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Sid OURAN T t Maria, Virgen Israel Cada 25 de marzo, nueve meses antes del 25 de diciembre, la Iglesia celebra con alegria y solemnidad la Encarnacion de Jesus. Es un hecho absolutamente Unico: el Hijo de Dios, manteniendo intacta su filacion divina, se hace hombre como nosotros en el seno de una mu- jer. Ademds, esa mujer es virgen. Confesamos, por lo tanto, dos verdades del todo unidas: la unién perfecta y sin mezcla del unico Dios y el hombre Jestis, y su concepcién virginal. Es evidente que este segundo aspecto no es una verdad de orden secundario. Gracias a Maria Virgen, Jesus puede llamar en verdad a Dios "Padre mio” Con la concepcién virginal de Jestis, confesa- mos nuestra fe cristolégica, claramente afir- mada en los evangelios de la infancia. Por un lado, en el evangelio de Mateo, el angel dice claramente de Maria que “se encontré que ha- bia concebido en su seno por obra del Espiritu Santo” (Mt 1, 18). Lucas es igualmente explicito cuando narra el anuncio a Maria: “E/ Espiritu Santo descenderé sobre ti y el poder del Altisi- mo te cubriré con su sombra” (Le 1, 35). Por Josep Boira “Anunciacion (Fra Fillppo Lipp, acta 1459) nel evangelio de san que tenemos del evangelio 26-38”. También ta versién mancha, se instituye Ia ley Juan, que afirma a de Juan), habria que tradu- italiana de Garofalo aftade mosaica de la purificacién menudo la filiacién cir en singular: “EY cual no en nota que desde el siglo II para la mujer que ha dado a divina de Jest, también po- acid de las sangres, ni de _esté testimoniada la versién luz (cf. Lv 12, 4-7). demos encontrar una alusién la voluntad de la carne ni en singular, que se refeririaa Aunque este significado a la concepeién virginal. Se de fa voluntad del hombre, Cristo, para indicar su naci- original se ha ido perdiendo trata del v. 13 del prologo, sino que fue engendrado miento virginal. en los eseritos de Padres y que habitualmente se tra- de Dios”. Esta versién, li- Incluso si traducimos li-tedlogos y en la piedad po- duce por: “que no han na- cita segin las reglas de una teralmente cl plural griego ular, la expresion ha des- cido de la sangre, ni de la critica textual extema ¢ in- “de las sangres” (ex haim-embocado en la invocacién voluntad de fa carne, ni del terna, hablatia no ya de los t6n), podemos ver en esta de Maria como “Madre ca querer del hombre, sino de _cristianos, sino de Jestis, y, expresién un indicio de lo tisima, Madre sin mancha’ Dios”. Es decit, se expresa por tanto, de su concepeién que los tedlogos han Hlama- Enesta yen parecidas expre~ en plural, refirigndose al na- virginal do “virginidad en el parto”, _siones se destaca mas el as- cimiento espiritual de loshi- Es la traduccién escogida para referirse a que Jess no pecto moral y espiritual del Jos de Dios, “los que creen por Ia Biblia de Jerusalén, caus6 al nacer efusién de alma de Maria, pero subyace en su nombre” (¥. 12) que en su versién castellana sangre en su madre. el sentido més original que traduce: “La cual fla Pa- Este significado estariade se refiere a la pureza ritual y VERSIONES labra} no nacié de sangre, acuerdo con otros usos de la al parto virginal de Maria, ni de deseo de carne, ni de misma expresién (sangres) Sin embargo, si hacemos deseo de hombre, sino que en el Antiguo Testamento, LOS PADRES Y LA caso a las més antiguas tra- nacié de Dios”. Y afade en justo para hablar de la pér- ~ TEOLOGIA ducciones y citas patristicas nota: “Alusidm a la genera- ‘dida de sangre que tiene lu- deJn 1, 13,que seremontan cidn eterna de la Palabra, gar en el ciclo de la mujer, _La tradicién_patristica