singular, ni más extravagante que este parto del centralismo,
que no tiene para su disculpa, ni siquiera el servilismo de sus autores, ya que por
sus preceptos, el parlamento y el poder judicial, quedaban deprimidos y
maltrechos, debido a que tenían que subordinarse al llamado Poder Conservador,
en donde se podía investir algo de sobrehumano, intérprete infalible de la voluntad
de la nación, cuyos miembros poseídos del furor sagrado de los profetas,
declararían la verdad suprema para obrar el prodigio de la felicidad pública". 24
El Poder Conservador apenas tuvo un voto de mayoría para aprobarse, debido a
que el mismo Santa Anna se oponía a éste. Hemos dicho que, sin embargo, como
comenta Don Alfonso Noriega Cantú, en esta Constitución, y particularmente con
la segunda ley, se estableció el incipiente mecanismo para la defensa
constitucional.
Lo que si es indudable es que este Poder Conservador era un órgano de las
clases privilegiadas. Por ello, en este sentido hay amplias coincidencias entre
diversos tratadistas. Pero tal vez, lo más delicado son las fuertes contradicciones
que tenía la existencia de este Supremo Poder Conservador con la realidad, con la
doctrina y las contradicciones que existen también en el propio texto.
La tercera ley aludía al Poder Legislativo, que se integraba con dos cámaras, la de
Diputados y la de Senadores. La cuarta ley aludía al Ejecutivo, el cual se
depositaba en el Presidente de la República. La quinta aludía al Poder Judicial.
La sexta señala lo correspondiente a la división interna de la República. Aquí
debemos destacar que fueron sustituidos los estados por departamentos, con lo
cual los gobernadores de los mismos eran designados por el gobierno central y,
además, había juntas departamentales que ejercían las funciones que en antaño
tenían los Congresos locales.
En cuanto a la séptima ley, ésta aludía a las reformas constitucionales y a la
obligación del juramento constitucional.
No se hicieron esperar los fuertes rechazos surgidos en virtud de

24 Emilio Rabasa se refiere a la Constitución Conservadora, a la segunda ley sobre el Supremo Poder Conservador. Id.
Citado por Moreno, Daniel, p. 134.
304 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
estas Siete Leyes. Hubo manifestaciones de todo tipo. También se generó una
abierta inestabilidad política. Cabe destacar que la inestabilidad fue tan elevada
que tuvieron verificativo 19 gobiernos diferentes en el periodo de once años de
vigencia de estas normas.
Otro aspecto interesante es que durante la vigencia de las Siete Leyes hubo
francas amenazas de separación de parte del Estado de Yucatán 25 y eso trajo
consigo diversas consecuencias de fuerte impacto para la nación. También no
olvidemos que Santa Anna, como presidente interino, debido precisamente a las
diversas situaciones que estaba viviendo el país, bajo la vigencia de estas Siete
Leyes, inició su gestión acordando que el Congreso llevaría a cabo las reformas a
la propia Constitución. Incluso, solicitó que el Supremo Poder Conservador hiciese
el análisis respectivo. El caso es que se suscitaron diversos pronunciamientos
tendientes a crear un gobierno que realizara la reforma constitucional.
Por otra parte, tiene verificativo el Plan de Tacubaya, que nunca se pronunció a
favor de alguno de los sistemas políticos en pugna. Por su parte, Santa Anna
convocó a la integración del Congreso Constituyente en 1842, con lo cual
favoreció a los liberales de corte moderado, pero se debe destacar que la
Comisión estuvo controlada por conservadores.
Este Congreso Constituyente dio a luz el proyecto de reformas del 1842. No fue
sino hasta 1843, cuando se formularon las Bases Orgánicas de la República
Mexicana, con las cuales se inaugura una nueva etapa, que es la relativa al
despotismo constitucional. En dicho documento, se establece la supresión del
Supremo Poder Conservador y se le da mayor fuerza al Ejecutivo.
También se ratifica la división territorial en departamentos dependientes del
gobierno central y se establece la intolerancia religiosa, así como el
condicionamiento del derecho a la ciudadanía, al goce de una renta anual
determinada y a la necesidad de una renta elevada para ocupar cargos públicos,
así como la ratificación de fueros: clero y ejército.
Desde luego que las Bases de 1843 no fueron la solución. Recrudecieron los
brotes de violencia y levantamientos contra Santa

25 Hubo amenazas de separación por parte de Yucatán, que entonces comprendía los actuales estados de Yucatán,
Campeche, Quintana Roo y parte de Tabasco, al establecer un Congreso Constituyente que, en marzo de 1841, promulgó
su Constitución, introduciendo en ella la novedosa institución del juicio constitucional de amparo, obra de Don Manuel
Crescencio Rejón, además de implementar la libertad de cultos y la desaparición del fuero eclesiástico, pero a pesar de
esos hechos se logró mantener la unidad del país. Idem, p. 97.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 305
Anna y el General L. Herrera lo logró derrotar en 1844 y así se destituyó y se exilió
a Santa Anna.
Debemos mencionar que las bases contaban con 11 títulos: I. De la nación
mexicana, su territorio, forma de gobierno y religión; II. De los habitantes de la
República; III. De los mexicanos, ciudadanos mexicanos y de derechos y
obligaciones de unos y otros; IV. Poder Legislativo; V. Poder Ejecutivo, VI. Poder
Judicial; VII. Gobierno de los departamentos; VIII. Poder electoral; IX.
Disposiciones generales sobre administración de justicia; X. De la Hacienda
Pública; y, XI. De la observancia y reformas de estas bases.26
También destaca Daniel Moreno,27 el sentido aristocrático que se revelaba en la
integración del Senado, en tanto que para ser diputado se necesitaba poseer una
renta importante para poder ser electos y aun los simples electores —-ya que no
había elección directa— tenían restricciones. El propio Moreno nos señala que las
asambleas departamentales intervenían en la designación de senadores y los
gobernadores de los departamentos eran designados por el Presidente de la
República.
Evidentemente, como lo señala el propio Maestro Moreno, las críticas han sido
fuertes a este documento. Destaca nuestro autor la crítica que en tal sentido
realiza Don Emilio O. Rabasa, al punto tal que la conclusión es que "la carta de
1843 es un absurdo, es el despotismo constitucionalista ".
Pero la gran coincidencia, desde el punto de vista de la forma de Estado, es
precisamente, que se trata de un gobierno central muy poderoso y que ello
contrasta con los departamentos y las administraciones municipales.
Desafortunadamente, este documento también logró darle mayor fuerza a las
corrientes conservadoras, que cada vez amenazaban con mayor insistencia el
restablecimiento de la monarquía.
La historia de nuestra patria nos deja muy claro lo absurdo de un documento como
el que hemos venido comentando, debido precisamente a ubicarse fuera de la
realidad y traer consigo nuevas expectativas que trajeron también nuevas
desgracias para nuestra nación, como fueron los terribles acontecimientos que
desembocaron en la pérdida territorial de 1847, a pesar del intento de acomodo
institucional del Acta de Reforma de ese mismo año, obra de Mariano Otero, con
algunas adecuaciones.
Más tarde continuaron los intentos conservadores por instalar la dictadura para
acabar con la anarquía. A pesar de ello y de la pro

26 Id. Moreno, Daniel, p. 137.

27 Id. Moreno, Daniel, p. 136.


306 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

mulgación de las Basas para la Administración de la República del 3 de abril de


1853, los intentos conservadores se vinieron abajo porque en 1855 sobrevino el
triunfo liberal de la Revolución de Ayutla.
13.7. EL LIBERALISMO Y LA CONSTITUCIÓN DE 1857
13.7.1. Antecedentes
13.7.2. Aportaciones
Conforme se iba perfilando el siglo XIX, en nuestra patria se acentuaron más las
diferencias entre las dos grandes corrientes ideológicas que pugnaban por su
hegemonía. Por una parte, el liberalismo y el conservadurismo, por la otra.
Hacia mediados de siglo, había una definición mucho más clara entre uno y otro
bando, por lo que se refiere al liberalismo —como ideología y pensamiento
económico, político y social— no sólo se había impregnado entre muchos
personajes ilustres, sino también, sobre una parte importante de la población. 28
Si bien es cierto que la lucha independiente y la definición de la mexicanidad tenía
mucho mayor identificación con el liberalismo, en cierta medida, el
conservadurismo mexicano implicaba la mentalidad, las actitudes y los privilegios
que prevalecieron en la Colonia; además, el conservadurismo implicaba una fuerte
sujeción con la iglesia católica29 y con la aristocracia pro europea que aún
prevalecía entre algunos mexicanos; de tal manera, que el liberalismo mexicano
parte de muchos elementos propios, también es evidente que tiene una fuerte
influencia de la Ilustración y, particularmente, del Enciclopedismo.
En el caso mexicano, el liberalismo adopta actitudes y modali-

28 La Revolución contra Santa Anna había sido general, y tenía un carácter popular. Los caudillos revolucionarios salidos
en su mayor parte del pueblo —y no como antes de militares— eran por lo general adictos al sistema federal y se habían
apoderado del gobierno de los estados, con el propósito de convertir en un hecho la soberanía de cada una de las que
empezaron a considerarse como entidades federativas, limitándose el gobierno central a reconocer a los nuevos
gobernadores en los puestos que habían conquistado. Id. Moreno, Daniel, p. 165.

29 La desmoralización del ejército era un factor favorable para el triunfo de las ideas liberales, como lo era también el
creciente desprestigio del clero; desprestigio que tenía su origen, no sólo en la desmoralización del clero, que corría parejas
con la de los militares, sino en el hecho, que los fondos de la iglesia se usaban con demasiada frecuencia para fomentar
discordias civiles. La iglesia funda sus derechos en la teoría política medieval de Santo Tomás de Aquino, conforme a la
cual el clero, no sólo debe ser independiente sino superior a las autoridades civiles. Id. Moreno, Daniel, p. 161.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 307

dades propias, tiene grandes seguidores, próceres y luchadores, que al


identificarse con la mentalidad liberal, también se identifican con una lucha por la
mexicanidad, pero una mexicanidad que partía de principios que separaban las
cuestiones clericales, en general, de las cuestiones civiles y del Estado. 30
En 1854, se inicia el último gran movimiento conservador en nuestra patria. Para
entonces, los conservadores habían encontrado un gran avance del pensamiento
liberal. Recordemos que durante ese año se ubica en el poder el dictador Santa
Anna, quien tenía en torno a él —en los términos de Alfonso Noriega Cantú— una
especie de procónsules, que eran los gobernadores, los comandantes generales y
otras tantas columnas de la dictadura militar.
Contra este poder del dictador se levanta un movimiento revolucionario de gran
relevancia para nuestra nación, que es la Revolución de Ayutla. Recordemos que
justamente el 1 de marzo de 1854, el coronel Don Florencio Villareal proclama en
Ayutla un plan revolucionario, por el cual se desconoce a Santa Anna y se
establece una Junta representativa que nombraría un Presidente interino, el cual a
su vez, tendría facultades para convocar a un Congreso Constituyente.
En aquel entonces, el coronel Don Ignacio Comonfort se adhiere a dicho plan en el
puerto de Acapulco, acto que es secundado por Juan Álvarez y otros, que logran
que el movimiento se empiece a extender por muchas regiones del país. Hubo
sublevaciones en Michoacán, en Tamaulipas y en otros puntos del territorio
nacional.
Es muy importante el Plan de Ayutla, porque es el origen del Constituyente de
1856-1857, que va a traer consigo la Constitución liberal de 1857. Al movimiento
de Ayutla se fueron adhiriendo una gran cantidad de personas. Ante esta
situación, Santa Anna que se caracterizaba por ser un hombre muy hábil, (por
decirlo de alguna manera) pretende establecer una especie de plebiscito para
poder continuar en el poder. Sin embargo, sus esfuerzos son infructuosos y al
poco tiempo, en 1855 acepta salir del poder. Para ello, propone una fórmula
curiosa, en virtud de la cual, a su salida, quedaría establecido un triunvirato que lo
remplazaría, el cual estaría compuesto por el Presidente del Supremo Tribunal de
Justicia y los Generales Mariano Salas y Don Martín Carrera.
Finalmente, Santa Anna "su alteza serenísima" después de ha -

30 Había liberales de todos los matices, desde los que creían posible una transacción entre teocracia y democracia, así
como la regeneración del ejército, la separación de la Iglesia y el Estado y la nacionalización de los bienes del clero. Id.
Moreno, Daniel, p. 161.
308 ENRIQUE QUIR0Z AGOSTA

ber actuado de manera inmoral y despótica, deja el poder en medio de una serie
de compromisos partidarios. La puntilla fue cuando el Ayuntamiento de la Ciudad
de México y su guarnición secundaron el Plan de Ayutla y, con ello, Santa Anna
prácticamente estaba aniquilado en términos políticos.
A pesar de ello, el grupo conservador no se dio por vencido y organizó el Plan de
San Luis Potosí, que si bien fue un movimiento que puso en riesgo al Partido
Liberal, ya nadie podía detener la fuerza de los liberales; la Revolución de Ayutla
había triunfado y un aspecto muy interesante que nos enseña el Maestro Alfonso
Noriega Cantú, es que había triunfado el liberalismo, más bien por la fuerza de la
opinión pública, que por la fuerza de las armas.
Se desarrolló una terrible lucha durante 1854 y 1855. Por todos los medios Santa
Anna y los conservadores combatieron a los levantados en Ayutla, quienes por
cierto poseían pocos recursos militares y financieros, tenían grandes privaciones,
pero contaban con una gran convicción y una dirección inteligente de Don Ignacio
Comonfort quién, si bien, era un liberal moderado, ante las amenazas del Partido
Conservador, supo actuar siempre con gran habilidad política y con ánimo
conciliador, al grado de pactar con algunos de los más importantes conservadores,
el triunfo del Plan de Ayutla.
Así, el 4 de octubre de 1855 se designó como Presidente de la República al
General Juan Álvarez. Él integró su gabinete —en su mayoría— con liberales
puros, entre los que figuraban Melchor Ocampo (Relaciones Exteriores), Benito
Juárez (Justicia), y al gran conciliador —moderado— Ignacio Comonfort
(Secretaría de Guerra).
Por fin, se publica la convocatoria para la reunión del Congreso Constituyente, que
ordenaba el Plan de Ayutla. En los meses subsecuentes, bajo el gobierno de Juan
Álvarez, se da una suerte de actos jurídicos y políticos de carácter liberal de gran
envergadura. Se promulga el 23 de noviembre de 1855, la Ley sobre la
Administración de Justicia, que provocó grandes inquietudes. Esta ley la redactó
Benito Juárez, quien era el Ministro de Justicia y, precisamente, a esta ley se le
conoce como la Ley Juárez.
La Ley Juárez contiene disposiciones progresistas, entre las que destacan la
supresión de los tribunales especiales, con excepción de los eclesiásticos y
militares, y se ordena que los tribunales eclesiásticos cesaran de conocer de los
negocios civiles y continuarán conociendo de los delitos comunes de los individuos
y sus fueros.
Esta Ley, desde luego, causó un fuerte disgusto entre el clero, el cual protestó. Sin
embargo, a pesar de todo, la Ley Juárez siguió en vigor, como una especie de
principio de afirmación de que la soberanía radicaba en las autoridades civiles.
Los comentarios fueron
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 309

airados, a veces obvios y evidentes en los púlpitos. Hubo conspiraciones secretas


y a través de las armas, tratando de acosar al Presidente Álvarez, quien
finalmente renunció en favor de Ignacio Comonfort.
Comonfort, con gran habilidad, restableció el gobierno e intentó iniciar una política
de orden y conciliación, pero, evidentemente, los conservadores no lo permitieron.
Incluso, antes de tomar posesión, el mismo Comonfort, tuvo que reprimir ciertos
movimientos dado que la situación era realmente difícil. No obstante todo lo
anterior, el grupo liberal contaba entre sus filas a gente notable y tenía un fuerte
ascendiente en la mayoría de la población.
En este ambiente ominoso se presentó el proyecto de Constitución, al respecto,
hay quien afirma —como el Maestro Alfonso Noriega— que el proyecto de
Constitución sirvió de pretexto para que los conservadores continuarán su lucha
contra el gobierno, toda vez que se trataba de un documento liberal de carácter
radical. Esto es muy interesante, porque predominó en el Congreso Constituyente
que nos ocupa, el grupo de los liberales moderados; sin embargo, ocuparon los
cargos claves los liberales más radicales y esto trajo consigo, precisamente, que
hubiese algunas afirmaciones que tuvieran una tendencia liberal mucho más
acentuada.
Los trabajos de la Asamblea Constituyente que terminaron en febrero de 1857
fueron precedidos de tenaces debates, ya que se trató de un Constituyente donde
las decisiones fueron tomadas por la participación de personajes de elevada
cultura. La Constitución fue firmada el 5 de febrero y se proclamó un manifiesto a
la nación donde se indicó que quedó cumplida la promesa regeneradora de la
Revolución de Ayutla, en el sentido de volver al país al orden constitucional.
Evidentemente, en ese manifiesto —como dice el Maestro Daniel Moreno—
campeó el optimismo. Pareciera que en la propia redacción se establece más el
anhelo de los grandes liberales que la propia realidad, ya que la Constitución
contenía diversos elementos que difícilmente podrían ser aplicados. Se debe tener
presente, que cuando se inician los trabajos de este Constituyente, todavía era
Presidente Juan Álvarez, e iba a tener verificativo originalmente este congreso,
precisamente, en la Universidad de Guanajuato, pero al asumir Comonfort la
Presidencia, decide cambiarlo a la Ciudad de México.
Se reunió dicho Congreso el 17 de febrero de 1856 en la Ciudad de México e
inició sus trabajos al día siguiente. Este Congreso estaba integrado por 155
diputados, elegidos por cada estado según el número de pobladores y el sistema
de elección fue indirecto. Los
310 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
principales temas que se discutieron fueron: la teoría de gobierno; la inclusión de
un catálogo de derechos; las relaciones de la iglesia con el Estado; el sistema de
elección directa; el establecimiento del juicio por jurados en los procesos
criminales; la libertad de expresión, prensa, enseñanza, en materia de trabajo y de
cultos;31 la justicia social —que por cierto, nos destaca con mucho tino José Luis
Soberanes, contiene denotados planteamientos de Ignacio Ramírez, respecto al
derecho de propiedad, distribución de la riqueza y la política económica—.
Tuvieron verificativo los debates, muchos de ellos muy sobresalientes y el 5 de
febrero es promulgada dicha Constitución. Podemos observar, de manera muy
especial, su inclinación de carácter liberal, que le otorga una sección especial a los
derechos del hombre; además se alude a los mexicanos, a los extranjeros; hay
una sección referida a la soberanía nacional y a la forma de gobierno, a las partes
integrantes de la federación y al territorio nacional. También se refiere a la
organización de los poderes federales; hay un capítulo especial sobre
responsabilidades de los funcionarios públicos y sobre prevenciones generales.
Reiteramos porque es evidente, cuando se conoce el texto de esta Constitución,
que la situación para su aplicabilidad no iba a ser sencilla. Ahora veamos
específicamente cuáles son los grandes títulos: I. De los derechos del hombre, II.
De la soberanía nacional y de la forma de gobierno, III. De la división de poderes,
IV. De la responsabilidad de los servidores públicos, V. De los estados de la
federación, VI. Previsiones generales, VII. De la reforma de la Constitución; y, VIII.
De la inviolabilidad de la Constitución.
Lo primero que debemos destacar es que esta Constitución siguió al
constitucionalismo imperante en aquellos tiempos en Europa, como en algunas
otras regiones de fuerte influencia en América; por lo menos en el aspecto formal,
existe una corriente que refrenda el llamado Estado de Derecho; es decir, esta
carta fundamental trae consigo, la aspiración de que se establezca un Estado de
Derecho; por lo tanto, es de corte liberal, posee una fuerte influencia Roussoniana
y del ius naturalismo, como lo afirma el Maestro Daniel Moreno.
En cuanto al sistema de Gobierno, claramente se expresó que era una República,
representativa, democrática y federal; en cuanto

31 Todos los que hablaron sobre la libertad religiosa, lo hicieron en profesión de fe católica. Pero mientras los moderados
defendían en la unidad religiosa el único vinculo que sobrevivía de la unidad nacional, sus adversarios aseguraban que el
país se salvaría con la colonización y la inversión de extranjeros, a los cuales habría que admitir con libre ejercicio de sus
credos. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 600.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 311
a los poderes constituidos destaca la gran fuerza que se le otorga al Poder
Legislativo que era unicameral, lo cual deriva de las experiencias que se había
tenido con los dictadores y otros personajes que se habían ubicado en el Poder
Ejecutivo; por eso, precisamente, se trató de darle gran fuerza al Poder
Legislativo, ya que se consideraba que el Poder Legislativo, era la genuina
representación popular.32
Emilio O. Rabasa33 formuló críticas a la Constitución de 1857, precisamente,
porque juzga que es un defecto la gran fuerza que se le da al Poder legislativo en
merma del Poder Ejecutivo, pero también critica lo relativo a la Corte Suprema de
Justicia, sobre todo, por lo que se refiere a la elección popular de sus
integrantes.34 Era cuestionado el establecimiento de que los magistrados del la
Suprema Corte, el fiscal y el Procurador General fuesen electos en forma popular.
La crítica —afirma Daniel Cosío Villegas—35 era válida, sobre todo, en cuanto que
dejaba al Presidente de la Corte, con el carácter de Vicepresidente de la
República, lo cual, no era lo más correcto, ni lo más realista para efectos de
tranquilizar a la nación.
Si bien la Constitución de 1857 enmarca el triunfo de los liberales, sólo hubo una
pacificación del país en términos teóricos, ya que esta Constitución aunque implica
un progreso real, el propio Comonfort la tuvo por inaplicable.36 Consideraba que
era prácticamente imposible comulgar con ella y esa posición condujo a la ruina a
su gobierno, y a que la República entera volviera a iniciar una guerra
encarnizada.37
32 El primer Poder Federal instalado fue el Legislativo, el 8 de octubre de 1857, después el Ejecutivo, el 1° de diciembre,
con Comonfort como titular y finalmente el Judicial, con Benito Juárez como Presidente de la Suprema Corte. Id.
Soberanes, José Luis, p. 97.

