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Mario Heler Ciencia incierta La produccién social del conocimiento Editorial Biblos Heler, Mario Ciencia incierta: Ia produceiin social de la ciencia.. 2a, ed. - Buenos Aires: Biblas. 2005. 135 pp.: 23x16 cm. (Filosofia) ISBN 950-786-462-8 1, Filosofia Moderna- 1. Titulo ‘cpp 190 \© Mario Heler. 2004, 2005 © Editorial Biblos. 2004. 2005 Pasaje José M, Giuffra 318, C1O64ADD Buenos Aires edtitorinBoiblos@editortalbiblos.com / www.editorialbiblos.com Hecho el deposito que dispane Ia Ley 11.723 Impresoen la Argentina Ninguna parte de esta publicacin, jnclsido el disefie de Ia cublerta. pode re Producirse. ulmacenarse © fransmitiree en forma alguna, ni tumpaco por meebo sea dale eecirico, quiltica, mecinico, epuice de grabacion we fetocopia, fin la previa auitoraactOn eserita por parte de la editorial, Bsta segunda edicién de 2.000 cfemplares fue tmpresa en Gritica Laf SR. y tical . 1. El problema La ciencia en a modernidad .. 4 La historia oficial “A. Algunas cuestiones [. La garantia de verdad “LL obviedad de una pregunta “2. Laexooloncia epistemolégica SSSS88 BE La garantia de utilidad . ab ‘secundario? . 2 La capacidad de prodiceién : i Una abstraccién util: la tecnociencia 3, Jungar la verdad a 4. Lat acreditacién on las ciencias sociales 5. Anticipar acciones 8. Prediccionea sociales 7 Ladimension ética Sigggegs 2a2nas V. Un lugar para la ética 1. El eaming recorride 2. Lapriictica de la reflexién, 3. Entre In acreditacién y In produ: 4, Laproduccién social de conoci Bibliografia Indice de nombres y temas _ Cuando se retoma un libro que se ha eserito hace un tiempo ~en We €aKo, unas ocho afios~ con la intenciéa de reeditarlo, primero ho. se enfrenta a In extrafia experiencia de leer un texto que leva, tra firma y que parece escrito por otro, Pasado cl estupor inicial, ein pees a reconocerse y a encontrar las coincidencias las conti- jes y los desacuerdos ~Ins discontinuidades— con uno mismo, dilemase plantea entonces entre aclarar las continuidades © las discontinuidades 0 bien escribir otro libro. En esta sltima 0 rueay® mi eleccidn, _ Pero con ello no se resolvicron las dificultades. La linea argumen- Ido Bttoa y ciencia, La responsabilidad def martille (Buenos Aires, 1996) seguia operando en mi forma de pensar, aunque hubie- lex y aspestos del desarrollo y de las conclusianes con los que Facordaba. También habia que tener en cuenta varias cosas. La on de la eiencia en Ia Argentina on parte (lamentablomente, poquedia parte) se habia modificada (siguiendo por supuesto. imones del norte}; en ese libro no me habia referido explicita- Jas ciensias sociales, aunque si habia elaborado mientras guna cucstiones sobre su problemética aparecidas en otras con respecto alla ética, habia fortalecida algunos pun- do en otros y ampliado Ia temiitica y las respuestas ia tratado de reflexionar, en especial sobre una ética para las ones cientificas; finalmente, habfa aspectas que so abrian des- Thi posicién actual que debia terminar de elaborar. Decidi enton- eee retomar la linea argumental del libro de 1996 con variaciones. © medificaban su planteamiento sin modifiear su orientacién, Tin particle 0M. Meter esor | Fila social y tba mci. Rlecidacn ee fons, Wass Ate, alan, 2000, capita om 0 Mario Heler ‘Vuelvo entonces a cuestionar el viejo discurso atin predominante que da por sentado el valor indiscutible y las encrmes posibilidades del saber cientifico siempre en aumento, Pero que en tanto niega un lugar para la ética en el ambito de la ciencia y la tecnologia, produce el efecto de inmunizar contra la critiea a la actividad cientifica y anula asi la posibilidad de responder desde el campo de la ciencia 2 las demandas éticas que genera el desarrollo cientifico-teenologico, en su vinculacién, interaccién ¢ integracién con las demas activida des sociales. La revisién critica de este discurso, al que he lamado la “historia oficial”, e identificado con lo que Enrique E, Marillamé la concepcidn dela *ciencia martillo”, contintia pretendiendo abrir un espacio a la reflexion sobre la dimenstén ética presente en la préctica cientifica. Después de plantear el problema que motiva el libro, en el capt tulo 1, de contextualizar la cieneia en la modernidad y de recons- +truir la “historia oficial”, esto es, la versisn hegeménica de la eion cia, la pregunta (por qué triunfo la ciencia? es el eje para realizar su revisin. Para ello en el capitulo f1se reflexiona sobre la presun- ta garantia de verdad que brindan los conocimientos cientificos se- iin la historia oficial. Pero ahora se toma una interpretacién de las osiciones adoptadas en el recorrido que va desde principios del si- glo xX, con el \Cfrculo de Viena y Karl Popper, hasta finalizar la senturia, con las discusiones desatadas por la concepcién de Tho- Xubn, ineluyendo también la perepectiva de la sociologia de la jeneia, Pero mas que una exposicién de esas concepciones, se trata de un uso de ellas pertinente a la interpretacion de la ciencia actual que guia la exposicion del libro. En el capitulo 111 se analiza la pretension de garantia de utilidad que conforme a la historia oficial seria secundaria y dorivada de la verdad cientifiea, para proponer una comprensién alternativa que sostiene que la utilidad social de los conocimientos cientificos es in- trinseca a los productos cientificos. A su vez, la propuesta indaga acerca de la produccién social de conocimiento propia de la tecnocien- cia, y acerca de eémo esa produccién puede ser estabilizada por rela- ciones de dominacién que operan dentro del campo cientifico, en co- exién con las coactiones provenientes del exterior. EI capitulo TV expone otra historia, a partir de preguntar cémo la historia oficial Meg6 a ser la versién oficial, para concentrarse en la situacion de-las ciencias sociales. Cuestionada la historia oficial y entrevista una vi- sidn alternativa, el lugar de la ética en Ia produccién cientifica so comienza a definir.