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Introduccién Introducci6n a la astrologia PAIDOS STUDIO Ultimos titulos publicados: 27. E. Fromm - La erisis del psicoandlisis 28. A. Montagu y F. Matcon - El contacto humano 29. P. L. Assoun - Freud. La filosofia y los filésofos 30. ©. Masotta - La historietd en ef mundo’ moderno 31, 32, 33, 34, 35, 36. 37. D. J. O'Connor - Historia critica de la filosofia occidental. 7 volieme- nes. L La filosofia en la antigiedad. I. La filosofia en la Edad Media y los origenes del pen- samiento. modemo. Ill. Racionalisma, iluminismo y materialismo en tos siglos XVI y XVII WV. El empirismo inglés. V. Kant. Hegel, Schopenhauer. Nietzsche. V1. Empirismo, idealismo, pragmatismo y filosofia de la ciencia en la segunda mitad del siglo XIX. VII. La filosofia contemporanea. 38. A. M. Guillemin - Virgilio. Poeta, artista y pensador 39. M. R. Lida de Malkiel - Introduccién al teatro de Sofocles 40. C. Dyke - Filosofia de la economia Al. M. Foucault - Enfermedad mental y personalidad 42. D. A. Norman - EI procesamiento dé la informacién en el hombre 43. Rollo May - El dilema existencial del hombre moderno 44. Ch. R. Wright - Comunicacién de masas 45. E, Fromm = Sobre la desobediencia y otros ensayos 46. A. Adler - EI cardcter neurético 47. M. Mead - Adolescencia y cultura en Samoa 48. E. Fromm - El amor a la vida 49, I. Maisonneuve - Psicologia social 50. M. S. Olmsted - EI pequerio grupo 51, E.H. Erikson - El ciclo vital complerado G. W. Allport - Desarrallo y cambio 33. M, Merleau-Ponty - El ojo v el espiritu 54, G, Lefebvre - El gran panico de 1789 55. P. Pichot - Los tests mentales 36. L. E. Raths - Cémo ensenar a pensar 57. E. De Bono - El pensamiento lateral. Manual de creatividad 58. W. J. H. Sprott y K. Young - La muchedumbre y el auditorio 59, R. Funk - Erich Fromm 0. Ch. Darwin - Textos fundamentales 61. Ph. Ariés, A. Béjin, M. Foucault y otros - Sexualidades occidentales 62. E. Wiesel - Los judios del silencio 63. G. Deleuze - Foucault 64. A. Montagu - 27 dias Mercurio [ 87 dias Venus ¢ 224 dias Marte a 687 dias Jipiter 4 11,86 afios Satumo s 29,44 afios Urano: A 83,80 afios Neptuno Yy 163,83 afios Plutén ¥ @ 245,49 afios 20 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA dro III, donde se indica también el sfmbolo que los de- signa +. A esta altura conviene precisar que el “‘signo zodia- cal”, frecuentemente conocido por una persona, no es més que un elemento de su mapa del cielo: la posici6n de su Sol de nacimiento. La figura 2 da un ejemplo de posicionamiento para un nacido en 1989. Fig. 2. — Zodiaco y posicién de los 10 elementos astrolégicos del cielo de un nacimiento producido el 10 de mayo de 1989. Cada planeta est4 representado por su simbolo (Sol, Luna + 8 planetas) con el grado correspondiente al signo. Véase significacién de los simbolos en el cuadro III. 4. Los asteroides, pequefios planetas que circulan entre las 6rbitas de Marte y Jupiter, incalculables para un tema, no son tomados en cuenta por la astrologia. Tampoco lo son eventuales planetas transplutonianos a veces calculados por los astrélogos y astr6nomos. TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 21 Por tiltimo, ciertos astrélogos posicionan otros pun- tos ficticios ademas de los nodos lunares, como la “Lu- na negra”: segundo hogar de la 6rbita de la Luna. Contraria a la realidad heliocéntrica del sistema so- lar donde, moviéndose con su propia velocidad y érbi- ta, los planetas se desplazan siempre en el mismo senti- do, las Efemérides traen en ciertos casos unos valores tales que el planeta retrocede con respecto al conjunto definido anteriormente. Se trata del fenénemo de “re- trogradaci6n” aparente, facil de comprender si no olvi- damos que la astrologfa trabaja como sistema geocén- trico. Asf, por ejemplo, en el afio 1989 Saturno, visto desde la Tierra, retrograda del 2 de mayo al 13 de sep- tiembre de 13°5 a 7°1 de Capricornio, retoma luego su marcha hacia adelante y vuelve a alcanzar su valor an- terior en el mes de diciembre del mismo afio. Significacién de los planetas. — A cada planeta se le atribuye una significacién propia. Esta es facil de formular en lo que respecta a los planetas conocidos desde la Antigiiedad y menos sencillo para los tres que se descubrieron en épocas recientes (Urano, Neptuno y Plut6n) sobre los cuales las opiniones de los astrélogos son mucho menos homogéneas. Veamos no obstante, y en la misma forma sumaria que para los signos del zodfaco, las grandes lineas de los rasgos representados por los planetas segun los tér- minos clave més utilizados: — Sol: facultades individuales, fuerza de vida, volun- tad, masculinidad. 22 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA — Luna: emociones, sensibilidad, vida cotidiana, fe- mineidad. — Mercurio: sistema mental, funciones de relaci6n. — Venus: sentimientos, amor, armonfa, belleza, artes. — Marte: lucha, guerra, rivalidad, energfa, agresivi- dad. — Jdpiter: madurez, autoridad, sociedad, éxito, rique- za, expansiOn, desarrollo. — Saturno: tiempo, experiencia, reflexién, soledad, re- tractaci6n, lentitud. — Urano: cambios, dotes de direccién, originalidad, invenciones, progreso. — Neptuno: inspiraci6n, intuicién, receptividad, flexi- bilidad, suefio. — Plut6én: subconsciente, cosas ocultas, marginalidad. Como cabe sospechar, los tres planetas transaturni- nos son objeto de investigaciones y elaboraciones por parte de numerosos astrélogos [12, 13]. Fuerzas y debilidades de los planetas. — Las signi- ficaciones de cada planeta resultan parcialmente modi- ficadas segtin el signo zodiacal en que se encuentre. La astrologia define en forma muy general determi- nadas localizaciones electivas que valorizan o desvalo- rizan, refuerzan o debilitan la significaci6n de cada pla- neta. Se trata de las “dignidades” o “dominios”: domi- cilios y exaltaciones, y de las “‘debilidades’”: exilio 0 cafda. Domicilio: hay perfecta identidad de accién entre el planeta y el signo; la fuerza de uno y de otro cooperan armoniosamente; por ejemplo: Marte en Aries, o Sol en TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 23 Leo. En términos generales, un planeta en domicilio no puede ser perjudicial. Exaltacion: \as caracterfsticas del signo y del plane- ta se refuerzan mutuamente; por ejemplo, Mercurio es- t4 exaltado en el signo de Virgo: aqui las facultades mentales resultan exacerbadas, en conformidad con el cardcter analftico y metédico del signo. Exilio: el planeta ocupa el signo opuesto a su domi- cilio en el circulo zodiacal. Su fuerza no esté interrum- pida, pero actiia en la direccién del signo, a contraco- triente. Por ejemplo, con Marte en Libra (signo opuesto a Aries) la energfa tendera a colocarse al servicio de la armonfa del signo, que puede sufrir de un exceso de agresividad. Catda: el planeta ocupa el signo opuesto a su exal- taci6n; se vuelve perjudicial para las caracterfsticas de que es portador, ya que éstas se empobrecerdn. Por ejemplo, Venus, cuya exaltacién se produce en el signo de Piscis, se encuentra muy alterado en Virgo, pues su principio de amor resulta contrariado por el aspecto ra- cional dominante de este signo. El cuadro IV ofrece la distribucién de los 10 plane- tas astrolégicos en estas 4 situaciones. Se observard que algunos de ellos poseen 2 dominios y que, a pesar de su reciente descubrimiento, Urano, Neptuno y Plu- t6n tienen atribuidos sus lugares en este sistema en fun- ci6n de los caracteres ya reconocidos por los astrélo- gos. Aspectos interplanetarios. — Se llama “‘aspecto” a un dngulo relevante que se encuentra entre las longitu- des de los planetas. La tradici6n astrolégica distingue: 24 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Cuadro IV. Cuadro de las “dignidades” y “debilidades” de los planetas (segun [4]) Planeta Domicilio Exaltacién —_Exilio Caida Sol Leo Aries Acuario Libra Luna Cancer Tauro Capricornio Escorpio Mercurio Géminis Virgo Sagitario Piscis Virgo Piscis Venus Tauro Piscis Escorpio Virgo Libra Aries Marte Escorpio Capricomio Libra Cancer Aries Escorpio Tauro Jépiter Sagitario Cancer Géminis Capricornio Piscis Virgo Saturno Capricomio Libra Cancer Aries Acuario Leo Urano Acuario _Escorpio Leo Tauro Neptuno _Piscis Leo Virgo Acuario Plutén Escorpio Aries Tauro Libra — los aspectos armé6nicos: “‘conjunciones”, los astros tienen la misma longitud, “trigonos” = 120° y “‘sex- tiles” = 60° (a los que sc afiade a veces el semisextil = 30° y el quincuncial = 150°); — los aspectos discordantes: “‘oposiciones” = 180° y “cuadraturas” = 90° (a los que pueden agregarse la semicuadratura = 45° y la sesquicuadratura = 135°). En un tema, el aspecto sera tanto mds caracterfstico cuanto més exacto sea el grado. En la practica se admi- te que ejerce su acci6n en una zona estrecha situada por ambas partes del aspecto exacto: el orbe. El valor del orbe varia segtin los autores; para la mayorfa de éstos TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 25 es de 10° para la conjuncién y la oposicion, 8° para la cuadratura y el trigono, 5° para el sextil. II. — El cielo real En un punto de nuestro globo se ve solamente una semiesfera celeste, la otra se encuentra debajo del hori- zonte. Todos los planetas astrolégicos (los 8 planetas, el Sol y la Luna) salen por el Este y se ponen por el Oeste, recorriendo asf el cielo visible en funcién de la rotaci6n de la Tierra sobre sf misma. Horizonte y meridiano. — Una operaci6n importan- te del astr6logo es definir la lfnea del horizonte real en el zodfaco sobre el que ha posicionado a sus 10 cle- mentos y, por consecuencia, obtener también el trazado de la Ifnea meridiana que corresponde al cenit, donde el Sol culmina a mediodfa. Es evidente que, en esta ope- raci6n, el lugar y la hora exactos son decisivos. El lugar se define geogréficamente por su longitud y latitud [9]. Las posiciones de los 4 puntos o “Angu- los”: horizonte Este ( = ascendente = AS), horizonte Oeste (= descendente = DS), meridiano (= medio cielo = MC) y su opuesto (= fondo del cielo = FC) se deter- minan en Tablas apropiadas [10] en funci6n de la hora sideral del nacimiento. Esta hora sideral se calcula sobre la base del valor consignado en las Efemérides [8] para el mediodfa del dia de nacimiento, y se la rectifica tomando en cuenta, por una parte, la hora local de este nacimiento, transcri- ta en horas GMT segtin el régimen horario del lugar 26 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA. Fig. 3. — Dos ejemplos de orientacién del zodiaco para un na- cimiento ocurrido el mismo dia que en la figura 2, a) a las 9h y 6) a las 11 h. Las posiciones de los planetas son las mismas. Sdlo cambian los “‘angulos”: AS = Ascendente y DS = Descendente (= linea del horizonte), MC = medio cielo, y FC = fondo del cielo (li- nea meridiana). Para los astrélogos, el individuo nacido a las 9 h posee entre sus grandes dominantes a los planetas Marte y Urano = energia, dotes de direccién y dinamismo, mientras que el nacido a las 11 h es fuertemente lunar = pasividad, receptividad y sensibili- dad. Dos temperamentos muy diferentes. TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 27 {11] y, por la otra, la longitud y latitud correspondien- tes. En la actualidad, los astr6logos franceses acostum- bran orientar el zodfaco representando la linea del hori- zonte real AS-DS en la horizontal, con el AS a la iz- quierda (fig. 3). Domificacién— La linea MC-FC esté mds o menos inclinada con respecto a la vertical del esquema (a la izquierda o la derecha). En efecto, el meridiano corres- ponde a la interseccién de la eclfptica con el circulo de la esfera celeste que pasa por los polos y la vertical del lugar de nacimiento. Pero en la representacién de que es objeto define con el horizonte cuatro partes, dividi- das cada una en tres “casas” (0 sectores), zonas del zo- dfaco que el Sol recorre en dos horas en el sistema geo- céntrico de la astrologfa, lo que explica la variacién del recorrido y la inclinacién mencionada. En efecto, como el plano de la eclfptica es oblicuo en relacién con el ecuador terrestre, el Sol, en ciertos momentos, perma- nece més tiempo en ciertos signos que en otros en su movimiento aparente diario alrededor de la Tierra. Esta representaci6n permite respetar las posiciones reales de los planetas vistos desde la Tierra. Las 12 casas asi definidas —seis encima del horizon- te y seis debajo— quedan posicionadas en el mapa del cielo por su punta o “‘ctispide”; las Tablas [10] ofrecen sus longitudes en grados de eclfptica sobre el zodfaco 5. 5. Las 12 casas son representadas en ciertos paises (en par- ticular anglosajones) por 12 tridngulos trazados dentro de un Tectaéngulo. 28 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA De este modo, el zodfaco queda dividido en 12 sig- nos iguales y 12 casas desiguales © numeradas en, senti- do inverso a las agujas del reloj (fig. 3). El sistema de domificacién més utilizado y al que aqui hacemos referencia proviene de los trabajos de Placidus; existen otros métodos bastante similares cu- yos autores serén mencionados en la parte histérica. Podemos observar que cuando la latitud crece, aproximdndose al polo, la extensi6n de las casas dismi- nuye, pero la lfnea del horizonte AS-DS siempre podra ser definida, incluso mds all4 del circulo polar. Un tema natal de un nativo de Narvik en invierno, por ejemplo, no tiene casas Placidus utilizables, pero este tema se podrdé definir por la posicién relativa de los planetas, que estan casi en su totalidad bajo el horizonte —en es- tos afios Jupiter se muestra por encima— (menciona- mos esta circunstancia porque es el eje de una de las polémicas antiastrolégicas). En cuanto a las latitudes del hemisferio Sur, el prin- cipio de la domificacién presenta una sencilla diferen- cia con respecto al descrito con anterioridad: al tiempo sideral para el dia de nacimiento, dado en las Tablas para el Norte, se le suman o descuentan 12 horas y se lee en la Tabla de casas el signo opuesto al que corres- ponde a cada una de ellas (ejemplo: casa 1 a 17° de Ca- pricornio pasa a ser 17° de Cancer). Un punto delicado de todas las domificaciones: no toman en cuenta las latitudes de los planetas. Cuando €stos son débiles, no tiene demasiada importancia; pero 6. En ciertas épocas se utiliza el grafismo inverso: 12 casas iguales y 12 signos zodiacales desiguales. TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 29 la de un planeta como Plut6n puede llegar a los 17°. Por ejemplo, un Plut6n por encima del ascendente, se- guin la Efemérides, quizds esté en realidad por debajo, lo que serfa importante para la interpretacién. El astr6- logo Y. Lenoble propone realizar en forma separada un tema de “domitud” merced a cdlculos precisos para ca- da planeta y teniendo en cuenta sus posiciones reales de latitud 7. Significados y clasificaciones. — Puesto que el gra- do del ascendente sefiala el comienzo del ciclo diario, as{ como el 0° de Aries inicia el ciclo anual, divididos ambos en 12 partes (casas y signos), se fijaron ciertas correspondencias entre cada casa y cada signo: la casa 1 con Aries, la 2 con Tauro... hasta la casa 12 con Pis- cis. Este principio se admite en forma general. Los as- tr6logos atribuyen a cada casa significaciones precisas. También aqui resumiremos su esencia en forma suma- ria utilizando los términos clave mds usuales. De una manera general, se considera que las casas localizan so- bre la Tierra, en la vida cotidiana, las influencias de los signos y planetas anteriormente descritas. Asf, la casa: : personalidad visible; : adquisiciones, posesiones; : relaciones, inteligencia, comunicacién; : hogar, familia; : creacién, placeres; : trabajo, salud, vida doméstica; AnNfwne 1. Y. Lenoble, “Le th8me de domitude”, Cahiers condi- tionnalistes, n° 4, Paris, COMAC, 1981. 30 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA 7: asociaciones, rupturas; 8: crisis, pérdidas, sexualidad; 9: lejanfa, espiritualidad; 10: mundo social, carrera, honores; 11: afinidades, amigos, proyectos; 12: trances diffciles, secreto, subconsciente. Claro est4 que este nuevo cédigo, que se superpone al zodfaco, ha hecho reflexionar y ha servido de inspi- raci6n a muchos astrélogos. Se intentaron asf numero- sas Clasificaciones que a menudo presentan légicas in- trinsecas interesantes. Daremos algunos ejemplos. Su propésito comin es, a todas luces, facilitar la interpre- tacién. Clasificacién de las casas segtin Barbault [3].— Las casas se ordenan en funci6n de ejes: asf como el eje Géminis-Sagitario es cl de la movilidad y los viajes, el eje de las casas 3-9 es cl de los desplazamientos, pe- quefios y grandes. De la misma forma, el eje 5-11 es el de los intercambios sentimentales y amistosos, etc. Segtin Hades (4). — Las casas son: — angulares: 1, 10, 7, 4; — sucedentes: 2, 5, 8, 11; — cadentes: 3, 6,9, 12, con importancias dispares. Segtin Nicola [6]. — En la circunferencia del zodia- co se pueden asociar las casas de 3 en 3 mediante tridn- gulos equilateros que responden a agrupamientos esta- blecidos por el astrdélogo inglés Bailey. Se obtiene asf: TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 31 —. tridngulo del sujeto: 1, 5 y 9 = el sujeto en persona, sus emociones, viajes y creencias; — tridngulo del objeto: 10, 2 y 6 = objeto del destino social, objetos materiales y cotidianos; — tridngulo de la relacién: 7, 11 y 3 = relaciones prin- cipales, amistosas y multiples; — tridngulo de la integracién: 4, 8 y 12 = pertenencia a una familia, a un conjunto, desarraigos con res- pecto a las pertenencias recibidas al nacer. Este sis- tema es designado por sus iniciales: SORI. Construido asf en su integridad el tema natal, los astr6logos procuran descubrir al individuo ® al que se refiere (interpretaci6n psicolégica) y efectuar previsio- nes sobre su devenir. Los dos campos corresponden a técnicas sumamente dispares, por lo que consideramos necesario tratarlos en forma separada. IV. — Interpretacion psicolégica La lectura del mapa del cielo de un individuo es una operacién compleja. Debe tomarse en cuenta todo lo que se ha descrito con anterioridad acerca de la tipo- logia de los signos, plantas y sus aspectos y casas, lo que supone la consideracién de muchfsimos elementos. 8. Oel pais, la empresa, etc.; puesto que todas las entidades tienen una “fecha de nacimiento” precisa, su mapa celeste puede ser estudiado, segiin algunos astrélogos, de la misma manera. El examen astrolégico de los paises da lugar a lo que se califica co- mo “astrologia mundial”. 