cre
EL HUMANISMO Y EL ANTIDOGMATISMO DRL CHE GUEVARA
la breve exposicién que vamos a hacer quisiéranos cen—
trarla en un aspecto fundamentalmente creador,tanto desde un punto,
da vista teérico como préctico,que. ha caracterizado al pensamiento
ya la conducta de Ernesto Ché Guevara.
Oueremos ocuparnos de eu humanismo,as{ como del antidorma-
tiomo sobre el que fue construido y querenos hacerlo,entre otras
cosas,porque pensanos que uno de los notivos del hundiniento del
socialisno en Europa se ha debido,justanente,a més de otras causas,
@ la prfetica de un antihunanismo fundado en posiciones teéricas
¥ précticas dogmaticas.
Conenzaremos afirnando que esa posicién humantata y antidop~
ngtica no era nueva en el narxisno latinoanericano,tal cono surre
de los escritos de José Carlos Mariategui,de quien,podenos decirio,el
Ché se nos presenta como un heredero.
Recordarenos para enpezarjun hermoso conentario,muchas
veces citado,que hace Guevarn a pronésito de los Manuscritos de 1944.Co-
mienza aclarando que se trata de un texto del joven Marx,en el que
“el peso de las ideas filos6ficas que contribuyeron a su formactén, se
notaban mucho'."No obstante -nos aclara luego- Marx estaba en la
plenitud de su vida,ya habSa abrazado la causa de los hunildes ¥
1a explicaba filos6ficamente,aunque sin el rigor ctentffico de FL
Capital.Pensaba mas cono filésofo y,por tanto,se referfa més concreta—
mente al hombre cono individuo humane y a los problemas de su libera—
ci6n cono ser social..." (Frnesto Ché Guevara Obra revolucionaria, México
Ediciones Era,1967,p.577).Los Manuserites se Le presentaban,pues,como
un texto en el que el hunanisno se encontraba colocado en primer
lugar y sin que ello supusiera,de ningiin modo,que habria de quedar
invalidado posteriormente en otra etapa del desarrollo teérico de
Marx, Y,en efecto,Guevara, de inmediato,establece la conpatibili~EL hunanismo...2
J/ead entre los Mar Capital’ -dice- ,Marx
‘itos y E1 Capital
se presenta cono el economista clentifico que analiza minuciosanente
@1 carécter transitorio de las épocas sociales y su identificacién
con las relaciones de produccién:
no da paso a las disquisiciones
flleséficas.£1 peso de este monunento de la inteligencia humana ~
nos concluye éiciendo- es tal que nos ha hecho olvidar frecuentenente
el carécter humanista (en el mejor sentido de 1a palabra) de sus
inquietudes". El Capital es,pues,un libro humanista,con los alcances, 16-
picanente que supone la cracién parentética; y cono en el texto
en el que aparecen estas disquisiciones,no es tanto 1a econonfa
1o que le interesa,sino el ser hunano que toda economfa implica inelu-
Giblemente,le resulta legfting represar a los Manuscritos. Y asf
nos lo dice:"Ahora nos interesa el hombre y de ahf la cita que,no
por ser de su Juventud,tiene menos valor cono expresién del pensaniento
del filésofo" (Ibiden,p.578).
Ya en esta libertad y en esta soltura con le que enfrenta
los textos elésicos y tona posicién ante ellos,se perfile el fundamental
antidognatiano que lo nostraré enfrentado a otras lecturas,acadénicas, ta
les como las de un Althusser quien 1leg6 @ hablar,en relacién con
aquellos textos,de un “corte epistenolégico” y de un Marx "pre-narxista”
_lo que sucede en el caso de Guevara es que,precisanente,no estanos
ante una lectura de academia,cuya fecundidad no discutinos,sino ante
un acercaniento a los textos desde los requerinientos cotidienos
¥ apremiantes de una praxis revolucionaria.
Feta mirada filos6fica 1o impulsaré a Guevara a rescater
dos problematicas altanente crfticas dentro del marxismo occidental:1as
ienacién. En la cita de los Nanuscritos
de 1a conciencia y la de la a.
que nos transcribe,en la que Marx plantea las causas de la enajenacién,a
sf como su superacién cono un reencuentro del ser hunano con su propia
plenitud,en un acto del cual tiene conciencia,esta palabra,Cuevara,expre
sanente 1a subraya y as{ lo declera."La palabra conciencia -dice~
es subrayada por considerarla bésica en el planteamiento del problema’
(Ibidem). Y un poco més adelante agrega: "El hombre es el actob conscienBl humenismo,..3
//te de la historia” y en 1a medida en que la conciencia "englobq
la de su ser social",es posible transformar las estructuras sociales.