— Enel capitulo ¥, después de retomar el reeorrido realizado, se plan- Prétoge " tea el papel de la reflexién ética, la tension existente entre la prodwe- cidn y lo acreditacidn y se concluye con una invitacién a continuar ‘eon la elucidactén de la préctica cientifica ~entendida como el traba- Jonceesario para pensar lo que se hace y saber lo que se piensa, con algunas anotaciones sobre el sentido de la produccién social de cono- cimiento cientiico. Este libro tiene inicialmente un destinatario directo: los estudian- tes de Introduccién al Pensamiento Cientifico del Ciclo Basico Co- main de la Universidad de Buenos Aires. Pero también espera poder contribuir a la reflexién de personas que, percibiendo el impacto de los desarrollos cientificns y teenoldgicos en nuestra vida cotidian: ya no se satisfacen con versiones edulcoradas de una practica cienti- fica idealizada, sino que buscan elementos para pensar la prdctica real de la ciencia: como una actividad social espectfica, en interae- ‘cin con otras actividades de la sociedad, como una actividad que genera cuestiones y problemas que atafen especialmente a quienes, Ja practican pero también a todos. He intentado (que lo haya logrado es una cuesti6n que el lector podra apreciar) exponer la linea argumental de mi interpretacién en forma clara, explicitando el recorrido y brindando elementos para luna comprensicn que no evite la critica. Estoy convencido de que tir de explicitar la problematica y el modo de abordaje que de ella se propone resulta imprescindible si se desea intoresar al lec- tor apelando a su reflexién critica (pues reniego de la expandida tendencia a la infantilizacién). En consecuencia, las conclusiones parciales y provisorias a las que arribo deseo que, mas que provo- car el asentimiento o el rechazo, impulsen la indagacién, la discu- sin y la claboracién de fructiforas conceptualizaciones sobre la pro. blemdtica social de la ciencia La mayoria de las largas notas al pie pretenden ofrecer informa- cidn supuesta en la presentacidn de las cuestiones analizadas, pero cuya inclusién en el texto creo que hubiera empaiado la visin del recorrido de la argumentacién, sus implicancias y consecuencias (ademas de importunar la lectura de quienes ya cuenten con esa informacién). Finalmente, sin eludir mi responsabilidad, no puedo dejar de re- conocer que de ninguna manera este libro es producto de mis solita- 2. Veawe C. CASTORIADIS, La institucton imegtinarta de a soctedad. Marsismoy teorta revolucioneria, Buenos Aires, Tusquets, 1998, n Maria Heler rias elucubracio blomente relacion: de ruta, Debo por tintos modos a clabarar mis penxamientos y a redactar mis cacritas, donde se reflejan nucstras didlogos c interacciones, y los continian, @ Ja ver que extienden el eireula de relaciones. En este momento se extiende al nuevo grupo docente que trabajaré con este libro, gene- randonos el desafio de potenciarnos mutuamcnte: Dedice este libro a Miguel Lezeana Barrios, él sabe por qué, y quizé también lo sopan a su manera dos bellisimas y entrafinbles gatas siamesas: Filomena que desde hace un tiempo se ha vuelto menos insociable~ e Isis -la mas jovencita~ *s. Por el contrario, como la vida humana, es ¢l resultado del vineulo con mi MARIO HeLa Buenos Aires, marzo de 2004 Prélogo ala segunda edicion Ha pasado muy poco tiempo entre la primera edicidn y exta se- gunda. Pero ha sido un tiompo suficiente como para haber observado a necesidad de algunas aclaraciones, asi come la convenieneia de incluir algunos agregados que reflejaran ciertas elaboraciones que mientras tanto hemos seguide realizande sebre las ideas de este li- bro. ¥ digo “hemos” porque los miembros de la cétedra de Introdue- cién al Pensamiento Cientifico (Ciclo Basico Comun de la Universi- dad de Buenos Aires), los integrantes del equipo de investigacian que dirijo sobre el tema de la produecisn social de conocimiento, asi como los cursantes de algunos seminaries de posgrado donde fue discuti- do, han contribuido a la raflexién que pretende abrir este libro, Mi reconocimiento a todos y a cada uno El libro consorva la misma estructura argumental. Han sido ob- jeto de algunas aclaraciones los apartados 5, 6 y 7 del capitulo Iv, ¥ el 4 del V tiene ahora un mayor desarrollo. En el reste de los eapitu- Jos se han hecho algunas correcciones de estilo o motivadas por el logro de una mayor claridad, sin que se haya alterade sustancial monte el texto. Mano HELeR Buenos Aires, marzo-de 2005 1. {Ciencia y ética? problema Lavinculacién entre la ciencia y la ética se nos presenta hoy como ‘un problema. ‘Las innovaciones cientifico-tecnoldgicas afectan profundamente nuestras formas de vida y Ia organizacién social. Nos sumergen en una actualidad donde lo viejo ain no se ha disipado y lo nuevo no termina de definirse, cuando irrampe una nueva innovacién. Inmer- ‘soa en estos cambios, en plona transicién, buscamos pautas que nos tuion en este presente confuso frente a un future incierte y vivide ‘como amenazante. Podemos asociar esta busqueda de pautas, de ‘orientaciones, con las demandas éticas quecireulan en nuestra socie- dad, Nuestra actualidad necesita afrontar las transformaciones s0- ciales, impulsadas hoy por las innovacianes tecnolégicas de la infor- imética y la comunicacién, la biotecnologia y los nuevos materiales, ‘con el trasfondo de nuestra precaria situacién ecolégica (motivada ‘por las cnormes: posibilidades abiertas par los resultados que lacien- ‘cia nos brinda desde los inicios de la modernidad). Porun lado, una asentada tradicién establece que la ciencia con- ‘snte on Ta squeda del conocimiento por el conocimiento mismo, en luna brisqueda desinteresada que se rige por un unico.valor: Ia ver-_ dad. Para la concepcién prodominante de la ciencia, las euestiones @licas surgen cuando los conccimientos cientificos son aplicadosen la sociedad, Pero tales aplicaciones responderfan a decisiones ajenas al dmbito cientifieo: serian tomadas por los “decididores”, los detonta- dores del poster (politico, militar, ceandmico), quienes determinan los tusos sociales de las conocimientos que la cieneia ha producido, ¥ se- ‘ian esos usos los que provecarian los perjuicios que a su Vez generan las demandas éticas que atraviesan nuestra sociedad, Por consiguicn- 1 “ Mario Mater te, sostiene Ia concepeién oficial que mi fer ciencia ni Jos ctentificos poseen responsabilidad alguna en tales perjuicios porque no son los encargados de tomar las decisiones acerea del uso social de fos avan- 6¢8 cientificos. Bs que Ia actividad cientifica produce conocimientos que son ins- teumentos, ¥ asi como el instramento martillo puede ser utilizada para fines positivas (la construceién de un mueble, por ejemplo} para fines negativos (Ia violencia contra otro ser humano), las buenas @ malas consecuencias de ese tso no califican al instrumento ni come ‘bueno ni como malo, sea el martillo o ol conosimiento cientifico, La de un instrumento trae consecuencias benéficas o perju- diciales, y Ia responsabilidad por esas conseeuencias les correspon- doria a quienes toman Ia decisién de utilizarlo, El instramento en- tonces no seria ni bueno ni malo, tampoco se le podria atribuir res- Ponsabilidad por consecuencias indeseables, sino que fas aplicacio- nes de los conocimientos cientificos serian las que resultan buenas ¢ malas, y ta-responeabilidad no recaeria en el productor del instru- mento sino en quien tuviese ef poder para hacer que se aplique.