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Danza de Absurdos y Millones

Arturo von Vacano

A pesar de que informa lo menos que puede y miente sin cesar, la prensa de
Bolivia se distingue estos días porque sus titulares son una danza absurda de
millones y de disparates, una burla constante contra el pueblo boliviano.

Lo malo es que el mundo no sabe que los diarios bolivianos circulan apenas en un
radio de diez cuadras alrededor de la plaza principal de cada ciudad, viven de
subsidios semi-secretos y continúan construyendo una Bolivia ficticia hecha de
dislates y boberías.

La TV boliviana ha alcanzado un punto en que los nueve millones de bolivianos


saben ya que lo que dicen y lo que hacen los canales de TV son ejemplos de la
ms burda ficción.

Sin saberlo, empero, el mundo toma a Bolivia en serio y se encuentra incapaz de


digerir semejante danza cotidiana de millones y falsedades.

Si se diera algún inocente que creyera lo que se lee y se televe en Bolivia, su


conclusión inevitable sería la de que, comenzando por el Presidente y terminando
en el más humilde lustrabotas, los bolivianos danzan a diario entre cientos de
millones de dólares, las inversiones están cerca de empedrar de oro cada calle y
sendero, los millones llueven hasta en el caserío más perdido de los Andes y la
plata alcanza hasta para construir satélites que hablarán chino.

Pero la Bolivia real apenas ha cambiado. Cada tres meses me doy el trabajo de
copiar la siguiente descripción de la patria sólo para desafiar a los bolivianos a
demostrar que algo ha cambiado en serio desde 2005:

Bolivia es una sociedad heterogénea y desigual en la que se verifican altos niveles


de pobreza y grandes bolsones de pobreza extrema - concentrados
fundamentalmente en el área rural- que contrastan fuertemente con los niveles de
prosperidad que caracterizan a sus elites.

Según datos de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas


(UDAPE), casi dos tercios de la población boliviana son pobres (60,6% en el 2005
y 59,9% en el 2006), siendo la población con niveles de pobreza extrema - aquella
que vive con menos de un dólar al día - más de la mitad de la catalogada como
pobre (38% para el 2005 y 37,7% para el 2006). En las áreas rurales se acentúan
estos índices.

Otros datos que son gráficos para retratar esta insostenible situación señalan que
entre 1990 y 2005, el 23,2% en promedio de la población boliviana vivió con un
nivel de ingresos inferior de un dólar al día y el 42,2% de la población, en ese
mismo período, sobrevivió con menos de dos dólares al día”.
--
Seis de cada diez bolivianos viven de aire: uno o dos dólares devaluados les
permiten mantener juntos alma y pellejo. Millones de niños viven como perros y
son explotados y lastimados por brutales adultos, casi siempre sus propios padres.
¿Cuántos miles de bolivianos mueren cada año víctimas del alcoholismo de
conductores profesionales? ¿Cuántos, víctimas de drogas chinas o falsificadas?
Nadie lo sabe. Las ciudades son basureros eternos y los asaltos, los desfalcos, los
escándalos financieros y las pillerías de poca o mucha monta asoman cada hora,
si bien sin la menor exactitud y siempre tejidas de idiotez congénita por ese
monstruo llamado en Bolivia “Justicia”.

¿Cómo se llama ese “fiscal” que se metió sin que nadie le empujara en el
manicomio más próximo? Debe ser el único fiscal honesto del país. (Si existen
otros, esta es la hora desesperada en que necesitamos que aparezcan ya ya:
Bolivia gime bajo los disparates del “Poder” Judicial).

El Presidente se va a zampar otra fiesta folklórica de millonarios alcances para


agradecer a sus dioses por haberle conservado el gobierno del país, pero el suyo
es un gobierno que no gobierna: el Alto es la Chicago del Altiplano y el Titicaca la
bacinilla del Alto. ¿Qué gobierno va a frenar ese desaguisado?
No un gobierno en el que el poderoso ministro del Interior “denuncia” ante
Inmigración (cuatro gatos sin autoridad ni medios) la fuga del político más idiota de
nuestra historia aunque su trabajo como autoridad consiste en saber dónde para y
qué hace cada amenaza contra nuestra sociedad.

