Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Don Julio Soler lleva 28 enseando el arte de matar a un rey en el Centro Cultural Mart.
algo raro aqu (la sien), un
zumbidito que deca: Ya ves
que t eres el malo? Aqu nadie
te conoce. Quin te critic, que
ests mal vestido?, quin te
pregunt si ya comiste? Nadie!
Y lo ms chistoso, quin te
ofreci un trago? En ese minuto,
simplemente fui uno ms, o uno
menos, sin llegar a nada.
EST USTED MUY VIEJO!
Dej la panadera, pues all a
menudo lo invitaban a beber;
despus entr a trabajar a la
imprenta donde naci el
Telegua, all en 5 de Febrero y
Fernando de Alva (Ixtlixchitl).
Se volvi un trabajador
compulsivo, asimil las tareas de
ms de una docena de personas.
Pero el empleo se volvi
inestable, y finalmente se acab.
La Casa del Lago era mi rincn.
El aprendizaje del ajedrez iba
lento, pero el juego lo haba
seducido.
Un da, al pasar por el Centro
Cultural Jos Mart, en Reforma
y Dr. Mora, junto a la Alameda
Central, vio un letrerito: se dan
clases de ajedrez.
Aunque el instructor lo rechaz
est usted muy viejo!,
sigui yendo, a jugar con quien
se pudiera.
Para entonces, compona que
una planchita, que una
licuadora
PRACTICO EL AJEDREZ
CASI TDOS LOS DIAS
Y SIGO SIN SABER NI EL
FILO DE LA ORILLA.
TE VOY A MATAR!
Don Julio ha hecho su vida en el
Centro Histrico. En la esquina
de 5 de Febrero y Fernando de
Alva, tengo mi cuartito de
azotea; los fines de semana
trata de ir a alguno de los
salones de baile, donde
corretea a las damas. Y
frente a la Alameda, cultiva su
pasin.
Como instructor, se asume como
un maestro de primaria que
ensea no el ABC, sino solo la
letra A de un juego muy
elevado y difcil: el ajedrez tiene
registradas, de jugadas, cinco
(seguido de) cincuenta ceros.
Cuando llegan jugadores nuevos,
don Julio los mide, indaga en su
personalidad cada quien
tiene lo suyito, y decide lo
que conviene ms a cada uno.
Por ejemplo, a los ms duchos,
los mando con los lobos de mar,
dice, y seala unas mesas del
fondo.
Don Julio ignora cuntos
jugadores ha iniciado. Pero por
lo que l respecta, a sus 62 aos,
an tiene camino que andar.
Practico el ajedrez casi todos
los das y sigo sin saber ni el filo
de la orilla....
Finalmente, como escribi Lord
Byron, La vida es demasiado
corta para el ajedrez.