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tomparabvas, XU célogeie intenaccmal ac_thetrria.
—— a
Mh ork, Mone NeJuven , 1994, tme IL, p. 401 Jole.
LA PUESTA EN ESCENA INTERNACIONAL DEL ARTE LATINOAMERICANO:
MONTAJE, REPRESENTACION *
Las imagenes del arte latinoamericano que consagra la
escena internacional son las imagenes presentadas cn
exposiciones de museos que les asignan su marco estar
becido de promocién artstica y de validaciéa culeutal
Sabemos que el museo, dentrodelasecuencia moder-
nist ha servido de “catalizador para la articulacién dela
tradicién, la herencia, el canon” y que “ha conttibuido
a la construccién de la legitimidad cultural"! armando
repertorios simbélicos —las colecciones— que archivan
y validan referencias histricas con base en las cuales la
‘comunidad se autodefine. Sabemos también que el pa-
radigma simbélico-cultural del museo he contribuido a
“definic la identidad de la cvilizacién occidental trazan-
do limites externos cinternos que descansan tanto en las,
cexclusiones y marginaciones como en las codificaciones
positivas”2 La definicién del pacrimonio museogréfico
pone en juego crterios de seleccién y oxganizacién de
los bienes éulturales basados en eazados de valores que
delimitan los contornes de la identidad simbélica. Son
sas fronteras las que de(s)marcan el contenido de esa
identidad, fiiando los mites de propiedad que nos separ
ran a “nosotros” de “los orto"
Sinduda que esa versién modernista del museo ha ex-
perimentado muchas alteraciones de formas y conteni=
dos, por las cambios de escenatios asociados a la cultura
postmoderna, El renovado gusto de la postmodernidad
hacia “Io otro” (lo diferente, lo marginal, lo periférico),
ha Ilevado al museo a tener que ampliar y divessficar
el trazado de sus fronteras, incorporando imégenes y re-
presentaciones que habjan sido hasta hora censuradas 0
descartadas por la hegemon(a del patién monoculeural
de la tradici6n occidental-dominante. ¥ efectivamente,
“ha habido un lento pero importante progreso en la
" Andreas Huyssen, “From Accumulation ro Mise-en-
scene: the Muscum as Mass Medium’ (ponencia presentada
en el Primer Encuentro Internacional de Teorfa de ls Artes
Visuales, Coracas, marzo, 1992, organizada por el Instituto
‘Armando Reveréa).
Ibid
NELLY RICHARD
Chile
sada.en el sefialamiento de pasados ocultos 9
reprimidos, en el reclamo por tradiciones subs :
cadas o filsamente representadas"® que acceden hoy @
nuevas zonas de viibilidad geacas 2 ese redisefio de las
fronteras del musco influide—sin duda— porel debate
de hoy sobre multiculeuralismo.‘
Pero no podemos olvidarnos que ese: “progteso” es,
primero, muy fréil (siempre al borde de ser revertido
por laofensiva neoconservadora)y, segundo, muy dudo-
S50, porque rodeado de los malentendidos, ambigtiedzdes
y contradicciones, que tjea sus alrededores la engafisa
tet6rica postmodernista de lo “otto”
Quiero simplemente explictar algunos de estos ma-
lentendidos, ambigtiedades y concradicciones, que figue
ran en corno aa problemacica del arte latinoamericano
mediatizado por la escena internacional.
Contexto, diferencias y raduccién
Los desequilibros de posiciones que estructuran la red
delarte internacional hacen que a definicién y seleccién
de las imagenes del arte latinoamericano que se promue-
ven intemacionalmente dependan — sbi
"Por multcukuralismo debe entendere el proceso de
reeonfiguacién demogefica que ba vido experimentando
In sociedad noreamericana desde ls sos 60 como resultado
de las migraciones procedenes del Tercer Mundo, las conse-
tazntes lachas dels grupos énicos por defender un espacio
de igualdedculeural y politica dentro dela nueva ariculacién
techy dl dicuso de promocisn del diveniad rail ge
nerado en exe contexto pura legtima los relamos taco de
los vigjs como dels nuevs grupos.” Mari Carmen Ramirez,
en "Con un pie entre dos aguas: imagen e identidad del arte
letinoamericino desdelos margenes del enzo” presenadaen
dl simposio “Arte identidad en América Latina” (Memorial
de América Latina-Sio Paulo-septiembre 1991)1012 NELLY RICHARD
de muscos y curadores internacionales que generalmen-
te —tal como lo observa Mari Carmen Ram{rez— no
cstin informados “del lengusje, de la historia ni de las
tradiciones de muchos de los paises de Latinoamérica”;
“ese factor, junto a una relaivamente pequefia cantidad
de material hisdrico sabre arte disponible en inglésyla
igualmente pobre red de informacién sobre artes visuales
generada en los paises mismos de Latinoamérica” hace
{que prevalezca “una imagen estereotipada y marquetine-
ra del arte lacinoamericano”> en la escena internacional
La primera pregunta que surgees enconces a siguien-
te: {Cémo seartcula el juicio de valor sobre la obra peri-
férica (latinoamericana) que dictamina el represencante
artstico del circuito internacional, en circunstancias en
que no comparte el contexto de referencias y significa-
cidn que define y epeciffa la partcuiatidad de la obra?