33 Id. Citado por Moreno, Daniel, p. 190.

34 La experiencia, en los años de vigencia del sistema electivo para los miembros del Poder Judicial, indica que hubo
mayor independencia de lo sostenido por varios juristas. Baste mencionar el caso de Ignacio Ramírez, contra quien el
gobierno de Juárez usó todos los subterfugios y su fuerza para impedir su elección. A pesar de

ello, no solamente llegó a la Corte, sino que fue uno de sus más destacados miembros. Idem, p. 191.

35 Idem, p. 190.

36 Desde el inicio de su vigencia, la Constitución tuvo muchos opositores que afirmaban que era imposible gobernar
sustentados en ella —palabras que repetiría el mismo Comonfort meses más tarde—. Por otro lado, el bando liberal no
quedó satisfecho con ésta, ya que desde el principio querían una Constitución más democrática y progresista, y los
conservadores opinaron que sus reformas en materia religiosa eran contrarias al sentir general. Además no logró establecer
la paz, ya que los brotes de violencia surgieron por todas partes. Id. Soberanes, José Luis, p. 98.
37 Félix Zuloaga se levantó en armas, lanzando el Plan de Tacubaya, el 17 de diciembre de 1857, apoyado por Juan José
Baz y por el mismo Comonfort, quienes pretendieron desconocer la Constitución y convocar a un nuevo Congreso
Constituyente.

Para tal finalidad fue necesario el encarcelamiento de Juárez y Olvera, presidentes de los otros dos poderes. Sin embargo,
el 11 de enero de 1858, Zuloaga desconoció

312 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA


En la guerra de los tres años, la Constitución fue una bandera del Partido
Progresista, la cual, no pudo ser aplicada cabalmente sino hasta después de que
la República fue plenamente restaurada. Sin duda, la Constitución de 1857 fue
resultado de un entusiasmo irresistible del partido liberal, que trataba de llevar los
ideales democráticos que habían concebido; pero difícilmente se puede juzgar a
este documento constitucional, si no tenemos en cuenta que todavía México
estaba en un proceso de definición en cuanto a las fuerzas predominantes y esta
Constitución, que si bien representaba en el papel un triunfo liberal, todavía estaba
muy lejos de consolidarse y traer consigo un predominio auténtico del poder
público por parte de los liberales.38
La conducta de la oposición conservadora se radicalizó.39 Al pasar los años,
como resultado de esa lucha y otros factores, tuvo verificativo la llegada a tierras
mexicanas del archiduque Maximiliano de Habsburgo, quien fue traído por un
grupo de conservadores, entre los que se ubicaban Gutiérrez Estrada y José Ma.
Hidalgo, quienes apoyados por el clero y Francia se empeñaron en su arribo.
13.8. LEYES DE REFORMA, SU TRASCENDENCIA E INFLUENCIA EN EL
RÉGIMEN JURIDICO MEXICANO
Debemos tener presente que con antelación a la expedición de la Constitución de
1857, ya se habían creado también algunas dis-
a Comonfort, quien dadas las circunstancias, se vio obligado a liberar a Juárez, que por el mecanismo de sucesión
presidencial establecido en la Constitución de 1857, asumió la Presidencia de la República. Asi comenzó su lucha por el
restablecimiento de la Constitución, la Guerra de Reforma o de los tres años.

El 23 de enero de 1858, Zuloaga fue designado por el bando conservador Presidente de la República, con lo cual hubo dos
presidentes: uno liberal acorde con la Constitución, y el otro conservador, impuesto por el golpe de Estado. Idem, p. 98.

38 Cuando Comonfort pasó de Presidente sustituto a constitucional, ya en su ánimo había arraigado la convicción de que
no se podía gobernar con la nueva Constitución, "Su observancia era imposible, su impopularidad era un hecho palpable",
habría de decir al año siguiente en su manifiesto de Nueva York; lo primero, porque al crear el gobierno congresional, la
Constitución dejaba desarmado al Ejecutivo frente al Congreso; lo segundo, porque las reformas en materia religiosa eran
contrarias al sentir general. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 605.

39 Una de las armas que con mayor astucia esgrimieron los conservadores fue la prensa. Desde que comenzaron las
primeras dificultades, apresurase la prensa conservadora a expresar su satisfacción, porque el Presidente Comonfort
abriera los ojos para ver en dónde estaba la verdad y cuáles eran las auténticas necesidades del país y, a medida que se
fue incrementando la oposición, entre el gobierno y el Congreso, los periódicos al servicio de la reacción conservadora,
acentuaron la idea mencionar da, adulando al Presidente. Noriega, Alfonso; El Pensamiento Conservador y el
Conservadurismo Mexicano, Ed. Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 1993, p. 401.

TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 313


posiciones de carácter liberal que habían sido motivo de fuertes enfrentamientos,
como fue el caso de la Ley Juárez o la propia Constitución de 1857. Además, se
expidieron diversos manifiestos de corte liberal que recogían los principios
fundamentales de esa corriente liberal. Ese conjunto de leyes es conocido,
precisamente, como las Leves de Reforma.40
Entre todas ellas debemos mencionar a la Ley de Nacionalización de los Bienes
Eclesiásticos del 12 de julio de 1859; la Ley del Matrimonio Civil del 23 de julio de
1859; la Ley Orgánica del Registro Civil del 28 de julio de 1859, la cual contiene la
Ley sobre el Estado Civil de las Personas; el Decreto del Gobierno que declara
que cesa toda Intervención del Clero en los Cementerios y Campos Santos del 31
de julio de 1859; el Decreto del Gobierno que Declara qué días deben verse como
festivos y cuáles a la Asistencia Social para las Funciones de la Iglesia del 11 de
agosto de 1859; la Ley sobre Libertad de Cultos de 4 de diciembre de 1860; Ley
del 27 de diciembre de 1860, por la que se establece la paridad de la protección
oficial a todos los cultos religiosos; el Decreto del Gobierno que Declara que
quedan Secularizados los Hospitales y Establecimientos de Beneficencia del 2 de
febrero de 1861; el Decreto del Gobierno que Declara la Extinción en toda la
República de Comunidades Religiosas del 26 de septiembre de 1863.41
Estas son algunas de las principales disposiciones que se promulgaron con motivo
de la reforma liberal.
Debemos destacar que se expidieron Leyes de Reforma durante la Guerra de
Reforma; una guerra civil muy dolorosa, en la cual tuvieron verificativo varias
batallas ganadas por el bando conservador42 y, no fue hasta el 22 de diciembre
de 1860, en la batalla de San Miguel Calpulalpan cuando fueron derrotadas las
fuerzas comandadas por Miguel Miramón —general conservador— y a partir de
ese momento se pone fin a la guerra de reforma. El ejército
40 La Reforma fue un movimiento de carácter ideológico, político y jurídico que cambio importantes aspectos de la situación
dentro de cuyas estructuras se desarrollaba el Estado mexicano. Sus objetivos desembocaron normativamente en la
Constitución federa] de 1857 y en diversas leyes y decretos que durante cierto periodo de nuestra historia se expidieron con
un criterio empírico, obedeciendo al imperativo de las circunstancias que formaban el contexto de la realidad nacional, sin
haber integrado un coherente sistema de derecho. Burgoa Orihuela, Ignacio; Derecho constitucional mexicano, Ed. Porrúa,
México, 1982, p. 939.

41 Id. Soberanes, José Luis, p. 91.

42 Debemos decir que el gobierno conservador fue reconocido y aun recibió ayuda de la mayoría de los gobiernos
extranjeros, incluso el de Estados Unidos. Después, el gobierno de Juárez, a través de D. José Ma. Mata, obtuvo el
reconocimiento de éste último a cambio de la firma del tratado McLane-Ocampo, por el cual se enajenó la soberanía de
parte del territorio nacional. Id. Moreno, Daniel, p. 212.
314 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
triunfante, el ejército liberal entra a la Ciudad de México el 1 de enero de 1861 y
dos días después, entra a la capital de la República el presidente Juárez.
Muchos son los juicios que se han hecho de Miguel Miramón, no solamente por su
actuación en la guerra de reforma, sino también por su actuación con posterioridad
a la misma. Desde nuestro punto de vista, Miguel Miramón fue un conservador
digno, si bien los que compartimos la ideología liberal mexicana no estamos de
acuerdo en sus postulados y creencias, lo que si podemos señalar es que
Miramón era un hombre valiente convencido de sus principios. Precisamente,
Miramón fue el presidente mexicano más joven de la historia a los 26 años de
edad y, con posterioridad, cuando vino la intervención en México y el
pseudoimperio de Maximiliano, gracias a las intrigas de diversos conservadores,
Miramón quedó relegado por el propio Maximiliano y en declive su imperio,
Miramón con valor atendió la causa conservadora.
Pero, regresando, recordemos que hasta que concluyó la Guerra de Reforma, se
instala el segundo Congreso Constituyente el 11 de junio de 1861. En éste es
declarado Benito Juárez Presidente Constitucional y, ante este fracaso, los
conservadores mexicanos recurrieron al emperador Napoleón III para que se
restableciera la Monarquía y, no fue sino hasta el 10 de abril de 1864, cuando
Maximiliano de Habsburgo acepta la corona de México, para lo cual, hizo dos
ofrecimientos a los liberales: a) el establecimiento de instituciones liberales; y, b) el
establecimiento de un régimen constitucional.
Nos dice José Luis Soberanes que los conservadores mexicanos jamás ignoraron
los antecedentes liberales de Maximiliano, ya que éste aceptaba la nacionalización
y desamortización de los bienes del clero y, evidentemente, cuando llegó a
México, Maximiliano desarrolló una política que no era acorde con la posición
tradicional de la clase conservadora y del clero, que fueron los que lo trajeron.43
Recordemos que Maximiliano de Habsburgo invitó incluso a Benito Juárez a que
se incorpore a su gobierno, a lo cual, Benito Juárez le contestó de manera airada,
con una gran firmeza en una

43 Dicha política quedó manifiesta en un programa de 9 puntos, en el que propuso medidas tales como la tolerancia de
cultos, la cesión de bienes eclesiásticos al Estado, un patronato eclesiástico similar al indiano, la jurisdicción del clero en
causas de fe y fuero interno, y un registro civil encomendado a sacerdotes, fungiendo éstos como funcionarios civiles. El
programa fue rechazado por el nuncio apostólico. A pesar de este rechazo, entre enero y octubre de 1865 Maximiliano
expidió una serie de leyes desfavorables al clero, ya que establecían el pase imperial para documentos pontificios, la
tolerancia de todos los cultos, la revisión de las operaciones de desamortización de los bienes de clero, así como la Ley de
Cementerios y la del Registro Civil. Id. Soberanes, José Luis, p. 92.
315 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN

carta, en la cual, en su calidad de Presidente de la República, tacha a Maximiliano


de incongruente. Juárez le dice que como Presidente, seguirá siendo fiel y leal a
sus principios y a la nacionalidad mexicana.
Maximiliano expidió en 1865 el Estatuto Provisional del Imperio Mexicano, pero
coincidimos en que éste careció de vigencia. Además, nunca instituyó un régimen
constitucional, sino que fue una especie de Ley reglamentaria, donde se estipula
que la soberanía se depositaba en el emperador.
Por otra parte, al terminar en 1867 la guerra de secesión en los Estados Unidos,
dicha nación logra presionar a Napoleón III, para que termine la invasión a México;
además, le otorga armas a Benito Juárez y, con ello, el imperio sucumbió
rápidamente acompañado por el bando conservador. Así, la toma de Querétaro
termina con el sueño absurdo, de establecer un imperio en México.
El 15 de julio de 1867 entra a la Ciudad de México Benito Juárez, restablece la
Constitución de 1857, aplica las Leyes de Reforma, y desde entonces, Juárez
gobierna hasta que fallece en 1872. A la muerte de Juárez lo sucede Sebastián
Lerdo de Tejada, en cuya administración hubo dos reformas a la Constitución. La
primera la lleva a cabo, a través de la Ley de Adiciones y Reformas
Constitucionales del 25 de septiembre de 1873, para elevar a rango constitucional
las leyes de reforma que hasta entonces habían permanecido al margen de la
Constitución; además se establece la Ley del 13 de noviembre de 1874, en ella se
realizan varias reformas con respecto al Poder Legislativo, en lo referente al
restablecimiento del Senado, a la elección e instalación del Congreso para la
iniciativa y formación de leyes y las facultades del Congreso en General.
Lo más destacado que se reforma en el gobierno de Lerdo son dos cuestiones: a)
La incorporación de las Leyes de Reforma; y, b) El restablecimiento del Senado.
Durante el régimen de Porfirio Díaz hay reformas a la Constitución de 1857,
fundamentalmente para fortalecer al Poder Ejecutivo. En cuanto a las reformas
que tuvieron verificativo durante el porfiriato —como se le denomina al periodo de
la Presidencia de la República de Don Porfirio Díaz— están los siguientes:
a) Elección y sucesión presidencial; b) sustracción de facultades a los estados
para otorgarlas a la federación en materia de patentes y marcas; c) instituciones
bancarias; d) vías generales de comunicación; e) correos; f) aguas; g) emigración
e inmigración; h) seguridad; i) en materia impositiva; j) establecimiento de
prohibiciones para los estados; k) modificación en la organización de la Suprema
Corte de Justicia; y, l) las facultades de la Comisión Permanente del Congreso.
316 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Con posterioridad, al inicio de la Revolución en 1910 y con el ascenso de
Francisco I. Madero a la Presidencia en 1911, tuvo lugar la última reforma a la
Constitución de 1857, que estableció la no reelección del Presidente, de la
Vicepresidencia y de los gobernadores de los estados.
13.9. EL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1916-1917
13.9.1. Antecedentes
13.9/2. Postulados principales
El gobierno del General Porfirio Díaz había traído consigo diversas consecuencias
de diferente orden a la nación mexicana; sería inadecuado no tener presente que
gracias a la estabilidad que generó el porfiriato (término usado por José C.
Valadés) tuvieron verificativo diversos progresos desde el punto de vista material.
En el ámbito político, México fue reconocido en la comunidad internacional por
diversas potencias, pese a que la democracia era inexistente.
El general Díaz gobernaba rodeado de un grupo de distinguidos amigos y de otros
cercanos, dentro de los que destacan 'los científicos". Con el paso del tiempo, se
agudizaron las desigualdades económicas y sociales, y la inconformidad contra el
gobierno de Díaz iba creciendo; además, el presidente al tiempo que envejecía,
también se debilitaba en su forma de gobernar.
Poco a poco, en el entonces nuevo siglo, las inconformidades eran más notorias,
sobre todo, contra la falta de democracia y las severas injusticias sociales.
Durante los últimos años del régimen fueron muy recurrentes los artículos en
prensa contra el gobierno, principalmente, del periódico llamado Regeneración de
los hermanos Flores Magón, cuyos líderes, así como otros líderes políticos, fueron
reprimidos, exiliados o asesinados.
El ambiente se fue haciendo ampliamente adverso a Porfirio Díaz; por ejemplo, se
crea el Partido Liberal Mexicano, el cual lanza su manifiesto el 1 de julio de 1906
en San Luis Missouri. En éste se proponen reformas políticas y reivindicaciones
sociales. También debemos destacar que al interior del régimen de Díaz se
empezaban a generar fracturas, recordemos que uno de los grandes "científicos"
como lo fue José Ivés Limantour, se encontraba en enfrentamiento con Bernardo
Reyes, seguramente porque ambos, deseaban suceder al General Díaz.
El clima era tenso, se esperaba un cambio, sobre todo después de la entrevista
que sostiene Díaz con un influyente periodista ñor-
317 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
teamericano llamado James Creelman, en la cual, el general acepta que vería con
agrado la formación de otras fuerzas políticas, y que libre y democráticamente
pudieran acceder al poder y que él estaría dispuesto a que tuviera verificativo el
cambio democrático en México, calificando a México como un país maduro y listo
para la democracia.
Asimismo, en 1910 aparece un libro de Francisco I. Madero que tuvo un gran
impacto, intitulado La Sucesión Presidencial, el cual fue un gran catalizador en
favor de la agitación política; a partir de entonces, se crearon diferentes partidos
políticos que esperan poder participar en la lucha política de 1910.
Recordemos que Porfirio Díaz se vuelve a postular en 1910; curiosamente, muy al
principio, la actitud de Madero fue aceptar la postulación a la presidencia de Díaz,
pero pretendió que la vicepresidencia fuera ocupada por una persona elegida
democráticamente. Sin embargo, poco tiempo después cambio de opinión y
Francisco I. Madero, luego de la Convención Nacional de los Partidos Nacional
Antirreeleccionista y Nacionalista Democrático del 15 de abril de 1910 acepta
contender por la presidencia de México y también acepta como candidato a la
vicepresidencia a Francisco Vázquez Gómez. Pero el General Díaz no cumplió su
palabra en el sentido de respetar las fuerzas democráticas y decidió reelegirse.
Era obvio que tenía que sobrevenir la rebelión armada para poder lograr los
cambios políticos estructurales en México. Así, en San Antonio, Texas, se
promulgó el Plan de San Luis en octubre de 1910 y dicho Plan se extiende por
todo el país a partir de marzo de 1911. Ya para aquel entonces, puede regresar
Madero, entra por Ciudad Juárez, donde fue atacado por Orozco.
Pese a no haber sido derrotado del todo, el gobierno de Díaz aceptó negociar un
armisticio con Madero y el 21 de mayo se acordó la renuncia del general Porfirio
Díaz y de Ramón Corral que integraba la fórmula con Díaz como vicepresidente.
También se acordó un interinato de Francisco León de la Barra, lo cual fue un
error de Francisco I. Madero.
El General Porfirio Díaz abandona el país por Veracruz a bordo del buque Ipiranga
rumbo a Francia, viaje del cual nunca regresaría. Se dice que al despedirse
declaró que se había cometido un grave error, que se había "despertado al tigre" y
que ahora empezaban realmente los graves problemas para México.
Durante el interinato de León de la Barra surgieron diversos partidos políticos con
diferentes tendencias, pero la mayoría de ellos postulaban a Madero como
presidente, aunque para la vicepresiden
318 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
cia se postulaban diversos candidatos.44 Finalmente, Madero obtiene el triunfo en
las elecciones, teniendo como vicepresidente a José Ma. Pino Suárez.
Poco tiempo después, surgieron nuevos movimientos que no estaban conformes
con la forma en que Madero llevaba a acabo su gobierno; por una parte, Zapata
en Morelos emite el Plan de Ayala que busca llevar a la práctica la Reforma
Agraria, por otra parte, Orozco, en el norte del país, convoca a un movimiento, a
éste se unieron las insurrecciones de Pérez Frías y Bernardo Reyes. 45
En febrero de 1913, Madero tiene un grave incidente, probablemente de los más
tristes que se conocen en los primeros años del siglo XX de nuestro país. Militares
encabezados por el General Manuel Mondragón inician el cuartelazo en la
Ciudadela,46 logran liberar a Bernardo Reyes y a Félix Díaz —por cierto, Bernardo
Reyes fallece al tratar de tomar el Palacio Nacional—. Félix Díaz pacta con
Victoriano Huerta el fin de la guerra, lo demás es ampliamente conocido, las
fuerzas de Huerta hicieron prisioneros a Madero y a Pino
44 Salvo el reyista, los demás partidos coincidían en postular a Madero para la Presidencia y se separaban en la
candidatura a la vicepresidencia. Pino Suárez, Emilio Vázquez Gómez, Francisco León de la Barra, Fernando Iglesias
Calderón, eran otros tantos candidatos a la vicepresidencia. Del Antirreeleccionista, que para este cargo proponía a
Vázquez Gómez a titulo de representante genuino de la revolución, se segregó el Constitucionalista Progresista, que
contaba con el apoyo de Madero y que hizo triunfar la candidatura de Pino Suárez. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 804.

