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Porque la vida entera del hombre, por larga que sea, es un momento, nada ms que un

fugacsimo momento, comparada con la eternidad; y el tiempo del dolor, en relacin a la


eternidad, es menos que un solo aliento, menos que una rpida pulsacin en toda una vida larga.
Quin no escoger un momento de dolor, por intenso que sea, si con ese dolor asegura una
buena salud para toda la vida? No se escogen y se pagan las operaciones quirrgicas, por muy
dolorosas y difciles que sean, para procurar, no ya perfecta salud, sino mejora solamente?
Pues un segundo es una respiracin, que ya se pas cuando se quiso dar cuenta de ella. Y la vida
toda del hombre, comparada con la eternidad, aunque se nos haga aqu larga, es, sin embargo,
menos que un segundo, menos que una rapidsima respiracin comparada con una vida larga.
La eternidad siempre est en el ahora presente, en el ahora que empieza. Desaparecern todos
los mundos actuales despus de millones de millones de aos, suponiendo que los mundos sigan
las leyes que dicen los fsicos; quiz cree el Seor otros mundos que sucedan a stos y tambin
desaparecern y la eternidad siempre est en el ahora; es el instante presente.
Pues quin que no haya perdido su razn no aprovechar y escoger esta billonsima de
billonsima de segundo que ahora en la tierra se nos concede para gozar, despus de la muerte,
la dicha, felicidad y bienaventuranza por toda la eternidad?
Y la mano de Dios es de inmensa largueza para premiar el sacrificio y la penitencia, por lo cual el
dolor por amor es una ganancia superior a todas las ganancias. Los Santos y las almas
fervorosas vieron y ven clarsimamente esta verdad, que no pueden comprender los que no se
abrazan con la humildad o no tiene vida limpia. Tambin en esto se cumple que los limpios de
corazn ven a Dios y sus verdades. La humildad clarifica los ojos del alma y la limpieza los hace
aptos para recibir la hermosa luz celeste.

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