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CEMENTERIOS NUCLEARES

Las centrales nucleares, pese a sus pocos impactos aparentes, originan


residuos radiactivos, altamente contaminantes, que deben ser almacenados en
los llamados “cementerios nucleares”.

En España no hay un lugar para almacenar los residuos de alta intensidad, los
que son una amenaza durante siglos, se guardan en las piscinas de las
centrales nucleares o en Francia, un almacenamiento por el que España tendrá
que pagar miles de euros al día. El resto de residuos se lleva a Córdoba, al
centro de El Cabril, donde se entierran bajo toneladas de hormigón en
contenedores impermeables.

España construyó su primera central nuclear en 1.968 (C.N. José Cabrera) con
una potencia de 160 MegaWatios.
Actualmente, España cuenta con nueve reactores nucleares, distribuidos en
siete centrales nucleares españolas, creadas den el siguiente orden:

Primera Generación

Centrales proyectadas en la década de los 60, cuya construcción se concluyó a


finales de esa década o comienzos de los 70. Corresponden a esta generación
las Centrales Nucleares José Cabrera, que inició su explotación en 1968; Santa
María de Garoña, que la inició en 1971, y Vandellós I, que lo hizo en 1972
(actualmente en desmantelamiento).

Segunda Generación

Centrales proyectadas a comienzo de la década de los 70, cuya construcción


se inició en la misma época, con el objetivo de entrar en explotación a finales
de la década, aunque los retrasos en el proceso de construcción hicieran que
los planes se demoraran hasta los años 80. Corresponden a esta generación
las Centrales Nucleares de Almaraz I y II, Ascó I y II y Cofrentes.

Tercera Generación

Centrales Nucleares cuya construcción fue autorizada con posterioridad a la


aprobación del Plan Energético Nacional en Julio de 1979. Corresponden a
esta generación las Centrales Nucleares de Vandellós II y Trillo I.

Un cementerio nuclear es un lugar preparado para gestionar los residuos


radiactivos. Son diseñados subterráneos y en zonas de características
geológicas tales que se pueda asegurar que no sufrirán filtraciones de agua
que pudieran arrastrar isótopos radiactivos fuera del lugar.

Aunque en España existen estas instalaciones definitivas, existe una


instalación preparada para recibir y almacenar, durante un periodo de 300
años, residuos radiactivos de baja y media actividad en El Cabril (provincia de
Córdoba), con una capacidad de 50.000 m3 de esos residuos. El 21 de enero
de 2010 el pleno del ayuntamiento de Yebra (Guadalajara) decidió con fuertes
criticas de la oposición ser candidata a albergar un cementerio de estos en su
localidad.1 . La localidad tarraconense de Ascó ha sido el segundo municipio en
sumarse a la candidatura apesar de la oposición de numerosos vecinos de la
zona.2 . Una tercera candidata es el municipio conquense de Villar de Cañas.3

Una vez agotada su capacidad este almacén de residuos será cubierto con una
serie de capas de distintos materiales que facilitarán el drenaje del agua de
lluvia y minimizarán su penetración en los cubículos donde permanecerán los
bidones que en su interior contienen los residuos. El esquema de las distintas
capas que cubrirán El Cabril es (desde abajo hacia arriba):

1.- Capa filtrante


2.- Escollera
3.- Arena y grava
4.- Arcilla, impermeable
5.- Cobertura

Ahora mismo, El Cabril, del que es propietaria la empresa pública Enresa


(Empresa Nacional de Residuos Radiactivos), está a la mitad de su capacidad.
Y si el ritmo de almacenamiento se mantiene (recibe un camión al día, 240 al
año), alrededor del año 2030 no cabrá un átomo más en su cementerio.
Faltarán aún 10 ó 20 años, como mucho, para que la ansiadas centrales
nucleares de fusión, infinitamente más limpias que las actuales, entren en
funcionamiento. Pero hasta que ese momento llegue, la única alternativa para
que estos desechos pierdan su toxicidad, consiste, según los científicos, en
aislarlos dentro de una especie de celdas de hormigón, fabricadas a prueba de
terremotos, y esperar a que las radiaciones se vayan apagando con el paso de
los años.

La polémica generada por el emplazamiento del futuro Almacén Temporal


Centralizado (ATC) de residuos radiactivos de alta actividad ha generado una
serie de informaciones que, a juicio de los expertos, pueden llevar al error. Para
empezar, «almacén no significa cementerio», explica Eugeni Vives, portavoz
de la Sociedad Nuclear Española.
«El combustible irradiado, que no gastado, puede reciclarse y utilizarse en
reactores de tercera generación de agua presurizada», asegura el ingeniero
industrial. Los ocho reactores del parque nuclear español son de primera y
segunda generación –dos de ellos, Zorita y Garoña, ya han alcanzado su
«edad de jubilación», aunque a ésta última se le concedió en julio una prórroga
de 4 años, hasta 2013– y no se proyecta construir más. De momento. EE UU,
Francia o Finlandia sí levantan centrales de nueva generación y desarrollan
procesos para aprovechar hasta otro 15 por ciento de la energía del uranio
almacenado.

Ya hay un puñado de localidades seriamente divididas por la conveniencia o no


de solicitar la instalación del un ‘cementerio nuclear’ dentro de su término
municipal.

Resulta difícil estar a favor de la energía nuclear y estar sistemáticamente en


contra de la instalación de los ‘cementerios nucleares’ en cualquiera de los
municipios que, hasta ahora, han votado por presentar su candidatura. Pensar
que hay actividad nuclear (sea industrial, médica o energética) sin residuos es
vivir en otra realidad a la actual.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Cementerios/nucleares/gracia
s/elpepiopi/20100127elpepiopi_6/Tes

http://www.inza.com/ainoa/generaciones.htm

http://www.forocastellano.org/spip.php?article212

http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article11924

http://www.larazon.es/noticia/3357-almacen-nuclear-no-cementerio

http://www.elmundo.es/magazine/2004/223/1073053108.html

http://waste.ideal.es/nuclear.htm

http://www.inza.com/ainoa/espana.htm

http://geografiasubjetiva.com/2010/01/26/cementerio-nuclear-es-
para/

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