difcante, Tal tecodificacién de si mismo» en conespondeneia con la
situacién pone al descubierto la analogia entre la consluctasignica de
1a persona y el texto, Asi pues el texto, por una parte al volvese seme
jante a un macrocosmos cultural, deviene mis importante que si mis
smo y adquieterasgos de un modelo de ls cultura, y, por ot, tiende «
realizar una conducta indepenciente, al volverse semejante a una per
sona auténoma,
Un caso particular ses la euestién del rato entee el texto y el meta
texto. Por una parte, tal 0 cual texto particular puede desempeiias con
respecto al contexto cultural el papel de mecanismo descriptor, y, por
ede, a sa vez, entrar en relaciones de descifiamiento y estruc
in con alguna formacién metaingistica. Por dikimo, tal o cual
texto puede encerrar en calidad de subestructuras parciales tanto ele
mentos textuales como elementos metatextuales, como es earactevst
co de Steme, de Bugueni Oneguin, de los textos marcados por la ixonia
romantica, 0 de una serie de obras del siglo 2x. En este aso las co
rnientes comunicativas se mueven siguiendlo la vertical
‘Ala luz de lo dicho, el texto se presenta ante nosotros no como la
realizacién de un mensaje en un solo lenguaje cualquier, sino como
‘un complejo dispositivo que guarda varias eddigos, eapuz de trans
formar los mensajes recibidos y de generar nuevos mensajes, un gene
rador informacional que posee rasgos de una persona con un intelecto
altamente desartollado. En relacién con esto cambia la idea que sete
nia sobre la relaci6n entre el consumidory el texto. En vee de la fr
‘mula el consumidor desciftael textos, es posible una ms exacta: wel
consumidor trata con el texto. Entra én contactos con él. El proceso
de descifiamiento del texto se complica extrsordinariament, pierde
su caticter de acontecimiento finito que ocurre una sola vez, tomin-
dose més parecido a los actos, que ya conocems, de trato semiético
de un ser humano con otra persona auténoma,
2
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:
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El texto y el poliglotismo de la cultura*
Desde el punto de vista genético, la cultura se construye sobre la
base de dos lengusjes primanos. Uno de ello es la lengua natural, ut
lizada por el hombre en el trato cotidiano. Su papel en todas las cons
tcucciones secundarias dela cultura es evidente y no requiere aclara
clones. Es mis: en el aho 1969, Emile Benveniste en el arculo «La
semiologia de la lenguas, que abrié programiticamente los primeros
nnimeros dela revista intemacional Semiotza escribié: “Toda semiolo-
gia de un sistema no lingbistico debe servrse de a lengua como tre
ductor y sélo puede exist con la ayuda de la semiologia dé Ia lengua
y dentro de &sta-! Sostenian la misma posicin los participantes de la
primera Escuela de Verano en Kiariku (1964), que adoptaron la fr
nla de B. A. Uspenski para todo el complejo de los sistemas semi
ticos supralingisticos: -estructuras modelizantes secundarias
‘Menos evidente es la naturaleza del segundo lengua primar, Se
trata del modelo estructural del espacio. Toda actividad del hombre
como homo sapiens est ligaca a modelos clasficacionales del espacio,
a la divisidn de éste en vpropiow y sajeno» ya la traduccién de los va
fade vinculos sociales, teligiosos, politicos, de parentesco, etc, al
Tenguaje de ls elaciones espaciales. La divisién del espacio en «culo»
¢ sinculto» (cabtico), espacio de los vivos y espacio de los muertos,
TE Benveniste, «Sémiologe de Ia langue 2}, Sinica, 1969, vo. 1, nm. 2,
pig. 10,
* ete i pfigloto kaury, en LM. L, enone t,o Tallin, Ales
sana, 192, plgy M2147. (NaF)
3‘grado y profano, espacio sin peligro y espacio que esconde una ame:
