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nabinstrumental de Ia burocracia sera el mismo Max We- ber, —quien ya advierte.a finales del siglo xb< los abusos de ‘una excesiva rigidizacién del aparato burocritico en Ia re- ‘ign surgida sociedad madera demecritica alemana. We- ‘ber justifica y legitima la existencia indispensable del apara- to burocratico como el responsable de administrar Ia accién social y politica del Estado, como el medio racional més efi- ccaz para ejercer la autoridad sobre los humanos, con lo que hard una clara y perfecta defensa de In diferenciacisn del papel y las facultades del funcionario, del intelectual y del politico, este dltimo como el tinico capaz de dirigir causas, uchas, demandas y proyectos del pueblo. Dos especialistas, elpolitico y el téenico— intelectual o funcionario—, que han ‘mantenido el dominio de la escena piblica. Figuras que em- piezan a mostrar su desgaste por st inutilided para conectar lo que ya estaba vinculado desde antes y que parece que la sociedad civil se vuelve a encargar de hacer existit en sit e=- pacio natural: Ia calle. Estaren lacalle significé por mucho tiempo estar en nin- g1in lado, por que Ia calle era el lugar inexistente, un espacio que no le pertenece a nadie, segtin los politicos, pero que es la hebra que conduce a todos los lugares, es I vena que nutre todos Jo afectos, que deshilacha lo que quiere adjudicsrsela ‘como propia. Lugar ocupado por ese aire eargado de pensa- ‘miento, envuelto por el afecto del espiritu colectivo y habita- do por la memoria colectiva de las piedras, aire que merece circular nuevamente en el énimoy por el anima de as ciuda- danos que habitan la ciudad: la movilizacién social, la orga- nizacion colectiva, la protesta de la sociedad civil. De ella, de Ja calle, ene que recuperarse Ia punta de la hebra para vol- 4, Max Weber, Etpaltico ya eintieo. Obra citada por George Rit 201 (1993),Terissocoligeas eldseas, Mesto, Me Crs Hil p 267. Y en Nora Rabotnikot (1989), Mex Weber: Desenean, politica ydenoere- ia, México, UNAM, pp. 197-216, xv vera retejer el entramado social que se ha desagarrado, rectt- perar la Solidaridad afecruosa, cilida del didlogo en la calle, del grto profundo. Concluyo, no sin antes advertir que si nos descuidamos, Insociedad civil corre el riesgo nuevamente de comvertirse en, un espacio, un afecto, que puede ser manaseado por lo priva- do del poder, porque intentara nuevamente apropisrsela, ad- judicéndose su voluntad y su autonomfa para legitimarse 'Y finalmente quiero reconacer el trabajo de recuperacién +ytranscripei6n del escrito, posible gracias a Ia labor paciente de estudiantes y egresados de licenciatura en psicologfa so- cial: Dulce, Jacqueline, Candy, Geros, Anais, Luz, Yoshio, ‘Tofio, Erica, Nohemt, Recto, Erendira, Lupe, Susana, Melis- so, Fabién, Hugo, Ernesto; un agradecimiento en particular. ‘8 Héctor Robledo, quien se ha convertido mis de alguna ‘ocasién en mi alter en Ia discusién; a los estudiantes de la primera generacién de In maestria en psicologia social: y a Jos que pueda omitir involuntariamente: todos ellos con los que he compartido el encanto de sumergirse en el pensa mento de la psicologia colectiva devuelto a la luz piblica por Pablo Fernandez Christlieb, al que puedo considerar no sélo un profesor invitado de esta maestrfa y su primera gene- racién, sino su mentor. ‘RAQUEL GONZALEZ Lovota PEREZ Universidad Autonoma de Quetstaro ‘Maestria.en Psicologia Socis! Julio de 2008 awit El espiritu de la calle huellas ‘Memoria y Texto de Creacién 2 La colescén Inuellas resume la mamaria y fs textos de ereacion ‘Que potencian el conocimianto socal del porvenr. Se refire los grandes creadores de cultura y a eus mas dastacados Investigadores. Se propone