32 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA S6lo una mente bien entrenada y con una vasta expe- riencia podré llevar a cabo esta operaci6n de traducci6n sin caer en la adici6n estatica de los elementos sucesi- vamente descubiertos. De ahf que pueda hablarse de un “arte de la interpretacién”, que puede compararse al ar- te del diagnéstico del médico. La visién global de un ser impone, evidentemente, un espfritu de sintesis. Por otra parte, es coherente descubrir que rara vez se dan dos temas semejantes, asf como no se dan, en biologia, dos genotipos idénticos (salvo el caso de los gemelos césmicos y el de los gemelos verdaderos). Sin embargo, la mayorfa de los astr6logos aplican reglas generales que a continuacién intentaremos resu- mir. Conviene determinar, en primer término, la o las dominantes de un tema (a las referencias utilizadas an- tes se les afiaden las siguientes: [14 a 19]). : Estas dominantes son, en primerfsimo lugar, los planetas angulares (fig. 3) 9: situados principalmente en 9. Este método permite verificar en ciertos temas la exacti- tud de la hora de nacimiento, o bien hallarla: técnica de la “rec- tificacién”. Por ejemplo, la sefiora C., mujer de gran encanto, amable, delicada, intuitiva, sensible, buscada por sus contactos y ala vez excelente organizadora, nacié segtin su familia a las 4 h. Esto le da dngulos vacios, una dominante Capricornio, un AS-MC Escorpio-Virgo: signo de sequedad, dureza e introver- sién, caracteristicas incompatibles con su auténtica naturaleza. Por el contrario, un nacimiento mAs precoz, a las 2 h, pone en Angulo —y por tanto como dominantes—: la Luna en AS = sen- sibilidad, receptividad; Jiipiter en MC = presencia, sociabilidad; y Venus en FC = encanto, delicadeza. Mercurio y Urano (comu- nicacién y organizacién, directividad) permanecen en conjun- cién con el Sol y no son ahora sino elementos secundarios. He TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 33 conjuncién con AS y MC, y de influencia un tanto me- nor en DS y FC. En los temas que no posean planetas angulares, la dominante resultar4 del signo mds carga- do de elementos astrales, 0 incluso de planetas en con- junci6n con los luminares. Partiendo de una o varias dominantes, que se precisaran en funcién de los signos, del dominio de éstos y de las casas, el andlisis se orde- nar4 tendiendo a una sintesis de la imagen de un indivi- duo tnico y especffico. De una manera general, cada planta representa una cualidad fundamental que se expresa en el signo en el que se encuentra, dentro del 4mbito experiencial que se indica por la casa correspondiente. Por ejemplo, y es- quematizando un poco: Venus = encanto, belleza, amor; en Tauro = sentimientos estables y fieles (posi- cion fuerte, al hallarse Venus en “‘domicilio” en Tauro), en casa 10 = el encanto estar4 al servicio de la profe- si6n o bien ésta se hallard relacionada con el arte. Los aspectos son elementos que entran igualmente en la sintesis buscada: su numero es muy variable y puede ser importante. Los planetas en aspecto son tra- tados en funcién de sus vinculos e interactian, aunque en forma distinta, los “rapidos” y los “lentos’’. En el ca- so de tendencias psicolégicamente contradictorias 0 “contrastadas” (por ejemplo Venus y Saturno en rela- ci6n), la interpretaci6n es problemiatica: se trata de dos posibilidades a observar segtin la evolucién de la vida. aqui todo el retrato de la sefiora C. La verificacién del nacimien- to en el municipio confirma la hora asi hallada (observacién personal). Resalta pues la gran importancia de la hora. 34 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Por ultimo, cuando un planeta recibe muchos as- pectos puede adquirir el carécter de dominante. Los aspectos arm6nicos se consideraron tradicio- nalmente como benéficos y los discordantes como ma- léficos. Sin embargo, en el espiritu de muchos astrélo- gos actuales los aspectos tienden a ser entendidos en forma menos maniquea; ya no se califica sistematica- mente de maléficos a los discordantes, sino que se los juzga como indicativos de una problematica capaz de ser resuelta en funcién de la fuerza psiquica expresada por los demé4s elementos del tema del individuo. Lo mismo sucede con los planetas que antafio se califica- ban siempre de maléficos (Marte, Saturno), y que hoy se traducen por lo general en términos de caracteristi- cas psicoldégicas objetivas. Los signos propios de los 4ngulos (AS y MC sobre todo) poseen una significacién propia para la psicolo- gia del individuo. V. — Previsiones Son numerosas las técnicas tradicionales que utili- zan los astr6logos para emitir previsiones sobre un te- ma natal. Hay quienes son especialistas en una de ellas, y los hay que utilizan s6lo una o varias de las otras. En sintesis, los gustos son variados, pero aqui nos propo- nemos conocer lo esencial de estos sistemas de previ- sién. Resumiremos los cinco principales. Las direcciones. — Este sistema se basa en la ana- logia que se puede observar entre la rotacién de la Tie- TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 35 ra sobre sf misma (una vuelta en un dfa) y el movi- miento del Sol'en el zod{faco (una vuelta por afio). Se “dirige” un elemento del cielo de nacimiento (Angulo, planeta) hacia otro considerado como fijo y que conserva su posicién natal. Asf pues, se debe cal- cular un arco para saber cudndo, a qué edad, el elemen- to, por ejemplo el dngulo, estar4 en conjuncién con un planeta importante, por ejemplo el Sol. De este modo, el tiempo que tarda un grado para pasar sobre el meri- diano, cuatro minutos de tiempo sideral, corresponde a un afio de vida. Este método, llamado de ‘“‘direcciones primarias”, exige una gran precisién en los datos horarios de naci- miento. Ello explica tal vez su escasa utilizacion. Las “direcciones simbédlicas” descansan sobre el mismo principio pero admitiendo la equivalencia de un grado = a un afio de vida. Por ultimo, las “direcciones secundarias” 0 “pro- gresiones” consideran el desplazamiento de los pla- netas a raz6n de un dfa por afio. Asf, para prever el futuro de un individuo a los 30 afios, hay que consi- derar su mapa del cielo en su 30° dia después del na- cimiento y efectuar un andlisis en funcién del mapa de origen. Por ejemplo, Barbault [3] afirma que el encuentro direccional Sol-Mercurio corresponde fre- cuentemente al afio en que la persona toma concien- cia de su personalidad y decide una orientacién pro- fesional (lo que deja suponer que la conjuncién Sol- Mercurio al nacimiento estarfa anunciando una vocacion precoz). 36 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA La revolucién solar. — A\ contrario de las técnicas precedentes, ésta se apoya en un hecho astronémico: el retorno del Sol al lugar exacto que ocupaba en el zodfa- co en el momento del nacimiento. Desde luego, se ob- tiene un nuevo mapa del cielo con nuevos AS y MC, sugiriendo un “renacimiento”. A. Volguine estudié en profundidad esta técnica hace 50 afios [20], subrayando que un buen “previsionista” debe efectuar la sintesis entre ésta y las precedentes. Insiste en que el tema de la revoluci6n solar debe ser levantado para el lugar en que se encuentra la persona el dia de su aniversario. Esto permite prever el recurso a un viaje (que desplaza los Angulos del cielo real) para evitar aspectos nefastos 0 no descados, que se pueden prever con anticipacion. Un andlisis muy minucioso de este mapa de “revolu- cién solar” se realiza tomando en cuenta los elementos nuevos en su relaci6n con los del nacimiento. Los trdnsitos. — Tenemos aqui otra técnica, esta vez mas simple, basada en el desplazamiento astron6- mico de los planetas [21]. Los trdnsitos corresponden a los pasos de los plane- tas del ciclo real por los puntos sensibles de la carta na- tal o en aspectos con ellos. Los astrélogos coinciden en su mayoria en atender a los pasos de los planetas len- tos: Saturno, Urano, Neptuno. Por ejemplo, se puede calcular de antemano la fecha exacta del paso de Urano sobre una posicién fuerte de Venus en el tema natal: habr4 entonces recrudecimiento de sucesos de tipo ve- nusino, incidiendo intima y afectivamente sobre la per- sona. Algunos juzgan los trdnsitos de Urano como los més fiables, recalcando que la Grbita de este planeta TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 37 tiene una duraci6n cercana a la vida humana (84 afios) 10, Este tipo de técnica es la utilizada por buen nimero de medios grdficos en la seccién “horéscopo”. Se des- cribe la atmésfera de cada signo, “coraz6n, salud, vida social, etc.”, para la semana de aparicién. En general, el andlisis se realiza sobre la base de los simples aspec- tos entre cada signo y el signo de los planetas del cielo real. Por ejemplo, en un semanario femenino del 30 de mayo de 1988, los nativos de Aries pueden leer: “‘cora- zon: el Sol, Venus y Mercurio no cesarén de serle favo- rables”. En efecto, los tres elementos forman un sextil, reputado benéfico con el signo —considerado en su to- talidad— de Aries. Los nativos de Virgo descubren, por el contrario: “corazon: incomprensi6n, nerviosismo, malentendidos”, pues Venus y Mercurio estén en cua- dratura con el signo de Virgo, también considerado glo- balmente, hallandose ademas Marte en oposicién = dos aspectos reputados maléficos. En estas previsiones de los medios graficos no entran en consideracién, como se ve, la hora, el lugar ni el dfa de nacimiento: compa- rada con las precedentes, la previsién es muy aproxi- mativa. 10. También aqui se puede utilizar el método al revés y averiguar la hora exacta de nacimiento examinando, por ejem- plo, un paso de Urano sobre una posicién clave como la del AS, que provoca, al decir de los astrélogos, un acontecimiento im- portante no definible. M. N. resulté afectada por un stibito acci- dente de graves consecuencias, a fines de septiembre de 1984: Urano estaba a 10° de Sagitario. La persona debja de tener alli su AS. Nacio efectivamente a las 5h, lo que daba AS = 10° de Sagitario (observacién personal). (Véase nota 9.) 38 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Las partes. — Muchos astr6logos utilizan un cdlcu- lo, a primera vista bastante extrafio, llamado “parte de la fortuna”. Como veremos en la secci6n hist6rica, es el vestigio de una antigua técnica mas ampliamente utili- zada [22] en ciertas épocas. Las partes requieren la eleccién de dos elementos fijos que pueden ser los luminares (Sol y Luna), calcu- ldndose su distancia en longitud zodiacal en el sentido de los signos, y de un elemento “mévil” significador, como una posicién de casa, que se agrega al dngulo calculado: se obtiene asf una posici6n en el interior de un signo. La parte de la fortuna no es mas que uno de las numcrosas partes calculables: toma al ascendente como clemento mévil y consiste en trasladar el 4ngulo Sol-Luna a partir del ascendente. Se observa que cuan- do una persona naci6 el dia de Ja Luna nueva (conjun- cién Sol-Luna), su parte de la fortuna csté en el ascen- dentc. Esta parte cs, en resumen, una expresion del es- tado lunar del nacimicnto. La interpretaci6n de este punto ficticio esta sujeta a caucion, pucs los astrélogos no se ponen de acuerdo: unos lo interpretan en funci6én del signo, otros en funcién de la casa en cuyo interior se encuentra. Los ciclos. — Para concluir la exposicién de estos métodos, deberemos mencionar la utilizacién de los ci- clos astronémicos planetarios. Muchos astr6logos in- tentaron definir perfodos regulares en el curso de la vi- da, susceptibles de percibir un clima, una forma de vi- da, una actitud general reproducibles. Uno, bastante conocido, se basa en el ciclo de 7 afios (la 12? parte del ciclo completo de Urano) segtin TECNICA ASTROLOGICA OCCIDENTAL 39 el cual la vida se recorta en perfodos de esa misma du- raci6n: del nacimiento a los 7 afios = reacciones instin- tivas de base puestas en relacién con el primer signo, Aries; luego de los 7 a los 14 afios (Tauro) = crisis que afectan a la naturaleza sexual y emocional; de los 14 a los 21, etcétera. En este dominio de los ciclos vitales, una “Teoria de las edades” reciente toma en cuenta, por el contra- rio, las duraciones orbitales de cada planeta, desde el més cercano al Sol hasta el més distante, y que serfan sucesivamente “‘integradas” por el nifio, el joven y el adulto segiin el siguiente esquema [23, 24]: — le mes: la Luna; — 2° - 3° mes: Mercurio; — 4° - 8° mes: Venus; — 9 meses - 1 afio: Sol; — 1 a 2 afios: Marte; — 2a 12 afios: Jupiter; — 12 a 30 afios: Satumo; — 30 a 84 afios: Urano; perfodos que coinciden en grado apreciable con la na- turaleza astrol6gica atribuida a cada planeta. El estudio de los ciclos de retorno de las conjuncio- nes de nacimiento se emplea también a veces para la previsi6n de grandes etapas de la vida. Es facil calcu- larlos, mediante la formula: LxR/L-R 40 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA donde L = duracién de la revolucién del planeta mds lento y R = duraci6n de la del mas rapido. Asi pues, las conjunciones de Saturno (30 afios) con Jupiter (12 afios) se repiten cada 20 afios y poseen una significaci6n previsional segiin el lugar zodiacal en que se reproducen para el mapa del cielo estudiado. 2 ORIGEN DE LOS DIFERENTES ELEMENTOS DE LA TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION Los diferentes elementos expuestos en lo que ante- cede tuvieron su origen en la necesidad de medir el tiempo cotidiano y anual en regiones de bajas latitudes como Mesopotamia y Egipto. Las civilizaciones medi- terraneas fueron luego testigos de la expansi6n de estas técnicas. Aparte de las milagrosas colecciones de millares de tablillas de arcilla de Babilonia, recientemente descu- biertas, no queda prdcticamente nada de las antiguas colecciones de libros del mundo mediterraneo. Los sol- dados de César quemaron la biblioteca de Alejandria y los Cruzados incendiaron Ja de Constantinopla. El mundo occidental actual se remite, pues, a los ejempla- res de la Edad Media surgidos de una larga andadura que no vamos a examinar. Existen buenas traducciones al francés y los andlisis respectivos [1, 5,25 a 31]!. 1. Archéologia, n° 15, marzo-abril de 1967. 42 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA I.— Primeros conocimientos astrolégicos de la Antigiiedad Los comienzos.— El hombre primitivo, que vivia en estrecho contacto con la naturaleza, observ6, mucho antes de la invenci6n de la escritura, las fases de la Lu- na y el movimiento diurno del Sol y de los elementos luminosos de la b6veda celeste nocturna 2. Como agri- cultor, reconoce tempranamente la importancia de los solsticios y los equinoccios. Cuatro estaciones en Me- sopotamia, tres en el valle del Nilo, que siguen el ritmo de las crecidas, indujeron la creacién de calendarios destinados a prever la sucesi6n de las actividades anua- les. Con el retorno de las mismas posiciones del Sol, cl afio se siguié en todas partes a través de sus 12 lunacio- nes, que se convirtieron en una cifra fundamental. Unos 3000 afios antes de Cristo, la primera crono- logia egipcia divide el afio en 360 dias (+5). Los meses de 30 dias se dividen en tres semanas de 10 dias (los “decanatos”, introducidos posteriormente en la astrolo- gia griega). El dfa se divide en 24 horas desiguales, dos veces 12 horas, diurnas y nocturnas, atribuidas a 12 animales sagrados: gato, perro, serpiente, escarabajo, asno, le6n, macho cabrio, toro, gavilén, mono, ibis, co- codrilo... Aqui, pocas observaciones directas del cielo: los calendarios estén ligados a la vida propia del Nilo. 2. Se habrian hallado vestigios de observaciones lunares en objetos del Paleolitico y del Mesolitico europeo; véase Mar- shok, “Lunar notation on upper paleolithic remains”, Science, 1964, 146, 743-745. TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION 43 En efecto, el Egipto faradnico se caracteriza ante todo por el apego a estas adquisiciones milenarias que posi- bilitaron el dominio del rfo. MatemAticos, astr6énomos, ingenieros —la elite intelectual en estrecho contacto con la casta sacerdotal— transmiten estas ciencias en- sefiadas en los templos. El Sol es objeto de la venera- ci6n de este pueblo en una regién donde lIlueve rara vez, sobre todo en el Alto Egipto, y el culto solar pro- viene de la mds remota antigiiedad. Babilonia. — En Mesopotamia, todo comienza en- tre el Tigris y el Eufrates, bajo una latitud propicia a la agricultura, a las manifestaciones de las estaciones (al- - rededor de los 30° de latitud Norte) y a la observacién del cielo. Entre el VI y el I milenio antes de nuestra era, el pafs se encuentra repartido entre Sumeria al sur y Aca- dia al norte. Las inscripciones en arcilla con cafias ta- lladas (abundantes en esta regi6n fluvial) pasan a ser, de ayuda-memoria prdcticos y concretos, a una verda- dera escritura llamada “cuneiforme”, de base fonética. Invencién fundamental de los sumerios, recogida por los acadios que dominan luego Sumeria, esta escritura iba a ser la del reino de Babilonia a partir del segundo milenio a.C. Conservada y desarrollada por una elite aristocratica, confiere a ésta gran poder y privilegio, como sucedi6é también en Egipto. Pero lo importante en lo que nos ocupa, es que es- tos arist6cratas letrados desarrollaron una extraordi- Naria tradici6n de observacion y consesvacion de los documentos mds diversos y de hechos de toda indo- 44 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA le 3, incluidos los relativos al cielo. La primera tabli- lla astronémica hallada data del siglo VIII antes de nuestra era. Una tablilla describe todos los eclipses lunares que se produjeron en Babilonia entre el reina- do de Nabonasser y el afio 317 a.C., o sea durante 400 afios. Ciertas tablillas reflejan observaciones co- tidianas y son, por tanto, efemérides astronémicas. Se encuentran en gran cantidad a partir del siglo IV, y en ellas se aprecia una objetividad sefialada por notacio- nes como: “Nublado, no he podido observar”, en lu- gar de una cifra. A la vez que se apuntan estas obser- vaciones metdédicas, se desarrolla una astronom{a ma- temdtica sumamente compleja. Sabemos también que los “zigurats”, grandes edificios coronados por una torte, permitian el trabajo de los astrénomos (Babilo- nia, siglos VII-VI a.C.). Después del movimiento diurno y de las fases de la Luna, los astrénomos determinan los puntos cardinales y siguen la marcha del Sol entre las constelaciones de estrellas. Identifican los 5 planetas (= astros errantes) visibles a simple vista: Mercurio, Venus, Marte, Jupiter y Saturno, después de haber duplicado a los dos prime- ros a causa de su posicién a veces matutina, a veces vespertina. A cada astro se le atribuyen dioses. E] dios lunar 3. Ningiin dato nos explica por qué los babilonios consa- graron tanta energia y esfuerzos a la redaccién de estas tablillas: registraban mes por mes, afio por afio y siglo por siglo todo lo que observaban, sin que conozcamos realmente su motivacién profunda. Por ejemplo, en las ruinas de Ninive, en Kouyound- jik, se encontraron desde 1847 mds de 25.000 tablillas, y 50.000 en el templo de Nipur, cerca de