raza, y la idea de que a cada espacio le cortesponden sus habitantes
—dioses, hombres, una fuerza maligna o sus sindnimos culturales—,
som una caracteristia inalienable de la cultura. Sin embargo, eso toda
‘no basta, Pata que tal o cual sistema resulte capaz de cumplir an
funciones semidtias, debe poseer un miecanismo de duplicacion
(nds exactamente, de mukiplicacin reterada) del objeto que const;
tuye su significado, El mundo de la lengua natural forma una duplice
cion del mundo-objeto y puede él mismo duplicarse en textos veiba
Tes y lenguses del arte verbal organizados de mancra més comple
Las leyendas antiguas sefialaban la sombra, el rflejo en el agua y
el eco como fuentes de la duplicacién que devino la fuente de los ss
temas semi6ticos no verbales. Pero podemos sefialar una raiz ms ni
versal de éstos: todos los tipos de divisién del espacio forman cons
trucciones homomérficas. a ciudad (= punto poblade) se opone alo
que se halla mis alli de sus muros (el bosque, la estepa, la aldea, la No
turaleza, el lugar donde habitan los enemigos), como lo propio, lo ce-
rrado, lo cultoy lo seguro a lo ajeno, lo abierto, lo inculto. Desde este
punto de vista, la ciudad es la parte del universo dotada de cultura
Perd, en su estructura interna, ella copia ‘edo el universo, teniendo st
‘expacio =ptopior y su expacio -ajeno. Exactamente de la misma ma:
nera, el templo se relaciona eon la ciudad como lo interno con fo ex
temo, pero, en su estructura inmanente, ademis, repite el univers.
Lo mismo sucede en todas las otras construeciones. Pero cada espacio
tiene sus correspondientes habitantes, , al trasladarse de un espacio a
‘otro, ocurte como siel hombre perdiera su plena condici6n de idén
tico@ si mismo, haciéndose semejante al espacio dado. Al tiempo que
sigue siendo él mismo, se vuelve otro. Este fendmeno se hace particu
larmente evidente, no en la vida cotidiana (aunque también en ella
cst presente), sino en los rituales. El espacio ritual copia de manesa
hhomomorfa el univers y, al entrar en é, el partcipante del ritual ora
se vuelve (al tiempo que sigue siendo él misivo) un esprit del bos:
aque, un tétem, un muerto, una divinidad protectors, ora adquiere de
‘nuevo una esencia humana. Se extaia de si mismo, conviriéndose
fen una expresién cuyo contenido puede ser mismo (cf. las repre
sentaciones de los muertos en los sarcéfagos y los retatos «funerx
Flos») otal o cual ser sobrenatural. Gracias ala divisin del espacio, el
‘mundo se duplica en el ritual, de fa misma manera que se duplica en
1a palabra. Consecuencia de esto son las representaciones rituales (las
scars, la pintura sobre el cuerpo, las danzas, las imigenes coloca
das sobre la turnba ls sarcéfagos, etc.) —origenes de las ates plist
cy
‘as, La representacion del cuerpo s6lo es posible después de que se
‘empieza a tomar conciencia del propio cuerpo en tales o cuales situa
ciones como representacion de sf mismo. Sin una division primaria
dl espacio en esferas que exigen conductas diferentes, la artes plist
«as serian imposible.
La duplicscién del mundo en la palabra y a del hombre en el es
pacio forman el cualismo semidtico de partda
La cultura, en comespondencia con el tipo de memoria inherente
4 ella selecciona en toda esa masa de comunicados lo que, desde su
punto de vista, son stextose, es deci, est sujeto a inclusin en la me-
‘moriacolectiva.
Sin embargo, debemos prestaratencién a otro aspecto de la cues
tidns of texto que es examinado en la perspectiva de un solo sistema
lingistco es la teaizacién de un solo lenguaje. La cultura es en prin-
‘pio poliglota, y sus textos siempre se realizan en el espacio de por lo
‘menos dos sistemas semidticos. La fusién ce la palabra y la rasa (el