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Sobre costos en cárceles nuevas

Se desbordó la situación en las cárceles del país. El contexto humanitaria en


la mayoría de los sitios de reclusión sigue siendo crítico y todo por que
“falta una política penitenciaria seria por parte del gobierno de Álvaro
Uribe”. Su ministro de Justicia y del Interior, responsable directo, todo el
tiempo se la ha llevado haciendo politiquería en cambio de cumplir con las
funciones establecidas para su cargo. El hecho de que una persona este en
una cárcel, no significa que tenga que ser abandonada por el Estado y
llevada extremos crueles de dormir en el sueldo, ingerir mala alimentación
y no tener agua potable. La Contraloría General de la República lanzó un
llamado de alerta a la sociedad colombiana y señaló que además de
hacinamiento se han detectado posibles malversaciones en la construcción
de once nuevas cárceles. Turbay Quintero manifestó sobre las cárceles que,
“Las instalaciones son inadecuadas. La situación para los presos, es
lamentable, dolorosa y no se vislumbra cambio en el futuro inmediato. (Al
menos mientras el presidente sea Álvaro Uribe). El hacinamiento en las
cárceles colombianas se duplicó en dos años, cuando se disparó el
desempleo. El panorama más delicado lo presentan las cárceles como La
Modelo, La Picota, Bellavista y Vistahermosa".

Este tipo de problemas es común y cada día que pasa lo hace más grave, en
los países donde el presidente esta dedicado hacer política para sostenerse
en el puesto. En Colombia, además de las cárceles están haciendo crisis
todo lo relacionado con la responsabilidad social como la educación, la
salud, empleo, vivienda, etc. “Se tiene el cerebro y voluntad dedicados a
generar desarrollo y soluciones a los problemas del país o se le consagrado
a hacer politiquería y dentro de esta trapisondas y jugarretas al contrario
partidista”. El alto funcionario de control y vigilancia advirtió que, “por esta
razón la Contraloría inició de un juicio de responsabilidad fiscal”. Las nuevas
construcciones fueron ordenadas por la Corte Constitucional, pero las
irregularidades y las fallas son evidentes, además que la política
penitenciaria del país adolece de consideraciones de género. Las cárceles
para mujeres son más que deprimentes. “Las prisiones colombianas son
indignas y degradantes”, destacó el Contralor quien dejo entrever en su
denuncia pública que hay cierto grado complacencia en el gobierno de Uribe
porque las cosas marchen de esa forma.

Colombia tiene 76.471 hombres y mujeres que componen la población


reclusa intramuros. En esa cifra no figuran 20.170 que gozan de detención
domiciliaria. La infraestructura de las cárceles colombianas fue diseñada
para albergar a unos 55.000 seres humanos pero acoge 76.000, lo que
arroja un hacinamiento de los 22.000. Muchos reclusos en distintas
prisiones del país carecen de atención médica mínima. El hacinamiento en
las cárceles colombianas se duplicó en los últimos dos años y medio, al
pasar del 15% en enero de 2007 al 37% en agosto pasado. Hay 140
instalaciones que dependen Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario
(Inpec). La población reclusa creció un 25% en términos generales desde
enero de 2007, y la capacidad carcelaria, que solo aumentó un 5%. El 33%
de los reclusos están sindicados, pero no condenados y deben esperar en
prisión a que se defina su situación jurídica. "El gobierno continúa
incumpliendo con su obligación de proteger la vida, integridad física,
dignidad y seguridad jurídica de los reclusos ordenada por la Corte
Constitucional como responsabilidad ineludible".

"No es nada halagador el análisis sobre la situación de las cárceles


colombianas, especialmente con lo que tiene que ver con el hacinamiento,
las políticas de resocialización, con la calidad de vida, con las condiciones
dignas de los internos", consideró Turbay Quintero. Impacta la
despreocupación del gobierno por el ser humano como tal. Se confirman
otras afirmaciones en el sentido que, “no le importa estimular sino lo que
genere dinero para un determinado circulo de amistades y trasnacionales
con que tiene compromiso el presidente o matar guerrilleros por la otra cara
como si esos fueran todos los problemas de Colombia”. El gobierno
reconoció que Turbay estaba en la pura verdad y justifico la situación
asegurando que eso se debe a "muchos años de atraso en la actualización
de la infraestructura carcelaria". Esta justificación la usan para todo y en
cada momento cuando los problemas salen a la luz pública. Es el retrovisor
de que ha hablado el ex presidente César Gaviria con el que quieren
gobernar dada la dificultad que les cuesta mirar al futuro. “Hay retrasos y
los sobre costos en la construcción de 11 nuevas cárceles, que podrían
ofrecer casi 23 mil nuevos cupos. Se calcula por debajo en 90 mil millones
de pesos en sobre costos por los retrasos mientras en las obras pasa de un
billón de pesos.

Esas cárceles nuevas “No se cumple con los estándares internacionales


para la construcción de prisiones, el diseño de las celdas contraviene las
normas mínimas de habitabilidad aprobadas por Naciones Unidas. Se
persiste en construir celdas de aislamiento, sin tener en cuenta las
recomendaciones para que se revisen ese criterio o restrinjan tales medidas
es ya una ley internacional". Ya se comienza a vislumbrar la posibilidad de
que los constructores de esos centros de reclusión sean firmas comerciales
o personas que apoyaron económicamente la reelección de Uribe como
sucedió con “Agro Ingreso Seguro”. De raro no tiene nada que los sobre
costos y el silencio presidencial y ministerial tengan relación y confluyan en
los financistas de los eventos reeleccionarios. Las sospechas del contralor
General de la República no son gratuitas.

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