Babilonia. TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION 45 Sin reina sobre la vegetacién, los meses, los afios, los dfas y el destino de los hombres. El dios solar Shamash es el amo de la vida, el sefior de la justicia. Ishtar, dios del amor, corresponde a Venus. Los otros astros, fijos 0 errantes, son los “bibbus” o carneros, unos domestica- dos (estrellas fijas), los otros errantes 0 salvajes (plane- tas). Entre los segundos, la “estrella blanca” (Jupiter) es el creador de Marduk, dios protector de Babilonia. Su hijo y compafiero Nabu es reconocido como Mercu- rio: es el dios que lleva el estilete de las tablillas del destino, el dios de las ciencias. Marte es Nergal, dios de los infiernos y de las armas, gafe de inquietante bri- llo rojo. Saturno, cuya marcha lenta es registrada, se asimila a un viejo Sol fatigado, Ninib, el estable, astro de la justicia y el orden. Asi pues, en esta religién politefsta babilonica apa- recen claramente las simbologfas astrolégicas descritas en el capftulo 1. Se han estudiado los presagios (4000 tablillas de presagios en la coleccién del rey Asurbanipal, 669-626 a.C.) sin que se puedan determinar realmente los méto- dos empleados. También es posible alejar los peligros mediante sacrificios 0 ritos: en Babilonia no existe la creencia en un destino inevitable. Los ‘“oraculos” ce- lestes conciernen a la Luna, el Sol, los eclipses, los meteoros, el trueno, la lluvia. Se ha encontrado una compilaci6n de ordculos muy importantes referidos a los temas més variados: fantasmas, demonios, cons- trucci6n de casas, ruidos, inundaciones, animales, po- Zos, etc. Hay predicciones que atafien a acontecimien- tos publicos: muerte de un rey, invasion de un territo- rio, calidad de las cosechas, hambrunas, epidemias, 46 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA lluvias (el buen tiempo, que es lo habitual, nunca se menciona...). Los primeros calendarios mesopotémicos se cons- truyen conciliando dfas, lunaciones y afios. Compren- den 12 meses que comienzan con la primavera‘. El dfa est dividido en 12 partes iguales de una ho- ra doble, dividida en 60 dobles minutos segtin el cdlcu- lo sexagesimal adoptado aquf por vez primera y que mas tarde se impondria en todas partes. El circulo graduado se divide en 12 partes iguales y el primer zodfaco descubierto esta fechado en 419 a.C. El punto de partida de los signos del zodfaco es una es- trella fija brillante (y no el punto vernal de la actuali- dad = zodfaco trépico); se trata, pues, de un zodfaco si- deral (véase, en el capitulo 1, el paso del uno al otro en raz6n de la precesién de los equinoccios). Los origenes de los signos del zodiaco. — Resumi- mos en la forma siguiente lo que se pucde reconstruir de los 12 signos del zodfaco en esta época. — Aries: los antiguos pueblos pastores, los criado- res de pequefio ganado, ven una correspondencia centre el retomo de la primavera, la transformacién de la Tic- tra y la proliferaci6n de rebafios. — Tauro: este signo provendria de los criadores de ganado mayor de Asia Menor. Ciertamente muy anti- guo, habrfa estado ligado al culto solar introducido por los sumerios procedentes del Este. Se encontr6 en se- llos la representaci6n de Tauro y Escorpio: a los 3000 4, Nisan (marzo-abril), aiar, siw4n, tammuz, ab, ebil, tesh- rit, arashsamma, kesilimmu, tebet, shebat, adar. TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION 47 afios a.C., el Sol salfa en la constelacién del mismo nombre el 21 de marzo y se ponfa en otofio en Escor- pio. — Géminis: este nombre se encuentra en antiguos textos cuneiformes. De dragén bicéfalo para los semi- tas del Norte, se convierte en dos hombres, no se sabe bajo qué influencia. — CaAncer: primero cabezas juntas de un dragén macho con cabeza de buitre y de una hembra con cabe- za de le6n, se convierten luego en la imagen de un can- grejo. — Leo: en antiguos frisos de Babilonia el leén adopta a menudo la forma de un demonio. Pasa a ser le6n como animal real, sfmbolo de los soberanos que reinan sobre la Mesopotamia. Tal vez hubo una asimi- laci6n entre el poder real y el del Sol en el apogeo de su fuerza. — Virgo: vemos en este signo un vestigio del con- cepto matriarcal que domin6 durante largo tiempo en el mundo mediterréneo preindoeuropeo, desde Espafia hasta el Eufrates. La diosa de la fecundidad se transfor- ma en una Virgen, adorada bajo el nombre de Ishtar por las mujeres de Babilonia. — Libra: se tratarfa de un signo reciente, pues la epopeya de Gilgamesh (escrita por los antiguos sume- trios y de la que se han hallado numerosos fragmentos) no lo menciona. Corresponderia primero al ‘“‘sostenedor de Balanza” que representa al mercader de las primeras grandes ciudades de Mesopotamia. — Escorpio: el escorpién fue un animal muy temi- do en Babilonia, pues los anales citan muertes reales 48 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA provocadas por su picadura. En los valles de Acadia se le denomina Girtab = el que pica. — Sagitario: los babilonios lo representan como un signo hfbrido, dotado de cierta majestad. Los griegos lo transformardn en Centauro. — Capricornio: en Mesopotamia se trata de un ser doble, una especie de pez-cabra temido. Los griegos lo convertirdn en una simple cabra mds benévola, corres- pondiente a las pedregosas soledades del pais. — Acuario: en Babilonia se lo representa bajo la forma de un hombre arrodillado volcando la lluvia de una urna. Mas tarde ser el portador del anfora que trae las inundaciones. — Piscis: se relaciona con los pescadores del Eu- frates y el Tigris, quienes habrfan encontrado corres- pondencias entre esta constelaci6n celeste y la época de la freza en los rfos. Este zodfaco aparece ya en la tablilla de Cambiscs (siglo VI antes de nuestra era). Aparicion de la astrologia individual. — Constitui- da hacia varios siglos como una disciplina dedicada a los sucesos generales y ptiblicos, la astrologfa inicia un desarrollo consagrado al individuo: se habla entonces de “astrologia genetlfaca”, término de origen griego. El transito es impreciso pero se sitéa con seguridad en Mesopotamia. Un “horéscopo” babilénico est4 fechado en 410 a.C. (Babilonia forma parte entonces del Impe- rio aqueménido 539 a.C.: conquista de Ciro) y ya no dejara de estar dominada por extranjeros: se suceden Persia, Grecia, Partia, Roma. Parece que bajo la domi- TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION 49 nacién de los persas la religién babilénica se modifica y, al basarse menos en la repetici6n de los ciclos natu- rales impersonales, tiende a enfatizar mds el caracter unico de la existencia de cada cual y la influencia pre- ponderante del estado del cielo al nacer. Una serie de horéscopos fue descubierta sobre tablillas de arcilla, precediendo todos ellos en forma de textos a los prime- ros horéscopos griegos en papiro encontrados en Egip- to (10 a.C.). En estos textos se describen las posiciones planeta- rias en el zodfaco, y el horizonte parece ostentar ya una gran importancia, pues se pone de relieve el astro que sale. Las predicciones son precisas 5. Son también los primeros esbozos de una tipologfa psicolégica mezcla- da con predicciones vitales: ““Los acontecimientos le serdn favorables, ser4 fuerte...”. Asf pues, los babilonios habfan establecido méto- dos astrolégicos de andlisis de nacimientos individua- les, antes que los griegos. Aparecen claramente los te- mas de la astrologia occidental, en forma rudimentaria, ciertamente, pero reconocible. A la declinaci6n de Babilonia (dltima tablilla fecha- da en 70 a.C.), le corresponde la expansi6n de la astro- logia hacia el mundo mediterraneo y el comienzo de una larga aventura que prosigue en la actualidad. 5. Por ejemplo, en el horéscopo de 235 a.C., procedente de Uruk, se lee: “La posicién de Jupiter quiere decir que su vida sera regular y libre de dificultades, se har4 més rico, envejecer4, viviré hasta una edad muy avanzada. Venus estaba en el 4° gra- do de Tauro, la posicién de Venus quiere decir que alli donde vaya las cosas acabarén bien para él, tendré hijos ¢ hijas. La po- sicién del Sol y de Mercurio significa que seré valiente...”. 50 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Un ejemplo de migracion astrolégica precoz. — Una influencia babil6nica se desarrolla precozmente fuera de Mesopotamia entre las tribus llegadas a las planicies anatolias en el III milenio a.C., y que en el II constituyeron el imperio hitita. Se entablan con Babilo- nia relaciones comerciales y al mismo tiempo penetran los elementos culturales, entre ellos la escritura cunei- forme. Asf pues, entre las prdcticas adivinatorias de es- te pueblo hallamos traducciones de textos astrolégicos babilonicos, pero la versi6n hitita parece proceder de concepciones mas primitivas de los fenémenos celes- tes. Se descubrieron interesantes vestigios arqueolégi- cos, por ejemplo los de Boghhaz-Kéy. Pero la Grecia antigua es verdaderamente cl foco del desarrollo astrol6gico en la cuenca mediterrénea y en Occidente; hacia ella debemos volvernos con mds detenimiento. 11, —La astrologia helenistica No hay ningtin rastro de astrologia en la Grecia ar- caica ni en la de Pericles. La astrologia parece surgir s6lo en el perfodo helenistico, vinculada con las con- quistas de Alejandro Magno. Entre la Ilegada a Grecia del primer astrélogo ‘‘cal- deo” —término con el que pas6 a designarse a Babilo- nia y su regién de influencia—, Beroso, en 330 a.C., y la redacci6n del Tetrabiblos en Alejandria, por Ptolo- meo, en 140 después de Cristo, transcurren casi cinco siglos en los que se preservan las tradiciones, se afinan las técnicas, sin que podamos determinar etapas en for- TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION 51 ma precisa. Se form6 entonces ciertamente un terreno propicio, alimentado por los aportes egipcios, orienta- les y griegos. A juicio de Knappich [26], la astrologia es “el resultado tfpico del cruce entre la ciencia astral oriental, la sabidurfa de los templos egipcios, la astro- nomfa babilénica, la matematica y la filosoffa natura- lista griegas”. El aporte egipcio. — En el Egipto de los faraones existe la creencia en un destino ineludible. Se cuenta que rodean a Maat ¢ Isis. siete sacerdotisas, las Hathors, que se inclinan sobre la cuna de un recién nacido para anun- ciarle su destino en presencia de un dios-escriba. Las sie- te Hathors prefiguran la astrologia genetlfaca griega con sus planetas y dioses. Se cita bajo el nombre de “‘salmes- koiniaké’, un antiquisimo tratado de esta astrologia gre- coegipcia. La astrologia egipcia se ensefia tinicamente en los templos, y la averiguaci6n del destino al nacimiento favorece tan s6lo.a los privilegiados, reyes 0 sacerdotes. Los sacerdotes especialistas son Ilamados horoscopdi (= los que observan la hora), encargados primero de medir el tiempo y posteriormente astrélogos oficiales. Aporte de la Grecia antigua. — Es bien conocida la expansion de las ciencias en la Grecia antigua. Nos basta mencionar a algunos astrénomos matemiaticos fi- l6sofos precursores del gran desarrollo ulterior de la as- trologfa, que se model6 sobre sus concepciones. Una tradici6n de astrénomos eruditos se remonta a la escuela de Mileto, desde Tales (640 a 548 a.C.) hasta Anaximenes, para quien "el hombre cs semejante al mundo como la parte lo es al todo”. Pit4goras (siglo VI 52 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA a.C.) y sus discfpulos anuncian los elementos raciona- les del estudio geométrico del cielo natal segtin el ada- gio frecuentamente citado: “;Qué es lo mas sabio?: el niimero; {qué es lo més bello?: la armonfa”. Estas con- cepciones permitirén la elaboracién de los aspectos “maléficos” y “‘benéficos” entre los planetas. Empédo- cles (490 a 420 a.C.) de Agrigento aporta la concepcién de los 4 elementos fundamentales del mundo: fuego, tierra, aire y agua, que posteriormente seran facilmente asociados con los 12 signos zodiacales. Aristételes, preceptor de Alejandro Magno, determina la naturaleza de estos 4 elementos de Empédocles: el fuego es “‘ca- liente y seco”, la tierra “‘fria y seca”, el aire “himedo y caliente” y el agua “humeda y frfa”, condicién que al- gunos integrarén en los signos del zodfaco. Con Empé- docles se elabora también una concepcion inteligible de la influencia de los astros, pues, para él, la luz es “una emisi6n de efluvios que nos llegan tras haberse des- prendido del cuerpo luminoso”. Hipdcrates (460 a 377 a.C.) se interesa en los ciclos estacionales de las enfer- medades y describe 4 temperamentos: bilioso, nervio- so, sanguineo y linfatico, que se corresponden con los 4 elementos de Empédocles, raiz de la primera tipologia humana. Por ultimo, el gran fil6sofo Plat6n no deja de tener influencia en el futuro desarrollo de la astrologfa, puesto que, para él, toda la naturaleza es pensamiento e inteligencia. En resumen, todo el “genio griego”, cientifico y ra- cional, va a inducir un nuevo nacimiento en la tradicién secular de la astrologfa caldeo-babilénica. Balance de la astrologia helenistica. — Con la vic- TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION 53 toria de Arbelas (331 a.C.), Alejandro Magno, que ha cruzado el Tigris y el Eufrates, somete a Mesopotamia. © Babilonia le descubre sus conocimientos, riquezas y ci- vilizaci6n. Beroso, un sacerdote caldeo, astrélogo e historiador, es enviado a Grecia; funda una escuela de astrologia en Cos. Después de su grandiosa epopeya que lo condujo a més de 8000 km de Grecia, Alejandro muere en 323 a.C. Sus generales se reparten su imperio y propagan el helenismo, sin dejar de evolucionar al contacto de todas las civilizaciones que salen a su en- cuentro (reino de Macedonia, Egipto de los Ptolomeos, teino de Siria con los seleticidas). Nace asf una civili- zaci6n greco-oriental “helenistica” cuyos grandes cen- tros intelectuales son Antioquia, Pérgamo y sobre todo Alejandria, con su biblioteca de 700.000 voliimenes, su “museo”-universidad y su observatorio astronémico. Se funda entonces el hor6scopo sobre bases mate- miaticas, ciencia tan bien representada por sabios como Euclides (306 a 283 a.C.), quien redacté allf su célebre tratado de geometria. Para determinar la posicién de las estrellas fijas se cre6 un sistema de coordenadas que los babilonios no conocfan. Asf, a partir del siglo I a.C., los astrélogos ya no necesitan observar el cielo; poseen efemérides y ta- blas de ascensi6n que les permiten conocer las posicio- nes de los planetas para un lugar y hora dados. En el siglo II a.C., Hiparco, que ensefiaba en Ale- jandrfa, procede a efectuar comparaciones entre datos provenientes de los antiguos astronomos griegos. Cons- tata que el punto de partida del afio ha retrogradado, en 150 afios, unos 2 grados. Se descubre asf la “precesién de los equinoccios”. El zodfaco sideral, que tomaba por 54 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA punto de partida una estrella fija, es reemplazado en- tonces por el zodfaco trépico, que comienza en el punto vernal. Mads adelante nos referiremos a la moderna “teorfa de las eras” astrolégicas, que naci6 de este fe- némeno. Hacia la misma época, el geémetra Hipsicles esta- blece la teorfa de la ascensi6n de los signos del zodfaco en las diferentes latitudes, e Hiparco mejora este siste- ma utilizando cAlculos trigonométricos; progresos im- portantfsimos para la técnica de confeccién de los ma- pas astrolégicos del cielo. Asi, el horéscopo griego de esta época esté forma- do por el zodfaco (del griego zédion = figurilla), los planetas, las 12 casas y los aspectos geométricos. Un discfpulo de Plat6n, Filipo de Oponto, ya habfa atribuido a los planetas los nombres de los dioses, afir- mando que estos planetas “‘pertenecian” a las divinida- des. Saturno fue la estrella de Cronos, Jupiter 1a estrella de Zeus, Marte la estrella de Ares, Venus la estrella de Afrodita, Mercurio la de Hermes. Bajo la influencia de los estoicos, persuadidos ademas de la rigidez del desti- no, los planetas se convierten en las divinidades mis- mas. Seguin la mitologfa griega, se distinguian los pla- netas masculinos (Marte, Jupiter, Saturno) y los feme- ninos (Venus, Luna). Los dioses griegos de cada planeta son origen de los signos convencionales que los astrélogos han utilizado siempre para representarlos en los mapas del cielo: Saturno = Cronos = kappa= k-3 Japiter = Zeus = zeta = 7 «2 Marte = Ares =alfa=4 + % TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION 55 Venus = Fésforo = phi = $ +2 Mercurio = Hermes = eta = 4 = ¥ En cuanto al Sol y la Luna, se los representa con los ideogramas de los jeroglificos( o y » ). La clasificacién de los dfas guarda relacién con la astrologia. Ni egipcios ni griegos antiguos conocfan la semana de 7 dias, adoptada en cambio por los judfos y los pueblos semiticos. Desde el siglo II a.C. est4 en.uso una semana planetaria de 7 dfas caracterfstica de la cul- tura hfbrida helenfstica, en la cual cada dia se encuentra regido por un dios planetario de acuerdo con la clasifi- caci6n: Luna - Marte - Mercurio - Jupiter - Venus - Sa- turno, cuyos nombres latinos proporcionaron nuestros dfas (con transposiciones de dioses equivalentes en len- gua germénica surgidos en el siglo I d.C.). En esta época se catalogan los signos del zodfaco en cardinales, fijos y mutables. Se definen los dominios (ecodespocia). Se instauran las casas por divisién del movimiento diurno del Sol en 12 etapas a imagen del movimiento anual que recorre los 12 signos del zodfa- co. Los ritmos naturales se asocian a la prdctica astro- légica®. Las 4 casas angulares (kentra) son reconocidas como “‘salida” (horoscope), “‘meridiano superior” (me- suranema), “puesta” (dysis) y “meridiano inferior” (hypogaion). El “tema” o “‘génesis”, es decir, la repre- 6. Suele olvidarse que muchas celebraciones religiosas oc- cidentales se encuentran fijadas astralmente: nuestra Pascua se festeja, todos los afios, el primer domingo después de la primera luna Ilena que sigue al equinoccio de primavera. 