datlos a conocer @ un pblico amp, ‘de manera asequible pero seria y documentada a ravée do series mutuamente complemertarias, see Problemas. La complejidad negada El espiritu de la calle Psicologia politica de la cultura cotidiana PABLO FERNANDEZ CHRISTLIEB PROLOGO DE RAQUEL GONZALEZ LOYOLA PEREZ ANTFROPOS respi deo calle; Pialgia poi de a ura coon Pablo Fede Cat; ologs de eel vedas Loja Pee Pf (Garona) sAnwopes Sikora Masa Unwed de ‘Guowtin Faclad de ucla, 2008 TRV 124 ps8 em, (lo, Memoria y Texto de Cac 2 Sore Problems Ls compsied nepal) gaan 1122 iolag plies 1. Goer Let Ree Ral pe Ent & Guero Mca esop Gece) TT sce iTAOES SG 2 Gln foam in, 3 Cary Aes Primera edn en Untied de Guadalar: 1998 rere econ en Anthopos Editar eada cored: 200¢ 9 fable Rennes Cait 204 dathropes Eder 2008 Ti Atiropos Eder Rubt (Boel) ‘rvandrepesdesom ‘Eh coals con Feud de Palclogin de a Universidad a Queena io) senses epost gat 57051-2008 isso, eatin yeondlancn: Pura, Sascos Boles (Ginn SL) Rubi Te you 95697 2296 Impeeton Noga Viale 3 Mentcada TRebe impos en Espana - Pred Spay Tr des sad Bt cn po ne ip ‘en sng forma i or ingon mo, ne ona lege, Seer ‘Sine despo' or otwopm owas wad os Para Pia Prélogo Escribir el prélogo de una obra se considera como la ela boraciéa de un exordi, lo cual quiero tomar al pie dela letra. Significa a incitacién o, mejor dicho, a excitacién dela aten- ‘in y el animo del lector, tal vez-una predisposicion para lo due leeré, o una anticipacién de lo que podré encontrar el lector mas alld del texto mismo y también una presentacion del autor en su contexto. Sin embargo, esto impone el filtro particular interpretative de quien muestra lo que ahf esta contenido, puesto que lo que estaré haciendo es invitar al lec- tor a darle una resignificacién y redefinir un sentido en rela cién con el contexto desde el cual se mira. Es un punto de partida y de enfoque hermenéutico e intersubjetivo: mi parti- cipacién debers ser entendida como tal, no sin dejar de resal- tarla relevancia en s{misma de la reedicion de esta obra. A través de estas piginas, Pablo Femdndez Christieb ‘porta un nuevo giro a la psicologia social —permeada desde ‘sus orfgenes de) pensamiento racionalista-cientificista-mo- demnista—, para delinearla dentro de una psicologia social critica, pues logra modificar la perspectiva desde la que ha de concebirse Jo que el pensamiento modemo proscribié por disfuncional: el pensamiento afectivo. Caracterizada por su volubilidad, fue abandonada al vacio, al limbo de la inexisten- cia porque la ciencia no logré materializarla en un objeto puro; mas bien era un estorbo, por ser impredecible, por frrumpir abruplamente, por incontrolable, por inconsciente, tra virtud por la cual me parece importante reseatar este libro estriba en que el autor logré dare una nueva vigen- vr cia, un nuevo aire, un nuevo espirita a la psicologia colectiva —en el momento en que ha traspasado el wmbral de wn ter cer milenio tan plagado de reproducciones banales sin nove- dad. Al releer y reinterpretar el pensamiento de autores de finales del siglo 21x, los acopla con autores de los albores del siglo 70a: Wandt, Tarde, Le Bon, Blondel, Halbwachs, Piet ‘ce, Habermas, Moscovici, Gergen o Billig, por mencionar algunos, y vuelve a ubicar al lector en sus origenes para con- feccionar una psicologfa colectiva del siglo xx1 en plena pos- modernidad. La relectura actualizada del pensamiento so- cial que hace Pablo Ferndndez Christlieb muestra la multi- plicidad de nuevas significaciones posibles e inacabadas para una comprensién de Ia esencia humana en su émbito natural: la vida cotidiana, los espacios comunes, sus pensa= Imientos y sus sentimientos ordinatios. Sin embargo, es comiin pensar que euando se hace una revision o una