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FRANCISCO VITORIA ¥ HERNAN CORTES: TEORIA Y PRACTICA DEL DERECHO INTERNACIONAL EN EL SIGLO XVI Cecilia Bara Las formas de pensamiento vigentes en ef momento de 1a conquista de México emanaron de una situacién histérica preexistente y contempo- ranea a los sucesos expansivos efectuados por Espafia. Entre los factores significativos, cceadores de posteriores manifestaciones tedricas y practi- cas, se deben considerar: los nacientes modelos pre-capitalistas de pro- duccién y-distribucién, fa crisis social resultante de Ja incorporacién de nuevos sectores relacionados con el comercio que se unieron en Ja lucha por el poder a los bandos tradicionales de la monarquia y la nobleza. Al considerar de estos factores se desprende una concepcién totali- zante del siglo XVI que !o cataloga como un periodo de cambio estruc- tural y de lucha entre sus componentcs. Evolucién y conflicto que se manifesté en forma explicita en las creaciones tedricas de los hombres que vivieron dichas circunstancias. E] anélisis de las ideologias se con- vierte asi en un instrumento de grandes alcances para penetrar y enten- der tanto un momento especifico como 1a evolucién histérica, pese al cardcter abstracto de las especulaciones humanas y por ende de tan dificil medicién concreta y exacta, , En el periodo comprendido entre el descubrimiento de América y Ia conquista de México se efectué una transformacién notable en las con- cepciones abstractas como resultante de los cambios en el medio, Es eJ caso de la transmutacién de una posicién en esencia tomista acerca de las relaciones entre los pueblos del Ostiense a la primera claboracién de una teoria del derecho internacional hecha por Vitoria que introdujo nuevas definiciones a los antiguos elementos, El proceso de cambio se dio en directa confrontacién con los sucesos del descubrimiento, conquis- ta y colonizacién de América, La tematica, el manejo de las fuentes y la naturaleza de los ejemplos utilizados como evidencia divergieron de manera significativa entre los comentarios provocados por la adquisicién de las islas Canarias en 1402' y los alegatos de Valladolid en 1550 y 1551. 1 Pereyra Carlos, Breve historia de América, 5a, ed., México, 1969, Ed. Patria, p. 23 126 CECILIA BARBA Las teorfas de I.as Casas, de Vitoria y de tantos otros, se apartaron de la pura abstraccién mental resultante de una circunstancialidad his- térica medieval, Se traté de un compromiso entre valores y conceptos preestablecidos y la realidad de un mundo diferente, nunca antes ima- ginado, que reclamaba transformaciones. Mas que una lucha por la jus- ticia al decir de Lewis Hanke, se traté de uma adecuacién entre la prac- tica y la realidad.? Las acciones de Hernan Cortés y los escritos de Vitoria, entre otros, ejemplificaron el mencionade compromiso entre teoria y practica y la iniciacién de una nueva época, Ambos fueron participantes de un clima de opinién general, aun descartando la posibilidad de una directa’ rela- cién entre los dos, Es decir, que Francisco Vitoria haya leido las cartas del conquistador tan profusamente distribuidas en aquella época, o bien, que Hernan Cortés hubiera podido asistir a las catedras del eminente jurista en aquellos desconocidos afios de su educacién* Vitoria y Cortés fueron representantes de un momento histérico, y a su vez de otra pers- pectiva. Los escritos de uno y las acciones del otro se convirtieron en la teoria y practica de una flamante cosmovisién dentro de las limitantes del derecho internacional en el siglo XVI. EI presente estudio se propone analizar la wansicién ‘cultural concre- tandose a un aspecto de Ja creacién racional humana: ei derecho inter- nacional; a un tiempo, la conquista de México; y a dos personalidades histéricas, Hernan Cortés y Francisco Vitoria, sin descuidar el llamado que hiciera el doctor Silvio Zavala en su libro Recuerdos de Vasco de Quiroga* €n_ estas palabras: “Los lazos accidentales que se han venido anudando entre “las in- quietudes europeas de] Renacimiento y nuestra primera vida histérica en contacto con Europa, ameritan ya que abandonemos la sorpresa encantadora de los descubrimientos individuales, para reconocer la presencia permanente de una. rama vigorosa de cultura que proyecta su sombra sobre las Indias. Ella debe ser.el objeto de aquella investi- gacién de conjunto de sorprendentes resultados, Al aplicar una vision totalizadora al-medievo: europeo se destaca.una constante en las relaciones internacionales: la amenaza musulmana. Europa se encontraba cercada por los seguidores de Mahoma que habian invadido Espafia y ponian en peligro las fronteras orientales del con- tinente, El enemigo del mundo cristiano se-resumia en un concepto, el de infiel, Intereses de orden econdmico y politico se expresaban y dis- 2 Lewis Hanke, The Struggle for Justice in the Conquest of America, Boston, Little Brown & Co. 1965. 