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LAS CLAVES DEL DERECHO Daniel Mendonca gedisa “te El Cédigo Penal espaiiol emplea la expresién “cosa mueble” en la tipificaciGn del delito de robo, conforme al texto del arti- culo 237. La doctrina y la jurisprudencia han debatido acerca de sila expresion debe ser tomada en el ambito del derecho pe- nal en el sentido dado por el Cédigo Civil en su articulo 335, 0 si, por el contrario, ella debe ser tomada en ese Ambito en un sentido distinto de aquél. El Tribunal Supremo ha establecido, en definitiva, que “la nocién de bien mueble es la de aquél ob- Jeto capaz de trasladarse de un lugar a otro sin suftir por ello pérdida o menoscabo, nocién no siempre coincidente con la del Cédigo Civil” (STS 16.2.8). Asi, la expresién “cosa mueble” tiene significados diferentes en los ambitos del derecho penal y del derecho civil, respectivamente. 9.3. Argumentos interpretativos 9.3.1. Por lo comin, la expresién “dar un argumento” significa ofrecer una razén o un conjunto de razones en apoyo de cierta conclusién. Los argumentos son, asi, intentos de apoyar cier- tas afirmaciones 0 decisiones con razones. De este modo, ar- gumentar tiene una importancia especial porque constituye una manera de informarse acerca de qué afirmaciones o deci- siones son mejores que otras; asi como algunas conclusiones pueden apoyarse en buenas razones, otras tienen un sustento mucho mas débil. Desde Iuego, debemos dar argumentos en favor de las diferentes conclusiones y luego valorarlos para considerar cudn fuertes son realmente. En este sentido, los argumentos tienen una relevancia especial en la actividad in- terpretativa, pues el discurso del intérprete se halla comtin- mente constituido por un enunciado interpretativo (informativo © estipulativo) y por uno o més argumentos ofrecidos para apoyar o respaldar la interpretacién propuesta, Se afirma que un argumento, en sentido estricto, no es una mera coleccién de proposiciones o normas, sino un conjunto estructurado que suele describirse con los términos “premi- sas” y “conclusién”: la conclusién de un argumento es la pro- posicién o norma que se acepta con base en las otras proposi- ciones 0 normas del argumento, y estas otras proposiciones 0 normas, que son dadas (0 supuestas) como apoyo o razones 165 para aceptar la conclusién, son las premisas de ese argu- mento. En ocasiones es posible identificar las premisas y la con- clusién de un argumento por una serie de expresiones tipicas que acttian como indicadores de unas y otra. Son indicadores de las premisas de un argumento, por ejemplo, expresiones como “puesto que”, “dado que”, “porque”, “se sigue de”, “en base a”, “en vista de” y la “razén es que”, entre otras. Y son indicadores comunes de la conclusiones expresiones como “por lo tanto”, “en consecuencia”, “consecuentemente’, “se sigue que”, “eabe coneluir que”, “lo cual muestra que” y “lo cual apunta a la conclusién de que”. Es importante advertir, sin embargo, que en la presentacién de un argumento su conclusién puede ir antes o después de las premisas, o en medio de ellas; asi como que la conclusién puede no formularse explicitamente, pero puede estar aclarada por el contexto, o hallarse implicada por las premisas formuladas explicitamente. Al analizar un argu- mento es itil, a menudo, distinguir por separado, las premi- sas de la conclusién, y al reportar el resultado de nuestro andlisis de un argumento es util también formular cada pre- misa con independencia, asi como la conelusién, en una ora- cién que pueda entenderse sin considerar el contexto. 9.3.2, La expresién “argumento juridico” es vaga y ambigua. Por un lado, con ella se hace referencia, en general, a cual- quier argumento usado para respaldar una peticién 0 decision juridica, Por otro lado, se alude con ella, més concretamente, a ciertos argumentos especificos usados para respaldar una decision interpretativa. En este contexto consideraré aquellos argumentos que los juristas emplean tipicamente para apoyar la eleccién de cierta opcidn interpretativa, En general, los argumentos interpretativos tienen la si- guiente forma’ basica: (1) Toda formulacién normativa con la caracteristica C debe ser interpretada del modo M; (2) La for- mulacién normativa F tiene la caracteristica C; (3) Por lo tan- to, la formulacién normativa F debe ser interpretada del modo M. En el esquema, la premisa (1) constituye una pauta inter- pretativa general que indica el modo como debe ser interpre- tada toda formulacién normativa que posea cierta caracteris- tica; la premisa (2) especifica que determinada formulacién 186 normativa posee la caracteristica referida; la conclusién (3), constituye una pauta