relectura de autores cldsicos 0 contempors- nneos se puede caer en la tentacién de creer que quien lo hace intenta dar la versign de verdad stima y acabada de su inter pretacton, En este caso, la vigencia de la relectura no radica fn invocar ntievamente a los propios autores en sus propias palabras, sino de significarlos en otras palabras y en otros ontextos. Aun asf, gpodemos seguir proponiendo olzas co- sas 0 cosas nuevas con las mismas ideas yel mismo lengusje © se ha empobrecido la posibilidad de decir, de hablar, de pensar, de sentir, de hacer porque hemos agotado Ia versati= Jidad del pensamiento al unificarlo en el lenguaje técnico yal redueirlo solo a sus individuos? La relevancia de EL ESPIRITU DE LA CALLE. PS{coLOGtA POLITICA DE LA CULTURA COTDIANA, publicado por primera vez en 1991 por la Universidad de Guadalajara, radia en ‘que logra crear otras posibilidades para volver a pensar lo politico: devuelve el carscter publicoa lo politica, desde la di- ‘mensién delo afectivo. Reflexiona sobre la manera en que la vida cotidiana, secularizada y segmentada en vida privada y vat ‘vida publica, ha sido afeciada por la transformacién moder- njsta de la sociedad y del Estado: lo mundano se volvié un mbito privativo y particularizado, asentado en espacios ce- rrados y especializados (pasilles, cmaras, oficinas, parla ‘mentos) para sujetos expertos y—sise puede decir tal cosa— profesionalizados en tales temas y asuntos (funcionarios y politicos, hombres en todo caso, én ninguno mujeres), lejos dela mirada y el acceso de las personas communes, en el que priva el sentido de la razén como eje conductor en la cons- frucciéa de una forma de pensamiento social. Pensamiento ‘que, como el mismo Fernindez Christlieb! sostendré des- pués, también seri particularizado en pensamiento indivi- ‘dual, encajonado en la mente como generadora de todo pen samiento y, para dale una ubeacién fisico-tangible, releza~ daal cerebrocomo érgano del pensamiento. Este proceso de secularizacién y de dicotomizacién racio- nalistainstrumental del pensamiento seré construido con ‘mayor intensidad a lo largo de los tres tltimes siglos de ilus- ‘wacién por los cientiicos sociales del pensamiento de la mo- dernidad: Locke, Hobbes, Rousseau, Montesquieu, Comte, Durkheim, Marx, Weber, Parsons. Parad {ores —sin proponérselo especialmente— darin vida y sent doa toda una forma de pensamiento social que se propone la uuniversalizacién del conocimiento cientifico, a wavés de la construccién de un pensamiento individualists-moderno. Pensamiento social que prevalece hasta nuestres dias como ‘inico esquema posible de entender y viviren el mundo, pero al que, al mismo tiempo, no se le reconocers como pensa- rmiento social surgido de las afectividacies colectivas propias desu época y del contexte histérico-social en que se gestan, 1, Pablo Femines Ch, Ln sociedad que piensa y us piensa 30 sleds. Razones para hacer ina paicologia cole, em Isabel Piper (comp. (2002), Suis yeiseneias. Delis yeticas os psiolopa o> ial Santingo de Chile, Aris, pp. 151-170. 1x Como bien planteara Philippe Ariés* en el surgimiento de la vida moderna aparecen tres eventos que trastacaran la vida privada de los individuos y modifieardin las mentalida- des profunclas de las sociedades medievales: la transforma- cidn de las ciudades-Estado en Estados-nacion, In masil ccacién de la lectura gracias a la imprenta mecanizada, y la moditicacién de la Vida espiritual derivada de la reforma hi- terana y calvinista, propusieron, o mejor dicho, impusieron un ritmo de vida retirado de la mirada de los que en ese ‘momento se comenz6 a percibir como extrafios. Estas modificaciones no se gestaron de un momento a otro, ni siquiera de una década a otra, la gente no supo en ‘qué