Cetera eerientetes| seettcee ep e
fundonentaiea oobre eo que 8¢. define Je figure del thonbre nuevo",
ote co. cada ser hunano en cuanto individue,pere Légteanente,tnatviud
ee nee aes one ere
de ou propia hunentded,ia que. #0. fusga toda entara an ene aventury
eee eee ce eee ened
clén y aot nop to dice con palabras Lenas de eee profunde vitaried
que se respira en todos sus textos: “Intentaré ahora ~nos confiess-|
definir al individuo,actor de ese extrafio y apasionante drana quel
es 1a construcci6n del socialisno en eu doble existencia de ser Gnico|
y mienbro de 1a comunidad" (Zbidem,p-690). Una vez més estamos ente|
esa generosa anplitud de 1a mirada,tnica que nos puede salvar de
caer en ese “escolasticismo que ha frenado -nos dice- el desarrollo}
de la filosoffa marxista(Ibidem,p.634), as como estenos ante lal
conciencia de que no hay Leyes clegas de 1a historia,tinica convicct6én!
que puede despertar aquel sentiniento de extrafieza y de dranaticidad.
Sentimientos estos a los cuales se unen otros que nos van dando 1a:
textura de lo que para el. Ché debfa ser la conciencia del hombre
nuevo. "Hay que tener una gran dosis de hunanidad -nos dice en otro
luger- una gran dosis de sentido de 1a justicia y de 1a verdad para
no caer en extremisnos dognéticos,en escolasticisnos frfos" que nos
alejen de los denés seres hunanos (Ibiden,p.638); en resumen, "Fl
marxista no es una méquina autonStica y fandtica" (Ibiden,p.569).
Todo esto se juege sobre 1a f6rmula que podrfanos enunciar
ée modo breve:ni mecanicismo,que es justanente lo que puede 1levarnos
@ renunciar de toda objigacién.!morel,pero tanpoco volunterisno. Ni
peri
una cosayni la otra, Frente'a anbos la respuesta es 1a de un realisno
que no desprecia las fugas voluntaristas hacia lo ut6pico,como tanpeco
ignora una insercign en una praxis en la que somos actores cuyos
nargenes nos estén dados por ese juego dranatico y duro entre libertad
y necesidad. "Podenos intentar injertar el olmo para que dé perasEL humanisno.
-decfa glosando un conocido adagio popular- ;pero, simul téneanente,hay
que plantar perales" (Ibidem,p.236).
Ese antidognatisno que ha de’ caracterizar 1a mirada del
honbre nuevo,le lleva a definir su posicién respecto del marxisno.Co-
rrenos el riesgo de releer un texto de todos lefdo,pero no podenos
dejar de hacerlo. Ai redactar aquellas conocides "Notas para el estudio
de 1a deologfa de 1a Revolucién Cubana", conienza diciendo que deber&
tonar posieién general "frente a uno de los més controvertidos térninos
Gel mundo actual", zCuél es? Pues, el del marxisno.ta respuesta quedaré
ennarcada,cono todos sabenos,dentro de aquella fundamental act{tud
en lucha contra todo escdlasticisno: "Nuestra posicién cuando se
nos pregunta si sonos marxistas o no -dice- ,es 1a que tendrfa un
ffeico al que se le preguntara si es "newtoniano" o a un biblogo,si
es "“pasteuriano”., Hay verdades tan evidentes,tan incorporadas al
conocimiento de los pueblos que ya es” indtil discutirlas. Se debe
ser “marxista" con la misma naturalidad con que se es "newtoniano”
en ffsica,o "pesteuriano" en biclogfas,considerando que si nuevos
hechos determinan nuevos conceptos,no se quitardé nunca su parte de
verdad a aquellos otros que hayan pasado. Tal es el caso,por ejemplo
sterminaba diciendo- de la relatividad einsteiniana o de la teorfa
de los "quanta" de Planck ,con respecto de los‘ descubrimientos de
Newton: sin embargo, eso no quita absolutamente nada al sabio inglés.
Gracias a Newton ee que pudo avanzar la ffaica hasta lograr los nuevos
conceptos del espacio.E1 sabio inglés ~concluye Guevara- es el escalén
necesario para ello" (Ibidem,p.508).
A Althusser debenos una imagen que viene al caso y que
sirve para redondear 1o que nos dice nuestro conpatriota.Habla el
filésofo francts,a propésito de Marx,del "descubrimiento de un continen—
te”. Otro tanto podrfanos decir de Freud.Fsos continentes, sin embargo,
hay que recorrerlos,no loa henos caninado enteroa todavia y aun falta
mucho. Descubrimiento significa aquf, erftica.Tenbién Marx se equivocé
y es0 no lo invalida, s{ quedan invalidados aquellos marxisnos que
se clerran en la lectura dognética y que,en tal sentidoEL hunanisno. «+5
cran,para Guevara, Justanente anti-narxistas. Y descubrimiento aignifica
tanbign el encuentro con hechos nuevos y,16gicenente,que nuevos hechos
pueden producir y producen nuevos conceptos,porque no todos vienen
a justificer 1a teorfa.