2 José Valero Silva, El legalismo de Hernin Cortés como instrumento de su Con- quista, México, UNAM, 1964, p. 13. « Silvio Zavala, Recuerdo de Vasco de Quirogo, Mexico, Fd, Porréia, 1968, p. 119. FRANGISCO VATORIA Y HERNAN CORTES 427 cutian en términos religiosos, E] escolasticismo representaba por aquella época la fuente principal de toda creacién tedrica, Los, juristas estudia- ban los conflictos armados y definian los términos del “justo titulo” y del “derecho a] dominio” siempre enmarcados en la dialéctica cristiano- infiel : Enrique Susa, por ejemplo, en el siglo trece definia.el derecho de gentes como ligado al derecho divino, Segtin este autor, el papa, conio representante de Cristo, poseia la jurisdiccién espiritual y terrena_y podia regular las posesiones de los infieles a favor.de los cristianos. En cambio Tomas de Aquino, bajo Ja influencia clasica griega, determinaba el derecho al dominio como una capacidad de la raza humana en gene- ral, dada su cualidad pensante y no en base a su condicién religiosa como lo hacia. Susa. La distincion entre cristiano e infiel pasaba a per- tenecer en exclusiva a los asuntos del derecho divino para Santo Tomas. Sin erabargo, al decir del lider del escolasticismo, el. papa tenia el poder de castigar a los infieles cuando hubieran cometido una falta contra la ley natural.* Al avecinarse el, siglo XVI las concepciones tedricas no habian sufri- do cambios. mayores, como no habia variado el panorama medieval, Atin los primeros descubrimientos portugueses en Africa se encontraron con negros musulmanes. El cnemigo era el infiel y los cristianos detentaban el derecho a, despojarlos ya fuera por la. condicién religiosa como lo expuso Enrique Susa, o por la capacidad racional presentada por Aqui- no, Una vez que se conecié en Europa la existencia de América, las presuposiciones se vieron sacudidas. América, como cuarto ente de un mundo tripartita, estaba habitada por seres de desconocido origen y cualidad. El primer. intento.de.los pensadores europeos fue extender las teorfas prevalentes, no sin ciertas dudas. FE] cardenal Cayetano al aplicar a América Ia teoria tomista en sus Comeniarios a la Secunda Secundae de Santo Tomds sugeria, en época temprana, una distincién entre los indios americanos y Jos musulmanes. En uno y otro caso, los extranjeros fundaban su derecho a la propiedad, Ia libertad y la jurisdisccién en la ley natural y en su calidad pensante. Para 1810 John Maior clasificaba a los enemigos en varias categorias: Jos infieles que .habfan desposeido a los cristianos se distinguian de los indios detentadores de sus tierras por justos titulos.* .Los indios, a su vez se catalogaban entre los “buenos nativos” que recibian la palabra de Cristo y aquellos que la rechazaban, En la ultima instancia, los espa- tioles obtenian el derecho a invadirlos y desposeerlos, Poco después, cuando el movimiento conquistador avanzaba- y se hacia necesario un patrén ideoldgico justificador de, la penetracién en Amé- 5 Silvio Zavala en su libro Instituciones Juridicas de la Conquista, México, Portia, 1971, presenta un amplio anilisis de estos autores. 5 Juan Lépez de Palacios Rubios, Libellus de insulis occeanis Quas vulgus Indias apellat, Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito 17641, fol. L. 128 CECILIA BARBA tica, la reina Isabel solicité a Juan Lépez de Palacios Rubios un estudio sobre el caso.? Palacios Rubios escogié apoyarse en las teorias de Enrique Susa y sostuvo la soberanfa universal del papa y el emperador sobre las nuevas tierras por su condicién religiosa, Teorfas que ya no parecian ser tan evidentes y necesitaban ser explicadas a los nativos, Con este motivo, Palacios Rubios redacté el tan conocido “Requerimiento” donde exponia la teologia cristiana, el derecho de los europeos a las posesiones indigenas y amenazaba con la guerra “justa” a los nativos de no ser cumplidas las peticiones. El “Requerimiento” probé con rapidez su inutilidad y el procedimien- to ridiculizé la misién, Un sacerdote que disertaba sobre teologia a