es a los afios 150 a 200 (an- pero también sin duda af en la menstruacién y en el undnime en afirmar la re- teriores, por lo tanto, a los nacimiento virginal de Je- alumbramiento de una cria- lacién intrinseea entre los manuscritos. mis antiguos — stis, of Mr, 16.18-23; Le 1, tra. Por ese motivo, por esa dos hechos: filiacién divina at Rap ea ee y concepeién virginal de Jestis. Algunos autores son muy explicitos. Tertuliano dice: “Si Cristo nacié de un ser humano, entonces es claro que tuvo que ser de una virgen. De lo contrario, si su madre no hubiera per= manecido virgen, hubiera tenido dos padres: Dios y un hombre” (Adversus Mai- cionem, IV, 10, 6-7). Proclo lo dijo’ de’ modo muy ex- “Un Hiijo tinico no puede nacer de dos padres. ‘Aquel que no tiene madre en el cielo, no tiene padre en Ia tierra” (Or. 4, in natatem diem Domini). Teblogos neos de reconocido prestigio R. Laurentin, J. McHugh, presivo: por Dios Padre. contempor’- H, Urs von Baltasar— han afirmado la misma idea. El tedlogo jesuita G. Martelet dice que, sin el signo del na~ cimiento virginal, se acaba en el adopcionismo: en un Jesiis adoptado como hijo El mismo Kart Barth, te6- logo protestante del s.'XX, afirma que slo se puede 2) ne ee eee eee erat apreciar con firmera el mis- terio de la filiacién divina de esis si se acepta el signo de su nacimiento virginal Adentrémonos un poco més ¢ intentemos descubrir cémo Maria vivid este he- cho tan singular: ser al mi mo tiempo virgen y madre. {COMO SE HARA ESTO, = LIBRO DE LOS JUECES: ‘Bila se fue con sus compefieras y estuvo lorando su Virginidad porlos montes. Al cabo de fos, dos meses, volvi6 donde su padre y 6! ‘cumplié on olla el voto que habia hecho. La joven ro habia conocido varén” (11, 38-40). “Entre fos habitantes de Yabeés de Glaad encontraron cuatrocientas mucha- ‘has virgenes que no habien conocido varén y las levaron al campamento (ce Silo, que esta en el pais de Canaén)”(21, 12) = PROFECIADE AMOS: ‘Escuchad esta palabra que yo entono contra vosotros como elegia, casa de Israel: jHa caido, no volverd ya a levantarse, la virgen de Israel; postrada esté en su suelo, no hay quien fa ievante! Porque asi dice e! Seftor Yahweh a la casa de Israel: La cludad que secaba mil a campafia quedaré sélo con cien, y la que sacaba cien quedaré solo con diez. Porque asi dice Yahvish a la casa de Israel: ;Buscadime a my vivirsis! Pero no busquéis @ Betel, no vayais 2 Guillgal ni paséis a Berseba, porque Guilgal ser deportada sin remedio, y Bete! serd reducida a fa nada, ;Buscad a Yahvéh y vivirtis, no sea que caiga él ‘como fuego sobre la casa de José, y de- vore @ Bete! sin que haya quien apague!” 61-6) 1 EVANGELIO SEGUN SAN MATEO: ‘La generacion de Jesucristo fue ast: Estando desposada su madre Maria con José, antes de que conviviesen, se encontié ‘que habia concebido en su seno por obra del Espiritu Santo" (1, 18). 1 EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS: ‘En el sexto mes fue enviado ol angel Gabriel Pert de parte de Dios @ una cludad de Galea, llamada Nazaret, a una virgen desposa- da con un varén de nombre José, dela casa de David, y el nombre de a vigen ra Marfa. ¥ habiendo entrade donde ela estaba, le dj: Dios fe salve, lena de gra- ia, el Sefor es contigo. (..) ¥ el dngel le dij: No temas, Mara, porque has halado gracia detante de Dios: concebirés on tu ‘eno y dards a luz un hijo, y le pondras ‘por nombre Jesus. Sera grande y sora llamado Hijo de! Altsimo; e! Seror Dios fe dard el trono de David, su padre, (. Maria djo al angel: De qué modo se hard esto, pues no conozco varén? Res- pondié el Engel y le do: EI Espiritu Sento descenders