Las subjetividades cristalizadas, aisladas, hiperidentificadas, entran en conflicto con la aparicin de
lo nuevo, de modo que la creatividad se neutraliza mediante procedimientos que garantizan la
postergacin del desocultamiento, inevitablemente trgico, de la crueldad que supone sostener la idea de que el sujeto es un individuo. El genio, el talento, la autora, la excepcionalidad creativa, forman parte de estos procedimientos y configuran el imaginario acerca de la prctica artstica. Es difcil poner en crisis estas formas subjetivas porque consisten justamente en una crisis, es decir, un desgarramiento: el de forzar la multiplicidad de fuerzas que dinmicamente nos constituyen a sostener la coherencia de la identidad. Pero siempre podemos prender fuego a la choza de nuestra identidad para quedar en la intemperie, para abrir la mirada a una subjetividad entendida como territorio a explorar. Entonces, no salir al escenario a demostrar lo que sabemos y lo que podemos, sino a buscar lo que aun no sabemos que podemos ser.