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Porque no saben lo que hacen Espacios del Saber 1, Paul Virilio, Un paisaje de acontecimiensos 2. Jacques Derrida, Resistencias del psicoendlii 3. Terry Eagleton, Las ilusiones del posmodernism. 4, Simon Critchley y otros, Desaonstruccion 9 pragma tismo, 5. Catherine Millot, Gide-Genet-Misbirna, 6, Fredric Jameson y Slavoj Zitek, Bstudins Culturales. Reflexiones sobre ei multicultwralisme, 7. Nicolis Casullo, Medernidad y cultura orftca. 8. Slavoj Zitek, Parque no saben lo que hacen. yaar a. Slavoj Zizek Porque no saben lo que hacen El goce como un factor politico BIBLIOTECA CIENCIA POLITICA SISTRMA DE BIS{IOTECAS PONTIFICIA U.C. DE CHILE 2% 04 69 PAIDOS »p Buenos Aires - Barcelona - México “Filo origin Far ray bn nat wat hey Vers, Landres = Nueva York 199 © Shino) Ziek 1991 “Teaducson de Jorge iatigorshy i Gabe de Gustavo Macs ‘Mtv de pa entra de Giorgio De Chic, Las landers, 1928 teen, 1998 ' A Kosta, mi bij Tres ena Argentina, Prin in Argentina ee ‘Queda hecho el depo que previ I ey 1.723 © Copyrigh de todos la fichanes en eastelon0 ori Pais SAICE Defensa $99, Buenos Aires Bdiiones Pads Thérea S.A ‘Mariano uh 92, Bereslona 1 ca ad Mena i eben Dat 118 Mai DE | Se erin de ip one dobre de 198 co | {Gules MPS STL Saigo del Bt 38 Lan, eno ites Ril Agen “La vepiod ott pri nt Ho, user frm ue een © ease ta atghon presen ography sinaapnt, pce for Pee eae cen surat por lo calor a detechos reser tbe Cer nscin deb se pennant shad, | {SHIN 950-12-6508-0 Indice IntrodueciGn, El destino de un chiste.... Primera parte E plurtbus unum 1. Sobre el Uno oe 19 2. La eaprichosa identidad oe) Segunda parte Bl malestar en le dialctica 3. Lalengua hegeliana. 7 4, Sobre el OO rnenn 189 Tercera parte Coan grana praxis 5. isté bion todo lo que termina bien? .nurinnnnne 235 6, Mucho ruido por una Cosa 299 indice analitico, 361 Introduccién El destino de un chiste F] teldn de fondo de este libro queda ilustrado del mejor modo con el chiste soviético sobre Rabinovich, un judio que ‘querta emigrar. Fl burderata de la oficina de emigracién le ‘pregunté por qué. Rabinovich respondié: “Hay dos razones.. La primera es que temo gue los comunistas pierdan el poder en la Unién Soviética, y que las nuevas fuerzas politicas nos capen 2 nosotros, los judios, por los cefmenes comunistas..”. “Pero interrumpi6 el burderata-, esto ¢s absurdo, jel poder de los comanistas es eterno!” “Bien —respondid Rabinovich con calma-, ésta es mi segunda ta26n. En Bl sublime objet de a ieologia, publicedo en 1989," esto doje de.que I n? Flay una sola explicacion po~ erimentannas como “transite nes ran indecentes como Como explicamos esta ley universaliza la prohibi sible: ef gove en i, give nosotras ex Stace Zick son Lacan el yntra su famosa post rmitido": sino hay Dios (el | ‘dc la ley/prohibicidn), to- | sloyeno: puesto que fue Lacan ida por la ausencia misma de podomos avenrarar alguna especulacién je nosotros os eslovenos (* fain Freud) tuvimos que agvardar aL sin”, 5 eno etavato mds prfendealg inet teuando.gorainos, Hume siempre sejuimios an cierto 1 co de este mandat Tostezan en Ia clase, egnardans ‘Cuando uno de ellos grita "A fandeto, G: hagemos “espontaneamente”, randato, El nombre psicoanal “Spaseta, de este Hamado obseeno, "iGO> Sa ce mperyd, Esta paradoja del supers aparece eseeifice, dda on su forma pura en. Monty Pyth spisodio sobre la educacién sexta en's Meaning of Life, en el I: los escolares abneritos do Ia Jlegads del profesor. jienel”, todos empiezan 8 hacer abo rt aire obetes ef expects fs ‘multo salvaje fone rade del macstie, Despuss de ealmarios, igontar si saber edo se excita le vaginas ignorancia, los avergoneados al Dbuccan respuestas, mientras e! ingate porque no han practicado Ja ayuda de la esposs, a eontinuaci finalidad exslosiva'de impresionar Ia ani- ‘al comienza a pre atrapados en su Jumanos evitan su misad y bale 1 mapatro Jos seprende sever la materia en of hogar. Con ion les demuestra a pene stanton de} pene en Jp vaginas sbusrio por ef £1 2B ree US cokes inanalizables" se facan para encontrarnos | psicoandisis mismo al- smite abordar aparicio- | cia de be ‘dead: slo del tu- oma, uno de 4 iu Quiet pase de Sobre el Uno Jos umuchachos echa una mirada furtiva a través de la ventana, ‘ef maestro le pregunta sareisticamente: "¢Tendria usted la Jmabilidad de decirnos qué hay tan atrativo allfafuera, en el patio?” Las cosas han sido llevadas a su extremo: la razén de {que esta presentacién invertida de la relacién “normal”, cot diana, entre la le (a autoridad) yel placer produzea um efee- fo tan extrafo consiste, por supuesto, en que saca a la Iuz del imal” cuando el goce es sostenido por un severo imperativo superyoico El punto teérico crucial que no hay que pasar por alto es que esta inversion especular no puede rediueirse al fanbito de lo Imaginario, F's decir que, cvando abordamos Ia oposicién entre lo Imaginavio (La captacién por la imagen del espejo, el reconocimiento en uoa eriacura semejante)y Io Simbélico (el orden puramente formal de rasgos diferenciales) por lo gene- ral no se advierte que Ia dimensién especifica de lo SimbSlico merge del mismo reflejo imaginaro, ex deci, de su dpe din por mato de cual sin ie Lacan seinen imagen real es reemplazada por une imagen virtual. Por lo same napnary lo Sale no tn sinpieente opuestos como dos entidades 0 niveles externos: dentro de lo haar ay sempre an pode dbl nc d cual Jo Tmaginario, por asf decirlo, esté enganchado en lo colt Ree eee Hegel demosteé el mecanismo de este pasaje con la dialéc- tia del "und cabeza abjo™ (ie verkebrie Wa) que itr In'seecién sobre la conciencia en su Fenomenologéa del esprita. Después de exponer la idea eristiana del Mis Alls come la in- versidn de la vida terrestre (agus reinan Ia injustcia y a vio- Iencia, mientras que Alls seré recompensada la bondad, eteé- te) sel que a invert sempre dob: wna mind nds atenta descubre que el “primer” mundo cuya imagen in- veri scl mono eabera ajo, ya exe invert ono iismo. En esto consiste la logiea de la caricatura, Recorde- mos el procedimiento de Swift en Les viajes de Gulliver; el lec- tor enfrenta una serie de inversiones burlonas de nuestro uni- 23 Sion) Zitek verso humno “normal” (la sl poblads por enanos de dos cigadas de alto; un pats en el que estaban invertidas las rela~ cate os snes harass bless Seres humanos vivian en establos y servfan a los cabalos...) Por supesto, Swift aputa a nuestras propias debilidades y tstupideces: por medio de un mundo fancistico que present su imagen invertida intenta poner en ridculo las Yocuras la Jnversign) de nuestro mando supuestamente “normal”. La imagen de seres humanos que sirven a cabllos debe desperar fa idea de la vanidad de la especie humana, en ‘con la sencilla dignidad de esos animales; las sputas Files de los liiputienses tienen Ia finaldad de te tcotamos [a presuncida de las costumes humanas, y asf st- sivamente* wesvfero