* ‘Por otro tado, hoy las demandas de ética peovecan en nosotros ‘una actitud incrédula y recelosa, basicamente de desconfianza: sos- pechamos hipocresta, intentos de manipulacién enmascarados tras Indeclaracién de grandes ideales, Esta actitud no impide sin embar- go nuestros reclamos por el respeta ¥ el reconacimiento reciprocos entre los miembros de una sociedad lo mas justa posible. Es que las innovaciones y los cambios de nuestra actualidad hacen tambalear nuestras ahora “viejas" pautas de comportamiento, nuestros modos de conducirnos hasta “ayer” y también nuestra manera de ser, Ponen en crisis nuestro ethor.! Presenciamos asi el desmoronamicrito de 1 Brique Mar] lnm nesta forma de entender Ia neutralidod dela siencined modelo Ta “inci aril”, Venta Mart, “Cina dca. Bl modelo de la cencin swartill', en Dara, N° 10, 1901 2. La palabra gringns ethos se utiliza parnreferirye al ugar donde estas en casa” (por Raber id socilizado al yal mismo Gempo rflere ln tanera de tee 9 a ‘mada de conducirse delos miembros del ethos. Connela ln dimensin satal «indivi dual dela existencia humana “Ea el lenguaje Glesee goneral, es una bey ethows para ala al conjuntode nctitudes, conviecianes, ereencian meraics 3 formas decom. docta, yasea de una persona individual ode un grupo sell, «flee et 1 El ethos 8 un fendeiee cultural (l fendmeoe dela soralidad, que oo nee extar ausente ea finguna cultura Es (1 fa fctcied noerantiva qe acampadia nolsiblerente ln ida humana. Blethos tenia en el greg clic una acopeisn mds antigus, aq lent n rivienda, stoorada., sede, sugar donde so habitae || Rata signifencn ‘oes tetalmente extras a la ten: ambas econ en comin Ln ani ale prop, bo Ciencia y ticat 1s nuestra moral por efecto del desgaste generado por Ia inadecuncién de sus: mandatos y por nuestros incumplimicntos, Por un lado, la declaraciGn de la falta de incumbencia de Ia ética en la actividad cientifica; In declaracin de la neutraticad ética deta Por ef ofro; las actuales dificultades en nuostra relacién con Ia ética: la vivencia de la crisis de nuestro ethos. ‘Pero aquella neutralidad puede ser cuestionada y por tanto com- hatida, y la crisis de nuestro ethos no obtura la posibilidad de re- flexionar sobre /a relacién-entre Ja ética y la tecnociencia. ‘La fecnociencia’ conatituye una actividad social entre otras ¥ en interaccién con ellas, una actividad que contribuye decididamente en la tranaformacién-de nuestro mundo, afectando nuestra convi- ‘vencia, nuestra manera de ser y de conducirnos. :Puede Ia ética no poseer incumbencia en la actividad cientifica? En otras palabras, si — i ética atraviesa todas las pricticas sociales pues en todas ellas hay interacciones, hay convivencia, y ef problema étie coneierne a Ia convivencia entre los seres humanos- apuede Ja oct widad tecnocientifica estar exenta de este atravesamiento?, es decir, ipwede desentenderse ce tas relaciones sociales en las que estd inmer- say que la constituyen como actividad social y excluir lax cuestiones ticas de su campo de preceupaciones y ocupaciones? Yosi aquella neutralidad puede ser cuestionada, Ia crisis de nuestro ethos hace mis perentoria Ia exigencia de étiea' de una reflexion criti- ‘ea sobre hechos y procesos de nuestras circunstancias que se tratan de (atimo, lo endégeno.aquela de donde ae sale y donde se vuelve bien aquctlo de dace alea os propio acon, Ia fwente de tales acts", Malian, Btw: enceptony (problema, Bcoos Aires, Bibs, 1901, p14 21 La expresion“wenecienea” aude aa unidede integracién de ta cineiny a teens login. Per esta uniad itegrackn noes recooceida prin hatoria aici ren, rein nn roca eve nan “bt dea ci rl pron el ‘omocimiento, mirstras que In tecnolngén tien or ckptivo In tnfortaen teal dad’ J. Laine, Bets def ocionaldad,Salaranca, Sigua, TZ, p52. Veremon luego por qué vilido hablar de “ecoocsencia" De cualqulet rmaneea, esta expresié y“cincia”serkn uilzadas comasivinizos = 4B os doom Uéeinos “mora” y “tia” sucle difercociaes. yal miso tempo, coo fundire Si vemos ls defines, 0s enateamon co distintes sigaticadon, mis © sen aritraris, 0 vinculacia cin Gertastadicisaes. Por us lade “ra ale abana, valores deals que de Racha Figen a ua erupe coneee- [ricinnneee ym gees que ian tc en rupee os ons wad Lavi ‘eimite a beqe-de he hacho we conskdoa vill, correct. En eambio,InQHco" flee 8 1 rflsion are eral para reviea ou valdar, ntoen onde hecho es Un rp ee date hacer tu eal oa, titan a Seb how tun Cuand e nabo qu ata vient Por eso, seautle Mentiica dca ev filesyio moral, connta refers oconeeptuale ir Mario Heler imponer como un orden de cosas nevptable, y hasta incuestionable, ximplomente por haber aeaecide o por estar acontecienda (el petréleo ‘#0 torminard en algunas décodas, los riox y las napas de aguaso conta- minan, hay especies animales en extincidn, los vegetales que come- ‘mos ahora son transgénicos, una economia sana no tiene restricciones a lax importaciones, la vida debe ser prolongada artificialmonte, ol trabajo, precario y flexible; el incumplimiento de la norma, lonormal; lnexclusién y la manginacién, irremediable y en aumento; la desleal- tad y el engafio, raxgos de las relaciones humanas; la ganancia, lo tini- co valioso; la neeesidad de consu1 _ He aqui entonces el problema: ia relacidn entre ética y ciencia, o bien squé lugar tiene ta ética en las préctices cientificas? La forma de abordar nuestro problema, en un primer momento, consistird en la revision critiea de cata concepcién prodominante de ciencia, In versién oficial, que nos permita, en un segundo momenta, pensar en ef lugar de (a ética en la actividad ciontifiea. Pero antes contextualicemos histéricamente la ciencia y recanstruyamos la con- cepcién hegemonica de ciencia. La ciencia en la modernidad Cuando hablamos de ciencia maderna nos referimos a wna forma de saber que comienza a manifestarse durante el Renacimiento, en las postrimerias de la Edad Media, y que llega a ser Ia forma distin- ti ade canocimiento en la Edad Moderna y se consolida como tal en ol siglo XV} con las elaboraciones de la fisica newtoniana. E¢a nuc- va forma de saber continda desarrollindose hasta nuestros dias, y se ha logrado erigir en el unico mado racional de conocimicnto. aciéo de la moral. Por otra parte, “moral” eonneta la conciencia moral individual, en Ite guna va” o lary racer eal Bal Qu sgl inpara cori seon Aida ne oe tena de cmp eon aus detre aur nds Sebanss Mace po nlrn misono em eo cal omit aligns Pes ssn tne leaker Sena han ay ‘ies signin dare a4 inno cura nadine Per te tn afl ice uu sgn de che mer tam fo a ata ‘rota a mandate via sin de relocate arn Germs Por ase ‘Toe mites, bldontmameote, com marin de mente Senta shoes fei tanto qe nse ada tas” no recarna at mee compan ign i qe eigen pune on prt crea elcome