unos indios, en un idioma extraiio y a leguas de distancia del alcance de Jus flechas, no convencia a nadie, Las circunstancias requerjan un ‘marco tedrico aceptable hasta por los idedlogos mas renuentes, para acallar las conciencias y las copiosas criticas,; al mismo tiempo que facilitaba o disimulaba las acciones de conquista. En ocasiones las campaiias se tor- maban en verdaderos actos de rapifia en perjuicio de los indios, Sin embargo los conquistadores se financiaban a s{ mismos Jas empresas. De negarseles ganancia abundante e inmediata se presentaban dos op- ciones: la rebelién o el abandono del campo de accidén. Sin conquista- dores no habia conquista. Hasta el momento, el comercio habia probado dejar buenas ganaricias para los participantes y ser menos riesgoso, El término de comercio 'tam- bién ocultaba, o justificaba, los actos violentos inevitables, Después de todo, a estas alturas en la mentalidad europea los indios podian no ser los enemigos tradicionales de !os cristianos pero representaban una bue- na presa, Tal vez los nativos poseerian excelentes cualidades, por ‘acci- dente, o por obra del demonio; pero al faltarles los beneficios de la civilizacion y las bendiciones de la gracia divina jamds serfan conside- tados iguales. Inclusive, dada la natural inferioridad de los barbaros, los espaiioles podian satisfacer sus conciencias al enorgullecerse de-su misién evangelizadora y de expansién de las buenas costumbres, Asi se Hegé a una de las soluciones principales presentada’ por Fran- cisco Vitoria en su Primera relacién de los Indios publicada en 1539. este tratado, escrito durante la conquista de México, descartaba la sobe- tania universal del papa y del emperador, quienes, para Vitoria, no ejercian poder temporal sobre los nativos americanos ni podian declarar aestos la “guerra justa” y desposeerlos, El tedlogo llegé a negar la pro- posicién tomista referente al derecho del Vaticano de castigar a los bar- baros por los pecados cometidos contra Ja naturaleza. . Después de discutir sobre las presuposiciones comunes del dominio 7 Publicada en la edicién de Torrubiano Ripoll, Francisco de Vitoria, Relecciones Teoldgicas, Madrid, 1917, 3 vols. FRANCISCO VITORIA Y HERNAN CORTES 129 espiritual y terrenal, Francisco Vitoria prefirié sostencr su disertacién en el concepto tomista del Derecho de gentes. Dicho titulo, aunque con raices medievales, se presenté como ideal para resolver la problematica planteada por el Nucvo Mundo dado a su capacidad genérica y su valor moral, Vitoria invocaba, como principio fundamental, la comunicacién y el comercio entre los hombres, Los espafioles estaban apoyados por este derecho .al acercarse al Nuevo Mundo. Los conquistadores se atri- buian el derecho de entrar en tierra de indios y comerciar con estos mientras no causaran datio alguno, Indios y espaoles debian compartir aquello que tuvieran en comin proveniente del derecho natural, inclu- yendo el caso de hijos nacidos de las dos razas, a quienes deberia per- mitirseles quedarse en Jas nuevas tierras junto con sus padres, En el caso que los barbaros negaran los legitimos derechos de los espafioles y los atacaran, solo entonces, los conquistadores procederian a declarar- les Ja guerra, no sin antes intentar persuadir a los nativos y hacerles racionar, Otro de los titulos reconocido por Vitoria era el de la comunicacién de ideas, es decir, de la religion cristiana. Los cristianos tenfan el dere- cho de predicar las buenas nuevas del evangelio a las provincias barba- vas, La prohibicién de tal derecho permitia la intervencién armada de los espafioles, Lo mismo si se tratase de indios ya cristianizados que fue- tan forzados por sus antiguos jefes a volver a la idolatria, Los visitantes estaban alli pata salvarlos de tal atrocidad, Vitoria presentaba otros titulos justos para intervencién de los con- quistadores en los asuntos de indios, Para el tedlogo tomista Ja voluntad del pueblo y el bien publico eran el fin ultimo del gobierno civil, estos elementos podian conjugarse para atraer Ja intromisién espaiiola. Si exis. tieva una tiranfa opresiva entre los nativos, por ejemplo, los conquista- dores debian salvarlos en nombre de estas razones. Lo mismo en el caso de que los barbaros, al reconocer la superioridad de las buenas costum- bres curopeas, solicitaran su incorporacién a éstas. Si ya una vez jurados subditos del emperador algunos nativos se levantaban contra los espa- fioles, estos ultimos deberian defender los