56 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA, sentacién del cielo astrolégico, es figurado de diferen- tes formas. Puede ser un cfirculo, con los datos escritos segtin los radios de las casas 7. Finalmente, se racionalizan los métodos interpreta- tivos, que comprenden tres partes: la astrologfa “‘hora- ria”, utilizada para tomar una decisi6n, la astrologfa ge- netlfaca 0 de nacimiento y la astrologfa médica, cuya tradici6n observaremos mds adelante, en la Edad Me- dia. El “Tetrabtblos” de Ptolomeo. — Todo estaba listo para que una sola mente pudiese sintetizar el conjunto de los conocimientos astrolégicos griegos. Este fue el trabajo de Claudio Ptolomeo, autor célebre del A/ma- gesto, que fue la referencia astronémica hasta la Edad Media. Autor también de una Geografia cuya autoridad tuvo prolongada vigencia. En 140 d.C., Ptolomeo retine los conocimientos astroldgicos en su Tetrabiblos (= obra que contiene 4 libros) que pasa a ser la “‘biblia” de los astrélogos [25]. En su libro primero distingue astronomia y astrolo- gfa, precisando que la segunda “no alcanza la misma certeza” que la primera. La considera menos “segura” y menos “‘perfecta’”. Sin embargo, para él, “una cierta vir- tud del cielo se expande sobre todas las cosas que ro- dean la Tierra”. Ptolomeo describe la influencia del Sol, de la Luna, de los planetas, y afirma que se puede “juzgar los humores y temperamentos de los hombres a través de la cualidad del cielo”, sin dejar de reconocer 7. Véase O. Neugebauer y H.B. Van Hoesen, Greek Ho- roscopes, Amer. Philos. Soc., Filadelfia, 1959, citado en [26]. TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION 57 la importancia de la “cualidad de la semilla” y la in- fluencia de los “alimentos y las costumbres”. Tal es el avanzado tono de un sabio esclarecido que toma distan- cia respecto de una practica secular que desea estudiar. La previsién astrolégica est4 justificada porque “afirma el espiritu, de suerte que la espera de las cosas futuras transcurre como si éstas se hallasen ya presen- tes, preparacién que nos permite recibirlas con sereni- dad”, al tiempo que afiade: “No se debe entender que todas las cosas les suceden a los hombres por una causa celeste”. El libro expone toda la prdctica conocida: papel de los planetas, sus caracter{fsticas benéficas 0 maléficas, distinci6n entre planeta “oriental”, que precede al curso del Sol, u “occidental”, que lo sucede; signos del zodfa- co, dominios, andlisis detallado del ciclo diurno-noc- turno y de los 4ngulos. Las estaciones —de los pafses conocidos de la lati- tud norte— se describen dentro del contexto del ciclo anual. En sintesis, la ““Doctrina”, dice el autor, queda “condensada como un cuadro”. En el libro segundo, Ptolomeo compone una gco- graffa astrol6gica completa para su época. Por supues- to, nuestros conocimientos modernos han hecho de é1 un libro anticuado... y divertido... Para el autor, la Tic- tra habitada forma una vasta superficie geométrica re- partida en 4 tridngulos rectangulos o “cuadrantes”, que reciben cada uno de ellos el nombre de punto cardinal. Ptolomeo utiliza subdivisiones para obtener zonas as- trolégicas relacionadas con los signos del zodfaco y con los planetas dominantes, de los que deduce las ca- racteristicas “raciales” de los pueblos. No podemos re- 58 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA sistir la tentaci6n de citar algunos fragmentos del texto que testimonian el esfuerzo de globalizacién del autor: “Los pafses que en el primer cuadrante de Europa estan Situados en la puesta solsticial poseen la naturaleza de la Triplicidad Aries-Leo-Sagitario, y estén gobernados por Jiipiter y Marte occidentales. Estos pafses son Bre- tafia, Belga, Germania, Italia, Galia, Espafia...”, “Los habitantes estan prestos a servir, son amantes de la li- bertad, aficionados a las armas y a la guerra, pacientes en el trabajo... ”, “Bretafia, Belga y Germania tienen més afinidades con la naturaleza de Aries y de Marte, y por ello los hombres de esos pafses son con frecuencia crueles y sanguinarios”, “Italia, Sicilia... tienen mas re- lacién con Leo y el Sol, y por eso sus hombres son am- biciosos de grandeza, bienhechores y magndnimos”. Grecia es claramente situada en la obra: “Los demas lu- gares que restan de este cuadrante sc orientan hacia el punto medio de toda la tierra: Tracia, Macedonia, Iliria, Grecia, Creta... ”, “Adoptan la Triplicidad que domina en la salida de invierno: Tauro-Virgo-Capricornio, con las dominantes Venus, Saturno y Mercurio. Por este he- cho, los hombres son mds iguales y moderados, deseo- sos de mandar, generosos, independientes, amantes de la miisica y de la ciencia, prendados de la libertad, y hacen leyes para sf mismos...”, “En el segundo cua- drante que mira al Sudeste, encontramos Asia Mayor, India, Media, Persia, Babilonia, Mesopotamia, Asi- ria... bajo la Triplicidad Tauro-Virgo-Capricornio, go- bernados por Saturno y Venus en posicién oriental... Estas naciones son cdlidas en temperatura y est4n suje- tas al amor y al libertinaje, son aficionadas a la danza, amantes de los ornamentos... Virgo y Mercurio gobier- TECNICA ASTROLOGICA Y SU EVOLUCION 59 nan Babilonia, Mesopotamia y Asiria: aquf los hom- bres descuellan en el conocimiento de la matematica y en la observacién de los movimientos de los cielos... pero India... (est4) sujeta a Capricornio y Saturno, por eso sus habitantes son feos, sucios y brutales...”. El ul- timo cuadrante es Libia “bajo la Triplicidad del Can- grejo (Cancer), Escorpio y Piscis... lo que hace que en estas regiones... los hombres sean muy calientes y ten- gan mucha necesidad de mujeres...”, y contintia de la misma forma. Aun cuando no despierte un interés as- trol6gico moderno (el libro 2 ha sido olvidado por los astrélogos), el texto permite conocer las impresiones de un sabio griego respecto de sus contempordneos. El libro tercero trata de las “causas particulares” del individuo y de las predicciones genetlfacas realizables. Se reafirma claramente la importancia de la posicién del horizonte natal, con la prudente reserva de que “‘s6- Jo el astrolabio puede ensefiar el minuto de nacimien- to”, siendo los otros instrumentos “a menudo engafio- sos”. Ptolomeo plantea el problema de la accién del cielo sobre la concepcién y formula una idea suma- mente audaz puesto que deberd esperar a nuestra época para verse especialmente recogida (véanse los trabajos de Gauquelin, capitulo 5): “Una vez que el fruto (em- bridn) est4 perfecto —escribe—, la naturaleza lo mue- ve a fin de que salga del vientre (de la madre) en una determinada posici6n del cielo que responda a la cons- titucién primigenia en que se hallaba en el tiempo de la concepcién”. Se presiente aqui, magistralmente, el pro- blema de la herencia y del determinismo astral. Se menciona en este libro la utilizacién de “parte de la fortuna” o “ntimero de grados que van del Sol a la 60 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Luna a partir del ascendente’’, de las “‘direcciones pri- marias y secundarias” asi como de las revoluciones so- lares como métodos de previsién (véase capitulo 1). Las concepciones griegas cldsicas debidas a Empédo- cles, Arist6teles e Hipécrates se recogen para lograr un andlisis del “temperamento y la constitucién fisica”. También las enfermedades son tratadas desde un punto de vista astrolégico: aparecen cuando los “maléficos... estén al Occidente del Sol y al Oriente de la Luna”. En cuanto al cardcter, “‘cualidades del alma”, Ptolomeo le consagra una parte importante de su texto, prefiguran- do los andlisis psicolégicos modernos. EI libro cuarto, por ultimo, trata de diferentes pun- tos complementarios, como riqueza, profesi6n, matri- monio, hijos, viajes, etc. Cabe hacer menci6n, entre ellos, a la primera teorfa de las edades. Seguin é} autor, “en todos los hombres hay una natural conjetura uni- versal, la cual comienza por la primera edad y por la Orbita que nos es mds vecina (esto es, la de la Luna) y acaba en la postrera edad y en la 6rbita mds alta, es de- cir, la de Saturno”. 3 DE LA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA Al mismo tiempo que, en Alejandria, Ptolomeo im- primfa con su Tetrabiblos un giro casi universal a la as- trologfa —técnica que lleva ya unos ocho siglos—, el Imperio Romano, el mundo 4rabe: y el Occidente curo- peo se dejaban influenciar por ella. Hasta la revoluci6n copernicana, que marca una etapa decisiva al rectificar el undnime geocentrismo, vale la pena examinar su aventura occidental durante estos quince siglos tan ricos en acontecimientos hist6ri- cos [1, 26, 32 a 35]. I.—Roma Parece que los romanos, de naturaleza tolerante, no fueron contrarios, en general, a 'a penetraci6n de nu- merosas religiones y doctrinas astrales orientales. Mu- chas creencias tuvieron derecho de ciudadanja. En este pueblo formado en su origen por campesinos y solda- dos, y mas intercsado por la polftica que por las cien- cias, la astrologfa se va asentando mientras penetran las 62 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA culturas orientales, pero sus fundamentos no sufren modificaci6n alguna. Conocerd peripecias y tendr4 ad- versarios y defensores, a menudo en funci6n de la in- tensa vida politica del Imperio y en relacién también - con el cristianismo naciente. Mas tarde, y antes de la caida del Imperio, se inicia una declinacién paralela a la del paganismo grecorromano. Cicer6n (106-43 a.C.) alude a la astrologfa en va- rios de sus escritos (De la naturaleza de los dioses, Sobre la adivinacion, Sobre el destino). Uno de sus in- timos amigos es el astrélogo Nigidio Figulo, buen co- nocedor de los tratados de astrologia grecoegipcios. En la misma €poca, otro sabio astré6logo, Fonteius Capito, escribe tratados de astro-meteorologia. La astrologia sce halla cn un perfodo de auge. Parece triunfar entre 30 y 100 d.C. y hard sentir su influencia en la polftica. La nobleza de Roma cree en la omnipotencia de los astros. La politica de los Césares sufre la influencia de los conscjos de los astr6logos. Augusto manda acufiar una moneda con la efigie de Capricornio, que serfa el signo de su Sol natal. Su creencia en la influencia de los as- tros sc robustece con la entrada en la corte imperial del célebre astré6logo Trasilo, cuyo nombre muy pronto quedard ligado al de Tiberio. La astrologia esté de mo- da en toda la sociedad romana, como lo atestiguan las numerosas joyas y decoraciones murales que evocan los signos astrales individuales. Los escritos del histo- riador Suetonio nos legan numerosas anécdotas. Virgi- lio, Ovidio y Horacio hablan con familiaridad de los astros. En /bis, Ovidio describe con precisién el horés- copo de un enemigo. Durante el reino de Augusto, Ma- nilio compone las Astronémicas, largo poema astrolé6- DELA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA 63 gico dedicado al emperador y en el que recoge lo esen- cial de las técnicas helenfsticas 1. En él impera una at- mésfera de fatalismo, ilustrado por el verso de esencia estoica: “Fata regunt orbem, cesta stant omnia lege” .? Con el reinado de Tiberio comienza en Roma una larga historia de expulsiones y regresos (0 de no parti- das) de los “caldeos”; se llama asf a los astrélogos, en- tre los que se cuenta entonces un nimero ciertamente grande de charlatanes. Calfgula castiga a un astrélogo por difundir una prediccién desfavorable para su perso- na pero consulta su horéscopo ante las amenazas que lo afectan. Bajo su reinado podemos citar a uno de los més célebres astrélogos de Roma: Doroteo de Sid6n, autor de un tratado del que se tiene noticias, pero ac- tualmente perdido. El siguiente emperador, Claudio, conserva a su servicio al hijo de Trasilo, Balbillus, tam- bién astr6logo; al tiempo que sanciona una medida de expulsi6n contra todos los “‘caldeos” de Italia. Mas tar- de Balbillus se convierte en preceptor de Nerén, junto con Séneca. Hay signos de que Balbillus fue un precur- sor de Ptolomeo en la técnica de prediccién por direc- ciones primarias. E] fatalismo astral esté de moda. Sin embargo, exis- ten adversarios y se manifiestan en la efervescencia po- litica y social de la época. Plinio el Viejo, por ejemplo, rechaza la creencia en el influjo de los astros sobre el 1. Véase J.-H. Abry, “L’astrologie 4 Rome: les ‘Astronomi- ques’ de Manilius.”, Revue d'Etudes antiques de Toulouse, 1983, 30, 49-61. 2. “El destino gobierna al mundo, el universo esté regido por una ley inflexible.” 64 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA individuo, pero est4é convencido de su accién general sobre las cosas fisicas. Es la postura brillante de un pensador. Otros son mds encarnizados, como el empe- rador Domiciano, quien recela de los “caldeos” y los persigue porque uno de ellos le predijo en su juventud una muerte prematura y violenta. Junto a una astrologia popular en la que proliferan sujetos codiciosos que abusan de la credulidad general, existe una astrologia erudita, particularmente entre los reinos de Ner6én (54 d.C.) y de Diocleciano (284-305). Bajo cl reinado de los emperadores Adriano, 3 Antoni- no y Marco Aurelio (117-180) la vida intelectual de Roma sc desarrolla y recibe una fuerte influencia del helenismo. Se redactan en griego numerosos tratados de astrologia. El fil6sofo Plotino (205-270) rechaza la astrologia popular y el fatalismo astral. Escribe “;Tic- nen influcncia los astros?”, y admite que son entidades divinas pero que no pueden hacer ni bien ni mal. Asi pucs, la astrologfa adopta en Roma milltiples facetas, pero es interesante comprobar que ingresa en cicrio modo en la “vida moderna” al encontrar sus pri- meros adversarios declarados; ademds se abre por pri- mera vez a las mujeres (la poetisa astréloga Julia Balbi- lla, sobrina de Balbillus, forma parte de los circulos de sabios amigos de Adriano) y se “institucionaliza” (los emperadores tienen sus astr6logos, como més tarde su- cederé —ya lo veremos— con los reyes de Francia). Pero, practicamente, en todas partes, astrologia es sin6- 3. Adriano conocia bien la astrologia. Cuando su favorito Antinous se ahogé en el Nilo, él crey6 reconocerlo en una estre- lla, y posteriormente Ptolomeo dio su nombre a la constelacién. DE LA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA 65 nimo de prediccién: hay un olvido total del tema de la influencia de los astros sobre los rasgos de los indivi- duos, a pesar de que Ptolomeo la describié con tanta precision. II. —Los comienzos del cristianismo Asf como el pueblo judio se opone al culto de los emperadores de Roma, resiste igualmente con fuerza a la astrologfa. Es evidente que el fatalismo astral de esencia estoica contradice los dogmas de redencién y omnipotencia divina. Asf pues, la astrologfa es comba- tida por el apéstol Pablo y por los Padres de la Iglesia. Lo que no significa que la astrologfa antigua no haya ejercido una influencia en los comienzos de la historia cristiana: los esenios son un claro ejemplo de ello. Es muy curioso el descubrimiento de vestigios as- trol6gicos en los manuscritos del Mar Muerto. Aun conservando la Ley y los Profetas, todo indica que los esenios adoptaron técnicas astrolégicas para determinar la esencia espiritual de cada individuo, la “cantidad de luz y de tinieblas” y sin duda la calidad de los postulan- tes a la secta. Se cita el caso de un manuscrito clara- mente astrolégico que atestigua la creencia en la deter- minacién del destino del hombre por los astros del dia de su nacimiento 4. Ciertos autores refieren con toda evidencia la es- 4, M.-R. Lehmann, “New light on astrology in Qumran and the Talmud”, Revue de Qumran, FRA, 1975, 8, 4, 599-602. Se trata del manuscrito 4 Q 186. 66 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA trella de los Magos, el ntimero 12 de los apéstoles, los 7 pecados capitales, la ascensién al cielo, entre otros elementos religiosos, a las tradiciones astrol6gi- cas. Para los Padres de la Iglesia, los dioses planetarios, Marte, Jupiter o Saturno, son demonios o diablos, y la astrologfa es de naturaleza pagana. Cabe citar, sin em- bargo, la advertencia de Origenes (185-254), un impor- tante Padre de la Iglesia, para quien los astros por sf so- los no podian producir nada, pero si indicar lo que, pa- ta Dios, estaba anticipado. Un adagio frecuentemente citado, “Astro inclinant, non necessitant” (los astros inclinan, [pero] no obligan), data de los primeros tiem- pos del cristianismo. Asi pues, 0 bien hay oposicién, 0 bien hay intento de conciliaci6n. Ya veremos lo lejos que llega esta dualidad. El mds célebre de los Padres de la Iglesia, San Agustin (354-430), reconoce en sus Confesiones habcr- se dedicado a la astrologfa en su juventud, pero, “‘con ayuda de la gracia divina”, “reconoci6 y rechaz6 las predicciones mentirosas y las necedades impfas de los astr6logos”. En La ciudad de Dios, su magna obra filo- s6fica, la actitud es la misma pero, paradéjicamente, su autor es el mejor representante de la doctrina de la pre- destinaci6n (el hombre esté predestinado a la felicidad o a la condenaci6n eternas cualesquiera que sean sus méritos). Por primera vez, en el afio 381, el Concilio de Laodicea prohibe a los elesidsticos interesarse en la as- trologfa —prohibicion reiterada en los dos concilios si- guientes—, lo que prueba verosimilmente que result6 diffcil extirpar la astrologia de las costumbres cristia- nas. Por otra parte, muchos textos se perdieron enton- DELA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA 67 ces a causa de los autos de fe organizados frecuente- mente por las autoridades religiosas. Después de la divisién del Imperio Romano en Oriental y Occidental (395), se toman medidas mds 0 menos duras contra los astrélogos, ordenando su perse- cuci6n, lo que finalmente los obliga a refugiarse en Persia, donde nuevos centros culturales conservan el espfritu griego y son origen de un contacto con otras ci- vilizaciones y otros pueblos, entre ellos los arabes. II!,— La astrologia drabe La astrologfa se difundié ampliamente entre los persas, sirios, 4rabes y turcos y acompafiard a la con- quista musulmana. Su historia mds interesante abarca ocho siglos a partir del siglo VIII d.C. y corresponde al perfodo islamico. Toma el nombre de El hakam el noud’ joun 0 “‘juicio de las estrellas’. Aunque la intencié6n de Mahoma haya sido climinar de la fe las supersticiones astrales y las ideas judeocris- tianas, el Cordn no formula expresamente una prohibi- cién de la astrologfa. El mahometano considera a los astros como signos de la voluntad de Dios, pero las predicciones no deben tener un cardcter fatfdico. Y el hecho es que muchos califas tienen un astrélogo a su servicio. Es bien conocido el desarrollo de la astronomia arabe, que favoreci6é cierto ntimero de progresos as- trolégicos. Los principales elementos técnicos del ho- réscopo natal drabe son de indole helenjstica, pero el sistema de las “partes”, descrito en una tinica formula 68 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA por Ptolomeo (parte de la fortuna), est4 particular- mente extendido entre los arabes, sobre todo en Albu- masar (Abu Mas’har al Balkhi), quien establece mu- chos otros. Las partes han cafdo hoy prdcticamente en el olvido a pesar de los esfuerzos realizados por cier- tos autores para favorecer su redescubrimiento [22]. Los eruditos arabes aportaron algunas importantes contribuciones matematicas a la técnica horoscépica. En primer lugar, la determinaci6n algebraica exacta de las casas intermedias (mientras que Ptolomeo habia de- finido con precisién los 4 4ngulos). Ademés, constru- yeron nuevos astrolabios que permitfan leer directa- mente las ctispides de