Hn ‘hn tor mandate et, ars de ent prmniooeioaa poues pucia {Cheney Grea? ” smicnto y la consolidaciéa de la ciencin moderna estan es: trechamente vineulades con ef desarrollo-de la sociedad maderna a partir del medioovo, Las ciudades resurgicron alrededor del siglo XI" ‘Apartir de alli, podemas rastrear el origen de los burgos (mereados), donde comienzan a desarrollarse formas de vida que paulatinamen- te acrecientan su importancia en cl orden feudal, sin tener un espa- cio legitimado y, sobre todo, yendo on contra de prescripciones me~ dievales (cl “justo precio” condena los intereambios en el mercado, pues cacn bajo el pecado de la usura, xancionable por la autoridad terrenal, el rey) Ep Jos siglos XV y XVI, épora dol Renacimiento (un perfodo inter: medio y de transicidn entre In Edad Media y la modornidad), no puse- den pasar ya desapercibidas las transformaciones provocadas por lax pricticas de los burgueses en toda la sociedad. Y éstos comenzaran a operar para lograr un espacio social legitimo y provocardn mis cam- bios sociales, que a:su vor.dan inicio.a la época maderna, inicia que 68 habitual situar en el siglo V1, Los cambios subsiguientes hasta Ile- gar a nuestros dias har estado en consonancia con el desarrollo de las relaciones de produccién capitalista, sin ahorrar enfrentamicn- tos y revoluciones. Recién al finalizar el siglo pasado comienza a ha- blarse de wna nueva época, la posmoderna, sin que haya acuerdos al especto. (Caractericemos a la mederaidad con algunos de sus rasgos dis: tintivos En primee lugar, la secularteacién es un factor generalmento reco- nocido. como fundamental. La sociedad medieval estaba preoeupada por Ia salvacién del alma: importaba entonces la eternidad y no cl ‘tiempo (el siglo, lo secular) en que les tociiba habitar este valle de lé- _grimas, El rey se dedicaba a organizar Ia vida temporal, pero bajo Las idirectivas de la Iglesia, que cuidaba que el orden secular, terrenal, se conformara a la voluntad divina, en aras de la salvacion eterna. Las nuevas précticas sociales de mercado, las que dardn hugar al capital ‘mo, necesitan para desarrollarse una nuova visiénde Ia realidad, pro- poner otro orden de cosas, donde tengan eabida y legitimidad, y para cllo requieren un green. basado en este muncto (seguir ocupsindose de {a vida eterna reconduciria nuevamente al viejo orden). La modernidad inaugura entonces la preocupaci6n por este mun: do, pore! tiempo, por Ia actualidad,' y deja a eada uno ocuparse de:tu 5. Véave Mf Frocmult, “{Qul la Mustrachle”, en Saher y tera, Madrid. at Pique ta 1983, pp. 197-207 8 taro Hiler salvacién, de su relacién con la religién. La cuestién central pasa a ‘ser entonces la autoconservactin: a prosorvacidn en ol ser a través del tiempo, Cada individuo necesita ganarse la vida, encontrar el mode en que obtendra su sustento, st supervivencia, pero tambien ‘emo brindard un sentido.a xu existencia en este mundo(una vez que ya no es obligatoria la refere la salvacién en el otro mundo después de la muerte), Se concibe entonces un proceso a través del ‘cual se instala on nucstra cotidianidad (en las instituciones y en la cultura) la preocupacién por este mundo, por este tiempo, sin refe- ‘roncia a instancias divinas: el proceso de secularizactén En segundo lugar, los cambios que acarrea la medernidad afeetan también la manera en que se concibe la relacién del hombre con el mundo. Porun Iado,en el iedioeyo, retomando a Ariatételes, xe piensa, que ¢l hombre tiene eapacidad de conocer porque es capaz de reflcjar el mundo, acta como un espejo (speculum, en latin, y de alli, “espe- cular” en castellano). Pero refleja Ia realidad quedandose con gen, con su concepto; y entances, ha conocido. En la relacigin sujeto- objeto, e6 el objeto el que ocupa un lugar principal, porque sin él no habria imagen-concepto y, por tanto, tampoco conocimiento; en.cam- bio ol sujeto-es pasivo por ser receptive. La posicin fundamental del objeto es sostenida en general por los medievalistas, Las madernos (a partir de Descartes ¥ Iuega con Kant)’ sosten- 6. Reoé Deacartes[Cartesas, on latin] (1506-18801 Filinto francés, punto de partida eta Giowotia mederns,iniciador dl racionalimo y dein losis moderna de la oe tlencin. El milen de la flosofa cariesiona ea el estodio del fundamento en que pe ‘basso conecimiaste humane, Rasta of punte que s@ pulé decir que con GT parece La spintemesogia o teoria del conscimiento come tema central de Ta (ilesfia moderna. [Descartes ae inspira en las ratematicns para desarrllar un mde que nportecette- al eepirita humano-en teas Iawcueationes. Teor por ciertas we navel dene ‘dar-w ofezcan clarns(certamenie preseatas ota coscearsal¥ dstittas tien Asal tadas) 0 lnconsideracie de la mente. En resumen, Ii duda leva n una primera ver: dad: “Pienso, portato existe cain, ergo sum), ya. que so dudo, i pienso ‘eta, ‘no puedo penaar que yomoexista A parti deesta primera erteza, recupera In wea de Dios coma garantia de Inverdad, para luego afirmar que silo existe sustancia pensan te (alma y sustanciaexteona ‘everpo), y qoe el hembre-ea In vex enbas coans 7. Lmmanyael Kant (1724-1804; Naciéen Konigsberg (Praia orientalentences yen ka ‘actualidad, provincia rusn). Su sistema Mosdfion recibe el nombre geaeral de critic rors flowin critica 3 e hall expuesa, sabre todo, en las tres sbras fundamentales ‘Critica de ia raasa pura, Critica de la rags prictica y Crea del jc, Be Katt priori signifien independiente de la experiencia, ¥ por eso universal y neceasrie ' peaterior, depecdaente de lx experiocia yn consecuenca,partcslary contingent ‘ea asta que (ramendentalvaaquello que os condiciia de emit peso elcome tmlento. Kant deteeina qos. pra Cougar a cxperincda(conaconlnto poaterior) iienciay eeca? w ddrin que el sujcto no cumple un papel pasive y secundaria frente al objeto, Por ol contrario, es el sujete el que eonstituye al objeto. Hay ‘eoncepto porque el sujeto ha organizada los datos sensoriales a par- -de sus modos de pensar (de sus categorias)."Se habla entonces de epoca ‘predeminante del sujeto en los modernas, de un “giro co- ican” en la concepcién del conccimiento (pues asi como la visin itrica de Copérnico supane trasladar el centro de la Tierra al ‘Bol, on el conoeimiento se pasa de la centralidad del objeto, a la del sujet), ecerio ter conocntenton oe no proenngas de In experiencia Iconaconen & Print “Aunqe do eso conacinienite elec ot I ERPEFOS, 29 ae PU ‘he to of de a experivci”. Selo asi ek copecimients emplrico puede tener aquellan ‘condiciones que exige el verde conccmientocaniveret iad 9 recoaida ¥ eal ‘ols experiencia no puede oloear. Esto cquivale.a uncambis de ent al afreas ave Latent elie se daa gberniarpoeIsobjetn. sino que mn dates lon