45 De candidato primero y Presidente después, Madero trató inútilmente de mantener dentro de la cortesía democrática a
las fuerzas divergentes que la libertad política había desatado. Su programa de moderado, si bien había sido eficaz para
unificar a los oposicionistas durante la etapa de la lucha, resultaba insuficiente para satisfacerlos después de la victoria. Así
fue como los primeros adversarios que le salieron al paso fueron los radicales de la revolución.

Ante la Convención de su partido, en agosto de 1911, Madero fijó sin ambages su posición respecto a la cuestión social,
expresando que la pequeña propiedad "no podía desarrollarse más que lentamente, pues tenia por principal base la
educación del pueblo y como principal obstáculo la defectuosísima repartición de la propiedad, que, por más defectuosa que
fuese, debía respetarse, puesto que cualquier legislación futura debía tener por base inconmovible asegurar el principio de
propiedad".

Eludir la solución al problema social, defraudar las promesas del Plan de San Luis al imponer a sus candidatos, haber
traicionado desde Ciudad Juárez a las tropas de la insurrección al admitir su licenciamiento, fueron las principales causas
aducidas por la serie de levantamientos que se produjeron en el seno del maderismo, en contra del caudillo. De ellos los
más graves fueron Emiliano Zapata en el Sur, que en el Plan de Ayala proclamó la Reforma Agraria, y el de Pascual Orozco
en el norte, que en el Pacto de la Empacadora (25 de marzo de 1912) propuso una serie de medidas en favor de la clase
obrera y de los campesinos. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 805.

46 Por virtud del tratado de Ciudad Juárez, el Presidente Madero no contaba con otra fuerza armada que el antiguo ejército
federal, fiel hasta entonces a las instituciones, según lo había demostrado al no secundar a los dos únicos infidentes salidos
de sus filas. Pero el 9 de febrero, un grupo de militares federales, encabezados por el General Reyes y Díaz. Id. Tena
Ramírez, Felipe, p. 805.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 319
Suárez, a los que asesinaron por la espalda después de haberlos obligado a
renunciar a sus cargos.
En esa coyuntura, fue nombrado presidente provisional el Secretario de Asuntos
Exteriores Pedro Lascurain e, inmediatamente, nombró como Secretario de
Gobernación a Victoriano Huerta. También de inmediato, Lascurain renuncia,
quedando Huerta en la Presidencia de la República. Se aplicó lo anterior con las
formalidades constitucionales pero es triste observar como, bajo amenazas, esta
situación fue aceptada y reconocida por los Poderes de la Unión, por algunas
entidades federativas y, por otra parte, también por di-versos estados extranjeros.
No obstante, hubo quienes reaccionaron en contra de Huerta y de la traición a la
propia Constitución, como fue el caso de Venustiano Carranza, gobernador de
Coahuila. El 19 de febrero de 1913 el gobernador de Coahuila expide el decreto
con el cual desconoce a Huerta como presidente y fue secundado días después
por el gobernador de Sonora.
Así se inicia la etapa constitucionalista, la cual pretendía restaurar la vigencia de la
Constitución de 1857. Se firma el 26 de marzo de 1914 el Plan de Guadalupe en el
que —nos destaca José Luis Soberanes— se establecen reformas de carácter
social47 que deberán realizarse una vez que se haya derrotado al usurpador, lo
cual ocurrió el 13 de agosto en 1914 con los Tratados de Teloyutla.
Después de la firma de esos Tratados, se entrega la capital al ejército
constitucionalista y se disuelve el ejército federal. Hacia octubre de 1914, se firmó
una convención entre los jefes revolucionarios, destacando, el Pacto de Torreón.
En la Convención de Aguascalientes se designó como presidente a Eulalio
Gutiérrez, desde luego, Carranza que era el jefe máximo no lo aceptó y lo
desconoció, con lo que dio origen a la contienda entre Carranza y Francisco Villa y
por otra parte, contra Emiliano Zapata.
Es importante tener presente que la idea de reforma social no era desconocida por
Carranza, tan es así que en las adiciones al Plan de Guadalupe del 2 de diciembre
de 1914, se mandó revisar

47 La idea de la reforma de carácter social se desarrolló en las adiciones al Plan de Guadalupe del 12 de diciembre de
1914, por las cuales se mandó revisar prácticamente toda la legislación y reformarla en lo necesario para lograr con ello la
plena igualdad entre los mexicanos. En este contexto se circunscribieron las leyes que se dictaron sobre Municipio Libre y
del Divorcio del 25 de diciembre de 1914, la Ley-Agraria y Obrera del 6 de enero de 1915, las reformas al Código Civil del
29 de enero de 1915 y la Ley de Abolición de las Tiendas de Raya del 22 de junio de 1915. Id. Soberanes, José Luis, p.
101.
320 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
toda legislación y reformar lo necesario, para lograr con ello, la plena igualdad de
los mexicanos.48
Una vez que Carranza logró reducir la fuerza de Zapata, su régimen contó con la
necesidad de restablecer la vigencia de la Constitución de 1857. Sin embargo, el
propósito no era incorporar beneficios sociales, recordemos que Carranza estaba
moldeado en una cultura liberal, en la cual, las cuestiones de carácter político-
estructural debían estar en la Constitución y las demás cuestiones, como eran las
sociales, en la legislación secundaria. Empero, las reformas de carácter social sí
estaban en los propósitos de Carranza.
Carranza expidió un decreto de reformas el 14 de octubre de 1916, en el cual se
contenía la convocatoria a un Congreso Constituyente, que estaría integrado por
representantes de los estados, pero sin que de manera expresa se pretendiese
que en el Congreso Constituyente se trataran cuestiones de carácter social.
Lo que se pretendía, con el proyecto de Carranza, era el establecimiento de
algunos principios en materia de organización política y también en lo referente a
la relación Estado-Iglesia. Además, se buscaba la expedición de leyes agrarias
que favorecieran la formación de la pequeña propiedad, disolviendo los latifundios
y restituyendo las tierras, amén de otro tipo de leyes que pretendían mejorar la
condición del peón, del obrero y, en general, de las clases proletarias.
Con lo anterior, nos queda claro que Carranza pone un especial empeño en el
ámbito reformador, incluso, en la cuestión social. Estas reformas de carácter
social, no olvidemos que tuvieron verificativo a nivel legislativo en la etapa
preconstitucional, en la cual aún estaba en suspenso la vigencia de la Constitución
de 1857.
No es sino hasta el año de 1916 cuando alcanza mayor estabilidad el movimiento
encabezado por Carranza. Entonces fue el momento de restablecer el orden
constitucional y para ello, consideraba que era necesario convocar a un Congreso
Constituyente, para reformar la Constitución de 1857, o expedir una nueva
Constitución. Se ha criticado el hecho de que, por una parte se aluda a reformar la
Constitución de 1857 y, simultáneamente, se hable de una nueva Constitución.
Se habían generado las condiciones para establecer una norma-

48 En este contexto se circunscribieron las leyes que se dictaron sobre el Municipio Libre y el Divorcio del 25 de diciembre
de 1914, la Ley Agraria y Obrera del 6 de enero de 1915, las reformas al Código Civil del 29 de enero de 1915, y la Ley de
Abolición de Tiendas de Raya del 22 de junio de 1915. Id. Soberanes Fernández, José Luis, p. 100.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 321
tividad constitucional que reflejara las aspiraciones revolucionarias y los anhelos
de la nación en lo político y en lo social. Se convocó a elecciones para integrar el
Congreso Constituyente, el cual se integró por representantes de cada una de las
entidades federativas en proporción al número de habitantes; además, se
estableció que los requisitos para ser diputado serían congruentes con los
señalados por la Constitución de 1857.
En la integración de dicho Congreso se prohibió la participación de todos aquellos
que habían sido hostiles a la causa constitucionalista.49 Se constriñeron los
asuntos del Congreso sólo a definir el proyecto de la Constitución, el cual, era el
único asunto que se podía tratar en los debates. Además, se consideró que en un
término no mayor de dos meses, se daría por concluido el Congreso Constituyente
y al término de ese periodo se disolvería la Asamblea.
Para abordar los aspectos subsecuentes debemos insistir en que, en realidad, la
idea de Carranza era modificar diversos aspectos de la Constitución de 1857, pero
ello no significaba que rechazara las cuestiones sociales que habían sido objeto
de la lucha del movimiento social y, en cierto sentido, era la motivación del propio
Congreso Constituyente. Lo que ocurría era que Carranza consideraba que las
cuestiones sociales deberían ser abordadas en leyes ordinarias, porque esa era la
visión constitucionalista que privaba en aquel entonces.
Evidentemente, existía un clamor, porque más allá de la posición tradicional
acerca del contenido de una Constitución, de que se incluyesen cuestiones de
carácter social.
Se inaugura el Congreso Constituyente el 1 de diciembre de 1916: Entre los
integrantes del Congreso Constituyente se observa a aquellos que pertenecían al
Partido Liberal Mexicano, cuyo líder era el propio Carranza, quien en su carácter
de presidente de México, dio el discurso inaugural y entregó el proyecto de
reforma a la Constitución. En ese discurso, Carranza reconoce y enaltece el
contenido de la Constitución de 1857, pero también reconoce que no se

49 Instalado en la Ciudad de Querétaro, el Congreso Constituyente inició las juntas preparatorias el 21 de noviembre de
1916. En ellas afloró públicamente la maniobra patrocinada por el Oral. Álvaro Obregón, victorioso jefe militar en la lucha de
Carranza contra Villa, a fin de no permitir el ingreso de los diputados que habían pertenecido al Grupo Renovador,
integrante de la mayoría maderista en la XXVI Legislatura federal. Sin embargo, el Primer Jefe, en el mensaje del 20 de
noviembre defendió a los renovadores, por lo que las credenciales de los antiguos renovadores fueron aprobadas, pero su
aceptación influyó para que acabaran de perfilarse las dos tendencias principales que iban a disputarse la hegemonía
parlamentaria: los que estaban por el proyecto moderado del Primer Jefe y la de los radicales que contaban con el apoyo
del General Obregón. Id. Tena Ramírez, Felipe, p. 811.
322 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
ha cumplido, señalando diversos ejemplos; asimismo, señaló algunas de las más
importantes reformas que proponía a la Constitución de 1857, todas ellas referidas
a la estructura jurídica del país.
Se mandaron imprimir copias de ese proyecto para cada diputado; más tarde se
empezó a discutir, en las primeras sesiones, lo referente al Reglamento Interior del
Congreso General. Debemos mencionar que la Comisión más importante, era,
desde luego, la de Constitución. Si bien Carranza había pensado que esta
Comisión fuese integrada por su gente más allegada, eso no fue posible y se tuvo
que someter a votación la integración de dicha Comisión y el resultado fue que se
integró por Enrique Colunga, Francisco J. Mújica, Luis G. Monzón, Enrique Recio y
Alberto Román; llama la atención que eran constituyentes de ideas avanzadas los
que integraban esa Comisión, lo cual tuvo una repercusión importante.
Por su parte, en la elaboración del proyecto novedoso participaron: José Natividad
Macías, Luis Manuel Rojas, Félix Palavicini y Alfonso Cravioto. En cuanto a las
ideas o los aspectos que proponía el proyecto de reformas a la Constitución de
1857 podemos destacar —siguiendo al Doctor Jorge Carpizo— los siguientes
aspectos: a) Predominio del Poder Ejecutivo respecto de los otros poderes; b) La
creación del artículo 130; y, c) La idea del municipio libre como base de la
estructura política, elevándose dicho principio a la categoría de norma
constitucional.
Es digno de destacar que la idea de que haya un predominio del Poder Ejecutivo
respecto de los otros poderes, fue una tesis que había sido defendida por Emilio
O. Rabasa, quien, incluso, pensaba que uno de los problemas de aplicabilidad de
la Constitución de 1857, era, precisamente, porque bajo dicha Constitución
existían elementos normativos inaplicables, que generaban diversos problemas
para la estabilidad y el desarrollo general de la nación.50
Por otra parte, es interesante destacar los principales aspectos que fueron objeto
de los debates. Por lo que se refiere al tema de la

50 En el transcurso del tiempo que corresponde los primeros años (1913-1916) de nuestro movimiento social, no
encontramos ningún plan, manifiesto o proclama donde se hable de reformar la Constitución de 1857 o de crear una nueva.
Según Jorge Vera Estañol, se llega a nuestra Constitución actual por un pacto entre Carranza, Obregón y González; dicho
pacto, según este actor, contenía tres cláusulas: a) convocar a un Congreso Constituyente integrado por personas adictas a
Carranza; b) adopción de una nueva Constitución basada sobre el modelo de la Carta de 1857, aunque modificada con el
propósito de concentrar el máximo poder en el Ejecutivo, e investir a los poderes públicos de amplias facultades, para que
dispusieran de la riqueza nacional; c) reparto del poder entre Carranza y sus generales, tocándole al primero la Presidencia
de la República. Id. Carpizo, Jorge; La Constitución Mexicana de 1917, Ed. Coordinación de Humanidades-UNAM, p. 65.
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 323
separación entre Estado e Iglesia, Miguel de la Madrid Hurtado51 nos dice que los
debates del Congreso Constituyente de Querétaro, en este punto provocaron las
más apasionadas controversias y mostraron las diversas corrientes ideológicas
que concurrieron a la Convención. El propio De la Madrid nos dice que el
anticlericalismo fue una de las características más sentidas de los diversos grupos
revolucionarios.
En virtud de los debates relativos a la separación del Estado e Iglesia, se superó el
principio relativo a la separación, justa y precisamente entre ambas cuestiones; es
decir, de la concepción ya de por si liberal, en cuanto a que deben estar
separadas las cuestiones del Estado de las cuestiones de la Iglesia, se llega a la
concepción de que "el Estado está por encima de la Iglesia". El articulo 130 quedó
redactado de la siguiente manera:
Art. 130.—Corresponde a los Poderes federales ejercer en materia de culto religioso y
disciplina externa, la intervención que designen las leyes. Las demás autoridades obrarán
como auxiliares de la Federación.

El Congreso no puede dictar leyes estableciendo o prohibiendo religión cualquiera.

El matrimonio es un contrato civil. Éste y los demás actos del estado civil de las personas,
son de la exclusiva competencia de los funcionarios y autoridades del orden civil, en los
términos prevenidos por las leyes, y tendrán la fuerza y validez que las mismas les
atribuyan.

La simple promesa de decir verdad y de cumplir las obligaciones que se contraen, sujeta
al que la hace, en caso de que faltare a ella, a las penas que con tal motivo establece la
ley.

La ley no reconoce personalidad alguna a las agrupaciones religiosas denominadas


iglesias.

Los ministros de los cultos serán considerados como personas que ejercen una profesión
y estarán directamente sujetos a las leyes que sobre la materia se dicten.

Las legislaturas de los Estados únicamente tendrán facultad de determinar, según las
necesidades locales, el número máximo de ministros de los cultos.

Para ejercer en los Estados Unidos mexicanos el ministerio de cualquier culto, se necesita
ser mexicano por nacimiento.

Los ministros de los cultos nunca podrán, en reunión pública o privada constituida en
junta, ni en actos del culto o de propaganda religiosa, hacer crítica de las leyes
fundamentales del país, de las autoridades en particular, o en general del Gobierno; no
tendrán voto activo, ni pasivo, ni derecho para asociarse con fines políticos.

51 De la Madrid Hurtado, Miguel; Estudios de Derecho Constitucional, Ed. Porrúa, México, 1982, p. 93.
324 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
Para dedicar al culto nuevos locales abiertos al público se necesita permiso de la
Secretaria de Gobernación, oyendo previamente al Gobierno del Estado. Debe
haber en todo templo un encargado de él, responsable ante la autoridad del
cumplimiento de las leyes sobre disciplina religiosa, en dicho templo, y de los
objetos pertenecientes al culto.
El encargado de cada templo, en unión de diez vecinos más, avisará desde luego
a la autoridad municipal quién es la persona que está a cargo del referido templo.
Todo cambio se avisará por el ministro que cese, acompañado del entrante y diez
vecinos más. La autoridad municipal, bajo pena de destitución y multa hasta de mil
pesos por cada caso, cuidará del cumplimiento de esta disposición; bajo la misma
pena llevará un libro de registro de los templos, y otro de los encargados. De todo
permiso para abrir al público un nuevo templo, o del relativo a cambio de un
encargado, la autoridad municipal dará noticia a la Secretaría de Gobernación, por
conducto del Gobernador del Estado. En el interior de los templos podrán
recaudarse donativos en objetos muebles.
Por ningún motivo se revalidará, otorgará dispensa o se determinará cualquier otro
trámite que tenga por fin dar validez en los cursos oficiales, a estudios hechos en
los establecimientos destinados a la enseñanza profesional de los ministros de los
cultos. La autoridad que infrinja esta disposición será penalmente responsable y la
dispensa o trámite referido será nulo y traerá consigo la nulidad del titulo
profesional para cuya obtención haya sido parte la infracción de este precepto.
La publicaciones periódicas de carácter confesional, ya sean por su programa, por
su título o simplemente por sus tendencias ordinarias, no podrán comentar
asuntos políticos nacionales ni informar sobre actos de las autoridades del país, o
de particulares que se relacionen directamente con el funcionamiento de las
instituciones públicas.
Queda estrictamente prohibida la formación de toda clase de agrupaciones
políticas cuyo título tenga alguna palabra o indicación cualquiera que la relacione
con alguna confesión religiosa. No podrán celebrarse en los templos reuniones de
carácter político.
No podrá heredar por sí, ni por interpósita persona, ni recibir por ningún título un
ministro de cualquier culto, un inmueble ocupado por cualquiera asociación de
propaganda religiosa, o de fines religiosos, o de beneficencia. Los ministros de los
cultos tienen incapacidad legal para ser herederos, por testamento, de los
ministros del mismo culto, o de un particular con quien no tengan parentesco
dentro del cuarto grado.
Los bienes muebles o inmuebles del clero o de asociaciones religiosas se regirán
para su adquisición, por particulares conforme al artículo 27 de esta Constitución.
Los procesos por infracción a las anteriores bases nunca serán vistos en jurado.
Otro tema que motivó importantes debates, fue el relativo al municipio. Por lo que
se refiere al tema referido, a los poderes públicos
TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 325
y, particularmente, la división de poderes, hubo en los debates aspectos
interesantes. Sobre el particular, se debe destacar que el diputado Truchuelo, se
oponía a que se fortaleciera al Poder Ejecutivo, ya que deseaba un equilibrio de
los poderes, por ello, se opuso a que se le quitaran facultades a la Suprema Corte
y se le dieran al Ejecutivo, facultades —nos dice Carpizo—52 omnímodas. Sin
embargo, había una corriente fuertemente representada, que consideraba que
había que fortalecer al Poder Ejecutivo.
Bojórquez, apoyado en el argumento que se refiere a nuestra historia patria,
señalaba, contundentemente, que precisamente uno de los problemas para el
funcionamiento adecuado del poder público, era que el Poder Legislativo obstruía
al Poder Ejecutivo; por lo tanto, había que robustecerlo. En el mismo sentido
pensaban otros distinguidos diputados, como es el caso de Múgica, quien aludía a
la necesidad de que se estableciera un régimen jurídico—político que le diera al
Ejecutivo la fuerza necesaria para que pudiera conducir el desarrollo; en
congruencia con lo anterior, otros diputados como es el caso del Diputado Medina,
señalaba la necesidad de que el Poder Judicial no tuviera injerencia en facultades
de índole político. En la misma línea del pensamiento, Martínez de Escobar
pensaba que el ámbito competencial del Poder Ejecutivo debería ser tal, que no
tuviera trabas con los otros poderes. Los diputados anteriores y sus posturas
marcan con claridad la tendencia del Congreso, que dio como resultado, un Poder
Ejecutivo más fuerte.
Evidentemente, lo que de manera sobresaliente distingue al Congreso
Constituyente de 1916-1917, es su contenido social; es decir, la inclusión de
aspectos de carácter social en el documento constitucional. Con ello, se van a
romper los viejos moldes y se va a pasar a un modelo que hasta entonces no
existía en el mundo: una Constitución —en los términos de Trueba Urbina—
político-social.
No olvidemos que cuando se alude al Congreso Constituyente de 1856-1857, se
enfatiza la participación de luces intelectuales y de personajes altamente
ilustrados, pero tratándose del Constituyente 1916-1917, también tenemos que
reconocer, amén de notables luces, la sensibilidad, visión, y también pasión de
sus integrantes, que lograron plasmar los anhelos y el espíritu de justicia que
había sido motivo de la lucha social en nuestro país.
Afortunadamente, en nuestro Congreso de 1916-1917 había profesionistas
destacados, en su mayoría abogados; también había médicos, ingenieros,
profesores, periodistas, contadores públicos y la
32 Id. Carpizo, Jorge, p. 94.
326 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