sobre ty l poder del Atisimo te cubriré con su sombra; pores0, ef que nnacera Santo, sera lanvado Hijo de Dios” (1, 26-28.30-32.34-35), = EVANGELIO SEGUN SAN JUAN: “Mas ‘a cuantos le recibieron, les dio potestad de ser hijos de Dios, @ los que oreen ‘en su nombre; el cual no nacié de fas ‘sangres, ni de fa voluntad ce la came ni do fa voluntad del hombre, sino que fue engendrado de Dios" (1, 12-13) = TERTULIANO: "¢Qué significa pues, ‘ef cual no de la sangre, ni de la voluntad de fa. came, ni de la voluntad del hambre, sino de Dios ha nacido?’ Es este el giro que yo empleo con preferencia (...” (De Came Christ, 19, 1) 1 SAN GREGORIO DE NISA: El ngel le anuncia el nacimianta y ella se aferra ala Viginidad, porque piensa que mantenerse intacta es superior al mensaje del ngs! Pero tampoco se echa atras de su deci- sién por la veginidad!” (Hom. in Natv), 1 SAN AGUSTIN: Maria “consagro su virginia Dios, cuando aun no sabia lo que debia concebir para que la imi- {acon de a vida celestial en of cuerpo terrenal y moral se haga por voto, no. por precepto, pr eleccién de amor, ro por necesidad de servicio” (De Sancta Ving. WM, 4) = SANTO TOMAS DE AQUINO: fAfirma {que la Virgen después de los desposorios formuls voto de virginidad y quo también J hizo junto con José en su matrimo- ro, pero artade:] ‘No 2s crefble que la Madre de Dios, antes de desposarse on José, haya hecho voto absoluto de viginidad, aunque fo deseara [desiderium virginitats), abandonando su voluntad a Jos designios dlvines sobre este asunto” (ST, a4) = JUAN PABLO Il: “EI Evangetio no festimonia que Maria haya fornulado expresamente un voto (...)[poro} nos da a entender que Maria tomé la decision ‘personal de permanecer virgen, ofrecien- do su coraz6n al Sefior. Desea ser su ‘esposa fie, realizando la vocacién de la ‘hija de Si6n’. En efecto, Maria no eligi la Virginidad en la perspectva, imprevisibo, de llegar a ser Madre de Dios, sino que ‘madur6 su elecci6n en su conciencia antes del momento de le Anuneiacién. Podemos suponer que esa orientacién siempre estuvo presente en su corazén: Ja gracia que la preparaba para la mater- nad virginal inflayé ciertamente en todo el desarrollo de su personalidad, mientras que of Espintu Santo no dejé de inspiral, ‘ya desde sus primeros arios, e! deseo de la union mas completa con Dios” (Aucen- cia, 7-Vi-1996) 70 Palabra 561, -10 (910) PUES NO CONOZCO VARON? (LC 1, 34) Sabemos por el evangelio (Le 1,27; Mt, 18) que Ma- ria ya estaba desposada con José, aunque —siguiendo las costumbres de Israel— todavia no convivia con él. Para los judios, los desposo- rios constituian un verdade- ro compromiso, aungue to- davia no abria @ los esposos las puertas a Tas relaciones ‘maritales, Sin embargo, Ma- ria pide una aclaracion para un asunto del todo normal ser madre y estar casada, Aclarenios brevemente el sentido de la frase. Por un lado, la expresién semitica ‘conocer varén” significa ‘ener relaciones marita- Jes” (eft. Je 11, 395 21, 12). ‘Ademas, desde el punto de vista meramente lingilisti- co, es evidente que el tiem- po presente “no conozco varén™ tiene un valor con- suetudinario, como el que usaria un abstemio al que le ofrecen una copa de vino y dice: “Gracias, no bebo”, La conclusién es que en los planes de Marfa no en- traba la maternidad, y que esas palabras de Maria eq valen a decir: “Soy virgen” De hecho, ya Cayetano, en su comentario a los evange- lios, afiadié a la traduccion normal la siguiente aclara- idm: “Es decir, pues yo soy virgen Es evidente que, aunque 1a Escritura no nos revela ni la decisién de virginidad ni el momento de esa decisién, de la pregunta de Maria