interpretativa especifica que indica el modo como debe ser interpretada la formulacién normativa en cuestién. Los lamados “argumentos jurfdicos” actian asi, precisa- mente, como pautas interpretativas generales y ocupan el lu- gar de la premisa (1), indicando el modo como deben ser inter- pretadas ciertas formulaciones normativas. El listado de argumentos juridicos tradicionales incluye habitualmente los siguientes tipos (Tarello 1980, 341-396; Guastini 1993, 359- 388; MacCormick-Summers 1991, 512-544; Klug 1988, 139- 199; los ejemplos han sido tomados, en general, de Ezquiaga 1987): (1) Argumento “a simile”. Dada una formulacién normativa con significado controvertido, ella debe ser interpretada aten- diendo a otra formulacién normativa ya interpretada, con la cual guarde semejanza relevante o idéntica ratio. Elarticulo 21 de la Constitucién espafiola, relativo a los derechos de reunién y de manifestacién, ha servido de base para la resolucién de cierto caso. La cuestin planteada exigia la interpretacién de dos disposiciones legales con limitaciones diferentes para el ejereicio de los derechos mencionados (los denominaré, para simplificar, articu- los 1 y 2). En base a un argumento “a simile”, el Tribunal Consti- tucional sostuvo: “debe aceptarse la norma més especifica y homo- ‘génea que permita una mayor congruencia y evite transposiciones arbitrarias, y en este caso la norma que retine tales condiciones es la del articulo 1, que se refiere a las ‘reuniones en lugar abierto al uso piiblieo”, que poseen la misma identidad de razén que las ‘reuniones en lugar de trénsito publico y manifestaciones’ que el articulo 21 de Ja Constitucién regula, por ser lo decisivo para la accién analégica la clase de acto ~"reunién abierta’ o ‘reunién cerrada’~ y no la forma de relacién con la autoridad —"comunicaci6n’ o ‘autorizacién’-, siendo de desechar el articulo 2 por estar referido a reuniones en lugar ce- rrado (..) (STC 36/1982). (2) Argumento “a fortiori”. Dada una formulacién normativa con significado controvertido, ella debe ser interpretada aten- diendo a otra formulacién normativa ya interpretada, cuya ra- tio valga con mayor raz6n para aquéila, Elarticulo 24.2 de la Constitueién espafola, relativo al seereto profe- sional, ha generado controversias en cuanto a su aleance. La cuestién 167 planteada en cierto caso fue si el deber de secreto era invocable sélo ante la administracién de justicia o también ante la administracién publica. El Tribunal Constitucional resolvis la cuestién en base a un argumento “a fortiori” diciendo: “Bl secreto profesional, es decir, el deber de secreto que se impone a determinadas personas, entre ellas los Abogados, de lo que conocieren por razén de su profesién, viene reconocido expresamente en la ConstituciGn, que en su art.24.2 dice que la ley regularé los casos en que, por razén de parentesco o de se- creto profesional, no se esta obligado a declarar sobre hechos pre- suntamente delictivos. Evidentemente y a fortiori tampoco existe el deber de declarar a la Administracién sobre esos hechos (STC 10/1984), (8) Argumento “a contrario”. Dada una formulacién normati- va con significado controvertido, ella debe ser interpretada excluyendo de su alcance todo caso distinto del expresamente incluido. El articulo 25.3 de 1a Constitucién espafiola, relativo a las sanciones que impliquen privacién de libertad, probibe a la administracién ci- vil su aplicacién, La cuestién debatida en cierto caso fue si dicho ar- ticulo aleanzaba a la administracién militar. La respuesta del Tri- bunal Constitucional, basada en un argumento “a contrario” fue la siguiente: “Del articulo 25.3 se deriva “a sensu contrario” que la ad- ministracién militar puede imponer sanciones que, directa o indi- rectamente, impliquen privacién de libertad” (STC de 15.06.1981). El articulo no menciona a la administracién militar, silencio que el ‘Tribunal interpreta como voluntario y que justifica exceptuar a la administracién militar de la probibicién establecida. (4) Argumento “a rubrica”. Dada una formulacién normativa con significado controvertido, ella debe ser interpretada aten- diendo a los titulos y a las divisiones legales que incluyen a aquélla. Se ha debatido en Espaiia el alcance de la expresin “autoridad ju- dicial” en relacién al Tribunal Constitucional. El propio Tribunal Constitucional ha decidido al respecto, en base a un argumento “a rubrica’, que “las expresiones ‘autoridad judicial’ u ‘érgano judicial (...)no son (...) aplicables al Tribunal Constitucional, pues éste no es un érgano integrante del Poder Judicial, como se infiere de otros preceptos, del Titulo VI de la Constitucidn, en donde no est inelui- do el Tribunal Constitucional, que precisamente por ser ‘indepen diente de los demas drganos constitucionales’ (art. 1 de la LOTC), esti regulado en un Titulo aparte de In Constitucién (el IX), desa- rrollado por la propia Ley Organica de 1979" (ATC 83/1980), 168 (6) Argumento psicolégico. Dada una formulacién normativa con significado controvertido, ella debe ser interpretada aten- diendo a la voluntad del legislador, voluntad que se manifies- ta en su exposicién de motivos, predmbulos y trabajos prepa- ratorios. El articulo 20.1.