representación de obreros, agricultores, mineros y ferroviarios, que —como dice


Jorge Carpizo— desempeñaran dignamente su labor.
Evidentemente, el tema de la educación fue un tema ampliamente debatido. 53 El
proyecto de Carranza era un documento importante, pero los constituyentes
querían aún ir más allá de un concepto liberal, querían eliminar cualquier tipo de
intromisión clerical en la enseñanza, fundamentalmente en la enseñanza básica,
no sólo tratándose de establecimientos oficiales, sino aun en los establecimientos
privados. En la Comisión respectiva, se explicó que las ideas religiosas son las
más abstractas, razón por la cual no podían ser asimiladas por las mentes
infantiles; por lo tanto, era inevitable que las cuestiones religiosas podían crear
deformaciones psíquicas en los niños.
También se explicaba como el clero había sido un elemento de retroceso respecto
de los intereses nacionales y que a través del clero se le había hecho mucho daño
a nuestra nación en diversas etapas, dado que la propia iglesia había usurpado
funciones del Estado, de tal manera que la Comisión propuso un texto distinto al
del proyecto.
El Texto de la Comisión llevaba el laicismo a su máxima expresión en materia de
enseñanza. Si tratamos de explicarnos este anticlericalismo, que prácticamente
era generalizado, o por lo menos muy amplio en el Congreso, tenemos que
recordar aspectos históricos muy importantes que recalca el propio Carpizo. 54 La
Iglesia ayudó al gobierno de Huerta, provocó la amenaza de la invasión
norteamericana, actuó activamente en la guerra de facciones y otorgó el dinero
que había servido para sostener el gobierno de la usurpación.
En este asunto hubo discursos contundentes como el que dictó Múgica,
defendiendo toda una postura anticlerical. También hubo quienes apoyaron el
proyecto original, que de ninguna manera era clerical, como se ha podido
observar, pero ya existía un predominio obvio de los constituyentes más
progresistas de nuestro país. Al final de la discusión sobre este tema, se tuvo un
proyecto definitivo que básicamente tuvo como elemento fundamental el dictamen
que leyó el diputado Múgica, que decía:
53 "La Revolución hecha Constitución tiene un proyecto integral, de amplio horizonte, en el que la educación adquiere el
trascendente papel de ser punto de apoyo para construir y mantener en permanente evolución a la sociedad". Moctezuma
Barragán, Esteban; La Educación Pública frente a las nuevas realidades, lid. Fondo de Cultura Económica, México, 1993, p.
33.

54 Id. Carpizo, Jorge, p. 97.


327 TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN
La enseñanza es libre, pero será laica la que se dé en los establecimientos
oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior
que se imparta en los establecimientos particulares.
Ninguna corporación religiosa, ni ministro de algún culto, podrá establecer o dirigir
escuelas de instrucción primaria.
Las escuelas primarias particulares sólo podrán establecerse sujetándose a la
vigilancia oficial.
En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria.
Hubo algunas modificaciones y el artículo tercero fue aprobado por 99 votos
contra 58. Evidentemente, el texto ha tenido diversas modificaciones, hasta llegar
al texto actual.55
Pasemos ahora a otro punto, el cual fue 'Piedra de Toque" del movimiento
revolucionario, y es lo relativo a la discusión en materia de trabajo. La materia
laboral tendía a revolucionar diversos aspectos. En el ámbito de las relaciones del
trabajo, se observaba una de las injusticias más grandes que habían sido objeto
de la lucha revolucionaria.
Cuando se presenta el dictamen por la Comisión en materia del articulo 5" —en el
proyecto de Carranza— se contenían dos innovaciones, respecto del contenido
del precepto de 1857: a) dejar sin efectos jurídicos la renuncia que se hiciere de
ejercer determinada actividad en el futuro; b) el límite máximo del contrato de
trabajo a un año, sin que se pudiera extender en ningún caso.
La Comisión aceptó estas novedades pero no se quedó ahí, fue más allá. Tres
diputados: Cándido Aguilar, Jara y Góngora, presentaron una iniciativa donde
había algunas modificaciones, las cuales aceptó la Comisión y, eran las
siguientes: a) la inclusión del principio de que la jornada máxima de trabajo
debería ser de 8 horas; b) el descanso semanal; y, c) la prohibición de trabajo
nocturno para mujeres y niños. Sin embargo, se rechazaron otros principios: a) el
establecimiento de Juntas de Conciliación y Arbitraje; b) el principio de que a
trabajo igual salario igual sin hacer diferencia de sexos; c) derecho a la huelga; y,
d) indemnización por enfermedades profesionales y por accidentes de trabajo.
Es muy importante destacar el discurso y la postura del diputado
55 Artículo 3o de la Constitución de 1917.—"La educación que imparta el Estado IV. Las corporaciones religiosas, los
ministros de los cultos, las sociedades por acciones que, exclusiva o predominantemente realicen actividades educativas, y
las asociaciones o sociedades ligadas con la propaganda de cualquier credo religioso, no intervendrán en forma alguna en
planteles en que se imparta educación primaria, secundaria, normal y la destinada a obreros y campesinos".
328 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

Victoria,56 quien enérgicamente señaló su inconformidad, tanto en el proyecto que


presentó el Primer Jefe, como el presentado por la Comisión. Indicó que se estaba
tratando de manera superficial el problema del trabajo, que era necesario que se
dieran bases más firmes para resolver el problema obrero del país. Por ello, la
creación de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, la indemnización por
accidentes, seguros de trabajo, jornadas máximas, salario mínimo, el descanso
semanario, la cuestión de la higiene en los talleres, la prohibición de jornadas
nocturnas a mujeres y niños, en fin, eran muy necesarias.
Victoria criticó prácticamente todo —destacando Carpizo— que recomendó hasta
el plazo obligatorio de un año para el contrato de trabajo. Deseaba que en nuestra
Carta Magna se establecieran los principios del régimen laboral de nuestro país.
También, sobre este asunto destacó el discurso del diputado Manjarrez. Este
señaló en el aspecto estructural, que incluso hubiera un apartado relativo a la
materia del trabajo en nuestra Constitución. Por su trascendencia, parte del
discurso de Manjarrez ha sido reproducido en diversas obras. Manjarrez decía que
poco importa que al establecerse principios laborales en una Constitución, se
rompa con los moldes del Derecho Constitucional prevaleciente, lo que debe
importar es que se den las garantías suficientes a nivel constitucional de los
trabajadores. Con ello, Manjarrez pretendía que se eliminara de la mente de los
constitucionalistas la idea de que era grave que se rompiera con esos moldes
tradicionales, y que se inhibiera el fondo social bajo la idea de que la forma es
importante.
Decía Manjarrez, que lo importante es que le demos a todos los trabajadores,
desde el nivel constitucional, la posibilidad de que tengan garantizado un salario
justo y una vida digna; en similar sentido, le siguieron otros diputados; por
ejemplo, Cravioto quien señala la necesidad de que hubiera ya un articulo especial
que se refiera a la cuestión del trabajo.
El aspecto que más se ha destacado del discurso de Cravioto es la cita siguiente:
"Así como Francia, después de su revolución ha tenido el alto honor de consagrar
en la primera de sus cartas magnas los inmortales derechos del hombre, así la
constitución mexicana tendrá el orgullo legítimo de mostrar al mundo que es la
primera en consignar en una constitución los sagrados derechos de los obreros".
Manjarrez presentó un escrito, donde insistió que el problema

56 Id. Carpizo, Jorge, La Constitución de 1917, p. 109.


TEORÍA DE LA CONSTITUCIÓN 329
del trabajador se tratare en un capítulo exclusivo y que hubiese una Comisión de 5
personas para definir tal aspecto. El asunto prácticamente ya había generado una
fuerte corriente de pensamiento y, por ello, se creó una Comisión al efecto que
aportaron diversos estudios. Se integró la Comisión presidida por Pastor Rouaix,
quien inclusive solicitó que se integrará a las labores de la Comisión a José
Inocente Lugo, quien era el Jefe de la Dirección del Trabajo de la Secretaría de
Fomento.
Nos aclara el Profesor Carpizo, que antes de que la Asamblea conociera el
proyecto, lo conoció Carranza y dio su consentimiento. La exposición de motivos
la hizo Macías y, por fin, se presentó el artículo por la Comisión de Puntos
Constitucionales. La Comisión Dictaminadora agregó otros párrafos, cambió el
encabezado del artículo 123 y, denominó al título VI "Del trabajo y la previsión
social". El texto original de dicho artículo se transcribe a continuación:
Art. 123.—El Congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados deberán expedir
leyes sobre el trabajo, fundadas en las necesidades de cada región, sin contravenir a las
bases siguientes, las cuales regirán el trabajo de los obreros, jornaleros, empleados
domésticos y artesanos, y de una manera general todo contrato de trabajo:

I. La duración de la jornada máxima será de ocho horas.

II La jornada máxima de trabajo nocturno será de siete horas. Quedan prohibidas las
labores insalubres o peligrosas para las mujeres en general y para los jóvenes menores
de dieciséis años. Queda también prohibido a unas y otros el trabajo nocturno industrial; y
en los establecimientos comerciales no podrán trabajar después de las diez de la noche.

III. Los jóvenes mayores de doce años y menores de dieciséis, tendrán como jornada
máxima la de seis horas. El trabajo de los niños menores de doce años no podrá ser
objeto de contrato.

IV. Por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de descanso
cuando menos.

V. Las mujeres, durante los tres meses anteriores al parto no desempeñarán trabajos
físicos que exijan esfuerzo material considerable. En el mes siguiente al parto, disfrutarán
forzosamente de descanso, debiendo percibir su salario íntegro y conservar su empleo y
los derechos que hubieren adquirido por su contrato. En el periodo de la lactancia tendrán
dos descansos extraordinarios por día, de media hora cada uno, para amamantar a sus
hijos.

VI. El salario mínimo que deberá disfrutar el trabajador, será el que se considere
suficiente, atendiendo a las condiciones de cada región, para satisfacer las necesidades
normales de la vida del obrero, su educación y sus placeres honestos, considerándolo
como jefe de familia. En toda empresa agrícola, comercial, fabril o minera, los trabajado
330 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
res tendrán derecho a una participación en las utilidades que será regulada como
indica la fracción IX.
VII Para trabajo igual debe corresponder salario igual, sin tener en cuenta sexo y
nacionalidad.
VIII El salario como mínimo quedara exceptuado de embargo, compensación o
descuento.
IX La fijación del tipo de salario mínimo y de la participación de las utilidades a que
se refiere la fracción VI, se hará por comisiones especiales que se formaran en
cada municipio, subordinadas a la junta central de conciliación y arbitraje que se
establecerá en cada estado.
X E l salario deberá pagarse precisamente en moneda de curso legal, no siendo
permitido hacerlo efectivo en mercancías, ni con vales, fichas o cualquier otro
signo representativo con que se presenta substituir la moneda.
XI Cuando por circunstancias extraordinarias deban aumentarse las horas de
jornada, se abonara como salario el tiempo excedente, un ciento por ciento más
de lo fijado para las horas normales. En ningún caso el trabajo extraordinario
podrá exceder tres horas diarias, ni de tres días consecutivos. Los hombres
mayores de dieciséis años y las mujeres de cualquier edad, no serán admitidos
en esta clase de trabajos.
XII En toda negociación agrícola, industrial, minera de cualquier otra clase de
trabajo, los patrones estarán obligados a proporcionar a proporcionar a los
trabajadores habitaciones cómodas y higiénicas, por las que se podrán cobrar
rentas que no excedan del medio por ciento mensual del valor de las fincas.
Igualmente deberán establecer escuelas, enfermerías y demás servicios
necesarios a la comunidad. Si las negociaciones no estuvieren situadas dentro de
las poblaciones y ocuparen un numero de trabajadores mayor de cien tendrán la
primera de las obligaciones mencionadas.
XIII además, en estos mismos centros de trabajo cuando su población exceda de
doscientos habitantes, deberá reservarse un espacio de terreno que no será
menor de cinco mil metros cuadrados, para el establecimiento de mercados
públicos instalación de edificios destinados a los servicios municipales y centros
recreativos. Queda prohibido en todo centro de trabajo el establecimiento de
expendios de bebidas embriagantes y de casa de juego de azar.
XIV Los empresarios serán responsables de los accidentes de trabajo y de las
enfermedades profesionales de los trabajadores sufridas con motivo de ejercicio
de la profesión o trabajo que ejecuten; por lo tanto los patrones deberán de pagar
la indemnización correspondiente, según que haya traído como consecuencia la
muerte o simplemente la incapacidad temporal o permanente para trabaja, de
acuerdo con lo que las leyes determinen. Esta responsabilidad subsistirá aun en el
caso de que el patrono contrate el trabajo por un intermediario.
XV El patrono esta obligado a observar la instalación de sus

331 TEORIA DE LA CONSTITUCION


Establecimientos de los preceptos legales sobre la higiene y la salubridad y
adoptar las medidas adecuadas para prevenir accidentes en el uso de las
maquinas, instrumentos y materiales de trabajo, asi como a organizar de tal
manera este, que resulte para la salud y la vida de los trabajadores la mayor
garantía, compatible con la naturaleza de la negociación, bajo las penas que al
efecto establezcan las leyes.
XVI Tanto los obreros como los empresarios tendrán derecho para coligarse en
defensa de sus respectivos intereses, formando sindicatos, asociaciones
profesionales.
XVII Las leyes reconocerán como un derecho de los obreros y los patrones las
huelgas y los paros.
XVIII Las huelgas serán licitas cuando tengan por objeto conseguir el equilibrio
entre los diversos factores de la producción, armonizando los derechos del trabajo
con los del capital. En los servicios públicos será obligatorio para los trabajadores
dar aviso, con diez días de anticipación, a la junta de conciliación y arbitraje, de la
fecha señalada para la suspensión del trabajo. Las huelgas serán consideradas
como ilícitas únicamente cuando la mayoría de los huelguistas ejerciera actos
violentos contra las personas o las propiedades, o en caso de guerra, cuando
aquellos pertenezcan a los establecimientos y servicios que dependan del
gobierno; Los obreros de los establecimientos fabriles , militares del Gobierno de
la República no estarán comprendidos en las disposiciones de esta fracción, por
ser asimilados al Ejercito Nacional.

XIX. Los paros serán lícitos únicamente cuando el exceso de producción haga
necesario suspender el trabajo para mantener los precios en un limite costeable,
previa aprobación de la junta de conciliación y arbitraje;

XX.-Las diferencias o los conflictos entre el capital y el trabajo se sujetaran a la


decisión de una junta de conciliación y arbitraje, formada por igual numero de
representantes de los obreros y de los patronos, y uno del gobierno

XXI.- Si el patrono se negare a someter sus diferencias al arbitraje o a aceptar el


laudo pronunciado por la junta, se dará por terminado el contrato de trabajo y
quedara obligado a indemnizar al obrero con el importe de tres meses de salario,
además de la responsabilidad que le resulte del conflicto. Esta disposición no será
aplicable en los casos de las acciones consignadas en la fracción siguiente. Si la
negativa fuere de los trabajadores, se dará por terminado el contrato de trabajo;
XXII.- El patrono que despida a un obrero sin causa justificada o por haber
ingresado a una asociación o sindicato, o por haber tomado parte en una huelga
licita, estará obligado, a elección del trabajador, a cumplir el contrato o a
indemnizarlo con el importe de tres meses de salario. La ley determinara los casos
en que el patrono podrá ser eximido de la obligación de cumplir el contrato
mediante el pago de una indemnización. Igualmente tendrá la obligación de
indemnizar al trabajador con el importe de tres meses de salario cuando se retire
del servicio por falta de probidad del patrono o por recibir de el malos tratamientos,
ya sea en su persona o en la de su cónyuge, padres, hijos o hermanos. El patrono
no podrá eximirse de esta responsabilidad cuando los malos tratamientos
provengan de dependientes o familiares que obren con el consentimiento o
tolerancia de el;

XXIII.- Los créditos en favor de los trabajadores por salario o sueldos devengados
en el último año, y por indemnizaciones, tendrán preferencia sobre cualquiera
otros en los casos de concurso o de quiebra;

332 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA

XXIV.- De las deudas contraídas por los trabajadores a favor de sus patronos, de
sus asociados, familiares o dependientes, solo será responsable el mismo
trabajador, y en ningun caso y por ningún motivo se podrá exigir a los miembros
de su familia, ni serán exigibles dichas deudas por la cantidad excedente del
sueldo del trabajador en un mes;

XXV.- el servicio para la colocación de los trabajadores será gratuito para estos,
ya se efectué por oficinas municipales, bolsas de trabajo o por cualquiera otra
institución oficial o particular.

XXVI.- Todo contrato de trabajo celebrado entre un mexicano y un empresario


extranjero deberá ser legalizado por la autoridad municipal competente y visado
por el cónsul de la nación a donde el trabajador tenga que ir, en el concepto de
que, además de las clausulas ordinarias, se especificara claramente que los
gastos de repatriación quedan a cargo del empresario contratante;

XXVII- Serán condiciones nulas y no obligaran a los contrayentes, aunque se


expresen en el contrato:

(a). Las que estipulen una jornada inhumana, por lo notoriamente excesiva, dada
la índole del trabajo.

(b). Las que fijen un salario que no sea remunerador a juicio de las juntas de
conciliación y arbitraje.
(c). Las que estipulen un plazo mayor de una semana para la percepción del
jornal.

(d). Las que señalen un lugar de recreo, fonda, café, taberna, cantina o tienda
para efectuar el pago del salario, cuando no se trate de empleados en esos
establecimientos.

(e). Las que entrañen obligación directa o indirecta de adquirir los artículos de
consumo en tiendas o lugares determinados.

(f). Las que permitan retener el salario en concepto de multa.

(g). Las que constituyan renuncia hecha por el obrero de las indemnizaciones a
que tenga derecho por accidente del trabajo y enfermedades profesionales,
perjuicios ocasionados por el incumplimiento del contrato o por despedírsele de la
obra.

(h). Todas las demás estipulaciones que impliquen renuncia de algún derecho
consagrado a favor del obrero en las leyes de protección y auxilio a los
trabajadores;

XXVIII.- Las leyes determinaran los bienes que constituyan el patrimonio de la


familia, bienes que serán inalienables, no podrán sujetarse a gravámenes reales ni
embargos, y serán transmisibles a titulo de herencia con simplificación de las
formalidades de los juicios sucesorios;
333 TEORIA DE LA CONSTITUCION

XXIX Se considera de social el establecimientos de cajas de seguros populares,


de invalides de vida, de cesación involuntaria de trabajo, de accidentes y de otros
con fines análogos, por lo cual tanto el Gobierno Federal, como el de cada Estado,
deberán fomentar la organización de instituciones de esta índole para difundir e
inculcar la previsión social .