intereses de su soberano, Por ultimo, la intervencién seria justificada cuando se debatieran los indios en guerras internas y algunos de ellos solicitaran ayuda a los extranjeros, Al otro lado del océano, simultanea a las clases de teologia de Fran- cisco Vitoria, se desarrollaba la conquista de México, Hernan Cortés, lider de la expedicion, ponia en practica las ensefianzas del tedlogo aun- que nunca las hubiera escuchado. Cortés supo aprovecharse de la situa- cién existente en el Anahuac mientras aplicaba los principios fandamen- tales del derecho de gentes y de lo que vendria a ser la primera teoria de las relaciones internacionales, Apenas llegada la flota dirigida por Cortés a las costas mexicanas, él capitin tuvo la oportunidad de demostrar lo que serfan los principios practicos y teéricos de la gran aventura, Al acercarse al Rio Grijalva, se 130 CECILIA BARBA organizé una comitiva que debia hablar con los nativos de Ja regién para solicitarles agua. Los indios, recelosos de los extranjeros, se negaron al desembarque y a entablar cualquier tipo de platicas. Cortés alegé su derecho a servirse de aquello que le pertenecia por ley natural y declaré la guerra contra los indigenas, Una vez ganada la batalla, el capitin devolvié los prisioneros a la comunidad causando ‘tal admiracién entre los barbaros que los nativos solicitaron aliarse con los invasores, en pa- labras de Bernal Diaz del Castillo.® Mas adelante, en San Juan de Ulna, Cortés recibié a los embajadores de Moctezuma, Estos traian regalos preciosos y solicitaban a Cortés se volviese atrés y no penetrara en tierra firme. Cortés tenia interés en continuar la campatia, ademas consideré que mientras él y su gente no éausaran dafio en aquellas tierras les era permitido quedarse.?® Ese era slo el principio de la correlacién entre teorfa y practica, Cor- tés tuvo amplia oportunidad de realizarla una vez que conocid los con- flictos internos del. mundo precolombino, Apenas abandonadas: las costas de Veracruz, la expedicién espafiola se encontré con unos envia- dos de Ixtlixochitl; pretendiente al trono de ‘Texcoco, Lxtlixochitl. soli- citaba la ayuda de Jos conquistadores y les proponia una alianza.para recuperar su lugar usurpado por Cacamac con la ayuda de Moctezuma. Poco después Ilegaron mensajeros de Acolhuacan y de Zempoala con Ja misma misién. Cortés acepté dichas propuestas pero demandé de los indios que reconocieran la soberanfa de] rey de Espafia y se convirtie- ran a la nueva fet E] vinculo entre la teorfa de Vitoria y la practica de Cortés fue mejor ejemplificado en las relaciones que se establecieron entre Jos espafioles y los tlaxcaltecas, Cortés Hegé a esa provincia acompafiado de los emba- jadores de Moctezuma. Los tlaxcaltecas, acérrimos enemigos de los mexi- cas, se negaron a hablar con los conquistadores y les impidieron la entrada a la ciudad. Cortés se propuso adquirir con las armas el derecho de entrar en las tierras de estos indios y comerciar con ellos. Los taxcaltecas una vez derrotados, consideraron los beneficios de una alianza con Cortés y asi se lo propusieron.'? Cortés acepté en las bases que el acuerdo proveeria la disolucién de un gobierno tirdnico en beneficio de los nativos, Esta tactica permitié a Cortés hacer valiosos aliados contra el imperio de Moctezuma aprovechando los antagonismos regionales. Al finalizar la conquista mds de la mitad de los sefiorfos del valle estaban en las filas de Cortés, La conexién entre las tdcticas de Cortés y los escritos de Vitoria ® Berna] Diaz del Castillo, Historia de la Gonquista de México, México, Pornia, 1976, p. 20. 30 Fernando Benitez, La Ruta de Herndn Cortés, México, 1974, Fondo de Cultura Econémica, p. 133. 11 Antonio de Solis, Historia de la Conquista de México, México, Porria, 1973, p. 83. 12 Bernal, op. cit., p. 128. FRANCISCO VITORIA Y HERNAN CORTES 131 volvié a manifestarse en la conquista de Tenochtitlan, Cortés entré a +a gran urbe en misidn de paz y comercio, al igual que de exploracién. A la primera oportunidad Cortés hizo prisionero a Moctezuma y le for- 26a jurar lealtad al rey de Espaiia, Sin embargo, la situacién atin se smantenia en calma. El cambio de actitud se did cuando los indios, irri- yados por los desmanes de los espafioles en ausencia de Cortés, se le- santaron en armas y expulsaron a tos invasores en aquella famosa “noche triste”. Desde el punto de vista de Cortés, los aztecas se habian convertido

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