momento y en qué sentido se empezaron a cambiar los vinculos afectivos colectivos, comunitarios, familiares, por relaciones sociales, politicas o econémicas. El impacto se observé mucho tiempo después, no sélo de generacién en sgeneracion o en las familias sino en sociedades enteras. Di- Flames que casi cinco siglos de modernizacién después, re- cién ahora nos vamas dando cuenta de sus efectos. Nos fai ‘mos acostumbrando a que los cambios fueran una obligada ley natural, efecto del pensamiento evolucionista darwinia no. Pero les cambios que se sucedieron, de los cuales nos estamos dando cuenta ahora, a inicio de otro siglo mas, nos obligaron a reflexionar sobre la forma de pensar y de sentir, de hacer y de decir, de habitar los espacios pablicos y pri- vados, porque lo que hemos visto es una sociedad carac- terizada por la indolencia, la apatia ya indiferencia ante lo inmediato de la vida cotidiana, pero contradictoria y excesi= vamente sobreafectivizada hacia lo que acontece en otros espacios distantes de su entorno. De esta forma, Pablo Fernandez apuesia a In recupe- 2. P. Ags y G, Duby (1985), Historia de a vide priv, El proceso seca lsc ees sites NVR, Mai, Fours, 192, pp. x racion de la palabra, del lenguaje, del dislogo, de la comuni- ceacién, no como un mero proceso, sino como actos que sir ven para fundar nuevos sentidos de y en lo social y lo afecti- ‘vo, nuevos modos de ser y de existir, de reunir nuevamente To que fue separado, Para él, el lenguaje es el érgano con ‘el que piensan las ciudades y las sociedades que las habitan, ellenguaje serd el que dara cuenta de la modificacién de los. ‘espacios, de las formas de pensar, de ser, delo que sentimos ¥y de como lo sentimos, Por ello la importancia de recuperar Toque la gente dice en Ia cae, en los espacios abiertos, como ‘expresién del espiritu de Ia ciudad, recuperar lo que se dice ‘en los émbitos pablicos, sin que se confunda con lo que apa- rece disftazado de opinién publica en los periédicos, en Ta radio, en Ja TV; no eso que se presenta como expresiOn ciu- dadana en Jos estudios de opinign de las agencias de market- ing politica para los profesionales dela politica, sino lo que dice la gente en la fila de las tortillas, en la parada de los ‘camiones, en os pasillos de los mereados, en las tiendas de Iacolonia odel barrio. Esta es la apuesta de Femnsndez Christlieb: la recupera- ci6n dela logica del pensamiento ordinario y Ia esiética de Ta percepeidn habitual, no como postulados que diera el ‘propio autor como formulas para ser feliz (que implicarfan, luna enunciacién de verdad ortodoxa) sino como una pro- puesta de creacién de otros sentidos, de quien acepia po- herse en ese otro lugar propueste, ese otro espacio en el {que se sugiere mirar de manera distinta las cosas que ya sabemos que siempre han estado abt, pero que de tan sabi do, han sido olvidadas y encerradas en el desvin de Jas cosas insitiles, ‘Ast pues, pretende recuperar las voces viejas que han ‘quedado grabadas en los objetos ylas cosas, en los espacios y ten la memoria, No pretende erigirse como un autor que ha, escubierto Ia verdad tiltima, nueva, acabada, el de la idea ‘que nadie mas que él habrfa inventacio, Como él mismo dir: x slo novedoso esté siempre hecho de memoria».? Lo novedo- sode su trabajoes que rescata tres elementos fundamentales para hacerlos propias de odo aquel quelo lea 4) Retine a los viejos tedricos de la psicologia colectiva ‘con los de la psicologia social contemporinea: cle tal forma gue la vitalidad del pensamiento de Pierce, Halbwachs Blondel recobran actualidadi con el pensamiento de Gergen ‘ode Billig y muestran su brillantez ala luz del encanto litera- lode Alberoni. 