nos permite diferenciar claramente In fancién del ideal del yo (es decir, de la identifiacién simbilics) respecto dde su contracara imaginatia: Ia identificacién simbdlica ¢s una dentifcaciin con el punto ideal (“virtual”) desde ef cual el su- jeto se mira a sf mismo cuando su propia vida real le parece tin especticulo vano y repulsivo. Swift, !o mismo que Monty Python, pertenece al linaje “misintropo” del humor inglés, ‘pasado en la aversion a la vida como la sustancia del goce, el ideal del yo es precisamente el punto de vista adoptado por el sujeto cuando percibe su vide cotidiana “normal” como algo invertido, Este punto es viral, puesto que no figura en nin~ grin lado nla realidad: difiere de la vida “rea!” asf como de Ai earicatura invertida, es decir, no puede ser ubicado en Ia elacién especular entre la realidad y su imagen invertida por lo tanto es de naturaleza estrictamente simbiic Que ef Hmperador conserve su ropa! Se puede llegar ilmismo pinto a través del gesto de afir~ mar que el Emperador no tiene ropa. El nifio del euento de ‘Andersen que con tina inocencia fascinante dice lo obvio es por lo general considerado un ejemplo de la palabra queinos 24 Sobre el Uno libera de la hipocresa asfixiane y nos obliga « enfrentar el e- tado real de ls coss. Lo que se prefiee pasar en silencio son Jas consecuencias caastréficas de ese gestoliberador para el centorno, para Jared subjtivaen la que se produce. Al afirmar abiertamente que el Emperador no tiene ropaf muestra inten- tines slo desembarazarnos de la hipocresiay el fingimiento snnecestios, pero después de la hazaia, cuando ya es demasia- do tarde, advertimos de pronto que hemos ido demasiado le- jos, que s¢ ha desintogrado la comunidad de la. que érarnos ‘miembrosf Quiza por ello ha Ilegado el momento de abando- nar el elogio habitual del gesto del nino, y considerarlo més bien el prototipo del parlanchin inocente que, sin saberlo ni aquererlo, pone en marcha la caéstofe, al cometer el desatino de sacar a a luz lo que debe permanecerticto para que con serve su cotsstenca la red intersubjeivaexistente ‘La pequeta obra maestra de Ring Lardner titulada “Who deal" narra la historia de un parlanchin'de ese tipo. La t= ‘ma como tal no tiene nada en especial: dos parejas amiga (la natradora y su esposo Tom; Helen y Arthur) pasan una noche juntos jugando al bridge. La narradora, que se ha easado po- 0 antes con Tom, no conoce nada del passdo tormentoso de este iki: ats aris, ly Helen vivieron un amor apasione- doy se separaron debido a una pequefiadesintligencia; des- say dsamparts Hellen sexs cn conte amigo ‘Arthut, aientras Tor luchaba por salir de Ia desesperacién tz dae fcr excbiendo poeman que, de un modo sio- calto, heblaban de su amor perdido, La'narradora ha descu~ bierto los inteptos literarios de Tom entre los papeles del hhombie; sin ter conciencia del efeeto, los recita durante el juego para distraer al grupo. El relato termina en el preciso ‘momento en que sale ala Juz le eatistrofe, cuaido la narrado- za toma conciencia de que esté haciendo algo teriblemente “Hasta entonces, nda expecial. Bl efecto dels historia gira caclusivamente en torno a su perspective narration: eta esr centeramente como monélogo de a narradora, como su parlo- teo confuso que acompafia al juego; estamos estricamente l- 25 Sta) Zitek rmitados a su perspectiva, a Jo que ella dice y ve, Serfa fécit Tego sma historia elatda dese ot perspective por ejemplo la desu esposo Tom, que se estremece le angus- tia a medida que su esposa babladora se acerea al terreno pe~ ligroso, Sabiamente, Lardner prefiris el punto de vista de la persona que sin saber actuaba como crust de Ia catistroe: tn lugar de presentar esta catéstrofe inmediatamente, Ja evoea ‘fuera del campo” (para usar esta expresion de la teoria cine atogeifies), es decir, tl com se rflgiaen el vost de su cosa Tn esto consists masa marcas augue esitamente limitados al punto de vista de Ia parlanchina inocente, noso- thon os lectores, ocupamos al taismo tiempo la posicién det “FHombre que sabia demasiado” de Hitchcock, de personas {que saben que las palabras de la parlanchina se inseiben en tin marco en el que significan la catéstrofe. Nuestro horror es cstitamente codepeniente de la limitacign radial de mus: ra petspectiva a [a de lo parlanchina ignorante que, hasta cl Soe ene nngin resentment del eco des valabras. Pavpato es Jo que Lacan quiere decir cuando sostiene que el el significance esti constitutivamente cvado, escindio: jcto hablante est clivado entre In ignorancia de su expe ‘encia fmaginaria (a nadsidora imagiina que esté continuan- tis con ula conversacin trivial) y el peso que adguieren sus palabras en el campodel gran Otro, ef modo en que cllas lectin {e red intersubjetiva: la “verdad” de Ia parlanchina nocente puede muy bien ser una eatistrofe intorsubjetia. [Lacan dice seneillamente que estos dos niveles munéx se ligan toraltnents Ia brecha que los separs es consitutiva; el seto, or definicibn, no es amo de los efectos ee su palabra, puesto {que quien est al mando es el gran Orro, ‘Esta imieacioh al punto de vista de la nairadora como ceusn de la eatstrofe implica una vex mis la estructura del re- flojoespecular doble: no s6lo vemos el modo en que sus pal tba se eflejan en los ojos de los afectados por elas, sino, in ‘luso ins radignlmente la manera en que cl efecto ‘de sus palabras sobre el ambiente (el tefljo de sos palabras en el 26 Solre ol Ua aimbiente) se rele a su vea en ella misma. Una ver mis, este reflgjo doble produce un punto simbélico cuyn naturales es puramente virtual: ni Jo que yo veo inmediataanente (la “rea lidad” en si) ni el modo cn que los otros me ven (la imagen “geal” invertida de la realidad), sino ef modo em que veo que os otras me ven. Sino agsegamos este vereer punto de vista, pura- mente virtual, del ideal del yo, sigue siendo totalmente in~ comprensible el modo en que la representacién invertida de ‘questro mundo “normal” puede actuar como una repulsa pe- radéjica del caréeter invertido propio de nuestro mundo “normal” en se decir, no comprendemos el mado en que la descripeidn de un mundo extrafo opuesto al nuestra puede dav origen al extrafiamiento radical respecto de nuestro mu- do, La clave de Ia eficacia del relato de Lardner consiste en ‘que, por medio de ese doble reflejo especular, masotres, sus lec- tors, somes emplazades n Ia pesicion del deat del yo de ba narra- dra: posernos whicar el parlotco complacide en su contexto intersubjetivo y de tal modo advertir sus efectos catastrficos. Para decirlo en “hegelés”, nosotros, los leetores, somos st “en-si” 0 “pa ste es tambien el punto en el que Hlegan a.un atolladero ‘todos los intentos de definir el “carscter invertido” del mun- do modemno: a inversién doble cuestiona la norma misma de Ja “normalidad” empleada para medir la inversién; pensamos cn las formulaciones basadas en la logica del “en Tugar de”, como las que abundan en las obras del joven Marx (Fen lugar de reconocer en el producto de mi trabajo la actualizacién de iis fuerzas esenciales, este producto se me aparece como un poder independiente que me oprime...”