ai Angel se deduce la firmeza su propésito (cfr. Juan Pablo I, Audiencia, 7-VIII-1996). Ya san Gregorio de Nisa nos habla de su “decisién por la virginidad”” (Hom. in. Naw tiv,). San Agustin habla de “voto”, en el sentido de algo contrapuesto a un “precep- 0”, “por eleceién de amor” (De Sancta Virg., 1, 4). Estas. expresiones anti- guas —y la evidencia de esa decisién de Maria— han Palabra 567, 10 (3111 _ Los desposorios de la Virgen (Rafael Sanzio, 1504) permitido a muchos tedlogos dar por sentado que Maria hizo voto explicito de virgi niidad, y que el matrimonio de Maria y José habria sido virginal de mutuo acuerdo, VIRGINIDAD JUDIA Para salvar las dificulta- des de esa situacién (virgen casada en Israel), se aduce cl caso del celibato de Juan Bautista, 0 de los esenios del Qumran, 0 de algunos textos rabinicos contempo- raneos a Cristo que expo- nen casos de celibato para dedicarse al servicio de Yahveh. Incluso en ambien- tes judeo-cristianos (por lo tanto, pre-cristianos), la virginidad de una mujer se habria vivido @ menudo en compafia de un monje. Por lo tanto, se suele coneluir, una virgen casada en Israel seria algo posible, aunque muy excepcional Con todo, no se puede negar que permanece Ia di- ficultad de poner a Maria (y a José) en una situacién muy fuera de lo comin en el judaismo de su tiempo. EI judafsmo no contempla- ba la virginidad como un ideal, Podemos leer en un epitafio de una muchacha judia: “Era todavia virgen, ‘ay; ain'no se habia casado cuando murié!”. “Tenemos cl ejemplo de la hija del juez Jefté, la cual, antes de que su padre cumpliese el cruel voto de sacrificarla, “Iforé or dos meses su virginidad ()..No habia conocido va- rn" (Je 11, 29ss.). Son ca- 508 de mujeres judias (cf. aN SOUL también Je 21, 12) que no han conocido varén porque todavia no estén casadas. Por todo ello, jes necesario encontrar part’ Maria una solucién excepeional y traiia al contexto vital en el que vive? No parece inco- herente considerar Maria luna’ muchacha. plenamente insertada en ta sociedad y costumbres judas, alejada de todo ascétismo eremita, y no situada al margen de la comunidad. ,No parece mas plausible considerar a Maria tuna muchacha comiin entre su gente? VIRGINITAS — CORDIS, VIRGINITAS CARNIS Las soluciones aludidas para justificar el voto de Virginidad de Maria han podido llevar a que muchos tratados, al hablar de la concepcién virginal, se ha- yan limitado @ argumentar bu aspecto fisico y corpo- ral, Pero es evidente que la virginidad de Marfa “no se reduce a una caracteristica de su personalidad, 0 una descripcién de estado bio- légico” (Scott Hahn, Dios te salve, Reina y Madre). Ni tampoco es una especie de condicién teoldgica ne~ cesaria (y luego milagrosa) para que Jestis pudiera ser de verdad Hijo de Dios. Otros tratados han sabi- do distinguir, sin separar, Ia virginidad del cuerpo, que afecta a la conporalidad, y la virginidad del alma, 0 sea, la decisién consciente y libre de pertenecer exclu- Sivamente a Dios. La vir- ginidad corporal, elemento esencial © imprescindible en Maria, seria fruto y con- secuencia de la virginidad del alma; ésta da sentido, valor y mérito a la virgini- dad corporal (cfr. Juan Luis Bastero, Maria, Madre del Redentor) Efectivamente, ya san Agustin distinguia entre la “virginidad de la carne”. que se refiere a la integridad comporal, y la “virginidad del corazén”, que también lama “vinginidad de la fe Esta diltima la aplica a todos en Ia Iglesia, pues todos es- tamos Tlamados a conservar la integridad y pureza de la fe (Enarrationes in Psal- ‘mos, 147, 10). Esta distincién agustinia- na se convertiria en relacién