La respuesta més conservadora a esa pregunta la for-
‘milan quienes defienden —estticistamente— el valor
de “calidad” en relacidn con uns obra concebida como
“experiencia pidstica y sensorial” o bien como “origina
lidad e invencién”, ral como ocurria en I exposicidn de
Parls "Les Magiciens de la Terse”.6 Buchloch nos recor-
daba, en su entrevista a J.H. Martin, que “el principal
instrumento usilizado por la culrura hegeménica (blan-
‘, masculina, occidental) para excluir 0 marginar, es la
0 "7 Bfectivamente, hemosaprendido,
y muy en especial de la teoria feminist, que la cultura
no habla contratiamente a lo que dice el idealismo me-
tafisico—la lengua pura y superior (desinreresada) dela
trascendencia universal. “Tiascendencia” y “universali-
dad” son los rasgos que la cultura masculina-occidental
dominante ha ido retorizando como argumentos a fax
vpr_de su autodominio de representacién. Son los ras-
{gos que esa cultura traduce a privilegios —privilegios
autoconcedides— desde una superiridad de posicién
‘quella hace colocarse asf misma como sujeto de la “iden
‘idad” en el nivel —superiot— de lo abstracto-gencral
mientras el ots0 sujeto de la “diferencia” es rebajado al
nivel ~inferior— de lo concreto-particula. No es cier-
uleura hable una lengua transparente y neutra
ea Jas diferencias). Sus imagenes e imagina-
tios simbolizan el modo en que ls diferencias son nor-
‘madas por los sistemas de jerarquias del poder cultural
> Mari Carmen Ramirez, “Beyond the Fancast; Framing.
Idencicy in US Exhibitions of Latin American Art” (Are Journal
IN. 51-invierno, 1992)
Beas expresiones estin sacadas del prefacio al libro Ma-
_gicien de la Terre, Les cahiers du Musée national dare mo-
deme, N. 28-1989, Centre G, Pompidou, Pats
7 Benjamin Buchloch, “Entreden con Jean Hubert Mar-
sin" en Magiciens dele Terre, op. ct
‘que fija predominios y subakterni
cidn, La violencia de las luchas que se desatan en torno
a la propiedad-apropiacién del poder de los signos de
idencidad, petmanece oculea tras una imagen ferichista
del arte y de la culeura como productos desmaterialza-
dos que expresan, en la tradicién idealista-burguesa, una
subjerividad interior y superior. La categoria formalista
de “calidad” pertenece aesacradici6n idealsta-burguesa
del arte, que busea excluir de su campo de apreciacion
todo el juego socio-contextual de las variables de signifi-
cacién que historizan (condicionan y relaivizan) juicios
y valores. La afirmacién de que a “calidad” de una obra
como valor en sf mizmo—trasciende cualquier vax
riable (de raza, clase, sexo y género), opera una doble
tachadura matetial e ideolbgica: tacha el contexto de
produccién de la obra quitindole su derecho a reivindi-
car una especifcidad de operaciones, y tachael contexto
de quién le niega ese derecho disimulando la maniobra
centrista que consiste en sustentarse’en una tradici6n
que —por abuso fundacional— se cree “la medida de
todas las cosas”*
Pero si renunciamos a ese valor de “calidad” —por
desconfiar de él en cuanto disfaza y justifca los “ inte-
reses,privlegios, conte y exclusién” de la dominscién
curocentrista—? gpor qué otra categorta de evaluaci6n
de las obras lo eemplazamos? La respuesta que da Cat-
hy de Zeghers (curadora de la exposicién de Amberes:
“América; la novia del sol”) a esa pregunta que le dirige
el mismo B. Buchloch, es la siguiente: “siun concepto
de calidad pudiera ser elaborado o definido en términos
lida \ividad ¢ ironfax os}
a ‘calidad pudiea implicar la elabomcign de-nucias
esitacegias.y eeutss para la aticulacin de nue woe
ces y pilblicos, entonces ée serfa el concepto que me
suai.”