. Permitasenos recordar la célebre investigacién sobre Ia personalidad autoritaia en la que a fines de la d&cada de 1940 ‘Adorno y sus colaboradores intentaron defini el “sindrome Sutoritatio”, es decir, el tipo ideal weberiano de la disposicion pais sot, ¢Cémoconsruyeron su hts ini la serie coherente de rasgos que constituyen el “tipo autor tio" Martin Jay, en su Dialectical hmagination? realiza una “obseevacidn sareastica sobre el modo en que legaron al sin- 27 Slav Zit drome mitortario mediante el procedimiento simple de, in- vdefinen la imagen (ideologies) del indivi- “oo burgues liberal. La ambigiedad reside en ef estar 06 faplicado de esta contracara "positiva” de bs “personalidad srerritaria: on efecto, zes na contracara positiva por caja aaerrién debemos luchar, 0 caso la “personalidad autorit ear cael rewerso de fa “personalidad Hberal”, su cara oscura imtrinseca? “fn cl primes cas, la “personalidad liberal” es concebigs ‘come una eapecie de “posbilidad esencial”, enya realiza corn es en su opuesto debido a ln “regresisn” fascists fe sare enre ells es, por Lo tanto la del paradigma ideale “personalidad liberal) y s1ralizacion pervert (fo °pese= werftadsutortaia"). Como tal results Feil describitia con natgrca del joven Mara: “En lugar de tolerar la diferencia ¥ ‘egpar el dilogo no wiolento como la sinica manero de eg9r aeeteecisién comin, el sujeto abogs por laintolerancia io~ Tents y descontia del didlogo Kbre"; Yen lugar de examinge veined ente a toda autoridd, el sojeto obedece de mode cece a quienes eercen el pode”, etoStea), Eo el segundo sere a “personalidad autovtaria” tiene un valor estrictamen: <2 Gromtico: en ella emerge la verdad repritmide de Ja per- xe aad liberal smanifiest®” es deeir que la personalidad i Peer confrontada con su fondamento totaltario#® 1a oer bigiedad caraceria Ia formulnci6n marxista del sare avabira abajo” del feichismo dela mercaneia como le aang dele relaciones “normals” tansparentes entre los irvfoiduos (pot ejemplo, cuando Marx compara [a inverse propia del fetieismo de fa mercancia con la inversion idealis- pee la reacién entze Lo universal y lo particular): vertir los rasgos que $5 yo digo quel ley romana y i ley gerd son or gv eye, eto es algo evident de por sh Peto, por elcome Epa bay ena com strata se realize bly omana y 69 infey germ, o5 dei, en ets lyes cones y Ia ntereone- sin se vuelve misticn? 28 Sobre el Gna {Ciémo se telacionan el nominalismo del sentido comin (haley romana yl ley germana como dos eyes) con el ides- Jismo especulstvo (LA Ley se reali en la ley romana y en la fey germans)? Fs exe dio una simple iversin del mero y, como tal, expresion teérica del caréeter invertido (Calienado”) de la vida social real en si, o bien el “mundo ca- pean abajo” de la especulacion dialéctica es “la verdad” oculta de nuestro muy “normal” universo cotidiano del sentido co- ant Lo ue ete go cn ete io la nocién misma le “alienacidn” en Mar en el momento en que la inversiGn se redobla (el momento en que la inversién Sere ‘lean ter invertido del estado “normal” en sf) queda cuestionada la orn misma pr send cual medimos la alienacién, drfamos ademés postular con Lacen que el estatto de Coie es lesan ec acene se tana “imagen vireual” de ese tipo: sélo existe como un punto virtual en el autorvelacionamicnto de las diadas del significan- te; como algo que *habra sido”, que no est nunca presente en I realidad o en au imagen real” (actual. Bs sempre ya spasado”, aunque nunca apareci6 “en el pasado mismo”; se constituse por medio un dable reflejo, como resultado del ‘odo en que el refleo del pasado en el futuro es a su ver re- flejado en el presente, Todos recordamos de nuestra juventud las sublimes frmulas macerialistas dialéticas del “reflejo c3- pecular subjetivo de a realidad objetiva”; pare Ilegar a Ta idea Tacaniana del sujeto basta eon que redupliquemos este reflejo: lanjta designs ese pnt virtual ene cal el reflejo en sie a ez refljade en la “realidad”, en el eval, por ejemplo (mi per- cepcién de) el posible desenlace futuro de mis actos presentes determina lo que haré ahora. Lo que Hlamamos “subjetividad” es en su forma mis elemental este “cortocitewito”autorsefe- fecal que en ttima instancia invalida todo prondstico en las telaciones intersubjetivas: el prondstico mismo, en cuanto es formulado, gravita sobre el desenlace predicho y nunca puede tomar en cuenta este efecto del acto de su propia enuncia- cién, Lo mismo sucedé con el reflejo hegeliano, Lejos de ser reducible a la relacién especular imaginaria entre el sujeto y 29 Slecoj Zitek su otro, siempre es reduplicado del modo que aeabamos de escribir; implica un punto “virtual” no-imaginario.!? a Jecidn basica del doble reflejo es, por lo tanto, que la verdad simbjliea surge a través de Ia “imitacin de La iita- ns esto es lo que Plat6n encontraba insoportable en la ihu- Sion de la pineura, y por esto queria expulsar a los pintores de gn Estado ideal: “La pinrura no compite con ta apariencia, compite con To que Plan designa para nosotros, mis all de Inapurienca, como siendo la Tea." Basta con que recorde- hon el recurwo del “teatro dentro del teatro” para excenificar fina verdad ocalta (por ejemplo, asi se desenmascara al rey nesino en Hamict) 0 el de fa “pintura dentro de la pintura” para indicar la dimension exluid del euadro.¥ a lesion de Fiitcheock en érigo ano es precisimente la misma? A Scot tie, el héroe de la pelicula, le Tlegs Ia hora de la verdad evan- Udo descubre que la copia que estaba tratando de recrear (es ‘decir Judy, a quien intentaba remodelar como una copia pet foots de Madeleine, su gran amor perdido) es realmente Ia thuchacha a quien él habia conocido como “Madeleine”, y Ge, par lo tanto, estaba atarealotealizando la opin de wna c- Ha. Gavin Elster, el espiritu maligno de la pelicula, ya hal tisedo a Judy como sustituto de su esposs, Ia habia remodela- Yo como la “verdadera Madeleine”. En otras palabras la faris de Scottie al final ¢s una furia auténticamente platdnica: lo en- Ccoleriza descubrir que ests instando la imisacién. EL “punta de almobadiltedo” Ein el nivel del proceso semidtico, el ideal del yo que sur- age del doble rflejo equiva a Jo que Fatcan lam Fe pine de Sipiton (el panto cle almobadillado)."