ge melas alas leyen del eocncimieato impuesiaa por el eoiendiisiento humana eaia- "Gir eperniec a porapectiva radalmente ners. ‘8 Caiggorias' modoa generalca de pensar la realidad. Eatin supueston on la teoriza- ‘ons de ln eal Por pomp, para Aristides, toda I realidad puede peesaren ‘on con calgorian: muntancia y aceon fo quests bien ex una cot @ bine una Propiedad. atibute-enecidente de una com Porejemplo, wstanela: tena: acideates (madera, circular, pertereionte » Fulanit,cuhinrta por is manta, etatera cr Mana Heler| Claro que con este cambio se mestifica In concepeidn de verdad, La voriad se entiende desde Ia. aritiguedad clisie come adecuacidn incidencia entry el objeto conocide y Ia imagen-conceptn, Per’ coin la revollicién copernicaiia tal coincidencia pierde sentido: la activi dod de conciniiento del sujeto construye el objeto, o lo constituye. Es vun resultado del proceso de conccimionto ¥ no es factible entonces compararlo can la “realidad” del objeto, si “eu” realidad ha sido cons- tituida por la razén, Sin embargo. no. ‘se trata de una_construccién arbitraria del sujeto, ni una renuncia a la universalidad y nocesaric- ddad de los conocimicntos En tercer lugar, este cambio en la coneepeién moderna del opnoci nto-se vineula con |a’actitud del hombre frente al mundo, Para los antiguas y medievates, el mundo era un kosmos, un todo ordena- do, bella yibuena, y Ia actividad més excelaa era dedicarse 4 contem- plarlo (dejar que ese orden, esa bolloza y osa bondad se reflajaran en ‘el alma).” Por tanto, valoraban |: itemplativa por sobre todas Jas cosas, En cambio, los moderna’ toman para ai —secularizandola~ Ja idea cristiana del hombre creado a imagen y semajanza de Dios, y ssi la imagen se posee, la semejanza es In taroa humana: hacerse divs en la Tierra, ensetarearse de! munda en forma similar al modo en ‘que Dios es el Seftor del universo. Entonces, en la modernidad se privilegia la vida activa, la vida dedicada a transformar y cambiar cl mundo para adueniarse devel y ponerlo al servicio de la humanidad. Pero, en euarto lugar, la importancin que adquiore ol sujete-ca. la modernidad, en el e6nocimiento y en la accién en el mundo, acarrea la perdida de su ugar privilegiado en el cosmos, de ese lugar que ‘ocupaba el ser humano, creado a imagon y semejanza de Dios, El hombre ya no puede ubicarse en el centro del universo (Ia Tierra ya noe concibe como el contro de la ercacién) y, en tanto vaya avanzan- do-el proceso de secularizacién, comicnza a ser probleméitica su pro- pia consideracién biblica como la coronacién del mundo: la evelucién desde el mano romperd el vineulo con la creacién divina (Darwin) y 9. Theoria en gringo signitica visi, contemplacie, 10. Charles Robert Dirwis (1809-1852: Celebre naturalist inglés, sitar de la teo- ‘ia de Inevolucién de las eaperies por seleeeiéa satura. Darwin expooe wna concep- om de In naturaleea nada bucélica © arméniea: la vida es hucha por la superviven- ‘ia, Se ha conniderade que, como Nicolés Copérnico.que asestiun golpe decisive nin suberbia Ramana que hacia del hombre el ceatro del universe, Darwin proseguin feta tendencia 7 situaba al hombre entre las otros animales; las diferencias coe, reapecto ellos no somde una naturnlera sobeenataral wit fruto de In muamaa ev cb bealogsca operant en toda la naturaleca {Chencia y bti u importancia del inconsciente ch Ia vida humana (Freud)! cuestio- ‘el gobierno racional de la eonducta __ Sinembargo, secreando esa Imogen teoldgien, fa modernictad cane. + su propio imagiinario, basdncose en fox posibilidades gue ta ‘Brinda al hambre de construir wn mando a si medicke, conve en artifice de sw propiv destino, Se conforma asi el ideal (la ibertad, sin sometimiente a la necesidad natural ni a la tirana social, y construido en este munde por el trabajo de genera- Glones de individuos. En quinto lugar, si el hombre puede crearse a si mismo, forjando- tun destino, a diferencia de las sociedades estamentales basadas ‘en la herencia ~en el lugar de nacimiento~ de la Edad Media, ex por- ‘quo la modernidad postula ta libertad y la iguaidad de todos low hom- Airs. Noestablece en los hechos esa igualdad y libertad, sino que slo Tis postula; postula un ideal que cidn, Pero con ello, y en ¢onsenancia con el desarrollo del capitalismo, abre la posibilidad de Ja movilidad social; reconove el dereche de eada individue de ocupar fn la sociedad el lugar que sepa ganarso. En sexto lugar, este postulado requiere remover Ia idea. de que el ‘orden social, por ser expresién del orden divino, fuera incuestionable, ‘Com la modernidad, so extiende la reflexividad,* esto ex, el derecho de U-Bigrucd Prov (1856-1890) Médico neurdgo. inventor del plcoondisa La in fertancia de a sezunllnd conve cases materiel de a neuoainmncamina » Freud Its sd oe piccipaen denrubrinlentonlcamplejode Edlpacraplfe cio del Taceneciente que se cna titye por un conficto Ge ventinientonorginado por In inter wwencioa de! padre en la relacsin del nifocon Ia madre Inicianda, de esta manera, el ‘Secabrinbento el fconnciente, sus oientaciones no ceearka de eroleconar en un ‘iplediawecin: un prcedimieta de investigacin deb proceso pxiqaios. Un DEL do terapéatice ene tratamiento dela neurons y ana serie de coneepon qe a oi ddicaran come cinacia Freud interpreta que se has producto “tres heridas dal amor ‘propide l humansad despues de Copéroie, que pusn ih alison comelig {6 abignande al hombre yn la errno poset eelaiva eae otden del waivers ‘despots de Darwin, que le reinwersé en a cade Ge lon sere vives, destruyende la “iia bihisc, el piconAliss bn trabatmado ol yo altar el paige seta hea dena “ltertad interna’ J incocacente Revobucién ene crasin mlme iol covecinect human qo rap a was del wijelo en melacisn cma on oaber 7 so oa verdad 12. La capaci ees ya comment efleivdad, th dad po el echo de que el ser humane pocde volver sabre al mismo (re) Ia “Dain” que podriamoe Tener “natura” cis ba cman cel rund. Ln fini entonens upon oft la Airc eid de ws jet que coon an elite, sno tact bx abe 2 a elaciom wore 6, mip, yoda, aul cona enelderar wom vvwnean 7 lan operas a Mario Mater todos a criticar, a poner en cuestion y a revisar las ervencias hercda- das y vigontes en la sociedad, para llegar a conclusiones propias. Se impone as! In libertact de pensaméento como wn derecho ¥ un ober, pues es la condicién necesaria para quo cada uno.construya. su destino y dé forma a su vida sogun su mejor entender. Si embargo, sélo ve admite la posibilidad de pensar eriticamente todo lo que s6 quiera; laJibertad de aceidn ¢s postergada, hasta que la razin itumi- ne lag conductas de todas las-hoeibees."' Ex que se teme el accionar de esos individuas libres ¢ iguales, liberades de toda tutoria, que puedan