Porque ese es otro rasgo de nuestro subdesarrollo (al fin y al cabo una actitud
mental): todos denuncian a todos por todo un horizonte de desaguisados. Nadie
se pregunta ante quién hacen sus denuncias esos todos; los ministros denuncian
a los políticos de la oposición, los prófugos denuncian al gobierno, el gobierno
denuncia a los contrabandistas (las aduanas no funcionan sino con un atraso de
seis meses) y los curas denuncian a los pecadores que denuncian a los curas por
TV y la prensa impresa… ¿Pero quién diablos le pone el cascabel al gato?
¿Cuándo veremos que se castiga a algún pillo? ¿Cuándo, que se enjaula a un
violador?

Vistas las cosas así, pareciera que el Presidente se adelanta con sus festejos y se
come la torta antes de cocinarla: gran jarana fue su festejo de 2006 y su manejo
de la economía justifica tal vez aquel festejo pero, ¿no sería mejor festejar los
éxitos DESPUES de hacerlos realidad y no antes? Los festejos de este mes
celebran la confianza que dos de cada tres bolivianos ha puesto en el Presidente
pero, ¿no es demasiado pronto para cualquier festejo?

Desde 2005, lo único que han demostrado los bolivianos es que son iguales a los
afganos: viven en un
pandemonio social que ni Jesús ni Inti, mano a mano, pueden gobernar. Bolivia
sigue siendo una anarquía brutal y evidente en la que cada habitante, estante y
visitante hace lo que le da la gana y a nadie le importa un pepino la suerte de los
humildes y los débiles que pagan esas locuras. ¿Cuándo comienza la hora de los
pobres? ¿Necesitamos de otros dos siglos para dar cuatro dólares diarios a cada
hambriento?

¿Es que no hay nadie que pueda revisar las cuentas bancarias del Idiota Valluno
para demostrar que es un pillo de siete suelas? ¿Es que Branko y sus amigos
también se han “puesto a buen recaudo” para burlarse de los bolivianos mientras
Evo mira hacia su nuevo satélite? ¿Y qué fue y qué es de YPFB? ¿La finca de
quién es ahora? Pero, antes que nada: ¿cuándo vamos a matar la miseria que
nos viene matando desde 1825?
La orgía de idioteces y absurdos publicados o lanzados como chisme debe cesar.
La danza de millones prometidos en inversiones debe transformarse en
realidades, así no sean espectaculares, que funcionen en servicio de la panza de
nuestras gentes. Nuestro principal enemigo no es Obama; es la pobreza. Es
contra esa plaga que debemos luchar cada día. Y nuestro trabajo principal es
combatir esas plagas, no lanzar campañas y guerras de ruido: de palabras vacías
está sembrado el camino al infierno.

De los millones que decimos que somos, seis millones comen aire cada día. Si
deseamos que coman algo más podríamos asignarles diez dólares devaluados al
día para que sean felices, ¿no? 60 millones por 400 días, sólo por redondear
cifras… ¿Cuántos siglos necesitamos para reunir esa bonita suma? Según lo que
hablan políticos y la prensa, la eternidad durará menos que nuestra capacidad de
dar de comer a nuestro pobres. Semejante situación es peor que la de nuestro
fútbol profesional, y eso es ya decir demasiado: cierren la tienda y entréguensela a
los chilenos. Tal vez lo hagan mejor.

O cojan el látigo famoso de Melgarejo y hagan andar las cosas por las buenas o
por las malas; si los bolivianos entienden “anarquía” por “democracia”, todos
estamos fregados con jota. ¡Que resucite Melgarejo, papacituy!

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