las casas. En segundo lugar cal- cularon la fecha de los acontecimientos celestes gracias al arco ecuatorial recorrido segtn el movimiento diurno aparente de un planeta (rotacién del globo terrestre). Los 4rabes practican con precisién la astrologia ge- netlfaca y la astrologfa horaria de estudio de los aspec- tos momentdneos de un ciclo. Pero introducen una téc- nica nueva Cuyas repercusiones en Occidente examina- remos: la astrologia “magica”. Su principio es la combinaci6n de la influencia de un planeta con metales 0 con los signos que les corresponden, que producen, seguin ellos, una “fuerza sideral”’ incrementada. De ahi la prdctica de los amuletos y otros talismanes (del grie- go télesma), cuya descripci6n se encuentra, dicen, en el Picatrix, obra de magia arabe que influy6 sobre nuestra Edad Media. Las relaciones entre el mundo isldmico, occidental y judfo son excesivamente complejas para ser expues- tas aqui: J. Halbronn consagr6 una importante tesis al estudio del “mundo judfo y la astrologia” [34], en la DE LA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA 69 que se examina un fenédmeno de hebraizaci6n de la as- trologia por parte de los fildsofos judfos espafioles del siglo XII (Ibn Azra = Abu Ezra, Avenarius en latfn, au- tor de una enciclopedia astrolégica escrita en Beziers en la primera mitad de este siglo). La astrologfa tuvo, por supuesto, sus adversarios durante todo este perfodo. Entre ellos el célebre médico alquimista y fil6sofo Avicena (Aba Ali Al-Hosein Ibn Sina) fue de los mds severos; evocaba el Cordn, “Sdlo Dios conoce el porvenir”, para condenar la astrologia. Ibn Khaldiin, en el siglo XIV, retine sus conocimientos en su obra Del hordscopo y afirma la falsedad de la as- trologia. Cuando, finalmente, con la declinacién de la gran expansion isldmica, la astrologfa deja de ser practicada por los eruditos, pasa a ser, como en todas partes, una adivinacién popular mds o menos impregnada de ma- gia. IV. — La Edad Media Tras la caida definitiva del Imperio Romano de Oc- cidente (455), sigue un perfodo de cinco siglos al que se ha calificado de “alta Edad Media”. La tradicion as- trolégica.se mantiene entre lineas. Luego, precediendo al perfodo de renovaci6n marcado por los grandes sa- bios Galileo, Copérnico y Kepler, la Edad Media cono- ce un indudable desarrollo astrolégico. La alta Edad Media. — Durante este perfodo inter- medio, el Occidente no ignora las obras de los anti- 70 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA guos. Boecio traduce al latin numerosos trabajos. entre Ios que se cuentan los de Ptolomeo. Isidoro de Sevilla (560-636) redacta una voluminosa enciclopedia, las Etimoldgicas, donde sittia a la astrologfa entre las su- persticiones paganas, aunque considerando que puede ser practicada. Carlomagno se interesa mucho por la astronomfa y la cronologfa. Florecen las escuelas mo- ndsticas. Crénicas astrologicas se incluyen en ciertos “composts” —manuales de diversos datos de la actuali- dad—, por ejemplo, el “compost” de la abadfa de Saint-Gall. No se puede decir, pues, que en esta €época la astro- logia haya desaparecido por completo. En efecto, antes del gran contacto que va a producirse con la cultura greco-drabe, el occidente cristiano conserva una tradi- ci6n astrologica llamada “latina” por Thorndike 5, basa- da en traducciones de textos griegos de astrologfa po- pular. Renacimiento de la astrologia en la Edad Media. — EI siglo XII se caractcriza por una nueva sed de sa- ber. Las grandes obras de la Antigiiedad sdlo se cono- cfan de forma aislada, o incluso se habian perdido du- rante las grandes invasioncs y la época merovingia. Existe el deseo de conocer esas obras: se las encuentra en las bibliotecas de las grandes ciudades musulmanas de entonces, y equipos de traductores trabajan princi- palmente en Palermo (Sicilia) y Toledo (Espafia). 5. L. Thorndike, A history of magic and experimental science during the first 13 centuries of our era, Nueva York, 1923, citado en Knappich [26]. DE LA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA 1 (Conquista de Toledo por los arabes: 711-713, recon- quista por Occidente en 1085; los arabes siguen presen- tes en Europa hasta la cafda de Granada en 1492.) Aristételes, Euclides, Ptolomeo, Hipécrates, Gale- no y muchos otros, asf como los sabios musulmanes, son redescubiertos 0 incluso descubiertos. El libro se transforma en un instrumento de trabajo, de formato re- ducido, no ilustrado, y la pluma de oca sustituye a la cafia. En Toledo trabajan Juan de Espafia, Gerardo de Cremona, Plat6n de Tivoli, Robert de Chester, Her- mann el Dalmata, quienes, bajo la proteccién de un ar- zobispo —s6lo la Iglesia domina la instruccién—, tra- ducen numerosas obras de astrologia. San Alberto Magno, en Alemania (1193-1280, do- minico de Colonia) considera que los acontecimientos que se producen en la Tierra son provocados por el mo- vimiento de los cuerpos celestes, pero no el destino in- dividual del hombre, capaz de libre albedrio. Si se la entiende asf, la astrologfa es compatible, para é1, con el cristianismo. Sostiene, ademas, que la astrologia con- duce los pensamientos del hombre hacia Dios y que los astros son tan solo los instrumentos fisicos de la volun- tad divina. Esta sera la concepcién que adoptar4 duran- te largo tiempo la Iglesia. Se prefiguraba ya en Pedro Abelardo (1079-1142), para quien la astrologfa puede predecir las naturalia relativas a los fenémenos natura- les, pero que afectan tanto a la agricultura como a la » Medicina. En su obra Suma teolégica, el italiano santo To- més de Aquino, alumno de san Alberto Magno, igual- mente dominico (1225-1274), estudi6 a su vez el pro- 72 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA blema del libre albedrfo, tema fundamental de la as- trologfa frente al cristianismo. Sus posturas fueron objeto de un minucioso estudio por parte de P. Chois- nard [33]. La doctrina tomista afirma que “el primer motor en el orden de las cosas corporales es el cuerpo celeste”, “los astros son la causa de todo lo que sucede en los cuerpos inferiores”, “las influencias de los astros son diversamente recibidas en los cuerpos inferiores seguin las distintas disposiciones de la materia’, “los astros... no ejercen més que una influencia indirecta y acciden- tal sobre las potencias del alma”, “los astros no podrian ser inmediatamente, por sf mismos, la causa de las ope- raciones del libre albedrio”, “el hombre siempre puede actuar, bajo el imperio de la raz6n, contra la inclinacién producida por los cuerpos cclestes’”. Por el contrario, “{ntentar prever con certeza los futuros fortuitos y los futuros libres es una adivinaci6n supersticiosa y prohi- bida”’. : A diferencia de los precedentes, el franciscano in- glés Roger Bacon (1214-1294) conoce el hebreo, el griego y el drabe, y lee a los antiguos en el texto origi- nal. Su principal obra es el Opus majus. Para este doc- tor mirabilis (doctor admirable), considerado como uno de los grandes sabios naturalistas de su época, la alqui- mia, la astrologfa y la magia son los tres elementos bd- sicos de las ciencias “naturales”. A su juicio, ninguna astrologia erudita profesa el fatalismo, que esté reser- vado a los ignorantes y aficionados. El individuo pue- de, mediante su fuerza de voluntad, resistir a la influen- cia real de los astros. Entre 1450 y 1650 florece una gran astrologfa eru- DE LA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA 73 dita 6. Todos los soberanos y principes tienen en su cor- te uno 0 varios astr6logos, todos ellos médicos y con frecuencia embajadores y consejeros. El arte de efec- tuar cAlculos les confiere un auténtico prestigio. La as- trologfa se halla omnipresente y conoce una vasta difu- sion. Participa en la vida publica y social: Carlos V tie- ne seis astrélogos. Carlos VI, Luis XI, el emperador Federico III, el rey de Hungrfa, todos, se sirven de la astrologia y en ocasiones ellos mismos la aprenden. La corte de los papas (Inocencio VIII, Pablo II), al igual que muchos dignatarios de la Iglesia; se abren amplia- mente a sus técnicas (1520: existe una cdtedra de astro- logia en la Universidad papal). Durante toda esta época, la astrologfa se ensefia al mismo tiempo que la medicina (recordemos que a par- tir del siglo XIII se forman “universidades” en Parts, Montpellier, Bolofia, Oxford, etc.). Para el espiritu de la época, la ciencia de los astros constituye un todo: Scientia motus es la ciencia de los movimientos de los astros = astronomfa, y scientia judiciorum, la ciencia de los juicios = astrologfa. Las “natividades” —asf se llama a los mapas del cielo de nacimiento— se calculan con maxima exacti- tud y se analizan en detalle. Cabe citar, por ejemplo, la de Jean de la Goutte realizada en 1469 por el astrdlogo 6. Un excelente estudio sumamente documentado concierne al final de la Edad Media. Lo redacta un antiguo alumno de la Escuela de Chartres, conservador en la Biblioteca Nacional, M. Preaud, quien afirma haber realizado un estudio “sobre los as- trélogos y no sobre la astrologia”; “que no se espere de nosotros ni una apologia de la astrologia ni un ataque”, aclara [32]. 14 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Conrad Heingarter para el 12 de agosto de 1418 a las 8 de la tarde. El texto de andlisis se compone de quince capftulos referidos especialmente a la complexion, la familia, el intelecto, la fortuna, los honores, el oficio, el matrimonio, los hijos, los enemigos y amigos, los via- jes y la muerte. Evidentemente, s6lo personas adinera- das podfan beneficiarse de semejante labor. C. Heingar- ter y Simon de Phares estan al servicio del duque de Borbon, su protector. Muchos datos de esta época pueden encontrarse en los escritos de S. de Phares, Recopilacién de los mds célebres astrélogos y algunos hombres doctos. Numerosas técnicas de detalle se inventan o se van perfeccionando poco a poco en todas partes, al capri- cho de las observaciones ¢ intuiciones de los autores. Se refieren por ejempio a las conjunciones planetarias, los cometas, los eclipses (si ha durado uno de ellos tres horas veinte minutos, esto significa que sus efectos du- rarén tres meses y veinte dias) y las “partes” (se indica en Lyon el cdlculo de una “‘parte del vino”... ). Las téc- nicas de prediccién son las bosquejadas por Ptolomeo y por los griegos de la época helenistica, pero su empleo alcanza una mayor precisi6n: progresiones (direcciones secundarias) y revoluciones solares, que poco después parecen ser de uso corriente gracias a las efemérides impresas. Es importante la contribucién de la astrologia a la medicina de entonces. Esto es totalmente légico para el hombre de la Edad Media, ya que la astrologia permite conocer la complexién del sujeto: a todo el mundo se le aconseja no ponerse en manos de un médico que ignore las leyes de la astrologia, pues a tal médico se le decla- DE LA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA, 15 ra “incompleto” (imperfectus). Se desarrolla particular- mente el estudio de las posiciones lunares para decidir los momentos propicios a los tratamientos (sangrias, la- xantes), 0 para evitarlos al producirse aspectos con los “maléficos” Saturno y Marte. Desde luego, la muy antigua contradiccién con las posiciones de la Iglesia subsiste, aunque ciertos digna- tarios, como el cardenal universitario Pierre d’Ailly, procuran una conciliacién. De ahi que muchos textos astrolégicos comiencen con “El hombre sabio domina a los astros”, de Ptolomeo, o terminen por “Asf sera, si tal es la voluntad de Dios”. La astrologfa “magica de origen drabe penetra en Occidente por difusi6n generalmente popular. La prdac- tica de los amuletos astrolégicos de finalidad médica se encuentra lo mismo entre los charlatanes que entre los médicos universitarios establecidos. Se funde un metal —oro, plata, cobre 0 plomo— en el momento preciso en que el Sol entra en el signo zodiacal implicado por la zona enferma (por ejemplo, Aries para la cabeza, Leo para los rifiones, etc.). La medalla obtenida lleva una inscripci6n e incluso puede ser bendecida por un sacerdote el-dfa de Ramos. Las discusiones, procesos e incluso cazas de brujas atacando estas prdcticas seraén més frecuentes en los siglos XVI y XVII. V.— La imprenta y el heliocentrismo: del siglo XV al siglo XVII La imprenta aparece (1453) con Gutenberg y se di- funde por Occidente. La astrologfa se beneficia grande- 16 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA mente con ella por la publicaci6n de efemérides que dardn a muchos la posibilidad de establecer horéscopos sin necesidad de cdlculos. Campanus, traductor en el siglo XIII de la geome- tria de Euclides, ya habfa intentado volver a calcular las casas astroldégicas. En el siglo XV, Regiomontanus (1436-1475), cuyo verdadero nombre era Johann Mii- ller de K6nigsberg, calcula tablas de direcciones para el arzobispo de Grass, en Hungrfa. Luego se establece en Nuremberg, donde instala un observatorio y una im- prenta. Publica el primer calendario astrolégico y las primeras efemérides impresas, a las que siguen muchas otras (se afirma que Crist6bal Colén y Vasco de Gama las llevan en sus viajes). El italiano bencdictino Placidus de Titis (1603- 1668), otro gran calculista notable de la época, matc- matico y fisico, ensefia cn la Universidad de Pavia. Considera que las 12 casas astrolégicas no son cons- trucciones geométricas sino zonas de influencia real en el movimiento diurno del Sol. Asi pues, decide adoptar una domificacién natural de 12 casas correspondientes cada una de ellas a dos horas temporales. Es el método més generalmente ulilizado hoy en dia en nuestras efe- mérides. En su conjunto, el Renacimiento es favorable a la astrologia, puesto que se apoya en un retorno a las fuentes antiguas. La Reforma prdécticamente no tiene incidencia, pero los historiadores han encontrado ras- tros de una astrologia protestante en Alemania (fue ha- llado el horéscopo de Lutero). Existe una prueba de su subsistencia tardfa en las costumbres inglesas: el observatorio de Greenwich es DELA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA 77 fundado en 1675 por el astrénomo real J. Flamstead. Se establece el mapa del cielo de la colocacién de la pri- mera piedra, que tuvo lugar el 16 de mayo a las tres ho- ras y catorce minutos de la tarde. Se dice que el horés- copo fue trazado por el mismo Flamstead y conservado en los archivos del observatorio con esta menci6n gara- bateada: “Risum, teneatis amici” (cuiddéos de refros, amigos). Sin embargo, en Europa éste es el fin de la nueva edad de oro de la astrologfa, que ha durado varios si- glos. Al mismo tiempo que el saber humano se amplifa considerablemente con los viajes de los grandes descu- brimientos (siglo XVI) y a causa también del prodigio- so salto cientifico (siglo XVII) producido en todos los terrenos de las ciencias de la naturaleza, se asiste a una rapida declinaci6n de la prdctica astrolégica. Por un lado, el espiritu se aleja de las practicas no demostradas, y con la Contrarreforma la presién de la Iglesia se hace més estricta e intensa. Por el otro, la afirmacion del heliocentrismo induce a los Ultimos grandes astr6logos a adoptar posturas arcaicas en de- fensa de las antiguas teorias. Copérnico (1473-1543), en efecto, demuestra por vez primera el doble movimiento de los planetas, com- prendida la Tierra, sobre s{ mismos y en torno del Sol. Luego, Galileo (1564-1642), matemdtico y astrénomo, seguidor del sistema de Copémico, es condenado por la Iglesia, que acusa a la teorfa de herética. Tycho-Brahé (1546-1601) defiende un sistema in- termedio segitin el cual la Tierra est4 inmovil, mientras que el Sol gira alrededor y los cinco planetas se mue- 78 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA. ven en torno al Sol. Transmite sus observaciones a su discfpulo Kepler, quien formula las tres leyes que des- criben el movimiento de los planetas alrededor del Sol. Buen conocedor de la astrologia, como todos los astr6- nomos de la época, y practicéndola con convicci6n, afirma que la nueva concepcién no la atafie [35]. “Bas- ta con que el astr6logo perciba cémo los rayos vienen del Oriente, del Mediodfa o del Occidente y desapare- cen, basta con que se sepa si dos planetas estén conjun- tos, Opuestos... cosa que los buenos astrénomos pue- den mostrar de noche con sus instrumentos”, escribe. “~Acaso el astrélogo pregunta cémo sucede esto? En verdad, no lo hace, al igual que el campesino no pre- gunta c6mo se forman el verano 0 el invierno y sin em- bargo se deja guiar por las cstaciones” 7. De este modo, Kepler sittia por vez primera a la as- trologia dentro de las nuevas concepciones cientificas: sigue siendo decididamenic geocéntrica, como lo es atin en nuestros dias, al basarse en una consolidada ex- periencia terrestre que ya cst4 anunciando recientes concepciones modernas (véase capitulo 5). Por el contrario, cl célebre astrélogo Morin de Vi- llefranche sigue apegado a la antigua concepcién del mundo. Médico y matemitico, J.-B. Morin, nacido en Villefranche-sur-Saéne (1583-1650), es el astrélogo del duque de Luxemburgo y luego, en 1630, pasa a ser pro- fesor de matemética en el Colegio de Francia. La obra de su vida, el voluminoso Astrologica gallica (La Ha- ya, 1661), realiza un balance completo de la astrologia de la €poca con concepciones particulares del autor, co- 7. En Opera omnia, citado en [26]. DE LA EXPANSION ANTIGUA A LA REVOLUCION COPERNICANA 719 mo aquel primum mobile que é1 define como el lugar del que emanan las fuerzas siderales que influyen sobre los cuerpos terrestres, relacionado, pues, con el antiguo sistema de las esferas celestes. Su colega del Colegio de Francia, P. Gassendi (1592-1655), también matemé4- tico, lo ataca sin miramientos afirmando que el sistema de Copérnico es el mejor (al tiempo que se declara se- guidor de Tycho-Brahé como una forma de llegar a un compromiso aceptable para la Iglesia). La astrologfa pierde todo crédito en los circulos cientfficos. El Discurso del Método de Descartes se pu- blica en 1637. En lo sucesivo, la astrologia es condena- da por la Iglesia y a la vez por las nuevas ciencias. Prdcticamente se deja de ensefiar en las universidades. Finalmente, Colbert la prohfbe en Francia en 1660. 4 DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA: OCASO Y RENACIMIENTO El ocaso de la astrologfa en Occidente tuvo su ini- cio con los grandes descubrimientos de los siglos X VI- XVII y la oposicién de la Iglesia. En el XVIII, Siglo de las Luces, la ofensiva racionalista la sitta al borde del naufragio. En el XIX, la astrologia ha cafdo en el olvi- do. De tarde en tarde, muestra un débil resurgimiento con caracteristicas diferentes segtin los pafses. El siglo XX asiste a una asombrosa reaparicién de la astrologfa. Asf pues, en el doble movimiento de esta historia moderna hay aqui una curiosa evolucién que vamos a examinar [26,36 1, 37, 38]. 