® Lacan introdyjo este ceccepto en el capitulo x21 de su seminario Las iar en telacin con el primer acto de la tragedia Atalay de Jean Ra~ ‘Ge: anee las lamentaciones de Abner por el wiste destino que fuguanda alos partdaris de Dios bajo el reino de Atala, Joad replica con los eélebres vorsos: 30 Sobre Uno Bl que pone un freno al furor de las ols Sabe tambien detener los complots de os nalvados. Sometido con respeto a su santa voluntad, "Fema a Dios, querido Abner, y no tengo ningsin oto miedo, ste Je rmins Dew, eber Aber, et n'ai point aie rinse” provoes ia instantinea conversidn de Abner: era un celoteim- paciente, fervoroso -y precisamente por ello inconfiable~, y tis palabras crean un hombre de paride firme, fel, seguro de ‘¢ inismo y del poder divino, gDe qué modo esta evocacién del “tenor de Dios” ha logrado realizar la conversién mila- igrosa? Antes, Abner s6lo vela en el muro terrenal una mul titud de peligros que lo Ilenaban de miedo y esperaba que el polo opuesto, el de Dios y Sus representantes, Te brindara fyuda y le permntiera vencer las miitples dificultades de este jmmdo. Sin embargo, frente 9 esta oposicién entre el reino xerrenal de peligros, incertidumbre, miedos, etectera, y por fotto lado el reino divino de paz, amor y seguridad, Joad no stata simplemente de convencer a Abner de que, a pesar de ‘ando, las fuerzas divinas son lo bastante poderosas como para imponerse al desorden terrenal; €l apacigua los miedos de ‘Abner de una manera corelmente distinta: presentando lo ipitesto -Dios- como algo mis aterrador que todos los mie~ «dos terrenales, ¥ —éste es el “milagro” del punto de almoba ado, este miedo complementari, el remor de Dios, modi- fea retioactivamente el carter de todos los otros mids, {ea eo jase de petition de anfarnay de un sn oon prec Fo tenors ego er senor eon intrearbiados po Toque sve llamna el temor de-Dios."" a ‘La fornnula coin imaexista del consuelo religioso come ‘eaimensacidn (0, més precisamente, como “suplemento mae iginatio”) por la desdicha tetrenal se basa en wna telacidn dual inaginaria entre el abajo terrenal y el Mis All celestial: se= gin esta Concepcion, la operacién religiosa coniste en com- 1 Slovo Zitek pensarnos por los horrores e incertidumbres terzenales con la promesa de la beatitud que nos aguarda en el otro mundo basta con recordar todas las eélebres férmulas de Ludwig Feuerbach sobre el Més Allé divino como imagen especular invertida de la miseria terrenal). Pero, para que esta opera- don fancione, debe intervenir un tercer momento, obvia- tence simbalice, que de algin modo "media" entre los dos po- los opuestos de la dfada imaginaria (el abajo terrenal temible versus el Mas Alla divino beatficn: el temor de Dios, es decir, tl reverso terrorifico del Més Alli celestial en sf mismo. El tinico modo de cancelar efectivamente la desdicha terrenal es saber que detris de la maltitud de los horrores terrenales de~ be eransparentarse e] horror infinitamente més aterrador dela ita de Dios, de modo que los horrores tervenales sufren una capecie de “transustanciacion” y se convierten en otras tantas imanifestaciones de la edlera divina, Esta es una de las mane- ras de trazar la linea que divide lo Imaginavio de lo Simbé ‘co: en el nivel imaginario, reaecionamos a Jos miedos verrena- Jes con un “ten paciencia, la dicha eterna te aguarda en el Mas Alls...", micntras que, en el nivel simbélico, la que nos libera de ios miedos terrenales es la seguridad de que solo de- ‘bemos temer al propio Dios —un miedo adicional que cancela retroactivamente todos los otros. ‘Se puede discernir la misma operacién en el antisemitsmo fascita: gqué hizo Hitler en Mein Kampf para explicar 2 los alemanes las desdichas dela 6poca, la crisis econémica, la de- Sintegracion social, la “decadencia® moral, etoétera? Constra- yé un nuevo sujeto sterrador, wna tinica causa del Mal que 2 ira de los hilos” detris del escenario y precipita toda la serie de males: el judfo, La simple evocacién del “complot judio” fo explica todo; de pronto “las cosas se aclaran”, In perplejidad es seemplazada por una firme sensacién déorientaciéa, la diver sidad de las miserias trrenales es concebida como manifesta- cidn del “complot judfo”. En otras palabras, el judio es el punto de almohadillado de Hitler; la fascinante figura del ju to es el producto de una inversién puramente formal; se basa fen una especie de “ilusién éptica” cuyo mecanismo ha sido 32 Sobre el Uno analizado por Victor Schklovsky y, més recientemente, por Fredrie Jarmeson: Ro De Don Quijote no es en realidad un personsie, sino més bien un dispositive orgunizativo que le permite a Cervantes escribir 11 libro, sirviendo eomo hilo conductor que somiene algunos ti pos diferentes de anéedoras en una forma tinica® 7 ‘Aste tipo de personaje narrativo cuya funcién real es re- presentar dentro del espacio de la obra su propio proceso de esunciacién (la estructura discursiva de la obra en s), Henry James lo denominé ficele (por ejemplo, en Las enajadares, ‘Maria Gostrey es una fle. sa es tambign la foncién del ju- dio en Ia ideologta antisemita: en cuanto un edificio ideolbi- ‘o gona consistencia si su “materia prima” heterogenea se or- ganiza en un relato coherence, a entidad denominada *judio” es.n dispositivo que nos permite unificar en un tnico relato prolongado las experiencias de In crisis econémiea, la deca- dencia moral y a pérdida de los valores, la frustrcién politica y la humillacin nacional, eteétera, etétera, En cuanto perc ‘bimas como hilo conductor el “complot judo”, esas exper cias se convierten en parte de la misma tranue(narrativa) Lo que tenemos aqui es una inversién por medio de la cual To que es efectivamente una operacin samanente, para niente textual (el “almohadillado” del material heterogénco en un campo ideoldgico unificado), se percibe y experimenta éomo un punto de referencia estab, traeendente, insondable, oculto detris del flujo de las apariencias, que acta como si causa seereta. ‘Esta inversién es compendiada del mejor modo pporla diferencia entre Ia idea tradicional y la idea moderna de Ia alegorfa: en cl espacio tradicional, el contenido diegético in- ‘mediato de-una obra personifica valores o ideas teascendentes, {individuos ‘coneretos representan el Mal, la Sabiduria, cl’ ‘Amor, la Lujnta, eteétera); en el espacio moderno, en cam- bio, el contenido diegético es concebido como una alegoria del propio proceso inmanente de entmciaeién, escritura tura, Tomemos, por ejemplo, In pelicula Pscwis de BIBLIOTECA CIENSIA POLITICA IST AA DE BIBLIOTECAS ‘Siaooj Zit cock: hay dos lecturas slegéricas opuestas de esta obra, debi- das t Jean Douchet (quien Ia interpreta como una alegoria tuadicional: el polica como Angel que intenta salvar 2 Mario ela destruceién, etcéters) y la de William Rothman, para ‘gvien el contenido diegético de Psicns es una alegovia de la telacién entze Hitchcock y el espectador: Ia agresion en la es- ‘ena de la ducha condensa el castigo sidico de Hitchcock al texpectador por su curiosidad, y asf sucesivamente. En este preciso sentido, ica de In ideologia” consis- ce en desenmascarar Ia alegosia tradicional como.una “iusion Spica” que oculta el mecanismo de I alegoria moder T7- fe-como alegoria del Mal oculta cl hecho de que, in ideol6gica, representa bs pura inmanencia de la operacién textual que “lz almohadi- Tia. Pero los interrogantes reales son: godmo es posible es- ta inversiGn puramente formal, yen