‘diferencia de lo que suger a esética mecafisica de
la exposicién de Paris ("Les Magiciens de la Terre”), la
respuestade C. de Zeghers lleva las consideraciones sobre
Iaobras tomar encuensasu rol y actuacién (sus tomasde
posiciSn) como préctica insert en un medio sociocultu-
ral. alimos de la concepcién reficada —pasivizance—
de la obra como producto a contemplar, para analizar
arce mismo como proceso significance que moviliza
recursos, de lenguaes en funcién de.un cierto mode-
a de operatividad critica ajustado a uns situacién, Ese
* Guy Bree, Border Crasing: CTianscontnentl-Verso
1990-Londies).
9 Cathy de Zeghes, “Ver América: « Wrinen Exchange”
—Amiria: Bride of the Sun, Amberes Royal Mascum of Fine
‘Ars 1992,
bid
tLLAPUESTA EN ESCENA INTERNACIONAL DEL ARTE LATINOAMERICANO: MONTAJE. REPRESENTACION 1013
modelo, destinado a énteractuar dentro de un particular
contexto de discursos,srabaja con eédigosy significacio-
nes localmente determinados, que varlan sepia el sitio
—tnunciativo y qus.ocupa su-sujeto
cen el siscema de organizacién culgural. Parecerla enton-
ces que la (inteigibilidad del modelo de significacién
aristica instrumentado por la obra depende de que se
recree el juego de didlago, réplica y confrontacién, que
sinia a esa obra en funcién de los discursos que la cie-
cunden: discursos cuyas presuposiciones de sentido la
cobra incorporay discutey acuyae liitaciones externas
ella responde ticticamente. Pareciera hacer falta enton-
ces un conocimiento situacional de las intervenciones
de cédigos que arma y desarma la obra, por ser rods,
clas intervenciones localizadar que poseen un signifi-
cado coyuntural de afirmaciSnanegacién-interrogacién
de ciertasIineas de fuerza del medio artstco y cultural
Sin saber eudiesson esas lineas dé fuerza (complejamente
Jntersectadas —en la periferia— por miltiples poderes
x resstenctas), no es posible medir el arsenal de tdcticas
contraofensivas"!! que desplicgan las obras latinoameri-
canas para burlar la hegemofia cultural. Quizds sea por
es0 que se insiste mucho en que la “aproximacién al are
de la ‘periferia’ deberfa implicar una informacién con-
textual lo mésamplia posible (politica, soci-econémica,
ideolégica, ex.”.? La restitucién del contexto —el su
plemento de informacién que deberla aportar el museo
para documentar la sieuacién de la obra— inla dest-
rnado compensar la pladida de sentide que afecta la
obra cuando el traslado de contextos disocia las formas
de las funciones y tergiversa los signos, al interpretalos,
segiin las conveniencias —y estereotipos— de ka culcura
central erigida en modelo. Pero, shasta dénde ese su-
documental logra recrear la densidad material
iculaciones de sentido que mueven las obras
en sus respectivos contextos? ¥, yendo mis lejos: eémo
re-conciliar el “regionalismo ciltico” de microlecturas,
de la obra cuya validez es sobre todo contextual, con “la
imposibilidad de renunciarrotalmenteajuiciostranscul-
turales” que garanticen el *horizonte comiin de nuestro
intercambio con los demés” al que apelaba Todorov?”?