decidir por sf mismos sus formas de vi Bn séptime lugar, la Justracién es precisamente In primera siste- matizacién del maderno. Es cl mavimiento-que defiende In idea del pregresa.de-ta humanidad, de un progreso que se orienta hacia la reeuperacign, on este mundo, del Paraisa Perdido. Para ello recomienda el uso dela razén, con el objetivo de dominar la Natura teza, la Necesidad (a través del desarrollo de las ciencios de la natu raleza) y lograr la organizacién racional de la sociedad (mediante los saberes de las ciencias sociales), Para Ia modernidad y con la ilustra cién, primero. para poder luege actuar exitosamente, En In madernidad, In rar6n-“ilumina” las cosas y-nos permito desc briren su luz las pasibilidades dela transformaciéa de la realidad y las formas do concretarlas. En la modernidad, en un mundo que se seeufariza, donde occupa una posicién fundamental el sujeto, se valora la vida active, en tanto que la pérdida del iugar central en la ereacién divina se compensa con el postulada de la libertad e iquatdad de los individuos, que habi- Nita la reflestvidad como un derecho, y se confia en el camino del progreso hacia e1 Paraiso Terrenal, empleando las luces de La razin ¢] papel que deben desempotar las cioncias requiere cntonces de un nucve tipo de conocimiento: un conocimiente que reuna saber ¥ po- der. Las cienciaa deben generar un conacimiento eapaz de prolongar- ‘se en el poder de transformar Ia realidad natural y social para.cons- progresivaments entre todos un Paraiso en este mundo ‘nea que él realiga tants coma las dens y conceptos que picnan, imaging relaciona, ete [La posibiliind de La reflexividad ne encuentra en el lengua, y enn ef di lay 8 través) del lengusje que exinte el munca simblice de fos seven humane 13, ‘Penand todo lo que querdis, pero obeeced", eel lema de La lustracida, Vb Kant, “sod es la fustracién?, on Filosyfia ee la historia, México, Fondo de Cultura Econdenica, 1981 14. Veawe M. Helen Individios, Persistencias de une idea moderna, Burton Aires. Bibles, 2000, iClencn y ates? B El éxito en el desempene de ta tarea dela ciencia y la tecnologia’ el prestiio que hoy poseo Ia ciencia moderna, La racionali- efentifica ae presenta cftoneea ne aélo como modelo parodia ino también como canerecion superior dela razén humana La historia oficial La version predominante de la ciencia moderna puede imaginar- ‘en términos de una Cenicicnta reivindicada y triunfante, Coma ssufrié humillacion, maltrato y hostigamiento."*Como ella, loges tirse en una reina, la reina de los saberes. Pero en su victoria hay nada de magico. Fue obra de una lucha contra el saber hege- In ciencia medieval. Reina despues de haber destronande a rreina vieja, Como en el cuento su xito estaria justificado en sus iméritos, y también so espera que reine haciendo sole el bien. jistori ” se enorgullece de contar el triunfy de Ia "ein como un combate contra sus encmigus: los dogmas, los prejuicios, 8. Técnica: prscedanieatos para controlaty daminat ln fendmenan. Tecralagia: pro ‘tedimienton para controlar y dominar lon fendesenos con bases centfic ‘fh Hecerdemos Ins perscruciones dela Inquisicie, sus trturas-y nus hogueras. des tinadas a clini lav disctencias ns herejins de la nuevos Bait, de ow alain His: de aa bruja, pero también de todos aqoelio que eran un mal ejemplo para Lx snciead (prostitutas, orsowexuabe, elineueacer,eteterat 17. Ro la actunlidad, a ac Hamada “historia oficial de Lnciencin we prewenta com el roleve histrieedoInvisiin whig deka Astor def cencta en tantorwmaple ba funcisa de enterpecery obscacuiinar la produccion de una compeenaioa contentenlizada de lt [prictien secalsle laciencin, La hintoriografiaanhig” es Ininterpretacie dela biatara dende el punto de vista defo micmbros protestantes del partido beralielés, Navid ‘etre los historadares ingleseswhig del siclo XX, secaracterizaba poe: 1 extediar el ‘pasechacoa lo.miraata del prescute: 2) eleva al rango de principal ceterio dw claaificn- ‘Gin ln divieiin entre ngectes dol progresa eg agentes que impulanren el progrees ‘ceatiien)y agentes del oscurantismo (ug, agentes que bntentnren impeditle. 3) re- ‘ducir l funcin de la histori na incicariin de Las semejansns entre pasado ty dio yl present vivide,y 4) explicn Is presencia de la iversos eventos istorii Imodiante cyusacin sip. Porn parte, la acs llamada blstoria ofa” dela chen Gump a func de: a} elorear We cncrpcie lineal. continainta yttalizadora de lx historia de a conc, yemel campo geoeralde la reflexis sobre lo queen ta cine; ‘eatabincer unvineulo accesoriaertees| arpecta teri yelnapeetn prteic deb cen- Gia. ©) eancela Lx dimension ética de las practic centifiens. Sabre ln escape tuhig de I cieocia, wéane H. Buttortel, “La intorprecacin hig e la historia en M. ie Aten, Lo hidertn de fa cencia. Pandamenios y rranwformaciones, Deno Airs, (Centro Editor de América Latin, 1998, volt pp, 125-133, ™ Hino Hele 1a arbitrariedad, cl autoritarism, el ascurantiamo, en suma: fa irae cinnalidad-En esta narracion ta razén queda de! lado de la « cientifica, on sus comicnans, entre los siglos XV y XVI, fuo wna herejia yun sacrilegio, pudo can el tiempo convertiree eh el saber capa de ofre- cer tina Yerdad racional, Logré luego extender su poder erigi¢ndose en el nico saber valido, Sus eategoriaa, concepts y pracedimicntos te presentan como.garantia de verdad y objetividad, sirviende como pardmetros de evaluacién para actividades tedricas y practicns Hoy el calificativo de “cientifieo” representa un preciado valor que otorga prestigia ¥ ganancias (pi¢nsese en la apelacién a la cienti dad do los productos on la publicidad). Concedemos tanto erédito ala irece haber recuperado parasila incuestionabilidad del saber teoldggico y su capacidad de decidir acer- ca de la valides de tode-conocimiento, En este estado de situackin, no soria necesaria la pregunta acerca de las razones del friunjo de [a ciencia. La respuesta seria demasiado obvia, No podria ser otra que Ia superiaridad del sabcr cicntifion frente a los otros tipos de saber, No solo se trataria de una superioridad feérica, como forma de conocimiento, sino también préctica: 1a cien- cia ademés es util. Pero este segundo aspecto se nos dice que no ex-el principal La.concepcidn hegeménica identifica la actividad cientifiea con la busqueda desinteresada de fa verdad, y declara que silo secundaria- mente tiene utilidad. La eienets entonces responderia exencialmente al afin humana por saber. Sus potoncialidades précticas estarian supeditadas.a ese afin, si bien la actualizacién de tales potencialid des impacta fuertemento on la vida cotidiana, samotiéndola a cons- ‘antes innovaciones ¥ cambios Se nos dice que la peculinridad del saber cientifico reside en