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Qu bello es saber que el Seor,

apenas antes de morir, no se preocup por s mismo,


sino que pens en nosotros!
Y en su dilogo intenso con el Padre,
or justamente para que podamos ser una cosa sola con l y
entre nosotros.
es triste encontrar cristianos diluidos, que parecen el
vino diluido y no se sabe si son cristianos o mundanos.
Como el vino diluido no se sabe si es vino o agua, es triste
esto.
Leer el Evangelio, recibir la Eucarista y hacer oracin, no se
olviden
Evangelio, Eucarista y oracin:
gracias a estos dones del Seor podemos conformarnos a
Cristo y no al mundo, y seguirlo en su vida,
el camino de perder la propia vida para encontrarla.
Perderla, en el sentido de donarla, ofrecerla por amor en el
amor
y esto comporta el sacrificio, la cruz para recibirla
nuevamente purificada, liberada del egosmo y de la hipoteca
de la muerte,
llena de eternidad.
Papa Francisco.

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