XXX.- Asimismo, serán consideradas de utilidad social, las sociedades


cooperativas para la construcción de casas baratas e higiénicas, destinadas a ser
adquiridas en propiedad por los trabajadores en plazos determinados, y

Con la inclusión del artículo 123 constitucional se había ganado la batalla, una
cuestión de reglamentación laboral que estaba ya en la Constitución y ,con ello se
pretendía asegurar un nivel mínimo de vida para los trabajadores.
En cuanto al tema agrario, no debemos olvidar que, amen de tener vinculación con
el aspecto laboral, la lucha por la tierra fue en alguna medida el motivo que origino
nuestro movimiento armado. Por ello, cuando se dio lectura al proyecto que
presento el Primer Jefe, hubo un gran desaliento, por que en la sensibilidad que
campeaba en el asamblea, se espera redimir a la gente del campo, sin embargo el
articulo 27en el proyecto según aun la línea trazada en la Constitución de 1857,
tenia algunas innovaciones, las cuales eran realmente secundarias, por ejemplo,
lo relativo a las expropiaciones por la declaración de utilidad publica , a la
incapacidad de las sociedades anónimas civiles, mercantiles para poseer y
administrar bienes raíces con la excepción de las sociedades de beneficencia, la
Clausula Calvo y otro tipo de cuestiones.
Pero realmente no estaba atacando de fondo el problema social-agrario. Por ello,
la Comisión respectiva analizo con todo detalle el tema. A dicha comisión Pastor
Rouaix la llamo” Núcleo Fundador”, que por cierto, fue el mismo grupo que redacto
el articulo 123, pero además incorporo al licenciado Andrés Molina Enríquez,
abogado consultor de la Comisión Nacional Agraria, quien era un hombre muy
prestigiado en aquel entonces.
La explicación de Molina Enríquez respecto a la cuestión agraria, en cierto sentido,
no fue satisfactoria del todo, Molina Enríquez explico el régimen colonial de tierras
y vincula a la nueva legislación con la colonia, diciéndoles que la nación tomaba el
lugar de la colonia española como propietaria absoluta de todas las tierras, lo que
le da la capacidad para administrar de las mismas como mejor le conviniera. Sin
embargo Carpizo57 nos dice que no había necesidad de resucitar la tesis colonial
para fundamentar el artículo 27 pues -

57 Id Carpizo, Jorge p133


334 ENRIQUE QUIROZ ACOSTA
to que argumentar el dominio originario de la nación bastaba el principio de
soberanía, que es mucho mas fuerte para cimentar la idea de que el pueblo se
organice en la forma que mas crea conveniente.
Más adelante el propio Carpizo nos explica la estructura del articulo 27 cuya
relación original se transcribe:

Articulo 27. La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites
del territorio nacional, corresponde originariamente a la nación, la cual ha tenido y
tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo
la propiedad privada.

Las expropiaciones solo podrán hacerse por causa de utilidad publica y mediante
indemnización.
La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las
modalidades que dicte el interés publico, así como el de regular, en beneficio
social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de
apropiación, con objeto de hacer una distribucion equitativa de la riqueza publica,
cuidar de su conservación. Con este objeto se dictaran las medidas necesarias
para el fraccionamiento de los latifundios, para el desarrollo de la pequeña
propiedad, para la creación de nuevos centros de población agrícola con las
tierras y aguas que les sean indispensables., para el fomento de la agricultura y
para evitar la destrucción de los elementos naturales y los daños que la propiedad
pueda sufrir en perjuicio de la sociedad. Los pueblos, rancherías o comunidades
que carezcan de tierras y aguas o no las tenga en cantidad suficiente para las
necesidades de su población, tendrán derecho a que se les dote de ellas,
tomándolas de las propiedades inmediatas respetando siempre la pequeña
propiedad. Por tanto, se confirman las dotaciones de terrenos que se hayan
hecho hasta de conformidad con el decreto de 6 de enero de 1915. La adquisición
de las propiedades particulares necesarias para conseguir los objetos antes
expresados se consideraran de utilidad pública.

Corresponde a la nación el dominio directo de todos los minerales o substancias


que ene ventas, mantos, masas o yacimientos constituyan depósitos cuya
naturaleza sea distinta a los componentes de los terrenos, tales como los
minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria,
los yacimientos de piedras preciosas, de sal gema y salinas formadas
directamente por las aguas marinas. Los productos derivados de la
descomposición de la rocas cuando su explotación necesite trabajos subterráneos,
los fosfatos susceptibles de ser utilizados como fertilizantes , los combustibles
minerales sólidos, y el petróleo y todos los carburos de hidrogeno solido, liquido y
gaseoso.

Son también propiedad de la nación las aguas los mares territoriales en la


extensión y términos que fije el Derecho Internacional, la de las lagunas y estereos
de las playas , la de los lagos interiores de formación natural que estén ligados
directamente a corrientes constantes, la de los ríos principales o arroyos afluentes,
desde el punto en que brota de la primera agua permanente, hasta su
desembocadura ya sea que corran al mar o que crucen dos o mas Estados, las
que de las corrientes intermitentes que atraviesen dos o mas Estados en su rama
principal, las aguas de los ríos, arroyos o barrancos, cuando sirvan de limite al
territorio nacional o al de los Estados , las aguas que se extraigan de las minas y
los cauces, lechos o riberas de los lagos y corrientes anteriores en la extensión
que fije la ley. Cualquiera otra corriente de agua no incluida en la enumeración
anterior, se considerara como parte integrante de la propiedad privada que
atraviese, pero el aprovechamiento de las aguas, cuando su curso pase de una
finca a otra, se considerara como de utilidad publica y quedara sujeta a las
disposiciones que dicten los estados.

En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la nación
es inalienable e imprescriptible y solo podrán hacerse concesiones por el
gobierno Federal a los particulares o sociedades civiles comerciales constituidas
conforme las leyes mexicanas, con la condición de que establezcan trabajos
regulares para la explotación de los elementos de que se trata y se cumpla con los
requisitos que prevengan las leyes.

La capacidad para adquirir el dominio de las tierras y aguas de la nación se regirá


por los siguientes prescripciones:

I Solo los mexicanos por nacimiento o por naturalización y las sociedades


mexicanas tienen derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y sus
accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas o aguas o
combustibles minerales en la República Mexicana.

El estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros, siempre que


convengan ante la Secretaria de Relaciones en considerarse como nacionales
respecto de dichos bienes y en no invocar, por lo mismo, la protección de sus
gobiernos por lo que se refiere a aquellos; bajo la pena, en caso de faltar al
convenio, de perder en beneficio de la nación, los bienes que hubieren adquirido
en virtud del mismo. En una faja de cien kilómetros a lo largo de las fronteras y de
cincuenta en las playas, por ningún motivo podrán los extranjeros adquirir el
dominio directo sobre tierras y aguas.

II Las asociaciones religiosas denominadas iglesias, cualquiera que sea su credo,


no podrán en ningún caso tener capacidad para adquirir poseer o de administrar
bienes raíces o capitales impuestos sobre ellos; los que tuvieren actualmente por
si o por interposita persona, entraran al dominio de la nación concediéndose
acción popular para denunciar los bienes que se hallaren en tal caso. La prueba
de presunciones será bastante para declarar fundada la denuncia. Los templos
destinados al culto publico son de propiedad de la nación, representada por el
Gobierno Federal , quien determinara los que deben seguir destinados a su objeto.
Los obispados, casa rurales , seminarios, conventos o cualquier otro edificio que
hubiera sido construido o destinado a la administración, propaganda enseñanza
de un culto religioso, pasara desde luego, de pleno derecho al dominio directo de
la nación para destinarse exclusivamente a los servicios públicos de la Federación
o de los Estados en sus respectivas jurisdicciones. Los templos que en lo sucesivo
se erigieren para el culto público, serán de propiedad de la nación.

III Las instituciones de beneficencia, publica o privada, que tengan por objeto el
auxilio de los necesitados la ayuda reciproca de los asociados, o cualquier otro
objeto licito, no podrán adquirir mas bienes raíces que los indispensables para su
objeto, inmediata o directamente destinados a el, pero podrán adquirir, tener y
administrar capitales impuestos sobre bienes raíces, siempre que los plazos de
imposición no excedan de 10 años. En ningún caso las instituciones de esta índole
podrán estar bajo el patronato, dirección, administración, cargo o vigilancia de las
corporaciones o instituciones religiosas ni de ministros de los cultos; o de sus
asimilados, aunque estos o aquellos no estuvieren en el ejercicio.

IV Las sociedades comerciales por acciones, no podrán adquirir, poseer


administrar fincas rusticas, las sociedades de esta clase que se constituyen para
explotar cualquiera industria, fabril, minera, petrolera para algún otro fin que no
sea agrícola podrán adquirir, poseer, adquirir, administrar terrenos únicamente con
la extensión que sea estrictamente necesaria para los establecimientos o servicios
de los objetos indicados y que el Ejecutivo de la Unión o de los Estados, fijaran en
cada caso.

V. Los bancos debidamente autorizados, conforme a las leyes de instituciones de


crédito, podrán tener capitales impuestos sobre propiedades urbanas y rusticas de
acuerdo con las prescripciones de dichas leyes, pero no podrán tener en
propiedad o en administración mas bienes raíces que los enteramente necesarios
para su objeto directo;

VI. Los condueñazgos, rancherías, pueblos, congregaciones, tribus y demás


corporaciones de población que de hecho o por derecho guarden al estado
comunal, tendrán capacidad para disfrutar en común las tierras, los bosques y
aguas que pertenezcan o que se les haya restituido o restituyeren, conforme a la
ley de 6 de enero de 1915 entretando la ley determine la manera de hacer el
repartimiento únicamente de las tierras.

VII Fuera de las corporaciones a que se refieren las fracciones III.IV. V y VI


ninguna otra corporación civil podrá tener en propiedad o administrar por si bienes
raíces o capitales impuestos a ellos con el objeto de la institución, los estados, el
distrito federal,y los territorios lo mismo que los municipios de toda la República,
tendrán plena capacidad para adquirir y poseer todos los bienes raíces necesarios
para los servicios públicos.

La leyes de la federación y de los estados en sus respectivas jurisdicciones


determinaran los casos en que sea de utilidad pública
337 TEORIA DE LA CONSTITUCION

La ocupación de la propiedad privada y de acuerdo con dichas leyes, la autoridad


administrativa hará la declaración correspondiente. El precio que se fijara como
indemnización a la cosa expropiada se basara en la cantidad que como valor fiscal
de ella figuren en las oficinas catastrales o recaudadoras ya sea que este valor
sea manifestado por el propietario o simplemente aceptado por el de un modo
tácito, por haber pagado sus contracciones con esta base, aumentándolo con un
diez por ciento. El exceso de este valor que haya tenido la propiedad particular de
las mejoras que se le hubieren hecho con posterioridad a la fecha de asignación
del valor fiscal, será lo único que deberá quedar sujeto a juicio parcial o a
resolución judicial. Esto mismo se observara cuando se trate de objetos cuyo
valor no este fijado en las oficinas rentísticas.

Se declaran nulas todas las diligencias, disposiciones, resoluciones, y operaciones


de deslinde, concesión, composición sentencia, transacción, enajenación, o
remate que se hayan privado total o parcialmente de sus tierras, bosques, aguas,
y a los condueñazgos, rancherías, pueblos congregaciones, tribus y demás
corporaciones de población, que existan todavía desde la ley de 25 de junio de
1856, y del mismo modo serán nulas todas las diligencias, disposiciones,
resoluciones, y operaciones que tengan lugar en lo sucesivo y produzcan iguales
efectos, en consecuencia las tierras, bosques, aguas que hayan sido privadas las
corporaciones referidas, serán restituidas a estas con arreglo al decreto del 6 de
enero de 1915. Que continuara en vigor como ley constitucional. En el caso de
que con arreglo a dicho Decreto no procediere por vía de restitución la
adjudicación de tierras que hubiere solicitado alguna de las corporaciones
mencionadas se les dejaran aquellas en calidad de dotación, sin que en ningún
caso dejen de asignárseles las que necesitare, se exceptuaran de la nulidad antes
referida; únicamente las tierras que hubieren sido tituladas en los repartimientos
hechos a virtud de la citada ley de 25 de junio de 1856 o poseídas en nombre
propio de dominio por mas de diez años, cuando su superficie no exceda de 50
hectáreas. El exceso de superficie deberá ser devuelto a la comunidad,
indemnizando su valor al propietario. Todas las leyes de restitución que por virtud
de este precepto se decreten, serán de inmediata ejecución por la autoridad
administrativa,. Solo los miembros de la comunidad tendrán derecho a los terrenos
de repartimiento y serán inalienables los derechos sobre los mismos terrenos
mientras permanezcan indivisos, así como los de propiedad cuando se haya
hecho el fraccionamiento.

El ejercicio de las acciones que corresponden a la nación en virtud de las


disposiciones del presente artículo se harán efectivo por el procedimiento judicial;
pero dentro de este procedimiento y por orden de los tribunales correspondientes,
que se dictara un plazo máximo de un mes, las autoridades administrativas
procederán desde luego a la ocupación, administración, remate o venta de las
tierras y aguas que en ningún caso pueda revocarse de hecho por las mismas
autoridades antes de que se dicte sentencia ejecutoria.
338

Durante el próximo periodo constitucional, el Congreso de la Unión y legislaturas


de los estados, en sus respectivas jurisdicciones expedirán las leyes para llevar a
cabo el fraccionamiento de las grandes propiedades conforme a las bases
siguientes:

a) En cada estado o Territorio se fijara la extensión máxima de tierras de que


puede ser dueño un solo individuo o sociedad legalmente constituida.
b) El excedente de la extensión fijada deberá ser fraccionado por el propietario
en el plazo que señalen las leyes y las condiciones que aprueben los
gobiernos de acuerdo con las mismas leyes.
c) Si el propietario se negare a hacer el fraccionamiento se llevara, este a
cabo por el gobierno local, mediante expropiación.
d) El valor de las fracciones será pagado por anualidades que amorticen
capital y créditos en un plazo no menor de veinte años, durante el cual el
adquirente no podrá enajenar aquellas. El tipo de interés no excederé del
cinco por ciento anual.
e) El propietario estará obligado a recibir bonos de una demanda especial
para a garantizar el pago de la propiedad expropiada, con este objeto el
Congreso de la Unión expedirá una ley facultando a los Estados para su
deuda agraria.
f) Las leyes locales organizaran el patrimonio de la familia, determinando los
bienes que deben constituirlo , sobre la base de que será inalienable, no
estará sujeto a embargo ni gravamen ninguno.

Se declaran revisables todos los contratos y concesiones hechos por los


gobiernos anteriores desde el año de 1876, que hayan traído por consecuencia
el acaparamiento de tierras, aguas, y riquezas naturales de la nación por una
sola persona o sociedad y se faculta al Ejecutivo de la Unión para declararlos
nulos cuando impliquen perjuicios graves por el interés publico.

La idea motriz de este artículo fue que la tierra fuera para quien la labora, y
además había que resolver los problemas de injusticia del pasado
¿Cómo? Restituyendo las tierras usurpadas por las enajenaciones ilegales que
se habían efectuado.

El dictamen de la Comisión siguió la tesis de Pastor Rouaix elevando el


contenido social agrario y enmarcándolo en el artículo 27 constitucional. Ya
para entonces , los debates de la materia agraria , no habían sido ni tan
relevantes ni tan encendidos como lo fueron en los articulo 3 y 123 y esto se
explica por diversos motivos. En nuestro concepto, ya estaba definida la
estructura y el sentido social que se debería de dar a este tema, e
implícitamente este sentido social ya se habían enmarcado en los debates
anteriores.
339

El artículo 27 en diversos sentidos fue el más importante y desde luego en algún


sentido, el de mayor transcendencia para nuestro país. Recordemos que en aquel
entonces el problema agrario era de grandes proporciones nacionales, todavía a
principios del siglo XX, la cuestión agraria era la parte medular, la columna
vertebral de nuestra economía.

En la obra del doctor Carpizo se reproduce el texto original y en cursivas las


innovaciones que se fueron dando en los respectivos debates no se puede
explicar este articulado sin entender que ya se había cortado de tajo la doctrina
constitucional clásica, fuertemente criticada por diversos constituyentes como lo
fue el caso de Heriberto Jara. Evidentemente, para podernos explicar el artículo 27
es muy importante tener presente los graves problemas de injusticia que género la
institución de la propiedad en México. Nos dice Miguel de la Madrid Hurtado que
México, en ese sentido, no había salido del siglo XIX de la etapa feudal y que si
bien es cierto que la forma liberal del siglo XIX había logrado romper las bases
institucionales del monopolio rural de la iglesia católica, también es cierto que los
gobiernos de la segunda mitad del siglo pasado, intentaron resolver el problema
agrario mediante leyes de colonización y de baldíos, pero su acción se tradujo
finalmente en una agravación del proceso de concentración de la propiedad y que
por ello, no nos podemos extrañar de los manifiestos de los grupos revolucionarios
que atendían precisamente la cuestión agraria.

Con el articulo 27 constitucional se la de aun giro a todo el régimen de la


propiedad de nuestra nación y se redondea la concepción con la cual México se
presenta ante el mundo del siglo XX como un Estado Social de Derecho.

Se debe de tener presente que los temas relativos a la supremacía del Estado
respecto de la Iglesia, el problema del trabajo, el problema de la educacion 58 y lo
respectivo al derecho agrario, son los cuatro grandes aspectos quemas
impactaron en los debates, ma-

58 A lo largo de nuestra historia, la educación ha sido un elemento fundamental para el desarrollo de la nación, abriendo
oportunidades de superación sustentando el progreso de la sociedad. Así, si para 1899 el índice de analfabetismo era de un
91% en nuestros días solo el 9.8% de la población no sabe leer ni escribir. Hace un siglo solo contábamos con 11,925
planteles educativos con una matricula de 578,000 alumnos para 1999 el sistema educativo atiende a 28 millones de
mexicanos y contamos con mas de 212 mil escuelas. En la actualidad el nivel de escolaridad es de 7 grados mientras que
en 1899 no alcanzaba ni siquiera el primer grado. Maldonado Venegas, Luis, México, 1899-1999, un siglo de contrastes, en
la separata del Anuario Estadístico de la República Mexicana Ed. Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, México,
1998.
340

yores transformaciones otorgaron y que caracterizaron a nuestro constituyente


como un grupo transformador de la sociedad y del Estado Mexicano 59 crearon con
ello, la primera Constitución político-social del mundo 60

59 Según Miguel de la Madrid Hurtado, la Constitución de 1917 recogió los postulados sociales básicos de la Revolución mexicana a través, principalme nte

de sus artículo 27 y 123. La asamblea constituyente de entonces supero al tradicionalismo constitucional del proyecto de Venustiano Carranza al

incorporarlos desde entonces llamados “derechos sociales” referidos principalmente a los campesinos y obreros. La trascendencia de esta primera

manifestación de constitucionalismo social resulto una innovación de primera magnitud. La Constitución mexicana de 1917 transformo la doctrina

tradicional de los derechos del hombre , explico nuevas responsabilidades del Estado frente a la sociedad y la economía y fue el primer eslabón de lo que

hoy se conoce como el Estado Social de Derecho Estudios Jurídicos en torno de la Constitución Mexicana de 1917, en su septuagésimo quinto aniversario

Ed Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM, México 1992, p 443.

60 En la mañana del 31 de enero de 1917se firmo al Constitución .Por la tarde rindieron protesta de guardarla, primero los diputados y después el Primer

Jefe. La Constitución fue promulgada el 5 de febrero de 1917 y entro en vigor el 1 de mayo del mismo año Id Tena, Ramírez Felipe, p 817.
ANEXOS
CONSTITUCION DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

1787

NOSOTROS, el Pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una Unión más
perfecta, establecer Justicia, afirmar la tranquilidad interior, proveer la Defensa
común, promover el bienestar general y asegurar para nosotros mismos y para
nuestros descendientes los beneficios de la Libertad, estatuimos y sancionamos
esta CONSTITUCION para los Estados Unidos de América.

ARTICULO UNO

Primera Sección

Todos los poderes legislativos otorgados en la presente Constitución


corresponderán a un Congreso de los Estados Unidos, que se compondrá de un
Senado y una Cámara de Representantes.

Segunda Sección

1. La Cámara de Representantes estará formada por miembros elegidos cada dos


años por los habitantes de los diversos Estados, y los electores deberán poseer en
cada Estado las condiciones requeridas para los electores de la rama mas
numerosa de la legislatura local.

2. No será representante ninguna persona que no haya cumplido 25 años de edad


y sido ciudadano de los Estados Unidos durante siete años, y que no sea
habitante del Estado en el cual se le designe, al tiempo de la elección.

3. (Los representantes y los impuestos directos se prorratearán entre los distintos


Estados que formen parte de esta Unión, de acuerdo con su población respectiva,
la cual se determinará sumando al número total de personas libres, inclusive las
obligadas a prestar servicios durante cierto término de años y excluyendo a los
indios no sujetos al pago de contribuciones, las tres quintas partes de todas las
personas restantes). El recuento deberá hacerse efectivamente dentro de los tres
años siguientes a la primera sesión del Congreso de los Estados Unidos y en lo
sucesivo cada 10 años, en la forma que dicho cuerpo disponga por medio de una
ley. El número de representantes no excederá de uno por cada 30 mil habitantes
con tal que cada Estado cuente con un representante cuando menos; y hasta que
se efectúe dicho recuento, el Estado de Nueva Hampshire tendrá derecho a elegir
tres; Massachusetts, ocho; Rhode Island y las Plantaciones de Providence, uno;
Connecticut, cinco; Nueva York, seis; Nueva Jersey, cuatro; Pennsylvania, ocho;
Delaware, uno; Maryland seis; Virginia, diez; Carolina del Norte, cinco; Carolina
del Sur, cinco y Georgia, tres.
4. Cuando ocurran vacantes en la representación de cualquier Estado, la autoridad
ejecutiva del mismo expedirá un decreto en que se convocará a elecciones con el
objeto de llenarlas.

