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prohibi portar todo tipo de armas; los que fueran sorprendidos armados, eran enviados
ante tribunales especiales. Pronto, ni siquiera la ley fue una solucin; abundaron los textos
(judiciales o constitucionales) de manera inquietante. Cuando se multiplican las sanciones
legales sobre un mismo tipo de infraccin, aquello prueba la ineficacia concreta de los
textos. Y cuando el derecho no se impone por s mismo, hay que hacerlo respetar
recurriendo a la fuerza pblica. El Estado romano prcticamente no tena polica; no serva
de nada ganar un proceso, si no se poda obligar al sancionado a ejecutar la sentencia; de
ah la importancia de tener protectores o de ser poderoso. Como en nuestro caso, slo se
poda arrestar a un delincuente si exista una denuncia oficial, y no poda haber ningn
castigo sin juicio. La ineficacia era completa.
A la violencia de los delincuentes se puede oponer la violencia del Estado. Eso supone que
la mayora de la poblacin apoye a su gobierno y que no exista una fuerza armada
opositora. Sin estas dos condiciones, el Estado est desarmado.
La sola injusticia social no basta para explicar la violencia. La historia muestra que rara vez
las masas toman la iniciativa en este campo: la accin viene de los que tienen apetito por el
poder y la riqueza, y que utilizan todos los medios para lograr sus propsitos; buscan la
riqueza para controlar el Estado, alcanzando as el poder verdadero. En Roma. la clase
dirigente estaba dividida y, en gran parte, era corrupta; unos demagogos sin escrpulos
estaban decididos a utilizar el descontento popular. El Estado se encontraba desarmado, con
unas estructuras inadaptadas: estas eran las condiciones ideales para que surgiera y reinara
la violencia.
Al desmoronamiento de las instituciones se agrega una serie impresionante de factores de
desestabilizacin. Roma se parece a Mxico; vivimos una crisis de valores cvicos y
religiosos, de angustias individuales y colectivas, y de corrupcin; el mismo ejrcito ha
abandonado los ideales cvicos. Esta es la imagen de un rgimen que se muere y, con l, la
clase que ha construido la repblica.
Antaki, Ikram (2004). El Manual del ciudadano contemporneo. Mxico: Booket.