1.— El Siglo de las Luces “La astrologia —dice la Enciclopedia de Diderot [38], (p.780)— es el arte de predecir acontecimientos 1. El libro de E. Howe, sumamente documentado, aparece, en Gran Bretafia en 1967 y concierne a todo el siglo XIX. “Co- MO no podria ‘explicar’ la astrologia, dice el autor, me he abste- nido de atacarla o defenderla.” 82 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA futuros en funcién de los aspectos, posiciones e in- fluencias de los cuerpos celestes.” Vemos de inmediato que en el dnimo de la época la astrologfa estd limitada a su aspecto de previsi6n. No se hace menci6n alguna de su influencia en los rasgos individuales. El artfculo, de tres pAginas de extensi6n, ilustra claramente la actitud de entonces: el texto lo rechaza todo. Habla del “pre- tendido arte de anunciar los acontecimientos morales antes de que sucedan: entiendo por acontecimientos morales aquellos que dependen de la voluntad y de las acciones libres del Hombre, como si los astros tuvieran alguna autoridad sobre él y lo dirigieran”, afirmando asf claramente la libertad de accién del individuo. Alu- diendo a los perfodos en que la astrologfa ejercfa una funcién oficial, el autor escribe: “En estos ultimos si- glos hemos sufrido el contagio de la misma supersti- cion”. “Hacéis circular un millon de desdichadas men- tiras gracias a otras sicte u ocho que os han salido bien”, dice Diderot a los astr6logos, y luego: “Hoy el nombre de astrélogo sc ha vuelto tan ridfculo, que sdlo el pueblo bajo afiade cicrta fe a las predicciones de los almanaques.” Al lado de estos duros pasajes, muy caracterfsticos de la época, hallamos refutaciones de orden racional. En primer lugar, la de la precisién de la hora de naci- miento, cuya importancia es primordial. “;Creéis acaso que el primer cuidado de las comadronas al nacer un nifio es consultar todos los relojes? Cudntas hay que descuidan hacerlo, mostrandose por encima de seme- jantes supersticiones. Ademds, {los cuadrantes son siempre lo bastante exactos?” A continuaci6n se esgri- me un importante argumento relativo a las numerosas DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 83 muertes causadas por guerras 0 catdstrofes: “Quienes perecen en una misma batalla, ghan nacido todos bajo una misma constelacién?” Por ultimo, se originan aquf algunos interrogantes racionales sobre el determinismo ffsico de la influencia de los astros: “En qué parte del cielo se habré conservado esa primera potencia, que no debe manifestarse y desempefiar, por asf decirlo, su pa- pel sino varios afios después, més 0 menos cuando el nifio tenga cuarenta afios?” Y el autor concluye: “‘Cre- er... que el destino sélo habrd de tener efecto cuando ese nifio haya alcanzado una edad més avanzada... es una impertinente fantasfa.” Sin embargo, el artfculo constata también que “‘aun- que se haya combatido duramente a la astrologfa... no se puede decir que ellos (los autores) hubiesen desa- rraigado por entero esta ridfcula prevencién’”, y luego “cuando un prejuicio es general, los mejor intenciona- dos no pueden dejar de rendirle culto...” En suma, en el Siglo de las Luces la razén es todo- poderosa y puede liberar al hombre de sus supersticio- nes, entre ellas la astrologfa. La vida intelectual est4 basada en el progreso de las ciencias. La astrologia es victima en esta época de un hecho de particular gravedad: la supresi6n, a partir de 1710, de la impresién de efemérides y tablas que desde el descubrimiento de la imprenta habian facilitado la la- bor de los astrélogos ahorrandoles numerosos y com- plicados cdlculos. Los anuarios astrondémicos, que indi- can las posiciones planetarias de ascensi6n recta y de- clinaci6n —coordenadas ecuatoriales—, no son directamente utilizables. Para convertir estos datos en coordenadas eclipticas (longitud, latitud), las inicas 84 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA que se emplean en la astrologfa, hay que realizar una labor de cdlculo apropiada. Elaborar un mapa exacto del cielo pasa a ser ahora un trabajo sdlo reservado a los eruditos. Pero los sabios de la época se apartan por completo, como hemos visto, de la astrologfa, a la que desprecian. S6lo subsiste por consiguiente una vaga as- trologfa de charlatanes y almanaques campesinos. Pri- vada de su base objetiva, asf como del apoyo de los cientfficos, la astrologia comienza su “travesfa del de- sierto”, al ser relegada a una clase de esoterismo, como la cdbala, quiromancia, geomancia y demés artes ocul- tas. Federico II, soberano de Prusia, de ingenio brillante y alumno de Voltaire, aspira inclusive a prohibir las predicciones en los calendarios populares, pero las pro- testas se lo impiden, mientras que Maria Teresa de Austria no vacila en tomar esta medida. Se expurgan ciertas bibliotecas de Estado, como la de Darmstadt, de la que se retiran todos los escritos “de metafisica, al- quimia, quiromancia y otras necedades”. Es curioso ver c6mo entonces sociedades secretas acogen las corrientes ocultas perseguidas, reaccionando contra el racionalismo victorioso. Citemos a los Rosa- cruces y francmasones. En estas sociedades, no se practica la astrologia, pero al parecer se la conserva simb6licamente en el seno de ciertas doctrinas filos6fi- cas, como lo atestigua la obra Figuras secretas de los Rosacruces de los siglos XVI y XVII, publicada en Hamburgo en 1789 y también el Opus mago-cabbalis- ticum et theosophicum de G. Welling, 1735, reeditado en 1760 y 1785. La astrologfa es presentada aqui como una ciencia digna de encomio, fundada en la naturale- DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 85 za. Estas obras herméticas fueron redescubiertas y estu- diadas por Goethe, quien en 1811 redacta sus Memo- rias con el t{tulo de Dichtung und Wahrheit (Poesia y verdad), iniciando su relato con el comentario de su ho- réscopo personal. En este aspecto, es significativo con- siderar el texto de una carta de Goethe a Schiller, fe- chada el 8 de diciembre de 1798 (citada en [26], pag. 248), donde se anuncia el romanticismo alemén, con su orientaci6n hacia la naturaleza y el cosmos. No por ello se salva la astrologia del olvido general. I. — Evolucién particular de la astrologia en Gran Bretaha Gran Bretafia es el unico pafs occidental donde no se produjo esa ruptura del siglo XVIII, al menos con la misma intensidad que en el continente. El interés por la astrologifa disminuye, pero una serie ininterrumpida de publicaciones y actividades dan fe de una continuidad entre el siglo XVII y la €poca moderna. Este interesan- te y inico fenénemo merece nuestra atenci6n; ya se ve- r4n sus consecuencias, que se extienden hasta nuestros dias. Desprovistos de prejuicios ideolégicos o de preten- siones de justificacién teérica, los astrélogos ingleses perduraron. Esta sorprendente continuidad parece ex- plicarse por el predominio del empirismo en los espiri- tus y también probablemente por la estabilidad social y politica. Ya en la segunda mitad del siglo XVII, Londres pu- blica mds manuales de astrologia y efemérides que to- 86 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA dos los pafses europeos juntos. A pesar de cierta dismi- nuci6n en los primeros decenios del siglo XVIII, los in- gleses cultivados contintian practicando la astrologfa. El gran ptiblico sigue creyendo que los astrélogos pue- den predecir el futuro, creencia mantenida por los al- manaques publicados por la ‘Stationers’ Company”, antiquisima corporaci6n medieval que atin prospera en la City de Londres. Conocidos astrélogos, como Wi- lliam Lilly, John Gadburry, William Andrews, John Partridge y otros, componen almanaques y efemérides de amplia difusi6n. El célebre almanaque Vox Stella- rum, de Francis Moore (1657-1715) se publicaba atin en 1896 (el copyright se vendié en 1927). Se citan tira- das de elevado nimero: 107.000 en 1768, 393.000 en 1808, 560.000 en 1839). Esta orientado al gran ptblico y no contiene ninguna indicaci6n para la formacion as- trol6gica. Podemos mencionar al menos tres estudios publicados sobre Napoléon (1805 y 1814). Como nadie conocia su hora de nacimiento, se utiliz6 el principio de las “rectificacioncs”: los autores coincidieron en si- tuar el nacimiento por la mafiana, aunque en horas dife- rentes. En 1827, Smith publica un nuevo almanaque pre- dictivo, The prophetic Messenger, que viene a competir con el precedente. Bajo el seud6énimo de Raphaél, la obra iba a perdurar, prolongdndose hasta nuestros dias; la tabla de casas citada en este volumen lleva ese nom- bre [10]. Hallamos en Inglaterra, en efecto, las prime- tas tablas astrolégicas de los tiempos modernos. Muer- to Smith, otros autores continian publicando el alma- naque bajo el mismo seudénimo de Raphaél. Pronto aparece un nuevo competidor, curiosfsimo DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 87 personaje llamado Morrison que adopta el seudénimo de Zadkiel y crea el Zadkiel almanac en 1836. La tira- da es mucho menor que la del Vox Stellarum, pero los lectores y el contenido son un tanto diferentes. Sin em- bargo, los dos almanaques ofrecen predicciones anua- les, expresadas con la suficiente vaguedad como para que puedan cumplirse, y articulos sobre las perspecti- vas astrales de los miembros de la familia real y de las personalidades de la época. Morrison establece, por ejemplo, el horéscopo de la princesa Victoria, nacida el 21 de septiembre de 1840; una respuesta le informa que “su Alteza real tuvo la di- cha de aceptar el horéscopo de la princesa real’, lo cual habla del clima que reina entonces en Inglaterra, tan distinto a uno y otro lado del Canal de la Mancha. La €poca victoriana (reinado de la reina Victoria: 1838-1901) es rica en publicaciones astrolégicas de ca- rActer popular; se ocupan de astrologfa honorabilfsimas personas. Morrison, a quien volvemos a referirnos, te- niente de navio de la Marina real y hombre de notable instrucci6n, es bien conocido por la buena sociedad londinense. Durante largo tiempo oculta bajo su seud6- nimo sus multiples actividades astrolégicas, lo que le resultaba probablemente conveniente a pesar de la tole- rancia que reinaba. Aspiraba a que se legalizara la pro- fesi6n de astr6logo que, aunque provista de un amplio derecho de ciudadanfia, seguia expuesta a la amenaza jurfdica del “acta sobre la vagancia”. Recordaba en efecto que numerosas personas cultivadas y de gran prestigio social aprend{fan astrologia y tenfan domicilio fijo. Intent6 ademés organizar la profesién de astrélogo mediante la creacién de un diploma en pergamino con 88 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA el sello de la “‘Asociaci6n britaénica para la ciencia as- tral”, que todo buen astrélogo erudito tenfa la obliga- ci6n de poseer. El episodio mas notable de la vida de Morrison fue sin duda el de la muerte del principe consorte Alberto, marido de la reina Victoria. En el almanaque Zadkiel de 1861 leemos que la posicién estacional de Saturno en ese afio seria “pésima para todas las personas naci- das el 26 de agosto o después de esta fecha; entre los contrariados, lamento ver al valeroso principe consor- te... ”. Ahora bien, el principe consorte muere el 14 de diciembre de 1861, lo cual impresion6 a la opinién pu- blica. El Daily Telegraph ataca a Zadkiel en enero de 1862: se pide el] nombre del redactor de la prediccién. Un almirante denuncia a Morrison, quien inicia contra él un proceso por difamacion... y lo gana, logrando con ello una marcada publicidad. . El hecho es ahora tinico en Europa: personas culti- vadas (educated people) se dedican a la astrologia. Es el caso, por ejemplo, de W.J. Simmonite de Shefficld, quien, alternando con su trabajo de médico y docentc, recibe una abundante clientela astrol6gica y escribe obras de iniciaci6n. Su postura es la de un espfritu cien- tifico y su técnica se apoya en la matematica. Parece ser el primero, en el siglo XIX, que no se contenta con reproducir las f6rmulas del XVII. Al igual que Morri- son, en 1839 Simmonite es nombrado miembro de la Sociedad Meteorolégica de Londres. Precisamente en el perfodo 1830-1860, la astrometeorologfa despierta m4ximo interés. Citemos también a T. Oxley y a E.V. William entre los astrélogos de procedencia cientifica de los que el ocultismo y la tradici6n estrecha reniegan. DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 89 Oxley, oriundo de Liverpool, se establece en Londres, donde ensefia matematica y astrologfa. Junto con Wi- lliam, su alumno, se especializa en el dibujo, fabrica- cién y venta de planisferios y de planos de m4quinas varias. Durante el perfodo victoriano se editan numerosos manuales astrolégicos, entre ellos los dos voltimenes de Text-book of Astrology, de Pearse, publicados en 1879-1889 y reimpresos en 1911; asf como la Guide to Astrology, de R.T. Cross, publicado en 1877-1879, que sucede a los voluminosos Complete Dictionnary of As- trology de J. Wilson (1819) 0 Celestial philosophy or genethliacal astrology de Worsdale (1824). Al final de este perfodo aparecen en la escena de la astrologfa inglesa un fenémeno y unos personajes nue- vos. Se trata del movimiento “teoséfico” creado por la sefiora Blavatsky, cuya repercusién en Alemania vamos a comentar, y de un astrélogo de tendencia a la vez eso- térica y comercial: Alan Leo (seudénimo de W. F. Allen) (1860-1917). Para comprender la interferencia europea entre el movimiento teoséfico y la astrologia ser4 necesario un breve recorrido histérico. El movimiento esotérico aludido nace en Nueva York en 1875. Creado por un grupo, dirigido por la se- fiora H. P. Blavatsky (nacida en Ucrania en 1831, de fa- milia noble), la iniciativa alcanz6 un éxito asombroso en los pafses germanicos y anglosajones. A su instiga- dora se le ocurrié la idea por un encuentro con un prin- cipe hindi en Londres. Su principio se apoya en una fraternidad y una religiosidad generales, en cuyo seno toman lugar concepciones césmicas esotéricas. 90 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA El movimiento astrolégico inglés, cuya perpetua- ci6n hemos comentado, sufre entonces la influencia del encuentro de Alan Leo con la Sociedad teoséfica. De origen humilde (es viajante de comercio), Leo se intro- dujo en el circulo que rodeaba a la sefiora Blavatsky en Londres, donde ésta se instala en 1889. Tedsofo por un lado, Leo iba a demostrar, por el otro, un gran sentido comercial. Junto con Lacey ofrece por primera vez ho- réscopos gratuitos a los abonados al Astrologer’s Ma- gazine. Grande es el éxito pero, como cabe imaginar, el trabajo es inmenso. Entre 1890 y 1894, Leo y Lacey envfan mds de 4000 hordéscopos. Leo, al quedar solo en 1895, se cons- lituye en nico propietario de la publicaci6n, que ahora se denomina Modern Astrology; en 1898, se hace astr6- logo profesional dedicando todo su tiempo a este traba- jo. Dirige lo que se puede calificar de primera empresa astrol6gica del mundo, donde una decena de empleados realizan los cdlculos y escriben los textos. La empresa prospera durante los primeros afios del nuevo siglo. Alan Leo ha logrado perfeccionar una técnica de fabri- cacién masiva de horéscopos merced a textos prefabri- cados para cada tipo de cielo, y a un aparato duplicador. Se anunciaba asf la empresa astrol6gica moderna, antes de la era de los ordenadores, que llegard4 60 afios mds tarde. En esta forma, Leo remite unos 20.000 hordésco- pos en tres afios. Su técnica hace escuela y se difunde por Inglaterra y Estados Unidos. Como teésofo, Leo de- ja su nombre a una literatura astrolégica esotérica (Eso- teric astrology, 1913) y, como astrélogo, a una serie de célebres manuales, siete voltimenes en cuarto que pusie- ron la astrologia al alcance de todos. Nunca publicé al- DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 91 manaques predictivos, rompiendo asi por completo con la tradici6n secular, representada en Inglaterra, como vefamos, por los popularisimos Raphaél y Zadkiel. Llega entonces el perfodo que coincidird hist6rica- mente con la evolucién de la astrologfa renaciente en otros pafses: hacia los afios 1930, la astrologfa se difun- de en la prensa cotidiana. El Sunday Express es el pri- mer periéddico que abre una seccién astrolégica al pu- blicar el horéscopo de la princesa Margarita Rosa, her- mana de la reina Isabel II (21 de agosto de 1930). Fue un gran éxito. Otro suceso iba a acelerar muy pronto el movimiento: el astrélogo redactor Naylor predice que un artificio britanico iba a correr un gran peligro. Casi de inmediato Ilega la noticia de que el dirigible R-/01, que ha salido de Cardington, se ha estrellado en el nor- te de Francia. Desde ese momento, una pdgina entera del diario queda reservada a los articulos semanales. Los competidores lo imitan, por supuesto, como The People, el Daily Express, etc. Hay que decir que no to- das las predicciones resultan tan acertadas como la del dirigible. Citemos una de ellas que anuncia: “El dia de hoy es particularmente propicio a las operaciones bur- stiles”; como era domingo, la Bolsa estaba cerrada... y el diario, dicen, cambi6 de astrélogo. En esta época parece desarrollarse, especialmente, una rama “antioculta”, con astrélogos como W. J. Tuc- ker, autor del libro de tendencia cientffica The “how” the human mind (1930) y de un periddico titulado Science and astrology. éSe debe ello a su larga historia ininterrumpida, a su tradicional empirismo nacional, tal vez incluso a la actitud mas abierta de sus astr6logos? Hoy vemos en 92 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Inglaterra el primer caso de colaboracién positiva entre astr6logos y un universitario renombrado y eminente, el profesor Eysenck (profesor de psicologfa), extrafio caso sobre el cual volveremos. No es esto obra del azar, seguramente. Tal acontecimiento contrasta sobremane- ra con lo que vamos a descubrir en el continente, espe- cialmente en Francia. III, — Olvido y reaparicién de la astrologia en Francia Epoca marcadamente racionalista y positivista, cl siglo XIX francés asiste al total olvido de la astrologia. Su reaparici6n a finales del siglo y las causas que la ge- neraron no son faciles de determinar. Existi6 sin duda un movimiento ocultista mds 0 menos subterréneo, mezcla de magia, c4bala y artcs adivinatorias que en el siglo XVIII se habia refugiado, como hemos visto, en diversas sociedades secretas. De hecho, el ultimo tratado francés de astrologia es cl de Morin de Villefranche... que data de 1661 y que esta escrito en latin; éste hace mucho tiempo que acumula polvo en las bibliotecas. La corriente teos6fica de H. P. Blavatsky acogida en Gran Bretafia no tiene ninguna repercusi6n en Francia, a pesar de la temporada que pas6 su instigado- ra en este pafs. Parece probado que en el origen de la reaparicién de la astrologia figuran dos personajes. Uno, conocido miembro de la “Orden cabalistica de los Rosacruces”, F.