5. La Cámara de Representantes elegirá su presidente y demás funcionarios y


será la única facultada para declarar que hay lugar a proceder en los casos de
responsabilidades oficiales.

Tercera Sección

1. El Senado de los EE.UU. se compondrá de dos Senadores por cada Estado,


elegidos por seis años por la legislatura del mismo, y cada Senador dispondrá de
un voto.

2. Tan pronto como se hayan reunido a virtud de la elección inicial, se dividirán en


tres grupos tan iguales como sea posible. Las actas de los senadores del primer
grupo quedarán vacantes al terminar el segundo año; las del segundo grupo, al
expirar el cuarto año y las del tercer grupo, al concluir el sexto año, de tal manera
que sea factible elegir una tercera parte cada dos años, y si ocurren vacantes, por
renuncia u otra causa, durante el receso de la legislatura de algún Estado, el
Ejecutivo de éste podrá hacer designaciones provisionales hasta el siguiente
período de sesiones de la legislatura, la que procederá a cubrir dichas vacantes.

3. No será senador ninguna persona que no haya cumplido 30 años de edad y


sido ciudadano de los Estados Unidos durante nueve años y que, al tiempo de la
elección, no sea habitante del Estado por parte del cual fue designado.

4. El Vicepresidente de los EE.UU. será presidente del Senado, pero no tendrá


voto sino en el caso de empate.

5. El Senado elegirá a sus demás funcionarios, así como un presidente pro


tempore, que fungirá en ausencia del Vicepresidente o cuando éste se halle
desempeñando la presidencia de los Estados Unidos.

6. El Senado poseerá derecho exclusivo de juzgar sobre todas las acusaciones


por responsabilidades oficiales. Cuando se reúna con este objeto, sus miembros
deberán prestar un juramento o protesta. Cuando se juzgue al Presidente de los
EE.UU deberá presidir el del Tribunal Supremo. Y a ninguna persona se le
condenará si no concurre el voto de dos tercios de los miembros presentes.

7. En los casos de responsabilidades oficiales, el alcance de la sentencia no irá


más allá de la destitución del cargo y la inhabilitación para ocupar y disfrutar
cualquier empleo honorífico, de confianza o remunerado, de los Estados Unidos;
pero el individuo condenado quedará sujeto, no obstante, a que se le acuse,
enjuicie, juzgue y castigue con arreglo a derecho.
Cuarta Sección

1. Los lugares, épocas y modo de celebrar las elecciones para senadores y


representantes se prescribirán en cada Estado por la legislatura respectiva pero el
Congreso podrá formular o alterar las reglas de referencia en cualquier tiempo por
medio de una ley, excepto en lo tocante a los lugares de elección de los
senadores.

2. El Congreso se reunirá una vez al año, y esta reunión será el primer lunes de
diciembre, a no ser que por ley se fije otro día.

Quinta Sección

1. Cada Cámara calificará las elecciones, los informes sobre escrutinios y la


capacidad legal de sus respectivos miembros, y una mayoría de cada una
constituirá el quórum necesario para deliberar; pero un número menor puede
suspender las sesiones de un día para otro y estará autorizado para compeler a
los miembros ausentes a que asistan, del modo y bajo las penas que determine
cada Cámara.

2. Cada Cámara puede elaborar su reglamento interior, castigar a sus miembros


cuando se conduzcan indebidamente y expulsarlos de su seno con el asentimiento
de las dos terceras partes.

3. Cada Cámara llevará un diario de sus sesiones y lo publicará de tiempo en


tiempo a excepción de aquellas partes que a su juicio exijan reserva, y los votos
afirmativos y negativos de sus miembros con respecto a cualquier cuestión se
harán constar en el diario, a petición de la quinta parte de los presentes.

4. Durante el período de sesiones del Congreso ninguna de las Cámaras puede


suspenderlas por mas de tres días ni acordar que se celebrarán en lugar diverso
de aquel en que se reúnen ambas Cámaras sin el consentimiento de la otra.

Sexta Sección

1. Los senadores y representantes recibirán por sus servicios una remuneración


que será fijada por la ley y pagada por el tesoro de los EE.UU. En todos los casos,
exceptuando los de traición, delito grave y perturbación del orden publico, gozarán
del privilegio de no ser arrestados durante el tiempo que asistan a las sesiones de
sus respectivas Cámaras, así como al ir a ellas o regresar de las mismas, y no
podrán ser objeto en ningún otro sitio de inquisición alguna con motivo de
cualquier discusión o debate en una de las Cámaras.

2. A ningún senador ni representante se le nombrará, durante el tiempo por el cual


haya sido elegido, para ocupar cualquier empleo civil que dependa de los Estados
Unidos, que haya sido creado o cuyos emolumentos hayan sido aumentados
durante dicho tiempo, y ninguna persona que ocupe un cargo de los Estados
Unidos podrá formar parte de las Cámaras mientras continúe en funciones.

Séptima Sección

1. Todo proyecto de ley que tenga por objeto la obtención de ingresos deberá
proceder primeramente de la Cámara de Representantes; pero el Senado podrá
proponer reformas o convenir en ellas de la misma manera que tratándose de
otros proyectos.

2. Todo proyecto aprobado por la Cámara de Representantes y el Senado se


presentará al Presidente de los Estados Unidos antes de que se convierta en ley;
si lo aprobare lo firmará; en caso contrario lo devolverá, junto con sus objeciones,
a la Cámara de su origen, la que insertará integras las objeciones en su diario y
procederá a reconsiderarlo. Si después de dicho nuevo examen las dos terceras
partes de esa Cámara se pusieren de acuerdo en aprobar el proyecto, se remitirá,
acompañado de las objeciones, a la otra Cámara, por la cual será estudiado
también nuevamente y, si lo aprobaren los dos tercios de dicha Cámara, se
convertirá en ley. Pero en todos los casos de que se habla, la votación de ambas
Cámaras será nominal y los nombres de las personas que voten en pro o en
contra del proyecto se asentarán en el diario de la Cámara que corresponda. Si
algún proyecto no fuera devuelto por el Presidente dentro de 10 días (descontando
los domingos) después de haberle sido presentado, se convertirá en ley, de la
misma manera que si lo hubiera firmado, a menos de que al suspender el
Congreso sus sesiones impidiera su devolución, en cuyo caso no será ley.

3. Toda orden, resolución o votación para la cual sea necesaria la concurrencia del
Senado y la Cámara de Representantes (salvo en materia de suspensión de las
sesiones), se presentará al Presidente de los Estados Unidos y no tendrá efecto
antes de ser aprobada por el o de ser aprobada nuevamente por dos tercios del
Senado y de la Cámara de Representantes, en el caso de que la rechazare, de
conformidad con las reglas y limitaciones prescritas en el caso de un proyecto de
ley.

Octava Sección

1. El Congreso tendrá facultad: Para establecer y recaudar contribuciones,


impuestos, derechos y consumos; para pagar las deudas y proveer a la defensa
común y bienestar general de los Estados Unidos; pero todos los derechos,
impuestos y consumos serán uniformes en todos los Estados Unidos.

2. Para contraer empréstitos a cargo de créditos de los Estados Unidos.

3. Para reglamentar el comercio con las naciones extranjeras, entre los diferentes
Estados y con las tribus indias.
4. Para establecer un régimen uniforme de naturalización y leyes uniformes en
materia de quiebra en todos los Estados Unidos.

5. Para acuñar monedas y determinar su valor, así como el de la moneda


extranjera. Fijar los patrones de las pesas y medidas.

6. Para proveer lo necesario al castigo de quienes falsifiquen los títulos y la


moneda corriente de los Estados Unidos.

7. Para establecer oficinas de correos y caminos de posta.

8. Para fomentar el progreso de la ciencia y las artes útiles, asegurando a los


autores e inventores, por un tiempo limitado, el derecho exclusivo sobre sus
respectivos escritos y descubrimientos.

9. Para crear tribunales inferiores al Tribunal Supremo.

10. Para definir y castigar la piratería y otros delitos graves cometidos en alta mar
y violaciones al derecho internacional.

11. Para declarar la guerra, otorgar patentes de corso y represalias y para dictar
reglas con relación a las presas de mar y tierra.

12. Para reclutar y sostener ejércitos, pero ninguna autorización presupuestaria de


fondos que tengan ese destino será por un plazo superior a dos años.

13. Para habilitar y mantener una armada.

14. Para dictar reglas para el gobierno y ordenanza de las fuerzas navales y
terrestres.

15. Para disponer cuando debe convocarse a la milicia nacional con el fin de hacer
cumplir las leyes de la Unión, sofocar las insurrecciones y rechazar las invasiones.

16. Para proveer lo necesario para organizar, armar y disciplinar a la milicia


nacional y para gobernar aquella parte de esta que se utilice en servicio de los
Estados Unidos; reservándose a los Estados correspondientes el nombramiento
de los oficiales y la facultad de instruir conforme a la disciplina prescrita por el
Congreso.

17. Para legislar en forma exclusiva en todo lo referente al Distrito (que no podrá
ser mayor que un cuadrado de 10 millas por lado) que se convierta en sede del
gobierno de los Estados Unidos, como consecuencia de la cesión de algunos
Estados en que se encuentren situados, para la construcción de fuertes,
almacenes, arsenales, astilleros y otros edificios necesarios.
18. Para expedir todas las leyes que sean necesarias y convenientes para llevar a
efecto los poderes anteriores y todos los demás que esta Constitución confiere al
gobierno de los Estados Unidos o cualquiera de sus departamentos o funcionarios.

Novena Sección

1. El Congreso no podrá prohibir antes del año de mil ochocientos ocho la


inmigración o importación de las personas que cualquiera de los Estados ahora
existentes estime oportuno admitir, pero puede imponer sobre dicha importación
una contribución o derecho que no pase de 10 dólares por cada persona.

2. El privilegio del habeas corpus no se suspenderá, salvo cuando la seguridad


pública lo exija en los casos de rebelión o invasión.

3. No se aplicarán decretos de proscripción ni leyes ex post facto.

4. No se establecerá ningún impuesto directo ni de capitación, como no sea


proporcionalmente al censo o recuento que antes se ordeno practicar.

5. Ningún impuesto o derecho se establecerá sobre los artículos que se exporten


de cualquier Estado.

6. Los puertos de un Estado no gozarán de preferencia sobre los de ningún otro a


virtud de reglamentación alguna mercantil o fiscal; tampoco las embarcaciones
que se dirijan a un Estado o procedan de él estarán obligadas a ingresar por algún
otro, despachar en el sus documentos o cubrirle derechos.

7. Ninguna cantidad podrá extraerse del tesoro si no es como consecuencia de


asignaciones autorizadas por la ley, y de tiempo en tiempo deberá publicarse un
estado y cuenta ordenados de los ingresos y gastos del tesoro.

8. Los Estados Unidos no concederán ningún título de nobleza y ninguna persona


que ocupe un empleo remunerado u honorífico que dependa de ellos aceptará
ningún regalo, emolumento, empleo o título, sea de la clase que fuere, de
cualquier monarca, príncipe o Estado extranjero, sin consentimiento del Congreso.

Décima Sección

1. Ningún Estado celebrará tratado, alianza o confederación algunos; otorgará


patentes de corso y represalias; acuñará moneda, emitirá papel moneda,
legalizará cualquier cosa que no sea la moneda de oro y plata como medio de
pago de las deudas; aprobará decretos por los que se castigue a determinadas
personas sin que preceda juicio ante los tribunales, leyes ex post facto o leyes que
menoscaben las obligaciones que derivan de los contratos, ni concederá título
alguno de nobleza.
2. Sin el consentimiento del Congreso ningún Estado podrá imponer derechos
sobre los artículos importados o exportados, cumplir sus leyes de inspección, y el
producto neto de todos los derechos e impuestos que establezcan los Estados
sobre las importaciones y exportaciones se aplicará en provecho del tesoro de los
Estados Unidos; y todas las leyes de que se trata estarán sujetas a la revisión y
vigilancia del Congreso.

3. Sin dicho consentimiento del Congreso ningún Estado podrá establecer


derechos de tonelaje, mantener tropas o navíos de guerra en tiempo de paz,
celebrar convenio o pacto alguno con otro Estado o con una potencia extranjera, o
hacer la guerra, a menos de ser invadido realmente o de hallarse en peligro tan
inminente que no admita demora.

ARTICULO DOS

Primera Sección

1. Se deposita el poder ejecutivo en un Presidente de los Estados Unidos.


Desempeñara su encargo durante un término de cuatro años y, juntamente con el
Vicepresidente designado para el mismo período, será elegido como sigue:

2. Cada Estado nombrará, del modo que su legislatura disponga, un número de


electores igual al total de los senadores y representantes a que el Estado tenga
derecho en el Congreso, pero ningún senador, ni representante, ni persona que
ocupe un empleo honorífico o remunerado de los Estado Unidos podrá ser
designado como elector.

3. El Congreso podrá fijar la época de designación de los electores, así como el


día en que deberán emitir sus votos, el cual deberá ser el mismo en todos los
Estados Unidos.

4. Solo las personas que sean ciudadanos por nacimiento o que hayan sido
ciudadanos de los Estados Unidos al tiempo de adoptarse esta Constitución, serán
elegibles para el cargo de Presidente; tampoco será elegible una persona que no
haya cumplido 35 años de edad y que no haya residido 14 años en los Estados
Unidos.

5. En caso de que el Presidente sea separado de su puesto, de que muera,


renuncie o se incapacite para dar cumplimiento a los poderes y deberes del
referido cargo, este pasará al Vicepresidente y el Congreso podrá preveer por
medio de una ley el caso de separación, muerte, renuncia o incapacidad, tanto del
Presidente como del Vicepresidente, y declarar que funcionario fungirá como
Presidente hasta que desaparezca la causa de incapacidad o se elija un
Presidente.
6. El Presidente recibirá una remuneración por sus servicios, en las épocas que se
determinarán, la cual no podrá ser aumentada ni disminuida durante el período
para el cual haya sido designado y no podrá recibir durante ese tiempo ningún otro
emolumento de parte de los Estados Unidos o de cualquiera de estos.

7. Antes de entrar a desempeñar su cargo prestará el siguiente juramento o


protesta: "Juro (o protesto) solemnemente que desempeñaré legalmente el cargo
de Presidente de los Estados Unidos y que sostendré, protegeré y defenderé la
Constitución de los Estados Unidos, empleando en ello el máximo de mis
facultades".

Segunda Sección

1. El Presidente será comandante en jefe del ejército y la marina de los Estados


Unidos y de la milicia de los diversos Estados cuando se la llame al servicio activo
de los Estados Unidos; podrá solicitar la opinión por escrito del funcionario
principal de cada uno de los departamentos administrativos con relación a
cualquier asunto que se relacione con los deberes de sus respectivos empleos, y
estará facultado para suspender la ejecución de las sentencias y para conceder
indultos tratándose de delitos contra los Estados Unidos, excepto en los casos de
acusación por responsabilidades oficiales.

2. Tendrá facultad, con el consejo y consentimiento del Senado, para celebrar


tratados, con tal de que den su anuencia dos tercios de los senadores presentes, y
propondrá y, con el consejo y sentimiento del Senado, nombrará a los
embajadores, los demás ministros públicos y los cónsules, los magistrados del
Tribunal Supremo y a todos los demás funcionarios de los Estados Unidos a cuya
designación no provea este documento en otra forma y que hayan sido
establecidos por ley. Pero el Congreso podrá atribuir el nombramiento de los
funcionarios inferiores que considere convenientes, por medio de una ley, al
Presidente solo, a los tribunales judiciales o a los jefes de los departamentos.

3. El Presidente tendrá el derecho de cubrir todas las vacantes que ocurran


durante el receso del Senado, extendiendo nombramientos provisionales que
terminarán al final del siguiente período de sesiones.

Tercera Sección

Periódicamente deberá proporcionar al Congreso informes sobre el estado de la


Unión, recomendando a su consideración las medidas que estime necesarias y
oportunas; en ocasiones de carácter extraordinario podrá convocar a ambas
Cámaras o a cualquiera de ellas, y en el supuesto de que discrepen en cuanto a la
fecha en que deban entrar en receso, podrá suspender sus sesiones, fijándoles
para que las reanuden la fecha que considere conveniente; recibirá a los
embajadores y otros ministros públicos; cuidará de que las leyes se ejecuten
puntualmente y extenderá los despachos de todos los funcionarios de los Estados
Unidos.
Cuarta Sección

El Presidente, el Vicepresidente y todos los funcionarios civiles de los Estados


Unidos serán separados de sus puestos al ser acusados y declarados culpables
de traición, cohecho u otros delitos y faltas graves.

ARTICULO TRES

Primera Sección

1. Se depositará el poder judicial de los Estados Unidos en un Tribunal Supremo y


en los tribunales inferiores que el Congreso instituya y establezca en lo sucesivo.
Los jueces, tanto del Tribunal Supremo como de los inferiores, continuarán en sus
funciones mientras observen buena conducta y recibirán en períodos fijos, una
remuneración por sus servicios que no será disminuida durante el tiempo de su
encargo.

Segunda Sección

1. El Poder Judicial entenderá en todas las controversias, tanto de derecho escrito


como de equidad, que surjan como consecuencia de esta Constitución, de las
leyes de los Estados Unidos y de los tratados celebrados o que se celebren bajo
su autoridad; en todas las controversias que se relacionen con embajadores, otros
ministros públicos y cónsules; en todas las controversias de la jurisdicción de
almirantazgo y marítima; en las controversias en que sean parte los Estados
Unidos; en las controversias entre dos o mas Estados, entre un Estado y los
ciudadanos de otro, entre ciudadanos de Estados diferentes, entre ciudadanos del
mismo Estado que reclamen tierras en virtud de concesiones de diferentes
Estados y entre un Estado o los ciudadanos del mismo y Estados, ciudadanos o
súbditas extranjeros.

2. En todos los casos relativos a embajadores, otros ministros públicos y cónsules,


así como en aquellos en que sea parte un Estado, el Tribunal Supremo poseerá
jurisdicción en única instancia. En todos los demás casos que antes se
mencionaron el Tribunal Supremo conocerá en apelación, tanto del derecho como
de los hechos, con las excepciones y con arreglo a la reglamentación que formule
el Congreso.

3. Todos los delitos serán juzgados por medio de un jurado excepto en los casos
de acusación por responsabilidades oficiales, y el juicio de que se habla tendrá
lugar en el Estado en que el delito se haya cometido; pero cuando no se haya
cometido dentro de los límites de ningún Estado, el juicio se celebrará en el lugar o
lugares que el Congreso haya dispuesto por medio de una ley.

Tercera Sección
La traición contra los Estados Unidos sólo consistirá en hacer la guerra en su
contra o en unirse a sus enemigos, impartiéndoles ayuda y protección. A ninguna
persona se le condenará por traición si no es sobre la base de la declaración de
los testigos que hayan presenciado el mismo acto perpetrado abiertamente o de
una confesión en sesión pública de un tribunal.

2. El Congreso estará facultado para fijar la pena que corresponda a la traición;


pero ninguna sentencia por causa de traición podrá privar del derecho de heredar
o de transmitir bienes por herencia, ni producirá la confiscación de sus bienes más
que en vida de la persona condenada.

ARTICULO CUARTO

Primera Sección

Se dará entera fe y crédito en cada Estado a los actos públicos, registros y


procedimientos judiciales de todos los demás. Y el Congreso podrá prescribir,
mediante leyes generales, la forma en que dichos actos, registros y
procedimientos se probarán y el efecto que producirán.

Segunda Sección

1. Los ciudadanos de cada Estado tendrán derecho en los demás a todos los
privilegios e inmunidades de los ciudadanos de estos.

2. La persona acusada en cualquier Estado por traición, delito grave u otro crimen,
que huya de la justicia y fuere hallada en otro Estado, será entregada, al solicitarlo
así la autoridad ejecutiva del Estado del que se haya fugado, con el objeto de que
sea conducida al Estado que posea jurisdicción sobre el delito.

