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© seguramente a lo largo de Tepresentan ol principal istérico-documental sobre el que rosa vision de nuestro de embargo, no es onflictos del presente. ico de nuestros dias, Francois Chevalier en la ‘Queremos, ante todo, explicar ol indo, buscar sus raices unos sentido preciso de Ia palabra, nacién mexicana tan EN ESPANOL " HACE exactamente un cuarto d {que presenté en la Sorbona mi tes sto ante un. juredo tormado por Marcel Bataillon, Fete i6 a Antonio Alatorte que la en su magnifica revista Problemas Agricolas ¢ Indusiriales de Mésie que tanto hizo por ese pais suscitando ¢ imprimiendo estudios otigi y difundiendo trabajos que no se conocian pot estar agotados o publ en el extranjero. Me gustaba, alemés, que mi libro saliera en una cién orientada hacia el mundo contempora por si: fotogralfas nc itaciones testigos del pasado, como ts retratos, planos o di jguos; es decir, documentos bien sea de archivos y museos, 0 mejor atin, obtenidos en inolvidables excu por el pais, con mi mujer 0 con amigos como Ernesto de la Torre © zalo Obtegén. J Estando ahora agotado aquel nimero de Problemas Agricolas ¢ Tr triales de México, su director Manuel Marcué Pardifias toma Ia iniciativa esta segunda edicién en espafiol, mas popular y de mayor tirada, a tra prestigioso Fondo de Cultura Econémica. Por mi parte, acepré la p no sin graves dudas, pues la “aceletacién de 1a historia” D Bebe oreo De cons penogee, S.A, de CV, notar ahora en la misma forma de concebirla y de escribirla. Desde INTRODUCCION A LA SEGUNDA EDICION inco afios los cambios son notables. Con razén se preocupan mucho “Mis que antes de Ja precisién matemética, de medir, contat, cuantificar los fenémenos, buscando series estadisticas homogéneas o el modo de esta- Dlecerlas a partir de las fuentes disponibles. Asi, en el campo de Ia demo Irafin nos ofrecen cuadtos estadisticos y curvas de poblacién, cuando no pirimides de edades y otros datos, presentados en forma matemética. Del mismo modo establecen cucvas y figuras de Ia produccién agricola o ga- hadera, de Ia extraccién de plata, del comercio exterior, de la evolucién tle Tos precios, de la circulacién monetaria, etc. A partir de estas cifras o ‘Fepresentaciones grificas se pueden establecer cientificamente correlaciones. Si bien por nuestro lado manejamos ua gran acervo de documentos ile archivo y de cifras, no los ordenamos en esta forma, sino que procedimos is globales, evidentemente menos rigurosos. Nos ayudamos con " en la historia, es decir que nos planteamos problemas "I pittir de una experiencia directa del pais, de caracteristicas més 0 menos ermAnentes en climas y ecologias, y de In observacién ‘de rasgos aparen- femente duraderos en los medios humanos de México y del mundo hispAnico. Tin una palabra, practicamos una “etnohistoria” avant la lettre, ‘emparen- fda con Ja geografia humana que me ensefé sobre el terreno otro “muestto, Raoul Blanchard. lev a esbozar un principio de sintesis, prematuro pero qui- lo de integrar observaciones y documentos muy diversos por lole y procedencia. A pesar de sus grandes adelantos en el campo i ‘econémica, © quiza debido a ellos, hay que indicar que la iertos momentos de Ja investigacién, resulta ias cuantitativas. Y esto, 1° por el gran mimero “le Variantes econémico-sociales, y 2° porque la medicién de los hechos aulturales o mentales no ha obtenido todavia Progresos comparables a los aleanzados en economia. Asi, muchos trabajos cuantitativos de los quince Gltimos afos tienden ‘A ponderar el hecho econdmico a expensas de lemés. Se empieza, sin la transformacién de las mentalidades. Ultimamente, los Apidos en este sentido, gracias a nuevos métodos «sea por “anilisis de contenido”, con palabras Claves en series continuas, ya sea por invencién de “indicadores” adecuados, Pero lo que es posible o relativamente ficil con las gacetas y con series | impresas partir de finales del siglo xviii resulta mucho més di para pocas anteriores. Un intento de sintesis realmente cientifica para un fe- INTRODUCCION A LA SEGUNDA EDICION némeno de gran amplitud supone, pues, la compaginacién de tantas var riantes que s6lo puede ser una obra colectiva. No hay duda, por lo demés, de que éste es el camino y de que, tarde o temprano, se impondré en el furuto, Con todo, y volviendo @ nuestro libro, medir es ya una necesidad, y deberian cuantificarse por lo menos algunos fenémenos esenciales, tal como. 1. B. Simpson se adelanté a hacerlo para el siglo xvr contando las met- cedes reales de tierras en cada zona del centto y sur de Mi empezar por este camino seria rehacer el libro, cosa que sentimos no poder emprender por ahora. Sobre todo de pocos afios aci ha surgido interés por la de México y de varios paises de América Latina, y han salido ll articulos en revistas como Historia Mexicana 0 The Hispanic American Historical Review (HAHR). Sin bibliografia critica al dia para México, no tabladas, © indicaremos en fin en qué a nuestro modo de ver— para aclarar los pi tes, Para todo esto nos ayudara un reciente e interesante panorama de Ja cuestién por el notable historiador sueco Magnus Mérner Peto primero siruaremos el tema agrario en la coyuntura general no vohispana, de Ja cual dependieron en gran medida la creacién y la Jucién de las haciendas, ‘Una importante obra, posterior a la pul Tade P. y H. Chaunu sobre Sevilla 7 el A#léntico. Baséndose en una enorme documentacién estadistica, los autores nos presentan, en particular, 14 evo. lucién del comercio exterior de Nueva Espafia y el movimiento de bat cos entre Espefia_y La Veracruz, y regreso, hasta 1650.5 Esos datos so- bre las telaciones intercontinentales nos hubieran permitido precisar mucho mis el principio y los niveles de su decadenci de 1625 y sobte todo después de 1630, es di dicamos. Es de esperar, sin embargo, que aciones permitan conocer Ja situacién exé a la segunda mitad del siglo xv1 y primera par- 1973, pp, 183.216, sun, Pierre y Huguet, Siville ot Udilanique 1504-1650, Patiy, 1935-1959, 8 vols, pattialarmence & VII Cgsitico), e. VIM, 2, 1, ¥ Vill, 2, 2 (conjonchure),

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