-C. Barlet (Albert Faucheux, 1838-1921), quien tuvo contactos con la literatura inglesa y escribi6 un peque- DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 93 fio Tratado de astrologia judicial en 1895. El otro, el abate C. Nicoullaud (1854-1923), con el seud6nimo Formalhaut, publicé un Manual de astrologia esférica y judicial (1897). La corriente iba a ser recreada. H. Selva (empleado de la Bolsa de Paris) publica un Tratado de astrologia genetliaca (1901), seguido de inmediato por una traducci6n del latin con el titulo La teoria de las determinaciones astrolégicas de Morin de Villefranche (1902). También nos llama la atenci6n observar que las po- cas publicaciones francesas que sefialan la reaparicién de la astrologia son obra de aficionados, de forma dife- rente y en mayor o menor grado marginales, mientras que hacia la misma época los autores ingleses son casi siempre practicantes profesionales. Surge entonces la personalidad eminente de la as- trologfa de la época: un politécnico oficial de artillerfa, Paul Choisnard (1867-1930). Con gran originalidad procurar4 conciliar la astrologia tradicional redescu- bierta con las exigencias estrictas de su formaci6n cien- tffica racional. Autor de mds de 20 obras, comienza a publicar en 1900, primero con el seud6nimo de Paul Flambard y luego con su propio nombre. Su tentativa representa un auténtico viraje en la historia de la astro- logia, cuyo devenir examinaremos en el capitulo si- guiente. “Los elementos en juego, escribe [39], estén forma- dos en parte por las facultades humanas 0 los aconteci- mientos humanos y en parte por los datos astronémicos del cielo de nacimiento: el punto esencial es demostrar si la correspondencia entre estas dos categorfas de cosas es real o no lo es. Ahora bien, los tratados de astrologfa 94 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA —compuestos invariablemente de reglas antiguas y sin el menor afn de critica cientifica— nunca aportaron prueba alguna valida al respecto; pues toda la habilidad de los ‘confeccionadores’ de horéscopos en nada influira sobre la verdad cientffica en juego, verdad s6lo demos- trable por el cdlculo de probabilidades.” “La hostilidad . Sistematica contra la tradici6n —afiade— no me parece més legitima que el hecho de observarla ciegamente”’, y reconoce que “para estudiar con provecho la astrologia, primero hay que librarse del miedo al ridiculo”. Asf pues, para el autor, la astrologia es —por vez primera en el mundo— el objeto posible de una investigaci6n cien- tffica mediante el cdlculo de probabilidades. Pero es consciente de que “la concatenacién de causas y efectos, lejos de ser simple, encierra siempre factores secunda- rios de los que un considerable ntimero pueden ser des- conocidos para nosotros; por esta raz6n, tenemos que en- frentarnos con resultantes variables mds 0 menos com- plejas, y para conocer alguna de sus causas determinantes —es decir, establecer correspondencias entre aquéllas y éstas— no hay més que un medio, y es el de comparar las frecuencias de los elementos en juc- go... Es la unica manera de llegar a probar que se est4 en presencia de una ley y no de una coincidencia fortui- ta; dicho de otro modo, de una observaci6n que es posi- ble repetir y no de un resultado cuyas causas se nos esca- pan por completo”. Choisnard pas6 muchos afios de su vida buscando estas correspondencias, afirmandolas en numerosas pu- blicaciones y justificando a sus ojos la mayoria de las técnicas astrolégicas. Descubri6 inclusive otras nuevas, ya que estudio y, a su entender, demostré la existencia DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 95 de una herencia astral [40] segtin la cual los nifios na- cen bajo posiciones planetarias idénticas a sus padres con més frecuencia de lo que se podria achacar al azar. Sin embargo, pese a la excelencia del método y del propésito afirmados, debemos reconocer que la cose- cha cientffica no estuvo a la altura que podfa esperarse a la luz de los estudios modernos. Es de lamentar, en efecto, que los datos experimentales y el detalle de los cAlculos no aparezcan faécilmente, como lo exigen los trabajos cientfficos actuales. Pero esto no tiene impor- tancia, pues habfa nacido una nueva actitud. Esta mar- c6 un hito, pero puso en su contra a la vez al sector cientifico, que ignor6 la original postura de este poli- técnico, y al sector astrolégico, que, sin ninguna forma- ci6n cientffica, interpret6 esta actitud como una intru- si6n aberrante e incomprensible. Habra que esperar los trabajos de Krafft en Alemania, de Lasson y sobre todo de Gauquelin en Francia, para reencontrar el mismo fi- l6n. Nos referiremos a ellos en el capitulo S. Asf pues, la astrologfa, antes y después de la tiltima guerra, se asienta nuevamente en Francia. “De 1930 a 1970 —escribe el socidlogo C. Fischler [37]—, hemos asistido al despegue y expansién de una astrologia de masas, producida y difundida por los me- dios de comunicaci6n... pero serfa equivocado concluir que la astrologia moderna se orienta tinicamente hacia la ‘masa’, hacia las capas medias 0 populares. Pues, al mis- mo tiempo que este nuevo brote prosigue su crecimiento, la astrologia, abandonando su aspecto soterrado ocultista, se extiende también por las capas superiores de la bur- guesfa, por las clases dirigentes técnicas, empresariales y las profesiones liberales. Y este crecimiento en las clases 96 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA privilegiadas es sin duda una de las formas mas caracte- rfsticas y significativas de la astrologfa moderna (en Francia).” Alcanzan celebridad varios astrélogos, entre ellos A. Barbault [3], autor de una coleccién de nombre “Le zodiaque”, publicada por la editorial Seuil [41]. La astrologfa de elite crece y, prosigue C. Fischler, “Ja cultura facilita el acceso a la astrologfa erudita, sin- crética y perfeccionada... La clase superior es la que fundamentalmente consume los frutos de la investiga- ci6n astrolégica de punta”. El andlisis de los mapas del cielo de nacimiento pasaré a ser, dice, ‘“‘ayuda en la to- ma de decisiones, herramienta de investigacién psico- ldgica, arma entre otras de los cazadores de cabezas”. En este nivel cultivado se edita una prensa especial en cuyo seno podemos mencionar, entre otras, Horoscope (antiguo y que amalgama todavia en su publicidad as- trologfa, magia y videncia), Astral y, recientementc, Astrologie pratique. Paralelamente, y hacia los mismos afios que cn Gran Bretafia, se perpetiia una astrologfa popular am- pliamente reflejada en la prensa. Aparecen los primeros horéscopos en la prensa femenina (Journal de la fem- me, 1932) y en la prensa cotidiana: la primera publica- cién en Paris-Soir es del 18 de abril de 1935. Se ad- vierte que también aqui los horéscopos son siempre _ précticamente previsionales. El principio de los cdlcu- los es simple: para cada signo del zodiaco se conside- ran los aspectos con los planetas del cielo (del dia, la semana 0 el mes). Esta técnica se puede comparar con una previsi6n segtin las “casas solares” por asociacién a partir de la casa 1 = Aries. DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 97 En el otofio de 1970 se produce lo que el socidlogo C. Fischler califica de “acontecimiento de proporcio- nes”: la aparici6n en la radio de Madame Soleil, quien atiende consultas directas. Desde el principio, dicen, recibe de 15.000 a 18.000 llamadas telef6nicas diarias. En el punto culminante de su popularidad, Madame So- leil -habrfa tenido 300.000 cartas en espera. El éxito desborda las previsiones. La televisi6n también acoge al ahora célebre personaje. Suele citarse la respuesta del presidente Pompidou a una pregunta que no estaba en condiciones de responder: “Yo no soy Madame So- leil”. De ese modo, dice C. Fischler, “‘llevé al lenguaje corriente un idiotismo que quizé sitte a la astréloga de las ondas junto a los grandes arquetipos oraculares de Occidente”. De hecho, Madame Soleil es astr6loga, pero su €xi- to se debe aparentemente tanto a su carisma personal como a “que dispensa, de una forma sencilla y caluro- sa, la confortacién, el consuelo, el estfimulo y la repro- baci6n amistosa” [37] con unas cuantas referencias as- trales [42]. En unas cuantas décadas se organjzan diversas so- ciedades astrologicas que realizan actividades de orien- taci6n y niveles variados, y se siguen creando otras nuevas. La vida astrolégica francesa es de tal magnitud que J. Halbronn necesita un volumen entero, en 1984, para consignar sus referencias[43]. 2 2. Citemos la Red Astrolégica Humanista (RAH) de A. Ru- perti, el Movimiento Astrolégico Unificado (MAU) de J. Hal- bronn, la Federacién Francéfona de Astrologia (FFA) de C. Au- bier, el Centro de Organizacién del Movimiento Astrologia 98 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Por el contrario, la barrera entre el mundo cientffico universitario y la astrologfa sigue siendo totalmente in- franqueable, después de la tentativa de Choisnard y de los resultados de Gauquelin: en el préximo capitulo ve- remos cémo continta la actitud de menosprecio de los racionalistas antiastrolégicos hacia éstos. IV.— Alemania y el Tercer Reich En el siglo XIX la astrologia cae en el olvido en Alemania, casi tanto como en Francia. Apenas si halla- mos la publicacién aislada del Tetrabiblos de Ptolomeo por J. Pfaff en 1816: reducida a nada, s6lo conocen la astrologia unos contados excéntricos. Pero el movimiento teos6fico de H. P. Blavatsky se implantaré con rapidez tras el encuentro de ésta con un rico industrial, G. Gerbhard, y la creaci6n de la seccién alemana; y gracias también al encuentro de otro teéso- fo alemdn, F. Hartmann, célebre en los dominios ocul- tos de la época, asf como de su secretario, H. Vollrath, quien pronto pasa a dirigir una editorial de teosofia y ocultismo. Al igual que en Inglaterra, pero dos décadas después, este movimiento oculto favoreceria la reapari- cin de la astrologia antes de la guerra de 1914. El primer manual alemén de astrologfa se publica en 1905, pero sdlo en 1908-1909 K. Brandker-Pracht, Condicionalista (COMAC) de J. P. Nicola, la Asociacién para la Investigacién de los Ritmos Césmicos (ARRC) de Y. Lenoble, el grupo Mercurio, la SFA y muchos otros. DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 99 entre otros, ser4 el iniciador de la renovaci6n modema. El primer periédico, Zodiakus, es editado en 1909. Vollrath funda en Leipzig la primera sociedad astrol6- gica, mientras que el Astrologische Rundschau ve la luz en 1908: es la publicacién més importante hasta su prohibicién en 1938. La influencia inglesa penetra merced a un alumno de Alan Leo: W. Becker. Pero la guerra de 1914 inte- rrumpe momentdneamente la evoluci6n astroldgica, que se reanuda suibita y vigorosamente asf que se alcan- za la paz. Sobreviene entonces, hasta los acontecimien- tos ligados al nazismo, un perfodo de esplendor. La as- trologfa se independiza respecto de cualquier otro movimiento. Se publica una abundante literatura: ma- nuales, efemérides, etc. En 1922 tiene lugar en Munich el primer Congreso europeo de astrologfa. Los astrélo- gos profesionales son ahora numerosos. Este perfodo se caracteriza en Alemania por la ca- pacidad de la astrologfa para llegar a los cfrculos culti- vados, que se organizan de manera original: existe una “Deutsche Kultur Gemeinschaft zur Pflege der Astrolo- gie” (Asociaci6n cultural alemana para la produccién de la astrologfa) que cuenta con Herren Doktor cultiva- dos y universitarios, caso tinico en el mundo. La astrologia psicolégica aparece precozmente en este pafs, quizds en relacién con la publicacién de Ti- pos psicolégicos de C. G. Jung y de Fisica y caracte- res de E. Kretschmer. La astrologia alemana y el nazismo. — Considera- mos especialmente este tragico perfodo en raz6n de las consecuencias fundamentales a que dio lugar. 100 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Tras su toma del poder en enero de 1933, Hitler aplica en toda Alemania la Gleich Haltung o reorgani- zaciOn de cualquier actividad sobre la base del nacional socialismo. Como no podia ser de otro modo, los astr6- logos son mal vistos, ya que pretenden establecer el mismo mapa del cielo para un judfo y un ario nacidos el mismo dia en el mismo lugar y a la misma hora. Por lo tanto, para sobrevivir, deben transigir o bien salir de la escena. Sin embargo, en 1923 una astréloga, E. Ebertin, habia publicado un horéscopo del futuro dicta- dor con el unico dato de la fecha de nacimiento (20 de abril de 1889), pues se ignoraba la hora. Predijo para un futuro cercano que “un hombre de accién nacido (ese dia) con el Sol a 29° de Aries... puede exponerse a un peligro personal a causa de una accién excesiva- mente imprudente... Las constelaciones indican que este hombre debe ser tomado muy en serio... ”; y el 8 de noviembre de 1923 Hitler y sus partidarios lanzan un golpe fallido en Munich; el 1° de abril se lo detienc: escribira Mein Kampf en prision... La astré6loga se hace famosa 3. En realidad, todo parece deberse al azar, pues Hitler habfa nacido al final de la tarde y su Sol estaba ya en el signo de Tauro. Bajo el régimen nazi, ciertos astrélogos manifiestan un antisemitismo favorable a su supervivencia profe- 3. Imaginamos que muchos astrélogos mundiales intenta- ron luego reconstruir e interpretar el tema de Hitler. “Las ten- dencias amorales y asociales de Hitler tenjan su fuente en la constituci6n intima de su ser”, concluye E. Hentgés después de un examen detallado sobre la base de un nacimiento entre las cinco y las seis de la tarde. Véase Cahier astrologique, 1950, 28. DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 101 sional... y otros se callan. Un astrélogo, abogado en Diisseldorf, H. Korsch, editor de la revista Zenit, publi- ca en 1931 un texto con la firma de “Spectator” que anuncia “la cafda inevitable de Hitler”. Mas tarde, la Gestapo buscar4 al autor. Pero, a pesar de sus esfuerzos de adaptaci6n, la astrologfa sufre un acoso. En 1938 la sociedad de teosofia, Zenit, el almanaque de E. Ebertin, todo tuvo que desaparecer. Era el final. Una figura result6 particularmente relacionada con este periodo del nazismo: la del astrélogo K. E. Krafft (1900-1945). Nacido en Suiza, une su suerte a la de Alemania. Personaje complejo, al parecer ambicioso, antisemita y antifrancmas6n a veces, su caso es objeto de una profunda investigacién por parte del inglés E. Howe [36]. Instalado en Alemania, colabora en dife- rentes perfodos con los nazis, aparentemente como tra- ductor. jFue o no el astrélogo de Hitler, como se ha di- cho? Parece que no, pero la historia no esta clara, mientras que su fin es conocido: arrestado el 9 de junio de 1941, es enviado al campo de Orianenbourg y luego al de Buchenwald, donde muere de tifus. Traégica histo- ria, pues. Sin embargo, siguiendo las huellas de Chois- nard, habia publicado en francés, en 1939, un Tratado de Astrobiologia [44] cuyo contenido se apoya en las mismas buenas intenciones, pero cuyo resultado es hoy también desconcertante. El episodio final de la vida de Krafft no puede ser comprendido sin el muy rocambolesco pero veridico de Rudolf Hess. El 10 de mayo de 1941, este tiltimo, Reichminister de Hitler, vuela clandestinamente de Alemania a Esco- cia a fin de encontrarse con Churchill y negociar una 102 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA paz por separado. Hitler, furioso, tiene que dar una ex- plicaci6n. Rudolf Hess es un perturbado mental y est4 influenciado por los astrélogos, pretenden los nazis (versi6n publicada el 14 de mayo en el Vélkische Beo- bachter). Hitler hace detener a los allegados a Hess, que pronto suman cientos de personas, empezando por astrélogos, graf6logos, ocultistas conocidos. La princi- - pal ola de arrestos tiene lugar el 9 de junio: Krafft es una de las victimas. Nunca regres6. Por fortuna, no ocurri6 lo mismo con todas las personas detenidas ese dia. ‘ Digamos también que la astrologfa se utiliz6 en la guerra como arma psicolégica. Ciertos indicios hacen pensar que uno y otro campo se sirvieron del sistema de predicciones astrolégicas tendenciosas, en forma de documentos infiltrados o de libelos distribuidos, para desmoralizar al adversario. Por supuesto, el hundimiento del Tercer Reich per- miti6 que la astrologfa reaparecicra progresivamente cn la Republica Federal de Alemania. V.