3. Las personas obligadas a servir o laborar en un Estado, con arreglo a las leyes
de éste, que escapen a otros, no quedarán liberadas de dichos servicios o trabajo
a consecuencia de cualesquiera leyes o reglamentos del segundo, sino que serán
entregadas al reclamarlo la parte interesada a quien se deba tal servicio o trabajo.

Tercera Sección

1. El Congreso podrá admitir nuevos Estados a la Unión, pero ningún nuevo


Estado podrá formarse o erigirse dentro de los limites de otro Estado, ni un Estado
constituirse mediante la reunión de dos o más Estados o partes de Estados, sin el
consentimiento de las legislaturas de los Estados en cuestión, así como del
Congreso.

2. El Congreso tendrá facultad para ejecutar actos de disposición y para formular


todos los reglamentos y reglas que sean precisos con respecto a las tierras y otros
bienes que pertenezcan a los Estados Unidos, y nada de lo que esta Constitución
contiene se interpretará en un sentido que cause perjuicio a los derechos aducidos
por los Estados Unidos o por cualquier Estado individual.

Cuarta Sección

Los Estados Unidos garantizarán a todo Estado comprendido en esta Unión una
forma republicana de gobierno y protegerán a cada uno en contra de invasiones,
así como contra los disturbios internos, cuando lo soliciten la legislatura o el
ejecutivo (en caso de que no fuese posible reunir a la legislatura).

ARTICULO CINCO

Siempre que las dos terceras partes de ambas Cámaras lo juzguen necesario, el
Congreso propondrá enmiendas a esta Constitución, o bien, a solicitud de las
legislaturas de los dos tercios de los distintos Estados, convocará una convención
con el objeto de que proponga enmiendas, las cuales, en uno y otro caso,
poseerán la misma validez que si fueran parte de esta Constitución, desde todos
los puntos de vista y para cualesquiera fines, una vez que hayan sido ratificadas
por las legislaturas de las tres cuartas partes de los Estados separadamente o por
medio de convenciones reunidas en tres cuartos de los mismos, según que el
Congreso haya propuesto uno u otro modo de hacer la ratificación, y a condición
de que antes del año de mil ochocientos ocho no podrá hacerse ninguna
enmienda que modifique en cualquier forma las cláusulas primera y cuarta de la
sección novena del artículo primero y de que a ningún Estado se le privará, sin su
consentimiento, de la igualdad de voto en el Senado.

ARTICULO SEIS

1. Todas las deudas contraídas y los compromisos adquiridos antes de la


adopción de esta Constitución serán tan válidos en contra de los Estados Unidos
bajo el imperio de esta Constitución, como bajo el de la Confederación.

2. Esta Constitución, y las leyes de los Estados Unidos que se expidan con arreglo
a ella, y todos los tratados celebrados o que se celebren bajo la autoridad de los
Estados Unidos, serán la suprema ley del país y los jueces de cada Estado
estarán obligados a observarlos, a pesar de cualquier cosa en contrario que se
encuentre en la Constitución o las leyes de cualquier Estado.

3. Los Senadores y representantes ya mencionados, los miembros de las distintas


legislaturas locales y todos los funcionarios ejecutivos y judiciales, tanto de los
Estados Unidos como de los diversos Estados, se obligarán mediante juramento o
protesta a sostener esta Constitución; pero nunca se exigirá una declaración
religiosa como condición para ocupar ningún empleo o mandato público de los
Estados Unidos.

ARTICULO SIETE
La ratificación por las convenciones de nueve Estados bastará para que esta
Constitución entre en vigor por lo que respecta a los Estados que la ratifiquen.

Dado en la convención, por consentimiento unánime de los Estados presentes, el


día 17 de septiembre del año de Nuestro Señor de mil setecientos ochenta y siete
y duodécimo de la Independencia de los Estados Unidos de América. En
testimonio de lo cual suscribimos nuestros nombres.

G Washington

Presidente y diputado por Virginia

NUEVA HAMPSHIRE DELAWARE


Jhohn Gilman Geo Read
Gunning Bedford Junior
John Dicksinson
Richard Bassett
Jaco Broom
MASSACHUSETTS MATYLAND
Nathaniel Gorham James Mchenry
Rufus King Dan of ST. Thomas Jenifer
Dan Carroll

CONNECTICUT VIRGINIA
WM. Saml Johnson John Blair
Roger Sherman James Madison Junio
NUEVA YORK CAROLINA DEL NORTE
Alexander Hamilton Wm. Blount
Richd Dobbs Soaight
Hu. Williamson
NUEVA JERSEY CAROLINA DEL SUR
Will Livingston J. Rutledge
David Brearly Charles Cotesworth Pinchney
Wm. Paterson Charle Pinkney
Jona Dayton
PENNSYLVANIA GEORGIA
B. Franklin William Few
Robt Morris Abr. Baldwin
Geo Clymer
Thos. Fitzsimons
Jared Ingersolli
James Wilson
Gouv. Morris

DOY FER: William Jackson Secretario

Artículos que se añaden a la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica


y enmiendas a la misma, propuestos por el congreso y ratificados por las
legislaturas de varios Estados, de acuerdo con el Articulo Quinto de la
Constitución Original.

Articulo I

El Congreso no hará ley alguna por la que adopte una religión como oficial del
Estado o se prohíba practicarla libremente, o que coarte la libertad de palabra o de
imprenta, o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente y para pedir al
gobierno la reparación de agravios.

ARTICULO II

Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre,
no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas.

ARTICULO III
En tiempo de paz a ningún militar se le alojará en casa alguna sin el
consentimiento del propietario; ni en tiempo de guerra, como no sea en la forma
que prescriba la ley.

ARTICULO IV

El derecho de los habitantes de que sus personas, domicilios, papeles y efectos se


hallen a salvo de pesquisas y aprehensiones arbitrarias, será inviolable, y no se
expedirán al efecto mandamientos que no se apoyen en un motivo verosímil, estén
corroborados mediante juramento o protesta y describan con particularidad el
lugar que deba ser registrado y las personas o cosas que han de ser detenidas o
embargadas.

ARTICULO V

Nadie estará obligado a responder de un delito castigado con la pena capital o con
otra infamante si un gran jurado no lo denuncia o acusa, a excepción de los casos
que se presenten en las fuerzas de mar o tierra o en la milicia nacional cuando se
encuentre en servicio efectivo en tiempo de guerra o peligro público; tampoco se
pondrá a persona alguna dos veces en peligro de perder la vida o algún miembro
con motivo del mismo delito; ni se le compeliera a declarar contra sí misma en
ningún juicio criminal; ni se le privará de la vida, la libertad o la propiedad sin el
debido proceso legal; ni se ocupará la propiedad privada para uso público sin una
justa indemnización.

ARTICULO VI

En toda causa criminal, el acusado gozará del derecho de ser juzgado


rápidamente y en público por un jurado imparcial del distrito y Estado en que el
delito se haya cometido, Distrito que deberá haber sido determinado previamente
por la ley; así como de que se le haga saber la naturaleza y causa de la
acusación, de que se le caree con los testigos que depongan en su contra, de que
se obligue a comparecer a los testigos que le favorezcan y de contar con la ayuda
de un abogado que lo defienda.

ARTICULO VII

El derecho a que se ventilen ante un jurado los juicios de derecho consuetudinario


en que el valor que se discuta exceda de veinte dólares, será garantizado, y
ningún hecho de que haya conocido un jurado será objeto de nuevo examen en
tribunal alguno de los Estados Unidos, como no sea con arreglo a las normas del
derecho consuetudinario.

ARTICULO VIII
No se exigirán fianzas excesivas, ni se impondrán multas excesivas, ni se infligirán
penas crueles y desusadas.

ARTICULO IX

No por el hecho de que la Constitución enumera ciertos derechos ha de


entenderse que niega o menosprecia otros que retiene el pueblo.

ARTICULO X

Los poderes que la Constitución no delega a los Estados Unidos ni prohíbe a los
Estados, queda reservados a los Estados respectivamente o al pueblo.

ARTICULO XI
(febrero 7, 1795)

El poder judicial de los Estados Unidos no debe interpretarse que se extiende a


cualquier litigio de derecho estricto o de equidad que se inicie o prosiga contra uno
de los Estados Unidos por ciudadanos de otro Estado o por ciudadanos o súbditos
de cualquier Estado extranjero.

ARTICULO XII
(junio 15, 1804)

Los electores se reunirán en sus respectivos Estados y votarán mediante cedulas


para Presidente y Vicepresidente, uno de los cuales, cuando menos, no deberá
ser habitante del mismo Estado que ellos; en sus cédulas indicarán la persona a
favor de la cual votan para Presidente y en cedulas diferentes la persona que
eligen para Vicepresidente, y formarán listas separadas de todas las personas que
reciban votos para Presidente y de todas las personas a cuyo favor se vote para
Vicepresidente y del número de votos que corresponda a cada una, y firmarán y
certificarán las referidas listas y las remitirán selladas a la sede de gobierno de los
Estados Unidos, dirigidas al presidente del Senado; el Presidente del Senado
abrirá todos los certificados en presencia del Senado y de la Cámara de
Representantes, después de lo cual se contarán los votos; la persona que tenga el
mayor número de votos para Presidente será Presidente, siempre que dicho
número represente la mayoría de todos los electores nombrados, y si ninguna
persona tiene mayoría, entonces la Cámara de Representantes, votando por
cedulas, escogerá inmediatamente el Presidente de entre las tres personas que
figuren en la lista de quienes han recibido sufragio para Presidente y cuenten con
más votos. Téngase presente que al elegir al Presidente la votación se hará por
Estados y que la representación de cada Estado gozará de un voto; que para este
objeto habrá quórum cuando estén presentes el miembro o los miembros que
representen a los dos tercios de los Estados y que será necesaria mayoría de
todos los Estados para que se tenga por hecha la elección. Y si la Cámara de
Representantes no eligiere Presidente, en los casos en que pase a ella el derecho
de escogerlo, antes del día cuatro de marzo inmediato siguiente, entonces el
Vicepresidente actuará como Presidente, de la misma manera que en el caso de
muerte o de otro impedimento constitucional del Presidente.

La persona que obtenga el mayor número de votos para Vicepresidente será


Vicepresidente, siempre que dicho número represente la mayoría de todos los
electores nombrados, y si ninguna persona reúne la mayoría, entonces el Senado
escogerá al Vicepresidente entre las dos con mayor cantidad de votos que figuran
en la lista; para este objeto habrá quórum con las dos terceras partes del número
total de senadores y será necesaria la mayoría del número total para que la
elección se tenga por hecha.

Pero ninguna persona inelegible para el cargo de Presidente con arreglo a la


Constitución será elegible para el de Vicepresidente de los Estados Unidos.

ARTICULO XIII
(diciembre 6, 1865)

1. Ni en los Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción habrá


esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el
responsable haya quedado debidamente convicto.

2. El Congreso estará facultado para hacer cumplir este artículo por medio de
leyes apropiadas.

ARTICULO XIV
(julio 9, 1868)

1. Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos y sometidas


a su jurisdicción son ciudadanos de los Estados Unidos y de los Estados en que
residen. Ningún Estado podrá dictar ni dar efecto a cualquier ley que limite los
privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; tampoco
podrá Estado alguno privar a cualquier persona de la vida, la libertad o la
propiedad sin el debido proceso legal; ni negar a cualquier persona que se
encuentre dentro de sus limites jurisdiccionales la protección de las leyes, igual
para todos.

2. Los representantes se distribuirán proporcionalmente entre los diversos Estados


de acuerdo con su población respectiva, en la que se tomará en cuenta el número
total de personas que haya en cada Estado, con excepción de los indios que no
paguen contribuciones. Pero cuando a los habitantes varones de un Estado que
tengan veintiún años de edad y sean ciudadanos de los Estados Unidos se les
niegue o se les coarte en la forma que sea el derecho de votar en cualquier
elección en que se trate de escoger a los electores para Presidente y
Vicepresidente de los Estados Unidos, a los representantes del Congreso, a los
funcionarios ejecutivos y judiciales de un Estado o a los miembros de su
legislatura, excepto con motivo de su participación en una rebelión o en algún otro
delito, la base de la representación de dicho Estado se reducirá en la misma
proporción en que se halle el número de los ciudadanos varones a que se hace
referencia, con el número total de ciudadanos varones de veintiún años del
repetido Estado.

3. Las personas que habiendo prestado juramento previamente en calidad de


miembros del Congreso, o de funcionarios de los Estados Unidos, o de miembros
de cualquier legislatura local, o como funcionarios ejecutivos o judiciales de
cualquier Estado, de que sostendrían la Constitución de los Estados Unidos,
hubieran participado de una insurrección o rebelión en contra de ella o
proporcionando ayuda o protección a sus enemigos no podrán ser senadores o
representantes en el Congreso, ni electores del Presidente o Vicepresidente, ni
ocupar ningún empleo civil o militar que dependa de los Estados Unidos o de
alguno de los Estados. Pero el Congreso puede derogar tal interdicción por el voto
de los dos tercios de cada Cámara.

4. La validez de la deuda pública de los Estados Unidos que este autorizada por la
ley, inclusive las deudas contraídas para el pago de pensiones y recompensas por
servicios prestados al sofocar insurrecciones o rebeliones, será incuestionable.
Pero ni los Estados Unidos ni ningún Estado asumirán ni pagarán deuda u
obligación alguna contraídas para ayuda de insurrecciones o rebeliones contra los
Estados Unidos, como tampoco reclamación alguna con motivo de la pérdida o
emancipación de esclavos, pues todas las deudas, obligaciones y reclamaciones
de esa especie se considerarán ilegales y nulas.

5. El Congreso tendrá facultades para hacer cumplir las disposiciones de este


artículo por medio de leyes apropiadas.

ARTICULO XV
(febrero 3, 1870)

1. Ni los Estados Unidos, ni ningún otro Estado, podrán desconocer ni


menoscabar el derecho de sufragio de los ciudadanos de los Estados Unidos por
motivo de raza, color o de su condición anterior de esclavos.

2. El Congreso estará facultado para hacer cumplir este artículo mediante leyes
apropiadas.

ARTICULO XVI
(febrero 3, 1913)

El Congreso tendrá facultades para establecer y recaudar impuestos sobre los


ingresos, sea cual fuere la fuente de que provengan, sin prorratearlos entre los
diferentes Estados y sin atender a ningún censo o recuento.

ARTICULO XVII
(abril 8, 1913)
1. El Senado de los Estados Unidos se compondrá de dos senadores por cada
Estado, elegidos por los habitantes del mismo por seis años, y cada senador
dispondrá de un voto. Los electores de cada Estado deberán poseer las
condiciones requeridas para los electores de la rama mas numerosa de la
legislatura local.

2. Cuando ocurran vacantes en la representación de cualquier Estado en el


Senado, la autoridad ejecutiva de aquel expedirá un decreto en que convocará a
elecciones con el objeto de cubrir dichas vacantes, en la inteligencia de que la
legislatura de cualquier Estado puede autorizar a su Ejecutivo a hacer un
nombramiento provisional hasta tanto que las vacantes se cubran mediante
elecciones populares en la forma que disponga la legislatura.

3. No deberá entenderse que esta enmienda influye sobre la elección o período de


cualquier senador elegido antes de que adquiera validez como parte integrante de
la Constitución.

ARTICULO XVIII
(enero 16, 1919)

1. Un año después de la ratificación de este artículo quedará prohibida por el


presente la fabricación, venta o transporte de licores embriagantes dentro de los
Estados Unidos y de todos los territorios sometidos a su jurisdicción, así como su
importación a los mismos o su exportación de ellos, con el propósito de usarlos
como bebidas.

2. El Congreso y los diversos Estados poseerán facultades concurrentes para


hacer cumplir este artículo mediante leyes apropiadas.

3. Este artículo no entrara en vigor a menos de que sea ratificado con el carácter
de enmienda a la Constitución por las legislaturas de los distintos Estados en la
forma prevista por la Constitución y dentro de los siete años siguientes a la fecha
en que el Congreso lo someta a los Estados.

ARTICULO XIX
(agosto 18, 1920)

1. El derecho de sufragio de los ciudadanos de los Estados Unidos no será


desconocido ni limitado por los Estados Unidos o por Estado alguno por razón de
sexo.

2. El Congreso estará facultado para hacer cumplir este artículo por medio de
leyes apropiadas.

ARTICULO XX
(enero 23, 1933)
1. Los períodos del Presidente y el Vicepresidente terminarán al medio día del
veinte de enero y los períodos de los senadores y representantes al medio día del
tres de enero, de los años en que dichos períodos habrían terminado si este
artículo no hubiera sido ratificado, y en ese momento principiarán los períodos de
sus sucesores.

2. El Congreso se reunirá, cuando menos, una vez cada año y dicho período de
sesiones se iniciará al mediodía del tres de enero, a no ser que por medio de una
ley fije una fecha diferente.

3. Si el Presidente electo hubiera muerto en el momento fijado para el comienzo


del período presidencial, el Vicepresidente electo será Presidente. Si antes del
momento fijado para el comienzo de su período no se hubiere elegido Presidente
o si el Presidente electo no llenare los requisitos exigidos, entonces el
Vicepresidente electo fungirá como Presidente electo hasta que haya un
Presidente idóneo, y el Congreso podrá prever por medio de una ley el caso de
que ni el Presidente electo ni el Vicepresidente electo satisfagan los requisitos
constitucionales, declarando quien hará las veces de Presidente en ese supuesto
o la forma en que se escogerá a la persona que habrá de actuar como tal, y la
referida persona actuará con ese carácter hasta que se cuente con un Presidente
o un Vicepresidente que reúna las condiciones legales.

4. El Congreso podrá preveer mediante una ley el caso de que muera cualquiera
de las personas de las cuales la Cámara de Representantes está facultada para
elegir Presidente cuando le corresponda el derecho de elección, así como el caso
de que muera alguna de las personas entre las cuales el Senado está facultado
para escoger Vicepresidente cuando pasa a el derecho de elegir.

5. Las secciones 1 y 2 entrarán en vigor el día quince de octubre siguiente a la


ratificación de este artículo.

6. Este artículo quedará sin efecto a menos de que sea ratificado como enmienda
a la Constitución por las legislaturas de las tres cuartas partes de los distintos
Estados, dentro de los siete años posteriores a la fecha en que se les someta.

ARTICULO XXI
(diciembre 5, 1933)

1. Queda derogado por el presente el decimoctavo de los artículos de enmienda a


la Constitución de los Estados Unidos.

2. Se prohíbe por el presente que se transporte o importen licores embriagantes a


cualquier Estado, Territorio o posesión de los Estados Unidos, para ser
entregados o utilizados en su interior con violación de sus respectivas leyes.
3. Este artículo quedará sin efecto a menos de que sea ratificado como enmienda
a la Constitución por convenciones que se celebrarán en los diversos Estados, en
la forma prevista por la Constitución, dentro de los siete años siguientes a la fecha
en que el Congreso lo someta a los Estados.

ARTICULO XXII
(febrero 27, 1951)

1. No se elegirá a la misma persona para el cargo de Presidente más de dos


veces, ni más de una vez a la persona que haya desempeñado dicho cargo o que
haya actuado como Presidente durante más de dos años de un período para el
que se haya elegido como Presidente a otra persona. El presente artículo no se
aplicará a la persona que ocupaba el puesto de Presidente cuando el mismo se
propuso por el Congreso, ni impedirá que la persona que desempeñe dicho cargo
o que actúe como Presidente durante el período en que el repetido artículo entre
en vigor, desempeñe el puesto de Presidente o actúe como tal durante el resto del
referido período.

2. Este artículo quedará sin efecto a menos de que las legislaturas de tres cuartas
partes de los diversos Estados lo ratifiquen como enmienda a la Constitución
dentro de los siete años siguientes a la fecha en que el Congreso los someta a los
Estados.

ARTICULO XXIII
(marzo 29, 1961)

1. El distrito que constituye la Sede del Gobierno de los Estados Unidos nombrará,
según disponga el Congreso:

Un número de electores para elegir al Presidente y al Vicepresidente, igual al


número total de Senadores y Representantes ante el Congreso al que el Distrito
tendría derecho si fuere un Estado, pero en ningún caso será dicho número mayor
que el del Estado de menos población; estos electores se sumarán al número de
aquellos electores nombrados por los Estados, pero para fines de la elección del
Presidente y del Vicepresidente, serán considerados como electores nombrados
por un Estado; celebrarán sus reuniones en el Distrito y cumplirán con los deberes
que se estipulan en la Enmienda XII.