que se basa? Mis precisa mente: zcémo es posible que el resultado de uns inversion ppuramente formal adquiera una sustancialidad tal que permita percibirla como una personalidad de carne y hneso? Desde Itego, la respuesta psicoanalitica cs ef gue, la tniea sustancia reconacida por el psicoanlisis, Seguin Lacan. El “judo” no puede ser reducido a un dispositivo organizativo puramente formal; Ia fieacia de esta figura no puede explicarse remitign~ dols al meconismo textual del “almohadillado”; eb exeedente sobre el que este mecanisma se basa es-el hecho de quel “i do” le imputamos. un. goce imposible, insondable, que su- puestamante nos roba a nosotros. ‘Coneebido de esté modo, el punto de almobiadillado nos permite ubicar la interpretaciOn errénea de la idea de “sutu- "en el desconstructivismo anglosajt, a saber: su uso como sindnimo de cierre ideolégico, para designar el gesto por me- dio det cual un campo ideal6givo determinado se cierrs, bo- tra las huellas del proceso material que lo,gener6, Ins hues {dela externalidad-en st interior, las huelas de la,contingencia bsurda en su necesidad inmanente. Recordemos de-quémo- ddo el rey ~este paradigms del punto de almobacillado, este individuo que “almohadilla” el edifico social era concgptus- 34 | Sabre el Uno tiado por Hegel: el vey es sin dua et punto de “surura” de la coleccién contingente de individuos en una totalidad racio- tal, pve preciamente coma tal, como el punt que *sutara® na- turalezay cultura, como el punto en el cual Ia funcidn cultu- ral-simbalica (lade ser un sey) coincide inmediatamente con ina determinacin natural sun linaje biolégico, 0 propio de Tamaturaleza, lo que determina quin ser rey), el Rey desu. ri? radicalmente toes les oors sues, bace que pierdan sus rnfces en alsin everpo socal orginico preotdenato que fija fa su ugar en la sociedad de antemano, y los obliga a adgu- rir su estat socal por medio del trabajo duro. Por lo tanto no basta definir al rey como la tnica unin inmediata de na- turleza y cultura; e trata ms bien de ese mismo gesto por medio del eval el rey es puesto en posicidn cuando su “suta- 12” desitara a todos los otros suetos les ace perder pe, los arroja a un vacio donde, por ast decito, deben crearse a si Bacto conse ceo de noi caniana de ne 1a, pasada en silencio en el desconstructivismo anglosnjén igor lempl, cnn toca dexconsrusive dl inh on fe cas palabras, fo nico que realmemce desu es Ia raura misma Esta paradoja sae a nz. de modo palpable eon referencia a la naturaleza ambigua y contradictoria de la nacin moderna, Por un lado, desde luego, la “nacién” es Ia comunidad mo- tema brad de los nos “nginies” rationales ua co- ‘munidad en la cual estin rotos los vineulos premodemnos que abn linddo ana clea ural am grup Jigioso, eteétera; la comunidad social tradicional ha sido reemplazada por Ia modema nacin-Fstado constiuida por ciudadanos": la personas como individuos abstractos, no co- ‘mo miembros de una clase particular, y asf sucesivarmente, Por otto lado, la “nacién” no puede reducirse a una red de ! vinci poramente simbolicos siempre existe una especie de Fexeedente de lo Real” que se le adhiore; para definite, la identidad nacional” debe apelara la materalidad contingen- te de las “races comunes?, de “la sangre y el suelo, eteétera 35 Since Bie sfotesis, la “nacién’” es al mismo tiempo fa instaneia con referencia ala cual se disuelven los lazos “onginicos” tradicio~ veleey también “el recordatario de lo premoderno en la mo- “Femi tad?” Ia forma que Jo “inveterado orgénico” adquiere en {Trniverso moderno postradicional; la forma que adquire Ia Snstancia orginica en el universo de Ia subjetividad cartesiana sestetaneia Lo crucial es una ver més concebir ambos aspec- | roe en sit interconexion: es precisamente Ia nueva “sutura” | teabrada por ls nacign lo que hace posible la “desururaci6n”, 4 desprendimiento de los fos orgénicos tradicionales, La vcyacign’ sun resto premodemo que funciona como condi ‘ema de la modernidad, como impulso intrinseco de cid i | su progres | tn sgn ers a et para or sigifiote” | Un lector atento de Lacan habré advertide que, a propési- | to del “wemor de Dios? como “punto de almohadillado”, él | prodjo la formula del euvalente genera: el "emor de Dies! irge como el equivalence general de todos los temores,to- oclos temores “se intercambian por lo que se denomina diferencia respecto de los otros seres humanos y cae victim ; dle au egotsmo en el gesto misino de dejarlos atris, La Gn ; Salida de este atolladero es que el badbisattva posponga su propia beatitud hasta que toda la humanidad haya alesnzado El mismo punto en el que esti él; de este modo, Ia indiferensn | {del sabio taoista se convierte en beroinno éuica el bodbisatton | realiza el acto del sactificio supremo al posponer su propia entrada en el Nirvana por la salvacin de Ts, hurmanidad. Ea elacién con los otros, con los seres humanos.comunes que son ain vietimas del velo de las ilusiones, el bodbisatran fan- fiona como un elemento “reflejo”, “filico”: él representa la Liberacién, la salida del mundo de laf ilusiones, pero no in- mediatamente, como el sabio taofsta, sino que encarma Iam iaibilidad misma de 'a inmediata Liberacién del individvo, Tn oposiciOn alos otros, a los seres hmanos comunes, la Li iperacién (el pasaje al Nirvana) esta ya presente en él, pero co sno tone purposed que debe stir popuesta por siempre. THI paralelo con el andlisis marxista de Ia “forma valor” puede levarse un paso més adelante: en Mars, la “fora ge | 42 Sabre ol Une neral” en s{ tiene dos ecapas. Primero, la mercancfa que sirve ‘como “equivalente general” es la que se intercambia con inés frecuencia, la que tiene el mayor valar de uso (cueros, cerea- les, etcétera); despoés se invierte la relacién y el papel de ‘equivalente general” es asumido por una mercancia sin nin- igin valor de uso (o a lo sumo con un valor de uso desdesi ble): Ja moneda (la “forma dinero”) Siguiendo la misma lé- sca, la “forma general” de Ia equivalencia significante (“un signifieante representa al snjeto para fodas las otras signific tes") puede ser suplementad por su inversién, que es precisa- ‘mente Jo que encontramos en el pasje citado de “La subver- si6n del sujeto” 4, La forma dinero _sgnificantes repre El punto crucial es aqui la diferencia entre esta forma y la forma ampliads” (2): la multirud de los otros que representa al sujeto para un significante ya no es “cualgaieva de los otros” (es decir, la coleccién no totalizada de tos otros) sino la tora- lided de “tes los otros’: la moltitud es totalizada a través de Ja posicién excepcional del Uno que encarna el momento de Ia imposibilidad. Por otto lado, la codependencia de las dos efapas de la “forma general” (“uno para todos los otros” y después “todos los otros para el uno”) pertenece al nivel dife- rente‘de representaci6n: “todos” representa al sujeto para el Unio, mientras que el Uno representa para “todos” laimposi- bilidid