1b) Recupera el pensamiento y el sentida postico de la vida cotidiana, ©) De G.HL. Mead, recoge el sentida de la accién cotidia- na de los individuos, con su propia capacidad de reflexion, de autonomia, sin alanes protagonicos, es decir, desde el anonimato, para convertitlo en tn sentido politico, donde parecer un sujeto con identidad propia, con conciencia propia, pero como una expresién dela colectividad en la que hhabita, un sujeto que pretende recuperar su voz, su capaci. dad de voluntacl sobre el rumbo que tomara su accién y de incidencia en el ambito de la politica. Hace aparecer al suje- to. como sujeto colectivo en el sentido de que el sujeto indivi- dual es sélo una expresién de la colectividad, Este ¢9 el sentido politico de la accién de la sociedad civil, que habia sido apropiaco por Ia sociedad politica y el Estado, accién politica que serd tomada de Ins imagenes cotidianas, del lenguaje callejero, en un momento historico en el que la sociedad mexicana somete a prueba el poder y la estabilidad del sistema politico que prevalecié durante Ins siete tillimas 3, Ln cha rier ae elicion de 199, publi por Universidad ‘4s Gdalaas, Mexico cp.» sLosmplsamienes dela emnscs, lesan, eFreemplasamteno: nessa sale a css p27 (p25 deeaa ‘mira con. x déeadas del siglo %, momento histérico nacional que es acompafiado de la convulsion global del mundo gracias a la ‘muerte de las utopias yl hegemonizacién rotunda del mode- Jo politico-econémico dela democracia de mercado. Si Dien el ao 1968 es el parteaguas politico mundial, to ‘que suceders a finales de los afios ochenta modificaré subs. taneialmente Ia manera de pensar, de sentir, de aewar y de dialogar de Ia gente. Mexico no puede ser la excepcin. La Imperiosa area de sobrevivencia de la ciudad y sus habitan- tes después del terremoto de 1985 echaré a andar los viejos smecanismos de solidaridad de las redes sociales que se coli- gan para no supeditarse ms a los vaivenes caprichosos y Absurdos de un poder desgastado sn autoridad, de a violesi- ia sin sentido legitimada pore Estado. Hace surpr la capa idad de protesta no slo de los cltadines, sino dela sociedad ‘mexicana enters. Hace que la participacién y Ia organiza ion suitogestiva se vuelva el inico modo posible na s6lo de sobrevivir, sino de colocarse en el centro del juego politic. [La sociedad civil aparece como un actor emergente: nume= rosa, auténoma, fuerte Este suceso pone en juego lo que redundantemente des- de el Estado se le ha llamado Cultura Politica. Término ta tol6gico en si, puesal ser cultura actiaen todo momento, es de todes y esti en todo, lo que la vuelve cultura cotidiana, quees en sf misma pablica al ser cotidiana y, por lo tanto, es politica, y no privativa slo de quienes son acreedores de ser considerades como ciudadanos. Lo que se impone de esta nocion esa intencién de restringir nuevamente el ambit de pasticipacién de esta nueva sociedad civil al acotar su parti> Cipacién por la via de los partidos politicos. Al ser partidos, partidizarén la vida politica, al sustaer lo sentido por el co” rd de a gente para volverloherramicnta de negociacién ‘sla cultura esti hecha de vida cotidiana, en tanto que {implica el intento continuo y permanente de construire sen- tido a la vida, de busear formas de comprenderla pars que >a sca significativamentevaliosa. Por ello es que resulta incom- prensibley sin sentido lo que hacen los lamados wprofesio- nales» de la politica. Lo poltico perdié el sentido de partiei- pacién en lo piblico para el ciudadano comin frente a La Politica que se eri como un dmbito privative para su en- tendimiento y su participacién. La reeuperacién del sentido ppblicoy coletivo de lo politico en lo cotdiano se vuelea en la posibilidad de redimensionar la comunieacién, no como tun acto infermativo exeluyente, sino como wn fajo