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Los reyes de las naciones se enseorean de ellas, y los que sobre ellas tienen
autoridad son llamados bienhechores; mas no as vosotros, sino sea el mayor
entre vosotros como el ms joven, y el que dirige, como el que sirve. Porque,
cul es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? No es el que se
sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve (Lc. 22:25-27)
Comprenda
Desde que Satans se declar a s mismo independiente de la autoridad de
Dios se han dado dos filosofas de la vida: sumisin o imposicin. Los libros de
mayores ventas en la actualidad nos exhortan a "cuidarnos a nosotros mismos
en primer lugar", e incluso a hacer uso e la intimidacin para lograrlo. Entre los
cristianos que debieran saber ms, "mate a ti mismo" ha reemplazado a
"nigate a ti mismo". En el nombre de la libertad, estamos predicando y
practicando la anarqua.
Primero somos siervos, luego jefes. Nadie que no est bajo autoridad tiene
derecho a ejercerla. Nunca podemos servir imponindonos; slo lo logramos
sometindonos.
Pero la sumisin no es subyugacin. La subyugacin convierte a una persona
en una cosa, destruye su individualidad, y elimina toda libertad. La sumisin, en
cambio, hace que una persona llegue a parecerse ms a la persona que Dios
quiere que sea; hace surgir su individualidad; le da la libertad para lograr todo
lo que Dios tiene para su vida y ministerio. La subyugacin es debilidad; es el
refugio de aquellas personas que le temen a la madurez. La sumisin es
fortaleza; es el primer paso hacia la madurez y el ministerio.
Los creyentes que disciernen pueden detectar la nota de autoridad en la vida
de un obrero que est bajo autoridad, y no temen seguir a esta persona.
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