misma de representacién. Podemes ver que el Uno de un significante “puro” emerge nuevaments de un movimien- 10 de doble reflexion: una inversion simple de ka forma amplia- 4a; convertida en la forma general (la reflexign sobre si mis- ima de la reflexién del valor de A sobre B), realiza el milagro ie transformar la red amorfa de vinculos particulares en un campo consistente totalizado por la posicion excepcional del Uno, En otras palabras, el Uno “althohadilla® el campo de la ‘lid? 8 Sty Bek Por gut ta marae la mds sombria de las conspracnes? I “caso Dreyfus” despliega dle modo paradigmético esta sigversion milagrosa” del campo discursivo, producida por ly jntervencin del punto de almohadillado. Su papel en la his toria politica de Francie y Europa ya se asemea al de un pain Ue pian: eestructur6 todo el campo y, directa o indirects- fhente, dspar6 una serie de desplazamientos que todavia hoy ‘determina la eseena politica (Ia separacién de la Iglesia y el Estado en las democracias burguesas, la colaboracién socials. ta en los gobiernos burgueses y la escision de la democracia Social en socialistas y comunistas que siguiG a este episo. fasta el nacimiento del sionismo y la elevacién del antisemi tismo al momento clave del populism de derecha). ‘No obstante, ag slo trataremos de ubicar el giro decisi- vyo en ou desarrollo: Ia intervencién que convirtié un proceso judicial sobre fa equidad y a legalidad de un veredicto en el punto central de una batalla politica que conmovi los fund prentos mnismos de la vida nacional. Este punto de inflexién tha debe buscarse, como se suele suponer, en el célebre Facer qe que aparecié en dararee! 13 de enero de 1898, donde Emi Te Zola asumié una vez més todos los argumentos de Ia defen- fs de Dreyfus y denuncié la corrupcién de los circulos bfiiales. La intervencidn de Zola segu‘a en el reino del libe- falismio burgués, el de la efensa de las ibertades y derechos de los cindadanos, eteétera. Bl verdadero vuelco se produja tn fa segunda mitad de ese aio. E130 de agosto fue arrestado Gl weniente coronel Henry, nuevo jefe del servicio de inteli- gencia francés: se sospechaba que hubierafraguado uno de Fey documentos secretos sobse:cuya base Dreyfus habia sido condenado por aita traicidn. Al dfa siguiente Henry se suicid crow celda con una hoja de afeitar, Esta noticia conmocioné {Tia opinién publica: si Henry habia confesado su exlpa (zane trro sentido se Ie podrta dar a su sucidic2), ln acusacién con tie Dreyfus debia earecer de solidez en su totalidad. Todos “xperaban un nuevo jucio y In absolucidn de Dreyfus, Pero “4 Sabrv al Uno Entonces, en medio dela confusiin y Ia consternacén,apa- reci un articulo periodistico que alter6 la sivmeiin. Su aurar ers ‘Mauzrss, un eseritor de 30 aos hasta entonces conocido sola- mento cls into, arla snib "a primer sangre”. Veta las cosis de wn modo en el que nadie habss pens do atrevide a mirar? isch a {Qvé hizo Charles Maurras? No presenté ninguna prueba sidan ni rts singdn hecho, Snplemente seins ana feimerprtacin global en viru de la cual todo el “caso” apareca bajo tna hr diferente, Convert al teniente coronel Henry enna vfcima heroies que haba preferdo cl deber patitico la justicia abstracts, Ks decir al ver que el “Sindi- {ato de la Traicin”jadio habia explotado un pequetio error judicial para socavar el fundamento de la vida francesa y que- bra lacoluana vertabral del rel, Henry, sogcn Maurras no vacilé en realizar un pequefio crimen patristico para dete ner la carrera hacia el previpicio. Lo que estiba verdadera- mente en jego no era ya la equidad de una sentencia sino la degeneracién del poder vital francés, orquestada por los fi racieros jadios que se ocutaban detris del liberalismo co- ‘upto, la libertad de prensa (que ellos controlaban, la auto- som eesti tetera En contest verdadera veima no hala sido Dreyfus sino el propio Henry, el pax Mom stato qu To atoge tod pra satin fe Fan cy al ge superior meme decile sole primera sangre” derramada por el complot a imervencn de Maus lo ei odo: ndash sini fueraas, y la unidad “patsitica”répidamente prevaleci ie eta ne haps oe ae aeando el trip elmito dela “primera vieiona”, com ls miss ‘onentos ge, ante des intervensién,babien suite desorie:| tik yexupefccién (la falsifcacin de documentos, I injust- a dela sentencia, teétera), y que él estaba lejos de impug- tar, No sorprende que hasta st muerte él considerara este articalo como su logro mis perfect, 45 i Slav Zizek La operacién elemental det punto de alohadillado debe bpusearse en este giro “milagroso”, y en este guid pro quo por medio del cual lo que inmediatamente antes era la fuente tnisina del desorden se convirtio en la prueba de un triunfo, {del mismo modo en el que el primer acto de Ataf, cuando la {ntervencin del “miedo suplementario”, el temor de Dios, de imediato convierte todos los otros miedos en su opuest, stamos ante el acto de creacion stricta sensi: el acto que con- jerte el caos en una nueva armonfay sibitamente hace com- prensble fo que hasta entonces era una perturbacién sin sen- fido e incluso terrorifica. Resulta imposible no recordar al ‘istianismo: no tanto el acto de Dios que convirtié el ca0s en tm mundo ordenado, como el giro decisivo del que results Ia forina definitiva dela religion eristiane, la forma que ha de- mostrado su vaia en ls tradieién que es la nuestra: me refiero, desde Inego, x la ruptata paulina ‘San Pablo centré todo el edificio cristiano precisamente cen el panto que hasta entonees a los dsefpulos de Cristo les parecia un trauma horsibe, “imposible”, no simbolizable, no Tncegrable en su campo del significado: Ja vergonzosa muerte de Cristo en la cruz, entre dos ladrones. San Pablo convirti6 ‘este fracaso Ginal de la misidn terrenal de Cristo (que era libe- rar alos judios de fa dominacién romana) en el acto misma de la salvacion: por medio de su muerte, Cristo habia red doa la humanidad. Se puede echar otra luz sobre Ia Kigica de esta “inversién iigica” de la derrota on triunfo dando un pequefo rodeo por las novelas poiciales. ¢Cul es su principal encanto, com ‘emiente a la relaciGn entre la ley y su transgresion, la aven- tura eriminal? ‘Tenemos por un lado el reino de la ley, Ie tranquilidad, la certidumbre, pero también la trivilidad, el aburrimiento:de la vida eotidiana; del otro lado esté el cri en, que es, pata citar a Brecht, la siniea aventara posible en ‘el mundo burgués. Las novelas policiales, no obstante,real- ‘zan una inversién radical de esta relaci6n entre la ley y sw teansgresi6n: 6 Sabre el Una Mens quel rendencia constant del Viejo Ad os rbe co tn ively stones come oe nc predic devion ya vebelidn lo noel de aa Sn pie eon ia pros se ec de las rebeliones. i ‘hand detec de wna novels plc a [pov ela ncn de hss rigs nga pci, Mere eo ecaldee noctoey vm cami? norton spies y vg coseares comico le en er ae eee ae deface plc stones novela etal eno he into Sef en aco de qu oa er mds ncn