Su atractivo despert pasiones entre personajes encumbrados, entre ellos
el mismo Enrique VIII, que trat de seducirla y obstaculiz su boda con lord Henry Percy. Pero la ambiciosa Ana Bolena no estaba dispuesta a convertirse en mera amante; quera ser reina y, mediante una framente calculada alternancia de favores y desdenes, consigui que Enrique VIII se enamorase perdidamente de ella. El cisma anglicano Culto e inteligente, Enrique VIII haba mostrado desde su juventud su ferviente catolicismo. Haba empleado su brillantez contra la reforma protestante lanzada porLutero en 1520, mostrndose como un enrgico defensor de la fe catlica. Defensor de la fe fue exactamente el ttulo que le dio el papa Len X por elTratado de los siete sacramentos, que el monarca haba escrito en 1521.