“Tedas esas preguntas remiten al proceso de tiduccin
(como mediacidn y comunicacién) entre culturas, con to-
dol riesgo de incerferencias y corrocircutos de lengua
jes que ese proceso incluye. No hay por qué pensar que
«as fallas de traduccién pueden o deben.set eliminasas
° Bugenio Diiborn, “Una blenea palider: entrevista con
‘Adriana Valdés" (Mapa-ICA-1993-Londre)
Cathy de Zeges, ibid
"8 Tavetan Todoroy, “Nous ees autres" —entrevistado por
Frangois Poiré en drt Pre, N. 136-mayo, 1989-Pa
El mito de que ess fillas son obsticulos (barceras) para
Ia armoniosa ransparencia de la comunicacin intereul-
tural se sustenca en una concepcién nostilgica del sent
do —como pureza y origen, como pureza del origen:
desde la cual toda traduecin es siempre culpable de trai-
cién, Al muliplicar“experimentos de traducci6n", estas
fallas se pondrén de manifiesto como una manera de
llamar la atencién sobre la problematicidad dei sentido.
‘Segiin James Clifford, serfan precisamente “las traduc-
ciones imperfectas” entre culeuras diferentes, las capaces
de hacer que la mirada sobre las obras se mantenga en
permanente estado dealertay tensin. Las “taducciones
Jmperfectas” se encargarian de hacer vibra sa tensiona-
lidad critics de \a mirada, armando confrontaciones de
puntos de vistas en cada desfase de sentido y en cada
incerseccién de perspectivas. Habrla entonces que re-
lamar —segin Clifford— “exposiciones que se'sitien
cllas mismas en articulaciones interculturales especifi-
cas” y que se dispongan a explicitar el riesgo de tales
articalaciones inestables para rebatir el absolutismo de
Jos juicios universes; exposiciones “cuyos principios de
seleccién sean abiercamente eriticables" en cuanto exhi-
ban “las discrepancias” de valores y sentidos producidos
porlos cheques y forzamientos de lectura de “los objetos
desplazados” de concextos.™ Son esas “discrepancias"las
{que energetizan la mirada, al obligarlaa preguntarse por
Ia situaci6n enunciativa y comunicativa que define la
+ regla —segiin la pragmacica de la autoridad cultural de
“guign le habla a quiéo, por qué, dénde y cudndo, y bajo
qué condiciones’.
El poder de a represetacion
La modemidad occidental dominante disené “el gran
tablero de iasidentidades claras y distintas” que —en
palabras de Foucault— “se establece sobre el fondo re-
‘wuelto,indefinido, sin rosero y como indiferente, de las
diferencias’. Exe tablero de la modernidad histérica y
filosica sepata lo mismo (la conciencia autocentrada
dela racionalidad trascendental) de lo otro (la negativa
y clandestina heterogencidad de sus reversos —locura,
muerte, sexualidad, ecc— censurados por et logos uni-
versal)
™ James Clifford, "The Global Isue: A Symposium, en
Art in America julio, 1989.
"S Bruce Ferguson, “Dialogue in the Western Hemisphere:
Language, Discourse and Coleure"(ponencia presencada en el
Simposio “Arte Identidad en América Latina” —Sio Paulo-
sepriembre 1991)
W Michel Foucaule, Lar palabra y las cones (México Siglo
XX0-1976),1014 NELLY RICHARD
Toda una cadena de enlaces por similiedes y ana-
loglas teje parentescos de inclusién (lo mismo) y de
exclusién (lo otro) que divide a los sujetos entre los re
presentantes de fo luminoso —lo humano, lo cristiano,
lo europeo, lo civlizado, lo masculino y los represen-
tantes de lo tenebroso; lo animal, lo pagano, lo indio,
lo salvaje, Jo femenino. Esa polarizacién antinbmica del
cjede idencidad-diferencia, eeditael core entre cultura
y naturaleza que separa lo estructurado (lo discursive).
dello ineseructurado (lo presimbélico
La representacién mas tipificada del are latinoame-
ricano estd enteramente coindicionada por ese dualismo
naturaleza (euerpo)-culeura (raz6n) que lo leva a expre-
sar una identidad primaria y virgen: es devs, ain no
‘mediatizada (no contarninada) por los amas de signos.