intima en el caso de Maria. Por un lado, en su virginidad de la came coneibe y alum- bra a Jestis, dando paso asi a la inauguracién de la Nueva Alianza, Por otro lado, este hecho maravilloso va unido tis (Santo Tomas, Summa Theologiae, IM, 4.28, 2.4) Por lo tanto, podemos supo- nnet en el corazén de Maria tuna orientacién permanen- te a la virginidad, el deseo de la unin més ‘completa con Dios, inspirado por el Espiritu Santo. (eft. Juan Pablo II, Audiencia, 7-VIII- 1996), Algunos tedlogos ahon- dan en esta linea, subrayan- de Maria a_vivir virginal- mente. Maria experimenta y vive existencialmente la Virginidad, Dejan de poner Anunciacién (Leonardo Da Vinci, 1472) y precedido por otro: para Maria, “esta ‘virginidad de la carne’ era también el signo de una virginidad mas interior, a ‘virginidad det corazon” Algunos autores medie- vales hablan de “Ia gracia de la virginidad”, 0 del “don glorioso de ia virgi- nidad” y lo relacionan con esa plenitud de gracia (“la llena de gracia”, Le 1, 28) que posee Maria desde su concepeidn (San Bernardo, Super missus est, hom. Il 3: Biblia sacra cum glos- sa ordinaria); otros hablan del desiderium virginita- aa el acento en esa firme re- solucién 0 presunto voto, y se concentran més en la orientacién de fondo. Maria quiere pasar de la virginitas cordis a la virginitas carnis, peto todavia no habria podi- do expresarla en una resolu- cin, por la situacién en la que Se encuentra: desposada con José, siguiendo las cos- tumbres de su tiempo y de su. ambiente. Su aspiracién interior va en otra direccién. Esta paradoja interior recibi- ria una solucién maravillosa cuando el angel le anunci que ella ser madre del Me sias, del Hijo de Dios, de una manera virginal (eft. Roma- no Guardini, La Madre det Seftor, e Ignace de la Potte- rie, Maria en el misterio de Ta Alianza). Parece que esta posibili- dad, que no contradice en ab- soluto la realidad historica de la concepcién virginal de Ma- ria, respeta mejor el contexto plenamente judio en el que nos encontramos. Ademés, y esto parece ser lo mas impor tante, ensalza mas todavia a vvadescubriendo poco a poco, en una plena sintonia con el Espiritu Santo, cul es la vo= luntad divina para ella, Como siempre, Maria medita en stu corazin los designios divinos (cli. Le 2, 19.51). VIRGEN ISRAEL, Ya hemos hablado de la virginidad en el antiguo Israel. Pero conviene tam- bién destacar que la palabra “virgen” en el Antiguo Tes- tamento se aplica con cier ta frecuencia a los pueblos cuando pierden la indepen- dencia, para indicar que son como virgenes violadas por el enemigo (ctf. Is 47, 1-4) Sin embargo, cuando se ha- bla de la “Virgen Israel” se hace en el contexto de la Alianza, Israel ha caido en guerra, pero por infidelidad a la Alianza con Yahveh (oft. Jr 18, 13; 31, 4.21; Am 5, 1-6). Los profetas intuyen que hay una virgi- nidad ideal: la fidelidad a la Alianza, y esta no se esté cumpliendo en el pueblo ido. Sin embargo, en la vida de Maria, mujer judia, se cumple perfectamiente ‘ese ideal que los profetas la- mentaron, Su unién con Dios, el “Esposo”, es plena: ella es la “Ilena de gracia”” desde sui concepcion, y a lo largo de su vida no ha que- rido otra cosa que unirse con toda su libertad interior ala voluntad divina. En ese itinerario, Maria descubre que su camino para vivir en plena unién con Dios es la virginidad. Por lo tanto, Maria, por su perfecta fidelidad a la Alian- za (virginidad de corazén), reforzada por su virginidad corporal, se convierte en la verdadera “virgen de Is- rael”, De ella naceri, Cristo, el Esposo.m Palabra 567, 10 (312)

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