¢ de la Constitucién espaiiola, relativo a la libertad de cétedra, ha generado controversia en cuanto a su aleance. En. base a un argumento psicolégico, el Tribinal Constitucional ha sos- tenido lo siguiente: “Aunque tradicionalmente por libertad de céte- dra se ha entendido una libertad propia sélo de los docentes en la en- sefianza superior 0, quiaés més precisamente, de los titulares de puestos docentes denominados precisamente ‘cétedras’ y todavia hoy en la doctrina alemana se entiende, en un sentido anélogo, que tal libertad es predicable de aquellos profesores cuya docencia es proyeccién de la propia labor investigadora, resulta evidente, a la vista de los debates parlamentarios, que son un importante elemen- to de interpretacién, aunque no la determinen, que el constituyente de 1978 ha querido atribuir esta libertad a todos los docentes, sea cual fuere su nivel de ensefianza en el que actiian y la relacién que media entre su docencia y su propia labor investigadora” (STC 13.02.1981), (©) Argumento “sedes materiae”. Dada una formulacién nor- mativa con significado controvertido, ella debe ser interpreta. da atendiendo al lugar que ocupa en el contexto del que forma parte. Los articulos 28 y 37 de la Constitucién espafiola, relativos al dere- cho de huelga y al derecho de adoptar medidas de conflicto colectivo, respectivamente, han generado controversias en cuanto a su rela- cién y campo de aplicacién. A los efectos de determinar el peso de uno y otro, el Tribunal Constitucional ha dicho, empleando un argu- mento “sedes materiae”, lo siguiente: “el primero de ellos se encuen- tra en la seccién 1a del capitulo 20, que versa sobre los derechos y li- bertades, mientras que el segundo se encuentra en la seccién 2a del capitulo 20, que habla simplemente de los derechos ciudadanos. Esta colocacién sistematica comporta evidentes consecuencias en. cuanto al futuro régimen juridico de uno y de otro derecho” (STC 08.04.1981). (D) Argumento “ab auctoritate”, Dada una formulacién norma- tiva:con significado controvertido, ella debe ser interpretada atendiendo a la opinién de determinada autoridad intelectual o juridica. 169 El articulo 24 de la Constitucién espafiola, relativo a la tutela judi- cial efectiva, ha generado controversia en cuanto a su aleance. Uno de los problemas debatidos ha sido si el derecho a la doble instancia se halla incluido en él. La doctrina especializada, recurriendo a la autoridad del Tribunal Constitucional, ha dicho a'este respecto: “El ‘Tribunal Constitucional ha establecido que el derecho a la tutela ju- dicial no comprende, con carécter general, con la excepcién del pro- ‘ceso penal, el doble pronunciamiento judicial, esto es, no comprende el derecho a acudir a una segunda instancia que revise la correccién de la resolucién judicial en primera instancia” (Lépez Guerra et.al. 1991, 284). (8) Argumento histérico. Dada una formulacién normativa con significado controvertido, ella debe ser interpretada aten- diendo a los precedentes existentes, empezando por los inme- diatos. Elarticulo 17.3 de la Constitucién espaiiola, relativo al derecho a ser informado de la acusacién, ha generado controversia en cuanto a su alcance. Invocando precedentes, el Tribunal Constitucional ha deci- dido sistematicamente lo siguiente: “La Sala Primera de este Tribu- nal, en su sentencia de 10 de abril de 1981 (..), vino a coneretar cual es el contenido esencial constitucionalmente exigible del derecho a ser informado de la acusacién a los efectos de 1a defensa, estable- ciendo la doctrina de que es evidente que esa informacién ha de re- caer sobre los hechos considerados punibles que se imputen al acu- sado” (STC 105/1983, entre otras). (9) Argumento teleolégico. Dada una formulacién normativa con significado controvertido, ella debe ser interpretada aten- diendo a su propia finalidad objetiva, suponiendo que fue dic- tada como medio adecuado para alcanzarlo. El articulo 14 de la Constitucién espaiiola, relativo a la igualdad ante la ley, ha generado controversia en cuanto a su aleance. El Tri- bunal Constitucional ha sefialado con insistencia que, en atencién a su finalidad objetiva, el artfculo en cuestién no prohibe toda desi- gualdad, sino s6lo aquélla que earezca de una justifieacidn objetiva y razonable (STC 02.07.1981). (10) Argumento econémico, Dada una formulacién normativa a la que quepa atribuir varios significados, ella debe ser inter- pretada prescindiendo de aquel (0 aquellos) significado(s) que suponga(n) una repeticién respecto de lo establecido por otra formulacién normativa ya interpretada. 