la iisqueda de Ins leves que regular los fervimenos; exto es, se dedica a ‘enunciar laa felaciones invariantes ontre los mismos. Su indagacién 65 metidica y sistemdtica, ya que aigue procedimientos oxplicitos ¥ ropotibles, axi como organiza los conecimientos abtenides en teorfas, donde éxtos son integrados ¢ interrelacionades, mostrando el funda: mento y las implicancias de su verdad Lacciencia refiere a lq realidad; no cs una mera lucubracién fanta- ‘siosa sin correlate on los fenémenes, Por el cantrario, contrasta sus hipétesis con los hechos, con la empiria (experiencia, en latin). El jento cientifico se estructura sobre la base de relaciones ligi- as Con referencias émpiricas precians. En ol nivel logica asegura la consistem ndamentacioa del conoeimienta; en el empirico, ‘Ciencia y eicat a eonexign con los heehos. Juntos ¥ en correl ito cientifico, sass age shit beatae un lade, por referir ala realidad, al objeto del conocimiento; por porque a diferencia de un saber subjetive que varia con cada es posible que cualquier sujeto racional concuérde con sus afir- il cu eal et reece emestiacm male jo el consense sobre su verdad: el acuerdo entre los sujetos ba- tade en las razones que muestran su validez. s¢ reconoce ademas la fali ided humana. con el dogmatismo dé 1a ciencia medieval que to- “Maba sus verdades como incuestionables, asume que nuevos elemen- ‘tos pueden modificar los conccimientos ya adquiridos. Es un saber yen consecuencia requiere que la investigacién no se de- Tee ee “del mundo. En su poculiaridad do ser un saber de leyes, se descubre el tado \] enunciarse lax relaciones invariantes entre ciencia adquiere un pader muy particular: el poder de prediccién. Si conozco que tal relaciGn se repite siompre entre de- terminados tipos de hechos, s¢ qué va a ocurrir cuando se produzca iin: puedo decir con antelacién lo que va a sueoder. Tal posi- lncantrastacién con loa fonémenos mediante la expe- rimentacién, esto es, provorande en los heehos la relncién que la ley conjetura y quees de este modo puesta a be. En la conirastaciie Sar se trata de hacer visible si la relacién propuesta da : los heches, si Jas explica. Para sefialar su originalidad, su i peculiaridad, se llam6 a Ia ciencia moderna “ciencia experimental”, Pero ademas, la capacidad de prediccién hace posible actuar sobre Ia realidad & voluntad. Capacita al hombre para intervenir en los he- ‘ches, produciende la relacidn que la ley especifica, o bien evitando que euceda, En un ejemplo trivial: la construccin cientifica de un dique se realiza prediciendo la relacién de fuerzas necesaria para detener la ‘corriente de agua del rio. Sabiondo quo una fuerza se detiene con otra ‘de sentido inverso y de igual o mayor magnitud (relacién invariante), puedo disefiar la resistencia que debe tener el dique para cumplir con su cometido, y evitar asi, v.g., lax inundaciones indeseables. La ciencin moderna, por ser un conocimiento de loyes, proporcio- nacl poder de prediccién que habilita al hombre aenseforearse de la naturaleza. Asimismo, el conocimiento de las relaciones humanas que Tas clencias anciales estudian debcria permitir Una organizacidn ra- ‘clanal de ta sociedad. (én. dan validez. al cy Maria Heter La maravitta de {a ciencia se encontraria prceisamente en que, ppreocupada site por eonocer el mundo, canvierte ese conocimiento en trumente capaz de deminar los fenémenos. La ciencin de la Antigiiedad buscaba conocer el cosmos para acomodlarse a su orden ‘La ciencia moderna busca también ese saber, Pero a forma en quese ppropone ese suber y au modalidad de conocimiento brindan una posi- bilidad impensada para loa griegoa: hacer del manda un lugar que rresponda a fos deseos de as hombres. En la modernidad, no se trata de acomodarse al orden existente sino de transfarmarlo, ‘Todas estas cunlidades de la ciencia moderna mostrarian su supe- rioridad, tanto tedriea come préctica. Explicarian su triunfo por la indole del sabor que produce: un saber legalista, meséudico, sistemdt co, fundamentado racional mente (légicamente) y en.correspondencia ‘coh a exparieneia (empiricamente), un saber objetivo que se acepta ‘come provisario porque ests en prexireso, siendo ademés un saber util socialmente por sus aplicaciones practicas ‘Aunque es cierto que en eldesarrello de la tecnociencia junto a los beneficion innegables que nos ha proporcionado se manifiestan pro- blemas. Al“lado luminoso"de los avances cientificos (la prolongaciin de la vida, la seguridad y 1a confortabilidad que ha brindado a Ia existencia humana, el alivio del dolor y 1a cura de enfermedades, las posibilidades de comunicaciGn y de traslados, las redes de eireula- cién de la informacién, etc.) se le pone el “lado oscuro” (del que al- canza con nombrar la situacién ecolégica planetaria, incluida la nu- clear) Los perjuicios ocasionados por las “aplicaciones” de la ciencia on la soriedad se presentan hoy con suma gravedad. Amenazan 1a supervivencia de la humanidad. La realizaciin de In racionalidad cientifica se ha materializado no sélo trayendo seguridad y conforta- bilidad, sine también sufrimiento y destrucsidn, En esto consiste Ia “tragedia del desarrollo”," esto es, en: las consecuencias “no queri- das" del progreso. Auschwitz ¢ Hiroshima.son dos contrajemplos.con- tundentes.contra la confianza y la esperanza en el progreso hacia el Reino do la Libertad viabilizado por Ia eicneia, en tanto patentizan la “aialéetica perversa” que conduce del dominio de la naturaleza al dominio de los hombres." 1 Venue M. Berman, Tefal sido ne disnetoe en faire La experiencia de fa mdee- ua, Buenos Aites, Siglo Veintinne-Catilogss, 1989, 19, Véanse M. Harkbeiimer y Th. Adorno, Dioléctica de la dlestracisin, Buenas Aires Sudamericana, 1987. y Bt Horketmer, Lo erica de fe arin inatrrmen al. Face Aros, Sar, 1972 Crone y €0ea! Fa] Pero sin embargo. aunque la cicneia provea un poder de manipu: ‘He [a naturaleza que ha generado sufrimientos y destruccién os seres humanos, las calamidades y la perversidn no serian en, lad resultados de la ciencia, sino producto de su mal uso. En enxo, serian mal usados sélo-ciortos desarrollos tecnolégicos (can, ‘palmario ejemplo de las tecnologias armamentistas), y aun en e3- ‘casos su utilizacién ne dependeria de la decision de sus ereado- Par lotanto, deberemos pensar que Ia ciencia moderna seria ino- ‘yeareceria de responsabilidad fronte a tales calamidades y per- > abilidad de la ciencia y de los cientificos concerniria Ja renbe al respetn de lea exigencian de la honestidad intelectual Ja.bisqueda de la verdad. Las tinieas objeciones aceptables serian por tanto aquellas que s¢ dirigen contra un desempefio en el que no vhaya camplido con las exigencias de veracidad, de lucidez, de