2. El Congreso queda facultado para poner en vigor este artículo por medio de
legislación adecuada.

ARTICULO XXIV
(enero 23, 1964)

1. Ni los Estados Unidos ni ningún Estado podrán denegar o coartar a los


ciudadanos de los Estados Unidos el derecho al sufragio en cualquier elección
primaria o de otra clase para Presidente o Vicepresidente, para electores para
elegir al Presidente o al Vicepresidente o para Senador o Representante ante el
Congreso, por motivo de no haber pagado un impuesto electoral o cualquier otro
impuesto.

2. El Congreso queda facultado para poner en vigor este artículo por medio de
legislación adecuada.

ARTICULO XXV
(febrero 10, 1967)

1. En caso de que el Presidente sea depuesto de su cargo, o en caso de su


muerte o renuncia, el Vicepresidente será nombrado Presidente.

2. Cuando el puesto de Vicepresidente estuviera vacante, el Presidente nombrará


un Vicepresidente que tomará posesión de su cargo al ser confirmado por voto
mayoritario de ambas Cámaras del Congreso.

3. Cuando el Presidente transmitiera al Presidente pro tempore del Senado y al


Presidente de Debates de la Cámara de Diputados su declaración escrita de que
está imposibilitado de desempeñar los derechos y deberes de su cargo, y mientras
no transmitiere a ellos una declaración escrita en sentido contrario, tales derechos
y deberes serán desempeñados por el Vicepresidente como Presidente en
funciones.

4. Cuando el Vicepresidente y la mayoría de los principales funcionarios de los


departamentos ejecutivos o de cualquier otro cuerpo que el Congreso autorizara
por ley trasmitieran al Presidente pro tempore del Senado y al Presidente de
Debates de la Cámara de Diputados su declaración escrita de que el Presidente
esta imposibilitado de ejercer los derechos y deberes de su cargo, el
Vicepresidente inmediatamente asumirá los derechos y deberes del cargo como
Presidente en funciones.

Por consiguiente, cuando el Presidente transmitiera al Presidente pro tempore del


Senado y al Presidente de Debates de la Cámara de Diputados su declaración
escrita de que no existe imposibilidad alguna, asumirá de nuevo los derechos y
deberes de su cargo, a menos que el Vicepresidente y la mayoría de los
funcionarios principales de los departamentos ejecutivos o de cualquier otro
cuerpo que el Congreso haya autorizado por ley transmitieran en el término de
cuatro días al Presidente pro tempore del Senado y al Presidente de Debates de la
Cámara de Diputados su declaración escrita de que el Presidente está
imposibilitado de ejercer los derechos y deberes de su cargo. Luego entonces, el
Congreso decidirá que solución debe adoptarse, para lo cual se reunirá en el
término de cuarenta y ocho horas, si no estuviera en sesión. Si el Congreso, en el
término de veintiún días de recibida la ulterior declaración escrita o, de no estar en
sesión, dentro de los veintiún días de haber sido convocado a reunirse,
determinará por voto de las dos terceras partes de ambas Cámaras que el
Presidente está imposibilitado de ejercer los derechos y deberes de su cargo, el
Vicepresidente continuará desempeñando el cargo como Presidente Actuante; de
lo contrario, el Presidente asumirá de nuevo los derechos y deberes de su cargo.

(1971)

1. El derecho a votar de los ciudadanos de los Estado Unidos, de dieciocho años


de edad o más, no será negado o menguado ni por los Estados Unidos ni por
ningún Estado a causa de la edad.

2. El Congreso tendrá poder para hacer valer este artículo mediante la legislación
adecuada.

ARTICULO XVII
(1992)

Ninguna ley que varíe la remuneración de los servicios de los senadores y


representantes tendrá efecto hasta después que se haya realizado una elección
de representantes.

II DECLARACION DE DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO DE 1789

Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea nacional,


considerando que la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos del
hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de
los gobiernos, han resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos
naturales, inalienables y sagrados del hombre, a fin de que esta declaración,
constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social, les recuerde
sin cesar sus derechos y sus deberes; a fin de que los actos del poder legislativo y
del poder ejecutivo, al poder cotejarse a cada instante con la finalidad de toda
institución política, sean más respetados y para que las reclamaciones de los
ciudadanos, en adelante fundadas en principios simples e indiscutibles, redunden
siempre en beneficio del mantenimiento de la Constitución y de la felicidad de
todos.

En consecuencia, la Asamblea nacional reconoce y declara, en presencia del Ser


Supremo y bajo sus auspicios, los siguientes derechos del hombre y del
ciudadano:

Artículo primero.- Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en


derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común.

Artículo 2.- La finalidad de toda asociación política es la conservación de los


derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Tales derechos son la libertad,
la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
Artículo 3.- El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación.
Ningún cuerpo, ningún individuo, pueden ejercer una autoridad que no emane
expresamente de ella.

Artículo 4.- La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a
otro: por eso, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros
límites que los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el goce de
estos mismos derechos. Tales límites sólo pueden ser determinados por la ley.

Artículo 5.- La ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para la
sociedad. Nada que no esté prohibido por la ley puede ser impedido, y nadie
puede ser constreñido a hacer algo que ésta no ordene.

Artículo 6.- La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los ciudadanos


tienen derecho a contribuir a su elaboración, personalmente o por medio de sus
representantes. Debe ser la misma para todos, ya sea que proteja o que sancione.
Como todos los ciudadanos son iguales ante ella, todos son igualmente admisibles
en toda dignidad, cargo o empleo públicos, según sus capacidades y sin otra
distinción que la de sus virtudes y sus talentos.

Artículo 7.- Ningún hombre puede ser acusado, arrestado o detenido, como no
sea en los casos determinados por la ley y con arreglo a las formas que ésta ha
prescrito. Quienes soliciten, cursen, ejecuten o hagan ejecutar órdenes arbitrarias
deberán ser castigados; pero todo ciudadano convocado o aprehendido en virtud
de la ley debe obedecer de inmediato; es culpable si opone resistencia.

Artículo 8.- La ley sólo debe establecer penas estricta y evidentemente


necesarias, y nadie puede ser castigado sino en virtud de una ley establecida y
promulgada con anterioridad al delito, y aplicada legalmente.

Artículo 9.- Puesto que todo hombre se presume inocente mientras no sea
declarado culpable, si se juzga indispensable detenerlo, todo rigor que no sea
necesario para apoderarse de su persona debe ser severamente reprimido por la
ley.

Artículo 10.- Nadie debe ser incomodado por sus opiniones, inclusive religiosas, a
condición de que su manifestación no perturbe el orden público establecido por la
ley.

Artículo 11.- La libre comunicación de pensamientos y de opiniones es uno de los


derechos más preciosos del hombre; en consecuencia, todo ciudadano puede
hablar, escribir e imprimir libremente, a trueque de responder del abuso de esta
libertad en los casos determinados por la ley.

Artículo 12.- La garantía de los derechos del hombre y del ciudadano necesita de
una fuerza pública; por lo tanto, esta fuerza ha sido instituida en beneficio de
todos, y no para el provecho particular de aquellos a quienes ha sido
encomendada.

Artículo 13.- Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de


administración, resulta indispensable una contribución común; ésta debe repartirse
equitativamente entre los ciudadanos, proporcionalmente a su capacidad.

Artículo 14.- Los ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o a


través de sus representantes, la necesidad de la contribución pública, de aceptarla
libremente, de vigilar su empleo y de determinar su prorrata, su base, su
recaudación y su duración.

Artículo 15.- La sociedad tiene derecho a pedir cuentas de su gestión a todo


agente público.

Artículo 16.- Toda sociedad en la cual no esté establecida la garantía de los


derechos, ni determinada la separación de los poderes, carece de Constitución.

Artículo 17.- Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede


ser privado de ella, salvo cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo
exija de modo evidente, y a condición de una justa y previa indemnización.
BILBIOGRAFIA

Acosta Romero, Miguel; Teoría General del Derecho Administrativo, Ed. Porrúa,
México, 1995
Alcántara Sáez, Manuel; Sistemas Políticos de América Latina, Ed. Tecnos,
Madrid, 1990.
Andrade Sánchez, Eduardo; Introducción a la Ciencia Política, Ed. Harla, México,
1990.
Andrade Sánchez, Eduardo; Teoría General del Estado, Ed. Harla, México, 1995.
Aguilar y Maya, José; La Suspensión de Garantías, estudio doctrinario y de
Derecho Comparado de los Artículos 29 y 49 de la Constitución de 1917, México,
1945.
Arnaiz Amigo, Aurora; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Trillas, México, 1990.
Barragán Barragán, José; Los Derechos Humanos en México, Ed. Universidad de
Guadalajara-Instituto de investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 1994.
Introducción al Federalismo, Ed. UNAM, México, 1978.
Biscaretti di Ruffia, Paolo: Introducción al Derecho Constitucional Comparado, Ed.
Fondo de cultura Económica, México, 1996
Bogdanor, Vernon; Enciclopedia de las Instituciones Políticas, Ed. Alianza
Diccionarios, Madrid, 1995.
Burgoa Orihuela, Gancio; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa, México,
1979.
El Juicio de amparo, Ed. Porrúa, México, 1998.
Bordeau, Georges; Derecho Constitucional e Instituciones Políticas, Ed. Nacional,
Madrid, 1981.
Carpizo, Jorge; La Constitución Mexicana de 1917, Ed. UNAM, México, 1994.
Estudios Constitucionales, Ed. Porrúa, México, 1998.
El Presidencialismo Mexicano, Ed. Siglo XXI, México, 1991.
De la Cueva, Mario: Teoría de la Constitución, Ed. Porrúa, México, 1982.
De la Madrid Hurtado, Miguel; Estudio de Derecho Constitucional, Ed. Porrúa,
México, 1986.
Del Castillo del Valle, Alberto; La Defensa Jurídica de la Constitución en México,
Ed. Duero, México, 1992.
Del Castillo Velazco, José María; Apuntamientos para el estudio del Derecho
Constitucional Mexicano, Ed. Imprenta del Gobierno de México, México, 1971.
Del Palacio Díaz, Alejandro; Lecciones de Derecho Constitucional, Ed. Claves
Latinoamericanas, México, 1989.
Díaz, Díaz, Martin; Derecho y Orden, Ed. Fontamara, México, 1998.
Duverger, Maurice: Instituciones Políticas y Derecho Constitucional, Ed. Ariel,
Barcelona, España, 1988.
Faya Viezca, Jacinto; Federalismo Mexicano. Régimen Constitucional del Sistema
Federal, Ed. INAP, México, 1988.
Fernández Segado, Francisco; La Dinamización de los mecanismos de garantía,
en el Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Año XXVIII, Numero 83, Instituto
de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 1995.
Flores Zavala, Ernesto: Elementos de Finanzas Publicas Mexicanas, México, Ed.
Porrúa, 1979.
Gamas Torruco, José; Regímenes Parlamentarios de Gobierno; Ed. Instituto de
Investigaciones Jurídicas-UNAM, México, 1976.
García Máynes, Eduardo: Introducción al estudio del Derecho, Ed. Porrúa, México,
1996.
García Pelayo, Manuel; Derecho Constitucional Comparado, Ed. Alianza
Universitaria Textos, Madrid, 1993.
Garza García, Cesar; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Mac Graw Hill,
México, 1997.
Gudiño Pelayo, José; El Estado contra si mismo, Ed. Limusa, México, 1997.
Hauriou, André; Derecho Constitucional e Instituciones Políticas; Ed. Ariel, Madrid,
España, 1980.
Herrera y Lazo, Manuel; Estudios Políticos y Constitucionales, Ed. Porrúa, México,
1986.
Kelsen, Hans; Teoría General del Derecho y del Estado, Ed. UNAM, México, 1988.
La Pérgola, Antonio; Los Nuevos Senderos del Federalismo, Ed. Centro de
Estudios Constitucionales, Madrid, España, 1994.
Lanz Duret, Miguel; Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Continental, 1982.
Lara Ponte, Rodolfo; Los Derechos Humanos en le Constitucionalismo Mexicano,
Ed. Porrúa, México, 1997.
Lassalle, Fernando; Que es una Constitución, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 1975.
López Guerra, Luis; Las Constituciones de Iberoamérica, Ed. Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid, 1992.
Loeweinstein, Karl: Teoría de la Constitución, Buenos Aires, 1975, ED. Siglo XXI.
Madrazo Cuellar, Jorge: El Ombudsman y su relación con los Derechos Humanos,
Ed. Comisión Nacional de Derechos Humanos, México, 1996.
Martínez Báez, Antonio; Obras político-Constitucionales, Ed. UNAM, México,
1994.
Martínez de la Serna, Juan Antonio, Derecho Constitucional Mexicano, Ed. Porrúa,
México, 1983.
443 INDICE

PORTICO IX

PORTICO DE LA SEGUNDA EDICION XIII

PORTICO DE LA TERCERA EDICION XV

PROLOGO DE LA SEGUNDA EDICION XIX

PROLOGO A LA CUARTA EDICION XXIII

NOTA DEL AUTOR A LA TERCERA EDICION XXVII

NOTA A LA CUARTA EDICION XXIX

INTRODUCCION XXXIII

UNIDAD I

SOCIEDAD, ESTADO Y DERECHO

1.1 Sociedad 1

1.2 Estado 4

1.2.1 Origen 4

1.2.2 Normatividad 4

1.3 Derecho y su relación con el estado y la sociedad 6

UNIDAD 2

CONCEPTO Y UBICACIÓN DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

2.1 Concepto y elementos del derecho objetivo 9

2.2 Concepto y caracteres del derecho constitucional 10


2.3 Relaciones del derecho constitucional con otras

Disciplinas jurídicas y sociales 20

2.3.1 Relación del derecho constitucional

Con disciplinas no jurídicas 29

2.4 Elementos del derecho constitucional 30

2.5 Objeto y fin del derecho constitucional 33

2.6 El constitucionalismo como método para limitar

El poder 34

UNIDAD 3

EL CONCEPTO DE CONSTITUCION

3.1 El concepto material y formal de Constitución 35

3.2 El concepto de Constitución de Fernando Lassalle 35

3.3 Carl Schmitt 37

3.4 Hans Kelsen 39

3.5 Hernan Heller 41

3.6 Manuel Garcia Pelayo 42

3.7 El concepto de constitución para otros autores 45

UNIDAD 4

CLASIFCACION DE LAS CONSTITUCIONES

4.1 Según su formulación jurídica 49

4.2 Según su reformabilidad 50

4.3 Según su origen 53

4.3.1 Otorgadas 53
4.3.2 Impuestas 53

4.3.3 Pactadas 53

4.3.4 Por voluntad de soberanía popular 53

4.4 Clasificación que hace Karl Loewinstein 55

UNIDAD 5

VERTIENTES IDEOLOGICAS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL

5.1 Orígenes del constitucionalismo moderno 65

5.1.1 La nobleza británica, Juan Sin Tierra y la Carta

Magna 66

5.1.2 Prolegómenos, hechos y logros de la Revolución


Francesa 69
5.2 Contenido liberal 75
5.2.1 El constitucionalismo liberal derivado de la
Constitución francesa 75
5.3 Los Estados Unidos de América, su independencia y
Sus documentos jurídicos básicos 77
5.4 Constitucionalismo social. Aportación de México 80

UNIDADAD 6
PODER CONSTITUYENTE
6.1 Concepto e importancia del Poder Constituyente 85
6.2 La soberanía como fundamento del Poder Constituyente 85
6.2.1 Tesis de Rousseau y Sieyés 88
6.2.2 La soberanía vista como poder constituyente, en
Opinión de otros autores 90
6.3 Integración, funciones y limites de la Asamblea Legislativa 91
6.4. Órganos o poderes constituidos y sus diferencias 93
6.4.1 Asamblea Constituyente y órgano legislativo ordinario 94
UNIDAD 7
SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL
7.1. Supremacía constitucional y el orden jurídico estatal 97
7.2. Pirámide kelseniana de jerarquía normativa 100
7.3. La supremacía constitucional en el estado federal 106
7.4. Posible contradicción entre leyes constitucionales
y tratados internacionales 111
7.5. Inviolabilidad constitucional 122
UNIDAD 8
REFORMA DE LA CONSTITUCION
8.1. Poder Revisor de la Constitución 127
8.2. Alcance de la revisión constitucional 131
8.2.1. Tesis que limitan la reformabilidad de la
Constitución 133
8.2.2. Tesis que sostiene la reformabilidad ilimitada
de la Constitución 138
8.3. Diversos sistemas de reformabilidad constitucional 139
8.3.1 Procedimientos de Reforma Constitucional en
los Estados Unidos de América 139
8.3.2 Procedimientos de Reforma Constitucional
en Cuba y China 141
8.3.2.1 República de Cuba 142
8.3.2.2 República Popular China 143
8.3.3 La Reforma Constitucional en México 144
8.3.4 La Reforma Constitucional en otros países 146
8.3.5 Reforma Constitucional y Referéndum 148
UNIDAD 9
LOS DERECHOS HUMANOS
9.1. Concepto y naturaleza jurídica de los derechos del hombre 151
9.2. Aporte de Inglaterra en la Carta Magna 154
9.3. Análisis de la Declaración de los Derechos del
Hombre y del ciudadano de 1789 156
9.4. La Declaración universal de los Derechos Humanos de 1948 160
9.5. Terminología y adopción en las constituciones de México 164
9.6. Garantías sociales en la Constitución 166
9.7. Los derechos difusos como tendencia
Constitucional contemporánea 169
9.8. Clasificación de los derechos del hombre 172
9.9 Suspensión de garantías 175
9.10 Protección administrativa de los derechos humanos 178
9.11 Protección jurisdiccional de los derechos del Hombre 180
9.11.1 El pensamiento de Mariano Otero y La Consagración
Del amparo en la Constitución de 1857 181
9.11.2 En la Constitución 184
UNIDAD 10
FORMAS DE ESTADO
10.1 Concepto y clasificación de las formas de estado 187
10.2 Estados unitarios o centralistas 190
10.2.1 Concepto y características 190
10.3 Estados compuestos 192
10.3.1 Compuestos e importancia 192
10.3.2 Uniones reales y personales 193
10.3.3 Confederación 194

UNIDADL 11
FEDERALISMO COMO FORMA DE ESTADO

11.1 Tesis explicativas del federalismo 197


11.2 Sufrimiento del federalismo en Estados Unidos
De América 203
11.3 Adopción y características del federalismo en México 208
11.4 La distribución de facultades entre la federación y
Los estados 216
11.4.1 Sistemas canadienses en los Estados Unidos
De América 216
11.4.2 Las facultades explicitas e implícitas 218
11.4.3 Las facultades concurrentes y coincidentes 220
11.5 Naturaleza jurídica de los estados miembros de
La unión 226
11.6 Naturaleza jurídica, origen y finalidad del DF 229
11.7 La garantía federal 239
UNIDAD 12
FORMAS DE GOBIERNO
12.1 Concepto de forma de gobierno 245
12.2 La monarquía 248
12.2.1 Absoluta 248
12.2.2 Constitucional 248
12.3 La república 254
12.3.1 En el pensamiento de Bodin 256
12.4 La democracia 258
12.4.1 La democracia como elemento fundamental
Del estado moderno 258
12.5 Modalidades de la democracia 262
12.5.1 Instituciones de Democracia directa 262
12.5.2 Democracia representativa 262
12.5.3 Democracia indirecta o semidirecta 262
12.6 Democracia en el constitucionalismo mexicano 267
12.6.1 La lección como requisito fundamental
Para la asignación de gobernantes 267
12.6.2 Modalidades de la elección 270
12.6.3 Sistemas de representación política 273
12.7 La forma de gobierno y la democracia en la
Constitución de 1917 283

UNIDAD 13
EVOLUCION DEL DERECHO CONSTITUCIONAL MEXICANO

13.1 Organización del México independiente 285


13.2 La constitución de Cádiz de 1812 y su influencia
En la Nueva España 287
13.3 La constitución de Apatzingán de 1814 y sus decisiones
Político-jurídicas fundamentales 290
1.3.4 Plan de Iguala, los tratados de Córdoba de 1821 y sus
Ideas fundamentales 294
1.3.5 La constitución Federal de 1824 y sus ideas
Fundamentales de los constituyentes 297
1.3.6 Leyes constitucionales de 1836 y bases orgánicas
De 1843 301
1.3.6.1 Postulados y principios 301
1.3.6.2 El centralismo y el Supremo Poder conservador 301
1.3.7 El liberalismo y la Constitución de 1857 306
1.3.7.1 Antecedentes 306
1.3.7.2 Aportaciones 306
1.3.8 Leyes de Reforma, su trascendencia e influencia
En el régimen jurídico mexicano 313
1.3.9 El congreso constituyente de 1916-1917 316
1.3.9.1 Antecedentes 316
1.3.9.2 Postulados principales 316

ANEXOS 343
BIBLIOGRAFIA 439

Das könnte Ihnen auch gefallen