En estos momentos la mitad de la humanidad tiene un telfono mvil, y de la mitad restante muchos aspiran a poseerlo para poder comunicarse con los suyos que migraron al otro lado deI ocano, o simplemente con los que viven a diez cuadras a la redonda. Esta aspiracin, trasciende la pertenencia de clase, la inclinacin sexual, las diferencias de gnero y generacionales, el grupo tnico o el capital cultural. La pregunta de rigor que se nos plantea es: qu fue lo que lo volvi tan necesario e imprescindible? Por qu se ha vuelto tan perentorio, indispensable y trascendente, estar comunicados a todas horas y en todos los lugares? Se ha vuelto un objeto adictivo y de dependencia al individuo que lo utiliza. No es slo un sndrome de abstinencia digital lo que sufren sus poseedores cuando lo pierden o lo olvidan, sino un trauma de separacin, una angustia de desconexin, y una amenaza de exclusin. Giddens (2000) La adiccin, en ese sentido, nos dice Giddens, es sintomtica de la "autonoma congelada", entendida como la dificultad de ejercer los mrgenes de autonoma que nos habilit la modernidad para independizamos de la tradicin, y asumir la cuota de riesgo e incertidumbre que lleva implcita como una impronta cultural. DISPOSITIVO IMAGINARIO PARA MANTENER BAJO CONTROL LA INCERTIDUMBRE El telfono mvil es clave para mantener la cohesin imaginaria de estas espacios familiares seguros donde habitan nuestras certezas, cuando nos cubre bajo el manto protector de estar siempre comunicados con "los nuestros". En la mayora de las ocasiones no lo usamos para ampliar nuestras redes de conocidos a entablar nuevas relaciones, como sucede con Internet, sino para no perder el contacto con los nuestros, un circuito de afectos y reconocimientos mutuos que excluye a los otros: En la ltima dcada pas de ser un objeto de lujo, ostentacin o esnobismo entre las clases ms pudientes, a ser un objeto indispensable. Se produjo un "desmoronamiento progresivo de las fronteras en las calificaciones sociales de este soporte, El telfono mvil representa una extensin del hogar y, consecuentemente, deI mbito privado.