obje~ ide! uso prudente de los rceursos, de lealtad en In competen- ‘bia, otc." Tales virtudes dependerian de Ia obscrvancia de las reglas “tle comportamiento que exige la metodologia cientifica (requisitos interns de Ia prosduceién cientifical. Por otra parte, la ciencia seria capaz de resolver los aspectos ne- 08 que acomparian al progreso como resultado de 1a aplicacin ‘conocimientos cientificos. Pero lamentablemente los avances ‘dlentificos tendrian un tiempo de gestacién que no-siempre coincide “eon Ins urgencias sociales. La ciencia y la tecnologia regidas sin res- por la dindmica interna a su quehacer harian posible la lnncocia pode mstnarie tse considera tn divin dea actividad Gentificn Sa ee ee etry moan Ener aa arn su ermine Tr peished de contuminarse cone jorg de intereeey podere ivatiredce en Jaa deciniones acerca de las aplicaciones cientificas Las tareas de la ciencia pura, que rected desarrl cent. soe snpaadas dea ea cieni plc ¥ the das dhe la teerelogti Por In proximidad con las decisenes acerca de bos unos sacia- Na eee ca, vle a ecenopin erin cevana tin fatale’ do frvella eootaminacice, y conaecuentersente cabrin adjadicrte algun grade de ree | fermabidad por los problemas actuals, Sin embarge, laa relacionrs entre la trea te ani fos ntrneconeny procsta te trlimentacn etre lan FPor ejemplo. veces exiten primero las tecnologia, bos procedimientos para mani pu Pt ee sage frlan lao ns oye qo os uma et cel vice de akan ates narra tetnngln periten toveeiaceoes Pras astes Irpenanbe, ttre Tonos int de debargndelsetifcepropusia pot K. Popes, Tolerancis a a et a aad et ater art Had, Tenn Toop 185188 Ty Mario Heler produecion de los instrumentos ci ‘exes males. Constituirfan Ia herramienta racional que lox serox hu: manos disponen para seguir construyendo el Reino de In Libertas impulsando necesarias transformaciones y al mismo tiempo resol: viendo los efectos adversas que se presenten Por lo tanto, las ertticasal desarralia dela ciencia moderna sobrota base do tales efectos adversos serian infundadas, para la historia oft cial, ya que no se poetria atribuir a la ciencia responsabilidad por ellos Y al obstaculizar ef fibre avance de lo investigacidn cientifiea, tales criticas sélo retardarfan las soluciones, Los intontos actuales de criti ca a la eieneia y 1a tecnologia continuarian conspirando contra ellas como to hicieron tos viejos enemigos de Ia ciencin y, como el diablo, ‘poseerian el don de la ubicuidad y de:innumerables distraces." Bl triun: fo de la ciencia moderna habria sido posible gracias a la conquista (si bbien nunca definitiva) de un desarrollo fibre dol conocieniento, sin in terferencias ni obstculos. Peso a los graves perjuicios para la huma: nidad y su planeta que acarrean ciertas aplicaciones de los resultados cientificos, el saldo seguiria sicndo favorable para la humanidad. En consecuencia, nada deberta afectar su libre desarrollo La defensa de la versidn oficial nas obliga a preguntarnos: ;quién podria racionatmente, al 19 tiempo que disfruta de las contri- buciones cientifieas, negar la libertad de investigacién que la cion. cia requiere para ast continuar aumentando ese saldo favorable? ‘Tendriamos por ende que concluir que tales objeciones y criticas ‘no serian mas que reacciones retrogradas, irracionales, que preten- den anular Ia herramienta mis effcaz que o! hombre ha desarrolla do. En su absurdo, tales eriticas descarian que Ia humanidad regro- época de las cavernas, donde ya no habria que suffir los ificos necesarins para remediar cia. Se di dics saa lag row cake ba eae de Ia versisn oficial y sus detractores. En la historia oficial, los segundos son eali- ficables de romsnticos imprudentes en el mejor de los casos y, en cl peor, de reaccionarios irracionalistas.™ 22, Hata anaiogia cone diablo nat recucra a un vejsevatrineante: a enc medio: ‘al regida por In teolagiay reepadada por el per de La Iglesia. Rreordemos que ‘Galo Galle (10.1642) tuv0 gue optar entre renuncia as primeraavedaes de Inciencin moteroa yin haguera.Yeaas hogueras contra la hergia ln beweria nice ron prendléndoss aun dura ol sighs BVI 2, Sigue siendo una bucen muestra del estade de La dincusiéa em Ia Angmtina el Crone y eta? 2 Una historia oficial representa la coneepeién hegemdnica, Ia con que impregna nuestro imaginaria social, y muchas veces epera idamente. Es generalmente una apologéa, una defensa y una ‘aqui de una forma de entender la ciencia mederna. Cuenta versién lineal de la historia, donde no se atienden conflictos ni graves. Sin embargo, quiz podamos sefalar al menos al- ‘cuestiones.que plantea la historia oficial de la ciencia moder- sobre las cuales profundizaremos més adelante. /Puede llamar la atencién el vineulo aceesorio, y hasta casi azaroso, -se establece on esta historia oficial entre ef aspecto tedrico y el ode fa ciencia, entre la ciencia pura y la tecnologia. La desco- ln activided cientifien con las necesidades practicas y los sociales sorprende cuando el desarrolle cientifico manifies- vextraordinaria produccién de recursos para transformar ol a Boome elses suas. ancnidase rca tereses. Ber. ei la ciencia “en ne que recomocer quo-“gradual- 1 aspecto de In ciencia como eonecimiente es Jos amantes regresives de I oscuridad” (guidn y direcetéa:(G, Balbue- ‘ia, 0. Cuerva, I. Fanogli, L Hayes; Buenas Aires, Tulle de Pessamiente, CBCAIB, ‘1996, JHB. Rossel, La perspectva cientifica, Baretlona, Ariel, 1969, p. 108 (el sulbrayado Ime correspon). La “técnica” puede dafiniree como wn saber hacer thmow dow), us Ataber sabre os procedimientes para controlar y deminar loa fends. Ba tanto, ta \eenlogin” os ua UAenica que aplica conocimiento cientifien Par ejemplo, la téei- ‘us cotidinsas para cocinar se tranaforman en tecoologia cuando te trata de Ia indiae- ‘in alimentaria. Bertrand Russell 1872-1970) liao y igi inglé. Puedea distin. {guires dos poriados. muy diferenciados on wa provueetn inteloctunl. El primers, el de evtrocturacidn de In Kgica, se earacteraa par aus inveatigaciones sabre la Migica de ls matensticas, la sistematizacién de Ia Kigiea moderna. Ia Massnda “paradgja de Russell”, La teorin de tipos y la teria de las dencripcioces Adefinikdas Elegundd periado, con muchos waiveces de peatura,trabaja Laclisica cues ‘om empirista de ln relacién de nuestro conceimienta can l-experiena: to conaci- imiento debe fundarse en la experiencia o ser ligicamente inferido devils; yolandlisie ‘Mlosifco de tipo peduecioniata que practica busca hallar lm elementon mis simple irectameate relacionados con Ia experiencia. Deaarrollé nctivided polities y wax chon y actividades le eaunaron problemas Ingales ycetioas maraies. Luchd contra las

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