Todo este humanismo antidognético, a 1a vez crftico y
constructivo,debfa culminar en una moral.Los planteos que nos hace
Guevara nos lo muestran otra vez rompiendo lanzas y no precisamente
contra molinos de viento. Su polémica va tanto contra las estructuras
de la moral burguesa,cono las que habfan acabado imponténdose por
obra de un marxismo escoléstico y determinista, "£1 desarrollo de
la conciencia nos dice- hace mAs por el desarrollo de 1a producctén
que el estimulo material"(Ibiden,p.586).La frase,para escéndalo de
fariseos,parecta bordear un nuevo idealiono. Nada hay de eso.Le que
sucede es que aquello de que “la conciencia es producto de las relacio
nes de produccién" vale,pero "en sentide histérico general” evn)
no necesarianente. Y asf hay casos en los que es 1a conciencia
moral 1a que exige el cambio dentro de un sistema de produccién injusto.
Esta polémica acerca de las pricridades dentro de les
causaciones hist6ricas surge,adenfs,en relaci6n con otro tena no
menos importante: el de la contradiccién entre el “estimilo material”
y el “estfmule moral", También enunclar& aquf un principio que sonaba
@ paradoja:"E1 est{mulo material -el sgbreselario que se le daa
un trabajador como premio por au mayor o mejor producci6n~ se opone
nnos dice- al desarrollo de 1a concienéia (Ibiden ant.).¥ ya vinos
el papel que le asignaba a 1a conciencie. Ahora bien, por qué el
est{nulo moral tiene nés peso y es el que deberfa ser puesto en Juero
a efectos de incentivar la produccién yen generel,la conducta de
los seres hunanos? Pues,porque esté de por medio la dignidad. iY
qué pasa entre el est{mulo material y le dignidad? Pues,que el prinero
tiene precio y 1a segunda,no.Dicho de otro modo,el primero es mercencfa
oypor lo menos,es convertible en bien de canbio,mientras que 1a dignidad
no lo es Jans. Son términos contradictorios,y tanbién inconmensurables,
es decir, no pueden ser medidos con un misno patrén.¥ la dignidad,
eso que no se vende,porque el que 1a vende deja de ser digno,ella
por sf misma es la plenitud de 1a conciencia moral. Denés esté queCt humans, 9.2
aclarenos aquf, los aleances con
low que el Ché nos habla de la dignidad.Légicanente,no se reduce
a la que nos deriva de nuestra posicién social,nuestra profsién o
lo que fuere,sentido éste que repugna en lo m4s {ntimo a una conciencia
no solamente igualitaria y justiciera,sino simplemente humana. La
voz de José Mart£ no podfa faltar en ese monento.Ernesto Ché Guevara
se cuné a los incontables herederos que ha tenido y tiene en nuestra
América. "Nosotros -nos dice- militantes de un ,partido nuevo,en
una nueva regién 1iberada del mundo y en nuevas situaciones, debenos
mantener siempre en alto la misma bandera de dignided humana que
alzara nuestro Mart{,gufa de suchas generactones,presente hoy con
su frescura de siempre en la realidad de Cuba: "Todo hombre verdadero
-son palabras de Mart{- debe recibir en las mejillas el golpe dado
| cualquier mejilla de honbre"(Ibiden,p.570).No nos eabe duda’ alguna
que con estas palabras,respaldadas por alguien que fue congruente
con ellas hasta el sacrificio, se cumplfa aquel deseo de Mart{ que
debiera ser el deseo de todos: "...porque si en las cosas de mi patria
~decfa el héroe de Dos Rfos- me fuera dado preferir un bien a todos
los denés,un bien fundamental,que de togos los del pafs fuera base
yprincipio,y sin el que los demés bienes serfan falaces e inseguros,ese
serfa el bien que yo prefiriera: yo quiero que la ley primera
de nuestra repiblica’ sea el culto de los cubanos a la dignidad plena
del_hombre"(J.Mart{, Obras’ escogidas, La Habana, 1992, TIT,p.9).
Hay una antorcha que ilumins @ nuestra Anérica y nadie
podr& impedir que vaya pasando de mano en mano.
Arturo Andrés Roig
Cerviño - Las Revistas Culturales Como Espacios de Resistencia en La Última Dictadura Militar Argentina - de El Expreso Imaginario A El Porteño, 1976-1983