fads de las conspiraciones , {a operacin fondamental de as novelas policies consis teen presentar al propio detective (2 quien trabaja en defen fea ren mone tele, ua scree eo de ley) como el inayor aventurero y violador de la ley, como una persona en comparacién con la eval es el criminal el que apa- tee como th pequtlo burgués Indolent, un conservador cuidadoso... Por supuesto, muchas transgresiones de la ley, ‘rimenes, aventuras, quiebran Ix monotonia de la vida co diana lealy tranquila, pero la vinica verdadera transgresidn, la eis vedas sentir a nica que comet a tos Lg Inula el dene de ae nave ma, como todos los otros crfmenes fuera intercambiados por el eximen propio de la ley en sf, lo cual realiza el pase magico de con- vertir todos los otros crimenes en perfectas trivialidades). Y lo misino sucede con Lacan, También para él la mayor ttansgresion, lo mas traumético y carente de sentido sla ley en sé la “loca” ley superyoica que inflge el goce. No tenemos por un lado tna multitid de transgresiones, perversiones, agresiones, eteétera, y por el otro una ley universal que regu: |a, normaliza ese atolladero, haciendo posible la coexistencia pacifica de los sujetos. Lo mis loco es el reverso de la ley pa- a Slava} Zisek cificadora en st misma, la ley como un mandato mal com prendido, obtuso, de goce. Se puede decir que la ley se divide hnecesariamente en uta ley “pacificadora”y una ley *loea Ia ‘posi entre la ley y sus tansgresiones se repite dentro de In ley nisma (en “hegelés, se “relleja en”). De modo que e contéamos en este caso la misma operacién que en Aalia:an~ te las eransgresiones criminales comunes, la ley aparece como la dniea wansgresion verdadera, asi como en Ataia aparece Dios, frente a los miedos terrenales, como lo tinico que hay aque temer realmente, Dios se divide entonces enn Dios pa- Gtieados, un Dios de amor, serenidad y gracia, y un Dios fe~ ror, eolético, que provoca en el homie el mis terrible de los temores. ‘i Eace giro de ciento ochenta grados, este punto de inver- sign en el cual la propi ley aparece como la nica tansgre- Sin verdadera, corresponde exactamente alo que Hegel de~ “hegacion ‘de la negscién”. Primero tenemos la oposicin simple fi Ia posicidn y su negacién: en nuestro ‘caso, entre Ia ley fositiva, pacificadora, y la muleieud de sus tranageesiones y ct{menes particulares; [a “negacin de la ne- gacion” se produce cuando uno advierte que la dinia verda~ dra tronsgresign la dinice verdadera negativida, ela de ls propia ley, que'convierte todas ls transgresiones eriminales rdinarias en ua positividad indolente, En este preciso sen- tido, la negacidn de la negaciOn designs la “negatividad res~ pesto de sf mina”: el momento en que la relacién negativa Excemna entre la ley y el eriten se convierte en una autonega- ‘Gidn interna de la ley, cuando Ia ley: aparece como Ia énica transgresién verdadera ‘Por ello a teorfa lacaniana es irreduetible a cualquiera de fas variantes del transgresionismo, del afitiedipismo, eteétere: cl inico verdadero Anti-Eadipo es el propio Fdipo, su reverso Superyoico... Fs posible seguir esta economia “hegeliana” de [Lacan hasta sus decisiones puramente orgenizativas: la disola- cidn de In Eeole freudienne de Paris y la constitacién de Ia Cause freudienne en 1980 podrian haber dado la impre de actos liberadores (Causa en lugar de Bscuel; final de la 8 Be Sobre el Gro burocratizacion y a regimentacién de la eseuela..). Pero un par de meses después la nueva onganizacién fue rebautizada Eeole de la Cause frevdienne: Ia Escuela dela Causa en si, in- comparablemente mis evera que todas las otras escuela, ai como la superacién de todos los miedos terrenales por el amor divino presupone la intervencién del vemor de Dios ine comparablemente nis terrorifico que todos los miedos de la sierra, JL. {COMO CONTAR BL. CERO COMO UNO? Derrida como eto de Hegel En defensa de Derrida contra la extica filos6fica tradicio- nal -representada, por ejemplo, por Habermas en su Discurso filosfics de la modernidad-, debe sefalarse que la descons- ‘auccién dervideana no tiene nada en eoman con fs afirma- cin de una “textualidad” o “escritura” exhaustiva en la que estén abolidas las fronteras que separan la literatura de la ciencia, la metifora del sentido litera, el mito del fge, la re- térica de la verdad, etestera, es decir, en la cual Ia ciencia aquede reducida a una especie de literatura, el sentido literal a un caso especial de la metéfora, el lags (el pensamiento racio- nal) 4 la “mitologia del hombre occidental’, Ia verdad 2 un efecto retérieo especial, y ast succsivamente. La linea argu- mentativa de Derrida es mucho més refinada. A propésito de la diferencia entre verdad y ret6rica, por ejemplo, Derrida in- tenta demostrar que la oposicién misma entre la verdad y Ia “pura retérica” (el establecimiento de la verdad como algo ue es anterior ¢ independiente respecto de los efectos y figa- ras retricas “secundarias") se basa enw gest retric radical. Lo misino sucede eon todos los otros pares que hemos me cionado: ef lage filosofico implica una “mitologia blancs” (ytbologe blanche) inverts, y asf sucesivamente, El aspecto exencial que no debe pasarse por alto es que en ‘este punto Dertida resulta totaluente *hegeliano?, en cuanto es 49 Slavs) Zibek “egeliana”lainvetsién por medio de Ia eual el momento que niega el punto de partida coincide con ese punto de partida Tlevado a su extremo. La “verdad” como opuesta a la “pura rexitiea” no es mis que la ret6rica Tlevada a su exttehio, punto de su autonegacidn; el sentido literal no es nada ms (hue la metiforallevada a la autonegacidn el fags no es nada sds que el mito llevado_a la antonegaci6n, eteérera. En otras palabras, ls diferencia entre la retorica y ly verdad exe dentro {el campo mismo dela revéric; la diferencia entre mytbesy logos es inherchte af campo del mito; la diferencia entre metafora y sentido literal depende de la sutodiferenciacion de la-motafo- tjeidad. En el cutso del proceso dialéctico, el momento que a primera vista aparecfa como limite externo del punto de par- tida resulta no ser nada més que el extremo de su autorrela- cidn negativa, y la perspicacia de un anslisis dialéctico queda dlemosteada precisemente por su aptitud para reconacer como gesto ret6rico supremo la teferencia a la Verdad que despre ‘ia alcivamente ala retorica, para discernir en el ages que tra- ta con condescendencia al “pensamiento mitico” su funda mento mitico ocalto, o bien, en cuanto ¢ fa relaci6n de la ley ‘can el erimen, pata identifica la “ley” como el erimen tniver- selizad, La oposicin externa de los crfmenes particulars y I ley universe tiene que ser disuelta en el antagonismo “inte tor” del erimen: lo que Ilamamos “ley” no es mas que el cri- ‘men universalizado, es decir que la ley resulta de la rclacién negativa del erimen consigo mismo. ‘Bl problema del enfoque derrideano consiste en que pase sistemiticamente por alto ef earécter