1Lo.migico, lo surreal, Jo fantistco, sn las categorl
‘istics de éxito internacional.” encargadas deasociar lo
ltinoamericano = esa imagen Cindida de fusin integral
cone! mundo: una usin previaa los réficosde cédigos
que la adulteraron, fa des-nacuralizaron. Lo magico, lo
surzeal ylo fantdstico, son as categortas dele
rican que subliman la imagen de paralso perdido (la na-
;
Eze retorno sublimado y fan-
casmidtico a lo primigento designa —por transferencia y
regresién— ia vuelta del sujeto massmedidtio al estado
de pracia de un antes de ls eddigos. Muchas de ls imé-
genes del arte latinoamericano derivan de esa sintesis
‘mdgico-teligiosa que busca caprurar lo latinoamericano
en estado de pre-racionalidad/irracionalidad, para man-
tenerlo asi fuera de toda competencia de diseursos ehis-
toricidad, Esa caprura de una identidad-origen detenida
enn tiempo mitico, substrae el sujetoltinoamericano
de la temporalidad viva —en devenie— que construye
les narrativas sociales ehiseéricasy Sja ese sujeto (lo con-
gela) en un espacio ahiitérico no evolutivo. Espacio de lo
ente reducido a lo tradicional y
elo tradicional reducido alo premoderno: seledenicga
al sujero del are latinosmericano el acceso 2 Ja moderni-
dadeen cuanto dindmica de cambios y ansformaciones,
sujecdndolo al riso esencialista del origen.
Pero el mismo arte latinoamericano se complace en
sa busqueda trascendentalsta de una reserva ontolégi-
ca del "Ser". La escena internacional no hace sino usu-
fructuar de las imégenes en las que el suseancialismo
latinoamericano del origen ha basado su demanda me-
tafisica de identidad. El estereotipo dela pureza realea
Para una discusidn sobre ens categorat, ver el areulo
ya citado de Mari Carmen Ramirez.
lista de valores permanentes y de-
finitivos que garantizan la continuidad de lo “propio",
y que defienden esa continuidas de
ingezvencién de lo im-propio. Sin embargo, las mismas
particularidades de la modernidad latinoamericana que
Jaretrtan como una modernidad descentada, fagmen-
taria y residual, dejan en daro que lo “propio” no esun
conn pet sino le ccnsdn inclu. que
as heterogéneas de apropiacién, desapro-
‘Esta tensién exacerba el
sentido dela mezcla* y desmiente con ellala vision dela
identidad latinoamericana como sustancia homogénez.
Si hibridaciones y mestizajes han colocado desde sicm-
pre a las formaciones latinoamericanas bajo el signo de
Ia impureza, por qué buscar la clave de su identidad en
‘una romantizaci6n dela pureza del origen como garancfa
aiutéctona de valores inalterables?
Mis allé de las sospechas que rodean el término
difuso y confuso de “postmodernidad’, la reacentua-
cién postmoderista de ciertos temas como del tema de
Ja modegnidad y de la identidad culturales latinoame-
ricanas, nos servirg —al menos— para potenciar erti-
camente su hibridez. Esa hibrides vetrata a la moder-
niad lat en cuanto producto inestable de
sedimentaciones varias que combinan formaciones di-
smiles. Fl aprovechamiente critico de una cierta des-
construccién del pensamiento metafisic de aidentidad
—owro tema postmoderno— nos serviré también para
contestar el mitolatinoameticanista dela “autenticidad”
que fundamentaba la identidad como presencia. Y pax
1a plantear ahora esa identidad como construccién y
telacién “inventivas y méviles”!? que entecruzan milli-
ples registros de definiciones simbélicas y culturales, La
‘mejor forma de buelar la construccién metafisica —y
cxencializante— deo “otro” (latinoamericano) como lo
remoto y lo primitivo, es decir, como lo exético, quizks
sea la de insist en la serie de sustivuciones y apropia-
ciones, de préstamos y reconversiones, de confictos y
negociaciones, que hacen de la cultura y de la identi-
dad latinoamericanas tramas de signos propios y ajenos.
“Ia diferencia
1 Veras tess de José Joaquin Brunner en Un eee trizado
(Saniago-Flacso-198)y de Néstor GarcfaCanclinien Cularas
Mbridas (México-Grijlbo-1989).
¥ James Cliford, The Predicament of Culoure (Harvard
1988),
» Bid{LAPUESTA EN ESCENA INTERNACIONAL DEL ARTE LATINOAMERICANO: MONTAJE, REFRESENTACION 1015
las marcas dela diferencia que juega con lr bordes yen el
‘ntremedio de ls culeuras. Estas nuevas construcciones
de la identidad cultural nos dicen que la alteridad ee
“cuestin de poder y de rexériea mas que de esencia’ 2!
Y¥ eso porque laaleeridad es, primero, cuestién de rpre-
sentacion
Licconomia del discurso colonial pone de manifiesto