vital ‘continuo y permanente de las signifcaciones y resignific= ones de lo que la sociedad es y ha sido. Es deci, sin Ia comunicacién no puede hablarse (este verbo es la esencia ‘misma del acto) de que exista el espirita de uns colectividad, de un pueblo, de una sociedad, dena ciudad. EnELESPIRITUDELA CALLE se muestra una genealogia de Ja sociedad moderna, lo que ha sido Ia historia perversa, cculta de Ia maderidad que fue separande los espacios y dlispersandolo que habia en ellos: los objeto, as personas, el pensamiento, los afectos Ta cultura y la sociedad, diré Pablo Ferndndez, estan cupadas por ellengune o ambien lesan senten cone lenguaie,estin hechas de lenguaje, que es agenciay resulta de ln revoltura de palabras, ruidos, imsgenes, pensamientos, sentimienios, objetos, gesios, memoria, tierapo, espacios y vacios... que estaban juntos. En el momento en que la mo- demidad aparece, hard brotar una ciencia o un arte para cada una de estas nociones, como un conosimiento expect lizado, diseiplinado para que separe tanta mezca. As, ellen- gguae seré la especialidad de la ingdsticn; as palabras dela literatura; la caltura de la antropologi: la sociedad dela s0- , inclusive, todas las frases son metaforas y, si ‘uno ge obsesiona un poco més, tomando, por ejemplo, «des- de la palabra “siguientes” hasta “sucesivamente”», que quie- re decir adesde alla hasta act», puede concluirse, antes de ‘obsesionarse de més, que el lenguaje est hecho de metsifo- ras, En sentido estricio, uno no piensa scosas», sino que piensa palabras y, porlo tanto, no puede haber frases «hue- as», y en realidad un texto muy enredado deberfa tener los renglones en formacién de spaghetti a la bolognesa: y sin ‘embargo, asf pensames, ylo que es més extrafio, nos enten- ‘demos. Una metafora es la comprensién de una cosa en tér- minos de otra, describir algo para entender algo distinto.' Lo bonito de las metsforas es que cuando uno dice wel afio que viene», debiera imaginarse a las hojas del calendario acer- caéndose en fila india, o extrafiarse de que nadie dude de su salud mental cuando dice ehoy tuve un dfa muy duro en la oficina», Ciertamente, las metiforas estin hechas de imige- res, y son estas imgenes las que hacen que un pensamiento sea comprensible, y también que sea interesante, emocio- nante, estético. Una imagen es aquella parte de lo pensado ‘que no tiene palabras, gue es sabido pero que no puede'ser explicado, solo visto, oido, palpado, experimentado, sentido: alli estén los sentimientes. La imagen es lo conocido que no tiene nombre: lo real innombrable que ronda las palabras, pero que nunca es atrapado por ellas. Siel pensamiento nor- ‘mal, dediario, ya no parece metaférico se debe a que ha sido atrapado por las palabras, esto es, que est compuesto de lo que se denomina metaforas muertas, es decir, un lenguaje incapacitado para provocar imagenes y que, por lo tanto, sélo se utiliza como una clave, un cédigo, una orden, pareci= dos a Jos de las compatadoras, pero ya 0 es pensamiento vivo. Para resucitarlo hace falta, porlo comtin, tin nifio 0, en 3 su defecto, un poeta que pregunte: «paps, ca dénde van los dias que pasan?s, verso de LE, Pacheco, For cierto, el érmi- no «thetsfora muerta» es una metafora viva porque todavia tino tiende a imaginsrsela muy circunspecta en su velorio: sf dda Ja imagen de un pensamiento momificado, des-pensado. Elpensamlento vivo, inventor, descubridor y recuperador de ‘imagenes, se encuentra sobre todo en la poesia, en el humor, cen el slang y los dobles sentidos, y en la ingenuidad curiosa: Insonrisa sorprendida que provocan proviene de Ia claridad inexplicable que crearoa. Y siempre, explicar un chiste es deshacerlo. ‘La regla de las metaforas es que «entender es ver». Por sus