hegeliano de sv propia foperaci6n basa, y reduce la daldctica de Hegel al efrculo te- Teoligico de la automediacion del concepto, con lo cual (para referinos de mucvo a los ejemplos ya mencionados) el erimen parece como nada més que un momento “negado” de ta ou tomediacion de la ley, de modo que el movimiento teleol6gi- ‘co de la Verdad subordina la retérica, el sentido literal abarca la metéfora, y asf sucesivamente. La ley necesita del crimen para afiemar su propio reino por medio de la “superacién” del Crimen... A propésito de la dialéetica de la ley y el erimen sa- 50 er Sobre el Uno len a hz con Ia mayor claridad los contornos de las dos leetu- ras opuestas de la dialéctica hegeliana + La lectura tradicional (que es también la de Derrida), se- gain la cual In particularidad negativa (el erimen como ne- gacién particular de Ia ley universal, por ejemplo) es slo un momento de pasaje de la idemtidad-eonsigo-mismna me- dada de la ley + Ta lectura segrin la cual fa ley universal en sf no es sis {que el crimen universalizado, el crimen llevado a su extre- smo, al punto de autonegacidn, con Jo eual la diferencia entre el rimen yla ley eae dentro del erimen. La ley “do 2” al crimen cuando algén “crimen absoluto” particu- lariza todos los otros erimenes, los eonvierte en “putos crimenes particulares*, y este gesto de universalizacién por medio del cual una identidad se convierte en su ‘opuesto es, desde Inego, precisamente el del punto de al- smohadillado, a a. Laidentdad como “determinacién regia” De tal modo llegemos al mcleo mismo del problema de la ident Estas dos tars spnton ado enfoes dire tes del concepto hegeliano de la identidad consigo mismo. + La primera lectara implica Ia oposicién habitual entre la idea “abstr, qu exlyeacifrenin ya dene dad “concrera” gua “identdad de la ientidad y Ia no-iden- tidad?”: Ia identidad que incluye toda la riqueza de la dife- rencia, puesto que, en sitima instancia, consiste en la ‘identidad del proceso mismo de mediaciéa entre ls dife- fencer vole ona ern also delay a ey ‘como la agencia que exclaye el eximen, que se opone abs- “ ractamente sue ia abr, aan se trata de un esquema muerto), toda Ia vida Zeal, efectva, ‘queda fuera de su aleance; la ley se limita al contenido par” 1 Slaves Zikek ticular que le provee el erimen, Por et concrato, la ident {Jed eonerets cs la identidad de la Yey “mediads” por la patvculrided del crimen, la que inchaye el eximen como Parmomento negado de fa siqueza de su contenido. Esta vion se expresa usualmente con bien conocidas fra- ser de manual: “la identidad no es la identidad-consigo- set ama muerta y rigida de una entidad, que excluye todo ‘Ambo, sing Ia identidad que se preserva a través de ta frisuva dindenica del cambio, la identidad del proceso vita ens? Dentro del marco de la segunda Teceura, la identidad-con- sigo-misino es otro nombre de Ia “contzadiceién absola- Te En la coincidencia entre la ley y el crimen universal ado, por ejemplo, [a identidad-consigo-misma de Ta ley Jigen que Isle coincide con $0 opuesto, on el erimen ae versaizado, En otras palabras, la Tey en su “idensidad Spevracta” (opuesta a [os crimenes, con exclusion de su fontenidlo particulat) es en sf misma el crimen supremo. Fras! como hay que leer Ie tautologia de “la ley es Isley”. En la primera mencion (‘a ley es.) se trata de Ia ley ‘universal en cuanto opuesta abstractamente al erimen, mientras que Ia sogunda (a ley") revela la verdad ocul- tn de la primera; Ja violencia obscena, el crimen absoluto, tniversalizado, coma su reverso oculto. (Podemos sentir tet dimensién oculta de violencia incluso en la lectura eo fidiana, “espontinea” de la proposicin “la ley es Ia ley” acaso. no suele pronunciarse esta frase, precisamente Sendo enfrentamos una coaccién “injusta”, “ineompren- ble", propia de la ley? En otras palabras, zqué significe feectivamente esta tautologia, si no la sabiduria cinica de {quel ley sigue siendo, en su dimension fundamental, una Beema de violencia radical que hay que obédecer con inde- pendencia de nucstra aprecicion subjetiva?) En La face Peas en Francia, en medio de un anslisis conereto del proceso revolucionario, Mars introdujo un caso ejemplar Fhe esa duplicacién del universal cuando se lo enfrenta con Sreontenido particular, Mars diseute el papel del “Partido 52 Sobre ef Uno del Orden” en los acontecimientosvtales pos revolucion de 1848: oe _gitimistas en nn partido... El reino sin mombre de ta repui memnel devel imeres de ele comin sin remind ei proc. (.-] St bien todas sus faciones,consieradas por separa: do, en sf mismas, eran realistas, el producto de su c iin En sli epublcao” es ua pecie del géneo reaismo; en el nivel de a especie, ocupa el luge del géncro: €] género universal del realismo es representado, aquiere existencia particular, en la forma de En ; ade su opuesto, En otras pax isl gener del eso aparece dvi en wes ea cies Ios oeanists, los legitimists y os republicanos. Tam bin podemos eaptar esta conjuneién parsddjiea como una cuestién de opciones. Un realists seve obligado a optar en tte el otleanismo y el egiimisio. ¢Podla abstnerse de 0 teligindo al realmo en general queer el rbito mismo ie opin Sopa grr epeino ido n el punto de intersecin del conjunto orleanistay el conjunto iimisn Fae ment pric, el emda lr cero excuido de la opcidn, es el punto insdlito en el cual el sar tera enna deo desu propa especie st Sere der, ue erp “nei sun eal 10" consttuye una tautologfa cua estructura corresponde ferecamente la dela pretesion Dios Der nn Insearada por Hegel como pura contradiccon: 1) Sialguion are la be y promere deci alos mete decir lo que es Dios - tea Dios es... Dios, la expectativa queda defrandads, pues lo a ae ere {...}, Considerando nds atentamence este efecto redioso produeida por est verdad,’ erie ciel aera erie [ec fwd Pom a ei ao, ba sued lo opuest, oh cero nade, Es Ihrer or otros senna na en 53 Sloe Zizek aden lugar de seren sf misma verdad y verdad abso, es con- {lpn nd ald des isn ae disolucidn de misma." Como el propio Hegel sedala en el pérrafo siguiente, la lave de esta paradoja reside en la tensién emtre forma y con- tei en el hecho de que inci en nosouos “le fori rapascén”, Es esta forma la que produce Ia “expectativa” de Peale dea proportion gene Is determi. ign eapecifica de Ia universalidad inicil neutra, abstracts Contrariando la concepcién usual, ¢ I forma de Ja proposi- cin la que transmite la diferencia, mientras que el contenido sigue pegado en la identiad inerte, La forma exige que ln e- irunda parce dela ecuacin indique wna especie del género, une ‘detrminacén de la vniversalidad abstracta, una marea inscrits fenel lugar, un element del conjunto... Hpac Alain Mile, ote’, Cbs pur Ama, Pa 1907 y Maio Mai), Orme, & Pit 1978 [aemadolphe Cech, ob cep 2 S15: Una interne arin Ge ee procedimieto aparece en Ge Wagner Hlsmota™ con. ‘a nos mieten gue el 129

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