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Radiología del aparato urinario y genital:

1.Radiología de la vejiga.

Localización:

La vejiga urinaria se localiza en el abdomen caudal (ver figs. 9.23 y 9.24). Su posición
es normal si el cuello se sitúa cerca del pubis.
En el perro, la vejiga puede estar adelantada (con el cuello vesical alejado de la entrada
de la pelvis) en diferentes circunstancias:
1. Animales condrodistróficos (extremidades cortas y “retorcidas”)
2. Vejiga muy llena
3. Próstata incrementada de tamaño
En el gato, una vejiga adelantada suele deberse a un llenado excesivo relacionado con
obstrucción urinaria por cálculos.

Proyecciones radiográficas:

Al igual que para el resto del abdomen, para visualizar la vejiga urinaria efectuamos 2
proyecciones: lateral (izquierda o derecha) y ventrodorsal. Sin embargo, la proyección
ventrodorsal debe ser oblicua; en efecto, si no inclinamos el animal hacia un lado, la
vejiga quedará superpuesta con la columna. Para evitar superposición con el colon
descendente, será conveniente que inclinemos el animal hacia la derecha.

Visualización de la vejiga:

El contenido de la vejiga le confiere una densidad de tipo líquido, de tal manera que en
numerosas ocasiones, resulta difícil distinguir la vejiga de otras estructuras de densidad
líquido situadas en el abdomen caudal (útero, próstata, masas diversas…).
Para identificar con seguridad la vejiga, es conveniente vaciarla y proceder a introducir
un material de contraste en su interior. Podemos realizar una cistografía negativa
introduciendo aire, o bien una cistografía positiva introduciendo contraste yodado, o
bien una cistografía doble combinando ambos. Antes de introducir contraste positivo,
deberíamos introducir anestésico local para limitar la sensación dolorosa.

Interpretación de las imágenes:

¿Qué debemos valorar en una radiografía de vejiga?

• En primer lugar, la posición. ¿Es ésta normal o bien está adelantada?


• En segundo lugar, el espesor de la pared. El espesor de la pared de la vejiga, a
diferencia del caso del intestino o del estómago, es valorable con fiabilidad. El
grosor normal de la pared de la vejiga es de 1-2 mm: cualquier aumento es
significativo. Un aumento del espesor de la pared puede deberse a 2 patologías:
inflamación (cistitis) o neoplasia. Una cistitis dará lugar a un engrosamiento
generalizado o bien craneal y ventral. Un tumor será más probable cuando el
engrosamiento afecte al cuello vesical, pero también podrá ocupar la zona
craneal y ventral (ver figs. 9.12 y 9.17).
Debemos tener presente que en la porción dorsal de la vejiga, el contacto entre el colon
descendente y la vejiga puede dar lugar a una apariencia de pared engrosada; en efecto,
si las paredes de ambas estructuras están en contacto y forman un signo de silueta,
podemos interpretar erróneamente que la pared vesical está engrosada.
• Si hemos realizado una cistografía con doble contraste, tendremos que analizar
el aspecto de la burbuja o mancha central (declive) de contraste positivo. En
condiciones normales, aparecerá uniformemente blanca (ver fig. 9.14). Si
presenta zonas menos radioopacas o incluso radiotransparentes (defectos de
llenado), puede deberse fundamentalmente a 2 tipos de alteraciones: presencia
de cálculos radiotransparentes o coágulos.
Para distinguir entre ambas posibilidades, podemos considerar que los cálculos
tenderán a ocupar la zona central (más declive) y los coágulos tenderán a ocupar
la parte periférica de esta mancha; pero este criterio sólo es orientativo.
También pueden aparecer burbujas de aire (redondas) en la periferia del
contraste positivo.
• Si hemos efectuado una cistografía positiva, podremos valorar si existen
defectos de llenado relacionados con la pared vesical, debido a que un
engrosamiento de ésta que la hace protruir hacia la luz (cistitis, pólipos,
tumores).
Patologías más frecuentes:

Existe un tipo de cistitis relacionada con la persistencia del uraco (estructura


que se origina en el polo craneal de la vejiga y que permite la evacuación de
orina del feto). Dicho uraco debe experimentar una regresión y desaparición en
el periodo postnatal inmediato. Si este proceso no se efectúa correctamente, hay
persistencia del uraco en forma de un divertículo vesical craneal, que al estar
situado craneal y ventral, acumula orina y predispone a la cistitis con
engrosamiento de la pared vesical adyacente al divertículo (ver fig.9.13).

Las neoplasias de vejiga son más frecuentes en perras de edad avanzada, y la


mayoría son carcinomas.
Los cálculos pueden ser radiotransparentes o radioopacos (ver fotocopia
adjunta). Si son radioopacos, bastará una radiografía simple para visualizarlos,
pero si son radiotransparentes, tendremos que recurrir a una cistografía con
doble contraste; los identificaremos entonces como defectos de llenado en la
mancha central de contraste positivo.
En los machos, deberemos comprobar si hay cálculos en el trayecto uretral.
La rotura de vejiga de origen traumático puede evidenciarse mediante la
introducción de contraste positivo y la visualización de su presencia disperso en
la cavidad abdominal.

2. Radiología renal:

Ver fotocopia adjunta.


Pueden presentar variaciones de tamaño, localización, forma y radioopacidad.
A veces presentan cálculos intrapélvicos o uretrales, bien visibles si son
radioopacos.

3.Radiología de próstata:

Puede ser visible o no radiológicamente. Evidenciamos prostatomegalia mediante la


localización adelantada de la vejiga urinaria introduciendo contraste en ésta.
Sin embargo, no podemos estudiar mediante radiografía el contenido de la próstata. Para
distinguir entre las distintas patologías que pueden afectarla, recurriremos además de a
la clínica a la ecografía. Podremos entonces intuir si es más probable o no una
hiperplasia, un abceso, un quiste o un tumor.

4. Radiología de útero:

Estudiaremos por este método la presencia de piometra y de gestación.


El útero normal no es visible radiológicamente, debido a su densidad líquido y a su
pequeño tamaño.
Una piometra se detectará como un engrosamiento del útero, que aparecerá como una
estructura tubular de densidad líquido en el abdomen caudoventral. Para distinguir el
útero de la vejiga, es conveniente introducir contraste en la vejiga previo vaciado.
Podemos también detectar si la presencia de la matriz engrosada conlleva el
desplazamiento de asas intestinales en sentido dorsal.
Si el engrosamiento del útero no es suficiente para ser detectable radiográficamente,
deberemos recurrir a la ecografía, que permite evidenciar contenido líquido aunque sea
escaso.

Diagnóstico de gestación:

La calcificación del esqueleto fetal se lleva a cabo a partir del día 42 de la gestación.
El esqueleto se hace visible radiográficamente entre los días 42 y 45. Por lo tanto, la
radiografía es un método tardío de diagnóstico de gestación, comparado con la
ecografía.
En cambio, la radiografía es superior a la ecografía en cuanto a determinar el número de
fetos. Permite orientar sobre el momento de la gestación si tenemos en cuenta que :
Alrededor del día 45, se mineralizan cráneo, columna y costillas.
Alrededor del día 50, los huesos de las extremidades por encima del codo y la rodilla:
escápula, húmero y fémur.
Alrededor del día 54, los huesos de las extremidades por debajo del codo y la rodilla:
radio, cúbito y tibia.
Alrededor del día 56, la pelvis.

También permite estudiar la viabilidad de los fetos, aunque para ello es superior la
ecografía. En efecto, existen una serie de signos radiológicos de muerte fetal, como son:
• La pérdida de flexión fetal
• La presencia de gas intrafetal (ej: en el cráneo) o perifetal
• La superposición de huesos de la fontanela (frontal y parietal)

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