imagenes se entra, se sale (salirse con la suya), se sube, se baja (bajar el énimo), se mete, se saca (sacar de quicio), se construye, se destruye (castillos en el aire), se va y se viene (esa camisa si te va; pero la talla no te viene), es decir, se har ‘la en términos de espacios, porque Ins imagenes estin he- chas de lugares. El pensamiento aparece como si fuera un edificio, un cuarto, una plaza, como un lugar construido y distribuido, literalmente urbanizado, par donde los objetos y Jas personas pueden transitar y quedarse a habitar. Pero como puede notarse, las imagenes de los lugares y las cosas ‘que se construyen y se distribuyen en el pensamiento estin, all, efectivamente reales, fisicas, visibles, tocables, fuera de nosotros y fuera de las palabras: aquf est el cuarto, all ests, eledificio, alls est4 Ia plaza, construidos, donde se disuibu- yen a diserecién los érboles, los coches, la gente, yla mesa ¥ lasilla con el café y el cenicero, y el periédico, y uno mismo ‘9, cuando menos, lo que se aleanza a ver de uno mismo, las mmianos y una punta de nariz; y sélo hasta el dltimo estin, Jas imagenes interiores de la imaginacién, que son una sopa hecha con todas las imagenes de afuera. Es, en suma, la ci dad misma la que aparece come lugar: los lugares construi dos y distsibuides con que se piensa estan presentes como imagenes, no hechas sélo de imaginacién, sino espectalmen- 6 tede came y hueso, de concreto y vidrio, de color y olor y so- nido y textura, rondando a Jas palabras. Ello no significa que el pensamiento sea una cosa material, sino algo mejor: que el espacio es totalmente simbélico. Si se desanda ahora el ar ‘gumento, resulta que los lugares son las imagenes de las me- téforas con que se dice el pensamiento. Este es el espiritu de Jacolectividad, el alma della sociedad civil. La cludad piensacontacalle Para la vanguardia desilustrada que todos somos en este siglo, eferirse a los griegos como cuna de la civilizacin oc- cidental es un lugar comén. La vanguardia desilustrada tie- ne razén: los griegos inventaron el lugar comtin, aunque como no hablaban latin (locus commis), le llamaban topi- co (tépos), que ya se ha puesto otra vez de moda para llamar ‘ms impresionantemente al mismo lugar comtin. En a ciudadanta griega, la produccién de cultura, conoci- miento, sabidurfa, se hacia mediante un sistema, a saber, el diflogo, Ia controversia, la discusién, el debate y el conflicto de las ideas, en una especie de juego floral de dimes y diretes intelectuales que mas tarde se llam6 filosoffa. Ast fundaron el pensamiento occidental, esto es, con el método denorinado sretéricas. Aunque més que método, la ret6rica es un arte, el arte de construir pensamientos de manera clara, emotiva, i leresante, convincente e indispensablemente puiblica, toda vez que las discusiones se levaban a cabo en medio de espec- tadores ovacionantes y divertidos.?Dentro de estas controver- sias se les llamabs «lugares comunes» a una setie de ternati- ‘as en las cuales se podfan encontrar y desarrollar los argut= -mentos y razones sulicientes para salirde aprietos o poner en aprietosal adversario, y eran comunes porque todo el mundo los conceia y los aceptaba como correctos e importantes, y en consecuencia, el retérico, o rétor, que los usaba adecuada- 7 :mente se ganaba al paibico, lo que equivalia a ganarla diseu- sign. Lo notable es que los griegosle pusieron al pensamiento, pdblico un nombre de lugar, como sabiendo a ciencia cierta de donde vienen las metéforas: el lygar comin era precisa- mente un lugar del pensamiento al que todos podian acudir ara tomar argumentos y contrargumentos, para abrevar pensamiento, Sucede de manera muy parecida en las legisla-

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