170 Respecto de la interpretacién del articulo 149 de la Constitucién es- pafiola, relativo a las competencias exclusivas del Estado, el Tribu- nal Constitucional ha dicho, refiriéndose a la expresién “... y en ge- neral, de todos los medios de comunicacién social”, contenida en el apartado 1.27, que ella no puede incluir, so pena ‘de redundancia, materias que estén reguladas en otros preceptos (STC 49/1984). (11) Argumento “a coherentia”, Dada una formulacién norma- tiva a la que quepa atribuir varios significados, ella debe ser interpretada prescindiendo de aquél (0 aquellos) significado(s) que suponga(n) una contradiceién respecto de lo establecido por otra formulacién normativa ya interpretada. El articulo 53.2 de la Constitucién espafola, relativo a la tutela de ciertas libertades y determinados derechos mediante el recurso de am: paro, ha generado dudas interpretativas, por cuanto se alude en 61 a los ciudadanos” como sujetos de tal tutela. El Tribunal Constitu- cional ha decidido, en base a un argumento “a coherentia’, que “una interpretacién aislada del articulo 59.2. que limitara a la persona in- dividual esa tutela reforzada que dice este precepto, dejando para las otras personificaciones la tutela ordinaria, implicaria con este recorte al sistema de defensa de un derecho fundamental, una con- clusién contraria a la que resulta ademas del articulo 24.1~ del ar- ticulo 162.1.b. de la Constitucién, en el que también a las personas juridicas se reconoce capacidad para accionar en amparo” (STC 58/1983). (12) Argumento “ad absurdum”. Dada una formulacién nor- mativa a la que quepa atribuir varios significados, ella debe ser interpretada prescindiendo de aquel (0 aquellos) significa- do(s) que dé(n) lugar a consecuencias absurdas 0 que contras- ten con valoraciones del sentido comin. El articulo 14 de la Constitucién espafiola, relativo a la igualdad ante la ley, ha generado dudas interpretativas en cuanto a su al- ‘cance respecto de la igualdad en Ia aplicacién de la ley. El Tribunal Constitucional ha resuelto la cuestién, recurriendo a un argumen- to “ad absurdum”, de la siguiente manera: “No existe (..), un man- dato de igualdad absoluta que obligue en todo caso al tratamiento igual de los supuestos iguales, pues ello seria contrario a la pro- pia dinémica juridica que se manifiesta no sélo en la modificacién normativa, sino también en una razonable evolucién en la inter- pretacidn y aplicacién de la legalidad (...).(..) [Clareceria de senti- do un enjuiciamiento que habria de respetar por definicién los ele- mentos de derecho conducentes a la nueva interpretacién, so pena de asentar los pronunciamientos de los Tribunales sobre un principio 171 de predominio de los precedentes, que no es consustancial con nuestro sistema juridico” (STC 63/1984). (13) Argumento pragmético. Dada una formulacién normativa a la que quepa atribuir varios significados, ella debe ser inter- pretada optando por aquél significado que lo haga mas eficaz para lograr su finalidad, prescindiendo del (de los) significa- do(s) que la convierta(n) en ineficaz.a ese respecto. El artfculo 28.1 de la Constitucién espafiola, relativo al derecho a sindicarse, ha generado dudas interpretativas en cuanto a su alcan- ce, El Tribunal Constitucional, recurriendo a un argumento prag- matico, ha dicho al respecto: “Forma parte esencial del derecho de sindicacién el derecho de celebrar reuniones a las que concurran los afiliados al sindicato que las convoque, con el objeto de desarrollar los fines propios del sindicato, pues de otra forma el ejercicio del de- recho seria légicamente imposible” (STC 91/1982). Cada uno de los argumentos del listado anterior plantea, como resultard obvio, problemas importantes a la hora de su aplicacién, sobre todo por la buena dosis de vaguedad que con- tienen sus respectivas formulaciones. Sucede, ademAs, que no todos ellos son compatibles entre si, y, por consiguiente, no siem- pre conducen a idénticos resultados. Por otro lado, no existen pautas generales que establezcan jerarquias entre ellos, lo que dificulta la opeién entre uno y otro ante un caso particular. De todos modos, los juristas recurren a ellos con frecuencia y con relativo provecho. 172

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