— Balance y tendencias de la astrologia actual En verdad se puede decir que la astrologia se pro- pag6 en el siglo XX por todos los continentes 4; ahora 4. Toda Europa, incluidos los paises del Este (Hungria, Po- lonia, etc.); aparentemente alli donde Occidente tuvo influencia, con excepcién, al parecer, de paises del Extremo Oriente y de ciertos Estados 4rabes; sin embargo, Egipto cuenta con astrélo- gos, y periddicos como Al Wafd o El Ahram que publican hords- copos habitualmente. DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 103 los astrélogos s6lo son perseguidos de palabra. La In- dia es quizds el pafs donde en la actualidad est4 mas in- tegrada en las costumbres, ya que el horéscopo preside los diferentes acontecimientos de la vida, las bodas, etc. (pequefios anuncios matrimoniales de los periédi- cos piden el horéscopo). El extranjero puede encontrar en la habitaci6n de su hotel un ofrecimiento de cita con el astr6logo del establecimiento, como algo totalmente natural. Sin embargo, la astrologia mundial no es uniforme y aparecen nuevos elementos. La astropsicologia. — Descrita en el primer capftu- lo como una de las dos técnicas de andlisis posibles de un cielo de nacimiento, la tipologia psicolégica est4 ac- tualmente en pleno desarrollo, mientras que durante larguisimo tiempo la astrologia fue sinénimo de “pre- diccién’”’. Hoy en dfa se habla de “‘previsiones”, término de connotaci6n menos magica, més racional. Los principales astrélogos continian una importan- te obra de psicologfa (véanse todas las referencias cita- das en este volumen, en particular [1 y 24]). La vieja querella del libre albedrio parece superada. El consul- tante instruido comprende hoy que el conocimiento de sus potencialidades psicolégicas de nacimiento lo ayu- dardn a entenderse mejor, a aceptarse mds, y que sus relaciones con el préjimo se verdén asf favorecidas. Lla- ma la atenci6n comprobar que los andlisis psicolégicos escritos se hacen generalmente en términos positivos y constructivos, lo que prueba el sentido de responsabili- dad de muchos astrdlogos. Si bien un humorista explo- t6 el filén inverso: reuni6 todos los rasgos negativos 104 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA del zodfaco y simul6 un sarcdstico “zodiaco de los in- sectos” [45]. La llamada escuela humanista. — El] conocimiento de sf mismo es sublimado por la escuela humanista, orientada al mejoramiento del individuo. El célebre as- trdlogo filésofo D. Rudhyar en los Estados Unidos, y A. Ruperti, su discfpulo en Francia, son dos importan- tes representantes de esta tendencia. “Aunque uno no sea libre de cambiar el potencial de su existencia (el te- ma natal), todo individuo es sin embargo libre de deci- dir lo que hard con ese potencial’”’, escribe Ruperti [23], y prosigue: “La actualizacién de sf debe ser un proceso consciente... El hombre no esté ligado a un fatum. En todo momento se producen en el universo nuevas situa- ciones, pero ningtin hombre esta obligado a responder a ellas de mancra prefijada. Aqui esta su libertad, pero él debe clegirla”. Esto equivale, en suma, a prolongar, a través de los siglos, las antiquisimas disputas sobre el libre albcdrio, y esta vez de.manera claramente opti- mista. La teoria de las “eras” . — Es sabido que el punto vernal, punto de referencia en el que el Sol parece salir en el equinoccio de primavera, visto desde la Tierra, parece retrogradar sobre el zodfaco de las constelacio- nes estelares. Un ciclo completo dura 26.000 afios. Los griegos de la Antigiiedad ya habfan descubierto esta “precesién de equinoccios”. La astrologia, como hemos visto, utiliza el zodfaco trépico, no relacionado con esta precesi6n. Ahora bien, el siglo XX vio nacer la teoria de las DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA. 105 “eras”, segtin la cual la humanidad pasarfa sucesiva- mente por la influencia de cada una de las constelacio- nes en las que se encuentra el punto vernal. Hace unos 4000 afios, el Sol en el equinoccio se encontraba en la constelacién de Tauro: es la era de los cultos taurinos (Mitra, los emblemas de templos japoneses, etc.). Des- pués se pasa a la “‘era de Aries” 0 cordero celeste: es la época del Apocalipsis. Viene enseguida la “‘era de Pis- cis”: simbolo del cristianismo primitivo. Por ultimo, nos acercamos a la “era de Acuario”, que se sittia a co- mienzos del siglo XXI. Esta era ha de ser preparada por el hombre, pues se sefialaraé por asombrosas transfor- maciones, al decir de los autores de la teorfa 5. Se trata evidentemente de una construcci6n intelec- tual reciente de la que no se puede decir mds, pero de la que se hace frecuente menci6n. Signos y simbolos. — “La astrologfa simbdlica se desarroll6 sobre la base de los descubrimientos etnolé- gicos, sociolégicos y psicolégicos”, escribe Knappich [26]; “‘se aplic6 a controlar el valor real de los sfmbolos astrales revelados por estas ciencias y a utilizarlos co- mo factores de interpretacién en el trabajo astrolégico”. Esta actitud la describe el autor como si dichos factores astrol6gicos no debieran ser considerados como reali- dades fisicas. “Para la astrologfa simbdlica, el horésco- po tiene solamente el valor de un plano del cielo en el que los planetas portadores de signos simbolizan fun- ciones biopsfquicas reales.” En cierto sentido podemos 5. Véase, “La précession des équinoxes, encore” por R. Amadou, en la revista L’ Autre Monde, 1986, 102. 106 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA decir que los astrélogos de esta tendencia se alejan del problema de la comprensi6n de los fenémenos astrol6- gicos por las ciencias exactas. El signo es objetivo, el simbolo es subjetivo. Pero en el conjunto de la literatu- ra astrolégica se trata mds de una divergencia lingiifsti- ca que de una oposicién de fondo. Hay astrélogos —numerosos— que utilizan, sin cuestiondrselos, los elementos astrolégicos definidos por la tradicién o por su experiencia personal; hay otros —menos numero- sos— para quienes estos elementos son signos posee- dores de una realidad ffsica que habr4 que descubrir. “Cuanto mds constaten y expliquen las ciencias cxactas la realidad objetiva de la correlaci6n entre la Ticrra y el cosmos, mejor se comprender4 que todo acontecimien- to resultante de una causa natural tiene su reflcjo en la vivencia simbélica, y que estos dos enfoques no son si- no dos aspectos de una sola y misma realidad”, conclu- ye el mismo autor. La astrologia por ordenador. — En septiembre de 1968 se abria en Paris, en los Campos Elfseos, el centro Astroflash, aproximadamente por la misma época que el de Oxford Street en Londres. Astroflash introdujo en un programa ordenador (ac- tualmente un IBM 4331) varios tipos de estudios astro- légicos. Los textos responden a la tradici6n, pero utili- zan los aportes del lenguaje psicol6gico moderno. Fue- ron redactados por dos astrélogos de renombre: A. Barbault y J.-P. Nicola. A partir de la fecha, hora y lu- gar de nacimiento, el ordenador establece en pocos ins- tantes los datos solicitados, en forma de p4rrafos suce- sivos, en siete lenguas diferentes, sin el esquema pero DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA 107 volcando por escrito los datos del mapa celeste. Un pri- mer programa, “Estudio del cardcter”, se basa en las posiciones del Sol, la Luna, Venus y Mercurio combi- nadas con el signo ascendente. Este programa recibe el 39% de las demandas [37]. Un “Estudio especial sobre nifios” analiza particularmente la dominante zodiacal, el efecto del signo de la Luna y de sus aspectos, la po- sici6n de Mercurio y sus aspectos (6,5% de las deman- das). Un tercer estudio, “Adan y Eva”, investiga las po- sibilidades de entendimiento en una pareja por compa- raci6n de los cielos recfprocos (5% de las demandas). En el campo de las previsiones, Astroflash ofrece dos servicios, aclarando que “se trata de informaciones que deben ayudar a dominar su destino y no a sufrirlo pasi- vamente”; uno utiliza la técnica de la “revolucién so- lar” (véase capitulo 1), y el otro realiza un conjunto de previsiones con un alcance de cinco afios y basado en diferentes trénsitos. El ntimero de clientes de Astro- flash es de unos 100.000 al afio, lo que denota un éxito considerable. Es evidente que el desciframiento astrolégico, con sus sistemas de 12 signos, 10 elementos celestes y 12 casas, se presta facilmente a una operacién ana- lftica informatizada. El recorte de los andlisis en p4- trafos bien redactados se presenta al publico en su sucesi6n légica, que culmina con la siguiente men- cin: “‘No deje de interpretar la descripcién preceden- te efectuando la sfntesis de los diferentes elementos que la componen... tenga en cuenta el grado de evo- lucién (del sujeto), su forma de vida y su medio cir- cundante”. De mds est4 decir que el ordenador no es més inteligente que el cliente, y que dos personas con 108 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA las mismas coordenadas de nacimiento reciben el mismo texto. Muchos astrélogos han protestado contra esta for- ma de astrologfa “industrial”, accecible al gran publico. “S6lo una larga prdctica de la astrologfa y una asimila- ci6n inteligente de los simbolos planetarios permitir4n efectuar el andlisis individual valedero. Pues un manual —como tampoco un programa de ordenador— nunca le proporcionaré todos los matices de su experiencia”, protesta E. Teissier [46] con referencia a los “ordena- dores, alimentados con unos pocos elementos de base que no servirén mas que para desfigurar la astrologfa” y no pueden, para el autor, reemplazar “el arte del as- trélogo”. De hecho, como dice Colombet [47], “la dife- rencia entre un trabajo efectuado por el ordenador y por el astr6logo cs la misma que entre el prét a porter y la alta costura”. Este autor tiene probablemente razén cuando afiade que “esta experiencia obtiene... su éxito en el hecho de haber puesto la astrologia al alcance de todos... Esta f6rmula, aunque sea comercial... hizo de- saparecer progresivamente una cierta censura... lleg6 a todas las capas de la sociedad y condujo a un verdadero renacimiento popular de la astrologia’”’. Hay que reconocer también que la astrologia resul- t6 “objetivizada” por la informatizacién: cuando se re- conoce un rasgo de cardcter, ya no se puede aludir a la intuici6n psicoldgica del astrélogo frente a su consul- tante. El sociélogo C. Fischler se interes6 en este fenéme- no de la sociedad moderna (por todo el mundo se insta- lan ordenadores, particularmente en Estados Unidos), e intent6 interpretar el acierto psicoldgico de los textos. DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA. 109 “La psique —dice— se mira y se admira en el horésco- po de Astroflash. Al mismo tiempo, espejo ella misma, refleja y modifica el horéscopo, al efectuar la seleccion y decantacion de los rasgos de cardcter que éste le pro- pone. Asf pues, el perfil de Astroflash es, al menos, tanto busqueda de identidad como juego introspectivo.” Afiadiremos que ahora la astrologfa se ha difundido ampliamente por Minitel*, donde parece més co- munmente previsional que en Astroflash. El punto de vista de los socidlogos. — Un grupo dirigido por E. Morin efectu6 una investigacién socio- Jégica profunda. Lo componen C. Fischler, P. Defrance L. Petrossan. El estudio, que posibilit6 un primer ba- Seen 1971, fue eat vuelto a publicar en" ‘TOSP [37] 6. “La corrienie ‘ica no estd porn a decaer”, pronostica E. Morin. Tres encuestas socio- légicas realizadas por el IFOP y el IRES en 1971, y por la SOFRES en 1980, muestran el impacto del fe- némeno. Los agricultores son mds reacios que los emplea- dos, obreros 0 ejecutivos. El interés por la astrologfa aumenta con el grado de urbanizaci6n. “La astrologia moderna no es el residuo folklérico y supersticioso de una sociedad rural no desarrollada (C. Fischler). Por el contrario, se expande en forma especial precisamente * Base de datos y servicios prestada en Francia a los usua- tios de la red telefénica. [T.] 6. Hallamos una resefia de una reunién organizada en la Fa- cultad de Ciencias de Paris por el grupo de socidlogos y la Unién Racionalista, en presencia de un astrélogo, en Raison présente, 1973, 25. 110 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA allf donde se concentran los aspectos nuevos de la civi- lizaci6n moderna y las crisis contempordneas: en las ciudades”. “En las ciudades, (la astrologia) se benefi- ciar4 con el decaimiento simulténeo del espiritu religio- so tradicional y de la corriente racionalista laica, al mismo tiempo que con los progresos del nuevo indivi- dualismo... A este individualismo responde la astrolo- gia moderna: antafio aristocratica y principesca, se ha democratizado.” Desde 1960 un “viento de psicologismo” sopla. La ola del psicoandlisis va a la par, para el socidlogo, con la demanda de astrologfa psicologizada. Cada cual quiere conocerse y conocer a los demas. “No e€s el ra- cionalismo como tal el que se ve afectado sino que mas bien parece quebrarse un poco la confianza global en las ciencias exactas”, prosiguen los socidlogos; debe sefialarse no obstante que la astrologfa intenta “cientifi- zarse” y justificar sus afirmaciones por medio de los descubrimientos cientificos, asunto que examinaremos en el préximo capitulo. Es interesante considerar, siguicndo a P. Defrance, que la astrologia parece formar parte de lo que los so- cidlogos califican de “nueva gnosis”, que abarca lo pa- ranormal, las misticas orientales, e] ocultismo, la dieté- tica y la psicologfa profunda. Habria aqui una curiosa vuelta atrds, puesto que hemos visto que la astrologia moderna, para renacer, tuvo que independizarse de este conjunto esotérico. Pero simultaneidad no quiere decir por fuerza vinculo real. Mas evidente parece la constataci6n segtin la cual uno busca “implicitamente reintegrar en armonia al hombre, en cuerpo y alma, en el universo” (C. Fisch- semen bosses DEL SIGLO DE LAS LUCES A LA EPOCA MODERNA. cel ler), incluso via la astrologfa, por medio de una libera- ci6n interior por y para sf. En toda la investigacién efectuada parece destacar- se un hecho: més del 50% de 1a poblacién tendrfa, res- pecto de la astrologfa, una “‘creencia intermitente”, “creencia semilticida, indecisa, truancada, ambivalente”, siendo “las fronteras entre la semicreencia y la creencia por un lado, y la semicreencia y el escepticismo por el otro, diffcilmente discernibles”’. Finalmente, todos los autores concuerdan en la afir- maci6n de que las mujeres se sienten mds atrafdas por la astrologia que los hombres. C. Fischler lo comprue- ba claramente en las encuestas y observaciones relata- das. Lo mismo ocurre en el hemisferio Sur 7. ~C6mo explicar esto? El autor atribuye esta tendencia femeni- na a la “neoincultura de la mujer’ (lo mismo ocurre Tespecto de los j6venes, ademés). “El desconocimiento de los mecanismos de la economfa y la polftica, de lo judicial y lo jurfdico conduce a fundar esperanzas en una instancia tutelar y protectora”, escribe. {Pero no significa esto subestimar el nivel mental de la mujer moderna? No hay otras hipotesis posibles, relaciona- das por ejemplo con la naturaleza biolégica de la femi- nidad: ciclo, sensibilidad materna, etc.? Es indudable que convendria preguntarselo. El tema parece lejos de estar agotado. 7. Véase G. A. Tyson, “Who consult astrologers, a profile”, Person. indiv. Diff., 1982, 3, 119-126. Para este autor, la consul- ta a un astrdlogo es signo de estrés en el individuo. 5 LA ASTROLOGIA FRENTE A LA CIENCIA En 1975, en su namero de septiembre, The Huma- nist publica en Estados Unidos un manifiesto fundamen- tal en contra de la astrologfa. Es un llamamiento firmado por 186 cientificos, entre los que se cuentan 18 premios Nobel (entre ellos F. Crick, Konrad Lorenz, A. Lwoff, L. Pauling, J. Tinbergen...). Quienes lo redactan son: — B. J. Bok, profesor emérito de astronomia, Univer- sidad de Arizona; — L. E. Jéréme, escritor cientifico, Santa Clara, Cali- fornia; — P. Kurtz, profesor de filosoffa, State University of New York, Buffalo. He aqui el texto: “Cientfficos de multiples disciplinas estan preocu- pados por la cada vez mAs favorable acogida que recibe Ja astrologia en gran parte del mundo. Los suscritos —astr6nomos, astrofisicos y cientificos de otros domi- nios— deseamos poner en guardia a la opinion publica contra el peligro de aceptar incondicionalmente predic- ciones y consejos dados en privado y en publico por los 114 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA astr6logos. Quienes se prestan a creer en la astrologfa deben saber que sus principios no se asientan sobre ninguna base cientffica. ”Antiguamente, los hombres crefan en las predic- ciones y consejos de los astrélogos porque la astrologia formaba parte de su visién m4gica del mundo. Consi- deraban los objetos celestes como morada de los dioses © como presagios que éstos enviaban, y los crefan {nti- mamente ligados a los acontecimientos terrestres; no tenfan ninguna noci6n de la inmensidad de las distan- cias que separan a la Tierra de los planetas y estrellas. Hoy en dfa estas distancias estén calculadas; y vemos ahora hasta qué punto los efectos, gravitacionales u otros, que pueden producir los planetas lejanos, asf co- mo las estrellas, mds lejanas atin, son infinitesimales. Es pura y simplemente falso imaginar que las fuerzas ejercidas por las estrellas y los planetas a nuestro naci- miento puedan modelar de alguna manera nuestro por- venir. No es mas cierto que la posici6n de cuerpos ce- lestes lejanos haga que determinados dfas 0 periodos sean més favorables a ciertos tipos de acciones, 0 que el signo bajo el cual se ha nacido defina la compatibili- dad o incompatibilidad de un individuo con otros. Por qué se cree en la astrologia? En estos tiempos de incertidumbre, muchos son los que suefian con de- jarse guiar cOmodamente en las decisiones que deben tomar. Quisieran creer en un destino predeterminado por fuerzas astrales que escapan a su control. Pero to- dos nosotros debemos hacer frente al mundo y com- prender que nuestro futuro est4 en nosotros y no en las estrellas. En una €poca en que los valores intelectuales y la LA ASTROLOGIA FRENTE A LA CIENCIA 115 educaci6n se hallan vastamente extendidos, cabria es- perar que no hubiese necesidad de destronar creencias fundadas en la magia y las supersticiones. Y, sin em- bargo, la creencia astrolégica invade a la sociedad mo- derna. Nos preocupa particularmente que los medios de comunicaci6n de masas, como periddicos, revistas y editores por lo demds respetables, difundan continua- mente, de manera no critica, temas astrolégicos, previ- siones y hor6éscopos. Esto no contribuye mds que al as- censo de lo irracional y del oscurantismo. Pensamos que ha llegado la hora de contestar directamente, y con fuerza, a las afirmaciones pretenciosas de los charlata- nes de la astrologfa. ’Debe estar claro que todo individuo que continte otorgando fe a la astrologfa lo hace a despecho de que su creencia no se apoya en ningtin fundamento cientifi- co probado y de que existen inclusive numcrosos cle- mentos de prueba contrarios.” Diametralmente opuesta es una frase del astrélogo E. Teissier [46] que concluye el capitulo titulado “Aqui estén las pruebas cientificas que quieres, en fa- vor de la influencia planetaria” con estas palabras: “La astrologia puede considerarse, a la luz de estas experiencias, corroborada, verificada, legitimada, cuando no totalmente explicada (subrayado del au- tor)”. {Qué sucede, pues, exactamente? jEs verdad que los principios de la astrologfa descritos en el capftulo 1 no descansan sobre “ninguna base cientffica”? ,O en estos Ultimos afios ciertos trabajos los han “legitimado” cientfficamente? 116 INTRODUCCION A LA ASTROLOGIA Es necesario tener una amplia vision de conjunto: vamos a realizarla con la maxima seriedad posible. De acuerdo con P. Thuillier 1 constatamos que, en el curso de los ultimos siglos, “la astrologfa no ha sido re- futada sino que ha cafdo en desuso”. Parece, pues, in- dispensable abrir primero de par en par el dossier de las investigaciones Ievadas a cabo en el mundo en re- laci6n con la astrologfa (ya sea en favor o en contra) y plantear la cuestién en términos objetivos, como ha sa- bido hacer muy bien H. J. Eysenck: Astrology, Science or Superstition? [48] A este fin vamos a utilizar resultados publicados en el mundo 2, especialmente en los Ultimos afios, en los terrenos de la estadfstica, de la psicologfa, de la biolo- gia y de la astronomfa, antes de analizar la actitud ra- cionalista definida por los socidlogos y las polémicas surgidas de esta actitud. Mejor informados, podremos entonces intentar sa- car conclusiones. 1, —Las estadisticas Hemos mencionado ya la justificacién que del em- pleo de estadisticas en astrologia hizo Choisnard [39] a comienzos del siglo y Krafft [44] mas tarde. Los tinicos resultados importantes, basados en nu- 1. Pierre Thuillier, profesor en la Universidad de Paris VII, especialista en historia de las ciencias. Para la cita, véase La Recherche, n° 141, 1983, 267-268. 2. Hasta 1988 inclusive.

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